VIDA DIOCESANA 118

14
AÑO 34 NÚMERO 118 DIÓCESIS DE SONSÓN RIONEGRO NOVIEMBRE – DICIEMBRE DE 2008 Adviento: El Señor viene .................2 Editorial: El mito de lo fácil.............3 Acontecer pastoral ....................4 y12 Recesión, inundaciones, pirámides y mucho más ...................5 Catequesis litúrgica sobre el tiempo de adviento .............6 A propósito de la carta del señor Obispo......................7 Laboratorio de paz .....................8 y 9 Oriente Antioqueño: Región de paradojas .......................13 Pablo, siervo y servidor..................16 VITRINA Ver pág. 12 Mientras 6 diáconos fueron ungidos presbíteros en la Catedral de Rionegro, el pasado 22 de noviembre, otro grupo de hermanos sacerdotes celebran con júbilo sus bodas de oro y bodas de plata de su ordenación sacerdotal. La Iglesia diocesana vive de este modo la acción de gracias por el regalo que el Señor nos hace, no sólo al agregar nuevos miembros a nuestro presbiterio, sino por el testimonio de fidelidad y perseverancia de los homenajeados. Iniciar... Perseverar

description

AÑO 34 NÚMERO 118 DIÓCESIS DE SONSÓN RIONEGRO NOVIEMBRE – DICIEMBRE de 2008

Transcript of VIDA DIOCESANA 118

  • AO 34 NMERO 118 DICESIS DE SONSN RIONEGRO NOVIEMBRE DICIEMBRE DE 2008

    Adviento: El seor viene .................2Editorial: El mito de lo fcil .............3Acontecer pastoral ....................4 y12Recesin, inundaciones, pirmides y mucho ms ...................5Catequesis litrgica sobre el tiempo de adviento .............6A propsito de la carta del seor obispo ......................7Laboratorio de paz .....................8 y 9oriente Antioqueo: Regin de paradojas .......................13Pablo, siervo y servidor ..................16

    VITRINAVer pg. 12

    Mientras 6 diconos fueron ungidos presbteros en la Catedral de Rionegro, el pasado 22 de noviembre, otro grupo de hermanos sacerdotes celebran con jbilo sus bodas de oro y bodas de plata

    de su ordenacin sacerdotal. La Iglesia diocesana vive de este modo la accin de gracias por el regalo que el Seor nos hace, no slo al agregar nuevos miembros a nuestro presbiterio, sino por el testimonio de fidelidad y perseverancia de los homenajeados.

    Iniciar... Perseverar

  • LA VOZ DEL PASTOR

    Por: Monseor Ricardo Tobn Restrepo

    Obispo de Sonsn-Rionegro

    Si consideramos atentamente las cosas, vivimos en un constante adviento. Aunque no nos lo propongamos, los avatares de cada da y los deseos del corazn nos obligan a estar siempre expectantes, a recorrer de la noche a la maana caminos inconclusos, a permanecer abiertos a la sorpresa. Nos hacemos y rehacemos a golpes de esperanza. El joven espera la culminacin de sus estudios, el enfermo espera la salud, la esposa espera el da de su maternidad, el desocupado espera un trabajo que le garan-tice el pan, todos esperamos que amanezca un mundo nuevo en el que habiten la justicia y la paz.

    Desde el principio, el hombre ha suspirado porque llegue a su vida un ser divino, capaz de guiarlo, consolarlo y protegerlo. El adviento de Dios es, ciertamente, el ms bello y sublime que cabe en la escala de las esperanzas. En la tradicin juda, el Dios nico y creador se expe-rimenta como providencia amorosa que conduce la historia del pueblo elegido a travs de alianzas de fidelidad, de leyes de vida y de promesas de salvacin, que recorren todas las pginas del Antiguo Testamento. Entre esas promesas, la de que Yav enviar un Mesas, mantiene a Israel, an hoy, en un permanente adviento.

    Los cristianos adoramos en Jess de Nazaret, nacido en Beln de la Virgen Mara, ese Mesas en quien se clavaron los ojos y el corazn de los patriarcas. As nuestra fe proclama el amor desbordante de Dios que, para la salvacin del mundo, ha dado a su propio Hijo (Jn.3,16). La celebracin litrgica del Adviento entraa tres dimensiones: la memoria de la venida histrica del Seor, por su encarnacin, para darnos la vida; la experiencia de la venida actual del Se-or, que renueva hoy el poder de su actuacin salvadora; y la espera de la venida escatolgica del Seor, que invita a preparar su llegada de-finitiva, al final de los tiempos.

    A propsito del Adviento, que nos pide vigi-lancia, acogida y espera, mostrndonos que el tiempo, pasado, presente y futuro, gira alrededor

    ADVIENTO: EL SEOR VIENEde Cristo, el mismo ayer, hoy y siempre (Heb 13,8), se me ocurren cinco reflexiones concretas y prcticas:

    1. La sociedad de consumo, para lograr mejores ventas, impone con semanas de anticipacin signos, canciones y otros elementos navideos. Nosotros fcilmen-te caemos en la trampa y dejamos des-aparecer, entre guirnaldas y villancicos anticipados, la belleza litrgica, la fuerza pedaggica y la gracia salvadora del tiem-

    po de Adviento. Es hora, mediante una celebracin adecuada y una catequesis oportuna, que nuestras comunidades vivan en toda su intensidad el Ad-viento. Es el mejor medio para que la celebracin de la Navidad, que en muchos casos est tocada de paganismo, recupere el sentido y el valor que tiene en la vida cristiana.

    2. La celebracin del Adviento tiene una espiri-tualidad propia, que debemos descubrir y asumir. Se impone valorar nuestra vida, con asombro siempre nuevo, ante el misterio entraable de Dios que se ha hecho hombre. Es preciso despertar en nuestro corazn un profundo deseo de la venida del Seor, que nos libere del pecado y transforme nuestro ser. Es necesario llegar a desear con ardor y a tener efectivamente una experiencia gozosa de la cercana de Dios que, en Cristo por su Espritu, nos permite llegar a ser sus hijos.

    3. Conviene remarcar que, con el primer domingo de Adviento, se inicia un nuevo ciclo de lecturas b-blicas. Es la ocasin para disponernos a una escucha ms atenta de la Palabra de Dios que nos lleve a conocer mejor el plan de la salvacin que, hoy mis-mo, se est realizando entre nosotros. Igualmente, conviene ver aqu la oportunidad para proponer el Evangelio de Jesucristo, de modo significativo y adecuado, a los hombres y mujeres de nuestro tiempo; mostrando que acogerlo es para nosotros una dicha y que anunciarlo es la forma ms eficaz que tenemos de servir a los dems, dando sentido y humanizando la vida.

    4. Esperar al Seor supone estar convencidos de que slo El nos puede liberar de las limitaciones y los errores que nos esclavizan y nos impiden crecer. Por eso, el Adviento es un tiempo de alegra, de confianza

    y de esperanza. Pero no se espera al Seor con los brazos cruzados, sino en el esfuerzo por construir un mundo mejor, ms pacfico, ms solidario. Nuestro mundo, donde vemos injusticias, odios, divisiones y violencia, manifiesta que todava no logra recibir plenamente al Seor. El Adviento nos invita a anunciar y a vivir la esperanza; es decir, nos compromete a madurar la sociedad terrena para la venida del Seor.

    5. El Adviento es el tiempo litrgico ms pro-

    pio para honrar a la Santsima Virgen Mara. En los textos bblicos, especialmente en la cuarta semana, ella aparece como quien, reconocin-dose pobre y frgil, se abre a la accin salva-dora del Seor y hace posible su venida en una eminente cooperacin a la obra de la redencin. El Adviento, durante el cual estn adems la solemnidad de la Inmaculada Concepcin y la fiesta de Nuestra Seora de Guadalupe, es entonces una buena oportunidad para ensear el verdadero culto a Mara, presentndola como el modelo perfecto de espera fiel y de acogida gozosa del Seor.

    d d d d d d d d d d d d d d d d d

  • Editorial

    Un peridico para la Nueva Evangelizacin

    Asesor General:Mons. Ricardo Tobn RestrepoObispo de Sonsn - Rionegro

    Director:Pbro. Julio Csar Bedoya Quintero

    Consejo Editorial:Mons. Ivn Cadavid O. - Mons. Daro Gmez Z. - Pbro. Oscar Orlando Jimenez G.

    Pbro. Avilio Del Ro R., Sr. Juan Diego Agudelo G., Sr. Pedro Luis Jimnez M., Sra. Maril Giraldo G., Sr. Diego Ivn Aristizbal H.

    Diagramacin-Preprensa e ImpresinCasa Editorial El Mundo

    DICESIS DE SONSN-RIONEGROCalle 51 # 47-31 Tel. 531 52 52 Fax: Ext. 117

    e-mail: [email protected] Rionegro (Antioquia, Colombia) - Pgina web: www.diosonrio.org.co

    Por: Pbro. Oscar Orlando Jimnez Gmez

    Vicario Episcopal para la Pastoral

    Una de las concepciones tradicionales sobre el mito est al lado de conside-rarlo como algo falso pero difundido ampliamente como cierto; incluso, para argumentar que algo no tiene validez, en muchas ocasiones, simplemente deci-mos, eso es un mito. A esta concepcin parece obedecer lo que podramos de-nominar como mito de lo fcil. Qu es lo fcil? Lo que no implica esfuerzo, ni compromiso, ni reflexin, lo que no tiene rigor ni necesita de l; tambin significa quererlo todo sin trabajar; lo fcil en su sentido ms moderno es lo ligh; est en contraposicin a lo exigente. Lo fcil en la mayora de circunstancias conlleva grandes desilusiones, tristezas y sorpre-sas. Las personas que todo lo han con-seguido sin ningn esfuerzo han visto, a lo largo de su existencia, cmo su mito se ha derrumbado. El psiclogo clnico Miguel Zubira, autoridad en el tema del suicido, afirma enfticamente, que unas de las causas de tantos suicidios reside en la manera facilista que tantos jvenes han adquirido sus objetivos.

    Anthony de Mello, en una de sus fbulas, cuenta que un maestro muy sabio en una conferencia suprema-mente atestada de gente dijo: estas son las cosas que acabarn con la raza humana: la poltica sin principios, el progreso sin compasin, la riqueza sin esfuerzo y la religin sin riesgo. Sin duda alguna, no estaba equivocado aquel maestro. Pues, si observamos a nuestro alrededor, constatamos que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

    En poltica se habla por doquier de corrupcin, clientelismo, oportunismo, partidismo, seduccin por dinero y muy poco de principios; parecera ser que los principios son slo convencionalismos. Un buen poltico no se forma de la no-che a la maana; se necesita exigencia y esfuerzo; poltico sin reflexin es ni-camente adulador o demagogo. Cuando un poltico carece de principios comete los ms grandes errores y de inmediato perjudica a los dems; basta recordar a Herodes que por falta de principios quera matar al nio de Beln.

    El Papa Benedicto XVI, afirma clara-mente en su encclica Spe Salvi, que el progreso no se poda equiparar con la esperanza. Un progreso que no tenga a la persona humana como centro se convierte slo en desarrollismo, em-presarismo, tecnologismo, conduciendo nicamente a sentir miedo de nuestros propios inventos; porque el progreso es solamente material, la ciencia no redi-

    EL MITO DE LO FCIL me al hombre, el hombre es redimido por el amor y quien es tocado por el amor empieza a sentir y esperar lo que es la vida en su sentido ms profundo. El nio de Beln ha vendido para que tengamos vida y vida en abundancia y no progresismo.

