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2 Fascículo www.hsbnoticias.com DE BOGOTÁ para Manual La Paz LOS MÁS GRAVES ERRORES MARCO JURÍDICO COSTOS DE LA GUERRA Y LA PAZ SOLUCIÓN DE LA CONFRONTACIÓN POSTCONFLICTO Y CUMPLIMIENTO DE LOS ACUERDOS CONVOCATORIA A ASAMBLEA CONSTITUYENTE X XI XII XIII XIV XV para Manual La Paz Por Ricaurte Losada Valderrama* *Ex Senador de la República, Analista, Investigador. n el Fascículo Uno presen- tamos a nuestros lectores el viernes pasado una sín- tesis introductoria de los nueve pri- meros grandes temas del Manual. En este les entregamos el resu- men de los siguientes seis Capí- tulos y el inicio del desarrollo del I -LA NECESIDAD DE LA PAZ-, refe- rido al primer punto del diagnósti- co sobre los principales problemas que deben corregirse, no sólo para conseguir la paz, sino para elevar la calidad de vida de todos los co- lombianos. E

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Segundo Fascículo del Manual para la Paz. Un especial de quince temas que El PERIÓDICO DE BOGOTÁ entrega a sus lectores los días viernes, donde su autor, el analista político Ricaurte Losada Valderrama, ilustra los intentos realizados en búsqueda de la paz, hasta llegar al actual, promovido por el Presidente Juan Manuel Santos. "Para que una paz sea duradera y estable, debe ser una conquista de todos, o por lo menos de la gran mayoría. Por ende, debemos prepararnos para contribuir a hacerla posible"

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LOS MÁS GRAVES ERRORES

MARCO JURÍDICO

COSTOS DE LA GUERRA Y LA PAZ

SOLUCIÓN DE LA CONFRONTACIÓN

POSTCONFLICTO Y CUMPLIMIENTO DE LOS ACUERDOS

CONVOCATORIA A ASAMBLEA CONSTITUYENTE

X

Xi

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Xiii

Xiv

Xv

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Por Ricaurte Losada Valderrama*

*Ex Senador de la República, Analista, Investigador.

n el Fascículo Uno presen-tamos a nuestros lectores el viernes pasado una sín-

tesis introductoria de los nueve pri-meros grandes temas del Manual.

En este les entregamos el resu-men de los siguientes seis Capí-

tulos y el inicio del desarrollo del I -LA NECESIDAD DE LA PAZ-, refe-rido al primer punto del diagnósti-co sobre los principales problemas que deben corregirse, no sólo para conseguir la paz, sino para elevar la calidad de vida de todos los co-lombianos.

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X. LOS MÁS GRAVES ERRORES

Como se recuerda en el Manual, el con-flicto es inherente a las relaciones hu-manas y sólo se perpetúa cuando se le da mal manejo. Es lo que ha sucedido en Colombia.

En consecuencia, en este Capítulo se hace referencia a algunos de los más graves errores cometidos durante el con-flicto, que por ende, lo han perpetuado.

Entre ellos se encuentran, el descuido del Estado, el bombardeo de la Uribe, el ejercicio exclusivo de poder coactivo del Estado, durante muy largos períodos; la masacre de la Unión Patriótica, la Zona de Distensión y el diálogo en la guerra, la silla vacía, el Frente Nacional, la falta de decisión política y de política de Es-tado; la indiferencia y la equivocación en el caso del periodista Roméo Langlois.

Además, se ha permitido que la gue-rra haya hecho que el Estado y la socie-dad desistan de la paz negociada y se ha cometido el error de dialogar con la guerrilla fortalecida.

XI. MARCO JURÍDICO

Para la solución de la guerra también es indispensable tener presente el marco jurídico, a fin de utilizar los mecanismos previstos en él, tanto en el campo interno como en el internacional, para saber qué cambios se deben hacer en materia cons-titucional y legislativa, y para que se so-liciten las reformas indispensables en el derecho internacional, a efecto de que no sólo el país disponga del régimen jurídico conveniente que sirva como instrumento eficaz para la solución del conflicto, sino que, a su vez, lo tenga la comunidad in-ternacional.

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Como el conflicto es fundamentalmente rural, al resolverlo, el desarrollo del campo contribuiría a la solución de la crisis alimentaria mundial.

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Además porque no puede ser igual el régimen jurídico aplicable en períodos de normalidad al que debe existir en una eta-pa de conflicto y de transición a la paz.

