Clasificacion Funcional Del Anciano en AP

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Atención Primaria.Vol. 15. Núm. 9. 31 de mayo 1995

M.A. Benítez del Rosario et al.–Clasificación funcional del anciano en atención primaria de salud:propuesta de un método

ORIGINALES

Clasificación funcional del anciano en atenciónprimaria de salud: propuesta de un métodoM.A. Benítez del Rosarioa, P. Hernández Estéveza, J. de Armasb, J. Barretob y H. Rodríguez Moralesc

Centro de Salud Tejina-Tegueste. Tenerife.

Objetivo. Desarrollar un método de clasificación funcional del anciano (CFA) en la APS ydefinir el límite de edad para considerar al “anciano frágil”Diseño. Estudio descriptivo en dos fases: a) diseño mediante brainwriting del método, y b)valoración del método en un estudio descriptivo transversal.Emplazamiento. Consultorio médico rural.Pacientes y otros participantes. El equipo investigador en el diseño del método, ypoblación anciana consultante (n=131) para la valoración del método.Mediciones y resultados principales. El método de CFA estuvo basado en las escalas deKatz (IK) y de Lawton-Brodie (I-LB), que clasificaba a los sujetos en independientes y endistintos grados de incapacidad. La incontinencia urinaria fue excluida del IK. El 85,4% delos sujetos fueron independientes, lo que guardó relación con la edad (p<0,001), pero nocon el sexo. Cuando la IU fue incluida en el IK, aumentó en un 32% (IC 95%, 23-41%) elvolumen de personas clasificadas como incapacitadas respecto a cuando la IU no sevaloró en el IK. Por otro lado, el 80% de los sujetos con IU son independientes. No seobservaron diferencias en el porcentaje de sujetos incapacitados cuando se varió la edad(75 frente a 80 años) como punto de corte para la detección de ancianos incapacitados.Conclusiones. La inclusión de la IU como déficit en el IK origina sobrestimaciones en elnúmero de personas incapacitadas. En nuestro estudio, los datos sugieren que la edadpara considerar al anciano como “frágil” debe ser los 80 años.

Palabras clave: Anciano; Atención primaria; Evaluación de la incapacidad; Incontinenciaurinaria; Valoración funcional

FUNCTIONAL CLASSIFICATION OF THE ELDERLY IN PRIMARY CARE: SOME PROPOSALS

Objective. To develop a method of functional classification of the elderly (FCE) in PrimaryHealth Care and to define the age limit for considering someone “a frail elderly person.”Design. A descriptive study in two phases: a) the method’s design by means of“brainwriting” and b) the evaluation of the method in a descriptive crossover study.SETTING. A rural medical consulting-room.Patients and other participants. The research team, in the design of the method; and theelderly population attending for health care (n = 131), in the method’s evaluation.Measurements and main results. The FCE method was based on the Katz (IK) andLawton-Brodie (IL-B) indices and classified the patients as independent and at differentlevels of disability. Urinary incontinence (UI) was excluded from the IK. 85.4% of thepatients were independent, which bore relation to age (p < 0.001), but not to gender. WhenUI was included in the IK, the number of people classified as disabled increased by 32%(CI 95%, 23-41%) over when it was not included. Yet 80% of patients with UI wereindependent. No differences in the percentage of disabled patients were observed whenthe cut-off age for detecting disabled patients varied from 75 to 80.Conclusions. The inclusion of UI as a negative factor in the IK gives rise to overestimatesof the number of disabled people. In our study the data suggested that the age forconsidering an elderly person as ‘frail’ should be 80.

aEspecialistas en Medicina de Familia y Comunitaria.bDUE.cTrabajadora Social.

Dirección para la correspondencia: Dr. M.A. Benítez del Rosario.Apto. de Correos 10521. Santa Cruz de Tenerife.

Manuscrito aceptado para su publicación el 26-X-94.

