Pontificia Universidad Javeriana Maestría en Teología ...
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Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Teología
Maestría en Teología
Providencia, gracia, fruto y entrega.
Confianza en la Providencia o Gracia Divina, como respuesta a la vida financiera actual.
Liliana Janer Quintana1
Director: Carlos J. Novoa M. S.J.
Bogotá, Junio 29 de 2016
1 Administradora de empresas, Universidad de los Andes. lilianaianer@gmail. com
ÍndicePrefacio.......................................................................................................................................51. Realidad económico- financiera de Colombia hoy.......................................................... 151.1. Introducción................................................................................................................151.2. ¿Cómo se debe vivir?...................................................................................................... 191.3. ¿Cómo se puede vivir en Colombia en una situación económica de pobreza,desigualdad y crecimiento económico?.................................................................................221.4. ¿Cómo responder éticamente ante los pobres del país?.............................................. 271.5. ¿De qué dependen los colombianos para participar de la vida financiera? Educacióny empleo.................................................................................................................................... 351.6. Conclusión.........................................................................................................................392. Gracia de Dios.................................................................................................................422.1. Gracia en la Biblia...........................................................................................................422.1.1. Gracia en el Antiguo Testamento............................................................................... 432.1.1.1. La Gracia definida en los atributos de Dios....................................................... 432.1.1.2. La Gracia que se revela............................................................................................. 452.1.1.3. La Gracia para la alianza.......................................................................................... 462.1.1.4. La Gracia como bendición......................................................................................... 472.1.2. Gracia en el Nuevo Testamento................................................................................. 492.1.2.1. Gracia que culmina en Jesucristo............................................................................ 502.1.2.2. Gracia que sustituyó al régimen de la Ley.............................................................. 512.1.2.3. Gracia que se recibe de manera gratuita................................................................. 522.1.2.4. Gracia sin retribución debida................................................................................... 532.1.2.5. Gracia como deseo inicial y final de Pablo en sus cartas....................................... 552.1.2.6. La riqueza de la Gracia sobreabundante................................................................ 562.1.2.7. Gracia como dones espirituales................................................................................. 572.1.3. Conclusión................................................................................................................... 582.2. Gracia en la historia de la Iglesia................................................................................ 602.2.1. Las Tradiciones judeocristianas y los apologistas.................................................... 632.2.2. San Agustín: Doctor de la Gracia................................................................................ 662.2.3. Teología medieval.......................................................................................................... 682.2.4. Libertad del hombre recobrada por la Gracia.......................................................... 762.2.5. Conclusión parcial.........................................................................................................812.2.6. Gracia Contemporánea: Realidades económicas a la luz de la gracia.................... 842.2.7. Conclusión......................................................................................................................923. Confianza en la Gracia o Providencia de Dios, como respuesta a la vida financieraactual a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia................................................................ 953.1. Introducción................................................................................................................953.2. El sentido de la ética en las finanzas. El dinero que sirve y que no gobierna............ 993.3. Búsqueda de Dios: libertad, justicia y salvación..........................................................1033.4. Fe y razón en las finanzas..............................................................................................1053.5. Caridad en las finanzas..................................................................................................1083.6. Misión en las finanzas.....................................................................................................1113.7. Conclusión: Gracia como Providencia de Dios en las finanzas del católico hoy.....116Conclusión general................................................................................................................122
2
Siglas.......................................................................................................................................128Bibliografía.............................................................................................................................130
ANEXO 2 ........................................................................................................... 140
ANEXO 3 ........................................................................................................... 142
3
Vosotros sois los apóstoles del desarrollo auténtico y verdadero que no consiste en la riqueza egoísta y deseada por sí misma, sino en la economía al servicio del
hombre, el pan de cada día distribuido a todos, como fuente de fraternidad y signode la Providencia.
Populorum Progressio, 86
4
Prefacio
El presente trabajo desarrolla una reflexión sobre la confianza en la gracia de Dios dentro de
la vida financiera del católico de hoy en Colombia ¿Cómo se revela la gracia operante en la
economía y las finanzas de los católicos colombianos ante la problemática compleja que
vivimos? La vida en nuestro país está rodeada de pobreza y de una alta concentración de la
riqueza en manos de unos pocos. Hay un espacio muy reducido para la esperanza ante los
niveles de desempleo y subempleo, en detrimento de la fuente de cualquier vida financiera.
Acaece un futuro incierto para los jóvenes que reciben una educación lejos de los niveles
necesarios para que sean competitivos en un mundo globalizado.
Exploramos en estas páginas las prioridades necesarias para vivir acorde con nuestra fe,
cuestionamos las motivaciones que han dictado la problemática descrita y proponemos
acciones a realizar para mantenernos dentro del camino del seguimiento de Jesús. Esta
reflexión busca atender a la necesidad del católico de vivir la verdadera moralidad cristiana
- el amor - acorde con las bienaventuranzas, dentro de un mundo que dicta normas contrarias
a esta.
En la actualidad las estructuras económicas que reinan son aquellas que no solo excluyen a
los más débiles sino los explotan y oprimen, y que al final del día descartan a la persona que
no produce para mantener estas estructuras de inequidad. La problemática económica que se
vive es la misma que lanza a los hombres y las mujeres a definirse por su prioridades de
consumo y a definirse por lo que tienen, no por lo que son.
Ante este panorama evidenciamos cómo se encuentra el mundo en una crisis financiera que
se traduce y explica por la ausencia de la ética, ya que ésta última, incomoda y estorba lograr
el objetivo primario: la acumulación de riqueza. Todo esto sucede a expensas del bien común.
La economía y las finanzas de Colombia operan bajo el desequilibrio existente entre las
ganancias de unos pocos y la pobreza de la población olvidada. El desequilibrio se da por el
afán de poder y de tener, que no conoce límites en el egoísmo humano, de tal manera que
nuestro país se encuentra catalogado entre los países de mayor desigualdad en el mundo. Este
5
egoísmo que trasciende nuestras fronteras nos hace parte de la tendencia mundial de evasión
fiscal y nos ciega al propósito del Estado de atender las necesidades comunes del pueblo y
velar por los más débiles.
En general, la población trabajadora colombiana se ve afectada por la injusticia de los salarios
que no alcanzan para suplir sus necesidades básicas. La deficiencia en la educación que
reciben los hace sujetos de la manipulación y de la corrupción.
Ante este panorama buscamos reflexionar sobre la gracia infinita de Dios, que se revela en
la historia de la humanidad en acciones a favor del hombre, sencillamente, por el cariño y
ternura que tiene Dios hacia nosotros. Gracia que se traduce en, amor, misericordia, fidelidad,
justicia, bondad y poder, entregada a nosotros por su propia iniciativa y fidelidad a su
promesa, a su alianza con nosotros. Gracia gratuita de Dios que, como decisión divina,
entrega en abundancia.
Estudiamos la gracia que culmina en Jesucristo, que sustituye el régimen de la Ley. La gracia
no debida de Dios, ya que Dios no es deudor de nadie, que depende de la fe para que Su
promesa fuese don. Reflexionamos sobre la justificación del hombre que depende de su
aceptación de la gracia que llega por la fe, para que de esta forma el justo viva por la fe. Es
ésta última, no solo vía libre para el asentimiento del hombre a la gracia, sino incluye ésta el
acto de obediencia de la voluntad propia para adherirse a la Divina Voluntad y de caridad
activa. Llegando a la obediencia a su voluntad por participar en la verdadera libertad del
hombre.
Nos adentramos en la relación entre la gracia de Dios y la libertad ya que para que el hombre
sea libre debe ser bueno de tal manera que la voluntad de Dios es la suya. Pero esta bondad
es dada por la misma gracia, la cual es aceptada o rechazada por la voluntad libre del hombre.
Voluntad del hombre para hacer el bien o el mal, que al escoger realizar este último limita su
comportamiento, su campo de acción se ve reducido. En cambio, al aceptar la gracia, sus
acciones tienen capacidad para llegar al amor, a la verdadera virtud, a su salvación.
6
La salvación es la misma unión de la gracia de Dios con la voluntad libre del hombre. La
libertad humana es la participación en la Libertad Divina desde el amor. De esta forma
podemos llegar a ser justos, a ser buenos, conformando nuestra voluntad a la de Dios. La
justicia que buscamos es la misma práctica de la virtud posibilitada por la gracia de Dios.
Está en nuestras manos acogerla o rechazarla.
Ahora bien ¿cómo se traduce este conocimiento de la gracia de Dios en el absurdo moral del
sistema financiero de Colombia que nos atañe en estas páginas? La ética en las finanzas, tan
ausente en Colombia como en el mundo, se magnifica ante una política monetaria débil y una
regulación bancaria a favor de las ganancias del sector financiero que no promocionan al
sector productivo de la economía, sino, por el contrario, lo tasa con mayor rigor aún cuando
el riesgo que corren el sector financiero puede ser menor comparado con los créditos blandos
otorgados a muchas de las grandes empresas. Las políticas dirigidas a promocionar pequeñas
empresas y el microcrédito son frágiles, y no logran atender sus necesidades, mucho menos,
hacer despegar las diversas iniciativas industriales y productivas del país.
Es así como la voluntad libre del hombre de hacer el bien a través de su trabajo queda limitada
por su entorno. El desarrollo integral de la persona se ve vulnerado por la falta de educación
que impide mejores trabajos. La esperanza de una mejor vida, de bienestar, para las familias
colombianas se debilita.
La indiferencia ante el valor de la dignidad de la persona y la ley moral es cada vez más
descarada, de tal manera que amenaza la misma democracia de los países latinoamericanos,
y con mayor preocupación, a las instituciones colombianas.
La misión de la gracia o Providencia Divina de los católicos en sus finanzas sigue siendo la
misma, la verdad no cambia: dominar y ser fecundos. El objetivo: glorificar a Dios, el
bienestar de la familia, la familia humana, el bien común. Dicho objetivo se cumple y
magnifica en el reconocimiento de esta familia extendida, aquella que busca ser escuchada
en su debilidad y tristeza. La familia reconocida como acto de responsabilidad de cada uno
de nosotros, con un sentido profundo de solidaridad y de caridad con y para el necesitado.
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La gracia de Dios que culmina en Jesucristo, se traduce en aceptación al llamado a la santidad,
al seguimiento de Jesús, a ser providencia para el prójimo, a buscar su justicia. Y una vez
atendido el llamado, encontrar que “si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros
y su amor ha llegado en nosotros a suplenitud.”(Un 4, 12)
La confianza que tengamos en la gracia o Providencia Divina será la respuesta que daremos
los católicos al absurdo moral que vivimos en la vida económica y financiera de Colombia.
Para adentrarnos en la construcción de esta confianza nos hemos propuesto acudir a las
fuentes de la doctrina social de la Iglesia, en las cartas y exhortaciones de orden social de los
papas. Asimilando las palabras de bondad de San Juan XXIII, y proféticas del Beato Pablo
VI. Acogiendo la fortaleza en las expresiones de San Juan Pablo II, de amor y verdad en
Benedicto XVI y de accesibilidad pastoral en Francisco. Finalmente, disponemos de la
cercanía de la realidad latinoamericana transmitida en el documento conclusivo de la
Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, en Aparecida, Brasil.
La riqueza de la doctrina nos permite atender a los cuestionamientos de los últimos sucesos y
tendencias económicas y financieras vergonzantes. Dichas situaciones han requerido de la
voz del Magisterio para que los católicos puedan en concordancia con su fe velar, en sus
actividades particulares, por el llamado de santidad y por la búsqueda del Reino de Dios. Es
así como acudimos a ciertos escritos, en particular de los Padres del Concilio Vaticano II, en
la Constitución pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual. Recurrimos a
Juan XXIII y sus cartas encíclicas, Mater etMagistra sobre el desarrollo de la cuestión social
y Pacem in terris, que habla sobre la paz fundada en la verdad, la justicia, el amor y la
libertad. La carta encíclica Populorum Progressio de Pablo VI, que trata sobre la promoción
del desarrollo del hombre y de todos los hombres; esta carta en particular, sirve de base para
las futuros aportes papales a la doctrina.
Juan Pablo II escribe la Laborem Exercens como aporte profundo a la comprensión del
trabajo humano; la Sollicitudo rei sociales y la Centesimus annus conmemorando los veinte
años de Populorum Progressio y los cien años de Rerum Novarum, respectivamente. El
Compendio de la doctrina social de la Iglesia, preparado por la Consejo Pontificio de Justicia
8
y Paz para Juan Pablo II contribuye a recoger toda la doctrina social hasta el año 2004 en un
solo documento facilitando nuestro estudio.
Nos inspiraremos también en Deus caritas est, Spe Salvi y Caritas in veritate de Benedicto
XVI, esta última despierta un interés global en intelectuales de la economía por las
consideraciones hechas sobre el desarrollo integral del hombre en la caridad y en la verdad.
Finalmente, Evangelii Gaudium y Laudato si' del papa Francisco, quien nos exhorta en la
primera, a reavivar la proclamación del Evangelio en el mundo actual precisamente dentro
de la problemática descrita anteriormente, y en la segunda, a aproximarnos a una
comprensión de la importancia de la casa común de la humanidad, en un mundo que aboga
por el individualismo y egoísmo colectivo.
Para exponer la situación económica y financiera de los colombianos revisamos, en primera
instancia, los estudios estadísticos que nos orienten en cuanto a las tendencias del país, y la
posición de Colombia en Latinoamérica utilizando fuentes como los estudios de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), y de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico - OECD. La Fundación para la Educación Superior
y el Desarrollo - Fedesarrollo, como expertos en investigación en temas de política
económica y social, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística - DANE, el
Departamento Nacional de Planeación - DNP, el Banco de la República, y el Instituto
Colombiano para la evaluación de la educación - ICFES.
La perspectiva de Bourguignon, del Banco Mundial sobre las relaciones entre pobreza,
crecimiento y desigualdad nos ayudan a entender que el manejo de estas variables y las
relaciones entre sí no son tan evidentes.
Siendo parte de nuestro análisis la ética y la moral en la economía y las finanzas, acudimos
al Premio Nobel en Economía, Amartya Sen. Su perspectiva sobre la necesidad de apertura
de la economía a la ética facilita la comprensión de la formación de las estructuras actuales
y la posibilidad de encontrar nuevas que promocionen la búsqueda del bien común.
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Desde el catolicismo, Benedicto XVI nos guía en su libro El elogio de la conciencia. La
Verdad interroga el corazón; el Consejo Pontificio para la Justicia y Paz nos aporta luces
sobre la necesidad de la reforma de los sistemas financieros y monetarios internacionales.
Adentrándonos en la situación particular de Colombia, con la ayuda de Carlos Novoa, S.J.
quien nos ilustra en sus libros, La urgencia de la ética y el derecho, y en Colombia hoy. Un
análisis ético jurídico, la situación del país en materia de ética.
La profundización que hacemos sobre la categoría gracia en la Biblia, se basa en la definición
que hace León-Dufour en Vocabulario de Teología Bíblica. Seguimos el itinerario propuesto
y ampliado con la ayuda de las Enciclopedias de Teología Bíblica, Diccionarios y
Comentarios Bíblicos del Antiguo y del Nuevo Testamento, que permiten ampliar nuestra
comprensión de la gracia de Dios.
El recorrido por la historia de la gracia en la Iglesia lo realizamos de la mano de la
Enciclopedia teológica, Sacramentum Mundi, New Catholic Encyclopedia, Encyclopedia of
Christian Theology, y Mysterium Salutis, Manual de teología como historia de salvación.
Exploramos los escritos de los Padres de la Iglesia en los libros, Literatura Patrística de Di
Bernardino, Patrología de I. Oñatibia, y Nuevo diccionario de teología moral de M. Vidal.
Las doctoras de la Iglesia, Santa Catalina de Siena y Santa Teresa de Ávila afianzan la
importancia de la práctica de la caridad que abraza la doctrina social de la Iglesia. Llegamos
a la doctrina de la gracia contemporánea de la mano de J. Bonet y su libro Introducción a Karl
Rahner.
Finalmente, consideramos algunas propuestas concretas de aplicación de la doctrina social de
la Iglesia, con la ayuda de documentos de trabajo de la Fondazione Centesimus Annus Pro
Pontifice sobre finanzas y el bien común; y la reflexión del Consejo Pontificio de justicia y
paz sobre la Vocación del líder empresarial. Nos ayuda también sobre esta reflexión, la
catequesis sobre la Divina Providencia impartida por Juan Pablo II en el año 1986, durante
seis Audiencias Generales.
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Buscamos a través de estos escritos lograr el objetivo del presente trabajo, que consiste en
profundizar en la categoría gracia (providencia y confianza), su relación desde Mt 6, 19-34 y
desde la doctrina social de la Iglesia como respuesta a la vida financiera del católico de hoy
en Colombia.
Los resultados anhelados de esta investigación son, primero, condensar los argumentos que
permitan al católico de hoy definir y planear su vida financiera con plena confianza en la
Providencia de Dios, y que le permita dar el fruto necesario para compartir con su prójimo.
Segundo, dar luz a la forma en que el católico de hoy puede vivir bajo los valores de la justicia
y de la caridad. Tercero, exponer al católico a la posibilidad de vivir una vida financiera que
responda a la gracia de Dios del dar sin limitaciones, de tal forma que nos permita la
comunión con el otro, velar por su bien y en esta forma buscar el bien común. Se busca que
el católico responda no a la pregunta de ¿qué tanto debo dar? sino ¿qué tanto puedo dar? y al
contestar este interrogante crecer en confianza en la Providencia de Dios. Así mismo, una
respuesta afirmativa a la gracia que le lleve a trabajar por el bien común y por la dignidad
humana. Respuesta que sea de bondad, efectiva, eficiente, comprometida y autónoma
traducida en la vida financiera del católico de hoy, permitiéndole servir a su prójimo y al
hacerlo servir a Dios.
Los métodos hermenéutico y de la teología de la liberación son los que implementaremos en
el desarrollo de esta investigación. Dicha selección se debe al carácter interdisciplinar del
planteamiento de este trabajo, la voz de las finanzas, de la economía y de la ética y moral
católica deben ser puestas en diálogo. Para hacer una lectura teológica de los fenómenos
actuales se requiere de apertura a la voz de los expertos en estas disciplinas que ponen en
evidencia que la problemática se basa en conceptos antropológicos y éticos erróneos. El
hombre actual está condenado a vivir para sí mismo. Los desarrollos de la economía y de las
finanzas no contemplan la grandeza del corazón humano y lo marginan a vivir encerrado en
sí mismo.
Ahora bien, las denuncias han sido interpuestas por las diferentes disciplinas y queda a la
teología hacer la lectura hermenéutica de los fenómenos a la luz del Evangelio, la Tradición
11
y el Magisterio, y traducir los anteriores a la problemática actual de manera adecuada. Dicha
apropiación del mensaje se traducirá en lo que he denominado providencia o gracia, fruto y
entrega, resumen de la propuesta de apropiación en términos pastorales.
Sin las acciones, consistentes con la lectura hermenéutica y preocupación prioritaria de este
escrito, el trabajo conjunto no podrá dar fruto. Responder a preguntas tales como ¿cómo debe
vivir el católico sus finanzas? ¿Qué objetivos debe buscar? ¿Qué valores le llevarán más
cerca a Dios? ¿Cómo vivir bajo la gracia o Providencia de Dios? y ¿A favor de quién y
quiénes organizar sus finanzas? no es tarea fácil en las condiciones económicas actuales. Por
estas razones el método de la teología de la liberación es conveniente y práctico para dar las
respuestas necesarias.
La teología, acorde con M. Rivera,2 es una ciencia hermenéutica, siendo esta mediación
inherente a la condición humana para su propio comprender, que es el mismo interpretar. La
hermenéutica del siglo XX presenta un giro de lo epistemológico a lo ontológico con
Heidegger y particularmente en Gadamer, discípulo del primero y padre de la hermenéutica
filosófica, presenta esta como “(...) aquella disciplina que se interesa por cómo el hombre es
capaz de enfrentarse al mundo y dialogar con él, escucharlo y, en consecuencia darle
respuesta.”3 Para Rivera “el diálogo y la conversación son el objetivo primario de la
hermenéutica gadameriana”4 Es el diálogo del católico en Colombia con el mundo financiero
sobre los acontecimientos opresivos, el cual pretendo escuchar y dar respuesta.
Siendo que la hermenéutica está presente como mediación en la teología de la liberación
como segunda de las tres que la constituyen, a saber: la mediación socio-analítica, la práctica
y la hermenéutica, acudimos en particular a este método ya que en este segundo momento
(...) el teólogo se acerca a la palabra de Dios para ver que dice la Palabra de Dios
sobre la situación real del pobre y el oprimido. [ . ] Hay pues una interpretación
de la Biblia desde un enfoque determinado, la hermenéutica de la liberación.
2 Cfr. Rivera, Método, Métodos y hermenéutica en teología.3 Ibid., 6 En: Ure, Mariano. El diálogoyo-tú como teoría hermenéutica en Martin Buber. Bs.As.: Eudeba, 2001. Pg.214 Ibid.
12
Aunque la Palabra es el principal elemento iluminador del método, también se
hace la misma aproximación hermenéutica a la Tradición y a la Doctrina Social
de la Iglesia.5
La primera mediación, la socio analítica permite dar razón de la opresión y sus causas, como
dice C. Boff: “Ante el oprimido, la primera pregunta del teólogo solo puede ser: ¿por qué la
opresión? ¿dónde están sus raíces?”6
Finalmente, la tercera mediación, la práctica, permitirá que a nivel profesional teológico se
abran perspectivas para la acción como sugiere Boff, pero aún más importante: “Es verdad;
la teología de la liberación lleva también y principalmente hoy a obrar: acción por la justicia,
obra de amor, conversión, renovación de la Iglesia, transformación de la sociedad”7
El desarrollo de esta investigación está dispuesto en tres capítulos. En el primero se expone
el panorama actual en materia financiera y económico del entorno colombiano para
establecer las condiciones en que cooperará el católico con la gracia Divina. Esto con el fin
de entender la magnitud y atender el llamado de solidaridad, caridad y fraternidad que hace
en nosotros la fe en Cristo Jesús.
En el segundo capítulo juzgamos a la luz de la gracia lo que está sucediendo en la actualidad
colombiana. Inicialmente, para lograr este objetivo, debemos adentrarnos en la categoría
gracia en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, para luego hacer un recorrido
por la historia de la evolución de esta categoría en la Iglesia. Pasamos por los Padres de la
Iglesia, San Agustín, Anselmo de Canterbury, y la teología medieval hasta llegar a la teología
contemporánea. Finalmente, debemos acudir a la influencia de la doctrina social de la Iglesia
de los últimos 125 años, para atender las preguntas que suscitan las realidades económicas y
financieras que se viven, hoy por hoy, en el mundo.
5 Ibid., 10. Al citar a Boff, Clodovis. “Epistemología y método de la teología de la liberación ”. En: Mysterium liberationis I: Conceptos fundamentales de la teología de la liberación. Madrid: Trotta, 1990. 107-1126 Boff, Clodovis. “Epistemología y método de la teología de la liberación ”. En: Mysterium liberationis I: Conceptos fundamentales de la teología de la liberación. Madrid, Ed. Trotta, 1990. 1027 Ibid., 112
13
En el tercer capítulo vemos cómo el actuar del católico está marcado por la aceptación de la
gracia de Dios en su búsqueda de libertad y dignidad. La confianza que alcance a construir
el católico en la gracia o Providencia de Dios, marcará su actuar en el mundo financiero
actual, siguiendo la doctrina social de la Iglesia como camino de bondad y justicia, unión de
la voluntad libre del hombre con la voluntad divina.
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1. Realidad económico- financiera de Colombia hoy.
1.1. Introducción
La criatura racional, entre todas las demás está sometida a la Divina Providencia
de una manera especial, ya que se hace partícipe de esa Providencia, siendo
providente para sí y para los demás. Participa pues, de la razón eterna; ésta le
inclina naturalmente a la acción y al fin debido.8
La Providencia Divina actúa en la vida financiera y económica del católico hoy, pero
pareciera que la criatura estuviera sometida no a la gracia sino a los designios de la avaricia,
secuestrada por el deseo incontrolable del dinero, las decisiones de la economía y las del
mercado financiero. Encontrar la Providencia Divina en este cautiverio requiere de la
decisión del católico para hacerse partícipe de la gracia y encontrar el fin debido. Entendamos
este cautiverio y en qué consiste.
Vivimos actualmente dentro de un mundo enmarcado por la economía liberal, que se rige por
el interés propio como motivación racional de las decisiones de consumo de la persona. La
racionalidad de esta economía se basa en la maximización del interés propio o egoísmo de la
persona, no contempla posiciones éticas respecto a las motivaciones humanas que sean
desinteresadas o dirigidas al bien común y no al individual.9 En el desarrollo de una
economía en donde no se contempla esta forma de ser racional - lo que posibilita el ser
humano - la Providencia Divina queda abandonada y las personas quedan limitadas a definir
el para qué de sus motivaciones a un simple razonamiento egocéntrico, reflejado en su
consumo. Nuestras acciones quedan distanciadas de la posibilidad de ser definidas por
valores y principios que tienden al mismo fin de la Divina Providencia, que es ser providente
para sí y para los demás.
8 Novoa, La urgencia de la ética y el derecho, 28. Al citar a Santo Tomás de Aquino, Suma teológica, I-II, q.91. 2.9 Cfr. Sen, On Ethics and Economics, 12
15
La problemática se ha centrado primordialmente en una discusión ética sobre las finanzas,
pero esta discusión particular tiene como preámbulo hablar sobre ética en un mundo donde
la discusión ha dejado de ser argumentativa y se ha vuelto sentimentalista poniendo en juego
opiniones contrarias a la racionalidad, que argumenta las cuestiones éticas. De acuerdo a
Benedicto XVI dicha situación ha llegado a presentar como “éticas decisiones y opciones
contrarias a la justicia y al verdadero bien del hombre.”10. Los sentimentalismos y opiniones
en contraposición al debate argumentativo que debería acompañar toda discusión ética, no
dan espacio a la fundamentación de la ética financiera. Es así como la cuestión ética debe
empezar por proponer los principios y valores desde los cuales se debe desarrollar la ética
financiera. Para la Iglesia Católica, y como indica Caritas In Veritate de la doctrina social de
la Iglesia, el sistema moral de referencia de esta doctrina
(...) se funda en la creación del hombre “a imagen de Dios” (Gn 1, 27), algo que
comporta la inviolable dignidad de la persona humana, así como el valor
trascendente de las normas morales naturales. Una ética económica que prescinda
de estos dos pilares correría el peligro de perder inevitablemente su propio
significado y prestarse así a ser instrumentalizada; más concretamente, correría el
riesgo de amoldarse a los sistemas económico-financieros existentes, en vez de
corregir sus disfunciones. (...) Conviene esforzarse - la observación aquí es
esencial - no sólo para que surjan sectores o segmentos “éticos” de la economía
o de las finanzas, sino para que toda la economía y las finanzas sean éticas y lo
sean no por una etiqueta externa, sino por el respeto de exigencias intrínsecas de
su propia naturaleza.11
Cuando la economía y las finanzas optan por alejarse de lo ético, se alejan del bien común,
abandonan la Providencia Divina que requiere de nuestra colaboración con otros y
consecuentemente se empobrecen al centrarnos en nosotros mismos.
10 CV 4511 Ibid.
16
Es así como la ética en la economía y en las finanzas ha llegado a ser instrumentalizada por
el individualismo como principio moral de estas actividades humanas. De acuerdo al Premio
Nobel en Economía Amartya Sen, las explicaciones sobre el comportamiento racional de la
persona a las cuales acude la teoría económica se basan en dos métodos predominantes. El
primero, es la consistencia en las escogencias de la persona que puede ser visto como una
maximización de la función de uso de ella, pero lo cual no nos indica mayor cosa respecto a
lo que el ser racional escoge maximizar. El segundo método, identifica la racionalidad de la
maximización del interés propio, excluyente de cualquier otra opción como racional, lo que
termina definiendo cualquier otra opción como irracional. Para el Nobel, aunque sea racional
buscar el interés particular, este segundo método deja de lado las motivaciones éticas que
tienden a maximizar el interés no-personal.12
Colombia no es ajena al desarrollo económico mundial y se caracteriza por seguir los
planteamientos del orden liberal, del cual hace parte. Es por ello que en gran medida
asumimos el comportamiento característico de maximizar el interés personal por encima de
consideraciones éticas. Vivir en esta problemática conlleva precisamente cambiar la Divina
Providencia por las decisiones de un supuesto mercado libre y olvidar la libertad que nos da
el ser providentes del bienestar común. Ser definidos en nuestro vivir por cualquiera de los
dos métodos ilustrados por Sen no permite plantearnos la pregunta “¿cómo quiero vivir?”,
ya que responder a ella implica un cuestionamiento ético que la ciencia de la escasez actual
nos ha limitado a responder desde el reconocimiento exclusivo de nuestro interés egoísta.
Definir una vida económica y financiera distinta implica encontrar soluciones que lleven al
(...) reconocimiento de la primacía del ser sobre el tener, de la ética sobre la
economía (...) los pueblos de la tierra deberían asumir, como alma de su propia
acción, una ética de solidaridad, abandonando todas las formas de egoísmo avaro,
abrazando la lógica del bien común mundial, que transciende el mero interés
contingente y particular. En últimas, deberían mantener vivo el sentido de
pertenencia a la familia humana, en nombre de la dignidad común de todos los
12 Cfr. Sen, On Ethics and Economics, 12-16
17
seres humanos: «Por encima de la lógica de los intercambios a base de los
parámetros y de sus formas justas, existe algo que es debido al hombre porque es
hombre, en virtud de su eminente dignidad. (CA34)».13
La revelación de la gracia operante en la economía y las finanzas de los católicos
colombianos requiere comprensión de la situación particular del país para identificar cómo
podremos vivir dando lo que es debido al hombre en virtud de su dignidad. En este primer
capítulo expongo el panorama actual en materia financiera y su entorno económico para
establecer las condiciones en que cooperará el católico con la Gracia Divina, con el fin de
atender al llamado de solidaridad, caridad y fraternidad que hace en nosotros la fe en Cristo
Jesús.
Buscamos el bien a través de nuestras acciones, pero ¿cuál es la acción pertinente en un país
con una problemática económica y financiera llena de dificultades e inequidades
sorprendentes? El contenido de esta problemática lo conforma la pobreza de tantas familias
colombianas, la concentración de la riqueza nacional en manos de unos pocos, el desempleo
y subempleo. También influye la falta de educación general y además incipiente en temas
financieros, un sistema de capital con características de oligopolio, cuyos servicios bancarios
rinden utilidades magníficas para sus accionistas a costa del cobro de comisiones
exorbitantes. Tales utilidades y comisiones emergen del ahorro de los clientes que subsidian
la utilidad generada entre la tasa de captación y colocación.
La problemática que se expone a continuación requiere de guías para el católico, llamado a
ser providencia para los demás, a ser solidario con su prójimo y ante todo a vivir en el amor
fraterno. Este capítulo expone los puntos que le dificultan al católico vivir sin angustia y con
confianza, y reflexiona sobre la manera en la cual se puede proceder acorde con los valores
o principios de la doctrina social de la Iglesia en la situación actual.
13 Pontifical Council for Justice and Peace. Towards Reforming the International Financial and Monetary Systems in the Context of Global Public Authority. Traducción mía del texto en portugués. http://www.vatican.va/roman curia/pontifical councils/justpeace/documents/rc pc justpeace doc 20111024
nota po.html (consultado Abril, 18 de 2016)
18
1.2. ¿Cómo se debe vivir?
