LECTIO DIVINA Mayo 2013

LLEECCTTIIOO DDIIVVIINNAA

MMaayyoo 22001133

Arzobispado de Santiago Vicaría Zona Oeste

2 | L e c t i o D i v i n a - M a y o

PRESENTACIÓN La alegría del tiempo pascual nos conduce a una triada, Ascensión del Señor, Pentecostés y Santísima Trinidad, que tiene en su centro el despliegue de la misión de la Iglesia. Con la Ascensión culmina el tiempo de las apariciones del resucitado, ahora les toca a los discípulos cumplir su misión. Se entremezclan el gozo y la inquietud, la contemplación del triunfo definitivo con el movimiento misionero. No es tiempo de quedarse parados mirando al cielo. En Pentecostés el Espíritu Santo es por cierto el gran protagonista, pero su presencia sorprendente lejos de opacar a la Iglesia la moviliza y la constituye. No vemos al Espíritu, sino sus manifestaciones en la comunidad de los creyentes. La solemnidad de la Santísima Trinidad, con la cual la liturgia vuelve al tiempo ordinario, nos propone la síntesis del misterio de Dios tal como se nos ha revelado no para quedarnos estáticos en su contemplación sino para que entremos en su dinamismo que todo lo envuelve. La confesión de la fe trinitaria expresa el mensaje que la Iglesia ha recibido y que está llamada a comunicar por doquier hasta el fin de la historia. Desde Aparecida la Iglesia latinoamericana nos ha empujado a recuperar la identidad misionera; no hay auténtico discipulado sino se expresa en la misión, como tampoco puede haber verdadero misionero sino permanece en la actitud del discípulo que sigue fielmente las huellas del maestro. El Papa Francisco parece tener en las venas esta urgencia pastoral. A los sacerdotes les pide que sean “Pastores con olor a ovejas”. Manifiesta que prefiere mucho más una Iglesia que corra riesgos, que se pueda accidentar por estar en la calle antes que una Iglesia prudente y cautelosa, pero enferma por estar ensimismada en la asfixia de su encierro. Lo propio de la Iglesia es la aventura de la misión, y el alma que la impulsa es el fuego del Espíritu Santo. Que el encuentro con La Palabra despierte en cada uno el fuego de la misión. Dios les bendiga.

Pbro. Galo Fernández Vicario Zona Oeste


PENTECOSTÉS EN EL AÑO DE LA FE

Hace unos días atrás, hemos vivido la maravillosa experiencia de la Pascua, donde hemos experimentado a un Jesús Resucitado que, por amor a la humanidad, triunfó sobre la muerte. Venció el pecado, se quedó para siempre en nuestros corazones y por ende en nuestras comunidades. A lo largo de este tiempo, nuestra FE se ve fortalecida con las diferentes apariciones de Jesús, tenemos la certeza y la alegría de que Él está vivo: por tanto, hoy vivimos nuestra Pascua con renovada esperanza, como preparación al gran acontecimiento de Pentecostés. La solemnidad de Pentecostés es la gran fiesta del Espíritu Santo, es un Don de Jesús resucitado como presencia de Dios en la historia después del tiempo pascual. El Espíritu Santo es un DON para la Iglesia: ya estaba presente en el inicio de la vida pública de Jesús y, en el inicio de la actividad misionera de la Iglesia, es el que distribuye generosamente sus dones para el bien común, es portador del don de la paz, mensajero del perdón y del amor del Señor. La venida de Pentecostés hizo que los apóstoles perdieran el miedo y se lanzaran a anunciar la Buena Noticia que era el Reino de Dios. De igual forma nosotros nos sentiremos fortalecidos en nuestros miedos y temores, si disponemos nuestro corazón para mantenernos en Oración: así recibiremos el Espíritu Santo, para ser guiados por el don que proporciona a cada persona para emprender una misión. Él nos convertirá en discípulos de Jesús, en evangelizadores del Reino. Nuestra mayor alegría es saber y sentir que Jesús que es AMOR vive y vivirá por siempre en nuestros corazones.

4 | L e c t i o D i v i n a - M a y o 1.- ¿Cómo vive un Cristiano que se deja guiar por el Espíritu Santo,

en el año de la FE? En este tiempo especial y en el contexto del año de la fe, se nos invita a través de la Palabra a vivir este don de la fe como un momento de gracia y de esfuerzo para una plena conversión a Dios. San Pablo nos recuerda nuestra dignidad de hijos de Dios y afirma que: “Son los hijos de Dios los que se dejan guiar por Espíritu de Dios” (Rm 8,14). Es decir, la identidad de hijo de Dios de un cristiano tiene que ver con la pertenencia a Dios y la predestinación de “ser conforme a la imagen de su Hijo”, (Rm 8, 29). Esta realidad se manifiesta en cada actitud y acción realizada por la persona creyente que vive una vida nueva, vida según el Espíritu. El Espíritu Santo, tercera Persona de la Santísima Trinidad, lo recibimos en el Bautismo como regalo de Cristo. Es el que enseña, guía y mueve todo desde dentro para “amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas y amar a los hermanos como él nos amó”. (Jn13, 24). 2.- En este año de la Fe, estoy llamado a conocer, amar y dejarme

guiar por el Espíritu Santo. Para crecer en la fe, San Pablo advierte que es importante estar atentos para discernir “cuál es la voluntad de Dios, qué es lo que le agrada a Dios” (Rm,12, 2). Por tanto, un creyente que se deja guiar por el Espíritu de Dios está atento a su voluntad, sabe reconocer la voz de Dios en lo cotidiano y sencillo. Está dispuesto a hacer realidad su proyecto, es decir, crece en la fe y “la fe crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo” (Benedicto XVI). Hoy los cristianos no podemos evangelizar solo con las palabras: surge la necesidad de anunciar con la vida y obras que Cristo resucitó, venció la muerte y por obra del Espíritu Santo nos libera de la muerte de nuestro ser más profundo y nos ofrece la vida eterna.

