revista hermeneutica y fenomenologia 02

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  • ISBN N" 978-987-25008-1-8

    Comit acadmico:

    Dr. Roberto Walton

    Dra. Julia Iribame

    Lie. Mara Eleua Candioti de De Zan

    Dr. Anbal Fomari

    Compiladores:

    Juan Pablo Viola

    Dante Klocker

  • Memoria, libertad y destinoEstudios de fenomenologa y hermenutica II

    Pgina

    6

    Incertidumbre, ficcin y verdad.1. La verdad en conflicto: Kant y Nietzsche. Mara Cecilia BARELLI 8

    2. La verdad como ficcin en el pensamiento de Nietzsche. Sandra

    Marcela UICICH 14

    3. La Verdad como Incertidumbre Objetiva en Kierkegaard. Mara Laura

    BALLABENI 19

    4. Verdad y Poltica en Hannah Arendt. Mara de los Angeles CANTERO 25

    5. La efectividad de lo invisible. Verdad como verificacin y efectividad de

    lo inter-humano, a partir de Rosenzweig y Levinas. Mariana LECONTE 30

    6. Crnica e historia entre la verdad y la ficcin. Norma Edith CROTTI 38

    Suelo, cultura V morada.1. Separacin e inhabitacin del lmite. Una interpretacin de los

    momentos levinasianos de la identificacin. Mariana LECONTE 45

    2. Moradas de la Memoria. Ricardo O. DIEZ 56

    3. La tierra...en vanas visiones de viaje?. Alara RaquelFISHER 62

    4. La casa: el suelo donde el hombre habita. Alara del Carmen

    FERNANDEZ 70

    5. Peregrinar morante o el hombre. Eduardo MANSO 82

    6. La cultura -desamparo y morada-. Mximo CHAPARRO 87

    7. Etilos y morada. Una aproximacin a la dimensin tica del

    pensamiento heideggeriano. Dante KLOCKER 92

    8. Dar morada al dios. Mara Cristina VILARIO 99

    9. Mujer y destino. Edith Stein y Simone de Beauvoir en dilogo. Alara

    Teresa DRIOLLET 104

  • Memoria, historia, posibilidad.1. La existencia histrica del hombre entre lo posible y lo imposible.

    Federico VIOLA 111

    2. El Fondo Oscuro de la Historia . Raquel FISHER 118

    3. La modificacin del concepto de acontecimiento histrico en la obra del

    ltimo Ricoeur. Esteban LYTHGOE 124

    4. Claves de una hermenutica histrico-figurativa de modernidad.

    Fernando J. VERGARA HENRQUEZ 131

    5. La historia abstracta de los instrumentos y la historia concreta de los

    hombres. Alara Teresa DRIOLLET 136

    6. La existencia histrica del hombre entre lo posible y lo imposible.

    Federico VIOLA 141

    7. Memoria, sujeto e historia. Eduardo MANSO 148

    8. Ms all de la historia del nihilismo: pensar la emancipacin, pensar el

    Gran Sur. Laura LAISECA 154

    9. Reflexiones acerca del tema de la historia en Hannah Arendt. Elisa

    GOYENECHEA 163

    10. La inocencia de la posibilidad. Gerardo MEDINA 168

    11. Martin Heidegger: la historia de la filosofa y el ser como cuestin del

    pensar. Silvana FILIPPI 174

    12. Acontecimiento ldico y experiencia histrica. Francisco DIEZ

    FISHER 181

    13. Don y Milagro Humano. El sentido de la poltica y la libertad en el

    pensamiento arendtiano. Marta TROTTA 187

    14. La distincin entre esencia y existencia: dos posibilidades del ser

    posible. Ignacio DE MARINIS 194

    tica, poltica, libertad1. La libertad cuestionada. Juan Pablo VIOLA 202

    2. Libertad y fundamento en el pensamiento de Martin Heidegger. Dante

    KLOCKER 210

    3. El hombre y la tica en la expresin en lo inexpresable. Una mirada a

    Temor y Temblor. Lucas ORO y Fernando WIRTZ 216

    4. El significado de lo poltico y el rol de la libertad en el pensamiento

    poltico de Cari Schmitt y Hannah Arendt. Elisa GOYENECHEA 222

    5. Ruptura de la totalidad y lenguaje como acaecimiento: libertad

    cuestionable y sentido alter-ado desde Rosenzweig y Levinas. Mariana

    LECONTE 228

  • 6. El cuerpo de la especie y el cuerpo propio-impropio. Constanza

    SERRATORE 238

    Compresin. Arte y palabra.1. Gadamer y el arte como hermenutica del mundo. Cristina VILARIO 247

    2. El desarrollo del pensar como comprensin de s y sentido final de la

    experiencia hermenutica. Oscar SANTILLI 252

    3. Heidegger y Aristteles: la analoga y el problema de la unidad de las

    significaciones mltiples del ser en el curso de 1926. Germn JIMENEZ 257

    4. Alberto Rouges: el hombre, las palabras y el tiempo. Eduardo MANSO 262

    5. Borges y la Divina Comedia: la imagen del destino humano como locus

    hermenutico. Patricio PERKINS 267

    6. Fijar (se en) la voz: grafa y phon en los dominios de la hermenutica

    schleiermachiana. Mara Jos ROSSI 273

    7. Identidad narrativa en Paul Ricoeur: la vinculacin entre mismidad e

    ipseidad. Claudio REICHERT 278

    Mundo y sentido1. Los elementos climticos en el mundo de la vida. Francisco DIEZ 284

    FISHER

    2. Lo dado como mundo de cultura en el pensamiento sociolgico de Alfred

    Schutz. Alfredo MFNETF1 291

    3. El Mundo y los deseos de la vida. Federico VIOLA 296

    4. Transparencia y opacidad del sentido en la hermenutica del mundo de

    M. Heidegger. Adrin BERTORELLO 302

    5. Heidegger y Meister Eckhart: el lenguaje mstico como expresin de una

    existencia desasida y un pensar meditativo orientado al fundamento.

    Silvana FILIPI 307

    6. Mundanidad: entre la angustia y el aburrimiento profundo. Damin

    HOYOS 315

  • Estamos presentando una nueva edicin, esta vez digital, de Estudios de

    fenomenologa y hermenutica.

    La misma consiste en una recopilacin de las mejores ponencias presentadas en las

    Jornadas Nacionales de Fenomenologa y hermenutica de Santa Fe-Paran llevadas a

    cabo entre los aos 2006 y 2008. stas fueron organizadas por el Crculo de

    Fenomenologa y Hermenutica de Santa Fe-Paran y se celebraron en la ciudad de

    Santa Fe, en las sedes y con el auspicio de la Universidad Catlica de Santa Fe y

    Universidad Nacional del Litoral. Los temas que se trataron durante esos anos y que

    aparecen por tanto explicitados en cada una de las comunicaciones aqu presentadas

    fueron Sujeto y Morada (2006), Verdad e historia (2007), Sentido, Libertad y Destino

    (2008).

    En la presente publicacin el lector encontrar una reflexin aguda de los expositores

    acerca de temticas siempre presentes en la fenomenologa y la hermenutica, y afines a

    toda la reflexin filosfica contempornea especialmente desde A) la perspectiva

    ontolgica del mundo y, sobre todo, la morada y la historia como momentos y lugares

    donde el ser humano desarrolla su existencia, esto es, lleva a cabo su particularsimo

    modo de "ser"; B) la perspectiva de la verdad en sus articulaciones vitales de la cultura y

    el lenguaje, modalidades que aqu se presentan desde autores como Husserl, Heidegger,

    Gadamer y Schleiennacher, entre otros.; C) la perspectiva prctica, con temticas sobre

    las que siempre se vuelve como son la cuestin poltica (desde Levinas o Arendt), la

    cuestin tica y de la libertad (desde Kierkegaard).

    Si bien se encontrar en esta compilacin gran diversidad de temticas y autores, de

    filsofos y pocas; tambin es cierto que en esta lectura hallara una solucin de

    continuidad que lo ayudar a repensar de manera fecunda las cuestiones antropolgicas y

    existenciales ms comprometidas con el propio vivir y educarse. Pues creemos que los

    temas que aqu presentamos, si bien se desarrollan teorticamente y se analizan con

    profunda rigurosidad tcnica, plantean cuestiones vividas y experienciadas

    cotidianamente.

    Dirigimos este libro especialmente a todos aquellos que quieran profundizar las

    perspectivas metafsica, hermenutica, antropolgica y poltica; pero tambin

    recomendamos su lectura a quienes quieran aprovecharla para introducirse y formarse en

    una filosofa rigurosa que no se desprende del mundo de la vida.

    Agradecemos por ltimo, a quienes todos los aos hacen posible estas Jornadas, desde

    el Presidente del Crculo y sus miembros y colaboradoras, hasta aquellos que participan

    como expositores y oyentes enriqueciendo y aportando al dilogo filosfico. Sea esta

    publicacin un premio al esfuerzo de todos y una fuerte motivacin e incentivo para, de

    esta forma, seguir promoviendo la reflexin acadmica, el dilogo inteligente y la amistad

    entre colegas.

    Los compiladores

    Santa Fe, diciembre de 2009

  • Inccrt (lumbre, ficcin y verdad.

  • La verdad en conflicto: Kant y Nietzsche

    Mara Cecilia Barelli* Universidad Nacional del Sur

    Introduccin

    En el presente trabajo nos proponemos recorrer dos anlisis diferentes acerca de la

    verdad. En primer lugar, nos detendremos en el inters de Kant en la Crtica de la razn

    pura1 por complementar el criterio lgico" de verdad con el "criterio trascendental",

    esbozando la posibilidad de un criterio prctico". En segundo lugar, expondremos la

    recuperacin realizada por Nietzsche de la filosofa kantiana en el marco de una vehemente

    crtica a la "voluntad de verdad" desarrollada en la Genealoga de la moral\

    2. La verdad y sus criterios en la Crtica de la razn pura

    Para comprender las implicancias de la nocin kantiana de verdad nos debemos remitir a

    la profunda preocupacin del filsofo por la metafsica. Kant advierte en la metafsica de su

    poca que el predominio de las "abstracciones oscuras" y las continuas discusiones entre

    escuelas finalmente provoca una indiferencia" generalizada ante tales cuestiones. Este

    desinters expresara el reclamo de una sociedad que no se conforma con un saber aparente;

    sino, por el contrario, exige una crtica de la razn pura dirigida a decidir sobre la posibilidad

    o imposibilidad de la metafsica. Kant asume dicha tarea, proponindose aplicar a la

    metafsica la inversin gnoseolgica que tanto xito causara en la matemtica y en la ciencia

    natural. Pero, las dificultades surgen inmediatamente, si bien la "metafsica de la naturaleza"

    puede justificar la viabilidad del "conocimiento a priori" a travs de la correspondencia de

    sus objetos con una experiencia" adecuada a ellos; la "metafsica de las costumbres", no

    puede hacerlo, dada la condicin suprasensible de sus objetos. Evidentemente, Kant plantea

    dicha dificultad, presuponiendo ya la delimitacin del "conocimiento a priori" a los 1 2

    1 Kant, Immanuel, Kritikder remen Vemunjt (en adelante KrV) Se citar segn el mtodo standard de anteceder las letras A y B a la paginacin de la primera (1781) y segunda edicin (1787), respectivamente Se trabajar la edicin de Raymund Schnudt, Flix Meiner, Hamburg, 19562 Las obras de Friednch Nietzsche se citaran segn Samtliche Werke. Kritische Studienausgabe m 15 Banden, editado por O Colli y M Montinan, Walter de Gruyter, Berln, 1999 A partir de ahora se indicar como KSA, mencionando el tomo y el numero de pagina Para aquellas obras que tengan su traduccin al castellano en Alianza, en Akal, en Tecnos y en Edaf, se indicara el pargrafo o la pgina En el caso de aquellos textos aun no traducidos, ofreceremos una traduccin propia Nietzschte, Friednch, Genealoga de la moral, Alianza, Buenos Aires, 1998

  • "fenmenos".

