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Ecografía del cuello Autores María Isabel Marco Galve, Julio Alonso Pérez, Mercedes Acebal Blanco, Carmen Lozano Calero Institución Hospital de Alta Resolución de Benalmádena. Hospital Costa del Sol Objetivos Conocer el papel de la ecografía y sus principales limitaciones en la valoración de la patología del cuello. Revisar la patología cervical más frecuente. Revisión del tema La ecografía del cuello se ha convertido en una importante herramienta en el diagnóstico de las enfermedades de la cabeza y cuello. La ecografía habitualmente es la primera modalidad de imagen tras la exploración física. Es bien tolerada por los pacientes y además de ser barata aporta información de gran valor diagnóstico. En base a los hallazgos ecográficos se seleccionan otras técnicas diagnósticas como el TC o la RM. El examen ecográfico de las estructuras superficiales de la cabeza y cuello requiere un equipo adecuado con transductores de alta frecuencia (habitualmente entre 7.5 y 10 MHz). El transductor se puede colocar directamente sobre la piel o sobre una almohadilla de silicona para conseguir un contacto perfecto con la superficie cutánea, sobre todo en el ángulo de la mandíbula y el cuello. Es importante seguir un protocolo de examen sistemático para la evaluación de la cabeza y cuello. Comienza con el examen de la glándula tiroides, donde ajustamos la frecuencia y la ganancia. El examen se continúa a lo largo de los vasos hasta el suelo de la boca, lengua, glándulas salivares y región amigdalar. Lo siguiente es examinar los ganglios linfáticos. Por último, si está clínicamente indicado, la laringe y el esófago cervical. 1. Patología de los ganglios cervicales La mayoría de los ganglios linfáticos normales de la cabeza y cuello tienen un diámetro axial de 2-5 mm, con la excepción de los yugulodigásticos, que son más grandes (diámetro axial de 8-10 mm y longitudinal de 15-20 mm). Las enfermedades de los ganglios linfáticos suelen cursar con “hinchazón” de los histiocitos del seno, con hiperplasia de los folículos linfoides o con invasión por células tumorales. Como consecuencia, el resultado es casi siempre un aumento de tamaño de los ganglios y disminución de su ecogenicidad. 1.1. Ganglios linfáticos reactivos Los ganglios linfáticos reactivos son el hallazgo ecográfico más frecuente en pacientes no seleccionados. Se encuentran en casi todos los pacientes y la mayoría son submandibulares y laterocervicales. El aumento de tamaño reactivo se da en respuesta a una enfermedad inflamatoria y es el reflejo de una histiocitosis en el seno del ganglio. La apariencia ecográfica típica es un ganglio con morfología ovalada con polos redondeados y bordes lisos. La ecogenicidad es baja y homogénea con una banda central o periférica hiperecogénica que es el hilio con grasa y pequeños vasos. El diámetro axial es generalmente inferior a 8 mm, y el longitudinal puede variar entre 15 y 20 mm (figura 1). La ratio entre el eje corto y el eje largo es inferior a 0.5. A

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Ecografía del cuello

Autores

María Isabel Marco Galve, Julio Alonso Pérez, Mercedes Acebal Blanco, Carmen Lozano Calero

Institución

Hospital de Alta Resolución de Benalmádena. Hospital Costa del Sol

Objetivos

Conocer el papel de la ecografía y sus principales limitaciones en la valoración de la patología del cuello.

Revisar la patología cervical más frecuente.

Revisión del tema

La ecografía del cuello se ha convertido en una importante herramienta en el diagnóstico de las enfermedades de la cabeza y cuello. La ecografía habitualmente es la primera modalidad de imagen tras la exploración física. Es bien tolerada por los pacientes y además de ser barata aporta información de gran valor diagnóstico. En base a los hallazgos ecográficos se seleccionan otras técnicas diagnósticas como el TC o la RM. El examen ecográfico de las estructuras superficiales de la cabeza y cuello requiere un equipo adecuado con transductores de alta frecuencia (habitualmente entre 7.5 y 10 MHz). El transductor se puede colocar directamente sobre la piel o sobre una almohadilla de silicona para conseguir un contacto perfecto con la superficie cutánea, sobre todo en el ángulo de la mandíbula y el cuello. Es importante seguir un protocolo de examen sistemático para la evaluación de la cabeza y cuello. Comienza con el examen de la glándula tiroides, donde ajustamos la frecuencia y la ganancia. El examen se continúa a lo largo de los vasos hasta el suelo de la boca, lengua, glándulas salivares y región amigdalar. Lo siguiente es examinar los ganglios linfáticos. Por último, si está clínicamente indicado, la laringe y el esófago cervical.

