Ortega y Gasset 3

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2º Bachillerato

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  • 1.Contexto Histrico cultural y filosfico.2.Raciovitalismo.3.Razn Histrica

  • 1.Marco histrico y cultural del pensamiento de siglo XX

    Veamos en temas anteriores cmo algunos pensadores del siglo XIX -Marx yNietzsche- se enfrentaron crticamente al modelo de razn de la tradicin idealista -larazn especulativa-, por considerar que este modelo no serva ni para entender al hombrereal ni para contribuir a su emancipacin. La propuesta nietzscheana quera, por ejemplo,resituar a la razn en el lugar que le corresponde, considerndola como una fuerza (unaentre otras) de la que se sirve el hombre para ser ms y crecer. Ortega y Gasset tienetambin como objetivo revisar el uso de la razn situndola en el mbito de la propiavida,de las vivencias. Por eso su razn se dir que es vital e histrica. En este sentido siguela lnea de Nietzsche, pues se trata tambin de ubicar a la razn al servicio de la vida (raznvital).

    Ortega y Gasset (1883-1955) es un filsofo que desarrolla su obra en la 1 mitad delsiglo XX. Procedente de una familia de la burguesa ilustrada, Ortega y Gasset estudifilosofa en la Universidad de Madrid, al tiempo que se iniciaba en el periodismo,culminando ambas tareas con la fundacin de la Revista de Occidente, que fue rgano deexpresin de su filosofa y ncleo de una actividad pblica, que aglutin a la mayora de laintelectualidad espaola de la poca.

    Dentro del marco histrico,la transicin al siglo XX vino marcada en Europa por latoma de conciencia de la crisis en todos los terrenos de la vida (crisis social, poltica,existencial...), de manera que la 1 Guerra Mundial fue interpretada como un desastreinevitable, la explosin final de una crisis que se haba ido gestando con anterioridad. Enlneas generales, podemos afirmar que la 1 Guerra Mundial fue provocada por losconflictos nacionalistas e imperialistas que caracterizaron a la 2 mitad del siglo XIX. Laconsecuencia fundamental de la 1 Guerra Mundial fue, sin embargo, que Europa perdi lahegemona poltica y econmica, a favor de las grandes potencias emergentes -EstadosUnidos y Rusia, China y Japn- que inauguran un nuevo captulo del imperialismocontemporneo.

    Junto con la 1 Guerra Mundial, el gran acontecimiento de la primera mitad del siglo fuela Revolucin rusa, que supuso el triunfo provisional y precario de las doctrinas marxistas,que haban surgido para tratar de superar los desgarramientos y conflictividades socialesentre burguesa y proletariado, generados por la 1 Revolucin Industrial. El triunfo de lasdoctrinas marxistas en un pas que no haba realizado siquiera la Revolucin Industrial y elposterior desarrollo de los acontecimientos abra una brecha en la capacidad predictiva de ladoctrina.

    Pero los conflictos nacionalistas e imperialistas no terminaron al acabarse la 1 GranGuerra, de forma que la segunda Guerra Mundial fue, en realidad, una consecuencia de laprimera, exacerbada por la aparicin en Europa de nuevas ideologas totalitarias -nazismo yfascismo-, interesadas en anular las conquistas de la democracia liberal y volver a frmulasde absolutizacin del poder, ms brbaras an que las del Antiguo Rgimen.

    La 2 Guerra mundial trajo, adems de las prdida de vidas humanas y bienes materiales,la divisin del mundo en bloques antagnicos y enfrentados, que dio lugar a la guerra fra.En los pases del bloque occidental, la guerra supuso el triunfo de la democracia y ladesaparicin de los regmenes totalitarios (tan slo en Espaa y Portugal perviven gobiernosdictatoriales). Pero el modelo liberal puro, en donde la intervencin estatal en lo econmicoera nula, va cediendo terreno, evolucionando el liberalismo hacia una concepcin ms social

  • del sistema democrtico, atento a corregir por la va fiscal y mediante la nacionalizacin desectores econmicos bsicos, las desigualdades sociales entre las clases. El hecho de que lasdemocracias europeas evolucionaran hacia cotas ms elevadas de justicia social fue unfactor de estabilizacin social en el mundo occidental, que fren los impulsosrevolucionarios del proletariado europeo, conteniendo la expansin de las ideasrevolucionarias, encarnadas en un principio en los pases del bloque socialista.

    En el enfrentamiento entre los dos bloques acabara vencedor el bloque occidental, con lacada en 1989 del Muro de Berln y la subsiguiente desmembracin y muerte de la UninSovitica y de los sistemas polticos imperantes en los pases del llamado teln de acero.

    As mismo,la filosofa orteguiana se sita en un perodo de vital importancia en lahistoria de nuestro pas: la Restauracin borbnica (1874-1923), iniciada en la persona delrey Alfonso XII; la dictadura del general Primo de Rivera desde 1923, con la alternanciaformal entre el partido conservador y el liberal; la proclamacin de la II Repblica, el 14 deabril de 1931 y la cada de la Repblica, la Guerra Civil (1936-1939) y los primeros aos dela dictadura del general Franco. Fruto de esta guerra se producir posteriormente el periodode exilio de Espaa de Ortega.

