Boletín de pH Agosto 2013

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¿El silencio es salud? PROHIBIDO CALLAR! Colectivo de Estudiantes y Trabajadores de la Salud

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En este número: - Autonomía en los espacios: cómo y dónde intentamos aportar a una transformación. - ¿Paula va a la asamblea? La experiencia de una residencia de ginecología. - Aportes para pensar la formación médica (y cómo cambiarla).

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pH 1

5

¿El silencio es salud?

¡PROHIBIDO

C A L L A R !

C o lec t i vo de E st ud i ant e sy Trabajado re s de l a S a l ud

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Autonomía en los espacios(reflexión horizontal)

“Las ideas que sostenemos están en constante diálogo con otras personas y con otros espa-cios. Nuestro aporte en los lugares donde participamos no pasa por ser reconocidos o por acceder a lugares de privilegio. Nos parece más fructífero reforzar las tendencias a la horizon-talidad y a la autonomía en los colectivos, que esforzarnos por que los demás acepten lo que nosotros pensamos. Esto no implica que no podamos intervenir con propuestas allí donde lo consideremos necesario, sino que anteponemos siempre la construcción colectiva de las mismas.” (1)

Con estas palabras intentábamos explicitar nuestro posicionamiento político en los espacios donde llevábamos adelante nuestras acciones durante 2011. Nuestra postura en cuanto a las formas de construcción horizontales y la autonomía como eje político fundamental sigue siendo la misma. Cambiaron algunos espacios de construcción. Además, la mayoría de quienes integramos hoy en día Producción Horizontal somos trabajadorxs de la salud (residentes de diversas especialidades médicas), pero también hay quienes continúan su marcha por la Facultad (estudiantes y docentes) y trabajadorxs no residentes ni concurrentes. A diferencia de lo que sucedía cuando escribimos el primer boletín, momento en el cual la mayoría estábamos terminando nuestros estudios universitarios.

Estos cambios fueron cruciales y nos llevaron a rediscutir qué entendemos por autonomía. En este momento planteamos la misma como una forma de construcción y como un fin en sí misma. Con esto queremos decir que la concebimos como una herramienta para modificar las relaciones de poder, donde la horizontalidad es un requisito indispensable para lograr esto. Asimismo, entendemos la autonomía como la capacidad de organizarse (como agrupación política, como sociedad, etc.) de una manera que no implique ninguna forma de relación del tipo opresor-oprimido. En este sentido nos parece clara la posición

de Castoriadis(2), quien, al hablar de sociedades autónomas, dice que el conjunto de instituciones que conforman la sociedad es el resultado de sus propias prácticas: “Autónomo significa, literal y profundamente, algo que establece su propia ley por sí mismo. Auto-institución explícita y reconocida es el reconocimiento por parte de la sociedad misma como su fuente y su origen.” (3)

A partir de esta lectura toma sentido nuestra postura en los espacios de construcción en los cuales decidimos poner nuestras

residentes de medicina general de todo el país.

● Asamblea de Trabajadorxs Residentes y Concurrentes de CABA: Es una asamblea intersectorial (van residentes de varios hospitales y centros de salud), que reúne a residentes y concurrentes de varias especialidades y profesiones, a través de la cual se discuten temas relacionados a nuestros derechos laborales como salario, franco post guardia, y temas más generales como la defensa de la salud pública. Además es el medio para vehiculizar estos reclamos a través de medidas de fuerza como, por ejemplo, paros y movilizaciones para exigir algunas de estas reivindicaciones.

● Asamblea de Residentes de Salud Mental de CABA (ARSAM): Es un grupo de residentes y concurrentes de salud mental (médicxs y no médicxs) de la Ciudad de Buenos Aires que vió, en una asamblea del Borda en agosto de 2012, que tenía más en común que el simple repudio a las políticas municipales sobre aquel hospital. Fue así que comenzaron a reunirse y reconocieron ciertos puntos que lxs unían, como las instancias formativas en la residencia y las instancias asistenciales, con sus respectivas críticas. Compartiendo particularidades de cada sede fueron pensando y ejecutando alternativas a las situaciones conflictivas. Se juntan quincenalmente en asambleas horizontales donde las decisiones son tomadas en conjunto.

● Asambleas Regionales de Trabajadorxs Tesidentes y Concurrentes de la Provincia de Buenos Aires: Lxs residentes y concurrentes de las diversas especialidades y disciplinas de la Provincia de Buenos Aires tenemos la oportunidad de encontrarnos en este espacio autogestionado. Allí debatimos y llevamos adelante acciones tendientes a modificar cuestiones que tienen que ver no sólo con nuestra formación como profesionales, sino con el sistema de salud provincial.

2. UniversidadNuestros espacios de participación están en la Facultad de Ciencias Médicas; en este

ámbito, algunos de nosotros participamos de Conjugando Saberes y de la Comisión de Cultura. El primero de estos espacios funciona como un grupo de estudio, horizontal y autónomo, que intenta disputar la producción de conocimiento en la Universidad. Esto lo hace tanto desde la especificidad de las “ciencias de la salud” al encarar contenidos contrahegemónicos, como desde las formas, al apostar a la formación de manera horizontal y autogestionada. La Comisión de Cultura forma parte del CECiM (Centro de Estudiantes de Ciencias Médicas): “(...) La creatividad, la iniciativa, la expresión, la generación de otros vínculos entre las personas (...) son indispensables en nuestras vidas y en la preocupación por la salud. Pensamos que existen ciertas potencialidades para otro ejercicio de las ciencias médicas en un taller de danzas, de teatro, de murga, o en un cine-debate (...) La cultura

pH - 2

es hoy campo de batalla social y política, hay que recuperar su dimensión simbólica, su capacidad de generar vínculos entre las personas, su ligazón a su territorio y sus proyectos colectivos.” (Editorial del Boletín de la Comisión de Cultura de 2012)

3. IMPAEs una fábrica recuperada por sus trabajadores, que funciona de manera cooperativa

y donde se han gestado un centro cultural, un bachillerato popular, una radio, un canal de televisión autogestionado y una universidad de los trabajadores. En este marco estamos participando de la construcción de un espacio de salud comunitaria, que intenta oponerse a las prácticas que determina el Modelo Médico Hegemónico. Apuntamos a un abordaje integral de la salud superando el biologicismo centrado en el órgano enfermo, de carácter ahistórico y lineal. La idea, entonces, no es reducirnos a concretar una Sala de Atención Barrial, replicando el modelo ya establecido, sino que estamos intentando elaborar y llevar a la práctica los lineamientos fundamentales de una nueva modalidad de salud entendiendo a la comunidad como el agente sanitario y corriendo el eje de la mirada puesta en el profesional de la salud. Todo este proyecto está basado en la autogestión comunitaria de la SALUD!

Por último, nos parece importante remarcar que la búsqueda de autonomía nos permite generar nuevas formas de organización

social. Ésto nos da la posibilidad de transformar las relaciones humanas que perpetúan las asimetrías de poder propias del

sistema capitalista. De esta manera logramos generar herramientas para poner fin a las lógicas de producción

y reproducción del sistema y las instituciones que lo sostienen y avalan .

Ya que creemos que lo dicho cobra sentido cuando todxs nos organizamos y construimos juntxs, te invitamos a formar parte de estas instancias.

fuerzas actualmente. Nuestra intención es fortalecer la organización de base, impulsando la creación de instancias de discusión acerca de por qué y para qué hacemos algo, reflexionando acerca de qué implica estar inmerso en estructuras de poder, intentando hacer visibles mecanismos de control y sometimiento que no son explícitos: o sea, estimulando el desarrollo de un pensamiento crítico. Creemos que la manera de llevar a cabo todas estas acciones es a través de mecanismos de horizontalidad, para que las diferencias de poder no se institucionalicen: la participación colectiva que garantice la posibilidad de que todxs tengan voz, intentando superar la heterogeneidad en cuanto a conocimientos, herramientas y recorrido, el acceso igualitario a la información y la toma de decisiones a partir de mecanismos consensuados. Estos aspectos, junto con la intención de pensar críticamente la realidad son imprescindibles para hablar de autonomía.

Ahora, ¿autonomía con respecto a qué? Eso dependerá del espacio al que estemos haciendo mención, los cuales son muy diversos y abarcan instancias institucionales y no institucionales con diferentes grados de articulación con el Estado.

En ese sentido, actualmente estamos trabajando en diversos ámbitos que nos permiten llevar adelante los principios teóricos e ideológicos de los que hablamos anteriormente:

1. Espacios de participación de residentes y concurrentes:● Comisión Nacional de Residentes de Medicina General: Se trata de una comisión

que pertenece a la FAMG (Federación Argentina de Medicina General). Es una instancia institucional a partir de la cual podemos encontrarnos residentes y concurrentes de medicina general de diversos puntos del país a poner en común nuestras vivencias, inquietudes, ideas, con el fin de organizarnos y volvernos protagonistas activos de nuestra formación y de nuestro trabajo. A través de la misma (mediante la elección de unx delegadx) se accede a tener voz y voto en la mesa directiva de la Federación. De esta manera se hace posible que la voz de lxs residentes pueda llegar a los lugares donde se toman la decisiones y así poder realizar reclamos por “vías formales”. Pero además, y lo que consideramos que tiene mucho más potencial, la CNR permite generar organización de base, ya que todo lo que se hace a través de esta comisión se decide en asambleas de las cuales participan

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Autonomía en los espacios(reflexión horizontal)

“Las ideas que sostenemos están en constante diálogo con otras personas y con otros espa-cios. Nuestro aporte en los lugares donde participamos no pasa por ser reconocidos o por acceder a lugares de privilegio. Nos parece más fructífero reforzar las tendencias a la horizon-talidad y a la autonomía en los colectivos, que esforzarnos por que los demás acepten lo que nosotros pensamos. Esto no implica que no podamos intervenir con propuestas allí donde lo consideremos necesario, sino que anteponemos siempre la construcción colectiva de las mismas.” (1)

Con estas palabras intentábamos explicitar nuestro posicionamiento político en los espacios donde llevábamos adelante nuestras acciones durante 2011. Nuestra postura en cuanto a las formas de construcción horizontales y la autonomía como eje político fundamental sigue siendo la misma. Cambiaron algunos espacios de construcción. Además, la mayoría de quienes integramos hoy en día Producción Horizontal somos trabajadorxs de la salud (residentes de diversas especialidades médicas), pero también hay quienes continúan su marcha por la Facultad (estudiantes y docentes) y trabajadorxs no residentes ni concurrentes. A diferencia de lo que sucedía cuando escribimos el primer boletín, momento en el cual la mayoría estábamos terminando nuestros estudios universitarios.

Estos cambios fueron cruciales y nos llevaron a rediscutir qué entendemos por autonomía. En este momento planteamos la misma como una forma de construcción y como un fin en sí misma. Con esto queremos decir que la concebimos como una herramienta para modificar las relaciones de poder, donde la horizontalidad es un requisito indispensable para lograr esto. Asimismo, entendemos la autonomía como la capacidad de organizarse (como agrupación política, como sociedad, etc.) de una manera que no implique ninguna forma de relación del tipo opresor-oprimido. En este sentido nos parece clara la posición

de Castoriadis(2), quien, al hablar de sociedades autónomas, dice que el conjunto de instituciones que conforman la sociedad es el resultado de sus propias prácticas: “Autónomo significa, literal y profundamente, algo que establece su propia ley por sí mismo. Auto-institución explícita y reconocida es el reconocimiento por parte de la sociedad misma como su fuente y su origen.” (3)

A partir de esta lectura toma sentido nuestra postura en los espacios de construcción en los cuales decidimos poner nuestras

residentes de medicina general de todo el país.

● Asamblea de Trabajadorxs Residentes y Concurrentes de CABA: Es una asamblea intersectorial (van residentes de varios hospitales y centros de salud), que reúne a residentes y concurrentes de varias especialidades y profesiones, a través de la cual se discuten temas relacionados a nuestros derechos laborales como salario, franco post guardia, y temas más generales como la defensa de la salud pública. Además es el medio para vehiculizar estos reclamos a través de medidas de fuerza como, por ejemplo, paros y movilizaciones para exigir algunas de estas reivindicaciones.

● Asamblea de Residentes de Salud Mental de CABA (ARSAM): Es un grupo de residentes y concurrentes de salud mental (médicxs y no médicxs) de la Ciudad de Buenos Aires que vió, en una asamblea del Borda en agosto de 2012, que tenía más en común que el simple repudio a las políticas municipales sobre aquel hospital. Fue así que comenzaron a reunirse y reconocieron ciertos puntos que lxs unían, como las instancias formativas en la residencia y las instancias asistenciales, con sus respectivas críticas. Compartiendo particularidades de cada sede fueron pensando y ejecutando alternativas a las situaciones conflictivas. Se juntan quincenalmente en asambleas horizontales donde las decisiones son tomadas en conjunto.

● Asambleas Regionales de Trabajadorxs Tesidentes y Concurrentes de la Provincia de Buenos Aires: Lxs residentes y concurrentes de las diversas especialidades y disciplinas de la Provincia de Buenos Aires tenemos la oportunidad de encontrarnos en este espacio autogestionado. Allí debatimos y llevamos adelante acciones tendientes a modificar cuestiones que tienen que ver no sólo con nuestra formación como profesionales, sino con el sistema de salud provincial.

2. UniversidadNuestros espacios de participación están en la Facultad de Ciencias Médicas; en este

ámbito, algunos de nosotros participamos de Conjugando Saberes y de la Comisión de Cultura. El primero de estos espacios funciona como un grupo de estudio, horizontal y autónomo, que intenta disputar la producción de conocimiento en la Universidad. Esto lo hace tanto desde la especificidad de las “ciencias de la salud” al encarar contenidos contrahegemónicos, como desde las formas, al apostar a la formación de manera horizontal y autogestionada. La Comisión de Cultura forma parte del CECiM (Centro de Estudiantes de Ciencias Médicas): “(...) La creatividad, la iniciativa, la expresión, la generación de otros vínculos entre las personas (...) son indispensables en nuestras vidas y en la preocupación por la salud. Pensamos que existen ciertas potencialidades para otro ejercicio de las ciencias médicas en un taller de danzas, de teatro, de murga, o en un cine-debate (...) La cultura

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es hoy campo de batalla social y política, hay que recuperar su dimensión simbólica, su capacidad de generar vínculos entre las personas, su ligazón a su territorio y sus proyectos colectivos.” (Editorial del Boletín de la Comisión de Cultura de 2012)

3. IMPAEs una fábrica recuperada por sus trabajadores, que funciona de manera cooperativa

y donde se han gestado un centro cultural, un bachillerato popular, una radio, un canal de televisión autogestionado y una universidad de los trabajadores. En este marco estamos participando de la construcción de un espacio de salud comunitaria, que intenta oponerse a las prácticas que determina el Modelo Médico Hegemónico. Apuntamos a un abordaje integral de la salud superando el biologicismo centrado en el órgano enfermo, de carácter ahistórico y lineal. La idea, entonces, no es reducirnos a concretar una Sala de Atención Barrial, replicando el modelo ya establecido, sino que estamos intentando elaborar y llevar a la práctica los lineamientos fundamentales de una nueva modalidad de salud entendiendo a la comunidad como el agente sanitario y corriendo el eje de la mirada puesta en el profesional de la salud. Todo este proyecto está basado en la autogestión comunitaria de la SALUD!

Por último, nos parece importante remarcar que la búsqueda de autonomía nos permite generar nuevas formas de organización

social. Ésto nos da la posibilidad de transformar las relaciones humanas que perpetúan las asimetrías de poder propias del

sistema capitalista. De esta manera logramos generar herramientas para poner fin a las lógicas de producción

y reproducción del sistema y las instituciones que lo sostienen y avalan .

Ya que creemos que lo dicho cobra sentido cuando todxs nos organizamos y construimos juntxs, te invitamos a formar parte de estas instancias.

fuerzas actualmente. Nuestra intención es fortalecer la organización de base, impulsando la creación de instancias de discusión acerca de por qué y para qué hacemos algo, reflexionando acerca de qué implica estar inmerso en estructuras de poder, intentando hacer visibles mecanismos de control y sometimiento que no son explícitos: o sea, estimulando el desarrollo de un pensamiento crítico. Creemos que la manera de llevar a cabo todas estas acciones es a través de mecanismos de horizontalidad, para que las diferencias de poder no se institucionalicen: la participación colectiva que garantice la posibilidad de que todxs tengan voz, intentando superar la heterogeneidad en cuanto a conocimientos, herramientas y recorrido, el acceso igualitario a la información y la toma de decisiones a partir de mecanismos consensuados. Estos aspectos, junto con la intención de pensar críticamente la realidad son imprescindibles para hablar de autonomía.

Ahora, ¿autonomía con respecto a qué? Eso dependerá del espacio al que estemos haciendo mención, los cuales son muy diversos y abarcan instancias institucionales y no institucionales con diferentes grados de articulación con el Estado.

En ese sentido, actualmente estamos trabajando en diversos ámbitos que nos permiten llevar adelante los principios teóricos e ideológicos de los que hablamos anteriormente:

1. Espacios de participación de residentes y concurrentes:● Comisión Nacional de Residentes de Medicina General: Se trata de una comisión

que pertenece a la FAMG (Federación Argentina de Medicina General). Es una instancia institucional a partir de la cual podemos encontrarnos residentes y concurrentes de medicina general de diversos puntos del país a poner en común nuestras vivencias, inquietudes, ideas, con el fin de organizarnos y volvernos protagonistas activos de nuestra formación y de nuestro trabajo. A través de la misma (mediante la elección de unx delegadx) se accede a tener voz y voto en la mesa directiva de la Federación. De esta manera se hace posible que la voz de lxs residentes pueda llegar a los lugares donde se toman la decisiones y así poder realizar reclamos por “vías formales”. Pero además, y lo que consideramos que tiene mucho más potencial, la CNR permite generar organización de base, ya que todo lo que se hace a través de esta comisión se decide en asambleas de las cuales participan

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Autonomía en los espacios(reflexión horizontal)

“Las ideas que sostenemos están en constante diálogo con otras personas y con otros espa-cios. Nuestro aporte en los lugares donde participamos no pasa por ser reconocidos o por acceder a lugares de privilegio. Nos parece más fructífero reforzar las tendencias a la horizon-talidad y a la autonomía en los colectivos, que esforzarnos por que los demás acepten lo que nosotros pensamos. Esto no implica que no podamos intervenir con propuestas allí donde lo consideremos necesario, sino que anteponemos siempre la construcción colectiva de las mismas.” (1)

Con estas palabras intentábamos explicitar nuestro posicionamiento político en los espacios donde llevábamos adelante nuestras acciones durante 2011. Nuestra postura en cuanto a las formas de construcción horizontales y la autonomía como eje político fundamental sigue siendo la misma. Cambiaron algunos espacios de construcción. Además, la mayoría de quienes integramos hoy en día Producción Horizontal somos trabajadorxs de la salud (residentes de diversas especialidades médicas), pero también hay quienes continúan su marcha por la Facultad (estudiantes y docentes) y trabajadorxs no residentes ni concurrentes. A diferencia de lo que sucedía cuando escribimos el primer boletín, momento en el cual la mayoría estábamos terminando nuestros estudios universitarios.