1. Patología de los ganglios cervicales La mayoría de los ganglios linfáticos normales de la cabeza y cuello tienen un

diámetro axial de 2-5 mm, con la excepción de los yugulodigásticos, que son más grandes (diámetro axial de 8-10 mm y longitudinal de 15-20 mm). Las enfermedades de los ganglios linfáticos suelen cursar con “hinchazón” de los histiocitos del seno, con hiperplasia de los folículos linfoides o con invasión por células tumorales. Como consecuencia, el resultado es casi siempre un aumento de tamaño de los ganglios y disminución de su ecogenicidad.

1.1. Ganglios linfáticos reactivos Los ganglios linfáticos reactivos son el hallazgo ecográfico más frecuente en pacientes no seleccionados. Se encuentran en casi todos los pacientes y la mayoría son submandibulares y laterocervicales. El aumento de tamaño reactivo se da en respuesta a una enfermedad inflamatoria y es el reflejo de una histiocitosis en el seno del ganglio. La apariencia ecográfica típica es un ganglio con morfología ovalada con polos redondeados y bordes lisos. La ecogenicidad es baja y homogénea con una banda central o periférica hiperecogénica que es el hilio con grasa y pequeños vasos. El diámetro axial es generalmente inferior a 8 mm, y el longitudinal puede variar entre 15 y 20 mm (figura 1). La ratio entre el eje corto y el eje largo es inferior a 0.5.

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C Fig. 1. Ganglios linfáticos reactivos.

A, Ganglio de morfología ovoidea, con hilio graso conservado.

B, Ganglio con eje longitudinal mayor que el transversal, bordes lisos y polos redondeados.

C, Anatomía patológica de un ganglio reactivo: histiocitosis del seno.

1.2. Enfermedades inflamatorias inespecíficas de los ganglios linfáticos En las adenitis agudas inespecíficas los ganglios son dolorosos y están muy aumentados de tamaño. Suelen ser ovalados, con polos redondeados (figura 2). Pueden ser redondos o esféricos, con bordes lisos e hipoecogénicos. El hilio no está siempre conservado. La diferenciación de los tejidos adyacentes suele ser patente. Suelen medir entre 20 y 25 mm de diámetro longitudinal, pero las medidas de un ganglio no constituyen un dato suficiente para diferenciar entre inflamatorio y metastásico.

Fig. 2. Adenopatía submaxilar de morfología ovoidea con polos redondeados; el hilio graso no está presente: adenitis aguda.

En la inflamación subaguda los ganglios mantienen su morfología oval y bordes lisos, y se hacen más pequeños. La arquitectura interna es menos hipoecogénica (figura 3). A veces se ven pequeños puntos y líneas en el ganglio y el hilio es visible. En la inflamación crónica, tras semanas o meses, los ganglios todavía se ven en ecografía. Son pequeños, móviles ligeramente hipoecogénicos, con bordes lisos y forma oval.

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B Fig. 3. Varón de 15 años con cuadro de faringitis, fiebre, malestar general, esplenomegalia y múltiples adenopatías cervicales posteriores bilaterales: mononucleosis infecciosa.

1.3. Linfadenitis específicas (tuberculosis) Los ganglios se hacen grandes, indoloros o ligeramente sensibles con la presión. El aspecto que muestran los ganglios puede variar, desde grandes, redondos y anecoicos hasta ganglios con el centro necrótico-quístico (figura 4). Puede existir edema en los tejidos adyacentes a los ganglios afectados, lo que origina una apariencia borrosa de los bordes de los ganglios afectados por tuberculosis. La inflamación de los tejidos adyacentes con formación de fístulas puede acabar en necrosis, formación de abscesos y perforación de la cápsula del ganglio.

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B Fig. 4. Varón de 25 años con tumoración cervical derecha, febrícula desde hace 3 meses, pérdida de peso, Mantoux positivo: escrófula.