¿Cómo vivir la vida financiera que se nos presenta hoy por hoy en Colombia? Esta
interrogación parte de la pregunta socrática ¿Cómo se debe vivir?, apelación a las
motivaciones humanas y no siempre incluyentes de una dosis de valores o principios claros
u orientados hacia el bien común. La pregunta lleva a plantearse prioridades, a cuestionar
motivaciones y, consecuentemente, a la realización de acciones que nos permitirán vivir
acorde con la respuesta que debemos a la pregunta inicial. La respuesta para el católico
implica vivir acorde con el Evangelio y en particular consonante con las bienaventuranzas
(Mt 5,1-12) que, de acuerdo con Benedicto XVI, esconden una cristología que demuestra
cómo
(...) la verdadera moralidad cristiana es el amor. Y el amor admite correr contrario
al egoísmo - es un éxodo fuera de uno mismo, y sin embargo es la manera como
el hombre llega a sí mismo. (...) es sólo en la vía del amor, cuyos caminos están
descritos en el Sermón de la Montaña, que la riqueza de la vida y la grandiosidad
del llamado al hombre, se abren. 14
Recordemos que antes del Sermón de la Montaña, Jesús es tentado en el desierto (Mt 4, 1
11, Lc 4,1-13, Mc 1,12-13). Hoy también estamos sometidos a tentaciones que ponen a Dios
en un segundo plano y que nos llevan a poner nuestra confianza en el poder y la riqueza de
14 Benedict XVI. Jesus o f Nazareth, 99. La traducción es mía. Me permito recordar a continuación el Sermón de la Montaña en las páginas del Evangelio de Mateo “Viendo la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Sus discípulos se le acercaron. Entonces, tomando la palabra, les enseñaba así: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan, y cuando, por mi causa, os acusen en falso de toda clase de males. Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros. ” (Mt 5,1-12)
19
este mundo, abandonando, consecuentemente, la bondad de Dios, que es el único realmente
Bueno.15
El Papa Francisco indica en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium algunos de los
desafíos mundiales de los cuales también participa Colombia. En primer lugar, advierte de la
economía de la exclusión y la inequidad que mata, que ya no solamente explota y oprime
sino que descarta al hombre como un desecho.
En este contexto, algunos todavía defienden las teorías del «derrame», que
suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado,
logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo. Esta
opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos, expresa una confianza
burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los
mecanismos sacralizados del sistema económico imperante. Mientras tanto, los
excluidos siguen esperando. Para poder sostener un estilo de vida que excluye a
otros, o para poder entusiasmarse con ese ideal egoísta, se ha desarrollado una
globalización de la indiferencia. Casi sin advertirlo, nos volvemos incapaces de
compadecernos ante los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de
los demás ni nos interesa cuidarlos, como si todo fuera una responsabilidad ajena
que no nos incumbe. La cultura del bienestar nos anestesia y perdemos la calma
si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado, mientras todas esas
vidas truncadas por falta de posibilidades nos parecen un mero espectáculo que
de ninguna manera nos altera.16
Esta denuncia toca lo más profundo de la crisis financiera mundial, la cual Francisco atribuye
a la crisis antropológica que vivimos y que describe como: “ ¡la negación de la primacía del
ser humano!”17, el cual se define exclusivamente por su necesidad de consumo.
15 Cfr. Ibid., 33.16 EG 5417 EG 55
20
El Papa argentino denuncia la ausencia de la ética y la incomodidad que esta genera a la
ciencia de la escasez, “pues condena la manipulación y degradación de la persona”18, y
exhorta “a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una
ética a favor del ser humano.”19 El mercado financiero y el circuito productivo requieren
urgentemente de un humanismo que permita la solidaridad fraterna.
De acuerdo con el Nobel economista y filósofo, Amartya Sen, es importante para una
economía actual más productiva, considerar y prestar mayor atención a las ponderaciones
éticas que forman el comportamiento y juicio humano. Sen ha expuesto la necesidad de
considerar las pérdidas en que ha incurrido la economía al obviar la perspectiva ética de la
motivación y logros sociales.20 No solo se trata de un llamado a considerar la importancia del
hombre en todas sus dimensiones, sino también a atender la actividad económica y financiera
en aras de mejorar su productividad. Es así como las palabras de Benedicto XVI exponen la
necesidad de un orden que no afecte la actividad económica:
Cuando el ordenamiento de los bienes ya no se respeta, y más bien se encuentra
al revés, el resultado no es la justicia o preocupación por el sufrimiento humano.
El producto es más bien la ruina o destrucción aún de los mismos bienes
materiales. Cuando Dios es considerado secundario o como algo que puede ser
puesto de lado temporal o permanentemente a favor de cosas más importantes,
son estas cosas las que se convierten en nada.21
Para que el país avance en materia financiera es indispensable ser consciente de la situación
económica en que se dará tal avance. Es así como abordo a continuación los problemas
financieros sobre el acceso a créditos y capital, altas tasas de interés y de intermediación
bancaria, que afrontan las personas hoy en día situadas en la problemática económica de las
variables de pobreza, desigualdad y crecimiento económico.
18 EG 5719 EG 5820 Cfr. Sen, On Ethics and Economics, 9.21 Benedict XVI, Jesus o f Nazareth, 33. La traducción es mía.
21
1.3. ¿Cómo se puede vivir en Colombia en una situación económica de pobreza, desigualdad y crecimiento económico?
Ahora bien, quisiera centrarme concretamente en la posibilidad de dar una respuesta ética a
cómo vivir en la actual economía colombiana enmarcada por las situaciones de pobreza y
desigualdad, situaciones acompañadas por un crecimiento económico que demuestra el
gobierno colombiano a través de los indicadores correspondientes. Lejana es la injerencia del
sector productivo, o de la mano de obra, o de la innovación o creatividad del trabajador
colombiano, en el crecimiento económico. Este último, que debería promover confianza entre
las personas, alimenta las arcas de sectores que no aportan al desarrollo productivo del país,
lo cual es confirmado y reconocido en el factor de desigualdad que no da tregua en su relación
contraria al crecimiento económico. Este crecimiento se ha dado en gran parte por los
resultados de los sectores financiero y minero, dejando el área industrial manufacturera, el
sector agrario y de la construcción lejos de aportar significativamente al producto interno
bruto del país.22 23 Igualmente, el teólogo C. Novoa S.J. indica en sus notas Estadísticas
nacionales que:
En Colombia durante el 2013 el PIB creció 4.3%. (...) Aporte total a dicho
crecimiento: Sector Financiero 21.43%, Agropecuario 7.52%, Industrial -
3.35%. Crecimiento individual de cada sector: Financiero 4.6%, Agropecuario
5.2%, Industrial -1.2%. Salta a la vista la magnificencia del sector financiero y la
minusvalía del sector real (agropecuario e industrial), una de las graves causas
del poco crecimiento del empleo y la economía colombianas. Y lo peor es que
esta grave situación viene de lustros atrás (74).23 El sector agropecuario tuvo un
crecimiento negativo en Colombia del 2008 al 2010: 2008 -0.6%, 2009 -0.4% y
2010 -0.2%.24
22 Cfr. CEPAL, Estudio económico de América Latina y Caribe - 2013 Capítulo sobre Colombia. En http://www.cepal.org/publicaciones/xml/4/50484/EEE-Colombia.pdf (Consultado 18 de abril, 2016).23 Novoa, C. S.J. Documento Estadísticas Nacionales. De acuerdo al pie de página 74 para este párrafo, cfr. www.dane.gov.co (Consultado, marzo 21, 2014).24 Novoa, C. S.J. Documento Estadísticas Nacionales. cfr. www.dane.gov.co (Consultado octubre 28, 2014).
22
Los colombianos no somos ajenos a la denuncia que hace el Papa Francisco en su exhortación
apostólica Evangelii Gaudium:
Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría
se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Este desequilibrio
proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la
especulación financiera. De ahí que nieguen el derecho de control de los Estados,
encargados de velar por el bien común. Se instaura una nueva tiranía invisible, a
veces virtual, que impone, de forma unilateral e implacable, sus leyes y sus
reglas. Además, la deuda y sus intereses alejan a los países de las posibilidades
viables de su economía y a los ciudadanos de su poder adquisitivo real. A todo
ello se añade una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta, que han
asumido dimensiones mundiales. El afán de poder y de tener no conoce límites.
En este sistema, que tiende a fagocitarlo todo en orden a acrecentar beneficios,
cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los
intereses del mercado divinizado, convertidos en regla absoluta.25
La inequidad o la concentración de riqueza en pocas manos denunciada por el Papa Francisco
es una patética realidad en la Colombia de hoy. La ciencia económica tiene una herramienta
para medir de manera elocuente este drama. Se trata del Coeficiente GINI el cual es un
indicador de la concentración del ingreso en pocas manos que varía de 0.1 a 1. Plena
concentración es 1 y distribución igualitaria es 0. ¿Cómo se mide? Se estiman los ingresos
de los diversos tipos de población y se asocian a la cantidad de gente que los usufructúan.
Este cálculo se hace entre 134 naciones, e indica que Colombia es el 8 país de la tierra y el
segundo país de las américas con la más alta concentración de la riqueza, dato angustioso y
que habla muy mal de nuestras políticas económicas, más cuando en nuestro caso este
coeficiente viene en constante ascenso desde el año 2000.26
25 EG 5626 Novoa, Colombia hoy. Un análisis ético jurídico, 63.
23
Ahora bien, el gobierno colombiano se ha propuesto velar por los temas del bien común,
como la educación, y luchar contra la pobreza, la desigualdad, el desempleo y el subempleo.
Para tal efecto, ha introducido políticas fiscales que pretenden atender estos problemas,
basadas en proyecciones de un crecimiento sostenible.
Existe, de acuerdo con Fedesarrollo,
(...) un cierto consenso a través de los distintos trabajos empíricos sobre la
existencia de una tasa natural de crecimiento, cuyos niveles estarían entre un 4%
y 5% anual de acuerdo con las dotaciones factoriales de nuestro país y sus niveles
de productividad. Estos datos no difieren en mayor medida del crecimiento
promedio observado en nuestra economía, que fue de 4.7% anual en los últimos
10 años y del 4.0% anual en las últimas dos décadas.
Pie de página: (Sin contemplar el dato de crecimiento de 1999, con el cual el
promedio caería a un 3.6% anual)27.
Siendo así, los pronósticos de crecimiento del 6% anual sostenido estipulado por el gobierno
para antes del año 2020 y del 5.1% a mediano plazo según el Ministerio de Hacienda, promete
superar la historia de los últimos 20 años. Lo anterior se daría como consecuencia de la
posibilidad de un acuerdo de paz con el grupo guerrillero, FARC y del auge de la
construcción vial. En este mismo artículo, Fedesarrollo considera que la posibilidad de
crecimiento por encima de los promedios históricos estaría ligada a la productividad. Para
alcanzar un crecimiento sostenido del 5%, la productividad debería ser del “ 1.6% anual
promedio, algo que no se ha observado desde mediados de la década de los años 70 del siglo
pasado. Para llegar a tasas de crecimiento del PIB de 6% de manera sostenida, el ritmo de
crecimiento de la productividad tendría que ser 2.6%, superior incluso al observado en el
período 1969-1973 (2.3% anual).”28
27 Editorial Fedesarrollo, Consideraciones en torno al crecimiento potencial de la economía colombiana. Tendencia Económica, Informe Mensual de Fedesarrollo no 144 Junio 2014. Pg. 3. http://www.fedesarrollo.ore.co/wp-content/uploads/2014/07/T-E-No-144 Web.pdf (Consultado el 2 de agosto de 2014).28 Ibid., 5.
24
Confiar en el pronóstico de crecimiento del gobierno es una apuesta riesgosa, pero aun en la
eventualidad de contar con ello, no se asegura que este ayude a frenar o a disminuir la
desigualdad o la pobreza. De acuerdo con F. Bourguignon un cambio en la pobreza se
demuestra como función del crecimiento, la distribución y el cambio en la distribución. Es
así como:
El verdadero reto al establecer estrategias de desarrollo dirigidas a reducir la
pobreza, yace en las interacciones entre distribución y crecimiento, no entre la
relación pobreza y crecimiento por un lado, pobreza y desigualdad por el otro,
relaciones que son esencialmente aritméticas. Hay poca controversia entre los
economistas respecto al talante esencial del crecimiento para la reducción de la
pobreza monetaria, bajo el supuesto de que la distribución del ingreso
permanezca más o menos constante. (...) Aun el verdadero asunto al establecer
una estrategia de desarrollo, es si el crecimiento y la distribución son
independientes el uno del otro, o están considerablemente interrelacionados.29
Bourguignon continúa indicando la dificultad que existe al definir los impactos de los
cambios en la desigualdad o en el crecimiento sobre la pobreza. No es posible generalizar el
efecto que el crecimiento tiene sobre la desigualdad, ya que existen demasiados factores
particulares en cada país. Aún así se tiende a pensar que la desigualdad no es consecuencia
del crecimiento sino, por el contrario, la desigualdad tiene un efecto determinante en el patrón
y tasa de crecimiento.
Contrariamente a la situación colombiana, en el resto de Latinoamérica disminuyen en mayor
medida la desigualdad y la pobreza, con tasas de crecimiento menores. Aún teniendo los
indicadores de pobreza y desigualdad más precarios de la región e incluso mundiales,
Colombia presenta un cuadro alentador de crecimiento que debe ser tomado no solo como
29 Bourguignon, F. The Poverty-Growth-Inequality Triangle. Paper presented at the Indian Council for Research on International Economic Relations, New Delhi. February 4, 2004. Pg.3. Traducción mía. http://siteresources.worldbank.org/INTPGI/Resources/342674-12061n890151/15185_ICRIER_paper- final.pdf (Consultado el 6 de julio de 2014).
25
resultado positivo para el país, sino como aviso de que debe atender solidariamente en sus
políticas macroeconómicas a la región.
Juan XXIII en su encíclicaMater etMagistra decía sobre los Estados:
Por lo que toca al Estado, cuyo fin es proveer al bien común en el orden temporal,
no puede en modo alguno permanecer al margen de las actividades económicas
de los ciudadanos, sino que, por el contrario, ha de intervenir a tiempo, primero,
para que aquellos contribuyan a producir la abundancia de bienes materiales,
«cuyo uso es necesario para el ejercicio de la virtud» (Santo Tomás de Aquino,
De regimine principum, I, 15), y, segundo, para tutelar los derechos de todos los
ciudadanos, sobre todo de los más débiles, cuales son los trabajadores, las
mujeres y los niños.30
Al ser el crecimiento inestable pero real, el gobierno debe propender con mayor
responsabilidad a que este se dé en los sectores productivos, para así mejorar las relaciones
entre pobreza, crecimiento y desigualdad. Su alentadora perspectiva es un comodín que,
utilizado para el bien común, puede aliviar y movilizar el estancamiento social de Colombia,
o bien puede acrecentar la desigualdad entre los colombianos.
Cabe pensar que la perspectiva para una Colombia mejor a partir del crecimiento económico
depende de la estrategia de desarrollo que atienda las desigualdades que se presentan y
combata los niveles de pobreza del país. En concreto, depende de una decisión ética sobre la
cual insiste el autor Carlos Novoa S.J.:
Se hace patente entonces que poniendo al mando de las dinámicas económicas la
praxis de la solidaridad y de la justicia, en nuestro país y en todo el mundo sería
posible la superación de la ingente pobreza y exclusión que tanto nos agobia, la
cual se constituye en un gran caldo de cultivo de todo tipo de violencias. Se trata
30 MM 20
26
entonces de reconocer que la ética debe orientar los procesos de producción,
distribución y consumo de bienes y servicios.31
¿Cuál es la ética que debe acompañar la decisión política? Recientemente, el Papa Francisco
nos exhorta a pronunciar un no rotundo al dinero que gobierna en vez de servir. Aborda la
problemática del rechazo de la ética en la economía y las finanzas, ya que:
Se la siente como una amenaza, pues condena la manipulación y la degradación
de la persona. En definitiva, la ética lleva a un Dios que espera una respuesta
comprometida que está fuera de las categorías del mercado. Para éstas, si son
absolutizadas, Dios es incontrolable, inmanejable, incluso peligroso, por llamar
al ser humano a su plena realización y a la independencia de cualquier tipo de
esclavitud. La ética —una ética no ideologizada— permite crear un equilibrio y
un orden social más humano. En este sentido, animo a los expertos financieros y
a los gobernantes de los países a considerar las palabras de un sabio de la
antigüedad: «No compartir con los pobres los propios bienes es robarles y
quitarles la vida. No son nuestros los bienes que tenemos, sino suyos»32
La solidaridad y la justicia son con los pobres. El amor fraterno incluye a los más necesitados.
La vida financiera de las personas regidas por sus intereses propios está atada a las reglas del
mercado, que benefician a unos pocos. El deseo incontrolable de hacer parte de esos pocos
es lo que esclaviza, ocasiona la auto-alienación, el alejamiento del otro y del Otro.
1.4. ¿Cómo responder éticamente ante los pobres del país?
Sin querer caer en lo que el Papa Francisco denomina “la conciencia de derrota que nos
convierte en pesimistas quejosos y desencantados con cara de vinagre”33, quisiera abordar el
programa de microcrédito que adelanta el gobierno en aras de favorecer a los pobres y cerrar
31 Novoa, Colombia hoy. Un análisis ético jurídico, 67.32 EG 57. La cita corresponde a San Juan Crisóstomo, De Lázaro Concio II, 6: PG 48, 992D33 EG 85
27
la brecha de desigualdad en nuestra sociedad, así como la participación que corresponde a
cada ciudadano llamado al amor fraterno y solidario para con los pobres.
Empecemos por definir la situación de pobreza en Colombia, que según el DANE
(Departamento Administrativo Nacional de Estadística) muestra una consistente y alentadora
tendencia a la baja desde el año 2009 al 2014, tendencia que observamos también con
respecto a la pobreza extrema desde el 2010. La tasa de pobreza se define como el porcentaje
de personas por debajo de la línea de pobreza, y la pobreza extrema se define como el
porcentaje de personas por debajo de la línea de pobreza extrema. La línea de la pobreza se
establece frente a un determinado valor de ingresos, de consumo o de activos. El DANE en
Colombia mide la pobreza monetaria, la pobreza multidimensional y la desigualdad34.
Entre el año 2010 y el 2012 la reducción en números reales fue de 1.7 millones de personas
que salieron de la pobreza por ingresos. En el mismo período salieron de la pobreza extrema
700 mil personas35. Es interesante observar que el DANE, en la presentación del informe
2010-2012, indicaba las metas para el año 2014 en 32% para la pobreza y del 9.9% para la
pobreza extrema36. Sin embargo, estas metas se empezaron a cumplir ya desde el año 2013
(30.6% y 9.1% respectivamente).
Las mediciones de la pobreza en Colombia registran resultados positivos en el tiempo pero
vale la pena entender lo que representan dichas cifras. Colombia sigue los lineamientos
mundiales establecidos por el PNUD - Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
34 DANE, Boletín de Prensa, Bogotá, 18 de Abril de 2013. Pg. 2.https://www.dane.gov.co/files/investigaciones/condiciones vida/pobreza/boletin pobreza 2012xx.pdf
(consultado el 26 de julio de 2014). “Los indicadores de pobreza monetaria, pobreza multidimensional y desigualdad buscan observar la evolución del bienestar de los hogares desde una perspectiva absoluta y objetiva. Mientras la pobreza monetaria y la desigualdad toman como base la medición de los ingresos per cápita de la unidad de gasto y su relación con la línea de pobreza y pobreza extrema, el indicador de pobreza multidimensional observa las características propias del hogar, relacionadas con la educación, la salud, el empleo, la primera infancia y la infraestructura del hogar. De acuerdo con lo anterior, los resultados en los indicadores de pobreza y desigualdad están relacionados con el crecimiento económico, el mercado laboral y el costo de la canasta básica de pobreza. Por esta razón, para entender su dinámica es necesario analizar el comportamiento de las variables mencionadas.”35 DANE. Reducción de la pobreza en Colombia: la base para lograr un país más justo. 2010-2012. Pg.4 y 7 http://www.dane.gov.co/files/investigaciones/condiciones_vida/pobreza/Presentaci%C3%B3n%20Pobreza_2 012.pdf (consultado 24 de Julio de 2014).36 Ibid.
28
- por los cuales ser pobre consiste en percibir menos de 2 dólares estadounidenses al día o,
en el caso de pobreza extrema, recibir menos de 1.25 dólares estadounidenses al día. A nivel
nacional, para el período comprendido entre julio de 2012 y junio de 2013 la línea de pobreza
se encontraba definida en $204,270 pesos colombianos por mes, por persona, y en $91,689
pesos colombianos por mes, por persona, para la pobreza extrema.37 La definición de estas
líneas indica cuán precaria es la situación de la persona pobre en términos monetarios. Así
mismo, debemos considerar que “A mayo 1, 2013, el DANE y el Ministerio del Trabajo
verifican en Colombia (que) el 55% de los trabajadores ganan menos del salario mínimo.
Asimismo, el 55% de los laboradores se hallan en empleos informales y el 68% de los
operarios no tienen seguridad social” .38 Tomando en cuenta que el salario mínimo legal
vigente para el año 2013 era de $589,500, la disminución de los índices de pobreza aún no
alcanza a superar lo que se considera el sustento mínimo para una familia de cuatro personas.
Con dicho salario no se alcanza a cubrir las necesidades vitales de una persona y mucho
menos las de una familia, las cuales constituyen el indicador de la “canasta familiar” del
DANE, el cual a hoy es el doble del salario mínimo.39
Estos hechos nos llevan a cuestionar el concepto de pobreza que el gobierno actual afirma
haber reducido y a considerar que las cifras presentadas no son reflejo de la realidad sino
simplemente mediciones sin ningún contexto ético de cómo debe vivir una persona. Resulta
preocupante el comentario del Presidente de Colombia respecto al aumento del salario
mínimo: "... se incrementa a 616.000 pesos y el subsidio de transporte sube a 72.000 pesos.
Es un acuerdo justo, equilibrado y conveniente"40. A este comentario me parece imperativo
responder con una pregunta: ¿ Justo en qué situación, equilibrado en comparación con qué y
conveniente para quién?
37 DANE. Resultados pobreza monetaria. Año móvil julio 2012 - junio 2013. Bogotá, 2 de octubre, 2013 pg.6 y 10 https://www.dane.gov.co/files/investigaciones/condiciones vida/pobreza/pres pobreza juni 2013.pdf (Consultado abril 18 de 2016).38 Novoa, C. S.J. Actualización estadística a 2014, Bogotá, Julio 2014. Pg.85 estas cifras son tomadas de www.dane.gov.co y www.mintrabajo.gov.co (Consultado mayo 1, 2013).39 www.dane.gov.co, (Consultado noviembre 18, 2014).40 Revista Semana. Sección Economía. Salario mínimo para 2014 será de 616,027 pesos. (26 de dic. 2013). http://www.semana.com/economia/articulo/salario-minimo-para-2014-sera-de-616027-pesos/369431-3
29
En el contexto latinoamericano, y para poner en perspectiva los resultados obtenidos en estos
años, de acuerdo con el informe de Fedesarrollo preparado para la VI Cumbre de las
Américas sobre reducción de la pobreza y la desigualdad en el hemisferio:
Para 2009, las cifras de pobreza se traducen en 183 millones de pobres y 74
millones de personas viviendo bajo la línea de pobreza extrema, lo cual
representa una reducción de 38 millones de pobres y de 23 millones de personas
viviendo en pobreza extrema con respecto a los niveles observados en 2002. Esta
favorable evolución se debe, entre otros, a un aumento considerable del gasto
público social y a la implementación de sistemas de protección social con
programas de asistencia que han ayudado a los más vulnerables a suavizar su
consumo y enfrentar de mejor manera los choques externos a los individuos.41
En el estudio de la Departamento Nacional de Planeación (DNP) sobre gasto público social
entre los años 2000-2010, encontramos los resultados de la Comisión Económica para
América Latina - CEPAL - que confronta los datos de gasto social en la región
Latinoamericana y del Caribe - LAC (21 países), como porcentaje del gasto total.
Para el caso colombiano, las cifras indican que el país se encuentra muy por
debajo de los promedios regionales (simple y ponderado), pero además muy lejos
respecto a países como Argentina, Brasil, Chile, México y Uruguay. (...) como
porcentaje del PIB. Colombia se encuentra muy por debajo de países como Cuba,
Uruguay, Argentina y Brasil. El promedio Latinoamericano (simple o ponderado)
ha ido en ascenso permanente mientras en Colombia fuera del repunte por el
mandato constitucional, la tendencia ha sido plana y casi constante.42
41 Steiner, R. y Sabogal, A. VI Cumbre de las Américas Reducción de la pobreza y la desigualdad en el hemisferio. Fedesarrollo. Septiembre, 2011. Pg.4. http://www.fedesarrollo.org.co/wp- content/uploads/2011/08/Reducci%C3%B3n-de-la-pobreza-y-la-desigualdad-en-el-hemisferio- Pobreza y Desigualdad-21.pdf (consultado julio 6 de 2014).42 DNP. Cardona López, A. Gasto Público Social, Colombia 2000-2010 (Informe Final). Pg.7 https://www.dnp.gov.co/LinkClick.aspx?fileticket=p2u1Td tVhY%3D&tabid=108. (consultado julio 5, 2014)
30
De acuerdo a la CEPAL,43 para el año 2013, la mejora en las cuentas públicas de Colombia
se debe al aumento del ingreso por impuestos, generado por el auge del sector minero y a una
mejor labor en recaudación de impuestos. Esto ha sido posible gracias a la Ley 1607 de 2012,
la cual da progresividad al impuesto de renta y promueve la formalidad del mercado laboral.
La respuesta ética a la situación de pobreza requiere inicialmente que reconozcamos que las
estadísticas que se utilizan están sujetas a mediciones internacionales, que solo sirven para
establecer comparaciones en el tiempo y frente a la región. Lo que sucede realmente es que
los pobres del país no logran obtener los recursos necesarios para sí mismos o para sus
familias. Esto se debe a un problema de acceso a los recursos financieros, que para la gran
parte de los colombianos se obtiene por la misma capacidad de trabajo. Siendo así, el
gobierno colombiano, y en general los demás gobiernos de América Latina, han optado por
fomentar programas de microcrédito que permitan el acceso a recursos a las poblaciones de
escasos ingresos.
De acuerdo con el estudio sobre microcrédito en Colombia,44 realizado por el Banco de la
República en octubre de 2010, el microcrédito ha tenido una gran importancia social al
permitir a las personas de escasos ingresos y ahorros formar parte de la economía productiva.
Se le atribuye también positivamente la reducción de la pobreza y la desigualdad. Para
implementar este tipo de crédito incluyente en sectores deprimidos de la sociedad se requiere
de “reformas orientadas hacia la transformación de los sistemas financieros en mecanismos
incluyentes.”45 Ahora bien, para el año 2014 el Banco de la República informa que
efectivamente la demanda de microcrédito viene en alza, pero se presentan problemas en el
otorgamiento del crédito por razones de sobre-endeudamiento y baja capacidad de pago de
43 CEPAL, Estudio económico de América Latina y Caribe - 2013 Capítulo sobre Colombia. En http://www.cepal.org/publicaciones/xml/4/50484/EEE-Colombia.pdf (Consultado 18 de abril de 2016).44 Banco de la república, Ministerio de Agricultura, Finagro. Reporte de Estabilidad financiera. Situación actualdel microcrédito en Colombia: características y experiencias. Septiembre de 2010http://www.banrep.gov.co/sites/default/files/publicaciones/archivos/Tema1_sept.pdf (consultado junio 29 de 2016).45 Ibid., 9
31
los prestatarios - razones con tendencia a la baja entre los años 2013 a 2014.46
Igualmente, los intermediarios dicen no poder aumentar los créditos mientras que las tasas
de fondeo47 no sean menores, la información sobre la capacidad de pago de los sujetos de
crédito no sea mayor y exista mayor crecimiento económico.48 Desafortunadamente, al final
de este mismo informe se dice que: “se debe mencionar que para los próximos tres meses la
mayoría de entidades prevé un deterioro del indicador de mora para el mercado de
microcrédito pero no para su entidad.”49 Como precisaré adelante, las tasas del microcrédito
son absolutamente inaccesibles para las personas de escasos recursos, lo que de facto hace
de este tipo de crédito una palabrería irrelevante.
Esta herramienta financiera, que significa un avance importante a nivel social, se mantiene
al margen y contraria a los indicadores de otros instrumentos de crédito. Cabe preguntar si la
dificultades que ven las entidades financieras en el año 2014 provienen de lo que el teólogo
Carlos Novoa S.J. advierte:
Ya hemos constatado las catastróficas consecuencias de un desenvolvimiento
económico donde lo único que prima es el oligopolio y el imperio del interés
individual por encima del bien común. Por esto BENEDICTO XVI verifica que
“la exigencia de la economía de ser autónoma, de no estar sujeta a ‘injerencias’
de carácter moral, ha llevado al hombre a abusar de los instrumentos económicos
incluso de manera destructiva. Con el pasar del tiempo, estas posturas han
desembocado en sistemas económicos, sociales y políticos que han tiranizado la
libertad de la persona y de organismos sociales y que, precisamente por eso, no
46 Banco de la república, Ministerio de Agricultura, Finagro. Reporte de Estabilidad financiera. Situación actual del microcrédito en Colombia: características y experiencias. Marzo de 2014http://www.bammgov.co/sites/default/files/publicaciones/archivos/rem mar 2014.pdf , 1(consultado junio 29 de 2016).47 Por tasa de fondeo se entiende las que pagan las instituciones bancarias y financieras a los fondos que les aporta el Estado con el fin de que tales instituciones desarrollen líneas de microcrédito.48 Cfr. Clavijo, F. Yanuro, A., Gómez, E. Banco de la República Marzo de 2014. Reporte de la situación actual del microcrédito en Colombia.http://www.banrep.gov.co/sites/default/files/publicaciones/archivos/rem mar 2014.pdf (consultado septiembre 29 de 2014)49 Ibid., 7.
32
han sido capaces de asegurar la justicia que prometían.”
Desde esta óptica las personas y las naciones tienen que dejar la idolización de la
ganancia individualista, y asumir la praxis de la gratuidad y la solidaridad en la
gestión de la riqueza material y humana, o de lo contrario estamos condenados a
la disolución de Colombia y de la humanidad entera como lo he venido
demostrando. 50
El microcrédito cae así en manos de personas y grupos que velan por su propio interés
inmediato de ganancia y no por su desarrollo a largo plazo, el cual depende precisamente del
desarrollo de los pobres y de una sociedad más equitativa que permita un mayor crecimiento.
La disolución de Colombia se da justamente en los oligopolios financieros que prefieren
aislar sus intereses particulares de la necesidad de los demás y que, en aras de reportar
ganancias, promocionan la destrucción del otro sin reconocer la propia.
Desafortunadamente, no solo se observa este tipo de comportamiento en el mercado de
microcrédito sino que existe también una gran diferencia entre las tasas que los bancos
emplean para la captación y la colocación de recursos, o margen de intermediación bancaria.
Este margen reporta las utilidades del negocio bancario, y además se trabaja tomando el
menor riesgo posible, estrategia que permite el crecimiento de este sector de la economía. La
decisión de colocación de crédito no tiene interés en contribuir al crecimiento económico del
sector productivo sino en la maximización de las utilidades.
El margen es la esencia del negocio bancario51. Las tasas de colocación varían según el
riesgo, y es así como éste es considerado inferior para grandes empresas mientras que en las
pequeñas y medianas tiende a ser superior. Es también preocupante la diferencia que existe
entre la tasa promedio de 31 a 365 días para microcrédito, que está en 39.5%, y los créditos
preferenciales o corporativos, que están en 7.12%. Todavía más preocupante es que la tasa
50 Novoa, Colombia hoy. Un análisis ético jurídico, 67.51 Por ejemplo, la tasa de captación de los CDT a 360 días se encuentra al 4.88% efectivo anual (tasa para la semana del 27-10-2014 al 2-11-2014) http://www.banrep.gov.co/tasas-captacion-semanales , comparado con un crédito de consumo al 21.53% http://www.banrep.gov.co/es/economia/tasas colo4.htm(consultado el 25 de octubre de 2014).