5 | L e c t i o D i v i n a - M a y o Para vivir más intensamente esta experiencia de fe, es importante vivir con mayor intensidad una oración que permita el encuentro personal con Jesús Resucitado. También conviene frecuentar los sacramentos, especialmente la Eucaristía y Reconciliación. Corresponde interiorizar algunos documentos propios para ayudarnos a comprender mejor nuestra propia fe y vivirla con mayor entusiasmo y esperanza: Porta fidei (la puerta de la fe), el Catecismo de la Iglesia Católica.

Pueden ayudarnos las siguientes preguntas: ¿Cuáles serían los signos distintivos de una persona que se deja guiar por el Espíritu Santo? ¿Me dejo guiar por el Espíritu Santo en las acciones de cada día? 3.- Un nuevo Pentecostés. Este año de la fe que transitamos es también la oportunidad que Dios nos regala para crecer y madurar en el encuentro con la persona de Jesús, que se hace visible y presente en el corazón de nuestra Iglesia, con rostro humano. La Iglesia, por tanto, desde el principio, es el lugar de la vivencia de la fe y de su transmisión. En este tiempo en el que esperamos Pentecostés, es preciso volver con alegría al estilo de vida cristiana, de las primeras comunidades. El Espíritu Santo nos invita a vivir la comunión no sólo como don, sino como respuesta y compromiso de cada uno de nosotros con nuestros hermanos, de manera que no sólo participemos del misterio del amor de Dios a través del Espíritu Santo, sino que éste, a su vez, nos permita crecer en el amor a Dios y a cada uno de nuestros hermanos. Nuestro “día de Pentecostés” ocurre cuando somos de mente y corazón abiertos, cuando el Espíritu Santo viene a quedarse en nosotros y somos bautizados en la Iglesia universal de Cristo. Todo el que cree tiene la presencia permanente del Espíritu Santo, porque Él es la garantía de nuestra salvación. Nuestra búsqueda espiritual, nuestra comunión con el Espíritu Santo, tienen que vivirse de corazón, con humildad y gran sencillez, con mucha confianza, sabiendo que quien pide y recibe las luces del

6 | L e c t i o D i v i n a - M a y o Espíritu de Dios se convierte en verdadero mensajero de la verdad, del bien, del amor, precisamente porque nos damos cuenta que Dios está en la profundidad de nuestro ser. Los siervos de Dios que más han impactado el mundo han sido sin excepción hombres y mujeres de oración. Fueron constantes y profundos y no se contentaban con unos minutos de oración. Nada en su vida fue rutinario. Fueron hombres y mujeres disciplinados/as y hacían que la gloria de Dios llegara a todos los pueblos, desde la caridad con el hermano, el compartir en comunidad con equidad y mucho amor, desde la igualdad, el respeto de la dignidad de todos los seres humanos. La búsqueda de Dios no se debe jamás basar solo en las emociones, sino en una completa disponibilidad a buscar la voluntad de Dios en todo momento y circunstancia. 4.- Papa Francisco, testigo de la acción del Espíritu Santo. Hace un mes, recibimos la Buena Noticia de que se nombró al nuevo Vicario de Cristo en la tierra: me refiero al Papa Francisco, noticia que fue recibida con gran alegría, gozo y esperanza. No cabe duda que todo ha sido bajo la inspiración del Espíritu Santo: una vez más, Dios se ha manifestado a su pueblo, esto lo vivimos y aceptamos con profunda fe al que es llamado para conducir a la Iglesia. Esta fe de la Iglesia está en relación con la fe de los apóstoles y de las primeras comunidades cristianas. El Cónclave sin duda alguna ha sido un nuevo Pentecostés: hemos sido testigos de la presencia del Espíritu Santo, pues, dentro de un ambiente de profunda oración, Dios se ha vuelto a manifestar dándonos un nuevo Vicario de Cristo. A través de sus homilías y palabras dirigidas a su pueblo, podemos intuir desde ya por dónde va a llevar a la Iglesia, por dónde quiere que caminemos los católicos, sobre todo aquellos que, después de descubrir fuertemente la presencia de Dios en sus vidas, se comprometen con nuestra Iglesia, como discípulos de Jesús.

7 | L e c t i o D i v i n a - M a y o De esta forma, nuestro Papa Francisco, en la homilía de la Misa de inauguración de su pontificado, celebrada en la mañana de la fiesta de San José, en la Plaza de San Pedro ante cientos de miles de fieles, aseguró que “el verdadero poder es el servicio”. A su vez hace un llamamiento a los poderosos: “Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: seamos custodios de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro”1. El Papa Francisco dijo en su homilía que el poder de un Pontífice está al servicio a los otros. El Papa decía, tras agradecer la presencia de los representantes de otras iglesias y comunidades eclesiales, “debo abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad. Especialmente a los más pobres, los más débiles, los más pequeños, el hambriento, el sediento, el forastero, el desnudo, el enfermo y el encarcelado”.2 En síntesis, nuestro Papa nos invita a saber guardar a Cristo en nuestra vida, para guardar a los demás, salvaguardar la creación, desde las actitudes básicas de un cristiano: fraternidad, servicio, amor, alegría, pobreza. Desde ahí seremos custodios de los dones de Dios en medio de nuestra Iglesia y de toda la humanidad. El Espíritu Santo es el regalo más grande que Dios nos ha dado, su presencia viva y actuante en cada uno de nosotros y en la Iglesia nos recuerda las enseñanzas de Jesús y nos anima a ponerlas en práctica en nuestra vida diaria, nos impulsa a creer y esperar, aún en los momentos más difíciles, nos enseña a amar y perdonar de corazón, nos llena de bondad y nos lanza hacia la nueva evangelización.

