Fascículo X

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En este Fascículo se termina el tema de la desigualdad como generadora de conflicto y violencia. Por ello se hace re- ferencia a algunos aspectos sobre cómo combatirla. Con el anterior tema se finaliza en- tonces la síntesis que el PERIÓDICO ha presentado a sus lectores sobre la injusticia institucional y material como generadoras de violencia. Por ello, an- tes de empezar el tema de los antece- dentes del conflicto se hace hincapié en que una paz real, estable y duradera se consigue con redistribución. C. CÓMO COMBATIR LA DESIGUAL- DAD El papel del Estado en el desarrollo 10 Fascículo www.hsbnoticias.com para Manual La Paz para Manual La Paz Por Ricaurte Losada Valderrama* *Ex Senador de la República, Analista, Investigador. Como de la educación parte todo, es indispensable ampliarla y mejorarla. Lo grave no es que haya alta calidad de vida para unos pocos, sino que los demás no la tengan. de mecanismos para enfrentar la des- igualdad es fundamental. Entre los as- pectos en los que se debe trabajar para combatirla se encuentran, hacer más realidad la prioridad del gasto público social, tema tratado en Los Errores del 91, mantener y aumentar el crecimien- to económico, el cual lleva de la mano un mayor ingreso per-cápita, así como ampliar la educación y mejorar su cali- dad. Se ha incrementado la cobertura pero la intensidad horaria está lejos de la que tienen los países desarrollados. Y es necesario también combatir la de- serción escolar. Además de la restitución de tierras se impone como uno de los mecanismos eficaces contra la desigualdad una re- forma agraria estructural e integral, te- mas estos que se abordan adelante. De otra parte, se combate la desigual- dad aboliendo el deterioro de los sala- rios; apenas el 27 por ciento de los tra- bajadores ganan más de dos salarios mínimos mensuales. Se impone un sa- lario justo, acabando las grandes des- igualdades en ellos, donde unos ganan demasiado, otros, muy poco, y muchos otros, nada. También hay que hacer una reforma tributaria que de cumplimiento al man- dato constitucional estableciendo un sistema progresivo que grave los gran- des capitales para disponer de recur- sos a propósito de financiar el gasto social, y cancelar, por lo menos parte de la inmensa deuda social con la gran mayoría de colombianos, pero, por su- puesto, en líneas generales se combate la desigualdad extirpando las causas que la han generado, a las cuales ya se hizo referencia. A manera de conclusión sobre la in- justicia material -concentración de la riqueza y desigualdad-, no puede ol- vidarse que estas, entre sus muchas consecuencias, aumentan la pobreza, LOSADA Valderrama Ricaurte, Los Errores del 91, Págs. 185,186,187. 1 1

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Décimo Fascículo del Manual para la Paz. Un especial de quince temas que El PERIÓDICO DE BOGOTÁ entrega a sus lectores los días viernes, donde su autor, el analista político Ricaurte Losada Valderrama, ilustra los intentos realizados en búsqueda de la paz, hasta llegar al actual, promovido por el Presidente Juan Manuel Santos. "Para que una paz sea duradera y estable, debe ser una conquista de todos, o por lo menos de la gran mayoría. Por ende, debemos prepararnos para contribuir a hacerla posible".

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En este Fascículo se termina el tema de la desigualdad como generadora de conflicto y violencia. Por ello se hace re-ferencia a algunos aspectos sobre cómo combatirla.

Con el anterior tema se finaliza en-tonces la síntesis que el PERIÓDICO ha presentado a sus lectores sobre la injusticia institucional y material como generadoras de violencia. Por ello, an-tes de empezar el tema de los antece-dentes del conflicto se hace hincapié en que una paz real, estable y duradera se consigue con redistribución.

C. CÓMO COMBATIR LA DESIGUAL-DAD

El papel del Estado en el desarrollo

10Fascículo

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Por Ricaurte Losada Valderrama*

*Ex Senador de la República, Analista, Investigador.