33
de microcrédito (42.41%) es superior a la tasa de crédito de consumo (21.53%).52 La
destinación de recursos a menor costo a favor del consumo y no de la producción ayuda a
comprender la falta de compromiso que tiene el sector financiero con el desarrollo
económico, más aún permite observar la falta de regulación bancaria y de claridad de
políticas monetarias que velen por el desarrollo del sector productivo. Desde el 2005 el
economista Cesar Ferrari había advertido:
En los países latinoamericanos la mayor parte de las empresas pagan costos
financieros muy por encima de los internacionales. En Colombia, en enero 2005,
la tasa activa preferencial, la que pagan las mejores empresas, era 10% y la que
pagan las pequeñas y medianas empresas 24.9%; con una inflación anual de 5.4%,
tales tasas resultan 4.4% y 18.4% real, respectivamente. En la misma fecha, en
Estados Unidos la tasa activa preferencial era 5.5% y la tasa al consumidor 8.9%
(36 meses); con una inflación anual de 3%, las tasas en términos reales eran 2.4%y
5.7%, respectivamente. Si un productor pequeño o mediano tiene una carta de
crédito abierta a la vista, irrevocable y garantizada, ¿por qué se le considera con
riesgo elevado y se le cobra un costo superior al internacional? La causa de esas
tasas elevadas no pareciera ser el riesgo; pareciera ser un problema de política
monetaria y de regulación bancaria.53
Concluimos, acorde con el Papa Francisco, que
Una de las causas de esta situación se encuentra en la relación que hemos
establecido con el dinero, ya que aceptamos pacíficamente su predominio sobre
nosotros y nuestras sociedades. La crisis financiera que atravesamos nos hace
olvidar que en su origen hay una profunda crisis antropológica: ¡la negación de la
primacía del ser humano! Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo
becerro de oro (cf. Ex 32,1-35) ha encontrado una versión nueva y despiadada en
el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin un rostro y sin un
52 http://www.banrep.gov.co/es/economia/tasas colo4.htm Vigencia de 06-10-2014 a 10-10-2014 (consultado el 25 de octubre de 2014).53 Esta información fue suministrada por el Doctor en Economía Cesar Ferrari en noviembre, 2014.
34
objetivo verdaderamente humano. La crisis mundial, que afecta a las finanzas y a
la economía, pone de manifiesto sus desequilibrios y, sobre todo, la grave carencia
de su orientación antropológica que reduce al ser humano a una sola de sus
necesidades: el consumo.54
Este texto no exige ningún comentario ya que es un análisis ético de gran mordiente sobre el
absurdo moral del sistema financiero colombiano que acabamos de analizar.
1.5. ¿De qué dependen los colombianos para participar de la vida financiera?
Educación y empleo.
“Sin el saber, el hacer es ciego y el saber es estéril sin el amor.”55 En diciembre de 2013, el
Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación - ICFES - presentó el informe
nacional de resultados para Colombia en PISA 2012.56 El sistema de evaluación PISA
corresponde a la iniciativa de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo
Económico) y está en concordancia con la preocupación a nivel global por establecer
políticas que “provean a los ciudadanos de habilidades necesarias para lograr su potencial
máximo, para participar en la economía global cada vez más interconectada, y finalmente,
convertir mejores empleos en mejores vidas.”57 Colombia ha participado en estas pruebas en
los años 2006, 2009 y 2012.58 El gobierno colombiano busca ser el tercer país
latinoamericano en hacer parte de los 34 países miembros de la OCDE (México, 1994 y Chile
2010)59 y, de esta forma, ser partícipe de los objetivos comunes de fomento de la prosperidad
54 EG 5555 CV 3056 ICFES. Colombia en PISA 2012. Informe nacional de resultados. Resumen ejecutivo. http://www.icfes.gov.co/investigacion/evaluaciones-internacionales/pisa (Consultado el 13 de julio, 2015) PISA - Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes.57 OECD (2013), PISA 2012 Results: Excellence Through Equity: Giving Every Student the Chance to Succeed (Volume II), PISA, OECD Publishing pg.5. Traducción mía.https://www.oecd.org/pisa/keyfindings/pisa-2012-results-volume-ii.htm (consultado 18 de abril de 2016)58 Las pruebas Pisa se realizan cada tres años a nivel de la OCDE. Las pruebas evalúan las habilidades de los jóvenes de 15 años para participar en la sociedad aplicando su saber a situaciones de la vida real.59 Para consultas de la lista de países miembros de la OCDE:http://www.oecd.org/about/membersandpartners/list-oecd-member-countries.htm (consultado abril 18, 2016)
35
y lucha contra la pobreza. El ICFES nos presenta en su resumen ejecutivo para las pruebas
del 2012 el siguiente resultado:
El resultado de los ocho países latinoamericanos se encuentra aún lejos de los
estándares de calidad definidos por la OCDE. Pese a los esfuerzos realizados en
esta materia, los desempeños de los estudiantes colombianos son insuficientes
para enfrentar los retos que exigen las sociedades modernas, de forma particular
los asociados a la resolución de problemas inesperados, no rutinarios y de
contextos poco familiares.60
La confianza en un futuro mejor para Colombia en materia de educación no es alentadora si
los estudiantes no están preparados para enfrentar los retos del mundo globalizado. Las
mediciones realizadas en Colombia respecto a la calidad de la educación apuntan a una
realidad de gran desigualdad en el mundo; la cual podría, de una u otra manera dejar a los
colombianos en la periferia de la cultura.
En la educación afianzamos nuestra cultura, la comprendemos y avanzamos en ella. Los
índices PISA para Colombia demuestran la vulnerabilidad del desarrollo humano en nuestro
país. La medición de las competencias necesarias de las personas para generar desarrollo
depende de la calidad de pensamiento de las mismas. El pensamiento formado, estructurado,
acompañado de razones profundas permite el desarrollo conjunto de los hombres; sin este las
personas quedan expuestas a la manipulación y corrupción. La educación de un país es
indicador de su desarrollo y de sus posibilidades en el futuro. La educación alivia la pobreza
y afecta la movilidad social, que aplaca la desigualdad. Propender por las necesidades
educativas de las personas es promover a largo plazo el desarrollo y crecimiento de la nación.
En materia de educación financiera, la Ley 1328 de 2009 (Reforma Financiera) estableció
que las entidades financieras deben impartir educación sobre sus productos y servicios, esto
como respuesta a los casos de “pirámides de ahorro” en que muchos colombianos perdieron
sus recursos y patrimonios en el año 2008. Dicha educación, en manos de las entidades
60 ICFES. Resumen ejecutivo resultados Colombia en PISA 2012.http://www.icfes.gov.co/investigacion/evaluaciones-internacionales/pisa (Consultado el 2 de agosto de 2015)
36
vigiladas por la superintendencia financiera, de algunas ONGs y de instituciones públicas,
no alcanza a dimensionar el problema de impartir educación, el cual se hace evidente años
más tarde con el caso de los inversionistas de Interbolsa61.
Por educación financiera no se entiende simplemente que una entidad dé a conocer los
productos disponibles, o lograr que las personas entiendan la importancia de acudir a la
banca; se trata realmente de educar en materia de valores. La praxis financiera debe ir
acompañada por una orientación en valores y de formación en toma de decisiones, pues la
educación sin valores es puramente técnica y no asegura el bienestar de las personas ni la
posibilidad de que se conviertan en “pensadores de reflexión profunda que busquen un
humanismo nuevo, el cual permita al hombre moderno hallarse a sí mismo, asumiendo los
valores superiores del amor, de la amistad, de la oración y de la contemplación”.62
Indudablemente, la educación permite el acceso a mejores empleos y, por ende, a mayores
ingresos. En Colombia, la tasa de desempleo 63 viene presentando disminución en los últimos
años (tabla 1). Dicha disminución se puede atribuir a la implementación de políticas de
generación de empleo, como ha sido el Plan de impulso a la productividad y el empleo (PIPE)
desde abril de 2013. Así mismo, ha disminuido la tasa de informalidad del empleo, aunque,
de acuerdo con Fedesarrollo, Colombia maneja una de las tasas de informalidad más altas en
la región. Igualmente, la reducción de costos laborales ha tenido efectos positivos sobre la
generación de empleo formal, aunque la tasa del empleo informal del 2013 al 2014
aumentó.64
61 En Noviembre de 2012 Interbolsa considerada la comisionista de bolsa que maneja el mayor volumen de deuda pública y privada, fue intervenida por el gobierno luego de que un manejo de operaciones REPO soportadas por acciones de Fabricato diera la voz de alarma de iliquidez, ante lo cual el gobierno debió intervenir. Cfr. Revista Semana. Sección Nación. La verdad sobre la comisionista Interbolsa http://www.semana.com/nacion/articulo/la-verdad-sobre-comisionista-interbolsa/267355-3 (Consultado el 26 de octubre de 2014)62 PP 20. En este punto hace referencia al texto de J. Maritain, Les conditions spirituelles du progrès et de la paix, en Rencontre de cultures à l'UNESCO sous le signe du Concile œcuménique Vatican II, París, Mame, 1966, pg. 66.63 “La tasa de desempleo es un porcentaje de la población que quiere trabajar pero no tiene empleo. (...) es una medida imperfecta del desempleo.” Mankiw, Principios de economía, 635.64 Fedesarrollo. Informe Mensual del Mercado Laboral. Junio 2014. Pg.9. http://www.fedesarrollo.org.co/wp- content/uploads/2014/07/IML-Junio-2014 Web.pdf (Consultado el 18 de abril de 2016)
37
Año 2009 2010 2011 2012 2013 2014
Mayo
Tasa de actividad % 61.3 62.1 63.1 64.5 64.2
Tasa de 13 12.4 11.5 10.4 9.6 8.8
desempleo %
Fuentes CEPAL 2009-201165 y DANE 2012-2014 Tabla 1Tasa de actividad laboral, o sea quienes tienen empleo.
Al igual que mencionábamos en el caso de la pobreza, nos encontramos con un indicador
negativo que se busca eliminar. “En LAC la principal fuente de ingresos de los hogares
proviene de la remuneración a su trabajo. En tal sentido, es indispensable generar trabajo de
buena calidad salvaguardarlo de choques externos con el fin de superar la pobreza y la
desigualdad.” 66 Colombia no es ajena a esta realidad. Las recomendaciones para persistir en
la generación de empleo por parte de los economistas, se centran en velar por la política
macroeconómica y comercial, para que los pueblos menos desarrollados no sean agobiados
por los países más desarrollados. La política laboral debe seguir insistiendo en combatir el
empleo informal y velar por el empleo formal, disminuyendo los impuestos sobre las
nóminas.
Hablar de empleo debe ir de la mano del concepto de trabajo decente que propone Benedicto
XVI en Caritas in veritate61. Las condiciones de transformación de las personas a través del
65 CEPAL Estudio economico 2013.pdf pg. 8.http://www.cepal.org/publicaciones/xml/4/50484/EstudioEconomico2013.pdf (Consultado abril 18, 2016)66 Steiner, R. y Sabogal, A. VI Cumbre de las Américas Reducción de la pobreza y la desigualdad en el hemisferio. Fedesarrollo. Septiembre, 2011. Pg.2 http://www.fedesarrollo.org.co/wp- content/uploads/2011/08/Reducci%C3%B3n-de-la-pobreza-y-la-desigualdad-en-el-hemisferio- Pobreza y Desigualdad-21.pdf (consultado julio 6 de 2014).61 Dice Benedicto XVI frente al concepto de decencia lo siguiente: “¿qué significa la palabra «decencia» aplicada al trabajo? Significa un trabajo que, en cualquier sociedad, sea expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer: un trabajo libremente elegido, que asocie efectivamente a los trabajadores, hombres y mujeres, al desarrollo de su comunidad; un trabajo que, de este modo, haga que los trabajadores sean respetados, evitando toda discriminación; un trabajo que permita satisfacer las necesidades de las familias y escolarizar a
38
trabajo permiten que mejoren las perspectivas de superación, tanto de la pobreza como de la
desigualdad del país. De ahí la gran preocupación del gobierno en atender consistentemente
y direccionar su toma de decisiones a favor de la erradicación del desempleo, así como por
evaluar y controlar esta situación con los indicadores de subempleo objetivo y subjetivo.
Esfuerzo que está ligado al establecimiento de empleos de calidad.
La perspectiva parecería favorable si nos atenemos a las estadísticas de empleo, para que
nuestra confianza en las políticas fiscales y de generación de empleo adoptadas por el
gobierno permitan efectivamente generar empleo formal para la economía de los hogares.
Siempre y cuando este proceso esté sustentado por una educación que permita atender la
demanda eventual de trabajadores, preparados no solo en técnica sino en valores.
Lamentablemente la confianza del anterior párrafo cae como un castillo de naipes, ya que las
estadísticas citadas del DANE sobre empleo son vaporosas y vacuas en absoluto, porque
incluyen el trabajo informal, el cual de ninguna manera puede ser considerado como una
labor digna. Prueba reina de todo esto es la estadística reciente del Ministerio de Trabajo y
el mismo DANE, según la cual el 55% de los laboradores colombianos se hallan en empleos
informales.* 68
1.6. Conclusión
La perspectiva financiera de Colombia puede leerse en el análisis de su desarrollo económico
y su situación actual. Este análisis indica que no estamos bien posicionados y esto nos hace
vulnerables a nivel mundial. Puede concluirse que los indicadores comparativamente con los
países de la región, ilustran una incapacidad para avanzar como estos, provocando una mayor
los hijos sin que se vean obligados a trabajar; un trabajo que consienta a los trabajadores organizarse libremente y hacer oír su voz; un trabajo que deje espacio para reencontrarse adecuadamente con las propias raíces en el ámbito personal, familiar y espiritual; un trabajo que asegure una condición digna a los trabajadores que llegan a la jubilación.” CV 63.68 Novoa, C. S.J. Actualización estadística a 2014, Bogotá, Julio 2014. Pg.85 estas cifras son tomadas de www.dane.gov.co y www.mintrabaio.gov.co (consultado mayo 1, 2013).
39
desigualdad no solo interna sino frente al mundo. Las posiciones políticas con respecto a los
temas que definen en gran proporción el porvenir económico del país, como son la pobreza,
la desigualdad, el crecimiento, la calidad de la educación y el empleo, buscan mejorar la
situación pero sus resultados no son claros.
En este panorama, en el cual influyen múltiples variables no tratadas aquí,69 observamos que
se han adoptado políticas que ayudan a adelantar el país en materia financiera como son el
microcrédito, los programas de educación y la política laboral, entre otras. Las herramientas
y políticas se ponen a disposición de los colombianos para avanzar, pero tales herramientas
y políticas no alcanzan a hacer de estas la solución a nuestro desarrollo. La motivación
humana, sea esta la de cada persona, comunidad, grupo empresarial o político, se encuentra
centrada en intereses particulares y guiada por la maximización de ganancias. Por ende,
ningún programa o política que disponga el gobierno será garantía de desarrollo si no se
cuestiona la motivación de los que deben adelantar y participar de los mismos programas y
políticas económico - financieras.
En manos de una economía liderada por motivaciones egoístas, a la pregunta ¿cómo se debe
vivir? solo pueden darse soluciones parciales, a favor de unos pocos. Por lo tanto, plantear
esta pregunta requiere salirse del esquema promocionado por el mundo económico-
financiero, el cual está fundado en principios y valores que no toman en cuenta la dignidad
del ser humano, ni la posibilidad de trabajar por el prójimo, ni de practicar el amor fraterno.
Para optar por los principios del amor, la fraternidad y la solidaridad, y permitir que dirijan
nuestro comportamiento, es preciso profundizar acerca de cómo pueden tomar rostro estos
principios en la economía, en las finanzas y demostrar que sí son viables para reorientar la
praxis financiera actual.
Es así como acudo a la confianza en la gracia o Providencia de Dios, alentada por el
Evangelio y los principios de la doctrina social de la Iglesia, a fin de reconocer un camino
alterno para la vida financiera del católico. El propósito de este trabajo es invitar a cada
69 Temas como la violencia, la inseguridad nacional, las conversaciones de paz para el país en La Habana, esto sin acudir a variables de orden mundial, afectarán seguramente las políticas del gobierno para el desarrollo económico del país.
40
colombiano católico a ser partícipe de una nueva perspectiva económico-financiera para
nuestro país, a retar sus motivaciones actuales, a pensar de manera autónoma y no guiado por
el consumismo. Es un llamado a dejar de ser espectadores de nuestra propia destrucción, y
comenzar a ser constructores de nuestro desarrollo, guiados por la Providencia. Benedicto
XVI nos indica que
El desarrollo necesita de cristianos con los brazos levantados hacia Dios en
oración, (...) El desarrollo conlleva atención a la vida espiritual, tener en cuenta
seriamente la experiencia de fe en Dios, de fraternidad espiritual en Cristo, de
confianza en la Providencia y en la Misericordia Divina, de amor y perdón, de
renuncia a uno mismo, de acogida del prójimo, de justicia y de paz.70
El Evangelio nos dará luz sobre cómo acudir a la Providencia, estar disponibles para nuestro
prójimo y vivir de manera solidaria y fraterna. Es así como acudo al Evangelio según San
Mateo 6, 19-34,71 para construir un itinerario de confianza en Dios y levantar nuestros brazos
hacia Él en oración.
70 CV 7971 «No os amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socavan y roban. Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben; porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.«El ojo es la lámpara del cuerpo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará iluminado; pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!«Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se dedicará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero.«Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, pensando qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, discurriendo con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros, pero vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida? Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en todo su esplendor, se vistió como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos?, pues por todas esas cosas se afanan los paganos. Vuestro Padre celestial ya sabe que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana, pues el mañana se preocupará de sí mismo: cada día tiene bastante con su propio mal.
41
2. Gracia de Dios
2.1. Gracia en la Biblia
El término gracia en su raíz griega, haris, y en el griego de la koiné del Nuevo Testamento
significa Dios en Jesús por su Espíritu como donación totalmente gratuita al hombre a pesar
de su rechazo. “La Gracia es la misma esencia de la atención de Dios a la humanidad, al ser
encarnada en Jesucristo y comunicada en la profundidad de la naturaleza humana como don
del Espíritu Santo.”72 73 74
La gracia de Dios sobre los hombres se define a través de la Biblia en varios términos que,
además del anterior: haris derivado de hara que indica gozo o alegría, dan a conocer la
amplitud de su significado y profundidad. Gracia como hesed, o fidelidad que se reconoce
en la alianza que Dios ofrece a los hombres. Rahamin, gracia como entrega de corazón y
todo el ser a los que se ama. Igualmente, gracia como justicia inagotable, sedeq.13
El término gracia también se designa en varias oportunidades por la palabra hen o
misericordia en el hebreo del Antiguo Testamento (AT). León-Dufour, en el Vocabulario de
Teología Bíblica dice del término hen en contraposición con el término haris:
Mientras que el hebreo hen designa en primer lugar el favor, la benevolencia
gratuita de un personaje de alta posición, y luego la manifestación concreta de ese
favor, demostrado por el que da y hace gracia, escogido por el que recibe y halla
gracia, y, por fin, el encanto que atrae las miradas y se granjea el favor, el griego
kharis, con un proceso casi inverso, designa en primer lugar la seducción que
irradia la belleza, luego la irradiación más interior de la bondad, finalmente los
dones que manifiestan esta generosidad.14
72 Lacoste, Encyclopedia o f Christian Theology Vol. 2 G-O, 647. Traducción mía.73 Cfr. León-Dufour, Vocabulario de Teología Bíblica, 366.74 Ibid., 365-366.
42
El uso de cada uno de estos términos en la Biblia varía acorde con la situación y momento
histórico como, por ejemplo, al encontrar que del “gr. Haris, (...), lat. gratia, que traduce el
hb. hén (...) y hesed (...). El término no se encuentra en boca de Jesús; pertenece
principalmente al lenguaje teológico de Pablo (100 veces sobre 155).”75
Con base en lo anterior nos permitimos empezar el estudio de la gracia para abordar nuestro
tema financiero con los mismos sentimientos de gozo y alegría76 que evoca el término. Con
la esperanza de que el resultado final no sea solamente la entrega de lo que merecemos
(justicia inagotable: sedeq en el hebreo del AT) o la posibilidad de que no se nos dé lo que
merecemos (misericordia: hen) sino que se nos dé, más aún, lo que no merecemos (hesed).
Es a través de la gracia que pretendo abordar la problemática definida en el primer capítulo
y de esta forma lograr una aproximación a la propuesta de vivir bajo la gracia de Dios, Su
providencia y la confianza debida a Él, quien “nos amó primero ” (1Jn 4,19).
2.1.1. Gracia en el Antiguo Testamento
La gracia de Dios en el Antiguo Testamento (AT) es promesa que despierta esperanza en el
hombre quien la recibe. Podemos a las anteriores definiciones dar mayor énfasis al término
hebreo hen, que se lee como actitud de bondad en las relaciones humanas, sobre todo en
aquellas de superiores hacia subordinados, como expresión teológica del amor infinito de
Dios, “Pero, Noé halló gracia a los ojos de Yahveh” (Gn 6,8). Se reconoce en esta relación
de Dios con Noé la subordinación del hombre ante la mirada bondadosa de Dios sobre él.
2.1.1.1. La Gracia definida en los atributos de Dios 75 76
75 León-Dufour, Diccionario del Nuevo Testamento, 309.76 Cfr. Ibid., 309.
43
La Biblia da testimonio de la gracia de Dios y de manera reverencial en el libro de Éxodo,
cuando Dios mismo se define así: “«Yahveh, Yahveh, Dios de ternura y de gracia, tardo a la
ira y rico en misericordia y fidelidad,»” (Ex 34,6).77 Dios mismo proclama su ternura y
gracia.
El héséd divino marca una relación de fidelidad con la humanidad, - “de lejos Yahveh se le
apareció. Con amor eterno te he amado: por eso te he reservado mi favor. ” (Jer 31,3) y se
concreta en favores otorgados por Dios - “¡qué poco merecía yo todas las mercedes y toda
la confianza que has dado a tu siervo! ” (Gn 32,11).
Es el amor infinito de Dios por sus criaturas lo que abre las puertas a su gracia, apertura
permitida por Él, para conocimiento de los hombres y por la bondad de su Creador. Es así
como pasamos de la bondad a la ternura paternal en el término Rahamin “¿Acaso olvida una
mujer a su niño, sin dolerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque esas personas se
olvidasen, yo jamás te olvidaría.” (Is 49,15). La ternura es demostrada a través del cariño en
“Como un padre se encariña con sus hijos, así de tierno es Yahveh con sus adeptos.” (Sal
103,13). Un Dios tierno y cariñoso abre las puertas de la gracia a sus hijos, sin olvidar a
ninguno de ellos.
El término héséd, indica la acción dictada por la fidelidad a la comunidad, evidenciando la
proximidad de Dios a sus hijos que genera confianza en su protección y atención, “¡que
admirable es tu amor (héséd), oh Dios! Por eso los seres humanos se cobijan a la sombra de
tus alas; se sacian con las provisiones de tu casa, en el torrente de tus delicias los abrevas;
pues en ti está la fuente de la vida, y en tu luz vemos la luz.” (Sal 36,8-10).78 79
Aunque, según la Biblia de Jerusalén, en el Salmo anterior la traducción de héséd es “amor”
encontramos que León-Dufour utiliza el término “gracia”.79 El amor o gracia infinita de
Dios se revela en acciones a favor del hombre por su cariño y ternura hacia nosotros. Gracia
77 Cfr. León-Dufour, Vocabulario de Teología Bíblica, 366. El autor utiliza la traducción del v6 como se indica arriba; este mismo versículo en la Biblia de Jerusalén dice “«Yahvé, Yahvé, Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y fidelidad,»”78 Cfr. Lacoste, Encyclopedia o f Christian Theology Vol. 2 G-O, 647.79 Cfr. León-Dufour, Vocabulario de Teología Bíblica, 366. El autor utiliza la traducción de héséd como gracia así “¡cuan preciosa es tu gracia (héséd), oh Dios!” (Sal 36,8).
44
que no abandona, sino que protege y que atiende a las necesidades humanas y se desborda en
forma de torrente de delicias. Aunque la traducción sea distinta, el Comentario Bíblico
Internacional se refiere a estos versículos como la
Exposición hímnica de la gracia, justicia y derecho de Yahveh. (...) Las
peticiones de gracia y de justicia a favor del grupo de conocedores de Yahveh y
la petición de verse libre de la arrogante sobrestimación de sí mismo preceden a
la constatación del fracaso de los malvados.80
Hablar de la gracia de Dios es hablar del amor por sus criaturas, y en esta forma traducir
“amor ” en ternura y gracia como sugiere León-Dufour permite a través de los atributos de
Dios, reconocerla. Son los atributos de Dios que amplían el término gracia como establece
el Comentario Bíblico Latinoamericano sobre el Salmo 36, 8-10
La misericordia de Dios es admirable. Con un cambio muy notorio el salmista se
dirige a Yahvé; en pocos verbos acumula una serie de términos que se refieren a
Dios y que manifiestan la comprensión tan alta que el orante tiene de su Dios, la
alegría, la admiración, el gozo que siente al ponderar los atributos de Dios: la
misericordia, la fidelidad, la justicia, la providencia; 81
Los atributos que Dios derrama sobre nosotros de manera abundante e inagotable hacen parte
de la gracia. A través de ellos reconocemos la acción de Dios sobre nosotros que es gracia de
misericordia, de poder, de justicia, de fidelidad, de benevolencia y de providencia.
2.1.1.2. La Gracia que se revela
Dios se revela con toda generosidad sobre su pueblo elegido no por los méritos de este sino
por su propia iniciativa, "No penséis que Yahveh se ha prendado de vosotros y os ha elegido
porque seáis el más numeroso de todos los pueblos, pues de hecho sois el menos numeroso"
80 Farmer, Comentario Bíblico Internacional, 745.81 Levoratti, Comentario Bíblico Latinoamericano. Antiguo Testamento Vol. II Librosproféticos y sapienciales,666-667.
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(Dt 7,7). Así mismo la gracia no se revela porque Israel ha sido fuerte "No digas para tus
adentros: Con mi propia fuerza y el poder de mi mano me he creado esta riqueza." (Dt 8,17)
por que correrían el peligro de olvidarse de Dios.
La gracia que se revela ha sido por "el amor a vosotros y la fidelidad al juramento hecho a
vuestros padres" (Dt 7,8). La fidelidad a su alianza es lo que permite que su generosidad se
derrame sobre Israel. "Yahveh amó a tus padres y eligió a su descendencia, por eso te sacó
de Egipto personalmente con su gran fuerza. " (Dt 4,37). “Este es el misterio de la elección
divina, que no puede explicarse por ninguna cualidad que posea Israel, sino solo por el amor
con que el Señor lo ama y por su fidelidad al juramento que hizo a los Patriarcas, antepasados
de Israel”82 La gratuidad de la gracia es decisión divina, así como la forma en que se cristaliza.
La generosidad de Dios revelada como gracia que se derrama sobre su pueblo se refleja en la
tierra prometida, abundante y buena "Ahora Yahveh tu Dios va a introducirte en una tierra
buena: tierra de torrentes de fuentes y hontanares que manan en los valles y en las
montañas," (Dt 8,7). Esta tierra generosa “bebe el agua de la lluvia del cielo” (Dt 11,11). Es
Dios mismo quien cuida de la tierra, enviando sobre ella las lluvias. El goce de Israel es
gracia de Dios que se cristaliza en abundancia.83
2.1.1.3. La Gracia para la alianza.
La gracia de Dios no es derramada sin tener en cuenta su finalidad en la alianza, es así como
la exigencia en el libro de Deuteronomio "Amarás a Yahveh tu Dios con todo tu corazón, con
toda tu alma y con todas tus fuerzas." (Dt 6,5) no es una afirmación “monoteísta sino la
exigencia de una lealtad o devoción exclusiva a Yahvé”84 La gracia de Dios exige todo el
82 Levoratti, Comentario Bíblico Latinoamericano. Antiguo Testamento Vol. I Pentateuco y textos narrativos, 573.83 Cfr. Ibid., 576.84 Brown, Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Antiguo Testamento, 151.
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amor del corazón, exige un esfuerzo lleno de la intimidad de quien la recibe. La seducción
de la gracia de Dios está dispuesta para que el agraciado se deje seducir.
Se trata de la lealtad a Dios al cumplir sus mandamientos, sirviéndolo solo a Él. "Y ahora,
Israel, ¿qué te pide Yahveh tu Dios, sino que temas a Yahveh tu Dios, siguiendo todas sus
directrices amándolo, sirviendo a Yahveh tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma. "
(Dt 10,12s). La gracia de Dios, quien gobierna el universo, introduce a su pueblo a la
exigencia moral “para asegurar el futuro de Israel en la tierra prometida.”85 Existe un
intercambio que transparenta la comunión del pueblo con su Dios.
2.1.1.4. La Gracia como bendición.
León-Dufour86 nos lleva a la comprensión de la gracia como bendición sobre sus elegidos a
través del texto de Números: "Que ilumine Yahvé su rostro sobre ti y te sea propicio;” (6,25).
Este texto conocido como la bendición sacerdotal evoca la iluminación de Dios sobre el rostro
de la persona indicando que lleva a una consecuencia:
(...) cuando Yahvé hace brillar su rostro, se manifiesta su gracia; cuando él
muestra su favor, hay paz. Israel entiende el Shalom del Señor no en un sentido
espiritual abstracto ni como un bien individual; se trata más bien de realidades
concretas como la descendencia, la tierra, la seguridad, las posesiones y el
bienestar en un contexto comunitario. La fuerza del poema-bendición radica en la
intensidad con que proclama la providencia continua de Yahvé hacia su pueblo.87
De acuerdo a León-Dufour88 corresponde al padre bendecir a sus hijos y, como tal, la primera
bendición que recibe Abraham, recae sobre todas las naciones "Bendeciré a quienes te
85 Levoratti, Comentario Bíblico Latinoamericano. Antiguo Testamento Vol. I Pentateuco y textos narrativos, 576.86 Cfr. León-Dufour, Vocabulario de Teología Bíblica, 367.87 Levoratti, Comentario Bíblico Latinoamericano. Antiguo Testamento Vol. I Pentateuco y textos narrativos, 528.88 Cfr. León-Dufour, Vocabulario de Teología Bíblica, 367.
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bendigan y maldeciré a quienes te maldigan. Por ti se bendecirán todos los linajes de la
tierra." (Gen 12,3)
La gracia de Dios que es bendición recae sobre todos sus hijos: "¡Ay del que dice a su padre:
¿Qué has engendrado? y a su madre: ¿Qué has dado a luz?! Esto dice Yahvé, el Santo de
Israel, su modelador: ¿Pretendéis decirme algo de mis hijos, o instruirme sobre la obra de
mis manos. Yo hice la tierra, y creé al hombre en ella. Yo extendí los cielos con mis manos,
y doy órdenes a todo su ejército. Yo le he suscitado para la victoria y allanado todos sus
caminos. Él reconstruirá mi ciudad, y enviará a mis deportados sin rescate y sin recompensa.
Dice Yahvé Sebaot." (Is 45,10-13). El amor de Dios es como el de un padre hacia sus hijos
pero sin dejar de lado la alianza. La promesa a Abraham continua de generación en
generación. El conocimiento de la alianza y su alcance a todos sus hijos incrementan la
confianza en la gracia.
Dios, el Santo de Israel llama a su pueblo a la santidad "Seréispara mí un reino de sacerdotes
y una nación santa. Estas son las palabras que has de decir a los israelitas." (Ex 19,6).
Igualmente, la respuesta de aceptación al llamado lleva a la consagración de Israel. Es así
como Dios indica: “Di a toda la comunidad de israelitas: Sed santos, porque yo soy santo,
porque yo Yahveh, vuestro Dios, soy santo" (Lv 19,2).