1 VATICANO, 19 Mar. 13 / 05:09 am (ACI/EWTN Noticias)

2 Ibid.

http://www.aciprensa.com/Eucaristia/index.html

http://www.aciprensa.com/

8 | L e c t i o D i v i n a - M a y o Esta acción del Espíritu Santo – en la Iglesia y en cada uno de nosotros – es tan determinante y profunda que san Pablo afirma: “Nadie puede decir ‘¡Jesús es Señor!’, si no es por influjo del Espíritu Santo” (1 Corintios 12,3) Queridos hermanos, hoy tenemos la certeza de que este acontecimiento es el paso de Dios por la humanidad, es el mejor momento para seguir adentrándonos en la propuesta que nuestro Papa Francisco nos hace, para estar en sintonía con el nuevo anuncio del Reino. A medida que nos acerquemos a esta experiencia, seremos partícipes de un nuevo Kairos en la evangelización del Reino como comunidad de salvación.

ESPERAR LA VENIDA DE PENTECOSTÉS ES ESTAR ABIERTO/A A LA

VIDA QUE NACE CADA DÍA, DESDE EL AMOR QUE DINAMIZA NUESTROS ACTOS EN TODAS LAS INSTANCIAS…

Hna Yessenia León Rubio Religiosa Marianita


“Me voy y volveré a ustedes”.

Domingo sexto de Pascua

LECTIO DIVINA 05 de mayo de 2013- Ciclo C

“Señor, aumenta nuestra fe para crecer como tus discípulos misioneros.”

I.- PREPARÉMONOS PARA EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR

a. Comencemos desde nuestra vida: Cada día de nuestra existencia está marcado por unos acontecimientos gozosos o dolorosos. Antes de iniciar la lectura orante, es un buen momento para reposar y colocar en las manos del Señor lo que hemos vivido.

b. Oración Inicial: Iniciamos invocando al Espíritu Santo

Rey celestial, Consolador, Espíritu de la verdad,

que estás presente en todas partes y lo llenas todo,

Tesoro de todo bien y Fuente de vida, ven y haz de nosotros tu morada,

purifícanos de toda mancha y salva nuestras almas,

Tú que eres bueno. Amén

c. Petición: Señor, danos un corazón que deposite su confianza en el Espíritu de Verdad, para dar testimonio de Ti en el mundo.


II.- OREMOS CON LA PALABRA DE DIOS: en el centro de la Lectio divina

LECTURA (Lectio). ¿Qué dice la Palabra?: En el evangelio de este

domingo, uno de los elementos que se destaca es la fidelidad a la Palabra. Prepara tu corazón para acoger con cariño las palabras que te dice Jesús.

a. Lecturas: Lecturas: Primera Lectura: Hechos de los Apóstoles 15, 1-

2.22-29 ; Salmo responsorial: 66, 2-3.5-6.8; Segunda lectura: Apocalipsis 21, 10-14.22-23; Evangelio: Juan 14, 23-29

Durante la Última Cena, Jesús dijo a sus discípulos: El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él. El que no me ama no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es mía, sino del Padre que me envió. Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho. Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman! Me han oído decir: “Me voy y volveré a ustedes”. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que Yo. Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean.

(Tomada del Leccionario Dominical)

b. Después de un tiempo de silencio, hagamos un eco a lo que acabamos de escuchar.

c. Algunas preguntas que nos ayuden a reflexionar el Evangelio: Para profundizar el texto, te proponemos las siguientes

preguntas. No es necesario que las respondas todas, y si el Espíritu Santo te guía por otros caminos, sigue su moción.

Marca los verbos más importantes, realiza lo mismo con los personajes, subraya las frases que te toquen el corazón.

¿Durante que acontecimiento se desarrolla el texto bíblico?

11 | L e c t i o D i v i n a - M a y o ¿Quiénes se encuentran reunidos?

¿Qué relación hace Jesús entre la fidelidad y sus palabras?

¿De quién es la palabra que dice Jesús?

¿Qué les enseñará el Espíritu Santo a los discípulos?

¿Qué les deja Jesús a sus discípulos?

¿Qué les pide al final Jesús a sus discípulos?

d. Claves del texto:

En el evangelio que leemos hoy, vemos cómo Jesús quiere ayudar a sus discípulos a ver su partida desde un ángulo preciso. Así queda claro que: (1) Jesús tiene un punto de vista propio sobre su partida. (2) Los discípulos deben comprender su nueva situación y, a partir de claves muy precisas, cuáles son las razones para no sentirse abandonados. Con las promesas que desarrolla, Jesús lleva gradualmente a su comunidad del ambiente de tristeza a una gran alegría: la que proviene del hecho de comprender que el camino de la Pascua conduce a presencia suya nueva, más profunda y más intensa, en el hoy de la historia de todo discípulo. El discípulo ama a Jesús. Pero la forma concreta de su amor es: (1) acoger con fe la persona de Jesús, con todo lo que Él ha revelado acerca de sí mismo y (2) tomar en serio sus enseñanzas, poniéndolas en práctica. Esta es la ruta firme del discipulado. El amor, entonces, se vuelve compromiso.

