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Un enfoque de cadena productiva: dimensiones del programa de piscicultura en Moxos Elisa Canal e Inés Romero (CEAM) Umberto Lombardo, José Mamani y Jordi Pascual (HOYAM) Ronald Wiefels (INFOPESCA) CAPÍTULO 2

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Un enfoque de cadena productiva: dimensiones del programa de piscicultura en Moxos

Elisa Canal e Inés Romero (CEAM) Umberto Lombardo, José Mamani y Jordi Pascual (HOYAM)

Ronald Wiefels (INFOPESCA)

CAPÍTULO 2

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2.1. INTRODUCCIÓN

E. Canal

La piscicultura está experimentando un crecimiento acelerado en la Amazonia boliviana. En el capítulo anterior hemos visto que en los últimos años se ha producido un aumento significativo de la producción, así como una ampliación y diversificación de los mercados de insumos y servicios asociados al sector. Paralelamente, la piscicultura está creando reno-vadas expectativas como instrumento para reducir la pobreza en el marco de programas de desarrollo productivo dirigidos al pequeño productor.

Sin embargo, la cría de peces en la región amazónica de Bolivia no deja de ser una ac-tividad todavía incipiente y, por lo tanto, de difusión limitada. La dificultad de acceder a in-formación técnica y económica, alevines de especies de interés, pienso específico y canales de comercialización para la carne de pescado de vivero condiciona el potencial de desarrollo de la piscicultura en muchas regiones del país. Por esta razón, algunas personas con expe-riencia en proyectos de desarrollo rural consideran que su capacidad para contribuir a la seguridad alimentaria y económica de familias campesinas e indígenas es reducida. Como hemos visto en el capítulo anterior, numerosas iniciativas de promoción de la acuicultura rural a pequeña escala (ARPE) de la última década han concluido con un balance negativo. Un problema recurrente ha sido la falta de continuidad en la actividad piscícola una vez retirado el apoyo externo al productor. El limitado alcance de los proyectos de fomento de la ARPE puede atribuirse, en gran medida, a un enfoque a corto plazo que se centra en la fase «de engorde» e ignora el resto de eslabones de la cadena productiva en que se enmarca la cría de peces, desde la producción de alevines a la comercialización de la carne de pescado. Sin duda, el potencial de los proyectos de fomento de la ARPE para contribuir a la segu-ridad alimentaria y económica de familias de escasos recursos en el área rural es reducida, si se entienden dichos proyectos como la mera excavación de estanques y la siembra de un centenar de alevines importados de otras regiones del país.

A nuestro parecer, las iniciativas de promoción de la ARPE sí pueden beneficiar al pequeño productor, siempre y cuando se conciban como iniciativas que promueven el de-sarrollo sectorial, incluyendo todas las fases de la cadena productiva, para que éste englobe al pequeño productor.

Con este enfoque, el Centro de Estudios Hoya Amazónica (HOYAM) y su contra-parte española, el Centro de Estudios Amazónicos (CEAM), trabajan en un programa de desarrollo de la piscicultura en los Llanos de Moxos, Beni. A finales de los años noventa, se construyeron cuatro estanques de tierra en un terreno propiedad de HOYAM a 10 kiló-metros del pueblo de San Ignacio de Moxos y se inició la experimentación con tecnologías de cría de peces de especies nativas. En 2001 se puso en marcha el primer módulo piscícola experimental en una comunidad indígena de la zona, se construyó un centro de reproduc-ción artificial de peces y se inició la fase de extensión de la piscicultura. En la actualidad, la Estacón Piscícola Mausa de HOYAM desempeña un papel importante en el incipiente mercado de insumos y servicios para la piscicultura en el departamento del Beni, inclu-yendo los pequeños productores de las comunidades indígenas y campesinas de Moxos y provincias colindantes. Paralelamente, HOYAM ha construido una pequeña fábrica de pienso para peces y un centro de acopio de carne de pescado en San Ignacio, cuya gestión se está transfiriendo a la recientemente consolidada Asociación de Piscicultores Indígenas de Moxos (ASOPIM).

En el tercer capítulo de este libro se examinará el impacto de la piscicultura en las comunidades de los territorios indígenas mojeño-ignaciano y multiétnico, donde HOYAM ha centrado su actividad en los últimos años. Pero antes de adentrarnos en el proceso de eva-luación de la piscicultura en las comunidades indígenas, en el presente capítulo revisaremos las distintas fases y dimensiones del programa piscícola en Moxos, desde la formación de los recursos humanos y la dotación de infraestructuras para la piscicultura, hasta la consolida-ción de un mercado local de insumos y servicios asociados y el fortalecimiento del capital organizativo necesarios para la sostenibilidad de la empresa productiva. Esperamos que la revisión de la experiencia de HOYAM permita extraer algunas lecciones que puedan ser útiles para otras iniciativas de promoción de la ARPE en la Amazonia boliviana.

Este segundo capítulo se divide en siete apartados. Los tres primeros se centran en cómo asegurar el acceso a alevines a los productores locales. En aquellas regiones del país donde ya existe un mercado de alevines de especies de interés para la piscicultura, los proyectos de promoción de la ARPE deberían dirigir sus esfuerzos a facilitar el ac-ceso del pequeño productor a dicho mercado. Sin embargo, en el caso de Moxos (y, de hecho, en todo el departamento del Beni), no existía antes de 2002 ningún centro de pro-ducción de alevines o hatchery que fuera operativo; de ahí que el programa de HOYAM

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contemplase la construcción y puesta en funcionamiento de un pequeño hatchery en las instalaciones de la Estación Piscícola Mausa.

La sección 2.2 expone a grandes rasgos cómo construir un centro de producción de alevines (viveros para reproductores, laboratorio de reproducción artificial y viveros de ale-vinaje) en el área rural. La sección 2.3 revisa las experiencias de HOYAM en reproducción artificial de peces de la cuenca del río Mamoré. En la sección 2.4 se explica cómo transpor-tar peces vivos (alevines y reproductores) y se detalla cómo construir un acuario móvil que permita transportar grandes cantidades de peces distancias largas.

La sección 2.5 revisa determinadas técnicas de excavación de viveros para la cría de peces en los Llanos de Moxos. Dadas las peculiaridades geográficas y climáticas de la zona, la construcción de viveros debe contemplar la presencia de capas permeables y el consecuente riesgo de filtraciones, las inundaciones periódicas características de la región y los posibles problemas de escasez de agua durante la época seca. Se empieza por examinar algunos de los errores cometidos por HOYAM en las primeras fases del proyecto, se identifican luego los lugares y las estrategias más convenientes para construir estanques de tierra y, por último, se expone cómo acondicionar los estanques para recibir los alevines e iniciar la cría de peces.

El potencial de crecimiento de la piscicultura rural en el Beni, o cualquier otra región de Bolivia, está condicionado por el acceso del piscicultor al pienso o balanceado para peces a precios asequibles. Una alternativa es construir pequeñas fábricas de pienso que elaboren el alimento para peces a partir de insumos locales y con tecnologías de bajo coste. De acuer-do con este planteamiento, HOYAM ha construido una pequeña planta de producción de pienso para peces en San Ignacio de Moxos. La producción de pienso requiere un molino, una mezcladora de harinas y una máquina pelletizadora/extrusora. Las máquinas extrusoras se fabrican a escala industrial fuera de Bolivia y su precio asciende a cientos de miles de dólares americanos. Como alternativa, HOYAM ha diseñado una pequeña extrusora cuyo coste de fabricación es de 2.000 US $ y que puede producir entre 40 y 160 kilos de pienso por hora. La sección 2.6 examina las características que debe tener el pienso para peces y describe cómo construir una planta de producción de pienso de bajo coste.

Por último, es imperativo que cualquier iniciativa de promoción de la piscicultura, tanto si se dirige al pequeño productor como al empresario agroindustrial, contemple el ac-ceso a canales de comercialización para la carne de pescado de vivero. La sección 2.7 resume los resultados del primer estudio de mercado de pescado efectuado en Bolivia, estudio que abarca los mercados de La Paz-El Alto, Santa Cruz, Cochabamba y Trinidad, y que fue reali-zado por los Servicios de Información y Asesoramiento de Productos Pesqueros en América Latina y el Caribe (INFOPESCA). Paralelamente, el apartado analiza las implicaciones de los resultados del estudio de INFOPESCA para los productores mojeños.

El capítulo concluye con una valoración de la sostenibilidad de la ARPE en Moxos una vez retirado el apoyo de HOYAM al pequeño productor; en otras palabras, propone cómo puede asegurarse el acceso de las comunidades indígenas y campesinas al mercado de insumos y servicios para la piscicultura en el futuro. Esta sección final presenta un estudio de viabilidad de la Estación Piscícola Mausa, una de cuyas funciones en el desarrollo de la piscicultura seguirá siendo la de proporcionar alevines e información a los productores de Moxos y provincias colindantes. En última instancia, el acceso tanto a los insumos nece-sarios para la cría de peces como al mercado para la carne de pescado estará condicionado por la capacidad de los productores mojeños y benianos de organizarse en torno a intereses comunes. La Cámara de Acuicultores del Beni, en el caso de Trinidad, y la ASOPIM, en la provincia de Moxos, desempeñarán un papel fundamental en la consolidación de ca-nales de acceso a los mercados de insumos y servicios para la piscicultura en beneficio de los productores asociados. La sección 2.8 analiza asimismo la naturaleza asociativa de la ASOPIM y presenta un estudio económico de sus actividades, entre las cuales se incluye la gestión de la planta de producción de pienso para peces y el centro de acopio de carne de pescado en San Ignacio.

2.2. LA PRODUCCIÓN DE ALEVINES:

INFRAESTRUCTURAS Y EQUIPOS

U. Lombardo

La fase de extensión de la piscicultura del proyecto de HOYAM en Moxos se inició en 2001 con la compra de algunos miles de alevines en Santa Cruz de la Sierra. La dificultad de ac-ceder al mercado de alevines en el departamento del Beni puso de manifiesto la necesidad de consolidar una estructura capaz de suministrar insumos y servicios a los piscicultores de la región, siendo la producción y distribución de alevines un aspecto clave para garantizar la sostenibilidad del proyecto en Moxos y la piscicultura en el Beni en general.

Actualmente HOYAM cuenta con la Estación Piscícola Mausa, donde se ha cons-truido un centro de reproducción artificial de peces (hatchery) que cada año produce y distribuye cientos de miles de alevines a productores de Beni y Santa Cruz.

Los elementos que componen el hatchery son los viveros para reproductores, el labora-torio para fertilización, incubación y cuidado de huevos y larvas, y los viveros de alevinaje.

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2.2.1. Viveros para reproductores

Los viveros para peces reproductores son similares a cualquier vivero de cría, pero de di-mensiones más reducidas para facilitar el manejo: miden de 10 x 20 m a 20 x 30 m y tienen unos 2-3 m de profundidad. Es conveniente mantener los viveros a una densidad inferior a 10 m2 por kilo de pez; en un vivero de 10 x 20 m, podemos tener hasta 4 reproductores de 5 kilos cada uno. La gestión de reproductores resulta más fácil si se separan los individuos por especie, sexo y edad, por lo que es preciso disponer de varios viveros. El «capital» de un hatchery lo constituyen el número y la calidad de sus reproductores. La Estación Piscícola Mausa cuenta con un stock de reproductores de especies nativas que fluctúa entre 90 y 120 ejemplares, lo que garantiza como mínimo una reproducción exitosa al año. Para el manejo de los reproductores hacen falta redes de pesca con paso de 0,5 a 1 cm, bolsas para el trans-porte entre el vivero y el laboratorio, y una balanza.

2.2.2. Laboratorio de reproducción artificial

En el laboratorio se proporciona un entorno controlado tanto a los reproductores como a los huevos fertilizados durante su transformación en larvas, etapa que dura entre 4 y 5 días, dependiendo de la especie y la temperatura del agua.

El primer paso en el proceso de producción de alevines es la fertilización de los huevos. En el caso de muchas especies de río, como el pacú y el tambaquí, es fundamental estimular la última fase de maduración de los huevos y del esperma con una inyección de hormonas, por ejemplo Conceptal® o LHRHa (luteinizing hormone-releasing hormone ana-log: análogo de la hormona liberadora de la hormona luteinizante). Como primer requisito necesitamos unos tanques donde colocar los reproductores, a razón de dos machos por cada hembra, antes y después de la inyección. El tiempo que transcurre entre la inyección de hormonas y el desove depende de la especie y la temperatura del agua; en el caso del pacú y el tambaquí de la cuenca del Mamoré, suele ser de unas 12-18 horas. Los tanques para reproductores deben contar con un suministro continuo de agua corriente y bien oxigenada y tener unas dimensiones no muy grandes para facilitar el manejo de los peces. En la Esta-ción Piscícola Mausa se emplean tanques de 1,5 m de largo por 1 m de ancho y 80 cm de alto (figura 2.1).

Una vez fertilizados, los huevos se colocan en incubadoras cuya función es mantener-los en suspensión y bien oxigenados hasta su eclosión. En la Estación Piscícola Mausa se han utilizado con éxito las incubadoras diseñadas por el Dr. Woynarovich (véase Woynarovich 1998), que son eficaces y muy baratas de construir (figura 2.2).

FIGURA 2.1 – TANQUES PARA REPRODUCTORES (ESTACIÓN PISCÍCOLA MAUSA)

FIGURA 2.2 – INCUBADORAS TIPO WOYNAROVICH (ESTACION PISCÍCOLA MAUSA)

Es esencial que el laboratorio cuente con un suministro de agua limpia, oxigenada y a pre-sión y temperatura constantes. En regiones del área rural donde no existe una red de agua potable, como es el caso de Moxos, el suministro de agua para el laboratorio puede ser un problema. En la Estación Piscícola Mausa se han realizado varios intentos de utilizar agua de laguna o de estanques de tierra artificiales; sin embargo, para conseguir que el agua proveniente de estas fuentes cumpla con las características que requiere el laboratorio se requiere un tratamiento caro y complejo.

La mejor opción a la hora de construir un hatchery es prever la perforación de un pozo de agua. El agua subterránea cumple con dos de las cuatro características fundamen-tales: la temperatura es constante y no hay contaminación biológica (hongos, parásitos, bacterias ni huevos o larvas de otras especies). El agua del pozo debe bombearse a un depó-sito elevado, situado idealmente a al menos 2 metros por encima de la salida de agua de las incubadoras (figura 2.3).

Para calcular las dimensiones del tanque y las tuberías, hay que tener en cuenta que el agua de las incubadoras debe renovarse por completo cada 40 minutos. La Estación Piscícola Mausa cuenta con 4 incubadoras de 200 litros, por lo que se necesita un sistema capaz de suministrar 20 litros por minuto. Si se prevé el funcionamiento simultáneo de las incubadoras y los tanques de reproductores, la capacidad del depósito deberá ser mayor.

La oxigenación del agua se efectúa en varias fases. Al llenar el depósito se realiza una primera oxigenación por caída. Desde el depósito se sacan dos canales de suministro inde-pendientes, uno para los reproductores y otro para las incubadoras (figura 2.3). El canal de suministro de los reproductores desemboca en los tanques, y el agua se oxigena por segunda vez al caer. El otro canal de agua llega directamente a los grifos de las incubadoras, por lo que no tiene oportunidad de volver a oxigenarse.

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FIGURA 2.3 – CROQUIS DEL SISTEMA DE AGUA DEL LABORATORIO DE REPRODUCCIÓN (ESTACIÓN PISCÍCOLA MAUSA)

Puede realizarse una segunda oxigenación por caída construyendo un tanque in-termedio entre el depósito y las incubadoras. Este tanque intermedio debe estar equipado con unos flotadores que mantengan el nivel del agua constante y aseguren que la presión a las incubadoras también es constante. La base del tanque intermedio de oxigenación debe colocarse unos 30 o 40 cm por encima del desagüe de las incubadoras.

Si pese a utilizar el tanque intermedio el nivel de oxígeno en las incubadoras está por debajo de 5 ml/l, pueden usarse oxigenadores de acuario directamente dentro las incubadoras.

2.2.3. Viveros de alevinaje

Una vez terminada la fase de incubación, las larvas se transfieren a los viveros de alevinaje. Éstos tienen unas dimensiones similares a las de los viveros de reproductores, aunque su profundidad es menor, de aproximadamente un metro, para facilitar su manejo. La densi-dad de siembra en estos viveros no debe superar las 100 larvas por m2.

En esta fase las larvas requieren un entorno libre de predadores y rico en nutrientes, puesto que aquéllas se alimentan principalmente de zooplancton. Un vivero de alevinaje mal desinfecta-do y/o pobre en nutrientes puede conllevar tasas de mortalidad de larvas superiores al 90%.

En los viveros de alevinaje deben evitarse los depósitos de barro: una cantidad de lodo excesiva dificulta enormemente la cosecha de los alevines. Para ello es aconsejable construir los viveros de forma que sean fáciles de vaciar y limpiar.

2.2.4. Inversión mínima para la construcción de un hatchery

En la tabla 2.1 se resume, a modo orientativo, la inversión necesaria para construir un hat-chery en zonas rurales con capacidad para producir 300.000 alevines/año.

TABLA 2.1 – PRESUPUESTO PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UN HATCHERY (CAPACIDAD: 300.000 ALEVINES/AÑO)

COMPONENTES DEL HATCHERY COSTE (US $)

SISTEMA ELÉCTRICO

En caso de no tener acceso a la red eléctrica urbana, se pueden instalar paneles solares, que, en combinación con un generador, proporcionan la energía necesaria para gestionar un hatchery. El laboratorio y la bomba funcionan durante pocos meses al año, por lo que resulta rentable usar un generador. Con menos de 10.000 US $ pueden comprarse los paneles y el generador necesarios

6.000-10.000

SUMINISTRO DE AGUA

Está compuesto por un pozo equipado con una bomba, un depósito elevado, un tanque intermedio y las tuberías. Lógicamente, el coste variará según la profundi-dad a la que se encuentre el agua

15.000-30.000

ESTANQUES DE REPRODUCTORES Y ALEVINES

Se requiere un mínimo de 6 estanques de 600 m2 para reproductores Para las larvas y alevines se necesitan 4 estanques de 600 m2 y otros 4 de 300 m2

10.000

EQUIPOS

Incubadoras, tuberías, equipos de laboratorio, balanza y consumibles3.000

INMUEBLE

La obra debe ser lo suficientemente grande para albergar las incubadoras, los tan-ques de reproductores y los fregaderos. Si fuera posible, se debería prever también un espacio de vivienda para los técnicos encargados de la reproducción. En la Estación Piscícola Mausa el laboratorio mide 80 m2

10.000-30.000

TOTAL 44.000-83.000

La construcción de las infraestructuras necesarias para la producción de alevines es relativamente sencilla y económica, pero si no va acompañada de la adecuada formación del personal técnico resultará en un desperdicio de dinero. La ampliación y consolidación del mercado de alevines para la piscicultura amazónica en Bolivia requiere, ante todo, la formación de recursos humanos.

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2.3. LA PRODUCCIÓN DE ALEVINES:

EXPERIENCIAS EN REPRODUCCIÓN ARTIFICIAL DE PECES

NATIVOS EN LA ESTACIÓN PISCÍCOLA MAUSA

J. Mamani e I. Romero

2.3.1. Introducción

Las principales especies de peces que se utilizan en piscicultura en Moxos, como el pacú (Colossoma macropomum), el tambaquí (Piaractus brachypomus), el sábalo (Prochilodus sp.) y la boga (Schizodon sp.), no se reproducen en cautiverio. Se trata de especies migradoras, que para reproducirse requieren que se dé un conjunto de factores ambientales que estimulan el desove, muy difíciles de reproducir en los viveros. Y, sin embargo, es imprescindible produ-cir alevines para garantizar su suministro tanto a las comunidades indígenas piscicultoras de Moxos como a piscicultores privados. En los laboratorios de la Estación Piscícola Mausa se realiza desde 2002 la reproducción asistida de estas especies. Ese año se logró reproducir por primera vez en Bolivia el pacú, una de las especies más apreciadas para su cría en viveros.

Los primeros resultados en la reproducción asistida de pacú y tambaquí se obtuvie-ron a finales de los años setenta, en Brasil y Venezuela (Lovshin et al. 1974; Silva et al. 1977; Woynarovich 1977; Verrech 1977: citados por Woynarovich 1988). Aunque desde entonces las técnicas de reproducción de especies de peces amazónicas han avanzado, todavía no se ha validado un método estándar de reproducción artificial. En cada región es necesario adaptar las técnicas conocidas a las condiciones ambientales del lugar y a las características biológi-cas locales de las subespecies de peces que se pretende reproducir.

En esta sección se revisan las experiencias de reproducción asistida de peces desa-rrolladas en la Estación Piscícola Mausa a lo largo de los últimos años, así como las prin-cipales técnicas utilizadas, técnicas que han sido adaptadas a las condiciones específicas de la región.

2.3.2. Captura y manejo de reproductores

Los reproductores existentes en la Estación Piscícola Mausa han sido capturados en los afluen-tes de los ríos Mamoré, Apere y Tijamuchí, y en algunas lagunas cuyas aguas están conectadas con este último. Los ríos citados son de aguas blancas, es decir, sus aguas tienen un pH cerca-no a la neutralidad y se caracterizan por tener un contenido de nutrientes relativamente alto. Las lagunas conectadas a este tipo de ríos a través de canales reciben aguas fértiles en la época de inundación, por lo que son habitualmente ricas en fitoplancton y zooplancton.

La captura de reproductores se realiza en dos momentos del año: cuando las aguas suben, en la época de lluvias, y en el periodo en que las aguas descienden, antes del inicio de la época seca. Los reproductores suelen encontrarse tanto en la entrada de las lagunas como entre los «taropales» (zonas donde crece la planta acuática flotante Eichhornia sp.), debajo de árboles frutales o en lugares donde hay abundantes ramas y troncos. Para su captura se utilizan mallas agalleras de 20, 25 o 50 m de largo y de 0,15 m de rombo. Las mejores horas del día para capturar peces son entre las 8 y 10 de la noche y entre las 3 y 5 de la madrugada.

Una vez que los peces quedan atrapados en la malla, son colocados de inmediato en recipientes de fibra de vidrio (de 0,8 m de longitud, 0,4 m de ancho y 0,8 m de altura), que se encuentran ya preparados en la barca. Durante el transporte se va cambiando el agua constantemente. Se ha probado también otra forma de transporte de peces reproductores que consiste en introducirlos en bolsas de yute que se sumergen en el agua y se mantienen atadas a la barca mientras ésta navega. Este método no ha resultado adecuado, ya que los peces a menudo mueren a causa del estrés y del cansancio.

Ya en la orilla, los peces se depositan en el tanque-acuario móvil (véase la sección 2.4.3), que tiene una capacidad de 2.000 litros. Este tanque dispone de un mecanismo que renueva constantemente el agua y el oxígeno. Al llegar a la estación piscícola, se sacan los reproductores del tanque, se bañan con azul de metileno para evitar que las heridas que se hayan podido producir durante el transporte puedan infectarse, y se dejan libres en los viveros de reproductores.

Actualmente la Estación Piscícola Mausa cuenta con 28 pacús, 17 tambaquís, 40 sábalos y 20 bogas.

2.3.3. Selección de reproductores

Un factor clave para el éxito de la reproducción asistida es la adecuada selección de los peces que serán sometidos a inducción. La metodología seguida en la Estación Piscícola Mausa para seleccionar los reproductores se ha adaptado a partir de las desarrolladas por Woynaro-vich (1998) y Alcántara (1988).

■ Selección de las hembras

La selección de las hembras se efectúa siguiendo dos métodos principales: por observación de sus características externas o a través del análisis del estado de los ovocitos, extraídos por canulación o biopsia ovárica.

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La observación de las características externas de las hembras se realiza en el vivero. Las hembras que se encuentran preparadas para la inducción hormonal presentan el abdo-men abultado y el poro genital dilatado y rojo.