A, Ecografía: adenopatía laterocervical derecha parcialmente necrosada.

B, TCMD, corte axial. Se demuestra el gran componente quístico de la lesión.

1.4. Enfermedades primarias de los ganglios linfáticos (sarcoidosis, linfoma Hodgkin, linfoma no Hodgkin). La sarcoidosis es una enfermedad benigna granulomatosa de los ganglios linfáticos. El linfoma Hodgkin y el linfoma no Hodgkin son neoplasias malignas de los ganglios. La sarcoidosis y los linfomas presentan características ecográficas similares. En casi todos los casos se afectan ganglios de distintos niveles, que forman conglomerados adenopáticos. La afectación de un solo ganglio es rara. En ecografía los ganglios son de forma esférica, los bordes son lisos y la diferenciación entre el ganglio afectado y los tejidos adyacentes está claramente definida. Son hipoecogénicos y cuando son de gran tamaño aparecen casi anecoicos, simulando un quiste. A veces se observan pequeños focos ecogénicos en el ganglio (puntos ecogénicos). En casos de crecimiento rápido y agresivo de los linfomas, puede haber edema perinodal. La extensión extraglanglionar con infiltración

de los tejidos adyacentes ocurre en raras ocasiones. En la sarcoidosis están afectados frecuentemente de forma bilateral los ganglios laterocervicales y los supraclaviculares, y ocasionalmente, los ganglios intraparotídeos (figura 5). En el linfoma la afectación de los ganglios se localiza más frecuentemente posterior al esternocleidomastoideo, mientras que las metástasis del carcinoma escamoso se suelen localizar delante del esternocleidomastoideo. Cuando hay un rápido crecimiento de los ganglios en los estadios iniciales del linfoma, la expansión de los mismos puede conducir a deformación y aplastamiento de los ganglios entre sí. A veces se ven dobles líneas entre los ganglios, que representan pequeños vasos encerrados, atrapados, pero no infiltrados (figuras 6, 7 y 8).

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B Fig. 5. Sarcoidosis sistémica.

A, Ecografía de región submaxilar derecha: conglomerado adenopático.

B, Ecografía región parotídea: existen adenopatías intraparotídeas bilaterales, de bordes polilobulados.

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Fig. 6. Linfoma Hodgkin. Ecografía con adenopatía supraclavicular derecha, redondeada, hipoecogénica.

Fig. 7. Mujer de 20 años con conglomerado adenopático mediastínico y supraclavicular: linfoma Hodgkin. Adenopatías hipoecogénicas, con vascularización periférica.

Fig. 8. Varón de 70 años con antecedente de linfoma Hodgkin tratado hace 7 años. Conglomerados adenopáticos cervicales en relación con recidiva. Se observan adenopatías hipoecogénicas con pequeños focos hiperecogénicos en el interior.

1.5. Metástasis ganglionares El 80 % de las metástasis cervicales en la cabeza y cuello están caudadas por carcinoma de células escamosas. Son ganglios aumentados de tamaño con forma redondeada-esférica. Frecuentemente hipoecogénicos, a veces de ecogenicidad heterogénea, con pérdida de definición del hilio. Otro signo de infiltración metastásica es la hipertrofia cortical excéntrica. En casos de extensión extranodal, los bordes están pobremente definidos (figuras 9 y 10). Es

frecuente encontrar crecimiento extranodal y necrosis en el centro del ganglio. En el caso del carcinoma de tiroides medular y papilar, pueden encontrarse calcificaciones punteadas (cuerpos de Psammoma) (figuras 11 y 12). Las metástasis ganglionares pueden presentar aumento de la vascularización.

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B Fig. 9. Metástasis de carcinoma de seno piriforme.

A, Ecografía: adenopatía cervical redondeada, de bordes mal definidos (extensión extranodal), ecogenicidad heterogénea.

B, Anatomía Patológica de un ganglio con carcinoma escamoso.

Fig. 10. Metástasis de carcinoma de amígdala. Adenopatías redondeadas, heterogéneas, con pequeños focos de necrosis central. Vascularización en la periferia del ganglio, con ramas perforantes hacia el interior.

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Fig. 11. Metástasis de carcinoma papilar de tiroides. Adenopatía redondeada, hipoecogénica, con vascularización periférica.