El amor de los discípulos por su Maestro es la premisa de cinco revelaciones que Jesús anuncia ahora en forma de promesa: (1) El Padre y el Hijo vendrán a los discípulos y harán morada en ellos (14,23-24). (2) El Espíritu Santo estará con ellos y los instruirá (14,25-26). (3) En esta comunión con Dios, les ofrecerá su paz (14,27). (4) También les compartirá su alegría (14,28). (5) Para que crezcan en su fe (14,29).

12 | L e c t i o D i v i n a - M a y o La partida es dolorosa. Pero todo depende del punto de vista desde donde se mire. Si la miramos desde fuera, la muerte de Jesús parece una catástrofe. Pero si la vemos desde donde él la ve, todo es distinto: quien pone en práctica las enseñanzas del Maestro no pierde la seguridad cuando llega la muerte de Jesús, sino que es confirmado en la fe en Él, en la paz y en la alegría por su victoria. Jesús invita a acoger esta visión y a apropiársela. MEDITACIÓN (Meditatio): ¿Qué me dice el texto? En este tiempo pascual, la alegría del Resucitado nos hace mirar la vida con nueva esperanza, sobre todo aquello que debemos convertir. Por eso, te proponemos las siguientes preguntas para que puedas volver a tu propia realidad y profundizarla: 1. ¿Qué valor tiene para mí la Palabra de Jesús? 2. ¿De qué manera a actuado el Espíritu Santo en mi vida de discípulo de Jesús? 3. ¿Cómo he vivido el tiempo pascual este año? ORACIÓN (Oratio): ¿Qué le digo a Dios con esta Palabra? Es el momento para que puedas decirle al Señor todo lo que hay en tu corazón, con la confianza de saber que eres hijo(a) de Dios. CONTEMPLACIÓN (Contemplatio): Gusta a Dios internamente en tu corazón. Solo cuando se hace silencio es posible escuchar lo que Dios quiere de cada uno. Acompañado(a) por el Espíritu Santo, abandónate en la presencia amorosa de Dios, para que él te susurre sus anhelos y anime los proyectos que quieres hacer realidad en tu vida. III.- CELEBREMOS EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR

a. Acción: ¿qué me hace vivir el Señor a partir de su Palabra? Muchas veces, nos cuesta concretar la forma de hacer vida la Palabra. Te proponemos que, a partir de la tercera clave del texto, puedas encontrar aquella actitud que crees sería importante tener presente esta semana para trabajar espiritualmente.


b. Signo para llevar a la vida: (ramas de árboles y frutos)

Piensa en el recorrido espiritual que has tenido durante este tiempo pascual.

Pon atención especialmente a las situaciones que se han ido transformando en tu corazón: actitudes, sentimientos, pensamientos.

Escoge uno de ellos y dale gracias a Dios. Oración final: Reza con la oración de acción de gracias que creaste en el signo. Canto: Paz, paz, paz, el mundo pide paz. Logra la paz en tu interior y derrámala en la tierra… Sola la paz trae la paz: la guerra engendra guerra Paz es la hermana del amor, cuando vence no hay vencidos.


“Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado

al cielo”.

Solemnidad de la Ascensión del Señor

LECTIO DIVINA

12 de mayo de 2013- Ciclo C “Señor, aumenta nuestra fe para crecer como tus

discípulos misioneros.”

I.- PREPARÉMONOS PARA EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR

a. Comencemos desde nuestra vida: Antes de entrar en esta lectura orante que práctico para tener presente la Palabra del Señor que ilumina toda la realidad, de las situaciones que me ha tocado vivir en este tiempo ¿cuál de ella me ha impactado más?

b. Oración Inicial: Prepara tu corazón con la siguiente oración al Espíritu Santo

Oh, Espíritu Santo, ayúdanos a descubrir la importancia

en nuestra vida de fe, de la solemnidad que hoy celebramos.

Inspíranos la capacidad de trascender, para desear los bienes del paraíso

donde se encuentra Jesucristo, tu Hijo y nuestro Señor.

Amén

c. Petición: Señor, que pueda comprender el misterio de la pasión y resurrección con alegría y esperar la promesa del Espíritu Santo con un corazón abierto.


II.- OREMOS CON LA PALABRA DE DIOS: en el centro de la Lectio divina

a. LECTURA (Lectio). ¿Qué dice la Palabra? La solemnidad de la

Ascensión está ubicada dentro del tiempo de Pascua. Resucitado de entre los muertos, Jesús es exaltado por el Padre. Teniendo presente lo que hoy celebramos, dispón tu corazón para escuchar la Palabra de Dios.

b. Lecturas: Primera Lectura: Hechos de los Apóstoles 1, 1-11; Salmo

responsorial: 46, 2-3.6-9; Segunda Lectura: Efesios 1, 17-23; Evangelio: Lucas 24, 46-53

Jesús dijo a sus discípulos: “Así está escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto. Y Yo les enviaré lo que mi Padre les ha prometido. Permanezcan en la ciudad, hasta que sean revestidos con la fuerza que viene de lo alto”. Después Jesús los llevó hasta las proximidades de Betania y, elevando sus manos, los bendijo. Mientras los bendecía, se separo de ellos y fue llevado al cielo. Los discípulos, que se habían postrado delante de Él, volvieron a Jerusalén con gran alegría, y permanecían continuamente en el Templo alabando a Dios.


c. Después de un momento de silencio, hagamos eco a ese texto, pronunciando en voz alta una palabra o una expresión que nos llegó más.

d. Algunas preguntas que nos ayuden a reflexionar el Evangelio: Para profundizar, te proponemos las siguientes preguntas. No es

necesario que las respondas todas, y si el Espíritu Santo te guía por otros caminos, sigue su moción:

16 | L e c t i o D i v i n a - M a y o Marca los verbos más importantes, realiza lo mismo con los personajes, subraya las frases que te toquen el corazón.