Como de la educación parte todo, es indispensable ampliarla y mejorarla.

Lo grave no es que haya alta calidad de vida para unos pocos, sino que los demás no la tengan.

de mecanismos para enfrentar la des-igualdad es fundamental. Entre los as-pectos en los que se debe trabajar para combatirla se encuentran, hacer más realidad la prioridad del gasto público social, tema tratado en Los Errores del 91, mantener y aumentar el crecimien-to económico, el cual lleva de la mano un mayor ingreso per-cápita, así como ampliar la educación y mejorar su cali-dad. Se ha incrementado la cobertura pero la intensidad horaria está lejos de la que tienen los países desarrollados. Y es necesario también combatir la de-serción escolar.

Además de la restitución de tierras se impone como uno de los mecanismos eficaces contra la desigualdad una re-forma agraria estructural e integral, te-mas estos que se abordan adelante.

De otra parte, se combate la desigual-dad aboliendo el deterioro de los sala-rios; apenas el 27 por ciento de los tra-

bajadores ganan más de dos salarios mínimos mensuales. Se impone un sa-lario justo, acabando las grandes des-igualdades en ellos, donde unos ganan demasiado, otros, muy poco, y muchos otros, nada.

También hay que hacer una reforma tributaria que de cumplimiento al man-dato constitucional estableciendo un sistema progresivo que grave los gran-des capitales para disponer de recur-sos a propósito de financiar el gasto social, y cancelar, por lo menos parte de la inmensa deuda social con la gran mayoría de colombianos, pero, por su-puesto, en líneas generales se combate la desigualdad extirpando las causas que la han generado, a las cuales ya se hizo referencia.

A manera de conclusión sobre la in-justicia material -concentración de la riqueza y desigualdad-, no puede ol-vidarse que estas, entre sus muchas consecuencias, aumentan la pobreza,

LOSADA Valderrama Ricaurte, Los Errores del 91, Págs. 185,186,187. 1

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propiciada por distintos factores y en Co-lombia agravada por el conflicto armado.

3. PAZ CON REDISTRIBUCIÓN

El verdadero desafío para alcanzar la paz es terminar con la pobreza, la mi-seria, la desigualdad y la injusticia, por-que hace rato el país debió entender que mejor propósito que acabar con los ricos, es terminar con la pobreza. Recordemos a Jonh F. Kennedy, cuando dijo que si una sociedad libre no puede ayudar a sus mu-chos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos.

El problema colombiano no es la falta de riqueza. Lo que sucede es que hay mu-cha pobreza por falta de una equitativa distribución. Es decir, en nuestra eco-nomía hay fracaso redistributivo debido fundamentalmente al modelo económico, arropado en lo social, pero contrario al interés social.

Debe tenerse presente que aunque la economía ha crecido en porcentajes acep-tables, el crecimiento económico por sí solo no reduce la pobreza en sociedades como la nuestra, donde hay mucha des-igualdad, porque las personas que están en la base de la pirámide, que son como nueve millones bajo línea de indigencia, no tienen las competencias para benefi-ciarse del crecimiento y el modelo econó-mico los excluye de esta posibilidad.

En consecuencia, hay que cambiar el modelo económico para que se pueda complementar la ruta indirecta del creci-miento económico con la ruta directa: lle-var oferta social efectiva. Si se es analfa-beta, por ejemplo, así crezca la economía y se creen muchos puestos, no se van a aprovechar esas posibilidades.

Sin embargo, este tema no se desa-rrolla más en este lugar, en razón a que esa es la razón esencial de este Manual, sin dejar, eso sí, de tener en cuenta aquí

que por la insensata violencia que azota al país, es la primera necesidad de Co-lombia, pero para hacerla realidad es necesario cumplir unas condiciones que se presentan posteriormente, y entre las cuales se encuentran, la derrota al narco-tráfico y un nuevo sistema y modelo eco-nómico, con el cual se combata la injusti-cia, la miseria, la pobreza y la exclusión.

