José Ortega y Gasset 1883-1955

1. Contexto histórico-filosófico.

a) Contexto histórico.

Los avatares históricos que afectaron a Ortega fueron la crisis del 98 español, la dictadura de Primo de Rivera, la Segunda República en la que él participó activamente (en un primer momento).

La guerra civil y su exilio, la España franquista su vuelta a esta España a partir de 1945. La frágil situación europea jugará un papel determinante en la filosofía de nuestro autor.

La Europa de entreguerras, el dramático ascenso del nazismo y fascismo al poder, II GM, la postguerra, etc.

Estudió en Madrid, amplió sus estudios en Leipzig, Berlín y Marburgo, recibiendo la influencia del neokantiano Herman Cohen1. En 1910 gana la cátedra de Metafísica de Madrid. Es un periodo que llega hasta 1936. Muchísimos intelectuales españoles recibieron su influencia desde allí, o desde su intensa labor pedagógica y crítica en periódicos y conferencias.2

En 1917 funda “el Sol”, y en 1923 la “Revista de Occidente”, que terminó siendo el principal cauce para que entraran en España las principales ideas filosóficas de Europa y principalmente las

alemanas. Contaron con la contribución de poetas, escritores etc. (García Lorca, Alberti, etc.)

En 1931 firmó un “manifiesto de los intelectuales” que apoyaba la II República, fue diputado a cortes, pero, poco a poco, terminó distanciándose de la política activa, y en 1936, al comienzo de la guerra civil, abandona España hasta el 1945, donde alterna sus conferencias con largas estancias en el extranjero.

b) Contexto filosófico.

Dentro del elenco de autores que desarrollan su labor filosófica en el mismo período que Ortega podemos destacar a Heidegger Russell, Wittgenstein, el Círculo de Viena, la 1ª Escuela de Frankfurt, Hartman, Bergson…Sin olvidar el desarrollo científico protagonizado por Einstein y su teoría de la relatividad, Heissemberg y Bohr.

Desde que la Ilustración entronizó a la “razón”, el modelo se fue rompiendo en diferentes corrientes, desde las que se trataba de adjetivar a la razón queriendo precisarla. Así tenemos una razón positivista en Comte, una razón histórica en Dilthey, una razón fenomenológica en Husserl, una razón analítica en los análisis del lenguaje. Ortega intenta negar el repudio frontal que hace Nietzsche de la razón, la defiende, pero intenta negar el repudio frontal que hace Nietzsche de la razón, pero también reconoce que Sócrates la estableció de forma unilateral. La razón es una dimensión de la vida, y debe servir para comprenderla, no para anularla. Ortega impuso una reforma total de la filosofía, y por tanto

1 Quien le transmitió el interés que tuvo siempre por el método científico. Ese interés le distingue poderosamente del resto de los vitalistas, con los que comparte algunos puntos de vista. 2 Conviene mencionar a todos aquellos pensadores relacionados con Ortega. García Morente, Zubiri, Julián Marías, María Zambrano, Laín Entralgo, Aranguren, Ferrater Mora…etc.

1

José Ortega y Gasset 1883-1955

del ser y del conocer. Entendía la filosofía como un saber radical, que plantea los primeros y los últimos problemas y así se distingue de los otros conocimientos que domestican la vida y la fraccionan.

En el terreno intelectual de Ortega confluyen muchas líneas, hasta tal punto que algunos le han negado originalidad. Podemos hablar del neokantismo de Natorp y Cohen, del vitalismo de Nietzsche, de la fenomenología de Husserl, del historicismo de Dilthey, del “ser y tiempo” de Heidegger, de otros como Simmel y Scheler. Siendo esto verdad también hay que reconocer que Ortega es un pensador original y que dotó a la filosofía española de un lenguaje propio y digno. Su estilo le convierte en un verdadero maestro del lenguaje, y su interés por todo lo pedagógico le sitúa en una de las piezas claves del renacer intelectual.

2. Filosofía de Ortega y Gasset

Ortega practica una forma de "pensamiento contrastado" más atento a eliminar las tesis del contrario que a probar las suyas propias, las cuales muchas veces quedan medio ocultas en su brillante estilo y expresión literaria. La exposición del pensamiento de Ortega suele llevarse a cabo tomando como hilo conductor tres etapas sucesivas en que parece desarrollarse.

