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Maracay, Sábado 2 de junio de 2012 Crónicas del Olvido La utopía verbal (X Encuentro Internacional de Poesía-UC) -ALBERTO HERNADEZ- El escritor, como amo, ama la lengua, pero lo que ama no es la lengua abstracta sino la lengua del corazón, el cuerpo de la lengua, la sustancia adherente, inseparable ya de sí mismo, por donde se deslizan sus máscaras y desvelos. María Fernanda Palacios Sabor y saber de la lengua. 1.- Signada por la presencia de José Lezama Lima, María Fernan- da Palacios recurre a una defini- ción particularmente visible, "el cuerpo de la lengua es una sus- tancia adherente", porque al se- ñalar la poesía recurre al cuerpo tocado de la lengua, donde reposa el verdadero fundamento del imaginario, la utopía desenterra- da, el espejo del paraíso verbal. Desde esta orilla, apostamos entonces al cuerpo de la lengua cuando expresamos, no el manido concepto de identidad, sino la pro- pensión a ser de quien "hizo" un idioma. Desde la duermevela del monje benedictino Gonzalo de Ber- ceo, quien jamás supo de dónde provenía su afán, aunque el amor místico haya sido posible por el ri- gor impuesto en medio de una so- ciedad ritualizada por el Santo Ofi- cio o el oficio de los santos. Para Berceo la tierra y el cielo estaban unidos a través del corpus de la re- velación divina, de allí los imagi- narios místicos refundados hoy por el fragmentarismo del yo y la esen- cia corporal del Otro, en nuestro sincretismo esquemático (la an- tropología también se asume utó- pica), en este mestizaje que es un cuerpo indefinido aún, porque nuestra ¿identidad? sólo existe en la intratabilidad de su propio cuer- po, sólo posible en la lengua. Palacios se vale de Bergamín para sustentar y sustanciar la presencia del isotopismo, el refle- jo: "el verdadero diálogo, como la caridad verdadera, empieza por uno mismo: porque uno mismo es dos". La lengua nos espía, nos so- mete a un tercero: somos dos y en medio está la lengua. Es decir, somos otros porque la lengua nos coloca en un sitio, en un extremo, en un contrario que se encuentra con otro que podría hacerse su igual. Ser solos en la inmensidad de los sonidos, en este desierto lle- no de signos y símbolos metamor- foseados, significa estar al borde de un precipicio donde el ruido es lo más cercano al silencio. En este continente donde el curso de la voz se comporta mu- chas veces como un extravío, el paraíso está en cuestión. Somos vocablos diferidos, en constante revisión. Solos como estamos en el poema, en el relato, en el gran lienzo de nuestra historia, nos topamos con ese intruso que nos interroga, la lengua, el Otro, concebido como el reflejo donde nos miramos siendo un nosotros, pero destinados a borrarnos. La lengua castellana nos ha de- finido a través de su permanen- cia, de su renovación constante. Lagarto que cambia de piel, la len- gua nos cambia, nos quita el nom- bre, lo difiere. Nos hace un otro en permanente exilio. Hablamos -a pe- sar de todo- como los conquistado- res. Estamos más cerca de la vieja España que los propios españoles de hoy. Sin embargo, la lengua se ha revitalizado por la presencia de las emergentes necesidades cul- turales. Comienza a disiparse el pa- raíso donde abrir la boca era pro- nunciar un universo mágico, dis- tinto al racional europeo. Somos el correlato de los antiguos textos perdidos en la utopía de Thomas Moro. Somos, en definitiva, ese Otro extraviado en permanente búsqueda de una palabra que nos ubique. Que sepa ubicarnos en al- gún tiempo, en un espacio abierto donde podamos verle la cara a Dios o revelar la presencia de los tantos dioses nuevos, encontrados bajo las piedras de la tierra inesperada. Adánicos al fin, procuramos el poe- ma o el relato que haga el verbo aún no encontrado. Hechos de varios barros, posee- mos todas las máscaras, los desve- los de los fantasmas que aún tran- sitan por la lengua heredada. La poesía, el imaginario de la pérdi- da, la culpa sembrada desde nues- tro muy terrenal génesis, surcan con denuedo la voz imaginada, el vocablo del paraíso perdido, pues- to en cuestión para no recobrarlo, pero al menos para saber que ve- nimos de él, mudos o maravilla- dos por el verdadero sortilegio de la creación. O de la tragedia. 2.