    La riqueza sin esfuerzo, mayor dolo de nuestro tiempo, smbolo del narcotrfico y del trabajo deshonesto, ha dejado cicatrices bien profundas en la cultura, donde lo ms importante es adquirir dinero, sin advertir la forma, ni los riesgos ni mucho menos la lici-tud de hacerlo. Este afn de buscar dinero rpido y fcil ha llevado a miles de personas a creer en el mito de lo fcil; en el escenario de la facilidad se celebra el ritual de la riqueza. Concep-cin que establece as los tres criterios ticos por excelencia del mundo con-temporneo: Es vlido hacer cualquier cosa mientras nadie se d cuenta, lo ms fcil es lo mejor, lo ms rpido es lo ms bueno. Esta parece ser la norma de vida que regula la existen-cia y muchas personas, configurando su vida y comportamiento bajo esta perspectiva, sin querer aceptar tal ilusin, se encuentran sumidas en la mayor desesperacin de sus vidas. Es precisamente la bsqueda de dinero fcil la causa de la mayora de los males padecidos por los colombianos; por buscar lo fcil no nos realizamos. Nuevamente nuestra reflexin nos lle-va al nio de Beln, quien naci pobre y con gran sabidura una vez dijo: es ms fcil que un camello entre por el agujero de una aguja que un rico entre el reino de los cielos.

    Tampoco podemos olvidar, segn las estadsticas, que cada da aumenta el nmero de personas incrdulas e indiferentes en el mundo con respecto a las formas religiosas; la causa puede estar en vivir una religin sin riesgo, sin martirio, una fe light, mediocre, sin ningn compromiso; as sale a la luz una religiosidad en trminos postmodernos que podemos llamar ambiental, cmoda, poco exigente, ms bien buscadora de caricias de la divinidad que de desafos provocado-res de responsabilidades histricas. Algunos la califican como religin a la carta; una religin vivida as, ador-mece y no entusiasma. Si alguien vivi una fe comprometida y profunda fue la Madre del Nio de Beln, la Virgen del adviento, quien asumi ser la Madre de Dios con todos los riesgos y compromi-sos que implicaba esa misin.

    Algunos apartes de la reflexin de Francisco Varo, Profesor de Sagrada

    Escritura en la Facultad de Teologa de la Universidad de Navarra.

    Los cristianos de la primera generacin, es decir, aquellos que escucharon directamente la predicacin de los Apstoles, conocan bien y meditaban con frecuencia la vida de Jess. Espe-cialmente los momentos decisi-vos: su pasin, muerte redentora y resurreccin gloriosa.

    Tambin recordaban sus milagros, sus parbolas y muchos detalles de su pre-dicacin. Era lo que haban odo contar a aquellos que haban seguido al Maestro durante su vida pblica, que haban sido testigos directos de todos aquellos acon-tecimientos.

    Acerca de su infancia slo conocan al-gunos detalles que tal vez narrara el propio Jess o su Madre, aunque la mayor parte de ellos Mara los conservaba en su corazn.

    Cuando se escriben los evangelios slo se deja constancia en ellos de lo ms significa-tivo acerca del nacimiento de Jess. Desde perspectivas diferentes, Mateo y Lucas re-cuerdan los mismos hechos esenciales: que Jess naci en Beln de Jud, de la Virgen Mara, desposada con Jos, pero sin que Ella hubiese conocido varn. Adems, hacia el final de los relatos sobre la infancia de Jess, ambos sealan que despus fueron a vivir a Nazareth.

    Mateo subraya que Jess es el Mesas descendiente de David, el Salvador en el que se han cumplido las promesas de Dios al antiguo pueblo de Israel. Por eso, como la pertenencia de Jess al linaje de David viene dada por ser hijo legal de Jos, Mateo narra los hechos fijndose especialmente en el cometido del Santo Patriarca.

    Por su parte, Lucas, centrndose en la Virgen que representa tambin a la hu-manidad fiel a Dios, ensea que el Nio que nace en Beln es el Salvador prometido, el Mesas y Seor, que ha venido al mundo para salvar a todos los hombres.

    Los orgenes de la NavidadEn el siglo II el deseo de sa-

    ber ms sobre el nacimiento de Jess y su infancia hizo que al-gunas personas piadosas, pero sin una informacin histrica precisa, inventaran relatos fan-tsticos y llenos de imaginacin. Se conocen algunos a travs de los evangelios apcrifos. Uno de los relatos ms desarrollados sobre el nacimiento de Jess contenido en los apcrifos es el que se presenta en el llamado Protoevangelio de Santiago, se-

    gn otros manuscritos, Natividad de Mara, escrito a mediados del siglo II.

    En las primeras generaciones de cristia-nos la fiesta por excelencia era la Pascua, conmemoracin de la Resurreccin del Seor. Todos saban bien en qu fechas haba sido crucificado Jess y cundo haba resucitado: en los das centrales de la cele-bracin de la fiesta juda de la Pascua, en torno al da 15 de Nisn, es decir, el da de luna llena del primer mes de primavera.

    Sin embargo, posiblemente no cono-can con la misma certeza el momento de su nacimiento. No formaba parte de las costumbres de los primeros cristianos la celebracin del cumpleaos, y no se haba instituido una fiesta particular para conmemorar el cumpleaos de Jess.

    Hasta el siglo III no tenemos noticias sobre el da del nacimiento de Jess. Los primeros testimonios de Padres y escritores eclesisticos sealan diversas fechas. El primer testimonio indirecto de que la natividad de Cristo fuese el 25 de diciembre lo ofrece Sexto Julio Africano el ao 221. La primera referencia directa de su celebracin es la del calendario litrgico filocaliano del ao 354 (MGH, IX,I, 13-196): VIII kal. Ian. natus Christus in Betleem Iudeae (el 25 de diciembre naci Cristo en Beln de Judea). A partir del siglo IV los testimonios de este da como fecha del nacimiento de Cristo son comunes en la tradicin occidental, mientras que en la oriental prevalece la fecha del 6 de enero.

    OPININ

  • ACONTECER PASTORAL

    Ulltreya DiocesanaCon xito se celebr la Ultreya Dio-

    cesana del Movimiento de Cursillos de Cristiandad el 17 de noviembre en el municipio de La Unin, con una bue-na asistencia y participacin de laicos (1.300) y de sacerdotes que con su generosidad y espritu comprometido, acompaan y orientan este movimien-to; a su vez la parroquia Nuestra Seora de Chiquinquir, del municipio de San

    Vicente, encabezada por el Padre Jos Evelio Giraldo G., recibi la bandera y con ella el compromiso de la Ultreya Diocesana para el 2009 en el marco de los 250 aos de fundacin de ese municipio. Agradecemos el esfuerzo y la dedicacin del Comit parroquial de Cursillistas de La Unin por haber posibilitado este encuentro signo y testimonio del compromiso laical.

    Se reanudan los trabajos en el seminario diocesano de Marinilla

    El Seminario Diocesano Nuestra Se-ora dio inicio a la construccin de la segunda etapa, tercer bloque de habi-taciones, el 14 de octubre del presente

    ao, para proveer al seminario de 36 nuevas habitaciones, quedando as con un total de 96, nmero que brinda la capacidad suficiente de acoger a los 90 alumnos que aproximadamente es-peramos para el 2009. Los invitamos a que se unan muy estrechamente a esta obra que es de Dios y de cada uno de nosotros quienes conformamos esta an fecunda dicesis en vocaciones al sa-cerdocio, principalmente con su oracin para que el Seor suscite los benefacto-res necesarios para sostenerla.

    Asambleas parroquiales en la dicesisComo una gran novedad en la di-

    cesis, asumieron las parroquias las asambleas pastorales de acuerdo con el plan diocesano de pastoral.

    Fue un espacio para vincular per-sonas que tiene un alto sentido de pertenencia y conocedoras de la dinmica pastoral de sus parroquias, como el consejo de pastoral, grupos apostlicos y pequeas comunidades; con cada uno de ellos se pudo evaluar de primera mano lo recorrido del Plan de Pastoral hasta el presente y a su vez trazar metas para el prximo ao.

    Fue una experiencia enriquecedora, porque cada parroquia con sus fieles pudo ver ms de cerca lo que se ha he-

    cho; de igual manera, se tom concien-cia de todo lo que falta por recorrer. El realizar la asamblea en dos partes, la vicarial y la parroquial, llev a aterrizar el trabajo y a vincular a muchas ms personas en el campo de la pastoral, afirm el Padre Jairo Rendn, prroco de la Catedral de Rionegro.

    Anmate a Estudiar TeologaLa facultad de Teologa nuevamente tiene las inscripciones abiertas para

    el programa de Teologa. Una oportunidad para tantos laicos y religiosas que quieren formarse ms en esta disciplina. El programa se realiza los das viernes en la tarde y sbados todo el da. Un horario prctico para tantas personas que trabajan o estudian en la semana. Mayores informes 5316666. Ext. 281, 244. [email protected]

    Hasta el 15 de diciembre estn abiertas las inscripciones en la Uni-versidad Catlica de Oriente para los diferentes programas acadmicos de pregrado y posgrado.

    La UCO ofrece programas de calidad en las facultades de Teologa, Ciencias Sociales, Derecho, Ciencias Conta-

    Restauracin de la capilla de San FranciscoUbicada frente al parque de los Mrtires,

    diagonal a la casa Convencin, esta obra se inici en 1759 dedicada en principio a los Sagrados Corazones de Jess y Mara y en 1775 a San Francisco de Ass.

    Dado su deterioro por mltiples fac-tores, se inici su restauracin el 9 de junio de 2008 con financiamiento de la Gobernacin de Antioquia por me-dio del contrato No 2006-CO-15-957, asignado al grupo Consorcio Conguadua Restauradores por licitacin pblica.

    El objeto de la intervencin es prestar los primeros auxilios y obras de mante-nimiento del templo en mencin, y la realizacin de los estudios tcnicos para entregar a la Filial de Monumentos de Antioquia y al Ministerio de Cultura.

    Se comenz con una inspeccin inicial y registro fotogrfico de cmo se encontraba el templo, posteriormente se recuper la pintura mural ubicada en el cielo raso del presbiterio y se continu con la inspeccin de las maderas de las sacristas, cimborrio, coro y nave central con un desmonte total de la cubierta.

    Con el sismo del 13 de septiembre de 2008 a las 4:30 a.m. se afect con-siderablemente la espadaa del Templo desplomndose 19 cm, por lo cual se vio la necesidad de actuar inmediatamente informando a la comunidad, al muni-cipio, a la curia, a la gobernacin de Antioquia, a la Filial de Monumentos y al Ministerio de Cultura, con el fin de dar una pronta solucin al problema.

    Inscripciones en la UCObles, Econmicas y Administrativas, Educacin, Ciencias Agropecuarias e Ingenieras.

    Las personas interesadas en ampliar la informacin se pueden comunicar al Centro de Admisiones y Registro, en el telfono 5 31 39 52 o entrar a la pgina www.uco.edu.co.

    El sacerdote, un sacramento viviente de CristoLa Dicesis de Sonsn Rionegro se regocija con los nuevos sacerdotes, orde-

    nados por Monseor Ricardo Tobn Restrepo, el pasado 22 de noviembre en la Catedral de San Nicols de Rionegro. Agradecemos infinitamente al Buen Pastor que sigue dando a la Iglesia pastores quienes, como dijo Monseor Ricardo en la homila de dicha ceremonia, no se pertenecern ms a ustedes mismos, ustedes estarn profundamente unidos a Cristo en el amor, ustedes sern los siervos elegidos para anunciar el Evangelio de Dios (cf. Rm 1,1-2).

    Del 1 al 3 de noviembre se realiz la Escuela de Animadores de Infancia Misionera, ESAIM con la participacin de 42 personas representantes de 17 parroquias de nuestra dicesis.

    La Esaim es una Escuela porque est diseada para el aprendizaje y el me-

    Escuela de animadores de infancia misionera joramiento continuo de los ayudantes de los nios.