    Desde el punto de vista cultural,Ortega pertenece a la generacin del 14 que secaracterizaba por una actitud muy politizada y europesta. Criticaron la actitud neutral deEspaa en la 1Guerra Mundial y defendieron las tesis republicanistas. Esta generacin secaracteriza tambin por tener como modelo la cultura alemana,que en el caso de Ortega yGasset, le llev a sostener una polmica con Unamuno acerca de la necesidad de europeizara Espaa (frente al tpico unamuniano de espaolizar a Europa), y que en aquel entoncessignificaba bsicamente la necesidad de elevar la vida poltica e intelectual espaola a laaltura necesaria para equipararse al resto de los pases europeos. Su actividad intelectualenlaza con la lnea regeneracionista de la vida intelectual y poltica, que tuvo en elpensamiento krausista y en la Generacin del 98 sus ms claros adalides. Con los ojospuestos en esta meta, Ortega funda primero la Liga de Educacin Poltica de Espaa yposteriormente la Agrupacin al Servicio de la Repblica, que supuso el inicio de suactividad poltica, actividad sta que lo llev incluso a ser elegido diputado en 1931.Desengaado pronto de la participacin activa en la poltica, vuelve al magisteriouniversitario, hasta que al estallar la guerra civil se exilia de Espaa, viviendo en Pars,Holanda, Argentina y Lisboa para regresar a Espaa en 1945, diez aos antes de su muerte.

    En el terreno cientfico hay que decir que se produce un cambio del paradigma cientfico,dominante desde Galileo y Newton, sustituyndose la visin mecanicista de la naturalezapor el triunfo del evolucionismo y la fsica relativista. Sin embargo, lo ms digno dedestacar en la evolucin de la ciencia contempornea es sin duda la orientacin del sabercientfico hacia el desarrollo tecnolgico, que en el campo de la biologa ha supuestoaplicaciones a la medicina de tanto inters como los antibiticos, en fsica la aplicacin delas teoras de la fisin y fusin nuclear, todo ello sin olvidar la gran revolucin informtica yde los medios de comunicacin, transformaciones todas que han convertido la vida de loshombres de finales del siglo XX en algo inimaginable para los seres humanos de los siglosanteriores.

    Las producciones filosficas contemporneas se caracterizan por la variedad ypluralidad. La filosofa sigue a lo largo del siglo XX orientaciones muy diversas. En primerlugar, la quiebra del paradigma mecanicista, que hemos comentado, se refleja en el campofilosfico bajo la forma de un progresivo alejamiento de los postulados del positivismo,

  • filosofa que se ha visto siempre muy ligada al modelo cientfico dominante. As como todoslos filsofos de la segunda mitad del XIX estuvieron bajo la influencia del positivismo, en laprimera mitad del siglo XX, muchos filsofos consideran insuficientes los postuladospositivistas. En particular hay una rechazo en alguno de ellos a identificar conocimiento consaber elaborado bajos los auspicios del mtodo cientfico, por lo que conlleva de renuncia aaclarar todas las cuestiones que no pueden ser conocidas de modo cientfico, pero queforman parte de la sabidura humana. En concreto, nos estamos refiriendo a todo el universode los valores (morales, artsticos, religiosos) y al mundo de la vida. Dentro de esta lnea derechazo al positivismo estara la fenomenologa de Husserl y el existencialismo deHeidegger, Sartre, Jaspers... La misma filosofa de Ortega no es ajena a la influencia de estaorientacin, que representa la fenomenologa y el existencialismo.

    A pesar de lo que acabamos de decir, la tradicin empirista y positivista contina viva enel siglo XX, a travs de lo que se ha dado en llamar el movimiento analtico, que se hadesarrollado en toda el rea cultural anglosajona a lo largo del siglo XX. La orientacinanaltica se caracteriza, adems de por su proximidad al empirismo humeano, por atender demanera especial al estudio del lenguaje (giro lingstico), al estimar que las preguntasclsicas de la gnoseologa en torno a lo que podemos y no podemos conocer han de sersustituidas por las preguntas en torno a qu es lo que podemos o no decir , para quenuestras afirmaciones y negaciones tengan sentido. La teora del significado ocupa y centralas investigaciones del movimiento analtico, tanto de los filsofos del llamado Crculo deViena -neopositivismo- como de la filosofa analtica del lenguaje ordinario.

    En la evolucin intelectual de Ortega y Gasset tuvieron una trascendencia especiallos diversos perodos de ampliacin de estudios que pas en Alemania, donde recibienseanzas de los filsofos neokantianos -Cohen y Natorp- y donde pudo conocer tambinla obra de Nietzsche, que le influyo significativamente, as como el pensamientofenomenolgico de Husserl y Max Scheler y las doctrinas existencialistas de Heidegger. . Ensu filosofa est presente la influencia de Nietzsche, Husserl y Heidegger, as como lostemas del pensamiento vitalista, historicista (Dilthey) y existencialista, sin que puedaafirmarse que su obra se encuentre incluida completamente en ninguna de esas corrientes.Son obras de inters: Meditaciones del Quijote, El Espectador, El hombre y la gente,Historia como sistema, Espaa invertebrada, La deshumanizacin del arte, La rebelin delas masas, Qu es filosofa? y el libro del que tendremos que comentar algunos fragmentosEl tema de nuestro tiempo.

