Grupo Experiencial

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Javier Cortés Alti Psicólogo Magíster Análisis y Conducción de Grupos Universidad de Barcelona Docente Universidad de Santiago Mail: [email protected] Tel: 08 -595 47 86

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Javier Cortés AltiPsicólogo Magíster Análisis y Conducción de Grupos Universidad de BarcelonaDocente Universidad de SantiagoMail: [email protected]: 08 -595 47 86

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"EL GRUPO DE EXPERIENCIA, INSTRUMENTO DE CAMBIO Y APRENDIZAJE"

Javier Cortes AltiResumen: El presente artículo pretende mostrar la relevancia que tiene el aprendizaje de habilidades de conducción de grupo y análisis de procesos grupales para los profesionales de la psicología, educación, salud y administración que pretendan intervenir utilizando metodologías grupales. Este aprendizaje, requiere que sea experiencial, es decir a partir de la propia experiencia del sujeto, y se utilice una metodología apropiada, como es el Grupo - T o grupo de formación. Además se explican los objetivos y metodología de dicho tipo de grupo de experiencia.

Palabras claves: Habilidades de conducción y análisis grupal, Psicología de los grupos, Grupo experiencial, Grupo - T o grupo de formación, vivencia, cambio de actitudes y aprendizaje.

I) Introducción:

Este artículo, pretende resaltar la importancia de desarrollar habilidades de conducción y análisis de grupos, desde una perspectiva psicosocial.

Ante este planteamiento aparece la interrogante de ¿por qué es importante o necesario preparar a expertos en conducción de grupos? Para responder a esto es necesario señalar, en primer lugar, que el ser humano tiene una naturaleza social, lo que significa que la sociedad tiene un rol determinante en su desarrollo y, por lo tanto, en la satisfacción de sus necesidades biológicas, afectivas, psicológicas y sociales. Este desarrollo se realiza a partir de la interacción de lo individual con lo social, lo que determina, según Tajfel (1983), que la persona tenga una doble dimensión, una individual, donde se manifiestan las características personales, y otra como individuo categorizado, donde manifiesta su respectiva afiliación de grupo y donde expresa e intenta satisfacer sus necesidades.

En segundo término, se desprende que los grupos surgen como núcleos mediadores entre lo psicológico y lo social. En ellos las personas realizan la mayor parte de los aprendizajes más significativos; se dan los procesos de interacción, identidad e influencia que están a la base de la formación, el mantenimiento y el cambio de actitud. Por actitud se entenderá una disposición, relativamente permanente, que denota un afecto a favor o en contra de un determinado objeto o valor. Debido a la importancia que tiene el grupo, se requiere que el cambio de actitud se dé en un contexto grupal, ya que es más efectivo que un individuo cambie en grupo que si se intenta hacerlo en forma aislada (González & Cornejo, 1993).

En tercer lugar, es importante que los sujetos aprendan y desarrollen habilidades de participación en grupo ya que gran parte de su vida se efectuará en una situación grupal. Pese a eso, mantienen, muchas veces, una actitud contraria, negativa y desconfiada hacia lo colectivo que se manifiesta de distintas formas, como por ejemplo en la baja participación política, sindical y vecinal que existe en los distintos estratos socioeconómicos.

Sin embargo, a pesar de ese contexto, actualmente se realizan en Chile, innumerables intervenciones en el mundo de la empresa, la educación, comunitario y clínico.

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Estas razones, permiten apreciar la relevancia del grupo en la formación, mantenimiento y cambio de actitud, así como al desarrollo de habilidades básicas de intervención grupal.

El T - Group, es un tipo de grupo de experiencia que busca favorecer la interacción y el compromiso para el aprendizaje (existen otros grupos de experiencia como los expresivos, ejemplo de estos, son los grupos de encuentro), intentando que el individuo aprenda a aprender, aprenda a dar ayuda y finalmente a participar efectivamente en grupo tratando de eliminar o disminuir los prejuicios y estereotipos orientados hacia sí mismos y los demás que limitan el aprendizaje y desarrollo de sus capacidades.

Por último, estas habilidades permitirán una mayor efectividad de las intervenciones grupales que se realicen en los diferentes ámbitos de especialización como son: el clínico, el socio-educativo y el organizacional, respetando el ritmo, las potencialidades y los límites de los grupos y de los individuos.

Este artículo explica y contextualiza la técnica del Grupo de Formación o T- Group en el desarrollo de habilidades de conducción y análisis grupal.