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Fig. 12. Carcinoma papilar de tiroides con adenopatías metastásicas.

A, Ecografía: Masa heterogénea con múltiples focos hiperecogénicos (calcificaciones) en LTI: carcinoma papilar de tiroides.

B, Ecografía: adenopatía cervical con calcificaciones (cuerpos de Psamoma)

C y D, TCMD, cortes coronal y axial: masa en lóbulo tiroideo izquierdo con calcificaciones (carcinoma papilar); adenopatías supraclaviculares metastásicas calcificadas.

La sensibilidad de la ecografía en el diagnóstico de metástasis es de un 89-95 %, mientras que la especificidad es del 80-95 %. La menor especificidad se debe a la dificultad en diferenciar entre ganglios agrandados por hiperplasia reactiva y adenopatías metastásicas. La forma es el mejor criterio para diferenciar (la morfología ovoidea se asocia a benignidad y la esférica a malignidad). No obstante, la diferenciación ecográfica entre ganglios benignos y malignos puede ser muy difícil por la superposición de hallazgos. También se usan criterios de vascularización para diferenciar entre benignos y malignos. Los patrones de perfusión asociados a carcinoma de células escamosas son: vascularización periférica (típicamente la vascularización se encuentra en la periferia del ganglio, con ramas perforantes hacia el interior del mismo), vascularización mixta (hiliar y periférica), índices de resistencia altos (los vasos del ganglio se encuentran comprimidos por células tumorales, lo cual aumenta la resistencia vascular).

2. Tumores de partes blandas 2.1. Hemangiomas y linfangiomas Ocurren con más frecuencia en los dos primeros años de la vida o intraútero. Son multiquísticos, con cavidades rellenas de líquido. Su ecogenicidad es variable y depende del componente quístico (figura 13). El linfangioma quístico (higroma) puede ser firme y elástico, así que la palpación a menudo sugiere un lipoma. El doppler ayuda a detectar la perfusión en los hemangiomas y confirmar la naturaleza vascular de la lesión.

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Fig. 13. Mujer de 16 años. Tumoración cervical derecha de años de evolución.

Ecografía: lesión quística, multiloculada, no vascularizada: linfangioma quístico.

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B Fig. 14. Estructuras tubulares anecoicas con flujo en el estudio doppler: hemangioma.

2.2. Lipomas La mayoría son ovoideos. Están localizados superficialmente en la grasa subcutánea y son lesiones elásticas y compresibles. Los lipomas de contenido puramente graso con raros y son relativamente hipoecogénicos. Los más frecuentes son los fibrolipomas, con alta ecogenicidad y típicamente apariencia estriada (figura 15).

Fig. 15. Lesión ovoidea hipoecogénica con estriaciones en su interior: lipoma.

2.3. Tumores neurales (neurofibromas, schwannomas). Se localizan con frecuencia en la zona dorsolateral del cuello detrás del músculo esternocleidomastoideo. Muestran un patrón hipoecogénico con una cápsula lisa. A veces presentan cambios quísticos. En algunas ocasiones es posible observar la continuidad con el nervio, que muestra un engrosamiento en la unión entre el nervio y el tumor.

3. Tumores del cuerpo carotídeo Son paragangliomas que se originan en las células del cuerpo carotídeo. Típicamente se localizan en la bifurcación carotídea o adyacentes a las carótidas, desplazando la interna de la externa. Son tumores altamente vasculares. El diagnóstico se basa en los hallazgos ecográficos de masa con alta vascularización en la bifurcación carotídea (figura 16).

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D Fig. 16. Mujer de 52 años con tumoración cervical derecha. Tumor del glomus carotídeo.

A y B, Ecografía: masa (T) ovoidea, hipoecogénica y heterogénea que llena por completo la bifurcación carotídea, abriéndola.

C y D, TCMD, cortes coronal y axial: masa con importante realce de contraste localizada en bifurcación carotídea izquierda, que separa las arterias carótida interna y externa.

4. Anomalías de los vasos cervicales Aneurismas, elongación y tortuosidad de las carótidas pueden aparentar lesiones tumorales a la exploración física.

