VIDA DIOCESANA 121

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Mayo – Junio 2009 AÑO 35 NÚMERO 121 DIÓCESIS DE SONSÓN RIONEGRO MAYO – JUNIO 2009 En la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, el pasado 19 de junio, se dio comienzo en toda a la Iglesia al Año Sacerdotal, obedeciendo lo dispuesto por el Santo Padre, para conmemo- rar los 150 años del nacimiento del Santo Cura de Ars. Con una jornada de reflexión, adoración al Santísimo y Eucaristía presidida por el Señor Obispo diocesano, se dio inicio a este año sacer- dotal en nuestra Diócesis Comenzó Año Sacerdotal Convocado por el Papa Benedicto XVI El Papa y la Internet. Pág. 14 ¿Qué nos queda del Año Paulino?. Pág. 16 Pascua de Mons. Luis Gómez Gómez. Pág. 12 Bicentenario de la Catedral de Sonsón. Pág. 2,8,9

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AÑO 35 NÚMERO 121 DIÓCESIS DE SONSÓN RIONEGRO MAYO - JUNIO DE 2009

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Mayo – Junio 2009

AÑO 35 NÚMERO 121 DIÓCESIS DE SONSÓN RIONEGRO MAyO – JuNIO 2009

En la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, el pasado 19 de junio, se dio comienzo en toda a la Iglesia al Año Sacerdotal, obedeciendo lo dispuesto por el Santo Padre, para conmemo-rar los 150 años del nacimiento del Santo Cura de Ars. Con una jornada de reflexión, adoración al Santísimo y Eucaristía presidida por el Señor Obispo diocesano, se dio inicio a este año sacer-dotal en nuestra Diócesis

Comenzó Año SacerdotalConvocado por el Papa Benedicto XVI

El Papa y la Internet. Pág. 14

¿Qué nos queda del Año Paulino?. Pág. 16

Pascua de Mons. Luis Gómez Gómez. Pág. 12

Bicentenario de la Catedral de Sonsón. Pág. 2,8,9

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2Mayo – Junio 2009LA VOZ DEL PASTOR

Un año tras las huellas del Santo Cura de Ars

Con motivo de la apertura del Año Sacerdotal, Su Santidad Benedicto XVI ha dirigido una carta a todos los presbíteros de la Iglesia y en ella se presenta como un padre o un hermano mayor que abre su corazón a todos los que han sido llamados a identificarse con Cristo Pastor,

para entregarse por la salvación del mundo. Conmueve ver cómo el Papa recuerda con afecto al primer párroco, al lado del cual inició su ministerio siendo un joven sacerdote, y a tantos otros presbíteros que ha encon-trado a lo largo de su vida, generosamente entregados en el ejercicio de su ministerio sacerdotal. La carta, desde las primeras líneas, aparece como un texto de gran valor espiritual y pastoral. La intención del Papa es promover una renovación de todos los sacerdotes, a fin de que su testimonio evangélico en el mundo de hoy sea más fuerte e incisivo. Quiere mostrar la grandeza del sacerdocio y la importante misión de los ministros que se entregan a Dios y a los hermanos a ejemplo del Santo Cura de Ars, pues como él decía: “El sacerdocio es el amor del Corazón de Jesús”.

El pensamiento de Benedicto XVI se dirige a tantos hermanos sacerdotes perseguidos y ofendidos en su dignidad. Recuerda también el Papa “los sufrimientos de la Iglesia por la infidelidad de algunos de sus mi-nistros”. Sin embargo, más que subrayar los errores y las debilidades, es necesario “una renovada y gozosa conciencia de la grandeza del don Dios”. Por tanto, como el Beato Juan XXIII, llama a los sacerdotes a que, imitando a san Juan María Vianney, practiquen los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obe-diencia. Pero, sobre todo, los invita a un testimonio concreto y cotidiano de “la verdad del amor”; pues la manera de edificar la comunidad cristiana, también hoy como lo hizo el Santo Cura de Ars, es haciendo percibir el amor misericordioso de Dios que transfor-ma el corazón de las personas. En esto se empeñaba san Juan María Vianney con una caridad pastoral tan grande que lo llevaba a decir: “Dios mío, concédeme la conversión de mi parroquia; yo acepto sufrir todo lo que quieras durante toda mi vida”.

Un año para actuar como un “pueblo sacerdotal”

La convocación para vivir un especial Año Sacerdotal no está dirigida sólo a los ministros orde-nados sino a toda la Iglesia. Todo el pueblo de Dios debe hacerse consciente de su condición sacerdotal,

regalo inmerecido recibido en el Bautismo, y de cómo el sacerdocio ministerial, don también inmerecido, está al servicio de todos los bautizados. Por consi-guiente, y a partir de cuanto nos propone el Papa Benedicto XVI, pienso que el Año Sacerdotal nos debe comprometer de un modo particular en cinco tareas que, de otra parte, deben estar siempre presentes en la vida y en la acción de la Iglesia:

1. Lograr que los ministros ordenados asumamos con fidelidad y alegría nuestra identidad y nuestra misión. Todos los esf uerzos de pastoral sacerdotal resultan infructuosos mientras cada sacerdote no quiera empeñarse en vivir una espiritualidad sólida, en mantener un proceso de formación permanente y en integrarse responsablemente a la vida y a la acción de la Iglesia.

2. Intensificar la oración por los sacerdotes. Jesús, antes de pasar de este mundo al Padre, se ocupó en orar por todos los que el Padre le había dado. Hagamos todo lo posible por prolongar esta plegaria de Jesús en las familias, en las parroquias, en las comunidades religiosas y especial-mente en los monasterios. Recomien-do vivamente las jornadas de oración por la santificación de los sacerdotes todos los jueves del año.

3. Hacer florecer un espíritu y am-biente de comunión en el presbiterio, en las parroquias y en las pequeñas comunidades. Sólo así, señala Bene-dicto XVI en su carta, los sacerdotes sabrán vivir en plenitud el don del celibato y se repetirán los prodigios de la primera predicación del Evangelio. Esto implica, añade el Papa, una es-pecial promoción de la dignidad de los laicos y su función propia en la misión de la Iglesia.

4. Presentar la verdadera imagen del sacerdote, en primer lugar, a través de un límpido testimonio de vida; luego, por las apreciaciones objetivas y opor-tunas que los católicos hagan de sus sacerdotes en los diversos ambientes en que se encuentran; y, finalmente, aprovechando los medios de comuni-cación social. Es un deber reconocer la gracia y el amor de Dios que se han manifestado en tantos sacerdotes san-tos y, sin embargo, ignorados.

5. Llegar a un compromiso de toda la comunidad eclesial en la formación de los futuros sacerdotes. Las familias, los grupos apostólicos, los institutos religio-sos, las parroquias y especialmente los seminarios deben aportar cuanto les sea posible para acompañar, desde la selección inicial hasta la ordenación, con una formación adecuada para el tiempo actual a los candidatos al sacerdocio.

Sólo si vivimos como un pueblo sacerdotal, en el que laicos y presbíteros rivalizan en el mutuo aprecio (cf Rm 12,10), nos garantiza el Papa Benedicto XVI, se tendrá un renovado vigor en la Iglesia para el anuncio del Evangelio de la esperanza y del amor hasta los confines del mundo; los sacerdotes no naufragarán en la soledad; resonará en nuestro corazón, no obstante la fuerza del mal, la palabra de Cristo que nos invita a tener valor, porque Él ha vencido al mundo (cf Jn 16,33); y lograremos entrar en “la nueva primavera que el Espíritu está suscitando actualmente en la Iglesia”.

UNA NUEVA PRIMAVERA EN LA IGLESIA

Por: Monseñor Ricardo Tobón Restrepo

Obispo de Sonsón-Rionegro

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3Mayo – Junio 2009

Editorial

Un periódico para la Nueva Evangelización

Asesor General:Mons. Ricardo Tobón RestrepoObispo de Sonsón - Rionegro

Director:Pbro. Julio César Bedoya Quintero

Consejo Editorial:Mons. Iván Cadavid O. - Mons. Darío Gómez Z. - Pbro. Oscar Orlando Jimenez G.

Pbro. Avilio Del Río R., Sr. Juan Diego Agudelo G., Sr. Pedro Luis Jiménez M., Sra. Marilú Giraldo G., Sr. Diego Iván Aristizábal H.

Diagramación-Preprensa e ImpresiónCasa Editorial El Mundo

DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGROCalle 51 # 47-31 Tel. 531 52 52 Fax: Ext. 117

e-mail: [email protected] Rionegro (Antioquia, Colombia) - Página web: www.diosonrio.org.co

OPINIÓN

Al cumplir doscientos años de ser eri-gida la Parroquia de San José de Ezpeleta de Sonsón, dirigimos nuestra plegaria de acción de gracias a Dios, porque ha estado grande con nosotros y estamos alegres. La tierra del Capiro, ha sido abundantemente bendecida a lo largo de estas dos centurias y ha sido engrandecida por El, haciendo de sus hombres y mujeres cristianos inte-gérrimos y ciudadanos a carta cabal en el concierto de la patria.

Destaquemos, en primer lugar, las virtu-des espirituales que han hecho de Sonsón una ciudad cristiana: desde cuando el cura de Arma Viejo, don Ignacio de la Cuesta, celebrara la primera misa e iniciara la obra evangelizadora en estas breñas de Antio-quia en noviembre de 1802, el Evangelio enseñado en sencillo catecismo y la cele-bración esporádica de los sacramentos, se convirtieron en bebida de salvación para los religiosos pobladores. A partir de 1810, cuando empezó la ininterrumpida compañía sacerdotal para nuestras gentes, el amor a Dios manifestado en el acatamiento a su voluntad, en el cumplimiento del deber, en

la vida familiar cimentada en la fidelidad y la formación cristiana de los hijos; el respe-to a la palabra dada, el amor al trabajo, el amor a la Santísima Virgen y a los santos, fueron forjando una identidad cristiana, que en momentos de grandes dificultades, permitieron que Sonsón permaneciera de pie como los centenarios robles, como María junto a la cruz.

De esa vida cristiana auténtica dan cuenta más de setenta sacerdotes nacidos en Sonsón y cinco obispos que han llevado nuestra grandeza a otras diócesis. Más de doscientos(as) religiosos(as) que a lo largo de las dos centurias han esparcido con abundancia la semilla del Reino no sólo en la patria sino en otras latitudes del mundo. Con razón se ha llamado a Sonsón CIUDAD LEVITICA. Al lado de esta floración, tenemos que destacar un laicado comprometido con su Iglesia, que desde siempre, han fecun-dado con la semilla del Evangelio los más diversos ambientes.

Dos parroquias ha engendrado la madre: la parroquia de San José y la de Nuestras Señora del Carmen. Y, al lado del más que

centenario Santuario de Nuestra Señora de Valvanera, tan querido por todos los sonsoneños, son faros que irradian lo que bebieron en el pecho materno.

Desde el punto de vista de la civilidad, los sonsoneños abrieron caminos en el Viejo Caldas; fundaron pueblos, llevaron cultura y sentaron las bases económicas y políticas de muchas localidades. En el ám-bito nacional, una pléyade de Sonsoneños han dedicado su vida al bien común y por eso la patria los reconoce. Baste decir que una de las primeras fábricas de renombre, la Nacional de Chocolates, tuvo acá su cuna, en la vereda Roblalito, paraje de Santa Mó-nica. Toda esta magnifica obra, la realizaron siempre de la mano de su parroquia.

Y ni qué decir de lo que ha significado Sonsón en la educación, la cultura, el ci-vismo. Nuestros colegios fueron de fama en el contexto del Oriente Antioqueño, por la valía de sus educadores y el nivel académico. En el campo de la cultura hay que decir que hombres y mujeres de letras, han descollado desde Sonsón en el país. El civismo es uno de los tintes de gloria de

nuestra tierra y en ese civismo, la parroquia ha jugado siempre un papel determinante: la Sociedad de Mejoras Públicas, la Cruz Roja, La Sociedad de Artesanos, La Sociedad de San Vicente de Paúl, los periódicos ( uno de ellos “El Popular” fue parroquial y ahora renacido por obra de varios sonsoneños de acendrado civismo), son signos claros de la grandeza de un pueblo, en el que sus ciudadanos – formados en la vida cristia-na – dieron identidad regional y nacional a ésta tierra.