    Una Escuela en donde Jess es Maestro de bien-aventuranzas y nosotros sus aprendices. Aqu el ani-mador aprende a motivar, orientar, ayudar, caminar con los nios.

    Ofrece herramientas te-rico - prcticas a los catlicos mayores de 14 aos para realizar un trabajo eficiente

    de pastoral misionera con los nios entre 4 y 12 aos dentro de la Obra de la Infan-cia Misionera, y renovar los contenidos y las prcticas de aquellos animadores que desde tiempo atrs vienen colaborando en las tareas de la Obra Pontificia.

  • ACTUALIDAD

    POR: MONSEOR IVN CAdAVId OSPINARECTOR UNIVERSIdAd CATlICA dE ORIENTE

    El ao que estamos terminando no ha sido propiamente feliz, as estos hubieran sido nuestros deseos mutuos el pasado diciembre. Muchas cosas han pasado. La recesin econmica mundial empie-za a golpear seriamente las economas fuertes y las dbiles, toca hasta las ms remotas aldeas del planeta, produce desaceleracin de la industria y con ella desempleo y ms pobreza y menos consumo y ms hambre en el mundo. Es un fenmeno que en esta era de la globalizacin nos preocupa a todos y que no podemos soslayar indiferentes.

    Por otra parte el invierno ha durado casi todo el ao, con lluvias inclementes, produciendo inundaciones, deslizamien-tos, prdida de cosechas, aislamiento de poblaciones y veredas. El cambio climti-co que vive el mundo no es propiamente culpa de Dios sino del hombre que se ha encargado de provocar un desequilibrio ambiental de proporciones incalculables,

    Recesin, inundaciones, pirmides y mucho mscon el calentamiento global y por ende la mayor evaporacin y el incremento de las lluvias; con la tala de los bosques y entonces la erosin; con el descuido de las cuencas de ros y quebradas y las consiguientes inundaciones. Hemos clamado a Dios para que cesen las llu-vias, pero este clamor tiene que llegar a los odos de los seres humanos para que cuidemos la hermosa y bien dispuesta casa que Dios nos encomend.

    Otros muchos compatriotas sufren de cara a la Navidad con la estafa de que fueron objeto por parte de personas ines-crupulosas que juegan con los sueos de los dems, pero tambin por culpa de ese deseo irrefrenable de enriqueci-miento fcil y rpido, de esa codicia de la que dice Pablo es una idolatra, de un modo de concebir la vida sin esfuer-zo y sin fatiga como si la condicin del hombre no fuera la de un artesano que labra su propia felicidad con paciencia y paso a paso.

    Pero no todo fue catastrfico. Detrs de esos y de muchos otros fenmenos hay

    cantidad de cosas positivas, de esfuerzos silenciosos y efectivos, de tareas realiza-das con autntica vocacin y espritu de servicio, de das meses- dedicados a una proclamacin esperanzadora del Reino que ya est entre nosotros, de acerca-mientos entre personas y comunidades, de sudores regados sobre los surcos de nuestros campos, de mnimas tareas escondidas realizadas por tantos santos de nuestro tiempo. Simplemente que nos cuesta mucho trabajo reconocer lo bueno y felicitar a quienes trabajan con dedi-cacin y entereza. Nos acostumbramos a mirar la pequea mancha sobre la enorme pared inmaculada. Y nos convertimos fcilmente en implacables jueces de los otros mientras nosotros mismos somos demasiado indulgentes con nuestros erro-res cotidianos. Ese mucho ms tambin merece destacarse agradecidos; o mejor, debe destacarse antes de contemplar con la mirada turbia el cmulo de desastres que nos amenazan cada da.

    Si de ser justos se trata, entonces tenemos que aprender a reconocer lo

    bueno que hay en nosotros mismos y en los dems. Cunta riqueza esconde el corazn de madres sacrificadas, de padres responsables inclinados sobre el arado o el taller para buscar el pan, de nios y jvenes estudiosos oteando con optimis-mo un futuro mejor para el mundo, de sacerdotes abnegados que renuevan cada da su s de la ordenacin, de religiosas que gozosamente dan un testimonio vivo de amor, de laicos convencidos de que la causa del Evangelio es de todos y es de ellos, en fin, de creyentes abrindose paso a codazos por entre la maraa de ideologas y de posiciones encontradas en un mundo que se torna cada da ms pequeo en cuanto a lo global pero ms complejo en cuanto al relativismo que lo rige.

    Bendito sea Dios que nos ha ben-decido con toda clase de bendiciones, que nos fortalece en medio de nuestras debilidades, que nos permite exclamar con el Apstol mi gracia te basta, que en la debilidad se muestra grandioso mi poder.

    POR: PbRO. JOhN JAIRO OlAyA b.COORdINAdOR REA dE CUlTURA

    La misin de anunciar el Evangelio nunca ha sido fcil; desde la poca apostlica y a lo largo de los siglos, la tarea evangelizadora ha tenido que superar no pocas dificultades y enfrentar desafos de enormes proporciones.

    El momento histrico que vivimos, en el que tenemos la tarea de seguir anunciando la riqueza siempre nueva del Evangelio, ofrece no pocos desafos que reclaman una lectura atenta de los signos de los tiempos para lograr que la semilla del Reino de Dios fructifique abun-dantemente tambin en nuestro tiempo.

    Sobre los desafos de nuestro tiempo nos habl el doctor Hctor Arango en su magistral conferencia el 19 de noviembre abordando de modo particular el tema de la responsabilidad social, el pacto global y la crisis mundial. Analizaremos brevemente estos desafos en relacin con la evangelizacin.

    Responsabilidad socialDesde los aos sesenta, se viene abordando cada

    vez con mayor fuerza el tema de la responsabilidad social que, si bien est orientado fundamentalmente al mbito empresarial, hoy forma parte del lenguaje comn que compromete todos los sectores de la vida social, por tanto tambin a la Iglesia.

    Con este concepto se busca tomar conciencia sobre el papel que tienen las empresas y las instituciones en el

    La evangelizacin en un mundo globalizadombito social y ambiental con el fin de establecer polticas y estrategias a nivel internacional que permita dignificar mejor al ser humano y frenar el deterioro del planeta como consecuencia de un progreso tecnolgico descontrolado.

    En esta perspectiva se hace claridad que el concepto de responsabilidad social no es equiparable con otros concep-tos similares como accin social o beneficencia social ya que son totalmente distintos. No se puede afirmar que una empresa o institucin por el hecho de hacer donaciones est cumpliendo con lo que significa responsabilidad social cuando por otra parte est contaminando el ambiente o violentando la dignidad de sus trabajadores.

    Pero, qu tiene que ver la Iglesia con el concepto de responsabilidad social que se est imponiendo a nivel mundial? Cmo afecta la evangelizacin? Digamos por ahora que se est comenzando a profundizar desde la teologa el tema de la ecologa como un asunto impor-tante de estudio, al igual que el tema de los derechos humanos, la cuestin laboral, etc.; tambin se comienza a replantear la forma de hacer la caridad en un mundo globalizado como el nuestro e incluso se toman medidas para frenar la contaminacin ambiental (hace poco el Vaticano incorpor un panel solar para iluminacin, calefaccin y aire acondicionado como un aporte de la Santa Sede a la descontaminacin del planeta).

    Pacto globalEl Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi

    Annan, propuso por primera vez el Pacto Mundial en un discurso pronunciado ante el Foro Econmico Mun-

    dial el 31 de enero de 1999. Se trata de una iniciativa internacional propuesta por las Naciones Unidas que tiene como finalidad promover la creacin de una ciu-dadana global respondiendo a los retos que plantea la globalizacin.

    Aunque el pacto mundial est anclado en el marco del concepto de responsabilidad social es una estrategia que por sus grandes implicaciones debe ser analizada con mayor cuidado por la Iglesia dado que afecta de manera directa su tarea evangelizadora.

    A diferencia del pasado donde la Iglesia y el Estado eran los responsables inmediatos de la formacin del cristiano y del ciudadano, con el pacto mundial la em-presa comienza a jugar un papel decisivo en la regula-cin de los mercados, en el acceso a las tecnologas, en la distribucin de la informacin y el saber, en la salud y la educacin, etc. impulsando una nueva visin del hombre y del mundo contraria a la visin grecorromana y cristiana tradicional de occidente.

    Para consolidar esta visin se promueve, entre otras estrategias, la creacin de una religin mundial influenciada por la New Age (Nueva Era) que impli-cara inmediatamente la prohibicin a todas las otras religiones de hacer proselitismo. Se busca imponer una fraternidad universal independientemente de principios doctrinales y prcticas religiosas.

    Como se puede ver, el pacto mundial que se adelanta a nivel empresarial apunta a la consolidacin de una cultura mundial cimentada en una visin economicista del hombre para favorecer el consumo y el mercado; esta estrategia se impulsa a travs de lo que se deno-mina una educacin para la ciudadana global.

  • REA DE FORMACIN Y CELEBRACIN DE LA FE

    Vino el Seor cuando naci en Beln de Jud. Para muchos, Navidad es recor-dar lo que ya pas en aquel tiempo.

    El tiempo de Adviento nos ayuda a descubrir que Jess viene hoy. Est presente ya en medio de nosotros de mltiples maneras (viene a travs de los sacramentos, especialmente del Bautis-mo y de la Eucarista. Viene a travs de su palabra, viene en el hermano necesitado) y sigue actuando y salvando al mundo.

    La liturgia no se queda en el pasado, ni nos amarra en el presente, sino que nos encamina hacia el futuro. Profesamos en

    Catequesis litrgica sobre el tiempo de advientoJesucristo vino, viene y vendr

    cada celebracin eucarstica que Cristo vendr en la gloria. El Adviento nos man-tiene en actitud de espera y nos invita a la esperanza cristiana.

    Indicaciones litrgicasEste tiempo tiene un doble carcter: es

    el tiempo de preparacin a las solemnida-des de la navidad en las que se renueva la primera venida del Hijo de Dios a los hombres y es, a la vez, el tiempo en el cual, mediante este recuerdo, las mentes se dirigen a la expectativa de la segunda venida de Cristo al final de los tiempos. Es un tiempo de piadosa expectativa.

    El tiempo de Adviento comienza con las primeras Vsperas del domingo que cae el da 30 de Noviembre, o aquel que sea ms prximo a ste y termina antes de las pri-meras Vsperas de la Navidad del Seor.

    No es todava el tiempo indicado para el canto de los villancicos.

    Las ferias desde el 17 hasta el 24 de diciembre inclusive, tienen como finali-dad preparar de una manera directa la navidad del Seor. Aqu, s queda muy bien el canto de los villancicos.

    En este tiempo no se permite la cele-bracin de misas de difuntos, ni votivas

    o por diversas circunstancias, a no ser que as lo exija una verdadera necesidad o utilidad pastoral. No se dice Gloria. El aleluya no se suprime.

    Deben usarse con moderacin los instrumentos musicales y las flores para adornar el altar.

    El tercer domingo, se denomina domingo del gozo y de la alegra del Adviento.

    Se puede tener la corona de Adviento. Sus luces nos recuerdan que Jesucristo es la luz del mundo. Su color verde significa la vida y la esperanza. El encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la corona debe significar nuestra gradual prepara-cin para recibir la luz de la navidad.

    Personajes del advientoEl profeta Isaas, San Juan Bautista,

    la Virgen Mara. Ellos son modelos del Adviento para toda la Iglesia y para cada bautizado.

    El hoy sacramentalLa liturgia no es simplemente me-

    moria, sino memorial. Esto quiere decir

    que acontecimientos del pasado (por ejemplo, el nacimiento de Jess), si bien son irrepetibles histricamente, se hacen presentes con su fuerza salvfica de una manera sacramental, en todos los tiempos y nos acercan a los bienes del Reino.