    Esta delimitacin de la "razn terica" se inicia en la "Esttica trascendental" con una

    restriccin de las "formas puras de la intuicin sensible". Kant concibe el espacio y el tiempo

    como intuiciones puras a priori" que tienen "validez objetiva" en relacin con los

    "fenmenos". Pero, si tomamos como referencia la "cosa en s" slo tienen "idealidad

    trascendental"3, es decir, no son entidades subsistentes por s ni atributos inherentes a las

    cosas en s, sino condiciones subjetivas referidas al modo cmo percibimos.

    Semejante delimitacin del "conocimiento a priori" exige una revisin de la nocin de

    verdad. En la Lgica trascendental" nos presenta, sin ms rodeos, el problema de los

    criterios de verdad:

    La antigua y famosa pregunta, con la que se pretenda poner en aprietos a los lgicos y se procuraba llevarlos a un punto en el que o bien tenan que dejarse sorprender en una miserable dialexe o bien tenan que reconocer su ignorancia, y por tanto, la vanidad de toda su arte, es esta:Qu es la verdad? Se concede y se presupone la definicin nominal de verdad, a saber, la conformidad del conocimiento con su objeto. Pero se pretende saber cul es el criterio universal y seguro de la verdad de todo conocimiento4.

    Kant retoma la clsica definicin de verdad, preguntndose por el tipo de conformidad"

    (bereinstimmung) requerido entre las representaciones y sus objetos. Si nos atenemos al

    "criterio lgico formal", la verdad como concordancia del conocimiento con las leyes

    universales y formales del "entendimiento" y de la "razn", solo podramos determinar la

    falsedad de un conocimiento, es decir, la contradiccin en relacin con estas reglas

    generales. Segn Kant, este criterio no resultara suficiente para probar la verdad, puede

    ocurrir que una representacin respete las leyes formales, y no obstante contradiga su

    objeto. Solo se trata de una "condicin negativa de toda verdad", condicin universal, pero

    3 La tesis del "idealismo trascendental" aparece en otras partes de la Critica de la razn pura. En primer lugar, en la Analtica de los principios, luego de la exposicin de cada principio, propone una Refutacin del idealismo (especficamente del idealismo material el problemtico de Descartes y el dogmtico de Berkeley), para mas detalles vease KrV B 275 Tambin aparece en la Dialctica trascendental, en la Critica al cuarto paralogismo de la psicologa trascendental, cfr KrV A 370 Incluso encontramos un desarrollo semejante en el Apndice de Prolegmenos a toda metajisica fiitura..., Istmo, Madrid, 1999, p 301 Finalmente, en el prlogo a la segunda edicin de la Crtica , en una extensa nota se refiere al "escndalo de la filosofa" en respuesta a la concepcin credencial respecto de la existencia del mundo extenor, Kant intenta diferenciar claramente su "idealismo trascendental" de dicha postura, para mas detalles sobre el tema vase Jaramillo, "El escndalo de la filosofa sobre la refutacin kantiana del idealismo" en Escritos de Filosofia Academia Nacional de Ciencias Centro de Estudios filosficos de Eugenio Pucciarelli, N 33-34, Buenos Aires, 1998, pp 27-52.4 KrV A 58

  • insuficiente5.

    La Crtica... propone un nuevo criterio de verdad a fin de complementar el "criterio lgico

    formal. El conocimiento para constituirse verdaderamente como tal debe subordinarse a las

    "condiciones necesarias de la unidad que sintetiza en una experiencia posible lo mltiple de

    la intuicin"6. El nuevo criterio exige que el objeto de conocimiento pueda encuadrarse

    espaciotemporalmente y sintetizarse segn las categoras.

    Ahora bien, la pregunta por la verdad y la aclaracin de sus criterios le permite a Kant

    aproximarse al problema de la metafsica. Precisamente, la inminente inviabilidad de la

    metafsica sera una consecuencia del desplazamiento indebido de los principios lgicos al

    campo noumnico y "fenomnico" indistintamente. La explicacin es la siguiente: la

    "lgica general pura" que debe constituir un canon de evaluacin, es utilizada como

    organon para la produccin de afirmaciones pretendidamente objetivas. Este "abuso" de la

    "lgica general pura" se advertira en los filsofos wolffianos, quienes habilitan sus sistemas

    metafsicos desde la legalidad lgico-formal, precipitando consecuentemente en

    razonamientos dialcticos. La "lgica" tomada como organon se convierte en "lgica de la

    apariencia", revelando la "dialctica natural" de la "razn terica". Se trata de la "ilusin

    inevitable" de tomar la "necesidad subjetiva formal de cierta conexin de los conceptos por

    una necesidad objetiva de determinacin de las cosas en s7.

    Kant concluye que el "criterio b*ascendental" de verdad no admite la posibilidad de un

    "conocimiento a prori" positivo sobre la "inmortalidad del alma", de la "libertad", y de

    "Dios". En cambio, estas ideas metafsicas s adquieren una determinada validez a partir del

    "uso prctico" de la razn. En reiteradas oportunidades, el filsofo explica que el "tener por

    verdadero" (Fr wahr halten) expresa una conviccin slo si es vlido y comunicable a todo

    sujeto racional. Incluso afirma que la verdad radica en la concordancia de los juicios de todos

    los sujetos con un mismo fundamento, es decir, objeto8. Kant distingue tres grados del "tener

    por verdadero": la "opinin" (das Meincn), la creencia" (das Glauben) y el "saber" (dos

    Wsse/i)- La "opinin" se caracteriza por ser insuficiente tanto subjetiva como objetivamente;

    el "saber, por el contrario, posee suficiencia objetiva y subjetiva; y finalmente la creencia se

    caracteriza por una suficiencia nicamente subjetiva. De estos tres grados del "tener por

    verdadero" slo dos merecen un lugar en el sistema de la razn: el "saber" y la "creencia.

    Finalmente, es la "creencia" la que habilitara aquellas verdades vlidas en sentido practico9.

    5 El principio de no contradiccin constituye, un criterio de verdad universal pero meramente negativo e insuficiente KrV B 1906 Kant afirma como principio supremo de todos los juicios sintticos lo siguiente "Teniendo, pues, en cuenta que la experiencia, como sntesis emprica, es, en su condicin de posible, el nico tipo de conocimiento que da realidad a toda otra sntesis, esta otra sntesis, en cuanto conocimiento a priori, slo posee verdad (concordancia con el objeto) por el hecho de no incluir sino aquello que es indispensable a la unidad sinttica de la experiencia en general", KrVB\91 = A158La complementanedad de criterios es planteada por Dotti, "Lgica formal, lgica tra se en dental y verdad en la primera crtica" en Cuadernos de Filos ofia, N 30-31, Buenos Aires, 19837 KrV B 3548 KrV A 821 =B 8499 Una vez desvanecidas todas las ambiciosas intenciones de una razn que intenta ir ms all de los lmites de toda experiencia, nos queda todava lo suficiente como para tener motivos de satisfaccin

  • El "influjo subjetivo" que la "creencia moral ejerce sobre los actos de razn es suficiente

    para recuperar las ideas metafsicas en el plano prctico, estas ltimas valen como

    condiciones necesarias en la realizacin del sumo bien".

    A partir de esta nueva perspectiva se concibe la verdad desde una racionalidad que habita

    dos mundos el "fenomnico" y el "noumnico". La "verdad objetiva" tiene condiciones

    especficas que la diferenciaran de la "verdad practica". De esta manera, Kant delimita y

    legitima las dimensiones practico-tericas constitutivas de la razn, semejante intencin se

    ve claramente reflejada en la expresin tan conocida por todos: "Tuve, pues, que limitar el

    saber para dejar lugar a la creencia".

    La verdad como "voluntad" en Nietzsche

    Aproximadamente un siglo despus de la exgesis kantiana, Nietzsche afirma: Qu es

    una creencia? Cmo nace? Cada creencia es un tener por verdadero. La forma ms extrema

    del nihilismo sera que cada creencia, cada tener por verdadero fuera necesariamente falsa,

    porque no hay un mundo verdadero11.

    En este caso, la verdad recibe un tratamiento distinto al expuesto por Kant. Si bien

    ambos identifican la creencia con el "tener por verdadero", Nietzsche no se propone

    demostrar nuevos criterios de verdad, entre los cuales se admita la "creencia moral. Su

    inters reside en denunciar y desnaturalizar el "tener por verdadero" al tratarse de una

    "voluntad" dominante en los individuos que consumara el "nihilismo europeo".

    Efectivamente, este proceso de "desvalorizacin" de las creencias, al que alude Nietzsche con

    el trmino "nihilismo", responde a los avatares de una "voluntad de verdad" (Wille zur

    Wahrheit) ya reconocida paradigmticamente en Platn, en el cristianismo, en Kant, y

    finalmente en el positivismo. La voluntad de verdad" atraviesa la historia de Europa,

    propagando el "ideal asctico" en las ciencias, en el arte, en la filosofa. Esta ltima

    constituye una expresin milenaria de la creencia incondicional en la verdad.

    Entre los filsofos ms cuestionados se encuentra Kant. Nietzsche lo incluye en la

    historia de cmo el mundo verdadero acab convirtindose en una fbula. Para aclarar

    mejor la perspectiva nietzscheana, es importante sealar que en Kant la verdad en s como 10 11 *

    desde un punto de vista prctico Naturalmente, nadie puede jactarse de saber que existe Dios y que hay una vida futura, si lo sabe, es el hombre que vengo buscando desde hace ya mucho tiempo Todo saber ( ) es comunicable y, consiguientemente, podra tambin esperar que mi saber, instruido por ese hombre, fuese extendido de forma admirable No, la conviccin no es certeza lgica, sino moral, y, como se apoya en fundamentos subjetivos (del sentido moral), ni siquiera tengo que decir Es moralmente cierto que Dios existe, etc, sino 'Tengo la certeza moral KrVA 829 = B 85710 KrV B XXX11 KSA12, p 35413 Si bien Kant problematiza la verdad, estableciendo criterios ms precisos para el conocimiento en general, Nietzsche observa en l una voluntad que persiste ms all de la renovacin conceptual El mundo verdadero, inasequible, indemostrable, imprometible, pero, ya en cuanto pensado, un consuelo, una obligacin, un imperativo (En el fondo, el viejo sol, pero visto a travs de la niebla y el escepticismo, la Idea, sublimizada, plida, nrdica, konigsberguense) KSA 6, p80 (Crepi'iscido de los dolos, Alianza, Madrid, 1997 p51)

  • valor no constituye un problema, en todo caso la dificultad consiste en demostrar su

    posibilidad en campos del conocimiento que sobrepasen lo meramente lgico. En cambio,

    Nietzsche se pregunta por el sentido originario de la verdad en tanto valor y norma

    reguladora de una comunidad.

