Fascículo IX

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Iniciando el año el Periódico reanuda su contribución a los lectores terminando en este Fascículo del Manual la síntesis de la concentración de la riqueza y abordan- do la mayor parte de la de desigualdad, como factores generadores de exclusión, y por ende, de conflicto y violencia. G. CONCENTRACIÓN DE LAS OPRTU- NIDADES Concentrados los medios de comunicación, la tierra, el sector financiero, la industria, y en general, la riqueza, se han concentrado también las oportunidades, con limitaciones en todos los campos, pues quienes no tienen medios para producir y únicamente pueden hacer uso y vender su fuerza de trabajo, se encuentran en desventaja con los que los po- seen, y quienes a ésta situación se encuen- tran avocados, no pueden acceder a la edu- cación, y los que lo hacen, no la tienen de igual calidad en relación con quienes tienen los medios económicos necesarios, o tenien- 9 Fascículo www.hsbnoticias.com para Manual La Paz para Manual La Paz Por Ricaurte Losada Valderrama* *Ex Senador de la República, Analista, Investigador. El desempleo, como el empleo informal, son otras causas, también generadoras de desigualdad y de concentración de oportunidades. La falta de educación, como su baja calidad, son motivos principales generadores de desigualdad y mecanismos de concentración de oportunidades. do capacidad para desempeñarse, por ejem- plo, en ciertos cargos, sobre todo de impor- tancia, no tienen capacidad para competir. Hay ligados entonces una serie de he- chos que hacen aumentar de manera constante las diferencias, y por lo tanto, la concentración de oportunidades. Pertinentes las afirmaciones del ex pre- sidente López Michelsen: “...la partera de las revoluciones populares puede ser por igual la excesiva pobreza o la riqueza mal distribuida, (...) porque las bonanzas no son menos explosivas que la miseria, si no se las sabe tratar.” Y Carlos Caballero Argáez, recuerda al sociólogo Juan Linz, en cuanto a que los problemas insolubles de un régimen son con gran frecuencia la obra de sus élites. 2. LA DESIGUALDAD La desigualdad -expresión de injusti- cia material-, sumada a la injusticia de la propia justicia, es decir, la injusticia insti- tucional, y a su al alto grado de impuni- dad, que en ocasiones ronda hasta el 99 por ciento, generan un panorama sombrío con consecuencias integrales demasiado preocupantes sobre la vida y el desarrollo del país. Además, el aumento de las desigualda- des en el mundo recae en Colombia con especial intensidad porque aquí el modelo neoliberal se ha aplicado a rajatabla. El país tiene una estructura productiva inequitativa y hay baja generación de em- pleo -el desempleo es el más alto del con- tinente- y estos factores son generadores de desigualdad. Y de la globalización ¿Qué?, El Tiempo, 5 de octubre de 1997, Pág. 5 a. 1 1

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Noveno Fascículo del Manual para la Paz. Un especial de quince temas que El PERIÓDICO DE BOGOTÁ entrega a sus lectores los días viernes, donde su autor, el analista político Ricaurte Losada Valderrama, ilustra los intentos realizados en búsqueda de la paz, hasta llegar al actual, promovido por el Presidente Juan Manuel Santos. "Para que una paz sea duradera y estable, debe ser una conquista de todos, o por lo menos de la gran mayoría. Por ende, debemos prepararnos para contribuir a hacerla posible".

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Iniciando el año el Periódico reanuda su contribución a los lectores terminando en este Fascículo del Manual la síntesis de la concentración de la riqueza y abordan-do la mayor parte de la de desigualdad, como factores generadores de exclusión, y por ende, de conflicto y violencia.