II) Fundamentos:

2.1. Individuo y GrupoEs posible observar que la mayor parte de la vida de un individuo se realiza al

interior de un grupo, lo que posibilita que la persona aprenda las conductas que le permitirán relacionarse con los otros.

Este aprendizaje se realiza a través del proceso de socialización, que consiste en la adquisición de los valores, actitudes y costumbres practicados en una sociedad. Dicho proceso se efectúa a lo largo de la vida de un sujeto, desde su nacimiento hasta su muerte, y a través de él, el ser humano se convertirá en un ser social y cultural, capaz de relacionarse con los otros, de comunicarse, de participar y ser parte de la sociedad y de crear cultura.

El proceso de socialización es realizado a través de diferentes grupos, entre los que se cuenta la familia y el grupo de pares, otros agentes de socialización son la escuela y los medios de comunicación.

Desde el nacimiento y durante los primeros años de vida los seres humanos aprenden las primeras normas y conductas de su entorno familiar. Sin embargo a medida que el niño crece y se desarrolla, su ambiente se va ampliando, lo que le permite conocer y participar en diferentes grupos. A algunos de ellos pertenecerá, en cambio otros le servirán como modelos o referentes para imitar conductas u orientar las suyas. En este período la escuela jugará un rol fundamental que irá disminuyendo a favor del grupo de pares o amigos, cuando el niño o niña comience su adolescencia.

Al participar en distintos grupos, como los grupos de pares, el individuo comienza a desarrollar sentimientos de pertenencia y a elaborar su identidad social, de esta manera el grupo cumplirá la función de categorizar y diferenciar socialmente a un individuo de otro, por el hecho de pertenecer a un determinado grupo. En el grupo de pares compartirá sus problemas, su proyecto de vida, se preguntará si tener o no familia, en qué y dónde trabajar, asimismo enfrentará sus primeros conflictos fuera de la familia, aspectos que influenciarán la construcción de su identidad personal y social (Cortés & Morales, 1994).

Por último, llegar a la vida adulta supondrá para el individuo su integración definitiva a la vida laboral, que deberá desempeñar dentro de una organización donde, generalmente, desarrollará su actividad con otras personas. Independientemente del tamaño

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de la organización, la actividad inmediata del individuo se efectuará dentro de un grupo.En suma, el grupo está presente desde los momentos iniciales de la vida, en su

crecimiento y maduración, bien sea en la familia, en el esparcimiento, en grupos de amigos, de estudio o trabajo. Es por esto, que la Psicología Social, ha puesto énfasis en la importancia que tiene el grupo en la determinación de los comportamientos del individuo, ya que, supone entrar en una dinámica interactiva con los demás miembros del grupo. El grupo es el contexto social donde se materializa la interacción entre lo personal y lo social, que puede proporcionar seguridad, estatus y reconocimiento, desarrollar sentimientos de autoestima y de identidad del individuo, de filiación, de poder, de llevar a conseguir una meta, desarrollar la responsabilidad para con los demás, los valores sociales, el sentido de cooperación, etc.

Además, los grupos influyen sobre distintos procesos psicosociales, como por ejemplo en la formación y cambio de actitudes de sus miembros, en las percepciones, las relaciones interpersonales, el desempeño y la productividad tanto individual como grupal. Los grupos pueden ser grandes motores de la vida social o también provocar influencias nefastas, como demuestran los primeros estudios sobre grupos de adolescentes delictivos con sus conductas antisociales, o los actuales sobre grupos sectarios. Dada la importancia de los grupos, cuanto mayor sea nuestro conocimiento de su funcionamiento, de sus procesos y de su efectividad, tanto más provecho podrán aportarnos en el plano individual y social (González, Silva & Cornejo, 1996).

Ante esta realidad que muestra al individuo siempre inmerso en grupos y debido al cúmulo de conocimiento que se ha generado en torno a ellos, ha permitido que muchos profesionales, entre ellos los de la psicología, las ciencias administrativas, del trabajo social y la educación, tomen en cuenta a los grupos en su desempeño profesional, ya sea a nivel de las intervenciones, como de las investigaciones que se efectúan en el ámbito clínico, socio-educativo y organizacional (Cartwright & Zander, 1999).

En nuestro país, existe un sinnúmero de intervenciones grupales, en los ámbitos antes señalados, tanto en el mundo público como en el privado, donde se utilizan múltiples técnicas grupales orientadas a conseguir el cambio de actitud de quienes participan en ellos.