Estos cambios fueron cruciales y nos llevaron a rediscutir qué entendemos por autonomía. En este momento planteamos la misma como una forma de construcción y como un fin en sí misma. Con esto queremos decir que la concebimos como una herramienta para modificar las relaciones de poder, donde la horizontalidad es un requisito indispensable para lograr esto. Asimismo, entendemos la autonomía como la capacidad de organizarse (como agrupación política, como sociedad, etc.) de una manera que no implique ninguna forma de relación del tipo opresor-oprimido. En este sentido nos parece clara la posición

de Castoriadis(2), quien, al hablar de sociedades autónomas, dice que el conjunto de instituciones que conforman la sociedad es el resultado de sus propias prácticas: “Autónomo significa, literal y profundamente, algo que establece su propia ley por sí mismo. Auto-institución explícita y reconocida es el reconocimiento por parte de la sociedad misma como su fuente y su origen.” (3)

A partir de esta lectura toma sentido nuestra postura en los espacios de construcción en los cuales decidimos poner nuestras

residentes de medicina general de todo el país.

● Asamblea de Trabajadorxs Residentes y Concurrentes de CABA: Es una asamblea intersectorial (van residentes de varios hospitales y centros de salud), que reúne a residentes y concurrentes de varias especialidades y profesiones, a través de la cual se discuten temas relacionados a nuestros derechos laborales como salario, franco post guardia, y temas más generales como la defensa de la salud pública. Además es el medio para vehiculizar estos reclamos a través de medidas de fuerza como, por ejemplo, paros y movilizaciones para exigir algunas de estas reivindicaciones.

● Asamblea de Residentes de Salud Mental de CABA (ARSAM): Es un grupo de residentes y concurrentes de salud mental (médicxs y no médicxs) de la Ciudad de Buenos Aires que vió, en una asamblea del Borda en agosto de 2012, que tenía más en común que el simple repudio a las políticas municipales sobre aquel hospital. Fue así que comenzaron a reunirse y reconocieron ciertos puntos que lxs unían, como las instancias formativas en la residencia y las instancias asistenciales, con sus respectivas críticas. Compartiendo particularidades de cada sede fueron pensando y ejecutando alternativas a las situaciones conflictivas. Se juntan quincenalmente en asambleas horizontales donde las decisiones son tomadas en conjunto.

● Asambleas Regionales de Trabajadorxs Tesidentes y Concurrentes de la Provincia de Buenos Aires: Lxs residentes y concurrentes de las diversas especialidades y disciplinas de la Provincia de Buenos Aires tenemos la oportunidad de encontrarnos en este espacio autogestionado. Allí debatimos y llevamos adelante acciones tendientes a modificar cuestiones que tienen que ver no sólo con nuestra formación como profesionales, sino con el sistema de salud provincial.

2. UniversidadNuestros espacios de participación están en la Facultad de Ciencias Médicas; en este

ámbito, algunos de nosotros participamos de Conjugando Saberes y de la Comisión de Cultura. El primero de estos espacios funciona como un grupo de estudio, horizontal y autónomo, que intenta disputar la producción de conocimiento en la Universidad. Esto lo hace tanto desde la especificidad de las “ciencias de la salud” al encarar contenidos contrahegemónicos, como desde las formas, al apostar a la formación de manera horizontal y autogestionada. La Comisión de Cultura forma parte del CECiM (Centro de Estudiantes de Ciencias Médicas): “(...) La creatividad, la iniciativa, la expresión, la generación de otros vínculos entre las personas (...) son indispensables en nuestras vidas y en la preocupación por la salud. Pensamos que existen ciertas potencialidades para otro ejercicio de las ciencias médicas en un taller de danzas, de teatro, de murga, o en un cine-debate (...) La cultura

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es hoy campo de batalla social y política, hay que recuperar su dimensión simbólica, su capacidad de generar vínculos entre las personas, su ligazón a su territorio y sus proyectos colectivos.” (Editorial del Boletín de la Comisión de Cultura de 2012)

3. IMPAEs una fábrica recuperada por sus trabajadores, que funciona de manera cooperativa

y donde se han gestado un centro cultural, un bachillerato popular, una radio, un canal de televisión autogestionado y una universidad de los trabajadores. En este marco estamos participando de la construcción de un espacio de salud comunitaria, que intenta oponerse a las prácticas que determina el Modelo Médico Hegemónico. Apuntamos a un abordaje integral de la salud superando el biologicismo centrado en el órgano enfermo, de carácter ahistórico y lineal. La idea, entonces, no es reducirnos a concretar una Sala de Atención Barrial, replicando el modelo ya establecido, sino que estamos intentando elaborar y llevar a la práctica los lineamientos fundamentales de una nueva modalidad de salud entendiendo a la comunidad como el agente sanitario y corriendo el eje de la mirada puesta en el profesional de la salud. Todo este proyecto está basado en la autogestión comunitaria de la SALUD!

Por último, nos parece importante remarcar que la búsqueda de autonomía nos permite generar nuevas formas de organización

social. Ésto nos da la posibilidad de transformar las relaciones humanas que perpetúan las asimetrías de poder propias del

sistema capitalista. De esta manera logramos generar herramientas para poner fin a las lógicas de producción

y reproducción del sistema y las instituciones que lo sostienen y avalan .

Ya que creemos que lo dicho cobra sentido cuando todxs nos organizamos y construimos juntxs, te invitamos a formar parte de estas instancias.

fuerzas actualmente. Nuestra intención es fortalecer la organización de base, impulsando la creación de instancias de discusión acerca de por qué y para qué hacemos algo, reflexionando acerca de qué implica estar inmerso en estructuras de poder, intentando hacer visibles mecanismos de control y sometimiento que no son explícitos: o sea, estimulando el desarrollo de un pensamiento crítico. Creemos que la manera de llevar a cabo todas estas acciones es a través de mecanismos de horizontalidad, para que las diferencias de poder no se institucionalicen: la participación colectiva que garantice la posibilidad de que todxs tengan voz, intentando superar la heterogeneidad en cuanto a conocimientos, herramientas y recorrido, el acceso igualitario a la información y la toma de decisiones a partir de mecanismos consensuados. Estos aspectos, junto con la intención de pensar críticamente la realidad son imprescindibles para hablar de autonomía.

Ahora, ¿autonomía con respecto a qué? Eso dependerá del espacio al que estemos haciendo mención, los cuales son muy diversos y abarcan instancias institucionales y no institucionales con diferentes grados de articulación con el Estado.

En ese sentido, actualmente estamos trabajando en diversos ámbitos que nos permiten llevar adelante los principios teóricos e ideológicos de los que hablamos anteriormente:

1. Espacios de participación de residentes y concurrentes:● Comisión Nacional de Residentes de Medicina General: Se trata de una comisión

que pertenece a la FAMG (Federación Argentina de Medicina General). Es una instancia institucional a partir de la cual podemos encontrarnos residentes y concurrentes de medicina general de diversos puntos del país a poner en común nuestras vivencias, inquietudes, ideas, con el fin de organizarnos y volvernos protagonistas activos de nuestra formación y de nuestro trabajo. A través de la misma (mediante la elección de unx delegadx) se accede a tener voz y voto en la mesa directiva de la Federación. De esta manera se hace posible que la voz de lxs residentes pueda llegar a los lugares donde se toman la decisiones y así poder realizar reclamos por “vías formales”. Pero además, y lo que consideramos que tiene mucho más potencial, la CNR permite generar organización de base, ya que todo lo que se hace a través de esta comisión se decide en asambleas de las cuales participan

Page 5: Boletín de pH Agosto 2013

Autonomía en los espacios(reflexión horizontal)

“Las ideas que sostenemos están en constante diálogo con otras personas y con otros espa-cios. Nuestro aporte en los lugares donde participamos no pasa por ser reconocidos o por acceder a lugares de privilegio. Nos parece más fructífero reforzar las tendencias a la horizon-talidad y a la autonomía en los colectivos, que esforzarnos por que los demás acepten lo que nosotros pensamos. Esto no implica que no podamos intervenir con propuestas allí donde lo consideremos necesario, sino que anteponemos siempre la construcción colectiva de las mismas.” (1)

Con estas palabras intentábamos explicitar nuestro posicionamiento político en los espacios donde llevábamos adelante nuestras acciones durante 2011. Nuestra postura en cuanto a las formas de construcción horizontales y la autonomía como eje político fundamental sigue siendo la misma. Cambiaron algunos espacios de construcción. Además, la mayoría de quienes integramos hoy en día Producción Horizontal somos trabajadorxs de la salud (residentes de diversas especialidades médicas), pero también hay quienes continúan su marcha por la Facultad (estudiantes y docentes) y trabajadorxs no residentes ni concurrentes. A diferencia de lo que sucedía cuando escribimos el primer boletín, momento en el cual la mayoría estábamos terminando nuestros estudios universitarios.

Estos cambios fueron cruciales y nos llevaron a rediscutir qué entendemos por autonomía. En este momento planteamos la misma como una forma de construcción y como un fin en sí misma. Con esto queremos decir que la concebimos como una herramienta para modificar las relaciones de poder, donde la horizontalidad es un requisito indispensable para lograr esto. Asimismo, entendemos la autonomía como la capacidad de organizarse (como agrupación política, como sociedad, etc.) de una manera que no implique ninguna forma de relación del tipo opresor-oprimido. En este sentido nos parece clara la posición

de Castoriadis(2), quien, al hablar de sociedades autónomas, dice que el conjunto de instituciones que conforman la sociedad es el resultado de sus propias prácticas: “Autónomo significa, literal y profundamente, algo que establece su propia ley por sí mismo. Auto-institución explícita y reconocida es el reconocimiento por parte de la sociedad misma como su fuente y su origen.” (3)

A partir de esta lectura toma sentido nuestra postura en los espacios de construcción en los cuales decidimos poner nuestras

residentes de medicina general de todo el país.

● Asamblea de Trabajadorxs Residentes y Concurrentes de CABA: Es una asamblea intersectorial (van residentes de varios hospitales y centros de salud), que reúne a residentes y concurrentes de varias especialidades y profesiones, a través de la cual se discuten temas relacionados a nuestros derechos laborales como salario, franco post guardia, y temas más generales como la defensa de la salud pública. Además es el medio para vehiculizar estos reclamos a través de medidas de fuerza como, por ejemplo, paros y movilizaciones para exigir algunas de estas reivindicaciones.

● Asamblea de Residentes de Salud Mental de CABA (ARSAM): Es un grupo de residentes y concurrentes de salud mental (médicxs y no médicxs) de la Ciudad de Buenos Aires que vió, en una asamblea del Borda en agosto de 2012, que tenía más en común que el simple repudio a las políticas municipales sobre aquel hospital. Fue así que comenzaron a reunirse y reconocieron ciertos puntos que lxs unían, como las instancias formativas en la residencia y las instancias asistenciales, con sus respectivas críticas. Compartiendo particularidades de cada sede fueron pensando y ejecutando alternativas a las situaciones conflictivas. Se juntan quincenalmente en asambleas horizontales donde las decisiones son tomadas en conjunto.

● Asambleas Regionales de Trabajadorxs Tesidentes y Concurrentes de la Provincia de Buenos Aires: Lxs residentes y concurrentes de las diversas especialidades y disciplinas de la Provincia de Buenos Aires tenemos la oportunidad de encontrarnos en este espacio autogestionado. Allí debatimos y llevamos adelante acciones tendientes a modificar cuestiones que tienen que ver no sólo con nuestra formación como profesionales, sino con el sistema de salud provincial.

2. UniversidadNuestros espacios de participación están en la Facultad de Ciencias Médicas; en este

ámbito, algunos de nosotros participamos de Conjugando Saberes y de la Comisión de Cultura. El primero de estos espacios funciona como un grupo de estudio, horizontal y autónomo, que intenta disputar la producción de conocimiento en la Universidad. Esto lo hace tanto desde la especificidad de las “ciencias de la salud” al encarar contenidos contrahegemónicos, como desde las formas, al apostar a la formación de manera horizontal y autogestionada. La Comisión de Cultura forma parte del CECiM (Centro de Estudiantes de Ciencias Médicas): “(...) La creatividad, la iniciativa, la expresión, la generación de otros vínculos entre las personas (...) son indispensables en nuestras vidas y en la preocupación por la salud. Pensamos que existen ciertas potencialidades para otro ejercicio de las ciencias médicas en un taller de danzas, de teatro, de murga, o en un cine-debate (...) La cultura

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es hoy campo de batalla social y política, hay que recuperar su dimensión simbólica, su capacidad de generar vínculos entre las personas, su ligazón a su territorio y sus proyectos colectivos.” (Editorial del Boletín de la Comisión de Cultura de 2012)

3. IMPAEs una fábrica recuperada por sus trabajadores, que funciona de manera cooperativa

y donde se han gestado un centro cultural, un bachillerato popular, una radio, un canal de televisión autogestionado y una universidad de los trabajadores. En este marco estamos participando de la construcción de un espacio de salud comunitaria, que intenta oponerse a las prácticas que determina el Modelo Médico Hegemónico. Apuntamos a un abordaje integral de la salud superando el biologicismo centrado en el órgano enfermo, de carácter ahistórico y lineal. La idea, entonces, no es reducirnos a concretar una Sala de Atención Barrial, replicando el modelo ya establecido, sino que estamos intentando elaborar y llevar a la práctica los lineamientos fundamentales de una nueva modalidad de salud entendiendo a la comunidad como el agente sanitario y corriendo el eje de la mirada puesta en el profesional de la salud. Todo este proyecto está basado en la autogestión comunitaria de la SALUD!

Por último, nos parece importante remarcar que la búsqueda de autonomía nos permite generar nuevas formas de organización

social. Ésto nos da la posibilidad de transformar las relaciones humanas que perpetúan las asimetrías de poder propias del

sistema capitalista. De esta manera logramos generar herramientas para poner fin a las lógicas de producción

y reproducción del sistema y las instituciones que lo sostienen y avalan .

Ya que creemos que lo dicho cobra sentido cuando todxs nos organizamos y construimos juntxs, te invitamos a formar parte de estas instancias.

fuerzas actualmente. Nuestra intención es fortalecer la organización de base, impulsando la creación de instancias de discusión acerca de por qué y para qué hacemos algo, reflexionando acerca de qué implica estar inmerso en estructuras de poder, intentando hacer visibles mecanismos de control y sometimiento que no son explícitos: o sea, estimulando el desarrollo de un pensamiento crítico. Creemos que la manera de llevar a cabo todas estas acciones es a través de mecanismos de horizontalidad, para que las diferencias de poder no se institucionalicen: la participación colectiva que garantice la posibilidad de que todxs tengan voz, intentando superar la heterogeneidad en cuanto a conocimientos, herramientas y recorrido, el acceso igualitario a la información y la toma de decisiones a partir de mecanismos consensuados. Estos aspectos, junto con la intención de pensar críticamente la realidad son imprescindibles para hablar de autonomía.

Ahora, ¿autonomía con respecto a qué? Eso dependerá del espacio al que estemos haciendo mención, los cuales son muy diversos y abarcan instancias institucionales y no institucionales con diferentes grados de articulación con el Estado.

En ese sentido, actualmente estamos trabajando en diversos ámbitos que nos permiten llevar adelante los principios teóricos e ideológicos de los que hablamos anteriormente:

1. Espacios de participación de residentes y concurrentes:● Comisión Nacional de Residentes de Medicina General: Se trata de una comisión

que pertenece a la FAMG (Federación Argentina de Medicina General). Es una instancia institucional a partir de la cual podemos encontrarnos residentes y concurrentes de medicina general de diversos puntos del país a poner en común nuestras vivencias, inquietudes, ideas, con el fin de organizarnos y volvernos protagonistas activos de nuestra formación y de nuestro trabajo. A través de la misma (mediante la elección de unx delegadx) se accede a tener voz y voto en la mesa directiva de la Federación. De esta manera se hace posible que la voz de lxs residentes pueda llegar a los lugares donde se toman la decisiones y así poder realizar reclamos por “vías formales”. Pero además, y lo que consideramos que tiene mucho más potencial, la CNR permite generar organización de base, ya que todo lo que se hace a través de esta comisión se decide en asambleas de las cuales participan

(1) Ver 1° Boletín de Producción Horizontal, septiembre de 2011.(2) Cornelius Castoriadis (Estambul 1922 - París 1997); militante de la izquierda revolucionaria antiestalinista, economista, filósofo y psicoanalista; defensor del concepto de autonomía política y fundador en los años 40 del grupo político Socialisme u barbarie y de la revista del mismo nombre. Entre sus principales aportes al pensamiento político se destacan cuatro grandes cuestiones: 1) su enfoque antropológico-filosófico; 2) su noción de autonomía; 3) su reflexión sobre el poder; y 4) su concepción de la democracia.(3) "La institución de la sociedad y de la religión", Barcelona, Ed. Gedisa, 1994, pág. 191.

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la boca cerrada, no puedo cambiar nada? ¿O para engañarme por un rato, y sentir que sigo luchando por lo que pienso?...

Volvés, y a un R superior se le da por preguntar "¿Vos almorzaste?" "No, todavía no", “Bueno, sentate 10 minutos, come y después seguís" “OK, perfecto, gracias”. Entra una

ambulancia, todas las miradas del office de médicos se dirigen a vos. Le corresponde al R1 ir, y "queda mal" que no te levantes como un resorte

de la silla. Entonces, dejás la comida que acabas de empezar a saborear y te vas a ver a la señora, que sangra, se te cierra el estomago dirán

algunos... pero no, sigo teniendo hambre. La termino de ver, se la presento a quién corresponde y pretendo volver a la comida...

ya sacaron el plato de la mesa, "Ay, pensé que habías terminado" "¡¡¡No culeada!!!!, apenas había empezado". Bueno, ya fue.

Llega la noche, cenamos, nos sentamos en la misma mesa el médico interno, las parteras, las R de obstétricas y todos los R médicos, en mi otro hospital ni cenábamos.

Los internos se quedan tomando un vino, y vos metiéndole pata a todo el laburo burocrático a ver si esta noche podés dormir.

Tipo 12, la R más superior de la guardia, divide la noche en turnos para ver quiénes van a estar despiertos en cada franja

horaria. Mirás el papel, y tu nombre no figura. Claramente no es porque vos vas a dormir toda la noche, sino por el contrario, te

quedás despierta todo el horario nocturno. Mirás con desconcierto... "¿Y yo no duermo?" "No, hay una sulfatada que hay que controlar cada

hora, igual nada, te tirás en una camilla y cada hora la controlás. Total está tranquilo"... Gran falacia. Sólo hay una forma de dormir, y es que todxs nos repartamos

el trabajo. A las 2 AM, suelen venir las consultas más ridículas, "es que se que a esta hora no hay nadie y atienden más rápido" te tira una paciente, y puteas, pero sabés que tiene razón. Justamente a la noche es el único momento en que no tengo otra cosa que hacer que atender la demanda espontánea.

De madrugada te fumaste mil puchos, te comiste 93 alfajores jorgito y te tomaste 2 o 3 cafés, en nombre de todo lo que no comiste durante el día. Muy sano todo. Te estallan los pies. Sentís que sólo ponerlos 20 minutos para arriba te haría la diferencia, pero no podés parar. Te duele la cabeza, pensando en las mil pacientes que viste. Tenés reflujo, el

los enfermeros, camilleros, secretarios… de todos.

A la 1 bajás a consultorio. Bien, una panza tras otra. Son todas iguales, te chupa un huevo, no almorzaste, ni desayunaste, ni dormiste. Nada te puede importar menos. La razón por la que elegiste la especialidad: la panza. ¿Qué más lindo que una persona que anda con otra adentro de su vientre? ¿Qué más lindo que la ilusión del hijo por venir? ¿Qué más lindo que trabajar todos los días rodeada del milagro del embarazo, del parto, de la primera vez que el bebé toma la teta? NADA te importa. Absolutamente nada. Lo único que querés es dormir. Ah no, primero bañarte. No, pero qué digo, más que nada, quiero ir al baño.