El imperativo del v2: (...) describe el fundamento último de toda la legislación
israelita. En la Biblia no hay separación entre la teología y las obligaciones
morales. De manera constante se afirma que la moral humana encuentra su última
razón de ser en la santidad de Dios. (...) La santidad empieza en el hogar, con el
respeto al padre y a la madre. También incluye ciertas obligaciones religiosas;
pero tiene asimismo una dimensión social y debe manifestar su presencia en toda
la vida de la comunidad.89
89 Levoratti, Comentario Bíblico Latinoamericano. Antiguo Testamento Vol. I Pentateuco y textos narrativos, 506.
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Amar a Dios con todo el corazón, el alma y el esfuerzo lleva a la observancia de las
obligaciones morales, desde la sencillez del hogar hacia el padre y la madre que se proyecta
hacia toda la comunidad. Pero esta observancia no siempre es fiel.
Israel se niega al llamado “Escuchad la palabra de Yahvé, hijos de Israel, que Yahvé pone
pleito a los habitantes de esta tierra pues no hay fidelidad ni amor, ni conocimiento de Dios
en esta tierra, sino perjurio y mentira, asesinato y robo, adulterio y violencia, sangre y más
sangre.” (Os 4,1s). Israel ha sido infiel y es precisamente la falta de fidelidad la que ataca la
relación de alianza, esta se rompe.
Es por el amor y la misericordia de Dios, es por su gracia que “Van a llegar días - oráculo
de Yahveh - en que yo pactaré con la Casa de Israel una nueva alianza ” (Jer 31,31). Alianza
que se realizará basada sobre la Ley de Dios como relación íntima expresada en “yo seré su
Dios y ellos serán mi pueblo” (Jer 31,33). Dicha alianza será obra de su Espíritu: "Infundiré
mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y
practiquéis mis normas. ” (Ez 36,27). Dios dispone su Espíritu en el corazón del hombre,
transformándolo. “El corazón y el espíritu simbolizan al conjunto de la persona. No cabe
duda: se trata de una creación nueva. Israel es recreado.”90
Vendrá la justicia de Dios en el mundo, se recibirá lo que se merece, “Destilad cielos, Rocío
de lo alto derramad nubes, la victoria. Abrase la tierra y germine la salvación que produzca
juntamente la justicia. Yo, Yahvé lo he creado” (Is 45,8) y “Se dirá: ¡Solo en Yahvé está la
victoria y el poder! A él se volverán abochornados todos los que se inflamaban contra él.”
(Is 45,24). La gracia de Dios será derramada nuevamente en forma de justicia y salvación.
2.1.2. Gracia en el Nuevo Testamento.
90 Farmer, Comentario Bíblico Internacional. Comentario católico y ecuménico para el siglo XXI, 982
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Siguiendo la estructura de León-Dufour91 nos aproximamos a la categoría gracia en el Nuevo
Testamento (NT) a través de algunas de las connotaciones atribuidas por este autor al
término, a saber: a) gracia que culmina en Jesucristo, b) gracia que sustituyó al régimen de
la Ley, c) gracia que se recibe de manera gratuita, d) gracia sin retribución debida, e) gracia
como deseo inicial y final de Pablo en sus cartas, f) la riqueza de la gracia sobreabundante,
que se traduce en la favorabilidad de Dios hacia el hombre y en el perdón de sus faltas; y g)
de dones espirituales.
2.1.2.1. Gracia que culmina en Jesucristo
La palabra gracia se utiliza en el Nuevo Testamento como culminación de lo revelado en el
Antiguo Testamento. Encontramos en Juan 1,14.16 referencia a la gracia en el Unigénito del
Padre. “Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros; y hemos contemplado
su gloria, gloria que recibe del Padre como Unigénito, lleno de gracia y de verdad.” (Jn
1,14) “De su plenitud hemos recibido todos gracia por gracia.” (Jn 1,16).
“La Palabra ya revelaba a Dios en la creación y en la luz de la verdad inherente a los seres
humanos”.92 Igualmente se revelaba habitando entre nosotros en su morada (Ex 26, 1), en el
rostro radiante de Moisés (Ex 34,29.35) al bajar del monte Sinaí y entre el pueblo de Israel,
lo anterior como confirmación de la presencia de Dios entre nosotros.
Ahora bien, es su Unigénito quien, lleno de gracia y de verdad, recibe la gloria del Padre.
“«Gloria», aparece a lo largo del Evangelio de Juan como la gloria de Dios revelada en Jesús;
(...) lleno de gracia y de verdad: (...) la frase probablemente refleja el hesed we ’met de la
alianza, el favor amoroso y misericordioso de Dios para con su pueblo.”93
91 León-Dufour, Diccionario del Nuevo Testamento, 309.92 Farmer, Comentario Bíblico Internacional. Comentario católico y ecuménico para el siglo XXI, 1329.93 Brown, Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo Nuevo Testamento y artículos temáticos, 538 no.25.
50
En Juan 1,16 se constata la gracia como plenitud. Además de que gracia por gracia insinúa
que se ha reemplazado la gracia de la antigua alianza por la nueva alianza.94 Jesús es la
plenitud de la gracia.
2.I.2.2. Gracia que sustituyó al régimen de la Ley
Al continuar la lectura del capítulo 1 de san Juan encontramos en el v17 que ya el evangelista
no insinúa el reemplazo de la antigua alianza por la nueva sino lo confirma: “Porque la Ley
fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. ” (Jn
1,17). Según León-Dufour:
La palabra que designa la gracia (gr. kharis) no es pura creación del cristianismo;
figura ya en el AT. Pero el NT fijó su sentido y le dio toda su extensión. La utilizó
precisamente para caracterizar el nuevo régimen instaurado por Jesucristo y
oponerlo a la economía antigua: ésta estaba regida por la ley, aquella lo está por
la gracia.95
Bajo el aspecto de la sustitución del régimen de la Ley por la Gracia, Pablo en Romanos 5,2
atribuye a Jesús el acceso a la gracia “por quien hemos obtenido, también mediante la fe, el
acceso a esta gracia en la que nos hallamos, y nos gloriamos en la esperanza de participar
de la gloria de Dios." Es por la gracia que esperamos la gloria de Dios. Dice el Nuevo
Comentario Bíblico San Jerónimo: “Lo que el cristiano espera es la gloria de Dios
comunicada [...], todavía por alcanzar, aun cuando el cristiano ya ha sido introducido en la
esfera de la “gracia”.96
En Romanos 6,14 Pablo en definitiva establece la sustitución en cuestión: “Pues el pecado
no volverá a dominaros, ya que no estáis a merced de la ley, sino bajo la gracia de Dios.".
Bajo la gracia, encontramos la posibilidad de actuar con rectitud cristiana, gracia que evoca
94 Cfr. Ibid., 538 no.26.95 León-Dufour, Vocabulario de Teología Bíblica, 365.96 Brown, Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo Nuevo Testamento y artículos temáticos, 382 no.51.
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el deseo de actuar en esta forma, amar y actuar acorde con ella. La rectitud honra y glorifica
el nombre de Jesús “A s í e l nom bre de l Señor Jesús será g lorificado en ustedes, y ustedes en
él, conform e a la gracia de nuestro D ios y de l Señor Jesucristo .” (2Ts 1,12).
2.I.2.3. Gracia que se recibe de manera gratuita
La gracia se recibe de manera gratuita, esto es anunciado por san Pablo así “É stos son
ju s tificados p o r É l gratuitam ente p o r su gracia, en v irtud de la redención realizada en Cristo
Jesús”. (Rm 3,24). Sin la gratuidad esta no sería gracia sino recompensa. Dios es bondadoso
y la gracia es entregada sin condiciones.
San Pablo nos recuerda constantemente la gratuidad y la gracia de la justificación como
primer momento de la economía de la salvación, “P ues bien, de l m ism o modo, tam bién ahora
subsiste un resto elegido p o r gracia ” (Rm 11,5); y “estando m uertos a causa de nuestros
delitos, nos vivificó jun tam en te con C risto - p o r gracia habéis sido salvados-, (...) P ues
habéis sido salvados gratuitam ente, m ediante la f e . E s decir, que esto no viene de vosotros,
sino que es un don de D ios” (Ef 2,5.8).
El carácter de la salvación como gracia totalmente gratuita no permite que haya lugar a que
el hombre exija esta gracia. Dios es libre por lo tanto de dar la gracia, sencillamente por su
inconmensurable amor a cualesquiera. Así mismo, si la gracia proviene de la benevolencia
de Dios, el hombre por la fe, por el deseo, se dispone a recibirla.97
Sin el deseo, el reconocimiento y la aceptación de la gracia el hombre no podrá recibirla. La
gracia llega al hombre por la fe no solo por el asentimiento de la razón sino también por la
obediencia a la fe, esto lo hace adhiriendo su voluntad a la voluntad de Dios preparándonos
para “cuando e l Señor Jesús se revele desde e l cielo con sus poderosos ángeles, en m edio de
97 Cfr. Théo. L ’encyclopédie catholique pour tous, 701.
52
una llama de fuego, y tome venganza de los que no conocen a Dios y de los que no obedecen
al Evangelio de nuestro Señor Jesús” (2Ts 1,7-8).
La fe llega también por el ejercicio de la caridad, “Porque si pertenecemos a Cristo Jesús, ni
la circuncisión ni la incircuncisión, tienen eficacia, sino la fe, que actúa por la caridad." (Ga
5,6).
Esta gracia de carácter gratuito que acoge a todos aquellos que la reciben sea por la
obediencia a la fe o por el ejercicio de la caridad nos lleva al concepto inicial de gozo y
alegría siempre y cuando no se reciba en vano como exhorta san Pablo “Yporque somos sus
colaboradores, los exhortamos a no recibir en vano la gracia de D ios.” (2Co 6,1).
2.I.2.4. Gracia sin retribución debida
Dando continuación al atributo de gratuidad de la gracia de Dios, como consecuencia de esta,
lo dado gratuitamente no debe exigir retribución debida. Dice León-Dufour al respecto:
La gratuidad inicial de la elección (Rm 11,5) marcará para Pablo toda la existencia
cristiana. La salvación es el don de Dios y no salario merecido por un trabajo (Rm
4,4); de lo contrario, “la gracia ya no es gracia” (11,6). Si la salvación se debe a
una observancia cualquiera, la gracia de Dios no tiene ya objeto “la fe no tiene ya
sentido, y la promesa carece de efecto”(4,14). Solamente la fe en la promesa
respeta el verdadero carácter de la obra de Dios, que consiste en ser ante todo una
gracia.98
En la Epístola a los Romanos Pablo dice “Pues bien, del mismo modo, también ahora subsiste
un resto elegido por gracia”” (Rm 11,5) sugiere la elección no debida de la cual habla León-
Dufour en la anterior cita. En el versículo “Ahora bien, al que trabaja no se le da el salario
como un regalo, sino como algo que se le debe”” (Rm 4,4), encontramos la posición paulina
98 León-Dufour, Vocabulario de Teología Bíblica, 368.
53
a manera de comparación de la paga debida al obrero contraria a la retribución no debida ya
que Dios no es deudor de nadie.
La importancia de la fe plasmada en “Porque si ser herederos dependiese de la ley, la fe
carecería de objeto, y la promesa quedaría abolida. ” (Rm 4,14) determina que “La fe es el
elemento más importante de todos, ya que entraña la benevolente promesa de Dios. Quien
vive por la fe vive por gracia, y la promesa es válida no sólo para el judío, sino para todos los
que comparten la fe de Abrahán, como enseña el AT.” 99 como sugiere a continuación en el
mismo capítulo el v16 “Por eso para que fuese un don la promesa tenía que depender de la
fe, y así quedar asegurada para toda la posteridad; no sólo para los de la ley, sino también
para los de la fe de Abrahán, padre de todos nosotros (Rm 4,16).
Pablo enseña que la justificación del hombre depende del reconocimiento y aceptación de la
gracia, “Porque pensamos que el hombre es justificado por la fe, independientemente de las
obras de la ley.” (Rm 3,28). La gracia llega al hombre por la fe y el hombre justo vive por la
fe “Porque en él (el Evangelio) se revela la justicia de Dios, de fe en fe, como dice la
Escritura: El justo vivirá por la fe .” (Rm 1,17). Como vimos en el numeral anterior, esta fe
no es solo un asentimiento del hombre sino incluye el acto de obediencia de la voluntad para
adherirse a la divina voluntad y de caridad activa. Debemos considerar esta posición
aparentemente contradictoria, tanto que el hombre puede o no aceptar la gracia, como que la
fe es gracia de Dios “Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo
echaré fuera;” (Jn 6,37). Aunque en Juan y Pablo la fe es acto de la voluntad, Pablo añade
que es Dios quien mueve en el hombre tanto la voluntad como su actuar “Porque Dios es
quien produce en ustedes el querer y el hacer, conforme a su designio de amor” (Flp 2,13).
Para poder sobrepasar esta aparente contradicción se acude a las palabras de Pablo en la carta
a los Efesios “Pues habéis sido salvados gratuitamente, mediante la fe. Es decir, que esto no
viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para que nadie
se gloríe.” (Ef 2,8-9). Y es ofrecida abundantemente a todos “porque él quiere que todos se
salven y lleguen al conocimiento de la verdad.” (1Tm 2,4). Por lo tanto, sin la ayuda de Dios,
99 Brown, Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo Nuevo Testamento y artículos temáticos, 380.
54
el hombre no puede ni mover su voluntad para aceptar la gracia de Dios, ni concebir la idea
de las obras que lleven a su salvación.
2.I.2.5. Gracia como deseo inicial y final de Pablo en sus cartas
En las cartas de san Pablo encontramos siempre el deseo inicial y final de la gracia de Dios
sobre sus lectores, dice León-Dufour al respecto:
El deseo de la gracia de Dios (casi siempre acompañada de su paz, asociándose
así el gran saludo semítico con el ideal típicamente griego de la kharis) encabeza
casi todas las cartas apostólicas y muestra que para los cristianos la gracia es el
don por excelencia, el que resume toda la acción de Dios y todo lo que podemos
desear para nuestros hermanos.100
Ilustramos lo anterior con el saludo de Pablo en la carta a los Romanos “A todos los amados
de Dios que están en Roma, santos por vocación, a vosotros gracia y paz, de parte de Dios
nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” (Rm 1,7). De manera extendida en la primera carta a
los Corintios encontramos la importancia que da Pablo al don de la gracia no solo deseando
a sus lectores la gracia y la paz, pero también indicando la gratuidad de la gracia y su carácter
no debido de Dios hacia ellos. Les recuerda, además, que por el mismo efecto de la gracia
ellos llegan a dar testimonio de Cristo en sus vidas y al mismo tiempo incrementan este don
en sus vidas.
Gracia a vosotros y paz de parte de Dios, Padre nuestro, y del Señor Jesucristo.
Doy gracias a Dios sin cesar por vosotros, por la gracia que él les ha concedido
en Cristo Jesús. Y es que por medio de él habéis sido enriquecidos en todo, en
palabras y en conocimiento, en la medida en que se ha consolidado entre vosotros
100 León-Dufour, Vocabulario de Teología Bíblica, 367.
55
el testimonio de Cristo. Así, ya no os falta ningún don de la gracia a los que
esperáis la Revelación de nuestro Señor Jesucristo. (1Co 1,3-7)
Al final de las cartas de Pablo encontramos su deseo de que la gracia permanezca con sus
lectores, “Que la gracia del Señor Jesús permanezca con ustedes." (1Co 16,23), “Que la
gracia permanezca con todos ustedes." (Hb 13,25). Igualmente en el libro del Apocalipsis
vemos como no solo es deseo de Pablo sino también de Juan, “Que la gracia del Señor Jesús
permanezca con todos. Amén." (Ap 22,21).
2.I.2.6. La riqueza de la Gracia sobreabundante
Uno de los atributos de la gracia y constante alusión en el Nuevo Testamento es la abundancia
y sobreabundancia de la misma, que Dios no limita a los hombres: “En efecto, si por el delito
de un hombre reinó la muerte, ¡con cuánta más razón los que reciben en abundancia la
gracia y el don de la justicia reinarán en la vida por uno, por Jesucristo!." (Rm 5,17).
Así mismo no puede dejar de alentarnos la proporcionalidad entre el pecado y la gracia, “La
ley, en definitiva, intervino para que abundara el delito, pero donde abundó el pecado,
sobreabundó la gracia." (Rm 5,20). En definitiva podemos decir con Pablo que la evidencia
de la sobreabundancia solo es motivo de agradecimiento “Y todo esto ha redundado en
vuestro provecho, a fin de que cuantos más reciban la gracia, mayor sea el agradecimiento,
para gloria de Dios." (2Co 4,15).
La finalidad de la continua provisión de Dios sobre los hombres no solo es la de proveer para
sus necesidades sino también para generar buenas acciones entre los hombres: “Por otra
parte, Dios tiene poder para colmarlos de todos sus dones, a fin de que siempre tengan lo
que les hace falta, y aún les sobre para hacer toda clase de buenas obras." (2Co 9,8).
La gracia que colma los corazones de los hombres se observa sobre ellos de tal manera que
es reconocida como gracia de Dios: “Y con su oración por vosotros, manifestarán el afecto
que os tienen, a causa de la gracia sobreabundante que en vosotros ha derramado Dios."
56
(2Co 9,14). No hay nada más visible que la gracia de Dios sobre aquellos que la testimonian
en sus vidas.
La sobreabundancia se traduce en la mirada favorable de Dios, así aparece en la primera
carta a Timoteo “Pero la gracia de nuestro Señor sobreabundó en mí, juntamente con la fe y
la caridad en Cristo Jesús." (1Tm 1,14). Además permite manifestar sobre los apóstoles en
el libro de los Hechos que “Allí se embarcaron para Antioquía, de donde habían partido
encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían realizado.”(Hch 14,26). De
acuerdo con León-Dufour “La gracia es, para los apóstoles fuente inagotable de actividad.”101
Esta abundancia se manifiesta en la remisión de las faltas de los hombres - la gracia como
perdón - es así como “donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia.” (Rm 5,20). De igual
manera, se traduce en el don de la vida eterna: “El salario del pecado es la muerte; pero el
don gratuito de Dios es la vida eterna, unidos a Cristo Jesús, Señor nuestro.” (Rm 6,23).
2.I.2.7. Gracia como dones espirituales.
Finalmente, la gracia es desplegada en la sobreabundancia de los dones espirituales que
derrama Dios sobre los hombres, como indica Pablo en la Epístola a los Romanos “Pero
tenemos dones diferentes, según la gracia que Dios nos ha concedido: si es el don de la
profecía, ejerciéndolo en la medida de nuestra fe ; ” (Rm 12,6). Dice León-Dufour: “Si la
gracia de Dios es el secreto de la redención, es también el secreto de la forma concreta como
la recibe y la vive cada cristiano (Rm 12,6; E f 6,7) y cada Iglesia.”102
El Nuevo Comentario Bíblico de san Jerónimo dice de Rm 12, 6:
6. tenemos dones: Los diferentes dones de gracia que los cristianos reciben del
Espíritu a consecuencia de la fe están destinados al provecho de la comunidad.
Cada uno debe caer en la cuenta del carácter social de los talentos o dones que
101 Ibid., 368.102 Ibid.
57
Dios le ha otorgado, y hacer uso de ellos para el bien común sin envidias ni
celos.103
La gracia traducida en dones espirituales lanza a los hombres a la edificación de la Iglesia, a
la conformación de la comunidad que busca el bien común.
Existen otros usos del término gracia como es el gozar del favor de Dios, el estar en su gracia,
estar lleno de gracia, y el sentido más común, “gracias a ...” . La gracia se une a la paz, al
gozo y a la alegría como dones gratuitos que se dan a aquellos que confían en el Señor.
2.1.3. Conclusión
En la economía de la gracia todo está previsto. Todo lo que hay, todo lo que somos y todo
proyecto de ser en Cristo Jesús es posibilitado por la gracia de Dios. Sin la gracia nada
podemos hacer y con ella todo es promesa que despierta esperanza en el hombre.
Hemos visto cómo el desarrollo del término gracia se desenvuelve a través de la Biblia en el
amor y la misericordia de Dios para con su pueblo, aquellos que quieren recibirla. La
secuencia que seguimos de la mano de León-Dufour nos lleva a comprender que la economía
de la gracia tiene un orden que sugiere la necesidad de que el hombre se abra a la gracia para
recibir todo aquello que tiene Dios reservado para él, pero sin la gracia de Dios es imposible
que el hombre esté dispuesto a recibir la misma.
La apertura del hombre a la gracia es, por lo tanto, seducción de Dios con amor y ternura de
Padre, marcada por la relación de fidelidad que establece Él mismo con el hombre. Dios
propone, dispone y cumple todo para que el hombre se deje seducir.
La gracia que propone Dios a favor de todos es decisión divina, así como la forma en que se
dispone y entrega. Siempre la iniciativa es de Dios y su finalidad es la alianza que estableció
con el hombre. Esta alianza exige fidelidad y lealtad a Dios, como exigencia moral acatada
103 Brown, Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo Nuevo Testamento y artículos temáticos, 410.
58
por amor de todo corazón y posibilitada en el servicio exclusivo a Él. Esto se convierte en
una relación de intimidad que se cristaliza en paz y providencia para todos sus hijos.
La gracia de Dios nos exige, amorosamente, ser santos. No obstante la observancia de las
obligaciones morales que conlleva esta relación, no siempre el hombre es fiel. Es la gracia
de Dios, como infusión de su Espíritu en el corazón del hombre, lo que permite que sea
transformado.
En la economía de la gracia es Cristo Jesús su plenitud, en Él se cumple la Ley y a través de
Él tenemos acceso a ella. Bajo la gracia actuamos con rectitud, buscando honrar y glorificar
a Jesús ya que por su gracia llegamos al primer momento de la economía de la salvación.
Siendo todo gracia, todo lo que hay de bueno en el mundo es por la gracia de Dios, solo por
su bondad, por su misericordia, por su justicia, por su providencia y por su poder, se le llega
a conocer como regalo abundante a sus criaturas.
Hablar de Dios es hablar de gracia, el regalo de Dios en toda su providencia desbordante y
sobreabundante. Dios no distribuye su gracia de manera incompleta, ni deja imperfecta su
obra, ni corazones insatisfechos, por el contrario distribuye más de lo que las personas
necesitan, lleva su amor hasta el corazón del hombre, su gracia es sobreabundancia en todo
sentido.
¿Cómo no sucumbir ante esta seducción de la gracia, cómo no disponerse a aceptar la
economía de la gracia? El deseo se suscita en el hombre y por la fe se recibe la gracia. A su
vez, la fe llega por la obediencia a la misma y por el ejercicio de la caridad del hombre justo
que vive por la fe. Es así como la gracia no solo provee al hombre abundantemente, sino que
también permite que el hombre genere buenas acciones entre los hombres.
La fuente inagotable de gracia que ofrece Dios, sobreabundante de misericordia y de vida,
promesa de Dios a los hombres, posibilita un estado de tranquilidad, que a su vez acrecienta
la confianza en el corazón del hombre que vive en la gracia de Dios. Esta misma confianza
que nace en la sencillez del hogar, atendiendo a las obligaciones morales frente al padre y la
madre, es la que cristaliza las acciones concretas a favor de la comunidad. Generada esta
59
confianza el hombre podrá pasar a la entrega total de su voluntad a la voluntad de Dios, para
que la gracia opere en su corazón transformado y posibilite lo que antes le era difícil e
imposible: el amor.
2.2. Gracia en la historia de la Iglesia
La gracia es favor gratuito y no merecido de Dios para la historia de la salvación de los
hombres. Su carácter desinteresado, aunque base fundamental de esta categoría, no siempre
ha sido el centro de la discusión teológica en la historia de la Iglesia. Lo que ya se establecía
de la gracia, principalmente en Pablo, “hubo de mantenerse y desarrollarse ulteriormente en
la Iglesia Primitiva frente a una excesiva acentuación de lo ético (procedente de un espíritu
farisaico o estoico), así como frente a una espiritualización platónica.”104
Así mismo, las discusiones se centraron en la relación de la gracia frente a las doctrinas de la
predestinación, de la justificación, de la naturaleza y libertad del hombre, ya que las
dificultades para conciliar la religión judeocristiana con la cultura greco-romana de los siglos
II y III requerían de las mismas.
El desarrollo teológico de la gracia en la historia se dio como resultado de controversias y
errores históricos que hicieron imprescindible la formulación de la misma en relación con
otras temáticas. Gestada en la diversidad de posiciones frente a la doctrina de la justificación,
comprendida como “la relación entre gracia y libertad humana en la obtención de la justicia
frente a Dios”105, concretar su doctrina dependía de las relaciones entre gracia y cristología,
entre gracia y Trinidad, y de la determinación del libre albedrío frente a la ética católica.
Siendo así, la doctrina de la justificación vendrá a ser fijada solo hasta el siglo V.
104 Rahner, Sacramentum Mundi, Enciclopedia Teológica Tomo Tercero Evangelio de Juan - Islam, 314.105 Di Berardino, Literatura Patrística, 692.
60
Se dificultaba concretar la teología de la gracia ante los enfrentamientos con el gnosticismo
en temas tan contrarios a la Iglesia como la auto-redención y su falsa cristología, así como el
desarrollo, extendido en el tiempo, de la doctrina de la Trinidad a lo largo de los siglos IV y
V abarcando cuatro concilios (Nicea, 325; Constantinopla, 380; Éfeso, 431; y Calcedonia,
450).
San Agustín desarrolla su doctrina de la gracia entre los años 412 y 430, como respuesta al
pelagianismo y sus inconsistencias en la doctrina del pecado y de la gracia. Finalmente fue
aceptada en el concilio de Orange II (529), exceptuando su doctrina de la predestinación, que
fue retomada en el siglo IX para reafirmar la libertad humana como gracia.106
En el siglo V y contrario a Agustín, se gestó el predestinacionismo por el cual “enseñaban
erróneamente una falta de libertad del hombre ante la predestinación y reprobación
divina.”107. Además, surgió la corriente del semipelagianismo que defendió “la doctrina (...)
de que al menos el inicio de la fe y la perseverancia final son obra exclusiva del hombre, y
no de la gracia.”108
En el medioevo, Anselmo de Canterbury (1109) como padre de la teología escolástica retoma
la Tradición para abordar la discusión sobre la gracia y libertad permitiendo, más adelante,
en la época escolástica resolver los problemas suscitados en la definición de la gracia
suficiente y la gracia eficaz.
En la edad media, Santo Tomás de Aquino hará la síntesis de la gracia que nos acompañara
hasta la actualidad,
106 Cfr. Rahner, Sacramentum Mundi, Enciclopedia Teológica Tomo Tercero Evangelio de Juan - Islam, 315.107 Cfr. Ibid., 316108 Cfr. Ibid.
61
La doctrina católica de la gracia adquirió su nota abiertamente antropológica
cuando (...) la metafísica, la ética y la psicología de Aristóteles pasaron a ser la
base para el desarrollo de los problemas teológicos, primeramente entre los
dominicos (Tomás de Aquino y su escuela), pero, desde el 1280
aproximadamente, en especial desde Juan Duns Escoto, también entre los
franciscanos, que a partir de entonces expusieron su teología de tendencia
agustiniana con categorías y principios aristotélicos.109
El nominalismo centró la discusión sobre la gracia en su carácter gratuito, lo que permitió
más adelante evaluar los debates al respecto en el Concilio de Trento (1545-1563).
Los reformadores Lutero y Calvino hicieron énfasis sobre la justificación por la fe, y en
particular, Calvino acude a “la transformación del hombre por la penitencia, y el
renacimiento, así como la vida cristiana que brota de la fe.” 110 Ambas doctrinas fueron
rechazadas en el Concilio de Trento acudiendo a la teología escolástica.
Después del Concilio de Trento surgen otras corrientes que ocasionaron mayores discusiones
sobre la doctrina de la gracia como fueron los grandes debates del Bayanismo, del
Jansenismo, y el debate entre dominicos y jesuitas (molinismo) para armonizar las teorías de
la gracia, la predestinación y la libertad humana, truncado por la iglesia en 1607.111
De gran importancia para el desarrollo de la teología de la gracia contemporánea fue la
teología positiva del jesuita francés Denis Petau (1652), quien bajo la guía bíblica y de la
Tradición retoma el trabajo de Cirilo de Alejandría (378-444) sobre la misión del Espíritu
Santo respecto a la divinización del cristiano.
109 Cfr. Ibid., 317110 Cfr. Ibid.111 Cfr. Ibid., 317-318. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 6 Fri-Hoh, 393.
62
En el siglo XIX encontramos a Scheeben quien acude al igual que Petau a la teología trinitaria
para determinar la teología de la gracia; pero aún más importante que su aporte teológico,
generalmente rechazado, fue su rigurosidad en el estudio de la Tradición griega como criterio
inequívoco del estudio teológico y el retorno al énfasis a la base trinitaria de la doctrina y
teología de la gracia.112
Finalmente, para mitades del siglo XX al estudio de los Padres de la Iglesia se suma la
renovación de la teología bíblica enfatizando el fundamento trinitario de la gracia. Se abría
el espacio para “dar primacía a la economía sobrenatural de la actividad personal y salvífica
de Dios.”113 así como una visión personalista de la gracia.
Este breve recorrido por la historia de la doctrina de la gracia provoca detallar y adentrarnos
en los personajes que participaron en la determinación de su teología.
2.2.1. Las Tradiciones judeocristianas y los apologistas
Aunque para Pablo el término haris es de uso frecuente en sus cartas, en especial para afirmar
que la salvación es don de gracia, no se distingue una relación evidente entre la gracia y el
libre albedrío. Mucho menos se encontrará la discusión sobre la relación entre gracia y libre
albedrío o libertad absoluta y libertad creada, sin que se pase por una reflexión profunda
sobre la fe que llama al hombre al ejercicio de la libertad. Lo que si se evidencia en Pablo,
así como en Juan, es que la justificación es de carácter cristológico y por lo tanto buena nueva
que cambia el mundo judío, justificado por su esfuerzo, ética y pertenencia al pueblo
elegido.114
Las fuentes judeocristianas se unen a la historia de la gracia precisamente en contraposición
a la elaboración de la justificación cristológica de Pablo y Juan que comparten la visión de la
acción carismática de la salvación en el Espíritu Santo, que revela la verdad en cumplimiento
112 Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia SecondEdition 6 Fri-Hoh, 392.113 Ibid., 393. Traducción mía.114 Cfr. Di Berardino, Literatura Patrística, 701-703.
63
de la ley en Jesucristo. Las tradiciones judeocristianas aunque en aceptación del carácter
salvifico del sacrificio de Jesús como Mesías, solicitan una mayor rigurosidad en la
observancia de la Ley y del culto. En la tradición judeocristiana
(...) la interpretación del evangelio sigue siendo esencialmente de tipo legal-
normativo, hasta el punto de que el acto divino de la gracia queda subordinado a
la presciencia de los méritos de los hombres y se reduce a la predicación de una
segunda y extraordinaria penitencia posbautismal que se concreta en la (nueva)
entrega de los preceptos, a los cuales la voluntad de los justos está llamada a
adecuarse.115
Para los apologistas es de gran importancia la mediación del Evangelio en la comunidad
pagana pero, en aras de demostrar los puntos comunes, desvanecen el anuncio de la redención
cristiana y el carácter carismàtico de la Iglesia limitando al Espíritu Santo a “(...) inspirador
de las Escrituras, pero nunca como operador de gracia en el corazón del hombre”.116 Es asi
como el gnosticismo pagano se prende de la doctrina de la auto-redención y de una falsa
cristologia que viene a ser corregida por Irineo de Lyon (130-202 aprox.), Tertuliano (160
220) y Orígenes (185-232), quienes proclaman a Cristo como único redentor.