- Nunca advirtió el padre Gon- zalo de Berceo que su esfuerzo, su afán por alcanzar el eco de Dios, lo iba a convertir en ini- ciador de una lengua que luego correría la suerte de crecer y multiplicarse, y enrumbar los misterios de un pensamiento, los reflejos de la conversación dia- ria y la forma de concebir el mundo a través de una arqui- tectura verbal llamada cultura hispana. Tampoco se imaginó este monje que sus desvelos -en franca relación con las luces y las sombras- lo harían el primer poeta de la lengua castellana. Pero más, que esta lengua se- ría espacio para otras lenguas que aportaron palabras y colores, climas y silencios. De allí -como todo crecimiento- que no la afec- te la irrupción de un castellano mestizo, que contiene la voz de muchos "alguien", que estuvie- ron por allí juntando sonidos, lle- gados de otros tumultos san- grientos, hasta hacerse una mis- ma entonación, el mismo texto, hoy sembrado en América como transfiguración, cuyo referente seduce constantemente la pro- ducción literaria de nuestra con- temporaneidad. Digamos que el tiempo es la dádiva de la eterni- dad, en la notoria presencia de las cenizas de Jorge Luis Borges. Tomemos un poco de aire y miremos a nuestro alrededor, ha- cia atrás. Validos de la magia, la superstición, la poesía y el cri- men, la alquimia verbal, dioses desconocidos o deidades invisibles, el hombre creó los sonidos para en- tenderse y extenderse, prolongar- se, mutarse, cambiar de piel. La mirada comenzó a hablar, a darle forma a lo inaudible, a lo que no se veía, a lo oculto, a ciertos ob- jetos, a fenómenos aún incom- prensibles, a su forma de hacer las cosas la divinidad, las bestias y ciertos sujetos que miraban dife- rente. Se aproximó a la fogata y penetró en un mundo que le confió susurros extraños, verbos, chas- quidos, lamparazos interiores, in- flexiones, caídas de la voz en el va- cío. Tomó con torpeza la piedra y la sobó con detenimiento. Sabía lo que tenía entre los dedos, un soni- do sólido, un golpe, pero también el silencio que oculta la piedra. Su nombre piedra. Y entonces comen- zó a acariciar la superficie de la roca. Su garganta produjo un ras- guño, un ruido, un gruñido, un desprendimiento cartilaginoso, un temblor. Un antiquísimo secreto emergió de su cuerpo, mucho más allá del cuerpo, de lo incomprensi- ble. El sonido se acomodó a la tie- rra. Tocó con casi dulzura, con ex- trañeza más, las marcas del objeto que tenía frente a sus ojos. El uni- verso en una mano. Dijo de nuevo sin saber lo que hacía, porque la noche, el día, el calor, el frío, la vigilia, el desvelo, el hambre y la soledad lo obligaron a conocer la cosa que tocaba, la que otro podía pronunciar y de cuyo eco él se ha- cía parte desconocida. Y entonces repitió y le agradó. Nombró, por primera vez regre- saba al silencio de la piedra, al nombrarla. Y al callar, la borra- ba. Le daba cuerpo y espíritu a un objeto que servía sólo para inte- rrogarse. Pero también la desapa- recía al silenciarla. Al darle nom- bre existieron la piedra y él. Por- que al nombrar se nombraba él mismo, siendo otro. Al decir él, se reafirmaba y se interrogaba. Se nombra con el nombre de otro. De allí, ¿cuántas lenguas habla- mos? ¿Cuántos castellanos? Veni- mos de voces cristianas, moras y judías, grecolatinas, cartagineses. Hemos sido multiplicados por la lengua. Somos en su propia medi- da. Rasados por ella, somos, como afirma Carlos Fuentes, "en cierta manera, nuestro lugar común". Esa fórmula misteriosa, isotó- pica, manera de hacer la prime- ra palabra, pudiera referir una contradicción. Frente a lo nom- brado también expresamos el si- lencio. Pronunciar es callar, si- labear lo indecible. ¿Quién me nombra y se escon- de? Pareciera preguntarse el mono adánico. El gramático de Octavio Paz va un poco más allá, escribe con normas o las viola por conocer- las. La Biblia, ese extraordinario compendio plural, escrito desde el Otro, nos avienta al Popol Vuh, al wanadi amazónico, a la cábala del silencio cósmico. Hasta a El libro de muertos de los egipcios. Igual la vacuola darwiniana contenía un sonido, anunciaba la pronuncia- ción de un ser que adquiriría com- petencia espiritual: una lengua, un universo de significados, una pe- nínsula de augurios donde el otro colectivo se multiplicó en vocablos. Los celtas y los íberos -atados al la- tín- convergieron para dotarnos de este dialecto que reúne el palimpses- to del padre Gonzalo de Berceo, ma- nuscrito que subyuga porque na- ció en poema; la poesía se deslizó posteriormente en la transgresión de una traducción alquímica don- de el polvo del tiempo y el dios cris- tiano jugaron papel primordial. Es- tamos hablando del siglo XII. De fechas que van de 1195 a 1264. Estamos hablando de casi mil años de proceso, de papeles que repiten la misma voz, la presencia de al- guien que nos sacude en el momen- to de entrar en el territorio de nues- tros imaginarios. Un "otro" que nos persigue dentro del poema, al bor- de de la imagen. Ese curita que ele- vó la voz a Los Milagros de Nuestra Señora, que habló de La vida de Santo Domingo de Silos, de La vida de Santa Oria, fue el primero en dejar sentado que ese dialecto con- tenía y contiene el aliento que nos repite. Con esa riqueza viene la pa- labra que nos define, pero también la que nos interroga desde los la- bios de la otredad...