G. CONCENTRACIÓN DE LAS OPRTU-NIDADES

Concentrados los medios de comunicación, la tierra, el sector financiero, la industria, y en general, la riqueza, se han concentrado también las oportunidades, con limitaciones en todos los campos, pues quienes no tienen medios para producir y únicamente pueden hacer uso y vender su fuerza de trabajo, se encuentran en desventaja con los que los po-seen, y quienes a ésta situación se encuen-tran avocados, no pueden acceder a la edu-cación, y los que lo hacen, no la tienen de igual calidad en relación con quienes tienen los medios económicos necesarios, o tenien-

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Por Ricaurte Losada Valderrama*

*Ex Senador de la República, Analista, Investigador.

El desempleo, como el empleo informal, son otras causas, también generadoras de desigualdad y de concentración de oportunidades.

La falta de educación, como su baja calidad, son motivos principales generadores de desigualdad y mecanismos de concentración de oportunidades.

do capacidad para desempeñarse, por ejem-plo, en ciertos cargos, sobre todo de impor-tancia, no tienen capacidad para competir.

Hay ligados entonces una serie de he-chos que hacen aumentar de manera constante las diferencias, y por lo tanto, la concentración de oportunidades.

Pertinentes las afirmaciones del ex pre-sidente López Michelsen: “...la partera de las revoluciones populares puede ser por igual la excesiva pobreza o la riqueza mal distribuida, (...) porque las bonanzas no son menos explosivas que la miseria, si no se las sabe tratar.” Y Carlos Caballero Argáez, recuerda al sociólogo Juan Linz, en cuanto a que los problemas insolubles de un régimen son con gran frecuencia la obra de sus élites.

2. LA DESIGUALDAD

La desigualdad -expresión de injusti-

cia material-, sumada a la injusticia de la propia justicia, es decir, la injusticia insti-tucional, y a su al alto grado de impuni-dad, que en ocasiones ronda hasta el 99 por ciento, generan un panorama sombrío con consecuencias integrales demasiado preocupantes sobre la vida y el desarrollo del país.

Además, el aumento de las desigualda-des en el mundo recae en Colombia con especial intensidad porque aquí el modelo neoliberal se ha aplicado a rajatabla.

El país tiene una estructura productiva inequitativa y hay baja generación de em-pleo -el desempleo es el más alto del con-tinente- y estos factores son generadores de desigualdad.

Y de la globalización ¿Qué?, El Tiempo, 5 de octubre de 1997, Pág. 5 a. 1

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Pero en Colombia hay también una muy elevada informalidad con una organiza-ción macroeconómica que presiona los sa-larios por debajo de la productividad y pro-picia la especulación y las altas ganancias del capital, donde los ingresos del trabajo bajan respecto al producto nacional, la bre-cha entre trabajadores calificados y no cali-ficados se amplía, las ganancias de capital se disparan y las transferencias son inca-paces de compensar los daños de la es-tructura productiva, lo cual contradice las concepciones clásicas predominantes que predicen que los efectos inequitativos del mercado se pueden compensar con transfe-rencias menores de ingresos y que después de cierto nivel el progreso físico reduce las desigualdades.

Además, la estructura productiva induci-da por el modelo económico resulta en des-igualdades crecientes y las políticas asis-tencialistas únicamente alivian la pobreza, no la resuelven.

Como en Colombia están concentrados

los medios de producción y las decisiones políticas, se impone brindar oportunida-des que posibiliten una redistribución del ingreso y de la riqueza, y a través de ello, una real democratización económica y po-lítica.

Los desequilibrios generados por la glo-balización, y por ende, por el modelo eco-nómico, han aumentado en todo el mundo, pero en latinoamérica y Colombia son ma-yores, pues en este sector del planeta el mayor crecimiento desigual deteriora más la distribución del ingreso, lo que hace que la mayoría sobreviva pero no viva. No se ha entendido, por la miopía de las élites, que la política social está unida a procesos de distribución del ingreso, y aquí, antes que redistribuir, lo que ha habido es mayor con-

centración de la riqueza, los ingresos y las oportunidades.