    2.EL RACIOVITALISMOEl ncleo central de la filosofa de Ortega gira en torno a los dos apartados que

    constituyen el objeto de nuestra exposicin: la reflexin sobre la vida como realidad radicaly sus relaciones con la razn. Alrededor de esta reflexin ha surgido lo que se ha llamado elraciovitalismo de Ortega, conjunto de ideas-fuerza o sistema que dan vida a la ontologa,gnoseologa y antropologa del autor. En segundo lugar, est la reflexin sobre la historia,que le permite integrar en su pensamiento los temas sociales y polticos de su mayor inters.

    El pensamiento de Ortega crece desde sus tesis primeras abarcando ms realidades parael anlisis. Sin entrar en contradiccin con sus primeras formulaciones, la filosofa deOrtega fue madurando desde una casi exclusiva gnoseologa hasta una teora de la Historiacomprensiva de la vida humana. El perspectivismo gnoseolgico que constituy la primeraetapa de Ortega, se fue enriqueciendo con nuevos materiales filosficos. Se suele admitirque el perspectivismo, presente desde sus primeras publicaciones y manifiesto ya en las

  • Meditaciones del Quijote (1914), deja paso al raciovitalismo a partir de la publicacin en1923 de El tema de nuestro tiempo (lectura de nuestro temario junto con Ni vitalismo niracionalismo, de un ao despus). No parece adecuado pensar que Ortega abandonara sustesis iniciales (aunque renunci expresamente al trmino perspectivismo como relativo parasus sistema) sino que ms bien las asumi bajo nuevos acentos, como luego hara cuandoincorporara el hecho histrico a su explicacin de la vida humana, a partir de 1934 con Entorno a Galileo, en la que sus estudiosos llaman su poca historicista.Ortega y Gasset concibi la filosofa como una forma de conocimiento que se plantea losproblemas de forma absoluta, sin partir de creencias previas, que trata de abrirse camino conmtodos propios, hasta constituir un saber terico, capaz de ser comunicado y entendido porotros.

    La filosofa es un saber que no puede ser sustituido por el saber cientfico, pues a juiciode Ortega el hombre moderno est ya tomando conciencia de que la ciencia no es la panaceauniversal del saber. En concreto, a pesar de que la ciencia quiere ofrecer un conocimientouniversal, que resuelva los problemas de todos los rdenes de la realidad, ha resultadoincapaz de explicar lo humano, pues todo lo vital se escapa de la racionalidad fsico-matemtica, que slo puede tratar a los objetos como cosas.

    Una de las primeras tareas de la filosofa de hoy es, segn Ortega, volver a hacerse denuevo la pregunta ontolgica fundamental, sin caer en los errores del realismo ni delidealismo gnoseolgico. Antiguos y modernos han coincidido, segn Ortega, en intentar atravs de la filosofa llegar al conocimiento del Universo, de todo lo que hay. Pero discrepanentre ellos al buscar la 1 verdad, la realidad ms indudable y radical. Para los antiguos larealidad radical es el Mundo, para los modernos, el Espritu, el yo, el ser subjetivo .El errorsocrtico-platnico consista en que la razn,los conceptos pretendan suplantar lavida,fijarla,anularla en su aspecto cambiante.El error de los racionalistas consisti ensubrayar lo cultural frente a lo vital.Pero tambin los relativistas(empiristas)cometieron otroerror a jucio de Ortega,anular la cultura potenciando la vida(en ese sentido tanto vitalistascomo irracinalistas cometeran tambin el mismo error) Por eso para los antiguos, sersignificaba cosa, para los modernos, ser significaba intimidad, conciencia, subjetividad.

    Como alternativa superadora a la realidad radical propuesta por el realismo y elidealismo, este filsofo, seala que la vida es el dato radical del universo, la coexistenciadel yo y su mundo. Los filsofos realistas consideraron la existencia de las cosas comoindependientes de mi pensamiento, los idealistas estimaron que lo nico indudable es que yopienso las cosas y que por lo tanto la existencia de las cosas es dependiente de mi, se hacerealidad a travs de m, Por eso el idealismo concluy que las cosas son contenidos de miconciencia, estados de mi yo y de mi pensamiento. Esta ltima afirmacin no puede seraceptada, pues el modo de relacin entre el yo y las cosas no es la dependencia unilateral,que el idealismo crey, sino que se trata de una relacin de interdependencia, de unacorrelacin. Si existo yo que pienso, existe el mundo que pienso, por lo que la realidadradical es la coexistencia de yo y el mundo. Y a esta coexistencia de yo y el mundo es a loque llam Ortega vivir.