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Maracay, Sábado 2de junio de 2012

Crónicas del Olvido

La utopía verbal(X Encuentro Internacional de Poesía-UC)

-ALBERTO HERNADEZ-

El escritor, como amo, ama lalengua, pero lo que ama no es la

lengua abstracta sino la lengua delcorazón, el cuerpo de la lengua, lasustancia adherente, inseparable

ya de sí mismo, por donde sedeslizan sus máscaras y desvelos.

María Fernanda Palacios

Sabor y saber de lalengua.

1.-Signada por la presencia de

José Lezama Lima, María Fernan-da Palacios recurre a una defini-ción particularmente visible, "elcuerpo de la lengua es una sus-tancia adherente", porque al se-ñalar la poesía recurre al cuerpotocado de la lengua, donde reposael verdadero fundamento delimaginario, la utopía desenterra-da, el espejo del paraíso verbal.

Desde esta orilla, apostamosentonces al cuerpo de la lenguacuando expresamos, no el manidoconcepto de identidad, sino la pro-pensión a ser de quien "hizo" unidioma. Desde la duermevela delmonje benedictino Gonzalo de Ber-ceo, quien jamás supo de dóndeprovenía su afán, aunque el amormístico haya sido posible por el ri-gor impuesto en medio de una so-ciedad ritualizada por el Santo Ofi-cio o el oficio de los santos. ParaBerceo la tierra y el cielo estabanunidos a través del corpus de la re-velación divina, de allí los imagi-narios místicos refundados hoy porel fragmentarismo del yo y la esen-cia corporal del Otro, en nuestrosincretismo esquemático (la an-tropología también se asume utó-pica), en este mestizaje que es uncuerpo indefinido aún, porquenuestra ¿identidad? sólo existe enla intratabilidad de su propio cuer-po, sólo posible en la lengua.

