Especial Internacional 21-03-15

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ELECCIONES ISRAELÍES: SE VOTÓ POR EL APARTHEID SÁBADO 21 de marzo de 2015 / Año 3 / N° 102 Alquds Alquds Arriba, El Muro del Apartheid que no es para la seguridad de Israel, es para la segregación de los palestinos y la colonización de sus tierras. La altura de los bloques es de nueve metros y zigzaguea a lo largo de casi 700 kilómetros. A la derecha, los dirigentes de los partidos israelíes. Independientemente de matices que los diferencian todos son fieles al sionismo como proceso colonial y racista.

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  • ELECCIONES ISRAELES: SE VOT POR EL APARTHEID

    SBADO 21 de marzo de 2015 / Ao 3 / N 102

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    Arriba, El Muro del Apartheid que no es para la seguridad de Israel, es para la segregacin de los palestinos y la colonizacin de sus tierras. La altura de los bloques es de nueve metros y zigzaguea a lo largo de casi 700 kilmetros.A la derecha, los dirigentes de los partidos israeles. Independientemente de matices que los diferencian todos son fieles al sionismo como proceso colonial y racista.

  • Elecciones israeles: Se vot por el Apartheid INTRODUCCINDesde la creacin, por la fuerza de las armas, del Estado de Israel, en el 80% de la tierra pales-

    tina (en 1948) es necesario analizar y especular sobre los efectos de las elecciones y nuevos gobiernos tanto en Israel como en Estados Unidos so-bre la situacin de los palestinos y las posibilidades de solucin que pueda ofrecer un nuevo gobierno u otro.

    Los paradjico es que desde enton-ces hasta el momento, todos estos gobiernos que sucedieron durante ms de medio siglo han contribuido a agravar la ya de por s grave situa-cin palestina. Esto quiere decir que las fuerzas de liberacin palestinas, como sus equivalentes en Asia, fri-ca y Amrica Latina (la Tricontinen-tal segn la terminologa cubana de los aos sesenta de siglo pasado) de-ben de modificar el enfoque de sus anlisis en este tema, en el sentido de examinar los modos de afrontar las medidas que el nuevo gobierno, el israel o el estadounidense, para neutralizarlas y, como no, contri-buir a la liberacin palestina.

    En este contexto habr que desa-rrollar la visin del paralelismo en-tre el caso de la liberacin, ya hecha en Sudfrica, y la an pendiente en Palestina, donde se tiene que conju-

    Redaccin internacional

    2 21 de marzode 2015 321 de marzode 2015

    gar la lucha propia y la solidaridad internacional.

    Pero con anterioridad a este exa-men imprescindible se tiene que estudiar y ver varias caractersticas comunes a las varias corrientes del sionismo colonial y racista. Como veremos, nunca hubo un laborismo socialista israel. Este mito slo sirvi como publicidad y propaganda atra-yentes para la izquierda europea y cierta izquierda latinoamericana de-masiado europeizada.

    En este contexto, tambin se tie-ne que estudiar ya no el mapa polti-co palestino sino la relacin entre el grueso de fuerzas sociales y de resis-tencia laicos frente a las fundamen-talistas, Hamas y Jihad Islmica, y ver en concreto qu quiere decir unidad nacional en este contexto.

    Finalmente y ya fuera del tema palestino, sino relacionado con los exabruptos de la portavoz de la Casa Blanca Jennifer Psaki negando, con toda seriedad, las retiradas y constantes injerencias de Washing-ton en golpes de Estado y subver-siones en varias partes del mundo. Desfachatez tan seria que provoc las carcajadas de varios periodistas acreditados en la Casa Blanca. Este cinismo imperialista mereci que le dediquemos una pequea parte final de nuestro suplemento.