¿Qué les dice Jesús a los discípulos?,

¿qué relación tiene con el kerigma cristiano?

¿qué ha prometido el Padre a los discípulos por intermedio de Jesús?

¿qué les solita Jesús a los discípulos?

¿qué sucede en las proximidades de Betania?

¿dónde queda Betania?

¿cuál es la actitud de los discípulos cuando vuelven a Jerusalén?

e. Claves del texto:

El evangelio de hoy recoge las últimas palabras de Jesús a sus discípulos y el evento excepcional de su exaltación al cielo. Todo está cargado de mucha solemnidad: se trata de palabras y de gestos que deben permanecer en la memoria de los discípulos. Para explorar mejor el pasaje, distingamos cuatro partes: - La entrega del kerigma misionero (24,46-48); - La promesa del Padre (24,49); - La exaltación de Jesús al cielo, con las manos extendidas bendiciendo (24,50-51); - Y el bellísimo epílogo festivo (24,52-53). La Ascensión de Jesús expresa entonces su victoria y soberanía en el tiempo y en el espacio. Él llena de sí mismo a todo el universo. Aquél que bajó del cielo por su encarnación introdujo en la carne humana la gloria de la divinidad (“Hemos visto su gloria”, Juan 1,14), y, subiendo al cielo introduce a la humanidad en la divinidad. Nuestra meta es Cristo, constituido por su resurrección como nuestro “cielo”, el punto de convergencia a donde apuntan todos nuestros caminos. Jesús es la plenitud de la vida del universo. Hoy proclamamos con todas nuestras fuerzas el doble misterio: (1) el de Jesús y (2) el nuestro. La de hoy es una gran fiesta de alabanza, en la que proclamamos que Jesús es el “Señor”, el “hombre perfecto”, el “principio y cabeza” de lo creado. El proyecto salvador de Dios sobre el mundo se ha realizado en el Cuerpo de Cristo. Por nuestra parte,

17 | L e c t i o D i v i n a - M a y o nosotros tomamos conciencia de que Jesús es nuestra esperanza, nuestro presente y nuestro futuro, que nos aguarda un futuro glorioso, un futuro que se anticipa hoy en el gozo de la comunidad y en la responsabilidad histórica que tenemos de cara al mundo en vivimos. El kerigma es el núcleo de la predicación cristiana en los tiempos apostólicos. La Iglesia no se inventó un mensaje, sino que lo recibió del mismo Jesús. Este mensaje atañe al sentido de su obra de salvación en el mundo, el dinamismo de vida que introdujo en la historia humana por su muerte y resurrección. Este mensaje tiene toda la fuerza suficiente para transformar todo y a todos desde el fondo, es anunciado por personas que han hecho la experiencia de él.

MEDITACIÓN (Meditatio): ¿Qué me dice el texto? Para

profundizar el evangelio, se proponen las siguientes preguntas: 1.- ¿Es mi vida una demostración patente de la eficacia que tiene la pascua de Cristo para transformar una vida entera y a fondo? 2.- ¿Me preocupo por anunciar a Jesús, en primer lugar con mi testimonio de vida? 3.- ¿Cómo apoyo a la Iglesia en la tarea misionera?

ORACIÓN (Oratio): ¿Qué le digo a Dios con esta Palabra? En este momento coloca tu vida en las manos del Señor, aquel que sube junto a su Padre. Que hay en tu corazón que le quieras decir.

CONTEMPLACIÓN (Contemplatio): Gusta a Dios internamente en tu corazón Este momento es para que puedas sentirte dichoso(a) junto al Señor, él hace que todo sea nuevo en la vida, el que impulsa a dar los pasos necesarios para la conversión. Para esto es de vital importancia que te quedes en silencio y escuches su voz y junto con esto recibir su bendición como los discípulos el día de la ascensión. III.- CELEBREMOS EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR

a. Acción: ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de su Palabra? En la meditación lograste profundizar lo esencial del seguimiento


de Jesús. Busca entre todas las situaciones reflexionadas aquellas que pueden ayudarte en esta semana. Quédate con una actitud para fortalecer en este tiempo.

b. Signo para llevar a la vida: (Fotos de personas, e imágenes

situaciones que me hablan de la vida eterna)

Con la Resurrección de Jesucristo, se abre para cada uno de nosotros la posibilidad de la vida eterna.

Por esta razón, te proponemos que coloques en el altar las fotos de personas que has buscado porque te dan esperanza para la eternidad.

Te invitamos también a colocar todas aquellas imágenes que te invitan a vivir santamente.

c. Oración final: Acógete al manto de nuestra Madre, la Virgen María, para que tu vida sea “un disparo a la eternidad” (San Alberto Hurtado). Reza un Ave María.

Canto: Yo creo en Dios que canta, que la vida hace cantar. (bis)

Creo en Dios que canta y que tu vida hace cantar, la dicha y el amor son los regalos que nos da, es como la fuente que canta en tu interior, y te impulsa a beber, la vida que El te da.


“Yo también los envío a ustedes.”

Solemnidad de Pentecostés


“Señor, aumenta nuestra fe para crecer como tus discípulos misioneros.”