Palacios se vale de Bergamínpara sustentar y sustanciar lapresencia del isotopismo, el refle-jo: "el verdadero diálogo, como lacaridad verdadera, empieza poruno mismo: porque uno mismo esdos". La lengua nos espía, nos so-mete a un tercero: somos dos y enmedio está la lengua. Es decir,somos otros porque la lengua nos

coloca en un sitio, en un extremo,en un contrario que se encuentracon otro que podría hacerse suigual. Ser solos en la inmensidadde los sonidos, en este desierto lle-no de signos y símbolos metamor-foseados, significa estar al bordede un precipicio donde el ruido eslo más cercano al silencio.

En este continente donde elcurso de la voz se comporta mu-chas veces como un extravío, elparaíso está en cuestión. Somosvocablos diferidos, en constanterevisión. Solos como estamos enel poema, en el relato, en el granlienzo de nuestra historia, nostopamos con ese intruso que nosinterroga, la lengua, el Otro,concebido como el reflejo dondenos miramos siendo un nosotros,pero destinados a borrarnos.

La lengua castellana nos ha de-finido a través de su permanen-cia, de su renovación constante.Lagarto que cambia de piel, la len-gua nos cambia, nos quita el nom-bre, lo difiere. Nos hace un otro enpermanente exilio. Hablamos -a pe-sar de todo- como los conquistado-res. Estamos más cerca de la viejaEspaña que los propios españolesde hoy. Sin embargo, la lengua seha revitalizado por la presencia delas emergentes necesidades cul-turales. Comienza a disiparse el pa-raíso donde abrir la boca era pro-nunciar un universo mágico, dis-tinto al racional europeo. Somos elcorrelato de los antiguos textosperdidos en la utopía de ThomasMoro. Somos, en definitiva, eseOtro extraviado en permanente

búsqueda de una palabra que nosubique. Que sepa ubicarnos en al-gún tiempo, en un espacio abiertodonde podamos verle la cara a Dioso revelar la presencia de los tantosdioses nuevos, encontrados bajo laspiedras de la tierra inesperada.Adánicos al fin, procuramos el poe-ma o el relato que haga el verboaún no encontrado.

Hechos de varios barros, posee-mos todas las máscaras, los desve-los de los fantasmas que aún tran-sitan por la lengua heredada. Lapoesía, el imaginario de la pérdi-da, la culpa sembrada desde nues-tro muy terrenal génesis, surcancon denuedo la voz imaginada, elvocablo del paraíso perdido, pues-to en cuestión para no recobrarlo,pero al menos para saber que ve-nimos de él, mudos o maravilla-dos por el verdadero sortilegio dela creación. O de la tragedia.

2.-Nunca advirtió el padre Gon-

zalo de Berceo que su esfuerzo,su afán por alcanzar el eco deDios, lo iba a convertir en ini-ciador de una lengua que luegocorrería la suerte de crecer ymultiplicarse, y enrumbar losmisterios de un pensamiento, losreflejos de la conversación dia-ria y la forma de concebir elmundo a través de una arqui-tectura verbal llamada culturahispana. Tampoco se imaginóeste monje que sus desvelos -enfranca relación con las luces ylas sombras- lo harían el primerpoeta de la lengua castellana.