En 200 años de historia 19 párrocos han regido los destinos de la Parroquia madre de Sonsón. Cuatro de ellos han llegado a la dignidad del episcopado. Todos, sin excepción, han marcado huellas indelebles en nuestra vida cristiana y sus nombres seguirán resonando en los anales de la historia.

Por los católicos de ayer y de siempre, damos gracias a Dios, y a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, porque a través de las cuentas del santo rosario, se ha tejido la historia y se seguirá tejiendo siempre.

200 AÑOS CON JESUCRISTO, CAMINO, VERDAD Y VIDA

En el Antiguo Tes-tamento, antes del cautiverio, la clave para la fidelidad de la comunidad es-parcida en toda la tierra prometida ya conquistada fue una combinación del mi-nisterio de los sacer-dotes y levitas y los padres de familia. Los sacerdotes y levitas debían enseñar la Palabra en el área

del Tabernáculo y luego del Templo, dirigir la adoración de Dios (especialmente en las grandes fiestas) y ministrar en los sacrificios y ofrendas rituales. También debían enseñar y juzgar a sus hermanos donde vivían, repartidos en 48 ciudades o aldeas entre las 12 tribus. Cuando ellos fallaban, Dios eligió profetas que hablaban su Palabra y motivaban a la gente a buscar a Dios otra vez. Esta situación ha sido duplicada en la historia de la Iglesia, la que después de unos siglos de crecimiento bajo la persecución en pequeñas iglesias de casa adoptaron el modelo del Antiguo Testamento con templos, sacerdotes y religiosos para hacer la obra de Dios.

El otro elemento del ministerio, el de los padres de familia, fue mandado en Deutero-nomio, justo cuando estaban alistándose para entrar en y conquistar la tierra prometida. Hay que recordar que para la mayoría de estos israelitas sería un viaje largo y costoso visitar al Tabernáculo y después al Templo. La Ley requería que todos los hombres se congre-garan tres veces al año para las fiestas más

importantes en el lugar que Dios escogiera para su centro de adoración. Pero sabemos que no todos obedecieron este mandamiento y sabemos que los sacerdotes y levitas no siempre fueron fieles a su ministerio. Sola-mente quedó ese otro elemento clave con la posibilidad de mantener fiel al remanente de creyentes que seguían buscando a Dios (como los 7.000 en Israel del Norte en el tiempo de apostasía cuando Elías profetizaba).

También ha sido observable que en los peores tiempos de la Iglesia Cristiana, peque-ñas células familiares mantuvieron firme la luz de la verdad encendida. Estamos entrando en tiempos difíciles, cuando la apostasía será abiertamente abrazada, llamando “bueno” lo que Dios en su Palabra llama “malo”, y llaman-do “malo” lo que la Biblia llama “bueno”. Pablo predijo estos tiempos difíciles (II Tim. 3:1-9; I Tim. 4:1-5) y parece que están a la puerta.

¿Cuál será la última línea defensiva contra el ataque del padre de mentiras, el engañador de las almas? No cabe duda de que la gran esperanza es el discipulado familiar, hecho por los padres de familia a sus propios hi-jos, familiares, empleados y amigos. El libro del Deuteronomio nos invita precisamente a esto: “Por tanto, cuídate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, y no se aparten de tu corazón todos los días de tu vida, sino que las hagas saber a tus hijos y a tus nietos. Recuerda el día que estuviste delante del Se-ñor tu Dios en Horeb, cuando el Señor me dijo: ‘Reúneme el pueblo para que yo les haga oír mis palabras, a fin de que aprendan a temerme todos los días que vivan sobre la tierra, y las enseñen a sus hijos”

(Dt.4, 9-10). “Y estas palabras que yo te

mando hoy, estarán sobre tu corazón; y dili-gentemente las enseñarás a tus hijos, y ha-blarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acues-tes y cuando te levantes. Y las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignias entre tus ojos, y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas” ( Dt. 6, 7-9).

Aquí hay unos principios que Dios quiso que los israelitas estableciesen en sus familias para promover la fidelidad a Él: 1. Los “maestros” eran los padres. No una casta de religiosos, no unos expertos, sino los que dieron vida a los hijos y que los conocían mejor que cual-quier otra persona. Esa responsabilidad no la podrían echar sobre nadie más. 2. El lugar era el hogar, en el campo o el camino, en cualquier lugar donde estuvieran con los hijos.

Los padres podían aprovechar de todo lo que hacían en el seno de la familia para enseñar la Palabra. Primero con su ejemplo y luego con sus palabras. Enseñando, repasando, expli-cando (¿Qué? ¿Por qué? ¿Cómo?) y corrigiendo a los hijos en la vida diaria. No era asunto de lugares especiales sino aprovechar todo lugar donde estaban los hijos con los padres. 3. El horario era igualmente flexible. En cualquier momento, no en “horas de clase”. Cuando se despertaran, cuando comieran, cuando se acostaran, siempre podrían estar discipulando a sus hijos. 4. “El currículum” era la vida misma bajo la autoridad de la Palabra de Dios. Apli-cando los padres la Palabra a la vida con gozo y reverencia, los hijos aprenderían a obedecer todos los mandamientos, los preceptos y los caminos de Dios.

DISCIPULADO EN EL HOGAR

Por: Pbro. Oscar Orlando Jiménez Gómez

Vicario Episcopal para la Pastoral

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4Mayo – Junio 2009ACONTECER PASTORAL

Tras la muerte de Jesús, los discípulos están desconcertados. Jesús resucitado se les aparece en varias ocasiones, pero ellos siguen perdidos, sin rumbo, sin saber qué hacer.

Pero un día, algo sucede que les da fuerzas y valentía. En ese preciso ins-tante descubren verdaderamente quién es Jesús y la tarea que deben realizar

juntos. El Espíritu Santo, prometido, ‘Si me voy, os lo enviaré’ (Jn 16, 7), desciende sobre los apóstoles que hace cambiar y les da las fuerzas suficientes para iniciar su misión. De esta experiencia y de este acontecimiento nació la Iglesia que con-tinúa en el tiempo y en los siglos guiados por este mismos Espíritu y que seguimos invocando; por esto, a lo largo y ancho de la diócesis de Sonsón Rionegro, se vivió la experiencia de pentecostés con varias celebraciones como la que se tuvo en la Ciudadela de Jesús en el municipio de La Ceja, donde participaron más de 1.500 personas en retiro y vigilia como preparación para el pentecostés los días 23,24 y 25 de mayo. De igual manera, en la Catedral de Rionegro se vivió la vigilia y celebración de pentecostés el sábado 30 de mayo culminando con la celebración eucarística presidida por Mons. Ricardo Tobón Restrepo.

Pentecostés

Con una excelente participación se rea-lizó el 27 de mayo la peregrinación con los grupos marianos, la cual tuvo como marco de referencia los 50 años de la Coronación Pontifica de la Imagen de Nuestra señora del Rosario de Arma, patrona de la diócesis. En esta oportunidad se encontraron todos los líderes de grupos marianos a las 9:00 de la mañana en el salón parroquial de la

catedral de Rionegro San Nicolás el Magno. Allí se tuvo la Leccio Divina seguido de una conferencia, “María, Mujer del Servicio y de la Fe” como punto central orientada por el Padre Oscar Orlando Jiménez, Vicario Episcopal de Pastoral; luego se presentó un video en el que se pudo apreciar la historia de la coronación pontificia, así como el mensaje de Monseñor Ricardo Tobón Restrepo explicando el sentido de la peregrinación con la Imagen de Nuestra patrona. A las 11:a.m. se expuso el San-tísimo Sacramento de la Eucaristía para la adoración de los fieles y se culminó dicho encuentro con la Celebración Eucarística presidia por Monseñor Ricardo Tobón Restrepo en la que exhortó a los grupos marianos a incrementar la oración, el amor y el servicio por la parroquia, así como a evangelizar fomentando el amor por Nues-tra Señora la Virgen María.

Encuentro con Grupos Marianos

El 21 de junio se realizó la Jornada de Formación para la Vida Religiosa, en el Cole-gio La Presentación de Rionegro. Los Temas tratados fueron “Pablo Siervo de Cristo Jesús.” Desde la carta a los Romanos, orientado por el Padre Juan Bautista Álzate Arias, formador

del Seminario Cristo Sacerdote y especialista en Sagrada Escritura y el segundo tema “La Espiritualidad Litúrgica” trabajado por el Padre John Euclides Suárez Velásquez, for-mador del Seminario Misionero del Espíritu Santo y especialista en Liturgia.

II Retiro para la Vida Consagrada

1- Se realizó con muy buena respues-ta la semana de la familia. En la UCO se realizaron varios eventos, entre ellos el día de la familia, en la Vicaría Nuestra Señora del Carmen se llevó a cabo el encuentro de familias con asistencia cercana a 300 personas, entre adultos, niño y jóvenes. en parroquias como El Sagrado Corazón de Marinilla y San Antonio en Guarne, se realizaron diferentes actividades forma-tivas con familias. Es muy reconfortante ver cómo día a día, la pastoral familiar pasa de ser una mera preocupación a una ocupación.

2- Se realizó con una buena acogida, en especial por las parroquias de Marinilla y Guarne, el encuentro de parejas los días 24 y 25 de mayo, en la casa de encuentros del rodeo, con una asistencia de 26 parejas. Fue una oportunidad hermosa para revi-talizar el amor y vivir el perdón.

3. El pasado 23 de mayo se realizó en la casa de encuentros de María Reparadora, el segundo encuentro de formación para madres solteras, con una asistencia supe-rior a las 30 personas, de varios municipios (Rionegro, Guarne, La Ceja, Marinilla). Estos encuentros se realizan cada mes.

Semana de la Familia

Como respuesta al Plan de Pastoral de la diócesis 2006-2010, en el área de pastoral Sacerdotal, se realizó con excelente acogida el curso de formación permanente para el clero del 22 al 27 de junio en dos tandas. Este año, el curso se desarrollo con énfasis en Doctrina Social de la Iglesia y Pastoral Social como se había pedido en años anteriores; el curso estuvo

orientado por sacerdotes de la diócesis de Sonsón Rionegro a quien agradecemos el esfuerzo, la organización y el aporte a sus hermanos. El curso siguió la metodología de la Iglesia: ver, juzgar y actuar, donde se vio la “realidad sociopolítica, socio-económica, socio-cultural y socio-religiosa que permitió una aproximación a la rea-lidad que constantemente nos interpela, igualmente, se abordaron los principios doctrinales “como palabra iluminadora… que presenta una respuesta a la crisis in-termitente del mundo”. Por último, se dio “la oportunidad de abordar conjuntamente los retos pastorales que se deben asumir en nuestra diócesis, si se quiere dar una respuesta adecuada a la problemática que nos desafía”.

Curso de formación permanente para el clero: Doctrina Social de la Iglesia y Pastoral Social

Condolencias Presentamos nuestro saludo de condolencia a la los sacerdotes y sus fa-

milias por la muerte de sus seres queridos ofreciéndole nuestras plegarias al Dios del amor y la misericordia.

A la familia Gómez Gómez por la muerte de su hermano sacerdote Mons. Francisco Luis Gómez Gómez, ocurrida el 3 de Junio.

Al Padre Francisco Serna Serna, por la muerte de su hermano Héctor, ocurrida el 12 de junio.

Al Padre Jorge Enrique Buitrago Betancur por la muerte de su señora madre María del Socorro ocurrida el 15 de junio.

Al Padre Tulio de Jesús Ruiz Rincón por la muerte de su señora madre Ana Luisa Rincón ocurrida el 25 de junio.