5. Lesiones quísticas 5.1. Quistes del conducto tirogloso Los quistes del conducto tirogloso son las tumoraciones más frecuentes de la línea media del cuello. Esta lesión puede aparecer en cualquier lugar a lo largo del trayecto del conducto, desde la base de la lengua hasta el tiroides. En la región suprahioidea se encuentran junto al hueso hioides, al que a menudo remodelan.

En ecografía son lesiones quísticas, anecoicas o hipoecogénicas con refuerzo acústico posterior y márgenes bien definidos (figuras 17 y 18). Ocasionalmente son multiquísticos. En caso de infección se hacen dolorosos y el líquido se hace heterogéneo por la presencia de pus. En el 1 % se puede desarrollar un adenocarcinoma papilar. En estos casos el quiste aumenta de tamaño y tejido sólido rellena la luz del quiste.

Fig. 17. Tumoración cervical en línea media, ligeramente desviada a la izquierda.

Se trata de una lesión quística con componente ecogénico móvil en su interior, en relación con detritus.

Fig. 18. Tumoración cervical en línea media que a veces se lateraliza a la derecha.

Lesión quística: quiste de conducto tirogloso.

5.2. Quistes branquiales Son lesiones congénitas que derivan generalmente del primer y segundo arco branquial. Los quistes del primer arco branquial suelen estar relacionados con la parótida, el borde inferior del pabellón auricular, o ambos. Si se identifica un trayecto dirigido hacia el conducto auditivo externo podrá establecerse el diagnóstico (figura 19). Los quistes del segundo arco branquial suelen encontrase en la parte lateral del cuello, dorsales respecto a la glándula submaxilar y ventrales respecto al borde anterior del músculo esternocleidomastoideo.

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La apariencia ecográfica de los quistes branquiales es variable. Pueden ser anecoicos, pero lo más frecuente es que sean moderadamente ecogénicos y homogéneos, revelando un patrón granular fino debido a debris o cristales de colesterol dentro del quiste. El patrón ecogénico es más heterogéneo cuando existe inflamación concomitante. En raros casos puede desarrollarse un carcinoma, que puede verse como un componente sólido en el quiste.

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B Fig. 19. Varón de 30 años con tumoración parotídea izquierda y lesión que protruye por el conducto auditivo externo

A, Ecografía que demuestra lesión intraparotídea quística con ecos internos, que comunica mediante un cuello con otra lesión quística compleja la cual impronta en el CAE. Quiste de la primera hendidura branquial.

B, TCMD, corte coronal. La lesión estaba infectada (se aspiró material purulento y se cultivó Staphilococo epidermidis).

5.3. Quistes epidermoides y dermoides Se localizan principalmente en la línea media de la lengua y el suelo de la boca. Están causados por inclusiones de células dermoides durante el proceso de fusión de los arcos branquiales. A menudo son muy hiperecogénicos debido a la alta impedancia acústica del líquido, sebo o pelo en la luz.

5.4. Ránula

Son quistes del suelo de la boca secundarios a obstrucción de los conductos sublinguales. A veces pueden llegar a ser grandes y llevar a deformidad del suelo de la boca.

5.5. Laringocele Dilatación del sáculo del ventrículo laríngeo de Morgagni. Pueden contener moco, saliva o aire.

6. Glándulas salivares (patología no tumoral) 6.1. Sialoadenitis aguda y crónica La sialoadenitis aguda bacteriana ocurre predominantemente en personas mayores y pacientes debilitados. Las glándulas salivares también pueden afectarse en infecciones virales, incluyendo la parotiditis epidémica. Las infecciones específicas, como la tuberculosis y la actinomicosis son raras. En el 50 % de los casos con litiasis hay una sialoadenitis asociada. La ecografía demuestra un parénquima glandular hipoecogénico e inhomogéneo. La hipoecogenicidad es más dominante en la inflamación aguda. En las inflamaciones crónicas recurrentes se ven cambios parcheados, inhomogéneos, con ectasia ductal en el parénquima (figura 20).