2.1 El objetivismo (1902-1910)

Ortega vivió estos años en Alemania y consideraba el panorama cultural español cargado de subjetivismos y personalismos, en claro desfase con relación a Europa. Influido seguramente por Husserl, cuya propuesta filosófica -el ideal de la fenomenología- sugería centrar la atención en las cosas mismas, Ortega concretó así el camino para acercar España a Europa: «salvémonos en las cosas». «Las cosas» incluye tanto a la persona y su mundo –el sustrato sobre el que debe edificarse la filosofía y también la dinámica, la movilidad, el continuo quehacer de la vida. Ortega intenta así superar la rigidez de los planteamientos filosóficos objetivitas para descubrir lo móvil y lo permanente, la interioridad y la exterioridad del ser que, para nosotros, significa vida. En estos primeros años, parece que el "error es lo subjetivo" y que, en pro de la objetividad, se ha de tratar a los hombres como "cosas". Este objetivismo antihumanista será rechazado posteriormente a favor de la vida.

Así tenemos un primer Ortega objetivista que propone su doctrina filosófica como un intento de disciplina intelectualmente a sus compatriotas. Se trata del objetivismo orteguiano y su apostolado en pro de la sistematicidad del pensar que son fruto de la circunstancia en la que él se hallaba.

2.2. El Perspectivismo 1910-1923.

El hombre aprehende las cosas, el mundo, situado en un lugar determinado ó una determinada óptica que va cambiando según el caminó que recorre. Un mismo objeto nos descubre variedad de facetas según lo observemos desde una perspectiva u otra. Perspectivismo, no quiere decir "error" o “subjetivismo distorsionador”. Lo importante es que lo que aprehendemos desde determinada perspectiva esté en el objeto, que “sea objetivo". El perspectivismo de Ortega rechaza todo

2

José Ortega y Gasset 1883-1955

escepticismo acerca de las posibilidades del conocimiento humano, pero también la aprehensión dogmática y exhaustiva del ser.

El concepto “perspectiva” se encuentra vinculado al de “circunstancia”. Ortega define al ser humano según la conocida expresión: "Yo soy yo y mi circunstancia". Las circunstancias constituyen el ámbito, el marco, pero también el obstáculo de toda deci sión humana. La realidad no puede ser mirada sino desde el punto de vista (la circunstancia) que cada cual ocupa en el universo. De aquí que los hombres no deban disputar, sino integrar sus visiones en generosa colaboración.

[Nota. La idea de "circunstancia" tiene un antecedente en el biólogo J. von UexküII: cada animal, en conformidad con su estructura, posee una capacidad perceptiva y, por ello, un mundo específico propio. La idea de perspectiva fue utilizada por Leibniz con relación a su teoría de las mónadas. Cada mónada, según él, era una perspectiva del universo.]

Ortega se dirige contra el objetivismo de la verdad, que presupone que la verdad es una y la misma para todos los hombres y que debe ser entendida y comprendida en idénticos términos, y contra el subjetivismo, para el que no habría posible acuerdo entre los sujetos, pues la percepción de la verdad de cada uno sería exclusivamente la de cada cual. Según esto, el otro tiene un valor en sí, en cuanto sujeto de perspectivas, aunque su perspectiva no coincida en ningún momento con la mía. El otro será más valioso en la medida en que refleje mejor su perspectiva, en la medida en que sea más fiel a su individualidad. El único imperativo que puede mantenerse como absoluto es, precisamente el imperativo de la individualidad, el que nos ordena a ser fieles a nuestros propios puntos de vista.

Una vez fuera de los márgenes angostos del relativismo y del escepticismo, se impone como solución la síntesis de perspectivas, que pude ser resumida en el plano moral, político o religioso con el término de “tolerancia”. Tolerancia no significa renuncia a las propias posiciones o el empeño en que el otro renuncie a las suyas. Por el contrario, tolerancia significa la aceptación de que las posiciones del otro tienen el mismo derecho a existir que las mías, porque unas y otras son parciales y complementarias.

2.3. El raciovitalismo (1923-1955)

La tesis fundamental que Ortega defiende es que «la vida es la realidad radical». Dentro de la vida, como realidad radical, se encuentra la razón, cuya dimensión principal es la historicidad. Ortega cita con frecuencia la divisa de los soldados de Cromwell que cortaron a sus espaldas todos los puentes: "detrás de nosotros no queda nada" (vestigia nulla retrorsum). Lo hace para señalar la historicidad de la razón y destacar que el pasado se ha incorporado a nuestro presente, que forma parte de nosotros mismos como algo irreversible.

En lugar de la "razón lógica" o puramente "matemática", nuestra razón es de índole narrativa. El hombre no tiene naturaleza, sino sólo historia que va construyendo siempre de manera nueva. El hombre europeo ha sido feudal, absolutista, liberal, demócrata, parlamentarista, camina en la construcción racionalmente nueva de su vida. La racionalidad orteguiana surge del acontecer, del desarrollo (fieri) de los acontecimientos. Por eso es crítica contra el aristotelismo, el idealismo y la fenomenología.