Para poder examinar el aspecto que presentan los ovocitos, se lleva a cabo el siguiente procedimiento: se introduce una cánula a través del oviducto de la hembra (figura 2.4);

con ayuda de una jeringa de 5 ml acoplada al extremo de la cánula, se extrae por succión una mues-tra de ovocitos; ésta se pone en una caja de petri, donde se añade agua del vivero y líquido de Serra; se remueve bien y se deja reposar durante 3-5 minutos. Una vez transcurrido este tiempo, se ob-serva el aspecto de los ovocitos. Éstos deben tener un tamaño y color uniforme, no formar raci-mos (es decir, no estar aglome-rados, sino separados unos de otros) y presentar un aspecto gelatinoso y, sobre todo, trans-

lúcido. Un indicador del grado de maduración de los ovocitos es la posición del núcleo en ellos, y para determinar dicho grado de maduración, la muestra obtenida se observa con un estereoscopio. Si la mayoría de los ovocitos tienen sus núcleos en migración o en posición periférica, ello indica que la hembra es apta para la inducción, mientras que si la posición del núcleo es central, significa que aún no ha alcanzado el estado de madurez. Señalemos, sin embargo, que en la Estación Piscícola Mausa la selección se basa más en el aspecto de los ovocitos que en la posición de su núcleo.

■ Selección de los machos

La observación de los machos se realiza también en el vivero. Cuando se aplica una sua-ve presión abdominal a un individuo macho maduro, fluye el líquido espermático, que se caracteriza por ser considerablemente viscoso y por su color blanquecino y aspecto lechoso.

Una vez seleccionados, los reproductores se colocan en los tanques de repro-ducción o inducción del laboratorio. Estos tanques, construidos con cemento, tienen

unas dimensiones de 1,5 m de largo por 1 m de ancho y 80 cm de alto. La recircula-ción de agua en los tanques es constante para asegurar un suministro de agua limpia y oxigenada. La superficie del agua se cubre en algunas zonas con hojas de plátano o de patujú (Heliconia sp.), para proporcionar una zona de refugio y tranquilidad a los peces (figura 2.5).

Las hembras de las especies de peces que se reproducen en la Estación Piscícola Mau-sa, como todas aquellas que necesitan migrar para buscar sus áreas de desove, completan en

cautividad las primeras fases de la reproducción; sin embargo, los ovocitos no alcanzan la ma-duración final y no se produce la ovulación. En condiciones natu-rales, los ovocitos permanecen en estado de espera hasta que se dan un conjunto de factores ambien-tales (fotoperiodo, temperatura, lluvias, etc.) que desencadenan la puesta en marcha de las fases finales, regulados por un conjun-to de hormonas. En cautiverio, aunque esas señales ambientales no se produzcan, los peces pue-den ser inducidos a completar las fases finales de la reproducción

utilizando extractos de hipófisis u hormonas sintetizadas en el laboratorio (Woynaro-vich 1998).

■ Proporción de machos y hembras

En cada tanque se colocan dos machos y una hembra y se procede a la inducción hormonal. Es conveniente mantenerlos juntos para facilitar la estimulación que ejerce el macho sobre la hembra para que ésta desove.

2.3.4. Tipo de hormonas utilizadas

En la Estación Piscícola Mausa se ha ensayado la inducción con diferentes hormonas; su nombre comercial, composición y procedencia se detallan en la tabla 2.2.

FIGURA 2.4 – HEMBRA CANULADA PARA LA EXTRACCIÓN DE UNA MUESTRA DE OVOCITOS

FIGURA 2.5 – TANQUE DE CEMENTO DONDE SE REALIZA LA INDUCCIÓN

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TABLA 2.2 – HORMONAS ENSAYADAS EN LA ESTACIÓN PISCÍCOLA MAUSA

NOMBRE COMERCIAL COMPOSICIÓN PROCEDENCIA

Ovudal Análogo de la hormona liberadora de hormonas go-nadotrópicas (LHRH/A o GnRH/A) Hungría

OvupeltAnálogo de la hormona liberadora de hormonas gonadotrópicas (GnRH/A) + domperidona (anta-gonista de la dopamina)

Hungría

Hipófisis Extractos puros de hipófisis de peces o liofilizado

Conceptal l®Acetato de buserelina (1 ml de la solución inyecta-ble contiene 0,0042 mg de acetato de buserelina, equivalente a 0,004 mg de buserelina)

Producido por Roussel Vete-rinar GmbH (Perú, Lima)

Profertil®Gonadorelina (cada ampolla de 5 ml de solución in-yectable contiene 500 mg de gonadorelina [GnRh] en forma de acetato tetrahidrato liofilizado)

Producido por Tortuga Cia Zootécnica (Brasil)

2.3.5. Dosis por especie y tipo de hormona

La cantidad de inducciones realizadas en la Estación Piscícola Mausa, así como las dosis em-pleadas y el número de desoves obtenidos con cada una de las hormonas y dosis utilizadas, se especifican en la tabla 2.3. En las tablas A y B del anexo 2.1 se especifican las reproducciones realizadas en la Estación Piscícola Mausa desde 2002 hasta 2006: el total de inducciones rea-lizadas, los desoves logrados, así como el número de larvas y alevines obtenidos cada año.

TABLA 2.3 – INDUCCIONES REALIZADAS EN LA ESTACIÓN PISCÍCOLA MAUSA Y HORMONAS UTILIZADAS DESDE 2002 HASTA 2006

ESPECIENÚMERO DE INDUCCIONES

NÚMERO DE DESOVES OBTENIDOS

HORMONA UTILIZADA

CANTIDAD POR KG DE PESO EN LAS HEMBRAS

CANTIDAD POR KG DE PESO EN

LOS MACHOS

Colossoma macropomum (pacú)

18 13 Ovupelt 10 µg 5 µg

1 0 Acetato de buserelina 4 µg 4 µg

1 0 Profertil 40 µg 20 µg

Piaractus brachypomus (tambaquí)

2 0 Hipófisis de carpa 6 mg 1 mg

2 0 Ovudal 10 µg 1 µg

5 1 Ovupelt 10 µg 5 µg

2 1 Acetato de buserelina 4 µg 4 µg

Prochilodus sp. (sábalo)

19 16 Ovupelt 10 µg 5 µg

4 0 Profertil 40 µg 20 µg

Schizodon sp. (boga)

22 17 Ovupelt 10 µg 5 µg

4 4 Profertil 40 µg 20 µg

■ Ovudal

La hormona ovudal se produce en Hungría y es un análogo de la hormona liberadora de hormonas gonadotrópicas (GnRH: gonadotrop releasing hormon) sintetizada en el laborato-rio. La dosis recomendada por E. Woynarovich (1998) para las hembras es de 6 µg/kg de peso vivo y para los machos de 0,8-1 µg/kg de peso vivo. En la Estación Piscícola Mausa se realizaron solamente dos inducciones con esta hormona, y en ambos casos se utilizó en el tambaquí, con dosis de 10 µg/kg para las hembras y 1 µg/kg para los machos. En ninguna de las inducciones realizadas se obtuvieron buenos resultados.

■ Ovupelt

El ovupelt también se produce en Hungría, y es, como el ovudal, un análogo de GnRH, al que se le adiciona domperidona. Esta última sustancia es antagonista de la neurohormona dopamina, presente en el hipotálamo. La dopamina ejerce una acción inhibidora de la go-nadotropina. La dosis administrada a las hembras fue desde el principio de 10 µg/kg. A los machos inicialmente se les administró una dosis de 2,5 µg/kg, pero no se obtuvo una buena cantidad de semen, por lo que se aumentó a 5 µg/kg. Con esta última dosis se obtuvieron buenos resultados.

Del total de inducciones realizadas utilizando este producto (64), se han producido 47 desoves, es decir, se ha tenido éxito en casi un 74% de las inducciones.

■ Hipófisis

De acuerdo con Chaparro (1994) y Woynarovich (1998), se puede usar una cantidad de 3,75-7 mg/kg de hipófisis para las hembras y de 1 mg/kg para los machos. En la Estación Piscícola Mausa se realizó un único ensayo en la especie (Piaractus brachypomus), no lográn-dose el desove. La dosis administrada fue similar a la recomendada por los mencionados autores: a las hembras se les administró una dosis de 6 mg/kg y a los machos de 1 mg/kg.

■ Acetato de buserelina

Es una hormona sintética de uso veterinario. Esta hormona actúa en la hipófisis estimulan-do la liberación de las hormonas folículo-estimulante (FSH) y luteinizante (LH) (Tratado de Cooperación Amazónica 1996). Se han empleado dos presentaciones de este producto. Una de ellas, suministrada por Rémi Dugué, del Institut de Recherche pour le Développe-ment, tenía una concentración muy alta, por lo que se utilizó una cantidad de 4 µg/kg tanto para las hembras como para los machos de Colossoma y Piaractus. Este producto se aplicó en la estación piscícola una sola vez: no se logró el desove de la hembra, aunque sí fue efectivo

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Las horas-grado en las que se presentó el desove para los rangos de temperatura es-pecificados a continuación fueron las siguientes: en Colossoma macropomum, de 129-230 horas-grado (26 ºC), de 54-350 horas-grado (27-29 ºC) y de 181-310 horas-grado (30-31 ºC); en Piaractus brachypomus, de 185-324 horas-grado (25-31 ºC); en Prochilodus sp., de 250-344 horas-grado (27-29 ºC), y en Schizodon sp., de 260-333 horas-grado (25-29 ºC).

Según Woynarovich (1998), con la hormona ovudal el desove se presenta, para Colos-soma macropomum, de 380-390 horas-grado (23-26 ºC) y de 340-380 horas-grado (27-29 ºC), y para Piaractus brachypomus, de 310-330 horas-grado (24-26 ºC).

Dado el amplio espectro de horas-grado en que se presenta el desove en las inducciones realizadas en la Estación Piscícola Mausa, es muy difícil calcular el momento exacto de aquél. Por ello se decidió realizar el desove de forma seminatural, como se explica más adelante.

2.3.7. Inducción al desove

Las especies como el pacú y el tambaquí se inducen con dos dosis administradas con un intervalo de 12 horas. En las hembras, la primera dosis representa un 10% del total y la segunda el restante 90%. En los machos, en cambio, se inocula un 50% en la primera y el otro 50% en la segunda.

Las especies como el sábalo y la boga se inducen con una sola dosis. La inducción se realiza, en el caso del pacú y el tambaquí, aplicando una inyección intraperitoneal debajo de la aleta pélvica. En el caso del sábalo y de la boga, la inyección se aplica a una distancia de 5 cm de la base de la aleta anal (figuras 2.6 y 2.7). Algunos autores recomiendan suturar el orificio urogenital de la hembra para evitar la pérdida de los óvulos maduros; en la Estación Piscícola Mausa esta práctica no se realiza porque produce mucho estrés a los peces.

FIGURA 2.6 – FORMA DE INYECTAR LA HORMONA EN COLOSSOMA MACROPOMUM Y PIARACTUS BRACHYPOMUS

FIG. 2.7 – FORMA DE INYECTAR LA HORMONA EN PROCHILO-DUS SP. Y SCHIZODON SP

para los machos. La segunda presentación del acetato de buserelina se comercializa con el nombre de Conceptal® en frascos de 10 ml. En este caso, se administró una dosis de 2,6 ml/kg a las hembras y de 1 ml/kg a los machos (Guerra, Rebaza, Alcántara et al. 2000). El producto se aplicó una sola vez en esta concentración en Piaractus brachypomus: no se logró el desove, pero sí fue efectivo en los machos, como en el primer caso.

■ Profertil®

El principio activo del producto Profertil® es la gonadorelina, un análogo sintético de la GnRH. Este producto se usó como prueba; la dosis para las hembras fue de 40 µg/kg y para los machos de 20 µg/kg. Esta hormona se indujo en tres especies: Colossoma macropomum, Prochilodus sp. y Schizodon sp. No se presenció el desove en Colossoma y Prochilodus, pero sí en Schizodon. Sin embargo, la efectividad del desove no fue buena en comparación con la lograda utilizando la hormona ovupelt.

2.3.6. Horas-grado promedio por hormona, especie y temperatura

La temperatura influye en la velocidad de los procesos biológicos de los peces y, por tanto, en el desove. Las horas-grado permiten calcular aproximadamente el momento en que se puede producir la ovulación según la temperatura del agua del vivero. Sin embargo, las horas-grado varían también según la especie y el tipo de hormona utilizada. Se trata, pues, de datos de carácter empírico y orientativo (Woynarovich 1998). En la tabla 2.4 se resumen los valores de horas-grado por hormona, temperatura y especie obtenidos en la Estación Piscícola Mausa.

TABLA 2.4 – HORAS-GRADO POR HORMONA, TEMPERATURA Y ESPECIE

ESPECIE HORMONATEMPERATURA

PROMEDIO (OC) Y DESVIACIÓN ESTÁNDAR

HORAS-GRADO PROMEDIO Y DESVIACIÓN

ESTÁNDAR

Colossoma macropomum Ovupelt 28,3 ± 1,86 (25,5-31,5)* 195 ± 113,45 (54-380)

Piaractus brachypomusOvupelt 30,8 ± 0 (30,8) 185 ± 0 (185)

Conceptal 25,4 ± 0 (25,4) 279 ± 0 (279)

Prochilodus sp. Ovupelt 27,25 ± 0,35 (27-27,5) 317,5 ± 95,46 (250-385)

Schizodon sp.Ovupelt 26,64 ± 0,98 (25,4-27,9) 313,3 ± 26,5 (264-349)

Profertil 26 ± 0 (26) 264 ± 0 (264)

* Temperatura mínima y máxima registrada.

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Ventajas

– Se garantiza un mayor porcentaje de fertilización.– No se requiere mucho personal.

Desventajas

– La manipulación de los reproductores puede provocar la muerte de algunos peces.– Las horas-grado no siempre son fiables.– Si algunos ovocitos quedan sin expulsar, puede producirse una necrosis de las góna-

das, lo que puede ocasionar la muerte de las hembras afectadas.

FIGURA 2.8 – REPRODUCTORES DE PACÚ INDUCIDOS EN EL TANQUE DE CEMENTO DEL LABORATORIO

FIGURA 2.9 – REPRODUCTORES DE BOGA EN EL TANQUE DE CEMENTO

En la Estación Piscícola Mausa se trabaja con el método de desove seminatural, dado que ofrece una buena supervivencia de las larvas desde el momento de la fertilización hasta la eclosión, y al mismo tiempo, los reproductores sufren menos estrés. En 2006, se ensayó una técnica de fertilización y desove mixta aprendida en el Instituto de Investiga-ciones de la Amazonía Peruana (IIAP). Se aplica el mismo método que en la reproducción seminatural, pero antes de que las hembras terminen de desovar, se las saca de los tanques y se recogen los huevos que aún tienen. Posteriormente se saca a los machos para obtener el semen. De esta manera se combinan las ventajas de los dos métodos mencionados: una parte de los huevos se fertiliza de forma natural en el agua del tanque y el resto se fertiliza de forma artificial.

■ Seguimiento horas-grado

Desde el momento en que se inyecta la primera dosis, es necesario medir la temperatura (en ºC) cada hora y sumar las lecturas obtenidas para calcular las horas-grado. Esto ayudará a determinar el momento aproximado en que se producirá la ovulación (Woynarovich y Horvath 1981). Sin embargo, es imprescindible permanecer muy atento, ya que en las in-ducciones realizadas en la Estación Piscícola Mausa el desove se ha producido en un amplio espectro de horas-grado, y en varias ocasiones incluso tras la primera inducción (es decir, con tan sólo un 10% de la dosis total y sin haber aplicado la segunda inducción).

2.3.8. Desove

El desove puede ser artificial o seminatural. Ambos métodos tienen ventajas y desventajas.

■ Desove seminatural

Este método consiste en inducir y esperar a que las hembras y machos desoven y realicen la fertilización en el tanque de reproducción.Ventajas

– Se garantiza la obtención de larvas.– Se reduce la manipulación de los reproductores y, en consecuencia, su mortalidad.

Desventajas

– El porcentaje de fertilización es bajo (aproximadamente de un 53%).– Durante la recolección de huevos del tanque, se puede provocar la rotura de la

membrana que protege al óvulo.– Puede haber fugas de huevos durante su recolección.– Se necesita más personal y tiempo para recoger los huevos.

■ Desove artificial

En el momento en que se calcula que la hembra está lista para desovar, ésta se saca del tanque de reproducción y se coloca sobre una mesa protegida con una plancha de espuma. Si la hem-bra ya está preparada, al realizar una presión en el vientre los óvulos fluyen y se recogen en un recipiente de plástico. Tanto los recipientes utilizados como las manos deben estar bien secos.

En la Estación Piscícola Mausa no se han obtenido buenos resultados con la utili-zación de este método, ya que es muy difícil calcular con exactitud el momento en que las hembras están listas para desovar. En varias ocasiones el desove se presentó tras la primera inducción o poco tiempo después de la segunda inducción.

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2.3.9. Manejo de reproductores después del desove

Una vez finalizado el desove, los reproductores se bañan con azul de metileno y se liberan en los viveros. No se les inyecta ningún tipo de antibiótico, ya que, cuando se aplica el método de desove seminatural, la manipulación que sufren es mínima.

2.3.10. Desinfección de todo el material empleado en la

reproducción

Todos los materiales e instrumentos que se usan en el proceso de reproducción han de desinfec-tarse bien después de su uso. En la Estación Piscícola Mausa, se desinfectan con lejía, aunque es imprescindible enjuagarlos muy bien con abundante agua para evitar que mueran las larvas.

2.3.11. Incubación

En cuanto los reproductores desovan en el tanque de inducción, los huevos se recogen, a través del tubo de drenaje, en tachos o cubos provistos de filtros. Una vez se han recogido todos los huevos, se hace un cálculo volumétrico para conocer el número total. Inmediata-mente después se transfieren a incubadoras tipo Woynarovich, de 200 litros de capacidad y con forma de cilindro cónico (figuras 2.10 y 2.11).

FIGURA 2.10 – RECEPCIÓN DE HUEVOS EN UN TACHO (BALDE) CON FILTRO

FIGURA 2.11 – INCUBADORAS DE 200 LITROS DE CAPACIDAD

El tiempo de incubación depende de la temperatura del agua. A una temperatura de 26 a 30,5 ºC, el periodo de incubación es de 12 a 17 horas. La recirculación del agua en las incubadoras es, como se ha señalado, constante.

En la Estación Piscícola Mausa se utiliza para las incubadoras agua proveniente del subsuelo que se almacena en un tanque elevado. Aunque no se recomienda emplear agua proveniente de estanques de tierra artificiales, en caso de utilizarla es necesario filtrarla antes de que acceda a las incubadoras, para evitar la posible entrada de zoo-plancton y de pequeñas partículas tanto de origen orgánico (astillas, pequeñas nervadu-ras de hojas) como inorgánico, que pueden romper las membranas que protegen a los embriones. Si se utiliza agua del subsuelo no hace falta utilizar filtros. En ambos casos, el agua se oxigena por caída.

2.3.12. Eclosión

En cuanto comienza la eclosión de los embriones, hay que retirar los restos de las membra-nas de los filtros de las incubadoras.

2.3.13. Manejo de larvas y de poslarvas

Una vez se ha producido la eclosión, las larvas se transfieren a cubos provistos de filtros, donde se realiza su recuento volumétrico. A continuación, se vuelven a colocar en las incu-badoras limpias.

Durante los tres primeros días después de la eclosión, no se suministra ningún tipo de alimento a las larvas. Desde el cuarto día hasta el séptimo, se las alimenta con plancton recogido en los estanques de engorde. El cuarto y quinto día se alimentan fundamentalmen-te con rotíferos, a razón de 5 especímenes por poslarva. El sexto día se dobla esta cantidad. El séptimo día se alimentan a razón de 20 especímenes por poslarva. Transcurrido este tiempo, se realiza un nuevo recuento volumétrico y se procede a sembrarlas inmediatamente en viveros de alevinaje.

La secuencia completa del desarrollo de los huevos desde el momento de la fertiliza-ción hasta la fase juvenil se muestra en la figura 2.12.

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Larvas recién eclosionadas Larvas de un día Larvas de dos días

Larvas de tres días Larvas de cuatro días Larvas de cinco días

Alevín de pacú siete días después de la eclosión

Alevines de boga veinte días después de la eclosión

Alevín de pacú y tambaquí de veinte días de vida

Alevines de pacú y tambaquí de dos meses de vida

Alevín de pacú y tambaquí de treinta días de vida Juveniles de pacú y tambaquí

FIGURA 2.12 – DESARROLLO DE LOS HUEVOS DESDE EL MOMENTO DE LA FERTILIZACIÓN HASTA LA FASE JUVENIL

Huevo hidratándose en pleno desarrollo

Huevo hidratado, en pleno desarrollo

Huevo preparándose para la primera hendidura

Huevo en estado de primera hendidura

Huevo en estado de cuatro células

Huevo en estado de ocho células

Huevo en estado de mórula (fase inicial)

Huevo en estado de mórula (fase final)

Huevo en estado blástula Huevo en estado blástula

Huevo en estado blástula

Huevo en estado blástula

Inicio de desarrollo del embrión

Desarrollo del embrión Desarrollo del embrión Inicio de movimiento del embrión

Movimiento del embrión más frecuente

Embrión dos horas antes de la eclosión

Embrión una hora antes de la eclosión

Embrión media hora antes de la eclosión

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2.3.14. Preparación de los estanques para alevines

Seis días antes de la siembra, deben comenzar a prepararse los viveros de alevinaje. Para esterilizar el vivero (véase la sección 2.5.3), el primer día se encalan con cal hidratada o cal muerta (Ca[OH]2, hidróxido de calcio), sin diluir en agua, a razón de 0,2 kg/m2. El segun-do día se llenan con agua y el tercero se abonan con estiércol de vacuno (240-250 g/m2) o con gallinaza (100 g/m2). Durante los dos días siguientes el plancton crecerá en los viveros, que de este modo estarán preparados para recibir a las poslarvas.

2.3.15. Siembra de las poslarvas en los viveros de alevinaje

En la estación se han ensayado varias densidades diferentes de siembra, obteniendo diferen-tes resultados. La densidad que recomendamos es de 40-100 poslarvas/m2, ya que con esta densidad se consigue un crecimiento uniforme.

2.3.16. Investigación aplicada en reproducción artificial

y producción de alevines

Uno de los principales objetivos de la Estación Piscícola Mausa es la investigación aplicada para mejorar las técnicas de reproducción y cría de peces de especies locales. En este sentido, los principales objetivos planteados en cuanto a la reproducción artificial y la producción de alevines para los próximos años son los siguientes:

– Mejorar los métodos de selección de hembras maduras para lograr un mayor por-centaje de éxito en el desove.

– Validación de hormonas de inducción accesibles en el mercado nacional. – Desarrollo de metodologías de cultivo de zooplancton para la alimentación de poslarvas.– Validación de las técnicas de hibridación de pacú y tambaquí.– Desarrollo y adaptación de métodos de reproducción y cría de otras especies autócto-

nas con alto interés comercial (por ejemplo, el surubí) y de especies ornamentales.– Desarrollo de metodologías de alimentación de alevines que permitan minimizar su

mortalidad y maximizar su crecimiento, escalonándolo de forma que durante buena parte de los meses del año haya disponibilidad de alevines de diferentes tamaños.

2.3.17. Recomendaciones

Según nuestra experiencia, los principales aspectos que deben tenerse en cuenta a la hora de manejar un laboratorio de reproducción asistida para obtener buenos resultados son dispo-ner de una fuente de agua de buena calidad en los viveros de reproductores, evitar la excesiva

manipulación de estos últimos y no someterlos a estrés. Después de que los peces hayan sido sometidos a inducción, es importante bañarlos con una solución de azul de metileno antes de devolverlos a los viveros, para evitar posibles infecciones bacterianas. Siempre que se realice el desove de forma seminatural, es recomendable recoger los huevos con mucha precaución y controlar muy de cerca el proceso de incubación. Otro aspecto esencial es ali-mentar de forma adecuada a las larvas con zooplancton, para lo cual se aconseja cultivarlo. Finalmente, es imprescindible preparar adecuadamente los viveros de alevinaje.

Bibliografía

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2.4. EL TRANSPORTE DE ALEVINES

U. Lombardo

Los alevines son el producto final de un largo proceso que abarca la búsqueda en la naturale-za de ejemplares de peces reproductores, la gestión de un laboratorio, la reproducción indu-cida y el cuidado de las larvas y poslarvas. La producción de semilla requiere una importante inversión en recursos económicos y humanos. La última fase de este proceso es la venta-en-trega de los alevines, y es también la fase más delicada. Para quien se dedica a la producción y venta de alevines no hay nada peor que llegar a la orilla del vivero y encontrarse con miles de alevines muertos. Eso no sólo significa una pérdida de dinero en tiempo y recursos, sino que muy probablemente signifique también la pérdida de un comprador.En la presente sección se describe brevemente cómo transportar peces vivos, haciendo hin-capié en un sistema diseñado por el autor para el transporte de grandes cantidades de alevi-nes a lugares lejanos: «el acuario móvil».