Muestra de ello, en el ámbito socio-educativo y comunitario, es que tanto en América Latina como en Chile puede observarse cómo una serie de instituciones dedicadas a la Educación Popular han utilizado técnicas grupales destinadas a la concientización de los sectores desposeídos y marginales con respecto a sus problemas (Labra, s/f). En el ámbito clínico, en el sector público se ha intentado el abordaje de la depresión utilizando metodologías grupales (Ministerio de Salud, 2001). En consecuencia, la comprensión del fenómeno grupal y de las técnicas de intervención se convierte en una prioridad que deben ser integradas en forma intelectual, emocional y conductual por el futuro conductor y analista de grupo, el conocimiento de estos procesos y técnicas le permitirán tener una formación más completa en este campo. Así es que antes de seguir una especialización en los distintos ámbitos de intervención grupal, es necesario conocer los procesos grupales básicos a través de una metodología que utiliza el grupo experiencial como instrumento de aprendizaje, debido a que éste permite aumentar el nivel de compromiso y de implicación personal para el aprendizaje de nuevas destrezas y habilidades.

En los siguientes apartados se explicará en qué consiste el proceso de cambio de actitudes y el rol del pequeño grupo en este cambio. Posteriormente se señalarán algunas técnicas de intervención grupal usadas en dicho cambio. Finalmente se hará una descripción del T- Group o Grupo de Formación, como técnica utilizada en la adquisición

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de habilidades y conducción de grupos.2.2. Las Actitudes y el Cambio de Actitudes:

Según G. W. Allport (1935, citado en González, 1982, Pág. 64) “la actitud denota un estado neuropsíquico de disponibilidad para la actividad mental o física”, además “la actitud es un grado de afecto a favor o en contra de un objeto o un valor” y pueden considerarse como “procesos mentales individuales que determinan tanto las respuestas activas como las potenciales de cada persona en el mundo social”.

Las actitudes caracterizarían los modos particulares que tienen los sujetos de sintetizar significativa o valorativamente y en cada momento los múltiples tipos de información que proviene de su interior (pensamientos y emociones) y de su entorno social, con el objeto de orientarse en diferentes situaciones y así poder elegir, de entre los comportamientos posibles, aquellos que les resulten más adecuados para utilizar en un determinado contexto. (González & Cornejo, 1993)

Estos modos particulares de sintetizar y valorar lo que nos rodea, no se producen en un vacío social sino que son esquemas de pensamientos, sentimientos y conductas que se adquieren a través de grupos y se cambian en la interacción entre lo personal y lo interpersonal, como también entre lo intragrupal y lo intergrupal. Por lo tanto, esta interiorización de las actitudes va a estar influenciada por el estado psicosocial del grupo.

Una consecuencia de este proceso es que la generación de una nueva actitud pasa necesariamente por una nueva posibilidad de valoración del individuo y del grupo, pero debe ser primero aceptada por éste último y valorada por el individuo, sino la nueva actitud se rechazará.

Si los procesos de cambio y de innovación se producen principalmente en el grupo, es porque se trata precisamente de un proceso psicosocial que relaciona lo individual y lo social en una retroalimentación de ideas, pensamientos y sentimientos que permitirá al individuo ir interiorizando la experiencia que implica dicha actitud (González & Cornejo, 1993).

Si las actitudes se cambian, se debe a que se ha cambiado la valoración que se tenía de ellas. Si son acogidas por el grupo, éstas han de oponerse y/o complementar, con su nuevo valor a las preexistentes. De esta manera, las viejas actitudes pueden encontrar siempre elementos de contrastación de donde pueden surgir las nuevas (González & Cornejo, 1993).

“La actitud puede por lo tanto considerarse como una síntesis disposicional entre la valoración de la experiencia individual (necesidades y expectativas) y los valores del medio social en el que está inmerso el sujeto” (González & Cornejo, 1993, Pág. 219).

Las actitudes son importantes porque una vez generadas tienen un funcionamiento relativamente autónomo como sistema prefijado y simplificado de comprensión de la realidad social, lo que permite a la persona adaptarse a la complejidad y la diversidad del mundo. Sin embargo cuando las actitudes no cambian, este mecanismo se vuelve desadaptativo y distorsionador de la realidad.