I. PREPARÉMONOS PARA EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR

a. Comencemos desde nuestra vida: Ya pasaron cincuenta días desde la celebración de la Pascua. Presenciamos manifestaciones de los actores sociales, se celebró el día del trabajo, se empezaron a enfrentar los candidatos a las primarias en las elecciones que se vislumbran con distintos programas… ¿cómo ha sido este tiempo?, ¿qué descubrimientos nuevos he realizado?, ¿qué hay en mi corazón?

b. Oración Inicial: Secuencia de Pentecostés

Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre;

don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,

tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.


Entra hasta el fondo del alma,

divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado,

cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo,

lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo,

doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones,

según la fe de tus siervos; por tu bondad y gracia,

dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse

y danos tu gozo eterno.

Amén

c. Petición: Señor, que el Espíritu que nos has regalado infunda en nosotros tu vida resucitada, renueve nuestra esperanza, nuestra alegría y nuestra paz.

II. OREMOS CON LA PALABRA DE DIOS: en el centro de la Lectio divina

a. LECTURA (Lectio). ¿Qué dice la Palabra? La Pascua de

Pentecostés nos hace volver los ojos a nuestros orígenes en la fe. Somos nacidos de la comunión del Padre y del Hijo. Esa comunión engendra el Amor, que es el Espíritu.


b. Lecturas: Primera Lectura: Hechos de los Apóstoles 2, 1-11; Salmo

responsorial: 103,1.24.27-31; Segunda Lectura: 1 Corintios 12, 3-7.12-13 Evangelio: Juan 20,19-23

Al atardecer del primer día de la semana, los discípulos se encontraban con las puertas cerradas por temor a los judíos. Entonces llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: “¡La paz esté con ustedes!” Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: “¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, Yo también los envío a ustedes”. Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: “Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan”.

(Tomada del Leccionario dominical)

c. Algunas preguntas que nos ayuden a reflexionar el Evangelio: Para profundizar el texto, te proponemos las siguientes

preguntas. No es necesario que las respondas todas, y si el Espíritu Santo te guía por otros caminos, sigue su moción.

Marca los verbos más importantes, realiza lo mismo con los personajes, subraya las frases que te toquen el corazón.

¿Qué temían los discípulos? ¿Qué provocaba su temor?

¿Qué importancia tiene que haya llegado Jesús y se haya puesto en medio de los discípulos?

¿Qué les dice Jesús a los discípulos? ¿Con qué gestos acompaña Jesús sus palabras?

¿Cuál es la reacción de los discípulos?

¿Cuál es la misión que Jesús le encomienda a sus discípulos?

d. Claves del texto

Jesús se presenta en medio de los discípulos, se pone en medio de ellos para mostrarles que lo tienen a él, vivo, resucitado. Cuando ellos están encerrados por miedo, Jesús mismo se acerca para


llevarles la paz y la alegría. El don primero del Resucitado es la paz, opuesta al miedo; por eso los discípulos, que estaban encerrados por temor, experimentan nuevamente la alegría, el miedo ha desaparecido, pues Jesús les ha regalado la paz. En un mundo que infunde miedo, los discípulos tienen en medio de ellos a Aquel que ha vencido al mundo. Y aunque Jesús no les ofrece a sus discípulos dejar de sufrir las dificultades del mundo, sí les ofrece la paz y la confianza en medio de ellas.

Jesús muestra sus llagas a los discípulos: el que está ahí en medio

de ellos es el mismo que murió crucificado, pero ahora está Resucitado. Les muestra su victoria sobre la muerte. Pero a la vez, esas llagas expresan el inmenso amor de Jesús por los suyos, así como el costado abierto, de donde salió sangre y agua, manifiesta que esa entrega de Jesús es fuente de vida, incluso cuando la muerte y el sufrimiento parecieran tener la victoria.

Los discípulos reaccionan con inmensa alegría. La tristeza que

habían experimentado quedaba atrás porque ahora volvían a ver al Señor; la promesa que Jesús les había hecho se cumplía frente a sus ojos: “Estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en gozo... Ustedes están tristes ahora, pero volveré a verles y se alegrará su corazón y su alegría nadie se la podrá quitar” (Jn 16,20.22).

Jesús envía a la comunidad al mundo, la hace parte de su misión, aquella a la que fue enviado por el Padre. Con este envío, Jesús abre “las puertas” de los discípulos encerrados y temerosos a la misión de perdonar para que el hombre y la mujer se encuentren con Dios, se reconcilien y relacionen con él. El Espíritu Santo es impulsor de la misión, es creador de vida, por eso el soplo de Jesús sobre sus discípulos hace también alusión al “soplo vital de Dios” (en hebreo: “Ruah”) que actuó en la creación del mundo y del hombre y ahora llevará a los discípulos a continuar con la misión de Jesús, es el inicio de la “nueva creación”.


MEDITACIÓN (Meditatio): ¿Qué me dice el texto? Ahora, deja que el texto te hable, déjate interpelar por las palabras, las acciones, los gestos. Deja que la Palabra te alcance. 1.- ¿Qué temores me tienen con mis “puertas cerradas”? 2.- ¿Reconozco la presencia de Jesús resucitado en medio de mi vida? 3.- ¿A qué misión me envía Jesús? ORACIÓN (Oratio): ¿Qué le digo a Dios con esta Palabra? Es el Espíritu, el que con toda su potencia actúa en nosotros ayudándonos a comprender y a poner en práctica las palabras de Jesús; sus actitudes, gestos y comportamientos se nos impregnan gracias al soplo del Espíritu. Por eso ponte en actitud de oración. CONTEMPLACIÓN (Contemplatio): Gusta a Dios internamente en tu corazón. Contempla el camino espiritual que vivieron los discípulos, desde que Jesús es tomado preso, condenado, crucificado, hasta su experiencia de encuentro con el Resucitado que se hace presente en medio de ellos. Deja que ese mismo camino vaya dejando huella en tu corazón.