    Los sacramentos hacen presente para nosotros la salvacin que nos trajo Jesucristo. Ms an, podemos decir que gracias a los sacramentos, el maana es ms cierto y ms cercano.

    POR: PbRO. JOhN JAIRO RIVERA TAMAyOdElEGAdO dE COMUNIdAdES EClESIAlES

    y CATEqUESIS

    El ao litrgico que hace poco ini-ciamos, nos trae para los domingos de adviento unos evangelios que ayudan a profundizar el significado y a compren-der la importancia de este tiempo para la Iglesia.

    En el primer domingo se nos propo-na el evangelio que se podra titular: Llamado a la vigilancia (Mc. 13,33-37). El captulo 13 de San Marcos es un discurso escatolgico; all Jess no pretende predecir diversos aconteci-miento histricos, sino inculcar a los creyentes la vigilancia y la oracin, para que nos encontremos prepara-dos en la segunda venida del Hijo del hombre. El texto evanglico de la liturgia corresponde a la ltima parte de este discurso de Jess; por lo tanto, precede la narracin del tercer evan-

    Los evangelios de los domingos de advientogelista sobre la pasin y la resurreccin. Su mensaje es claro; ninguno puede prever el momento preciso de la venida del Seor; por eso insiste con dos impe-rativos: Estn despiertos, Vigilen; de esta manera como afirma Schweizer: El tiempo que viene se convierte en aquel que determina plenamente el presente, le da su tensin, su esperanza, su fin, y por lo tanto su sentido.

    El segundo domingo de adviento, nos lleva al inicio del evangelio de Marcos (1,1-8). Nos presenta a Juan Bautista como el precursor de Jess mediante la predicacin de la conversin y de la venida del Mesas. Claramente la Iglesia nos est invitando a preparar la llegada de Jess y, como bien nos hace pensar Guerric d`Igny, a fijarnos en Dios mismo que prepara su camino para venir a nosotros: Prepara el camino aquel que corrige su vida, endereza sus sendas quien asume un gnero de vida ms estricto. Claramente una vida correcta es

    el camino mejor a travs del cual el Seor podr venir a nosotros, l que en esto es nuestro ejemplo, ya que el Seor dirige los pasos del hombre (cf. Sal. 37,23); por este hecho, su camino le place tanto que lo toma con gusto para venir al hombre y a su lado camina constantemente. Si l que es el camino, la verdad y la vida (cf. Jn. 14,6) no prepara l mismo su llegada hacia nosotros es impensable poder corregir nuestro camino segn la regla de la verdad y mucho menos, por consiguiente, poder dirigirla hacia la vida eterna. (Sermn IV de adviento).

    El tercer domingo de adviento lla-mado el Gaudete con el evangelio de San Juan (1,6-8.19-28) nos presenta de nuevo a Juan el Bautista, pero como el testigo de la luz, es decir, de Cristo, como afirma San Agustn: Juan es la voz, pero el Seor desde el principio es la Palabra. Juan una voz por un tiempo, Cristo el Verbo desde el principio, eterno (Sermn, 293,3 s.); en este mismo senti-

    do San Efrn dice: Voz es aquella de Juan, la Palabra sin embargo que pasa por aquella voz es Nuestro Seor. La voz les ha hablado, la voz ha gritado y los ha reunido, y el Verbo ha distri-buido a ellos sus dones (Diatessaron, 3,15). El testimonio de Juan Bautista en estos versculos se articula en dos momentos; primero, confiesa de no ser el Mesas (v. 19-23); luego, aclara su funcin testimonial en preparacin a la aparicin del Mesas, ya presente en medio del pueblo, pero que todava est desconocido (v. 24-28).

    Para el cuarto domingo se nos propone el evangelio de la Anunciacin (Lucas 1,26-38). El relato, de un modo sencillo, nos describe la encarnacin del Hijo de Dios. Nos invita a meditar en el S de Mara que ha hecho posible la navidad, pues como afirma San Bernardo: Dios ha ordenado al s de Mara el diseo de la salvacin. (Oracin IV de Beata Mara Virgen, 8 s.).

    Por tradicin, la gran mayora de los

    cristianos de nuestras comunidades limitan su preparacin a la Navidad

    en la celebracin de la novena. Pasa casi

    inadvertido el tiempo litrgico de Adviento.

  • REA DE FAMILIA

    Alegra sobremanera, la carta del seor obispo este es un gran misterio. Es una apuesta diocesana por la promocin del bien del matrimonio y la familia. Este escrito llega como una luz de esperanza para la institucin familiar, que ha pa-decido como pocas las consecuencias del mundo individualista, relativista y consumista que vivimos. Al leer la carta se alcanza a entender desde la limitada razn que se posee, la maravilla y hermo-sura del misterio de la Alianza conyugal, su alta dignidad, y su valor para el mun-do. En este valioso escrito se retoma el significado teolgico del sacramento, el bien que encierra en s mismo, la bondad de Dios que nos da un signo claro de su amor en la alianza conyugal. Y como si fuera poco, da un paso importantsimo proponiendo y disponiendo algunas ac-ciones encaminadas sobre todo al bien de la familia. Por esto hace nfasis en la preparacin al sacramento, el valor, el respecto y el fervor con que debe ce-lebrarse y el acompaamiento efectivo a los esposos, trazando unas lneas claras para la pastoral familiar. Este escrito, es el acervo de varias propuestas interesantes y aplicables a nuestra querida Dicesis que urge de acciones concretas para la evangelizacin de la familia. Por esto, sin demeritar las que no aparecen, presen-tamos varias de estas disposiciones que consideramos pertinentes conozcan los fieles de nuestra Iglesia particular, siendo slo el abrebocas, para que todos se ani-men a leer y aplicar este gran regalo que se hace a la institucin familiar.

    1- Con respecto a la preparacin del matrimonio

    Las orientaciones del magisterio que se han citado y lo que se ha dicho sobre la grandeza de la vocacin matri-monial indican que la preparacin a la celebracin del matrimonio es siempre obligatoria. Todos sabemos que de la profundidad y solidez de esta prepara-cin van a depender, en gran medida, la felicidad y estabilidad de los hogares e incluso las sucesivas etapas de pastoral familiar. Y agrega: Es preciso que cada

    A propsito de la carta del Seor ObispoEste es un gran

    misterio, este es un gran regalo

    parroquia revise permanente-mente el esquema y el itinerario con los que prepara a los futuros esposos. La duracin de los cursos especficos no debe ser tan breve que se reduzca a mera formalidad; podemos imaginar las familias cristianas que tendremos con una hora de catequesis antes del matrimonio, adems, para poder ofrecer una buena preparacin a los novios, se requiere configurar en cada parroquia un equipo de personas conscientes de esta mi-sin de la Iglesia, que puedan dar un verdadero anuncio de la gran-deza y santidad del matrimonio y de la familia.

    2- Con respecto a la celebracin del matrimonio

    Para que las personas presen-tes en la celebracin nupcial no permanezcan como simples es-pectadores, se debe fomentar por todos los modos posibles su parti-cipacin. Adems, por todas las consideraciones teolgicas y pas-torales expuestas anteriormente; por la tutela del matrimonio cris-tiano que es en s mismo un acto litrgico de glorificacin a Dios en Cristo y en la Iglesia; por la necesidad de defender, ante el secularismo y la moda de redu-cirlo a un acto social y privado, el valor y el significado religioso del matrimonio sacramento; por la naturaleza misma del matrimonio que debe ser una profesin de fe hecha dentro y con la Iglesia, comunidad de creyentes (Familiaris Consortio, 51); por las irregularidades y discriminaciones que frecuentemente se dan en la celebracin del matrimonio fuera de los templos parroquiales; por la imposibilidad de aceptar la insistente y creciente solicitud de celebrar matrimo-nios en capillas, hoteles, clubes, salones sociales y fincas; por la conveniencia de unificar en este campo la prctica con cuanto est mandado en la Arquidicesis de Medelln; no se permite en la Dicesis de Sonsn-Rionegro la celebracin del sacramento del Matrimonio fuera de los templos parroquiales. Sin embargo, a fin de que se puedan cumplir los com-promisos ya adquiridos con relacin a la celebracin de matrimonios, la norma de autorizarlos slo en los templos pa-rroquiales entra en vigor al final de la Pascua del prximo ao, es decir, el 31 de mayo de 2009.

    3- Con respecto al acompaamiento a los esposos

    Les ruego a todos los miembros de la comunidad diocesana que nos sintamos realmente responsables de la suerte de la familia y que pongamos todos los medios para hacer prioritaria y eficaz en nuestras parroquias la pastoral familiar. La situacin actual no da tiempo para esperas o vacilaciones. Es cuestin de vida o muerte, porque es cuestin de ecologa humana (cf. Centesimus An-nus, 38-39). Adems: les pido a todos, pero especialmente a las comunidades de contemplativos y contemplativas de la Dicesis, que con su oracin y con su vida ofrendada en el amor hagan violencia al cielo en favor de los matri-monios y las familias; ayuden con todas sus fuerzas, pues no podemos perder un patrimonio irrenunciable de la Iglesia y de la humanidad () Les ruego a los que el Seor ha llamado de un modo particular a ser apstoles de la familia, sacerdotes, religiosas y laicos, que re-doblen la creatividad y los esfuerzos en esta hora que desafa la estabilidad y la unidad de los hogares.

    Invito a que se multipliquen, a nivel parroquial o si parece ms oportuno a nivel zonal y vicarial, iniciativas, que pueden ser de gran utilidad para animar y formar a los matrimonios y a toda la comunidad, como el Da de la familia, la Semana de la familia, Jornadas de oracin por los hogares, Encuentros de espiritualidad matrimonial y familiar, Retiros para parejas de esposos, Escuelas de pa-dres, Convivencias familiares etc. Adems, a partir de las iniciativas anteriores o va-lindose de otros medios se buscar impulsar la formacin de grupos de matrimonios que faciliten el dilogo, el compartir experiencias y los procesos de formacin permanente. El ideal sera, como en los primeros das de la Iglesia, formar comunida-des eclesiales de parejas o de familias donde se les ofrezca un ambiente de espiritualidad, de fraternidad y de compromiso apostlico para su continuo crecimiento.

    Adems: Es normal que la relacin matrimonial evolucio-ne y en este camino muchas

    veces degenere, haciendo que los es-posos caigan en la soledad y pierdan la comunin con Dios y con los dems. En ese momento, ms que nunca, es preciso ofrecer una ayuda. Es muy importante ofrecer la cercana de la Iglesia a los padres que sufren la falta de hijos, ase-sorndolos, si lo desean, para remediar la infertilidad con los medios moralmente admitidos por la Iglesia y ayudndoles a descubrir otras dimensiones de la fecundidad de su amor. Tambin los matrimonios con hijos discapacitados, aquejados de enfermedades especiales o de adicciones, han de contar con el apo-yo de la Iglesia y de la entera sociedad. Lo mismo vale para otras situaciones difciles, como madres solteras, orfandad, ancianidad, viudez, desplazamientos, pobreza, violencia intrafamiliar.

    Y finalmente: Resulta imposible salvar la familia hoy sin una decidida y permanente colaboracin de los laicos. Hay que partir de las mismas familias cristianas que deben, como de modo espontneo, hacer un apostolado con otras familias, empezando por las de sus parientes, amigos y vecinos. Las familias cristianas no se pueden quedar encerradas en sus casas, urge que salgan a trabajar en la via del Seor.