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IntroducciónUno de los métodos más comunespara medir las consecuencias de unadeterminada actividad en el campode la salud es la determinación de lafunción del sujeto antes y despuésde la intervención sanitaria1. Estadeterminación de la función es utili-zada, además, en los estudios epide-miológicos y en el ejercicio asisten-cial geriátrico. En el primer caso, co-mo indicador relacionado con laesperanza de vida activa y en el se-gundo caso, para detectar ancianosde alto riesgo que requieran un con-trol sanitario más estricto1,3-11.Otro de los criterios utilizados parala clasificación del sujeto viejo comoancianos de riesgo o no es la edad.Sin embargo, es controvertido a par-tir de qué límite de edad, de los 75 ode los 80 años, debe considerarse auna persona “anciano de riesgo”4.En la valoración funcional del ancia-no se distinguen tres aspectos: la va-loración de la funcionalidad física, lavaloración de funcionalidad psicoló-gica-mental y la valoración de la si-tuación social1,3-8,12,13. Son diversaslas escalas utilizadas con tal fin y sibien, de forma general, todas pre-sentan adecuados niveles de validezinterna, se desconoce la validez ex-terna real de las mismas1,3,5,7,12,13.Ello es así, porque la medición delgrado de dependencia se realiza enfunción de los ítems establecidos porlos investigadores, desconociéndosesi, en realidad, aquellos miden o nola dependencia del sujeto. Ante ello,los estudios de validación externa delas distintas escalas se realizan enfunción de la comparación con otrasescalas, que presentan, no obstante,los mismos problemas de validez ex-terna1,3,5,12,13.Las circunstancias descritas másarriba son responsables de las difi-cultades existentes al comparar los

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TABLA 1. Métodos para la valoración funcional de los ancianos.

Tipo de escala Utilización Clasificación global

Índice de Katz Pacientes A) Independientes (I) en ABVD si IK=Aclásico confinados Incapacidad importante (IcI) si IK=B

VC/EE Incapacidad muy importante (IcMI) si IK>B

Índice de Katz m* Pacientes B) Independientes (I)= IKm A + AIVD-I ++ consultantes AIVD-NCAEscala AIVD no confinados Incapacidad moderada (IcM)=IKm A +

VC/EE AIVD-NMAIncapacidad importante (IcI)=IKm=BIncapacidad muy importante (IcMI)=IKm>B

Pueden establecerse dos variaciones en la clasificación B: B1, agrupar la IcI y IcMI en un solo nivelconsiderado como incapacidad importante, y B2, subdividir a los independientes en totalmenteindependientes y en dependientes leves al necesitar cierta ayuda para la ejecución de las AIVD.ABVD: actividades básicas de la vida diaria. AIVD: actividades instrumentales de la vida diaria. IK:índice de Katz. IKm*: índice de Katz modificado, no se incluye la incontinencia urinaria parcial. AIVD-1:independiente para las AIVD. AIVD-NCA: necesita cierta ayuda en las AIVD. AIVD-NMA: necesitamucha ayuda en las AIVD. VC: valoración clínica. EE: estudios epidemiológicos.

resultados de los distintos estudiosnacionales e internacionales, en losque se observa la utilización de dife-rentes escalas, y de distintos límitesde edad para identificar a los ancia-nos de alto riesgo4,14-24.En el presente trabajo se proponeuna metodología para la clasifica-ción funcional de los ancianos en laatención primaria de salud, que seaútil para la práctica clínica diaria ypara los estudios poblacionales. Lametodología propuesta está basadaen escalas conocidas y de uso fre-cuente, como lo son el índice deKatz y la escala de Lawton y Bro-die. Por otro lado, el presente origi-nal también analiza a partir de quéedad, 70 u 80 años, debe considerar-se al sujeto como anciano de riesgo,en función de su deterioro fun-cional.

Material y métodosEl trabajo ha sido realizado en dos fases:1) diseño de un método para la valoraciónde la situación funcional del anciano, y 2)valoración de la aplicabilidad de la meto-dología desarrollada en una población an-ciana consultante.La primera fase fue realizada mediante latécnica de consenso brainwriting2, basadaen los criterios implícitos de cada investi-gador. Para unificar los distintos crite-rios, el equipo investigador consultó dive-ras fuentes bibliográficas referentes a lavaloración de las situaciones de incapaci-dad1-8,12,13,15-23. Los criterios utilizadospara el diseño del método de valoraciónfuncional de los ancianos fueron: a) iden-tificación de qué aspectos de la situaciónfuncional del anciano deberían ser valora-dos; b) selección de las distintas escalasexistentes aquellas que cumplieran conlos requisitos de 1) ser conocidas y utiliza-das por los profesionales de la atenciónprimaria de nuestro país, y 2) que su apli-cación fuese sencilla y rápida; c) detecciónde los ítems, incluidos en las escalas devaloración de las actividades básicas(ABVD) e instrumentales (AIVD), de lavida diaria responsables de posibles va-riabilidades interobservador, y de trastor-nos en la consistencia externa de la esca-la, y d) graduación de los grados de inca-pacidad del sujeto en función de lanecesidad de asistencia, y cuantía de lamisma, por una tercera persona.En una segunda fase, se llevó a la prácti-ca la metodología diseñada para valorar:a) qué variaciones acontecían en la des-cripción de la situación funcional de losancianos cuando se utilizaba nuestro mé-todo frente al índice de Katz y el Lawtony Brodie (los criterios explícitos de estasdos últimas escalas se encuentran ade-cuadamente descritos en las referencias3-7), y b) el análisis de qué límite de edad,