Con motivo del Año sacerdotal, Convo-cado por su Santidad el Papa Benedicto XVI, el pasado 16 de marzo del presente, Monseñor Ricardo Tobón Restrepo, Obispo de la diócesis, ha sacado una Carta Pas-toral titulada “EL AMOR DE CRISTO NOS APREMIA”, en el año sacerdotal como una “importante ocasión para que los sacerdo-tes renovemos la conciencia de la propia identidad y, consecuentemente, para que fortalezcamos los compromisos de nuestra vida y de nuestra tarea, que deben brotar

del apremio que nos causa el amor del Señor”. Además, nos presenta propósitos, a nivel diocesano para vivir este año como el “contemplar a Cristo, Sumo y Eterno Sacer-dote, el empeñarnos en asumir con alegría y claridad nuestra identidad, construir la fraternidad sacramental que nos une, etc.… Igualmente, Monseñor Ricardo nos presenta el programa junto con el espíritu en que debe celebrarse el año sacerdotal “para reavivar el don de Dios que hemos recibido (Cf.2 Tim.1,6).

Carta Pastoral del Señor Obispo a los Presbíteros de la Diócesis Sonsón Rionegro

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5Mayo – Junio 2009ACTUALIDAD

La diócesis de Sonsón-Rionegro y la Universidad Católica de Oriente han ejercido un concreto y reconoci-do liderazgo regional que debemos fortalecer. Son las instituciones que mejor conocen la región del Oriente antioqueño, sus fortalezas, sus dificultades, sus proyectos, sus necesidades. La diócesis nació en el momento oportuno, cuando apenas se vislumbraba un futuro prometedor para el Oriente antioqueño; si algunos de los sacerdotes y líderes de enton-ces no gozaron con la nueva diócesis y siguieron aferrados a la capital, era porque todavía no se percibía con cla-ridad lo que estaba llamada a ser esta próspera región. Con la organización y afianzamiento de la nueva diócesis, la región se fue configurando como tal. Y cuando 25 años después nació la Universidad Católica de Oriente, el desarrollo regional ya había des-pegado y requería de líderes que lo impulsaran y lo humanizaran.

Hoy, terminando la primera década del siglo XXI, y después de un duro conflicto armado que en gran medida frenó e incluso en muchos sectores hizo retroceder nuestro desarrollo, la región vuelve a tomar una importan-cia capital. Los nuevos asentamientos industriales, el desplazamiento de la ciudad hacia el valle de san Nicolás, la vocación agrícola y pecuaria de la zona, su riqueza en recursos naturales como aguas, bosques, diversidad de especies vegetales y animales, la pro-ducción energética, el abastecimiento de alimentos para la gran ciudad, pero sobre todo la pujanza de sus gentes, la nobleza de la raza, el acendrado sentido religioso, la unidad étnica del territorio, son enormes fortalezas que reclaman acciones más envolventes, dinámicas y bien direccionadas hacia un desarrollo humano, es decir, que parta del hombre como su centro y lo demás sea puesto adecuadamente a su servicio para –como decía la Populorum Progressio- el desarrollo sea efectivamente “el paso de con-diciones de vida menos humanas a condiciones más humanas”.

Hace sólo algunos días las direc-tivas de la universidad, el Vicario de

Pastoral y los Vicarios Foráneos de la diócesis nos reunimos para repensar cómo fortalecer nuestra cooperación mutua con el fin de tener un mayor impacto social, educativo y pastoral en la región. Tenemos mucho que hacer juntos. La universidad debe aportar conocimiento, investigación, proyección social, servicio efectivo a la educación de niños, jóvenes y adultos, pensamiento crítico, valores éticos... en tanto que la diócesis es su mejor aliada para abrir puertas, aportar el conocimiento que como ninguna otra institución tiene de la región, la fuerza y dinamismo de su acción pastoral, la credibilidad de que goza, la experien-cia en el trabajo con las comunidades, el liderazgo de sus pastores y agentes de pastoral. Ambas somos entidades de Iglesia, nacimos del corazón de sus pastores y tenemos como misión el anuncio del Evangelio.

Muchas entidades y personas quieren trabajar en la región, algunas con intereses más personales que comunitarios, otros con tendencias contrarias a la idiosincrasia y voca-ción de nuestra gente, los de más allá conociéndola muy poco pretenden importar experiencias medianamente exitosas en otras latitudes. Nosotros que conocemos la región, a quie-nes efectivamente nos duele, que gozamos de credibilidad y hemos permanecido firmes y comprometidos al lado de nuestras gentes aún en los momentos más aciagos, ejerza-mos nuestro liderazgo y jalonemos el desarrollo que para la Iglesia “es el nuevo nombre de la paz”. Todos los párrocos, formadores y demás sacerdotes, todos los líderes natura-les e institucionales, podemos unir conocimiento, voluntades, actitudes, valores, creatividad y fuerzas para dinamizar y direccionar el desarrollo de esta próspera región que afortuna-damente quiere volver a ser remanso de paz, de armonía, de concordia y de trabajo honrado.

Animales altamente ofensivosPOR: PbRO. JOSé Raúl RaMíREz ValEncia,

DEcanO FaculTaD DE TEOlOGía

“Animales inofensivos: el tigre, el león y la pantera. Animales altamente peli-grosos: la gallina, el ganso y el pato…

decía una lombriz a sus hijitos.”─ Estanislao Zuleta─

En estos últimos meses, no han fal-tado, semana tras semana, escándalos sacerdotales de toda índole. Esta realidad, por supuesto, no es de ninguna manera justificable y, querámoslo o no, está cau-sando malestar en el común de la gente. Con estos escándalos la expresión latina corruptio optimi pessima est, que significa “la corrupción de los mejores es la peor”, cobra toda su vigencia. Si bien, estos es-cándalos hacen mucho daño a la Iglesia, no podemos olvidar otras situaciones que silenciosamente la están desestabilizando y que no son tan fáciles de percibir e iden-tificar, pero que soterradamente también hacen mucho daño.

Si de algo debemos estar convencidos es que el problema de la Iglesia, al igual que su solución, no se debe buscar por fuera. “No vayas lejos, vuélvete a ti mismo porque en el interior de ti habita la verdad”, decía San Agustín. Por eso, en buena hora, el Papa ha convocado la celebración del año sacerdotal bajo el lema: “Fidelidad de Cristo, fidelidad del sacerdote”. Esto significa que una de las grandes riquezas de la Iglesia es el sacerdocio ministerial, pero lo que es riqueza, cuando no se vive con auténtica fidelidad, se convierte en problema. Ahora bien, la fidelidad sacer-dotal no la podemos direccionar o reducir sólo a una dimensión, esto sería sesgar el ser del sacerdote y menospreciar o tratar de inofensivas a las otras dimensiones.

La fidelidad sacerdotal la podemos encauzar desde cuatro dimensiones que tienen incidencia y se articulan: ser, hacer, saber y vivir sacerdotalmente; cualquier vacío en alguna de ellas, socava la perso-nalidad sacerdotal.

El ser sacerdotal hace referencia a la identidad, y la identidad no es negociable ni transferible; ésta nace de la llamada originaria de Dios para estar con Él y al servicio de los hermanos. Sin este llama-miento, no hay ser sacerdotal auténtico. La llamada divina no es invento humano; cuando no hay llamada, el ser sacerdotal se torna ficticio, fatigoso y frívolo. Cuando el sacerdocio parte de una llamada, su ser es manifestación de la creatividad divina en todo momento. Si hay llamada, tiene sentido la fidelidad y su consecuencia más inmediata es una responsabilidad gozosa en el ejercicio ministerial. Animal inofen-sivo, el no partir de una llamada divina.

El hacer sigue al ser, decía muy clara-

mente la filosófica escolástica. Si hay ser hay identidad en el hacer. Cuando no se tiene muy claro el ser, el hacer se mani-fiesta difuso, profuso y engañoso. Cuenta Don Miguel de Unamuno en su obra San Manuel Bueno y mártir, que una vez un pa-dre comenzó a conversar con una persona que ni creía ni le interesaba creer en Dios, a lo cual le responde el sacerdote que él tampoco creía, pero lo hacía porque veía que hacía bien a la gente. ¡Gran tragedia y martirio! El hacer sin el ser, animal altamente ofensivo.

En cuanto el saber del sacerdote, no sin pocas exageraciones se ha caído en la yuxtaposición: academia-fe y espiritua-lidad-intelecto, creyendo que una va en detrimento de la otra. Esta visión pobre hace que caigamos en un fideísmo exagerado, fe sin razón, o en un racionalismo dominante, donde el misterio no tiene cabida. El saber propio del sacerdote es el ámbito de la fe, una fe que ensancha la razón y escruta el misterio; no una fe que evade el compromiso académico, ni una academia que mira des-pectivamente la fe. Superar esta dicotomía es generar cultura cristiana. Ya el Papa Juan Pablo II lo expresaba de una manera muy concreta: “una fe que no se hace cultura es una fe que no ha sido acogida plena-mente, ni pensada íntegramente, ni vivida fielmente.” Animal altamente peligroso, la yuxtaposición academia-espiritualidad.

El vivir del sacerdote se refiere a la san-tidad, mas no a una santidad desencarnada, huidiza de los compromisos temporales, pero tampoco una “santidad” seculariza-da, comprometida solo con lo terreno, sin ningún referente divino ni experiencia de fe. Por el contrario, la santidad sacerdotal da sabor a las realidades temporales y se convierte en el faro luminoso en un mundo vacío, fragmentado y sin certezas; es allí es donde el sacerdote aparece como testigo de la verdad y artífice fecundo de la esperanza, donde su vivir transparenta una intimidad que hace nuevas todas las cosas, pues como decía Simone Weil: “no es el modo como una persona habla de Dios lo que me permite saber si ha morado en el fuego del amor divino, sino el modo como habla de las cosas terrenas”. Animal altamente peligroso, una santidad desencarnada.

Pero ante esta panorámica de escán-dalos no podemos ser profetas de des-venturas que sólo ven males y ruinas en la Iglesia actual, como solía decir el beato Juan XXIII; hay muchos signos sacerdota-les edificantes; el mal hace mucho ruido; por eso Goethe, se declaraba del linaje de aquellos que de lo oscuro hacia lo claro aspiraban.

Por un efectivo liderazgo regional

POR: MOnS. iVán caDaViD O. REcTOR uniVERSiDaD caTólica DE

ORiEnTE

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6Mayo – Junio 2009HUELLAS EN LA ROCA

Sentado sobre un sillón reposa el Padre Martín Emilio Correa Vélez en el balcón de su habitación; escucha que llaman a la puerta de su dormitorio y con la seguridad que le dan sus años y la paciencia acumulada a lo largo de su vida, responde con un grito entre-cortado: Siga…

La habitación está rodeada de varios objetos que fácilmente harían pen-sar a cualquiera que se encuentra en un hospital; caminador, máquina de oxígeno, silla de ruedas, son algunos de los elementos que conforman este habitáculo.

Sin moverse del sillón, el padre Mar-tín Emilio observa atentamente a quien entra en sus aposentos; sin decir nada, clava la mirada al desconocido y ésta se convierte en una pregunta para quien llega, que sin más remedio dice quién es y cuál es el propósito de la visita.

Al verlo a primera vista, al Padre Martín Emilio pareciera que los años le pesaran más de la cuenta, pero al entablar el diálogo, sus palabras le van devolviendo la vida y sus recuerdos lo rejuvenecen, imprimiéndole nuevas fuerzas y sacándole de su mente los años mozos en los que tanto bien le hizo a nuestra diócesis.

Oriundo de Santa Bárbara, a muy temprana edad se radicó con su familia en Medellín; allí estudió y desde muy pequeño sintió su inclinación por el sa-cerdocio; cuando estaba en la escuela, un sacerdote visitó el plantel motivando a los estudiantes para convertirse en sacerdotes, idea que lo cautivó y que comentó con su padre, pero éste, adu-ciendo escasez de dinero, le dijo que se olvidara de esa idea, pues no tenía con qué sostenerlo.