2.4.1. Conceptos generales

El agua en el que se transportan los alevines del hatchery al vivero de engorde contiene, entre otros, miles de organismos planctónicos y de bacterias. El metabolismo de estos seres vivos aumenta con la temperatura del agua. Para los alevines, ello resulta en un incremento de la tasa de respiración y de la cantidad de desechos que generan, con el consiguiente aumento de la toxicidad del agua. Un incremento de la temperatura también supone un incremento en la tasa de reproducción de las bacterias, dado que aumentan los niveles de CO2.

La temperatura también regula la cantidad de oxígeno disuelto en el agua, puesto que la solubilidad de los gases en el agua disminuye al subir la temperatura. El aumento del metabolismo de peces y bacterias y la disminución de la solubilidad del oxígeno en el agua actúan de manera conjunta produciendo una reducción exponencial de la cantidad de oxígeno disuelto, lo que puede provocar la muerte de los alevines.

Las bacterias, en su mayoría, viven de la energía que obtienen al degradar mo-léculas complejas en moléculas más simples. Por esta razón las bacterias se desarrollan bien en aguas ricas en heces, como sucede en el caso del agua de transporte. Una característica muy importante es el elevado índice de reproducción que tienen estos microorganismos: en condiciones óptimas, algunas bacterias pueden llegar a doblar su número cada 20 minutos.

Por todas estas razones es fundamental mantener el agua de transporte limpia y fres-ca, a una temperatura de entre 18 y 22 ºC.

2.4.2. Bolsas de oxígeno: transportar pequeñas cantidades

de alevines distancias cortas

Durante los primeros años de actividad en la Estación Piscícola Mausa, la cantidad de alevines transportados era sólo de algunos miles por viaje y las entregas se hacían a comuni-dades que se encontraban a menos de 5-6 horas de camino. Para el transporte de pequeñas cantidades de semilla a viveros cercanos al laboratorio de reproducción, los alevines pueden colocarse en bolsas de plástico. Una tercera parte de las bolsas se llena con agua y el resto con oxígeno puro. Las bolsas se meten dentro de contenedores rígidos, que impiden la entrada de la luz y las protegen de los golpes (figura 2.13).

FIG. 2.13 – TRANSPORTE DE ALEVINES A COMUNIDADES VECINAS EN CARRETÓN (MOXOS)

FIG. 2.14 – EL ACUARIO MÓVIL SOBRE UNA CAMIONETA TOYOTA LANDCRUISER (ESTACIÓN PISCÍCOLA MAUSA, MOXOS)

2.4.3. El acuario móvil: transportar grandes cantidades de

alevines distancias largas

A partir de 2003 aumenta la producción de peces en el Oriente boliviano y Mausa pasa a su-ministrar alevines a varias provincias del Beni y Santa Cruz. En este contexto, el transporte de alevines en bolsas de plástico se hace inviable, puesto que el proceso de embalaje es lento y el despacho requiere varios coches. Para obviar estos inconvenientes, HOYAM diseñó y construyó un tanque/acuario móvil que permite la entrega, en un solo viaje, de 20.000 alevines a clientes que se encuentran a más de 48 horas del hatchery.

Lo primero que hay que evaluar a la hora de construir un tanque de transporte de alevines es la capacitad de carga del coche: HOYAM utiliza un Toyota Landcruiser (figura 2.14) con una capacidad de carga de 1.500 kg. La forma del tanque también debe acondi-cionarse al tipo de vehículo disponible.

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El tanque está hecho con fibra de vidrio y está recubierto por dentro con una capa de 5 cm de poliuretano expandido que sirve de aislante térmico. El aislamiento térmico es impor-tante, ya que permite mantener baja la temperatura del agua aunque el tanque esté expuesto al sol. El tanque equivale a una conservadora de gran tamaño. La parte de arriba comprende una tapa con cierre hermético de grandes dimensiones (0,7-0,8 m2), que permite cargar y descargar los peces cómodamente. En la parte superior hay tres entradas: una para el tubo de oxígeno, otra para la válvula de seguridad de presión y otra para la entrada de agua. La parte inferior cuenta con dos salidas para tubos de ¾” o 1’’ y una salida de 2” para el vaciado del tanque. Es aconsejable prever dos salidas para facilitar las operaciones de limpieza o cambio de filtros.

La capacidad de transporte del tanque es de unos 20 alevines por cada 10 litros de agua y, en caso de estar transportando peces adultos (reproductores), de 0,1 kg/l. Sin embargo, cuando se trata de trayectos muy largos, de más de 12 horas, conviene reducir la densidad de transporte.

El tanque tiene un circuito abierto para el oxígeno y un circuito cerrado para el agua (figura 2.15).

FIGURA 2.15 – CROQUIS DEL ACUARIO MÓVIL DE LA ESTACIÓN PISCÍCOLA MAUSA (MOXOS)

■ El circuito del oxígeno

El oxígeno lo suministra un botellón de 0,6 m3; el tipo de botellón utilizado por los sol-dadores es barato y cumple perfectamente con los requisitos. A la salida del botellón hay un manómetro de precisión como los que se emplean para suministrar oxígeno de uso mé-

dico. Un tubo de goma conecta el manómetro a una piedra porosa oxigenadora; la piedra se puede atar a un plomo para mantenerla en el fondo. El oxígeno sale de la piedra y, tras atravesar la columna de agua, se acumula en la parte superior del tanque. El oleaje natural del agua facilita la disolución del oxígeno. Cuando la presión de los gases acumulados alcanza 0,1 atm, se abre automáticamente la válvula de salida, que deja salir la mezcla de O2 y CO2.

■ El circuito del agua

Sirve para monitorizar y filtrar el agua. En la salida de agua se encuentra el primer filtro mecánico, en este caso una red de acero inoxidable de 0,3 mm, que bloquea todas las partí-culas grandes y que es fácil de limpiar. Después del filtro mecánico, viene la bomba de agua que funciona a 12 voltios y está conectada a la batería del coche. El circuito también cuenta con un manómetro, un termómetro y un oxímetro. Estos aparatos deben ser visibles desde el interior del coche para poder monitorizar el estado del agua. Se puede incluir asimismo un filtro de carbón activo para desinfectar el agua. Otro aparato que puede resultar muy útil es un medidor del flujo de agua, que permite saber cuántos litros por minuto están siendo bombeados.

Cuando todos los filtros están limpios, el circuito tiene una presión de 0,5 atm1. Cuan-do se ensucia el primer filtro, llega menos agua a la bomba y el manómetro indica un descenso en la presión; si la presión baja a 0,3 atm, se recomienda limpiar o cambiar el filtro. Cuando se ensucia el segundo filtro, el agua bombeada encuentra más resistencia para fluir y la presión aumenta. Es posible que los filtros se ensucien simultáneamente y el efecto sobre la presión de uno compense el efecto del otro, de modo que la presión se mantenga constante pero dismi-nuya el flujo de agua. En este caso, un medidor de flujo puede sernos de gran utilidad.

Si se utilizan mangueras de goma, deben ser de buena calidad, y especialmente la par-te de la manguera anterior a la bomba, puesto que la bomba trabaja succionando y puede hacer que la manguera se colapse, interrumpiendo el flujo de agua y quemándola.

Mientras se disponga de filtros limpios y de oxígeno, este sistema puede funcionar indefinidamente. El factor limitante es la acumulación de amoniaco, que es el principal componente nitrogenado de las excreciones de los peces y es muy tóxico. En caso de trans-portes de más de 48 horas, habrá que prever paradas para cambiar el agua.

2.4.4. El antes y el después del transporte de alevines

Los alevines se extraen de los viveros de alevinaje donde han permanecido 45-60 días. El proceso de pesca, recuento y embalaje de alevines debe ser rápido y lo menos estresante

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posible, puesto que su manipulación puede dañar el recubrimiento mucoso de los peces, haciéndolos más vulnerables a las enfermedades. Antes de ser transportados, los peces deben permanecer en ayunas para evitar que ensucien el agua de transporte con heces2. Para cargar los alevines en el tanque móvil, puede emplearse un sencillo dispositivo formado por dos cubos, uno dentro del otro y con el cubo interior provisto de un fondo de red de rombo pequeño: de este modo se extraen los alevines limpios y el agua sucia se desecha.

Si el agua de transporte está muy caliente (a más de 25 ºC), se puede bajar la tempe-ratura recurriendo a hielo molido.

En el momento de la entrega, puede ser útil bañar los alevines en una solución de agua saturada en sal de cocina durante 10-15 segundos. La sal desinfecta las escamas daña-das y estimula la producción de la mucosidad protectora.

Es muy frecuente que alrededor de un 5% de los alevines muera en las primeras se-manas después de la siembra, debido al estrés. Es importante avisar al cliente de que se trata de una tasa de mortalidad normal. Cuando la mortalidad supera el 10%, probablemente se deba a un mal transporte o a las malas condiciones del vivero destinatario (en general, porque éste se ha encalado muy recientemente o porque se ha eutrofizado a causa de un exceso de abono). Una buena norma es medir el pH, la temperatura y el oxígeno del vivero el día antes de la entrega de los alevines para cerciorarse de que el vivero está en buenas condiciones.

Las recomendaciones aquí expuestas pueden contribuir a mejorar el transporte y la entrega de peces vivos. Sin embargo, igual importancia resulta asesorar debidamente al piscicultor sobre cómo preparar el vivero para recibir los alevines. De poco servirá sembrar alevines sanos en un vivero donde queden predadores o falte oxígeno.

2.5. CONSTRUCCIÓN Y ACONDICIONAMIENTO DE VIVEROS

E. Canal, U. Lombardo y J. Pascual

En esta sección se revisan algunas técnicas de excavación de viveros para la cría de peces en las llanuras del Beni.

La región de los Llanos de Moxos está constituida por una planicie aluvial, prácti-camente sin pendiente, formada por arcillas y bancos de arena fina intercalados. Las im-plicaciones de este marco geográfico para la construcción de viveros son varias: la ausencia

de pendiente imposibilita la construcción de represas; en cambio, la arcilla es impermeable y, por tanto, óptima para construir estanques de tierra, aunque las arenas representan un peligro porque pueden ser vías de fuga del agua. Respondiendo a las características del lugar, el sistema de construcción de estanques consiste en excavar dos terceras partes de la pro-fundidad deseada y en elevar un talud de contención con la tierra que se ha extraído. Pero antes de pasar a analizar cómo conviene excavar viveros, revisaremos algunos de los errores cometidos en este sentido durante las fases iniciales del programa de producción piscícola en Moxos.

2.5.1. Errores iniciales

■ Utilizar un buldózer

El buldózer mueve grandes cantidades de tierra en poco tiempo, pero los taludes de los viveros suelen quedar desparejos y mal compactados: se erosionan rápidamente y, con cada nueva lluvia, van llenando el estanque de sedimentos, con la consecuente pérdida de pro-fundidad. Si el operador del buldózer es experimentado, puede lograrse un estanque de calidad a un coste razonable; sin embargo, en regiones retiradas del entorno rural beniano resulta difícil encontrar operadores con experiencia y el trabajo con buldózer se torna com-plicado y caro. Además, el coste del traslado del buldózer es muy elevado y requiere caminos en buenas condiciones.

■ No evaluar las características del suelo

Antes de excavar un vivero tenemos que estar seguros de que no vamos a encontrarnos con capas permeables. Una capa de arena puede provocar filtraciones hacia el lecho de un río cercano o, si la capa forma parte del talud, puede reducir notablemente su impermeabili-dad. Así pues, antes de iniciar la excavación conviene hacer prospecciones del terreno.

■ Llenar el estanque con agua de lluvia

Dejar que los viveros se llenen con agua de lluvia es poco recomendable. Por un lado, es difícil que el estanque se llene del todo en una sola estación, lo que obliga a esperar otro año para iniciar la cría. Por otro lado, la lluvia erosiona el talud y arrastra las partículas de tierra más finas al fondo del vivero, formando un estrato de barro de 15-20 cm que reduce la profundidad del vivero y dificulta enormemente los muestreos y la cosecha al llenarse la malla de lodo.

A continuación se resumen una serie de recomendaciones prácticas para la construc-ción y adecuación de viveros piscícolas en el Beni.

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2.5.2. Dónde y cómo construir el vivero

■ Ubicación

Preferiblemente conviene excavar el vivero cerca de un cuerpo de agua (una laguna, por ejemplo), para poder rellenarlo si escasea el agua durante la época seca. En cambio, es reco-mendable evitar la construcción de estanques cerca de ríos, puesto que son lugares donde abundan las capas de arena, que si están conectadas con el lecho del río, pueden causar pérdida de agua por filtración. También conviene evitar lugares donde haya árboles gruesos, dado que las raíces son muy difíciles de extraer. Por último, se recomienda construir los viveros cerca de la vivienda a fin de facilitar su gestión y evitar posibles robos de pescado.

Antes de excavar el vivero, es aconsejable hacer 4 o 5 perforaciones de 2,5 m de profundidad, idealmente una en cada ángulo y otra en el centro del área del estanque. Las prospecciones permiten detectar la existencia de capas de arena antes de trasladar la ma-quinaria pesada. Para comprobar la permeabilidad del suelo se pueden llenar los pozos de prospección con agua y controlar la velocidad a la que ésta se consume.

Una vez comprobada la impermeabilidad del suelo, hay que proceder a la limpieza del terreno. Para desarbolar, el mejor sistema es utilizar un buldózer, que arranca los árboles enteros incluyendo las raíces. En caso de no disponer de esta maquinaria, se puede emplear una cadena gruesa amarrada a un tractor para tumbar los árboles y apartarlos de la zona de excavación. Sin embargo, este sistema aumenta las horas de trabajo con maquinaria y, en consecuencia, los costes de excavación. Para ahorrar horas de trabajo de las máquinas, hay dos opciones:

1) Seleccionar zonas de pampa o barbecho joven con árboles de maderas suaves y de DAP (diámetro a la altura del pecho) inferior a los 20-30 cm.

2) Si no se tiene acceso a áreas de pampa o barbecho, la única opción es limpiar el terreno manualmente. Esto implica cortar los árboles cerca de su base, «basurear» (es decir, quitar ramas y hojas) y después cavar alrededor de las raíces hasta dejarlas al descubierto. De este modo, el trabajo del tractor se limita a acabar de arrancar las raíces y a apartarlas, junto con los troncos gruesos, hacia los márgenes del claro, dejando libre la zona de excavación.

■ Construcción

Para evitar problemas de escasez de agua en la época seca, conviene excavar unos 2-2,5 m. La tierra extraída se debe colocar alrededor del estanque para formar un talud y proteger el vivero de las inundaciones. El talud proporciona otro metro de profundidad, aunque en la práctica nunca se llena el estanque hasta su tope, sino que se dejan unos 40-50 cm de mar-

gen. Si el vivero se construye en un bajío donde el nivel del agua sube mucho o bien en un lugar cercano a un río que se puede desbordar, en-tonces conviene que el talud tenga algo más de 1 m de altura.

Los taludes del vivero han de tener una inclinación diferente según se trate del lado interno o externo. En el lado interno, el án-gulo debe ser de unos 22º, mientras que en el externo se recomienda una inclinación de 45º. Señalemos, sin embargo, que estos valores son apropiados para un suelo arcilloso: si se trata de un suelo con mezcla de arena, es necesario que los ángulos sean más abiertos para evitar que los taludes se derrumben.

■ Tractor y carriol

HOYAM excava los viveros con un tractor con carriol (traílla). El empleo correcto de esta maquinaria requiere un operador con experiencia en excavación de aguadas o en construcción y man-tenimiento de caminos. Durante la excavación hay que mantener como base del vivero una superficie inclinada, de manera que si llueve las aguas se acumulen en un pun-to desde el cual sea fácil bombear-las. Si se excava profundizando de manera homogénea, una lluvia de pocas horas puede causar un retraso de varios días, hasta conseguir secar el fondo completamente.

FIGURA 2.16 – VIVERO PARA PECES EN CONSTRUCCIÓN

FIG. 2.17 – TRACTOR CON CARRIOL (ESTACIÓN PISCÍCOLA MAUSA)

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El carriol es el aparato conectado al tractor que se observa en la figura 2.17. Tiene 3 m3 de capacidad y se llena de tierra sacando capas de 10-15 cm, dejando la base del vivero plana. Cuando el carriol está lleno, descarga la tierra al mismo tiempo que va construyendo el dique. Con cada pasada del tractor sobre el dique para descargar la tierra, el dique se va compactando.

La excavación tiene tres fases: la carga del carriol, el desplazamiento y la deposición de la tierra en el talud. Durante la excavación el tractor se desplaza dibujando un círculo o un 8. Este circuito comprende aproximadamente 20 m de excavación recta, una vuelta, un desplazamiento (preferiblemente sobre el talud, para ir compactando la tierra) y la descarga a lo largo de unos 4-5 m.

El tractor siempre ha de estar trabajando: o excavando o compactando el talud o depositando tierra. Si el tractor da muchas «vueltas», puede ser que el operador esté tra-bajando mal, o bien que el vivero tenga unas dimensiones equivocadas. Por ejemplo, si el tractor excava a lo largo de 20 m para llenar el carriol, el vivero debería tener unos 20 m de longitud, o un múltiplo de 20, para evitar que el tractor haga un círculo con el carriol a media carga. Si el tractor es suficientemente potente (digamos 100 caballos) y el estanque que se quiere construir es de grandes dimensiones, se pueden acoplar dos carrioles al mismo tractor y hacer el mismo trabajo en casi la mitad del tiempo.

La dimensión del vivero dependerá, entonces, de la técnica de construcción y del objetivo de su gestión futura. Un vivero de 50 x 50 m sería más caro que un vivero de 80 x 30 m y más difícil de manejar, puesto que en lugar de una red de 40 m de longitud haría falta una de 70 m. No es aconsejable construir viveros de más de 30 m de ancho y 100 m de largo.

■ Coste de construcción

El coste de construcción de un vivero con tractor y carriol en Moxos es de 0,4 US $/m3, si se realiza con maquinaria propia, y de 0,8 US $/m3, si se alquila el servicio. Un estanque de 25 x 50 m de las características aquí descritas se hace en unas 100 horas. Una hora de tractor vale 25 US $, si se alquila el servicio, y algo más de 12 US $ si se emplea maqui-naria propia. De los 12 US $/h que cuesta el trabajo del tractor, 6 corresponden a costes operativos (chofer, diésel, aceite, filtros...) y el resto equivale al valor del desgaste del tractor considerando que trabaje 5 años por 8 meses/año por 24 días/mes por 8 h/día. El coste por metro cuadrado de vivero está estrechamente relacionado con sus dimensiones y con la habilidad del chofer.

■ Retroexcavadora y buldózer

Como se señaló antes, no es recomendable excavar viveros únicamente con un buldózer; en cambio, sí pueden excavarse de forma eficiente con una retroexcavadora y un buldózer. En este caso, mientras el buldózer se dedica a sacar tierra, la retroexcavadora va colocando la tierra extraída con la pala delantera, y con la trasera va dándole la inclinación y com-pactación deseada a los diques. El buldózer tiene la ventaja que puede tumbar los árboles y limpiar el terreno de la excavación con mucha rapidez. Sin embargo, cuando se trata de construir viveros en comunidades dispersas del área rural, el trabajo con buldózer plantea el problema del traslado de las máquinas, cuyo coste es muy elevado porque hay que hacerlo con tráileres especiales.

El coste de construcción de un vivero con retroexcavadora y buldózer con maqui-naria de alquiler es de 1 US $/m3 aproximadamente. Esta forma de excavación, si bien implica un mayor coste económico, es mucho más rápida que la excavación con tractor y carriol, pudiéndose excavar un vivero de 25 x 50 m en unas 30 horas de trabajo, con un coste de unos 3.000 US $. Para reducir los costes de construcción de un vivero, es común que el dueño del terreno venda una parte de la tierra extraída para elevar zonas de vivienda o carreteras.

2.5.3. Preparación del vivero para la cría de peces

Una vez terminado el vivero, es necesario acondicionarlo para el cultivo de peces. En este apartado se exponen los pasos que seguir para la preparación del estanque.

1. Proteger el vivero

Para impedir el ingreso de predadores es importante cercar el vivero. Para construir el cer-co, pueden emplearse materiales baratos como la malla de gallinero y el alambre de púas. La malla tiene que enterrarse 25 cm para evitar que entren animales escarbadores. Con el alambre de púas se impedirá el ingreso del ganado. Si el estanque está apartado de las casas, conviene que el cerco sea lo suficientemente alto como para dificultar el robo de pescado. Para evitar robos siempre es recomendable excavar los viveros cerca de las casas, o bien cons-truir una caseta de vigilancia.

2. Estabilizar los taludes

Es conveniente sembrar pasto en los taludes a fin de estabilizar el suelo e impedir su erosión.

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3. Llenar el vivero

Se aconseja proceder al llenado del estanque con motobomba. Como ya se ha mencionado, no es recomendable dejar que el vivero se llene con agua de lluvia, dado que en un vivero recién construido los taludes son particularmente vulnerables a la erosión.

4. Encalar el vivero

En la mayoría de manuales de piscicultura se aconseja esterilizar el vivero con cal viva (CaO, óxido de calcio) cuando éste está seco, sea justo después de la excavación o tras haberlo vaciado entre una cosecha y la siguiente siembra. En el caso específico de Moxos, el trata-miento de «encalado en seco» plantea varios inconvenientes:

– La cal viva en Bolivia es una sustancia controlada muy difícil de adquirir y peligrosa de manejar.

– Cuando el vivero se vacía, las anguilas (predadores de alevines) se entierran y de esta manera se protegen de la cal, para volver a salir cuando se llena de nuevo el vivero.

– Debido a la total ausencia de pendiente, los procesos de vaciado y llenado requieren el uso de energía y equipos.

Para hacer frente a estos problemas, HOYAM ha desarrollado, con la valiosa colaboración del profesor Franzini (Universidad de Pisa, Italia), un proceso de encalado que se aplica al vivero lleno y que ya está siendo utilizado en varias piscifactorías del Beni. Para ello se uti-liza cal hidratada o cal muerta (Ca[OH]2, hidróxido de calcio), que es bastante barata y se encuentra fácilmente como material de construcción. Al contacto con el agua, la cal cambia el pH del agua, haciendo que alcance valores superiores a 10 en pocos minutos. Los peces y demás organismos vivos del agua, al no poder adaptarse al cambio repentino de pH, se mue-ren. De esta manera se logra la esterilización del vivero. La cal hidratada en contacto con el CO2 atmosférico se transforma en carbonato de calcio (CaCO3) y, en un par de semanas, el pH se restablece a valores cercanos a 8, óptimos para la cría de peces.

Este proceso de encalado tiene importantes ventajas, y permite:– Ahorrar energía, pues no hay que vaciar el vivero para desinfectarlo.– Aclarar el agua mediante la precipitación de la arcilla en suspensión, permitiendo

una mayor entrada de luz y el consiguiente desarrollo de organismos planctónicos (alimento natural para los peces).

– Proporcionar calcio a un entorno muy pobre en este elemento.

En una sola operación se logra esterilizar y aclarar el agua, y a la vez se enriquece el vivero con cal y plancton.

La dosis de cal recomendada es de 0,2 kg/m2. En Moxos se usan unas 30 bolsas de 10 kg para tratar un vivero de 25 x 50 m, aunque la cantidad varía en función de la turbidez del agua y la cantidad de predadores presentes en el vivero.

5. Abonar el agua

Una vez llenado el vivero, conviene abonarlo para estimular el crecimiento del plancton. Se recomienda abonar 15 días después del encalado y emplear 250 g de estiércol de vaca bien diluido por m2 de superficie de vivero. También se puede utilizar estiércol de cerdo o gallinaza. Si se utiliza superfosfato, se aplica 1 kg por cada 1.000 m2 de vivero. En el caso de sistemas de cultivo extensivos, puede ser beneficioso abonar regularmente después de la siembra, de modo que se estimule la producción primaria neta del vivero aprovechable para los peces.

6. Sembrar los peces

La siembra se realiza 10 días después de abonar, cuando el agua haya adquirido un color verdoso y puedan observarse rotíferos con huevos. La densidad de siembra para el pacú y el tambaquí recomendada para sistemas de cultivo sin recambio de agua ni aireación, como los que se practican en Moxos, es de 1 pez cada 2 m2. Con densidades mayores, pueden presen-tarse problemas de anoxia en los meses más calurosos del año, cuando la biomasa del vivero es elevada. Si se dispone de sistemas de recirculación de agua o de aireación, la densidad de siembra puede ser mayor.