    En Gaya ciencia13 ya nos anticipa su practica genealgica al remitir la "voluntad de

    verdad" a una "voluntad de no dejarse engaar y no engaar". La verdad es preferible al

    engao Por qu? Por qu se supone que la "voluntad de verdad" sea menos "nociva" y

    "peligrosa" que el engao? Qu sabemos acerca del carcter de la existencia (Dasein) para

    preferir la verdad a cualquier precio"?

    Nietzsche sita el problema de la verdad en el terreno moral de las valoraciones. La

    verdad representa un valor y una fuerza vinculante socialmente, que puede manipularse

    segn las necesidades de cada pueblo. Resulta paradjico que esa "creencia incondicionada

    en la verdad" no remita a ninguna esfera constitutiva de la vida", caracterizada en cambio,

    segn el filsofo, por la apariencia", el "engao", la "ilusin", la "ficcin. Se trata, entonces,

    de la "creencia metafsica", "asctica" en un mundo verdadero distinto del mundo de la

    "vida", de la "naturaleza" y de la "historia.

    Nietzsche observa que en momentos en los cuales el "hasto", el "cansancio", el

    "sentimiento fisiolgico de obstruccin" oprimen a un pueblo; en tales ocasiones emerge el

    "ideal asctico expresado en la "voluntad de verdad". Este "ideal nace del instinto de

    proteccin" de una vida que se degenera14, representa la posibilidad meramente ilusoria de

    un mundo verdadero que acta en tales casos como "ficcin reguladora" de la existencia. La

    "voluntad de verdad" es una forma de la voluntad de poder" que lucha por imponer una

    interpretacin, un sentido, ante el sin sentido imperante.

    Precisamente, en la distincin kantiana entre "fenmeno", "nomeno" y "cosa en s" se

    evidenciara esa divisin tpicamente "asctica", Nietzsche se refiera a ella con cierta irania

    en la Genealoga de la moral:

    ... Existe un reino de la verdad y del ser, pero justo la razn est excluida de l!... (Dicho de pasada: incluso en el concepto kantiano de 'carcter inteligible de las cosas' ha sobrevivido algo de esa lasciva escisin de ascetas (...);'carcter inteligible' significa, en efecto, en Kant un modo de constitucin de las cosas del cual el intelecto comprende precisamente que para l -resulta total y absolutamente incomprensible15.

    Dicho cuestionamiento se dirige a la nocin de "nomeno" y de "cosa en s". En la

    13 TSd 3, pp 574-577 (La gcya ciencia, Edaf, Madrid, 2002, af 344)14 KSA 5, p 366 (Genealoga de la moral, Alianza, Buenos Aires, 1998 p 140)u Ibidem p 364 (edic espaola p 138)

  • Crtica... Kant se refiere a los "entes inteligibles" como aquellos que no son objeto de la

    "intuicin sensible", permaneciendo incognoscibles desde la "razn terica". Nietzsche

    interpreta que all "la razn se vuelve contra la razn". La posibilidad de abordar lo

    "noumitico desde la "razn prctica" no es aceptada por el filsofo. Por el contrario,

    considera que la llamada "razn prctica" consiste en una invencin orientada a encubrir

    sentimientos y convicciones*6.

    Finalmente, Nietzsche insiste en denunciar que la "voluntad de verdad" deviene una

    "voluntad hacia la nada" en el momento mismo en que la verdad se vuelve asctica y se

    contrapone al autntico instinto de vida". La verdad identificada con el ser, con Dios, con el

    mundo inteligible, en pocas palabras, la verdad identificada con entidades contrapuestas a

    las condiciones provisorias de la vida, hacen de esta voluntad una "voluntad de contradiccin

    y de an ti-naturaleza".

    Nietzsche advierte la necesidad de una crtica de esta voluntad, la necesidad de

    problematizar su valor. En dicha tarea encuentra un camino superador del nihilismo, un

    camino cuyo recorrido posibilite la creacin de valores situados no solo ms all del bien y

    del mal, sino tambin ms all de la verdad y de la falsedad.

    f.. Conclusin

    El acercamiento nietzscheano a Kant se efecta desde el conflicto y el constante

    enfrentamiento confia el filsofo moderno. En el presente trabajo, pretendimos iluminar la

    raz del mismo, situndola en el problema de la verdad. En el caso de Kant, la verdad se

    presenta problemtica, slo si prescindimos de las condiciones especficas y necesarias para

    el conocimiento, y nos atenemos nicamente al criterio formal. En el caso de Nietzsche, la

    verdad debe presentarse y permanecer como problema. Pero, mientras no se reconozca su

    origen moral, su carcter perspectivstico, su naturaleza de ser una "ficcin reguladora

    necesaria para la humanidad; la verdad como valor no podr ser radicalmente

    problematizada.

    Qu es la verdad? Para qu sirve? Son preguntas que nos siguen convocando a la

    reflexin. No solo por las implicancias epistmicas reveladas tan claramente por Kant, sino

    tambin por las implicancias culturales que comienzan a ser denunciadas mordazmente por

    Nietzsche, profundizndose en las discusiones filosficas actuales. 14

    14 KSA 13, p 422

  • La verdad como ficcin en el pensamiento de Nietzsche

    Sandra Marcela Uicich1 Universidad Nacional del Sur

    Todo lo que hasta ahora se llam verdad* ha sido reconocido como la forma ms nociva, ms prfida, ms subterrnea de la mentira... (NIETZSCHE. F.: Ecce homo)1 2

    En la filosofa nietzscheana hay una preocupacin constante en tomo a la nocin de

    verdad, presente en obras de juventud como Sobre verdad y mentira en sentido

    extramoral"(1873) y todava persistente en sus ltimos escritos.

    E11 primer lugar, Nietzsche sostiene que la "verdad" de la estabilidad del mundo real es

    una "no-verdad y postula que el mundo real deviene. Esta verdad nueva es terrible pues

    debemos admitir que hasta ahora a la mentira se la ha venido llamando verdad".3

    Dado que el mundo est en constante cambio necesitamos: 1) crear palabras y conceptos

    por medio del intelecto como instrumento vital; 2) imponer un orden, regularidades y leyes a

    travs de palabras, conceptos y relaciones creadas; y 3) hacerlo calculable y previsible, tal

    como aparece en el ideal de conocimiento de la ciencia moderna. Necesitamos, entonces,

    suponer que hay cosas que permanecen an cuando slo haya variabilidad eterna. Toda

    palabra simplifica lo real al crear una identidad entre elementos desiguales a travs de un

    igualar, un poner como igual (gleichsetzen). Esta simplificacin es necesaria y til, y est

    garantizada por el consenso social -pues la verdad interesa a la sociedad en tanto sirve a la

    vida en comunidad.4 Todo concepto es residuo de una metfora intuitiva, originaria, que por

    la costumbre y el uso se petrifica y cuyo origen es olvidado. No hay entonces, adecuacin o

    1 E-mail suicich@uns edu ar Este trabajo se enmarca en el Proyecto de Investigacin dirigido por la Dra Laura Laiseca, Consumacin y superacin de la metafsica. El problema de la tcnica en Heidegger'', subsidiado por la Secretaria de Ciencia y Tecnologa de la Universidad Nacional del Sur, Baha Blanca2 NIETZSCHE, F [1888] Ecce homo, Alianza, Madrid, 1996, p 1313 NIETZSCHE, F Ecce homo, p 124 Cfr tambin Lo que la humanidad ha tomado en serio hasta este momento no son ni siquiera realidades, son meras imaginaciones o, hablando con ms rigor, mentiras nacidas de los instintos malos de naturalezas enfermas, de naturalezas nocivas en el sentido ms hondo " (p 53)4 Cfr NIETZSCHE, F [1873] Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, Tecnos, Madrid, 1998, p 21 El hombre ansia las consecuencias agradables de la verdad, aquellas que mantienen la vida, es indiferente al conocimiento puro y sin consecuencias e incluso hostil frente a las verdades susceptibles de efectos perjudiciales o destructivos "

  • correspondencia entre el concepto y la cosa.

    En segundo lugar, Nietzsche plantea la necesidad de una conducta esttica dado que para

    conocer el hombre est obligado a inventar estas formas "simplificadas. Por lo tanto, el

    conocimiento es un traducir balbuciente", un "extrapolar abusivo", un "poetizar": creamos

    "verdades" para transformar lo heterogneo, mltiple y cambiante en lo igual, permanente y

    calculable; y las creamos desde la perspectiva humana generando una antropomorfizacin

    del mundo, limitada y condicionada por este perspectivismo y por la estructura

    antropomorfa de nuestra comprensin de la realidad. Las palabras y los conceptos se

    refieren a un contramundo ficticio que se deja "atrapar" racionalmente y hace soportables

    nuestras vidas -ya que sin la "verdad inventada" no podramos vivir en un mundo que

    deviene. Tenemos una necesidad social y lingstica de esta mentira colectiva que conserva

    la especie, pues dependemos de esta cosificacin de la realidad.3 * 5

    En tercer lugar, para Nietzsche tambin la verdad del conocimiento cientfico se origina

    en este proceso de invencin y no en condiciones puramente lgicas o puramente empricas,

    como se suele presentar. Y es que el conocimiento -tambin en el caso de la ciencia- nace de

    la experiencia sensible y se vincula con la vida pulsional. Nietzsche quiebra la fe en la razn

    moderna y proclama una nueva fe: la "gran razn" del cuerpo, es decir, lo instintivo y lo

    pulsional como guias del hombre en este mundo cambiante.