    POR: PbRO JhON JAIRO lONdOO V.dElEGAdO PASTORAl FAMIlIAR

  • 10INFORME ESPECIAL

    POR: PbRO. JOhN JAIRO SERNA lPEzSACERdOTE EN MISIN

    Nuestra experiencia comienza el da 14 de diciembre del ao 2007, cuando llegamos por primera vez a la repblica de El Salvador, a la Parroquia Santa Alicia, en la capital de San Salvador. Desde que llegamos, tan slo en la primera semana, quedamos impac-tados de la organizacin que tena la parroquia y cmo demostraba ser una parroquia viva y evangelizadora, con tan slo diez meses de ser erigida. En este lugar llevamos ya diez meses de prestar nuestro servicio pastoral. A medida que ha avanzado el tiempo, hemos descubierto todo lo que se puede lograr trabajando con las pe-queas comunidades. Esta parroquia comprende mas del 90% del proyecto residencial Altavista, ubicada al oriente de la capital de San Salvador, es decir unas 50 mil personas, y precisamente el Plan Pastoral adoptado es el Sistema Integral de la Nueva Evangelizacin (SINE).

    Queremos compartir con nuestro querido clero diocesano y los fieles, el

    Experiencia de trabajo pastoral con pequeas comunidades en la repblica de El Salvador

    trabajo tan especial que estamos rea-lizando con las pequeas comunidades en este lugar de la Amrica Central.

    De verdad, que nos hemos dado cuenta de que el trabajo en comuni-dades facilita ms la pastoral de una parroquia, ya que los fieles se sienten con ms pertenencia a ella, y descubren su papel en la Iglesia, porque se dan cuenta de que no es un lugar donde servir, sino a una persona que los mueve a ser Iglesia: JESS, y por eso el compromiso es ms radical. Cuando las personas tienen ese encuentro personal con el Seor, en un retiro espiritual que se hace despus de un proceso de tres meses en lo que se llaman Casas Abiertas, ya empiezan el proceso para conformar la comunidad que sern dos meses ms, pero antes de todo este proceso, ellos han sido invitados en una misin de Evangelizacin que se hace por sectores, a que se incorporen a las casas abiertas donde las personas reciben todo lo relacionado con el tema del Kerigma.

    En menos de ao y medio se ha logra-do la creacin de casi 14 comunidades

    (con este nmero llegamos a 27), tam-bin la promocin de la catequesis b-sica en la fe para un nmero aproximado de 560 nios y nias, la consagracin de la Hermandad Infantil Jess Nazareno, la organizacin de la Pastoral Juvenil, conformada por 8 comunidades de jve-nes que se ha convertido en un espacio pastoral pujante y esperanzador para las vocaciones; tambin se destaca la pas-

    toral familiar, el proyecto pastoral para los aclitos, la adecuacin de servicios bsicos para el templo; son estos parte de lo que hoy podemos decir es una parroquia con un entusiasmo y vitalidad encomiables; adems, nos ha ayudado a sentirnos ms pastores y nuestra vida sacerdotal ha sido bendecida incesante-mente. Vale la pena, apostarle al trabajo con pequeas comunidades!

    Naci en Granada el 20 de diciem-bre de 1939 en el hogar conformado por Jess Salazar Ossa y Apolonia Botero Montoya. Realiz sus estu-dios de primaria en la Escuela Jess Mara Yepes de Granada, realiz su secundaria en el Seminario Conciliar de Medelln, donde tambin curs sus estudios de filosofa y Teologa. Fue ordenado sacerdote en Rione-gro el 19 de diciembre de 1965, por Monseor Alfredo Rubio Daz.

    Ejerci su ministerio sacerdotal como Vicario parroquial en las parroquias de Guatap, Sonsn, Nuestra Seora del Carmen de La Ceja, El Retiro, Jess Nazareno de Rionegro, Nuestra Seora de la Candelaria, Guarne, y San Judas Tadeo de El Santuario. Fue formador en el Seminario San Alberto Magno (Sonsn) y trabaj como prroco de San Jos

    (Sonsn), Concepcin, San Antonio (Rionegro), El Sagrado Corazn de Je-ss, Marinilla y de Santa Ana, Guarne. El 2 de mayo de 2000 autorizado por el Excelentsimo Monseor Flavio Calle Za-pata, Obispo de Sonsn-Rionegro, vino a colaborar en esta querida Arquidicesis de Medelln donde fue acogido y ms tarde nombrado Prroco de Nuestra Seora del Perpetuo Socorro, Copaca-bana, donde estuvo los ltimos aos de su ministerio.

    Fue un sacerdote ntegro, virtuoso, sencillo, amable y alegre, fraterno con sus compae-ros sacerdotes y de un trato cordial con sus feligreses. Durante su ministerio sacerdotal trabaj por la edu-cacin y la formacin integral de sus comunidades, gran catequista y amigo de los jvenes. Propag la devocin a la Santsima Virgen Mara.

    Desde hace varios aos su salud se vi que-brantada. Falleci en esta ciudad (Medelln), el 9 de diciembre de 2008.

    El Seor Obispo, todos los miembros del pres-biterio de la Arquidicesis de Medelln y de la Dicesis de Sonsn-Rionegro, las comunidades religiosas y muchos feligreses que fueron pasto-reados por l, damos gracias al Padre Alfonso en esta hora de despedida hacia la casa del Padre y rendimos nuestro homenaje pstumo de gratitud por el fiel ejercicio de su ministerio con la con-viccin de que las vidas de los justos estn en las manos de Dios.

    Expresamos nuestra cercana espiritual y nues-tra sincera condolencia a sus hermanas, espe-cialmente a Sor Alicia, religiosa Salesiana quien trabaja en el Colegio Mara Auxiliadora y a Sor Ins de la Comunidad Religiosa del Buen Pastor de esta ciudad y a sus dems familiares.

    Presbtero Alfonso Mara Salazar Botero, convocado a la Casa del Padre

  • 11REA DE FAMILIA

    POR: ESTEbAN CAdAVId GMEzMIEMbRO EqUIPO dIOCESANO dE PASTORAl

    JUVENIl

    La Pastoral Juvenil es la accin orga-nizada de la Iglesia para acompaar a los jvenes a descubrir, seguir y com-prometerse con Jesucristo y su mensaje para que, transformados en hombres nuevos e integrando su fe y su vida, se conviertan en protagonistas de la construccin de la civilizacin del amor. Esta definicin construida gracias a la experiencia que ha tenido la Pastoral Juvenil en toda Latinoamrica, es ade-ms un concepto que nos invita a una constante renovacin de nuestra prac-tica pastoral con jvenes, al diseo de nuevas estrategias para articularnos y a la bsqueda constante de la comunin de la Iglesia, comunin que nos impulsa a realizar nuestras acciones.

    Por esta razn, la Pastoral Juvenil en Colombia se ha organizado de manera particular por regiones, promoviendo de esta forma un trabajo ms articulado y contextualizado con la realidad de los jvenes de nuestro pas. Para tal fin se han creado 7 regiones que agrupan dicesis cercanas. Estas siete regiones son: Llano-Cundiboyacense, Sur Orien-tal, Nor Oriental, Valle, Costa Atlntica, Tolima grande y Antioquia-Choc. Nuestra dicesis de Sonsn Rionegro pertenece a la regin Antioquia Choc y las dicesis que la acompaan en el trabajo regional son las siguientes: Santa fe de Antioquia, Medelln, Santa Rosa de Osos, Girardota, Jeric, Caldas, Apartad y las dicesis hermanas del Choc: Quibd e Itsmina Tad.

    Y, CMO ESTA INTEGRADA LA REGIN O LOS EQUIPOS DE TRABAJO EN LAS REGIONES?Para el trabajo de la Pastoral Juvenil

    en la Regin Antioquia Choc se confor-ma un equipo de la siguiente manera:

    Cada uno de los delegados para la Pastoral Juvenil de las dicesis y dos jvenes escogidos por los equipos diocesanos. Al interior se distribuyen

    La pastoral juvenil y su trabajo en la regin de Antioquia y Choc

    responsabilidades, como la del coor-dinador que es escogido por votacin entre las 10 dicesis y se encarga de citar a las reuniones del equipo que se realizan cuatro veces al ao; en las di-ferentes dicesis de la regin, coordina los procesos y gestiona los recursos que contribuyen al desarrollo de la Pastoral Juvenil. Tambin se escoge un joven que es el delegado y apoya al coordi-nador en el proceso regional. Tanto el coordinador como el joven delegado hacen parte del equipo nacional de Pastoral Juvenil convocado y articulado por la Seccin de Juventud de la Con-ferencia Episcopal Colombiana. En la actualidad, el coordinador del equipo es el Pbro. Pedro Pablo Ospina Osorio que adems es el responsable de la Pastoral Juvenil en nuestra dicesis de Sonsn Rionegro y el joven delegado es Octavio Rojo Mira perteneciente a la dicesis de Santa Rosa de Osos.

    UN ESPACIO PARA EL FORTALECIMIENTO DE LA

    PASTORAL JUVENIL El Equipo Regional es una instancia

    de participacin voluntaria para las 10 dicesis de la regin, pero en este es-pacio de reflexin, se han dinamizado

    procesos que han fortalecido la Pastoral Juvenil de los departamentos de Antio-quia y Choc. Entre el ao 2007 y el ao 2008 el equipo ha formado ms de 400 animadores que se proyectan en las comunidades parroquiales de las dicesis acompaando los grupos juveniles y alrededor de unos 100 asesores de Pastoral Juvenil quienes se capacitaron en elementos pedag-gicos, metodolgicos y tericos para el acompaamiento de los animadores; se elabor un subsidio que pretende acompaar y apoyar el proceso de los grupos juveniles que inician, a travs de un itinerario para la formacin de estos. La Pastoral de juvenil de la Regin Antioquia Choc en los ltimos aos ha dado pasos en la toma de conciencia de la necesidad de una Pastoral basada en procesos y no en eventos aislados. Los tiempos nuevos exigen respuestas nue-vas, hacindose necesario generar una respuesta diferente frente a los desafos que estos nuevos tiempos plantean. Por eso hemos diseado el plan regional de Pastoral Juvenil que es la matriz, hori-zonte o marco general, en el que se pro-pone inscribir la accin de la Pastoral para los prximos aos, en diferentes espacios e instancias. Este plan atiende 4 reas importantes: La capacitacin y formacin de los equipos diocesanos de Pastoral Juvenil, los agentes que

    intervienen en los procesos juveniles de las dicesis (asesores y animadores) y la capacitacin de los integrantes del Equipo Regional. El acompaamiento a los equipos diocesanos y a la elabo-racin de planes de Pastoral Juvenil en cada una de las dicesis. La promocin de la Pastoral Juvenil a travs el pro-yecto de redes de equipos diocesanos, que pretende visibilizar la Pastoral Juvenil en instancias eclesiales y no eclesiales en los dos departamentos que la conforman y, por ltimo, la investi-gacin y anlisis de la realidad juvenil sus fenmenos y tendencias, ejercicio que nos permite realizar intervenciones adecuadas a los contextos juveniles de hoy; todo este proceso tambin ha sido posible gracias a la vinculacin de la conferencia episcopal italiana que ha apoyado la formacin de agentes por medio del la financiacin del proyecto para la formacin de asesores y anima-dores de Pastoral Juvenil.

    Para la Pastoral Juvenil de la di-cesis ha sido una experiencia de evangelizacin muy especial, estar al frente de los procesos de la regin especialmente en la coordinacin del equipo, tarea en la cual hemos adquirido nuevos aprendizajes; se han descubierto y profundizado en mode-los de evangelizacin, que pensamos que contribuyen en la construccin del Reino de Dios en este momento histrico. La acciones que el Equipo Regional realiza aportes a la evan-gelizacin del mundo juvenil, desde la integracin y articulacin del tra-bajo pastoral, proponiendo acciones orgnicas y sistemticas en los dos departamentos. Para el ao que viene seguimos planteando procesos que se vean reflejados en las dicesis a travs de una labor, haciendo vida las pala-bras de San Pablo en su primera carta a lo Corintios: Ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno en su lugar es parte de l (Cfr 1Cor 12,27)

    Esperamos que los frutos de este trabajo regional lleven a los jvenes de Antioquia y Choc ha encontrarse con Jess, Maestro de la esperanza y centro de nuestra labor evangelizadora.