Pero más, que esta lengua se-ría espacio para otras lenguasque aportaron palabras y colores,climas y silencios. De allí -comotodo crecimiento- que no la afec-te la irrupción de un castellanomestizo, que contiene la voz demuchos "alguien", que estuvie-ron por allí juntando sonidos, lle-gados de otros tumultos san-grientos, hasta hacerse una mis-ma entonación, el mismo texto,hoy sembrado en América comotransfiguración, cuyo referenteseduce constantemente la pro-ducción literaria de nuestra con-temporaneidad. Digamos que eltiempo es la dádiva de la eterni-dad, en la notoria presencia de

las cenizas de Jorge Luis Borges.Tomemos un poco de aire y

miremos a nuestro alrededor, ha-cia atrás. Validos de la magia, lasuperstición, la poesía y el cri-men, la alquimia verbal, diosesdesconocidos o deidades invisibles,el hombre creó los sonidos para en-tenderse y extenderse, prolongar-se, mutarse, cambiar de piel.

La mirada comenzó a hablar, adarle forma a lo inaudible, a lo queno se veía, a lo oculto, a ciertos ob-jetos, a fenómenos aún incom-prensibles, a su forma de hacer lascosas la divinidad, las bestias yciertos sujetos que miraban dife-rente. Se aproximó a la fogata ypenetró en un mundo que le confiósusurros extraños, verbos, chas-quidos, lamparazos interiores, in-flexiones, caídas de la voz en el va-cío. Tomó con torpeza la piedra yla sobó con detenimiento. Sabía loque tenía entre los dedos, un soni-do sólido, un golpe, pero tambiénel silencio que oculta la piedra. Sunombre piedra. Y entonces comen-zó a acariciar la superficie de laroca. Su garganta produjo un ras-guño, un ruido, un gruñido, undesprendimiento cartilaginoso, untemblor. Un antiquísimo secretoemergió de su cuerpo, mucho másallá del cuerpo, de lo incomprensi-ble. El sonido se acomodó a la tie-rra. Tocó con casi dulzura, con ex-trañeza más, las marcas del objetoque tenía frente a sus ojos. El uni-verso en una mano. Dijo de nuevosin saber lo que hacía, porque lanoche, el día, el calor, el frío, lavigilia, el desvelo, el hambre y lasoledad lo obligaron a conocer lacosa que tocaba, la que otro podíapronunciar y de cuyo eco él se ha-cía parte desconocida.

Y entonces repitió y le agradó.Nombró, por primera vez regre-saba al silencio de la piedra, alnombrarla. Y al callar, la borra-ba. Le daba cuerpo y espíritu a unobjeto que servía sólo para inte-rrogarse. Pero también la desapa-recía al silenciarla. Al darle nom-bre existieron la piedra y él. Por-que al nombrar se nombraba élmismo, siendo otro. Al decir él, sereafirmaba y se interrogaba. Senombra con el nombre de otro.

De allí, ¿cuántas lenguas habla-mos? ¿Cuántos castellanos? Veni-

mos de voces cristianas, moras yjudías, grecolatinas, cartagineses.Hemos sido multiplicados por lalengua. Somos en su propia medi-da. Rasados por ella, somos, comoafirma Carlos Fuentes, "en ciertamanera, nuestro lugar común".

Esa fórmula misteriosa, isotó-pica, manera de hacer la prime-ra palabra, pudiera referir unacontradicción. Frente a lo nom-brado también expresamos el si-lencio. Pronunciar es callar, si-labear lo indecible.