III.- CELEBREMOS EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR

a. Acción: ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de su Palabra? Con la guía del Espíritu Santo, somos hijos de Dios, libres, animosos. No nos dejemos detener por ningún obstáculo en nuestra vida espiritual; estamos invitados a ir hacia adelante, con un progreso continuo en la fe, la esperanza y la caridad.

b. Signo para llevar a la vida: (llamas y lápiz)

Piensa en algunos de los temores y sufrimientos que hoy afectan a tantas personas de nuestro país.

Escríbelas dentro de las llamas de fuego.


Pide al Espíritu Santo poder extender la paz y la alegría de Jesús resucitado que se hace presente en medio de nuestras aflicciones.

c. Oración final: Finaliza con el canto “Espiritu Santo, ven ven”

Espíritu Santo, ven, ven, Espíritu Santo, ven, ven, Espíritu Santo, ven, ven en el nombre del Señor. Acompáñame, ilumíname, toma mi vida. Acompáñame, ilumíname, ¡Espíritu Santo ven! Santifícame, transfórmame, Tú cada día. Santifícame, transfórmame, ¡Espíritu Santo, ven!


Resucítame, conviérteme, todos los días. Glorifícame, renuévame, ¡Espíritu Santo, ven! Acompáñame, transfórmame, toma mi vida. Ilumíname, condúceme, ¡Espíritu Santo ven!


“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”

Solemnidad de la Santísima trinidad


“Señor, aumenta nuestra fe para crecer como tus discípulos misioneros”

I. PREPARÉMONOS PARA EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR

a. Comencemos desde nuestra vida: La persona de Jesús ejerce en nosotros un fuerte atractivo, que nos impulsa hacia él, nos hace buscarlo y desear estar cerca de él. ¿Qué me atrae de Jesús? ¿De qué manera mi relación con Jesús me permite relacionarme con el Padre y el Espíritu Santo?

b. Oración Inicial: Inicia la lectio divina con la siguiente oración al Espíritu Santo

“Ven, oh Espíritu Santo,

y danos un corazón grande, abierto a tu silenciosa y potente palabra inspiradora;

un corazón hermético ante cualquier ambición mezquina; un corazón grande para amar a todos,

para servir a todos, para sufrir con todos; un corazón fuerte para resistir en cualquier tentación,

cualquier prueba, cualquier desilusión, cualquier ofensa; un corazón feliz de poder palpitar al ritmo

del corazón de Cristo y cumplir humilde y fielmente la divina voluntad”

Amén.


c. Petición: Santo Espíritu, hazme vivir en comunión contigo para gozar de la gracia de Jesús, vivir en el amor del Padre y hacerme ofrenda para mis hermanos.

II. OREMOS CON LA PALABRA DE DIOS: en el centro de la Lectio divina

a. LECTURA (Lectio). ¿Qué dice la Palabra? El evangelio de hoy

es un texto corto pero lleno de sentido. Para que puedas realizar esta lectura orante, lee atentamente, subraya las expresiones que te hagan eco en las palabras de Jesús, etc.

b. Lecturas: Primera Lectura: Proverbios 8, 22-31; Salmo

responsorial: 8, 4-9; Segunda Lectura: Romanos 5, 1-5; Evangelio: Juan 16, 12-15

Durante la Última Cena, Jesús dijo a sus discípulos: Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, Él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes.


c. Después de un momento de silencio, haz eco a lo que escuchaste, recalcando una expresión que te quedó.

d. Algunas preguntas que nos ayuden a reflexionar el Evangelio: Para profundizar este texto, te proponemos las siguientes

preguntas. No es necesario que las respondas todas, y si el Espíritu Santo te guía por otros caminos, sigue su moción:

Marca los verbos más importantes, subraya las frases que te toquen el corazón.


¿Cuál es el mensaje que le transmite Jesús a sus discípulos? ¿En qué momento lo hace?

¿A qué tiempo se refiere Jesús al decir “no las pueden comprender ahora”?

¿Qué hará el Espíritu Santo?

¿Qué relación establece Jesús entre él, el Espíritu Santo y el Padre?

e. Claves del texto:

Es Jesús mismo quien nos da a conocer al Espíritu Santo y al Padre y las relaciones que existen entre ellos. Jesús habla de Dios como su Padre y anuncia que enviará su Espíritu, pero además, manifiesta que entre ellos existe una íntima relación de comunidad, vínculo que extiende hasta nosotros por el Espíritu Santo: “porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes”. La fe de los discípulos aún no es madura, por eso hay cosas que no pueden comprender, especialmente aquello referido a la relación profunda entre el Padre y el Hijo. Pero no se trata de un conocimiento intelectual, sino de un conocimiento que se lleve a la práctica, que se haga vida… es el conocimiento de la fe que se ha de vivir. Pero Jesús no desalienta a los discípulos, por el contrario, porque los conoce, los quiere y tiene paciencia con sus procesos, les anuncia nuevamente la venida del Espíritu Santo para que los ayude. Es el Espíritu Santo quien nos conducirá hasta las profundidades de Dios, ésta es la verdad completa: conocer a Dios, su amor y la presencia de este amor en el mundo. Tal como en la experiencia del pueblo judío en el desierto, el Espíritu Santo actúa como un guía en la historia y en la vida humana, y nos permite poner nuestra vida en relación con Dios.