Del régimen jurídico se destacan las

bases constitucionales, el denominado marco jurídico para la paz, el Derecho Internacional Humanitario, los jueces de paz, la amnistía y el indulto, la ley de or-den público, la ley de justicia y paz, la restitución de tierras, la extradición como mecanismo de cooperación internacional, el Estatuto de Roma, la insurgencia y la beligerancia, el Sistema Interamericano y el Sistema de las Naciones Unidas como pilares en la búsqueda de la paz y la se-guridad internacional.

XII. COSTOS DE LA GUERRA Y LA PAZ

Por las razones que se exponen en este Capítulo, es imposible calcular objeti-vamente qué le ha costado la guerra al país.

Es lo primero tener bien presente que entre los factores y hechos que determi-nan el costo de la guerra se encuentra uno imposible de medir y calcular. Es el referido a las irreparables pérdidas humanas, en razón a que es imposible asignarles precio; únicamente se puede calcular lo que una persona produciría, dependiendo de factores tales como su formación y el tiempo probable de vida, pero esta es una medición absolutamen-te incompleta en razón a que la vida no tiene precio. Colocárselo, es cuando me-nos una desfachatez que implica un bur-do reconocimiento de la brutalidad.

Aunque difícil, a diferencia del costo de la guerra, es posible saber con ma-yor objetividad cuál es el costo de la paz, el cual es muy alto, pero inmensamente menor al de la guerra. Entre ellos se en-cuentran los relacionados con la restitu-ción de tierras y la reforma agraria; los referidos a la reparación de las víctimas, la recomposición del tejido social y del contrato social, los costos por efecto de

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Entre los factores y hechos que determinan el costo de la guerra se encuentra uno imposible de medir y calcular. Es el referido a las irreparables pérdidas humanas.

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la desmovilización y reinserción de los guerrilleros, así como por llegar a la ver-dad y guardar la memoria.

XIII. SOLUCIÓN DE LA CONFRON-TACIÓN

Como se ha expresado, la paz será po-sible si se crean condiciones reales para conseguirla, es decir, haciéndonos con-sientes de su necesidad. Por lo tanto, re-pasando y entendiendo los antecedentes del conflicto y sus causas. También te-niendo presente que la paz implica llevar a cabo un proceso a corto, mediano y lar-go plazo que incluye entender y propiciar las condiciones para lograrla, así como las consecuencias de la confrontación, desterrando, o por lo menos reduciendo a su mínima expresión la corrupción como causa y consecuencia del conflicto.

Pero, además, será posible la paz si entendemos las caracterizaciones de la guerra; la manera como el planeta se ha globalizado y, por ende, la mayor inci-dencia que existe de la comunidad inter-nacional en su solución, así como los gra-ves errores cometidos; el marco jurídico que se debe utilizar, el costo de la guerra y de la paz, el post-conflicto, el cumpli-miento de los acuerdos y la necesidad de convocar una asamblea constituyente que refrende los acuerdos y les otorgue

mayor legitimidad y garantías para su cumplimiento.

Pero, además de todo lo anterior, es in-dispensable emplear adecuadamente el poder y la autoridad del Estado y dialo-gar y hacer acuerdos no solo con las Farc sino con los dos actores restantes del conflicto: el Ejército de Liberación Nacio-nal y las Bacrim.

XIV. POSTCONFLICTO Y CUMPLI-MIENTO DE LOS ACUERDOS

Para llegar a la paz, una vez pactada, es necesario, entre varias cosas, seguir teniendo mucha tolerancia para que ella perdure y para concretarla efectivamente en el post-conflicto y en la refrendación de los acuerdos a través de su cumplimien-to, así como que el Estado y la sociedad se ocupen acuciosamente de enfrentar los altos niveles de criminalidad que se presentan y otras expresiones violentas propias de este período.

De otra parte, en el post-conflicto y en la refrendación y ejecución de los acuer-dos también es necesario el seguimiento y ejecución de los programas de reinser-ción; generar polos de desarrollo para las zonas de conflicto y avanzar en el post-conflicto antes de pactar la paz, en-tre otros aspectos esenciales.

XV. CONVOCATORIA A ASAMBLEA CONSTITUYENTE

Aunque se viene afirmando por el pro-pio Gobierno, y particularmente por el Presidente de la República, que una vez pactados los acuerdos con la guerrilla no será necesaria la convocatoria de una asamblea constituyente, sí lo es, pues los temas que con ellos se van a deci-dir son bien trascendentes y, en conse-cuencia, lo más conveniente es que ellos sean refrendados por el constituyente primario, con lo cual el proceso culmina-ría con mayor legitimidad y compromiso de todos de hacerlo realidad efectiva, pues de otra manera, al ocurrir hechos nuevos, como por ejemplo, un cambio de gobierno, podría incumplirse lo pactado, circunstancia que traería consecuencias nefastas para la paz, hasta llegar de pronto a poner término a los acuerdos.