En consecuencia, en Colombia los ultra millonarios son un pequeño grupo que repre-senta el 0.001 por ciento de la población. La consultora Wealth-X, llegó a la conclusión en el año 2012, que ellos son 900, de un total de 185.795 en el mundo, con un patrimonio superior a 30 millones de dólares, es decir, unos 53.280 millones de pesos.

En materia de inequidad Colombia se comporta casi como Haití y Angola, es decir, como uno de los tres países más injustos del mundo, y por lo tanto, con los niveles más

altos de desigualdad. Y ésta es expresión de injusticia material, que sumada a la injus-ticia de la justicia, en razón, por ejemplo, al alto grado de impunidad que en ocasiones ronda hasta el 99 por ciento, generan un panorama sombrío que tiene consecuencias integrales demasiado preocupantes.

Concentrados los medios de producción y el ejercicio político, se impone la necesidad de brindar oportunidades que posibiliten una redistribución del ingreso y de la rique-za y a través de ello una real democratiza-ción económica y política.

A. LAS CAUSAS

Entre las causas más importantes de la desigualdad se encuentran la vigencia a ra-jatabla del sistema capitalista que por defi-nición es inequitativo y la aplicación de su modelo económico neoliberal y varios otros factores, también determinantes, sobre los cuales se harán a continuación unas breves consideraciones.

La inequidad en Colombia es aberrante, hasta el punto que somos el tercer país más desigual del mundo.

Como en Colombia están concentrados los medios de producción y las decisiones políticas, se impone brindar oportunidades que posibiliten una redistribución del ingreso y de la riqueza.

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República debiera revisar su política centrada en el control a la inflación por el impacto en el empleo que constituye la principal fuente de ingreso de los hogares en los que se refleja una distribución demasiado desigual.

Y el mismo proceso de concentración eco-

nómica a través de estos factores acentúa la desigualdad gradualmente, pues la gran ma-yoría de los salarios generan una muy escasa capacidad de compra, y por ende, constantes asimétricas. Es un mecanismo similar al juego de monopolio.

La desigualdad también es propiciada por una ineficiente e inadecuada educación y por falta de ella. Los marginados no tienen compe-tencias para conseguir trabajo y para benefi-ciarse del crecimiento económico. Además, el modelo económico y social los excluye de esta posibilidad; hay una gran brecha en educación: la escolaridad es muy diferente en los ricos que en los pobres y de ella parte todo.

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a. EL MODELO ECONÓMICO

El modelo económico neoliberal limita la ca-pacidad de servicio del Estado a favor de los más necesitados, pues lo reduce en renglones vitales como los servicios públicos esenciales, los cuales, estando en sus manos, le permi-tirían ejercer con las utilidades de los mismos una política redistributiva y no la angustia de hoy en tantos hogares de que estando privati-zados, sus tarifas han sido elevadas de mane-ra exagerada en detrimento del patrimonio fa-miliar y a favor del aumento de la desigualdad.

Además, como consecuencia de la aplica-ción del modelo neoliberal se presenta la ven-ta indiscriminada del patrimonio público y de un proceso generalizado de privatización, que como se dijo, ha contribuido, y de qué manera, a la concentración de la riqueza, además de so-cializar pérdidas y privatizar ganancias.

b. OTROS FACTORES DETERMINANTES

De igual manera, la desigualdad es produci-da por la concentración de dos de los factores de producción: la tierra y el capital, y como con-secuencia, de la concentración del ingreso.

Así mismo, otra causa a destacar, propicia-toria de la desigualdad, es la existencia de un sistema tributario regresivo que contribuye a ampliar las diferencias, desconociendo que la base de la equidad está en los tributos, parti-cularmente en los impuestos y en el cual hay beneficios tributarios para sectores que no lo requieren y que generan desigualdad.