3

José Ortega y Gasset 1883-1955

También Ortega critica el existencialismo, corriente filosófica muy influyente en la cultura europea de este período (sobre todo en la versión de Heidegger). Aunque reconoce los valores filosóficos del pensador alemán, discrepa en dos aspectos básicos: 1) Para Ortega no es cierto que el ser humano se haya preguntado siempre por el ser. 2) El ser humano no está “arrojado en el mundo y abandonado en él”. Frente a una filosofía "macabra", Ortega defiende una filosofía jovial, en la que tiene cabida el triunfo del buen ánimo, de la sonrisa y del hombre libre que usa la razón como meditación redentora.

El raciovitalismo orteguiano afirma la razón como constitutivo esencial del ser humano, pero sin caer en el racionalismo ni en el idealismo. La razón es "una forma y función de la vida". La razón es vital e histórica. Pensar y teorizar es una forma de vivir. Y vivir es pensar, tocar, amar, odiar, entusiasmarse o acongojarse, aguantar, sufrir. Vivir es todo lo que somos, lo que hace mos o lo que nos pasa. El mundo también pertenece a la vida. Ya que la vida, vivir, es hallarse frente al mundo, con el mundo, dentro del mundo, sumergido en su tráfago, en sus problemas y en su trama azarosa. La vida, pues, el vivir no es un mero dato ni una simple estructura biológica. Además, en la vida se hace realidad otro atributo importante de la condición humana: la libertad.

La libertad nos obliga constantemente a decidir lo que vamos a ser. Nuestras decisiones se presentan siempre como una especie de poda. Por un lado, en una elección libre, al escoger algo, se elimina todo lo que no pertenece a ese "algo". Pero, a la vez, en ese "algo" se nos dan nuevas posibilidades para continuar nuevas tareas en las que dar plenitud a nuestro ser.

Dentro de esta visión orteguiana raciovitalista, la Filosofía es «el quehacer humano que intenta explicar la totalidad de la realidad». Intenta decirnos "todo lo que hay" y qué es con relación a la vida, entendiendo ese "todo lo que hay" bien como Universo o bien como Multiverso. Sin embargo, el quehacer de la filosofía ignora, en su punto de partida, si esto será posible o no. Es ésta la característica que mejor diferencia el conocimiento filosófico de cualquier otro saber científico humano.

۞Dos son las tesis que defendería el raciovitalismo:

- La vida es la realidad radical y preexiste al pensamiento (supone oposición al pensamiento cartesiano que anteponía el pensamiento a la extensión). La razón debe dar razón de lo que hay. Mi vida al ser mi realidad radical es intransferible.

- El ser humano tiene pensamiento, piensa. El conocer implica que el hombre se haga consciente de lo que le falta y descubra su ignorancia sobre sí mismo y la realidad. El conocimiento, así, se encuentra en progreso permanente y en continua ampliación.

Dado entonces que el ser humano está determinado a actuar, y a la forma humana de actuar está regida por el pensamiento, el hombre ha tenido que desarrollar todas sus potencialidades para lograr la pervivencia. Precisamente la necesidad del ser humano de pensar y su capacidad de ensimismarse, de retraerse en sí y de distanciarse de las cosas es la separación radical existente entre la vida humana y cualquier otra clase de vida. Con ello se introduce en la vida la razón, porque el hombre necesita de ella para la pervivencia. Aunque ahora ya será una razón consciente de sus limitaciones y no de la razón legisladora universal del raciovitalismo. El juego dialéctico entre razón y vida será el que permita la caracterización peculiar del raciovitalismo orteguiano.

4

José Ortega y Gasset 1883-1955

3. La actualidad de Ortega.

La vigencia de un pensador actual es siempre patente. Teniendo en cuenta que Ortega murió en 1955, podemos decir que su pensamiento sigue estando de plena actualidad. El final del siglo XX y el comienzo del XXI se ha distinguido por una preocupación por lo vital o lo existencial, y ahí, la influencia de Ortega es decisiva. Basta con pasearse por una librería o ver los catálogos especializados en publicaciones para comprobar como hay un interés enorme sobre las cuestiones del vivir cotidiano.

El interés de Ortega en relacionar la cultura y la vida han influido de manera decisiva en la valoración actual de la cultura. En un mundo que cada vez está más globalizado y donde se hace más necesario el diálogo intercultural, el perspectivismo orteguiano se constituye como un fuerte anclaje para evitar posturas maniqueístas y un claro referente para combatir el relativismo cultural. El perspectivismo orteguiano permite una integración de formas culturales sin caer en el menosprecio ni en la sobrevaloración pueril que permite comprender otras formas de cultura, y en definitiva la vida.

5