“Si las actitudes no se modifican con cierta regularidad, adecuándose a los cambios de los contextos sociales, pueden convertirse en disfuncionales. Por ello, la apertura al cambio de actitud es un elemento indisociable de la propia funcionalidad de las actitudes, lo mismo que ocurre con los cambios en grupos” (González & Cornejo, 1993, Pág.220).

2.3. El Pequeño Grupo y el Cambio de Actitudes:Si bien la conceptualización que se ha hecho del grupo es variada y para los fines de

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este artículo, se centrará sobre el pequeño grupo, diferenciándolo del gran grupo, utilizando las características que señala D. Anzieu para el grupo pequeño o primario. Estas son:- Número reducido de miembros, de tal manera que cada uno de ellos pueda tener una percepción individualizada de cada uno de los otros, ser percibido recíprocamente por estos, y entre los cuales pueda producirse una gran comunicación interindividual.- Persiguen en forma activa los mismos objetivos, que se asumen como objetivos del grupo, que responden a diferentes intereses de los miembros y son valorizados por ellos.- Las relaciones afectivas pueden llegar a ser intensas entre los miembros, pudiendo constituirse subgrupos por afinidad.- Existe firme interdependencia de los miembros y sentimientos de solidaridad y a veces competencia.- Diferenciación de roles entre los miembros.- Constitución de normas, creencias propias del grupo.

Por lo tanto, “ al hablar de grupo pequeño, ponemos el acento en la dimensión numérica del grupo que permite a cada uno de sus miembros percibir a cada uno de los otros, reaccionar frente a él y ser percibido por él, sin prejuzgar acerca de la calidad afectiva de sus relaciones”(Anzieu, 1971, Pág. 25).

Estas características del grupo pequeño que facilitan al individuo interiorizar la cultura del lugar donde vive, provee de la posibilidad de establecer relaciones cara a cara, facilitando el mantenimiento de las actitudes desarrolladas, que también dotan al sujeto de una identidad, de sentimientos de pertenencia y de una carga de autoestima. Ejemplos de grupo pequeño o primario son la familia y el grupo de amigos, entre otros.

Fue K. Lewin, junto J. Moreno, quien inició los estudios sobre la dinámica de los grupos pequeños. Lewin concibe al grupo como un sistema de interdependencias y una totalidad dinámica. Sus hallazgos ponen en evidencia que es “más eficiente el cambio de actitudes en un grupo interactivo que en sujetos aislados”. Además plantea que existen influencias del comportamiento grupal sobre el comportamiento individual. Estos hallazgos permiten apoyar la importancia de realizar el proceso de aprendizaje en un contexto interactivo.

K. Lewin (1978) concibe el cambio de actitudes en tres fases:1. Descongelamiento del nivel presente: descomposición de las realidades (Fuerzas del aquí y ahora grupal)2. Desplazamiento hacia un nuevo nivel: configurado por el nuevo equilibrio de fuerzas resultantes de la interacción.3. Congelamiento de este nuevo estado (nivel) por el compromiso de los miembros del grupo.

Su concepto de la investigación - acción y los cambios efectivos que se realizaban en los grupos, provocó grandes expectativas de intervención para el cambio en situaciones de grupo, utilizando éste como un eficaz instrumento de cambio y aprendizaje y dando lugar al desarrollo de los llamados “grupos de laboratorios” (González & Cornejo, 1993, Pág.220).

Se debe recordar que los grupos son núcleos mediadores entre lo psicológico y lo social. En el grupo, se dan los procesos de interacción, identidad e influencia que están a la base de la formación, el mantenimiento y la posibilidad del cambio de actitudes.

Generalmente para realizar estos procesos de cambio y de aprendizaje se han

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utilizado como métodos los grupos interactivos o experienciales, que pueden ser de aprendizaje (T- Group o grupos operativos) o expresivos (Grupos de encuentro).