Irineo elabora una teoria comprensiva de la recapitulación, por la cual Jesús asume en si
mismo la larga historia del hombre, para nuestra salvación, posibilitando recibir en Él,
nuevamente, la imagen y semejanza de Dios. En este contexto trinitario, en donde el Hijo
posibilita la participación del hombre en su naturaleza divina se concreta la doctrina de la
divinización de los Padres de la Iglesia.117
Para Irineo de Lyon, desde la participación en la divinidad se puede dar claridad sobre la
libertad de la que goza el hombre para poder acoger la palabra de Dios:
(...) el ejercicio responsable del propio deseo; (...) el poder de crecer
espiritualmente, adecuándose a la regla de una ley que se hace cada vez más
115 Cfr. Ibid., 706.116 Cfr. Ibid., 708.117 Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 6 Fri-Hoh, 385.
64
espiritual, obedeciendo al consejo de Dios, un consejo al principio severo, pero
después cada vez más abiertamente amoroso. (...) Por tanto, solo la obediencia es
la verdadera libertad, 118
La economía de la gracia es lo que efectivamente ha hecho al hombre libre. Libre para actuar
desde el amor. Es por su autonomía que se hace la persona imagen de Dios.
Tertuliano, por su parte, ante la posición de los marcionitas sobre la excelencia de la bondad
de Dios acerca de su “justicia, orden, mérito y medida racional,”119 centra la discusión en la
necesidad de la racionalidad y la justicia en la formación de la libertad del hombre. Esto lo
hizo siguiendo las elaboraciones de Irineo de Lyon sobre la convergencia entre el Dios de la
ley (justo) y el Dios de la gracia (bueno). Igualmente, participa en la elaboración de la
doctrina de la divinización del hombre con sus aportes a la formulación de la naturaleza y la
gracia donde la primera no se realiza sino en la fe.120
Para los siglos IV y V queda definida la noción de la divinización o participación en la
naturaleza divina como comunión con la Trinidad. Igualmente, los conceptos paulinos y
joánicos sobre la regeneración y el renacer quedan integrados a la visión patrística, desde
Irineo de Lyon hasta Cirilo de Alejandría. Basilio de Cesárea y Gregorio de Nisa dieron
fundamento a la forma impresa en el alma, y Cirilo a la inhabitación por el Dios trino. El
carácter sobrenatural de la gracia se evidencia entre los Padres de la Iglesia.121
Orígenes distinguirá el carácter sobrenatural de la participación del hombre en la naturaleza
divina. Aunque este carácter de la gracia es desarrollado por los Padres Griegos, su aporte no
será acogido hasta la Edad Moderna en Occidente, durante la reforma. Orígenes fundó la
mística cristiana, dice que “el supremo bien consiste en asemejarse a Dios lo más posible.
Para lograr este fin necesitamos la gracia de Dios juntamente con nuestro esfuerzos. El mejor
118 Cfr. Di Berardino, Literatura Patrística, 713.119 Cfr. Ibid., 715.120 Cfr. Feiner, Mysterium Salutis. Manual de teología como historia de la salvación. La historia de la salvación antes de Cristo, 459.121 Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 6 Fri-Hoh, 385. Cfr. Rahner, Sacramentum Mundi, Enciclopedia Teológica Tomo Tercero Evangelio de Juan - Islam, 317.
65
camino hacia el ideal de perfección es la imitación de Cristo.”122 Sin embargo, “Nuestra
perfección no se realiza sin nuestra obra, pero no es llevada a término por nosotros, porque
Dios hace la mayor parte.”123
2.2.2. San Agustín: Doctor de la Gracia
Agustín confirma la importancia cristológica de la divinización y la inhabitación Trinitaria
en las almas de los justos; pero bajo la iluminación del Hijo, contrario a los Padres Griegos
que la atribuyen al Espíritu Santo. Agustín le atribuye al Espíritu Santo la caridad por ser este
el don por el cual el hombre ama a Dios.124
Para san Agustín el concepto de la divinización por la gracia está en concordancia con los
Padres Griegos, pero incluye una particularidad al integrar la dimensión del pecado con la
relación entre gracia y libertad. Esta particularidad de Agustín “contra la doctrina
exteriorizada del pecado y la gracia en el pelagianismo (...) resaltaba la causalidad total de
Dios en la justificación, santificación y predestinación del hombre, asimismo la realidad de
la gracia en el hombre.”125
Agustín atendió los errores pelagianos, en particular, la negación de la doctrinas de la
redención y del pecado original. Esta negación lleva a que el pecado de Adán fuera solo de
Adán y no de todos los hombres, resultando innecesario el bautismo de los niños. Igualmente,
el pelagianismo afirmaba que la gracia dependía de los méritos del hombre, lo que será uno
de los temas más controversiales de la doctrina de la gracia al hablar de la relación entre esta
y libertad.
Los errores de algunos teólogos del siglo V, como fueron las enseñanzas de la falta de la
libertad del hombre ante la predestinación y el semipelagianismo cuyos representantes
122 Cfr. Oñatibia, Patrología I Hasta el concilio de Nicea, 405.123 Di Berardino, Literatura Patrística, 721. Citando a Orígenes (Comm. In Ioh, 0 ,1 ,19 ).124 Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 6 Fri-Hoh, 385-386.125 Rahner, Sacramentum Mundi, Enciclopedia Teológica Tomo Tercero Evangelio de Juan - Islam, 315.
66
“defendieron la doctrina de que al menos el inicio de la fe y la perseverancia final son obra
exclusiva del hombre, y no de la gracia.”126. Estos representantes fueron contrarios a la
insistencia de Agustín sobre la voluntad libre del hombre y aun más sobre la necesidad de la
gracia. “Solo la gracia de Cristo permite que el hombre tienda libremente hacia la vida
eterna.”127
La dificultad de reconciliar ambas: voluntad libre y necesidad de la gracia requiere la
comprensión de la distinción que hace Agustín entre la primera y la libertad. La libertad es
el compromiso efectivo del hombre con la búsqueda de su fin último: Dios. El hombre
pecador tiene voluntad indeterminada pero no es autónoma para lograr su propósito que es
participar en la libertad de Dios y amarlo como Él nos ama. Solo por la gracia de Cristo (que
es sobre todo liberadora), puede el hombre sobreponerse al pecado y ser autónomo para amar
a Dios. Mientras que haya voluntad libre, la libertad se puede recobrar por la gracia. El
pecador podrá actuar con o sin la gracia pero para que sus acciones sean libres es imperativo
que actúe la gracia.128 Es así como:
(...) el hombre es «despojado de los dones de la gracia y herido en su naturaleza»
por el influjo del pecado sobre la naturaleza humana; este influjo está relacionado
con la pérdida de los dones sobrenaturales, (...) nuestra voluntad libre queda
limitada en su acción, y con ella también las otras facultades. Esta restricción no
suprime la libertad, solo reduce su campo de acción. (...) cuando falta la gracia:
la voluntad libre del hombre permanece libre, pero carece de circunstancias y de
unas relaciones en las que sea capaz de llegar al amor y a la verdadera virtud.129
“Solo Dios puede restaurar la libertad para amar a Dios por que Dios es amor, y solo Dios
puede dar amor.”130 Vemos cómo la relación entre gracia y acción humana es determinante
para una comprensión histórico-salvífica de la gracia. Esta prevalece sobre la voluntad libre
126 Ibid., 315127 Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 6 Fri-Hoh, 386. Traducción mía.128 Cfr. Ibid.129 Feiner, Mysterium Salutis. Manual de teología como historia de la salvación. La historia de la salvación antes de Cristo, 677.130 Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 6 Fri-Hoh, 386. Traducción mía.
67
del hombre, pero la salvación de Dios es, a su vez, irresistible. De tal manera que la voluntad
del hombre no es aniquilada sino seducida, “el libre albedrío alcanzado por la gracia elige
hacer espontáneamente (no invitus) sólo aquello que ahora desea únicamente por gracia de
Dios.”131
La gracia no hace que el hombre tome acción sino suscita el deseo de actuar, no anula la
voluntad sino que hace que el hombre ame el bien verdadero y consecuentemente actúe a
favor del mismo. Por lo tanto, por el deseo, suscitado por la gracia, la obra que realiza el
hombre por su voluntad libre es también obra de Dios y “la acción de gracia (...) no puede
sino depender de un decreto divino de predestinación.”132
Cuando Agustín habla de predestinación sugiere algo distinto a la presciencia de Dios. En la
segunda, Dios sabe todo lo que pasa porque Él mismo obra el bien y conoce igualmente lo
que obra el hombre - quien obra el bien y el mal. La predestinación por el contrario es lo que
Dios realiza (el bien), lo que Él conoce que hará sobre sus propias obras para el bien.
2.2.3. Teología medieval.
Durante la edad media encontramos que la doctrina de la gracia alimentada por Anselmo de
Canterbury en el siglo XII, conocido como el padre de la teología escolástica, abrió paso a la
importancia de la relación entre la libertad humana y la gracia.
Anselmo de Canterbury combina la perspectiva agustiniana con la tradición patrística de
gracia y libertad. Para él, como para Agustín, la voluntad recta es agraciada y la única libertad
verdadera es la voluntad rectamente ordenada. Anselmo considera al hombre en su historia
llamado a la bienaventuranza y necesitado de la gracia para lograrla. Por lo tanto, para ser
libre, el hombre necesita mantenerse recto de tal forma que la voluntad de Dios es la suya.
Así mismo, el hombre no tiene posibilidad de rectitud sin la gracia de Dios, pero la voluntad
131 Di Berardino, Literatura Patrística, 742.132 Ibid.
68
libre del hombre no es anulada ya que este debe cooperar con ella o rechazarla. Anselmo,
como Agustín, afirma que la unión de la gracia y la voluntad libre del hombre es lo que trae
la salvación.133
Anselmo, en conformidad con la tradición patrística, sostiene que la verdadera libertad
humana es participación en la libertad divina. Agustín afirmó esto desde el amor, Anselmo
lo hace desde la rectitud.134 La rectitud es aquella propiedad por la cual todo ser es lo que
debe ser y la justicia es la búsqueda de la conformidad de la voluntad del hombre con la de
Dios, en otras palabras, es llevar la voluntad hacia la rectitud.
La justicia sería entonces una especie de práctica de la virtud. Por la misma naturaleza débil
del hombre le es imposibilitada sin la gracia de Dios. Esta gracia sería a la manera de Agustín,
gracia medicinal ya que sana las deficiencias de la naturaleza.135 “La concepción anselmiana,
a veces completada y con frecuencia corregida, dejó una huella indeleble en la Escolástica
medieval y postridentina, a pesar de las importantes correcciones a la misma.”136
La adopción de la metafísica, la ética y la psicología aristotélica por parte de santo Tomás de
Aquino fue decisiva en la definición de la doctrina de la gracia al combinar la Tradición
cristiana con el pensamiento filosófico griego. Se le atribuye a Tomás también una
reformulación del pensamiento agustiniano sobre la gracia. La Tradición patrística es
retomada en temas como la recapitulación, acorde con Irineo de Lyon quien afirmaba que
Jesús recapituló en sí mismo la larga historia del hombre, para nuestra salvación y posibilitó
recibir en Él, nuevamente, la imagen y semejanza de Dios.
Los principios de la redención son alimentados por la noción de Agustín sobre la relación
eclesiástica de cabeza y miembros, al igual que
133 Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 6 Fri-Hoh, 387.134 Ibid.135 Cfr. Feiner, Mysterium Salutis. Manual de teología como historia de la salvación. La historia de salvación antes de Cristo, 638.136 Feiner, Mysterium Salutis. Manual de teología como historia de la salvación. El acontecimiento Cristo,548.
69
(...) el principio de que ninguna realidad creada puede mover la voluntad de Dios
(...); queda así excluida la representación de que el sacrificio de Cristo moviese
a Dios a amar de nuevo a los hombres y perdonarles sus pecados (...): el
cumplimiento de la redención, que comprende todo el misterio de Cristo desde la
encarnación hasta su muerte y resurrección, tiene en último término su
explicación única en el inmutable amor de Dios a los hombres137
La Tradición teológica de la divinización es expresada por Aquino como la participación en
las bienaventuranzas que lleva al hombre a ser uno con Dios. Por la gracia y las obras de
caridad el hombre es incorporado a la vida de la Trinidad y por ende divinizado por ella. Es
así como santo Tomás ve la gracia como el favor de Dios, como acción de su disposición
misericordiosa y bondadosa. Esto a su vez genera en el hombre agraciado una respuesta.
Finalmente, santo Tomás considera a la persona en su historia y toma de Agustín el carácter
medicinal de la gracia teniendo en cuenta el pecado original. El pecado es ofensa y
consecuente rechazo a Dios, es también perversión del hombre. Sin la encarnación no podía
el hombre satisfacer sus culpas así que,
Cristo satisfizo por las culpas de la humanidad no sólo en cuanto que por su
obediente amor en la cruz ofreció a Dios la compensación sobreabundante por la
ofensa del pecado, sino en cuanto que por su gracia crea en los corazones de los
hombres el amor de Dios.138
Considerando la doctrina escolástica sobre el estado original existieron tres posiciones
iniciales sobre la discusión acerca de la creación de Adán en estado de gracia o naturaleza.
La primera posición fue liderada por Gilberto Porretano, quien decía que Adán poseía las
virtudes de la naturaleza antes de caer en tentación, lo cual no permitió que recibiera las
virtudes de la gracia.
137 Ibid.138 Ibid., 549.
70
La posición del segundo grupo, cuyo defensor más importante fue Pedro Lombardo, Maestro
de las Sentencias, alegaba que Adán contaba con las virtudes de la naturaleza sana, la gracia
de la inmortalidad, la ayuda de Dios para no caer en tentación pero la gracia sobrenatural
para hacer actos meritorios la recibiría en otro momento no definido.
El tercer grupo en cabeza de santo Tomás une las virtudes naturales y sobrenaturales en una
única instancia. Adán tenía desde el comienzo las virtudes sobrenaturales de la gracia, y “el
hombre ha respondido afirmativamente a la gracia desde el primer momento de su
creación.”139 Esto es posible porque la justicia original o subordinación del alma a Dios, es
dada por la gracia santificante.
Por tanto, la justicia original consiste para Tomás en el orden perfecto y en la
armonía de todas las partes y potencias del hombre, que tiene su raíz última en la
gracia santificante comunicada al alma. (...) La gracia no solo comunica las
virtudes, sino que perfecciona la naturaleza del hombre en el plano del ser, de
manera que sus actos son sobrenaturales y meritorios porque provienen de un
principio elevado al plano sobrenatural. Esto significa que la gracia santificante
se convierte en la raíz de todos los dones del estado original.140
Ahora bien, aunque la doctrina de la gracia tomista llega hasta nuestros días no fue esto
posible sin la discusión de posiciones contrarias a la misma. Aunque no hizo parte de las
discusiones sobre el estado original, Juan Duns Scoto, franciscano, alegaba que en la justicia
original ya el hombre se subordinaba a la voluntad de Dios de tal manera que su constante
ejercicio de la virtud para superar las tensiones se asimila a la práctica de los mártires. Por
otro lado, criticó varios puntos de la doctrina tomista, dos de estos son
(...) la infinitud del pecado como ofensa de Dios y del valor infinito de la
satisfacción de Cristo. Pero su intuición más profunda y original fue la del
primado de Cristo sobre la creación y la humanidad: la intención primaria de Dios
139 Feiner, Mysterium Salutis. Manual de teología como historia de la salvación. La historia de la salvación antes de Cristo, 639.140 Ibid.
71
en toda su acción creativa es la glorificación de Cristo, de la que participarán el
hombre y el mundo.141
La tradición nominalista tiene mención histórica en la doctrina de la gracia por su insistencia
sobre la gratuidad de esta, de gran importancia para muchas de las discusiones sobre la gracia
en el Concilio de Trento. Su posición sobre el gobierno de Dios y su libertad absoluta opuso
a los nominalistas al determinismo aristotélico de santo Tomás y un regreso a la ley del amor
donde reside la verdadera libertad, acorde con san Agustín. Dios se da libremente por amor
y no en razón de exigencia alguna.142
Para los nominalistas el gobierno y la libertad absoluta de Dios, potentia absoluta - potentia
ordinata, rige como principio del orden natural así como de la gracia. La interacción entre
ambas reconcilia la divina misericordia con la justicia divina. El hombre se torna justo para
ser salvado por aceptación divina. Es por la aceptación de Dios que el hombre y sus obras se
justifican, concepto que luego Martin Lutero tomará en la Reforma, contrario a la concepción
tomista de gracia habitual como gracia infusa en el hombre justo y que queda inherente en
él. Precisamente era William de Ockham, franciscano, como defensor de la tradición
nominalista, quien decía que la gracia habitual interfiere con la libertad humana que causa el
acto meritorio del hombre.
Durante el Concilio de Trento (1545-1563), en contra de la Reforma, se tomó una posición
escolástica sobre la doctrina de la gracia para enfrentar las posiciones tanto de Lutero como
de Calvino sobre la justificación por la fe.
Los decretos sobre pecado original y justificación143 fueron la respuesta a los errores de
Lutero y Calvino. El Concilio rechazó la idea de la justificación extrínseca y sostuvo que el
hombre es justificado por una justicia interior infusa por el Espíritu Santo. Declaró que el
141 Feiner, Mysterium Salutis. Manual de teología como historia de la salvación. El acontecimiento Cristo, 549.142 Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 6 Fri-Hoh, 390.143 Cfr. Sesión 5, junio 17 de 1546: Decreto sobre el pecado original y Sesión 6, enero 13 de 1547 Decreto sobre la justificación. Dz.1520-83
72
hombre coopera por su voluntad libre en las obras de su propia justificación y con la gracia
de Jesucristo se hace merecedor de su recompensa.144
Después del Concilio existieron otras etapas de discordia con la escuela escolástica, en
especial con santo Tomás, como fue la del Baianismo. Baius, nominalista y protestante en
sus conceptos sobre el hombre caído, centró su pensamiento sobre la doctrina de la gracia en
el rechazo de la noción de la gracia creada y de don gratuito que eleva permanentemente al
hombre y lo hace participe de la naturaleza divina. Esto, como vimos arriba, toca uno de los
puntos centrales de la doctrina de la gracia de Santo Tomás. Igualmente, ignora el rol de la
divinización en la teología de Agustín, aunque sugiere que su pensamiento está basado sobre
los escritos de Agustín. La libertad y la voluntad libre las define como una misma cosa y
niega la voluntad libre del hombre, lo que hace de la gracia una necesidad. Su pensamiento
abre espacio al debate entre gracia suficiente y gracia eficaz, preámbulo al gran debate de la
Iglesia con el Jansenismo. 145
La polémica De Auxiliis ha sido una de las controversias teológicas más extensas de la
historia de la teología católica de Occidente. Se trataba de teorías contrarias, entre los jesuitas,
agustinianos y dominicos, que trataban de armonizar la gracia, la predestinación y la libertad
humana.
Los tres grupos van cayendo cada vez más en el racionalismo que se impone en
Europa y lleva consigo un moralismo que con frecuencia prescinde de toda
reflexión teológica. Aquí se encuentra, a nuestro juicio, el principal motivo de la
decadencia teológica de la doctrina de la gracia.146
Los jesuitas, “como molinistas o suarecianos, continúan hasta cierto grado la tradición
escolástica, e incluso la nominalista.”147 En su empeño por atender las controversias del
Baianismo y de los Calvinistas, hacían énfasis sobre el lugar de la libertad del hombre en el
144 Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 6 Fri-Hoh, 403.145 Ibid., 390.146Feiner, Mysterium Salutis. Manual de la Teología como historia de la salvación. La Iglesia: El acontecimiento salvifico en la comunidad cristiana. Tomo II Culto - Sacramentos - Gracia, 697.147 Ibid.
73
acto salvífico, y el esfuerzo voluntario en el método de la dirección spiritual de San Ignacio
de Loyola. En los ejercicios de este último la iniciativa absoluta de la gracia interactúa con
la actividad de la voluntad.148
El trabajo del jesuita Luis De Molina (1535-1600) se centra específicamente en el acto
salvífico, en aras de preservar la actividad libre del hombre sin detrimento del Gobierno de
Dios sobre la economía de la salvación. Esto resulta en la defensa de que la voluntad libre no
puede ser movida sin destruir la libertad. Por el contrario, la gracia solo debe alentar a que la
voluntad se mueva sola. Si la voluntad asiente, la gracia es eficaz; si la voluntad resiste, se
trata de gracia suficiente.149
Para De Molina la persona humana es agente activo de la Voluntad Divina. Ahora bien, el
gobierno divino de la economía salvífica para la humanidad es preservada por lo que llamó
De Molina la scientia media, donde Dios conoce todo futuro posible. Esto no fue del todo
aceptado entre otros jesuitas como Roberto Belarmino y Francisco Suárez, que veían en la
scientia media una explicación confusa para la comprensión de la predestinación de Dios.
Aunque Francisco Suárez no hizo parte de la polémica de auxiliis, tuvo gran influencia sobre
la temática de la relación entre gracia y libertad a través de su escrito De concursu, motione
et auxilio Dei. La dificultad de reconciliar diferencias con los molinistas respecto a la
predestinación fue resuelta acudiendo a las soluciones que presentaban los dominicos para
reconciliarla con la noción de scientia media. Es así como llega a la conclusión de que Dios
puede prever nuestro consentimiento a recibir la gracia porque nos ha predeterminado.150
Por parte de los dominicos, Domingo Bañez enfatizaba el carácter absoluto de la Divina
Voluntad para preservar el carácter gratuito de la economía salvífica de Dios. Por lo tanto,
rechazaron la explicación de scientia media de Molina, ya que siendo Dios causa primera
absoluta mueve toda segunda causa, además en el orden de la existencia es el primero en
148 Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 6 Fri-Hoh, 391.149 Ibid.150 Cfr. Lacoste, Encyclopedia o f Christian Theology. Vol. 3 P-Z, 1527-1529.
74
mover cada acto. Siendo así, es la gracia eficaz, por su misma naturaleza, la que mueve al
hombre hacia un acto salvífico, que a su vez es acto libre.151
Finalmente, en 1594 Clemente VIII intervino en estas disputas llamando a ambas partes a ser
escuchadas en ciento veinte sesiones a lo largo de nueve años sin llegar a ninguna conclusión.
Pablo V terminó estas discusiones públicas afirmando ambas posiciones como correctas.152
El Jansenismo hizo parte de la lista de posiciones contrarias a la escuela escolástica. Su
posición sobre la gracia dice que en un principio el hombre fue creado en un estado de
inocencia y rectitud, por ende, su voluntad tiende a Dios. El hombre posee libertad de
indiferencia hacía el bien y el mal pero tiende naturalmente hacia el bien. La gracia es dada
al hombre para lograr el bien pero este debe consentir a la misma pero, cuando Adán cae
pierde su libertad de escoger. La voluntad es libre solo por la ayuda externa, y en su interior
el hombre tiende a pecar o a amar. Su salvación yace en la gracia suficiente de Cristo, pero
sin la libertad de rechazar o consentir a ella. El desarrollo de sus ideas denota una
incomprensión de la doctrina de la gracia de Agustín en cuanto a la diferencia entre libertad
y voluntad libre.153
Las dificultades en reconciliar la diversidad de explicaciones sobre la gracia desplazaron a
un segundo plano las consideraciones sobre la inhabitación del Espíritu Santo y la gracia de
Jesús.
Desde la Biblia hasta el Tridentino, los cristianos y los teólogos habían respetado
más o menos conscientemente la primacía absoluta de la gracia increada, es decir,
la primacía de la iniciativa trinitaria en la moción de la gracia. Pero desde entonces
la inhabitación de Dios, la adopción filial, la participación de la vida divina y los
misterios a ella vinculados se vieron reducidos, en los tratados escolares, a lo que
se llamaba los «efectos formales» de la infusión de la gracia creada en forma de
gracia habitual y santificante. (...) ciertos teólogos (sobre todo los suarecianos)
151 Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 6 Fri-Hoh, 391.152 Ibid. 404.153 Ibid. 392.
75
no dedicaron ningún capítulo especial a la inhabitación de Dios, sino un mero
«corolario» dentro del capítulo sobre la gracia habitual creada.154
Resulta difícil entender cómo se pierde entre las polémicas sobre la gracia, la sabiduría de
los Padres de la Iglesia, la comprensión de los místicos sobre la unión con la Trinidad, y la
evidencia de la gracia en los santos. “La eliminación de la experiencia de la gracia es, a
nuestro juicio, la razón más profunda de la decadencia teológica en la que hemos caído en
Occidente. La revelación se convirtió en algo puramente conceptual.”155 La comprensión de
la presencia de Dios en el mundo se limita al conocimiento y la experiencia de la gracia es
cuestión de unos pocos iluminados.
Los intentos de recuperar lo perdido frente a los decretos del Concilio de Trento recayeron
sobre el jesuita francés Denis Petau (1583-1652) quien recupera el pensamiento de San Cirilo
de Alejandría sobre el papel del Espíritu Santo en la divinización del cristiano por medio de
la gracia. Dicho trabajo será la base para la teología de la gracia moderna, al ser retomada
por M.J. Scheeben en el siglo XIX. Scheeben, a partir de la teología trinitaria elabora la
teología de la gracia. Desarrolló su trabajo sobre la relación entre naturaleza y gracia
utilizando tanto la teoría del conocimiento y la ontología. Argumentó a favor de la
prevalencia del orden de la gracia sobre el de la naturaleza. Aun sin tener discípulos que
continuaran su trabajo sobre la doctrina de la Trinidad, de la gracia y de la Mariología, sus
trabajos se encuentran en los manuales de teología.156
2.2.4. Libertad del hombre recobrada por la Gracia
154 Feiner, Mysterium Salutis. Manual de la Teología como historia de la salvación. La Iglesia: El acontecimiento salvífico en la comunidad cristiana. Tomo II Culto - Sacramentos - Gracia, 700.155 Ibid. 705.156 Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 6 Fri-Hoh, 392. También en: 156 Cfr. Lacoste, Encyclopedia o f Christian Theology. Vol. 3 P-Z, 1438 y en Feiner, Mysterium Salutis. Manual de la Teología como historia de la salvación. La Iglesia: El acontecimiento salvífico en la comunidad cristiana. Tomo II Culto - Sacramentos - Gracia, 700-702.
76
Retomando a san Agustín y su especificación acerca de la libertad y voluntad libre, centremos
el alcance de la gracia en las obras que llevan al hombre al compromiso efectivo con la
búsqueda de Dios, permitido por la voluntad libre que acoge la gracia que, a su vez, siembra
el deseo en el hombre para obrar por amor. Por la gracia de Cristo el hombre vuelve a
participar de la libertad de Dios.
La insistencia sobre la acción de la gracia es abrir las puertas a la acción libre del hombre que
desde la participación en la libertad de Dios se torna en la misma obra de Dios. Una obra
justa, recta, misericordiosa y de amor como resultado de la respuesta del hombre a la gracia.
¿Cómo se perciben las acciones libres del hombre frente a temas como la pobreza, la limosna,
la riqueza, la justicia y la propiedad entre los teólogos que hemos visto en el recorrido
histórico de la doctrina de la gracia? ¿Qué dicen de las acciones que manifiestan la acción de
la gracia sobre el hombre?
La limosna junto con la oración y el ayuno, realizadas en secreto, se convierten en obras de
justos que agradan a Dios (Mt 6, 1-18). La limosna es “ideal neotestamentario de la
misericordia.”157 Desde el didajé se exhorta al cristiano que practique la limosna, sin olvidar
y haciendo énfasis sobre la necesidad de alentar a las personas al trabajo. Es así como, la
limosna se realiza desde una correlación positiva con la incapacidad del otro para trabajar.158
Los padres de la Iglesia escribieron ampliamente sobre la limosna, como fue el caso de
Cipriano en su obra De opere et eleemosynis
En este tratado Cipriano urge la práctica generosa de la limosna. (...) «como en
el lavacro del agua salvífica el fuego del infierno es extinguido, así también es
sojuzgada la llama por la limosna y por las buenas obras.» (...) Los que temen
que sus riquezas disminuyan por el ejercicio de la generosidad y se vean expuestos
157 Vidal, Nuevo diccionario de teología moral, 1083.158 Cfr. Oñatibia, Patrología I Hasta el concilio de Nicea, 42.
77
en el futuro a la pobreza y a la necesidad, deberían saber que Dios cuida de
aquellos que socorren a los demás.159
Clemente de Alejandría escribió Quis dives salvetur, dedicado a la temática de la limosna.
Igualmente, en su homilía sobre Mc 10, 17-31 ¿Quién es el rico que se salva? aborda
conceptos sobre el dinero y la necesidad de suprimir el deseo y todo apego a este. “Debemos
desprendernos de la pasión, no de las riquezas. No son éstas, sino el pecado, el que excluye
a uno del reino de los cielos.”160
La práctica de la limosna promete recompensa y así lo sugiere Policarpo “Se recomienda
encarecidamente la limosna: Si tenéis posibilidad de hacer el bien, no lo difiráis, pues la
limosna libra de la muerte” .161 Igualmente, Clemente de Roma lo recuerda “La limosna es el
medio principal para conseguir el perdón de los pecados. Es mejor que el ayuno y la
oración:”162
San Juan Crisóstomo fue llamado el limosnero, por la persistencia en sus homilías a la
práctica de la limosna como solución a los extremos de riqueza y pobreza que se vivían en
Antioquía y Constantinopla. Además, “fustiga constantemente a los ricos por su indiferencia
egoísta ante la suerte de sus hermanos menos afortunados, nunca se olvida de insistir en el
deber de la limosna.”163
Benedicto XVI en la audiencia general de septiembre 26 de 2007, dedicada a Crisóstomo
indicaba que el santo proponía,
(...) el modelo de la Iglesia primitiva (Hch 4, 32-37) como modelo para la
sociedad, desarrollando una “utopía” social ... En efecto, se trataba de dar un
alma y un rostro cristiano a la ciudad. (...) comprendió que no basta con dar
limosna o ayudar a los pobres de vez en cuando, sino que es necesario crear una
nueva estructura, un nuevo modelo de sociedad; un modelo basado en la
159 Ibid., 653.160 Ibid., 330.161 Ibid., 90.162 Ibid., 66-67.163 Oñatibia, Patrología II La Edad de oro de la literatura patrística griega, 504-505.
78
perspectiva del Nuevo Testamento. (...) Crisòstomo se convierte de este modo en
uno de los grandes padres de la doctrina social de la Iglesia . 164
A manera de contraste con la nueva sociedad de Crisóstomo, encontramos a San Basilio de
Cesaréa quien propone un modelo que podría ser denominado comunismo cristiano que
fomenta el uso común de la riqueza y la caridad como incentivo del trabajo. Sus palabras a
los ricos eran tan fuertes que cabe pensar que se trataba de un idealismo exagerado que se
cegaba ante las realidades económicas.165
Cabe aquí anotar que las palabras de san Basilio fueron recordadas y enunciadas con igual
fuerza por el Papa Francisco al dirigirse al público presente en el Segundo Congreso Mundial
de Organizaciones Sociales de Santa Cruz, Bolivia,
Se está castigando a la tierra, a los pueblos y a las personas de modo casi salvaje.
Y detrás de tanto dolor, tanta muerte y destrucción, se huele el tufo de eso que
Basilio de Cesaréa llamaba el estiércol del diablo. La ambición desenfrenada de
dinero que gobierna. Ese es el estiércol del diablo. El servicio para el bien común
queda relegado. Cuando el capital se convierte en ídolo y dirige las opciones de
los seres humanos, cuando la avidez por el dinero tutela todo el sistema
socioeconómico, arruina la sociedad, condena al hombre, lo convierte en esclavo,
destruye la fraternidad interhumana, enfrenta pueblo contra pueblo y como
vemos, incluso pone en riesgo esta nuestra casa común.166
Ya en el siglo V y con Roma empobrecida, la opresión sobre los más débiles es evidenciada
por Salviano de Marsella. En su libro de gubernatione Dei, critica la recaudación arbitraria
de impuestos, acusa a los altos funcionarios, a terratenientes de corromper a los recaudadores
y evadir impuestos.
164 Benedicto XVI, Audiencia General 26 de Septiembre de 2007 en https ://w2 .vatican.va/content/benedict- xvi/es/audiences/2007/documents/hf ben-xvi aud 20070926.html (Consultado Abril 5, 2016).165 Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 2 Baa-Cam, 138.166 Francisco. Discurso al Segundo Congreso Mundial de Organizaciones Sociales, Julio 9, 2015. Santa Cruz, Bolivia https://www.aciprensa.com/noticias/texto-discurso-del-papa-el-encuentro-con-los-movimientos- populares-en-bolivia-80606/ (Consultado Febrero 3, 2016).