Su juventud pasó y llegó su vida produc-tiva, trabajó como

ayudante de farmacia, administrador de teatros de Cine Colombia, Auxiliar de auditoría y auditor en un banco.

Ya maduro y cuando su familia se podía sostener, fue a la parroquia de La Candelaria a ponerse en paz con Dios mediante la confesión, con tan mala suerte que le tocó con un sacerdote muy cascarrabias y no concluyó este sacramento; “me fui a confesar y me tocó un sacerdote muy bravito, y yo no terminé la confesión; salí para donde otro, el Padre Fabio Restrepo, al que le conté lo que me había pasado y me dijo que no prestara atención y al ver mi inclinación vocacional me animó a entrar al seminario y a pesar de mi edad adulta me decidí y empecé a es-tudiar en el Cristo Sacerdote de La Ceja, mejor dicho el Padre Fabio, fue el que me dio el último empujón para entrar al seminario”.

Cuando aún era seminarista, re-cuerda que Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo, Obispo de la diócesis en ese entonces, desarrollaba ambiciosas obras para ampliar el Seminario Cristo Sacerdote y en una reunión general con sacerdotes y seminaristas planteó la necesidad de tener a alguien que le diera una mano, pues le estaba quedan-do muy complicado encargarse de las minucias de la construcción, teniendo la responsabilidad de la diócesis.

“Monseñor nos citó y dijo que no podía atender a todo, que necesita-

ba a alguien que le ayudara en la construcción; al lado mío había un seminarista, hoy gran catedrático de la uni-versidad, Antonio Mazo, y dijo: vea Monseñor aquí está y me señaló a mí y yo le dije que por qué se ponía a hablar en nombre mío; Monseñor Alfonso me miró y yo le respondí

que de construcción no sabía nada,

que yo había trabajado

en una

oficina, pero que si le podía ayudar, que lo hacía con mucho gusto, y ahí arranqué a dirigir obras”.

Y así sin saber de construcción y siendo aún seminarista, el Padre Martín Emilio dirigió las obras para la construc-ción de los bloques de Teología del Se-minario Cristo Sacerdote de La Ceja; se ordenó presbítero a los 45 años; dirigió también la construcción del Seminario MIES y las obras de las Asociaciones Sacerdotales San Pablo y Siervos del Espíritu Santo, asumió también la cons-trucción de La Ciudadela de Jesús, parte de la construcción de la Casa Sacerdotal El Rodeo y la adecuación del Seminario Cristo Sacerdote de Yarumal.

Recuerda con mucho agrado a don Santiago Mejía, importante benefactor de la diócesis, que siempre estuvo pres-to a colaborar en todo lo necesario para la formación de los nuevos sacerdotes, incluso con recursos para la construc-ción de seminarios.

Se precia de haber gozado de la esti-ma de Monseñor Alfonso Uribe Jarami-llo; éste siempre lo llamaba cuando iba a emprender una nueva obra a lo que el padre Martín preguntaba: “Monseñor y usted ya tiene plata para esa construc-ción; Dios verá, al fin y al cabo eso es para Él, respondía Monseñor”.

Cuenta que Monseñor Alfonso Uribe era muy de buenas, que lo mandó un día a Medellín a conseguir recursos con don Santiago Mejía para la construcción de un nuevo Seminario, y lo abordó diciendo: “Don Santiago, vengo por aquí porque Monseñor Uribe tiene la idea de construir un Seminario Campesino. – Tendrá mucha plata Monseñor – res-pondió don Santiago; - él lo que tiene es la Providencia – dijo el padre Martín y don Santiago replicó - y la Providencia somos nosotros -”

Además de trabajar dirigiendo impor-tantes obras de construcción, el Padre Martín Emilio también se desempeñó como profesor y guía espiritual, ecóno-mo de los Seminarios y sólo prestó sus servicios pastorales en tres parroquias y eso porque solicitó dos licencias para

descansar de la dirección de construc-ción, trabajó durante un año en Caldas, otro en Titiribí y un último año en El Carmen de Viboral, pero Monseñor Al-fonso lo volvía a llamar para continuar dirigiendo obras.

Hoy día a sus 88 años de edad y como consecuencia de algunas dolencias en su columna, el Padre Martín Emilio Co-rrea Vélez vive en el Refugio Santa Ana en el barrio Calazans de la ciudad de Medellín, un hogar para los ancianos o personas de la tercera edad que requie-ren una asistencia especial, dirigido por la comunidad de las Hermanitas de los Pobres de San Pedro Claver.

“Aunque las Hermanas son muy que-ridas me siento como pájaro en jaula” comenta el Padre Correa mientras mira desde su balcón el patio central de aquel hogar; allí celebra la eucaristía todos los días a las siete de la mañana y el resto del día lo pasa en su habitación; de allí sale muy poco, y cuando sale lo hace acompañado de un sobrino que lo ayuda en sus diligencias.

Les pide a los nuevos sacerdotes que tengan identidad, que no sean tan re-lajados y que se vistan con la dignidad de un sacerdote, no siempre llevando una sotana pero sí un cleriman con dig-nidad, que no se pongan blue jeans y que los arrastren como cualquier gamín, que no estén ni peludos ni pelados o rapaos, que se motilen con la dignidad de un hombre y que no hagan caso a las nuevas tendencias.

Recuerda y añora los seminarios y les pide a los pobladores del Oriente, a los seminaristas y a los sacerdotes que oren por él y que le ayuden como él aún lo hace a los seminaristas pobres y que tengan mucha fe en Dios.

Hablando de Monseñor Alfonso Uribe, de sus compañeros sacerdotes y con las risas que le generan sus re-cuerdos, el Padre Martín vigila desde su balcón todos los movimientos del hogar desde la portería hasta los corredores y el patio, seguro de que su obra de-finitivamente fue guiada, bendecida y sufragada por Dios.

Constructor de las obras de DiosPOR: Juan DiEGO aGuDElO GiRalDO

cOMunicaDOR - DiócESiS DE SOnSón RiOnEGRO

El Padre Martín Correa

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7Mayo – Junio 2009PULSO REGIONAL

Francisco Javier Álvarez Sánchez es el nuevo alcalde de San Carlos, luego de unas elecciones atípicas llevadas a cabo el pasado 7 de junio.

De 40 años de edad este tecnólogo agropecuario, trabajó 9 años en la Secretaría de Agricultura de la Go-bernación de Antioquia y además fue director de la UMATA en su municipio; su plan de gobierno tiene cinco líneas estratégicas, “todas enfocadas al tra-bajo con la comunidad, a la educación, la salud y el campo.

Francisco Javier Álvarez, del Par-tido Conservador, fue elegido como el nuevo alcalde de San Carlos con un total 3.359, mientras su opositor obtuvo 2.463.

El reto ahora para Francisco Álva-rez, el nuevo alcalde, es cumplirle a la comunidad y limar asperezas con el directorio conservador en el municipio, quienes no apoyaron su campaña por no estar de acuerdo con el aval que le dio el partido.

Así lo hizo la Comisión Quinta del Senado, luego que la comuni-dad antioqueña, encabezada por el gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos Botero, expusiera claros motivos que demostraban la eficiencia de la Corporación en el sector ambiental.

El proyecto de Ley 235 del 2008 fue presentado el año pasado por el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo territorial, argumentando bajos niveles de desempeño en la ejecución de sus programas e inver-siones, la falta de recursos propios y por ende, su alta dependencia del presupuesto nacional.

“CORNARE no encuadra en nin-guna de estas categorías”, aseguró el gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos Botero, quien agregó que los indicadores de la Corpora-ción la catalogan como una de las más eficientes en el tema ambiental en Colombia.

Luego del foro realizado el jue-ves 28 de mayo del presente año en el municipio de Rionegro, la Comisión Quinta del Senado anun-ció a la comunidad antioqueña la decisión de suprimir el proyecto de Ley 235 del 2008, el cual pre-tendía suprimir a la Corporación Autónoma Regional del Río Negro y Nare CORNARE

Este proyecto, presentado en el 2008 por el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, suministró argumentos que no describían la eficiencia y responsa-bilidad ambiental y administrativa de CORNARE, por lo que encontró gran oposición en la comunidad antioqueña.

El pasado 28 y 29 de mayo, el Oriente Antioqueño tuvo lugar en el Recinto Quirama de El Carmen de Viboral, el Primer Congreso Latinoamericano de Agencias de Desarrollo Local, en el que panelistas de diferentes países de Latinoamérica y Europa, abordaron temas referentes a las oportunidades del desarrollo lo-cal ante los desafíos y crisis de la globalización, para un desarrollo sostenible y humano.

El objetivo del congreso fue reconocer instrumentos y he-rramientas territoriales, que a lo largo de su experiencia han eje-cutado estrategias de desarrollo local para enfrentar los grandes

efectos de la globalización, los cuales se constituyen en los retos a afrontar en las regiones latinoamericanas en esta primera década del siglo XXI.

En el evento se intercambiaron experiencias y posiciones que han marcado e impactado en todo el marco de la globalización y que han contribuido en el for-talecimiento de las Agencias de Desarrollo Económico existentes en Latinoamérica.

La Presidencia de la Repú-blica de Colombia/ACCI, el Pro-grama de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la iniciativa ART REDES del PNUD, la Gober-nación de Antioquia, Red Adel-

co, Adra y La Agencia para el Desarrollo Económico de la Provincia del Oriente Antioqueño “ADEPROA”, han venido trabajando conjuntamente, para lo-grar así ante los grandes desafíos de la globaliza-ción, la sostenibilidad de los recursos naturales, la corresponsabilidad en la gestión, gobernanza, construcción territo-rial y reducción de la pobreza, todos estos aspectos importantes en lo que se refiere a la responsabilidad social.

ARCHIVADO PROYECTO DE LEY QUE PRETENDÍA SUPRIMIR A CORNARE

EL ORIENTE ANTIOQUEÑO EPICENTRO DEL PRIMER CONGRESO LATINOAMERICANO DE AGENCIAS DE DESARROLLO LOCAL

SAN CARLOS TIENE NUEVO ALCALDE

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La efemérides contó con la presencia del Sr. Nuncio Apos-tólico, de su Santidad Benedicto XVI en Colombia, Mons. Aldo Cavalli, Mons. Ricardo Tobón Restrepo, Obispo de nuestra diócesis, Mons. Oscar Aníbal Salazar Gómez Obispo de la Do-rada Guaduas y Ex Párroco de la Catedral, Mons. Leonardo Gómez Serna, Obispo de Magangue, 55

sacerdotes entre ex párrocos, ex vicarios, sacerdotes sonsoneños e invitados de toda la diócesis; igualmente la presencia del Sr. Gobernador del Departamento, Dr. Luis Alfredo Ramos Botero, sonsoneño, el presidente de la asamblea de Antioquia Dr. Juan Esteban Villegas Aristizabal, El Diputado Juan Diego Gómez, el Dr. Gustavo Bustamante Morato,

delegado del H. Senado de la República, autoridades munici-pales, colonias y demás invita-dos para la ocasión.

La celebración estuvo ante-cedida, por una semana sacra-mental, la cual contó con gran participación de la comunidad parroquial de la catedral y del municipio, con primeras comu-niones, matrimonios, confirma-ciones, acto penitencial, jornada de oración por la vocaciones y los enfermos, el día de acción de gracias y de recordación his-tórica de la parroquia por parte del Centro de Historia de San José de Ezpeleta de Sonsón, con dos importantes ponencias, una sobre historia de la parroquia, los 26 párrocos y 84 vicarios parroquiales, y otra sobre una completa biografía y genealogía del primer párroco, el Pbro. José Tomás Henao Duque, nombrado para el cargo el 6 de junio del año 1809.