Propósito del grupo experiencialLos grupos experienciales tienen como propósito brindar un espacio donde las

personas que participan tengan la posibilidad de aprender a conocerse a sí mismos, a comunicarse con los otros y a expresar los sentimientos que vivencian. El grupo experiencial facilita un cambio contextual, un espacio diferente al habitual. Esta recontextualización facilita nuevas formas de expresión personal, y para que ésta se dé, es necesario que el grupo se caracterice por ser confiable, íntimo y confidencial. Esto no significa que no vaya a haber conflictos, ya que cuando las personas empiezan a conocerse aparecen las diferencias y estos se hacen visibles, siendo necesario que los conflictos se expresen en un clima grupal adecuado para poder enfrentarlos y solucionarlos. En definitiva el grupo permite que la persona desarrolle las habilidades y destrezas interpersonales necesarias para relacionarse más efectivamente con los demás para que posteriormente pueda utilizarlas en otras situaciones (Husenman, 1986). El grupo experiencial, también busca que sus miembros se beneficien de la experiencia en sí misma y de la reflexión sobre el comportamiento individual y grupal. Sin embargo, se debe tomar en cuenta que esto no garantiza el éxito total de quienes participan en él (Shaw, 1980; Sbandi, 1980; Huici, 1985). Los grupos experienciales, se caracterizan porque utiliza al grupo “…como vehículo común para el desarrollo del individuo (su grupo y/u organización) a través de una dinámica de aprendizaje común que pone énfasis en el proceso o en la comunicación de sentimientos” (Cooper, citado en Huici, 1985).

El grupo experiencial, ¿puede producir cambios en las personas y en sus relaciones?Rogers (1987) considera que la experiencia grupal intensiva influencia el

comportamiento individual y las relaciones entre los individuos. En relación a los cambios personales, Rogers señala: “ He visto a individuos que modifican mucho el concepto que tenían de sí mismos a medida que exploraban sus sentimientos en un clima de aceptación, y recibían una realimentación a la vez dura y tierna de los miembros del grupo que se interesaban por ellos", agrega que “ los individuos escogían un rumbo totalmente nuevo para sus vidas” …" A algunas personas la experiencia las deja intactas y no experimentan en el presente o en el futuro, ningún cambio significativo. Otras, que aparentemente no se comprometen en un grupo de esta naturaleza, manifiestan el cambio más tarde, en una forma de conducta muy interesante” (Pág. 79).

En cuanto a los cambios que se producen en las relaciones personales, comenta: “He conocido sujetos para quienes la experiencia significó un cambio milagroso en la intensidad de su comunicación con sus cónyuges y sus hijos. A veces logran compartir con ellos por primera vez sus auténticos sentimientos.” Además las personas “pudieron compartir su creciente proceso de toma de conciencia y arriesgarse a expresar sus sentimientos verdaderos - cariñosos y negativos - tan pronto como tomaron conciencia de estos… He visto a padres y madres que volvieron a sus hogares con capacidad para comunicarse por primera vez en muchos años con sus hijos” (Pág.80). Por último plantea que “ es justo decir que he visto a menudo cambios muy grandes en las relaciones de las personas, casi siempre constructivos, pero a veces también negativos desde un punto de vista social, aunque no necesariamente desde un punto de vista personal” ( Pág. 81).

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Perls (1991), señala que el grupo es fundamental para lograr el cambio en un trabajo psicoterapéutico, ya que no sólo se debe realizar una intervención individual en un contexto grupal, sino que se debe buscar la participación del grupo a través de la utilización de la retroalimentación, ya que el apoyo del grupo es fundamental para el desarrollo de la autoestima del individuo, para que aprecie sus logros, el nivel de autenticidad alcanzado y su nivel de vitalidad.

¿Por qué es importante una adecuada formación que conduzca a obtener especialistas en grupos?

La participación en un grupo de experiencia, implica movilizar en sus miembros aspectos intelectuales y emocionales, e influir sobre ellos, por lo que esta labor debe hacerse con responsabilidad. De ahí la importancia que los conductores y analistas de grupos tengan una sólida formación, para evitar que estos, según Rogers (1987), busquen un provecho personal, es decir, que el conductor privilegie sus propios intereses en lugar del crecimiento, la salud y el cambio constructivo de los participantes en la experiencia. Se persigue que, junto a la formación técnica, pongan un fuerte énfasis en los aspectos éticos que involucra su quehacer, por lo tanto que no haya una disociación entre lo profesional y lo ético.

Una adecuada preparación de los expertos en grupos conlleva la posibilidad de controlar real, aunque indirectamente (al favorecer el clima grupal), la conducta de grupo y la de sus miembros. Uno de los objetivos, es que el conductor aprenda a construir un clima grupal, que permita a los participantes sentir seguridad y confianza, para propiciar precisamente el surgimiento del poder del grupo y afirmar a cada uno de sus miembros en su poder personal (González & Vendrell, 1996).