¿Quién me nombra y se escon-de? Pareciera preguntarse el monoadánico. El gramático de OctavioPaz va un poco más allá, escribecon normas o las viola por conocer-las. La Biblia, ese extraordinariocompendio plural, escrito desde elOtro, nos avienta al Popol Vuh, alwanadi amazónico, a la cábala delsilencio cósmico. Hasta a El librode muertos de los egipcios. Igual lavacuola darwiniana contenía unsonido, anunciaba la pronuncia-ción de un ser que adquiriría com-petencia espiritual: una lengua, ununiverso de significados, una pe-nínsula de augurios donde el otrocolectivo se multiplicó en vocablos.Los celtas y los íberos -atados al la-tín- convergieron para dotarnos deeste dialecto que reúne el palimpses-to del padre Gonzalo de Berceo, ma-nuscrito que subyuga porque na-ció en poema; la poesía se deslizóposteriormente en la transgresiónde una traducción alquímica don-de el polvo del tiempo y el dios cris-tiano jugaron papel primordial. Es-tamos hablando del siglo XII. Defechas que van de 1195 a 1264.Estamos hablando de casi mil añosde proceso, de papeles que repitenla misma voz, la presencia de al-guien que nos sacude en el momen-to de entrar en el territorio de nues-tros imaginarios. Un "otro" que nospersigue dentro del poema, al bor-de de la imagen. Ese curita que ele-vó la voz a Los Milagros de NuestraSeñora, que habló de La vida deSanto Domingo de Silos, de La vidade Santa Oria, fue el primero endejar sentado que ese dialecto con-tenía y contiene el aliento que nosrepite. Con esa riqueza viene la pa-labra que nos define, pero tambiénla que nos interroga desde los la-bios de la otredad...

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Contenido Maracay, Sábado 5 de mayo de 201210

Encuentro Internacional

PoesíaUniversidad de Carabobo

EL ENCUENTRO IN-TERNACIONAL POESÍAUNIVERSIDAD DE CARA-BOBO, organizado por la Di-rección de Cultura y conso-lidado por el Departamentode Literatura y la revistaPOESíA, es el evento poéticomás importante que se reali-za en el medio universitariovenezolano y uno de los demayor proyección en Lati-noamérica.

La poesía es un medio paratransformar las sociedades, através del refinamiento espi-ritual e intelectual del ser hu-mano, abarcando todos losámbitos y aspectos funda-mentales de la existencia. Esel alma de toda manifestaciónartística y cultural.

Más allá de una visión re-creativa de la palabra, un EN-CUENTRO de poesía buscareunir espíritus encaminados

hacia un desarrollo unificadordel ser, creando así un terre-no fértil para el sustento espi-ritual del individuo, brindan-do escenarios a favor de unproceso simbiótico y herme-néutico donde el encuentrocon el público, trasciende elespectáculo, para convertirseen un momento de reflexión,y estímulo creativo. La con-vocatoria al ENCUENTROINTERNACIONAL POE-

SÍA UNIVERSIDAD DECARABOBO, parte de estaconvicción.

En esta décima edición, elENCUENTRO INTERNA-CIONAL POESÍA UNI-VERSIDAD DE CARABO-BO; se le rendirán mereci-dos homenajes a los poetasEsteban Moor (Argentina),Alberto Hernández (Vene-zuela), Orlando Pichardo(Venezuela) junto a la pre-

sencia de un selecto grupo depoetas provenientes de Co-lombia, Cuba, Chile, España,Estados Unidos, Luxembur-go, Puerto Rico, RepúblicaDominicana y Venezuela.Ofreciendo lecturas y otrasactividades en espacios cul-turales e instituciones edu-cativas en Valencia, Nagua-nagua, Canoabo, Mariara,Puerto Cabello, San Felipe, yotras ciudades del país.

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Maracay, Sábado 2 de junio de 2012 Contenido 31

X Encuentro Internacional Poesía

MARTES 5/ 7:00 PMCceasInauguración:Palabras sobre la poesíaAlberto Hernández (Venezuela)

Lectura de Poesía:Esteban Moore (Argentina)Ramón Palomares (Venezuela)Sam Hamil (USA)Grupo de Música Popular LatinoamericanaPresenta: Dioscelin Camacaro

MIÉRCOLES 6/10:00 AMAuditorio FACELectura de Poesía:Sam Hamill (USA)Edda Armas (Venezuela)Esteban Moore (Argentina)Jesús Portante (Luxemburgo)

10:00 am/ Postgrado FACEPresentación Libro: CompañeraAdhely Rivero (Venezuela)Presenta: Orlando Pichardo