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75 frente a 80 años discrimina entre an-ciano de riesgo o no. Ello se valoró me-diante el estudio de la magnitud de pobla-ción incapacitada que se detectaba segúnlos límites de edad.La ejecución de la segunda fase se realizómediante un estudio descriptivo transver-sal, entre el 1-11-93 y el 31-4-94, del totalde la población anciana asignada a un cu-po médico rural. Fueron incluidos en elestudio todos aquellos sujetos que no pre-sentaron impedimentos fisicopíquicos pa-ra acudir al consultorio, y cuya edad eraigual o mayor a 70 años. El número totalde sujetos estudiados fue de 131. La clasi-ficación funcional fue realizada medianteuna encuesta administrada por el equipoinvestigador y según los criterios expues-tos en la tabla 1. La variabilidad interob-servador fue estudiada mediante la com-paración de los resultados de las escalasobtenidas, para un mismo paciente, pordos profesionales distintos. El test-retestinterobservador se realizó con una dife-rencia de tiempo inferior al mes.La incontinencia urinaria parcial (IU) fueconsiderada de forma independiente a lavaloración funcional. Se consideró IU par-cial cuando la persona afectada de la mis-ma no precisaba del uso de pañales o desondaje urinario crónico4. Las incontinen-cias urinarias transitorias fueron exclui-das del estudio.Los datos fueron sometidos a un análisisestadístico univariado y bivariado. La re-lación de las variables cuantitativas seestableció mediante la t de Student. Elanálisis de las diferencias, para el estudiode los impactos comentados más arriba,se realizó mediante el test de la ji cuadra-do con la corrección de Yates, y el testexacto de Fisher cuando se precisó, paravalorar la relación entre las variablescualitativas; junto con el cálculo de los in-tervalos de confianza para un alfa del0,05 de las diferencias de las proporciones(IC 95%). Se admitió la existencia de dife-rencias estadísticamente significativaspara una p<0,05.

Resultados

De la primera fase del estudioEl índice de Katz y la escala de Law-ton y Brodie fueron consideradas co-mo escalas adecuadas para la valo-ración de la población anciana con-sultante en la atención primaria desalud, en función de su extendidouso, y la sencillez de su aplicación.De las distintas actividades que re-cogían las escalas, la incontinenciaurinaria parcial (IU) fue considera-da como la principal fuente de varia-bilidad interobservador en la valora-ción funcional del anciano, especial-mente en el área de las ABVD. LaIU también fue identificada como unelemento de incongruencia en laconsistencia externa de las escalascuando éstas se utilizan en pacien-tes que viven en la comunidad y noestán encamados, o no presentan undeterioro cognitivo importante queprecise de la asistencia de un terce-ro. En relación a ello, la incontinen-cia urinaria parcial no fue conside-rada como una situación de incapa-cidad en las ABVD, medidas por elíndice de Katz, cuando éste es utili-zado en pacientes consultantes (queacuden por sí mismos al consulto-rio).La tabla 1 describe el método de cla-sificación funcional desarrollado porel equipo investigador. Se diseñarondos tipos de clasificaciones, una ba-sada exclusivamente en la capaci-dad del sujeto para la realización delas ABVD, aplicando el índice deKatz modificado (clasificación A), yotra en la que se relacionan las ca-pacidades para la ejecución de las

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TABLA 2. Situación funcional según sexos de la población anciana

Clasificación Total Varones MujeresIC 95%funcional (n=131) (n=44) (n=87)

A) IKm*I 90,0 93,1 88,5 (-5,4)-14,6IcI 4,5 2,2 5,7IcMI 5,3 4,5 5,7

B) ABVD-AIVDI 85,4 90,9 82,7 (-1,8)-18,2IcM 4,5 2,2 5,7IcI 4,5 2,2 5,7IcMI 5,3 4,5 5,7

B1) ABVD-AIVDI 85,4 90,9 82,7 (-1,8)-18,2IcM 4,5 2,2 5,7IcMI 9,9 6,8 11,4 (-5)-14,2

Los resultados se presentan en porcentajes. IC 95%: intervalo de confianza de la diferencia deporcentajes entre sexos.ABVD: actividades básicas de la vida diaria. AIVD: actividades instrumentales de la vida diaria.