4 de la tarde, termina el consultorio, te queda evolucionar la sala y querés llorar, pero llorar lleva tiempo. Viene un R superior y te dice "Faltó algo de Gómez" "Pero pero, si la paciente es tuya, ¿Por qué no te copás y lo buscás vos?" ¡NO PAULA! ¡NOOOOO! Pará de pensar cosas lógicas, agachá la cabeza y anda a hemoterapia, te ahorrás una discusión y que piensen mal de vos. Que piensen mal... que piensen mal, por favor, si seguro que cuando eran R1 ellos pensaban lo mismo.

Y todavía no desayuné ni almorcé ni merendé, bueno, fue, voy igual a la Asamblea, le prometí a Mariana que esta vez no iba a faltar. Les pregunto a mis compañeras a ver qué onda, si quieren venir conmigo, y automáticamente y al unísono todas me responden: “¡¿Estás en pedo?!”. Un gancho directo a la mandíbula. Aunque ya sabía que se venía el golpe, dolió igual. Más sola que nunca.

¿Por qué, para qué y como vine? Aprovecho que tengo los ojos abiertod y lo miro a Pablo, atento como siempre, la miro a Mariana, diciendo lo que quiero decir pero sin mi voz, lo miro a Fer, luchando una vez más por lo que cree, lo miro al jipi... que bueno que está el jipi, aportando el pensamiento crítico. Me miro, y sólo veo que me siento y 5 minutos después estoy dormida. Me despierto por regla cada 10 minutos sobresaltada soñando con el timbre de la guardia, la cara de la sulfatada, el feto muerto que tuve entre las manos, el olor a podrido de los loquios modificados, el familiar que quiere saber por qué no se va de alta su hija. Y todo lo que no dije. Porque queda mal decir lo que uno piensa en algunos lugares. Y hoy que en realidad es ayer, estoy en la asamblea para cambiar lo que soy hoy (y ayer y mañana) y no puedo hablar porque no me responde el cuerpo.

Paula va a la Asamblea?Nada más alejado de la realidad, de la realidad nada más alejado

¡Basta! No puede ser que hace más de 40 minutos que peleo conmigo misma para mantenerme despierta y encima esta Asamblea que no arranca. ¿Qué mierda me pasa? ¿Qué es este cuerpo y esta mente que no reconozco? ¿Cómo llegué acá? Que lejos estoy de lo que fuí y lo que quiero ser. Esta

guerra entre el sueño, el mal humor, la indiferencia versus las ganas de participar de este espacio asambleario, mi historia de militancia universitaria, mi necesidad de no tragarme al mundo como viene, se ve reducida a la mínima expresión de una disputa entre mis párpados que bajan y suben leeeentamente y mis ganas de estar acá. ¿Cómo llegue a esto?...

Lunes 5 AM, despertador. Para las 8 tiene que estar toda la sala lista. El horario de entrada es a las 7 (igualmente, siempre llego 15 minutos tarde), pero los lunes son más complicados, entonces se entra a las 6 AM, hay que hacer las indicaciones, ver los vitales, ver los pedidos solicitados, ver a las pacientes. Empieza la guerra con la neonatóloga, que al mismo tiempo le dice a la madre "sáquenle la ropita al bebe y déjenlo en la cunita", mientras yo les digo "acuéstense en las camas así las reviso".

A las 8, pase del fin de semana y presentar todas las Historias Clínicas (HC) ante el jefe de servicio y todos los jefes de sala. Dinosaurios todos. Te miran y preguntan incisivamente acerca de los errores de las HC, que a veces son cosas que ni escribí, ni participé, ni operé, ¡¡ni nada!! Pero tengo que saber todo de todo lo que pasó en las otras guardias. El "pase del finde" lo podría hacer cualquiera pero nunca nadie se ofreció para hacerlo y alivianarnos el trabajo. Todo lo contrario, las R “superiores” contentas diciendo "que bueno que el lunes no tengo que ir más temprano para hacer el pase, ya vas a ver, en 2do es todo más tranqui, Pau”.

Corriendo volvés a la sala. Hay un médico interno que quiere que vos le presentes a las pacientes, de las cuales él se hace responsable, a cambio de que vos seas la que hace de todo para que esas señoras se mantengan vivas y se vayan de alta. Te pones a hacer todas las diligencias que él propone, "urocultivo a cama 13, interconsulta con dermato a cama 15, alta a las 16, 17 y 23, y eco a la 22". Además de los mil mandados, una traba tras otra… todo requiere insumos que no están al alcance de

la mano, entonces buscas a la enfermera que a esa hora religiosamente desayuna en su habitación, "disculpen chicas, saben ¿dónde puedo conseguir un frasco de urocultivo?" "ni idea nena, no trajeron" "pero, ¿ustedes no tendrían que encargarse de que haya en la sala?" "andá a pedir a esterilidad si querés un frasco" "pero esterilidad queda en la otra punta del hospi" "y bueno, arreglátela, flaca". Básicamente nadie hace su trabajo, y el R1 hace el trabajo de todos… de todos.

Eventualmente una clase a las 12, que te corta las piernas, porque te obliga a estar sentado mirando una compu sin poder prestar atención, pensando en las mil cosas que te quedan hacer en la sala antes de cruzarte a la guardia. Y ese es tu momento de formación teórica… A la misma hora hay q ir a cultivo, que es muy tedioso. Hay una vieja miope, que busca en una carpeta según el nombre de la paciente y empieza con sus preguntas: "y, ¿que tiene la paciente?" "no sé, no es mía, hay 72 camas, yo tengo 12 nomás" "mmm ¿y cuando le sacaron la muestra?" "no sé" "¿y fue con sonda estéril?" "no sé, fue uno de los pocos días en los que no estaba de guardia, ¿¿¿me puede decir si creció algo o no???". La

tolerancia que había empezado en 7/10, ya está en 2/10. Y recién es el mediodía. Esta tarea también la podría hacer cualquier R, pero como todo lo que es odioso, recae sobre el R1.

¡A la mierda!, como grita Fernando cuando habla, no se puede dormir tranquila ni en la Asamblea. Dormir, dormir, que lindo recuerdo. Y que lindo recuerdo, cuando en la facu se daban estas instancias de militancia y yo participaba activamente y no como ahora. Que lindo era escuchar las opiniones de los otros, discutir, formar parte, construir,

sin estar pensando todo el tiempo en dormir. Dormir, dormir, ¿cuándo fue la ultima vez que dormí?...

A las 2 tenés que estar en la guardia, donde están los médicos y las parteras internas RASCÁNDOSE, esperando que lleguen los residentes para irse a dormir la siesta. Entonces vos que no tomaste ni un vaso de agua todavía, de almorzar ni hablar, tenés que bancarte a la médica interna diciendo: “¿A esta hora te cruzas a la guardia? Hay como 15 pacientes esperando afuera”... “Ahí voy” “Apurate, que una está perdiendo mucha sangre en la sala de espera”. O sea, saben que hay una persona posiblemente descompensada y ni así las revisan. Ves pacientes una tras otra, la mayoría vienen por pelotudeces literalmente: "es que me vino hoy y me tenía que venir mañana”; "es que me desperté de la siesta y tenía el brazo dormido" ; "mi marido es el que está para ver a la ginecóloga de guardia” “¿¿¿TU MARIDO???, que vaya al clínico”. Evidentemente, el triage lo hace un chabón que de

medicina sabe lo que yo sé de autos. Todo te desgasta, te agota. Las pacientes se la presentas al R superior, y si el caso lo amerita, éste se lo presenta al médico interno. Si no, no se lo molesta, no se le habla. Algunos no te dejan tutearlos. Otros, los menos, porque cabe mencionar que también los hay, son un amor, revisan pacientes toda la mañana, te vienen a buscar para que operes, te mandan a dormir un rato cuando te ven muerta. Y uno les agradece que, en definitiva, hagan su trabajo. Ni más ni menos.

17 hs. Todavía no almorzaste. Si las parteras de turno son piolas, te dejan hacer un parto. Eso sí, te lo tenés que ganar. Pero en medio de ver a todas las pacientes de demanda espontánea, tenés que ir a la sala a ver a las febriles e hipertensas, y la mayoría de las veces, las parteras se ofenden porque no te quedaste controlando la dinámica de los trabajos de parto.

Y de ahí, te mandan al laboratorio de guardia. Los R1 odian ir, a mi me gusta porque salís al aire libre, te fumas un pucho, y lo mejorcito, no hay ni un R superior siguiendo tus pasos. SMS al R traumatólogo de turno: "che, tengo 10 minutos para ir al laboratorio de guardia, ¿estás?" "venite", responden del otro lado. Con todos los papelitos en la mano, te escapas del camino pautado y te vas al pabellón más conveniente. Te agarran de la cintura (o lo que queda de ella), y te meten rápido en un cubículo, y muy en silencio te sacan la ropa, ese ambo naranja hediondo, 10 talles más grandes del que te corresponde, todo manchado de sangre y líquido amniótico, que te despersonaliza y te hace uno más del campo de concentración, y un poco atropellado, coges, ahí nomás, en la camilla, 10 minutos hasta que suena el celular. "¿Dónde andás?", pregunta el R superior, "En el laboratorio, ahí voy", "Metele, que hay más pacientes para ver en la puerta". Y esos minutos de sexo te devuelven algo de humanidad, te escapaste por un segundo del sistema, e hiciste lo único que NO tenías que hacer.

Mmm… sexo… no está nada mal el jipi que tengo enfrente. Pará. Concéntrate María Paula, no viniste a chonguear, estas acá para plantear lo mal que la estás pasando en tu hospital… pero es que salgo tan poco. Encima, el loco ese, dijo algo interesante después de que nos presentamos todos, eso de “¿por qué vinimos a la asamblea?” no es menor. No está nada mal esa pregunta, pero le agregaría el para qué. ¿Para qué vine? ¿Para dar la imagen de zombi que estoy dando? ¿Para demostrarme a mi misma que con los ojos y

estómago pide otra cosa: ¡No más Jorgitos! Preparto 3 grita de dolor. Vas te sentás al lado. Querés tener empatía, pero no podés. O sea a vos te duelen tus contracciones pero vos elegiste estar en esto, pienso una y otra vez. ¿Vos elegiste? ¿Qué clase de persona soy? Y yo, a fin de cuentas, ¿yo no elegí estar en esto? Te quedás sentada al lado sólo para que no grite, y te quedás dormida en su panza, mientras te mima tocándote el pelo y te dice: “pobre dotorita”.

“Hey, Pau. Todo bien con que duermas, pero roncar es un exceso…”, me dice Pablo cagándose de risa mientras me acaricia la cabeza, igual que la paciente de hoy o ayer, o de la semana pasada. Ya no entiendo el tiempo. Me enderezo un poco, e intento una vez más, conectar con lo que se está discutiendo. “Otra vez, se cerraron las paritarias y nosotros nada, siempre afuera de las problemáticas de los trabajadores”, dice Fer, con una voz que le nace desde bien adentro. Y miro a toda la gente que está en la Asamblea, preocupados porque no pagaron a los nuevos R1, hablando de paritarias y otros términos que no entiendo, ¿será que todavía no estoy acostumbrada a mi condición de trabajadora? ¡Ah!, cierto que según nuestros empleadores, no somos trabajadores, sino profesionales en formación (implica 0% derechos, 100% obligaciones). Hay gente de todas las especialidades, menos las quirúrgicas, obvio. ¿Quién tiene tiempo para estas cosas?

7 AM, todos despiertan. Vos con unas ojeras por el piso, y te dicen "¡Ay!, ¿no dormiste? Seguro te organizaste mal" “¿¿Me estás cargando?? No dormí porque vos no quisiste que yo duerma” No podés responder eso Paula, medí tus palabras... "No, no pude, je" con una sonrisa, que nadie sospeche que no disfruto las guardias. Y empieza el nuevo día que en realidad es una simple continuación del anterior. Sólo que esta vez se te van doblando las rodillas cuando te mandan al laboratorio de guardia, sólo que esta vez no dormiste y cuando el familiar te pregunta "¿Qué le pasa a mi hija que no le dan el alta?", no tenés

ganas de explicarle que está infectada, probablemente por alguna imprudencia profesional, le decís rápido "Es que tuvo fiebre" y seguís. Y sabés que esa respuesta no le alcanza. Pero no tenés energía para más.

De vuelta a las 12 alguna que otra clase, y lo peor, hacer el parte quirúrgico, que consiste en algo asÍ como las casas del zodíaco. Tenés que llevar un papel a 12 lugares distintos (anestesio, anatomía patológica, hemoterapia, etc.) para que lo firmen. Esto claramente lo podría hacer un secretario, ¡pero NO! Porque nadie trabaja, y el R1 hace el trabajo de todos. De los médicos de planta,

¿

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la boca cerrada, no puedo cambiar nada? ¿O para engañarme por un rato, y sentir que sigo luchando por lo que pienso?...

Volvés, y a un R superior se le da por preguntar "¿Vos almorzaste?" "No, todavía no", “Bueno, sentate 10 minutos, come y después seguís" “OK, perfecto, gracias”. Entra una

ambulancia, todas las miradas del office de médicos se dirigen a vos. Le corresponde al R1 ir, y "queda mal" que no te levantes como un resorte

de la silla. Entonces, dejás la comida que acabas de empezar a saborear y te vas a ver a la señora, que sangra, se te cierra el estomago dirán

algunos... pero no, sigo teniendo hambre. La termino de ver, se la presento a quién corresponde y pretendo volver a la comida...

ya sacaron el plato de la mesa, "Ay, pensé que habías terminado" "¡¡¡No culeada!!!!, apenas había empezado". Bueno, ya fue.

Llega la noche, cenamos, nos sentamos en la misma mesa el médico interno, las parteras, las R de obstétricas y todos los R médicos, en mi otro hospital ni cenábamos.

Los internos se quedan tomando un vino, y vos metiéndole pata a todo el laburo burocrático a ver si esta noche podés dormir.

Tipo 12, la R más superior de la guardia, divide la noche en turnos para ver quiénes van a estar despiertos en cada franja

horaria. Mirás el papel, y tu nombre no figura. Claramente no es porque vos vas a dormir toda la noche, sino por el contrario, te

quedás despierta todo el horario nocturno. Mirás con desconcierto... "¿Y yo no duermo?" "No, hay una sulfatada que hay que controlar cada

hora, igual nada, te tirás en una camilla y cada hora la controlás. Total está tranquilo"... Gran falacia. Sólo hay una forma de dormir, y es que todxs nos repartamos

el trabajo. A las 2 AM, suelen venir las consultas más ridículas, "es que se que a esta hora no hay nadie y atienden más rápido" te tira una paciente, y puteas, pero sabés que tiene razón. Justamente a la noche es el único momento en que no tengo otra cosa que hacer que atender la demanda espontánea.

De madrugada te fumaste mil puchos, te comiste 93 alfajores jorgito y te tomaste 2 o 3 cafés, en nombre de todo lo que no comiste durante el día. Muy sano todo. Te estallan los pies. Sentís que sólo ponerlos 20 minutos para arriba te haría la diferencia, pero no podés parar. Te duele la cabeza, pensando en las mil pacientes que viste. Tenés reflujo, el

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los enfermeros, camilleros, secretarios… de todos.

A la 1 bajás a consultorio. Bien, una panza tras otra. Son todas iguales, te chupa un huevo, no almorzaste, ni desayunaste, ni dormiste. Nada te puede importar menos. La razón por la que elegiste la especialidad: la panza. ¿Qué más lindo que una persona que anda con otra adentro de su vientre? ¿Qué más lindo que la ilusión del hijo por venir? ¿Qué más lindo que trabajar todos los días rodeada del milagro del embarazo, del parto, de la primera vez que el bebé toma la teta? NADA te importa. Absolutamente nada. Lo único que querés es dormir. Ah no, primero bañarte. No, pero qué digo, más que nada, quiero ir al baño.

4 de la tarde, termina el consultorio, te queda evolucionar la sala y querés llorar, pero llorar lleva tiempo. Viene un R superior y te dice "Faltó algo de Gómez" "Pero pero, si la paciente es tuya, ¿Por qué no te copás y lo buscás vos?" ¡NO PAULA! ¡NOOOOO! Pará de pensar cosas lógicas, agachá la cabeza y anda a hemoterapia, te ahorrás una discusión y que piensen mal de vos. Que piensen mal... que piensen mal, por favor, si seguro que cuando eran R1 ellos pensaban lo mismo.

Y todavía no desayuné ni almorcé ni merendé, bueno, fue, voy igual a la Asamblea, le prometí a Mariana que esta vez no iba a faltar. Les pregunto a mis compañeras a ver qué onda, si quieren venir conmigo, y automáticamente y al unísono todas me responden: “¡¿Estás en pedo?!”. Un gancho directo a la mandíbula. Aunque ya sabía que se venía el golpe, dolió igual. Más sola que nunca.

¿Por qué, para qué y como vine? Aprovecho que tengo los ojos abiertod y lo miro a Pablo, atento como siempre, la miro a Mariana, diciendo lo que quiero decir pero sin mi voz, lo miro a Fer, luchando una vez más por lo que cree, lo miro al jipi... que bueno que está el jipi, aportando el pensamiento crítico. Me miro, y sólo veo que me siento y 5 minutos después estoy dormida. Me despierto por regla cada 10 minutos sobresaltada soñando con el timbre de la guardia, la cara de la sulfatada, el feto muerto que tuve entre las manos, el olor a podrido de los loquios modificados, el familiar que quiere saber por qué no se va de alta su hija. Y todo lo que no dije. Porque queda mal decir lo que uno piensa en algunos lugares. Y hoy que en realidad es ayer, estoy en la asamblea para cambiar lo que soy hoy (y ayer y mañana) y no puedo hablar porque no me responde el cuerpo.

Paula va a la Asamblea?Nada más alejado de la realidad, de la realidad nada más alejado

¡Basta! No puede ser que hace más de 40 minutos que peleo conmigo misma para mantenerme despierta y encima esta Asamblea que no arranca. ¿Qué mierda me pasa? ¿Qué es este cuerpo y esta mente que no reconozco? ¿Cómo llegué acá? Que lejos estoy de lo que fuí y lo que quiero ser. Esta

guerra entre el sueño, el mal humor, la indiferencia versus las ganas de participar de este espacio asambleario, mi historia de militancia universitaria, mi necesidad de no tragarme al mundo como viene, se ve reducida a la mínima expresión de una disputa entre mis párpados que bajan y suben leeeentamente y mis ganas de estar acá. ¿Cómo llegue a esto?...

Lunes 5 AM, despertador. Para las 8 tiene que estar toda la sala lista. El horario de entrada es a las 7 (igualmente, siempre llego 15 minutos tarde), pero los lunes son más complicados, entonces se entra a las 6 AM, hay que hacer las indicaciones, ver los vitales, ver los pedidos solicitados, ver a las pacientes. Empieza la guerra con la neonatóloga, que al mismo tiempo le dice a la madre "sáquenle la ropita al bebe y déjenlo en la cunita", mientras yo les digo "acuéstense en las camas así las reviso".

A las 8, pase del fin de semana y presentar todas las Historias Clínicas (HC) ante el jefe de servicio y todos los jefes de sala. Dinosaurios todos. Te miran y preguntan incisivamente acerca de los errores de las HC, que a veces son cosas que ni escribí, ni participé, ni operé, ¡¡ni nada!! Pero tengo que saber todo de todo lo que pasó en las otras guardias. El "pase del finde" lo podría hacer cualquiera pero nunca nadie se ofreció para hacerlo y alivianarnos el trabajo. Todo lo contrario, las R “superiores” contentas diciendo "que bueno que el lunes no tengo que ir más temprano para hacer el pase, ya vas a ver, en 2do es todo más tranqui, Pau”.