    La voluntad de poder como voluntad de verdad es el impulso de los seres humanos de

    dominar la realidad y ponerla al servicio de sus necesidades.6 El objetivo del conocimiento

    no es alcanzar la sabidura o comprender la verdad absoluta en s misma, sino controlar un

    mundo que deviene, al imponer orden y forma a la multiplicidad de sensaciones en razn de

    nuestras necesidades practicas y de nuestra supervivencia. Por detrs, obra el instinto del

    miedo ante lo desconocido. El conocimiento es, por lo tanto, un proceso de interpretacin y

    ordenamiento de la realidad, condicionado por algo tan fuera-de-la-razn y a la vez tan vital

    como este instinto.7

    3 Cfr. NIETZSCHE, F. [1882] La Gaya Ciencia, Akal, Madrid, 2001, p. 1496 Cfr BARTH, Hans Verdad e ideologa, FCE, Mxico, 1951, p 203: En el proceso mismo delconocimiento se esconde la voluntad de poder, para la que no se trata de la verdad en el sentido de la validez general de un juicio, sino exclusivamente del apoderarse de las cosas y los sucesos con elpropsito de intensificar la vida 7 Cfr el postumo Contra el positivismo que se queda en el fenmeno hay slo hechos', yo dira no, precisamente hechos no hay, slo interpretaciones [Interpretationen] Nosotros no podemos comprobar ningn factum 'en s' quizs sea un disparate querer algo semejante 'Todo es subjetivo', decs [entonces] vosotros pero ya esto es una mteipretacin [Auslegung], el 'sujeto' no es algo dado sino algo ficticio, aadido, puesto subrepticiamente detras Pero es acaso necesario poner el intrprete tras la interpretacin' Esto ya es invento, hiptesis En la medida en que, en general, la palabra conocimiento tiene un sentido, el mundo es cognoscible, pero es interpretable [dentbar] de distintas maneras, no tiene un sentido tras de si sino innumerables sentidos 'Perspectivismo Nuestras necesidades son las que interpretan el mundo, nuestras necesidades y sus pro y contra Cada impulso es una especie de afn de dominio, cada uno tiene su perspectiva, a la que l deseara imponer como norma a los restantes impulsos (Traduccin de Lucia Piossek Prebisch en su ponencia "Interpretacin arbitrariedad o probidad filolgica?, indito, es el 476 de la edicin NIETZSCHE, F La voluntad de podero, Edaf, Madrid, 1998)

  • 'Voluntad de verdad' llamis vosotros, sapientsimos, a lo que os

    impulsa y os pone ardorosos?

    Voluntad de volver pensable todo lo que existe: as llamo yo a

    vuestra voluntad!

    Ante todo queris hacer pensable todo lo que existe: pues dudis,

    con justificada desconfianza, de que sea ya pensable. Pero debe

    amoldarse y plegarse a vosotros! Asi lo quiere vuestra voluntad.

    Debe volverse liso, y someterse al espritu, como su espejo y su

    imagen reflejada. Esa es toda vuestra voluntad, sapientsimos, una

    voluntad de poder..,s

    Nietzsche critica el realismo: no existen entes firmes y constituidos. El hombre se engaa

    sobre la esencia del mundo cuando pone en el lugar del mundo (real) del devenir el mundo

    (aparente) del ser.4 * * * * 9 * 11 * 13

    En el campo del conocimiento cientfico se desarrolla una voluntad de poder que busca

    dominar a la naturaleza bajo sus principios. Cules son las bases de la ciencia? Son

    convenciones o simples metforas que se han vuelto duras como piedras, y una creencia: la

    de un mundo verdadero que se dara en la realidad empricamente comprobable, Con el

    correr de los siglos, el pathos de la verdad se transforma en una "voluntad de verdad a toda

    costa" (Wille zur Walxrheit um jeden Preis), una voluntad incondicional de verdad que

    reafirma una creencia nihilista an presente en la actual tecnociencia.

    Hoy hablamos de tecnociencia porque la tcnica se ha constituido en la mediacin

    esencial entre la ciencia y la realidad. El hombre establece con el mundo real una relacin

    activa de manipulacin, deconstruccin y reconstruccin, al tomarlo como "material de

    trabajo" o como material disponible (Bestand).'3

    Como seala Hannah Arendt, el anhelo del hombre de escapar de la condicin humana ha

    conducido al presente desarrollo cientfico-tecnolgico. Escapar de qu? De la tierra como

    lmite espacial y de la muerte como lmite temporal. Pero el hombre no slo es capaz de

    lograrlo sino tambin de "destruir toda la vida orgnica de la tierra" al mismo tiempo.14

    Siguiendo las reflexiones humanistas de cientficos como Heisenberg, plante que el

    4 NIETZSCHE, F [1883]: Asi habl Zaratustra, Alianza, Buenos Aires, 1995,p 1699 Cfr BARTH, Hans Verdad e ideologa, p 20610 Si doy la definicin de mamfero y a continuacin, despus de haber examinado un camello,declaro he ah un mamfero', no cabe duda de que con ello se ha trado a la luz una nueva verdad,pero es de valor limitado, quiero decir, es antropomrfica de cabo a rabo y no contiene un solo puntoque sea 'verdadero en s', real y universal, prescindiendo de los hombres (NIETZSCHE, F Sobreverdady mentira en sentido extramoral, p 28)11 Sobre este tema, cfr LAISECA, Laura El nihilismo europeo, Btblos, Buenos Aires, 2001, pp 103-11213 Cfr NIETZSCHE, F La Gaya Ciencia, 34413 Cfr HOTTOIS, G El paradigma biotico: una tica para la tecnociencia, Anthropos, Barcelona, 1991, p 26 y p 29, y HEIDEGGER, M La pregunta por la tcnica" [1949], en HEIDEGGER, M [1954] Conferencias y Artculos, Ed Del Serbal, Barcelona, 199414 Cfr ARENDT, H [1958] La condicin humana, Paids, Barcelona, 1998, p 15

  • progreso cientfico y su aplicacin tecnolgica en nuestra vida cotidiana han generado un

    alud de fabulosos instrumentos y mquinas que llenan el mundo circundante.15

    En el pensamiento de Heidegger tambin aparece esta interpretacin del desarrollo

    cientfico en la que se da la presencia de lo tcnico en nuestra cotidianeidad. Estamos atados

    al mundo de los objetos tcnicos y tenemos una ambivalente relacin con ellos: por un lado,

    una absoluta dependencia y por otro, una necesidad de liberamos de su aplastante

    presencia. Y esto es paradojal: dependemos de aquello que nosotros mismos hemos creado, y

    esto que hemos creado nos subyuga.16

    En el transcurso del siglo XX la concepcin moderna de la ciencia sufri un

    desencantamiento gracias a Popper primero y Kuhn despus: el conocimiento cientfico se

    diluy en su contextualizacin histrica, se develaron las relaciones de poder que atraviesan

    el campo de la investigacin y la verdad cientfica adquiri un carcter hipottico y

    conjetural con el concepto popperiano de verosimilitud. Se desmorona as el fundamento del

    conocimiento, la certeza -pilar de la verdad para Descartes-; y decae el prestigio del

    conocimiento cientfico y su progreso, fundantes para el positivismo decimonnico y el

    neopositivismo del siglo XX. Nuevos vientos soplan con la posmodernidad, pero son nuevos

    aires para la ciencia? Se reblandecen sus tejidos pero se quiebra en dos su rgida autoridad?

    A pesar de todo, la tecnociencia se presenta an en sociedad como conocimiento

    verdadero y, sobre todo, til. Y es que hoy prevalece la concepcin pragmtica de la verdad,

    ya vislumbrada por Nietzsche. La tecnociencia exhibe con orgullo los beneficios y las

    comodidades que brinda as como las innumerables soluciones a los problemas de la

    humanidad; por lo tanto, la verdad de sus fundamentos es incuestionable, o mejor,

    indiferente. Pero detrs de su supuesta veracidad aparece el carcter ficcional y su cara ms

    terrible: la manipulacin del hombre y la devastacin de la naturaleza.

    Cules son estas "verdades" que nos ofrece hoy la tecnociencia? Una de las grandes

    posibilidades tecnolgicas es la anulacin de la distancia efectiva en el espacio por la

    generacin de espacios virtuales. El espacio ya no se extiende, dice Virilio.17 Esto, a su vez,

    trastoca la nocin de tiempo. Nuestros viejos regmenes de temporalidad han sufrido una

    mutacin considerable" gracias a la contraccin de las duraciones generadas por las

    tecnologas automvil, audiovisual e informtica.18 El cambio continuo se transforma en

    inercia" y el instante adquiere otro espesor en la realidad virtual, que nos provee de todo

    tipo de simulaciones (irreales) en tiempo real, donde lo nico real es una simulacin, es

    decir, algo ficticio.

    La llegada generalizada de las imgenes y de los sonidos en el vehculo audiovisual,

    15 Cfr ARENDT, H [1961] Entre el pasador el fiittiro. Pennsula, Barcelona, p 29114 Cfr sobre este tema, los escritos La pregunta por la tcnica" [1949] y Serenidad [1955] Ed DelSerbal, Barcelona, 199417 Cfr "El ltimo vehculo" en AAVV 1989, Videoadturas de fin de siglo. Ctedra, Madrid, p 37, sobre estos temas, cfr tambin de VIRILIO, P La mcpima de visin. Ctedra, Madrid, 1989, y El aite del motor, Manantial, Buenos Aires, 199618 VIRILIO, P El ltimo vehculo", p 45

  • esttico, "sustituto de nuestros desplazamientos fsicos y prolongacin de la inercia

    domiciliaria que ver, al final, el triunfo del sedentarismo" es "ya todo llegar sin que sea

    necesario partir".*9

    Esta mutacin relativiza el significado de la rapidez y la lentitud. La espera se convierte en

    obstculo, sinnimo de lentitud, y el "ya anula toda la riqueza de la maduracin. Es como

    vivir en el mundo de la Reina de Corazones de Alicia en el Pas de las Maravillas, donde hay

    que correr para permanecer en el mismo lugar.30

    En forma paralela al aceleramiento del tiempo, la tecnociencia permite una aceleracin de

    la produccin y circulacin de bienes y servicios. Desde la alianza de la ciencia y la tecnologa

    con la industria, que permiti la consumacin de la Revolucin Industrial a comienzos del

    siglo XIX, se ha acrecentado este vnculo que hoy caracteriza a la tecnociencia: la utilizacin

    de la naturaleza como recurso para la produccin siempre creciente y el correlativo consumo

    de masas, incentivado asimismo por disciplinas como el marketing. Como consecuencia, se

    ha generado una catastrfica contaminacin del planeta de la mano de un aumento

    constante de los niveles de consumismo en este capitalismo globalizado.

    En el primer caso -desastre ecolgico- se inventan estrategias y nuevas tecnologas para

    "limpiar" y "salvar" la naturaleza devastada, pero son slo simulaciones ya que en el fondo

    no cambia la actitud expoliativa: aquel que pretende salvar es el mismo que daa, y cmo

    salvar sin dejar de daar? En el segundo caso -consumismo exacerbado- es la ficcin de la

    libertad de eleccin de un sujeto que satisface sus deseos, pero la nica verdad" es la de la

    seduccin del consumo: hay que consumir para ser feliz.