  • 1ACONTECER PASTORAL

    La UCO dio vida a la Escuela en tres municipiosQue la gente que ha sido golpeada

    por el conflicto armado encuentre una razn para vivir, ese es el uno de los resultados que deja el proyecto Escue-las generadoras de vida comunitaria, ejecutado por la Universidad Catlica de Oriente en el marco del Segundo Laboratorio de Paz. As lo plantea Guillermo Gmez Zuluaga, coordina-dor del proyecto que se llev a cabo en los ncleos zonales de San Julin (San Rafael), La Loma (Abejorral) y El Molino (Cocorn).

    Tras la ejecucin del proyecto, las comunidades de estos ncleos ven a sus escuelas como el mejor sitio de

    encuentro y aprendizaje y a donde pueden llegar para realizar actividades productivas, educativas y de conviven-cia, encaminadas al desarrollo colecti-vo de los habitantes.

    Escuelas generadoras de vida co-munitaria form a tres mil personas de 20 veredas de San Rafael, Cocorn y Abejorral en participacin ciudadana, convivencia, procesos de aprendizaje, paz y derechos humanos. Los resulta-dos de esta iniciativa se dieron a cono-cer en el Panel y Feria Los Aprendizajes del Segundo Laboratorio de Paz, que se realiz el 29 de noviembre de 2008 en el coliseo de la UCO.

    JOHN DAYRO VALENCIA CHICA. Hijo de Alberto y Oliva. Naci en La Ceja el 18 de julio de 1972. Los que enseen a otros a ser buenos brillarn

    como estrellas por toda la eterni-dad. (Dn 12-3) Todo tuyo Mara.

    HERNN DAVID SUREZ ARIAS. Hijo de Pedro pablo y Nubia Flor. Naci en Ma-rinilla el 31 de diciembre de 1982. A vosotros os he llamado

    amigos... Y os he destinado para que vayis y deis fruto (Jn 15, 15-16)

    JAIR JOANNY RENDN SALAZAR. Hijo de Fran-cisco Javier y Blanca Is-menia. Naci en Rionegro, el 28 de noviembre de 1973. Aquel que me separ

    de mi madre y me llam por su gracia, tuvo a bien revelar en m a su Hijo para que le anunciase (Ga 1,15-16)

    Nuevos Presbteros

    Ordenados por Monseor Ricardo Tobn Restrepo, Obispo de Sonsn-Rionegro, en la Catedral de San Nicols, el 22 de noviembre de 2008

    CARLOS MARIO CADAVID GALLEGO. Hijo de Marco Antonio y Lilian del Soco-rro. Naci en Guarne el 28 de octubre de 1977Yo me suscitar un sacer-dote fiel que obre segn mi corazn y mis deseos (1 Sm. 2,35)

    EDGAR ALFONSO GMEZ GARCA. Hijo de Ramn Arcesio y Mara Oliva. Naci en Granada el 25 de agosto de 1978. Ojala tenga yo una ntima experiencia de Cristo, del poder de su Resurreccin y de la comunin con sus padecimientos! (San Ignacio de Loyola).

    NILSON HERNANDO TORO OCAMPO. Hijo de Jos Gabriel y Teresita de Je-ss. Naci en Arboledas Caldas el 18 de agosto de 1974. Nos eligi para que fu-semos consagrados e irreprochables ante l por el amor (Ef. 1,4)

    Reunin general del clero y bodas de oro y plata sacerdotales

    El 19 de noviembre se realiz la re-unin general del clero diocesano en el Seminario Nuestra Seora, en el muni-cipio de Marinilla con la presencia del Seor Obispo Ricardo Tobn Restrepo y del presbiterio de Sonsn Rionegro. En este encuentro fraternal, se reco-

    noci y agradeci al Todopode-roso el ministerio sacerdotal de los hermanos que celebraron sus bodas de oro: Mons. Jos Dolores Garca D., Pbro. Uriel Velsquez G. Pbro. Braulio de Jess Castao A., y bodas de plata: Pbro. Gabriel Antonio Ga-llego A. Pbro. Santiago Palacio Z. Pbro. Jess Mara Lpez A. Pbro. Josu de Jess Ochoa C. Pbro.

    Juan de Dios Martnez C. Pbro. Jairo de Jess Restrepo A. Pbro. Ramn Alberto Giraldo G. Ramn Horacio Salazar V.; a estos sacerdotes les damos la ms cor-dial felicitacin y hacemos votos por su felicidad en el ministerio recibido.

    Reforma de la parroquia Sagrado Corazn de Jess en Marinilla Se ha iniciado la reforma de la

    Parroquia Sagrado Corazn de Jess, localizada en el sector La Dalia, en Marinilla, constituida cannicamente el 17 de Enero de 1975 por Monseor Alfonso Uribe Jaramillo, entonces Obispo de nuestra dicesis. Esta parroquia, cuenta con una poblacin aproximada de 11.000 habitantes. Posee ocho veredas a las cuales se les sirve tanto sacramental, pastoral y socialmente. Esta reforma intenta plasmar una obra donde se pueda ha-bitar, celebrar y anunciar el misterio salvfico redentor de Dios para con los hombres, en Cristo Jess; el costo

    aproximado es de $2500000.000.La reforma se ha debido a que el

    espacio celebrativo no es adecuado, falta altura, luz, ventilacin y natural-mente belleza.

    Peregrinacin mariana para las comunidades eclesiales por el Reino de DiosEl pasado 29 de noviembre, con una

    participacin de ciento veinte perso-nas, se celebr en la Parroquia de la Presentacin de Nuestra Seora, en Rionegro, la peregrinacin mariana para las Comunidades Eclesiales por el Reino de Dios; sta es una de las actividades comunes de las C.E.R. programada el sbado anterior al primer domingo de Adviento. Contamos con la compaa de nuestro Obispo; su mensaje nos dej, para la reflexin personal, cinco ideas: a) No olvidarnos de lo que somos, es decir, discpulos; b) Mirar el reto que tienen hoy las parroquias y nosotros como miembros de la Iglesia para ayudar a or-ganizar la pastoral a travs de pequeas

    comunidades que le den un nuevo aire a la dicesis; c) Atacar de raz el desnimo que puede ir apareciendo con el pasar del tiempo y que se manifiesta en el egosmo, la superficialidad y la incons-tancia; d) La importancia de evaluar al finalizar un ao porque produce cambios importantes para el futuro; e) La contem-placin de Mara como patrona de las C.E.R. a quin le consagramos el caminar de nuestras comunidades. Tambin vivi-mos una reflexin de Adviento titulada Mara y el adviento; seguidamente, recitamos el himno mariano Akathistos y hacia las 12:00 m. celebramos la Santa Misa con la comunidad parroquial de la Presentacin.

  • 1ACTUALIDAD

    POR: lUIS FERNANdO CAllE VIANACOORdINAdOR VIdA JUSTICIA y PAz

    Dicen los que saben, que el mundo siempre se est transformando y que slo nos damos cuenta de que las cosas cambian cuando nos toca enfrentar en carne propia las consecuen-cias favorables o desfavorables que deja el continuo actuar de nosotros sobre la realidad, y que a pesar del constante cambio en el que vivimos existen realidades que se repiten y se repiten, tal vez por nuestra superficial memoria colectiva.

    La anterior premisa es til para plantear una reflexin sobre las transformaciones que ha vivido el Oriente Antioqueo en el ltimo tiempo, sin el riesgo de caer en el tecnicismo de los expertos o el comentario de esquina, sino mas bien proponer una reflexin qu nos acerque a la comprensin de un pasado doloroso, un presente transformado y un futuro por construir.

    La gran paradoja: Riqueza y violenciaLa memoria de la ltima dcada de nuestra regin

    puesta sobre el lienzo de la historia, nos muestra grandes manchas de sangre y lgrimas condensadas en relatos de campesinos expulsados de sus tierras, de bombas explotando en cabeceras municipales, de hombres armados hasta los dientes con consignas de liberacin del pueblo, de motosierras estridentes y listas negras para la limpieza en nombre de los guardianes ilegales del orden; todos estos relatos cruzados en contraposicin con la gran riqueza en recursos natu-rales de nuestra regin, una ubicacin geoestratgica fundamental en la economa del departamento y una gran capacidad organizativa por parte de grupos socia-les e instituciones civiles y religiosas que han habitado y construido el territorio.

    La gran paradoja de nuestra regin de verdes bos-ques, de fros y exticos pramos, de tursticos y pro-ductivos embalses y de grandes centros industriales, aeropuerto internacional, flores y zona franca, es ser uno de los polos de desarrollo de Antioquia y a la vez ser una de las zonas con ndices de violencia ms altos del departamento (cifras que vienen disminuyendo en los ltimos dos aos). Este gran contrasentido de riqueza versus violencia nos ha puesto en las pginas de los peridicos nacionales desde las dcada del 70 con los paros cvicos por los servicios pblicos y la construccin de los embalses, pasando por la llegada y consolidacin de las guerrillas en los 80, los paramilitares en los aos 90 y los cultivos ilcitos en los ltimos aos, as como la ejecucin de grandes megaproyectos que explotan la riqueza que posee la regin como los embalses, la autopista MedellnBogot, el corredor industrial, el aeropuerto y las cementeras, por mencionar solo algunos.

    La radiografa tomada de la paradoja riqueza y vio-lencia ha dejado en el territorio diversas consecuencias,

    Oriente Antioqueo: Regin de paradojas

    que slo hasta hoy somos conscientes de sus efectos en la vida cotidiana de las personas que da a da se levantan en alguno de los 23 municipios que conforman la subregin. Una de stas radica en las estrategias de los habitantes del territorio para enfrentar los efectos del conflicto armado, muchas de ellas acompaadas por instituciones de la Dicesis de Sonsn Rionegro como la Pastoral Social y la Corporacin Vida, Justicia y Paz quienes junto a otras instituciones han liderado procesos de acompaamiento y formacin a las comu-nidades ms vulnerables de la regin.

    Cambios y constantes La llegada de la estrategia del Segundo Laboratorio

    de Paz, el papel de Prodepaz, la fortaleza de las organi-zaciones sociales de base, el liderazgo de la Iglesia y el papel de las ONG, sumado a las acciones de la fuerza pblica en la recuperacin del territorio, ha constituido sin duda una transformacin de las formas de vida en el ltimo tiempo, que han permitido restablecer la mo-vilidad entre las diversas localidades, ha restablecido procesos econmicos y han incentivado el turismo para los municipios ms lejanos de nuestra regin.

    No cabe duda de que los habitantes y visitantes de nuestros pueblos y veredas, hoy perciben mejores niveles de seguridad en las carreteras y cascos municipales; sin embargo, muchas de las causas fundamentales del conflicto social siguen intactas: La inequidad territorial, la riqueza ex-trema de unos pocos y la pobreza extrema de muchos otros, siguen siendo caldo de cultivo para futuros conflictos.

    Existen consecuencias de nuestra historia de irnicas paradojas que an no son resueltas y aparecen como constantes de la historia no slo regional sino nacional, como los desaparecidos por los diferentes grupos arma-dos, la reparacin integral a las vctimas, la presencia de amplios campos minados en el territorio, el rearme de estructuras armadas, el surgimiento de cultivos de uso ilcito entre otros, situaciones que nos indican que la tarea de construir la paz est en mora de seguirse haciendo incasablemente.

    Sin duda, las cosas han cambiado, siguen cam-biando, hoy ya no hablamos de bombas, sino de las necesidades de planeacin de nuestro futuro inmediato, hoy nos damos el lujo de hablar de otros temas, no menos urgentes que los de la guerra, pero importantes para conseguir la tan anhelada paz que necesitamos.