Fig. 20. Parotiditis crónica

6.2. Síndrome de Sjögren El síndrome de Sjögren es un trastorno autoinmune de las glándulas exocrinas que puede aparecer solo (síndrome de Sjögren primario) o acompañado de algunas enfermedades del tejido conectivo (síndrome de Sjögren secundario). El síndrome de Sjögren es el resultado de la destrucción mediada por linfocitos de las glándulas exocrinas, lo que origina una disminución de las secreciones y sequedad. En casos avanzados de sialadenitis autoinmune se observan lesiones quísticas múltiples por destrucción del parénquima con

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dilatación de los conductos intraglandulares. El resto del parénquima es inhomogéneo e hipoecogénico (figura 21). Con doppler se observa hipervascularización en el 50 %. Una disminución de la vascularización se relaciona con la severidad de los cambios parenquimatosos.

Fig. 21. Síndrome de Sjögren.

6.3. Sarcoidosis de glándulas parótidas La sarcoidosis es una enfermedad sistémica de etiología presuntamente infecciosa que se caracteriza por granulomas no caseificantes que afectan a múltiples sistemas. Las manifestaciones extrapulmonares de la sarcoidosis afectan a la glándula parótida en un 1-6 % de los casos, y pueden asociarse con uveítis y parálisis facial (síndrome de Heerford). Ecográficamente se observa aumento de tamaño de las parótidas, que son dolorosas con escasos o múltiples nódulos granulomatosos hipoecogénicos, que están difusamente distribuidos por las parótidas (figura 22).

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B Fig. 22. Sarcoidosis sistémica. Afectación de ambas parótidas. Nódulos parotídeos hipoecogénicos de bordes bien definidos y vascularización interna.

6.4. Sialolitiasis Las litiasis salivares producen dolor, edema intermitente y dolor al comer. La submandibular es la glándula más afectada (83 %), seguida por la parótida (13 %) y raramente la sublingual (4%). El 80 % de las litiasis están calcificadas y pueden detectarse por radiología convencional. La ecografía puede detectar litiasis no radioopacas. Las litiasis se localizan en la glándula o en los conductos. Ocurre una inflamación concomitante con la dilatación ductal (figura 23). La litiasis menores de 2 mm pueden no tener sombra. La administración de unas gotas de limón facilita la visualización de las litiasis por la ectasia ductal que se produce.

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B Fig. 23. Varón de 45 años con dolor y tumefacción en región submandibular derecha.

A, Ecografía: aumento de tamaño de la glándula submaxilar derecha, que presenta ecoestructura heterogénea y mala definición de los contornos: sialolitiasis con sialoadenitis submaxilar derecha.

B, TCMD, corte axial: litiasis radiodensa de 1 cm en el suelo de la boca, a nivel teórico de conducto de Warthon derecho.

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7. Tumores de las glándulas salivares 7.1.Tumores benignos Adenoma pleomorfo El adenoma pleomorfo (tumor mixto benigno) es el tumor más frecuente de las glándulas salivares. El 84 % se localizan en la glándula parótida, el 8 % en la glándula submandibular, el 6.5 % en la glándulas salivares menores y el 0,5 % en la glándulas sublinguales. De los tumores parotídeos el 90 % se localizan en el lóbulo superficial. El tumor se compone de tejido epitelial, mioepitelial y mesenquimatoso. Debido a esta composición variable de tejido, su aspecto ecográfico también es variable (figura 24). El tumor está bien circunscrito, es de bordes lisos (a veces polilobulados) presenta un patrón homogéneo, generalmente hipoecogénico. En ocasiones el tumor es hiperecogénico y presenta áreas quísticas o calcificaciones. Ocurre una transformación maligna en el 1,5-4,5 % de los casos, que se caracteriza por bordes irregulares y un patrón heterogéneo.

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E Fig. 24. Distintas apariencias ecográficas del adenoma pleomorfo.

A, Lesión polilobulada, con bordes bien definidos, homogénea.

B, Lesión quística con ecos internos: adenoma pleomorfo quistificado.

C,Lesión redondeada, hipoecogenica homogénea.

D, Lesión solidoquística de bordes bien definidos.

E, Lesión homogénea con pequeño foco quístico.

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Fig. 25. Adenoma pleomorfo submaxilar derecho

A, Ecografía: masa hipoecogénica de bordes polilobulados en glándula submaxilar derecha.

B, TCMS, corte axial: tumoración submaxilar derecha de apariencia solidoquística.