Pero, además de la refrendación del pueblo de los acuerdos de paz, hay mu-chos otros motivos que justifican y hacen necesaria una asamblea constituyente. Entre ellos se encuentran, la expedición de una nueva Constitución o de una re-forma integral a la misma; la enmienda a la justicia, que está comprobado, no la hace el Congreso y la reforma de esta Institución, así como la revisión del orde-namiento territorial que, entre otros as-pectos, le dé a las regiones la categoría de entidades territoriales.

I. NECESIDAD DE LA PAZ

Las relaciones humanas, a todos los ni-veles, y por lo tanto, nacionales e inter-nacionales, giran en torno de la paz y de la guerra. La primera es vida; la segun-da, desolación, destrucción y muerte.

Por lo tanto, una de las primeras ne-

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cesidades del ser humano es la paz y, en consecuencia, buscar todo aquello que asegure la tranquilidad, el sosie-go y la convivencia, pues la violencia y las guerras han sido el hilo conductor de las sociedades, es decir, su cons-tante. También lo ha sido la búsqueda de la paz para lograr el bienestar indi-vidual y colectivo.

Entonces, en el caso colombiano, amén de la convivencia, y como requi-sito para encontrarla, prioritariamente se necesita generar conciencia en el mayor número de colombianos, ojalá en todos, sobre las inconmensurables ventajas de la paz que parten de lo más importante, sin lo cual, para qué lo demás: la protección y garantía a la vida. A falta de este derecho fun-damental, entre los esenciales, no tie-nen razón de ser los restantes, pues es elemental que todos dependen de ella.

Michel Serres ha escrito con esta lógica: “debemos de-cidir la paz entre nosotros para salvaguardar

el mundo y la paz con el mundo a fin de salvaguardarnos”.

Uno de los fines esenciales del Estado es garantizar la vida y la seguridad de de las personas -artículo 2º de la Carta Política y el artículo 22 del mismo Esta-tuto, preceptúa que la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento.

A la paz se refieren también de ma-nera directa los artículos 67 y 95 del mismo Estatuto Superior, los cuales preceptúan, respectivamente, que la educación debe formar en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia y que son deberes de la persona, respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios; defender y difundir los derechos humanos como fundamento de la convivencia pacífica y propender al logro y mantenimiento de la paz.

Para conseguir la paz contribuye en-tonces, además de tener en cuenta

el diagnóstico de nuestros males y sus soluciones, no perder de

vista que ella es la priori-dad más importante del

país, por lo cual, se rei-tera, EL PERIÓDICO DE BOGOTÁ hace un aporte a los colom-

bianos para repasar en unos casos y enten-der en otros el grave problema y de esta ma-nera quedar en condi-ciones de aportar a su solución y de legitimar el proceso de diálogo y negociación.

En este Capítulo también se incluye la invitación a los lectores a elaborar su propio Manual, así sea en algunos casos de manera rudimentaria, como mecanismo de concientización para llegar a la paz, pues ésta implica un proceso que compete a todos.

Se hace referencia también a la exis-tencia del conflicto casi permanente como medio adicional para generar conciencia social sobre la necesidad de la paz.

Stanley Mchrystal, quien fue el co-mandante de Estados Unidos en Afga-nistán, ha expresado algo elemen-tal para tener en cuenta siempre en Colombia: que la guerra es el fracaso de la política, en el sentido de no ser capaces de resolver un problema sin ella. En consecuencia, hay que volver a la política.

1. DIAGNÓSTICO

Entre los problemas más graves del país se encuentran, la lacerante in-justicia, una exagerada concentración de los medios de producción y la abe-rrante desigualdad, que generan ex-clusión, y por lo tanto, violencia. Ade-más, se destacan, la corrupción, el narcotráfico y la falta de compromiso de sus dirigentes para sacar al país adelante.

El primer problema es el más preocu-pante, pues además de los estragos que causa la injusticia, la naturaleza humana la detesta y de sus diversas formas y manifestaciones se derivan la mayoría de nuestros males restan-tes. En consecuencia, somos de las naciones del planeta donde más se violan los derechos humanos.

La paz es sinónimo de vida. Por lo tanto, de esperanza, particularmente para los niños y jóvenes.