    Han cambiado los temas y las prioridades de actuacin de los habitantes, pero persisten gran-des desafos que interpelan las acciones de las instituciones, de las organizaciones sociales, de los comerciantes, de los empresarios, del sector pblico y de la iglesia misma.

    Los desafos Con un conflicto transformado despus del tro-

    nar de las rfagas y el fro silencio de nuestros muertos, es necesario reflexionar sobre el papel que juegan los diversos actores sociales de la regin y los desafos que tenemos frente a la construccin de la regin que anhelamos, propongo entonces enfrentar de manera conjunta cinco desafos que no dan espera:

    1. Construccin de un modelo de desarrollo regional acorde con las capacidades y potencialidades de las localidades pactado entre empresarios y comunidades que permita atacar la inequidad

    2. Construccin de una memoria colectiva que per-mita recordar para no repetir

    3. Reparacin integral a vctimas del conflicto ar-mado.

    4. Fortalecimiento de la participacin comunitaria5. Contrarrestar efectos del narcotrfico y violencias

    urbanas con una propuesta de seguridad integralReflexionar y actuar en relacin a estos cinco de-

    safos si bien no soluciona el total de problemticas actuales de la regin, ayuda a dilucidar las acciones que contribuyen a la construccin de caminos de paz y convivencia.

    La conclusinDespus de hacer un recorrido por los altibajos de

    nuestro territorio, vale la pena decir como los que saben que reflexionar constantemente sobre nuestra propia historia nos permite comprender quines somos, de dnde venimos y nos da herramientas para saber a dnde debemos ir.

    Despus de mirar las transformaciones de la regin en la ltima dcada, podramos decir que nuestra regin ya no es el infierno de antes, pero no es de ninguna manera la regin de las maravillas; por tal motivo es necesario no dejar de imaginar y trabajar incasable-mente desde el rol que cada uno tiene por una regin donde podamos vivir todos sin el temor que vuelva a sonar una rfaga y con la certeza de que nuestros hijos tendrn comida cuando lleguemos a casa.

  • 1VIDA CONSAgRADA

    POR: OlGA ElVIRA hINCAPI A.

    La virginidad consagrada es un canto a la vida y una mano tendida a otras vidas para ayu-darlas a desarrollarse en ple-

    nitud, para orientarlas a Cristo y formar con l una autntica

    comunin de vida

    J.G. Escolano1

    Las vrgenes consagradas que viven en medio del mundo, constituyen una ca-tegora peculiar en la Iglesia; el Orden de las vrgenes (Ordo virginum) el cual tiene un carcter secular y diocesano, situado fuera de estructuras de vida religiosa (vida en comn, reglas, superiora), dis-tinto tambin de los Institutos seculares y de las dems formas de vida consagrada. Inmersas en las realidades temporales, las vrgenes consagradas habitan en su propio domicilio o con sus familias; viven de su trabajo o del ejercicio de su profe-sin. Tienen en Mara, virgen y madre, su modelo y paradigma.

    Una vocacin muy antigua

    En la Iglesia primitiva, desde los tiempos apostlicos, algunas vrgenes cristianas, que queran seguir a Cristo ms radicalmente, eran consagradas por el Obispo, llevaban una vida de oracin y de servicio a la Iglesia y a la sociedad, permaneciendo en sus casas con sus familias.

    Durante los cuatro primeros siglos di-cha consagracin se extendi y floreci en la Iglesia tanto en Oriente como en Occidente, dando origen a un rito so-lemne de gran belleza, que figura entre los ms preciosos tesoros de la liturgia romana. Por la consagracin, la virgen quedaba constituida persona sagrada, signo trascendente del amor de la Igle-sia a Cristo e imagen escatolgica de la Esposa celeste y de la vida futura.

    Con el surgimiento de la vida mons-tica y el posterior surgimiento y desa-rrollo de las congregaciones religiosas las vrgenes seglares consagradas fueron desapareciendo paulatinamente y as, en su desarrollo histrico, dicha

    Un cntico nuevoLas virgenes consagradas en medio del mundo

    consagracin sufri un silencio de siglos.

    Restaurada por el Concilio Vaticano II

    Mediante la promulgacin del Ritual de consagracin de vrgenes del 31 de mayo de 1970 (Decreto de la Congre-gacin para el Culto Divino) la reforma litrgica conciliar abri de nuevo la posibilidad, para las mujeres seglares, de vivir esta vocacin. No slo se trataba de llevar a cabo una diligente revisin de las frmulas litrgicas y de los gestos rituales, sino tambin de restablecer un rito que, con respecto a mujeres que no pertenecen a institutos de vida consagrada, haba cado en desuso desde haca muchos siglos. Con el rito se restablece tambin el Ordo virginum Rito renovado, por tanto, y ordo restituido a la comunidad ecle-sial: doble don del Seor a su Iglesia. Juan Pablo II 2

    A la restauracin litrgica del Ordo virginum, hecha por el Papa Pablo VI, sigui la inclusin en la normativa del nuevo Cdigo de derecho cannico (CIC), promulgado por el Papa Juan Pablo II el 25 de enero de 1983. En dicho cdigo las vrgenes consagradas en medio del mundo tienen su propio canon (604), el cual conserva la denominacin que se le di en la Iglesia primitiva:

    A estas formas de vida consagrada se asemeja el orden de las vrgenes, que, formulando el propsito santo de seguir ms de cerca de Cristo, son consagradas por el Obispo diocesano segn el rito litrgico aprobado, celebran desposorios msticos con Jesucristo, Hijo de Dios, y se entregan al servicio de la Iglesia.

    (Canon 604 del nuevo Cdigo de De-recho Cannico).

    Aumento y proyeccin de las vrgenes consagradas en

    medio del mundoPor la peculiaridad de su consagra-

    cin, la sencillez y ductilidad de sus estructuras y la flexibilidad cannica de que gozan, las vrgenes consagradas en medio del mundo estn hoy en creciente aumento en los diferentes continentes

    y pases. Situadas en medio del mundo, viven su consagracin de acuerdo con su vocacin personal-individual, con sus carismas y condiciones de vida. A travs de sus actividades laborales, profesiona-les y apostlicas, en diferentes reas, se proyectan ampliamente en la sociedad, en la Iglesia y en la familia: su oracin personal y eclesial (Liturgia de las Horas) las hace que alaben sin cesar al Padre y rueguen por la salvacin del mundo entero (Cf. Ritual de consagracin de vrgenes).

    La presencia de ms de 200 vrgenes consagradas, procedentes de 22 pases, en el Encuentro Internacional realizado en Roma, de mayo 31 a junio 6 de 1995, con motivo de la celebracin de los 25 aos de la promul-gacin del Ritual de consagracin de vrgenes y de la res-tauracin del Ordo virginum, as como tambin la partici-pacin de 500 vr-genes consagradas de 52 pases, en el encuentro en Roma de mayo 14 -20 de 2008 , son una prueba elocuente de la consolidacin de esta vocacin : Sed testigos de la espera vigilante y operante, de la ale-gra, de la paz, que es propia de quien se abandona al amor de Dios. Estad presentes en el mundo y, sin embargo, sed peregrinas hacia el Reino, pues la virgen consagrada se identifica con la esposa que, juntamente con el Espritu, invoca la venida del Se-or: El Espritu y la esposa dicen; Ven! (Ap 22,17) 3

    El Orden de las vrgenes, promesa de vida

    El Orden de las vrgenes, por sus or-genes y desarrollo, por su silencio de siglos, por su restauracin conciliar, por su existencia post-conciliar, llega al tercer milenio como una promesa de vida tanto para la Iglesia, como para la mujer y para la vida consagrada, mostrando hasta qu punto la virginidad asumida integralmente

    es un camino de realizacin para la mujer, al igual que la maternidad y el matrimonio. Opcin afectiva, vocacin de amor y de servicio, energa espiritual, amor esponsal, vitalidad maternal, la virginidad consagra-da es tambin camino de trascendencia. La solemne oracin consecratoria (Deus Corporum Castorum), atribuda al Papa san Len Magno (s.V) recoge la signifi-cacin antropolgica, teolgica y eclesial de la consagracin, constituyndose en el mejor referente de la espiritualidad del Ordo virginum.

    En la Exhortacin apostlica postsi-nodal Vida consagrada (n.7), el Papa Juan Pablo II invita a la alegra y a la esperanza por la restauracin del Ordo virginum:

    Es motivo de alegra y esperan-za ver cmo hoy vuelve a florecer el antiguo Orden de las vrgenes tes-timoniado en las comunidades cris-tianas de los tiem-pos apostlicos. Consagradas por el obispo diocesano, asumen un vncu-lo especial con la Iglesia a cuyo ser-vicio se dedican, an permanecien-do en el mundo. Solas o asociadas, constituyen una especial imagen escatolgica de la

    Esposa celeste y de la vida futura, cuando finalmente la Iglesia viva en plenitud el amor de Cristo esposo.

    Para las vrgenes consagradas en medio del mundo, el tercer milenio les plantea el desafo de fidelidad al ayer y compromiso con el hoy. Este ser su cntico nuevo, que ya es otra vez hora de cantar.

    _____________1 ESCOLANO, J.G. A grandes retos, gran-

    des testigos. Valencia (Espaa), Edicep. 1994. p.31

    2 JUAN PABLO II. Discurso con ocasin del 25 aniversario de la promulgacin del Ritual de consagracin de vrgenes. En; LOsservatore Romano (ed. semanal en espa-ol), 9 de junio de 1995. p.2, n.1

    3 BENEDICTO XVI. Discurso a un grupo de vrgenes consagradas, con ocasin del segundo congreso del Ordo virginum, en Roma. Mayo 15 de 2008

  • 1PANORAMA ECLESIAL

    La santidad no pasa de moda, seala el Papa Benedicto XVI

    El Papa Benedicto XVI ha nombrado Obispo de Ccuta a Monseor Jaime Prieto Amaya, hasta ahora Obispo de Barrancabermeja. El prelado naci el 27 de marzo de 1941 en Bo-got. Estudi en el seminario menor conciliar de Bogot, y despus continu los estudios de filosofa y teologa en el seminario mayor de esa misma ciudad. Se licenci en Ciencias Sociales en el Instituto Catlico de Pars.

    Fue ordenado sacerdote para la Dicesis de Facatativ el 14 de agosto de 1965. Frecuent los cursos del Centro Internacional de Sociologa en Roma (CISIC), donde consigui el diploma en

    Entre los das 24 y 28 de noviembre de 2008, tuvo lugar en la capital de Repblica Domi-nicana, en la Casa de San Pablo, el VI Encuentro Latinoameri-cano y del Caribe de Pastoral Penitenciaria. Los asistentes de toda Latinoamrica se proponen mejorar su servicio a los rostros sufrientes de Cristo en los sis-temas de justicia y crceles del territorio.

    Hasta la fecha se han realiza-do cinco encuentros de este tipo en Bogot, Caracas, Panam, Santa Bolivia y San Juan de Puerto Rico.

    El encuentro fue organizado por el Departamento de Justicia y Solidaridad del Consejo Epis-copal Latinoamericano (DEJU-SOL - CELAM), en coordinacin con la Conferencia Episcopal Dominicana a travs de la

    Con amor de pastores acompaamos a todas las personas que han perdi-do sus bienes y ahorros, comprendemos su dolor y angustia y los invitamos a buscar, con valenta pero con prudencia y respeto a la ley, la restitucin de sus haberes. Con estas palabras comienza el comunicado emitido por el Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia y Arzobispo de Barranquilla, Monseor Rubn Salazar Gmez, en el que manifiesta su amor y cercana a las personas que en la crisis econmica de las pirmides financieras han perdido sus ahorros.