El día central de la celebra-ción contó con una especial pro-gramación dirigida por el Pbro. José Manuel Giraldo G. y los sacerdotes de nuestra parroquia, los pbros. Ignacio Acevedo A, Andrés Felipe Vásquez Q. y Luis Julio Ospina C., con la llegada de las delegaciones de sacerdo-tes, religiosas y religiosos. Para iniciar, hubo un gran concierto de la Banda Sinfónica de Saba-neta con 80 músicos en tarima,

Parroquia Nuestra Señora de Chiquinquirá, de SonsónDoscientos años de historia y de fé

La parroquia de la Catedral celebró con gran alborozo y fervor de toda su comunidad, sus 200 años el pasado 13 de junio.

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8 - 9Mayo – Junio 2009

Parroquia Nuestra Señora de Chiquinquirá, de SonsónDoscientos años de historia y de fé

engalanada con la presencia del Sr. Gobernador, los Excmos. Sres. Oscar Aníbal Salazar y Leonardo Gómez, sacerdotes y comunidad de Sonsón; al terminar, se pasó al acto central de los doscientos año; la Eucaristía de Acción de gracias contó con la participación de toda la comunidad, grupos apostólicos, colegios; e instituciones de la ciudad; la Eucaristía inició con el saludo de Mons. Ricardo Tobón Restrepo como pastor de la dióce-sis, y fue presidida por el Sr. Nun-cio Apostólico, quien se refirió al acontecimiento de una forma muy especial y afectuosa, hecho que llamó mucho la atención de toda la comunidad.

Terminada la Eucaristía se pasó al renovado Centro de Convencio-nes El Convite, donde se realizó el acto protocolorario en el cual se le entregó a la parroquia de la Cate-dral, en cabeza de su párroco, las

siguientes condecoraciones: Orden a la democracia del H. Senado de la República, el escudo de Antioquia categoría oro, de la Gobernación de Antioquia; la Orden al Mérito Em-

presarial “Mariscal Jorge Robledo” categoría oro, de la H. Asamblea Departamental; la Medalla “San José de Ezpeleta” categoría oro, del Municipio de Sonsón, El “Escudo de Sonsón” categoría oro, del H. Concejo Municipal, la Medalla del Civismo, máxima condecoración de la Sociedad de Mejoras públicas de Sonsón, y el escudo de oro y resolu-ción del Centro de Historia San José de Ezpeleta de Sonsón. Durante este acto llevaron la palabra el Sr. Alcalde Municipal Dr. Jesús Antonio Giraldo B. quien presentó un saludo a los asistentes, el Sr. Gobernador de Antioquia quien realizo un re-lato de momentos de permanencia en su ciudad y el Sr. Pbro. José Manuel Giraldo G. quien agradeció en nombre de toda la comunidad de Sonsón las condecoraciones y atenciones para con la parroquia en sus 200 años de vida parro-quial. Luego se sirvió un elegante almuerzo para los invitados.

El día de celebración terminó con la presentación músico tea-tral de los Hijos del FIAT; dejando un gran mensaje de perdón en la comunidad; y en la noche el concierto de gala de la orques-ta de estudiantes de EAFIT. Es de anotar que dentro del marco de las festividades de los 200 años, se celebró en honor a la parroquia el VI festival de música religiosa de Sonsón, que termi-nó el día domingo con un gran concierto del Coro de Campanas de la Universidad Adventista y el Coro Polifónico de la UPB.

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10Mayo – Junio 2009AREA DE FORMACION Y CELEBRACION DE LA FE

EiDER GiRalDO GóMEzEScuEla DE alabanza “aRPa DE DaViD”

Desde hace algunos años, se ha venido tomando consciencia dentro de la Iglesia y fuera de ella, del papel que el laico ocupa y de cómo se debe desempeñar en lo que se refiere a su participación en las labores pastorales y en la celebración de la fe. El documento de Puebla advierte la urgencia de tener laicos que respondan a las necesidades de evangelizar a los hombres en sus realidades temporales, animando con su propia vida a muchos que ven el tesoro del Evangelio en sus actitudes: “la fide-lidad y la coherencia con las riquezas y exigencias de su ser le dan su identidad de hombre de Iglesia en el corazón del mundo y de hombre del mundo en el corazón de la Iglesia (786)”.

Cada vez se hace más urgente el lla-mado para que los laicos aprendan que su función no está limitada a la mera concurrencia informal y alejada de la actividad litúrgica, sino que, conscientes de su condición, puedan actuar y hacer eficaz su condición de bautizados, por la que han sido incorporados a Cristo y participan de la misión salvífica de la Iglesia. Además, su misión sacerdotal, profética y real impera sobre una sencilla y desentendida asistencia a los actos celebrativos o de culto.

A la hora de lograr una identidad en cuanto a la forma de aplicar el aposto-lado, conviene entender al laico como “un testigo de Dios para el mundo”, pues debe procurar con su modo de vida, ayudar al crecimiento de la Iglesia y a su santificación, ordenando sus propias rea-lidades según Dios, es decir, desempe-ñándose cristianamente en cada una de sus situaciones ordinarias, a nivel social y familiar. Esto, no debe constituirse en una camisa de fuerza ni puede significar tristeza, por el contrario, cuando decide lanzarse a llevar a Cristo a sus hermanos, la alegría pasa a ser su mayor compañía, el mundo su lugar de trabajo, la Palabra de Dios su mejor herramienta y la Iglesia su verdadero y dulce hogar.

Entender la misión así, conlleva a la adquisición de un estilo de vida único: no un modo de vivir elegido de entre otros, sino, y en definitiva, un suave olor que traspasa toda realidad y se arraiga en lo más profundo de la personalidad de quien decide ofrendar

su vida a la Iglesia como sacrificio por medio del cual Dios actúa. Para lograrlo, debe tener su corazón dispuesto a ser testigo en el mundo, sabiendo que para trabajar en él necesita una acertada formación doctrinal y espiritual. Por eso, es conveniente que no se quede sólo con lo que recibe de primera mano, sino que indague sobre su fe, sobre lo que implica ser cristiano y miembro del pueblo de Dios. Para este fin, ha de estar en sintonía con la Iglesia, toman-do la Palabra de Dios como su fuente, consultando constantemente la sagrada Tradición y el Magisterio de la Iglesia, así como acercándose a los ambientes académicos y espirituales para aprender fielmente el Magisterio que durante si-glos la Iglesia ha guardado y custodiado como tesoro invaluable, entendiendo que en definitiva es el Espíritu Santo quien guía, orienta y acompaña a la Iglesia en su misión evangelizadora durante toda la historia. Además así mismo, ha de participar activamente de la vida sacramental, especialmente de la Sagrada Eucaristía por la cual nutre la caridad hacia los hermanos y su propia vida es santificada (Cf LG 33).

Aprender de la Iglesia también in-cluye estar actualizado. Esto es, acudir constantemente a los documentos que ella proporciona para el fortalecimiento espiritual de la fe a fin de hacerla más vivencial y profunda. Porque cuando un laico se forma en espíritu de unidad en la Iglesia, se convierte en un profundo evangelizador, no solo con su testimo-nio silencioso sino ahora expresado con palabras seguras que dan fundamento a sus actitudes y precisan su esperanza ante los demás.

El mundo es el lugar en el que se desarrolla el plan de Dios y su Palabra encuentra tierra buena para fecundar. El laico, como agente pastoral, está lla-mado a ejercer su misión de bautizado en unión con sus pastores, a fin de ser cumplidor de la tarea Cristiana en el mundo. Para lograrlo es indispensable utilizar los medios que encuentra a su disposición: radio, prensa, televisión, internet, celulares y demás tecnolo-gías de avanzada. En esto tiene una gran responsabilidad, pues directa o indirectamente, al estar en el mundo con el corazón de la Iglesia puede actuar sobre estos medios para hacer del Evangelio un evento universal y así

ayudar a extender el reino de Dios. Del mismo modo, su trabajo secular debe servir para que Jesucristo, hijo de Dios sea considerado por muchos de sus contemporáneos como su salvación; acudiendo al testimonio de su vida, que muestra la grandeza del servicio desin-teresado en favor de la Iglesia y conduce al conocimiento de la verdad.

Otro espacio privilegiado para la evangelización es el santo estado del matrimonio y la vida familiar; allí los padres ejercen su misión catequizando y educando a los hijos, siendo testigos del amor de Dios y haciendo de la con-vivencia una hermosa escuela donde se practican las virtudes enseñadas por Jesucristo. Todo esto sin olvidar que se debe estar siempre bajo la guía de su “Dulce hogar”: la Iglesia.

Son los pastores quienes deben guiar rectamente la misión de los laicos, prestando atención a sus iniciativas, y éstos a su vez, deben estar dispuestos a aceptar con amor Cristiano tales direc-trices. Así, la Iglesia no estará dividida, por el contrario, sustentada en un piso firme: la unidad y “fortalecida por todos sus miembros, podrá cumplir con mayor eficacia su misión a favor de la vida del mundo (LG 37)”.

Pero también es necesario que los pastores en sus parroquias y en las di-ferentes acciones pastorales abran las puertas al laicado que desea compro-meterse con el anuncio del Evangelio de Cristo. Para tal fin, han de esmerarse y comprometerse por una cuidadosa formación de sus fieles, no obstante sus

múltiples ocupaciones. Además deben procurar con incansable anhelo, la participación viva, consciente y eficaz de los laicos en la vida de la parroquia, exhortándolos a la experiencia Cristia-na. Presentando la liturgia eucarística como el misterio central de la fe del cual todos hacemos parte, acercándolos a los sacramentos y compartiéndoles las necesidades pastorales para fundar en ellos el sentido de pertenencia por la Iglesia.

El pueblo de Dios exige respuestas no solo coherentes, sino también muy sustentadas en la fe y la razón. Por esto es urgente la evaluación consciente, personal y constante de los pastores y laicos sobre su doctrina y la ortodoxia que en ella se debe manifestar, tenien-do especial atención en el tratamiento de los diferentes temas, particular-mente de aquellos relacionados con la vida y la espiritualidad de la persona; en esto, el cristiano debe actuar y pensar como Cristo, defendiendo jun-to a la Iglesia el valor absoluto de la vida humana, a fin de no ser factor de escándalo o división, sino que ayude a proclamar las virtudes que deben integrar a la persona buscando imitar a su fundador.

Si los laicos comprendemos la realidad de nuestro bautismo y los compromisos que implica, uniéndonos estrechamen-te a nuestra Iglesia que como Madre y Maestra nos conduce hacia Dios, podre-mos cumplir con veracidad el plan al que Cristo nos llama y además nuestra vida se verá recompensada con la alegría de hacer la voluntad de Dios.

Testigo de Dios para el mundo

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11Mayo – Junio 2009PASTORAL SOCIAL

POR: P. MiGuEl ánGEl SalazaR RincónDiREcTOR FunDación PaSTORal SOcial

La tierra es el hogar de todos y para el disfrute de todos. Jamás será digno de un pueblo que excluya a alguno de sus hijos de las oportunidades de realización personal y del acceso y goce efectivo de sus derechos.

Hoy hacemos una apuesta para superar la indolencia frente al su-frimiento de muchos de nuestros hermanos que yacen en las calles pidiendo, drogándose, robando, padeciendo las inclemencias de su propio abandono o del abandono de sus semejantes.

Nos interpela el ver al ser humano encorvado ante su situación cuando se puede levantar y lo podemos le-vantar, cuando puede reconocerse digno y pedir que se le reconozca y respete su dignidad. La dignidad del otro es nuestra propia dignidad. Queremos ver al habitante de la calle erguido y abriendo su mente, sus

manos y todo su ser al futuro. La parábola del Buen Samaritano

nos muestra la ruta para la recupe-ración de la dignidad del otro. Toca acercarse, interesarse por el dolor ajeno, montarle sobre nuestros hom-bros y cabalgadura y llevarlo hasta un lugar seguro. Más no quedarse siempre cargándole sino brindándole el apoyo necesario para que pueda rehacerse y valerse por sí mismo.

Es la persona y su dignidad la que nos interesa. Es la persona la meta. Es la persona la razón de ser de nuestro trabajo. Y en palabras de Juan Pablo II, “el camino de la Igle-sia es el hombre”. La realidad del habitante de la calle es la que nos mueve a atenderle, a acogerlo como nuestro prójimo, a recibirlo como ese ser que lleva dentro de sí el derecho de llevar una vida digna, alejado de la drogadicción, el abandono y la mendicidad.