7. Echar yeso

Los viveros nuevos se enturbian con facilidad si llueve con fuerza antes de haber estabilizado los taludes. El problema es que si los alevines ya han sido sembrados no es posible encalar el vivero sin que éstos mueran. Una alternativa a la cal la constituye el yeso (CaSO4, sulfato de calcio), que permite aclarar el agua sin perjudicar a los peces. Es importante diluir el yeso antes de echarlo al vivero. La dosis recomendada es de 250 g/m2, aunque ésta variará dependiendo del grado de turbidez del agua.

Gracias a la puesta en práctica de este protocolo en la preparación de viveros, los producto-res de Moxos han experimentado mejoras de hasta el 100% en el crecimiento de los peces.

Debido a su elevado coste, la construcción de viveros para la cría de peces es el prin-cipal factor que condiciona el acceso del pequeño productor a la piscicultura. En este con-texto, es esencial que los productores se asocien para adquirir conjuntamente maquinarias o contratar servicios para mover la tierra, abaratando de este modo el coste de construcción.

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2.6. PRODUCCIÓN LOCAL DE ALIMENTO BALANCEADO

PARA PECES

U. Lombardo

Para hacer piscicultura de calidad, sea rural o intensiva, es imprescindible utilizar un buen alimento para los peces. A pesar de que en la ciudad de Trinidad es posible comprar pienso comercial procedente de Santa Cruz o incluso de Brasil, difícilmente un pequeño piscicul-tor del área rural podrá afrontar su compra y rentabilizar la cría.

Una posible alternativa para el piscicultor es producir un pienso de baja calidad con sus propios productos recurriendo a herramientas sencillas y baratas (figuras 2.18 y 2.19). Aunque esta opción hace al piscicultor más autónomo y le permite aprovechar su propio excedente agrícola, desde el punto de vista del trabajo la inversión es muy elevada, y condiciona el posible incremento de la superficie de cría. Además la baja calidad del pienso resultante ocasiona una baja tasa de crecimiento de los peces, lo que puede desmoralizar al productor.

FIG. 2.18 – MOLEDORA DE CARNE FIG. 2.19 – HOJA DE METAL AGUJEREADA

Para que la piscicultura rural en el Beni tenga posibilidades de desarrollo, se hace imprescindible la presencia de pequeñas plantas productoras de pienso de calidad que elaboren el pienso a partir de insumos locales y sean accesibles a los productores. Esta estrategia resulta doblemente ventajosa para la comunidad: el piscicultor tiene acceso a un pellet (pastillita de pienso) barato y de calidad, y al mismo tiempo se reactivan los cultivos tradicionales.

Partiendo de este planteamiento, HOYAM ha construido una máquina de bajo coste y de fácil fabricación y mantenimiento que produce pienso piscícola de calidad a partir de productos locales. En las páginas siguientes se describen los fundamentos para construir dicha máquina.

2.6.1. Características del pienso para peces

La composición del pienso varía en función de los insumos de que disponga el productor. Sin embargo, en piscicultura rural, donde la densidad de siembra es baja y se aprovecha el alimento natural del vivero (zooplancton), se considera equilibrado un pienso compuesto por un 30% de soja, un 30% de maíz, un 20% de afrecho de arroz y/o trigo, un 10% de arrocillo (trocitos de arroz que se venden como pienso para animales) y un 10% de harina de trigo. También se puede añadir fosfato de calcio para fortalecer el esqueleto de los peces.

El pienso para peces presenta una particularidad respecto a otros piensos: el entorno físico en que se consume es totalmente diferente del entorno en que se produce. Cuando se echa al vivero un pellet, éste tiende a absorber agua, a disgregarse y a hundirse. Esta disgregación tras la absorción de agua hace que el pienso sea difícil de consumir, lo que lo convierte en un contami-nante que puede llegar a causar la eutrofización del agua y anoxia (falta de oxígeno).

Las cualidades más importantes que debe presentar un pellet son la impermeabilidad y la capacidad de mantenerse estable y de flotar. Para conseguirlo, el pellet ha de produ-cirse con un elevado grado de compresión y una elevada homogeneidad estructural. Tales características se logran sometiendo la mezcla de harinas y agua a presiones y temperaturas elevadas que causen una reestructuración de las moléculas de almidón. Este proceso se lla-ma «gelatinización» de los almidones, y da como resultado una masa muy homogénea de consistencia entre vidriosa y gomosa. Afortunadamente, los almidones se encuentran en la mayoría de los insumos utilizados en la producción de pienso, como el maíz, el trigo y el arroz, por citar algunos.

El proceso de gelatinización de los almidones del pienso se realiza industrialmente con maquinaria de gran tamaño que exige un importante suministro energético y operado-res muy cualificados, lo que se traduce en un coste de varios cientos de miles de dólares.

Estas máquinas, llamadas extrusoras, suministran suficiente calor y presión para que las harinas alcancen los 120-130 ºC. Al salir de la máquina, el agua de la masa pasa a vapor de manera instantánea y el pienso adquiere un aspecto inflado, como de palomita de maíz. Este proceso se denomina «extrusión», y produce un pellet que no necesita secado, tiene una alta resistencia a la disgregación en el agua, flota y es fácil de digerir.

Cuando los pellets son elaborados con tecnologías más sencillas y baratas, como una moledora de carne manual o una hoja metálica agujereada (figuras 2.18 y 2.19), los almido-nes no se calientan lo suficiente y la compactación del pienso depende exclusivamente de la presencia de aglutinantes, como por ejemplo el gluten contenido en la harina de trigo. Por tanto, es muy difícil que un pellet producido artesanalmente muestre un comportamiento satisfactorio en el agua: en el mejor de los casos, se deshace en 30 segundos.

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2.6.2. Cómo construir una planta de producción de pienso de bajo coste

Antes de exponer cómo construir una planta de producción de alimento balanceado para peces de bajo coste, discutiremos otros procesos importantes que influyen en la calidad del pellet: nos referimos a la moledura y mezcla de las harinas y al proceso de secado.

La moledura es importante porque, cuanto más finas son las harinas, más superficie de contacto hay entre las partículas que componen el pellet, y esto resulta en un pellet más homogéneo y más duro. La moledura se realiza con un molino de granos (figura 2.20) y la mezcla se lleva a cabo con una mezcladora (figura 2.21).

FIG. 2.20 – MOLINO FIG. 2.21 – VACIANDO LA MEZCLADORA DE HARINAS

El proceso de secado es importante porque permite guardar el pienso. Un pellet húmedo empieza a fermentar en las primeras 24 horas desde el momento de su producción. Una buena extrusora es capaz de trabajar mezclas con poca agua produciendo una temperatura elevada, lo que facilita el proceso de secado. Para el secado se puede utilizar una secadora solar, como las em-pleadas para deshidratar frutas, o secadoras de gas, que no dañan las vitaminas. En el pellet «in-flado» por extrusión, el secado no es necesario porque el pellet sale de la máquina deshidratado.

■ La extrusora de balanceado para peces

El principio sobre el cual se fundamenta la máquina extrusora es el mismo que rige en una moledora de carne común, pero si la moledora sólo se usa para triturar carne haciéndola pa-sar por una tapa agujereada, en la extrusora se busca que las harinas se compriman y, según el tipo de máquina, también que se cuezan.

Los componentes más importantes de nuestra máquina son los siguientes (figura 2.22):

FIGURA 2.22 – CROQUIS DE LAS PIEZAS QUE COMPONEN LA EXTRUSORA DE PIENSO PARA PECES

El tornillo sinfín

Es la pieza fundamental de la máquina y su diseño puede variar mucho. El sinfín está cons-tituido por una espiral que gira alrededor de un eje. La cantidad de vueltas que da la espiral por unidad de longitud de eje constituye el paso del sinfín. En las máquinas que hemos construido hasta el momento hemos elegido un paso variable, más largo en la parte inicial, donde se «reciben» las harinas, y más corto a medida que nos acercamos a la tapa delantera (figura 2.22). La reducción del paso hace que la harinas sean comprimidas y empujadas hacia delante con más fuerza. Si observamos con atención la figura 2.25, puede advertirse que el eje interior del sinfín se reduce de sección a medida que el paso se hace más corto; esto es necesario porque de lo contrario la compresión sería demasiado elevada y la máquina se trabaría. La variación del paso y de la sección del eje del sinfín determina el grado de compresión y calentamiento de las harinas.

Otro elemento que puede variar mucho según se desee obtener pellets comprimidos o extruidos es la longitud del sinfín. En extrusoras comerciales se utiliza como parámetro la relación entre longitud y diámetro del sinfín (L/D), que suele tener un valor aproximado a 20; es decir, que una extrusora con un sinfín de 10 cm de diámetro tiene unos 2 m de largo. Una extrusora de estas características es de muy difícil construcción y manejo. Las máquinas que hemos construido en San Ignacio de Moxos se inspiran en extrusoras comerciales, pero tienen valores L/D muchos más bajos: 5 en la figura 2.23 y 11 en figura 2.24.

De la forma del sinfín dependerá el tipo de producto que se obtenga, la cantidad por hora que se produzca y la potencia del motor necesaria; por lo tanto, estas tres variables están interrelacionadas. Para dar una idea aproximada, con la máquina de la figura 2.23 se

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pueden producir unos 60 kg/h de pellet comprimido de muy buena calidad, o unos 15-20 kg de pellet inflado (extruido) de mala calidad. Esta máquina costó 600 US $. Con la má-quina de la figura 2.24 pueden producirse 160 kg/h de pellet comprimido, o unos 40-60 kg/h de pellet extruido. El coste de esta segunda máquina fue de 2.000 US $.

FIG. 2.23 – MÁQUINA PARA PRODUCIR PIENSO (7 KW)

FIG. 2.24 – MÁQUINA PARA PRODUCIR PIENSO (18 KW)

FIG. 2.25 – TORNILLO SINFÍN FIG. 2.26 – CROQUIS DEL TORNILLO SINFÍN. LA PARTE A ES FIJA Y ESTÁ CONECTADA A LA CADENA DE TRANSMISIÓN, MIENTRAS QUE LA PARTE B PUE-DE SER FÁCILMENTE EXTRAÍDA PARA LAS OPERACIO-NES DE LIMPIEZA

Un detalle esencial es que el sinfín debe ser extraído de la máquina para realizar las tareas de limpieza tras cada uso. Para evitar ensuciar los rodamientos o tener que desmontar los engra-najes de la cadena de transmisión, es aconsejable dividir el sinfín en dos piezas (figura 2.26): una parte trasera fija conectada a la transmisión y una parte extraíble que encaje en la anterior.

La manera más fácil de construir el sinfín es la de tornear el eje, luego soldar un cordón en espiral alrededor del eje (la hélice) y, finalmente, volver a tornearlo para que el diámetro coincida con el cilindro.

El rodamiento

En la parte posterior del tornillo sinfín (figura 2.22), ha de colocarse un rodamiento cónico para que absorba el empuje hacia atrás que ejerce el tornillo al extruir las harinas. Este «empu-je» consume casi toda la potencia del motor. Si la parte posterior del sinfín en lugar de asentar-se sobre el rodamiento lo hiciera directamente sobre la tapa posterior, la fricción sería tan alta que el metal se desgastaría en pocas horas y la máquina dejaría de funcionar. El rodamiento se puede poner entre dos retenes que permitan lubricarlo y eviten que las harinas lo ensucien. Este tipo de rodamiento se encuentra fácilmente en tiendas de repuestos de coches.

La tapa delantera

Finalmente, las harinas bajo la presión del sinfín se ven obligadas a pasar por los orificios de la tapa delantera (figura 2.22). La superficie total de los agujeros determina la presión que se aplica a las harinas y, en consecuencia, su grado de compactación. Además, los orificios deter-minarán el diámetro de los pellets, que deberán ser acordes con el tamaño de los peces. La so-lución más práctica es construir una tapa con muchos orificios de diámetro grande y un juego de accesorios que permitan tapar o reducir el diámetro de los orificios (figuras 2.27 y 2.28).

FIGURA 2.27 – TAPA DELANTERA CON ORIFICIOS TAPADOS

FIGURA 2.28 – TAPA DELANTERA CON ORIFICIOS REDUCIDOS

2.6.3. Consejos de uso

Cuando las harinas se mueven a lo largo del cilindro pueden pasar tres cosas:1. Que la máquina funcione bien y las harinas fluyan, se mezclen, se calienten y salgan en

forma de espaguetis o gusanos compactados del grosor deseado.

A B

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2. Que la máquina se trabe debido a que la relación de compresión es demasiado alta y la fricción entre las harinas y la superficie interior del cilindro es tan grande que las harinas se pegan al cilindro. En este caso, si una parte de la transmisión utiliza correas de goma, las correas patinarán3. Una posible solución consiste en aumentar la cantidad de agua, con lo que disminuye la viscosidad del pienso y la máquina no se traba. Pero la solución más eficaz es cambiar la forma del sinfín para que disminuya la compresión o bien au-mentar la potencia del motor.

3. Que las harinas se peguen al sinfín y giren con él. Esto pasa cuando la fricción entre las harinas y el sinfín es superior a la fricción entre las harinas y la superficie interior del cilindro. En las máquinas profesionales el sinfín está recubierto de materiales extrema-damente duros y lisos, como ligas de titanio o níquel para reducir al máximo la fricción. En nuestro caso es económicamente imposible acceder a este tipo de tecnología, y lo más sencillo es aumentar la fricción con el cilindro rayando su pared interna. Para frenar la rotación de las harinas pero a su vez facilitar su avance, hacemos las hendiduras en el cilindro longitudinalmente. En las figuras 2.27 y 2.28 se puede observar la pared interna del cilindro rayada longitudinalmente.

Desde 2002, HOYAM vie-ne comercializando pienso para peces producido localmente con máquinas de bajo coste. Aunque la calibración de estas máquinas a veces resulta dificultosa, gracias a ellas se ha podido asegurar el acceso a pienso económico y de calidad a los productores del área rural, contribuyendo significati-vamente al éxito del proyecto. El mantenimiento de la extrusora de HOYAM es sencillo y no depen-de de un suministrador o técnico externo. Además, la producción de pienso para peces en San Ignacio de Moxos también representa un nuevo mercado para la agricultura de las comunidades en los territo-

rios indígenas, al requerir el maíz y el arroz como materias primas4.

2.7. COMERCIALIZACIÓN DEL PESCADO DE CRÍA

J. Pascual y R. Wiefels

A lo largo de 2006, el Centro para los Servicios de Información y Asesoramiento de Produc-tos Pesqueros en América Latina y el Caribe (INFOPESCA) llevó a cabo un estudio de mer-cado en cuatro ciudades de Bolivia (La Paz-El Alto, Cochabamba, Santa Cruz y Trinidad), que concentran más del 40% de la población total del país, y probablemente un porcentaje mucho mayor del consumo total de pescado5.

En la presente sección se resumen los resultados de dicho estudio de mercado, ha-ciendo especial hincapié en el mercado para la carne de pescado de cría mojeño.

2.7.1. El mercado del pescado en Bolivia

Las cuatro ciudades citadas tienen poblaciones desiguales: dos de ellas, La Paz-El Alto y Santa Cruz, cuentan con más de 1 millón de habitantes, Cochabamba tiene cerca de medio millón y Trinidad poco menos de 100.000 habitantes. El consumo total de pescado en estas cuatro ciudades se ha calculado en 7.157 toneladas anuales. Sin embargo, el consumo no es exactamente proporcional a la demografía de cada ciudad, dado que el consumo de pescado per capita varía bastante de una a otra, pasando de 1,28 kg/año en La Paz-El Alto a 3,8 kg/año en Cochabamba. En realidad, el estudio constató que el consumo en La Paz es sustancialmente mayor que en El Alto (que, a su vez, registra un consumo per capita insig-nificante). Asimismo, el consumo de pescado en La Paz se sitúa en un nivel sensiblemente inferior al de las otras ciudades (figuras 2.30 y 2.31).

FIGURA 2.30 – CONSUMO TOTAL DE PESCADO EN LAS CUATRO CIUDADES ESTUDIADAS

Trinidad

Cochabamba

La Paz / El Alto

Santa Cruz

1.000 2.000 3.000 4.000Toneladas /año

FIG. 2.29 – HENDIDURAS EN EL CILINDRO QUE FACILITAN EL AVANCE DE LAS HARINAS (MÁQUINA DE 18 KW)

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FIGURA 2.31 – CONSUMO PER CAPITA DE PESCADO EN LAS CUATRO CIUDADES ESTUDIADAS

Trinidad

Cochabamba

La Paz / El Alto

Santa Cruz

1 2 3 4Kg / per capita / año

3,52,51,50,5

Las diferencias en consumo entre las cuatro ciudades pueden estar relacionadas con factores étnico-culturales, con la distancia entre las ciudades y las fuentes de producción de pescado (en combinación con la infraestructura disponible de transporte) o bien con la facilidad de acceso de los consumidores al pescado, es decir, con la adecuación de la logística de distribución (sobre todo a escala minorista) a las necesidades de poblaciones con tama-ños y ritmos de crecimiento diferentes: en Cochabamba la comercialización del pescado se encuentra bastante repartida entre los diversos mercados municipales de la ciudad, en comparación con la concentración observada en Santa Cruz.

En general, los estudios de mercado demuestran que las cuatro ciudades presentan una cierta informalidad en las estructuras de distribución y comercialización. Se constata asimis-mo la gran dependencia existente de los productos importados, en particular del sábalo de Argentina, la trucha de Perú (sobre todo en La Paz) y, naturalmente, de algunas especies ma-rinas, también sobre todo en el caso de La Paz, como revelan las gráficas de la figura 2.32.

FIGURA 2.32 – PROCEDENCIA DE LOS PRODUCTOS CONSUMIDOS EN LAS CIUDADES ESTUDIADAS

LA PAZ / EL ALTO SANTA CRUZ

47%

6%

30%

13% 4%SábaloTiticaca

Amazónico

Marino Enlatados

83% 84%

5%11% 8%

4%1%Sábalo Sábalo

AmazónicoAmazónico

TiticacaTiticaca MarinoEnlatados Enlatados

3%1%

47%

6%

30%

13% 4%SábaloTiticaca

Amazónico

Marino Enlatados

83% 84%

5%11% 8%

4%1%Sábalo Sábalo

AmazónicoAmazónico

TiticacaTiticaca MarinoEnlatados Enlatados

3%1%

COCHABAMBA Prácticamente el 100% del pescado que se consume en TRINIDAD es amazónico. En SAN-TA CRUZ y en COCHABAMBA, el sábalo repre-senta respectivamente el 83% y el 85% de las ventas. En LA PAZ, el sábalo representa apenas el 47% de las ventas, debido a la presencia de cantidades apreciables de pescados del Titica-ca y de pescado marino importado.

47%

6%

30%

13% 4%SábaloTiticaca

Amazónico

Marino Enlatados

83% 84%

5%11% 8%

4%1%Sábalo Sábalo

AmazónicoAmazónico

TiticacaTiticaca MarinoEnlatados Enlatados

3%1%

Si bien existe una producción nacional de sábalo, principalmente en Villamontes (que, sin embargo, en las últimas décadas ha caído con fuerza probablemente debido a la construcción, en el lado argentino del río Pilcomayo, de represas que impiden la migración natural de esta especie), la mayor parte del sábalo que se vende en Bolivia proviene de la pro-vincia argentina de Santa Fe. Los estudios realizados en Santa Cruz, Cochabamba y La Paz-El Alto indican un consumo total de 4.970 toneladas de sábalo al año en estas tres ciudades. Aunque no se dispone de cifras exactas sobre el volumen de sábalo capturado en Bolivia, éstas se situarían en unos cientos de toneladas al año; posiblemente menos que el promedio de 1.400 toneladas que se registraban en los años setenta y ochenta, y más que ese mínimo de 320 toneladas registrado en 1996 por el Ministerio de Asuntos Campesinos y Agrope-cuarios. Comparando el consumo de las tres ciudades con la producción nacional estimada y con las importaciones argentinas, los números citados están próximos a la realidad.

En efecto, la Subsecretaría de Pesca de Argentina informó de que en 2005 se exportaron a Bolivia 4.258 toneladas de sábalo por un valor de 1.660.000 US $, y en el primer semestre de 2006, 2.257 toneladas por un valor de 773.000 US $. Cabe señalar que los volúmenes indicados por los transportistas de Bolivia (que ofician de intermediarios) están en el orden de los datos proporcionados por la Subsecretaría de Argentina. Por otro lado, se observa que las cantidades de 2006 (primer semestre) no disminuyeron respecto a 2005, y que el precio registrado por las estadísticas argentinas bajó de 0,39/kg US $ a 0,34/kg US $ entre 2005 y 2006. Esta evolución del precio del sábalo en Argentina no es precisamente lo que manifestaban los transportistas im-portadores en La Paz en julio de 2006, cuando justificaban el aumento del 50% que exigían ale-gando un presunto descenso de la producción y la consecuente subida de precios en Santa Fe.

En lo que concierne a las especies amazónicas, la procedencia del pescado suele ser diversa. Cada ciudad se abastece principalmente desde las localidades amazónicas más cer-canas: Chapare para Cochabamba y Rurrenabaque para La Paz. En el caso de Santa Cruz, el pescado amazónico proviene sobre todo de Trinidad.

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La falta de una organización formal en la comercialización de pescado de las ciudades estudiadas posiblemente dificulte la transparencia de los mercados. Se observó que existen diversas asociaciones de comercializadores de pescado en las ciudades, y que tanto el sector mayorista como el minorista están dominados por mujeres. Sin embargo, estas asociaciones no parecen tener todavía fuerza suficiente como para influir decisivamente en el control y en el desarrollo de la estructura de distribución y de los mercados.

La estructura minorista del pescado en todas las ciudades, salvo en Trinidad, se con-centra en los mercados municipales. En la capital del Beni, la venta minorista se efectúa principalmente en las cuatro pescaderías de la ciudad. Las ventas de EMFOPESBE también fueron contabilizadas dentro del sector «pescadería» (figura 2.33).

FIGURA 2.33 – PROCEDENCIA DE LOS PRODUCTOS CONSUMIDOS EN LAS CIUDADES ESTUDIADAS

SANTA CRUZ COCHABAMBA

84%

4%11% 1%

95%

34%

5%3%1%

1%Mercado

61%

Mercado

RestauranteRestaurante

Pescadería Supermercado Supermercado

Mercado

RestaurantePescadería Supermercado

76%

17%6%

Mercado

RestaurantePescadería

Supermercado1%

84%

4%11% 1%

95%

34%

5%3%1%

1%Mercado

61%

Mercado

RestauranteRestaurante

Pescadería Supermercado Supermercado

Mercado

RestaurantePescadería Supermercado

76%

17%6%

Mercado

RestaurantePescadería

Supermercado1%

LA PAZ / EL ALTO TRINIDAD

84%

4%11% 1%

95%

34%

5%3%1%

1%Mercado

61%

Mercado

RestauranteRestaurante

Pescadería Supermercado Supermercado

Mercado

RestaurantePescadería Supermercado

76%

17%6%

Mercado

RestaurantePescadería

Supermercado1%

84%

4%11% 1%

95%

34%

5%3%1%

1%Mercado

61%

Mercado

RestauranteRestaurante

Pescadería Supermercado Supermercado

Mercado

RestaurantePescadería Supermercado

76%

17%6%

Mercado

RestaurantePescadería

Supermercado1%

Aparte de los mercados municipales, se constató la importancia de los restaurantes en la venta de pescado, con el valor agregado de la preparación culinaria y del ambiente de consumo. A su vez, los comedores populares son particularmente importantes en Bolivia, y a menudo están situados cerca de los puestos de venta de pescado fresco en los mercados municipales. Se observó asimismo que en Bolivia los supermercados todavía no venden

pescado fresco y que tienen un papel casi marginal en la venta de congelado, pese a que son un canal importante para las conservas.

En cuanto a los precios, se advirtió que varían mucho, dependiendo del local de venta y la época del año. Además, unas veces el pescado se vende a peso y otras (en particular el sábalo) se vende por unidad y de acuerdo con apreciaciones subjetivas: «pequeño» (hasta 900 g, en el caso del sábalo), «mediano» y «grande» (hasta 1.200 g también en el caso del sábalo).