Corriendo volvés a la sala. Hay un médico interno que quiere que vos le presentes a las pacientes, de las cuales él se hace responsable, a cambio de que vos seas la que hace de todo para que esas señoras se mantengan vivas y se vayan de alta. Te pones a hacer todas las diligencias que él propone, "urocultivo a cama 13, interconsulta con dermato a cama 15, alta a las 16, 17 y 23, y eco a la 22". Además de los mil mandados, una traba tras otra… todo requiere insumos que no están al alcance de

la mano, entonces buscas a la enfermera que a esa hora religiosamente desayuna en su habitación, "disculpen chicas, saben ¿dónde puedo conseguir un frasco de urocultivo?" "ni idea nena, no trajeron" "pero, ¿ustedes no tendrían que encargarse de que haya en la sala?" "andá a pedir a esterilidad si querés un frasco" "pero esterilidad queda en la otra punta del hospi" "y bueno, arreglátela, flaca". Básicamente nadie hace su trabajo, y el R1 hace el trabajo de todos… de todos.

Eventualmente una clase a las 12, que te corta las piernas, porque te obliga a estar sentado mirando una compu sin poder prestar atención, pensando en las mil cosas que te quedan hacer en la sala antes de cruzarte a la guardia. Y ese es tu momento de formación teórica… A la misma hora hay q ir a cultivo, que es muy tedioso. Hay una vieja miope, que busca en una carpeta según el nombre de la paciente y empieza con sus preguntas: "y, ¿que tiene la paciente?" "no sé, no es mía, hay 72 camas, yo tengo 12 nomás" "mmm ¿y cuando le sacaron la muestra?" "no sé" "¿y fue con sonda estéril?" "no sé, fue uno de los pocos días en los que no estaba de guardia, ¿¿¿me puede decir si creció algo o no???". La

tolerancia que había empezado en 7/10, ya está en 2/10. Y recién es el mediodía. Esta tarea también la podría hacer cualquier R, pero como todo lo que es odioso, recae sobre el R1.

¡A la mierda!, como grita Fernando cuando habla, no se puede dormir tranquila ni en la Asamblea. Dormir, dormir, que lindo recuerdo. Y que lindo recuerdo, cuando en la facu se daban estas instancias de militancia y yo participaba activamente y no como ahora. Que lindo era escuchar las opiniones de los otros, discutir, formar parte, construir,

sin estar pensando todo el tiempo en dormir. Dormir, dormir, ¿cuándo fue la ultima vez que dormí?...

A las 2 tenés que estar en la guardia, donde están los médicos y las parteras internas RASCÁNDOSE, esperando que lleguen los residentes para irse a dormir la siesta. Entonces vos que no tomaste ni un vaso de agua todavía, de almorzar ni hablar, tenés que bancarte a la médica interna diciendo: “¿A esta hora te cruzas a la guardia? Hay como 15 pacientes esperando afuera”... “Ahí voy” “Apurate, que una está perdiendo mucha sangre en la sala de espera”. O sea, saben que hay una persona posiblemente descompensada y ni así las revisan. Ves pacientes una tras otra, la mayoría vienen por pelotudeces literalmente: "es que me vino hoy y me tenía que venir mañana”; "es que me desperté de la siesta y tenía el brazo dormido" ; "mi marido es el que está para ver a la ginecóloga de guardia” “¿¿¿TU MARIDO???, que vaya al clínico”. Evidentemente, el triage lo hace un chabón que de

medicina sabe lo que yo sé de autos. Todo te desgasta, te agota. Las pacientes se la presentas al R superior, y si el caso lo amerita, éste se lo presenta al médico interno. Si no, no se lo molesta, no se le habla. Algunos no te dejan tutearlos. Otros, los menos, porque cabe mencionar que también los hay, son un amor, revisan pacientes toda la mañana, te vienen a buscar para que operes, te mandan a dormir un rato cuando te ven muerta. Y uno les agradece que, en definitiva, hagan su trabajo. Ni más ni menos.

17 hs. Todavía no almorzaste. Si las parteras de turno son piolas, te dejan hacer un parto. Eso sí, te lo tenés que ganar. Pero en medio de ver a todas las pacientes de demanda espontánea, tenés que ir a la sala a ver a las febriles e hipertensas, y la mayoría de las veces, las parteras se ofenden porque no te quedaste controlando la dinámica de los trabajos de parto.

Y de ahí, te mandan al laboratorio de guardia. Los R1 odian ir, a mi me gusta porque salís al aire libre, te fumas un pucho, y lo mejorcito, no hay ni un R superior siguiendo tus pasos. SMS al R traumatólogo de turno: "che, tengo 10 minutos para ir al laboratorio de guardia, ¿estás?" "venite", responden del otro lado. Con todos los papelitos en la mano, te escapas del camino pautado y te vas al pabellón más conveniente. Te agarran de la cintura (o lo que queda de ella), y te meten rápido en un cubículo, y muy en silencio te sacan la ropa, ese ambo naranja hediondo, 10 talles más grandes del que te corresponde, todo manchado de sangre y líquido amniótico, que te despersonaliza y te hace uno más del campo de concentración, y un poco atropellado, coges, ahí nomás, en la camilla, 10 minutos hasta que suena el celular. "¿Dónde andás?", pregunta el R superior, "En el laboratorio, ahí voy", "Metele, que hay más pacientes para ver en la puerta". Y esos minutos de sexo te devuelven algo de humanidad, te escapaste por un segundo del sistema, e hiciste lo único que NO tenías que hacer.

Mmm… sexo… no está nada mal el jipi que tengo enfrente. Pará. Concéntrate María Paula, no viniste a chonguear, estas acá para plantear lo mal que la estás pasando en tu hospital… pero es que salgo tan poco. Encima, el loco ese, dijo algo interesante después de que nos presentamos todos, eso de “¿por qué vinimos a la asamblea?” no es menor. No está nada mal esa pregunta, pero le agregaría el para qué. ¿Para qué vine? ¿Para dar la imagen de zombi que estoy dando? ¿Para demostrarme a mi misma que con los ojos y

estómago pide otra cosa: ¡No más Jorgitos! Preparto 3 grita de dolor. Vas te sentás al lado. Querés tener empatía, pero no podés. O sea a vos te duelen tus contracciones pero vos elegiste estar en esto, pienso una y otra vez. ¿Vos elegiste? ¿Qué clase de persona soy? Y yo, a fin de cuentas, ¿yo no elegí estar en esto? Te quedás sentada al lado sólo para que no grite, y te quedás dormida en su panza, mientras te mima tocándote el pelo y te dice: “pobre dotorita”.

“Hey, Pau. Todo bien con que duermas, pero roncar es un exceso…”, me dice Pablo cagándose de risa mientras me acaricia la cabeza, igual que la paciente de hoy o ayer, o de la semana pasada. Ya no entiendo el tiempo. Me enderezo un poco, e intento una vez más, conectar con lo que se está discutiendo. “Otra vez, se cerraron las paritarias y nosotros nada, siempre afuera de las problemáticas de los trabajadores”, dice Fer, con una voz que le nace desde bien adentro. Y miro a toda la gente que está en la Asamblea, preocupados porque no pagaron a los nuevos R1, hablando de paritarias y otros términos que no entiendo, ¿será que todavía no estoy acostumbrada a mi condición de trabajadora? ¡Ah!, cierto que según nuestros empleadores, no somos trabajadores, sino profesionales en formación (implica 0% derechos, 100% obligaciones). Hay gente de todas las especialidades, menos las quirúrgicas, obvio. ¿Quién tiene tiempo para estas cosas?

7 AM, todos despiertan. Vos con unas ojeras por el piso, y te dicen "¡Ay!, ¿no dormiste? Seguro te organizaste mal" “¿¿Me estás cargando?? No dormí porque vos no quisiste que yo duerma” No podés responder eso Paula, medí tus palabras... "No, no pude, je" con una sonrisa, que nadie sospeche que no disfruto las guardias. Y empieza el nuevo día que en realidad es una simple continuación del anterior. Sólo que esta vez se te van doblando las rodillas cuando te mandan al laboratorio de guardia, sólo que esta vez no dormiste y cuando el familiar te pregunta "¿Qué le pasa a mi hija que no le dan el alta?", no tenés

ganas de explicarle que está infectada, probablemente por alguna imprudencia profesional, le decís rápido "Es que tuvo fiebre" y seguís. Y sabés que esa respuesta no le alcanza. Pero no tenés energía para más.

De vuelta a las 12 alguna que otra clase, y lo peor, hacer el parte quirúrgico, que consiste en algo asÍ como las casas del zodíaco. Tenés que llevar un papel a 12 lugares distintos (anestesio, anatomía patológica, hemoterapia, etc.) para que lo firmen. Esto claramente lo podría hacer un secretario, ¡pero NO! Porque nadie trabaja, y el R1 hace el trabajo de todos. De los médicos de planta,

Page 8: Boletín de pH Agosto 2013

la boca cerrada, no puedo cambiar nada? ¿O para engañarme por un rato, y sentir que sigo luchando por lo que pienso?...

Volvés, y a un R superior se le da por preguntar "¿Vos almorzaste?" "No, todavía no", “Bueno, sentate 10 minutos, come y después seguís" “OK, perfecto, gracias”. Entra una

ambulancia, todas las miradas del office de médicos se dirigen a vos. Le corresponde al R1 ir, y "queda mal" que no te levantes como un resorte

de la silla. Entonces, dejás la comida que acabas de empezar a saborear y te vas a ver a la señora, que sangra, se te cierra el estomago dirán

algunos... pero no, sigo teniendo hambre. La termino de ver, se la presento a quién corresponde y pretendo volver a la comida...

ya sacaron el plato de la mesa, "Ay, pensé que habías terminado" "¡¡¡No culeada!!!!, apenas había empezado". Bueno, ya fue.

Llega la noche, cenamos, nos sentamos en la misma mesa el médico interno, las parteras, las R de obstétricas y todos los R médicos, en mi otro hospital ni cenábamos.

Los internos se quedan tomando un vino, y vos metiéndole pata a todo el laburo burocrático a ver si esta noche podés dormir.

Tipo 12, la R más superior de la guardia, divide la noche en turnos para ver quiénes van a estar despiertos en cada franja

horaria. Mirás el papel, y tu nombre no figura. Claramente no es porque vos vas a dormir toda la noche, sino por el contrario, te

quedás despierta todo el horario nocturno. Mirás con desconcierto... "¿Y yo no duermo?" "No, hay una sulfatada que hay que controlar cada

hora, igual nada, te tirás en una camilla y cada hora la controlás. Total está tranquilo"... Gran falacia. Sólo hay una forma de dormir, y es que todxs nos repartamos

el trabajo. A las 2 AM, suelen venir las consultas más ridículas, "es que se que a esta hora no hay nadie y atienden más rápido" te tira una paciente, y puteas, pero sabés que tiene razón. Justamente a la noche es el único momento en que no tengo otra cosa que hacer que atender la demanda espontánea.

De madrugada te fumaste mil puchos, te comiste 93 alfajores jorgito y te tomaste 2 o 3 cafés, en nombre de todo lo que no comiste durante el día. Muy sano todo. Te estallan los pies. Sentís que sólo ponerlos 20 minutos para arriba te haría la diferencia, pero no podés parar. Te duele la cabeza, pensando en las mil pacientes que viste. Tenés reflujo, el

pH - 8

los enfermeros, camilleros, secretarios… de todos.

A la 1 bajás a consultorio. Bien, una panza tras otra. Son todas iguales, te chupa un huevo, no almorzaste, ni desayunaste, ni dormiste. Nada te puede importar menos. La razón por la que elegiste la especialidad: la panza. ¿Qué más lindo que una persona que anda con otra adentro de su vientre? ¿Qué más lindo que la ilusión del hijo por venir? ¿Qué más lindo que trabajar todos los días rodeada del milagro del embarazo, del parto, de la primera vez que el bebé toma la teta? NADA te importa. Absolutamente nada. Lo único que querés es dormir. Ah no, primero bañarte. No, pero qué digo, más que nada, quiero ir al baño.

4 de la tarde, termina el consultorio, te queda evolucionar la sala y querés llorar, pero llorar lleva tiempo. Viene un R superior y te dice "Faltó algo de Gómez" "Pero pero, si la paciente es tuya, ¿Por qué no te copás y lo buscás vos?" ¡NO PAULA! ¡NOOOOO! Pará de pensar cosas lógicas, agachá la cabeza y anda a hemoterapia, te ahorrás una discusión y que piensen mal de vos. Que piensen mal... que piensen mal, por favor, si seguro que cuando eran R1 ellos pensaban lo mismo.

Y todavía no desayuné ni almorcé ni merendé, bueno, fue, voy igual a la Asamblea, le prometí a Mariana que esta vez no iba a faltar. Les pregunto a mis compañeras a ver qué onda, si quieren venir conmigo, y automáticamente y al unísono todas me responden: “¡¿Estás en pedo?!”. Un gancho directo a la mandíbula. Aunque ya sabía que se venía el golpe, dolió igual. Más sola que nunca.

¿Por qué, para qué y como vine? Aprovecho que tengo los ojos abiertod y lo miro a Pablo, atento como siempre, la miro a Mariana, diciendo lo que quiero decir pero sin mi voz, lo miro a Fer, luchando una vez más por lo que cree, lo miro al jipi... que bueno que está el jipi, aportando el pensamiento crítico. Me miro, y sólo veo que me siento y 5 minutos después estoy dormida. Me despierto por regla cada 10 minutos sobresaltada soñando con el timbre de la guardia, la cara de la sulfatada, el feto muerto que tuve entre las manos, el olor a podrido de los loquios modificados, el familiar que quiere saber por qué no se va de alta su hija. Y todo lo que no dije. Porque queda mal decir lo que uno piensa en algunos lugares. Y hoy que en realidad es ayer, estoy en la asamblea para cambiar lo que soy hoy (y ayer y mañana) y no puedo hablar porque no me responde el cuerpo.

Paula va a la Asamblea?Nada más alejado de la realidad, de la realidad nada más alejado

¡Basta! No puede ser que hace más de 40 minutos que peleo conmigo misma para mantenerme despierta y encima esta Asamblea que no arranca. ¿Qué mierda me pasa? ¿Qué es este cuerpo y esta mente que no reconozco? ¿Cómo llegué acá? Que lejos estoy de lo que fuí y lo que quiero ser. Esta

guerra entre el sueño, el mal humor, la indiferencia versus las ganas de participar de este espacio asambleario, mi historia de militancia universitaria, mi necesidad de no tragarme al mundo como viene, se ve reducida a la mínima expresión de una disputa entre mis párpados que bajan y suben leeeentamente y mis ganas de estar acá. ¿Cómo llegue a esto?...

Lunes 5 AM, despertador. Para las 8 tiene que estar toda la sala lista. El horario de entrada es a las 7 (igualmente, siempre llego 15 minutos tarde), pero los lunes son más complicados, entonces se entra a las 6 AM, hay que hacer las indicaciones, ver los vitales, ver los pedidos solicitados, ver a las pacientes. Empieza la guerra con la neonatóloga, que al mismo tiempo le dice a la madre "sáquenle la ropita al bebe y déjenlo en la cunita", mientras yo les digo "acuéstense en las camas así las reviso".

A las 8, pase del fin de semana y presentar todas las Historias Clínicas (HC) ante el jefe de servicio y todos los jefes de sala. Dinosaurios todos. Te miran y preguntan incisivamente acerca de los errores de las HC, que a veces son cosas que ni escribí, ni participé, ni operé, ¡¡ni nada!! Pero tengo que saber todo de todo lo que pasó en las otras guardias. El "pase del finde" lo podría hacer cualquiera pero nunca nadie se ofreció para hacerlo y alivianarnos el trabajo. Todo lo contrario, las R “superiores” contentas diciendo "que bueno que el lunes no tengo que ir más temprano para hacer el pase, ya vas a ver, en 2do es todo más tranqui, Pau”.

Corriendo volvés a la sala. Hay un médico interno que quiere que vos le presentes a las pacientes, de las cuales él se hace responsable, a cambio de que vos seas la que hace de todo para que esas señoras se mantengan vivas y se vayan de alta. Te pones a hacer todas las diligencias que él propone, "urocultivo a cama 13, interconsulta con dermato a cama 15, alta a las 16, 17 y 23, y eco a la 22". Además de los mil mandados, una traba tras otra… todo requiere insumos que no están al alcance de

la mano, entonces buscas a la enfermera que a esa hora religiosamente desayuna en su habitación, "disculpen chicas, saben ¿dónde puedo conseguir un frasco de urocultivo?" "ni idea nena, no trajeron" "pero, ¿ustedes no tendrían que encargarse de que haya en la sala?" "andá a pedir a esterilidad si querés un frasco" "pero esterilidad queda en la otra punta del hospi" "y bueno, arreglátela, flaca". Básicamente nadie hace su trabajo, y el R1 hace el trabajo de todos… de todos.

Eventualmente una clase a las 12, que te corta las piernas, porque te obliga a estar sentado mirando una compu sin poder prestar atención, pensando en las mil cosas que te quedan hacer en la sala antes de cruzarte a la guardia. Y ese es tu momento de formación teórica… A la misma hora hay q ir a cultivo, que es muy tedioso. Hay una vieja miope, que busca en una carpeta según el nombre de la paciente y empieza con sus preguntas: "y, ¿que tiene la paciente?" "no sé, no es mía, hay 72 camas, yo tengo 12 nomás" "mmm ¿y cuando le sacaron la muestra?" "no sé" "¿y fue con sonda estéril?" "no sé, fue uno de los pocos días en los que no estaba de guardia, ¿¿¿me puede decir si creció algo o no???". La

tolerancia que había empezado en 7/10, ya está en 2/10. Y recién es el mediodía. Esta tarea también la podría hacer cualquier R, pero como todo lo que es odioso, recae sobre el R1.

¡A la mierda!, como grita Fernando cuando habla, no se puede dormir tranquila ni en la Asamblea. Dormir, dormir, que lindo recuerdo. Y que lindo recuerdo, cuando en la facu se daban estas instancias de militancia y yo participaba activamente y no como ahora. Que lindo era escuchar las opiniones de los otros, discutir, formar parte, construir,

sin estar pensando todo el tiempo en dormir. Dormir, dormir, ¿cuándo fue la ultima vez que dormí?...

A las 2 tenés que estar en la guardia, donde están los médicos y las parteras internas RASCÁNDOSE, esperando que lleguen los residentes para irse a dormir la siesta. Entonces vos que no tomaste ni un vaso de agua todavía, de almorzar ni hablar, tenés que bancarte a la médica interna diciendo: “¿A esta hora te cruzas a la guardia? Hay como 15 pacientes esperando afuera”... “Ahí voy” “Apurate, que una está perdiendo mucha sangre en la sala de espera”. O sea, saben que hay una persona posiblemente descompensada y ni así las revisan. Ves pacientes una tras otra, la mayoría vienen por pelotudeces literalmente: "es que me vino hoy y me tenía que venir mañana”; "es que me desperté de la siesta y tenía el brazo dormido" ; "mi marido es el que está para ver a la ginecóloga de guardia” “¿¿¿TU MARIDO???, que vaya al clínico”. Evidentemente, el triage lo hace un chabón que de

medicina sabe lo que yo sé de autos. Todo te desgasta, te agota. Las pacientes se la presentas al R superior, y si el caso lo amerita, éste se lo presenta al médico interno. Si no, no se lo molesta, no se le habla. Algunos no te dejan tutearlos. Otros, los menos, porque cabe mencionar que también los hay, son un amor, revisan pacientes toda la mañana, te vienen a buscar para que operes, te mandan a dormir un rato cuando te ven muerta. Y uno les agradece que, en definitiva, hagan su trabajo. Ni más ni menos.