    La tarea de la filosofa sera conocer el universo,la vida sin caer en los errores delrealismo y el idealismo,por eso la verdadera realidad radical es la vida. El hombre se hallaen un mundo que le condiciona y est obligado a vivir a actuar. La vida sostiene y alimentatodo lo que nos ocurre. Todo lo que ocurre, no ocurre en la vida, en nuestra vida. Por eso elfilsofo debe averiguar cules son las categoras del vivir para poder entender el mundo y a

  • nosotros mismos.En primer lugar, vivir es lo que hacemos y nos pasa, entendiendo que nada de lo que

    hacemos sera nuestra vida si no nos disemos cuenta de ello, pues la vida humana -diceOrtega- es esa realidad extraa que tiene el privilegio de existir para s misma. Por esopodemos afirmar que todo vivir es vivirse, sentirse vivir, saberse viviendo. A diferencia dela piedra que no sabe que es piedra, que es para s misma ciega, la vida humana es unarevelacin, un no contentarse con ser, sino comprender y enterarse de lo que se es, puesvivir es el descubrimiento incesante que hacemos de nosotros mismos y del mundo que nosrodea.

    En segundo lugar, vivir es encontrarse en el mundo, entendiendo por mundo todo loque nos afecta, pues nuestra vida no es slo nuestra persona, sino que de ella forma partetodo lo que nos rodea, nuestro mundo. Por eso -dice Ortega- podemos representar la vidacomo un arco que une el mundo y el yo, pero no es primero el yo y luego el mundo, sinoambos a la vez. Este es uno de los sentidos de la conocida afirmacin de Ortega, yo soy yoy mis circunstancias. Pero vivir es tambin encontrarse en el mundo sin saber cmo ni porqu, pues nos encontramos en esta vida sin haber elegido este mundo ni esta circunstanciaconcreta en la que tenemos que existir. El yo primero (real, resultado) es yo (comovocacin, como proyecto) topndose con las circunstancias, habitndolas.Elhombre,determinado por sus circunstancias,es libre de elegir cmo enfrentarse a ellas. Deah que se diga que el hombre no tiene naturaleza,sino historia(en este sentido es en el queOrtega dir que la razn adems de ser vital ha de ser histrica)

    En tercer lugar, encontrarse en el mundo es encontrarse ocupado con algo del mundo yla ocupacin puede ser hacer filosofa, participar o hacer una revolucin o hacer tiempo.Segn Ortega, el mundo vital se compone de un poder hacer, de un conjunto deposibilidades, limitadas por la circunstancia en la que somos y vivimos. La circunstancia esun cauce que la vida va trazando, dentro de una cuenca inexorable, pues en cierto sentido lacircunstancia es libre y la construimos nosotros, y en cierto sentido tambin es fatal y nopodemos elegirla. La vida es fatalidad y libertad, es posibilidad limitada y en cuantoposibilidad est abierta, en cuanto limitada est sujeta a unos cauces dados. Por eso vivir estener proyectos y desarrollar una vocacin. Estamos obligados a actuar,a escribir nuestrapropia novela,nuestra propia historia.La obligacin moral del ser humano es desarrollar suvocacin.Esta es la consecuencia tica y antropolgica del concepto de razn de Ortega yGasset ,nuestro deber es el que se deduce de la frase de Pndaro :Llega a ser el que eres.

    En cuarto lugar, la vida es naufragio.La cultura crea valores estables para que el hombreno se ahogue.Estos valores nos desnaturalizan,nos hacen olvidar la verdadera esencia de lavida que es cambio,devenir.Pero a cambio,nos proporcionan seguridad,ilusin de fijeza deestabilidad.Como veremos luego,los periodos de crisis rompen con la continuidad de la vidapero permiten la renovacin,la evolucin y la toma de conciencia de lo que condiciona ydetermina nuestro ser en el mundo.El ser humano necesita conocer,no por curiosidad,ni poradmiracin(como dijo Aristteles) sino para saber a qu atenerse en la vida.

    Concebida ya la vida como realidad radical, le interesa tambin a Ortega determinarel papel que tiene la razn y el conocimiento en la vida humana.

    El carcter circunstancial del vivir conlleva que el conocimiento humano se ofrezcasiempre en perspectivas o puntos de vista. La realidad no puede ser entendida sino desdeel punto de vista visual, intelectual, emocional y valorativo, que cada cual ocupa fatalmenteen el universo. Todos los sistemas filosficos han pretendido intilmente valer para todos

  • los tiempos y para todos los hombres, buscando las condiciones que garanticen launiversalidad y necesidad del conocimiento. Esta pretensin carece de sentido, pues todosistema es un punto de vista parcial, limitado, de comprensin de lo real, y cada hombre hade ser fiel al punto de vista, sin que pueda fingir o sustituir su perspectiva.