El sábalo es el principal pescado de venta en Bolivia, y su precio normalmente oscila entre los 10 y los 30 Bs, en función del tamaño; puede llegar a 40 Bs en Semana Santa, pese a que muchas veces las municipalidades imponen precios máximos por esas fechas (que, sin embargo, no siempre se respetan). El sábalo se vende fresco, generalmente envuelto en hielo.

Por su parte, salvo en Trinidad, el pescado amazónico se vende relativamente poco, y consiste básicamente en surubí, pacú y paiche; este último se presenta en filetes que se venden bajo la denominación de «filete de surubí». El precio del pescado amazónico varía normal-mente entre los 20 y los 45 Bs (para el caso de los filetes). La cantidad total de pescado amazó-nico comercializado en las cuatro ciudades es de 833 toneladas anuales, es decir, únicamente un 12% del total. De esta cantidad, sólo una mínima parte es pescado de piscicultura.

En La Paz y Cochabamba es donde más se vende el pescado del Altiplano (trucha y pejerrey). La cantidad total de pescado andino comercializado es de unas 667 t/año en La Paz-El Alto, unas 56 t/año en Cochabamba y no más de 1 t/año en Santa Cruz, lo que suma un total de unas 724 t/año. Bastante más de la mitad de este pescado es trucha proveniente de criaderos del Titicaca, aunque la mayor parte de éstos se encuentran en el lado peruano del lago. El precio de venta del pescado del Altiplano es similar al del pescado amazónico. A veces el pejerrey está más caro que la trucha y a veces sucede lo contrario. Está claro que el precio varía también en función del tamaño, el grado de frescura y el lugar de venta: en La Paz, por ejemplo, el precio del pescado es inversamente proporcional a la altura sobre el ni-vel del mar en que se encuentra el comercio (igual que la renta per capita de la población).

En los supermercados el pescado se vende generalmente congelado en bandejas cu-biertas con celofán. Las piezas pueden ser enteras evisceradas, con o sin cabeza, en rodajas o en filetes. En todos los casos, los precios en los supermercados son muy superiores a los de los mercados municipales.

Finalmente, los mercados institucionales (como escuelas o universidades, comedores industriales, comedores de cuarteles, etc.) prácticamente todavía no han sido explotados por los comerciantes de pescado. Esos mercados institucionales representan oportunidades significativas de aumentar las ventas y el consumo en las ciudades consideradas.

En términos generales, en las cuatro ciudades estudiadas se puede percibir que los mercados se hallan en plena evolución, sobre todo teniendo en cuenta que Bolivia es un país

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con un consumo de pescado reconocidamente bajo (2,1 kg per capita al año como promedio nacional según FAO, frente al promedio mundial de 16,1 kg). Este bajo consumo de pesca-do puede explicarse en parte por la falta de acceso al mar del país, que hace que haya poco pescado en el mercado y a precios bastante elevados, pero sin duda hay otros factores que influyen en ello. Así, pese a la existencia indudable de una demanda creciente de productos pesqueros por parte de los mercados urbanos de Bolivia, la estructura de distribución y comercialización, por no hablar de la producción nacional, siguen estando desfasadas con respecto a esta dinámica.

2.7.2. La comercialización del pescado de cría mojeño

La producción actual de pescado amazónico de piscicultura en las tierras bajas de Bolivia aún es muy baja. Según el diagnóstico de piscicultura amazónica realizado por E. Canal, en el 2005 se produjeron unas 470 toneladas de pescado (básicamente pacú y tambaquí, con cantidades menores de tambacú, tilapia y carpa), de las que se comercializaron unas 150 toneladas, y las demás fueron consumidas por los propios productores (Canal, 2006). De este total comercializado, únicamente la mitad se vendió a mayoristas, mientras que el resto se comercializó al por menor («pesque y pague», restaurantes, comercio informal, etc.). Probablemente en los cálculos del estudio de mercado únicamente se registraron las 75 toneladas vendidas al por mayor, lo que supondría un 9% del total de pescado amazónico comercializado.

En los últimos años se ha observado una clara tendencia a la reducción de las capturas procedentes de los ríos, lagos y lagunas. En el lado boliviano del lago Titicaca se extraían unas 2.000 t/año de pejerrey, ispi y carachi a principios de los noventa, pero posteriormente las cifras descendieron a unos pocos centenares de toneladas anuales. En el lago Poopó, en 1989-1991 se llegaron a capturar casi 2.500 t/año, pero en 2002 el lago se secó y terminó la pesca. En la cuenca amazónica se extraían unas 2.000-2.500 t/año en 1996; actualmente las capturas se sitúan alrededor de las 1.000 t/año. En el río Pilcomayo, de la cuenca del Plata, las capturas eran como promedio de unas 1.500 t/año en los años 1970/1980, mientras que hoy en día se sitúan en torno a las 500 t/año.

La reducción de las capturas de pescado se ha compensado hasta el momento con la importación de sábalo de Argentina y de trucha y pescado marino de Perú. Sin embargo, esta reducción constituye una gran oportunidad para el desarrollo de la acuicultura en el país. De hecho, esta actividad, que se inició en Bolivia en los años noventa, en los últimos cinco años ha experimentado un gran crecimiento, de modo que, según el diagnóstico de piscicultura amazónica realizado por Canal en 2005, el 70% de los piscicultores actuales

han incursionado en la cría de peces después de 2000, y entre 2002 y 2005 se ha duplicado la producción piscícola del trópico boliviano (véase el primer capítulo del libro).

Por otro lado, el bajísimo consumo per capita anual en las ciudades bolivianas en com-paración con el de otras urbes latinoamericanas (1,28 kg en La Paz, 3,18 kg en Santa Cruz, 3,2 kg en Trinidad y 3,8 kg en Cochabamba, frente a 7 kg en Bogotá, 8,6 kg en Ciudad de Méxi-co, 12,8 kg en Brasilia y 26,4 kg en Santiago de Chile, por citar sólo ejemplos de ciudades no costeras) permite pensar que el consumo actual de pescado en Bolivia tiene un potencial sufi-ciente como para poder duplicarse e incluso triplicarse, si existiera una producción sostenida y regular, si se mejorara la logística de distribución y si se ampliara la red de minoristas.

■ Especies tropicales para acuicultura en Bolivia

En general, y según la experiencia de INFOPESCA, el producto con mejor aceptación en los mercados internacionales es un pescado de carne blanca y sin espinas.

Las especies de peces tropicales con mejor aceptación en el mercado boliviano (y en general en la Suramérica tropical) son el surubí, el paiche y el pacú (aunque el paiche en Bolivia es desconocido y se vende como surubí). Todas ellas tienen una carne blanca muy sabrosa que puede ser preparada de muy distintas maneras. El surubí ofrece la ventaja de que tiene muy pocas espinas y carece de escamas; el paiche también tiene pocas espinas y, aunque tiene escamas, al ser de gran tamaño se vende fileteado; el pacú, en cambio, tiene espinas y escamas, pero cuando es grande (más de 3 kg) las espinas también lo son y no representan un peligro durante la ingestión (las llaman costillas).

De estas tres especies, en tamaños pequeños los que podrían lograr mejor aceptación son el surubí y el paiche, por tener muy pocas espinas; el pacú de tamaño pequeño, en cambio, tiene unas espinas intramusculares muy densas en forma de Y. Por lo tanto, en teoría el surubí y el paiche poseen un gran potencial para la piscicultura en la América tropical. Sin embargo, la cría de ambas especies se encuentra en un nivel muy básico de desarrollo. El surubí es una especie que se está criando de forma experimental en Brasil, pero con tasas de canibalismo muy elevadas en la fase poslarval, que complican mucho la producción de alevines. Por su parte, el paiche está siendo criado, todavía en fase experimental, en el IIAP (Instituto de Investigación de la Amazo-nía Peruana) del Perú y en el INPA (Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia) de Brasil, con tasas de crecimiento muy alentadoras pero con altos requerimientos de proteínas en el alimento y con una producción de alevines muy baja. Cabe señalar que el surubí y el paiche, al ser especies carnívoras, requieren un alimento con un 40-50% de proteínas, de modo que hay que aportar necesariamente proteínas animales al alimento, y las harinas de pescado en Bolivia tienen precios prohibitivos (1 US $/kg en La Paz, de contrabando). Mientras no se valide el uso de harinas de carne de res o de pollo en el alimento de estas especies, su cría nunca podrá ser rentable, puesto

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que sus precios en el mercado apenas difieren del precio del pacú. En cambio, el pacú es una especie omnívora que puede ser alimentada con proteína vegetal y para la que se cuenta con una tecnología perfectamente validada y extendida de cría y engorde, por lo que en la actualidad sigue siendo la especie autóctona más apta para la piscicultura tropical en América Latina.

Esto se refleja claramente en las estadísticas de producción. Las especies de aguas tropi-cales que actualmente se crían en América Latina son las siguientes, por orden de importancia: las tilapias (155.000 t), la carpa (70.000 t) y las cachamas (que incluyen el pacú y el tambaquí: 35.000 t). Los volúmenes de producción del paiche y el surubí son inapreciables. En Bolivia, las tilapias y las carpas son desconocidas, tienen escasa aceptación y los productores que las han cria-do han terminado abandonando su cultivo por problemas tecnológicos y de comercialización. Además, son especies introducidas, que pueden causar desequilibrios en las poblaciones de peces autóctonos en caso de escapar de los cuerpos de agua naturales. Los pacús, por el contrario, son peces autóctonos, fáciles de criar y mucho más conocidos y aceptados en el mercado nacional.

■ Características del producto de Moxos: pacú de piscicultura

El pacú de piscicultura tiene algunas ventajas e inconvenientes respecto a otras carnes y a otras especies de peces. En relación con otras carnes, el pacú en general presenta ventajas nutritivas, sensitivas (sabor) y sanitarias. Sin embargo, tiene precios por plato considera-blemente superiores. En comparación con otras especies de peces o con el pacú de río, el pacú de piscicultura plantea tres dificultades intrínsecas: el desconocimiento por parte del consumidor (se trata de un producto nuevo), las espinas (en comparación con los peces de río) y su elevado precio (respecto al sábalo).

El pacú, si bien es un pez muy conocido en la cuenca amazónica boliviana, es bastante desconocido en el Occidente an-dino. Por otro lado, en el Oriente se conoce el pacú de río, con pe-sos superiores a los 4 kg, mientras que el pacú de criadero, con pesos de 1-2 kg, es un producto nuevo para los consumidores. Por tanto, es necesario realizar un esfuerzo importante para dar a conocer el producto. Una posible opción para ello son las ferias de pescado, así como el pase de anuncios por radio y televisión.

En cuanto al segundo punto, hay que enseñar, a los consumidores en general y a los propios chefs de los restaurantes, a preparar el pacú de piscicultura para que las espinas no se noten. Una opción la constituye el relajado o corte muy seguido del filete: las espinas se cortan en pedacitos pequeños que en el proceso de fritura se tuestan y se pueden consumir (figura 2.34). Otra posibilidad es preparar el pacú en forma de ceviche o escabeche, proceso en el que la acción de los ácidos disuelve las espinas.

Por último, en cuanto al precio, es importante destacar las ventajas del pacú de pisci-cultura respecto al pescado de río. Se trata de un pescado disponible todo el año, que se puede comercializar muy fresco (casi recién sacado del agua), que tiene una calidad higiénica contro-lable (excelente si se trabaja bien) y que no presenta contaminantes en su carne. El pescado de río, en cambio, presenta una disponibilidad muy variable a lo largo del año y que no puede ser controlada por los pescadores, a menudo se pesca en lugares muy alejados de los mercados (con lo que llega a los comercios en condiciones regulares o malas) y puede contener produc-tos tóxicos (metales pesados, etc.) debido al escurrimiento de sustancias contaminantes hacia los ríos (residuos de las minas, agroquímicos, desechos industriales, etc.).

■ Aceptación del pacú de piscicultura en las principales ciudades del país

En 2006, HOYAM organizó una feria de promoción del pescado amazónico en las ciudades de Trinidad, Santa Cruz, Cochabamba y La Paz con el objetivo de dar a conocer el pacú de piscicultura en sus diversas presentaciones y comprobar la aceptación del producto por parte de la población de cada una de estas ciudades. En todas las ferias hubo una gran con-currencia, vendiéndose entre 500 y 1.000 kg de pacú en un solo día. La mayor demanda fue de pescado cocinado, aunque un 30-50% de las ventas fueron de pescado fresco. La acepta-ción del producto por parte de los consumidores fue excelente, y en todos los casos pidieron que se repitieran con cierta regularidad este tipo de ferias, o que se establecieran puntos de venta del producto en las respectivas ciudades. Muchos restaurantes y algunos supermer-cados se acercaron también a las ferias, y solicitaron que se les proveyera el producto de forma regular para comprobar la aceptación de los clientes y poder incorporarlo en el menú. Otros piscicultores del Beni han establecido contactos con supermercados y restaurantes y han obtenido similares respuestas. Todo ello demuestra que el pacú de piscicultura, pese a sus inconvenientes, si estuviera disponible de forma regular para los consumidores, podría introducirse fácilmente en la dieta de los habitantes de las grandes ciudades de Bolivia.

■ Procesamiento y conservación del pacú de piscicultura

El pacú de piscicultura se comercializa entero, destripado, sin agallas y generalmente con cabeza. A veces se vende fresco y a veces congelado. Prácticamente no se han explorado otras presentacio-

FIGURA 2.34 – PACÚ DE PISCICULTURA CON UN CORTE TIPO «RELAJADO»

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nes del producto, como por ejemplo ahumado, fileteado, en hamburguesa o en ceviche. Algunas de ellas (hamburguesa, ceviche) permitirían solucionar el problema de las espinas.

El modo usual de conservación del pacú de piscicultura, al igual que el del resto de pescado, es mediante freezers que congelan el pescado lentamente. Este sistema implica que se forman cristales de hielo en el líquido intracelular, de modo que cuando el pescado se descon-gela sus tejidos se deshidratan, perdiendo mucho peso, sabor y buena parte de sus propiedades nutritivas. Además, su piel se reseca y adquiere una apariencia desagradable a la vista.

Para una mejor comercialización del pacú de piscicultura es importante diversificar las formas de preparación, de modo que de una sola especie se puedan preparar varios pro-ductos claramente diferenciados. En cualquier caso, la presentación del producto entero y fresco puede constituir una importante ventaja comparativa con el pescado de río (en este último, desde la captura hasta la venta al consumidor transcurren varios días, por lo que suele ser necesaria la congelación). Cuando congelamos el pescado de piscicultura, perde-mos esta ventaja comparativa.

Para la conservación del pescado entero y fresco es esencial el empleo de hielo, que, además de reducir rápidamente la temperatura del producto, retardando así la acción de las enzimas y bacterias que lo deterioran, mantiene también la humedad de la superficie del pez, dándole una apariencia más atractiva. Además, es fundamental eviscerarlo inmediatamente después de su cosecha y trabajar en óptimas condiciones de higiene (de acuerdo con las Buenas Prácticas de Manufactura, que son la base del sistema HACCP internacionalmente aceptado). Los peces amazónicos tienen la particularidad de poder conservarse durante ma-yor tiempo que los de aguas templadas o frías; así, un pacú envuelto en hielo (1 kg de hielo por 1 kg de pescado) puede conservarse hasta 15 días a una temperatura de 0 ºC. Siempre que sea posible, se recomienda el empleo de hielo en escama (como el hielo que produce EMFOPESBE en Trinidad) o, en su defecto, de hielo molido. El precio medio de las barras de hielo en las ciudades estudiadas se sitúa en unos 7 Bs la barra de 20 kg (0,35 Bs/kg).

Desde enero de 2007, en San Ignacio de Moxos se dispone de un centro de acopio que recibe el pescado producido por los piscicultores de Moxos asociados a la ASOPIM.

■ Transporte del producto hasta los mercados

Actualmente la mayor parte del pescado de Moxos se vende en San Ignacio (32%) y Trini-dad (23%). Gracias a las ferias de pescado que se organizaron en 2006, se pudo vender el restante 45% en las principales ciudades del país. El pescado es transportado hasta Trinidad en un tanque de 2.000 litros aislado térmicamente y con hielo, o bien en cajas de plastoform selladas también con hielo. Ambas metodologías son adecuadas siempre y cuando se utilice una cantidad suficiente de hielo que garantice que el pescado se mantenga a 0 ºC.

La vía más simple para la distribución del pacú de Moxos es la carretera de tierra de San Ignacio a Trinidad (100 km) y la carretera asfaltada de Trinidad a Santa Cruz (570 km). La carretera de tierra a La Paz pasando por San Borja es impracticable durante algu-nos meses del año, pero puede ser aprovechada si el pescado puede viajar en los camiones frigoríficos que transportan la carne de res de los mataderos de San Ignacio. En el caso del transporte de Trinidad a Santa Cruz, se pueden utilizar tanto los camiones de transporte de pollo (que regresan vacíos y cobrarían unos 0,5 Bs/kg) como las propias flotas (autobuses de largo recorrido), que cobran 1 Bs/kg. Para la distribución del pescado hasta Cochabamba y La Paz, el transporte por tierra en flotas es muy arriesgado por el tiempo que se invierte (24 y 30 horas respectivamente, con una escala en Santa Cruz). En ese caso la mejor opción sería el transporte por aire. Hasta hace poco existía la posibilidad de enviar el pescado en el avión de la LAB (Lloyd Aéreo Boliviano), que viaja 3 días por semana y cobra 2,5 Bs/kg. Sin embargo, actualmente esta compañía está en quiebra, y las otras (Aerocon, Amaszonas, etc.) cobran entre 4 y 5 Bs/kg. En un futuro, se podrá plantear la adquisición de camio-nes frigoríficos para el transporte del pescado de piscicultura del Beni hacia las principales ciudades del país. La distancia de transporte en el caso extremo de Trinidad a La Paz es de 1.400 km, inferior a la que recorren habitualmente los tráileres que transportan el sábalo desde la provincia argentina de Santa Fe.

■ Distribución del pacú de piscicultura

Hasta el momento no se ha logrado desarrollar vías de distribución regulares del pacú de piscicultura del Beni hasta los consumidores de las ciudades, en parte porque el grueso del trabajo se ha basado en la producción y no en la comercialización, y en parte porque no se disponía de un volumen suficiente del producto para garantizar un abastecimiento regular. Esto obligó a los productores a vender el pescado de forma directa o casi directa al consumidor, bien a escala minorista (estableciendo comercios de «pesque y pague», restaurantes, comedores, etc.) o mayorista durante Semana Santa y las semanas previas, en que la demanda de pescado es muy alta en todo el país. El resto del año la venta mayorista y puntual a los mercados y pescaderías es muy complicada a causa de la competencia del pescado de río, y la venta mayorista y puntual directa a los consumidores es muy difícil si no es a través de ferias de promoción. Por todo ello, la mayor parte de los productores han sincronizado sus siembras en los meses de marzo a mayo para cosechar el pescado alrededor de Semana Santa; esto ha posibilitado que el producto piscícola se dé a conocer, pero en cambio ha impedido crear un hábito de consumo del pacú de criadero. Además, ha pro-vocado que los precios, que antes subían bastante en Semana Santa, hoy prácticamente se mantengan estables.

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Actualmente la producción de pacú en el Beni supera las 80 t/año. Con este volu-men de producción ya es posible un abastecimiento regular a restaurantes, supermercados, mercados y pescaderías de las grandes ciudades del país. Sin embargo, para ello es necesario cambiar los hábitos de siembra de los productores y su tradicional aislamiento: hay que es-calonar las fechas de siembra de los distintos productores y hay que crear alianzas entre ellos para garantizar el abastecimiento regular.

La introducción regular del pacú de piscicultura en los comercios de las principales ciudades del país permitiría crear un hábito de consumo de este producto, lo que multipli-caría por dos o por tres sus ventas en el mercado nacional. Este fenómeno ya se ha observado en San Ignacio de Moxos, donde durante el último año y medio hay una disponibilidad constante de pacú de piscicultura y se ha multiplicado por tres la venta diaria de pescado (de 5 a 15 kg por día).

En el estudio de mercado de las cuatro ciudades bolivianas, vimos que existen tres sistemas de distribución de pescado:

– Unos pocos mayoristas especializados (sábalo, productos amazónicos, productos del Titicaca, importadores de pescado marino) que a su vez atienden a una red de minoristas para la venta de pescado fresco, principalmente en los mercados munici-pales. Estos comercializadores, en su mayoría mujeres, están organizados en diversas asociaciones.

– Algunos restaurantes que cuentan con sus propios sistemas de abastecimiento direc-to desde las regiones productoras.

– Los supermercados, que hasta ahora no trabajan con pescado fresco, sino que lo hacen principalmente con conservas y eventualmente con algunos productos congelados. Los supermercados presentan el inconveniente añadido de que no compran el pesca-do al contado sino en consignación, lo que supone un riesgo para el productor.

Se advierte que la forma más fácil de vender pescado es a través de los minoristas que hay en los mercados de las ciudades: Los Bosques y Florida en Santa Cruz, 25 de mayo y 6 de Agosto en Cochabamba, y Rodríguez y Achunay en La Paz. Probablemente la manera más fácil de llegar a los minoristas sea por intermedio de los actuales mayoristas. La elección de los mayoristas con los que se va a trabajar constituye, por tanto, una cuestión estratégica.

En Trinidad existen actualmente cuatro pescaderías que actúan al por mayor y al por menor. Son estas pescaderías las que realizan los envíos de pescado a Santa Cruz. Se puede trabajar con ellas o bien establecer una quinta pescadería que se especialice en pescado de cultivo. Dadas las actuales condiciones de calidad de los productos de la pesca en esas cuatro pescaderías, la mejor opción sería establecer un comercio especializado en productos piscí-

colas, que trabajara con hielo y no con congelados. De hecho, para el año 2008 está planea-do construir en Trinidad una pescadería con tres puestos de venta para las asociaciones de piscicultores de Moxos, Cercado y Marbán. Esta pescadería servirá también como estación intermedia para los envíos de pescado de Moxos a Santa Cruz.

Contar con un agente de venta, es decir, establecer un mayorista que se especialice en pescado de piscicultura amazónica en las grandes ciudades (Santa Cruz, Cochabamba, La Paz), es una opción que cabe tener en cuenta. Una dificultad que podría surgir en este caso es que, cuando los minoristas comprasen a estos agentes, fuesen boicoteados por parte de los mayoristas ya establecidos, y que prefiriesen continuar con sus proveedores tradicionales. Sólo la experiencia podrá determinar cuál constituye la mejor opción. La ventaja adicional de un agente de venta es que podría orientar y supervisar a los minoristas para que éstos mantengan la calidad del producto que ofrecen a los clientes, es decir, que usen hielo. Nor-malmente, un pacú que llega al mercado con uno o dos días de captura puede mantener una excelente calidad durante de 7 a 10 días, siempre que esté acondicionado con hielo. Un intervalo de aprovisionamiento de una semana es, así pues, suficiente. Obviamente, si no se mantiene al pescado con hielo hasta que llegue al consumidor final, puede echarse a perder todo el esfuerzo que se realizó para garantizar su calidad.

En el caso de los restaurantes, se puede pensar en proveerlos regularmente a través de agentes de venta que promuevan el producto y las diversas maneras de prepararlo. La varie-dad gastronómica y el aseguramiento de la calidad como garantía de que el comensal no va a enfermar por consumirlo son argumentos generalmente bien recibidos por los dueños de restaurantes, además de la seguridad de que van a tener un suministro regular todo el año. Junto con los restaurantes tradicionales y los especializados en pescado, los populares tam-bién presentan un gran potencial de compra, debido a su volumen de afluencia de público.

Una de las oportunidades identificadas en el estudio de mercado es el conjunto de comedores industriales de las grandes ciudades, sobre todo en las zonas industriales, en aquellas empresas que ofrecen servicio de comedor a sus empleados. Se podría conquistar fácilmente este nicho de mercado «virgen», una vez que se lleve un producto ya listo para cocinar. Un producto así (por ejemplo escamado, eviscerado, descabezado, cortado) y con algunas recetas que permitan una variedad de preparaciones, podrá lograr éxito a corto y largo plazo. El éxito a corto plazo es la venta regular de cantidades relativamente grandes. Para un comedor de 130 platos diarios de almuerzo (como el caso del ingenio Guabirá, en Montero), un consumo de pescado una vez por semana puede representar 65 kg (equivalen-te peso vivo) por semana, o 3.380 kg al año. El éxito a largo plazo consiste en el desarrollo del hábito de comer pescado, que podría inducir al comensal industrial a considerar la pre-paración de un plato similar en su casa otro día de la semana.