    A travs del comunicado los Obispos denuncian los hechos acaecidos y que son una manifestacin ms de la situacin de enfermedad moral que vive nuestra Patria, producida por la degradacin de las costumbres sociales que tiene -al mismo tiempo como causa y efecto en un aberrante crculo vicioso- la

    Al presidir el da sbado 1 de diciembre una celebracin Eucarstica en la Baslica de San Lorenzo de Extramuros, en el 1750 aniversario del marti-rio del santo dicono, el Papa Benedicto XVI seal que al iniciar hoy el tiempo de Ad-viento, este mrtir nos repite que la santidad, es decir, ir al encuentro con Cristo que viene continuamente a visitarnos, no pasa de moda.

    Hablando luego sobre el tiempo con el que hoy se ini-cia el nuevo ao litrgico, el Pontfice explic que Adviento

    significa hacer memoria de la primera venida del Seor en la carne, pensando ya en su definitivo retorno y, al mismo tiempo, significa reconocer que Cristo presente entre nosotros se hace nuestro compaero de viaje en la vida de la Iglesia cuyo misterio celebra.

    Esta conciencia, -conti-nu- alimentada en la escucha de la Palabra de Dios, debe ayudarnos a ver el mundo con distintos ojos, a interpretar los eventos particulares de la vida y la historia como palabras que Dios nos dirige, como signos

    Cercana de la Iglesia colombiana con vctimas de pirmides financieras

    violencia generalizada, la in-justicia que ha corrodo todos los mbitos de la vida nacio-nal, la corrupcin rampante, la politiquera exacerbada que ha impedido la construccin de una nacin ordenada y pacfica, la bsqueda ines-crupulosa del dinero fcil y la omnipresente accin deletrea del crimen, especialmente el narcotrfico, el contrabando, la delincuencia organizada. Enfermedad moral que, segn advierten los Obispos, provoca un gran nmero de vctimas, en su mayora desprotegidas e inermes ante las fuerzas des-tructoras de su dignidad.

    Ante esta situacin el Pre-sidente de la CEC realiza un llamamiento a las fuerzas vi-vas del pas para que dejando a un lado lo que nos enfrenta y divide, busquemos since-ramente el bien comn de los colombianos, especialmente de los ms pobres y desam-parados y poder as todos construir juntos una sociedad ms justa, fraterna, solidaria y en paz.

    Cambios a la misa para darle mejor sentido al saludo de la paz

    Pronto habr modificaciones litrgicas en la misa. Segn anunci a L Osservatore Roma-no el cardenal nigeriano Francis Arinze, prefecto de la Congrega-cin del Culto Divino.

    Benedicto XVI evala antici-par el gesto de la paz para que no haya confusiones al aproxi-marse la comunin, el momento culminante de la misa.

    El Pontfice quiere una co-locacin distinta de la seal de la paz para crear un clima de ms recogimiento alrededor de la comunin, explic Arinze, al anticipar que el saludo de la paz ser adelantado.

    Ya no ser al final del rito, cuando los fieles se preparan para recibir la Eucarista, sino hacia la mitad de la celebra-cin, durante el ofertorio. Los asistentes se darn la mano o el beso de la paz en el momento en el que se llevan al altar el pan y el vino.

    Benedicto XVI haba ade-lantado este propsito a principios del 2007, cuando en su exhortacin apostlica postsinodal sobre la Eucaris-ta, al tocar el tema del rito de la paz, escribi: Durante el Snodo de Obispos se ha visto la conveniencia de mo-derar este gesto, que puede adquirir expresiones exa-geradas, provocando cierta confusin en la asamblea precisamente antes de la comunin.

    Y agreg: Sera bueno re-cordar que el alto valor del gesto, no queda mermado por la sobriedad necesaria para mantener un clima adecuado a la celebracin, limitando por ejemplo el intercambio de la paz a los ms cercanos.

    El cardenal Arinze explic que el Pontfice decidir sobre este cambio tras hacer con-sultas con los obispos.

    Latinoamrica descubre los rostros sufrientes de Cristo en las crcelesComisin Nacional de Pastoral Penitenciaria.

    El objetivo fue elaborar lneas comunes de la Pastoral Penitenciaria de Amrica Lati-na, a la luz del Documento de Aparecida y dentro del con-texto de Misin Continental, con miras a elaborar una gua que oriente este servicio de atencin a los rostros sufrientes de Cristo en las estructuras de nuestros sistemas de justicia y crceles.

    La Pastoral Penitenciaria advierte la urgencia de la ar-ticulacin de esta importante accin de la Iglesia, para una ms efectiva incidencia en los mbitos de decisin en el tema penitenciario de nuestros pases.

    Se estudi la Espiritualidad de la Pastoral Penitenciaria,

    de su amor que nos aseguran su cercana en toda situacin; esta conciencia, en particular, debe prepararnos a acogerlo cuando de nuevo vendr en la gloria para juzgar a los vivos y a los muertos, y su reino no tendr fin.

    En esta perspectiva, el Ad-viento se convierte para todos los cristianos en un tiempo de espera y de esperanza, un tiem-po privilegiado de escucha y reflexin, para que nos dejemos guiar por la liturgia que invita a caminar al encuentro del Seor que viene.

    Sociologa Pastoral. Luego obtuvo la Licencia en Ciencias Sociales en el Instituto Catlico de Pars.

    Fue secretario ejecutivo del Departamento de Pastoral Social del CELAM, en Bogot, de 1987 a 1991. Despus de regresar a su dicesis, de 1991 a 1993 fue prroco de la Catedral de Facatativ.

    El 11 de noviembre de 1993 Juan Pablo II lo nombr obispo de Barrancabermeja, recibi su ordenacin episcopal el 11 de diciembre de 1993. Actualmente es el presidente de la Comisin de Pastoral Social y Caritativa.

    Santo Padre nombr Obispo para Ccuta

    con monseor Antonio Flores Santana, arzobispo emrito de la Arquidicesis de Santiago de los Caballeros, presidente de la Comisin Nacional de Pastoral Penitenciaria de Repblica Do-minicana.

    Tambin se dise la Mi-sin de la Pastoral Penitencia-ria dentro del Contexto de la Misin Continental, con los presbteros Jorge Garca Cuerva y Javier Ladrn de Guevara, de Argentina.

    La Pastoral Penitenciaria es uno de los proyectos que anima a ese Departamento y su papel consiste en convocar, crear espacios de reflexin y anlisis de la situacin en la cual se encuentra este proceso y encaminar todo dentro del es-pritu de comunin de la Iglesia Latinoamericana.

  • 1AO PAULINO

    POR: MONSEOR dARO GMEz zUlUAGAVICARIO EPISCOPAl PARA lA

    AdMINISTRACIN

    Ser apstol de Jesucristo es un misterio inagotable que Pablo expresa recurriendo a diferentes para-dojas. Con ellas expresa no solo una experiencia espiritual personal en su relacin con Jesucristo, sino tambin el modo de relacionarse con los hermanos, la comunidad y una cierta pedagoga para anunciar el evangelio.

    Yo, Pablo, Siervo de Cristo Jess es una de las frmulas de presentacin personal, ms usada por Pablo (cf. Rom. 1,1). Como afirmacin introductoria, el apelativo que Pablo utiliza para s seala que, aun-que es embajador de Cristo, con todos los poderes representativos, tambin es esclavo que pertenece a Cristo y est a su servicio.

    Todo cristiano, habiendo sido comprado y resca-tado por Cristo al precio de su sangre (1 Cor. 6,20), pertenece a Cristo, es de Cristo (1 Cor. 3,23); no se pertenece a s mismo (1 Cor. 6,19) ni vive para s mismo, sino que vive y muere para el Seor, a quien pertenece enteramente (Rom. 14, 7-9).

    Esto que corresponde al estatuto de todo cris-tiano, lo expresa con fuerza insuperable San Pablo sirvindose de tres trminos distintos que no suelen distinguirse en las traducciones; cada uno de los trminos utilizados para dar la idea de siervo-ser-vidor, expresa un significado diferente y orientativo de la espiritualidad paulina. Esos tres trminos son: servidor: diakonos, esclavo: doulos y siervo: hyperetes.

    a) Servidor (diakonos), es un trmino que expresa la idea del servicio a la mesa durante las comidas. De ah se desprende la preocupacin diaria por los medios de subsistencia y toda clase de servicios. El servidor est a la base de la ms simple accin caritativa, de beneficencia y asistencia, sobre todo en lo que modernamente llamamos necesidades bsicas como la salud, la vivienda, la educacin, etc. El dicono-servidor es, segn Pablo, un dicono de Cristo Jess (2 Cor. 11,23; Col. 1, 7; 1 Tim. 4,6), dicono del evangelio (Col. 1,23), dicono de la justicia (2 Cor. 11,15), dicono del Espritu (2 Cor. 3,8). Es decir, sirviendo en nombre de Cristo, Pablo ofrece a los hombres el alimento y los medios de subsistencia para su vida: la Buena noticia que es el evangelio, la salvacin que justifica y transforma,

    PABLO, SIERVO Y SERVIDORy el don del Espritu, fuente de toda vida y santidad, que se derrama por el ministerio del apstol. As se configura con Cristo, que ha venido a servir a todos (Mc. 10,45).

    b) Esclavo (doulos): Expresa la idea de realizar algo, no por gusto o placer, sino por obligacin, por el hecho de encontrarse a las rdenes de alguien. En el mundo griego el esclavo careca de lo ms esencial de la dignidad humana: la libertad. En realidad, el esclavo no se perteneca a s mismo, sino a su due-o, deba renunciar continuamente a su voluntad y deba agradar en todo a su amo (que poda castigarle arbitrariamente e incluso quitarle la vida). El esclavo no nace con esa condicin, como tampoco sucede con ninguna persona; los esclavos son hechos por un sistema de injusticas y privilegios de una clase, por encima de otra, supuestamente sealada con el oficio de servir como esclavo.

    Desde otro punto de vista, en el A.T. son llamados siervos de Dios todos los grandes hombres de Israel: Moiss (Jos. 14,7), Josu (Jos. 24,29), Abraham (Sal. 105,42), David (Sal. 89,4), Isaac (Dan. 3,35). En este contexto, el trmino expresa la sumisin, el respe-to y la dependencia del hombre respecto de Dios, expresados en la obediencia pronta a los mandatos divinos, en cuanto expresin del mismo Dios. Obe-decer un mandamiento es obedecer a Dios.

    Por tanto, cuando San Pablo se denomina a s mis-mo esclavo de Cristo Jess (Rom. 1,1; Gal. 1,10; Fil. 1,1; Col. 4,12; Tit. 1, 1) est expresando su conciencia de haber quedado expropiado de s mismo, de su voluntad, de sus planes, de sus gustos; en una pala-bra, de todo lo suyo -incluida su libertad- para servir del todo y slo a Cristo y a su voluntad. Teniendo en cuenta que ser esclavo de Cristo le lleva tambin a hacerse esclavo de aquellos a quienes Cristo le enva (2 Cor. 4,5). La misin de Pablo, en cuanto siervo-esclavo es demostrar que en su vida quiere imitar a aquel que no hizo alarde de su categora de Dios sino que se anonad, renunci a s mismo para cumplir el mandato del Padre (cf. Col.)

    c) Siervo (hyperetes): Designa al criado doms-tico que est siempre al lado de su Seor, dispuesto a responder al menor de sus deseos. Al llamarse siervo de Cristo (1 Cor. 4,1), Pablo sabe que no tiene otra cosa que hacer que estar pendiente de su Seor -en cuya presencia vive- para secundar dcil e inmediatamente cada una de sus indicaciones. Para atender los requerimientos de su Seor, Pablo no

    podr apartar los ojos de su rostro, tendr que leer hasta