17 hs. Todavía no almorzaste. Si las parteras de turno son piolas, te dejan hacer un parto. Eso sí, te lo tenés que ganar. Pero en medio de ver a todas las pacientes de demanda espontánea, tenés que ir a la sala a ver a las febriles e hipertensas, y la mayoría de las veces, las parteras se ofenden porque no te quedaste controlando la dinámica de los trabajos de parto.

Y de ahí, te mandan al laboratorio de guardia. Los R1 odian ir, a mi me gusta porque salís al aire libre, te fumas un pucho, y lo mejorcito, no hay ni un R superior siguiendo tus pasos. SMS al R traumatólogo de turno: "che, tengo 10 minutos para ir al laboratorio de guardia, ¿estás?" "venite", responden del otro lado. Con todos los papelitos en la mano, te escapas del camino pautado y te vas al pabellón más conveniente. Te agarran de la cintura (o lo que queda de ella), y te meten rápido en un cubículo, y muy en silencio te sacan la ropa, ese ambo naranja hediondo, 10 talles más grandes del que te corresponde, todo manchado de sangre y líquido amniótico, que te despersonaliza y te hace uno más del campo de concentración, y un poco atropellado, coges, ahí nomás, en la camilla, 10 minutos hasta que suena el celular. "¿Dónde andás?", pregunta el R superior, "En el laboratorio, ahí voy", "Metele, que hay más pacientes para ver en la puerta". Y esos minutos de sexo te devuelven algo de humanidad, te escapaste por un segundo del sistema, e hiciste lo único que NO tenías que hacer.

Mmm… sexo… no está nada mal el jipi que tengo enfrente. Pará. Concéntrate María Paula, no viniste a chonguear, estas acá para plantear lo mal que la estás pasando en tu hospital… pero es que salgo tan poco. Encima, el loco ese, dijo algo interesante después de que nos presentamos todos, eso de “¿por qué vinimos a la asamblea?” no es menor. No está nada mal esa pregunta, pero le agregaría el para qué. ¿Para qué vine? ¿Para dar la imagen de zombi que estoy dando? ¿Para demostrarme a mi misma que con los ojos y

estómago pide otra cosa: ¡No más Jorgitos! Preparto 3 grita de dolor. Vas te sentás al lado. Querés tener empatía, pero no podés. O sea a vos te duelen tus contracciones pero vos elegiste estar en esto, pienso una y otra vez. ¿Vos elegiste? ¿Qué clase de persona soy? Y yo, a fin de cuentas, ¿yo no elegí estar en esto? Te quedás sentada al lado sólo para que no grite, y te quedás dormida en su panza, mientras te mima tocándote el pelo y te dice: “pobre dotorita”.

“Hey, Pau. Todo bien con que duermas, pero roncar es un exceso…”, me dice Pablo cagándose de risa mientras me acaricia la cabeza, igual que la paciente de hoy o ayer, o de la semana pasada. Ya no entiendo el tiempo. Me enderezo un poco, e intento una vez más, conectar con lo que se está discutiendo. “Otra vez, se cerraron las paritarias y nosotros nada, siempre afuera de las problemáticas de los trabajadores”, dice Fer, con una voz que le nace desde bien adentro. Y miro a toda la gente que está en la Asamblea, preocupados porque no pagaron a los nuevos R1, hablando de paritarias y otros términos que no entiendo, ¿será que todavía no estoy acostumbrada a mi condición de trabajadora? ¡Ah!, cierto que según nuestros empleadores, no somos trabajadores, sino profesionales en formación (implica 0% derechos, 100% obligaciones). Hay gente de todas las especialidades, menos las quirúrgicas, obvio. ¿Quién tiene tiempo para estas cosas?

7 AM, todos despiertan. Vos con unas ojeras por el piso, y te dicen "¡Ay!, ¿no dormiste? Seguro te organizaste mal" “¿¿Me estás cargando?? No dormí porque vos no quisiste que yo duerma” No podés responder eso Paula, medí tus palabras... "No, no pude, je" con una sonrisa, que nadie sospeche que no disfruto las guardias. Y empieza el nuevo día que en realidad es una simple continuación del anterior. Sólo que esta vez se te van doblando las rodillas cuando te mandan al laboratorio de guardia, sólo que esta vez no dormiste y cuando el familiar te pregunta "¿Qué le pasa a mi hija que no le dan el alta?", no tenés

ganas de explicarle que está infectada, probablemente por alguna imprudencia profesional, le decís rápido "Es que tuvo fiebre" y seguís. Y sabés que esa respuesta no le alcanza. Pero no tenés energía para más.

De vuelta a las 12 alguna que otra clase, y lo peor, hacer el parte quirúrgico, que consiste en algo asÍ como las casas del zodíaco. Tenés que llevar un papel a 12 lugares distintos (anestesio, anatomía patológica, hemoterapia, etc.) para que lo firmen. Esto claramente lo podría hacer un secretario, ¡pero NO! Porque nadie trabaja, y el R1 hace el trabajo de todos. De los médicos de planta,

Page 9: Boletín de pH Agosto 2013

la boca cerrada, no puedo cambiar nada? ¿O para engañarme por un rato, y sentir que sigo luchando por lo que pienso?...

Volvés, y a un R superior se le da por preguntar "¿Vos almorzaste?" "No, todavía no", “Bueno, sentate 10 minutos, come y después seguís" “OK, perfecto, gracias”. Entra una

ambulancia, todas las miradas del office de médicos se dirigen a vos. Le corresponde al R1 ir, y "queda mal" que no te levantes como un resorte

de la silla. Entonces, dejás la comida que acabas de empezar a saborear y te vas a ver a la señora, que sangra, se te cierra el estomago dirán

algunos... pero no, sigo teniendo hambre. La termino de ver, se la presento a quién corresponde y pretendo volver a la comida...

ya sacaron el plato de la mesa, "Ay, pensé que habías terminado" "¡¡¡No culeada!!!!, apenas había empezado". Bueno, ya fue.

Llega la noche, cenamos, nos sentamos en la misma mesa el médico interno, las parteras, las R de obstétricas y todos los R médicos, en mi otro hospital ni cenábamos.

Los internos se quedan tomando un vino, y vos metiéndole pata a todo el laburo burocrático a ver si esta noche podés dormir.

Tipo 12, la R más superior de la guardia, divide la noche en turnos para ver quiénes van a estar despiertos en cada franja

horaria. Mirás el papel, y tu nombre no figura. Claramente no es porque vos vas a dormir toda la noche, sino por el contrario, te

quedás despierta todo el horario nocturno. Mirás con desconcierto... "¿Y yo no duermo?" "No, hay una sulfatada que hay que controlar cada

hora, igual nada, te tirás en una camilla y cada hora la controlás. Total está tranquilo"... Gran falacia. Sólo hay una forma de dormir, y es que todxs nos repartamos

el trabajo. A las 2 AM, suelen venir las consultas más ridículas, "es que se que a esta hora no hay nadie y atienden más rápido" te tira una paciente, y puteas, pero sabés que tiene razón. Justamente a la noche es el único momento en que no tengo otra cosa que hacer que atender la demanda espontánea.

De madrugada te fumaste mil puchos, te comiste 93 alfajores jorgito y te tomaste 2 o 3 cafés, en nombre de todo lo que no comiste durante el día. Muy sano todo. Te estallan los pies. Sentís que sólo ponerlos 20 minutos para arriba te haría la diferencia, pero no podés parar. Te duele la cabeza, pensando en las mil pacientes que viste. Tenés reflujo, el

pH - 9

los enfermeros, camilleros, secretarios… de todos.

A la 1 bajás a consultorio. Bien, una panza tras otra. Son todas iguales, te chupa un huevo, no almorzaste, ni desayunaste, ni dormiste. Nada te puede importar menos. La razón por la que elegiste la especialidad: la panza. ¿Qué más lindo que una persona que anda con otra adentro de su vientre? ¿Qué más lindo que la ilusión del hijo por venir? ¿Qué más lindo que trabajar todos los días rodeada del milagro del embarazo, del parto, de la primera vez que el bebé toma la teta? NADA te importa. Absolutamente nada. Lo único que querés es dormir. Ah no, primero bañarte. No, pero qué digo, más que nada, quiero ir al baño.

4 de la tarde, termina el consultorio, te queda evolucionar la sala y querés llorar, pero llorar lleva tiempo. Viene un R superior y te dice "Faltó algo de Gómez" "Pero pero, si la paciente es tuya, ¿Por qué no te copás y lo buscás vos?" ¡NO PAULA! ¡NOOOOO! Pará de pensar cosas lógicas, agachá la cabeza y anda a hemoterapia, te ahorrás una discusión y que piensen mal de vos. Que piensen mal... que piensen mal, por favor, si seguro que cuando eran R1 ellos pensaban lo mismo.

Y todavía no desayuné ni almorcé ni merendé, bueno, fue, voy igual a la Asamblea, le prometí a Mariana que esta vez no iba a faltar. Les pregunto a mis compañeras a ver qué onda, si quieren venir conmigo, y automáticamente y al unísono todas me responden: “¡¿Estás en pedo?!”. Un gancho directo a la mandíbula. Aunque ya sabía que se venía el golpe, dolió igual. Más sola que nunca.

¿Por qué, para qué y como vine? Aprovecho que tengo los ojos abiertod y lo miro a Pablo, atento como siempre, la miro a Mariana, diciendo lo que quiero decir pero sin mi voz, lo miro a Fer, luchando una vez más por lo que cree, lo miro al jipi... que bueno que está el jipi, aportando el pensamiento crítico. Me miro, y sólo veo que me siento y 5 minutos después estoy dormida. Me despierto por regla cada 10 minutos sobresaltada soñando con el timbre de la guardia, la cara de la sulfatada, el feto muerto que tuve entre las manos, el olor a podrido de los loquios modificados, el familiar que quiere saber por qué no se va de alta su hija. Y todo lo que no dije. Porque queda mal decir lo que uno piensa en algunos lugares. Y hoy que en realidad es ayer, estoy en la asamblea para cambiar lo que soy hoy (y ayer y mañana) y no puedo hablar porque no me responde el cuerpo.

Paula va a la Asamblea?Nada más alejado de la realidad, de la realidad nada más alejado

¡Basta! No puede ser que hace más de 40 minutos que peleo conmigo misma para mantenerme despierta y encima esta Asamblea que no arranca. ¿Qué mierda me pasa? ¿Qué es este cuerpo y esta mente que no reconozco? ¿Cómo llegué acá? Que lejos estoy de lo que fuí y lo que quiero ser. Esta

guerra entre el sueño, el mal humor, la indiferencia versus las ganas de participar de este espacio asambleario, mi historia de militancia universitaria, mi necesidad de no tragarme al mundo como viene, se ve reducida a la mínima expresión de una disputa entre mis párpados que bajan y suben leeeentamente y mis ganas de estar acá. ¿Cómo llegue a esto?...

Lunes 5 AM, despertador. Para las 8 tiene que estar toda la sala lista. El horario de entrada es a las 7 (igualmente, siempre llego 15 minutos tarde), pero los lunes son más complicados, entonces se entra a las 6 AM, hay que hacer las indicaciones, ver los vitales, ver los pedidos solicitados, ver a las pacientes. Empieza la guerra con la neonatóloga, que al mismo tiempo le dice a la madre "sáquenle la ropita al bebe y déjenlo en la cunita", mientras yo les digo "acuéstense en las camas así las reviso".

A las 8, pase del fin de semana y presentar todas las Historias Clínicas (HC) ante el jefe de servicio y todos los jefes de sala. Dinosaurios todos. Te miran y preguntan incisivamente acerca de los errores de las HC, que a veces son cosas que ni escribí, ni participé, ni operé, ¡¡ni nada!! Pero tengo que saber todo de todo lo que pasó en las otras guardias. El "pase del finde" lo podría hacer cualquiera pero nunca nadie se ofreció para hacerlo y alivianarnos el trabajo. Todo lo contrario, las R “superiores” contentas diciendo "que bueno que el lunes no tengo que ir más temprano para hacer el pase, ya vas a ver, en 2do es todo más tranqui, Pau”.

Corriendo volvés a la sala. Hay un médico interno que quiere que vos le presentes a las pacientes, de las cuales él se hace responsable, a cambio de que vos seas la que hace de todo para que esas señoras se mantengan vivas y se vayan de alta. Te pones a hacer todas las diligencias que él propone, "urocultivo a cama 13, interconsulta con dermato a cama 15, alta a las 16, 17 y 23, y eco a la 22". Además de los mil mandados, una traba tras otra… todo requiere insumos que no están al alcance de

la mano, entonces buscas a la enfermera que a esa hora religiosamente desayuna en su habitación, "disculpen chicas, saben ¿dónde puedo conseguir un frasco de urocultivo?" "ni idea nena, no trajeron" "pero, ¿ustedes no tendrían que encargarse de que haya en la sala?" "andá a pedir a esterilidad si querés un frasco" "pero esterilidad queda en la otra punta del hospi" "y bueno, arreglátela, flaca". Básicamente nadie hace su trabajo, y el R1 hace el trabajo de todos… de todos.

Eventualmente una clase a las 12, que te corta las piernas, porque te obliga a estar sentado mirando una compu sin poder prestar atención, pensando en las mil cosas que te quedan hacer en la sala antes de cruzarte a la guardia. Y ese es tu momento de formación teórica… A la misma hora hay q ir a cultivo, que es muy tedioso. Hay una vieja miope, que busca en una carpeta según el nombre de la paciente y empieza con sus preguntas: "y, ¿que tiene la paciente?" "no sé, no es mía, hay 72 camas, yo tengo 12 nomás" "mmm ¿y cuando le sacaron la muestra?" "no sé" "¿y fue con sonda estéril?" "no sé, fue uno de los pocos días en los que no estaba de guardia, ¿¿¿me puede decir si creció algo o no???". La

tolerancia que había empezado en 7/10, ya está en 2/10. Y recién es el mediodía. Esta tarea también la podría hacer cualquier R, pero como todo lo que es odioso, recae sobre el R1.

¡A la mierda!, como grita Fernando cuando habla, no se puede dormir tranquila ni en la Asamblea. Dormir, dormir, que lindo recuerdo. Y que lindo recuerdo, cuando en la facu se daban estas instancias de militancia y yo participaba activamente y no como ahora. Que lindo era escuchar las opiniones de los otros, discutir, formar parte, construir,

sin estar pensando todo el tiempo en dormir. Dormir, dormir, ¿cuándo fue la ultima vez que dormí?...

A las 2 tenés que estar en la guardia, donde están los médicos y las parteras internas RASCÁNDOSE, esperando que lleguen los residentes para irse a dormir la siesta. Entonces vos que no tomaste ni un vaso de agua todavía, de almorzar ni hablar, tenés que bancarte a la médica interna diciendo: “¿A esta hora te cruzas a la guardia? Hay como 15 pacientes esperando afuera”... “Ahí voy” “Apurate, que una está perdiendo mucha sangre en la sala de espera”. O sea, saben que hay una persona posiblemente descompensada y ni así las revisan. Ves pacientes una tras otra, la mayoría vienen por pelotudeces literalmente: "es que me vino hoy y me tenía que venir mañana”; "es que me desperté de la siesta y tenía el brazo dormido" ; "mi marido es el que está para ver a la ginecóloga de guardia” “¿¿¿TU MARIDO???, que vaya al clínico”. Evidentemente, el triage lo hace un chabón que de

medicina sabe lo que yo sé de autos. Todo te desgasta, te agota. Las pacientes se la presentas al R superior, y si el caso lo amerita, éste se lo presenta al médico interno. Si no, no se lo molesta, no se le habla. Algunos no te dejan tutearlos. Otros, los menos, porque cabe mencionar que también los hay, son un amor, revisan pacientes toda la mañana, te vienen a buscar para que operes, te mandan a dormir un rato cuando te ven muerta. Y uno les agradece que, en definitiva, hagan su trabajo. Ni más ni menos.

17 hs. Todavía no almorzaste. Si las parteras de turno son piolas, te dejan hacer un parto. Eso sí, te lo tenés que ganar. Pero en medio de ver a todas las pacientes de demanda espontánea, tenés que ir a la sala a ver a las febriles e hipertensas, y la mayoría de las veces, las parteras se ofenden porque no te quedaste controlando la dinámica de los trabajos de parto.

Y de ahí, te mandan al laboratorio de guardia. Los R1 odian ir, a mi me gusta porque salís al aire libre, te fumas un pucho, y lo mejorcito, no hay ni un R superior siguiendo tus pasos. SMS al R traumatólogo de turno: "che, tengo 10 minutos para ir al laboratorio de guardia, ¿estás?" "venite", responden del otro lado. Con todos los papelitos en la mano, te escapas del camino pautado y te vas al pabellón más conveniente. Te agarran de la cintura (o lo que queda de ella), y te meten rápido en un cubículo, y muy en silencio te sacan la ropa, ese ambo naranja hediondo, 10 talles más grandes del que te corresponde, todo manchado de sangre y líquido amniótico, que te despersonaliza y te hace uno más del campo de concentración, y un poco atropellado, coges, ahí nomás, en la camilla, 10 minutos hasta que suena el celular. "¿Dónde andás?", pregunta el R superior, "En el laboratorio, ahí voy", "Metele, que hay más pacientes para ver en la puerta". Y esos minutos de sexo te devuelven algo de humanidad, te escapaste por un segundo del sistema, e hiciste lo único que NO tenías que hacer.

Mmm… sexo… no está nada mal el jipi que tengo enfrente. Pará. Concéntrate María Paula, no viniste a chonguear, estas acá para plantear lo mal que la estás pasando en tu hospital… pero es que salgo tan poco. Encima, el loco ese, dijo algo interesante después de que nos presentamos todos, eso de “¿por qué vinimos a la asamblea?” no es menor. No está nada mal esa pregunta, pero le agregaría el para qué. ¿Para qué vine? ¿Para dar la imagen de zombi que estoy dando? ¿Para demostrarme a mi misma que con los ojos y

estómago pide otra cosa: ¡No más Jorgitos! Preparto 3 grita de dolor. Vas te sentás al lado. Querés tener empatía, pero no podés. O sea a vos te duelen tus contracciones pero vos elegiste estar en esto, pienso una y otra vez. ¿Vos elegiste? ¿Qué clase de persona soy? Y yo, a fin de cuentas, ¿yo no elegí estar en esto? Te quedás sentada al lado sólo para que no grite, y te quedás dormida en su panza, mientras te mima tocándote el pelo y te dice: “pobre dotorita”.

“Hey, Pau. Todo bien con que duermas, pero roncar es un exceso…”, me dice Pablo cagándose de risa mientras me acaricia la cabeza, igual que la paciente de hoy o ayer, o de la semana pasada. Ya no entiendo el tiempo. Me enderezo un poco, e intento una vez más, conectar con lo que se está discutiendo. “Otra vez, se cerraron las paritarias y nosotros nada, siempre afuera de las problemáticas de los trabajadores”, dice Fer, con una voz que le nace desde bien adentro. Y miro a toda la gente que está en la Asamblea, preocupados porque no pagaron a los nuevos R1, hablando de paritarias y otros términos que no entiendo, ¿será que todavía no estoy acostumbrada a mi condición de trabajadora? ¡Ah!, cierto que según nuestros empleadores, no somos trabajadores, sino profesionales en formación (implica 0% derechos, 100% obligaciones). Hay gente de todas las especialidades, menos las quirúrgicas, obvio. ¿Quién tiene tiempo para estas cosas?