Tumor de Warthin (cistadenolinfoma) Es el tumor monomórfico más frecuente de las glándulas salivares. Histológicamente se compone de tejido linfoide y epitelial. Representa el 2-24 % de todos los tumores de glándulas salivares. El 90 % se localizan en el lóbulo superficial, y hasta el 30 % son bilaterales. En ecografía el tumor tiene bordes lisos y suele ser hipoecogénico. Puede ser homogéneo o heterogéneo, con áreas quísticas y septos (figura 26).

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E Fig. 26. Distintas apariencias ecográficas del tumor de Warthin.

A y B, lesiones parotídeas bilaterales, ovaladas, predominantemente sólidas, con pequeñas áreas quísticas. Escasa vascularización interna.

C, Lesión ovalada hipoecogénica homogénea.

D. Tumor de Warthin predominantemente quística con septo.

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E, Tumor de Warthin bilateral. Lesión solidoquística con buena transmisión del sonido.

7.2.Tumores malignos El tumor maligno más frecuente de las glándulas salivares es el carcinoma mucoepidermoide, seguido por el carcinoma adenoide quístico, carcinoma escamoso, tumor de células acinares y adenocarcinoma. El diagnóstico histológico no puede establecerse por ecografía. Generalmente los tumores de alto grado de malignidad y los mayores de 2 cm presentan bordes irregulares y patrón ecográfico heterogéneo, con áreas necróticas. Los tumores malignos presentan gran vascularización y velocidades de flujo altas.

7.3. Tumores no epiteliales de las glándulas salivares Angioma, lipoma, neurinoma; histiocitoma, schwanoma maligno, fibrosarcoma, rabdomiosarcoma.

8. Metástasis intraglandular La mayoría de las metástasis a los ganglios intraparotídeos ocurren por melanomas y carcinomas escamosos de la piel, así como mama y pulmón. En los linfomas también puede haber afectación de la glándula parótida.

9. Pseudotumores El aumento de los tejidos de partes blandas del cuello puede aparentar una tumoración, como ocurre en algunos casos de edema, lipomatosis (figura 27), infecciones y hematomas. Una exploración física adecuada suele aclarar el diagnóstico. Si existen dudas la ecografía puede ser de utilidad.

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B Fig. 27. Mujer de 50 años con tumoración parotídea izquierda.

A, Ecografía: imagen hipoecogénica con estriaciones similares a la grasa.

B, TCMS, corte axial: acúmulo de grasa en espacio parotídeo izquierdo, que impronta sobre la glándula: lipomatosis.

10. Hipertrofia de los músculos maseteros La hipertrofia de los músculos maseteros puede ocurrir en ambos lados. Clínicamente puede ser interpretada como un tumor de glándulas salivares. En este caso la ecografía esclarecerá el diagnóstico.

11. Patología infecciosa La patología inflamatoria del cuello, lengua y suelo de la boca no es infrecuente, y puede deberse a infecciones dentales, amigdalitis, faringitis y a veces a perforación por cuerpos extraños. La ecografía es útil para evaluar la extensión y localización del proceso inflamatorio y ayuda a buscar la existencia de un absceso que necesite intervención quirúrgica. Los abscesos se presentan con lesión hipoecogénicas o anecoicas (figuras 28 y 29). Los bordes son irregulares, mal definidos. Si existen bacterias anaerobias pueden verse burbujas de gas en su interior.

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B Fig. 28. Mujer de 70 años que tras caída accidental hace 1 semana presenta tumoración facial derecha, con enrojecimiento y calor local y fiebre.

A, Ecografía: lesión quística compleja de bordes irregulares y mal definidos.

B, TCMD, corte axial: lesión de apariencia solidoquística en espacio parotídeo y masticador derecho. Se aspiró contenido: hematoma abscesificado.

Fig. 29. Varón de 57 años con boca séptica, con dolor y tumoración submaxilar derecha, fiebre y malestar general.

Ecografía con lesión hipoecogénica heterogénea y bordes mal definidos: absceso submaxilar de origen dental.

Conclusiones

La ecografía es una excelente herramienta diagnóstica en el manejo de la patología cervical. Es con frecuencia la primera modalidad de imagen después de la exploración física y aporta una gran información para el diagnóstico. En base a los hallazgos ecográficos se eligen distintas opciones como la TCMD y la RM para completar el diagnóstico o como valoración prequirúrgica.

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