    ESTADO Y SOCIEDAD PALESTINOS, PLURALIDAD VS. FUNDAMENTALISMO

    LTIMAS ELECCIONES ISRAELES Y LA SOLUCIN

    En primer lugar hay que recordar hechos fundamen-tales de la historia y civilizacin en Palestina. Esta Tierra Santa y bblica fue cuna del judasmo como del cristianismo. Sus judos lo son desde tiempos de Moiss (los samaritanos nunca abandonaron Palesti-na y son parte esencial de su sociedad). El cristianis-mo en Palestina no fue producto de la colonizacin europea, lo contrario es un hecho originado en el pas y fueron palestinos los apstoles que cristianiza-ron a Europa. En 1979 y a una semana del triunfo de la Revolucin Islmica en Irn, Yaser Arafat visita el pas. El Ayatola Jumaini le sugiere a Arafat que la lucha palestina en-tre a formar parte de la Revolucin Islmica. Arafat le explica que dado el carcter plural religioso y tnico esto no es posible y le da varios ejemplos como el caso de George Habash (que en paz descanse) era cristiano y al mismo tiempo el mximo dirigente del Frente Popular para la Liberacin de Palestina de ideologa marxista leninista y que el caso de Nayef Hawatmeh es an ms significativo, en el sentido de que es jordano, es cristiano y el Secretario General del Frente Democrtico para la Liberacin de Palesti-na de ideologa igualmente marxista leninista. La composicin tnica palestina tambin es variada y bien rica que abarca desde una minora afropalestina bien integrada (Fatima Bernawie fue la primera gue-rrillera que cae prisionera de Israel y pertenece a esta minora) hasta una menora armenia que habita en el barrio ms hermoso de la parte antigua de Jerusaln, el barrio armenio.En este contexto, cualquier salida poltica a partir de la etnia o la religin est fuera de lugar. Y, precisamente, por este motivo, y con el fin de sabotear las posibles sa-lidas o soluciones polticas al problema se plantean sali-das fundamentalista sobre la base de la religin islmica y la negacin de la entidad de componentes esenciales de la sociedad palestina.

    Es en este contexto que se ha planteado como salida al conflicto con Hamas (ramificacin palestina de la Hermandad Musulmana tan apoyada por la adminis-tracin de Obama en Egipto como en Tnez, Siria y en general durante la Primavera rabe) la formacin de un gobierno apoltico y tecncrata de consenso nacional (no de unidad nacional como los monopo-lios mediticos del Imperio propalan) con la finalidad de organizar elecciones legislativa y presidenciales en todo el territorio nacional palestino (Cisjordania y Franja de Gaza), donde el pueblo palestina pueda decidir por las urnas no por las armas (como las que utiliz Hamas en 2006/7 en su golpe de Estado) la alternativa de su opcin. En este contexto cabe recordar que las ltimas elec-ciones se realizaron el ao 2006, es decir hace 9 aos. Desde entonces los varios intentos de realizarlas se tropezaron con la negativa de Hamas que siempre aleg la necesidad de lograr un Acuerdo de Unidad Nacional que permita la celebracin de estas eleccio-nes sin problemas. Esto plantea lo que politiconamente se entiende por Unidad Nacional, que en el caso de Hamas parece lo opuesto a pluralidad. La sociedad palestina es tan plural (el reportaje de Te-lam mencionado abajo lo refleja, aunque parcialmente, donde aparecen partidarios de Gandhi, as como edu-cados en Cuba y partidarios de Buda) como lo es nues-tra sociedad boliviana. El Movimiento Al Socialismo y Evo Morales no ganaron el poder por las armas sino por las urnas, y estas urnas consagraron tanto la plura-lidad de nuestro Estado cono nuestra unidad nacional. Nuestra unidad nacional consagra nuestra pluralidad y viceversa. No hemos de pensar y sentir lo mismo para lograr nuestra unidad esto sera el intento de volver al sistema de partido nico. De all la insistencia de la OLP y del presidente palestino Mahmud Abas en la urgen-cia de realizar estas elecciones nacionales.

    Aqu estamos de vuelta al paralelismo Sudfrica-Palestina. Veamos.Mientras Nelson Mandela an estaba encarcelado, el proceso de polarizacin de la minora blanca profun-dizaba su constante transicin hacia posiciones ms radicales, ms racista y ms opresoras a la poblacin de color. La oposicin, en el seno de la poblacin de color a las polticas del Consejo Nacional Africano dirigido por Mandela supuestamente desde posiciones ms radica-les y ms revolucionarias, potenci la lucha de las masas de color, siempre sin recurrir a las armas, al menos en los ltimos aos de la vida del sistema del Apartheid. Esta resistencia tenaz y sin armas es la que por un lado cerr el espacio a la oposicin de color como al gobierno radi-cal de la minora blanca y por el otro gan el corazn de los pueblos de nuestro mundo de modo tal que impuso en las Naciones Unidas un embargo legal contra el rgi-