79
La población, sin recursos, mal pagada y peor alojada, sucumbe bajo el peso de
los impuestos. (...) De una forma u otra, se llega al mismo resultado: la absorción
de las pequeñas propiedades por las grandes. (...) Así se van poniendo las
premisas del feudalismo medieval.167
Para Salviano, la distribución injusta de la riqueza es consecuencia de la avaricia del hombre.
Esta se alivia optando por eliminar el apego a los bienes que no es más que la falta de
confianza en Dios.168 Sin embargo, no condena la riqueza ya que la considera don de Dios
para el usufructo del hombre.
La usura es tratada por los padres tanto latinos como orientales. Gregorio de Nisa condena
esta en Contra usurarios, “porque quebranta todas las leyes de la caridad.”169 Así mismo,
Ambrosio de Milán en De Tobia comparte esta aversión a la usura y habla en contra de los
ricos, de la usura y de la avaricia.170
La historia de la Iglesia frente a la pobreza parte del trato preferencial de Jesús hacia los
marginalizados de la sociedad. La pobreza se glorificó a medida que el trato de Jesús hacia
los pobres se identificó con la renuncia a la propiedad privada. Ya para los SXII y XIII la
glorificación de la pobreza llegó a su máxima expresión con las ordenes mendicantes.171
Aunque en estas ordenes hacían votos de pobreza la comunidad distribuía limosna al pobre,
convirtiéndose esta en medio de salvación.
La limosna en la Edad Media adopta diferentes matices entre los teólogos quienes la abocan
como limosna (en cuanto penitencia), obra de misericordia e importante dimensión de la
justicia y la caridad. Así mismo, variaban los conceptos sobre la exigencia de la limosna
frente al grado de necesidad. Santo Tomás exigía que la necesidad fuese grave para que
prevaleciera la limosna, y que ésta se da por la virtud de la caridad y la justicia.172
167 Oñatibia, Patrología III La Edad de oro de la literatura patrística griega, 13-15.168 Ibid., 646-647.169 Oñatibia, Patrología II La Edad de oro de la literatura patrística griega, 311.170 Cfr. Oñatibia, Patrología III La Edad de oro de la literatura patrística griega, 186.171 Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 11 Pau-Red, 565.172 Cfr. Vidal, Nuevo Diccionario de teología moral, 1085.
80
Para el siglo XIV la pobreza se asociaba con la desintegración social y no se miraba con
buenos ojos. La eficiencia de las instituciones caritativas fue cuestionada debido al manejo
que le daban a la pobreza. En el siglo XVI se culpaba a la Iglesia de glorificar la pobreza y
por ende, se le atribuía su promulgación. Esta carga para la Catolicidad significó que en el
Concilio de Trento se pidiera de la Iglesia un papel más caritativo y una reorganización que
permitiera mayor efectividad en los sistemas de caridad.173
Para la reforma protestante la temática de limosna y pobreza variaba acorde con el
reformador. Para Martín Lutero al igual que sus contemporáneos humanistas se trataba de
mitigar la mendicidad. Para Calvino la pobreza se convierte en parte de la actividad
eclesiástica y no estatal.174
Durante los siglos XVI y XVII ante el avance de la modernidad se empieza a trasladar la
responsabilidad social a los laicos. Lo anterior generó que en las grandes urbes se optara por
la segregación de los pobres, sobre todo de aquellos con capacidad para trabajar pero no
dispuestos a hacerlo.
Ante la situación de una mendicidad generalizada el debate sobre la limosna se traslada a la
necesidad del trabajo para enfrentar la problemática. La limosna ante los ojos de los
humanistas pasa a un segundo plano y se aboga por la necesidad del trabajo para el hombre.
El pobre empieza a ser clasificado según la gravedad de la pobreza y su posible integración
a una economía productiva.
2.2.5. Conclusión parcial
La acción de la gracia genera en el hombre de libre y buena voluntad el deseo de dar respuesta
favorable a ella y se traduce en actos libres que buscan a Dios. En esta búsqueda el hombre
encuentra la libertad ilimitada de amar a través de las obras de Él.
173 Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 11 Pau-Red, 565.174 Cfr. Vidal, Nuevo Diccionario de teología moral, 1088.
81
La voluntad de Dios es nuestra santificación. Al venir Jesús a este mundo quiso salvarnos y
santificarnos, al ser esta la voluntad de Dios - que todos seamos santos - entonces la santidad
no debe consistir en dones extraordinarios de la naturaleza y de la gracia, que dependan
únicamente de la generosidad de Dios. Más bien, la santidad debe consistir en algo que toda
persona de buena voluntad, aún el más sencillo y humilde, pueda obtener, ayudado por la
gracia. La santidad es la perfección de la vida cristiana, es la perfecta imitación de Cristo.
Este camino empieza por la gracia santificante, las virtudes infusas y los dones del Espíritu
Santo.
Las acciones de los hombres que nos conciernen abordan precisamente la práctica de las
virtudes de la justicia y de la caridad que acorde con santo Tomás nos permiten concretarlas
en la limosna. Su doctrina nos lleva a través de las temáticas de la pobreza, de la distribución
de la riqueza, de la injusticia socioeconómica, entre otras temáticas. Estos temas son
atendidos desde las obras de los justos: limosna, ayuno y oración.
La gracia tiene un efecto sobre el hombre, produce una respuesta que define el alcance de su
obrar en el mundo. Una respuesta negativa a la gracia le conduce a un camino distinto al de
Dios, una respuesta a favor del mal le aleja de la libertad de Dios.
Lo bueno y lo malo no son (...) posibilidades en igual de condiciones. Es verdad
que hay libertad para el mal, pero, en este caso, la libertad auténtica se realiza de
manera deficiente. La libertad que se realiza en el mal es siempre la libertad
desdichada, la mínima, la más incompleta. Es, por tanto, una libertad que no se
comprende a sí misma.175
El mayor alcance de las obras de los hombres está determinado por su libre voluntad cuando,
al escoger participar de la libertad de Dios, participa de la misma obra de Dios. Obra justa y
caritativa. Esta es la gracia que nos eleva a un estado de gran fe que nos permite dar fruto a
favor de los hombres. Engendra y nutre una nueva vida de conocimiento y amor en nosotros,
una vida que es participación en la vida divina, en la Trinidad.
175 Feiner, Mysterium Salutis Fundamentos de la dogmática como historia de la salvación, 121.
82
Esta nueva vida, otorgada por la gracia y aceptada por el hombre libremente, debe permear
todas las acciones humanas. En la medida que crece la gracia y florece en el alma, influye en
todas nuestras acciones, dirigidas a la gloria de Dios y a la unión con Él por medio de la
caridad. Este desarrollo de la libertad nos acerca a la plenitud de la vida cristiana, la santidad.
Las acciones libres del hombre en la búsqueda de Dios son las que nos conciernen, ya que
han sido las acciones de las personas que confían en Él (pensemos en san Francisco de Asís),
su camino hacia la paz y el bien; quienes atienden las grandes tribulaciones de los hombres
y los guían hacia la misma gracia de Dios. Quien encuentra a Jesús, encuentra la gracia, la
alegría y la paz. En adelante sus acciones dirigidas a la búsqueda de Dios se convierten en
una constante renuncia por amor a Jesús y al prójimo.
Esto no quiere decir que todos somos llamados a experimentar las extraordinarias vivencias
místicas de algunos santos. Podemos estar seguros que ha habido santos humildes y
escondidos. No es la grandeza de tales misticismos sino la respuesta fiel y constante a la
invitación de la gracia lo que nos permite ser libres. De acuerdo con santa Catalina de Siena,
en sus diálogos con el Padre Eterno,
(...) todo bien y toda acción se verifican por medio del prójimo. Ningún bien se
puede hacer sino en relación con mi caridad y con la del prójimo, y si no se hace
con relación a ninguna de estas dos, no puede ser verdadero bien aunque sus actos
fuesen virtuosos. De la misma manera, el mal también se hace por este medio, por
la privación de la caridad.176
En la misma perspectiva se ubica santa Teresa de Jesús, quien en su libro Las Moradas llama
gracias a sus particulares arrebatos místicos, y de ellos dice: “Esto quiero yo, mis hermanas,
que procuremos alcanzar, y no para gozar, sino para tener estas fuerzas para servir: deseemos
y nos ocupemos en la oración.”177 La importancia de la gracia no debida de Dios hacia el
hombre es el don de la libertad. Libertad para hacer el bien a favor del prójimo. Libertad del
176 Santa Catalina de Siena, El dialogo, 493.177 Santa Teresa de Jesús, Las Moradas, Capítulo 4, no. 12.http://www.hjg.com.ar/teresa moradas/moradas 7 4.html (Consultado, abril 5, 2016).
83
egoísmo que pesa sobre él y que le impide dar fruto. Libertad para la santidad, para
abandonarse en el misterio de Dios.
2.2.6. Gracia Contemporánea: Realidades económicas a la luz de la gracia.
El siglo XX está marcado por el interés por volver a la teología bíblica y a los escritos de los
Padres de la Iglesia. Esto ha permitido adentrarse en la riqueza de la gracia, el aspecto
trinitario de su doctrina y la importancia de la economía de la actividad personal y salvífica
de Dios.
Se deja de lado las discusiones sobre la gracia eficaz y la gracia suficiente para dar paso,
nuevamente, a san Agustín. Sus conceptos sobre libertad y voluntad libre vuelven a atraer la
mirada sobre la raíz de la libertad cristiana centrada en la relación personal del creyente con
la Trinidad.178 La experiencia de la gracia se enfatiza se abre en definitiva un espacio en la
teología de la gracia a la presencia de Dios en el hombre.
Antes del Concilio Vaticano II, los teólogos se dedicaron a repasar las controversias sobre la
gracia entre protestantes y católicos. Estos últimos encontraron base a la luz de teólogos
protestantes como Barth, Bultmann, Tillich y Bonhoeffer.179 Karl Barth (1886-1968) se
oponía a reducir la gracia a una fuerza ética, mientras que Karl Rahner desarrollaba su idea
de la gracia como la auto-comunicación de Dios.
A partir de Pablo y los Padres de la Iglesia, Rahner aporta un cambio contrario al pensamiento
de la teología neo-escolástica que regía respecto a la gracia creada y la increada, donde la
segunda era consecuencia de la primera. En contraposición, Rahner propone que
178 Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 6 Fri-Hoh, 393. También en: Feiner, Mysterium Salutis. Manual de la Teología como historia de la salvación. La Iglesia: El acontecimiento salvífico en la comunidad cristiana. Tomo II Culto - Sacramentos - Gracia, 728-729.179 Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 6 Fri-Hoh, 393.
84
El espíritu de Dios reside en nosotros y como resultado, «como consecuencia y
manifestación» de esta auto-comunicación divina, somos transformados de una
forma concreta y particular. Dios nos transforma dándose a nosotros, antes que
darse a nosotros porque nos haya transformado.180
Rahner utiliza el concepto de la primacía de la gracia no creada, o sea el mismo Espíritu
Santo, por encima de los efectos de la gracia creada, o la operación del Espíritu sobre el
hombre para enfatizar la importancia del encuentro personal del hombre con Dios.181 La
gracia increada es la auto-comunicación de Dios que se da en la experiencia trascendental.
Además, es ofrecida a todos los hombres, es universal, y “su auto-comunicación alcanza un
punto de compromiso absoluto en Cristo. (...) la expresión definitiva, de la generosidad de
Dios. La Encarnación es el punto cumbre en la historia de la salvación, no solo un punto
clave.”182
La teología contemporánea ya no se basa en la naturaleza abstracta sino sobre el hombre en
su historia concreta, quien, desde su creación, llama a la gracia. El hombre se mueve en el
horizonte del acto de la gracia por medio de la cual Dios se quiere comunicar con él y que lo
determina de manera existencial, esto es lo que Rahner denomina el hombre existencial. El
concepto del fin de la naturaleza humana antes de considerar sus actos, no disminuye el
carácter indebido de la gracia, por el contrario, lo afirma.183 La naturaleza del hombre es
llegar a la unión con Dios, esta es la verdadera expresión de la realización del ser humano.
Se puede decir que los teólogos católicos empezaron a secularizar la gracia, o sea la realidad
del amor de Dios en toda actividad humana. Gracia universal, disponible a todos los hombres.
A partir de esta secularización la teología de la gracia se volvió personalista. No se trataba
de crear una nueva doctrina, por el contrario esta permanecía intacta. Se trataba, más bien,
de una nueva aproximación a las realidades de la Escritura y de la Tradición. La gracia se
entiende como una relación interpersonal entre Dios y el hombre. La atención se centró sobre
180 Bonet, Una introducción a Karl Rahner, 43.181 Cross, The Oxford Dictionary O f The Christian Church, 698.182 Bonet, Una introducción a Karl Rahner, 48.183 Cfr. Lacoste, Encyclopedia o f Christian Theology. Vol. 2 G-O, 650.
85
el impacto de la gracia sobre la conciencia, los actos de fe, de esperanza y de amor acudiendo
al lenguaje de la filosofía existencial y la psicología contemporánea para el desarrollo de la
teología personalista.184
En el Concilio Vaticano II se da paso al concepto de la teología social de la gracia centrado
en la noción bíblica del llamado de Dios, no al individuo, sino a su pueblo. Aunque, el
lenguaje utilizado en Gaudium et spes exalta la importancia del desarrollo de la persona, su
preocupación se centra en la necesidad de atender las diferencias económicas y sociales, y
las estructuras que limitan la libertad humana.185
No solo fue importante el aspecto social en la teología de la gracia sino también en la teología
sacramental y litúrgica, en las cuales el bautizo es la iniciación de la persona en la comunidad
cristiana y la eucaristía la participación en el banquete comunal.
Como se indica en la constitución dogmática, Lumen Gentium “Todos los hombres son
llamados a esta unidad católica del Pueblo de Dios, que simboliza y promueve paz universal
(...) sea los fieles católicos, sea los demás creyentes en Cristo, sea también todos los hombres
en general, por la gracia de Dios llamados a la salvación”186 ya que la gracia no solo obra en
los cristianos sino también en los hombres de buena voluntad.187
Es gracia que produce “un cambio interior, que el Evangelio designa con el nombre de
metanoia, una conversión radical, una transformación profunda de la mente y del corazón.”188
Es conversión que nos pone ante la voluntad de Dios de santificarnos, dirigida hacia la vida
que es participación en la vida divina
Los seguidores de Cristo, llamados por Dios no en razón de sus obras, sino en
virtud del designio y gracia divinos y justificados en el Señor Jesús, han sido
hechos por el bautismo, sacramento de la fe, verdaderos hijos de Dios y partícipes
de la divina naturaleza, y, por lo mismo, realmente santos. En consecuencia, es
184 Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 6 Fri-Hoh, 393.185 Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 11 Pau-Red. Detroit, 566.186 LG 13187 Cfr. GS 22188 EN 10
86
necesario que con la ayuda de Dios conserven y perfeccionen en su vida la
santificación que recibieron.189
La teología personalista de la gracia pierde fuerza para poder explicar las dimensiones
sociales de esta, y en consecuencia los teólogos la dejan de lado. Solamente con la llegada
de la teología de la liberación se retoma el concepto social de la gracia, por la cual el hombre
la recibe dentro de la sociedad y al transformarla. De manera precisa, la gracia es liberación,
el acto liberador de Dios en la sociedad.190
De acuerdo con la instrucción Libertatis Conscientia,
(...) el amor que impulsa a la Iglesia a comunicar a todos la participación en la
vida divina mediante la gracia, le hace también alcanzar por la acción eficaz de
sus miembros el verdadero bien temporal de los hombres, atender a sus
necesidades, proveer a su cultura y promover una liberación integral de todo lo
que impide el desarrollo de las personas.191
Es la acción eficaz de la caridad de los miembros de la Iglesia lo que les permitirá su
salvación. “Pero no olviden todos los hijos de la Iglesia que su excelente condición no deben
atribuirla a los méritos propios, sino a una gracia singular de Cristo, a la que, si no responden
con pensamiento, palabra y obra, lejos de salvarse, serán juzgados con mayor severidad.”192
Los trabajos más recientes consideran el aspecto de la realización humanística del hombre,
como lo hacen Schillebeeckx y Küng. San Juan Pablo II indica en su carta apostólica Mulieris
Dignitatem el sentido de la auto-realización del hombre,
El ser persona significa tender a su realización (el texto conciliar habla de
«encontrar su propia plenitud»), cosa que no puede llevar a cabo si no es «en la
entrega sincera de sí mismo a los demás». El modelo de esta interpretación de la
persona es Dios mismo como Trinidad, como comunión de Personas. Decir que
189 LG 40190 Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 6 Fri-Hoh, 393.191 CDF, Instrucción Libertatis Conscientia. Sobre libertad cristiana y liberación, 63.192 LG 14
87
el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de este Dios quiere decir también
que el hombre está llamado a existir «para» los demás, a convertirse en un don.193
Igualmente, encontramos los trabajos de Rahner, Greshake y Propper que hablan de la
inteligencia de la gracia como adviento de la libertad, el aspecto comunitario y eclesial en los
escritos de Greshake; y, finalmente la experiencia de la gracia y su extensión a los ámbitos
éticos y políticos como se considera en la teología de la liberación.194
En la economía de la gracia todo está previsto. La gracia de Dios está dispuesta para que el
hombre se dé a Dios en el prójimo. Pero, la historia contemporánea ha sido una lucha
constante de la Iglesia para que el hombre reconozca a su hermano.
En el siglo XX un gran número de teóricos empezaron a estudiar las estructuras societarias
que limitaban el desarrollo económico y general de la persona, y la Iglesia no se quedó atrás.
La encíclica Rerum Novarum (1891) de León XIII ha sido la base fundamental del
pensamiento social de la Iglesia hasta nuestros días. En esta, León XIII examina la situación
de los pobres y trabajadores de los países industrializados. Busca contrarrestar los esfuerzos
socialistas de usurpar la libertad de la persona y reversar los conceptos deshumanizantes de
la situación de los pobres y de los trabajadores. Defiende el derecho a la propiedad privada.
Promueve la acción conjunta de la Iglesia, del Estado, de los empleadores y empleados como
solución religiosa, moral, de justicia y protección.195
Ante la llegada de la Gran Depresión, Pio XI en su encíclica Quadragesimo anno, nos
recuerda que la riqueza de las naciones proviene del trabajo conjunto del hombre, de ahí, la
importancia del capital en el crecimiento de la oferta de empleo. Hace un llamado a que se
establezcan salarios más justos que permitan la construcción de la riqueza del trabajador.
Igualmente, aboga por la participación en utilidades lo que se considera algo muy innovador
para la época,
193 MD 7194 Cfr. Lacoste, Encyclopedia o f Christian Theology. Vol. 2 G -0 , 650.195 Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 11 Pau-Red, 565-566.
88
Ahora bien, no toda distribución de bienes y riquezas entre los hombres es idónea
para conseguir, (...) el fin establecido por Dios. Es necesario, por ello, que las
riquezas, que se van aumentando constantemente merced al desarrollo económico
- social, se distribuyan entre cada una de las personas y clases de hombres, de
modo que quede a salvo esa común utilidad de todos, (...) que se conserve inmune
el bien común de toda la sociedad.196
San Juan XXIII, en su encíclica Mater et magistra (1961) insistió en la asistencia de las
naciones ricas a aquellas pobres, para alcanzar un crecimiento económico que asegurara una
distribución más equitativa de la riqueza. Promovió los sistemas de seguridad social para
atender las diferencias sociales. Estos sistemas tuvieron mayor atención en su encíclica
Pacem in terris, donde el pensamiento de la Iglesia definía, claramente, que la pobreza es
una limitante para el desarrollo de la persona.197
En Populorumprogressio, (1967) Pablo VI fue más allá al hablar del desarrollo de la persona,
“Es un humanismo pleno el que hay que promover. ¿Qué quiere decir esto sino el desarrollo
integral de todo hombre y de todos los hombres?”198 El progreso de la humanidad es una
vocación ya que “En los designios de Dios, cada hombre está llamado a desarrollarse, porque
toda vida es una vocación.”199 La exigencia de atender a todos los hombres era su perspectiva
profética sobre la globalización del mundo.
En 1981 San Juan Pablo II escribe Laborem Exercens, sobre el significado del trabajo
humano como clave de la «cuestión social». Aborda la premisa de la prioridad del trabajo
frente al capital y la desventaja de esta premisa ante el economismo y materialismo. Trata
sobre “el derecho a la propiedad privada como subordinado al derecho al uso común, al
destino universal de los bienes.”200
196197198199200
QA 57Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 11 Pau-Red, 566.PP 42 PP 15 LE 14
89
Conmemorando el vigésimo aniversario de Populorumprogressio, San Juan Pablo II escribe
en su encíclica Sollicitudo rei socialis (1987) acerca de los “mecanismos económicos,
financieros y sociales, los cuales, aunque manejados por la voluntad de los hombres,
funcionan de modo casi automático, haciendo más rígidas las situaciones de riqueza de los
unos y de pobreza de los otros.”201 Además, presenta los desafíos impuestos por el
consumismo desenfrenado que produce tensión entre el ser y el tener de la persona.
Ante la caída del muro de Berlín en 1989, y celebrando los cien años de la encíclica Rerum
novarum en 1991, el tema del consumismo se amplía en la encíclica Centesimus annus de
San Juan Pablo II. Ante la mejoría de las condiciones económicas para muchos pobres, no se
vislumbraba mejoría en la calidad de vida de estas personas. Los pobres no estaban siendo
atendidos por falta de decisiones económicas y morales que tomaran en cuenta la integridad
de la persona humana.202
La doctrina social de la Iglesia parte de la contribución de grandes pensadores y es solo justo
decir que su compendio es el resultado lógico de este proceso de conocimiento. Este trabajo
de sistematización es entregado a la Iglesia como invitación “a descubrirse como ser
trascendente, en todas las dimensiones de su vida, incluida la que se refiere a los ámbitos
sociales, económicos y políticos.”203 Siendo así, este compendio se vuelve herramienta
necesaria para “la formación de los laicos, para que con la santidad de su vida y con la fuerza
de su testimonio, contribuyan al progreso de la humanidad. Este documento quiere ayudarles
en su misión cotidiana.”204
La misión es hacer el bien a favor del prójimo y la libertad se vive en la decisión moral de
tomar cuenta del propio desarrollo y de contribuir al progreso de la humanidad. Es en el acto
del amor al prójimo en el cual se trasciende moralmente. Es en el intercambio positivo entre
los hombres donde se crea la riqueza. Al comprobar mi mayor riqueza por la existencia del
201 SRS 16202 Cfr. Carson, New Catholic Encyclopedia Second Edition 11 Pau-Red, 567.203 CDSI 2204 CDSI 4
90
otro, me siento más rico. Cuando valoro a aquellos con los cuales intercambio y veo la
belleza, bondad y providencia que aportan en mi vida, esta se enriquece.
Es el acto de amor por el otro el que traen las siguientes encíclicas que complementan el
compendio de la doctrina social de la Iglesia. Benedicto XVI en Deus caritas est nos lleva,
en una primera instancia, por un recorrido teológico y filosófico sobre las dimensiones del
amor - eros, filia, agape - y en la segunda parte de la encíclica se concentra en la reflexión
sobre la tarea del amor al prójimo de cada fiel y la comunidad eclesial. Es tarea en el sentido
de que: “Quien intenta desentenderse del amor se dispone a desentenderse del hombre en
cuanto hombre.”205
En su segunda encíclica de orden social se encuentra Spe salvi (2007). En ella el papa nos
recuerda que el mundo necesita de Dios por que sin Él no hay esperanza y cómo se relaciona
con la fe. Nos indica su necesidad entre las tribulaciones del mundo,
¿En qué consiste esta esperanza, tan grande y tan «fiable» que nos hace decir que
en ella encontramos «la salvación»? Esencialmente, consiste en el conocimiento
de Dios, en el descubrimiento de su corazón de Padre bueno y misericordioso.
Jesús, con su muerte en la cruz y su resurrección, nos reveló su rostro, el rostro
de un Dios con un amor tan grande que comunica una esperanza inquebrantable,
que ni siquiera la muerte puede destruir, porque la vida de quien se pone en manos
de este Padre se abre a la perspectiva de la bienaventuranza eterna.206
Benedicto XVI en la encíclica, Caritas in Veritate (2009) toma al mundo por sorpresa. Ella
enmarca el aporte real que la Iglesia da a la luz del Evangelio, el fundamento del auténtico
desarrollo humano en el marco de la globalización que intuía Pablo VI en Populorum
progressio. Aborda ampliamente el tema ético basado sobre una comprensión correcta del
desarrollo integral de la persona.
205 DC 28206 Benedicto XVI. Ángelus del 2 de diciembre de 2007. http://w2 .vatican.va/content/benedict- xvi/es/angelus/2007/documents/hf ben-xvi ang 20071202.html (Consultado el 29 de febrero, 2016).
91
Finalmente, el aporte del papa Francisco ha quedado consignado, hasta el momento, en la
exhortación apostólica, Evangelii Gaudium (2013) y en la encíclica Laudato si (2015). En la
primera, Francisco nos propone la proclamación del Evangelio en el mundo actual con
creatividad y estar atentos al acartonamiento del cristiano. Llama a observar la inculturación
del Evangelio y la importancia de la piedad popular para revivir el poder evangelizador.
Denuncia el sistema económico actual, la autonomía de los mercados, la especulación
financiera y la corrupción generalizada. Habla por los más débiles, los pobres, las víctimas
del tráfico de personas, los inmigrantes, las mujeres, los niños no nacidos.
En la segunda encíclica, sobre el cuidado del mundo, aborda los problemas del medio
ambiente y la relación del hombre con este y sus hermanos. Es un llamado a la conversión
ecológica suscitada por el encuentro con Cristo. Generando una relación con Él que debe
dictar nuestra relación con el mundo en el que vivimos.
2.2.7. Conclusión
La libertad que busca el hombre se fundamenta en la verdad y “toda experiencia auténtica de
verdad y de belleza busca por sí misma su expansión, y cualquier persona que viva una
profunda liberación adquiere mayor sensibilidad ante la necesidad de los demás”207 Esta
sensibilidad es la que lanza al hombre a obrar a favor del más necesitado, y es en el obrar
donde vemos el fruto de la gracia.
A lo largo del siglo XX vemos cómo la Iglesia ha llamado consistentemente al cristiano a
darse cuenta del otro y atender al prójimo. No puede ser más concreto el llamado que hace el
Papa Francisco en Evangelii Gaudium a que nos neguemos “a una economía de la exclusión
y la inequidad,”208 “a la idolatría del dinero,”209 “a un dinero que gobierna en lugar de
207 EG 9208 EG 53-54209 EG 55-56
92
servir,”210 “a la inequidad que genera violencia.”211 Pide todo esto en tiempos de grandes
desafíos para los católicos del siglo XXI como son los ataques a la libertad religiosa, la
persecución de los cristianos en el mundo, la secularización, el relativismo moral, la crisis de
la familia y el individualismo posmoderno.212
Ante estos desafíos estamos rodeados de “la acedia egoísta que nos roba la alegría
evangelizadora,”213 del “pesimismo estéril que nos roba la esperanza,”214 de “la mundanidad
espiritual que nos roba el Evangelio,”215 de “la guerra que nos roba el ideal del amor
fraterno.”216 Es en la alegría del evangelio que encontraremos la posibilidad de obrar
rectamente. Así como Francisco nos lanza a las periferias, al encuentro con el otro, para
participar de esta alegría, Benedicto XVI nos indica que
Antes que el hacer está el escuchar, la percepción de la realidad. El hombre es un
ser llamado a responder. Para poder obrar rectamente, nuestra mirada debe, antes
que nada, volverse pura y nuestro oído, abrirse. Sin verdad, ningún obrar es
correcto. De ahí que el deseo de la verdad, su búsqueda humilde y disponible,
constituya el presupuesto fundamental de toda moral.217
La fuerza misionera está acompañada del escuchar, para que la respuesta del hombre esté
acompañada de la rectitud, bondad, clemencia y misericordia de Dios. En fin, acompañada
de la gracia de Dios. “El principio de la primacía de la gracia debe ser un faro que alumbre
permanentemente nuestras reflexiones sobre la evangelización”218
Es la gracia la que nos permitirá asumir la gran pregunta ¿Cuál es el mal que aqueja el mundo
de hoy? Y ser capaces de contestar de igual manera que lo hizo, supuestamente, G.K.
210 EG 57-58211 EG 59-60212 Cf. EG 61-67213 Cf. EG 81-83214 Cf. EG 84-86215 Cf. EG 93-97216 Cf. EG 98-101217 Benedicto XVI, El Elogio de la conciencia. La Verdad interroga al corazón, 85.218 EG 112
93
Chesterton: yo soy. Cuando la conciencia del hombre recobre el deseo de la Verdad, verá
quién se es, oirá a quien es y actuará por amor a la verdad, a Él.
94
3. Confianza en la Gracia o Providencia de Dios, como respuesta a la vida financiera
actual a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia
3.1. Introducción
Hemos visto a través del capítulo primero cómo se presenta la situación financiera y
económica de los últimos años, así como las implicaciones para el avance y progreso del
hombre y la mujer en Latinoamérica. Las cifras que analizamos no son aliento, ni motivo de
alegría, por el contrario, se puede afirmar que cada día estamos más lejos de los resultados
previstos por los organismos internacionales e internamente en Colombia de alcanzar los
pronósticos prometidos por su gobernante.
Es así como los católicos quedamos a la merced del propio esfuerzo para atender las
necesidades de nuestras familias acorde con la libertad que nos ofrezca la Divina Providencia
en Su gracia.
¿En quién poner nuestra confianza sino en Aquel que en todo momento ha sido fiel y
misericordioso, tierno y amoroso? Ha sido su gracia promesa de realidades concretas en
nuestras vidas que ha permitido que el mundo progrese, porque no todo ha sido malo en las
manos de los hombres. Ha habido conquistas importantes que permiten al hombre disfrutar
de mayor salud, conocimiento, y vida.
Nuestro estudio se centra en la situación económico-financiera de nuestro continente, de
nuestro pueblo que se encuentra en situación de pobreza apremiante y en aumento. Ya para
el año 2015 el pronóstico de la CEPAL es un retroceso de 168 millones de habitantes en
situación de pobreza, de ellos 70 millones en situación de indigencia para el 2014, a 175
millones y en indigencia, 75 millones para el año 2015.219
219 Cfr. CEPAL, Panorama social de América Latina - 2015 pg. 7.http://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/39965/S1600227 es.pdf?sequence=1 (Consultado Abril 5, 2016).
95
El sufrimiento de Latinoamérica está concentrado en la pobreza de su gente afectada por la
avaricia de aquellos que se quedan indiferentes ante su situación. Es consecuencia de los
actos de aquellas personas que prefieren velar por su propio sustento y no permitir que la
gracia de Dios invada sus corazones y cumplan con su misión de atender con sus talentos,
dados por la gracia y ser providencia de los más necesitados. Es por aquellos gobernantes
que prefieren llenar sus arcas de gloria mundana y olvidar su misión en el servicio. Es por
aquellos que prefieren atender sus caprichos particulares y los que proyectan sobre sus
mascotas que olvidan el hambre y la miseria de sus hermanos. Es la pobreza la que nos
concierne en este momento. Pobreza que siempre estará entre nosotros pero que llama a servir
a los más necesitados y a encontrarnos con el pobre como hermano.