    El desarrollo tecnocientfco se arroga para s una pretensin de verdad", pero es slo una

    configuracin de la voluntad de poder basada en valores negadores de la vida. Estas

    verdades" son slo el emergente de una lucha de opuestos: realidad virtual vs. realidad real,

    convivencia con la naturaleza vs. dominio de la naturaleza, necesidades vs. deseos. Esta

    lucha de fuerzas permanece oculta en un mundo adormecido sin penurias. Como seala

    Heidegger, "la ausencia de penuria consiste en creer que se tiene en las manos lo real y la

    realidad y que se sabe qu es lo verdadero, sin que se necesite saber en qu esencia la

    verdad.31

    Quizs podamos crear una nueva forma de habitar en el mundo que escape al mero

    consumismo o la transformacin desenfrenada de la naturaleza, estableciendo otra relacin

    con las ficciones de la tecnologa. Quizs todos estos pensadores logren aunar sus voces en

    ese grito desgarrador que nos despertara algn da en medio del blando sueo que vivimos. 19 20 21 *

    19 VIRILIO, P El ltimo vehculo, p 39 y p 4120 Alicia y la Reina de Corazones corren con todas sus fuerzas durante largo rato, hasta perder por completo el aliento Cuando se detienen, Alicia queda sorprendida al ver que se encuentran en el mismo lugar, y dice 'En mi tierra, si hubiramos corrido asi habramos avanzado un buen trecho Y la Reina replica 'Tu tierra debe de ser muy lenta Aqu tenemos que correr tan rpidamente como nos es posible para permanecer en el mismo lugar Si queremos ir a otro lugar cualquiera, hemos de correr el doble de rpido de lo que podemos" (CARROLL, L Alicia en el pais de las maravillas, Sudamericana, Buenos Aires, 1989, p 189)21 HEIDEGGER, M [1939] Superacin de la metafsica", XXV, en HEIDEGGER, M,Conferencias y Artculos

  • La Verdad como Incertidumbre Objetiva en Kierkegaard

    Mara Laura Ballabeni

    UCSF

    Segn Kierkegaard, la enfermedad de su poca consiste en la reflexin desbordante;

    ella en s misma no es algo nefasto, es el medio por el cual se establece una distancia con

    todo lo dado. En este sentido es positiva, ya que conduce al hombre por encima de lo

    fctico. Con ella se lleva a cabo la apertura de horizontes de posibilidad: en la medida en

    que la reflexin sirva de clarificacin para la accin y mientras siga siendo un momento

    subordinado al servicio de la voluntad de decisin, se la debe valorar positivamente.

    Pero la dificultad estriba en que la reflexin tiene la tendencia a autonomizarse. Donde

    subsiste una disposicin a la accin, ella acta inhibitoriamente a travs de reflexiones

    que la sofocan. La reflexin, que ha ganado vida propia, comienza ahora a dominar al

    hombre.

    Por tanto, en la poca de la reflexin, piensa Kierkegaard, todo entusiasmo y pasin se

    apagan. La pasin significa: inclinarse a favor de algo o luchar contra algo. Presupone el

    reconocimiento de un ideal que debe ser realizado y urge a su realizacin en la poca. La

    reflexin, en cambio, enfra toda pasin. Produce un aplazamiento y por medio de su

    acumulacin un completo estancamiento.

    As llega Kierkegaard a la conclusin de que lo que necesita la poca es la pasin para

    detener la inevitable corrosin que la reflexin produce y que la lleva a una prdida de

    orientacin y sostn, donde los hombres se ven arrojados a un vrtigo' y a un "remolino".

    Todos estos sntomas que denotan la enfermedad de la poca, en lneas generales segn

    Kierkegaard, refieren al hegelianismo. Su lucha contra ste se agudiza en numerosos

    pasajes de su obra, y adquiere mayor fuerza en la introduccin al Concepto de la

    angustia, y sobre todo en el "Post-scriptum final no cientfico a las migajas filosficas y

    aunque Hegel, desarrolla tambin el concepto de existencia", ste lo concibe sin embargo

    de modo tal que la existencia del hombre no puede ser comprendida por l mismo, porque

    su sistema idealista establece la identidad de sujeto y objeto, la unidad entre el

    pensamiento y la existencia.

  • Pero la existencia es justamente la separacin, porque aleja el pensamiento del ser, el

    sujeto del objeto. Existir es estar fuera de: es el ser en el estado de diseminacin en el

    tiempo y en el espacio. El individuo existente jams se convierte en algo necesario y nunca

    descubre una identidad dialctica entre s mismo, las cosas conocidas y el Espritu

    absoluto. El pensamiento puro jams podr alcanzar la existencia; hay siempre un sallo

    entre ambos.

    Pero el pensamiento especulativo de Hegel pretende atravesar comprensivamente la

    realidad en su conjunto y, en particular, concebir la historia (incluyendo tambin la

    historia cristiana de la salvacin) como una serie de trnsitos necesarios. La fe religiosa se

    convierte por tanto en un momento subordinado del proceso dialctico. La religin, como

    una manifestacin de lo absoluto en el sentimiento, tiene en el caso de Hegel el valor de

    una etapa preliminar. Es suprimida y superada" en el sistema, en la medida en que el

    sistema expone el proceso de automanifestacin de lo absoluto como una necesidad

    cientfica y una certeza objetiva.

    Kierkegaard ve en ello un desconocimiento y una falsificacin peligrosa de aquello que

    constituye lo especficamente cristiano. La conviccin religiosa de la fe es algo fundado en

    s mismo, no una anticipacin imperfecta de un saber objetivo. Por este motivo se vuelve

    contra la pretensin del sistema de poder llevar al hombre, en cuanto ciencia, a una

    relacin objetiva y definitiva con lo absoluto. El pensador especulativo que les exige, como

    dice Hegel, dejar tas de s "la mala subjetividad", los engaa a todos, porque el pensador

    objetivo al relacionarse con el contenido de su pensamiento de manera puramente

    especulativa obtiene como resultado que lo pensado en su existencia no encuentre

    expresin alguna. Pensar y vivirse apartan uno de otro.

    Sin embargo, para Kierkegaard, la existencia humana incluye el pensamiento, y el

    pensamiento del hombre es un pensamiento subjetivo", una reflexin sobre su propia

    existencia. Por este motivo la categora de subjetividad va ligada de continuo a la

    existencia. Porque la existencia no es algo abstracto, sino el devenir concreto del hombre,

    el sujeto existente. Entonces opondr Kierkegaard al "pensador especulativo" el

    pensador existente" o "subjetivo" quien no olvida nunca que es un existente, que est

    "infinitamente interesado en el existir". Quien no piensa nunca un contenido sin al mismo

    tiempo incluir en su reflexin su propia relacin con l. Su reflexin no es nunca

    puramente objetiva sino ms bien una reflexin dirigida a la interioridad y a la

    subjetividad. El pensador subjetivo no se enfrenta a lo que ha pensado de manera

    indiferente y sin inters. Por eso, el signo de su pensamiento es la pasin :

    "A un pensador subjetivo pertenece junto con la pasin la fantasa, el sentimiento y la

    dialctica en la interioridad de la existencia, pero primero que nada y finalmente la

  • pasin, pues es imposible reflexionar sobre la existencia, existiendo, sin caer en la

    pasin".1

    Ahora bien, si se mide el pensador objetivo con el patrn que ahora hemos ganado del

    pensador subjetivo, se puede decir que en aqul el pensar en cierto modo se ha

    autonomizado. El pensador objetivo est en un estado permanente de distraccin ante su

    propia existencia. Es un pensador desinteresado de la existencia, que aparta su mirada de

    los hombres concretos y se fija en el hombre en s. En cambio, el pensador subjetivo

    comprende lo abstracto en el hombre particular existente. Al respecto, dice Kierkegaard2:

    Como se dijo anteriormente: el pensamiento puro jams podr alcanzar la existencia;

    hay siempre un salto entre ambos. Dicho de otro modo, no hay un trnsito continuo

    desde el saber como la obtencin asegurada de un saber objetivo a esta captacin del

    propio s mismo. El movimiento de la finitud exige del pensador existente el salto al

    mismo tiempo que la suspensin del pensamiento. El salto es el trnsito a una relacin

    en la que ya no hay una seguridad objetiva para el sujeto y por tanto slo puede ser

    designada como una paradoja. La existencia slo puede ser asumida en el salto, por

    tanto en la decisin resuelta en relacin con un apasionado aferrarse a una incertidumbre

    objetiva que debe en cierto modo llegar a hacerse transparente a s misma como

    individuo.

    Se comprende as por qu Kierkegaard siempre ha querido ligar la pasin a la verdad y

    a la existencia. La pasin es la cumbre de la subjetividad, y por consiguiente la expresin

    ms perfecta de la existencia. La verdad slo puede hallarse en la pasin. Por eso la

    verdad existencial tiene necesariamente un carcter dramtico.

    Estas consideraciones condujeron a Kierkegaard a hacer de la fe y del riesgo que ella

    implica el tipo mismo de la adhesin sincera y del verdadero compromiso. La fe es para l

    la verdad por excelencia, no solamente porque es verdad de Dios y no verdad del hombre,

    sino tambin porque ella exige el ms alto grado de subjetividad. La incertidumbre

    objetiva pues la fe es el absurdo - me impide profesarla de otra manera que en la pasin,

    en el sentimiento de que toda mi existencia, y para toda la eternidad, est interesada en

    ello.

    1 KIERKEGAARD, Sren: Post-scnptum aux Mientes philosophiques . Trad Paul Petit. Gallimard, 1949 (Pag 128)3 KIERKEGAARD, S Postcnptum" (p 236-237) La tarea del pensador subjetivo es comprenderse a s mismo en la existencia... Como el pensamiento abstracto tiene por tarea comprender abstractamente lo concreto, el pensador subjetivo tiene, por el contrario, la tarea de comprender concretamente lo abstracto. El pensamiento abstracto aparta su mirada de los hombres concretos en beneficio del hombre en s; la abstraccin ser un hombre la comprende el pensador subjetivo concretamente: ser tal hombre particular, existente.

  • La subjetividad -escribe Kierkegaard- culmina en la pasin; el cristianismo es la

    paradoja; paradoja y pasin van juntas muy bien, y la paradoja concuerda completamente

    bien con lo que existe en el ms alto grado.2

    Se podra hacer de la incertidumbre objetiva la condicin de la verdad existencial y

    considerar as la definicin de la verdad como una trascripcin de la de la fe. Kierkegaard

    escribe: "La incertidumbre objetiva firmemente apropiada por la ms apasionada

    interioridad, sa es la verdad, la verdad ms alta que haya para un sujeto existente.3

    Jolivet, en su obra El existencialismo de Kierkegaard interpreta que ste quiere decir

    que la razn ltima que yo tengo para adherir a la verdad, para asumirla bajo forma de

    certeza vivida, jams es su valor objetivo. Si lo fuera cmo podran los hombres estar tan

    divididos entre ellos, y ser tan poco capaces de convencerse los unos a los otros?

    Kierkegaard seala que cuanto ms aumenta la verdad objetiva, es decir, la masa de

    pruebas, ms disminuye la certeza.2

    La certeza culmina pues en la impotencia para demostrar. No porque haya de

    despreciarse la objetividad. Sino porque ella no basta, ni siquiera nos determina. Lo que

    me determina, a m, es el acuerdo de la verdad con las exigencias ms profundas de mi

    persona, con esa realidad moral que es en m el Individuo que yo soy y quiero ser. Desde

    este punto de vista, la verdad es en efecto la fe, puesto que lo que en ella me mueve a la

    adhesin ya no es la evidencia, que es imposible, ni la verosimilitud, puesto que es

    absurda", sino mi decisin de elegir lo que en m hay de eterno o de indefinido.

    La verdad objetiva se encuentra all donde nos las tenemos que ver con conocimientos

    objetivos universalizables. En un profundo sentido el sujeto no tiene en este caso ningn

    inters en el contenido. Las verdades objetivas se pueden constatar y llevarse a la

    evidencia. Empero, en el instante en que se las comprende, se apaga el inters del

    pensamiento en ellas.