    En su obra El tema de nuestro tiempo, Ortega comienza reflexionando sobre una cuestinque ya ocup a Nietzsche, el papel desempeado en el pensamiento griego por la figura deScrates. Ortega cree que, aunque la f socrtica ha demostrado su fecundidad histrica,parti de un error (como vimos antes)que los siglos posteriores terminaron por consagrar : lapretensin de que la razn ha de suplantar a la vida, la cultura y el intelecto a la vitalidad.Este error socrtico contina a lo largo de toda la historia de la filosofa sin encontrar unequilibrio conciliador, pues el mundo moderno ha entendido de forma antagnica eirreconciliable las relaciones entre la vida y la cultura, entre lo racional y lo vital. Y as nosencontramos que las posiciones racionalistas subrayaron lo cultural y anularon lo vital y lasposiciones relativistas hicieron desaparecer el valor objetivo de la cultura para potenciar lavida (Ortega se refiere al relativismo cultural y al vitalismo extremo con el que l no quiereser identificado). Desde la posicin orteguiana, las relaciones complementarias y noantagnicas que existen entre la cultura y la vida se muestran en el anlisis delconocimiento, que es una parte o porcin del universo cultural.

    Y en el anlisis del conocimiento -nos dice Ortega- sabemos que el racionalismosubray el carcter universal, necesario e invariable de la verdad, de manera que para poderalcanzarla sin deformaciones consideraba que el sujeto cognoscitivo (la razn) ha de ir a lascosas despojada de sus peculiaridades, de sus condicionamientos, tratando de situarse enuna posicin ajena a lo vital y a lo histrico. En la otra banda, el relativismo, al subrayar elcarcter parcial, peculiar, histrico y vital del sujeto cognitivo, consider imposible alcanzarverdades objetivos y compartidas, pues su inevitable captacin subjetiva deformara laobjetividad de la verdad. Ortega propone una tercera postura no antagnica, que recuperetanto el valor de la verdad como el papel de la subjetividad.

    Ortega comienza, pues, por preguntarse cul es el papel del sujeto en el conocimiento. Laprincipal funcin del sujeto -afirma- es seleccionar los datos e informaciones que le llegande lo real, eliminando unos y atendiendo a otros. Al igual que nuestra percepcin visual yauditiva no est capacitada para captar nada ms que determinadas ondas vibratorias, elintelecto de cada hombre, de cada pueblo y de cada poca est capacitado paraentender determinadas verdades, segn la perspectiva vital, histrica y social en la quese encuentra. Ortega se vale para ejemplificar su doctrina de un ejemplo: la contemplacinde un paisaje. Dos personas, situadas en lugares diferentes perciben el mismo paisaje, perosu conocimiento depende de la perspectiva en que se hallen. Lo que para una ocupa elprimer plano de la visin, para el otro aparecer en un segundo plano oscuro y borroso.Carecera de sentido una disputa para determinar cul es el paisaje verdadero y cul elilusorio; los dos son verdaderos y justamente porque son distintos, porque son fieles a laperspectiva desde la que el paisaje es contemplado. Lo absurdo es querer situarse en elconocimiento fuera de toda perspectiva, en un punto de vista abstracto y ficticio. Lo falso-deca Ortega- es la verdad inlocalizable, la utopa. Este error utpico ha sido cometido porla filosofa, al pretender elaborar sistemas que valgan para todos (universalidad) y parasiempre (necesidad). La filosofa de hoy ha de asumir la perspectiva desde la que se haelaborado, de manera que pueda articularse y vertebrarse con otros sistemas del futuro,elaborados desde otros puntos de vista. Cada hombre, cada poca, cada pueblo, cada sistemafilosfico es slo una perspectiva, un punto de vista para la comprensin de lo real. Los

  • hombres no tienen la verdad, colaboran a ella.Como dijimos en la introduccin, el perspectivismo gnoseolgico caracterstico de su

    primera etapa filosfica, se enriqueci con nuevos contenidos en su etapa raciovitalista. Esen ella donde aborda, bajo el concepto razn vital, el hecho del conocimiento como el hechocaracterstico de la vida humana. Conocer y vivir, razn y vida, no slo no son trminosantitticos para Ortega, sino que con-funden, se hacen uno en la experiencia de los hombres.Conocer es la forma caracterstica de vivir de los humanos, presente en todos sus encuentroscon la circunstancia.

    El nuevo paradigma gnoseolgico de razn vital le servir a nuestro autor revisar ycuestionar el papel de la razn en el conocimiento, sin caer en los extremos del racionalismoy del irracionalismo. La posicin de Ortega es muy clara al respecto: no hay ms forma deconocimiento teortico que el racional, pero no se puede identificar razn con racionalismo.Ortega analiza en la historia de la filosofa el significado profundo del concepto razn,remontndose para ello hasta Platn.