TABLA 3. Situación funcional de los ancianos de la muestra según la edad

Clasificación ≥80 años <80 años IC 95%funcional (n=44) (n=87)

A) IKm*I 81,5 95,4 1-25a

IcI 9,0 1,1 0-16IcMI 9,0 3,4 (-3)-18

B) ABVD-AIVDI 68,1 94,2 12-40a

IcM 13,6 1,1 2,5-22,5b

IcI 9,0 1,1 0-16IcMI 9,0 3,4 (-3)-18

B1) ABVD-AIVDI 68,1 94,2 12-40a

IcM 13,6 1,1 2,5-22,5b

IcMI 18,1 4,5 1,6-25b

Los resultados se expresan en porcentajes. IC 95%: intervalo de confianza de la diferencia de losporcentajes de los subgrupos de edad. ap<0,01;bp<0,05.ABVD: actividades básicas de la vida diaria. AIVD: actividades instrumentales de la vida diaria.

ABVD y las AIVD, valoradas éstasúltimas según la escala de Lawton yBrodie (clasificación B).

Resultados de la segunda faseLas tablas 2 y 3 muestran las carac-terísticas generales y la situaciónfuncional de los ancianos de nuestramuestra, según la metodología ex-puesta en la tabla 1. La edad mediafue de 77,34 ± 5,17 con un IC 95%de 76,44 - 78,23; sin diferencia signi-ficativa entre las medias de edad decada sexo.No se encontró que el sexo se rela-cionara de forma significativa con lasituación funcional, independiente-mente de la clasificación utilizada(tabla 2).El 18% de los sujetos de edad igual omayor a 80 años resultaron incapa-citados para al menos una de lasABVD, porcentaje significativamen-

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te superior al encontrado entre losmenores de 80 años (tabla 3). En lacomparación por subgrupos, segúnla edad (igual o mayor a 80 añosfrente a menores de 80 años) y elgrado de incapacidad, no se detecta-ron diferencias significativas entrelos porcentajes de sujetos afectadosde incapacidad importante, ni muyimportante.El establecimiento del punto de cor-te en 80 o 75 años para la separaciónde los grupos etarios no conlleva ladetección de un porcentaje mayor depersonas deficitarias, consideradaséstas como independientes frente al-gún grado de incapacidad (diferenciadel 2,3% con IC 95% entre -13% y59%; p= 0,2). Tampoco se encontra-ron diferencias significativas cuandose realizó el estudio por subgrupo deedad (igual o mayor a 80 años frentea igual o mayor a 75 años), y gradode incapacidad.

En la valoración de la situación fun-cional según la clasificación B (tabla3) se encontró que entre los sujetosde edad igual o mayor a 80 años ha-bía un 26% más de personas incapa-citadas que en el grupo de edad infe-rior. En el análisis por subgrupos deedad (igual o mayor de 80 frente amenores de 80 años) y grado de inca-pacidad, sólo se detectaron diferen-cias en el porcentaje de sujetos afec-tados de incapacidad moderada en-tre los 2 grupos. Cuando seestableció en 75 años el punto decorte para la agrupación etaria, sedetectaron incrementos no significa-tivos del porcentaje de sujetos conalgún grado de incapacidad (diferen-cia del 12% con IC 95% entre el -3 yel 27%, p=0,08), frente al grupo deedad igual o mayor a 80 años. En elanálisis de los subgrupos según laedad (igual o mayor a 80 años frentea igual o mayor a 75 años), y el gra-do de incapacidad, tampoco se detec-taron diferencias significativas entredichos grupos.Cuando se relacionaron las dos esca-las de valoración funcional se objeti-vó que el 100% de los individuos in-dependientes para las AIVD tam-bién lo eran para las ABVD, que sóloel 2,7% de los sujetos que precisabande cierta ayuda para las AIVD pre-sentaban un déficit en una de lasABVD correspondiente a la funciónde bañarse; y que el 68,7% de laspersonas que precisaban muchaayuda en las AIVD presentaban másde un déficit en las ABVD, siendoestas diferencias significativas(p=0,002), con una diferencia del66% (IC 95% entre el 42-90%), dedeficitarios en las ABVD entre laspersonas que precisaban de ciertaayuda en las AIVD y los que precisa-ban de mucha ayuda.En la muestra estudiada, el 38,16%de los sujetos presentaron inconti-nencia urinaria parcial establecida,sin que se encontrara una relaciónestadísticamente significativa con laedad. El 36,7% de las mujeres pre-sentaron incontinencia urinaria par-cial frente al 17,0% de los varones;con una diferencia significativa deun 19% más de mujeres incontinen-tes urinarias que varones (IC 95%entre el 5 y el 33%, p=0,02). Con elestablecimiento del límite de edaden los 75 años tampoco se observóque la edad se relacionara de formasignificativa con la incontinenciaurinaria. En el análisis de los sub-grupos según el sexo tampoco se en-