Es así como se propone en la se-gunda etapa del Sistema de atención

integral a habitantes de y en la calle, que emprendamos una campaña seria y decidida por la superación de la indigencia y la mendicidad. Queremos ver a la administración municipal, a las trece parroquias de Rionegro, a las empresas, a los co-merciantes, tenderos, fuerza pública, familias, sector educativo y a toda la ciudadanía en general, comprometi-dos con el pobre, pero sin alimentar su miseria. “Por un Rionegro con dignidad, no propicie la mendicidad”. Nadie dará limosna en la calle, nadie pidiendo de casa en casa o de parro-quia en parroquia, nadie viviendo en la calle, nadie deambulando por los barrios alimentando su miseria. Existen formas más efectivas de demostrar nuestra caridad hacia los más necesitados.

Con igual convicción, queremos emprender una campaña educati-va para que entre todos vayamos superando el flagelo de la droga y la prostitución que está acabando

con nuestros niños y niñas, que está destruyendo nuestras familias, que está menoscabando los sueños de los jóvenes, que está debilitando el progreso de nuestro municipio.

En éste y otros compromisos con-secuentes, tenemos que jugar, al estilo del Doctor Antanas Mockus en Bogotá, a la perinola, en la cual todos ponemos. Sólo así será posible em-prender ésta que consideramos toda una empresa en bien de la comuni-dad rionegrera. Mil gracias a quienes nos acompañan y a quienes seguirán acompañando esta labor.

POR: JOhan SEbaSTián FRancO PinEDacOMunicaDOR SiSTEMa DE aTEnción

inTEGRal a habiTanTES DE y En la callE DEl MuniciPiO DE RiOnEGRO

La Alcaldía de Rionegro, a través de la Secretaría de Gestión Social, en convenio con la Fundación Pastoral Social de la Diócesis Sonsón – Rione-gro, vienen operando, desde el mes de abril, el Sistema de atención integral a habitantes de y en la calle del mu-nicipio de Rionegro, el cual trabaja en tres frentes: prevención del fenómeno, intervención al habitante de la calle (indigencia) y al habitante en la calle (mendicidad) y promoción para su reinserción en la sociedad.

Rionegro vive una transición de pueblo a ciudad intermedia, que con-lleva beneficios para unos, pero perjui-cios para otros que quedan excluidos de las dinámicas y transformaciones por las que pasa el municipio, clara muestra de ello son las personas en situación de calle. La inclusión social

es un gran objetivo que debe vincular y aunar esfuerzos entre toda la ciuda-danía, las instituciones y las empresas. No puede ser sólo el desafío de unos cuantos mientras los otros se escu-dan en el egoísmo y la indiferencia. Es un tema que nos toca a todos, al que todos debemos comprometernos con propuestas y acciones para que Rionegro sea una ciudad equitativa e incluyente.

Hacia allá va dirigida la meta del Sis-tema de atención integral a habitantes de y en la calle, crear una enorme red ciudadana para sumar dichos com-promisos y esfuerzos en bien de estas personas que se encuentran excluidas. Para tal fin, se realizó el año pasado un diagnóstico y caracterización de la indigencia y la mendicidad en el mu-nicipio, para conocer más en detalle el problema y obtener información sobre las personas a atender.

Este año se le brindará apoyo in-tegral a esta población: tratamiento

terapéutico para sus problemas de drogadicción, alimentación, vestido, salud, reeducación, medicamentos y gastos urgentes. Para la indigencia, se adecuará una casa de acogida que recibirá a los habitantes de la calle de Rionegro. La mendicidad, es decir habitantes en la calle, se atenderá en lugares estratégicos de la ciudad como la Casa Pan y Vida San José, la Casa Don Bosco, las parroquias y los diferentes programas sociales de la Alcaldía.

Paralelo a ello, se desarrollará una campaña educativa para sensibilizar a la comunidad sobre los perjuicios que conlleva el sostenimiento de la mendicidad, ya que los dineros que estas personas recogen son utilizados en su mayoría para sustentar su dro-gadicción o, en el peor de los casos, se crean redes que explotan a los niños y niñas obligándolos a pedir en las ca-lles. En vez de dar limosna, se plantea alternativas como el fortalecimiento del

Sistema y la cooperación con institu-ciones y fundaciones comprometidas con el fenómeno. La reinserción social y laboral también es una de las metas a alcanzar, para ello se les brindará capacitaciones en un arte u oficio que les permita conseguir su sustento económico.

Invitamos a toda la ciudadanía, las empresas e instituciones públicas y privadas a fortalecer y participar en este proceso, ya que la creación de sinergias unida al compromiso de cada habitante de y en la calle, será prenda de garantía para que dichas perso-nas recuperen su dignidad humana, replanteen su proyecto de vida y la sociedad rionegrera avance así hacia la inclusión social. Si desea más informa-ción sobre el Sistema y como canalizar sus ayudas, comuníquese con:

FUNDACIÓN PASTORAL SOCIAL 5317999 ext. 114 y 106

[email protected]

Los habitantes de y en la calle de Rionegro recibirán atención integral

Inclusión Social, asunto de dignidad humana

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12Mayo – Junio 2009OBITUARIO

SemblanzaNació en El Santuario, el 11 de

octubre de 1924, hijo de Joaquín Gómez y Amalia Gómez, era el 3º de seis hermanos. Realizó sus estudios de primaria en la Es-cuela Urbana de Varones de este municipio; parte de la secundaria la cursó en el Colegio “San Luis Gonzaga” y luego en el Semina-rio Conciliar de Medellín terminó la secundaria y los estudios de filosofía y teología. Fue ordenado sacerdote en Medellín, el 29 de octubre de 1950, por el Excelen-tísimo Monseñor Joaquín García Benítez.

Inicio en 1951 su ministerio sacerdotal como vicario parroquial de Amagá, a mediados de ese mismo año fue nombrado vicario parroquia de la parroquia “Nuestra Señora de Chiquinquirá de El Santuario, cargo que des-empeñó hasta el 15 de agosto de 1962, cuando fue nombrado Párroco de San Rafael; allí ejerció por pocos meses. Más tarde, en febrero de 1963 fue nombrado Párroco de la Catedral de Sonsón, donde también fungió como Vicario Episcopal para esa Zona. El 19 de marzo de 1972 inició su labor pastoral en esta comunidad parroquial, cargo que ejerció con gran celo apostólico y caridad pastoral hasta el 4 de enero de 2002. La Santa Sede lo honró con el título de Camarero Secreto en el año de 1980. En el año 1993 fue ecónomo diocesano. En el año 2002 se fue a vivir a Medellín, donde siguió muy vinculado al presbiterio y a las acti-vidades diocesanas.

Monseñor Luis fue un sacerdote íntegro, que entregó su vida a Dios y a los hermanos, especialmente a los más necesitados en quienes vió el rostro sufriente de Cristo. Impulsor y gestor del progreso integral de esta ciudad levítica. Claro y firme en su doctrina, elocuente en su predicación, sencillo en sus cate-quesis, sabio y prudente en sus consejos y orientaciones. Todos tuvieron cabida en su corazón de padre, los niños, los jóvenes, los estudiantes y universitarios, las familias, los campesinos. Con un gran fervor por la vida sacramental de manera especial por la Eucaristía. Impulsor y promotor de las vocaciones sacerdotales y religiosas. Profesó un amor muy grande al Sagrado Corazón de Jesús y difundió en esta comunidad su devoción. Amante de la oración y de la devoción a la Santísima Virgen María. Fue el siervo bueno, prudente y dichoso que el Señor puso al frente de su servidumbre (Mateo 24, 45-47)

Desde hace varios meses su salud se vio quebrantada y estuvo por varios días hospitalizado en Medellín, donde falleció en la madrugada del 3 de Junio de 2009.

Damos gracias a Dios por la vida y obra de Monseñor Luis y expresamos nuestra cercanía espiritual y nuestra sincera con-dolencia a Sor Blanca Amelia (religiosa de la Presentación), a su Hermana Fabiola, a sus sobrinos y demás familiares y amigos que acompañamos.

El prolongado batir de pañuelos blancos, el ruidoso sonido de los pitos y cor-netas de los vehículos y las palabras emocionadas de los oradores, fueron los gestos con los que los santuarianos despedimos a monseñor Francisco Luis Gómez Gómez en el atrio de la Parroquia de Nuestra Señora de Chiquin-quirá, cuando caía la noche del jueves 4 de junio.

La población estaba cons-ternada. A las cuatro de la tarde comenzó la ceremonia religiosa presidida por los obispos de Sonsón- Rio-negro, monseñor Ricardo Tobón, y de La Dorada-Guaduas, monseñor Óscar Aníbal Salazar Gómez, el párroco Luis Carlos Salazar y más de un centenar de sacerdotes santuarianos y de los municipios cercanos.

Delegaciones de varias parroquias y representantes de numerosas instituciones de beneficencia y piadosas, igual que las autoridades locales, las instituciones educativas, las juntas de acción comunal y miembros de la colonia residente en Medellín, se unieron al sen-timiento de dolor de toda la comunidad parroquial para despedirlo.

Las banderas de El San-tuario, de Antioquia y Nacio-nal flameaban tímidamente a media asta. Muchos vehí-culos también lucían cintas moradas o negras y la con-versación en voz baja giraba alrededor de la vida y obra de monseñor Francisco Luis Gómez Gómez.

El duelo de tres días, rito reservado para homenajear a los hijos más ilustres de El Santuario fue decretado

por el alcalde Raúl Gómez Giraldo, interpretando el querer ciudadano.

Un desfile silencioso que se prolongó desde el día anterior a las dos de la tar-de se movió lentamente en el templo. Los santuarianos querían ver el rostro de quien fuera pastor y guía por tantos años. El sacerdote te-nía que solicitar a cada mo-mento que detuvieran solo segundos al frente del fére-tro para que todos pudieran despedir personalmente al ilustre sacerdote.

La homilía y los cánti-cos le dieron un toque de solemne ceremonial. La comunidad se congregó en el templo de Nuestra Señora de Chiquinquirá y en sus alrededores. Las exequias fueron seguidas por muchos santuarianos a través radio y televisión en toda la pobla-ción y en el mundo entero a través de internet. La noticia se había difundido rápida-mente a través de www.elsantuariano.com que puso la información desde las pri-meras horas de la mañana del jueves cuando desde el Hospital Pablo Tobón Uribe comunicaron su deceso.

Concluido el acto religioso,

en el atrio del templo se vio vía libre a la expresión ciuda-dana. El abogado Alejandro Salazar Gómez ofició como maestro de ceremonia. Eran las cinco y media de la tarde cuando explotó el sentimien-to de gratitud con monseñor Francisco Luis Gómez Gómez, mezclado con altas dosis de duelo por su partida.

Los pitos y cornetas aho-garon las palabras, el batir de pañuelo congestionó la visión del féretro dispuesto en el atrio. Por largos minu-tos se confundieron sensa-ciones y sentimientos...

A las seis de la tarde so-naron defectuosamente las notas del Himno de El San-tuario para iniciar el desfile al cementerio en medio de nuevo batir de pañuelos, estremecedor sonido de los pitos y cornetas y un aplauso sincero y fuerte por quien fuera uno de los sacerdotes y párrocos más queridos.

A las ocho de la noche, la población retornaba su ruti-na, con un estado de ánimo mezclado con dosis de dolor, gratitud y admiración, y el camposanto recibía a un nuevo huésped ...

(cORTESia REViSTa El SanTuaRianO EDición nº 473)

Monseñor Francisco Luis Gómez Gómez¡Adiós monseñor Francisco Luis!

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13Mayo – Junio 2009ACONTECER PASTORAL

Con el propósito de celebrar con los fieles de la diócesis Sonsón Rionegro el cincuentenario de la coronación canónica de la Virgen Nuestra Señora de Arma, patrona de nuestra diócesis, se inició desde el pasado primero de mayo el recorrido con la imagen de Nuestra Señora del Rosario por los diferentes municipios de la región.