7 AM, todos despiertan. Vos con unas ojeras por el piso, y te dicen "¡Ay!, ¿no dormiste? Seguro te organizaste mal" “¿¿Me estás cargando?? No dormí porque vos no quisiste que yo duerma” No podés responder eso Paula, medí tus palabras... "No, no pude, je" con una sonrisa, que nadie sospeche que no disfruto las guardias. Y empieza el nuevo día que en realidad es una simple continuación del anterior. Sólo que esta vez se te van doblando las rodillas cuando te mandan al laboratorio de guardia, sólo que esta vez no dormiste y cuando el familiar te pregunta "¿Qué le pasa a mi hija que no le dan el alta?", no tenés

ganas de explicarle que está infectada, probablemente por alguna imprudencia profesional, le decís rápido "Es que tuvo fiebre" y seguís. Y sabés que esa respuesta no le alcanza. Pero no tenés energía para más.

De vuelta a las 12 alguna que otra clase, y lo peor, hacer el parte quirúrgico, que consiste en algo asÍ como las casas del zodíaco. Tenés que llevar un papel a 12 lugares distintos (anestesio, anatomía patológica, hemoterapia, etc.) para que lo firmen. Esto claramente lo podría hacer un secretario, ¡pero NO! Porque nadie trabaja, y el R1 hace el trabajo de todos. De los médicos de planta,

Page 10: Boletín de pH Agosto 2013

la boca cerrada, no puedo cambiar nada? ¿O para engañarme por un rato, y sentir que sigo luchando por lo que pienso?...

Volvés, y a un R superior se le da por preguntar "¿Vos almorzaste?" "No, todavía no", “Bueno, sentate 10 minutos, come y después seguís" “OK, perfecto, gracias”. Entra una

ambulancia, todas las miradas del office de médicos se dirigen a vos. Le corresponde al R1 ir, y "queda mal" que no te levantes como un resorte

de la silla. Entonces, dejás la comida que acabas de empezar a saborear y te vas a ver a la señora, que sangra, se te cierra el estomago dirán

algunos... pero no, sigo teniendo hambre. La termino de ver, se la presento a quién corresponde y pretendo volver a la comida...

ya sacaron el plato de la mesa, "Ay, pensé que habías terminado" "¡¡¡No culeada!!!!, apenas había empezado". Bueno, ya fue.

Llega la noche, cenamos, nos sentamos en la misma mesa el médico interno, las parteras, las R de obstétricas y todos los R médicos, en mi otro hospital ni cenábamos.

Los internos se quedan tomando un vino, y vos metiéndole pata a todo el laburo burocrático a ver si esta noche podés dormir.

Tipo 12, la R más superior de la guardia, divide la noche en turnos para ver quiénes van a estar despiertos en cada franja

horaria. Mirás el papel, y tu nombre no figura. Claramente no es porque vos vas a dormir toda la noche, sino por el contrario, te

quedás despierta todo el horario nocturno. Mirás con desconcierto... "¿Y yo no duermo?" "No, hay una sulfatada que hay que controlar cada

hora, igual nada, te tirás en una camilla y cada hora la controlás. Total está tranquilo"... Gran falacia. Sólo hay una forma de dormir, y es que todxs nos repartamos

el trabajo. A las 2 AM, suelen venir las consultas más ridículas, "es que se que a esta hora no hay nadie y atienden más rápido" te tira una paciente, y puteas, pero sabés que tiene razón. Justamente a la noche es el único momento en que no tengo otra cosa que hacer que atender la demanda espontánea.

De madrugada te fumaste mil puchos, te comiste 93 alfajores jorgito y te tomaste 2 o 3 cafés, en nombre de todo lo que no comiste durante el día. Muy sano todo. Te estallan los pies. Sentís que sólo ponerlos 20 minutos para arriba te haría la diferencia, pero no podés parar. Te duele la cabeza, pensando en las mil pacientes que viste. Tenés reflujo, el

pH-10

los enfermeros, camilleros, secretarios… de todos.

A la 1 bajás a consultorio. Bien, una panza tras otra. Son todas iguales, te chupa un huevo, no almorzaste, ni desayunaste, ni dormiste. Nada te puede importar menos. La razón por la que elegiste la especialidad: la panza. ¿Qué más lindo que una persona que anda con otra adentro de su vientre? ¿Qué más lindo que la ilusión del hijo por venir? ¿Qué más lindo que trabajar todos los días rodeada del milagro del embarazo, del parto, de la primera vez que el bebé toma la teta? NADA te importa. Absolutamente nada. Lo único que querés es dormir. Ah no, primero bañarte. No, pero qué digo, más que nada, quiero ir al baño.

4 de la tarde, termina el consultorio, te queda evolucionar la sala y querés llorar, pero llorar lleva tiempo. Viene un R superior y te dice "Faltó algo de Gómez" "Pero pero, si la paciente es tuya, ¿Por qué no te copás y lo buscás vos?" ¡NO PAULA! ¡NOOOOO! Pará de pensar cosas lógicas, agachá la cabeza y anda a hemoterapia, te ahorrás una discusión y que piensen mal de vos. Que piensen mal... que piensen mal, por favor, si seguro que cuando eran R1 ellos pensaban lo mismo.

Y todavía no desayuné ni almorcé ni merendé, bueno, fue, voy igual a la Asamblea, le prometí a Mariana que esta vez no iba a faltar. Les pregunto a mis compañeras a ver qué onda, si quieren venir conmigo, y automáticamente y al unísono todas me responden: “¡¿Estás en pedo?!”. Un gancho directo a la mandíbula. Aunque ya sabía que se venía el golpe, dolió igual. Más sola que nunca.

¿Por qué, para qué y como vine? Aprovecho que tengo los ojos abiertod y lo miro a Pablo, atento como siempre, la miro a Mariana, diciendo lo que quiero decir pero sin mi voz, lo miro a Fer, luchando una vez más por lo que cree, lo miro al jipi... que bueno que está el jipi, aportando el pensamiento crítico. Me miro, y sólo veo que me siento y 5 minutos después estoy dormida. Me despierto por regla cada 10 minutos sobresaltada soñando con el timbre de la guardia, la cara de la sulfatada, el feto muerto que tuve entre las manos, el olor a podrido de los loquios modificados, el familiar que quiere saber por qué no se va de alta su hija. Y todo lo que no dije. Porque queda mal decir lo que uno piensa en algunos lugares. Y hoy que en realidad es ayer, estoy en la asamblea para cambiar lo que soy hoy (y ayer y mañana) y no puedo hablar porque no me responde el cuerpo.

Paula va a la Asamblea?Nada más alejado de la realidad, de la realidad nada más alejado

¡Basta! No puede ser que hace más de 40 minutos que peleo conmigo misma para mantenerme despierta y encima esta Asamblea que no arranca. ¿Qué mierda me pasa? ¿Qué es este cuerpo y esta mente que no reconozco? ¿Cómo llegué acá? Que lejos estoy de lo que fuí y lo que quiero ser. Esta

guerra entre el sueño, el mal humor, la indiferencia versus las ganas de participar de este espacio asambleario, mi historia de militancia universitaria, mi necesidad de no tragarme al mundo como viene, se ve reducida a la mínima expresión de una disputa entre mis párpados que bajan y suben leeeentamente y mis ganas de estar acá. ¿Cómo llegue a esto?...

Lunes 5 AM, despertador. Para las 8 tiene que estar toda la sala lista. El horario de entrada es a las 7 (igualmente, siempre llego 15 minutos tarde), pero los lunes son más complicados, entonces se entra a las 6 AM, hay que hacer las indicaciones, ver los vitales, ver los pedidos solicitados, ver a las pacientes. Empieza la guerra con la neonatóloga, que al mismo tiempo le dice a la madre "sáquenle la ropita al bebe y déjenlo en la cunita", mientras yo les digo "acuéstense en las camas así las reviso".

A las 8, pase del fin de semana y presentar todas las Historias Clínicas (HC) ante el jefe de servicio y todos los jefes de sala. Dinosaurios todos. Te miran y preguntan incisivamente acerca de los errores de las HC, que a veces son cosas que ni escribí, ni participé, ni operé, ¡¡ni nada!! Pero tengo que saber todo de todo lo que pasó en las otras guardias. El "pase del finde" lo podría hacer cualquiera pero nunca nadie se ofreció para hacerlo y alivianarnos el trabajo. Todo lo contrario, las R “superiores” contentas diciendo "que bueno que el lunes no tengo que ir más temprano para hacer el pase, ya vas a ver, en 2do es todo más tranqui, Pau”.

Corriendo volvés a la sala. Hay un médico interno que quiere que vos le presentes a las pacientes, de las cuales él se hace responsable, a cambio de que vos seas la que hace de todo para que esas señoras se mantengan vivas y se vayan de alta. Te pones a hacer todas las diligencias que él propone, "urocultivo a cama 13, interconsulta con dermato a cama 15, alta a las 16, 17 y 23, y eco a la 22". Además de los mil mandados, una traba tras otra… todo requiere insumos que no están al alcance de

la mano, entonces buscas a la enfermera que a esa hora religiosamente desayuna en su habitación, "disculpen chicas, saben ¿dónde puedo conseguir un frasco de urocultivo?" "ni idea nena, no trajeron" "pero, ¿ustedes no tendrían que encargarse de que haya en la sala?" "andá a pedir a esterilidad si querés un frasco" "pero esterilidad queda en la otra punta del hospi" "y bueno, arreglátela, flaca". Básicamente nadie hace su trabajo, y el R1 hace el trabajo de todos… de todos.

Eventualmente una clase a las 12, que te corta las piernas, porque te obliga a estar sentado mirando una compu sin poder prestar atención, pensando en las mil cosas que te quedan hacer en la sala antes de cruzarte a la guardia. Y ese es tu momento de formación teórica… A la misma hora hay q ir a cultivo, que es muy tedioso. Hay una vieja miope, que busca en una carpeta según el nombre de la paciente y empieza con sus preguntas: "y, ¿que tiene la paciente?" "no sé, no es mía, hay 72 camas, yo tengo 12 nomás" "mmm ¿y cuando le sacaron la muestra?" "no sé" "¿y fue con sonda estéril?" "no sé, fue uno de los pocos días en los que no estaba de guardia, ¿¿¿me puede decir si creció algo o no???". La

tolerancia que había empezado en 7/10, ya está en 2/10. Y recién es el mediodía. Esta tarea también la podría hacer cualquier R, pero como todo lo que es odioso, recae sobre el R1.

¡A la mierda!, como grita Fernando cuando habla, no se puede dormir tranquila ni en la Asamblea. Dormir, dormir, que lindo recuerdo. Y que lindo recuerdo, cuando en la facu se daban estas instancias de militancia y yo participaba activamente y no como ahora. Que lindo era escuchar las opiniones de los otros, discutir, formar parte, construir,

sin estar pensando todo el tiempo en dormir. Dormir, dormir, ¿cuándo fue la ultima vez que dormí?...

A las 2 tenés que estar en la guardia, donde están los médicos y las parteras internas RASCÁNDOSE, esperando que lleguen los residentes para irse a dormir la siesta. Entonces vos que no tomaste ni un vaso de agua todavía, de almorzar ni hablar, tenés que bancarte a la médica interna diciendo: “¿A esta hora te cruzas a la guardia? Hay como 15 pacientes esperando afuera”... “Ahí voy” “Apurate, que una está perdiendo mucha sangre en la sala de espera”. O sea, saben que hay una persona posiblemente descompensada y ni así las revisan. Ves pacientes una tras otra, la mayoría vienen por pelotudeces literalmente: "es que me vino hoy y me tenía que venir mañana”; "es que me desperté de la siesta y tenía el brazo dormido" ; "mi marido es el que está para ver a la ginecóloga de guardia” “¿¿¿TU MARIDO???, que vaya al clínico”. Evidentemente, el triage lo hace un chabón que de

medicina sabe lo que yo sé de autos. Todo te desgasta, te agota. Las pacientes se la presentas al R superior, y si el caso lo amerita, éste se lo presenta al médico interno. Si no, no se lo molesta, no se le habla. Algunos no te dejan tutearlos. Otros, los menos, porque cabe mencionar que también los hay, son un amor, revisan pacientes toda la mañana, te vienen a buscar para que operes, te mandan a dormir un rato cuando te ven muerta. Y uno les agradece que, en definitiva, hagan su trabajo. Ni más ni menos.

17 hs. Todavía no almorzaste. Si las parteras de turno son piolas, te dejan hacer un parto. Eso sí, te lo tenés que ganar. Pero en medio de ver a todas las pacientes de demanda espontánea, tenés que ir a la sala a ver a las febriles e hipertensas, y la mayoría de las veces, las parteras se ofenden porque no te quedaste controlando la dinámica de los trabajos de parto.

Y de ahí, te mandan al laboratorio de guardia. Los R1 odian ir, a mi me gusta porque salís al aire libre, te fumas un pucho, y lo mejorcito, no hay ni un R superior siguiendo tus pasos. SMS al R traumatólogo de turno: "che, tengo 10 minutos para ir al laboratorio de guardia, ¿estás?" "venite", responden del otro lado. Con todos los papelitos en la mano, te escapas del camino pautado y te vas al pabellón más conveniente. Te agarran de la cintura (o lo que queda de ella), y te meten rápido en un cubículo, y muy en silencio te sacan la ropa, ese ambo naranja hediondo, 10 talles más grandes del que te corresponde, todo manchado de sangre y líquido amniótico, que te despersonaliza y te hace uno más del campo de concentración, y un poco atropellado, coges, ahí nomás, en la camilla, 10 minutos hasta que suena el celular. "¿Dónde andás?", pregunta el R superior, "En el laboratorio, ahí voy", "Metele, que hay más pacientes para ver en la puerta". Y esos minutos de sexo te devuelven algo de humanidad, te escapaste por un segundo del sistema, e hiciste lo único que NO tenías que hacer.

Mmm… sexo… no está nada mal el jipi que tengo enfrente. Pará. Concéntrate María Paula, no viniste a chonguear, estas acá para plantear lo mal que la estás pasando en tu hospital… pero es que salgo tan poco. Encima, el loco ese, dijo algo interesante después de que nos presentamos todos, eso de “¿por qué vinimos a la asamblea?” no es menor. No está nada mal esa pregunta, pero le agregaría el para qué. ¿Para qué vine? ¿Para dar la imagen de zombi que estoy dando? ¿Para demostrarme a mi misma que con los ojos y

estómago pide otra cosa: ¡No más Jorgitos! Preparto 3 grita de dolor. Vas te sentás al lado. Querés tener empatía, pero no podés. O sea a vos te duelen tus contracciones pero vos elegiste estar en esto, pienso una y otra vez. ¿Vos elegiste? ¿Qué clase de persona soy? Y yo, a fin de cuentas, ¿yo no elegí estar en esto? Te quedás sentada al lado sólo para que no grite, y te quedás dormida en su panza, mientras te mima tocándote el pelo y te dice: “pobre dotorita”.

“Hey, Pau. Todo bien con que duermas, pero roncar es un exceso…”, me dice Pablo cagándose de risa mientras me acaricia la cabeza, igual que la paciente de hoy o ayer, o de la semana pasada. Ya no entiendo el tiempo. Me enderezo un poco, e intento una vez más, conectar con lo que se está discutiendo. “Otra vez, se cerraron las paritarias y nosotros nada, siempre afuera de las problemáticas de los trabajadores”, dice Fer, con una voz que le nace desde bien adentro. Y miro a toda la gente que está en la Asamblea, preocupados porque no pagaron a los nuevos R1, hablando de paritarias y otros términos que no entiendo, ¿será que todavía no estoy acostumbrada a mi condición de trabajadora? ¡Ah!, cierto que según nuestros empleadores, no somos trabajadores, sino profesionales en formación (implica 0% derechos, 100% obligaciones). Hay gente de todas las especialidades, menos las quirúrgicas, obvio. ¿Quién tiene tiempo para estas cosas?

7 AM, todos despiertan. Vos con unas ojeras por el piso, y te dicen "¡Ay!, ¿no dormiste? Seguro te organizaste mal" “¿¿Me estás cargando?? No dormí porque vos no quisiste que yo duerma” No podés responder eso Paula, medí tus palabras... "No, no pude, je" con una sonrisa, que nadie sospeche que no disfruto las guardias. Y empieza el nuevo día que en realidad es una simple continuación del anterior. Sólo que esta vez se te van doblando las rodillas cuando te mandan al laboratorio de guardia, sólo que esta vez no dormiste y cuando el familiar te pregunta "¿Qué le pasa a mi hija que no le dan el alta?", no tenés

ganas de explicarle que está infectada, probablemente por alguna imprudencia profesional, le decís rápido "Es que tuvo fiebre" y seguís. Y sabés que esa respuesta no le alcanza. Pero no tenés energía para más.

De vuelta a las 12 alguna que otra clase, y lo peor, hacer el parte quirúrgico, que consiste en algo asÍ como las casas del zodíaco. Tenés que llevar un papel a 12 lugares distintos (anestesio, anatomía patológica, hemoterapia, etc.) para que lo firmen. Esto claramente lo podría hacer un secretario, ¡pero NO! Porque nadie trabaja, y el R1 hace el trabajo de todos. De los médicos de planta,

Page 11: Boletín de pH Agosto 2013

la boca cerrada, no puedo cambiar nada? ¿O para engañarme por un rato, y sentir que sigo luchando por lo que pienso?...

Volvés, y a un R superior se le da por preguntar "¿Vos almorzaste?" "No, todavía no", “Bueno, sentate 10 minutos, come y después seguís" “OK, perfecto, gracias”. Entra una

ambulancia, todas las miradas del office de médicos se dirigen a vos. Le corresponde al R1 ir, y "queda mal" que no te levantes como un resorte

de la silla. Entonces, dejás la comida que acabas de empezar a saborear y te vas a ver a la señora, que sangra, se te cierra el estomago dirán

algunos... pero no, sigo teniendo hambre. La termino de ver, se la presento a quién corresponde y pretendo volver a la comida...

ya sacaron el plato de la mesa, "Ay, pensé que habías terminado" "¡¡¡No culeada!!!!, apenas había empezado". Bueno, ya fue.

Llega la noche, cenamos, nos sentamos en la misma mesa el médico interno, las parteras, las R de obstétricas y todos los R médicos, en mi otro hospital ni cenábamos.

Los internos se quedan tomando un vino, y vos metiéndole pata a todo el laburo burocrático a ver si esta noche podés dormir.

Tipo 12, la R más superior de la guardia, divide la noche en turnos para ver quiénes van a estar despiertos en cada franja

horaria. Mirás el papel, y tu nombre no figura. Claramente no es porque vos vas a dormir toda la noche, sino por el contrario, te

quedás despierta todo el horario nocturno. Mirás con desconcierto... "¿Y yo no duermo?" "No, hay una sulfatada que hay que controlar cada

hora, igual nada, te tirás en una camilla y cada hora la controlás. Total está tranquilo"... Gran falacia. Sólo hay una forma de dormir, y es que todxs nos repartamos

el trabajo. A las 2 AM, suelen venir las consultas más ridículas, "es que se que a esta hora no hay nadie y atienden más rápido" te tira una paciente, y puteas, pero sabés que tiene razón. Justamente a la noche es el único momento en que no tengo otra cosa que hacer que atender la demanda espontánea.