    La operacin fundamental de la razn consiste en penetrar en la intimidad de su objeto,descubriendo su ser ms oculto, tras el ser manifiesto. Esa penetracin tiene lugar cuando deun fenmeno averiguamos su causa, de una proposicin su fundamento, cuando, enresumidas cuentas, somos capaces de reducir lo complejo y confuso a lo simple y claro. Deah que la operacin fundamental de la razn es el anlisis, pues es a travs del anlisiscomo la razn es capaz de inventariar los elementos ltimos de un problema. En esta tareade reduccin de lo complejo a lo simple, la razn se encuentra con sus propios lmites,pues llega un momento en que los elementos no pueden descomponerse ms y ya no cabesino renunciar a la cognoscibilidad ltima o dar el salto a lo irracional. Es entonces cuandoaparece la intuicin, que nos muestra el abismo de la irracionalidad, pues la intuicin, encuanto excluye la prueba (el dar razones), es ilgica, no es racional. Es por eso por lo queOrtega considera que la razn ha de tomar conciencia de sus lmites, pues ella es slo unabreve zona de claridad analtica, que se abre entre los estratos insondables de lairracionalidad. Son estos estratos insondables que rodean a la razn los que el racionalismono quiere ver, por suponer que las cosas funcionan, se comportan y operan como nuestrasideas. El racionalismo cree errneamente que la estructura racional de las ideas -estructuraanaltica y lgica- puede ser encontrada completamente en la realidad. Segn Ortega, portodas partes lo que constatamos es ms bien que las cosas poseen una estructura, un orden yuna conexin distinta del orden y conexin que tienen nuestras ideas.

    Como conclusin final de la doctrina orteguiana del conocimiento, habra que decir queel raciovitalismo exige entender el conocimiento en el marco de la realidad global e integradel hombre y no como una tarea del entendimiento o de la razn, desarraigada de la vidahumana. El concepto de razn vital supone una ampliacin del concepto de razn pura, puesparte de la relacin que la razn humana tiene con la vida y la circunstancia personal, sociale histrica del hombre.

    Es manifiesta la renuncia de la razn orteguiana al racionalismo, como hemos analizadoen los anteriores prrafos pero puede calificarse, a raz de esta interpretacin, la filosofa deOrtega de irracionalista en el sentido de vitalista? En El tema de nuestro tiempo tomaposicin ante los diversos sentidos que a su entender tiene este concepto en el marco de lafilosofa. Por vitalismo filosfico cabe entender:

    1. La doctrina que considera a la filosofa un simple captulo de la biologa, al estimarque el conocimiento humano es un proceso biolgico que se rige por las mismas leyes

  • que al resto de los procesos orgnicos (ley de adaptacin, ley del mnimo esfuerzo, leyde economa...)

    2. La doctrina de autores como Bergson, que considera que el concepto no es el medioadecuado de comprensin de la realidad, siendo precisa una aproximacin ms ntimaa las cosas de forma diferente a la aproximacin racional. Esto se consigue gracias a laintuicin.

    3. La doctrina que considera a la razn el mtodo ms adecuado del conocimiento, peroentiende que el problema central sobre el que ser humano ha de reflexionar es el de lavida humana.

    Slo esta tercera posicin es aceptada por Ortega como descriptiva de su vitalismo. Niracionalismo ni vitalismo, raciovitalismo.

    3. LA RAZN HISTRICALa reflexin que realiza Ortega sobre la vida humana le lleva a tropezarse con la historia,

    pues lo que somos los hombres requiere ser analizado dentro de la corriente en quetranscurre nuestra vida, que es la corriente de la historia.

    El fundamento de la centralidad de la historia en la vida de los hombres es la afirmacinorteguiana de que el hombre no tiene naturaleza, sino historia, pues nada en lo humano esinvariable, de manera que la historia viene a ser el modo propio de existir de una realidad,como es la realidad humana, cuya sustancia es la variacin. Por no tener el hombrenaturaleza y carecer de un ser fijo, est abierto a intentar ser lo que quiera y adems lo quehace ahora, tiene su causa en cierto modo en lo que fue e hizo antes. Todo en l viene dealgo y va a algo, todo en lo humano est sujeto al devenir histrico. Por eso cuando la razntrata de esclarecer lo humano, tanto a nivel personal como colectivo, no tiene ms remedioque contar una historia. La vida del hombre es su biografa, la crnica de las cosas que haido haciendo en el tiempo, y la vida colectiva de una nacin o de un pueblo es la narracinde lo que ese pueblo ha hecho.

    Ahora bien, para que la vida humana se haga transparente a la razn no basta la narracindescriptiva y superficial de las gestas del hombre, sino que hay tratar de esclarecer y hacercomprensible las claves que hicieron posible esos sucesos y esas gestas. La comprensin delo histrico exige la participacin de la razn, del logos. No se trata, sin embargo, de unaracionalidad que aplica a priori unos esquemas preestablecidos, pues la razn histrica-dice Ortega- es una razn a posteriori y una razn dialctica, que quiere ser capaz -comoocurre en las ciencias naturales- de realizar predicciones. Y el hombre a travs de la raznhistrica se descubre a s mismo como un proyecto inacabable, cuya vida consiste en irdescubriendo nuevos horizontes. La razn histrica es tan razn como la razn pura, peroadems est capacitada para captar la realidad fluida que es la vida.