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■ El precio del pacú de piscicultura

Uno de los factores limitantes más comentados para la comercialización del pacú de pisci-cultura es que se trata de un producto bastante caro. Su precio para el consumidor se sitúa generalmente en los 20-30 Bs/kg, mientras que el sábalo se vende a partir de los 10 Bs/kg y la carne de pollo o de res tiene unos precios por kilo parecidos al del sábalo. Estos últimos productos, además, ofrecen la ventaja de que de un kilo comen muchas más personas que de un kilo de pescado entero (del que la cabeza y las espinas se desechan o sólo sirven para hacer sopa). En cambio, respecto al surubí, el paiche o el pacú de río, el pacú de piscicultura tiene un precio igual o ligeramente inferior.

Existen varios factores que afectan a la fijación de los precios. Éstos deben analizarse desde el punto de vista del consumidor, que es quien decide finalmente si los acepta o no. Si el consumidor se convence de las ventajas que ofrece la carne de pescado frente a otras carnes en relación con el sabor, la calidad nutritiva y la salud, y si además se convence de las ventajas higiénicas del pacú de piscicultura frente al pescado de río, entonces el consumidor estará dispuesto a pagar un precio más alto por ese producto.

Hemos visto en el estudio de mercado de las cuatro ciudades que el precio puede ser muy variable en función del lugar de venta y de la época del año. Por otro lado, se ha visto que en la comercialización del pescado el precio se establece de una forma muy arbitraria, con intervalos de 5 Bs entre una especie y otra en la venta de pescado fresco y con precios casi invariables en la venta de pescado cocinado (figuras 2.35 y 2.36).

FIGURA 2.35 – PRECIOS EN EL MERCADO FLORIDA (SANTA CRUZ)

FIGURA 2.36 – PRECIOS EN UN RESTAURANTE DE COCHABAMBA

Desde el punto de vista de un productor, el precio al consumidor se encuentra generalmen-te relacionado con sus costes y con los márgenes de los comerciantes. Básicamente se trata de:

– Los costes de producción (incluyendo ración, depreciación de inversiones, mano de obra, posible mortandad de peces).

– Los costes de embalaje (bolsas, cajas, hielo).– Los costes de transporte.– El margen del mayorista.– El margen del minorista.

El coste de transporte de Trinidad a Santa Cruz varía de 0,50 Bs/kg (en camiones fri-goríficos de pollos que retornan a Santa Cruz) a 1 Bs/kg (en autobús o flota). En el caso de elegirse un transporte aéreo (LAB), el flete es de 2,5/kg Bs. Si consideramos que el pescado va envuelto en hielo (1 kg de hielo/1 kg de pescado), estos costes de transporte se multipli-can por dos. Sin duda, el transporte por carretera es en principio el más adecuado (2 Bs/kg), estando el pescado envuelto en hielo. Por su parte, el hielo y el material de empaque (bolsa de plástico y caja de madera) cuestan menos de 1 Bs/kg.

Hemos visto que en Trinidad el margen del mayorista puede variar entre el 20% y el 100%. Este margen es evidentemente negociable con el comerciante en función de las can-tidades vendidas y del tiempo que lleva la venta. Podemos admitir la hipótesis de un margen del 15% para un agente de ventas (mayorista) en Santa Cruz y del 25% para el minorista.

Por lo tanto, si el pacú de piscicultura se puede vender a 25 Bs/kg al consumidor en Santa Cruz, el minorista lo podrá adquirir a 20 Bs/kg y el agente de ventas lo podrá recibir a 17,39 Bs/kg. Si se restan los costes de transporte y de embalaje, sobran 14,39 Bs/kg para que el productor cubra sus costes y obtenga una ganancia. En caso de que el pacú se pu-diera vender al consumidor a 35 Bs/kg, sobrarían para el productor 21,35 Bs. Un estudio de los costes y de los puntos de equilibrio para determinar la producción mínima de un establecimiento piscícola de la región podría basarse en las dos hipótesis planteadas más arriba. En caso de existir una organización de productores, ésta normalmente recibiría las contribuciones de los productores o una comisión de las ventas. Estos costes adicionales (en realidad son más inversiones que costes) deberán añadirse a los costes totales en el cálculo del punto de equilibrio.

Un aspecto que debe tenerse en cuenta es que los márgenes de beneficio son inversamen-te proporcionales a los volúmenes de venta: a medida que éstos aumentan, los márgenes pueden estrecharse. Por tanto, a medida que la producción y la venta de pacú de piscicultura aumenten, probablemente los márgenes se estrechen y el precio al consumidor pueda disminuir.

■ Promoción del pacú de piscicultura

Los destinatarios de las actividades de promoción pueden ser los consumidores finales, a fin de convencerles de que consuman el producto; pueden ser también cocineros o dueños de restaurantes (tradicionales, especializados, o comedores populares, escolares o industriales),

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para que incluyan el producto en sus menús; y también pueden ser intermediarios, como periodistas, médicos, nutricionistas u otros «líderes de opinión», quienes, a su vez, retrans-mitirán los mensajes a los compradores potenciales.

El mensaje y los medios de difusión se tienen que adaptar a cada uno de estos desti-natarios. Un mensaje que aporte argumentos emocionales (producto natural y local, aspecto «artesanal» de la producción, etc.) o sensuales (la belleza de un plato de pescado, el sabor, etc.) tendrá más éxito entre el público en general (consumidores finales) que entre los mé-dicos o nutricionistas. Los mensajes que brinden detalles sobre la producción, el cuidado, el aseguramiento y el mantenimiento de la calidad hasta su venta al consumidor final, serán especialmente bien recibidos por los dueños de restaurantes y los nutricionistas. Del mismo modo, los argumentos sobre los aspectos nutricionales y de salud que son válidos para el pescado en general (aporte de fósforo, de ácidos grasos omega 3, de vitaminas A, B y D, de compuestos nitrogenados no proteicos, y presencia de grasas insaturadas en lugar de las saturadas de la carne de mamíferos) recibirán una buena acogida entre los profesionales de la salud, además de entre el público en general, y en especial las madres de familia.

Por otro lado, también otras informaciones más genéricas, como las relativas a las comunidades productoras, al esmero puesto en la producción o al hecho de que la piscicul-tura amazónica es ecológicamente sostenible y se realiza con especies nativas, contribuyen a la promoción. También esto muchas veces es retransmitido por intermediarios (periodistas, políticos, profesores...).

Para la promoción se podrán utilizar canales directos, como son los medios de comu-nicación, o bien indirectos, como la organización de ferias o la colocación de anuncios en los puestos de venta. Aunque los primeros tienen un coste elevado, cuando pueden infor-mar sobre la producción o venta del pescado como noticia resultan gratuitos, y constituyen una gran oportunidad de dar a conocer el producto.

■ Diferenciación del producto

Una vez logrado que el pacú de piscicultura de Moxos penetre en los mercados en excelen-tes condiciones de calidad, se podrá disfrutar también de los beneficios de contar con una marca que lo distinga y que lo haga más fácilmente reconocible entre los consumidores. Una marca permite también promocionar el origen del producto. Las experiencias realiza-das por INFOPESCA con pescado de cultivo en Brasil (del valle del río Sao Francico) y en Venezuela (de los Llanos Venezolanos) entre 2003 y 2006 demuestran que al relacionarse el producto con su lugar de origen se obtienen muy buenos resultados, tanto en los merca-dos como entre los propios productores, que se sienten orgullosos de sus productos. Si los productores son familias de la región de Moxos, por ejemplo, se puede asociar el pacú que

se pone a la venta a los conceptos «producción artesanal» (sin aditivos, limpia, natural) y «Moxos» (cultura, historia, mito), lo que puede incidir muy positivamente en la aceptación del producto en el mercado nacional. En caso de una eventual comercialización en los mercados internacionales, los conceptos «producción indígena» y «Amazonia» pueden ser grandes atractivos para el producto.

2.8. SOSTENIBILIDAD DEL PROGRAMA DE PISCICULTURA

EN MOXOS

J. Pascual e I. Romero

Los primeros pasos del proyecto de extensión de la piscicultura rural en la región de Moxos se dieron en 1998. En años anteriores, CEAM y HOYAM habían iniciado el trabajo de estudio, interpretación y experimentación sobre las técnicas productivas precolombinas, entre ellas la agricultura en campos elevados y la acuicultura en lagunas orientadas. Con la convicción de que estas antiguas técnicas productivas, perfectamente adaptadas al eco-sistema de inundación de los Llanos, constituían un valioso conocimiento ancestral que podía recuperarse para la población actual (descendiente de aquellos antiguos pobladores), se inició el estudio de las especies de peces presentes en la región, el proceso de selección de las más adecuadas para la cría por sus características y aceptación entre la población local, y la experimentación de su cría extensiva. Por entonces la piscicultura era una técnica apenas extendida en los países de la Amazonia, y eran todavía muy pocas las experiencias de desa-rrollo de piscicultura rural realizadas en la cuenca.

La Estación Piscícola Mausa fue creada en 2001 para la reproducción de diversas especies locales de peces y para la difusión y extensión de la piscicultura rural. Paralela-mente, se inició una experiencia piloto de cría en policultivo de tambaquí, sábalo y boga en dos balsas de acopio de agua de la comunidad rural Monte Grande km 5. Las balsas ya existentes fueron adecuadas para la piscicultura; en total, sumaban una superficie de 2.161 m2. Los buenos resultados alcanzados en esa experiencia piloto hicieron que en años sucesivos se integraran en el proyecto nuevas comunidades rurales. En 2006 participan 24 comunidades de los territorios indígenas mojeño-ignaciano y multiétnico, con una su-perficie de viveros de unos 60.000 m2 y una capacidad de producción de 30 toneladas de pescado anuales.

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Al tratarse de un nuevo sector productivo en la región, el proyecto contempló el desarrollo de todos los aspectos relacionados con el mismo: la producción de alevines de especies locales para su siembra en las comunidades rurales participantes, el asesoramiento técnico a los productores, la formación de recursos humanos, el fortalecimiento organizati-vo, la investigación aplicada para la mejora de las técnicas piscícolas, la apertura de canales de comercialización, etc.

Aunque durante las primeras fases del proyecto la mayoría de estas funciones las asumió HOYAM, simultáneamente se crearon las condiciones para que pudieran ser co-rrectamente transferidas. En el año 2006, CEAM y HOYAM realizaron, junto con los piscicultores participantes, una evaluación de la marcha del proyecto y una planificación estratégica a cinco años. A partir de aquí se definieron tres ejes principales en los que había que trabajar para afianzar la piscicultura en la región de Moxos, estableciendo un horizonte en el tiempo para la duración del proyecto y para la permanencia de HOYAM en la zona como institución impulsora de él:

1. Asegurar la sostenibilidad de la Estación Piscícola Mausa, de modo que se dé conti-nuidad a la prestación de unos servicios básicos para los piscicultores de Moxos.

2. Fortalecer las instancias de representación de los piscicultores participantes, de forma que constituyan un órgano de representación y gestión efectivo para los mismos.

3. Fortalecer y capacitar a los propios piscicultores de las comunidades de Moxos para in-crementar su capacidad para gestionar los viveros de forma autónoma y rentable, con-tando con las capacidades técnicas y organizativas necesarias y generando beneficios.

Así, la Fundación Mausa, en proceso de creación, será la institución que gestiona-rá la Estación Piscícola Mausa, asegurando la continuidad de la producción de alevines, la investigación aplicada, la formación continua y el asesoramiento y apoyo técnico a los productores, mientras que la ASOPIM, creada en febrero de 2006 como órgano de repre-sentación de los piscicultores de Moxos, gestionará la producción de alimento balanceado y la comercialización del pescado obtenido en las comunidades productoras. La viabilidad y sostenibilidad de la piscicultura en Moxos se basa en una correcta transferencia de funciones y servicios a las mencionadas instituciones. Esto permitirá el acceso de los productores de Moxos a los insumos y servicios necesarios para su continuidad.

En noviembre de 2006 se realizó un estudio de la rentabilidad económica de la Fundación Mausa y su estación piscícola para los próximos cinco años, así como del centro de acopio de pescado y producción de balanceado. Los principales resultados del estudio se exponen en las páginas que siguen.

2.8.1. Sostenibilidad de la estación piscícola (Fundación Mausa)

La Fundación Mausa es una institución sin ánimo de lucro que nace con el objetivo de apoyar el desarrollo productivo y humano de los pueblos indígenas de la Amazonia. Sus líneas de trabajo son muy amplias, pero en lo que respecta a la piscicultura su función prin-cipal es la gestión de la estación piscícola, cuyos objetivos fundamentales son la provisión de alevines de especies autóctonas de buena calidad y a precios asequibles, la investigación aplicada para la mejora de las técnicas piscícolas, la formación de técnicos y la provisión de servicios a los piscicultores. No obstante, y aunque la Fundación Mausa no tiene como objetivo generar beneficios, sí ha de autofinanciarse sin depender de fondos externos. Para ello deberá realizar actividades económicas capaces de sostener sus gastos operativos y de inversión, de modo que pueda asegurar su función de servicio a los piscicultores de Moxos. A continuación se exponen las principales funciones que realizará la estación piscícola y su relación con la viabilidad y sostenibilidad de la piscicultura en Moxos.

■ Producción local de alevines

Para iniciar la piscicultura y asegurar su desarrollo en una región, es requisito indispensable establecer un centro de reproducción de peces que garantice la disponibilidad de alevines de las especies adecuadas a precios asequibles.

La Estación Piscícola Mausa está dotada de las instalaciones necesarias para realizar la reproducción artificial de peces: dos laboratorios equipados con tanques, incubadoras y piscinas para reproductores, cinco viveros para albergar reproductores y quince viveros de alevinaje.

En los últimos tres años se han reproducido con éxito cuatro especies autóctonas de interés para la piscicultura amazónica: el pacú (Colossoma macropomum), el tambaquí (Pia-ractus brachypomus), la boga (Schizodon fasciatus) y el sábalo (Prochilodus nigricans).

En el año 2002, el laboratorio de la Estación Piscícola Mausa produjo por primera vez en Bolivia, gracias al asesoramiento del Dr. Elek Woynarovich, alevines de Colossoma macropomum, que es la especie nativa más importante para la piscicultura en la región amazónica.

Los laboratorios de reproducción de peces de la estación tienen en la actualidad una capacidad de producción de unas 800.000 poslarvas al año. Sin embargo, por la limitación en la superficie de viveros de alevinaje, la capacidad de producción de alevines de 5 g es aproximadamente de 300.000.

En el año 2006 se vendieron unos 120.000 alevines, de los cuales 52.000 tuvieron un peso medio aproximado de 1 g y el resto entre 3 y 5 g.

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Uno de los factores que contribuirá a la rentabilidad económica de la Estación Pis-cícola Mausa será el aumento de los ingresos por la venta de alevines. Para que esto se haga realidad es necesario:

1. Que se produzca un incremento de la demanda, ya que en 2006 ésta se situó en unos 150.000 alevines. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, si entre los años 2003 a 2005 se vendieron únicamente de 19.000 a 48.000 alevines anuales en el departamento del Beni, en 2006 se vendieron 120.000. Este gran incremento se debe a que la superficie de engorde de pescado en el Beni se duplicó en 2005 y tam-bién en 2006. Si esta tasa de incremento exponencial se mantiene unos años más, e incluso considerando que sufra una ligera desaceleración, el mercado para la venta de los alevines estará garantizado.

2. Un aumento de la superficie de viveros de alevinaje. Actualmente, el factor limi-tante en la Estación Piscícola Mausa en la producción de alevines no son ni las instalaciones ni el número de reproductores disponibles, sino los viveros donde los alevines sembrados se desarrollan hasta alcanzar un tamaño comercial (unos 5 g). Para seguir aumentando la superficie de viveros de alevinaje, será necesario ampliar los terrenos de la propiedad e invertir en la excavación de viveros.

En la tabla 2.5 se refleja la evolución prevista en la estación piscícola para la produc-ción y venta de alevines. Se prevé que en el año 2011 se venderán algo más de 500.00 ale-vines. Un 50% de ellos tendrá un peso medio de 1 g, otro 25% un peso de 3 g y el restante 25% un peso de 5 g. Estos porcentajes por tamaño se calcularon tomando como referencia la demanda del año 2006, y presuponiendo que en los siguientes años esta tendencia no variará sustancialmente. La estimación respecto a las cantidades de alevines que se venderán es realista e, incluso, conservadora, dado el incremento interanual de la superficie de cría tanto en la provincia de Moxos como en el resto del país.

TABLA 2.5 – EVOLUCIÓN PREVISTA EN LA ESTACIÓN PISCÍCOLA MAUSA PARA LA PRODUCCIÓN Y VENTA DE ALEVINES

DATOS Y SUPUESTOS 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Alevines transferidos/vendidos (%)

Alevines de 1 g 50 50 50 50 50 50

Alevines de 3 g 25 25 25 25 25 25

Alevines de 5 g 25 25 25 25 25 25

Entrega total de alevines (nº de ejemplares) 168.000 253.000 320.500 387.000 454.000 520.000

Para albergar la producción esperada de alevines en la estación piscícola, se prevé construir 8 viveros de alevinaje que, sumados a los 15 ya existentes, darán como resultado una superficie total de 13.500 m2 en 2011. Asimismo, se aumentará el número de viveros para reproductores de 5 a 10 (8.460 m2). En el cálculo del flujo de caja de alevines (tabla 2.6) se han considerado los gastos de excavación de los viveros como gastos de inversión no subvencionados. De no contemplar esos gastos, o de estar éstos subvencionados, la pro-ducción de alevines sería rentable a partir de 2008. En caso contrario, se necesitarían cinco años para recuperar la inversión. En la tabla 2.7 se refleja el valor actual neto (VAN) y la tasa interna de retorno (TIR) para la venta de alevines. Tanto el VAN como la TIR se han calculado tomando una tasa de descuento (equiparable al coste de oportunidad del dinero) del 5%. Éste es el interés promedio anual que otorga el Sistema Bancario Boliviano para depósitos a plazo fijo (BCB 2006). La TIR se ha calculado también en otras actividades en las que existen flujos negativos, a fin de evaluar la rentabilidad de la actividad. En estos casos también se ha aplicado una tasa de descuento del 5%.

TABLA 2.6 – ANÁLISIS DEL FLUJO DE CAJA PARA LA VENTA DE ALEVINES (EXPRESADO EN US $)

ÍTEMP E R I O D O

2006 2007 2008 2009 2010 2011

INGRESOS

Venta de alevines Estación Piscícola Mausa 204,60 358,06 460,36 562,66 664,96 767,27

Venta de alevines en San Ignacio de Moxos 3.232,71 4.588,62 5.944,53 7.232,65 8.520,77 9.741,09

Venta de alevines en Trinidad y Santa Cruz 5.114,88 7.968,34 9.930,17 11.930,61 13.931,04 16.025,34

TOTAL INGRESOS 8.552,20 12.915,02 16.335,07 19.725,92 23.116,77 26.533,70

GASTOS

Gastos de operación: Gastos fijos 8.979,86 8.979,86 8.979,86 8.979,86 8.979,86 8.979,86 Gastos variables 1.455,19 1.953,02 2.370,29 2.756,21 3.109,06 4.351,47 Gastos de comercialización 499,84 624,80 749,76 825,84 912,76 999,69 Fondo para reposición de maquinaria y equipos 1.746,40 2.614,28 2.614,28 2.562,86 2.562,86 2.562,86

Reinversión 856,58 3.896,53 2.639,59 2.045,25 856,58 TOTAL GASTOS 12.681,29 15.028,54 18.610,73 17.764,35 17.609,80 17.750,45

FLUJO DE CAJA –4.129,09 –2.113,51 –2.275,66 1.961,56 5.506,97 8.783,25 Valor de salvamento maquinaria y equipos 8.442,58

Flujo de caja incluyendo valor de salvamento –4.129,09 –2.113,51 –2.275,66 1.961,56 5.506,97 17.225,82

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TABLA 2.7 – VALOR ACTUAL NETO (VAN) Y TASA INTERNA DE RETORNO (TIR) PARA LA VENTA DE ALEVINES

VAN 4.667,542 US $

TIR (sin valor de salvamento) 19%

Número de años 5 2011

TIR (con valor de salvamento) 32%

Número de años 5 2011

Un aspecto relevante es el de la competencia por el mercado. Desde que empezó la venta de alevines, HOYAM ha tenido un único competidor, una empresa situada en Trinidad que se dedica a importar poslarvas y alevines de Brasil. Teniendo en cuenta el crecimiento del sector piscícola en el país, es posible que en los próximos años inicien su actividad en el Beni otras empresas productoras o distribuidoras de alevines. Nosotros pen-samos que la fracción de demanda que esto puede restar a la Estación Piscícola Mausa no será significativa, sobre todo si la comparamos con el aumento de la demanda generada por el incremento de superficie de engorde en el departamento. Hay que tener presente, por ejemplo, que la Prefectura del Beni tiene un plan para extender la piscicultura a las provin-cias del departamento, excavando unos 300 viveros en cinco años, y que además hay varios municipios y ONG que van a invertir en la excavación de viveros. Si a eso le añadimos un aumento cercano al 100% anual del número de piscicultores privados, queda claro que la demanda experimentará un importante crecimiento en los próximos años. Por lo tanto, creemos que la proyección de ventas para el año 2011 no se verá significativamente afectada por la competencia.

■ Producción de carne de pescado

La producción de carne de pescado en la Estación Piscícola Mausa es una actividad altamen-te rentable, que contribuirá de forma sustancial a su sostenibilidad económica. Además, esta actividad permitirá experimentar y validar nuevas técnicas piscícolas antes de extenderlas a las comunidades rurales y emprendedores privados.

En la actualidad la Estación Piscícola Mausa dispone de 5 viveros para la producción de carne de pescado, con una superficie total de 12.359 m2. Se prevé construir otros 10 viveros a lo largo de los próximos cinco años hasta alcanzar una superficie total de 33.580 m2, con una capacidad de producción de 15,5 toneladas de pescado anuales.

Las tablas 2.8 y 2.9 muestran la evolución de la producción y venta de pescado en la Estación Piscícola Mausa prevista para los próximos años, así como el análisis del flujo de caja para la venta de peces.

TABLA 2.8 – EVOLUCIÓN DE LA PRODUCCIÓN Y VENTA DE PESCADO EN LA ESTACIÓN PISCÍCOLA MAUSA

DATOS Y SUPUESTOS 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Capacidad de viveros de engorde (número de peces) 4.244 7.427 9.549 11.671 13.793 15.915

Mortandad 2,5% 2,5% 2,5% 2,5% 2,5% 2,5%

Desperdicio 0,1% 0,1% 0,1% 0,1% 0,1% 0,1%

Producción de pescado con destino a la venta (número de peces) 4.134 7.234 9.301 11.368 13.434 15.501

Precio de venta medio en US $* 1,93

Precio de venta medio a la ASOPIM en US $** 1,81 1,81 1,81 1,81 1,81

* Precio de venta medio en bolivianos: 16,00.** Precio de venta medio a la ASOPIM en bolivianos: 15,00.

TABLA 2.9 – ANÁLISIS DEL FLUJO DE CAJA PARA LA VENTA DE PECES (EXPRESADO EN US $)

ÍTEMP E R I O D O

2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013

INGRESOS

Venta de peces 7.971,38 13.078,04 16.814,62 20.551,20 24.287,78 28.024,36 28.024,36 28.024,36

TOTAL INGRESOS 7.971,37 13.078,04 16.814,62 20.551,20 24.287,78 28.024,36 28.024,36 28.024,36

GASTOS

Gastos de operación y comercialización 7.580,33 10.566,06 12.514,40 14.462,75 16.411,10 18.918,91 18.918,91 18.918,91

Fondo para reposición de maquinaria y equipos 837,21 837,21 837,21 837,21 837,21 837,21 837,21 837,21

Inversión en viveros nuevos 4.297,05 4.297,05 4.297,05 4.297,05 4.297,05 4.297,05 4.297,05

TOTAL GASTOS 8.417,55 15.700,33 17.648,67 19.597,02 21.545,37 24.053,18 24.053,18 24.053,18

FLUJO DE CAJA –446,17 –2.622,29 –834,06 954,18 2.742,42 3.971,18 3.971,18 3.971,18

Valor de salvamento maquinaria y equipos 2.886,70

Flujo de caja incluyendo valor de salvamento –446,17 –2.622,29 –834,06 954,18 2.742,42 6.857,89

En cuanto al análisis del flujo de caja para la venta de pescado del estudio de rentabi-lidad (tabla 2.9), al igual que en el caso de la producción de alevines, en los primeros años el balance económico muestra un saldo negativo. Esto se debe a que en el análisis se consideró la excavación de viveros como gastos de inversión no subvencionados. Sin contemplar esos gastos, o de estar éstos subvencionados, la producción de pescado resultaría rentable ya desde 2007. En caso contrario, se necesitarían 7 años para recuperar la inversión, como se muestra en la tabla 2.10.