En Aparecida, en el año 2007, los pastores de la Iglesia se reúnen para afrontar los temas que
nos aquejan en Latinoamérica y nos recuerdan desde la doctrina social de la Iglesia el sentido
de la economía:
La actual concentración de renta y riqueza se da principalmente por los
mecanismos del sistema financiero. La libertad concedida a las inversiones
financieras favorecen al capital especulativo, que no tiene incentivos para hacer
inversiones productivas de largo plazo, sino que busca el lucro inmediato en los
negocios con títulos públicos, monedas y derivados.220
Debemos recordar que es en el amparo del buen funcionamiento de la economía de un país
donde se cristaliza la riqueza. La obra conjunta de los hombres por el bienestar de todos es
lo que construye la riqueza. No es la acumulación y la retención de los recursos lo que
construye sino el progresivo desarrollo integral del bienestar del hombre y de la
comunidad.221
La claridad en el concepto de una economía que aporte bienestar para todos debe ser
considerada bajo estos lineamientos. No es el capital especulativo que genera lucro
220 V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Documento Conclusivo. Aparecida, Brasil 13-31de mayo 2007. 2a. Ed. San Pablo, Bogotá. 2007. No.69.221 Cfr. Ibid., No.69 citando DSI n. 334.
96
inmediato, sino las inversiones productivas de largo plazo las cuales promocionan la
formación de la riqueza.
Aparecida llama a las empresas “a prestar una contribución mayor en la sociedad, asumiendo
la llamada responsabilidad social-empresarial desde esa perspectiva.”222
El hombre ha buscado con mayor insistencia ir en contra del desarrollo y progreso estable,
dirigido por decisiones inmorales e inconscientes de los alcances que pueden tener sobre la
población y el mundo, casa de todos. La falta de paciencia, la avaricia y su dureza de corazón
han hecho que se busque la ganancia inmediata a expensas de agotar los recursos naturales
que le pertenecen a toda la humanidad.
Aparecida denuncia las implicaciones de la destrucción de la Amazonia que acarrea
interrogantes sobre el interés económico y político del pulmón del mundo por parte de
agentes externos:
La creciente agresión al medioambiente puede servir de pretexto para propuestas
de internacionalización de la Amazonia, que sólo sirven a los intereses
económicos de las corporaciones transnacionales. La sociedad panamazónica es
pluriétnica, pluricultural y plurireligiosa. En ella se está intensificando, cada vez
más, la disputa por la ocupación del territorio. Las poblaciones tradicionales de la
región quieren que sus territorios sean reconocidos y legalizados.223
La pobreza la vive la creación en su totalidad, no solo el hombre sufre, sino también las
creaturas y la naturaleza que Dios creó, es asi como nuevamente la voz profética de Pablo VI
es recordada por el Papa Francisco en su carta encíclica Laudato sí: “Los progresos
científicos más extraordinarios, las proezas técnicas más sorprendentes, el crecimiento
económico más prodigioso, si no van acompañados por un auténtico progreso social y moral,
se vuelven en definitiva contra el hombre.”224
222 Ibid.,223 Ibid., No.8 6 .224 LS 4, al citar a Pablo VI en su Discurso a la FAO en su 25 aniversario 16 de noviembre de 1970.
97
La indiferencia del hombre se torna expansiva sobre la tierra y requiere de un cambio de
comportamiento. La pobreza ataca la creación entera: “Pero hoy no podemos dejar de
reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que
debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor
de la tierra como el clamor de los pobres.”225
La gracia que ha dado Dios al hombre en la tierra viene siendo agotada y no cultivada para
su mayor provecho. Pareciera que los ecónomos están vaciando las despensas y no quieren
abastecerlas nuevamente. El dominio del hombre sobre la tierra se ha vuelto irracional y
agotador, la tecnología ha perdido su objetivo para con el hombre y favorece la explotación
inclemente a favor del abastecimiento inmediato de las arcas de unos pocos a expensas de la
despensa familiar.
Hablar de la pobreza en Latinoamérica es considerar sus efectos sobre el “patrimonio de la
humanidad”226, la familia. La riqueza del hombre es su familia, su descendencia, promesa
concreta de Dios a Abraham, su tierra, su seguridad y bienestar para ella. La familia
latinoamericana se desintegra, los niños quedan huérfanos, las mujeres viudas por la
violencia de sus países.
Las grandes ciudades se olvidan del respeto que merecen las familias:
(...) la carencia extrema que se vive en algunos ambientes que no poseen armonía,
amplitud y posibilidades de integración facilita la aparición de comportamientos
inhumanos y la manipulación de las personas por parte de organizaciones
criminales. Para los habitantes de barrios muy precarios, el paso cotidiano del
hacinamiento al anonimato social que se vive en las grandes ciudades puede
provocar una sensación de desarraigo que favorece las conductas antisociales y la
violencia.227
225 LS 49226 V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Discurso Inaugural de S.S. Benedicto XVI. Aparecida, Brasil 13-31de mayo 2007. 2a. Ed. San Pablo, Bogotá. 2007. No.5.227 LS 149
98
Este patrimonio debe ser cuidado, resguardado de todo mal que pueda destruirlo, ya que la
familia
(...) constituye uno de los tesoros más importantes de los pueblos
latinoamericanos. Ella ha sido la escuela de la fe, palestra de valores humanos y
cívicos, hogar en el que la vida humana nace y se acoge generosa y
responsablemente.228
Aparecida ha ilustrado a los latinoamericanos que estamos alejados de la verdadera
moralidad cristiana: el amor. Las decisiones de sus gobernantes están lejos de llamarse éticas
por ser estas indiferentes a los principios básicos que sostiene la doctrina social de la Iglesia,
la dignidad humana y las perspectiva moral cristiana. Nos recuerdan los pastores que la ética
económica y financiera ha olvidado al protagonista, el hombre.
El amor que nos debemos unos a otros ha sido pagado por la gracia de Dios. Estamos en mora
de acudir a la gracia que llama a la santidad, pero esta tiene su cuna en la familia, en el hogar
que forja los valores de cada persona. Es allí donde el cristiano debe disponer su corazón para
que la gracia pueda actuar a favor de la humanidad. Los católicos estamos llamados a abrir
el corazón para que la gracia infusa del Espíritu de Dios nos transforme.
3.2. El sentido de la ética en las finanzas. El dinero que sirve y que no gobierna.
Los problemas que aquejan, hoy por hoy, al mundo financiero se reducen a la falta de la ética.
Su carencia tiene múltiples causas pero lo más preocupante está en la imposibilidad del
hombre de reconocer su propia dignidad. Para que exista un comportamiento ético en la
persona debemos tener en cuenta que la ética se da respecto al otro, al prójimo, al que tenemos
al frente. La persona reconocida con dignidad por un ser humano que reconoce la misma
dignidad en sí mismo.
228 V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Discurso Inaugural de S.S. Benedicto XVI. Aparecida, Brasil 13-31de mayo 2007. 2a. Ed. San Pablo, Bogotá. 2007. No.5.
99
Recordamos las palabras de Benedicto XVI en su carta encíclica Caritas in veritate, donde
dice que la dignidad de la persona y el valor trascendente de las normas morales naturales
son pilares fundamentales de la ética en la economía y las finanzas.229
Sin estos dos pilares nos encontramos ante un desequilibrio que amenaza al mismo hombre
como avisa el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, “La crisis
mundial, que afecta a las finanzas y a la economía, pone de manifiesto sus desequilibrios y,
sobre todo, la grave carencia de su orientación antropológica que reduce al ser humano a una
sola de sus necesidades: el consumo.”230
En el aspecto inviolable de la dignidad humana, la doctrina social de la Iglesia nos indica que
en cada persona humana vemos la imagen viva de Dios mismo231 El hombre es el
protagonista de la doctrina social. Es la persona fin en sí misma, nunca valorada como simple
instrumento utilitario. Es alguien y no algo, sujeto no objeto.
A partir del principio de la dignidad humana debemos renovar la ética financiera que atienda
precisamente a amparar a la persona y más aún su relación comunitaria ya que, “la relación
entre Dios y el hombre se refleja en la dimensión relacional y social de la naturaleza humana.
El hombre, en efecto, no es un ser solitario, ya que «por su íntima naturaleza, es un ser social,
y no puede vivir ni desplegar sus cualidades, sin relacionarse con los demás».”232
Ahora bien, aunque el mundo pide a gritos esta renovación ética solo la gracia infusa del
Espíritu de Dios podrá transformar al hombre. Es desde la transformación del corazón del
hombre donde la ética podrá recobrar el espacio para el bien común. Solo la gracia de Dios
hace del hombre santo, ya que por su gracia somos llamados a la santidad.
El mundo ha dado saltos tecnológicos en el último siglo, aun más en los últimos treinta años,
que han desbordado la voluntad del hombre por avanzar a paso similar en su formación ética.
Dice Benedicto XVI en Spe Salvi, “Si el progreso técnico no se corresponde con un progreso
229 Cfr. CV 45230 EG 55231 CDSI 105232 CDSI 105 al citar a GS 12
100
en la formación ética del hombre, con el crecimiento del hombre interior (cf. E f 3,16; 2Cor
4,16), no es un progreso sino una amenaza para el hombre y para el mundo.”233
Los sentimientos de esperanza en el desarrollo que expresaba Pablo VI en el año 1967 en su
carta encíclica Populorum Progressio, para Juan Pablo II, veinticinco años después, se
agotaban según expresaba en su encíclica Sollicitudo Rei Socialis: “(...) la esperanza de
desarrollo, entonces tan viva, aparece en la actualidad muy lejana de la realidad.”234 Qué
podemos decir hoy, casi medio siglo después, sino repetir sus palabras.
La doctrina nos enseña que la dignidad del hombre viene acompañada por los principios de
la justicia y de la solidaridad social
(...) inspirados por la gratuidad del evento de salvación realizado por Dios y no
tienen sólo el valor de correctivo de una praxis dominada por intereses y objetivos
egoístas, sino que han de ser más bien, en cuanto prophetia futuri, la referencia
normativa a la que todas las generaciones en Israel deben conformarse si quieren
ser fieles a su Dios. (...) El Espíritu de Dios, infundido en el corazón del hombre
-anuncian los Profetas- hará arraigar en él los mismos sentimientos de justicia y
misericordia que moran en el corazón del Señor (cf. Jr 31,33 y Ez 36, 26-27)235
Resaltamos aquí la gracia infusa del Espíritu de Dios que hará posible crear estos
sentimientos en el hombre, en una época en la cual el corazón del hombre parece de piedra y
no de carne. En el mejor de los casos, estamos ante un hombre al cual el Papa Francisco llama
adormecido y evasivo y no endurecido:
Al mismo tiempo, crece una ecología superficial o aparente que consolida un
cierto adormecimiento y una alegre irresponsabilidad. Como suele suceder en
épocas de profundas crisis, que requieren decisiones valientes, tenemos la
tentación de pensar que lo que está ocurriendo no es cierto. (...) Este
comportamiento evasivo nos sirve para seguir nuestros estilos de vida, de
233 SS 22234 SRS 12235 CDSI 25
101
producción y de consumo. Es el modo como el ser humano se las arregla para
alimentar todos los vicios auto destructivos: intentando no verlos, luchando para
no reconocerlos, postergando las decisiones importantes, actuando como si nada
ocurriera.236
El sentido de la ética en las finanzas consiste en abrir un espacio de luz en la razón oscurecida
de los hombres237 para que consideren que el dinero sirve al hombre y no que lo gobierne.238
El sentido ético en las finanzas es considerar a la persona y a todas las personas, es lo que se
denomina finanzas inclusivas. Es la inclusión del pobre ante su clamor:
La Iglesia ha reconocido que la exigencia de escuchar este clamor brota de la
misma obra liberadora de la gracia en cada uno de nosotros, por lo cual no se trata
de una misión reservada sólo a algunos (...) En este marco se comprende el pedido
de Jesús a sus discípulos: «¡Dadles vosotros de comer!» (Mc 6,37), lo cual implica
tanto la cooperación para resolver las causas estructurales de la pobreza y para
promover el desarrollo integral de los pobres, como los gestos más simples y
cotidianos de solidaridad ante las miserias muy concretas que encontramos.239
Las finanzas deben estar al servicio del hombre. Para lograr esto, grupos de estudio, como la
Fundación Centesimus Annus Pro Pontifice en su conferencia del 2014, Finanzas y el bien
común (Dublín), han dado recomendaciones prácticas en aras de promover un mayor debate
entre los profesionales de ciencias económicas, financieras y los especialistas en la ética de
las finanzas. Entre las 18 recomendaciones, no exhaustivas ni concluyentes de este
documento, cabe destacar el inicio del cambio: la empresa financiera. Se sugiere así ya que
“hay un ser humano al principio y al final de toda transacción, ya sea con clientes, empleados,
proveedores o accionistas. Esto supone a veces ir a contracorriente de los requisitos de la
técnica y de la regulación, y requiere un cambio de lógica de la dirección.”240 Este cambio
236 LS 59237 Cfr. CV36238 Cfr. EG 58239 EG 188240 Fondazione Centesimus Annus Pro Pontifice. Las propuestas de Dublín sobre finanzas y el bien común. 2014 http://www.centesimusannus.org/media/2doep1421668376.pdf (consultado el 27 de marzo de 2016) no.1
102
de lógica promociona soluciones que parten de la persona, de la comunidad, de lo micro a lo
macro; por esta razón se parte de la empresa financiera. Esto sugiere cambios en la forma del
otorgamiento de crédito, tendiendo más a su descentralización y personalización. Aún más,
ir a contracorriente es la búsqueda de “un desendeudamiento equilibrado y equitativo” para
hogares, en referencia al preocupante y generalizado sobre endeudamiento de estos.
Igualmente, promocionar a las “instituciones financieras con vocación de desarrollo
social”241, el microcrédito, y la bancarización de los pobres.
La Iglesia busca iniciativas que permitan que el sentido de la ética en las finanzas sea el
hombre, su familia y la comunidad. Que el corazón adormecido del hombre despierte y la luz
invada su razón para caer en la cuenta que su búsqueda de justicia es su búsqueda de Dios.
3.3. Búsqueda de Dios: libertad, justicia y salvación
La economía de la gracia está dispuesta para los que buscan a Dios. A través de ella llegamos
al primer momento de la economía de la salvación y de la justicia. Ahora bien, para poder
hablar de justicia en Latinoamérica, debemos tener presente que las estructuras políticas y
socioeconómicas que no sean justas no terminan bien.
En Aparecida, en su discurso inaugural, Benedicto XVI critica ambas estructuras marxistas
y capitalistas en sus pretensiones de generar por sí mismas una moralidad individual y común,
lo cual se evidencia en sus falsas promesas. En el sistema capitalista se verifica en el aumento
de la desigualdad entre ricos y pobres en Occidente y la degradación de la persona. El
testimonio del marxismo es la devastación ecológica, la ruina económica y la supresión de la
libertad.242
Benedicto XVI en su carta encíclica Spe Salvi describe el error fundamental de Marx,
241 Ibid. no. 9242 Cfr. V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Discurso Inaugural de S.S. Benedicto XVI. Aparecida, Brasil 13-31de mayo 2007. 2a. Ed. San Pablo, Bogotá. 2007. No.4.
103
Ha olvidado al hombre y ha olvidado su libertad. Ha olvidado que la libertad es
siempre libertad, incluso para el mal. Creyó que, una vez solucionada la
economía, todo quedaría solucionado. Su verdadero error es el materialismo: en
efecto, el hombre no es sólo el producto de condiciones económicas y no es
posible curarlo sólo desde fuera, creando condiciones económicas favorables.243
Es así como la estructura sin un “consenso moral de la sociedad sobre los valores
fundamentales y sobre la necesidad de vivir estos valores con las necesarias renuncias,
incluso contra el interés personal”244 no puede llegar a construir una sociedad justa.
¿Cómo llegar a este consenso? Las estructuras políticas, económicas y sociales deben acudir
a los valores fundamentales pero aún más apremiante es considerar que,
El humanismo que excluye a Dios es un humanismo inhumano. (...) La
conciencia del amor indestructible de Dios es la que nos sostiene en el duro y
apasionante compromiso por la justicia, por el desarrollo de los pueblos, entre
éxitos y fracasos, y en la tarea constante de dar un recto ordenamiento a las
realidades humanas.245
La recta ratio es posibilitada por la gracia de Dios dada al hombre que busca su justicia, que
coopera con la gracia. Acorde a san Agustín, la unión de la gracia y la voluntad del hombre
trae la salvación, pero esto no sucede hoy por hoy en Latinoamérica sino que por el contrario,
Las acciones y las posturas opuestas a la voluntad de Dios y al bien del prójimo
y las estructuras que estas generan, parecen ser hoy sobre todo dos: «el afán de
ganancia exclusiva, por una parte; y por otra, la sed de poder, con el propósito de
imponer a los demás la propia voluntad. A cada una de estas actitudes podría
añadirse, para caracterizarlas aún mejor, la expresión: “a cualquier precio”»246
243 SS 21244 V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Discurso Inaugural de S.S. Benedicto XVI. Aparecida, Brasil 13-31de mayo 2007. 2a. Ed. San Pablo, Bogotá. 2007. No.4.245 CV 78246 CDSI 119. Citando a Juan Pablo II SRS 37
104
Las palabras de Juan Pablo II siguen vigentes y han sido demostradas a muy alto precio.
La posibilidad de unir la voluntad del hombre a la de Dios requiere que los laicos católicos
reconozcan su “responsabilidad en la vida pública; deben estar presentes en la formación de
los consensos necesarios y en la oposición contra las injusticias.”247 Pero esto no sucede en
nuestros países. La necesidad de llevar el Evangelio a la plaza pública, a los escenarios
culturales, y al mundo económico-financiero dista en concretarse, y para muchos debe
permanecer fuera del tablado, escondido en la privacidad de los hogares que de por sí se
encuentran abandonados.
¿Cómo podemos enfrentar la realidad de nuestro país sin Dios? Recordemos que la verdadera
libertad humana es participación en la libertad divina, facilitada por la práctica de la rectitud
o del amor. Por lo tanto, esta participación del hombre en su desarrollo,
(...) conlleva atención a la vida espiritual, tener en cuenta seriamente la
experiencia de fe en Dios, de fraternidad espiritual en Cristo, de confianza en la
Providencia y en la Misericordia Divina, de amor y perdón, de renuncia a uno
mismo, de acogida del prójimo, de justicia y de paz. Todo esto es indispensable
para transformar los “corazones de piedra” en “corazones de carne” (Ez 36,26)248
La búsqueda de la justicia es el camino de la libertad, posibilitada por la salvación dada por
la gracia. Dios en su bondad y por su gracia nos redimió; el hombre por la fe, se dispone a
recibirla.
3.4. Fe y razón en las finanzas
247 Cfr. V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Discurso Inaugural de S.S. Benedicto XVI. Aparecida, Brasil 13-31de mayo 2007. 2a. Ed. San Pablo, Bogotá. 2007. No.4.248 CV 79
105
Para Juan Pablo II, gran parte de los problemas que aquejan al mundo se centran en la “crisis
en torno de la verdad”249 y en particular la verdad del bien. Esto ha hecho que la ética haya
tomado una connotación individualista, subjetivista y utilitarista. La verdad del bien ha sido
perdida, y sin ella sufre la moral del hombre.
Si el progreso, para ser progreso necesita el crecimiento moral de la humanidad,
entonces la razón del poder y del hacer debe ser integrada con la misma urgencia
mediante la apertura de la razón a las fuerzas salvadoras de la fe, al discernimiento
entre el bien y el mal. Sólo de este modo se convierte en una razón realmente
humana. (...) si es capaz de indicar el camino a la voluntad, y esto sólo lo puede
hacer si mira más allá de sí misma. (...) no cabe duda de que un «reino de Dios»
instaurado sin Dios - un reino, pues, sólo del hombre - desemboca
inevitablemente en el «final perverso» (...) Por eso la razón necesita de la fe para
llegar a ser totalmente ella misma: razón y fe se necesitan mutuamente para
realizar su verdadera naturaleza y su misión.250
El reino sin Dios, que es el reino de los hombres, es el desierto. Benedicto XVI nos dice que
es en la experiencia del desierto, del vacío, donde descubrimos la alegría de creer.251 Añade
el papa Francisco respecto a este desierto que “allí estamos llamados a ser personas-cántaros
para dar de beber a los demás. A veces el cántaro se convierte en una pesada cruz, pero fue
precisamente en la cruz donde, traspasado, el Señor se nos entregó como fuente de agua viva.
¡No nos dejemos robar la esperanza!”252
Siendo exhortados a no perder la esperanza, y llamados a buscar la verdad del bien en la
razón y la fe en el reino de Dios, la doctrina social busca “orientar la conducta de las
249 VS 32250 SS 23251 Cfr. EG 86 cita a Benedicto XVI, Homilía durante la Santa Misa de apertura del Año de la Fe. 11 de Octubre de 2012252 EG 86 cita a Benedicto XVI, Homilía durante la Santa Misa de apertura del Año de la Fe. 11 de Octubre de 2 0 12
106
personas” 25 Así mismo, esta doctrina acude en gran medida a las ciencias humanas y
sociales:
La Iglesia reconoce y acoge todo aquello que contribuye a la comprensión del
hombre en la red de las relaciones sociales, cada vez más extensa, cambiante y
compleja. La Iglesia es consciente de que un conocimiento profundo del hombre
no se alcanza sólo con la teología, sin las aportaciones de otros muchos saberes,
a los cuales la teología misma hace referencia.253 254
La actividad económica y financiera hace parte de la crisis de la verdad. Su propósito
centrado en maximizar utilidades a cualquier precio, tiene como final perverso la práctica
abusiva, algunas veces usuraria sobre los más débiles y en casos ya conocidos en nuestro
país, de robo descarado (Interbolsa, DMG).
¿Cuál es la conducta adecuada de las personas con fe en la actividad económica y financiera?
La doctrina avisa que “la posibilidad de influir sobre las opciones del sistema económico está
en manos de quien debe decidir sobre el destino de los propios recursos financieros (...) «la
opción de invertir en un lugar y no en otro, en un sector productivo en vez de en otro, es
siempre una opción moral y cultural».”255 Pero el consumidor, en su afán de satisfacer de
manera inmediata sus necesidades y preferencias al precio más barato, no da espacio a tomar
decisiones que consideren “las exigencias morales de la justicia y de la solidaridad, y de
responsabilidades sociales.”256
Igualmente, es de gran importancia que la persona opte por un estilo de vida donde prime el
ser y no el tener, en donde “la búsqueda de la verdad, de la belleza y del bien, así como la
comunión con los demás hombres para un crecimiento común sean los elementos que
determinen las opciones del consumo, de los ahorros y de las inversiones.”257
253 CDSI 73254 CDSI 78255 CDSI 358 al citar a Juan Pablo II en su Carta encíclica Centesimus annus 36.256 CDSI 359257 CDSI 360
107
Las empresas de productos y servicios que realmente atiendan a las necesidades de los
hombres; los empresarios que asuman la responsabilidad de los costos sociales y ecológicos
de su quehacer, que consideran la dignidad humana de sus empleados y fomentan su
desarrollo integral desde el principio de la subsidiaridad, que buscan parámetros que
estimulen el bienestar sostenible de empleados, proveedores y clientes. El comportamiento
de estos empresarios son el reflejo del hombre y la mujer católica que integran las enseñanzas
de la doctrina social a su vocación. Concretamente son servidores de Dios y no del dinero.258
Desafortunadamente, el empresario vive “el divorcio entre la fe y la vida diaria”259 y no logra
integrar la gracia de la vida espiritual a su quehacer. Esto requiere un cambio de actitud que
promocione el liderazgo en el espíritu del servicio. La práctica del liderazgo virtuoso que
busca la justicia, que acude a la sabiduría, que reconoce la dignidad humana y el bien común,
y respeta los principios de solidaridad, subsidiaridad, y distribución justa.260 La fe y razón
integradas a la vida financiera del católico.
3.5. Caridad en las finanzas
Lázaro y el rico Epulón (Lc 16, 19-31), cristalizan el típico caso de tantas católicas y católicos
hoy. “Yo no le he hecho daño a nadie, yo soy bueno”, dicen los católicos en cuestión. Error,
la indiferencia y la insensibilidad respecto a la situación del otro, a su dolor, también son una
grave falta moral, la cual denuncia con pertinencia y valentía el papa Francisco en tantas
ocasiones, como en su homilía en Lampedusa, respecto al drama de los refugiados africanos
que mueren ahogados en el mediterráneo:
258 Cfr. Pontifical Council for Justice and Peace. Vocation of the Business Leader. A Reflection. 2012. http://www.iustitiaetpax.va/content/dam/giustiziaepace/VBL/Vocation ENGLISH 4th%20edition.pdf (Consultado Marzo 29 de 2016).259 GS 43260 Cfr. Pontifical Council for Justice and Peace. Vocation of the Business Leader. A Reflection. 2012. En http://www.iustitiaetpax.va/content/dam/giustiziaepace/VBL/Vocation ENGLISH 4th%20edition.pdf (Consultado Marzo 29 de 2016).
108
¿Dónde está tu hermano? (...) ¿Quién es el responsable de la sangre de estos
hermanos y hermanas? ¡Ninguno! Todos respondemos igual: no he sido yo, yo no
tengo nada que ver, serán otros, ciertamente yo no. (...) hemos perdido el sentido
de la responsabilidad fraterna, (...) no nos compete; y con eso nos quedamos
tranquilos, nos sentimos en paz. (...) En este mundo de la globalización hemos
caído en la globalización de la indiferencia. ¡Nos hemos acostumbrado al
sufrimiento del otro, no tiene que ver con nosotros, no nos importa, no nos
concierne.261
Por el contrario, el buen samaritano quien en el camino de Jerusalén a Jericó, recogió al
hombre herido que no conocía, pero que reconoció cómo se hace con un hermano, “se acercó,
le vendó las heridas con aceite y vino, lo montó en su cabalgadura, lo llevó a una posada y
cuidó de él. Al día siguiente sacó unos dineros y se los dio al posadero, diciendo: Cuida de
él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la vuelta. ” (Lc 10,34-35). El samaritano debía
conocer el camino donde encontró al herido, ya que el hombre de la posada le fiaba, era un
cliente. Posiblemente era comerciante ya que usó aceite y vino para vendar las heridas, y
además, debía ser exitoso en sus negocios para montar sobre una cabalgadura.
Dos hombres ricos, el primero, en el infierno, esperando ser servido por el pobre, el segundo
dispuesto a servir al necesitado. La diferencia entre ellos: el acto de responsabilidad, el
sentido de solidaridad, la caridad. El sentido de su riqueza, la opresión para uno y el servicio
para el segundo.
Contemplando la gratuidad y la sobreabundancia del don divino del Hijo por parte
del Padre, que Jesús ha enseñado y atestiguado ofreciendo su vida por nosotros,
el Apóstol Juan capta el sentido profundo y la consecuencia más lógica de esta
ofrenda: «Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos
amarnos unos a otros. A Dios nadie le ha visto nunca. Si nos amamos unos a
otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su
261 Francisco. Homilía del 8 de julio 2013, Lampedusa, Italia.https://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2013/documents/papa-francesco 20130708 omelia- lampedusa.html (Consultado 31 de marzo, 2016).
109
plenitud.» (1Jn 4,11-12). La reciprocidad del amor es exigida por el mandamiento
que Jesús define nuevo y suyo: «como yo os he amado, así amaos también
vosotros los unos a los otros» (Jn 13, 34). El mandamiento del amor recíproco
traza el camino para vivir en Cristo la vida trinitaria en la Iglesia, Cuerpo de
Cristo, y transformar con Él la historia hasta su plenitud en la Jerusalén celeste.262
Es la inhabitación Trinitaria y la divinización por la gracia lo que hace justos a los hombres
y es el don de la caridad, que viene del Espíritu Santo, lo que nos hace capaces de amar a
Dios. Sin Cristo no existe la posibilidad de que el hombre tienda libremente hacia la Jerusalén
celestial. El compromiso del hombre con Dios, su respuesta favorable a su interpelación es
compromiso de amor con el hombre. El hombre se priva del amor por el pecado, limitando
su voluntad, aunque esta última permanece libre se limita en la práctica de la virtud y del
seguimiento de Jesús.
No es la ciencia la que redime al hombre. El hombre es redimido por el amor. (...)
El ser humano necesita un amor incondicionado. Necesita esa certeza que le hace
decir: «Ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni
potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor
de Dios, manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro» (Rm 8,38-39). Si existe este
amor absoluto con su certeza absoluta, entonces - sólo entonces - el hombre es
«redimido». 263
La caridad en las finanzas es la búsqueda de la justicia, desde el servicio al amor, es acumular
tesoros en la Jerusalén celestial, “donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones
que socaven y roben; porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mt 6,
20-21).
Del amor a Dios se deriva la participación en la justicia y en la bondad de Dios
hacia los otros; amar a Dios requiere libertad interior respecto a todo lo que se
posee y todas las cosas materiales: el amor de Dios se manifiesta en la
262 CDSI 32263 SS 26
110
responsabilidad por el otro. (...) “Cristo murió por todos, para que los que viven
ya no vivan para sí, sino para él que murió por ellos” (cf.2Cor 5,15) Cristo murió
por todos. Vivir para Él significa dejarse moldear en su «ser-para».264
3.6. Misión en las finanzas
¿Cómo vivimos este «ser-para» en las finanzas? ¿Qué objetivos debe buscar el católico?
¿Cómo acceder a la gracia que promete realidades concretas? Benedicto XVI nos recordaba
en Spe Salvi que
Hoy se comprende mejor que la mera acumulación de bienes y servicios, incluso
a favor de una mayoría, no basta para proporcionar la felicidad humana. (...) Al
contrario, la experiencia de los últimos años demuestra que si toda esta
considerable masa de recursos y potencialidades, puestas a disposición del
hombre, no es regida por un objetivo moral y por una orientación que vaya
dirigida al verdadero bien del género humano, se vuelve fácilmente contra él para
oprimirlo. (...) «Tener» objetos y bienes no perfecciona de por sí al sujeto, si no
contribuye a la maduración y enriquecimiento de su «ser», es decir, a la
realización de la vocación humana como tal.265
La prosperidad material no asegura la realización de la persona. Rahner nos planteaba que la
naturaleza del hombre es llegar a la unión con Dios, esta es la verdadera expresión de la
realización del ser humano. Juan Pablo II nos decía que la auto-realización del hombre es
posible solo con la sincera entrega a los demás.266 Por lo tanto, el lugar de la realización del
hombre y la mujer está en su vocación hacia el prójimo, en la comunión con este. Se realiza
en el trabajo comprometido con el otro y por amor al verdaderamente Otro.
264 SS 28265 SRS 28266 Cfr. MD 7
111
La gracia de Dios está dada para que esta vocación sea posible y se refleja en los distintos
dones que recibimos para construir su reino,
A nosotros, que recibimos los dones de Dios para hacerlos fructificar, nos toca
«sembrar» y «recoger». Si no lo hacemos, se nos quitará incluso lo que tenemos.
(...) Meditar sobre estas severas palabras nos ayudará a comprometernos más
resueltamente en el deber, hoy urgente para todos, de cooperar en el desarrollo
pleno de los demás: desarrollo de todo el hombre y de todos los hombres».267
El papa Francisco en su carta encíclica Laudato Sí, habla con mayor alegría de la diversidad
de dones que ha dado la gracia de Dios a los hombres.
Cada uno de nosotros tiene en sí una identidad personal, capaz de entrar en
diálogo con los demás y con el mismo Dios. La capacidad de reflexión, la
argumentación, la creatividad, la interpretación, la elaboración artística y otras
capacidades inéditas muestran una singularidad que trasciende el ámbito físico y
biológico. La novedad cualitativa que implica el surgimiento de un ser personal
dentro del universo material supone una acción directa de Dios, un llamado
peculiar a la vida y a la relación de un Tú a otro tú.268
Este llamado peculiar a la vida, es único, es la misión que comprende la vida de cada ser
humano y en ningún momento superflua. Lo especial de cada misión corresponde a la riqueza
infinita de Dios. Como indicaba Santo Tomás de Aquino, “la multiplicidad y la variedad
provienen «de la intención del primer agente», que quiso que «lo que falta a cada cosa para
representar la bondad divina fuera suplido por las otras, por que su bondad no puede ser
representada convenientemente por una sola criatura».269 Dios dispone que dependamos los
unos de los otros, así como de toda su creación.