10:00 am/ CanoaboLectura de PoesíaSebastiá Alzamora (España)Giovanny Gómez (Colombia)Orlando Pichardo (Venezuela)Eduardo Llanos Melussa (Chile)Enrique Hernández D` Jesús (Venezuela)

10:00 am/ Escuela de Artes Plásticas "ArturoMichelena"ConferenciaHistorias íntimas de mis diseñosSantiago Pol

3:00 pm/ Escuela de Artes Plásticas "ArturoMichelena"Lectura de Poesía:Reynaldo Pérez Só (Venezuela)Sam Hamil (USA)Tomás Galán (Puerto Rico)

3:00 pm/ Postgrado FACEConferencia:Poesía Argentina ContemporáneaEsteban Moore (Argentina)

7:00 am/ CceasLectura de Poesía:Alberto Hernández (Venezuela)Jean Portante (Luxemburgo)Sebastiá Alzamora (España)Laura Antillano (Venezuela)Craig Czury (USA)Adhely Rivero (Venezuela)Presenta: Dioscelin Camacaro

JUEVES 7/ 10:00 AMAuditorio FACELectura de Poesía:Ramón Palomares (Venezuela)Craig Czury (USA)Dannibal Reyes (Venezuela)Eduardo Llanos Melussa(Chile)Sebastiá Alzamora (España)Magda Sivira (Venezuela)

11:00 am/UNEYLectura de Poesía:Laura Antillano (Venezuela)Esteban Moore (Argentina)Jean Portante (Luxemburgo)Alberto Hernández (Venezuela)Enrique Hernández D` Jesús (Venezuela)

3:00 pm/ Postgrado FACEConferencia:Poesía y Suicidio en América LatinaEduardo Llanos Melussa (Chile)

3:00 pm/ MariaraLectura de Poesía:Giovanni Gómez (Colombia)Eduardo Llanos Melussa (Chile)Craig Czury (USA)Dannibal Reyes (Venezuela)Adhely Rivero (Venezuela)Magda Sivira (Venezuela)Orlando Pichardo (Venezuela)

7:00 pm/ CceasLectura de Poesía:Arnaldo Jiménez (Venezuela)Reynaldo Perez Só (Venezuela)Eduardo Llanos Melussa (Chile)Giovanny Gomez (Colombia)Dannibal Reyes (Venezuela)Néstor Mendoza (Venezuela)Presenta: Dioscelin Camacero

VIERNES 8/ 10:00AMUnipapLectura de Poesía:Alberto Hernández (Venezuela)Craig Czury (USA)Sam Hamil (USA)Sebastiá Alzamora (España)Tomás Galán (Puerto Rico)Jean Portante (Luxemburgo)Adhely Rivero (Venezuela)Enrique Hernández D` Jesús (Venezuela)Reynaldo Pérez Só (Venezuela)

7:00 pm/ CceasLectura de PoesíaRamón Palomares (Venezuela)Orlando Pichardo (Venezuela)Edda Armas (Venezuela)Sam Hamill (USA)Tomás Galán (Rep. Dominicana)Víctor Manuel Pinto (Venezuela)Presenta: Dioscelin CamaceroPresentación UC Jazz

Junio 2012

UNIVERSIDAD DE CARABOBO DIRECCIÓN DE CULTURA DEPARTAMENTO DE LITERATURA

Rectora:Jessy Divo de Romero

Vice-Rector AcadémicoUlices Rojas

Vice-Rector Administrativo:José Ángel Ferreira

Secretario:Pablo Aure

En Homenaje a los poetas Alberto Hernández, Orlando Pichardo (Venezuela) y Esteban Moore (Argentina).

