A LAS ANTECESORASLa vida de Muestra y La Lupe

EL TEATRO DE LA CALLEJorge Acua, mimo.

FAEL 2014Un ao ms de teatro

Pest e

como la peste, es una crisis que se resuelve con la muerte o la curacin. Y la peste es un mal superior porque es una crisis total, que solo se termi-na con la muerte o la purificacin extrema. Asimismo el teatro es un mal, pues es el equilibrio supremo que no se alcanza sin destruccin. Invita al espritu a un delirio que desde un punto de vista hummano la accin del teatro, como la peste, es beneficiosa, pues hace caer la mscara, descubre la mentira, la debilidad, la bajesa, la hipocresa del mundo, sa-cude la inercia asfixiante de la materia que invade hasta los testimonios ms claros de los sentidos; y revelando a las comunidades su oscuro poder, su fuerza oculta, las invita a tomar, frente al destino, una acti-tud heroica y superior, que nunca hubieran alcanzado de otra manera. Y el probela que ahora se plantea es saber si en este mundo que cae, que se suicida sun saberlo, se encontrar un ncleo de hombres capaces de impo-ner esta nocin superior del teatro, hombres que restaurarn para todos no-sotros el equivalente natural y mgica de los dogmas en que ya no creemos.

Artaud, A. (1978) El teatro y su doble. Barcelona: Edhasa. pg 36.

El teatro,

www.lapeste_revista.wordpress.pelapeste.revista@gmail.com2009784 - 2377976

Cntctanos:

2La peste

NDICE

FAEL 2014Un ao ms de teatro

EL TEATRO Y SU DOBLEVigencia del libro de Antonin Artaud

A LAS ANTECESORASLa vida de Muestra y La Lupe

EL TEATRO DE LA CALLEJorge Acua, mimo.

Crtica y Cartelera

3 La peste

4La peste

l 6 de Junio de 1909 sala a la luz una revista dedi-cada a la difusin teatral

a travs de grficos y texto. Par-te del editorial de aquel primer nmero es hasta hoy vigente:

En poca azs, azaroza apa-recemos en la esfera delperio-dismo; en poca de horrible crisis, por la que atraviesa el pas motivada por el mocimien-to subversivo del 29 de Mayo.Es muy difcil comprender que no vamos a alcanzar grandes, ni siquiera medianas ganancias, no es ambicin al lucro lo que nos hace sacar a luz esta revis-ta. No, es ms bien, carioso lector, algo as como un amor nico del poeta, del escritor, y que solo se alberga en las almas grnades, y no adelantes juicios, que suelen presentarse mu-chas veces bajo ropaje humil-de: pequeas grandes almas.

[...]Nuestra misin, como la de todo semanario ilustrado, es representar en las blancas carillas de papel las comedias de la vida, pero con fotogra-bados y dibujos en el texto.He aqu nuestra mi-sin y la cumpliremos.La venida de esta nueva publi-cacin, no marca nada de nue-vo, sino que, uno ms al lado de varios menos, que desapare-cen, su deber es reemplazarlos.

Es as como Pierrot, con no ms de seis pginas inici su corta vida dentro de las publicaciones culturales de la poca. Como esta siguie-ron muchas como las que la antecedieron. Y es hablando de este semanario de ini-cios de siglo que llegamos a las propias de estos das.

En cuanto a revistas cultura-les, son tan variadas como la definicin de cultura se los permite. Sin embargo, nos centraremos en auellas que opten por la difusin teatral. El campo no es tan amplio, ya que las revistas especia-lizadas en artes scenicas son contadas; el que logren publicar ms de diez nme-ros es considerado heroico.Esta ltima sentencia la respalda Sara Joffr, dra-maturga y editora de la di-funta revista Muestra, de quien tambin hablaremos.

Alguien dijo en son de broma en alguna ocasin, recuerda Carlos Vargas Salgado, humanista y lite-rato: en el Per no exis-te Instito de teatro; existe Sara Joffr. Y no en vano se gano este apelativo.Adems de su trabajo como difusora del teatro infantil y de Bretch en el Per, por-

ERevis tas de tea tro en el Per

Bitcora de viaje

5 La peste

mueve el acercamiento al teatro propio, invita a los dramatugos a mostrar su obra. Es en congruen-cia a este imperativo que titul as a la revista

que fund: Muestra.

Duran-te 14 aos y 23

nmeros, a u n q u e

de forma irregular, M u e s t r a

c o n t r i b u -y a la di-fusin de

nuevas obras dramticas de pro-cedencia nacional. Sin embargo, ese 23avo ejemplar se-ra el ltimo, lec-tores y colabora-dores volevran a encontrarse me-ses despes jun-to con Sara, pero en un velorio, el de la revista.

Entre los asistentes al ve-lorio e invitados a refe-rir algunas palabras al respecto, se entontraba

Juan Carlos Adrianzn, co-editor de la revista La Lupe, especializada tambin en las artes es-cnicas, danza y teatro.Adrianzn mencion, entre otros, que poda

anunciar la llegada del tan espe-rado nmero 6 de la revista, pero que prefera no hacer especula-ciones respecto a los siguiente s

Fue precisamente en su velo-rio (el de la revista), que Sara

El pasado 19 de noviembre un nuevo nmero de La Lupe sali a la luz. No obstante, la fecha de emisin y la cantidad del ti-raje no deben pasarse por alto. En primer lugar, La Lupe sa-li con un retraso de un mes y medio. Juan Carlos Adrian-zn ya lo haba anunciado. Y en segundo lugar, esta lti-ma edicin cont nicamente con cinco mil ejemplares, 50% menos que el tiraje habitual.

PALOMINO DOMINGUEZ, Tania. Estu-diante de Comunicacin Social en la Uni-versidad Nacional Mayor de San Marcos.