¿Qué supone esta interdependencia en la actividad humana, y en concreto en la actividad
económica y financiera? La doctrina social de la Iglesia busca como primera medida
267 SRS 30268 LS 81269 LS 86 al citar la Summa Theologiae I, q.47, art.1.
112
resguardar el principio de la dignidad humana y esto se da en la protección de la misión del
hombre y de la mujer en la consideración de sus derechos y deberes a través del ordenamiento
político, “(...) es absolutamente preciso que se funden muchas asociaciones u organismos
(...) como instrumentos indispensables en grado sumo para defender la dignidad y libertad
de la persona humana, dejando a salvo el sentido de la responsabilidad.270
La estructura política que sugiere Juan XXIII en Pacem in Terris para que el ciudadano pueda
ejercer sus derechos y deberes
(...) implica la obligación que el poder legislativo tiene, (...), de no descuidar
jamás en su actuación las normas morales, las bases constitucionales del Estado
y las exigencias del bien común. (...) que la administración pública resuelva todos
los casos en consonancia con el derecho, (...) que el poder judicial dé a cada cual
su derecho con imparcialidad plena y sin dejarse arrastrar por presiones de grupo
alguno.271
Lejos estamos de que dicho ordenamiento moral e humanístico esté presente en nuestro país.
La corrupción, los intereses económicos y políticos de los gobernantes distan de la
posibilidad de pensar en el bien común. El bien común requiere pensar en toda persona
humana, y no en grupos particulares.
Ahora bien, el reflejo de esta situación en la actividad económica se evidencia en las
limitantes que ponen los gobiernos de nuestro continente al desarrollo integral de la persona.
Los gobiernos se encargan de que el hombre no tenga posibilidad de acceder a un trabajo
decente o a ejercer su libre iniciativa. No pueden existir estas libertades en países promotores
del asistencialismo o que pretenden premiar grupos económicos ineficientes que en un
mercado que vela por la productividad que pone los cimientos de la riqueza, habrían dejado
de existir. Gobiernos que no velan por políticas monetarias que promocionen las pequeñas y
medianas empresas productivas.
270 p t 24
271 p t 69
113
La legislación se convierte en la acomodación de “reglas” para velar por los intereses de unos
pocos, para entorpecer la iniciativa de otros y restringir la promoción del sector productivo
y, en este proceso restringir la misma libertad del ciudadano. La finalidad de estas personas:
llenar sus arcas a punta de la “iniciativa” corrupta e inmoral. ¿A expensas de qué? Del trabajo
decente de quienes viven del asistencialismo.
No hay novedad en esta situación. El hombre se halla impedido de trabajar no por problemas
económicos sino por las soluciones aplicadas a estos problemas, que tienden a destruir su
misma fuente de ingresos, y más aún, la fuente de paz que es el trabajo valorado del hombre.
La doctrina social lo tiene muy presente:
La solución de las vastas y complejas problemáticas del trabajo, que en algunas
áreas adquieren dimensiones dramáticas, exige la contribución específica de los
científicos y los hombres de cultura, que resulta particularmente importante para
la elección de soluciones justas. (...) sugerir líneas de acción para orientar el
cambio en el sentido más favorable para el desarrollo de toda la familia humana.
A ellos corresponde la delicada tarea de leer e interpretar los fenómenos sociales
con inteligencia y amor a la verdad, sin preocupaciones dictadas por intereses de
grupos o personas. Su contribución, en efecto, precisamente por ser de naturaleza
teórica, se convierte en una referencia esencial para la actuación concreta de las
políticas económicas.272
Las soluciones requieren de amor por la verdad, no por el dinero, de justicia y no de intereses
egoístas. Los hombres de ciencia y de cultura son llamados a evidenciar la inmoralidad de
unos cuantos y el tamaño del sacrificio que tendrán que asumir los justos. Resulta mejor que
estos hombres se pronuncien, no los gobiernos que han perdido toda credibilidad, antes que
la democracia de nuestros países se pierda.
272 CDSI 320 hace referencia a Juan Pablo II, Mensaje a los participantes en la Conferencia Internacional sobre el Trabajo (14-09-2001), 5.
114
La democracia no es una estructura, es un orden. Este orden está fundado en los valores del
pueblo que se rige por ella. Por lo tanto,
Una auténtica democracia no es solo el resultado de un respeto formal de las
reglas, sino que es el fruto de la aceptación convencida de los valores que inspiran
los procedimientos democráticos: la dignidad de toda persona humana, el respeto
de los derechos del hombre, la asunción del «bien común» como fin y criterio
regulador de la vida política. Si no existe un consenso general sobre estos valores,
se pierde el significado de la democracia y se compromete su estabilidad.
La doctrina social individúa uno de los mayores riesgos para las democracias
actuales en el relativismo ético, que induce a considerar inexistente un criterio
objetivo y universal para establecer el fundamento y la correcta jerarquía de
valores (...) La democracia es fundamentalmente «un “ordenamiento” y, como
tal, un instrumento y no un fin. Su carácter “moral” no es automático, sino que
depende de su conformidad con la ley moral a la que, como cualquier otro
comportamiento humano, debe someterse; esto es, depende de la moralidad de los
fines que persigue y de los medios de que se sirve.»273
Los gobiernos latinoamericanos están cada vez más lejos de promocionar sus economías por
la indiferencia al valor de la dignidad humana y por las dudas que se suscitan respecto a la
ley moral que los rige. Esto hace que el mismo ordenamiento democrático de nuestros países
se vea amenazado.
Hoy en día, con las leyes que nos gobiernan, el buen samaritano estaría imposibilitado para
atender al herido sin primero reportarlo a la policía, cerciorarse de que la cabalgadura
estuviera diseñada para atenderlo, y el vino y el aceite tuvieran aprobación de buenas
prácticas manufactureras. La misión en las finanzas para el católico hoy sigue siendo la
misma desde la creación, dominar y ser fecundos según la instrucción divina. El objetivo es
el bienestar de la familia, la familia humana, la humanidad.
273 CDSI 407 citando a Juan Pablo II, Carta encíclica. Evangelium vitae, 70
115
3.7. Conclusión: Gracia como Providencia de Dios en las finanzas del católico hoy
Jesús vino al mundo a inaugurar el reino de Dios, el gobierno de Dios. Este gobierno está
basado en su gracia incondicional e ilimitada. Gracia en forma de amor que venció la muerte.
El mundo regido bajo la influencia de su gracia sería revolucionario, sería completamente
otro. Viviríamos bajo su ala protectora, sin miedo. Responderíamos al llamado de santidad
que hace su gracia y moveríamos montañas. Podríamos, si quisiéramos, decir “Ahora el
Señor nos ha dejado en libertad de progresar en este lugar." (Gn 26, 22)
Recordemos primero para adentrarnos en su promesa del reino que
El hombre (...) Existe pura y simplemente por el amor de Dios, que lo creó, y por
el amor de Dios, que lo conserva. Y solo se puede decir que vive en la plenitud
de la verdad cuando reconoce libremente ese amor y se confía por entero a su
Creador.274
Aun ante las descripciones que hemos hecho del mundo económico y financiero en estos
capítulos, no debemos perder la esperanza de que la gracia y el amor divino está disponible
a todos los hombres de buena voluntad. Es evidente que la gracia de Dios nos cobija ya que
“Precisamente la Providencia, en cuanto Sabiduría trascendente del Creador, es el que hace
que el mundo no sea el “caos”, sino el “cosmos”. 275
La importancia que la teología puede tener en las finanzas comprende el anunciar el reino de
Dios, contrario al devenir del mundo bajo los estragos que ocasionan el poder que se le ha
dado al dinero por encima de Dios. Las grandes corporaciones y sus intereses económicos
están definiendo el porvenir de la humanidad, y la violencia que se presenta es reacción
precisamente al poderío del dinero que todos quieren. Se trata del poder que ataca la
esperanza, que la cuantifica y, por ende, la limita. Corresponde a la teología mostrar que
274 GS 19275 Juan Pablo II. La Divina Providencia: Sabiduría trascendente que ama. Audiencia General, 14 mayo, 1986. No.4.
116
existe en la gracia de Dios, en su gobierno providencial un camino de reconciliación del
hombre con su ser-para los demás.
En el mundo visible, objeto de las especiales atenciones de la Divina Providencia,
está el hombre, «el cual -com o enseña el Concilio Vaticano II- es la única criatura
terrestre a la que Dios ha amado por sí mismo» (Gaudium et spes, 24) y
precisamente por esto, «no puede encontrar su propia plenitud, sino es en la
entrega sincera de sí mismo a los demás» (cf. Gaudium et spes, 24). 276
El objetivo de las finanzas en el mundo se ha limitado a uno solo: maximización de utilidades.
Esto estaría bien si la misión fuese solamente plata por plata. Pero dominar la tierra y ser
fecundos fue la misión entregada a todos, exige de entrada que toda la humanidad debe dar
fruto. Es un esfuerzo de todos que construye la economía mundial, no solo la de unos pocos
sino en beneficio de un bien común.
(...) cómo se compaginan el “crecimiento” del reino de Dios y el desarrollo del
mundo. (...) el protagonista del desarrollo histórico y cultural es el hombre. ( . )
es, por sí mismo, providencia. (...) El desarrollo del mundo hacia órdenes
económicos y culturales que responden cada vez más a las exigencias integrales
del hombre es una tarea que entra de lleno en la vocación del mismo hombre a
dominar la tierra.277
El término bien común es inexistente ante la producción sistemática de riqueza exigida por
los accionistas que prefieren guardar su anonimato para no ser confrontados con la pregunta
por el hermano. Igual que el rico Epulón del evangelio de san Lucas, evitan mirar a su
hermano, escondidos detrás de las puertas de las bolsas financieras. La ética relativista no
exige que se mire al hermano,
276 Juan Pablo II. La Divina Providencia y la libertad del hombre. Audiencia General, 21 de mayo, 1986. No.2. Al citar GS 24.277 Juan Pablo II. La Divina Providencia y la condición histórica del hombre de hoy a la luz del Concilio Vaticano II. Audiencia General, 18 junio, 1986. No. 2-4.
117
(...) existe un grave obstáculo en el desarrollo y en el progreso del mundo. Este
está constituido por el pecado (...) por el mal moral. (...) «Creado por Dios en la
justicia, el hombre, sin embargo, por instigación del demonio, en el propio
exordio de la historia, abusó de su libertad levantándose contra Dios y
pretendiendo alcanzar su propio fin al margen de Dios» (Gaudium et spes, 13)
Por eso como consecuencia inevitable, (...) «no miran más que a lo suyo
olvidando, lo ajeno. Lo que hace que el mundo no sea ya un ámbito de una
auténtica fraternidad mientras el poder acrecido de la humanidad está amenazado
con destruir el propio género humano» (Gaudium et spes, 37).278
El teólogo desde la doctrina social de la Iglesia, debe animar al católico de hoy a que cultive
la esperanza en la Providencia Divina, en la gracia de Dios derramada sobre él y alentar la
respuesta favorable a esta sin importar en dónde se encuentre el católico. Ya que es cada uno
de nosotros en su misión quien puede vivir bajo los principios de la doctrina. El cambio de
corazones de piedra a corazones de carne se da por la gracia de Dios, pero su expansión
ocurre en la práctica de la caridad y el seguimiento de Jesús, la plenitud.
El reino de Dios, es el plan eterno de Dios Uno y Trino, es el reino del “Hijo de
su amor”, precisamente, porque por obra suya se ha cumplido la “redención” y
“la remisión de los pecados.” (...) El cumplimiento de la finalidad del mundo
concretamente del hombre, acontece precisamente por obra de esta plenitud que
hay en Cristo. Cristo es la plenitud.279
En particular para la actividad financiera y económica de un país, el teólogo deberá recordar
a las personas que las decisiones tomadas desde la moral cristiana - y es aquí donde se ha
perdido el norte - pueden cambiar el mundo. Las decisiones tomadas a favor de la búsqueda
del reino de Dios y su justicia permitirán que las preocupaciones de la humanidad sean las
de Dios.
278 Juan Pablo II. La Divina Providencia y el crecimiento del reino de Dios. Audiencia General, 25 junio 1986. No.1.279 Juan Pablo II. La Providencia Divina y el destino del hombre: el misterio de la predestinación en Cristo. Audiencia General, 28 mayo 1986. no.5-6.
118
¿Qué será de mi mañana? (...) aquí se manifiesta la inagotable gracia de la
Providencia Divina. (...) Busquen primero el reino y su justicia, y todo eso se les
dará por añadidura (Mt 6,33; Lc 12,31) (...) Este vínculo entre la Providencia y
el misterio del reino de Dios, que debe realizarse en el mundo creado, orienta
nuestro pensamiento acerca de la verdad del destino del hombre: su
predestinación en Cristo. (...) la palabra “predestinación” significa la elección
eterna de Dios, una elección paternal, inteligente, positiva, una elección de amor.
Esta elección, (...) se realiza eternamente por el Padre junto con el Hijo y en el
Espíritu Santo. (...), precede la creación del mundo. (...) El hombre es, por
consiguiente, elegido en el Hijo para la participación en la misma filiación por
adopción divina. (...) Nos predestinó a la adopción de hijos suyos por Jesucristo.
(Ef 1,4-5) (...) Es vocación a la santidad, mediante la gracia de adopción para ser
hijos para que fuésemos santos e inmaculados ante Él (Ef 1,4).280
Es así como la tarea de los accionistas se basa sobre su propia posición de exigir de los
empresarios y administradores, mejores condiciones para trabajadores en aras de mayor
productividad, de mejores servicios y productos para el consumidor y precios justos para sus
proveedores. Cambiar su objetivo de dinero por dinero, a uno de justicia, es apertura a la
Providencia infinita.
Desafortunadamente, los gobiernos dependen de estas grandes corporaciones y han optado
por resguardar los intereses de estos mismos. Pero para que puedan mantenerse en este juego
deben recurrir a estructuras que promocionan ideologías que no superan el propio afán de
poder y egoísmo, irrespetando los derechos de los ciudadanos y limitando su libertad.
La política ya no se desarrolla en el escenario público, se encuentra ahora relegada al tablado
del poderío corporativo, el poder del dinero que gobierna y determina cómo debemos vivir.
No se ha comprendido que servir al dinero es servir la propia muerte, la de la dignidad
humana, y la de la libertad para escoger vivir en el reino de Dios.
280 Juan Pablo II. La D ivina Providencia y e l destino del hombre: e l misterio de la predestinación en Cristo.A udiencia General, 28 m ayo 1986. N o. 1-3.
119
Los avances de la humanidad en materia científica y tecnológica han sido puestos a
disposición del gran capital y no de la sabiduría de Dios. Ponerlos a disposición de la
sabiduría es tener piso firme para seguir avanzando ya que esta no cambia. La tecnología
cambia de un día para otro, la ciencia también. Pero aun así las personas pretenden poner su
confianza en lo inestable, y sacar provecho duradero. Pretenden vivir sus vidas acorde con
estos avances olvidando la certeza de la sabiduría.
La Providencia de Dios es gobierno de sabiduría, nos enseña cómo vivir, nos muestra el
sentido del existir. En fin, es el arte de vivir. Pero volvemos a nuestra pregunta inicial ¿cómo
debemos vivir los católicos nuestras finanzas? La debemos vivir acogiendo la gracia de Dios
por los méritos de Cristo Jesús y la infusión del Espíritu Santo, según la libertad de hijos de
Dios. Esta libertad implica la responsabilidad de hacer de esta un derecho para todos los
hombres con el propósito de buscar el bien común.
En este punto de encuentro del plan eterno de la creación de Dios con la libertad
del hombre se perfila, sin duda, un misterio tan inescrutable como digno de
adoración. El misterio consiste en la intima relación, más ontológica que
sicológica entre la acción divina y la autodecisión humana. (...) es oportuno
recordar el acento puesto por Santo Tomás de Aquino en la concepción de la
Providencia como expresión de la Sabiduría divina que todo lo ordena al propio
fin: ratio ordinis rerum in finem, la ordenación racional de las cosas hacia su fin
(Summa Th., I, 22,1). (...) En el hombre - creado a imagen de Dios - toda la
creación visible debe acercarse a Dios, encontrando el camino de su plenitud
definitiva.281
Hoy en día, lo que busca la persona es el placer, que es don de Dios, pero como fin en sí
mismo genera la pérdida de la libertad de Dios. Es de humanos buscar el placer, y evitar el
sufrimiento, pero sin la gracia de Dios que permite que el hombre comprenda su llamado a
la santidad, cae víctima de su propio abuso irresponsable de la libertad.
281 San Juan Pablo II. La D ivina Providencia y la libertad del hombre. A udiencia General, 21 m ayo 1986.N o.4.
120
La gracia de Dios ofrecida a mujeres y varones salva, pero una vez rechazada dispone al ser
racional en un mundo sin sabiduría, y a la merced de los caprichos de las personas. Toda
nación que ha fracasado, no lo ha hecho por problemas políticos o económicos, ha fracasado
por la falta de sabiduría de los hombres, que convierten sus corazones en corazones de piedra,
incapaces de ver la verdad de Dios. Imposibilitados por el irrespeto a su propia dignidad,
caen presos del pecado original. Al menos que recobren el camino hacia la verdad y la
rectitud, escogiendo por su libre voluntad acceder a la gracia, permanecerán en la batalla
entre el egoísmo y la alteridad, entre la idolización del placer y la trascendencia.
(...) el hombre aunque tiene como fin a Dios, es, sin embargo, un ser que es fin
en sí mismo: posee como persona una finalidad propia (auto-teología), por la cual
tiende a auto-realizarse. Enriquecido con un don, que es también una misión, el
hombre está sumido en el misterio de la Providencia Divina. (...) Dotado de tal,
podríamos decir equipamiento “existencial”, el hombre parte para su viaje por el
mundo. Comienza a escribir la propia historia. La Providencia Divina lo
acompaña todo el camino.282
Solo la voluntad libre del hombre que opta por el sacrificio de sí mismo por los demás es el
que logra ganar esta batalla. Es el sacrificio de nuestros propios caprichos que nos saca de
nosotros y nos pone en diálogo con el otro. Una vez la gracia de Dios en Jesús e infusa por
el Espíritu Santo sea aceptada voluntariamente, solo entonces superaremos el egoísmo y
viviremos la plena alteridad, solo ahí se abre la puerta de la misericordia de Dios que
comprende al hermano.
282 Juan Pablo II. La D ivina Providencia y la libertad del hombre. A udiencia General, 21 m ayo 1986. N o. 5 -6
121
Conclusión general
La gracia o Providencia Divina determina y gobierna la totalidad de la creación, y Dios ha
dado a los hombres y mujeres el don de participar en ella. La grandeza del corazón humano
está determinada por la respuesta al llamado a participar de la gracia de Dios. Es el llamado
a la santidad a través de la búsqueda de su justicia. Esta última se encuentra a través de la
conformidad de la voluntad propia con la voluntad de Dios. La justicia es la práctica de la
virtud que hace al hombre bueno, posibilitada por la gracia de Dios. Desafortunadamente, el
desarrollo de la economía y las finanzas actuales, ha marginado al hombre a vivir encerrado
en sí mismo, y ha producido un afán de prestar servicio al dinero y al poder, ha hecho que
los hombres y las mujeres olviden la grandeza de su corazón.
Dando respuesta a los propósitos planteados al principio de este trabajo es importante
condensar los argumentos expuestos que permitan al católico de hoy definir su vida
financiera con plena confianza en la Providencia de Dios, que le permita entregarse por amor
a la justicia y dar el fruto necesario para compartir con su prójimo.
En primera instancia, hemos explorado el devenir del mundo económico y financiero
Latinoamericano, y en particular el colombiano, ante la ausencia cada vez más evidente de
la ética. La respuesta a la pregunta que planteamos inicialmente ¿Cómo se debe vivir? ha
demostrado motivaciones que no incluyen los valores y principios de la doctrina social de la
Iglesia de la dignidad humana, la solidaridad, la caridad y la fraternidad, a través de la
búsqueda de la justicia. La práctica de estos principios solo puede darse de manera ilimitada
por la gracia de Dios, gracia entendida como entrega de corazón y de todo el ser al que se
ama, como justicia y misericordia inagotable, generando en el hombre gozo y alegría en su
vivir.
El patrimonio de la humanidad, es la familia y cuando se habla de patrimonio se habla de
riqueza. Para la persona este patrimonio se concreta en su descendencia, su tierra, su
seguridad y bienestar. Pero nos encontramos en una situación de pobreza de la familia
latinoamericana, que no recuerda la promesa de Dios a Abraham. En la miseria de las familias
122
escuchamos el llamado a respetar la justicia divina. Así que, a nuestra pregunta inicial de
¿Cómo se debe vivir? debemos contestar que la respuesta está en la práctica de la justicia del
Señor, está en el involucrarse con el pobre, reconocer su dignidad, en ser solidario con él y
brindarle el amor de un hermano. Es en este momento de apertura del corazón en donde se
hace visible la gracia de Dios sobre aquellos que la testimonian en sus vidas.
De manera alentadora, presentamos voces, que comparten la preocupación de la Iglesia, entre
los expertos economistas, financieros y empresarios que abogan por la necesidad de una ética
de las finanzas, no solo por la falta de la misma sino bajo criterios y conceptos que aluden a
una mayor y mejor productividad en la economía. Este interés se podría traducir en la
posibilidad de mayor abundancia una vez que el hombre y la mujer, superando la
problemática de la desigualdad, puedan participar activamente. Estos expertos reconocen que
el hombre no puede ser relegado a un segundo plano sin que exista un detrimento de la misma
actividad económica-financiera.
Desafortunadamente, hemos evidenciado cómo la situación económica y financiera de
Colombia, y en relación con Latinoamérica, dista de ser positiva. La balanza se inclina hacia
la preferencia por el egoísmo que se vive a nivel mundial, y por la indiferencia hacia la
desigualdad económica que tiende a aumentar y a perjudicar aun más las posibilidades de
movilidad de los más necesitados. La falta de una buena educación bloquea el camino hacia
un empleo decente y, por ende, a una vida más digna. Las oportunidades de empleo también
son limitadas para el colombiano, teniendo que recurrir al sub-empleo, de tal manera que
quedan estas personas excluidas de la economía.
La determinación del hombre tiende hacia el bien o hacia el mal, y en el mundo actual su
inclinación tiende hacia la acumulación del dinero por el dinero mismo, de tal manera que
este no sirve al hombre sino el hombre se pone en una posición de servicio a este. Si
reconocemos que “Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al
otro; o bien se dedicará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero.” (Mt
6, 24), la consecuencia lógica de este servicio mal encaminado, distará mucho del respeto
por los principios y valores de la Iglesia.
123
El católico queda expuesto a vivir sus finanzas condicionando su ser al tener y no al ser-para
el otro, al menos que, acuda a la gracia o Providencia Divina que exige todo el amor del
corazón, y un esfuerzo lleno de intimidad, para asegurar su futuro. Nos encontramos ante la
misma exigencia moral de la gracia de Dios al pueblo de Israel, dirigida a la llegada a la tierra
prometida. Esta exigencia moral para el católico es el amor.
En segunda instancia, realizamos un recorrido de reconocimiento de la gracia de Dios por el
Antiguo y el Nuevo Testamento, y la comprensión de su doctrina en la historia de la Iglesia.
Podemos decir con certeza que la gracia de Dios se ha revelado en la historia en acciones de
ternura y cariño a favor del hombre. Gracia infinita y sobreabundante entregada a los hombres
por su iniciativa, y de manera gratuita. Pero el hombre no siempre fue fiel a la iniciativa, y
una vez despreciada, solo fue recuperada por obra del Espíritu en la nueva alianza.
Dios por Jesús dispone su Espíritu en el corazón del hombre transformándolo.
Comprendemos que “De su plenitud hemos recibido gracia por gracia. ” (Jn 1,16) como
favor amoroso de Dios con nosotros. Es gracia como plenitud la que se nos ofrece en Jesús,
y que reemplaza la antigua economía de salvación en la Ley dada por medio de Moisés. La
nueva economía de la salvación está regida por la gracia.
Es por la gracia que esperamos la gloria de Dios. Bajo esta encontramos la posibilidad de
actuar con bondad, y de esta manera, honrar y glorificar el nombre de Jesús. Recordemos que
es por la bondad de Dios que recibimos la gracia incondicional bajo la economía de la
salvación que solo requiere que por la fe el hombre la acepte.
Ahora bien, aún ante la inmensidad de este don o regalo, queda al hombre, desde su voluntad
libre, aceptar o rechazar la gracia. La justificación del hombre depende de la aceptación y
reconocimiento de la gracia de Dios para que así haciéndose justo viva por la fe. Para que el
hombre sea justo, es necesario que su voluntad se una a la Voluntad Divina y dé fruto de
caridad activa. Siendo así, es la búsqueda incansable por la justicia de Dios lo que permite
que el católico defina cómo debe vivir. Es el respeto por el valor de la justicia lo que definirá
su existencia.
124
Igualmente, propusimos en este trabajo dar luz a la forma en que el católico de hoy puede
vivir bajo los valores de justicia y caridad. Nos hemos preguntado: ¿cómo se deben vivir
estos valores? ¿cómo se deben respetar? En un país que lucha contra la pobreza que va en
aumento, la desigualdad económica y limitante para muchos, como consecuencia de la
avaricia del hombre, solo puede ser enfrentada eliminado el apego a lo material que proviene
de la falta de confianza en Dios.
Jesús nos invita a confiar en Él, indicándonos que no debemos preocuparnos por nuestra vida.
“No andéis preocupados por vuestra vida, pensando qué comeréis, ni por vuestro cuerpo,
discurriendo con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que
el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros, pero
vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas?” (Mt. 6,25-26). La
gracia gratuita y en abundancia de Dios, promesa de alianza con el hombre, anima al católico
a obedecer esta instrucción de Jesús. Solo la obediencia es verdadera libertad. La obediencia
a la gracia de Dios, es la aceptación de ésta. La ternura y el cariño nos seduce de manera
dulce a recibir la gracia. Esto permite al hombre en libertad, adherir su voluntad a la de Dios,
solo entonces puede ser el hombre verdaderamente libre. La bondad se obtiene por la gracia,
si es aceptada, solo entonces las acciones del hombre tienen la capacidad para llegar al amor,
a la verdadera virtud de la caridad con el prójimo y el respeto por Su justicia.
Es solo por la gracia de Dios que puede el hombre despreocuparse por su vida, participar en
la libertad Divina a la cual está llamado, libertad ofrecida por la gratuidad de la gracia. Es en
la experiencia de la presencia de Dios en el mundo y en la aceptación de Su auto-
comunicación, donde se encuentra la confianza en Aquel que entrega Su gracia sin
condiciones. Esta experiencia de Dios es seducción que dispone al hombre a la economía de
la gracia entre sus congéneres.
La confianza se construye por la fe en la Providencia Divina, que hará mucho más con
nosotros que lo que hace por cualquier otra criatura: “Y del vestido, ¿por qué preocuparos?
Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni
Salomón, en todo su esplendor, se vistió como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba
125
del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, ¿no lo hará mucho más con vosotros,
hombres de poca fe ? ” (Mt 6, 28-30). El propósito de la Providencia de Dios para la
humanidad no es solo proveer sus necesidades, sino, también, suscitar buenas acciones entre
los hombres. La gracia lanza a una actividad inagotable de servicio para con los hombres. La
pregunta de ¿Cómo se debe vivir? llevará al hombre a la búsqueda de la justicia y al
despreocuparse por la vida propia por su confianza en la Providencia Divina.
Solo cuando la moral humana encuentra su última razón de ser en la santidad de Dios, logra
la persona la práctica de las bienaventuranzas y del seguimiento de Cristo. Por la gracia y las
obras de caridad el hombre es incorporado a la vida de la Trinidad. Solo cuando Dios hace
morada entre nosotros, podremos cambiar nuestra postura y pregunta inicial, de tal manera
que llegamos a plantearnos el interrogante: ¿Cómo debe vivir mi hermano? La pregunta por
el hermano es el verdadero compromiso de amor.
Nuestro tercer propósito en este trabajo es exponer al católico a la posibilidad de vivir una
vida financiera que responda a la gracia de Dios del dar de sí, sin limitaciones, de tal forma
que nos permita la comunión con el otro, velando por el la felicidad del otro y en esta forma
luchando por el bien común.
La confianza en la gracia o Providencia Divina exige que busquemos su Reino y su justicia:
“Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os darán por
añadidura.” (Mt 6, 33) Al servir a Dios, el Padre celestial se encarga de lo nuestro. La
confianza en la gracia o Providencia Divina es el primer momento de apertura, para
despreocuparnos de nuestras vidas y atender los asuntos de nuestro Padre en el cielo.
El efecto de la gracia es abrir las puertas a la acción libre del hombre que desde la
participación en la libertad de Dios es la misma obra divina. En la búsqueda del Reino de los
Cielos y Su justicia, el hombre encuentra la libertad ilimitada de amar a través de las obras
de Jesús. Y la obra del Padre es, en pocas palabras, Su creación. El llamado a la santidad es
hacer la voluntad del Padre, amar a su creación.
126
Este amor nace en el calor del hogar, en la economía familiar donde se atienden las
obligaciones morales de los unos para con los otros. Es en el hogar que se crea la confianza
en la Providencia a través de las obras concretas a favor de la familia, de las cuales participan
todos. Es el espacio donde el hombre y la mujer pueden ser libres para actuar desde el amor.
Así mismo, es por el resguardo de la autonomía dentro de esta comunidad lo que permite que
la persona se haga imagen de Dios, y tenga por finalidad el verdadero seguimiento de Cristo.
La dignidad de la persona respetada genera la confianza en ella para buscar libremente su fin
último que es Dios. El hombre pecador tiene voluntad indeterminada pero no es autónoma
para lograr su propósito, que es participar en la libertad de Dios y amarlo como Él nos ama.
Solo por la gracia de Cristo, puede el hombre sobreponerse al pecado y ser autónomo para
amar a Dios.
Las preguntas que deben ocupar y sobre las cuales debe meditar el católico para vivir sus
finanzas sirviendo a Dios son: ¿Qué más podrías hacer por mi, que no hayas hecho ya? ¿Qué
más podrás darme, que ya no me hayas dado, Señor? Ojalá pudiera nuestra reflexión sobre
estas llevarnos al reconocimiento de la gracia o Providencia Divina en nuestras vidas, como
respuesta de aceptación de la auto-comunicación de Dios en la inmensidad de su entrega. El
fruto de esta reflexión sería la generosidad ilimitada de nuestro ser para el otro, sostenidos
por la misma gracia. Ojalá fuese respuesta favorable del hombre a participar en la búsqueda
del Reino de Dios y su justicia, guiados por la Voluntad Divina.
127
Siglas
CA Carta encíclica Centesimus annus
CDF Congregación para la doctrina de la fe
CDSI Compendio de la doctrina social de la Iglesia
CEPAL Comisión Económica para América Latina y el Caribe
CV Carta encíclica Caritas in veritate
DANE Departamento Administrativo Nacional de Estadística
DC Carta Encíclica Deus caritas est
DNP Departamento Nacional de Planeación
DZ Echiridion Symbolorum
EG Exhortación apostólica Evangelii gaudium
EN Exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi
GS Constitución pastoral Gaudium et spes
ICFES Instituto Colombiano para la evaluación de la educación
LAC Latinoamérica y Caribe
LE Carta encíclica Laborem Exercens
LG Constitución Dogmática Lumen Gentium
LS Carta encíclica Laudato Si
MD Carta apostólica Mulieris dignitatem
MM Carta encíclica Mater et magistra
128
OECD Organización para la cooperación y el desarrollo económico
PIB Producto interno bruto
PIPE Plan de impulso a la productividad y el empleo
PISA Programa para la evalución internacional de alumnos
PNUD Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
PP Carta encíclica Populorum progressio
PT Carta encíclica Pacem in terris
QA Carta encíclica Quadragesimo anno
SRS Carta encíclica Sollicitudo rei sociales
SS Carta encíclica Spe Salvi
VS Carta encíclica Veritatis Splendor
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