Directora de Cultura:Alba Pérez Matos

Sub-Director de CulturaJavier Castrillo Fraimpar

Departamento de Literatura:Víctor Manuel PintoCarlos Osorio GranadoLuis Alberto AnguloAlexis Monroy

Programa

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Contenido Maracay, Sábado 2 de junio de 201232

En homenaje a Alberto Hernández, Esteban Moore y Orlando Pichardo

X Encuentro Internacional de Poesía UC

Debí quedarme contigo en el espejoEn esa caricia de tu imagen desnuda junto a la míaMás el amor no sólo es recuerdoY quiero que tu sol queme este delirioY abrir las puertas de la madrugada contigoY oír en los pájaros nuestro propio cantoY tomarme una cerveza en tus ojosY tocar la flauta de tus senosY que tu piel sea continuidad de la míaY quiero amarte con el peso de los elefantesY la ternura del tigreY quiero llenarte de vida y de futuros tiemposY beber de tu fuenteY quieroY de tanto querer me pesa la vida y este momentoEn el que deseo quedarme contigo en el espejo

ESPEJO

ORLANDO PICHARDO

En la noche prendida de silenciocuando mueren los televisoresde las sombras nace la poesía-mis dedos restriegan su pelo-y yoyo sigo siendosoy:el mismo enano solitario necesitado de palabrasel que no se acostumbra a viajar con la muerteel cafécalles silenciosasconducen al cafédel solo última casa en lucesallí el solitarioen compañía de sus recuerdosy copas y humo y música y humose envuelve de nostalgiapara dibujar en el aire días posiblespero… veloz, la madrugadano tardará en golpearel sucio ventanalentonces dispondrán los abandonados

de la luz que los agobia

Señor dame una palabraque tenga la forma de un barcoun barco de velas inextinguiblesdonde pueda ir a conocer el mar

Dame esta palabra por casapor vestido por amantedeja que ella sea mi soledadmi alimento y no pueda sobrevivirla

Aquí estoy tan vacío de formasy silencio...Toda mi inspiración semejael ruido de unas manos atadasnecesito un barco por cuerpoy el amor por mar

Escúchame por estas alucinacionesy la vastedad de las cosas que vuelvena su lugar

Todo aquello que hurto, lo doy.Una vez, rodeado de pinos tan altos como estos,la misma luna creciente deslizándose, suave, a través de la altura,yo estaba sentado, acurrucado sobre mis rodillas,en compañía de un amigo, fumando, bebiendo té,intercambiando historias de coyotes y mentiras.

Él me dijo algo acerca de las palabras,que cada una de ellas es un nombre,y que cada nombre es el de Dios.Yo que no tengo ningún diospermanecí sentado en la vastedad del vacío,tan callado como podía en el silencio.Un sendero que puede ser nominado no es el sendero.Cada una de las palabras reflejael Espíritu que no puede ser nombrado.Cada palabra un don, su valor en exacta proporciónal espíritu en que ésta es entregada.

Así habladas, estas palabras que entrego en este instantepor medio del chino antiguo de Lao Tzu,fueron robadas veinticinco siglos más tardepor este un humilde ladrón.La Palabra es sólo evidencia de lo real:en la lengua hopi no hay ballenas;en el inglés norteamericano no existe el Cuarto Mundo.

Nada ha sido destruido ni el viejo relojde pared suspendido en el cielo ni las horasque llueven sobre los tejados eltiempo como el resto se evapora y

se condensa y los animales negros quebruscamente se posan en los murosno han huido en vano del laboratoriohoy es un día irreparable

vamos a la ciénaga como quien vaa la iglesia nos veo arrodilladosante la eternidad rezamos un pocopara hacer penitencia mentimos

también y todo sigue su curso por quéandar sobre el agua cuando se puede andaren otro sitio y por qué decir no cuando síes una bola de cristal

JEAN PORTANTE

POEMA

(LUXEMBURGO)

TRANSPIRACIONES

ESTEBAN MOORE(ARGENTINA)

GIOVANNY GÓMEZ(COLOMBIA)

UNA PALABRA COMO CASA

(VENEZUELA)

(USA)SAM HAMILL

EL DON DE LENGUAS