    men resista, doblegando la oposicin de los derechista Thatcher y Reagan y termin con la cada del Apartheid, la liberacin de Mandela y de Sudfrica. Lo que est sucediendo en Palestina no es exactamente esto, pero si algo paralelo, referente a la radicalizacin del establishment israel como del fundamentalismo de Hamas contra las polticas de la OLP y del Estado Palesti-no. Un sector considerable y cada vez ms amplio de la poblacin palestina est practicando la resistencia po-pular sin armas, que aunque por el momento estn in-visibilizadas mediticamente, pero no lo es en las redes sociales. En la medida en que el otro campo o campos radicalizan sus posturas y acciones, este sector lo har y cerrar el espacio a Israel y al fundamentalismo e incidir junto a la solidaridad y el boicot internacionales a abrir el camino a un Estado laico en toda Palestina y para to-dos o a dos Estados en la Palestina histrica. Rewa Barghuti, joven palestina partidaria de la resistencia popular a la ocupacin israel

    al estilo de Mahatma Gandhi.

    A menos de dos semanas de las elecciones, centenares de israeles salieron a las calles de Tel Aviv para protestar contra Netanyahu por el deterioro de sus condiciones de vida, pero su esquizofrenia colonial y racista los hizo votar por l para mantener y ampliar el proceso colonial contra los palestinos

    Tlam

    Telesur

    EL SIONISMO COMO MOVIMIENTO COLONIAL

    Como movimiento colonialista que surge en la segun-da mitad del siglo XIX, poca del mximo auge del colonialismo europeo, donde culmina el reparte colo-nial de la mencionada Tricontinental, el sionismo tiene uno de sus elementos esenciales en la apropiacin de la tierra y colonizarla.Este factor puede pasar por varias etapas segn las con-diciones materiales del proceso de colonizacin, pero es un factor permanente y no es una variable. Una revisin de los programas electorales del conjunto de los partidos israeles lo demuestra con toda claridad. Que los partidos del centro y la derecha reclamen el mantenimiento e incluso la aceleracin de la apropia-cin de la tierra palestina bajo ocupacin y colonizarla no es nada extrao. Pero una formacin de centro como Campo Sionista y otra de izquierda como Meretz lo incluyan, con ciertos matices, en sus programas, pone en evidencia que el nico elemento progresista en un proceso colonial es precisamente el anticolonial. Este elemento an no existe en Israel. Como consecuencia de esta colonizacin hoy en da hay ms de 6 millones de palestinos que viven su dispora y exilio forzado en todos los continentes de nuestro plane-ta. El Derecho Internacional y el Derecho Humanitario les garantizan su derecho al retorno a su patria como a sus

    hogares y propiedades. La resolucin 191 de la Naciones Unidas apunta en esta direccin respecto al Derecho al Retorno de los refugiados palestinos.Paradjicamente en Israel y desde su creacin existe la Ley del Retorno, pero es exclusiva para los judos del mundo que, de acuerdo con esta ley, obtiene la nacio-nalidad israel nada ms al tocar suelo israel y obvia-mente todas las facilidades y ventajas que se otorgan para fomentar la colonizacin de tierras palestinas. En este contexto, el Derecho al Retorno de los palestinos es la negacin de la Ley del Retorno israel y un modo leg-timo y legal de descolonizar Palestina/Israel. En este con-texto todo partido, toda fuerza poltica israel, sin excep-cin, les niega este derecho a los palestinos. As se resalt esta negativa, tambin, en estas ltimas elecciones.Ha sido tradicional en la poltica israel afrontar todo reclamo contra el extremismo de sus medidas con el alegato de las necesidades imperiosas de la seguri-dad israel, incluso frente a los reclamos de liberacin nacional palestinos. En trminos histricos como ac-tuales, ninguna fuerza poltica israel (a excepcin de la fenecida Matzpen) pudo entender que la liberacin palestina es el meollo de la seguridad israel y que la solucin de dos Estados, uno israel y otro palestino, es la garanta de esta seguridad, valga la redundancia.