    En cambio, el existente, tal como lo entiende Kierkegaard, est tambin convencido de

    la validez de aquellos pensamientos que nunca se pueden llevar a una evidencia objetiva.

    Considerados objetivamente, estos contenidos son en cualquier caso inciertos. Algunos ni

    siquiera se pueden pensar sin contradiccin. Son paradojas. As, por ejemplo, es una

    2 KIERKEGAARD, S Postscnptum, p. 1523 KIERKEGAARD, S Postcnptum, p 134-1354KIERKEGAARD, S El concepto de la angustia Espasa-Calpe 2da Edic Buenos Aires, 1943 p 152Qu extraordinarios esfuerzos metafsicos y lgicos no se han hecho en nuestros das para suministrar una prueba nueva, integral, absolutamente exacta y que combine todas las que ya se han dado de la existencia del alma? y sin embargo, si se establece esta prueba, la certeza disminuye. La idea de inmortalidad tiene en si misma una potencia, en sus consecuencias una energa, y en su aceptacin una responsabilidad, que son quiz capaces de rehacer toda la vida en un sentido que se teme. Todo individuo que sabe dar la prueba de la inmortalidad del alma sin estar convencido l mismo, estar siempre en la angustia ante todo fenmeno que le toca y le obliga a ahondar el sentido de la inmortalidad para el hombre."

  • paradoja que se deba poder ganar la eternidad en el tiempo. Empero, la "paradoja

    absoluta y por tanto la pretensin desmesurada para el pensamiento es el enunciado de

    fe de que Dios deba manifestarse en cuanto eterno en el tiempo y que ha debido morir en

    la cruz.

    La paradoja es "la fortificacin contra la especulacin". Pero el individuo aspira por

    cierto a concordar existencialmente con ellas. Por medio del modo y la manera en que

    existe (y slo por ello) puede expresar si las ha entendido o no. Precisamente este poder

    concordar existencialmente con un contenido es la verdad subjetiva. Para el existente es

    ms primordial hacerse uno con la verdad" que meramente conocerla. Desde el punto de

    vista objetivo es importante lo que se aprehende, subjetivamente, en cambio, cmo algo

    es aprehendido.

    La verdad subjetiva no alcanza nunca una conclusin, sino que es real slo como una

    aspiracin infinitaSin embargo, esta aspiracin que se aferra a un contenido

    objetivamente incierto y que pone en juego todo para l, exige, segn Kierkegaard, un

    mximo de pasin. Sin pasin no hay verdad subjetiva alguna. Por eso el pensador

    subjetivo se acerca a la verdad tico-religiosa por apropiacin, es decir, se convierte l

    mismo en verdad, vive la verdad. Y la verdad que presenta el cristianismo es paradjica:

    el Eterno que se hace temporal, Dios que se hace hombre... Para aceptar esta verdad no

    basta el pensamiento conceptual: si el pensador subjetivo vive en la verdad, la verdad de

    la paradoja se alcanza slo mediante la pasin, que permite dar el salto de la fe. La pasin

    de infinitud es la misma verdad. Pero la pasin de la infinitud es la subjetividad y as, la

    subjetividad es la Verdad".5

    En palabras de Kierkegaard :

    la verdad es la incertidumbre objetiva mantenida en la apropiacin de la ms

    apasionada interioridad, y esta es la verdad mayor que pueda darse en un existente6.

    No se puede explicar el cristianismo porque es la religin de la paradoja absoluta: esta

    es la demencial pretensin del sistema; el cristianismo no es mi problema cultural, sino la

    religin en que se acenta que la existencia es tiempo de decisiones, y que la verdad es la

    paradoja.

    El pensador subjetivo ha reconocido que precisamente esta realidad paradjica es

    aquella realidad de la cual no se puede dispensar, y que por tanto tiene que asumir

    apasionadamente. Slo en el aferrarse a esta realidad encuentra el pensador subjetivo su

    destino y su verdad.

    Reitero: en el mbito tico-religioso, no se da la certeza objetiva, sino la decisin libre

    de afirmar la incertidumbre objetiva, movida por la pasin de la infinitud. Este es el

    martirio de la razn que se ve obligada a traspasar sus estrechos esquemas conceptuales y

    5 KIERKEGAARD, S El concepto de la angustia P 134 KIERKEGAARD, S El concepto de la angustia P 134

  • saltar. El salto" es la categora con la que se critica el mtodo con el que se llega a la

    cualidad mediante la cantidad". El salto no es un paso aproximativo, propio de un

    conocimiento histrico, sino el momento decisivo cualitativamente dialctico. Es la

    decisin que determina lo que es cristiano. La categora de salto", es la protesta ms

    determinante que se puede hacer contra el sistema hegeliano.

    Y as, la definicin de la verdad es una descripcin de la fe

    Ya otros filsofos haban iniciado el camino hacia la interioridad, hacia la vivencia ms

    profunda de la subjetividad (entre ellos San Agustn) y Kierkegaard, con las distancias del

    caso, lo ha continuado. A partir de ste ltimo, la filosofa deber redefinir sus

    presupuestos, alejndose de la ambicin de objetividad, entendida sta como el discurso

    que en su elaboracin desea permanecer ajeno a las vivencias.

    1 KIERKEGAAUD. S El concepto de la angustia P 135 Sin riesgo no existe la fe. La fe es precisamente la contradiccin entre la pasin infinita de la interioridad y la incertidumbre objetiva. Si fuera capaz de llegar a Dios objetivamente, entonces no creera; pero gracias a que no puedo, debo creer y si quiero conservarme en la fe, deber siempre procurar mantenerme en la incertidumbre objetiva, no perder de vista que me encuentro en la incertidumbre objetiva a 70.000 pies de profundidad y an as, creer.

  • Verdad y Poltica en Hannah Arendt

    Mara de los Angeles Cantero

    Desde que la poltica fue considerada como una practica relacionada al encuentro de

    los hombres en el mundo, la veracidad nunca ha sido colocada como una de sus virtudes

    mximas. As, verdad y poltica se pensaban como dos mbitos completamente

    diferentes. La verdad era asociada comnmente a lo trascendental y ordenado, y la

    poltica a lo contingente y conflictivo, configurndose como una herramienta que hecha

    mano a lo que aparece en el mundo practico para poder ordenar- el espacio en donde los

    hombres actan. En este sentido, siempre se vio a la mentira como una herramienta

    justificable para la actividad poltica y para aquellos que ejercan una responsabilidad a

    nivel estatal. Qu significa esta aparente irreconciliacin para el campo poltico? Est

    en la esencia misma de la verdad ser impotente y en la esencia del poder ser falaz?

    El propsito del presente trabajo ser recuperar la discusin arendtiana en tomo a la

    relacin y pertinencia entre verdad y poltica. Dicha relacin ser mirada desde el mbito

    propiamente poltico para poder junto a la autora intentar comprender porqu la verdad

    es poltica por naturaleza.

    Qu importancia tiene preguntarse acerca de la verdad en el mbito pblico? Qu

    aportes hace dicha relacin a la facultad de actuar y juzgar? Valorizar la verdad en lo

    poltico, construye una nueva actitud poltica para reconocer los hechos tal como

    aparecen? Qu clase de poder tiene la verdad si se presenta como impotente en el campo

    poltico que ms que ninguno garantiza la realidad de la existencia de seres humanos que

    nacen y mueren?1

    Se trata entonces de recuperar dicho binomio para poder comprender la potencialidad

    que para Arendt tiene el mbito de lo pblico.

    I

    En trminos histricos el conflicto entre verdad y poltica surgi de dos modos de vida

    diametralmente opuestos. La vida del filsofo y la vida del ciudadano. En este marco la

    anttesis de la verdad era asociada a la opinin y esta oposicin fue lo que dio al conflicto

    una intensidad poltica. *

    ARENDT Hannah, Verdad y poltica. Entre el pasado y el fiituro Pennsula, Barcelona, 1996

  • A las simples cambiantes opiniones ciudadanas acerca de los asuntos humanos, que a

    su vez estaban en un estado de flujo constante, el filsofo opuso la verdad acerca de las

    cosas que , por su propia naturaleza eran permanentes, y de los que por tanto se podan

    derivar los principios adecuados para estabilizar los asuntos humanos"2 3.

    Ante la presente distincin Arendt decide colocarse en aquel espacio en el cual los

    ciudadanos son protagonistas. Es decir, aquel lugar en el que en su obra La condicin

    humana llam vida activa.

    Este mbito activo en cual los hombres se encuentran, se define por una pluralidad que

    implica relacin con otros. As, la poltica se instala en este espacio y lejos de asimilarla a

    una mera herramienta, Arendt nos inserta en una nueva dimensin. La poltica es un tipo

    de accin y de relacin es decir, trata del estar junto a otros, junto a otros diversos. La

    poltica nace en el entre-los-hombres.

    En otras palabras, la poltica se configura como un espacio de accin y de aparicin el

    cual permite el surgimiento de la experiencia de realizacin autntica de lo ms humano

    del hombre: ser en compaa de otros. Por lo tanto, frente a la verdad filosfica que para

    nuestra autora refiere al hombre en su singularidad, y por lo tanto apoltica, pareciera

    entreverse otra posibilidad: que la verdad tenga un nexo en un espacio diverso y mltiple.

    Frente a lo necesario e inmutable, la vida activa es el lugar en dnde la libertad de

    accin entra juego. Ahora bien Cul sera el sentido de preguntamos acerca de la verdad

    en un espacio en donde prevalece la diversidad y la diferencia? Sera posible que en este

    mbito exista algn criterio de accin, de conocimiento y juicio que imprima permanencia

    y direccin en el mundo?

    En el texto Poltica y verdad de 1968, Arendt define a la verdad de una manera no

    convencional. Como una autora interesada en percibir las distinciones y las

    articulaciones, diferencia la verdad de razn de la verdad factual. Mientras que la primera

    est referida a principios generales, la segunda se relaciona con los hechos. La verdad

    factual entonces ser para Arendt aquella que presenta un nexo con la poltica, ya que es

    la que ms corresponde a la naturaleza de lo poltico: ya que los actos y acontecimientos

    -el producto invariable de los grupos de hombres que viven y actan juntos - constituyen

    la textura misma del campo poltico, est claro que lo que ms nos interesa aqu es la

    verdad factual3

    De esta manera, la verdad de hecho est siempre relacionada a otras personas: se

    refiere a acontecimientos y circunstancias en las que son muchos los implicados, se

    establece por testimonio directo y depende de declaraciones; slo existe cuando se habla

    de ella. En este sentido, no es slo un hecho, sino tambin la posibilidad de que alguien

    2 ARENDT Hannah, V erdad y poltica Entre el pasado y el fiituro, p 2453 ARENDT Hannah, Verdad y poltica, Entre el pasado y el fitturo Pennsula, Barcelona, 1996 p 234

  • testimonie lo que existe. "Ninguna permanencia, ninguna perseverancia en el existir,

    puede concebirse siquiera sin hombres deseosos de dar testimonio de lo que existe y se les

    muestra porque existe"4

    Aquella distancia, entre la especulacin abstracta y las opiniones aparentemente

    superfinas, comienzan a marcarse an ms, y la verdad en la propuesta arendtiana parece

    no estar distanciada de lo que los hombres construyen. En este sentido, la verdad no se

    opone a las opiniones,

    es poltica por naturaleza. Los hechos y las opiniones, aunque deben mantenerse

    separados, no son antagnicos entre si; pertenecen al mismo campo. Los hechos dan

    origen a las opiniones, y las opiniones, inspiradas por pasiones e intereses diversos,

    pueden diferenciarse ampliamente y ser legtimas mientras respeten una realidad factual.