En todo caso, aunque tarde, es hora de la paz y a través de ella delinear un nue-vo futuro. Lo contrario, la continuidad de la guerra sería imperdonable para la gue-rrilla y para el establecimiento. Por ende, para el Estado, del cual seguiría siendo víctima toda la sociedad.

II. ANTECEDENTES DEL CONFLICTOEl siguiente gran tema del Manual es el

referido a los antecedentes del conflicto, dentro del cual se hará referencia a los siguientes aspectos:

1. ANTECEDENTES PREVIOS

A. LA GUERRA PERMANENTE B. EL ASESINATO DE GAITÁNC. LA DIMENSIÓN TERRITORIAL Y EL AISLAMIENTOD. LA FALTA DE ESTADO

2. ANTECEDENTES CONCOMITAN-TESA. EL MODELO ECONÓMICOB. EL FRENTE NACIONALC. ENFRENTAMIENTO ARMADO Y DIÁLO-GOD. DIPLOMACIA POR LA PAZ Y POR LA GUERRAE. EL ACUERDO CON EL M-19F. EL MANDATO POR LA PAZ G. LA CICLOTIMIAH. EL TERRORISMO I. LA DESMOVILIZACIÓN DE ETAJ. EL CONFLICTO ISRAEL-PALESTINA

Uno de nuestros flagelos, que genera graves consecuencias, es que hay mucha pobreza por falta de una equitativa distribución.

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lombianas, la extensión del territorio, su difícil geografía, el abandono y aisla-miento del mismo y la existencia de una democracia para pocos.

A. LA GUERRA PERMANENTE

El despunte de los tres últimos siglos que corresponden a los 200 años de vida republicana nos han llegado en guerra. El siglo XIX con la guerra de independencia y las guerras provinciales, el siglo XX con la guerra de los mil días y el XXI con la actual.

Las relaciones humanas oscilan entre la guerra y la paz, con predominio de la primera, hasta el punto que la humani-dad, y no sólo Colombia, han vivido casi en guerra permanente.

La historia registra incontables conflic-tos armados de dimensiones y proporcio-

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3. ANTECEDENTES PREVIOS Y CONCOMITANTES A. DEMOCRACIA PARA POCOSB. LA INJUSTICIA, LA CONCENTRACIÓN DE LA RIQUEZA Y LA DESIGUALDAD

Para entender mejor por qué Colombia está en guerra, así como su desenvolvi-miento y las razones por las cuales ella no se ha terminado, hacemos referencia a unos antecedentes del conflicto arma-do de los más importantes, unos previos o anteriores a su iniciación, algunos pos-teriores y concomitantes a él, y otros pre-vios y concomitantes a la vez con los más de sesenta años de conflicto.

1. ANTECEDENTES PREVIOS

Entre los antecedentes previos al con-flicto se destacan la guerra casi perma-nente del ser humano y las guerras co-

nes diferentes de acuerdo a muy distintas coyunturas que parten incluso de la pre-historia. También, por muy variadas razo-nes de orden político, religioso, por poder, territorios y muchas otras causas, como de la que se registra entre los años 2200 a 2130 antes de Cristo, entre los Guti y los Sumerios; siguiendo con ellas hasta llegar a la actualidad en que hay veinti-dós conflictos armados en igual número de países, pasando entre tantas, por la guerra de Troya en 1260, continuando con las guerras médicas: 492-490, 480-478 y 468-449, prosiguiendo con la Inva-sión Gala a Roma en el 390, llegando a las Guerras Púnicas 218-202, entre Roma y Cartago, siguiendo con la Guerra de las Galias -58 a 51, todas antes de Cristo, y luego, la invasión de los Hunos a Europa en el año 350 después de Cristo.

Más adelante, entre los tantos conflic-tos armados, se encuentra la Guerra de los Cien Años -1337-1453-, es decir, dura 116 años y se llevó a cabo por los reyes de Francia e Inglaterra. Su propósito era feudal.