De madrugada te fumaste mil puchos, te comiste 93 alfajores jorgito y te tomaste 2 o 3 cafés, en nombre de todo lo que no comiste durante el día. Muy sano todo. Te estallan los pies. Sentís que sólo ponerlos 20 minutos para arriba te haría la diferencia, pero no podés parar. Te duele la cabeza, pensando en las mil pacientes que viste. Tenés reflujo, el

los enfermeros, camilleros, secretarios… de todos.

A la 1 bajás a consultorio. Bien, una panza tras otra. Son todas iguales, te chupa un huevo, no almorzaste, ni desayunaste, ni dormiste. Nada te puede importar menos. La razón por la que elegiste la especialidad: la panza. ¿Qué más lindo que una persona que anda con otra adentro de su vientre? ¿Qué más lindo que la ilusión del hijo por venir? ¿Qué más lindo que trabajar todos los días rodeada del milagro del embarazo, del parto, de la primera vez que el bebé toma la teta? NADA te importa. Absolutamente nada. Lo único que querés es dormir. Ah no, primero bañarte. No, pero qué digo, más que nada, quiero ir al baño.

4 de la tarde, termina el consultorio, te queda evolucionar la sala y querés llorar, pero llorar lleva tiempo. Viene un R superior y te dice "Faltó algo de Gómez" "Pero pero, si la paciente es tuya, ¿Por qué no te copás y lo buscás vos?" ¡NO PAULA! ¡NOOOOO! Pará de pensar cosas lógicas, agachá la cabeza y anda a hemoterapia, te ahorrás una discusión y que piensen mal de vos. Que piensen mal... que piensen mal, por favor, si seguro que cuando eran R1 ellos pensaban lo mismo.

Y todavía no desayuné ni almorcé ni merendé, bueno, fue, voy igual a la Asamblea, le prometí a Mariana que esta vez no iba a faltar. Les pregunto a mis compañeras a ver qué onda, si quieren venir conmigo, y automáticamente y al unísono todas me responden: “¡¿Estás en pedo?!”. Un gancho directo a la mandíbula. Aunque ya sabía que se venía el golpe, dolió igual. Más sola que nunca.

¿Por qué, para qué y como vine? Aprovecho que tengo los ojos abiertod y lo miro a Pablo, atento como siempre, la miro a Mariana, diciendo lo que quiero decir pero sin mi voz, lo miro a Fer, luchando una vez más por lo que cree, lo miro al jipi... que bueno que está el jipi, aportando el pensamiento crítico. Me miro, y sólo veo que me siento y 5 minutos después estoy dormida. Me despierto por regla cada 10 minutos sobresaltada soñando con el timbre de la guardia, la cara de la sulfatada, el feto muerto que tuve entre las manos, el olor a podrido de los loquios modificados, el familiar que quiere saber por qué no se va de alta su hija. Y todo lo que no dije. Porque queda mal decir lo que uno piensa en algunos lugares. Y hoy que en realidad es ayer, estoy en la asamblea para cambiar lo que soy hoy (y ayer y mañana) y no puedo hablar porque no me responde el cuerpo.

Paula va a la Asamblea?Nada más alejado de la realidad, de la realidad nada más alejado

¡Basta! No puede ser que hace más de 40 minutos que peleo conmigo misma para mantenerme despierta y encima esta Asamblea que no arranca. ¿Qué mierda me pasa? ¿Qué es este cuerpo y esta mente que no reconozco? ¿Cómo llegué acá? Que lejos estoy de lo que fuí y lo que quiero ser. Esta

guerra entre el sueño, el mal humor, la indiferencia versus las ganas de participar de este espacio asambleario, mi historia de militancia universitaria, mi necesidad de no tragarme al mundo como viene, se ve reducida a la mínima expresión de una disputa entre mis párpados que bajan y suben leeeentamente y mis ganas de estar acá. ¿Cómo llegue a esto?...

Lunes 5 AM, despertador. Para las 8 tiene que estar toda la sala lista. El horario de entrada es a las 7 (igualmente, siempre llego 15 minutos tarde), pero los lunes son más complicados, entonces se entra a las 6 AM, hay que hacer las indicaciones, ver los vitales, ver los pedidos solicitados, ver a las pacientes. Empieza la guerra con la neonatóloga, que al mismo tiempo le dice a la madre "sáquenle la ropita al bebe y déjenlo en la cunita", mientras yo les digo "acuéstense en las camas así las reviso".

A las 8, pase del fin de semana y presentar todas las Historias Clínicas (HC) ante el jefe de servicio y todos los jefes de sala. Dinosaurios todos. Te miran y preguntan incisivamente acerca de los errores de las HC, que a veces son cosas que ni escribí, ni participé, ni operé, ¡¡ni nada!! Pero tengo que saber todo de todo lo que pasó en las otras guardias. El "pase del finde" lo podría hacer cualquiera pero nunca nadie se ofreció para hacerlo y alivianarnos el trabajo. Todo lo contrario, las R “superiores” contentas diciendo "que bueno que el lunes no tengo que ir más temprano para hacer el pase, ya vas a ver, en 2do es todo más tranqui, Pau”.

Corriendo volvés a la sala. Hay un médico interno que quiere que vos le presentes a las pacientes, de las cuales él se hace responsable, a cambio de que vos seas la que hace de todo para que esas señoras se mantengan vivas y se vayan de alta. Te pones a hacer todas las diligencias que él propone, "urocultivo a cama 13, interconsulta con dermato a cama 15, alta a las 16, 17 y 23, y eco a la 22". Además de los mil mandados, una traba tras otra… todo requiere insumos que no están al alcance de

la mano, entonces buscas a la enfermera que a esa hora religiosamente desayuna en su habitación, "disculpen chicas, saben ¿dónde puedo conseguir un frasco de urocultivo?" "ni idea nena, no trajeron" "pero, ¿ustedes no tendrían que encargarse de que haya en la sala?" "andá a pedir a esterilidad si querés un frasco" "pero esterilidad queda en la otra punta del hospi" "y bueno, arreglátela, flaca". Básicamente nadie hace su trabajo, y el R1 hace el trabajo de todos… de todos.

Eventualmente una clase a las 12, que te corta las piernas, porque te obliga a estar sentado mirando una compu sin poder prestar atención, pensando en las mil cosas que te quedan hacer en la sala antes de cruzarte a la guardia. Y ese es tu momento de formación teórica… A la misma hora hay q ir a cultivo, que es muy tedioso. Hay una vieja miope, que busca en una carpeta según el nombre de la paciente y empieza con sus preguntas: "y, ¿que tiene la paciente?" "no sé, no es mía, hay 72 camas, yo tengo 12 nomás" "mmm ¿y cuando le sacaron la muestra?" "no sé" "¿y fue con sonda estéril?" "no sé, fue uno de los pocos días en los que no estaba de guardia, ¿¿¿me puede decir si creció algo o no???". La

tolerancia que había empezado en 7/10, ya está en 2/10. Y recién es el mediodía. Esta tarea también la podría hacer cualquier R, pero como todo lo que es odioso, recae sobre el R1.

¡A la mierda!, como grita Fernando cuando habla, no se puede dormir tranquila ni en la Asamblea. Dormir, dormir, que lindo recuerdo. Y que lindo recuerdo, cuando en la facu se daban estas instancias de militancia y yo participaba activamente y no como ahora. Que lindo era escuchar las opiniones de los otros, discutir, formar parte, construir,

sin estar pensando todo el tiempo en dormir. Dormir, dormir, ¿cuándo fue la ultima vez que dormí?...

A las 2 tenés que estar en la guardia, donde están los médicos y las parteras internas RASCÁNDOSE, esperando que lleguen los residentes para irse a dormir la siesta. Entonces vos que no tomaste ni un vaso de agua todavía, de almorzar ni hablar, tenés que bancarte a la médica interna diciendo: “¿A esta hora te cruzas a la guardia? Hay como 15 pacientes esperando afuera”... “Ahí voy” “Apurate, que una está perdiendo mucha sangre en la sala de espera”. O sea, saben que hay una persona posiblemente descompensada y ni así las revisan. Ves pacientes una tras otra, la mayoría vienen por pelotudeces literalmente: "es que me vino hoy y me tenía que venir mañana”; "es que me desperté de la siesta y tenía el brazo dormido" ; "mi marido es el que está para ver a la ginecóloga de guardia” “¿¿¿TU MARIDO???, que vaya al clínico”. Evidentemente, el triage lo hace un chabón que de

medicina sabe lo que yo sé de autos. Todo te desgasta, te agota. Las pacientes se la presentas al R superior, y si el caso lo amerita, éste se lo presenta al médico interno. Si no, no se lo molesta, no se le habla. Algunos no te dejan tutearlos. Otros, los menos, porque cabe mencionar que también los hay, son un amor, revisan pacientes toda la mañana, te vienen a buscar para que operes, te mandan a dormir un rato cuando te ven muerta. Y uno les agradece que, en definitiva, hagan su trabajo. Ni más ni menos.

17 hs. Todavía no almorzaste. Si las parteras de turno son piolas, te dejan hacer un parto. Eso sí, te lo tenés que ganar. Pero en medio de ver a todas las pacientes de demanda espontánea, tenés que ir a la sala a ver a las febriles e hipertensas, y la mayoría de las veces, las parteras se ofenden porque no te quedaste controlando la dinámica de los trabajos de parto.

Y de ahí, te mandan al laboratorio de guardia. Los R1 odian ir, a mi me gusta porque salís al aire libre, te fumas un pucho, y lo mejorcito, no hay ni un R superior siguiendo tus pasos. SMS al R traumatólogo de turno: "che, tengo 10 minutos para ir al laboratorio de guardia, ¿estás?" "venite", responden del otro lado. Con todos los papelitos en la mano, te escapas del camino pautado y te vas al pabellón más conveniente. Te agarran de la cintura (o lo que queda de ella), y te meten rápido en un cubículo, y muy en silencio te sacan la ropa, ese ambo naranja hediondo, 10 talles más grandes del que te corresponde, todo manchado de sangre y líquido amniótico, que te despersonaliza y te hace uno más del campo de concentración, y un poco atropellado, coges, ahí nomás, en la camilla, 10 minutos hasta que suena el celular. "¿Dónde andás?", pregunta el R superior, "En el laboratorio, ahí voy", "Metele, que hay más pacientes para ver en la puerta". Y esos minutos de sexo te devuelven algo de humanidad, te escapaste por un segundo del sistema, e hiciste lo único que NO tenías que hacer.

Mmm… sexo… no está nada mal el jipi que tengo enfrente. Pará. Concéntrate María Paula, no viniste a chonguear, estas acá para plantear lo mal que la estás pasando en tu hospital… pero es que salgo tan poco. Encima, el loco ese, dijo algo interesante después de que nos presentamos todos, eso de “¿por qué vinimos a la asamblea?” no es menor. No está nada mal esa pregunta, pero le agregaría el para qué. ¿Para qué vine? ¿Para dar la imagen de zombi que estoy dando? ¿Para demostrarme a mi misma que con los ojos y

estómago pide otra cosa: ¡No más Jorgitos! Preparto 3 grita de dolor. Vas te sentás al lado. Querés tener empatía, pero no podés. O sea a vos te duelen tus contracciones pero vos elegiste estar en esto, pienso una y otra vez. ¿Vos elegiste? ¿Qué clase de persona soy? Y yo, a fin de cuentas, ¿yo no elegí estar en esto? Te quedás sentada al lado sólo para que no grite, y te quedás dormida en su panza, mientras te mima tocándote el pelo y te dice: “pobre dotorita”.

“Hey, Pau. Todo bien con que duermas, pero roncar es un exceso…”, me dice Pablo cagándose de risa mientras me acaricia la cabeza, igual que la paciente de hoy o ayer, o de la semana pasada. Ya no entiendo el tiempo. Me enderezo un poco, e intento una vez más, conectar con lo que se está discutiendo. “Otra vez, se cerraron las paritarias y nosotros nada, siempre afuera de las problemáticas de los trabajadores”, dice Fer, con una voz que le nace desde bien adentro. Y miro a toda la gente que está en la Asamblea, preocupados porque no pagaron a los nuevos R1, hablando de paritarias y otros términos que no entiendo, ¿será que todavía no estoy acostumbrada a mi condición de trabajadora? ¡Ah!, cierto que según nuestros empleadores, no somos trabajadores, sino profesionales en formación (implica 0% derechos, 100% obligaciones). Hay gente de todas las especialidades, menos las quirúrgicas, obvio. ¿Quién tiene tiempo para estas cosas?

7 AM, todos despiertan. Vos con unas ojeras por el piso, y te dicen "¡Ay!, ¿no dormiste? Seguro te organizaste mal" “¿¿Me estás cargando?? No dormí porque vos no quisiste que yo duerma” No podés responder eso Paula, medí tus palabras... "No, no pude, je" con una sonrisa, que nadie sospeche que no disfruto las guardias. Y empieza el nuevo día que en realidad es una simple continuación del anterior. Sólo que esta vez se te van doblando las rodillas cuando te mandan al laboratorio de guardia, sólo que esta vez no dormiste y cuando el familiar te pregunta "¿Qué le pasa a mi hija que no le dan el alta?", no tenés

ganas de explicarle que está infectada, probablemente por alguna imprudencia profesional, le decís rápido "Es que tuvo fiebre" y seguís. Y sabés que esa respuesta no le alcanza. Pero no tenés energía para más.

De vuelta a las 12 alguna que otra clase, y lo peor, hacer el parte quirúrgico, que consiste en algo asÍ como las casas del zodíaco. Tenés que llevar un papel a 12 lugares distintos (anestesio, anatomía patológica, hemoterapia, etc.) para que lo firmen. Esto claramente lo podría hacer un secretario, ¡pero NO! Porque nadie trabaja, y el R1 hace el trabajo de todos. De los médicos de planta,

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Aportes para pensar la formación médica

I

La carrera es así: CBC, ciclo biomédico, ciclo clínico (cuando terminás te tiran huevos), IAR (cuando terminás te dan el título). Después podés pedir tu matrícula, que te sirve entre otras cosas para hacer recetas. En ese punto sos médico/a, o sea se supone que sabés medicina. Acá hay una suerte de sentido común, que dice que si diste todos los finales aprendiste medicina. Sin embargo, durante la carrera, hay una serie de momentos, que suelen ser bastantes, donde pareciera que no, donde ese sentido común estalla, y nos invade la incertidumbre sobre qué estamos haciendo (¿por qué estoy haciendo esto?). Queremos plantear dos problemas vinculados a esa incertidumbre.

Por un lado hacer visibles que son muchas, demasiadas, las cursadas en las que más allá de todo análisis, perdemos el tiempo. Es lo que pasa cuando vamos a cursar a nuestro hospital y no tenemos clases, ya sea porque los profesores están dando clases a estudiantes de facultades privadas, o porque la desorganización de algunas cursadas (en algunas udhs) es tanta que los teóricos y los prácticos no están planificados para todos los días. La misma pérdida de tiempo se dá en cada clase, ya sea en la facu o en el hospi, en la que el profesor se limita a leer diapositivas y nosotros a mirarlas, sin que se genere nada superador de lo

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que podríamos hacer en nuestras casas frente a una computadora con power point. También perdemos el tiempo cuando nos acostumbramos a memorizar datos sin vincularlos con la práctica médica, cuando rendimos finales en los que no aprendemos nada, o cuando deambulamos por los pasillos durante el IAR sin saber qué tenemos que hacer.

II

Pero hay otro tipo de problemas que tienen que ver con el tipo de medicina que aprendemos. Nos referimos acá al modelo médico que nos enseñan, dominado por la farmacología -como única herramienta terapéutica- y basado en formas positivistas, biologicistas, individualistas y ahistóricas de entender el proceso salud-enfermedad. Este modelo forma el tipo de médico que abunda en hospitales y clínicas a diario, atendiendo y también formando otros médicos a su imagen y semejanza. En las cursadas aprendemos que ante una enfermedad hay que dar un determinado fármaco, pero son excepcionales las instancias donde aprendemos a leer críticamente publicaciones científicas, a cuestionar quiénes financian las investigaciones, o si son las investigaciones desarrolladas bajo el método científico la única forma de producir conocimiento válido. ¿Sabemos quiénes y cómo producen el conocimiento en salud? Al no tener en cuenta el estudio de ensayos clínicos y la reflexión sobre cómo son producidos, nos perdemos una parte muy interesante y necesaria de la medicina: la posibilidad de evaluar científicamente los tratamientos, la posibilidad de cuestionar si existen tratamientos mejores –que por alguna razón económica o política sean menos conocidos-, o quizás si hay que encarar el proceso salud-enfermedad por otros caminos.

Creemos que este modelo médico que hegemoniza la formación y la práctica médica es ineficaz para dar respuesta a los problemas de salud de la población, al descontextualizar las enfermedades y reducir problemáticas biopsicosociales a alteraciones biológicas individuales. Es así como la prevención y la promoción de la salud son aspectos que están casi ausentes de nuestra formación. No aplicamos una respuesta epidemiológica a los problemas que surgen, porque no abordamos a la población como un sujeto, ni al entorno como un criterio mayor; y así como no buscamos las causas biopsicosociales, no encontraremos terapéuticas diferentes a las farmacológicas. Es por este modelo por el que cursadas como salud pública, medicina familiar, bioética, salud mental -que en teoría aportarían a un enfoque más amplio de la salud- son cursadas de segunda, muchas veces mal planteadas y no integradas con el resto de las materias. Y también es así como sabemos

necesario abordar esta problemática desde espacios abiertos, participativos y en unidad -evitando el sectarismo y favoreciendo el debate y la discusión-.

Por un lado necesitamos espacios donde poder compartir lo que pasa en las cursadas y que ayuden a instalar en la facultad la necesidad de cambiar nuestra formación; para ir generando de este modo una masa crítica que pueda en determinado momento generar un cambio.

Por otro, necesitamos experiencias prácticas de que otra formación y otro ejercicio de la medicina es posible de llevar adelante.

Construir esos espacios y experiencias, y aportar a consolidar los existentes, creemos que es la tarea de un movimiento transformador en el campo de la salud.

mejor –o están más tiempo intentando que lo aprendamos- qué antineoplásico darle a determinado linfoma antes que cómo acompañar a la familia de un paciente con demencia tipo Alzheimer; o más tiempo con las combinaciones y efectos adversos de antiretrovirales que con técnicas de talleres de prevención en las escuelas. Aproximadamente el 80% de los pacientes que acuden a la consulta médica presentan patologías prevenibles de forma conocida, mientras que se dedica de un 0 a un 4% en cada clase a la prevención.

Se nos plantea la formación médica como un camino único, una sola forma de aprender una también única medicina: de rendir finales y seguir para adelante, pasando por el diploma hasta hacer una residencia, donde es poco lo que elegimos, porque el mismo modelo se repite incluso en las diferentes especialidades. Entonces tanto en la facultad como en la formación de postgrado (residencia, concurrencia o curso) se repiten las mismas lógicas. Desde las cuestiones más grandes como la discusión sobre el plan de estudios, hasta cuestiones más minúsculas de todos los días como nuestro rol pasivo en las cursadas, en el aula o en el servicio del hospital, los estudiantes como los profesionales en formación somos sistemáticamente excluidos.