29 | L e c t i o D i v i n a - M a y o Si bien el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres personas diferentes, existe entre ellos una unión perfecta: lo comparten todo y tienen una misma voluntad. La Trinidad es una verdadera comunidad pero que se abre a los hombres, por eso todo lo que cabe en la relación del Padre y el Hijo, el Espíritu lo transmite a los discípulos. Por eso dice: “Recibirá de lo mío y se lo anunciará (transmitirá) a ustedes”. Se realiza así el deseo de Jesús: “Quiero que donde yo esté ustedes estén también conmigo, para que contemplen mi gloria” (Jn 17,24). Bajo la luz de esta gloria, la comunidad de los discípulos queda envuelta en la fuerza y la intensidad del amor que es propio de Dios y puede extenderse al mundo entero.

MEDITACIÓN (Meditatio): ¿Qué me dice el texto? Meditemos la riqueza de este texto con las siguientes preguntas. 1.- ¿Cuáles son aquellas cosas que me faltan comprender y que me ayudarían a tener una relación más profunda con Dios Trino? 2.- ¿Qué consecuencias tiene para mi vida que Dios sea una comunidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo? 3.- ¿Siento que mi vida de fe es un camino de acercamiento a Dios? ¿Pido la guía del Espíritu Santo o estoy caminando sola(o)?

ORACIÓN (Oratio): ¿Qué le digo a Dios con esta Palabra? La Trinidad es el misterio íntimo del mismo Dios. El Padre conoce y se relaciona con el Hijo. Y así engendran al Espíritu, que es la expresión del Amor entre las tres personas divinas. Celebrar la Trinidad es entender nuestras relaciones humanas como un acto permanente de comunión para crear comunidad con los hermanos. Pon en las manos de Dios uno y trino tu vida.

CONTEMPLACIÓN (Contemplatio): Gusta a Dios internamente en tu corazón Vuelve a leer el texto, subraya los verbos y a partir de ellos contempla lo que Dios quiere hacer por ti. Contempla su paciencia, su guía y compañía, a los Tres en perfecta comunión. En la Trinidad, todo es Amor. Y ese Amor desciende sobre nosotros.

30 | L e c t i o D i v i n a - M a y o Me siento sereno/a y lleno/a de gozo cuando siento que toda la Trinidad vive dentro de mi pequeño ser, para transformarme cada vez más en su Amor, perderme en el abrazo de los Tres, en la comunión que fluye del Padre al Hijo y al Espíritu. Quiero perderme en esa gran inmensidad de Vida, Gozo y Amor.

III.- CELEBREMOS EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR: a. ACCIÓN: ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de su Palabra? No es fácil entender la vida como un brote constante y exuberante del Amor de Dios, que nos debería llevar al gozo, al optimismo y a la esperanza. Frente a nuestra historia de sufrimientos y contradicciones, está en nuestro interior la historia de la Trinidad, que es un constante fluir de Amor, que nos da la verdadera vida.

He aprendido a llamar Padre-Hijo-Espíritu a esa Fuente inagotable de bondad y de felicidad. Pero, sigo en tristeza y apatía.

Tengo que hacer constantes actos de fe-confianza en la Trinidad que, en todo su inabarcable misterio, actúa y anima desde dentro mis raíces y mi pequeña capacidad de reconocer el Amor, para vivir en el Amor y trasmitir amor.

b. Signo para llevar a la vida: (Papel y lápiz)

Dios Trino, nuestro único Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, es una comunidad que se relaciona en el amor.

Escribe el nombre de las personas con quienes eres comunidad (familia, amistades, comunidad de vida)

Y escribe de qué manera puedes crecer en el amor con ellas, siguiendo el modelo que se nos ha ofrecido hoy en el evangelio.


c. Canto:

En nombre del Padre, en nombre del Hijo En nombre del Santo Espíritu estamos aquí (bis). Para alabar y agradecer, bendecir y adorar Estamos aquí a tu disposición, Para alabar y agradecer, bendecir y adorar, Estamos aquí, Señor, Dios Trino de Amor.

d. Oración final: Termina esta lectura orante rezando el CREDO.


“La potencia del Espíritu es esta nueva vida que transforma: no se puede decirlo simplemente con palabras: es la experiencia vivida del evangelista, de la comunidad cristiana viva, lugares en los cuales se palpan con mano las transformaciones de la fe, de la caridad, del desinterés, de la paciencia, de la atención al más pobre, del espíritu de responsabilidad, de la valentía contra la muerte. Realidades todas estas que manifiestan el Espíritu vivo y permiten decir que el Espíritu está presente. Aquí basta poco, no es necesario mostrar obras clamorosas. Seguramente hemos tenido varias veces la experiencia: un verdadero acto de caridad, de perdón, de desinterés, para abrir los ojos hacia este nuevo modo de vivir. Existe otro modo de vivir, de pensar, de amar, de creer, de estar contentos, y este otro modo es para ti.”

MARTINI, Carlo María, El

Evangelizador en San Lucas, San Pablo, Madrid, 2008.

Vicaría Zona Oeste Obispo M. Umaña 394- Estación Central


F. 6773200- 6773210 [email protected] www.vicariaoeste.cl

mailto:[email protected]

http://www.vicariaoeste.cl/

LECTIO DIVINA Mayo 2013

Documents

Transcript of LECTIO DIVINA Mayo 2013