    Otro elemento comn a todos estos partidos es el re-ferente a Jerusaln. Todos reclaman su oposicin a su divisin y favorables a mantenerla unidad como capital eterna de Israel. Un conocimiento del planteamiento palestino al respec-to pone en evidencia el carcter colonialista y racista de la sociedad israel y su establishment. La Organizacin para la Liberacin de Palestina (OLP) reclama una Jerusa-ln unida y abierta para todos, donde la parte occidental estara bajo soberana israel y sera su capital y, la parte oriental sera la capital del Estado de Palestina y estara bajo su soberana. La novedad en las elecciones actuales es barajar junto con el elemento de seguridad el elemento de colonizacin. Es decir, la colonizacin de ms tierras palestinas se ha hecho contribucin fundamental a la seguridad israel.Dicho de otro modo, la exclusiva colonizacin israel de la tierras exclusivamente palestinas es la garanta y la seguridad del presente y del futuro de Israel como Estado Nacional de los Judos del Mundo. Las atroci-dades del Apartheid de la minora blanca en Sudfrica quedan bien chiquitos al lado del Apartheid israel. Nelson Mandela, como Desmond Tutu, repitieron has-ta el hartazgo: Nuestra libertad no ser completa sin la libertad de Palestina.

  • Elecciones israeles: Se vot por el Apartheid INTRODUCCINDesde la creacin, por la fuerza de las armas, del Estado de Israel, en el 80% de la tierra pales-

    tina (en 1948) es necesario analizar y especular sobre los efectos de las elecciones y nuevos gobiernos tanto en Israel como en Estados Unidos so-bre la situacin de los palestinos y las posibilidades de solucin que pueda ofrecer un nuevo gobierno u otro.

    Los paradjico es que desde enton-ces hasta el momento, todos estos gobiernos que sucedieron durante ms de medio siglo han contribuido a agravar la ya de por s grave situa-cin palestina. Esto quiere decir que las fuerzas de liberacin palestinas, como sus equivalentes en Asia, fri-ca y Amrica Latina (la Tricontinen-tal segn la terminologa cubana de los aos sesenta de siglo pasado) de-ben de modificar el enfoque de sus anlisis en este tema, en el sentido de examinar los modos de afrontar las medidas que el nuevo gobierno, el israel o el estadounidense, para neutralizarlas y, como no, contri-buir a la liberacin palestina.

    En este contexto habr que desa-rrollar la visin del paralelismo en-tre el caso de la liberacin, ya hecha en Sudfrica, y la an pendiente en Palestina, donde se tiene que conju-

    Redaccin internacional

    2 21 de marzode 2015 321 de marzode 2015

    gar la lucha propia y la solidaridad internacional.

    Pero con anterioridad a este exa-men imprescindible se tiene que estudiar y ver varias caractersticas comunes a las varias corrientes del sionismo colonial y racista. Como veremos, nunca hubo un laborismo socialista israel. Este mito slo sirvi como publicidad y propaganda atra-yentes para la izquierda europea y cierta izquierda latinoamericana de-masiado europeizada.

    En este contexto, tambin se tie-ne que estudiar ya no el mapa polti-co palestino sino la relacin entre el grueso de fuerzas sociales y de resis-tencia laicos frente a las fundamen-talistas, Hamas y Jihad Islmica, y ver en concreto qu quiere decir unidad nacional en este contexto.

    Finalmente y ya fuera del tema palestino, sino relacionado con los exabruptos de la portavoz de la Casa Blanca Jennifer Psaki negando, con toda seriedad, las retiradas y constantes injerencias de Washing-ton en golpes de Estado y subver-siones en varias partes del mundo. Desfachatez tan seria que provoc las carcajadas de varios periodistas acreditados en la Casa Blanca. Este cinismo imperialista mereci que le dediquemos una pequea parte final de nuestro suplemento.