III

Por estas cuestiones que venimos planteando, nos parece que la facultad está en crisis, que son muchas las cosas que no funcionan, y que no basta con quejarnos por los pasillos o después de rendir un examen. Frente a los distintos problemas que vemos todos los días en la facu o en el hospi, creemos que tenemos que elaborar una propuesta. Pensar qué facultad, qué UDH y qué sistema de salud nos gustaría, qué tipo de formación haría que nos diesen ganas de ir a la mañana, y pensar cómo construirla.

A menudo la intervención para cambiar la formación médica -tanto a nivel gremial para los residentes como a nivel de la organización estudiantil para la facultad- es dejada de lado priorizando otros tipos de reclamos, que si bien son necesarios, creemos que no deberían excluir esta problemática central que involucra el sentido mismo de lo que implica la medicina en la sociedad, y nuestro día a día. Así mismo es

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Aportes para pensar la formación médica

I

La carrera es así: CBC, ciclo biomédico, ciclo clínico (cuando terminás te tiran huevos), IAR (cuando terminás te dan el título). Después podés pedir tu matrícula, que te sirve entre otras cosas para hacer recetas. En ese punto sos médico/a, o sea se supone que sabés medicina. Acá hay una suerte de sentido común, que dice que si diste todos los finales aprendiste medicina. Sin embargo, durante la carrera, hay una serie de momentos, que suelen ser bastantes, donde pareciera que no, donde ese sentido común estalla, y nos invade la incertidumbre sobre qué estamos haciendo (¿por qué estoy haciendo esto?). Queremos plantear dos problemas vinculados a esa incertidumbre.

Por un lado hacer visibles que son muchas, demasiadas, las cursadas en las que más allá de todo análisis, perdemos el tiempo. Es lo que pasa cuando vamos a cursar a nuestro hospital y no tenemos clases, ya sea porque los profesores están dando clases a estudiantes de facultades privadas, o porque la desorganización de algunas cursadas (en algunas udhs) es tanta que los teóricos y los prácticos no están planificados para todos los días. La misma pérdida de tiempo se dá en cada clase, ya sea en la facu o en el hospi, en la que el profesor se limita a leer diapositivas y nosotros a mirarlas, sin que se genere nada superador de lo

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que podríamos hacer en nuestras casas frente a una computadora con power point. También perdemos el tiempo cuando nos acostumbramos a memorizar datos sin vincularlos con la práctica médica, cuando rendimos finales en los que no aprendemos nada, o cuando deambulamos por los pasillos durante el IAR sin saber qué tenemos que hacer.

II

Pero hay otro tipo de problemas que tienen que ver con el tipo de medicina que aprendemos. Nos referimos acá al modelo médico que nos enseñan, dominado por la farmacología -como única herramienta terapéutica- y basado en formas positivistas, biologicistas, individualistas y ahistóricas de entender el proceso salud-enfermedad. Este modelo forma el tipo de médico que abunda en hospitales y clínicas a diario, atendiendo y también formando otros médicos a su imagen y semejanza. En las cursadas aprendemos que ante una enfermedad hay que dar un determinado fármaco, pero son excepcionales las instancias donde aprendemos a leer críticamente publicaciones científicas, a cuestionar quiénes financian las investigaciones, o si son las investigaciones desarrolladas bajo el método científico la única forma de producir conocimiento válido. ¿Sabemos quiénes y cómo producen el conocimiento en salud? Al no tener en cuenta el estudio de ensayos clínicos y la reflexión sobre cómo son producidos, nos perdemos una parte muy interesante y necesaria de la medicina: la posibilidad de evaluar científicamente los tratamientos, la posibilidad de cuestionar si existen tratamientos mejores –que por alguna razón económica o política sean menos conocidos-, o quizás si hay que encarar el proceso salud-enfermedad por otros caminos.

Creemos que este modelo médico que hegemoniza la formación y la práctica médica es ineficaz para dar respuesta a los problemas de salud de la población, al descontextualizar las enfermedades y reducir problemáticas biopsicosociales a alteraciones biológicas individuales. Es así como la prevención y la promoción de la salud son aspectos que están casi ausentes de nuestra formación. No aplicamos una respuesta epidemiológica a los problemas que surgen, porque no abordamos a la población como un sujeto, ni al entorno como un criterio mayor; y así como no buscamos las causas biopsicosociales, no encontraremos terapéuticas diferentes a las farmacológicas. Es por este modelo por el que cursadas como salud pública, medicina familiar, bioética, salud mental -que en teoría aportarían a un enfoque más amplio de la salud- son cursadas de segunda, muchas veces mal planteadas y no integradas con el resto de las materias. Y también es así como sabemos

necesario abordar esta problemática desde espacios abiertos, participativos y en unidad -evitando el sectarismo y favoreciendo el debate y la discusión-.

Por un lado necesitamos espacios donde poder compartir lo que pasa en las cursadas y que ayuden a instalar en la facultad la necesidad de cambiar nuestra formación; para ir generando de este modo una masa crítica que pueda en determinado momento generar un cambio.

Por otro, necesitamos experiencias prácticas de que otra formación y otro ejercicio de la medicina es posible de llevar adelante.

Construir esos espacios y experiencias, y aportar a consolidar los existentes, creemos que es la tarea de un movimiento transformador en el campo de la salud.

mejor –o están más tiempo intentando que lo aprendamos- qué antineoplásico darle a determinado linfoma antes que cómo acompañar a la familia de un paciente con demencia tipo Alzheimer; o más tiempo con las combinaciones y efectos adversos de antiretrovirales que con técnicas de talleres de prevención en las escuelas. Aproximadamente el 80% de los pacientes que acuden a la consulta médica presentan patologías prevenibles de forma conocida, mientras que se dedica de un 0 a un 4% en cada clase a la prevención.

Se nos plantea la formación médica como un camino único, una sola forma de aprender una también única medicina: de rendir finales y seguir para adelante, pasando por el diploma hasta hacer una residencia, donde es poco lo que elegimos, porque el mismo modelo se repite incluso en las diferentes especialidades. Entonces tanto en la facultad como en la formación de postgrado (residencia, concurrencia o curso) se repiten las mismas lógicas. Desde las cuestiones más grandes como la discusión sobre el plan de estudios, hasta cuestiones más minúsculas de todos los días como nuestro rol pasivo en las cursadas, en el aula o en el servicio del hospital, los estudiantes como los profesionales en formación somos sistemáticamente excluidos.

III

Por estas cuestiones que venimos planteando, nos parece que la facultad está en crisis, que son muchas las cosas que no funcionan, y que no basta con quejarnos por los pasillos o después de rendir un examen. Frente a los distintos problemas que vemos todos los días en la facu o en el hospi, creemos que tenemos que elaborar una propuesta. Pensar qué facultad, qué UDH y qué sistema de salud nos gustaría, qué tipo de formación haría que nos diesen ganas de ir a la mañana, y pensar cómo construirla.

A menudo la intervención para cambiar la formación médica -tanto a nivel gremial para los residentes como a nivel de la organización estudiantil para la facultad- es dejada de lado priorizando otros tipos de reclamos, que si bien son necesarios, creemos que no deberían excluir esta problemática central que involucra el sentido mismo de lo que implica la medicina en la sociedad, y nuestro día a día. Así mismo es

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Aportes para pensar la formación médica

I

La carrera es así: CBC, ciclo biomédico, ciclo clínico (cuando terminás te tiran huevos), IAR (cuando terminás te dan el título). Después podés pedir tu matrícula, que te sirve entre otras cosas para hacer recetas. En ese punto sos médico/a, o sea se supone que sabés medicina. Acá hay una suerte de sentido común, que dice que si diste todos los finales aprendiste medicina. Sin embargo, durante la carrera, hay una serie de momentos, que suelen ser bastantes, donde pareciera que no, donde ese sentido común estalla, y nos invade la incertidumbre sobre qué estamos haciendo (¿por qué estoy haciendo esto?). Queremos plantear dos problemas vinculados a esa incertidumbre.

Por un lado hacer visibles que son muchas, demasiadas, las cursadas en las que más allá de todo análisis, perdemos el tiempo. Es lo que pasa cuando vamos a cursar a nuestro hospital y no tenemos clases, ya sea porque los profesores están dando clases a estudiantes de facultades privadas, o porque la desorganización de algunas cursadas (en algunas udhs) es tanta que los teóricos y los prácticos no están planificados para todos los días. La misma pérdida de tiempo se dá en cada clase, ya sea en la facu o en el hospi, en la que el profesor se limita a leer diapositivas y nosotros a mirarlas, sin que se genere nada superador de lo

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que podríamos hacer en nuestras casas frente a una computadora con power point. También perdemos el tiempo cuando nos acostumbramos a memorizar datos sin vincularlos con la práctica médica, cuando rendimos finales en los que no aprendemos nada, o cuando deambulamos por los pasillos durante el IAR sin saber qué tenemos que hacer.

II

Pero hay otro tipo de problemas que tienen que ver con el tipo de medicina que aprendemos. Nos referimos acá al modelo médico que nos enseñan, dominado por la farmacología -como única herramienta terapéutica- y basado en formas positivistas, biologicistas, individualistas y ahistóricas de entender el proceso salud-enfermedad. Este modelo forma el tipo de médico que abunda en hospitales y clínicas a diario, atendiendo y también formando otros médicos a su imagen y semejanza. En las cursadas aprendemos que ante una enfermedad hay que dar un determinado fármaco, pero son excepcionales las instancias donde aprendemos a leer críticamente publicaciones científicas, a cuestionar quiénes financian las investigaciones, o si son las investigaciones desarrolladas bajo el método científico la única forma de producir conocimiento válido. ¿Sabemos quiénes y cómo producen el conocimiento en salud? Al no tener en cuenta el estudio de ensayos clínicos y la reflexión sobre cómo son producidos, nos perdemos una parte muy interesante y necesaria de la medicina: la posibilidad de evaluar científicamente los tratamientos, la posibilidad de cuestionar si existen tratamientos mejores –que por alguna razón económica o política sean menos conocidos-, o quizás si hay que encarar el proceso salud-enfermedad por otros caminos.

Creemos que este modelo médico que hegemoniza la formación y la práctica médica es ineficaz para dar respuesta a los problemas de salud de la población, al descontextualizar las enfermedades y reducir problemáticas biopsicosociales a alteraciones biológicas individuales. Es así como la prevención y la promoción de la salud son aspectos que están casi ausentes de nuestra formación. No aplicamos una respuesta epidemiológica a los problemas que surgen, porque no abordamos a la población como un sujeto, ni al entorno como un criterio mayor; y así como no buscamos las causas biopsicosociales, no encontraremos terapéuticas diferentes a las farmacológicas. Es por este modelo por el que cursadas como salud pública, medicina familiar, bioética, salud mental -que en teoría aportarían a un enfoque más amplio de la salud- son cursadas de segunda, muchas veces mal planteadas y no integradas con el resto de las materias. Y también es así como sabemos

necesario abordar esta problemática desde espacios abiertos, participativos y en unidad -evitando el sectarismo y favoreciendo el debate y la discusión-.

Por un lado necesitamos espacios donde poder compartir lo que pasa en las cursadas y que ayuden a instalar en la facultad la necesidad de cambiar nuestra formación; para ir generando de este modo una masa crítica que pueda en determinado momento generar un cambio.

Por otro, necesitamos experiencias prácticas de que otra formación y otro ejercicio de la medicina es posible de llevar adelante.

Construir esos espacios y experiencias, y aportar a consolidar los existentes, creemos que es la tarea de un movimiento transformador en el campo de la salud.

mejor –o están más tiempo intentando que lo aprendamos- qué antineoplásico darle a determinado linfoma antes que cómo acompañar a la familia de un paciente con demencia tipo Alzheimer; o más tiempo con las combinaciones y efectos adversos de antiretrovirales que con técnicas de talleres de prevención en las escuelas. Aproximadamente el 80% de los pacientes que acuden a la consulta médica presentan patologías prevenibles de forma conocida, mientras que se dedica de un 0 a un 4% en cada clase a la prevención.

Se nos plantea la formación médica como un camino único, una sola forma de aprender una también única medicina: de rendir finales y seguir para adelante, pasando por el diploma hasta hacer una residencia, donde es poco lo que elegimos, porque el mismo modelo se repite incluso en las diferentes especialidades. Entonces tanto en la facultad como en la formación de postgrado (residencia, concurrencia o curso) se repiten las mismas lógicas. Desde las cuestiones más grandes como la discusión sobre el plan de estudios, hasta cuestiones más minúsculas de todos los días como nuestro rol pasivo en las cursadas, en el aula o en el servicio del hospital, los estudiantes como los profesionales en formación somos sistemáticamente excluidos.

III

Por estas cuestiones que venimos planteando, nos parece que la facultad está en crisis, que son muchas las cosas que no funcionan, y que no basta con quejarnos por los pasillos o después de rendir un examen. Frente a los distintos problemas que vemos todos los días en la facu o en el hospi, creemos que tenemos que elaborar una propuesta. Pensar qué facultad, qué UDH y qué sistema de salud nos gustaría, qué tipo de formación haría que nos diesen ganas de ir a la mañana, y pensar cómo construirla.

A menudo la intervención para cambiar la formación médica -tanto a nivel gremial para los residentes como a nivel de la organización estudiantil para la facultad- es dejada de lado priorizando otros tipos de reclamos, que si bien son necesarios, creemos que no deberían excluir esta problemática central que involucra el sentido mismo de lo que implica la medicina en la sociedad, y nuestro día a día. Así mismo es

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Aportes para pensar la formación médica

I

La carrera es así: CBC, ciclo biomédico, ciclo clínico (cuando terminás te tiran huevos), IAR (cuando terminás te dan el título). Después podés pedir tu matrícula, que te sirve entre otras cosas para hacer recetas. En ese punto sos médico/a, o sea se supone que sabés medicina. Acá hay una suerte de sentido común, que dice que si diste todos los finales aprendiste medicina. Sin embargo, durante la carrera, hay una serie de momentos, que suelen ser bastantes, donde pareciera que no, donde ese sentido común estalla, y nos invade la incertidumbre sobre qué estamos haciendo (¿por qué estoy haciendo esto?). Queremos plantear dos problemas vinculados a esa incertidumbre.

Por un lado hacer visibles que son muchas, demasiadas, las cursadas en las que más allá de todo análisis, perdemos el tiempo. Es lo que pasa cuando vamos a cursar a nuestro hospital y no tenemos clases, ya sea porque los profesores están dando clases a estudiantes de facultades privadas, o porque la desorganización de algunas cursadas (en algunas udhs) es tanta que los teóricos y los prácticos no están planificados para todos los días. La misma pérdida de tiempo se dá en cada clase, ya sea en la facu o en el hospi, en la que el profesor se limita a leer diapositivas y nosotros a mirarlas, sin que se genere nada superador de lo

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que podríamos hacer en nuestras casas frente a una computadora con power point. También perdemos el tiempo cuando nos acostumbramos a memorizar datos sin vincularlos con la práctica médica, cuando rendimos finales en los que no aprendemos nada, o cuando deambulamos por los pasillos durante el IAR sin saber qué tenemos que hacer.

II

Pero hay otro tipo de problemas que tienen que ver con el tipo de medicina que aprendemos. Nos referimos acá al modelo médico que nos enseñan, dominado por la farmacología -como única herramienta terapéutica- y basado en formas positivistas, biologicistas, individualistas y ahistóricas de entender el proceso salud-enfermedad. Este modelo forma el tipo de médico que abunda en hospitales y clínicas a diario, atendiendo y también formando otros médicos a su imagen y semejanza. En las cursadas aprendemos que ante una enfermedad hay que dar un determinado fármaco, pero son excepcionales las instancias donde aprendemos a leer críticamente publicaciones científicas, a cuestionar quiénes financian las investigaciones, o si son las investigaciones desarrolladas bajo el método científico la única forma de producir conocimiento válido. ¿Sabemos quiénes y cómo producen el conocimiento en salud? Al no tener en cuenta el estudio de ensayos clínicos y la reflexión sobre cómo son producidos, nos perdemos una parte muy interesante y necesaria de la medicina: la posibilidad de evaluar científicamente los tratamientos, la posibilidad de cuestionar si existen tratamientos mejores –que por alguna razón económica o política sean menos conocidos-, o quizás si hay que encarar el proceso salud-enfermedad por otros caminos.

Creemos que este modelo médico que hegemoniza la formación y la práctica médica es ineficaz para dar respuesta a los problemas de salud de la población, al descontextualizar las enfermedades y reducir problemáticas biopsicosociales a alteraciones biológicas individuales. Es así como la prevención y la promoción de la salud son aspectos que están casi ausentes de nuestra formación. No aplicamos una respuesta epidemiológica a los problemas que surgen, porque no abordamos a la población como un sujeto, ni al entorno como un criterio mayor; y así como no buscamos las causas biopsicosociales, no encontraremos terapéuticas diferentes a las farmacológicas. Es por este modelo por el que cursadas como salud pública, medicina familiar, bioética, salud mental -que en teoría aportarían a un enfoque más amplio de la salud- son cursadas de segunda, muchas veces mal planteadas y no integradas con el resto de las materias. Y también es así como sabemos

necesario abordar esta problemática desde espacios abiertos, participativos y en unidad -evitando el sectarismo y favoreciendo el debate y la discusión-.

Por un lado necesitamos espacios donde poder compartir lo que pasa en las cursadas y que ayuden a instalar en la facultad la necesidad de cambiar nuestra formación; para ir generando de este modo una masa crítica que pueda en determinado momento generar un cambio.

Por otro, necesitamos experiencias prácticas de que otra formación y otro ejercicio de la medicina es posible de llevar adelante.

Construir esos espacios y experiencias, y aportar a consolidar los existentes, creemos que es la tarea de un movimiento transformador en el campo de la salud.

mejor –o están más tiempo intentando que lo aprendamos- qué antineoplásico darle a determinado linfoma antes que cómo acompañar a la familia de un paciente con demencia tipo Alzheimer; o más tiempo con las combinaciones y efectos adversos de antiretrovirales que con técnicas de talleres de prevención en las escuelas. Aproximadamente el 80% de los pacientes que acuden a la consulta médica presentan patologías prevenibles de forma conocida, mientras que se dedica de un 0 a un 4% en cada clase a la prevención.

Se nos plantea la formación médica como un camino único, una sola forma de aprender una también única medicina: de rendir finales y seguir para adelante, pasando por el diploma hasta hacer una residencia, donde es poco lo que elegimos, porque el mismo modelo se repite incluso en las diferentes especialidades. Entonces tanto en la facultad como en la formación de postgrado (residencia, concurrencia o curso) se repiten las mismas lógicas. Desde las cuestiones más grandes como la discusión sobre el plan de estudios, hasta cuestiones más minúsculas de todos los días como nuestro rol pasivo en las cursadas, en el aula o en el servicio del hospital, los estudiantes como los profesionales en formación somos sistemáticamente excluidos.

III

Por estas cuestiones que venimos planteando, nos parece que la facultad está en crisis, que son muchas las cosas que no funcionan, y que no basta con quejarnos por los pasillos o después de rendir un examen. Frente a los distintos problemas que vemos todos los días en la facu o en el hospi, creemos que tenemos que elaborar una propuesta. Pensar qué facultad, qué UDH y qué sistema de salud nos gustaría, qué tipo de formación haría que nos diesen ganas de ir a la mañana, y pensar cómo construirla.

A menudo la intervención para cambiar la formación médica -tanto a nivel gremial para los residentes como a nivel de la organización estudiantil para la facultad- es dejada de lado priorizando otros tipos de reclamos, que si bien son necesarios, creemos que no deberían excluir esta problemática central que involucra el sentido mismo de lo que implica la medicina en la sociedad, y nuestro día a día. Así mismo es

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