    Con el objetivo de clarificar la historia desde la razn, Ortega se sirvi de instrumentosintelectuales nuevos, de conceptos por l elaborados, que le permitieran una mayorcaptacin de la realidad social y histrica. Veamos algunos de los conceptos que le sirven aOrtega para pensar lo social y lo histrico.

    1)Uno de estos conceptos es la relacin que la dinmica histrica establece entre lasideas y las creencias.

    La funcin central que tienen las ideas y las creencias en la vida humana tiene su raznde ser en una categora de la vida humana ya comentada, que es el hecho de que la vida de loshombres no se nos d dada, no se d hecha, sino que tengamos que hacrnosla; la vida humana

  • es quehacer. Pero antes de hacer algo, tiene cada hombre que decidir por su cuenta y riesgo loque va a hacer, de manera que la decisin sobre sus tareas y actos requiere la posesin dealgunas convicciones o creencias sobre lo que son las cosas de su alrededor, los otroshombres y l mismo. Slo en vista de estas creencias y de acuerdo con ellas se puede preferiruna accin a otra, se puede elegir. De ah que Ortega considerara que la estructura de vidahumana depende primordialmente de las creencias y que las claves para la comprensin de unpueblo o de una poca estn en las creencias que ese pueblo o esa poca tiene. Las creenciasconstituyen, pues, el suelo de nuestra vida, pues el conjunto de nuestras convicciones (tantoreligiosas como existenciales) soportan y sostienen nuestra vida, la totalidad de nuestraexistencia.

    Frente a las creencias que son subjetivas y sin fundamento racional, se alzan lasideas, que son objetivas y fundamentadas, pues as como las creencias nos tienen a nosotros,nos sostienen, somos nosotros los que tenemos ideas. Por eso las ideas pueden ser discutidas yconstituyen el objeto de nuestro discurso, mientras que las creencias son slo objeto de nuestrasuposicin, pues estn tan arraigadas en nosotros que apenas somos conscientes de ellas. Esoes lo que explica que podamos dominar nuestras ideas y estemos dominados por nuestrascreencias. Por las ideas se puede luchar y hasta morir, pero no se puede vivir de ellas, a menosque se conviertan en creencias. Cuando las creencias nos abandonan, la vida se vuelvevaca, de manera que se abre ante nosotros la necesidad de llenarnos con ideas que sustituyan alas creencias y puedan mantener a flote nuestra vida. Es por eso por lo que dice Ortega que unade las claves del devenir histrico es la dialctica que existe entre las ideas y las creencias,pues las crisis histricas que tienen lugar en determinados momentos de la cultura suelenobedecer a una crisis de las creencias, a una quiebra de la relacin dialctica entre ideas ycreencias.

    2) Adems de esta relacin dialctica que acabamos de comentar existe otra interaccinconceptual, que puede tambin alumbrar el devenir histrico. Se trata de la interaccinexistente entre masas y las minoras, que junto con el concepto de generacin, le sirven aOrtega para estructurar el devenir histrico, pues la sociedad es una unidad dinmica de estosdos elementos o formas con que lo social se muestra. En su obra La rebelin de las masas,Ortega define la masa como un fenmeno social y la describe con categoras psicolgicasrealizando una aproximacin psicosocial a esta realidad de nuestro tiempo. A nivel socialpodramos decir que la masa es todo conjunto de personas no especialmente cualificadas. Anivel psicolgico, masa es todo aquel que no se valora a s mismo -en bien o en mal- porrazones especiales, sino que se siente como todo el mundo, sin angustiarse por su uniformidad.La generacin refleja la articulacin que en un momento del tiempo existe entre lasmasas y las minoras selectas. Las personas que pertenecen a una misma generacinparticipan de la misma sensibilidad vital e histrica, pues dice Ortega que la generacin escomo un rgano visual con que se percibe en su efectiva y vibrante autenticidad la realidadhistrica. Es interesante introducir aqu la distincin que hace Ortega entre contemporneos,los que viven en el mismo tiempo, y coetneos, los que pertenecen a la misma generacin. Enun mismo tiempo histrico conviven como contemporneos hombres de hasta cincogeneraciones ( cada una con duracin de quince aos). Ahora bien, slo entre los coetneos seda una comunidad de creencias. Entiende Ortega que los que provocan una ruptura con lascreencias vigentes son los integrantes de las minoras, mientras que las masas habitaninercialmente las creencias generadas por aquellos. Esa actividad renovadora de las minorasse hace especialmente manifiesta en la cuarta generacin (entre los 45 y 60 aos), dado que esla que en cada momento histrico gestiona el poder.

  • Forman parte de las minoras aquellos que se exigen a s mismos ms que a los dems,acumulando sobre s todo tipo de tareas y deberes. Esta divisin de la sociedad en masas yminoras no coincide, sin embargo, con la estratificacin social en clases sociales, pues dentrode cada clase social hay hombres masa y hombres minora.