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I(80%)

IcMI(8%)

IcI(8%)

IcM(4%)

Fig. 1. Situación funcional de las incontinencias urinarias parciales, según la clasificaciónB (n= 50).

100

80

60

40

20

0ABVD ABVD + AIVD

Clasificación funcional

**

NI

I

Suj

etos

inde

pend

ient

es (

%)

Fig. 2. Variaciones en el porcentaje de ancianos independientes según se considere (I) ono (NI) la incontinencia urinaria como una actividad básica de la vida diaria (ABVD) (n=131); *p<0,001. AIVD: actividades instrumentales de la vida diaria.

contró que la edad influyera de for-ma significativa en el porcentaje desujetos incontinentes urinarios.Según la clasificación funcional B(fig. 1), el 80% de las incontinenciaseran totalmente independientes pa-ra las ABVD y AIVD, el 4% presen-taban una dependencia moderada yel 16% una dependencia importantey muy importante; con una diferen-cia significativa del 64% (IC 95% en-tre el 28-60%, p=0,001), entre los in-continentes independientes y los in-continentes deficitarios importantesy muy importantes.En la figura 2 se representan lasmodificaciones que acontecen en ladescripción de la situación funcionalde los ancianos según se considere ono la incontinencia urinaria parcialcomo un déficit en las ABVD. Cuan-do la incontinencia urinaria parcialse valora como un déficit de lasABVD, aumentan los porcentajes depersonas incapacitadas en un 32,0%en la clasificación A (IC 95% entre el23-41%, p=0,0001); y en un 30,0% enla clasificación B (IC 95% entre el20-40%, p=0,001). Solamente cuandose estudia el subgrupo sexual de losvarones no se aprecian diferenciassignificativas entre las variacionesde las clasificaciones funcionales.En el análisis de la variabilidad in-terobservador de la ejecución de lasvaloraciones funcionales no se obje-tivó ninguna diferencia (100% deconcordancia), entre los distintos ob-servadores.

DiscusiónLa revisión bibliográfica realizadamuestra que no se sigue una meto-dología común en la valoración fun-cional del anciano. La amplia varie-dad de escalas existentes1,3-9 puedeexplicar este hallazgo. No obstante,esta situación dificulta, de un lado,la comparación de los resultados en-tre los distintos estudios, y de otro,la configuración de un mapa nacio-nal con datos de la situación funcio-nal de los ancianos constituido apartir de los datos parciales comuni-cados por los investigadores. La me-todología propuesta por nosotrospretende constituirse en un modelocomún para la valoración funcionaldel anciano que obvie las dificulta-des comentadas.Ya ha sido descrito que la valoraciónde la incontinencia urinaria es unade las principales fuentes de la va-riabilidad interobservador en la uti-

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lización del índice de Katz3. Nuestrogrupo también lo objetivó así, y con-sensuó que en sujetos consultantes,la valoración de la incontinencia uri-naria parcial como un déficit de lasABVD originaba resultados incon-gruentes como el clasificar a un su-jeto independiente para todas lasAIVD (capacitado para hacer labo-

res domésticas, agrícolas, para utili-zar el teléfono o desplazarse entrepueblos utilizando los transportespúblicos, entre otras actividades),como incapacitado importante.Nuestros resultados apoyan esta ob-servación teórica al mostrar quehasta el 80% de los sujetos inconti-nentes no estaban incapacitados pa-