    (...) La verdad factual configura al pensamiento poltico tal como la verdad de razn

    configura a la especulacin filosfica"5

    Tenemos entonces en el espacio poltico, el encuentro de hechos y de opiniones, y una

    aparente paradoja nos asalta: Por un lado la verdad factual es un hecho que se impone y

    por el otro este hecho por la misma fuerza que trae no puede ser discutido. El problema es

    que la verdad de hecho, como cualquier otra verdad, exige un reconocimiento perentorio

    y evita el debate y el debate es la esencia misma de la vida poltica.

    Esta polaridad entre reconocimiento perentorio e imposibilidad de debate frente a un

    hecho tal cual es, no implica irreconciliacin sino potencialidad del mbito poltico.

    Contrariamente a lo que podra afirmarse, las opiniones no contradicen la verdad sino

    que contribuyen a su reconocimiento. El sentido que tiene mirar a la verdad desde este

    punto, es la realidad misma. Lo que aqu se juega es la propia realidad comn y objetiva

    y este es el problema poltico de primer orden"6.

    II

    La diferenciacin de este tipo de verdades, las factuales y las de razn, la lleva a nuestra

    autora a diagnosticar un problema: "la vivencia de un tembloroso movimiento fluctuante

    de todo lo que sirve de base para nuestro sentido de la direccin y de la realidad est entre

    las experiencias ms comunes"7. Es, en otras palabras, el peligro de adaptar' las imgenes

    del propio relato a las circunstancias siempre cambiantes en la que los hombres actan.

    Cal es el riesgo de que ideas e imgenes independientes de la realidad sirvan como

    criterio de direccin en el mundo? La imposibilidad de que el hombre sea tal: un ser

    actuante y juzgante de lo que acontece. Por el contrario, la apelacin a normas

    trascendentales y objetivas y la posibilidad de manipular los hechos prefiguran en

    * Idem p 2405 Idem, p 2504 Idem p 2497 Idem p 271

  • potencia el aniquilamiento de la potencialidad de ejercer la facultad de juzgar y actuar en

    el vida pblica.

    Sin embargo, la verdad como aquello que no cambio, parece oponerse a la accin, que

    es lo que permite que ocurra algo nuevo todo el tiempo. En este sentido, el opuesto a la

    verdad es la mentira deliberada. Arendt, afirma de esta manera, que la mentira presenta

    una innegable afinidad con la accin y con el cambio del mundo.

    Nuestra habilidad para mentir es uno de los pocos datos evidentes y demostrables que

    confirman la libertad humana (...) podemos cambiar las circunstancias en que vivimos

    porque tenemos una relativa libertad respecto de ellas y de esta libertad se abusa y a ella

    se pervierte con la mendacidad *2

    Esto, Implica que corremos el riesgo de ser engaados todo el tiempo?

    El mximo peligro de la posibilidad de sustitucin de lo real, da la posibilidad de

    olvido y destruccin, prdida de orientacin y sentido en el mundo que habitamos.

    El resultado de una consistente total sustitucin de las mentiras por la verdad de

    hecho no es que las mentiras vayan a ser aceptadas en adelante como verdad, y la verdad

    se difame como una mentira, sino que el sentido por el que establecemos nuestro rumbo

    en el mundo real -y la categora de verdad contra falsedad est entre los medios mentales

    para conseguir ese fin - queda destruido8 9

    Con todo lo dicho, Arendt nos muestra que para la vida junto a otros, es necesario una

    estabilidad, antes que nada de significado.

    As las imgenes siempre se pueden explicar y hacer admisibles -lo que les da una

    ventaja momentnea respecto de la verdad factual- pero nunca pueden competir en

    estabilidad con lo que simplemente es porque resulta que es as y no de otro modo. La

    mentira coherente nos roba el suelo de debajo de nuestros pies y no nos pone otro para

    pisar"10 11

    Conclusin.

    Observar esta nueva dimensin de la verdad, no es ms que descubrir la otra cara del

    carcter contingente de la realidad objetiva. Por una lado la posibilidad de que algo nuevo

    acontezca, por el otro, la terquedad y firmeza de lo que acontece. El signo ms seguro del

    carcter factual de los hechos y acontecimientos es precisamente esa tozuda presencia,

    cuya contingencia inherente desafa, por ltimo, todos los intentos de una explicacin

    conclusiva. Los hechos se afirman por su terquedad y su ndole frgil se suma,

    extraamente, a su gran resistencia, la misma irreversibilidad que es el sello de toda

    accin humana11.

    8 Idem p 2639 Idem p 27010 Idem p 27111 Idem

  • Se podr adaptar imgenes y relatos a las circunstancias cambiantes, pero el precio

    ser la imposibilidad de apoyarse en algunas de sus construcciones. Intentar conseguir un

    sustituto adecuado de lo real y lo factual, transforman los hechos y acontecimientos en

    esa potencialidad de la que surgieron en un primer momento, es un salto al vaco. "Ni el

    pasado -y toda verdad factual, por supuesto, se refiere al pasado- ni el presente, en la

    medida en que es una consecuencia del pasado, estn abiertos a la accin; slo el futuro lo

    est" 12 . Si el pasado y el presente se tratan como partes del futuro, es decir, se vuelven a

    su antiguo estado de potencialidad- se elimina del campo poltico su fuerza estabilizadora

    principal y el punto de partida del cambio que permite que algo nuevo comience siempre.

    En otras palabras, la eliminacin de los hechos tal cual aparecen inicia un constante

    moverse y revolverse en una esterilidad total.

    De la aceptacin de las cosas tal como son. nace la facultad de juzgar. Mirar los hechos

    a la cara, son el primer elemento que permite a los hombres distinguir lo bueno y lo malo,

    lo bello y lo feo.

    Lo que Arendt intenta mostrarnos es que esta grandeza del espacio pblico, tiene su

    lmite, no abarca toda la existencia, est limitada por las cosas que los hombres no pueden

    cambiar segn su voluntad, y slo si se respeta sus propias fronteras, ese campo donde

    tenemos libertad para actuar y cambiar podr permanecer intacto, a la vez que conservar

    su integridad y mantendr sus promesas, en trminos conceptuales podemos llamar

    verdad, a lo que no podemos cambiar, en trminos metafricos es el espacio en el que

    estamos y el cielo que se extiende sobre nuestras cabezas.

    En este sentido, la actitud poltica corre dos riesgos, recorre senda la que hay entre el

    peligro de considerarlos como resultado de algn desarrollo necesario que los hombres no

    pueden evitar -y por tanto no pueden hacer nada respecto de ellos- y el peligro de

    ignorarlos, de tratar de manipularlos y borrarlos del mundo.13

    Mirar a la verdad desde la poltica, nos permite comprender an ms la complejidad y

    vrtigo de afirmar que la vida activa es el lugar del acontecimiento. Por una lado

    observamos la grandeza de este espacio, le verdadero contenido de la vida poltica, "de la

    alegra y la gratificacin que nacen de estar en compaa de nuestros iguales, de actuar en

    conjunto y aparecer en pblico14, por el otro lado observamos su lmite, el reconocer que

    esta esfera es finita, y que no abarca la totalidad de la existencia del hombre y del mundo.

    12 Idem p 27213 Idem14 Idem p 277

  • La efectividad de lo invisible. Verdad como verificacin y efectividad de lo inter-humano, a partir de Rosenzweig y Levinas.

    Mariana Leconte IICHI, CONICET

    1. Introduccin

    Nuestra pretensin en esta exposicin es presentar la significacin de la historia en el

    contexto de la nueva racionalidad representada por Franz Rosenzweig y Emmanuel Levinas.

    Paia ello, desarrollaremos de modo panormico algunos aspectos de la obra de estos autores

    que consideramos determinantes de su concepcin de la historia, y ofreceremos, finalmente,

    nuestra interpretacin de lo que constituye la novedad y la fuerza interpelante de esta

    concepcin.

    Diremos, anticipadamente, que en ambos la historia es comprendida paradjicamente:

    esto es, a la vez, en su inherente impulso totalizador que traiciona, objetivndola, la

    irreductibilidad de la singularidad y la alteridad; y en su susceptibilidad a ser abierta,

    juzgada por aquello que la trasciende, en tanto no es ella el reducto ltimo del sentido, es

    decir, no es su juicio el nico juicio ni su razn la significacin capaz de dar cuenta de toda

    significacin.

    De este modo, tanto en la formulacin de ndole ms teolgico-filosfica de Rosenzweig

    como en la ms estrictamente filosfica de Levinas aparece quebrada la inmanencia de la

    lgica histrica en la afirmacin de su carcter segundo respecto de una significancia pre

    originaria: la de la Revelacin en Rosenzweig, la del rostro en Levinas. Consideremos ahora

    estas formulaciones por separado.

    2. La historia como temporalizacin de las relaciones de trascendencia.

    (Rosenzweig)

    La concepcin de la historia de Rosenzweig se comprende desde su oposicin a la idea

    hegeliana de la historia como auto-exposicin del Espritu absoluto a travs de sus diferentes

    manifestaciones.

    Para Rosenzweig, la idea hegeliana de la historia presupone en su origen y en su finalidad

    una totalidad construida por el pensar: el Espritu que slo necesita del tiempo para

  • desplegarse e ir determinndose en sus manifestaciones. La Diferencia no sera, en su

    movimiento dialctico, sino la ocasin del despliegue de lo Mismo. Al interior de este

    despliegue, los sujetos singulares slo cuentan por su inclusin en la dinmica totalizadora

    del Espritu, a quien sacrifican su ms ntima singularidad en pos de la prometedora

    universalidad determinada. La historia hegeliana se identifica a s misma con la razn y se

    erige as en tribunal de las singularidades.

    Esta lgica se le presenta a Rosenzweig como una lgica ideolgica cuya consecuencia

    extrema es la violencia.

    Frente a esta visin, son tres los puntos de la obra de Rosenzweig que nos parecen clave

    en orden a comprender su concepcin de la historia: a) la ruptura de la totalidad y la

    afirmacin de la irreductibilidad de Dios, Hombre y Mundo, b) la Revelacin como ingreso a

    una relacin de lenguaje o trascendencia, c) la apertura al futuro infinito de la Redencin.

    a) En primer lugar, Rosenzweig introduce su obra magna La Estrella de la Redencin con

    la presentacin de la situacin ante la cual el pensar es obligado a deponer su pretensin de

    totalizacin: la muerte que cada uno muere, irreductiblemente, por su cuenta.