Siendo tan relevante el grupo para el desarrollo de un individuo, se hace esencial que se formen especialistas en ellos. Por lo que se vuelve importante que estos expertos, desarrollen habilidades en manejo de grupos, desde una perspectiva psicosocial, en la que se intenta explicar y comprender los fenómenos que se producen al interior de un grupo o entre grupos como por ejemplo: liderazgo, normas, roles, conflictos intra e intergrupales, cooperación y competencia intra e intergrupales, diferenciación, discriminación, segregación, etc. Muchos de estos fenómenos son posibles aprender utilizando una metodología experiencial, que facilite la interacción de los participantes y haga posible vivenciarlos y analizarlos para explicar y comprender la conducta grupal. Esto les dará las herramientas básicas de intervención útiles en cualquier ámbito de su elección profesional como puede ser el clínico, socio-educativo y organizacional, desarrollado desde enfoques teóricos como: Psicodrama (Moreno, 1993), Terapia Gestáltica (Castanedo, 1990), Análisis Transaccional (Berne, 1995), Conductismo (Lazaruz, 1977), Psicoterapia corporal (Serrano, 1990), Psicoanálisis (Anzieu, 1971; Bion, 1990) y Centrado en la Persona (Rogers, 1987).

Una de las técnicas grupales que se han utilizado como instrumento de cambio y aprendizaje de los individuos, fundamentalmente en el ámbito de las relaciones humanas, ha sido el T- Group o Grupo de Formación. Este es un instrumento a través del cual los individuos pueden desarrollar habilidades de conducción y análisis de grupos a través del mejoramiento de las competencias interpersonales, además permite analizar los fenómenos grupales desde una perspectiva Psicosocial. Es necesario que este aprendizaje se realice en forma vivencial para que se produzca un cambio no sólo a nivel intelectual, sino también de sentimientos y conductas; es decir, provocar un cambio de actitud en los participantes.

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2.4. Las Técnicas de intervención Grupal usadas en el cambio de actitud:Existen diferentes técnicas de intervención grupal que se han utilizado para el

cambio de actitud, y que también han sido utilizados para el desarrollo de habilidades de conducción y análisis de grupos. Entre éstas tenemos la orientación sociométrica, la psicoanalítica y la interaccional. Además se tiene el enfoque Rogeriano y Lewiniano. Si bien estos últimos presentan semejanzas, la diferencia radica en que la orientación Rogeriana busca centrarse en la persona, en cambio el Lewiniano se centra en el proceso de grupo, asumiendo claramente una perspectiva psicosocial, aunque posteriormente se centró más en la persona que participa que en los procesos grupales (González & Vendrell, 1996).

Otras ventajas que tiene la técnica grupal de orientación Lewiniana y que en algunos casos comparten los otros enfoques teóricos se encuentran las siguientes:- La inestructuración de la situación grupal facilita la aparición de procesos grupales e

individuales que con técnicas más estructuradas se verían más disminuidos como por ejemplo la angustia y el miedo que puede generar una situación nueva. Las repuestas defensivas para poder manejar esa angustia, en síntesis, permite conocer las reacciones ante lo nuevo. Otra ventaja de la inestructuración es facilitar que el grupo se desarrolle naturalmente y no en forma artificial lo que permite acercarse más a lo que sucede en la realidad.

- Es el propio grupo el que se va construyendo a sí mismo, por lo tanto su memoria, su historia, sus normas, etc.

- El monitor ocupa un rol que permite que tanto él como los integrantes del grupo se hagan cargo de éste, lo que significa que todos, y no solamente el monitor, enfrenten los problemas y actúen para resolverlos ya sea experimentando e inventando nuevas soluciones. En esta tarea todos tienen la misma responsabilidad. Esto busca que la persona tome conciencia que su comportamiento influye en el desarrollo del grupo ya sea por lo que haga como por lo que deje de hacer.Por lo anteriormente señalado, la técnica que se describirá en este artículo será el T-

Group o Grupo de Formación que se utilizará como un medio para que los participantes del grupo desarrollen los conocimientos necesarios para conducir y analizar grupos, lo que proveerá a la persona de las herramientas necesarias para tomar conciencia de su propia participación en grupos como de los fenómenos que se producen al interior de un grupo o entre grupos, lo que le facilitará su desempeño profesional al obtener una comprensión de lo que sucede en el grupo y así orientar adecuadamente la intervención.