La idea de llevarla a todas las parroquias de la diócesis, surgió en una reunión de Vicarios Foráneos y Delegados de pastoral y fue acogida por los diferentes sacerdotes, quienes vieron en esta iniciativa, una buena forma de dar a conocer la patrona a todos los fieles de la diócesis.

La Patrona nos visitaNuestra Señora del Rosario de Arma peregrina por la diócesis

El cuatro de mayo y luego de hacer su arribo al municipio de Abejorral, la Imagen de la Virgen Nuestra Señora de Arma entró en la parroquia Nues-tra del Carmen seguida de una gran multitud de personas que la traslada-ron hasta el templo, allí desarrollaron una jornada mariana, celebraron la Eucaristía, rezaron el Santo Rosario y acompañaron a la Patrona de la diócesis hasta las doce de la no-che, hora en la cual los fieles de la parroquia Cristo Rey de esta misma localidad, orientados por su párroco, se llevaron en procesión la imagen hasta el templo donde permaneció hasta las once de la mañana del día

siguiente, cuando la Virgen partió hacia la parroquia del corregimiento de Pantanillo donde estuvo hasta el seis de mayo.

Desde Pantanillo la Virgen viajo a Nariño, localidad donde fue recibida por los estudiantes de las escuelas y colegios y en un multitudinario desfile fue conducida por diferentes calles del pueblo, hasta el templo parroquial.

Tres días permaneció Nuestra Se-ñora del Rosario de Arma en Nariño; allí se le rindieron varios homenajes, se le dedico una serenata y se rezó intensamente el rosario.

De Nariño, la imagen pasó a Ar-gelia donde la noche anterior a su partida, 12 de mayo, se motivó a la comunidad de la parroquia San Julián a llevar una vela o un cirio encendido y hacer un lucernario, procesión y celebración eucarística acompañada por la luz.

El trece de mayo la imagen llega a Sonsón donde pasa por cada una de las parroquias y es acompañada por los actos marianos, las celebra-ciones eucarísticas y el rezo del Santo Rosario.

Luego pasa al corregimiento de Mesopotamia el 16 de mayo, donde fue recibida y llevada a dos veredas: Guayaquil y San Miguel - Santa Cruz; en esta parroquia, la Virgen perma-neció dos días, tiempo después del cual fue conducida a La Unión y de este municipio pasó a las parroquias de La Ceja, terminando su recorrido por esta localidad en el corregimien-to de San José; de allí fue conducida a la parroquia de Las Palmas y de Las Palmas pasó al municipio de El Peñol, luego Guatapé, a donde arribó el 5 de Junio, el recorrido continuaba en San Rafael y luego en el Jordán.

La Virgen en las veredasEn este recorrido la Virgen Nuestra

Señora del Rosario de Arma no sólo ha llegado a las poblaciones del Oriente Antioqueño, sino que algunas veredas recibieron a la patrona; en Mesopotamia por iniciativa del párroco, la Virgen fue llevada primero al área rural, visitando dos veredas, Guayaquil y San Miguel - Santa Cruz, lugares donde en años anteriores sus pobladores padecieron los rigores de la violencia y vieron en la visita de la Virgen una buena oportu-nidad para agradecer a la Patrona de la diócesis por el retorno de la tranquilidad a esta región.

La Virgen desconocidaAunque desde 1783 la imagen de

Nuestra Señora del Rosario de Arma ha estado en el Oriente Antioqueño, pun-tualmente en Rionegro, y que la diócesis fue consagrada a Nuestra Señora desde el 9 de febrero de 1959, la devoción a esta advocación no ha sido lo suficien-temente difundida, hecho que se ha corroborado en las visitas de la patrona a los diferentes municipio de nuestra región, cuando los fieles manifiestan que no conocían o no sabían de la Virgen Nuestra Señora del Rosario de Arma.

Hasta en motocicleta ha viajado la Virgen En camiones escalera, camionetas,

camperos y hasta en motocicletas ha viajando la Virgen por el Oriente Antio-queño; a Guatapé, por ejemplo, la Virgen llegó en motochiva, un nuevo transporte turístico que se ha impuesto en esta población.

En una caravana entre El Peñol y Guatapé, varias de esas motocicletas y otros vehículos condujeron a la patrona hasta este último municipio, donde un gran número de personas esperaban a la patrona en el sector El Recreo y en procesión y con el rezo del Rosario la llevaron al templo parroquial donde le rindieron homenaje.

El recorrido

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14Mayo – Junio 2009AREA DE COMUNICACIONES

POR: caRlOS EDuaRDO VáSquEzEScRiTOR y caTEDRáTicO, uniVERSiDaD

caTólica DE ORiEnTE

Uno nunca está tan solo como cuando vive en medio del exceso de información, porque los sentidos se duermen y la capacidad de maravillar-se desaparece. A pesar de esto, mi-llones de personas a nuestro alrededor se vuelcan a la Internet todos los días como una alternativa de socialización. A través de la red, nutren sus carencias afectivas y suplen, muchas veces, su falta de habilidades sociales. El cibe-respacio y las comunidades virtuales tienen unas características particula-res: son anónimos y condescendientes, pero también impersonales.

Sin embargo, redes sociales como Facebook, Hi5, Myspace y Sónico se han convertido en una alternativa para que las personas se sientan aceptadas y valoradas por lo que son o por lo que representan para una comunidad virtual. En agosto de 2008, Facebook alcanzó la poco desdeñable cifra de 100 millones de usuarios en todo el planeta y, según datos disponibles, esta cifra aumenta a un ritmo promedio de 100 mil personas por día.

Bajo estas circunstancias, no es de extrañar que el Papa Benedicto XVI ten-ga su propio espacio de comunicación dentro de las comunidades virtuales en la red. La estrategia de evangelización es acertada. Millones de usuarios de la Internet buscan llenar ese vacío en su corazón que únicamente el mensaje de Jesucristo puede colmar. Pero, igual que la pregunta formulada a Pablo por el etíope en Hechos 8, 30; ¿cómo po-drán entender este mensaje si nadie se los explica? La respuesta quizás esté en las nuevas tecnologías.

Varias son las posiciones que se pueden asumir frente a esta estrategia tecnológica de comunicación por parte del Vaticano. Algunos podrán estar en desacuerdo por la aparente frivolidad de la medida, pero como dice monseñor Fa-bián Marulanda López, Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia:

“la Iglesia tiene el reto y el desafío de incursionar en el mundo de la tecnología para trabajar, sin temor y sin miedo en el advenimiento de un mundo mejor”.

Algunos pueden pensar: bien, el Papa está en Internet, ¿ahora qué si-gue?; ¿una campaña de telemarketing impulsada por el Vaticano? Sin impor-tar lo novedoso o poco ortodoxo que se perciba una inicitiva de este calibre, subsiste una pregunta: en un mundo donde proliferan los telepredicadores, los websites espirituales por suscrip-ción paga, las amuletos mágicos, las reliquias exóticas y las televentas re-ligiosas, por no hablar de otro tipo de información poco edificante, ¿no vale la pena anunciar, en igualdad de con-diciones, la verdad del Evangelio?

Jesús usó los medios que estaban a la mano en su época. En los tiempos del Mesías, las parábolas eran una manera de preservar la enseñanza en la memoria de una sociedad mayoritariamente anal-fabeta. Jesús hacía contacto, preguntaba de manera retórica y tenía una visión es-tratégica de la expansión de las Buenas Nuevas. Estas acciones comunicativas eran técnicas avanzadas en la Palestina del siglo I. Y una prueba de su efecti-vidad es que estemos hablando de esas mismas técnicas de comunicación varios siglos después. Hoy podríamos afirmar que el Santo Padre está utilizando los recursos a su alcance con el mismo celo de evangelización que impulsó a Jesús hace dos mil años.

Su Santidad, quien ya se había unido a la comunidad de YouTube, ha decidido llegar a la población más joven y a toda una generación de tecnófilos a través de una aplicación de Facebook y un sitio web relacionado: Pope2You. La tecnología se transforma así en una herramienta para extender la fe y los valores católicos bajo una premisa: este segmento de la pobla-ción invierte en la red mucho más tiempo que el que podría invertir en asistir a la Santa Misa o en decir sus oraciones.

La nueva imagen del Papa Benedicto XVI en Facebook se puede encontrar en

la Internet accediendo a la dirección electrónica http://pope2you.net. Y, como la misma página lo anuncia, esta aplicación permite a los usuarios reci-bir los mensajes del Pontífice, oír sus palabras, ver sus fotos e incluso, recibir “tarjetas virtuales” de felicitación. La aplicación puede ser compartida con cualquier persona, y su objetivo es crear una amplia red de comunicación. Esta página fue lanzada el 29 de mayo en el marco de la XLIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.

Durante ese mismo evento, el Pontí-fice se refirió a las nuevas tecnologías y exaltó su extraordinario potencial, cuando éstas se usan para favorecer la comprensión y la solidaridad humana. “Estas tecnologías son un verdadero don para la humanidad y por ello debemos hacer que sus ventajas se pongan al servicio de todos los seres humanos y de todas las comunidades, sobre todo de los más necesitados y vulnerables”, agregó.

Nubes de periodistas siguen a Be-nedicto XVI alrededor del mundo. El sistema de comunicación corporativa del Vaticano es uno de los más estruc-turados en el planeta. Horas y horas de grabación y miles de litros de tinta mojan las jornadas papales. ¿Cómo no potenciar esta información a través de la tecnología?, ¿cómo no potenciarla a través de las redes sociales en la Inter-net? y ¿cómo no otorgarle el valor que se merece esta iniciativa? El mismo

Papa ha dicho que “cuando sentimos la necesidad de acercarnos a otras personas, cuando deseamos conocer-las mejor y darnos a conocer, estamos respondiendo a la llamada divina, una llamada que está grabada en nuestra naturaleza de seres creados a imagen y semejanza de Dios, el Dios de la co-municación y de la comunión”.

En un video grabado en San Pedro, y publicado en Vatican YouTube, que se puede ver en http://www.youtube.com/vatican, el Papa hace alusión a “la tristeza total que causa la ausencia de Cristo”. La respuesta a esta pre-ocupación quizás esté en un cambio necesario de la Iglesia hacia un mundo donde la verdad se pueda expresar por cualquier medio para llegar al pueblo de Dios sediento de una palabra que lo llene espiritualmente y que cumpla con la promesa bíblica de Jesús, cuando afirmaba: “yo soy el camino, la verdad y la vida”. Cabe anotar que el Señor no hablaba de un camino particular... el Señor hablaba de “El camino”. ¿Podrán las nuevas tecnologías también ser parte de ese camino hacia el corazón de los creyentes?

De momento, el Santo Padre se ha encaminado por la senda de la comu-nicación digital. Lo cual, es un gran paso hacia un mejor entendimiento que promueva la cultura del respeto, el diálogo y la amistad a través de la tecnología. Y eso, para la Iglesia, es una maravillosa innovación.

EL PAPA Y LA INTERNET

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15Mayo – Junio 2009PANORAMA ECLESIAL

Monseñor Livio Regi-naldo Fischione, Vicario Apostólico Emérito de Riohacha, falleció en la ciudad colombiana de Cartagena. Sus exequias tuvieron lugar el jueves 11 de junio, a la 1:00 pm, en la Iglesia Catedral de Riohacha.

Mons. Fischione nació en Tornimparte (Ita-lia) el 15 de abril de 1925. Hizo sus estudios de secundaria en los Seminarios Seráficos de los Padres Capuchinos de Abruzzo (Italia), Sulmona y Vasto. Filosofía en Giulianova (Ita-lia) (1943-1946) y Teología en L’Aquila (Italia) (1946-1950).