    ESTADO Y SOCIEDAD PALESTINOS, PLURALIDAD VS. FUNDAMENTALISMO

    LTIMAS ELECCIONES ISRAELES Y LA SOLUCIN

    En primer lugar hay que recordar hechos fundamen-tales de la historia y civilizacin en Palestina. Esta Tierra Santa y bblica fue cuna del judasmo como del cristianismo. Sus judos lo son desde tiempos de Moiss (los samaritanos nunca abandonaron Palesti-na y son parte esencial de su sociedad). El cristianis-mo en Palestina no fue producto de la colonizacin europea, lo contrario es un hecho originado en el pas y fueron palestinos los apstoles que cristianiza-ron a Europa. En 1979 y a una semana del triunfo de la Revolucin Islmica en Irn, Yaser Arafat visita el pas. El Ayatola Jumaini le sugiere a Arafat que la lucha palestina en-tre a formar parte de la Revolucin Islmica. Arafat le explica que dado el carcter plural religioso y tnico esto no es posible y le da varios ejemplos como el caso de George Habash (que en paz descanse) era cristiano y al mismo tiempo el mximo dirigente del Frente Popular para la Liberacin de Palestina de ideologa marxista leninista y que el caso de Nayef Hawatmeh es an ms significativo, en el sentido de que es jordano, es cristiano y el Secretario General del Frente Democrtico para la Liberacin de Palesti-na de ideologa igualmente marxista leninista. La composicin tnica palestina tambin es variada y bien rica que abarca desde una minora afropalestina bien integrada (Fatima Bernawie fue la primera gue-rrillera que cae prisionera de Israel y pertenece a esta minora) hasta una menora armenia que habita en el barrio ms hermoso de la parte antigua de Jerusaln, el barrio armenio.En este contexto, cualquier salida poltica a partir de la etnia o la religin est fuera de lugar. Y, precisamente, por este motivo, y con el fin de sabotear las posibles sa-lidas o soluciones polticas al problema se plantean sali-das fundamentalista sobre la base de la religin islmica y la negacin de la entidad de componentes esenciales de la sociedad palestina.

    Es en este contexto que se ha planteado como salida al conflicto con Hamas (ramificacin palestina de la Hermandad Musulmana tan apoyada por la adminis-tracin de Obama en Egipto como en Tnez, Siria y en general durante la Primavera rabe) la formacin de un gobierno apoltico y tecncrata de consenso nacional (no de unidad nacional como los monopo-lios mediticos del Imperio propalan) con la finalidad de organizar elecciones legislativa y presidenciales en todo el territorio nacional palestino (Cisjordania y Franja de Gaza), donde el pueblo palestina pueda decidir por las urnas no por las armas (como las que utiliz Hamas en 2006/7 en su golpe de Estado) la alternativa de su opcin. En este contexto cabe recordar que las ltimas elec-ciones se realizaron el ao 2006, es decir hace 9 aos. Desde entonces los varios intentos de realizarlas se tropezaron con la negativa de Hamas que siempre aleg la necesidad de lograr un Acuerdo de Unidad Nacional que permita la celebracin de estas eleccio-nes sin problemas. Esto plantea lo que politiconamente se entiende por Unidad Nacional, que en el caso de Hamas parece lo opuesto a pluralidad. La sociedad palestina es tan plural (el reportaje de Te-lam mencionado abajo lo refleja, aunque parcialmente, donde aparecen partidarios de Gandhi, as como edu-cados en Cuba y partidarios de Buda) como lo es nues-tra sociedad boliviana. El Movimiento Al Socialismo y Evo Morales no ganaron el poder por las armas sino por las urnas, y estas urnas consagraron tanto la plura-lidad de nuestro Estado cono nuestra unidad nacional. Nuestra unidad nacional consagra nuestra pluralidad y viceversa. No hemos de pensar y sentir lo mismo para lograr nuestra unidad esto sera el intento de volver al sistema de partido nico. De all la insistencia de la OLP y del presidente palestino Mahmud Abas en la urgen-cia de realizar estas elecciones nacionales.

    Aqu estamos de vuelta al paralelismo Sudfrica-Palestina. Veamos.Mientras Nelson Mandela an estaba encarcelado, el proceso de polarizacin de la minora blanca profun-dizaba su constante transicin hacia posiciones ms radicales, ms racista y ms opresoras a la poblacin de color. La oposicin, en el seno de la poblacin de color a las polticas del Consejo Nacional Africano dirigido por Mandela supuestamente desde posiciones ms radica-les y ms revolucionarias, potenci la lucha de las masas de color, siempre sin recurrir a las armas, al menos en los ltimos aos de la vida del sistema del Apartheid. Esta resistencia tenaz y sin armas es la que por un lado cerr el espacio a la oposicin de color como al gobierno radi-cal de la minora blanca y por el otro gan el corazn de los pueblos de nuestro mundo de modo tal que impuso en las Naciones Unidas un embargo legal contra el rgi-