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ra el ejercicio de función alguna yque los sujetos incontinentes no pre-cisaban de ayuda de un tercero pararesolver su problema. Si bien es cier-to que un sujeto con incontinenciaurinaria está “incapacitado” paracontrolar sus esfínteres, la conse-cuencia de este problema no se re-suelve con la ayuda de un tercero ono precisa de la presencia del mis-mo, en los ancianos que son capacesde acudir a un consultorio médico.En los ancianos encamados y enaquellos que presentan deteriorocognitivo, la incontinencia urinariasí representa una situación con “ne-cesidad de cuidado” por parte de untercero. Es por ello que en estas últi-mas la incontinencia urinaria debevalorarse como déficit de una ABVD;lo que equivale a utilizar el índice deKatz, o aquellas otras escalas queconsideren la incontinencia urina-ria, sin modificar.En nuestro estudio hemos detectadoun porcentaje relativamente alto desujetos incontinentes pero que se en-cuentra dentro de los valores descri-tos por otros autores25. El porcentajeencontrado es el responsable de unerror de sobrestimación, de hasta un32%, en la detección de individuosincapacitados. En relación a ello, esde esperar que en otros estudios laprevalencia de la incontinencia uri-naria parcial pueda utilizarse comouna estimación del error de medidade los sujetos incapacitados que vi-ven en la comunidad si la inconti-nencia urinaria es considerada comoun déficit de las ABVD. No obstante,nuestros resultados no pueden com-pararse con otros realizados a nivelnacional e internacional al diferir lapoblación de estudio, la metodología,y el no aportar muchos de ellos, lasprevalencias de incontinencias uri-narias9,14-24,26,27.Entendemos que la trascendencia deestos errores de medición es impor-tante al influir en las previsiones delas necesidades de asistencia socio-sanitaria de los ancianos que vivenen una determinada comunidad. Elclasificar a un anciano como incapa-citado grave, y en relación con ellocomo dependiente de otro1,5, presu-pone la necesidad de unos cuidadossociosanitarios intensos de ese indi-viduo que eviten, de un lado, un ma-yor deterioro funcional, y de otro, lasobrecarga anímico-física de los fa-miliares. Todo ello se traduce en lanecesidad de contar con un mayornúmero de recursos sociosanitarios

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como lo son los profesionales sanita-rios, las asistencias domiciliarias ylas instituciones de larga estancia.El modelo de valoración de la situa-ción funcional del anciano no es no-vedoso, pues se basa en escalas clá-sicas. El utilizar estas escalas se de-cidió en función de lo extendido queestaba su uso (hasta en un 50% delos trabajos revisados), aunque hade considerarse que para algunosautores la escala más adecuada pue-da ser el OARS3. Nuestra intenciónes proponer un modelo de clasifica-ción funcional de los ancianos basa-do en la utilización de escalas quemidan las capacidades para la ejecu-ción de las ABVD y de las AIVD,modelo que incluye, por otra parte,el término de persona incapacitadaen lugar de dependiente según lasdirectrices de la OMS4. El estableci-miento de las distintas graduaciones(independiente, incapacidad mode-rada, incapacidad grave y muy gra-ve) se basó en la opinión de los in-vestigadores, y por ello, está sujeto adistintas valoraciones. En este as-pecto, nuestros resultados muestranque existe un cierto grado de con-gruencia en la utilización de las dosescalas, ABVD y AIVD, de formaque los sujetos con incapacitacionesen las ABVD no son clasificados co-mo independientes en las AIVD, ac-tividades que precisan para su eje-cución un mejor estado funcional delsujeto3,5.Por otro lado, nosotros no objetiva-mos que el establecimiento del pun-to de corte en los 75 años conlleva-ra una mayor detección de indivi-duos incapacitados subsidiarios deser considerados como ancianos es-pecialmente debilitados; por lo queel límite de edad en este sentido de-berían ser los 80 años, al observar-se que la mayor porporción de suje-tos con alguna incapacidad supera-ban esta edad. No obstante, estaconsideración no debe ser generali-zada a poblaciones distintas a la es-tudiada por nosotros, de caracterís-ticas suburbanas y agrícola, y conuna situación funcional adecuadaque permite al anciano a acudir alconsultorio, pues estos factores pue-den actuar como sesgos de observa-ción.

AgradecimientosEl presente trabajo pertenece a una líneade investigación sobre la población ancia-na becada por el FISS (beca 94/0892).

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