Seminario 11
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El cuerpo humano está constituido por varios
y diferentes sistemas como:
• Sistema nervioso: cerebro y nervios
• Sistema endocrino: hormonas
Las células del sistema nervioso llamadas
neuronas, son el único medio de
comunicarnos con Dios y El con nosotros.
“Con la mente servimos al Señor”.
Las neuronas son responsables de coordinar y
regular todas las funciones corporales.
El sistema nervioso está compuesto por:
• Sistema Nervioso Central: recibe, analiza e integra
informaciones. Es el lugar donde se realiza la toma
de decisiones y el envío de órdenes.
• Sistema Nervioso Periférico: acarrea informaciones
de los órganos de los sentidos (audición, visión,
olfato, tacto y paladar) hacia el Sistema Nervioso
Central y éste envía órdenes para que las glándulas y
los músculos actúen (órganos reflectores).
El Sistema Nervioso Periférico contiene nervios
somáticos y autónomos.
¿Cuál es el Sistema Autónomo?
Es aquel que no controlamos (sudor, escalofríos,
respiración, latidos, funcionamiento del
estómago, intestinos y otros).
Este sistema se divide en:
• Simpático
• Parasimpático
Las acciones de estos dos sistemas son antagónicos (contrarios). Uno corrige los
excesos o las faltas del otro simultáneamente. Es el Sistema Nervioso Autónomo el que mantiene el equilibrio de todo nuestro
organismo.
Funciones:
• Sistema Nervioso Periférico Autónomo Simpático: es responsable de estimular las acciones que movilizan la energía (efectos de alerta), permitiendo al organismo responder a situaciones de presión y estrés. Es él quien nos da la capacidad para reaccionar.
Sistema Nervioso Periférico Autónomo Parasimpático: es responsable de estimular principalmente, las actividades relajantes.
Efectos de Alerta
(Estrés)
Efectos
Calmantes
Sistema
Nervioso
Central
Sistema Nervioso Simpático
Alerta emocional
Reacción de lucha o escape
Alegría, rabia, miedo, ansiedad,
etc.
Sistema Nervioso Parasimpático
Tranquilidad
Reacción de relax e insensibilidad
Calma, sensación de bienestar, etc.
Sufrimos presiones a cada momento y éstas son
llevadas a nuestro Sistema Nervioso Central.
Cuando el Sistema Nervioso Simpático funciona
en pleno, carga una serie de hormonas que son
activadas y llevadas por la sangre para actuar en
cada órgano, tejido y célula del cuerpo,
poniéndonos en condiciones de enfrentar y
reaccionar a la situación (o presión).
Cuando pasamos por momentos de estrés
gastamos mucha energía. Si ese proceso
demora y es continuo, podemos sufrir
una serie de consecuencias para la salud
física, mental, social y espiritual.
EJEMPLOS:
• Disturbios cardiovasculares;
• Hipertensión arterial;
• Palpitación;
• Problemas renales;
• Variación de los niveles de azúcar, colesterol y triglicéridos en la sangre;
• Cansancio;
• Pérdida o acumulación de peso;
• Agotamiento físico;
• Problemas al estómago, perturbaciones digestivas y muchos otros;
• Así, no podemos adorar a Dios en espíritu y en verdad.
En esas condiciones, ¿cómo podemos presentar
nuestro cuerpo a Dios en “sacrificio vivo,
santo y agradable”? ¿Cómo podemos prestar
a Dios un “culto racional”?
El enemigo nos quiere mantener ocupados, por
eso muchas veces decimos que no tenemos
tiempo para nada.
Cuando el Sistema Nervioso Autónomo
Simpático permanece activo todo el tiempo,
gastamos tanta energía que quedamos
debilitados, desgastados y enfermos.
RECUERDE:
El parasimpático es el que llevará al organismo
a recomponerse y a recobrarse del desgaste
sufrido por el simpático.
Es necesario desactivar el Simpático y ofrecer el
tiempo necesario y suficiente para que el
Parasimpático actúe con sus buenas
hormonas, con acciones de reposición,
relajamiento y analgesia (alivio del dolor).
¿Cómo activar el Sistema Nervioso
Parasimpático?
La meditación hecha en forma de oración,
reflexión y estudio de la Biblia es uno de los
caminos para activarlo.
El gran secreto para una vida plena y eficaz es
meditar buscando a Dios en las primeras
horas de cada mañana. Además, es
importante repetir este momento de
trascendencia varias veces durante el día.
Jesucristo hacía así. Al amanecer y al finalizar el
día se retiraba a solas para meditar y orar al
Padre.
Actuando de esa forma el Sistema Nervioso
Simpático es desactivado, pasando a actuar el
Parasimpático sobre nuestro cuerpo, trayendo
el equilibrio y la paz.
“Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de
mi corazón” (Jer. 15:16).
La Sra. Ellen G. White nos aconseja:
La meditación, al menos por 20 minutos, ya
hace una gran diferencia en nuestra vida y en
nuestra salud.
LA RECOMENDACIÓN ES:
Cuando el día no parece tener fin y nos sentimos incapaces de continuar, pare y
medite. Deje actuar al Parasimpático.
Es en el silencio del alma que oímos la voz de nuestro Padre Celestial, que nos orienta y nos lleva por los mejores caminos, y nos concede
paz aún en medio de las tempestades.
El sueño también desactiva el Sistema Nervioso
Simpático casi por completo.
Por eso, ¡ATENCIÓN!
Dormir bien y a la hora adecuada es una de las medicinas maravillosas dadas por Dios.
Es importante saber también que la meditación
al final del día, cuando vamos a dormir, sirve
para desconectar el Simpático y permitir que
el Parasimpático sea utilizado por Dios en la
recuperación de sus energías y en su
fortalecimiento durante las horas de reposo y
sueño.