    men resista, doblegando la oposicin de los derechista Thatcher y Reagan y termin con la cada del Apartheid, la liberacin de Mandela y de Sudfrica. Lo que est sucediendo en Palestina no es exactamente esto, pero si algo paralelo, referente a la radicalizacin del establishment israel como del fundamentalismo de Hamas contra las polticas de la OLP y del Estado Palesti-no. Un sector considerable y cada vez ms amplio de la poblacin palestina est practicando la resistencia po-pular sin armas, que aunque por el momento estn in-visibilizadas mediticamente, pero no lo es en las redes sociales. En la medida en que el otro campo o campos radicalizan sus posturas y acciones, este sector lo har y cerrar el espacio a Israel y al fundamentalismo e incidir junto a la solidaridad y el boicot internacionales a abrir el camino a un Estado laico en toda Palestina y para to-dos o a dos Estados en la Palestina histrica. Rewa Barghuti, joven palestina partidaria de la resistencia popular a la ocupacin israel

    al estilo de Mahatma Gandhi.

    A menos de dos semanas de las elecciones, centenares de israeles salieron a las calles de Tel Aviv para protestar contra Netanyahu por el deterioro de sus condiciones de vida, pero su esquizofrenia colonial y racista los hizo votar por l para mantener y ampliar el proceso colonial contra los palestinos

    Tlam

    Telesur

    EL SIONISMO COMO MOVIMIENTO COLONIAL

    Como movimiento colonialista que surge en la segun-da mitad del siglo XIX, poca del mximo auge del colonialismo europeo, donde culmina el reparte colo-nial de la mencionada Tricontinental, el sionismo tiene uno de sus elementos esenciales en la apropiacin de la tierra y colonizarla.Este factor puede pasar por varias etapas segn las con-diciones materiales del proceso de colonizacin, pero es un factor permanente y no es una variable. Una revisin de los programas electorales del conjunto de los partidos israeles lo demuestra con toda claridad. Que los partidos del centro y la derecha reclamen el mantenimiento e incluso la aceleracin de la apropia-cin de la tierra palestina bajo ocupacin y colonizarla no es nada extrao. Pero una formacin de centro como Campo Sionista y otra de izquierda como Meretz lo incluyan, con ciertos matices, en sus programas, pone en evidencia que el nico elemento progresista en un proceso colonial es precisamente el anticolonial. Este elemento an no existe en Israel. Como consecuencia de esta colonizacin hoy en da hay ms de 6 millones de palestinos que viven su dispora y exilio forzado en todos los continentes de nuestro plane-ta. El Derecho Internacional y el Derecho Humanitario les garantizan su derecho al retorno a su patria como a sus

    hogares y propiedades. La resolucin 191 de la Naciones Unidas apunta en esta direccin respecto al Derecho al Retorno de los refugiados palestinos.Paradjicamente en Israel y desde su creacin existe la Ley del Retorno, pero es exclusiva para los judos del mundo que, de acuerdo con esta ley, obtiene la nacio-nalidad israel nada ms al tocar suelo israel y obvia-mente todas las facilidades y ventajas que se otorgan para fomentar la colonizacin de tierras palestinas. En este contexto, el Derecho al Retorno de los palestinos es la negacin de la Ley del Retorno israel y un modo leg-timo y legal de descolonizar Palestina/Israel. En este con-texto todo partido, toda fuerza poltica israel, sin excep-cin, les niega este derecho a los palestinos. As se resalt esta negativa, tambin, en estas ltimas elecciones.Ha sido tradicional en la poltica israel afrontar todo reclamo contra el extremismo de sus medidas con el alegato de las necesidades imperiosas de la seguri-dad israel, incluso frente a los reclamos de liberacin nacional palestinos. En trminos histricos como ac-tuales, ninguna fuerza poltica israel (a excepcin de la fenecida Matzpen) pudo entender que la liberacin palestina es el meollo de la seguridad israel y que la solucin de dos Estados, uno israel y otro palestino, es la garanta de esta seguridad, valga la redundancia.