Recibió la Ordenación Sacerdotal, en L’ Aquila (Italia), el 19 de febrero de 1950. En su ministerio sacerdotal, llegó a la Misión de la Guajira el 29 de noviembre de 1951. Fue Vicario Cooperador de Maicao, en 1952. Director del Internado Indígena de Aremasain (1953-1954 y en 1966); Director del Internado Indígena de Nazaret (1954-1960); Capellán de Salinas en Manaure (1960-1965), entre otros cargos.

Fue preconizado Obispo el 29 de septiembre de 1966 con el Título de Vicario Apostólico de Riohacha y Obispo Titular de Acque di Bizacena. Recibió su ordenación episcopal en Riohacha el 12 de diciembre de 1966.

Gobernó el Vicariato Apostólico hasta 1988 cuando fue elevado a la categoría de Diócesis.

Del 16 al19 de junio, se rea-lizó en Cartago, Costa Rica, el encuentro de piedad popular y santuarios de la región México, Centroamérica y el Caribe, or-ganizado por el Departamento de Misión y Espiritualidad del Consejo Episcopal Latinoame-ricano (CELAM).

En opinión del padre Car-los Rockembach, secretario ejecutivo del Departamento

de Misión y Espiritualidad del CELAM, “Aparecida valoró la piedad popular y la presenta de forma positiva, no como en las otras conferencias generales de obispos, en donde se partía de aspectos negativos, que tenían que ser purificados y por eso hoy la piedad popular está en evidencia en la Iglesia de Amé-rica Latina y un punto de partida para la evangelización”.

En el encuentro participaron las comisiones episcopales de piedad popular y santuarios de las conferencias episcopales y los rectores de santuarios de la Región Centroamericana y de El Caribe. Para el mes de septiembre de 2009, los días 7 al 11, se tendrá este mismo encuentro para los países bo-livarianos.

El Papa Benedicto XVI alen-tó a los participantes de la Conferencia de las Naciones Unidas que del 24 al 26 de junio se reunieron en Nueva York para tratar la crisis finan-ciera global, a que promuevan y alienten las medidas nece-sarias para luchar contra el hambre en el mundo.

El Santo Padre invocó “so-bre los participantes en la Conferencia, así como sobre los responsables de la cosa pública y de los destinos del planeta el espíritu de sabiduría y de solidaridad humana para que la actual crisis se transfor-me en una oportunidad capaz

de favorecer una mayor atención por la dignidad de toda persona humana y pro-mover una justa distribución del poder de decisión y de los recursos, prestando una atención particu-lar al número, por desgracia siempre en aumento, de los pobres”.

El Papa expresó su deseo de que “ se asuman medidas compartidas por toda la co-munidad internacional y se realicen esas opciones estra-

tégicas, que en ocasiones no son fáciles de aceptar pero que son necesarias para ase-gurar a todos, en el presente y en el futuro, los alimentos fundamentales y una vida digna”.

El Papa alienta lucha contra el hambre en el mundo

El hogar de Cristo Sacerdote, conoci-do como Seminario Campesino, nació en el municipio de Sonsón, en las ins-talaciones del que fuera primer Semi-nario de la diócesis de Sonsón, llamado San Alberto Magno, de corta duración. Empezó a funcionar como dependencia del seminario Nacional de Cristo Sacerdote.

Este local también fue ocupado por el naciente Seminario Cam-pesino, fundado por Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo, en 1969, con el ánimo de preparar los jó-venes del campo que quisieran terminar su bachillerato y conti-nuar algún proceso de formación al sacerdocio.

Ofrece la posibilidad a quienes lo deseen de terminar los estu-dios del bachillerato e iniciar la filosofía, en un ambiente humano y cristiano, orientados por las indicaciones de la Santa Sede, la Conferencia Episcopal Colombiana y nuestra diócesis de Sonsón-Rionegro.

El Seminario funcionó, por es-pacio de cinco años, en el munici-pio de Sonsón y luego de gestiones entre Monseñor Uribe Jaramillo y Monseñor García Ordóñez, Obispo de Santa Rosa de Osos, se compró este local, antiguo Seminario me-nor de los Misioneros Javerianos de Yarumal, fundados por Mons. Buieles, donde actualmente fun-ciona el seminario campesino de Yarumal, desde 1973. Son nueve los rectores que han orientado los destinos de la institución, como son los Padres César Cardona, Fabio Restrepo R., Héctor Salah Z., José Ángel Montoya H., Bernardo Botero E., Óscar Manuel Alzate Lo., Jaime Eladio Domínguez E., Juan Manuel Suárez M., y Juan Agustín Villada L.,

35 años lleva esta casa de formación laborando en territorio

de la diócesis de Santa Rosa y cobijados por el aire puro Yaru-maleño.

Hoy damos gracias al Buen Dios por esta obra de la Providencia que tanto bien ha prodigado a los jóvenes de tantas regiones de Colombia y del mundo. Agrade-cemos al fundador, los rectores, formadores, docentes, empleados, alumnos y a las religiosas, en es-pecial a las Dominicas de Betania, las Concepcionista y las Siervas de la Iglesia, nuestra eterna gratitud, por su labor callada y cristiana en bien de nuestros jóvenes y que han puesto todo su esfuerzo y amor en bien de esta casa de formación, que ha ofrecido a la Iglesia universal más de 300 sacerdotes que se han formado en esta institución.

Cómo no agradecer al Señor por su bondad infinita derramada sobre nuestro hogar de Cristo Sacerdote, en la persona de Mons. Miguel Ángel Builes quien tuvo la idea de la construcción de esta inmensa casa. De Monseñor Alfonso Uribe que pensando en los campesinos y vocaciones adultas cristalizó esta hermosa obra. De los señores obis-pos que nos han acompañado en el camino que vamos recorriendo, no sólo nuestros obispos diocesanos, sino los de Santa Rosa de Osos. A los hijos de la noble ciudad de Yarumal que con tanto empeño y amor nos han acogido en estos 35 años de permanencia en tierra del norte de Antioquia. A los señores obispos de otras jurisdicciones eclesiásticas de Colombia y del mundo que confían en nuestra gestión, educación y formación de los futuros bachilleres y filósofos, buenos cristianos y algunos con-sagrados como sacerdotes. Este año son 27 jurisdicciones las que el Seminario atiende.

En una palabra a todos los que nos han ayudado espiritual y económicamente para el sosteni-miento de la Casa y de nuestros muchachos. Dios les bendiga.

Encuentro de piedad popular y santuarios de México, Centroamérica y El Caribe

Falleció Vicario Emérito de Riohacha

40 Años en alabanza del Sacerdocio de nuestro Señor Jesucristo

Seminario Cristo Sacerdote de Yarumal

POR: P. JORGE iVán lOnDOñO hEnaO

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16Mayo – Junio 2009AÑO PAULINO

POR: PbRO. Elkin FERnanDO alVaREz b.SEcRETaRiO lOcal nunciaTuRa aPOSTólica

Hemos contemplado durante todo un año la grandiosa figura y la tarea evangelizadora del Apóstol San Pablo. Con entusiasmo, guiados por propó-sitos concretos, hemos seguido las huellas que dejó en muchas ciudades del mundo de su tiempo, nos hemos encontrado con las comunidades fun-dadas por él, nos hemos acercado más a sus escritos y el eco de sus palabras permanece en nuestro interior.

Habiendo llegado a la conclusión de este jubileo paulino, conviene que nos preguntemos ahora qué nos deja, cuál es la herencia eclesial, qué ha debido suscitar en nuestra vida cristiana personal y comunitaria esta celebración.

Démonos, por tanto, la oportunidad de mirar hacia atrás y recoger, a modo de síntesis, las etapas de la vida y la misión Paulina, de modo que, vistas de esta manera, nos ayuden a continuar el camino con la fuerza y el espíritu apostólico del Apóstol de los gentiles.

1. Presenciamos los aconteci-mientos que rodearon los años

de infancia y juventud de San Pablo. En ellos descubrimos cómo Dios lo preparó para la misión que más tarde le confiaría. Aunque todavía lejos de Cristo, Pablo nos permitió percibir su espíritu inquieto en la búsqueda de la verdad, su deseo de ser coherente y su conocimiento profundo de la cultura de su tiempo. Nos enseña así a man-tenernos de frente a las realidades

de nuestro tiempo y a distinguir los signos de nuestra época.

2. Acompañamos a Saulo en el camino hacia Damasco y es-

cuchamos la voz divina que lo invitaba a la conversión. Es la experiencia del amor de Dios y, al mismo tiempo, de su vocación. Para la comunidad cristiana y para cada uno de noso-tros, que también transitamos por el camino, también aparece clara esa voz del Señor que nos estimula a de-jarnos invadir de su amor, a dejarnos confrontar por su palabra, a revisar nuestro actuar y a lanzarnos a la tarea de la evangelización.

3. Asistimos a los comienzos de la misión paulina, signada

por un buen tiempo de silencio y de contemplación en el desierto que nos sugiere la necesidad de acudir cons-tantemente a la oración como paso sin el cual el apostolado de los creyentes será ineficaz y estéril.

4. Con Pablo, Bernabé y Marcos asistimos al primer viaje mi-

sionero, el cual nació del envío de la comunidad de Antioquía. Surgieron las dificultades, el rechazo de los oyentes, los obstáculos a la predicación y la necesidad de tomar decisiones con respecto a los destinatarios y a los mo-dos para anunciar mejor el Evangelio. Pero también, tras acoger a Cristo, se formaron las primeras comunidades cristianas fuera de Palestina.

Pablo nos enseña a tomar en serio,

con responsabilidad, nuestra condi-ción de discípulos misioneros, esto es, a participar de la tarea evangelizadora de la Iglesia según nuestra propia condición. Del mismo modo, la con-fianza y la tenacidad del Apóstol son modelo para superar los obstáculos y dificultades que encontramos.

5. No faltamos a la segunda y a la tercera misiones paulinas que,

llegando hasta los grandes centros ur-banos de entonces como Atenas, Éfeso y Corinto, se concentraron ante todo en la formación y la consolidación de las comunidades cristianas. Presenciamos a un Pablo que lleva –como él mismo lo afirma- “aparte de todo... la preocupa-ción de cada día por todas las Iglesias” (2Cor 11,28). Se trataba de comunida-des vivas, con situaciones concretas y problemáticas diversas que el Apóstol animaba de múltiples maneras, bien con su presencia personal, bien a tra-vés de los responsables de las mismas, bien por medio de sus cartas.

Haber seguido en esta etapa a San Pablo, sin duda ha de alentarnos a amar a la Iglesia, el Cuerpo de Cristo del cual somos “miembros” (1Cor 12); el edificio en cuya construcción participamos como “piedras vivas” (Ef 2,20-22). También encontramos el incentivo para empeñarnos en la conformación de comunidades vivas, fraternas, orantes y apostólicas, que

sean la realización concreta de lo que Cristo quiere de su Iglesia.

En una de sus catequesis, el Papa Benedicto XVI nos explicaba bien que San Pablo nos pone de relieve que en la Iglesia expresamos ante todo “una relación de comunión: la relación ─por decirlo así─ vertical, entre Jesucristo y todos nosotros, pero también la hori-zontal, entre todos los que se distinguen en el mundo por “invocar el nombre de Jesucristo, Señor nuestro” (1 Co 1, 2)”.

¡Cuánto nos ha dejado y enseñado San Pablo! Podríamos detenernos so-bre otros muchos aspectos; que éstos nos ayuden a no hacer del año paulino una celebración que dejamos atrás y se queda en el pasado, sino a mantener en el horizonte de nuestra vida cristiana en la Iglesia su herencia y su testimonio.

Para concluir, recordemos de nuevo al Santo Padre: “En esta hora damos gra-cias al Señor porque llamó a san Pablo, transformándolo en luz de los gentiles y maestro de todos nosotros, y le pedimos: Concédenos también hoy testigos de la Resurrección, conquistados por tu amor y capaces de llevar la luz del Evangelio a nuestro tiempo. San Pablo, ruega por nosotros” (Inauguración del Año Paulino, 28 de junio de 2008).

¿QUÉ NOS QUEDA DEL AÑO PAULINO?