    En efecto, para Rosenzweig, la pretensin de construir y abarcar el Todo se alza para el

    pensar f ente a la angustia por la muerte como un intento de negarla, de reducirla a nada, de

    ocultar su patencia prestndole inteligibilidad. En el Todo, la muerte se diluye pues el Todo

    no muere y la muerte de las partes del Todo no es significativa pues hace a la vida del Todo

    que, de este modo, las perpeta. Sin embargo, al hombre real y singular su muerte no se le

    presenta como nada, sino como algo inexorable e insuprimible". Su aguijn inexpugnable le

    revela, entonces, la mentira de la Totalidad.

    Negando la muerte, el pensamiento del Todo crea sostenerse en la ausencia de supuestos

    y olvidaba, de este modo, el gran supuesto que lo constitua: el de la unidad total de ser y

    pensar. Como unidad total reduca a nada no slo a la muerte sino a toda realidad que se

    pretendiera otra que l, a toda alteridad. Ante la patencia de su muerte, sin embargo, el

    hombre es despertado de su sueo dogmtico, de su pretensin de un saber sin supuestos y

    de la ilusin de inmortalidad conseguida en el refugio del pensar omniconstituyente. Al

    estallar la pretensin de la totalidad en el yo despertado a su singularidad irreductible, se

    hacen patentes, concomitantemente, la irreductibilidad de Dios y mundo, otrora

    amalgamados en totalidades en algunas ocasiones teolgicas, en otras cosmolgicas o quizs

    ticas.

    En el punto de partida no hay, pues, una totalidad sino slo sus elementos irreductibles:

    Dios, hombre y mundo.

    b) En segundo lugar, el pensar recin en su condicin de despertado de su pretensin de

    totalidad se abre a la posibilidad de recibir una revelacin, se abre a la posibilidad de

    relacin con lo exterior a s, esto es, a la posibilidad del lenguaje. En el tomo II de La

    Estrella planteara de este modo Rosenzweig el ingreso del pensar en el acaecimiento

    efectivo -no producido por l- de la realidad.

    El abrirse del pensar al acaecimiento de la realidad efectiva de Dios, hombre y mundo en

  • sus relaciones se da en el lenguaje realmente habladoY el lenguaje es,

    fundamentalmente, relacin de trascendencia, relacin con otro. Es decir, esta apertura no

    es nuevamente una operacin del pensamiento sino algo que acontece al pensar desde fuera

    de s y lo saca de su encierro, del cual no puede salir por s mismo.

    Esta primera apertura acontece para Rosenzweig en la Revelacin. La Revelacin es el

    acontecimiento de apertura de Dios al hombre, acontecimiento que no revela otra cosa sino a

    Dios mismo en su amor al hombre. La experiencia del ser amado, el padecimiento del amor

    de Dios, por su parte, abre al s mismo de su encierro y lo vuelve capaz de hablar y de

    comenzar algo consigo mismo. Sin embar go, en la Revelacin de Dios al hombre, el s mismo

    experimenta, al mismo tiempo, el mandato de amar y de responder al amor divino

    trascendiendo la intimidad del ser amado y siendo elocuente en el mundo, es decir, amando

    a su prjimo. El hombre es despertado a su palabra y libertad como palabra y libertad

    propias, a partir de una experiencia de trascendencia y de un llamado a una tarea que lo

    singulariza. En el amor divino, el hombre experimenta que puede ser ms que su s mismo

    cenado en s, que puede ser ms all de s. El ingreso del sujeto en la historia visible

    proviene, de este modo, del mandato divino que remite al yo a su prjimo. Sin embargo, este

    mandato no determina la accin del hombre. Es, antes bien, un llamado, al cual el hombre

    responder desde su libertad.

    c) De este modo, por ltimo, en el tiempo de la Revelacin, de la relacin del hombre con

    Dios que lo abre al mundo, se inserta ya un nuevo tiempo: el futuro abierto de la Redencin.

    El amor de Dios remite al hombre al amor al prjimo. El prjimo, en cuanto es cualquier

    otro, el "primero que llega, el que en el instante de amar est all, es representante del

    mundo. El mundo es el destinatario de la respuesta del hombre al amor divino. Otra vez, se

    trata de un xtasis, de una relacin que abre la relacin anterior a su trascendencia.

    El mundo tienta la accin del hombre en tanto est all como mundo inacabado. Debe

    devenir Reino, pero an no lo es. La eternidad de Dios y la finitud de la temporalidad

    encuentran su medio en el actuar del hombre, que tiene que realizar la palabra eterna de

    Dios en su dimensin temporal y mundana1. Slo a travs del hombre, de su actuar efectivo

    en el mundo, puede ste ser vitalizado o devenir eterno -en expresin de Rosenzweig.

    La vivificacin que transforma el mundo es aquella que convierte la pluralidad de

    fenmenos del mundo -cosas, hombres, instituciones- en una comunidad de amor en que

    cada cual vive para que los otros tengan vida. El crecimiento del mundo, aunque necesario,

    no est determinado de antemano, no sigue ley natura] ni artificial alguna: se da cada vez

    que un instante deviene eterno, y esto sucede cuando recae sobre l el acto de amor. El

    futuro de la Redencin no es, de este modo, un an no ahora, no es la prolongacin del

    presente en el maana, difiere de la certeza del progreso indefinido, que slo debe aguardar

    que llegue lo que, en el continuum de su linealidad y su paulatino crecimiento cualitativo,

    1 ALBERTINI, Franceses, Historia, redencin y mesianismo en Franz Rosenzweig y Walter Benjamn, Acerca de una interpretacin .poltica de La Estrella de la Redencin", en ROSENZWEIG, Franz, El nuevo pensamiento, tr Angel Garrido Maturano, Buenos Aires, Ed Adriana Hidalgo, 2005, pp 127-162

  • alguna vez llegar. El futuro de la Redencin es la eternizacin del tiempo, "...un maana

    que podra tambin ser hoy". Pero un futuro abierto y arrojado a la paciencia actuante del

    hombre.

    El acto de amor anticipa el Reino en tanto hace del instante en que recae un instante

    eterno, es decir, un instante "que puede ser el ltimo, que busca forzar la venida del Mesas.

    En esta anticipacin, el tiempo lineal del progreso indefinido se quiebra y el instante deja de

    ser "algo que se va perpetuamente arrastrando por la larga carretera del tiempo"2, y se abre a

    la espera de la novedad abierta del autntico futuro. Se abre a la espera del Reino que viene.

    Pero el Reino "est siempre viniendo". Nada puede asegurar al acto ser el ltimo. La

    finalidad de la espera no puede determinarse ni asegurarse. Futuro y espera paciente son, de

    este modo, las modalidades de la Redencin del mundo.

    Pero espera que slo puede comprenderse como paciencia actuante". No se trata de una

    espera pasiva, sino de una espera que realiza ya hoy las condiciones para la llegada del

    Reino, amando efectivamente. Y, sin embargo, en tanto el acto de amor de este actuar no

    tiene su origen en s mismo -puesto que ha sido impulsado desde la experiencia del ser

    amado- ni se identifica con una accin ideolgicamente determinada u ordenada segn

    esquemas, sino que va a la aventura", esta espera es espera desinteresada cuya esperanza no

    puede ser calculada ni determinada a voluntad.

    En el libro III del II tomo, Rosenzweig establece claramente, por otra parte, que la

    eternizacin del mundo no puede ser la obra de un nico individuo, sino que resulta del

    "canto comn de la comunidad", que se constituye, sin embargo, a partir del dual del yo y su

    prjimo. Para que la paciencia efectivamente sea actuante es necesario, entonces, que no

    slo el individuo particular sino la comunidad entera obren por la vivificacin de todo otro y

    anticipen el Reino. Y la comunidad no ha de orar por su propio destino sino por lo eterno

    que ya puede ser tambin hoy. Que esto an no sea realidad, testimonia que el Reino est

    viniendo pero es futuro y futuro es siempre". La consumacin de la Redencin no es algo

    que acaezca en el tiempo. La paciencia actuante de la comunidad es, de este modo, un punto

    intermedio entre el tiempo de la historia aconteciente y el ms all del tiempo de la

    Redencin.

    Resumiendo, la historia en Rosenzweig, como historia aconteciente de las relaciones de

    trascendencia entre Dios, hombre y mundo, no presupone una totalidad ni en su origen ni en

    su finalidad: en su origen porque no presupone un ser o sentido puesto por el pensar -razn,

    Espritu, materia, etc. - cuyo despliegue ella se encargara de realizar: el sentido de la

    historia no se origina en el sujeto pensante; en su finalidad porque tampoco apunta a una

    totalidad alcanzable paso a paso en una lnea de continuidad y progreso ininterrumpida. El

    origen del sentido es el lenguaje, la relacin efectivamente acaeciente de apertura a lo otro.

    Esta relacin mantiene abierta la historia a la paciencia, a la espera desinteresada. La

    historia es historia de libertades, pero de libertades que no tienen su origen en s mismas y,

    3 ROSENZWEIG, Franz, La Estrella de la Redencin, tr Miguel Garca Bar, Salamanca, Sgueme, 1997, p 276

  • por tanto, pueden ser juzgadas. Libertades abiertas desde lo otro que s. Y abiertas en un

    movimiento de infinicin que impide toda cerrazn de los trminos en relacin en una nueva

    totalidad.

    3* Historia y anarqua. (Levinas)

    Desde nuestra perspectiva, consideramos que es posible realizar una lectura de la nocin

    levinasiana de la lnstoiia como resignificacin fenomenolgica de las significaciones abiertas

    en la filosofa teolgica de Rosenzweig. Por ello, reiteraremos en este pargrafo, la

    descripcin de los tres puntos que consideramos clave en el anterior, aunque abordndolos

    ahora desde la perspectiva levinasiana:

    1. En primer lugar, la crtica de la totalidad. Tanto para Rosenzweig como para

    Levinas, la detenninacin conceptual del ser como totalidad se construye sobre la base de la

    reduccin. En Rosenzweig, se trataba de la reduccin de Dios-hombre y mundo a uno solo de

    ellos. En Levinas, se trata de la reduccin del yo y el otro a un neutro impersonal, la

    reduccin de su diferencia a la neutralidad del gnero hombre o al constructo objetivo

    producto del pensar constituyente: ser, historia, naturaleza, Espritu, etc. En su versin ms

    acabada, el reduccionismo del concepto de totalidad, para Levinas, determina a los

    individuos como "meros portadores de fuerzas que los dirigen a sus espaldas", fuerzas y

    finalidades que les prestan un sentido y les prometen alcanzar su identidad al final del

    proceso, con el ltimo acto de la historia. A este objetivismo de la totalidad, opone Levinas la

    afirmacin de la positividad de la subjetividad y la alteridad en su separacin. Los individuos

    singulares son irreductibles al orden objetivo, poseen una identidad antes de la consumacin

    de la historia, y en esto, son sujetos interpelables en su plena responsabilidad.

    Para Levinas ser tambin la interpelacin de la muerte el acontecimiento que operar la

    salida del reduccionismo de la totalidad. Pero no de mi muerte, sino de la mortalidad del

    otro en la expresin de su rostro. El quiebre de la totalidad y, consecuentemente, el

    descubrimiento de mi propia vida en su irreductibilidad acaece por la interpelacin del otro

    en su alteridad igualmente irreductible y significa, de este modo, el descubrimiento de la