    Otro elemento comn a todos estos partidos es el re-ferente a Jerusaln. Todos reclaman su oposicin a su divisin y favorables a mantenerla unidad como capital eterna de Israel. Un conocimiento del planteamiento palestino al respec-to pone en evidencia el carcter colonialista y racista de la sociedad israel y su establishment. La Organizacin para la Liberacin de Palestina (OLP) reclama una Jerusa-ln unida y abierta para todos, donde la parte occidental estara bajo soberana israel y sera su capital y, la parte oriental sera la capital del Estado de Palestina y estara bajo su soberana. La novedad en las elecciones actuales es barajar junto con el elemento de seguridad el elemento de colonizacin. Es decir, la colonizacin de ms tierras palestinas se ha hecho contribucin fundamental a la seguridad israel.Dicho de otro modo, la exclusiva colonizacin israel de la tierras exclusivamente palestinas es la garanta y la seguridad del presente y del futuro de Israel como Estado Nacional de los Judos del Mundo. Las atroci-dades del Apartheid de la minora blanca en Sudfrica quedan bien chiquitos al lado del Apartheid israel. Nelson Mandela, como Desmond Tutu, repitieron has-ta el hartazgo: Nuestra libertad no ser completa sin la libertad de Palestina.

  • 4 21 de marzode 2015

    LOS EXABRUPTOS DEL IMPERIOFrente a las abrumadoras reacciones condenatorias del decreto ejecutivo de Barack Obama declarando a Vene-zuela como amenaza a la seguridad nacional de EEUU y las otras medidas injerencistas de Washington en los asun-tos internos de Venezuela, la Casa Blanca quiso atenuar y neutralizar estas reacciones, de este modo su portavoz, Jennifer Psaki, convoc a una conferencia de prensa don-de afirm que su pas no apoya ni promueve cambios de Gobierno a travs de medios ilegales.Psaki reafirm: Como poltica de larga data, Estados Unidos no apoya transiciones por medios inconstitucio-nales. Las transiciones polticas deben ser democrticas, pacficas y legales, asegur la funcionaria.Obviamente, frente a tal cinismo, bastantes periodistas optaron por soltar sus carcajadas. Lo curioso es que la mis-ma Psaki respondi a las carcajadas con sonrisas como un modo amable y discreto de dar la razn a los periodistas que al final son los que tienen que trabajar diariamente. El corresponsal de The Associated Press, Matt Lee, con una sonrisa irnica le pregunt a Psaki cun larga era esa polti-ca de no promover golpes de Estado; a lo que la funciona-ria respondi que slo se refera a las acusaciones hechas por Maduro y no a episodios anteriores.Por su parte, el historiador y escritor Miguel Tinker Sa-las coment a Democracy Now que las afirmaciones de la portavoz del Departamento de Estado son sencilla-mente ridculas. Como historiador puedo decir que el registro dice lo contrario. Desde 1953 en Guatemala, hasta Repblica Dominicana, Chile en 1973, el apoyo a las dictaduras militares en Argentina y Brasil, y si no queremos ir tan lejos podemos recordar que en 2002, en Venezuela, EEUU respald el golpe contra el demo-crticamente electo Hugo Chvez () y nuevamente en Honduras en 2009 y en Paraguay con (Fernando) Lugo, donde dijeron que era una transicin democrti-ca, cuando en realidad se trat de un cambio de poder inconstitucional, explic.

    La portavoz de la Casa Blanca no tiene reparos en negar los hechos y las agresiones del imperio, aunque ello provoque carcajadas entre los periodistas acreditados en la Casa Blanca.

    La Lista Conjunta agrup a la totalidad de las fuerzas polticas de los palestinos de Israel. Esta unidad transform a esta lista en la tercera fuerza poltica en el parlamento israel.

    Tele

    sur

    Alq

    uds

    En este trabajo se consult a varias fuentes, entre las que estn:

    - http://www.alquds.com/news/article/view/id/550464Lectura en las elecciones israelesRasem Ubeidat. (En rabe)- http://www.arabs48.com/?mod=articles&ID=%201153703Programa del partido Campo Sio-nista; la seguridad es la condicin para el arreglo (En rabe)http://www.telam.com.ar/notas/201503/98231-el-escep-ticismo-invade-palestina-ante-las-elecciones-en-israel.htmlTlam en Israel: El escepticismo invade Palestina ante las eleccio-nes en Israel- http://www.alquds.com/news/article/view/id/550269Entrevista con Gabriel Alrajjub, secretario del Comit Central de Al Fatah (en rabe).