Otro entre los tantos ejemplos que pue-den recordarse lo constituye la Primera Guerra Mundial -1914-1918-, llamada así porque fue el primer conflicto que implicó a más de la mitad del mundo, debido al imperialismo de las potencias de enton-ces, donde murieron más de diez millo-nes de personas.

La Segunda Guerra Mundial -1939-1945-, la más sangrienta de todas, donde murió más del dos por ciento de la pobla-ción, es decir, más de sesenta millones de personas, gestada desde la Primera Gue-rra Mundial. Sus consecuencias aún nos afectan.

La Guerra Fría -1945-1985-, que ha sido el enfrentamiento ideológico más destaca-do de la historia entre las dos superpo-

La humanidad, y no sólo Colombia, han vivido casi en guerra permanente.

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La guerra la padecemos desde la invasión de España, con el llamado descubrimiento, que acabó con el sosiego y traumatizó la cultura nativa.

tencias de entonces: Estados Unidos y la URSS, luego de finalizada la Segun-da Guerra Mundial, por el predominio del capitalismo y del socialismo que ter-minó en la Perestroika de la URSS y en su disolución. En estricto sentido este período osciló entre la guerra y la paz; se trataba de un tiempo marcado por la disuasión.

La Guerra de Vietnam -1964-1975-, entre Vietnam del sur, y Vietnam del norte, apoyados, el primero por Estados Unidos y el segundo por la URSS que culminó con la derrota de los primeros y la primera derrota militar de la actual superpotencia unipolar.

La Guerra del Golfo Pérsico -1990-1991-, o simplemente guerra del Golfo, es el nombre que se le dio al conflicto entre Irak y una unión de naciones lide-rada por Estados Unidos.

La Guerra contra el Terrorismo -2001 a la actualidad-, que más que una gue-rra, es una campaña que da origen a guerras, iniciada principalmente por Estados Unidos con otras potencias y miembros de la OTAN. Su fin es elimi-nar a los grupos terroristas que exigen a través de la fuerza, poder político y religioso.

Además ha habido revoluciones con repercusiones universales que han pro-ducido violencia armada, como la Re-volución Rusa -1917-, o revolución Bol-chevique, debida a que desde antes del siglo XV en Rusia existía un régimen za-rista que fue derrocado, y la Revolución Francesa -1789-1799-, que marca uno de los hitos más importantes de la his-toria universal al proclamar la Declara-ción de los Derechos Humanos.

Pero, por supuesto, los anteriores ca-sos son apenas unos ejemplos, pues

como lo saben los lectores, la guerra en el universo ha sido permanente. En nuestros apuntes de clase de derecho internacional recordamos que las rela-ciones internacionales cobijan dos áreas diferentes y opuestas: la paz y la gue-rra y ellas no se pueden escapar a este dualismo en razón a que el conflicto es inherente a las relaciones humanas. Es por esto que el papel que juega el poder político en las relaciones internacionales es determinante, pues en ellas inciden factores y hechos de toda índole, pero este es como la síntesis de todos ellos.

Al respecto, Harold Guetzkow recuerda que “…la incesante búsqueda del hombre por liberarse del yugo de la guerra debe ser guiada por una teoría básica y ade-cuada de las relaciones internacionales”, agregando que “…El camino más seguro y rápido hacia la paz mundial es de carácter indirecto: la elaboración paciente, a través de los años, de una teoría básica de rela-ciones internacionales. A partir de esta teoría pueden surgir soluciones nuevas, y nunca antes consideradas, para poner un alto a las guerras y guiar las relaciones internacionales por un sendero pacífico”.

Las relaciones internacionales cobijan dos áreas diferentes y opuestas: la paz y la guerra y ellas no se pueden escapar a este dualismo.

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John A. Vasquez, Relaciones Internacionales, el pensamiento de los clásicos, Edit. Limusa, 2ª reimpresión. México, 2.000, Pág. 101.

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