2.4.1 El Grupo de Formación en la adquisición de habilidades de análisis y conducción de grupos.

Según Bradford, Gibb y Benne, (1975), el T-Group o Grupo de Formación “es un grupo relativamente inestructurado en que los individuos participan ... Los datos son las transacciones entre los miembros, su propia conducta en el grupo, conforme tratan de crear una organización, una sociedad en miniatura, y conforme trabajan para apoyar el aprendizaje mutuo dentro de esa sociedad".

El grupo de formación se caracteriza por desarrollarse en una situación inestructurada y ambigua, en que los controles habituales existentes en otros grupos desaparecen y la experiencia del grupo y de sus miembros, conforme se va produciendo, se convierte en el material a partir del cual se realiza inductivamente el aprendizaje, acerca del funcionamiento de los grupos y de las personas en los grupos, pudiendo dicho aprendizaje

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generalizarse a otras situaciones.Esta forma de concebir el aprendizaje posee un importante potencial práctico para el

manejo de los problemas humanos ya que considera las diferentes estrategias existentes al interior de un grupo para abordarlos, pudiendo provocar un aprendizaje personal y/o un cambio en el grupo (y en las organizaciones). Además puede brindar una comprensión teórica acerca de los procesos humanos y sociales de aprendizaje y cambio lo que proveerá de una comprensión de los fenómenos propios de la Psicología de los Grupos (Schein y Bennis, 1980).

En los Grupos de Formación se aprende a partir de un análisis de nuestras propias experiencias en grupo y de valorar la propia experiencia más que lo que pueda decir o no un experto. Cada participante es un investigador de su propia conducta grupal y la de los otros y en esto radica el aporte de los grupos de formación para desarrollar competencias en la conducción y análisis de grupos (González & Vendrell, 1996; Schein & Bennis, 1980).

Características de los T-Group o Grupo de Formación:Si bien es difícil caracterizar un T-Group o Grupo de Formación, se pueden señalar ciertos aspectos que los definen, como los siguientes:1- La tarea principal del T-Group consiste en crear oportunidades de aprendizaje que se dan

a través del intercambio de retroalimentación entre sus miembros.2- No tiene un líder oficial, ni reglas fijas de funcionamiento (aunque sí algunas mínimas).

Todo depende del grupo, incluido el monitor: el decidir qué es lo que se hará y cómo aprender mejor de esta experiencia. La inestructuración en un Grupo-T, significa para los participantes enfrentarse a una situación informal, no hay un plan a seguir y el liderazgo formal es mínimo. Esto suele ir en contra de las expectativas que tienen los miembros respecto a una situación de desconcierto y frustración. Este tipo de inestructuración junto con la existencia de una atmósfera permisiva, da las bases para comenzar un Grupo-T, lo que posibilita a los participantes la expresión y solución de tensiones existentes. La inestructuración facilita que el miembro del grupo aprecie la ineficacia de sus mecanismos adaptativos interpersonales, ya que las reglas del juego del Grupo - T son diferentes de la vida real, que es bastante estructurada. En el grupo no le sirven al participante ni su posición social, ni sus símbolos externos de posición, etc.

La inestructuración tiene como función principal romper los marcos de referencia tradicionales del participante, e impulsar al grupo hacia una forma propia de expresión y descubrimiento de las relaciones humanas, en función de la propia vivencia.

3- El rol del monitor consiste en facilitar el aprendizaje del grupo, creando para ello un clima de confianza que permita la experimentación de los participantes. Para esto el monitor desempeña un triple rol. Primero siendo observador de la forma en que participan los miembros del grupo; luego como miembro, expresando ocasionalmente sus impresiones para aportar los datos necesarios, sobre todo cuando el grupo está analizando sus reacciones con él o está tratando temas en los que él está implicado; y por último, como fuente de recursos, sugiriendo, o proponiendo medios para la recolección de datos y su estudio de manera que puedan ser utilizados eficazmente para el aprendizaje.

El monitor intenta influir indirectamente sobre el grupo y sus miembros, ya que confía que la influencia provenga de las exigencias objetivas y poderosas de la situación misma tal y como ésta se va desarrollando. Al mismo tiempo intenta no estorbar el normal desarrollo y funcionamiento del grupo. El monitor buscará evitar que el grupo se

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centre en él y favorecerá, desde el primer momento, la interacción múltiple entre los participantes. Su función consistirá en estimular los procesos de realimentación entre los miembros del grupo. (Vendrell, 1996, en González & Vendrell).