    A pesar de esto hay que decir que,al igual que en la actualidad,Ortega cuando analiz larealidad de su poca,adverta del predominio y la hegemona del hombre masa, pues las almasvulgares, sabiendo que lo son, afirman su derecho a seguir sindolo y lo imponen a los dems,de manera que en el momento presente vivimos en el imperio de las masas. La sociedad en laque se asienta el hombre masa es una sociedad invertebrada, que se caracteriza por laaglomeracin, por la presencia de muchedumbres, que vagan por todas partes, en la poltica, enel deporte, en los espectculos. Es tambin una sociedad brutalizada, que engendra la simientede las ideologas totalitarias.

    Cmo ha tenido lugar este fenmeno? Ortega se remonta al liberalismo poltico paraver la gnesis histrica del fenmeno, por ser el liberalismo la doctrina que sirvi parapregonar la teora de los derechos humanos, al considerar que cualquier hombre, por el merohecho de nacer y sin cualificacin de ninguna clase, posee ciertos derechos polticos ynaturales fundamentales. Durante todo el siglo XIX, la masa, que asumi estos ideales, fue sinembargo, incapaz de vivenciarlos como propios, de forma que en palabras de Ortega elpueblo saba que era soberano, pero no lo crea. Hoy aquel ideal se ha convertido en realidad,no slo en las legislaciones, sino en el interior de los hombres, pero sin que se haya producidola transformacin deseable en la mayora de ellos, pues la meta y sentido del reconocimientode los derechos humanos era potenciar la conciencia de la dignidad y de la autonoma delhombre.

    El ascenso del nivel vital del hombre medio, al nivelarse las fortunas de los hombres yla cultura provoca tambin la nivelacin de las clases y los sexos. Dicho en una terminologacaracterstica de Ortega el imperio de las masas significa una subida de todo el nivel histrico,pues la vida humana se mueve hoy a altura superior a la de ayer. Y al mismo tiempo que esteascenso del nivel histrico, se ha producido otro fenmeno nuevo, la mundializacin de lavida, pues el mbito de la vida del hombre medio es hoy no slo el lugar donde habita, sinotodo el planeta, tanto en sentido espacial como en sentido temporal. La vida se hamundializado y ha crecido, amplindose todas las potencialidades humanas, tanto lasposibilidades de desarrollo del conocimiento, como las posibilidades para el gozo, que se hanmultiplicado, de forma casi fantstica. Lo paradjico es que este conocimiento cuantitativo dela vida humana y ese dominio creciente de todas las cosas no es paralelo al dominio de smismo, pues el hombre masa no es dueo de s, sino que se siente perdido en su propiaabundancia.

    Son dos los rasgos que perfilan el retrato psicolgico de este ejemplar humano: la libreexpansin de sus deseos vitales y de toda su persona y la ingratitud hacia aquello que lo hahecho posible. Ha sido la perfeccin con que hemos sido capaces de organizar ciertos mbitosde nuestra vida, lo que ha dado origen a la riqueza de nuestras formas de existencia. Pero lasmasas beneficiarias no captan el trabajo de organizacin, esfuerzo y cultura requerido paralograrlo y lo consideren como natural, como si estuviera all desde siempre, como algo quepuede ser disfrutado sin costo alguno. En palabras muy expresivas del propio Ortega: En losmotivos que la escasez provoca, suelen las masas buscar pan y el medio que emplean suele serdestruir las panaderas (La Rebelin de las Masas: 87)

  • En La Rebelin de las masas analiza tambin Ortega el papel jugado por la tcnica en laconfiguracin de la realidad actual. La constitucin de la ciencia moderna -dice Ortega-, porobra de los grandes cientficos del XVI y XVII, fue el resultado de un proceso de unificacinque permiti la elaboracin de teoras globalizantes y totalizadoras. Sin embargo, el desarrollode la fsica posterior exigi el esfuerzo opuesto, a saber, la especializacin creciente. Elresultado es el cientfico del siglo XX, un hombre que slo conoce bien la pequea porcin enla que es activo investigador, trabajando con unas tcnicas cuyo sentido y finalidad ignora, ascomo tambin es absoluto desconocedor de las condiciones histricas y sociales en las quevive. El resultado es que,al igual que la poca presente, en la que hay mayor numero decientficos que nunca, existen muchos menos hombres cultos que en el siglo XVIII, pues elcientfico de hoy es el prototipo del hombre masa. Es lo que Ortega llama la barbarie delespecialismo, otra de las claves de la hegemona de las masas en nuestra poca.

    Tras el panorama vital y cultural expuesto, se interroga Ortega por el futuro,constatando por un lado como dato primero, la incgnita sobre el maana, pues otro de lossntomas de nuestro tiempo es la ignorancia y el desconocimiento hacia qu centro degravedad va a inclinarse el porvenir, sin que sea posible predecir qu sistema de preferencias,de normas y de resortes vitales configurarn nuestro futuro. Ortega apuesta, sin embargo, porel fortalecimiento cultural y poltico de Europa, como entidad supranacional que supere laestrechez del nacionalismo y la vaciedad del internacionalismo.

    Lo curioso es que estas palabras de Ortega parecen retratar perfectamente y augurarmuchas de las cosas del mundo en que vivimos no?

    2.EL RACIOVITALISMO