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TABLA 2.10 – VALOR ACTUAL NETO (VAN) Y TASA INTERNA DE RETORNO (TIR) PARA LA VENTA DE PECES

VAN 7.883,31 US $TIR (sin valor de salvamento) 39%Número de años 7 2013TIR al año 2011 (con valor de salvamento) 34%

■ Formación de capital humano

Una de las funciones básicas de la Estación Piscícola Mausa es la formación de capital humano (formación de técnicos básicos, medios y superiores), que deberá ser capaz de gestionar adecuadamente las iniciativas colectivas y familiares, de asesorar a piscicultores privados, de dominar las técnicas de producción de reproducción artificial, la producción de balanceado y la comercialización, etc.

Formación de técnicos locales

Con la finalidad de garantizar la viabilidad técnica futura del proyecto, en los últimos años se ha formado a 7 técnicos en piscicultura. En los próximos 3 años se formará al menos a 10 técnicos medios locales más, en el marco de un convenio con la Distrital de Educación de la provincia de Moxos. Estos nuevos técnicos serán jóvenes de San Ignacio de Moxos, que realizarán sus prácticas durante medio año en la Estación Piscícola Mausa combinándolas con clases teóricas, de modo que adquieran los conocimientos necesarios para que en lo sucesivo puedan asesorar y brindar seguimiento técnico a los piscicultores tanto privados como de las comunidades rurales.

Capacitación de los piscicultores locales

Esta actividad ha sido realizada por HOYAM a lo largo de los últimos cuatro años. La capa-citación se ha llevado a cabo en la estación piscícola y en las propias comunidades. Durante los dos últimos años se ha podido realizar en las instalaciones del centro de capacitación de la estación, inaugurado a finales de 2004.

Para la capacitación de los comunarios, se ha optado por realizar un taller de un día de duración a todo el grupo de piscicultores en cada comunidad. Además, se brinda una capacita-ción avanzada a dos de ellos, que se forman como técnicos básicos en la estación piscícola. Esta formación más avanzada tiene una duración de tres días y permite profundizar y afianzar los conocimientos sobre piscicultura de los técnicos seleccionados. Esta estrategia ha demostrado ser bastante efectiva, por cuanto por un lado proporciona a todos los socios piscicultores una capacitación suficiente para el manejo del pescado y la producción de alimento balanceado, y por otro, permite disponer de dos técnicos con una mayor formación para aquellas tareas que requieren mayores conocimientos o que revisten mayor dificultad.

Hasta el momento, todos los talleres menos uno han contado con financiación de la coo-peración internacional y han favorecido a los piscicultores de las comunidades. Sin embargo, en 2006 se realizó un primer taller de capacitación en piscicultura para piscicultores privados, que pagaron por su asistencia. A lo largo de 2007 se van a organizar nuevos cursos de capacitación en piscicultura, entre ellos el primer taller de capacitación en reproducción de peces autóctonos.

La organización de talleres de capacitación en piscicultura y en reproducción de peces será uno de los medios de la Estación Piscícola Mausa para generar ingresos en los próximos años. En el estudio de rentabilidad de la Estación, hemos considerado que para el año 2011 se realizarán cada año tres talleres de capacitación en reproducción y cinco talleres de capacitación en piscicultura, con un promedio de 20 asistentes por taller (tabla 2.11). Creemos que estas estimaciones son realistas, puesto que la demanda en el departamento es muy grande, y son muy pocas las empresas o institu-ciones que realicen talleres de capacitación en piscicultura en el Beni (tabla 2.12).

TABLA 2.11 – ESTIMACIÓN DEL NÚMERO DE TALLERES DE CAPACITACIÓN PARA PISCICULTORES PRIVADOS

DATOS Y SUPUESTOS 2006 2007 2008 2009 2010 2011Número medio de asistentes por curso 20 20 20 20 20 20

Número de talleres de reproducción 1 1 2 3 3 3

Número de talleres de engorde 1 2 3 4 5 5Precio por persona para taller de reproducción en US $ 96,42 96,42 96,42 96,42 96,42 96,42

Precio por persona para taller de engorde en US $ 60,26 60,26 60,26 60,26 60,26 60,26

TABLA 2.12 – FLUJO DE CAJA PARA LOS TALLERES DE CAPACITACIÓN PARA PISCICULTORES PRIVADOS (EXPRESADO EN US $)

ÍTEMP E R I O D O

2006 2007 2008 2009 2010 2011

INGRESOS

Cursos de capacitación 1.991,08 1.993,49 3.924,31 5.855,13 5.857,54 5.857,54 Total ingresos 1.991,08 1.993,49 3.924,31 5.855,13 5.857,54 5.857,54

Gast osGastos de operación 338,48 968,76 832,38 1.660,19 1.302,16 1.784,27 Fondo para reposición 659,36 659,36 659,36 659,36 659,36 659,36 Total gastos 997,84 1.628,13 1.491,74 2.319,55 1.961,53 2.443,63

Flujo de caja 993,24 365,36 2.432,57 3.535,58 3.896,01 3.413,91

Valor de salvamento maquinaria y equipos 3.502,46

Flujo de caja incluyendo valor de salvamento 993,24 365,36 2.432,57 3.535,58 3.896,01 6.916,37

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■ Realización de investigaciones aplicadas para mejorar

las técnicas piscícolas

Una de las labores principales que HOYAM ha realizado desde 1998 ha sido la adaptación, desarrollo y mejora de técnicas piscícolas adecuadas a las condiciones locales, tanto en sus aspectos ecológicos como socioeconómicos. Esta tarea seguirá siendo en el futuro un aspec-to fundamental del trabajo de la estación piscícola.

A lo largo de estos años, la investigación se ha centrado en tres aspectos fundamentales:– La reproducción asistida de peces.– La producción de un alimento balanceado de calidad.– El manejo y control de calidad del agua de los viveros.

En cuanto al primer punto, como hemos señalado ya, se ha logrado desarrollar una tecnología adecuada para la reproducción de cuatro especies autóctonas, fundamentalmente gracias a la asesoría técnica recibida del Dr. Elek Woynarovich, especialista en piscicultura rural y pionero en el desarrollo de técnicas de reproducción asistida de peces tropicales, y de Rémi Dugué, zootecnista de l’Institut de Recherche pour le Développement.

Respecto al segundo punto, se ha conseguido establecer una planta de producción de alimento balanceado en San Ignacio de Moxos. El ex-director de HOYAM, Umberto Lombardo, logró diseñar y construir dos máquinas pelletizadoras (la segunda es una versión mejorada de la original), capaces de producir un pellet de bastante calidad. Estas máquinas, sin embargo, no consiguen extrusionar el alimento de manera rentable, por lo que debe-rán realizarse algunos ajustes y mejoras posteriores. También habrá que seguir investigando sobre los aspectos nutricionales del balanceado producido, ya que todavía no alcanza una calidad comparable a la de los pellets comerciales brasileños.

En cuanto al tercer y último punto, con la asesoría del Dr. M. Franzini de la Univer-sidad de Pisa, Italia, se ha validado el uso de cal hidratada o cal muerta (Ca[OH]2, hidróxido de calcio) para aclarar, desinfectar y mejorar el pH del agua, así como el empleo de estuco o yeso (CaSO4, sulfato de calcio) para aclarar el agua cuando el vivero tiene peces sembrados. Para el abono se ha validado el uso del umbacá (estiércol de vaca), habiéndose ajustado la dosis que aplicar por metro cúbico de agua de acuerdo con la experiencia.

En los próximos años habrá que profundizar en la mejora del alimento balanceado producido localmente, así como identificar las causas de las escasas enfermedades de pe-ces que se han presentado hasta el momento. También será necesario buscar métodos de prevención y/o curación de tales enfermedades, y desarrollar métodos no costosos para la aireación de los viveros, que eviten los recurrentes episodios de anoxia que en ellos se pro-ducen. Otro aspecto en el que será preciso ahondar será la validación del uso de las jaulas

para la cría de peces en las lagunas naturales (especialmente en los meandros abandonados) del Beni, entre otras posibles investigaciones.

En 2005 se llevó a cabo en la estación piscícola una tesis de final de carrera de una estudiante de la Universidad Autónoma del Beni (UAB) para validar la eficacia de una hormona de fácil disponibilidad en farmacias veterinarias para la inducción del pacú. En 2007 se concluirá una tesis de final de carrera de un estudiante de la Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba (UMSS) sobre las tasas de crecimiento del pescado en jaulas con distintas densidades de siembra; el estudio incluirá una valoración de la rentabilidad de los distintos tipos de alimento comerciales en relación con el balanceado producido por HOYAM en San Ignacio.

Esperamos que en los próximos años puedan realizarse anualmente en la estación piscícola al menos dos tesis de fin de carrera y dos trabajos dirigidos. Para ello contamos con un convenio con la UAB, que deseamos se haga extensivo a otras universidades del país.

■ Excavación de viveros piscícolas

El tractor con carriol (traílla), propiedad de HOYAM, que fue comprado en 2004 y con el que se han excavado 18 viveros piscícolas para las comunidades de Moxos, será cedido a la estación piscícola. En el estudio de rentabilidad se ha considerado que cada año el tractor excave un total de 10 viveros piscícolas (es decir, que trabaje igual a como lo ha hecho en los últimos dos años); algo más de la mitad de ellos será para piscicultores privados y el resto para la estación piscícola, que en los próximos cinco años debe duplicar el número de viveros (tabla 2.13). En cuanto a los precios, se ha estimado que el tractor cobre 16 Bs/m2

TABLA 2.13 – SUPERFICIE DE VIVEROS A EXCAVAR EN LOS PRÓXIMOS 5 AÑOS

DATOS Y SUPUESTOS 2007 2008 2009 2010 2011

SUPERFICIE A EXCAVAR (m2)

EP Mausa (precio de coste) 5.090 8.109 6.851 6.264 5.090 Privados (precio de mercado) 7.410 4.391 5.649 6.236 7.410

PRECIO DEL SERVICIO (US $/m2)

Precio de coste* 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00

Precio de mercado** 1,93 1,93 1,93 1,93 1,93

* 8,29 Bs/m2 ** 16 Bs/m2

de vivero a los piscicultores privados o, lo que es lo mismo, 25 US $/hora (es decir, el precio comercial). Para la estación piscícola, en cambio, para el precio del servicio de excavación se ha

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148 ∞ PISCICULTURA RURAL: una experiencia de desarrollo en la Amazonia boliviana CAPÍTULO 2 ∞ Dimensiones del programa de piscicultura en Moxos ∞ 149

considerado el precio de coste, que se sitúa en unos 8,29 Bs/m2 (1 US $/m2). Con estas cifras, se ha podido comprobar que la excavación de viveros piscícolas será uno de los pilares para la soste-nibilidad económica de la estación, pues generará beneficios ya a partir de 2007 (tabla 2.14).

TABLA 2.14 – FLUJO DE CAJA PARA EL SERVICIO DE EXCAVACIÓN DE VIVEROS (EXPRESADO EN US $)

ÍTEMP E R I O D O

2007 2008 2009 2010 2011

INGRESOS

Venta de servicio de excavación de viveros a EP Mausa 5.085,71 8.102,16 6.845,22 6.258,72 5.085,71

Venta de servicio de excavación de viveros a particulares 14.289,50 8.467,64 10.893,58 12.025,55 14.289,50

Valor de salvamento maquinaria y equipos 13.519,45

TOTAL INGRESOS 19.375,21 16.569,80 17.738,80 18.284,27 32.894,66

GASTOS

Gastos de operación y mantenimiento 8.835,40 8.791,85 8.810,00 8.818,47 8.835,40

Fondos para reposición de maqui-naria y equipos 4.561,20 4.561,20 4.561,20 4.561,20 4.561,20

TOTAL GASTOS 13.396,60 13.353,06 13.371,20 13.379,67 13.396,60

FLUJO DE CAJA 5.978,60 3.216,74 4.367,59 4.904,60 19.498,05 Valor de salvamento maquinaria y equipos 13.519,45

Flujo de caja incluyendo valor de salvamento 5.978,60 3.216,74 4.367,59 4.904,60 33.017,50

La superficie de viveros a excavar en la Estación Piscícola Mausa varía según la moda-lidad priorizada (engorde, alevinaje, reproductores). La superficie de viveros a excavar para los privados es el resultado de restar la capacidad de excavación de un año menos lo que se excava para la Estación Piscícola Mausa.

■ Otros servicios

Asesoramiento técnico

Las familias, grupos o comunidades rurales que se incorporan a una actividad innovadora como la piscicultura requieren, aparte de una capacitación inicial, un seguimiento y asesoramiento técnico durante el primer año de cría de peces. Por otro lado, las comunidades que ya tienen una cierta experiencia en piscicultura, si bien no necesitan seguimiento, en ciertos momentos sí pueden requerir la opinión de un técnico especialista. Por este motivo, en el estudio de rentabi-lidad de la Fundación Mausa, que se encargará de gestionar la Estación Piscícola Mausa en un

futuro próximo, hemos previsto que se realicen 7 visitas anuales a aquellos piscicultores que se incorporan a la piscicultura y 1 visita anual a los piscicultores que cuentan por lo menos con un año de experiencia. Esta actividad, aunque no generará demasiados beneficios para la estación piscícola, desempeñará un papel importante de servicio a los piscicultores (tablas 2.15 y 2.16).

TABLA 2.15 – FLUJO DE CAJA DE PRESTACIÓN DE SERVICIO DE ASESORAMIENTO (EXPRESADO EN US $)

ÍTEM2007 2008 2009 2010 2011

INGRESOS

Venta de servicio de asesoramiento 4.465,47 5.556,23 6.761,48 8.063,16 9.268,41

Valor de salvamento maquinaria y equiposTOTAL INGRESOS 4.465,47 5.556,23 6.761,48 8.063,16 9.268,41

GASTOS

Gastos de operación 3.982,99 4.028,86 4.160,56 4.325,72 4.372,02 Fondo para reposición de maquinaria y equipos 1.577,12 1.577,12 1.577,12 1.577,12 1.577,12

Reinversiones 456,48 TOTAL GASTOS 6.016,60 5.605,98 5.737,68 5.902,84 5.949,14

FLUJO DE CAJA –1.551,13 –49,76 1.023,80 2.160,32 3.319,27 Valor de salvamento maquinaria y equipos 5.453,11

Flujo de caja incluyendo valor de salvamento –1.551,13 –49,76 1.023,80 2.160,32 8.772,37

TABLA 2.16 – INDICADORES DE RENTABILIDAD DEL SERVICIO DE ASESORAMIENTO

VAN 3.561,94 US $TIR (sin valor de salvamento) 55%Número de años 5 2011TIR (con valor de salvamento) 78%Número de años 5 2011

Llenado de viveros

Cuando finaliza la excavación de un vivero se debe proceder a su llenado con motobomba. Aun-que es posible dejar que sean las lluvias las que llenen el vivero, esto entraña problemas de erosión de los diques, por lo que se recomienda el llenado con motobomba. Esta opción, además, permite tener el vivero listo para la siembra varios meses antes que si se espera a llenarlo con agua de lluvia, lo que supone un beneficio económico que compensa ampliamente el coste del llenado.

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Actualmente ninguna comunidad dispone de motobombas. A medida que aumente el número de viveros en cada comunidad, y con ello los beneficios, probablemente algunas familias se compren sus propias motobombas, tanto para su uso personal como para alqui-larlas. De todas formas, siempre habrá muchos pequeños piscicultores que requerirán este servicio. Y aunque ésta será una actividad que generará muy pocos ingresos, ofrecerá en cambio un importante servicio a las comunidades (tablas 2.17 y 2.18).

TABLA 2.17 – ESTIMACIÓN DEL SERVICIO DE LLENADO DE VIVEROS

DATOS Y SUPUESTOS 2007 2008 2009 2010 2011

SUPERFICIE DE VIVEROS A LLENAR ANUALMENTE (m2)

Entre 0 y 30 km (promedio: 17 km) 11.500,00 12.500,00 13.500,00 14.500,00 15.500,00Entre 30 y 60 km (promedio: 46 km) 9.500,00 10.500,00 9.250,00 10.250,00 9.000,00Más de 60 km (promedio: 95 km) 7.000,00 7.000,00 8.000,00 8.000,00 9.000,00

PRECIO LLENADO DE VIVEROS (US $/m2)

Entre 0 y 30 km (promedio: 17 km) 0,108 0,108 0,108 0,108 0,108Entre 30 y 60 km (promedio: 46 km) 0,114 0,114 0,114 0,114 0,114Más de 60 km (promedio: 95 km) 0,121 0,121 0,121 0,121 0,121Entre 30 y 60 km (promedio: 46 km) 0,114 0,114 0,114 0,114 0,114Más de 60 km (promedio: 95 km) 0,121 0,121 0,121 0,121 0,121

TABLA 2.18 – FLUJO DE CAJA PARA EL SERVICIO DE LLENADO DE VIVEROS (EXPRESADO EN US $)

ÍTEMP E R I O D O

2007 2008 2009 2010 2011

INGRESOS

Venta de servicio de llenado de viveros 3.178,86 3.401,83 3.487,71 3.710,68 3.796,55 TOTAL INGRESOS 3.178,86 3.401,83 3.487,71 3.710,68 3.796,55

GASTOS

Gastos de operación 2.692,34 2.802,06 2.849,31 2.959,02 3.006,28 Fondo para reposición de maquinaria y equipos 507,17 507,17 507,17 507,17 507,17

Reinversiones – – – – – TOTAL GASTOS 3.199,51 3.309,23 3.356,48 3.466,19 3.513,45

FLUJO DE CAJA –20,65 92,61 131,23 244,49 283,11

Valor de salvamento maquinaria y equipos 2.292,68 Flujo de caja incluyendo valor de salvamento –20,65 92,61 131,23 244,49 2.575,79

Mantenimiento de viveros

Con los años de uso, en el fondo de un vivero se acumulan muchos detritos (materia orgánica en descomposición). A menudo se observa la formación de lodos negros, en los que se crean condiciones anaeróbicas. Cuando esto ocurre, se liberan al agua compuestos químicos que resultan tóxicos para los peces. Por otro lado, cuando viene un sur6 y la tem-peratura baja, los detritus acumulados alcanzan la capa fótica debido a la circulación del agua a causa del enfriamiento de la capa superior, que se precipita en el fondo quebrando la estratificación habitual. Si esto sucede, puede multiplicarse rápidamente la producción de plancton por eutrofización y pueden producirse en la columna de agua del vivero si-tuaciones de hipoxia o incluso de anoxia. Para evitar que eso ocurra, es necesario vaciar los viveros totalmente cada cinco años y dejar que la materia orgánica del fondo se oxide. El vaciado del vivero se puede aprovechar también para quitar la capa de lodo negro del fon-do, lo que será útil tanto para eliminar los detritus como para contrarrestar los fenómenos de la colmatación. Para el mantenimiento de los viveros, al igual que para su llenado, se requiere el empleo de motobombas. Éste es otro servicio que brindará la Estación Piscícola Mausa, y que, a pesar de que generará muy pocos beneficios, será importante para las co-munidades (tabla 2.19).

TABLA 2.19 – FLUJO DE CAJA DEL SERVICIO DE MANTENIMIENTO DE VIVEROS (EXPRESADO EN US $)

ÍTEMP E R I O D O

2007 2008 2009 2010 2011

INGRESOS P OR VENTA DEL SERVICIO

Lugares situados a entre 0 y 30 km 194,29 1.266,31 842,96 2.626,01 971,44 Lugares situados a entre 30 y 60 km 348,20 605,28 1.762,79 2.232,37 807,04 Lugares situados a más de 60 km – – 377,97 418,46 –TOTAL INGRESOS 542,49 1.871,59 2.983,72 5.276,85 1.778,47

GASTOS

Gastos de operación 966,20 1.629,91 2.507,36 4.083,51 1.768,51 Fondo para reposición de maquinaria y equipos 449,32 449,32 449,32 449,32 449,32

Reinversiones 2.235,02 – – – –TOTAL GASTOS 3.650,55 2.079,23 2.956,68 4.532,83 2.217,83

FLUJO DE CAJA –3.108,06 –207,64 27,03 744,01 –439,36 Valor de salvamento maquinaria y equipos 1.030,93

Flujo de caja incluyendo valor de salvamento –3.108,06 –207,64 27,03 744,01 591,57

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En la tabla 2.20 se refleja el cálculo del flujo de caja para todas las actividades que desarrollará la Estación Piscícola Mausa en los próximos años, así como la evolución de ingresos y gastos. Según los resultados (tabla 2.21), el VAN y la TIR sin valor de salvamento ascienden respectivamente a 78.123,86 US $ y al 101% en el sexto año, mientras que la TIR, calculada con valor de salvamento, alcanza un valor del 106% en el quinto año. Por tanto, la viabilidad económica de la Estación Piscícola Mausa, si se cumple la evolución proyectada de ingresos y gastos para las actividades programadas, está asegurada.

TABLA 2.20 – FLUJO DE CAJA DE TODAS LAS ACTIVIDADES DE LA ESTACIÓN PISCÍCOLA (FUNDACIÓN MAUSA) (EXPRESADO EN US $)

ÍTEMP E R I O D O

2006 2007 2008 2009 2010 2011

INGRESOS POR VENTA SEGÚN ACTIVIDAD

Alevines 8.552,20 12.915,02 16.335,07 19.725,92 23.116,77 26.533,70

Pescado 7.971,37 13.078,04 16.814,62 20.551,20 24.287,78 28.024,36

Servicio de capacitación 1.991,08 1.993,49 3.924,31 5.855,13 5.857,54 5.857,54

Excavación de viveros – 19.375,21 16.569,80 17.738,80 18.284,27 32.894,66

Servicio de asesoramiento – 4.465,47 5.556,23 6.761,48 8.063,16 9.268,41

Servicio de llenado de viveros – 3.178,86 3.401,83 3.487,71 3.710,68 3.796,55

Servicio de mantenimiento de viveros – 542,49 1.871,59 2.983,72 5.276,85 1.778,47

TOTAL INGRESOS 18.514,65 55.548,58 64.473,44 77.103,95 88.597,04 108.153,69

GASTOS SEGÚN ACTIVIDAD

Alevines 12.681,29 15.028,54 18.610,73 17.764,35 17.609,80 17.750,45

Pescado 8.417,55 15.700,33 17.648,67 19.597,02 21.545,37 24.053,18

Servicio de capacitación 997,84 1.628,13 1.491,74 2.319,55 1.961,53 2.443,63

Excavación de viveros – 13.396,60 13.353,06 13.371,20 13.379,67 13.396,60

Servicio de asesoramiento – 6.016,60 5.605,98 5.737,68 5.902,84 5.949,14

Servicio de llenado de viveros – 3.199,51 3.309,23 3.356,48 3.466,19 3.513,45

Servicio de mantenimiento de viveros – 3.650,55 2.079,23 2.956,68 4.532,83 2.217,83

TOTAL GASTOS 22.096,68 58.620,25 62.098,64 65.102,97 68.398,22 69.324,28

FLUJO DE CAJA –3.582,03 –3.071,68 2.374,80 12.000,98 20.198,82 38.829,41

Valor de salvamento maquinaria y equipos 36.096,98

Flujo de caja incluyendo valor de salvamento –3.582,03 –3.071,68 2.374,80 12.000,98 20.198,82 74.926,39

TABLA 2.21 – VALOR ACTUAL NETO (VAN) Y TASA INTERNA DE RETORNO (TIR) PARA LA TODAS LAS ACTIVIDADES DE LA ESTACIÓN PISCÍCOLA MAUSA

VAN 78.123,86 US $

TIR (sin valor de salvamento) 101%

Número de años 6 2012

TIR (con valor de salvamento) 106%

Número de años 5 2011

2.8.2 La Asociación de Piscicultores Indígenas de Moxos

(ASOPIM): estudio económico de sus actividades

Si la Estación Piscícola Mausa es clave para garantizar la viabilidad de la piscicultura en la provincia de Moxos, la ASOPIM es sin duda alguna el elemento central para garantizar la viabilidad de la piscicultura en las comunidades indígenas de Moxos. Sin la existen-cia de esta organización matriz como elemento aglutinador y organizador, difícilmente se podrá sostener la piscicultura en las comunidades. La ASOPIM asume la producción y distribución de alimento balanceado para peces y el acopio y comercialización del pesca-do producido en las comunidades, dos funciones que hasta hace poco estaban a cargo de la ONG HOYAM y que las comunidades productoras no pueden realizar por su cuenta (especialmente la segunda; en cuanto a la producción de alimento, se puede producir en la comunidad si la demanda es pequeña, pero difícilmente si la demanda crece). Así pues, del buen funcionamiento de esta asociación dependerá, en buena medida, el crecimiento de la actividad piscícola en las comunidades indígenas de Moxos.