4- El grupo trata de aprender de su propia conducta, centrándose para ello en el "aquí y ahora" de la experiencia grupal, más que discutir problemas externos al grupo o del “allá y entonces”; en este último la realidad está referida al fue, a lo que ya ocurrió, o al futuro, al querer ser, no existiendo una unidad de referencia y de experiencia en todos los miembros.

En el grupo de formación se enfatiza, en cambio, aquella conducta que proporcione una experiencia común al grupo, que sirva como un referente propio del grupo. Lo que resulta común a todos los miembros del grupo es estar compartiendo el mismo clima y la misma situación. Los logros del pasado no son importantes. La experiencia del “ aquí y ahora”, es una experiencia juvenil, inmadura, y muy rica emocionalmente, que valora la vivencia y no la historia. El grupo debe crear su propia historia a partir de su vivencia común (Husenman, 1986).

5- El propio grupo se va creando a sí mismo, va definiendo su organización y normas de funcionamiento. El grupo actúa como una estructura reguladora de la conducta individual. El poder de regular la conducta individual debe ser creado por ellos. La aparición de normas reguladoras es función de la existencia de una cohesión entre los miembros.

Todas estas características actúan como factores facilitadores del cambio de actitud a través del grupo experiencial, para alcanzar los objetivos del Grupo- T.

¿Cuáles son los Objetivos del Grupo- T que facilitarían el desarrollo de habilidades de conducción?a. El primero se refiere a Aprender cómo aprender, en relación al conocimiento a sí

mismo y de los demás en la situación de interacción grupal. Con este objetivo se busca desarrollar una mayor conciencia del impacto que provoca el propio comportamiento sobre los demás, es decir, se trata de aprovechar las reacciones de los individuos del grupo como retroalimentación del propio comportamiento.

b. El segundo objetivo es Aprender a dar ayuda. Esto quiere decir que los miembros del grupo pueden solicitar y utilizar la retroalimentación sobre su propio comportamiento a la vez que ayudan a los demás a hacer lo mismo.

c. Finalmente se encuentra el Mejorar la participación eficaz. Los individuos que participan en un T-Group, a medida que van comprometiéndose con la situación grupal, aprenden a dar y a aceptar la influencia mutua. Esto permite crear las condiciones para mejorar el conocimiento acerca de sí mismos y de los demás y también de los procesos de aprendizaje y de los procedimientos más adecuados para ayudar a los otros a aprender.

Los objetivos planteados por Bradford (1975) pueden tener los siguientes efectos sobre las personas en general, y particularmente en aquellos que quieran desempeñarse profesionalmente conduciendo y analizando grupos: Tener mayor conciencia de sus propios sentimientos y de los sentimientos de los demás. Tener mayor conciencia de la complejidad de los procesos de comunicación. Tomar conciencia y aceptar las auténticas diferencias entre las necesidades, los

objetivos y la manera de enfocar los problemas de cada uno de sus miembros.

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Tener mayor conciencia de su propio impacto sobre los demás. Tener mayor conciencia de la manera en que funciona el grupo y de cuales son las

consecuencias de ciertos tipos de acción grupal que constituyen un aprendizaje más eficaz.

III) Conclusión

Gracias a la mayor conciencia en todas estas áreas, surge la posibilidad del cambio de actitudes. El individuo puede así desarrollar nuevas actitudes con respecto al proceso de aprendizaje, con respecto a sí mismo, a los demás y a los grupos. Este cambio de actitud facilita el surgimiento de nuevas conductas y de una mayor competencia en el trato con los demás. Los principales resultados del aprendizaje, por lo tanto, consisten en una mayor conciencia que se traduce en una mayor competencia interpersonal cuando se conducen grupos y se analizan procesos de grupos.

En este sentido los grupos de experiencia y en particular el grupo – T, resulta un adecuado instrumento de cambio y aprendizaje de actitudes tanto a nivel conductual, afectivo y cognitivo. Es por ello relevante que el conductor de grupo cuente con la formación necesaria para facilitar grupos que tengan por objetivo el cambio de actitudes a nivel personal, interpersonal, grupal y organizacional y en los diferentes ámbitos de intervención psicológica, educativa, salud y de administración, permitiendo que los profesionales de la psicología o de estas áreas o ámbitos puedan adquirir las herramientas necesarias para intervenir grupalmente.

IV) Bibliografía.

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