También contribuyen a generar desigualdad el desempleo y los salarios exageradamente bajos para la gran mayoría y extremadamen-te altos para unos pocos, ambos con graves consecuencias sobre el ahorro y la inversión, claves para generar riqueza, y por ende, de-sarrollo. Sobre este particular el Banco de la

La desigualdad no permite, además, el au-mento del consumo básico en gran escala y ge-nera sesgos en materia política y económica. Ella ha golpeado a Colombia en toda su histo-ria, pero la distribución empeoró por reformas económicas como la apertura.

Finalmente, entre las causas más sobresa-lientes de la desigualdad se encuentra el nar-cotráfico, tema que se tratará en este Manual al hacer referencia a las causas del conflicto.

En general, las oportunidades se han limita-

La pobreza, entre muchas consecuencias, genera desigualdad.

La desigualdad también es propiciada por una ineficiente e inadecuada educación y por falta de ella. Los marginados no tienen competencias para conseguir trabajo y para beneficiarse del crecimiento económico.

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El narcotráfico, amén de tantas consecuencias que produce, genera también concentración, y por lo tanto, desigualdad.

do en exceso, no sólo por la concentración de la propiedad de los medios de produc-ción, sino en razón a que se reemplazaron los monopolios públicos por monopolios privados.

De otra parte, el Estado está diseñado para favorecer intereses privados. El inte-rés privado y el interés general se encuen-tran refundidos. Como consecuencia, en Colombia el poder económico incide más en el poder político; aquí corrientemente se confunden.

Lo anterior muestra que al existir unos factores de inequidad como los menciona-dos, es porque hay en la sociedad colom-biana y en su política económica un claro fracaso redistributivo, lo cual está corro-borado en el hecho de que el 10 por cien-to más pudiente, es decir, 4.6 millones, posee el 45 por ciento de la riqueza. Si se le suman los segundos más ricos -nue-ve millones-, concentran el 61 por ciento. Esto quiere decir que todos los demás, 33 millones, únicamente tienen acceso al 39 por ciento de la riqueza.

B. CONSECUENCIAS Las consecuencias de la desigualdad son

muchas: el aumento de la pobreza y la mi-seria: aproximadamente uno de cada seis colombianos vive bajo la línea de indigencia, si se mide por ingreso. El 45 por ciento son pobres y el 16 por ciento pobres extremos.

La desigualdad también genera menor crecimiento económico; por ende, poco de-sarrollo, y en general, ineficiencia econó-mica. Así mismo, posibilita la permanen-cia y el aumento de la violencia, menos productividad y competitividad, y como consecuencia de todo esto y de muchos otros factores, una mayor concentración de los medios de producción en unos po-cos, así como la monopolización del sec-tor privado y el aumento progresivo de la concentración de la riqueza y de la in-equidad, pues se reitera, el Estado actúa favoreciendo intereses privados, como ha acontecido con las privatizaciones gene-ralizadas.

La desafortunada conclusión es que con la desigualdad todos perdemos y también la democracia. Parodiando a Sti-glitz, esta se reduce a un peso, un voto, y no, un ciudadano un voto.

Según el Programa de Naciones Uni-das para el Desarrollo -PNUD-, informe del año 2011, sólo hay más desigualdad en Haití y Angola. Esta es una compa-ración deprimente por la grave situación de pobreza, desigualdad y miseria de esos países, el primero de los cuales es inmensamente pobre y el segundo rico para pocos, como Colombia.

La desigualdad de que se habla en este informe se mide mediante el coefi-ciente de Gini, que establece la forma en que se distribuyen los ingresos o el con-sumo entre los individuos u hogares. La tasa promedio de crecimiento anual del Índice de Desarrollo Humano -IDH-, ha mostrado un comportamiento hacia el de-terioro en la medida en que entre 1980 y 2001, fue de 0,83 por ciento, mientras que para el período 1990-2011 fue de 0.85. Actualmente es de 0.710.

La desafortunada conclusión es que con la desigualdad todos perdemos y también la democracia. Parodiando a Stiglitz, esta se reduce a un peso, un voto, y no, un ciudadano un voto.

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