En las páginas siguientes exponemos brevemente cuáles serán los principales roles de la ASOPIM en relación con la viabilidad del proyecto, y qué hará esta asociación para poder autofinanciar sus actividades y lograr que sus iniciativas económicas sean rentables.

■ Representación de los piscicultores de Moxos

Las comunidades piscicultoras de Moxos están dispersas por un vasto territorio comunicado por carreteras en mal estado, muchas de las cuales, además, son estacionalmente intransita-bles. Las comunidades no disponen de medios de movilización propios, por lo que la gente debe esperar a que lleguen vehículos particulares para transportar sus productos a San Ignacio o traer los insumos que compra en el pueblo. Todo ello entraña graves dificultades para el comercio, y es una de las razones que explican que la economía de las comunidades mojeñas esté aún hoy orientada básicamente al autoconsumo y no a la venta en el mercado local.

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154 ∞ PISCICULTURA RURAL: una experiencia de desarrollo en la Amazonia boliviana CAPÍTULO 2 ∞ Dimensiones del programa de piscicultura en Moxos ∞ 155

Las dificultades de comunicación y transporte también limitan las opciones de repre-sentación de los piscicultores ante las instituciones locales, departamentales y gubernamen-tales. Y sin esa representación es muy difícil que sean tenidos en cuenta. De ahí que resulte imprescindible contar con una estructura orgánica de representación de los piscicultores de las comunidades, con algunos miembros establecidos en el pueblo y encargados de realizar los trámites, contactos y gestiones necesarios. Ésta es la función que desde febrero de 2006 está desarrollando la ASOPIM, encabezada por su directorio.

■ Buscar apoyo para los piscicultores de Moxos

Una de las funciones fundamentales de la ASOPIM es la de canalizar, ante las autoridades lo-cales y departamentales, las demandas de los productores y las necesidades que son prioritarias para el crecimiento de este sector productivo en la región, como son la mejora de las carreteras, la excavación de nuevos viveros en las comunidades y el establecimiento de nuevos mercados para la comercialización del producto. Asimismo, la ASOPIM ha de coordinar con las autoridades municipales y departamentales la realización de ferias y otras actividades destinadas a generar re-cursos propios. Un aspecto primordial en este sentido es que la ASOPIM cuente con capacidad para poder elaborar perfiles de proyectos que puedan ser incluidos en el POA (plan operativo anual) municipal o departamental o para conseguir recursos de organismos de financiación nacionales e internacionales. Para ello, tanto la ASOPIM como las familias piscicultoras pueden aportar una contraparte, ya que disponen de mecanismos de generación de ingresos propios.

■ Organizar y coordinar el trabajo de todas las comunidades

Ésta es, probablemente, la función más importante de la ASOPIM, dado el aislamiento de las comunidades. Durante los últimos años, HOYAM ha desempeñado el papel de abaste-cedor de insumos y de acopiador de pescado, viajando periódicamente a las comunidades, donde constataba las necesidades y dificultades que afectaban a cada comunidad y buscaba cómo solucionar los problemas que se presentaban. Este contacto directo con las comunida-des es esencial, y deberá ser asumido paulatinamente por la ASOPIM, de manera que pueda actuar como una instancia de mediación efectiva entre las comunidades y los proveedores de servicios (Estación Piscícola Mausa, comerciantes de pescado, proveedores de insumos...).

■ Gestionar actividades económicas

Aparte de sus funciones de representación y coordinación, la ASOPIM realiza algunas activi-dades económicas con cuyos ingresos tiene que financiar sus gastos de funcionamiento. Estas actividades, hasta hace poco efectuadas por HOYAM, fueron transferidas a la ASOPIM en enero de 2007. Puesto que no es función de una asociación la venta de productos, se plantea

que de la ASOPIM pueda nacer un brazo económico bajo la forma de empresa (sea una coo-perativa u otra forma jurídica) que se haga cargo de la gestión de las actividades económicas. Entre las actividades económicas más importantes que debe gestionar, figuran la producción de alimento balanceado, la comercialización de pescado y la comercialización del hielo.

Producción de alimento balanceado

Las máquinas para la producción de alimento balanceado (molino, mezcladora, secadora y dos pelletizadoras), hasta hace poco gestionadas por HOYAM, han sido transferidas a la planta de producción de alimento balanceado de la ASOPIM. La demanda actual de alimento balanceado por parte de la Estación Piscícola Mausa, las comunidades productoras, los centros educativos y los piscicultores privados asciende en total a unos 712 quintales (32.752 kg) anuales, mientras que la demanda de harinas es de 142 q/año (6.532 kg) y la de soja de 171 q/año (7.866 kg). De acuerdo con el incremento estimado de la producción de pescado, y considerando que aumen-tará la demanda relativa de alimento balanceado y disminuirá la de soja y productos del chaco, se estima que para 2011 la demanda de balanceado alcanzará los 2.846 q/año (130.916 kg), la de harinas los 310 q/año (14.260 kg) y la de soja los 326 q/año (14.996 kg).

Estas cifras demuestran que el mercado para el alimento balanceado está asegurado. Tanto es así que incluso será necesario incrementar las capacidades de producción (con una nueva pelletizadora y una secadora potente) para poder abastecerlo. La producción y la venta de alimento balanceado poseen un potencial para generar ingresos muy importante, como se demuestra en las tablas 2.22 y 2.23.

TABLA 2.22 – PROYECCIÓN DE LA EVOLUCIÓN DE LA DEMANDA DE BALANCEADO, HARINAS Y SOJA

DATOS Y SUPUESTOS 2006 2007 2008 2009 2010 2011

DEMANDA TOTAL DE ALIMENTO Balanceado (qq) 712,73 1.109,14 1.499,76 1.916,84 2.370,61 2.845,97 – Comunidades 402,57 620,71 877,98 1.161,73 1.482,16 1.824,17 – Estación Piscícola Mausa 179,72 314,52 404,38 494,24 584,10 673,97 – Particulares 130,43 173,91 217,39 260,87 304,35 347,83 Harinas (qq) 142,41 185,84 225,37 258,16 287,29 310,18 Soja (bolsa) 171,33 218,85 259,17 289,14 312,36 326,14 PRECIOS

Balanceado comunidades (US $/qq) 16,67 16,67 16,67 16,67 16,67 16,67 Balanceado Estación Piscícola Mausa (US $/qq) 17,47 17,47 17,47 17,47 17,47 17,47

Balanceado particulares (US $/qq) 23,82 23,82 23,82 23,82 23,82 23,82 Harina (US $/qq) 12,70 12,70 12,70 12,70 12,70 12,70 Soja (US $/bl) 15,88 15,88 15,88 15,88 15,88 15,88

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TABLA 2.23 – FLUJO DE CAJA DE LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTO (EXPRESADO EN US $)

ÍTEMP E R I O D O

2006 2007 2008 2009 2010 2011

INGRESOS POR VENTA DE ALIMENTO

Balanceado 9.835,47 15.169,18 20.402,41 25.970,67 32.003,19 38.308,84

Harinas 1.373,09 1.791,90 2.172,98 2.489,21 2.770,07 2.990,80

Soja 2.064,91 2.637,67 3.123,66 3.484,90 3.764,78 3.930,77

TOTAL INGRESOS 13.273,47 19.598,75 25.699,05 31.944,78 38.538,04 45.230,41

GASTOS Gastos de operación 10.624,97 14.967,72 18.856,93 22.847,11 27.041,29 31.267,78 Fondo para reposición de maquinaria y equipos 32,78 1.014,02 1.014,02 1.014,02 1.014,02 1.014,02

Reinversión – – 96,42 – – –

TOTAL GASTOS 10.657,75 15.981,74 19.967,38 23.861,13 28.055,31 32.281,80

Flujo de caja 2.615,72 3.617,02 5.731,67 8.083,65 10.482,73 12.948,61

Valor de salvamento 15.001,95 Flujo de caja incluyendo valor de salvamento 2.615,72 3.617,02 5.731,67 8.083,65 10.482,73 27.950,57

Incremento anual de utilidades 50,0% 24,9% 19,5% 17,6% 15,1%

Comercialización de pescado

El centro de acopio de pescado se encuentra situado en San Ignacio de Moxos. Cuenta con una oficina, una sala de reuniones para la asociación, una sala de eviscerado, un baño con vestuario para hombres y otro para mujeres, una sala de máquinas con una cámara fría y una fábrica de hielo. La cámara fría refrigera a una temperatura de –5 ºC para mantener el hielo congelado, puesto que lo que se persigue es mantener el pescado fresco hasta su venta, sin congelar. La cámara fría tiene unas dimensiones de 4,5 x 3 x 3 m, con una capacidad para almacenar más de 3.000 kg de pescado, volumen más que suficiente para el nivel de producción estimado.

Desde enero de 2007 todo el pescado producido por las comunidades es eviscerado en el centro de acopio siguiendo las prácticas de buen manejo. El pescado se transporta desde las comunidades productoras al centro de acopio entero y conservado con hielo para evitar la contaminación bacteriana de los tejidos adyacentes a las vísceras. Los productores pueden desplazarse a San Ignacio para eviscerar el pescado ellos mismos, o bien encargar este trabajo a la ASOPIM, quien en tal caso descuenta el gasto de eviscerado del precio de compra. En el es-tudio de rentabilidad se ha considerado un precio de compra de 14 Bs/kg de pescado sin tripas ni agallas y puesto en San Ignacio. Por el servicio de eviscerado se cobran 0,3 Bs/kg. Como la

compra se efectúa con el pescado entero, se considera que las vísceras y agallas suponen el 15% del peso vivo del pez, y por tanto el precio de 14 Bs (o 13,7) se calcula sobre la base del 85% del peso vivo. La ASOPIM también cobra el coste del transporte del pescado hasta San Ignacio.

Las cantidades que, se cree, serán acopiadas en el centro se han calculado sobre la base de la cantidad de pescado sembrado en 2006 y aplicando una estimación del incremento de las siembras en los próximos cinco años. De acuerdo con esta estimación, se calcula que en 2007 se acopiarán unas 34 toneladas de pescado, y se prevé que en 2011 esta cantidad au-mente hasta las 98 toneladas. Evidentemente, alcanzar esta última cantidad dependerá de que se excaven viveros al ritmo previsto, que es de unos 15 por año. Y esto, a su vez, dependerá de los recursos que se puedan obtener para apoyar el desarrollo de la piscicultura en Moxos, así como de la voluntad de reinvertir los beneficios por parte de los propios piscicultores, que deberán aportar una contraparte económica por cada vivero construido.

Se prevé que la cantidad de pescado acopiado y vendido a los mercados sea la siguiente: San Ignacio un 30%, Trinidad un 30%, Santa Cruz un 20% y La Paz un 20%. Los precios de venta estimados para cada lugar son de 16, 18, 22 y 22 Bs/kg, respectivamente (es decir, de 1,93, 2,17, 2,65 y 2,65 US $). Con estos volúmenes y precios de venta, la ASOPIM puede tener unos ingresos netos muy importantes por el acopio y venta de pescado. Según los cálculos realizados, esta cantidad ascendería a 8.000 US $ en 2007, e iría aumentando luego hasta al-canzar la suma de 22.000 US $ en 2011. Si esto sucediera así, la ASOPIM podría incrementar el precio de compra del pescado a las comunidades para aumentar los beneficios, y todavía dispondría de suficientes ingresos para mantener todas sus actividades (tabla 2.24).

TABLA 2.24 – EVOLUCIÓN DE LA COMERCIALIZACIÓN DEL PESCADO PRODUCIDO EN LAS COMUNIDADES PISCICULTORAS DE MOXOS

DATOS Y SUPUESTOS 2007 2008 2009 2010 2011Cantidad de pescado sin vísceras (kg) 34.191,54 43.190,64 51.627,30 60.063,95 67.938,17

DESTINO DE LA PRODUCCIÓN

San Ignacio 30% 10.257,46 12.957,19 15.488,19 18.019,19 20.381,45

Trinidad 30% 10.257,46 12.957,19 15.488,19 18.019,19 20.381,45

La Paz 20% 6.838,31 8.638,13 10.325,46 12.012,79 13.587,63

Santa Cruz 20% 6.838,31 8.638,13 10.325,46 12.012,79 13.587,63

PRECIO (US $/kg)

San Ignacio 1,93 1,93 1,93 1,93 1,93

Trinidad 2,17 2,17 2,17 2,17 2,17

La Paz 2,65 2,65 2,65 2,65 2,65

Santa Cruz 2,65 2,65 2,65 2,65 2,65

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158 ∞ PISCICULTURA RURAL: una experiencia de desarrollo en la Amazonia boliviana CAPÍTULO 2 ∞ Dimensiones del programa de piscicultura en Moxos ∞ 159

Comercialización del hielo

El centro de acopio de la ASOPIM cuenta en su sala de máquinas con una fábrica de hielo en barras y con una picadora de hielo. La fábrica de hielo tiene una capacidad de produc-ción de 500 kg cada 24 horas, cantidad más que suficiente para cubrir la demanda local. El hielo se utiliza para el transporte del pescado (a razón de 1 kg de hielo por cada 2-3 kg de pescado, según la distancia a recorrer) y para su conservación en la cámara fría. La picadora de hielo se emplea para quebrar las barras en trozos de un tamaño adecuado para cubrir el pescado, de modo que el frío se distribuya lo más homogéneamente posible.

La capacidad de producción de la fábrica supera la demanda de hielo actual para la piscicultura; por tanto, si se comprueba que existe una demanda insatisfecha suficiente en San Ignacio, se puede fabricar hielo para vender en barras o picado. Cabe señalar que este posible ingreso no se contempló en el estudio de rentabilidad, por carecer de una estimación realista de la demanda de hielo en el pueblo (tabla 2.25).

TABLA 2.25 FLUJO DE CAJA DE LA COMERCIALIZACIÓN DE PESCADO (EXPRESADO EN US $)

ÍTEM P E R I O D O 2007 2008 2009 2010 2011

INGRESOS POR VENTA 78.298 98.906 118.226 137.546 155.577

GASTOS

Gastos conjuntos (repartidos según destino) 63.265 77.780 92.906 107.478 121.612

Gastos de comercialización 5.600 7.055 8.420 9.784 11.057 Fondo para reposición de capital 1.437 1.437 1.437 1.437 1.437 TOTAL GASTOS 70.302 86.272 102.762 118.699 134.106

FLUJO DE CAJA 7.995,78 12.633,57 15.463,44 18.846,36 21.471,05

Valor de salvamento 3.642,74 Flujo de caja incluyendo valor de salvamento 7.995,78 12.633,57 15.463,44 18.846,36 25.113,79

En la tabla 2.26 se recoge el cálculo del flujo de caja de todas las actividades a cargo de la ASOPIM para los próximos cinco años. El flujo de caja es de 11.612,79 US $ en 2007 y casi alcanza los 35.000 US $ en 2011, por lo que el conjunto de actividades que desarrolla la ASOPIM puede arrojar unas ganancias más que suficientes para asegurar su sostenibilidad.

Aparte de estas actividades económicas, la ASOPIM puede realizar otras complementarias. Por ejemplo, en sus visitas a las comunidades puede comprar, además del pescado, produc-

tos agrícolas y pecuarios para venderlos en el centro de San Ignacio. También puede llevar, en el viaje de ida, productos de primera necesidad para que se vendan en las comunidades (aparte del alimento balanceado). De este modo, la ASOPIM puede desempeñar un rol que va más allá de la piscicultura, mejorando el abastecimiento de las comunidades y su integra-ción con el mercado local. Esto reviste suma importancia si tenemos presente que, todavía hoy, muchos alimentos se estropean en las comunidades por no poder ser transportados al pueblo o por el corporativismo de los comerciantes, que defienden los intereses de sus proveedores tradicionales.

TABLA 2.26 – FLUJO DE CAJA DE TODAS LAS ACTIVIDADES DE LA ASOPIM (EXPRESADO EN US $)

ÍTEMP E R I O D O

2006 2007 2008 2009 2010 2011

INGRESOS POR ACTIVIDAD

Acopio y comercialización de pescado 78.298,09 98.905,89 118.225,70 137.545,51 155.577,33

Fabricación de alimento 13.273,47 19.598,75 25.699,05 31.944,78 38.538,04 45.230,41

TOTAL INGRESOS 13.273,47 97.896,85 124.604,94 150.170,48 176.083,55 200.807,75

GASTOS POR ACTIVIDAD

Acopio y comercialización de pescado 70.302,31 86.272,32 102.762,26 118.699,15 134.106,28

Fabricación de alimento 10.657,75 15.981,74 19.967,38 23.861,13 28.055,31 32.281,80

TOTAL GASTOS 10.657,75 86.284,05 106.239,69 126.623,40 146.754,46 166.388,08

FLUJO DE CAJA 2.615,72 11.612,79 18.365,24 23.547,08 29.329,09 34.419,67

Valor de salvamento 18.644,69 Flujo de caja incluyendo valor de salvamento 2.615,72 11.612,79 18.365,24 23.547,08 29.329,09 53.064,36

Incremento anual de utilidades 23,1% 19,2% 15,9% 13,4%

Los resultados del estudio de la rentabilidad económica de la Estación Piscícola Mau-sa y del centro de acopio de pescado gestionado por la ASOPIM parecen indicar que la rentabilidad económica de ambas instituciones estará asegurada a partir del quinto o sexto año, en el caso de la Estación Piscícola Mausa, y del primer año, en el caso del centro de acopio de pescado y producción de balanceado (tablas 2.20, 2.21 y 2.26).

Desde que se inició el programa de extensión de la piscicultura rural (2001) hasta el presente (2006), la piscicultura se ha ido afianzando en las comunidades indígenas de la región de Moxos como nueva actividad productiva. A lo largo de estos cinco años se ha creado el primer laboratorio de reproducción artificial de peces del departamento del Beni,

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que ha aumentado año tras año su capacidad de producción de alevines. Asimismo, se han puesto en marcha una planta de producción de alimento balanceado y un centro de acopio del pescado producido en las comunidades, y se ha formado capital humano en reproduc-ción y cría de peces.

En los tres últimos años, en el Oriente boliviano la piscicultura ha experimentado un fuerte auge, lo que recientemente ha suscitado el interés de los gobiernos locales y de-partamentales, que comienzan a incluir esta actividad en sus políticas de apoyo al sector productivo.

La creación en 2006 de la ASOPIM como primera asociación de productores de Moxos constituyó un paso más en la generación de un tejido social productivo en la región, que consolida internamente a las comunidades y mejora su inserción en el mercado.

Sin embargo, es necesario seguir avanzando y completando las fases finales del pro-grama de piscicultura en la región, para lo cual van a requerirse los recursos de la coope-ración internacional por un periodo adicional de tres años. En este tiempo, la ASOPIM ha de completar su proceso de fortalecimiento institucional y asumir de forma autónoma las funciones de representación y coordinación, así como la gestión de la producción y distribución de alimento balanceado para peces y el acopio y comercialización del pescado producido en las comunidades. Asimismo, es imprescindible que durante este periodo las comunidades productoras incrementen la superficie de engorde de pescado (a través de un sistema de viveros grupales y familiares con aportación de una contraparte económica) y mejoren las capacidades técnicas y organizativas de sus integrantes. Esto permitirá a las familias piscicultoras generar suficientes beneficios para costear los gastos ulteriores de ex-cavación de viveros. La Estación Piscícola Mausa, que desempeñará un papel importante en la capacitación y formación técnica, en la investigación aplicada en piscicultura, en los servicios de asesoría técnica y excavación de viveros y en la venta de alevines, de acuerdo con la evolución proyectada de ingresos y gastos de sus actividades, podrá ser económicamente rentable y autofinanciarse a partir de 2011.

Con todo ello, se habrá afianzado la piscicultura en la región como una actividad productiva viable y rentable, capaz de generar recursos económicos para mejorar las con-diciones de vida de los habitantes de las comunidades indígenas mojeñas, incluidas la ali-mentación y la salud. Ello puede suponer un gran avance en el desarrollo de los pueblos mojeños, y marcar la transición de una economía de subsistencia y de vocación extractivista a una economía parcialmente orientada al mercado y de vocación productiva. Además, per-mitirá a los mojeños disponer de excedentes económicos con los que orientar y dirigir, de forma independiente y autónoma, su destino futuro.

NOTAS DEL CAPÍTULO 2

1 Los valores de presión son orientativos, dado que pueden variar según la potencia de la bomba que se emplea y el diámetro de los tubos.

2 Si los alevines se encuentran en estanques de tierra, se recomienda dejar de alimentarlos 48 horas antes del transporte. En caso de que estén en un estanque de cemento o plástico, con pocos orga-nismos planctónicos, 24 horas de ayuno es suficiente.

3 Es aconsejable prever un punto de ruptura o de deslizamiento, como en el caso de las correas, para evitar que se funda el motor o que se rompa la máquina, con el consiguiente riesgo para el manipulador.

4 Para más información sobre cómo construir una planta de producción de pienso para peces de bajo coste, puede contactarse con el autor ([email protected]).

5 Wiefels R (2006). El mercado de pescado en las grandes ciudades de Bolivia: Trinidad, Santa Cruz, Cochabamba, La Paz y el Alto. Montevideo: INFOPESCA.

6 Viento frío que llega desde el sur de Argentina y el Antártico, sobre todo durante los meses de julio y agosto, y que hace que la temperatura descienda súbitamente varios grados centígrados.

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162 ∞ PISCICULTURA RURAL: una experiencia de desarrollo en la Amazonia boliviana

ANEXO 2.1. Reproducciones realizadas en la Estación Piscícola Mausa desde 2002 hasta 2006

Tabla A Cantidad de larvas y alevines obtenidos entre 2002 y 2006

ESPECIETOTAL DE

INDUCCIONESDESOVES

LOGRADOSNO DE LARVAS ECLOSIONADAS

NO DE ALEVINES

SEMBRADOS

Colossoma macropomum (pacú) 20 13 2.504.400 1.145.200

Piaractus brachypomus (tambaquí) 11 2 351.430 250.070

Prochilodus sp. (sábalo) 23 16 0* 350*

Schizodon sp. (boga) 26 21 345.850 155.300

* En este caso no se logró que los embriones eclosionaran después de la fertilización de los óvulos.

Tabla B Total de inducciones realizadas y de desoves, larvas y alevines obtenidos cada año

ESPECIE 2002 2003 2004 2005 2006

Colossoma macropomum (pacú)

Total de inducciones 2 1 4 9 4

Desoves logrados 0 1 3 7 2

Larvas eclosionadas 0 Miles 70.000 1.708.250 726.150

Alevines sembrados ? 75.000 65.000 713.900 291.300

Piaractus brachypomus (tambaquí)

Total de inducciones 2 2 3 4 No se indujo

Desoves logrados 0 0 1 1 0

Larvas eclosionadas 0 0 116.983 234.447 0

Alevines sembrados 0 0 112.464 137.606

Prochilodus sp. (sábalo)

Total de inducciones 11 2 5 No se indujo 5

Desoves logrados 11 0 5* 0 0

Larvas eclosionadas ? 0 0* 0 0

Alevines sembrados 350 0 0 0 0

Schizodon sp. (boga)

Total de inducciones 8 4 9 No se indujo 5

Desoves logrados 8 4 4 0 5

Larvas eclosionadas ? ? 164.940 0 180.910

Alevines sembrados ? ? 23.710 0 131.590

* Se logró la inducción del desove en cinco ocasiones, pero en ninguno de los casos eclosionaron los huevos.