Detectar Falacias en Textos Argumentativos

8

Click here to load reader

Transcript of Detectar Falacias en Textos Argumentativos

  • 1. MODELO DE REGLAS PRAGMADIALCTICAS PARA DETECTAR

    FALACIAS EN TEXTOS ARGUMENTATIVOS

    Niveles Nivel 1 Nivel 2 Nivel 3 Nivel 4 Nivel 5

    REGLAS CARACTERSTICAS DE LA ESTRUCTURA ARGUMENTATIVA

    A.

    ACEPTABILIDAD

    ARGUMENTATIVA

    La proposicin

    se basa en la

    descalificacin

    de las personas

    y no en el

    anlisis crtico

    de las ideas.

    La proposicin

    no se

    argumenta y

    se acepta

    como si fuese

    un axioma, sin

    que sta llegue

    a serlo.

    La proposicin

    se argumenta;

    pero con el uso

    deFalacias ad

    Elenchi y

    de otrasFalacias

    de Atingencia.

    La proposicin

    se argumenta;

    pero se parte de

    Falacias de

    Ambigedad.

    La proposicin se

    argumenta de

    manera crtica,

    lgica y

    analgica, sin

    apoyarse en

    Falacias, en

    Sofismas, en

    Entimemas

    aparentes, ni en

    Paralogismos.

    B. COMPETENCIA

    ARGUMENTATIVA

    Y PENSAMIENTO

    ANALGICO-

    CRTICO

    No se usan

    argumentos

    lgicos, sino

    violencia

    verbal e

    insultos en el

    debate.

    Se afirman

    proposiciones;

    pero no se

    argumentan.

    La proposicin

    se argumenta;

    pero de manera

    inadecuada.

    Se realiza un

    razonamiento

    deductivo

    adecuado; pero

    falta que

    clarifique

    crticamente los

    conceptos

    fundamentales

    de la premisa

    de partida.

    Se realizan

    razonamientos

    deductivos,

    abductivos,

    transductivos,

    analticos,

    lgicos,

    analgico-

    crticos,

    reflexivos e

    inductivos, en

    los que se

    argumenta

    adecuadamente.

    2.

    ESQUEMA RETRICOPAR

    A ANALIZAR TEXTOS

    ARGUMENTATIVOS

    SUJETOS PASIVOS EN EL

    DISCURSO

    SUJETOS

    CRTICOS

    DEL

    DISCURSO

    NIVEL ARGUMENTATIVO

    Y DISPOSITIO

    (CATEGORA) RETRICA

    DEL TEXTO

    NIVELES 1, 2, 3 y 4 NIVEL 5

    (PTIMO

    E IDEAL)

    EXORDIO Plantea la tesis

    inadecuadamente.

    Introduce la

    tesis de

    manera

    pertinente.

    NARRACIN No ejemplifica la tesis, ni argumenta algunas proposiciones que da por sentadas.

    Usa

    ejemplos de

    la vida

    cotidiana

    para

  • argumentar

    la Tesis y

    relaciona de

    manera

    pertinente

    varias

    proposicione

    s de manera

    crtica,

    lgica y

    analgica.

    ARGUMENTOS Se apoya en Falacias (Entimemas Aparentes)

    y hace un uso estratgico del discurso: sus

    razones no son convincentes, ni persuasivas.

    Presenta

    razones que

    no se basan

    en Falacias

    ni en

    Sofismas,

    sino en

    Estrategias

    Discursivas

    Efectivas

    (Entimemas

    Reales).

    PERORACIN El texto termina en punta: no se concluye, ni se

    valida la tesis planteada.

    Sintetiza de

    manera

    pertinente la

    tesis y las

    razones

    principales

    que la

    validan.

    3. ANLISIS DE TEXTOS ARGUMENTATIVOS Y DE PROPOSICIONES

    DESDE LA LGICA MODAL Aristteles, en el contexto de la Grecia Clsica, plantea una lgica silogstica y deductiva que tiene como funcin distinguir tres categoras: lo verdadero, lo falso y lo verosmil; de las dos primeras se encarga la Lgica; mientras que de la verosimilitud se ocupan la Lgica Dialctica y la Retrica, a travs del silogismo llamado entimema8. En el Segundo Tratado de Lgica, l sugiere algunas proposiciones modales que indagan en torno a lo posible y a lo necesario (lgica altica); a lo cognoscible mediante conceptos y especies (lgica epistmica); a lo imposible (lgica doxstica); a lo contingente (lgica bulomayeica y lgica dentica). Estas lgicas -escritas entre parntesis- son las 5 categoras que la actual Lgica Modal usa para explicar Falacias Informales, Sofismas y Paralogismos en el lenguaje cotidiano, ya que de las Falacias Formales como la falsa disyuncin se encargan las Matemticas Discretas, en la siguiente grfica se puede

  • apreciar en qu se diferencian las Falacias Formales de las No Formales (ya sean de atinencia o de ambigedad). En este sentido, las diferencias que estableci Aristteles entre Falacias y Paralogismos an se mantienen en la actualidad en el Anlisis Crtico del Discurso, porque cuando quien habla sabe que usa una Falacia ya no es un Paralogismo, sino que perfila y pone a prueba una posible estrategia discursiva denominada: mentira. La Falacia Informal de Atingencia se da cuando se concluye algo errneo de dos o de ms proposiciones, as stas sean emprica o tericamente verdaderas; en el siguiente ejemplo se pueden notar los umbrales entre una Falacia Informal de Atingencia y un Paralogismo.

    Proposicin 1: El misgino es aquel que odia a las mujeres.

    Proposicin 2: Schopenhauer escriba algunas ideas misginas.

    Conclusin: Schopenhauer era homosexual.

    La anterior conclusin es falaz, porque es una inferencia errnea, as surja de dos

    premisas que son verdaderas y que se pueden comprobar conceptualmente. De las

    anteriores proposiciones pueden surgir tambin Falacias ad Hminem como la

    siguiente: Schopenhauer (fornicaba) poco. Y si lo haca, fijo que era pagando. As que le

    tena que echar la culpa a las (mujeres) en lugar de al verdadero culpable: ese HORROR

    de peinado que luca. Es muy comn interpretar el pensamiento de alguien y suponer

    que ste nace de algn trauma en su vida privada, por ello se cae en doxas fcilmente

    cuando no se puede probar un rumor que poco o nada aporta al anlisis sistemtico y

    epistemolgico de conceptos.

    Ahora bien, si la persona que expres el anterior silogismo sabe que es falaz y su

    interlocutor (a) le cree, entonces se da la Estrategia Discursiva de la mentira; pero si

    cree que su proposicin es verdadera, pese a que en realidad sea una Falacia, entonces -

    as se la crea su interlocutor (a) o no- se da un Paralogismo; no obstante, la lgica

    aristotlica, la lgica de predicados y la lgica proposicional tienen como funcin analizar

    los valores de verdad de las proposiciones independientes del contexto, en tanto que son

    lgicas formales que analizan las premisas en el tiempo presente del modo indicativo; en

    cambio, La lgica modal tiene como tarea analizar las proposiciones desde los verbos a

    partir de sus tiempos y de espacios, por ello Falacias como la siguiente le competen a ella

    y no a las lgicas formales.

    Proposicin 1: quien es uribista no piensa.

    Proposicin 2: Jos Obdulio Gaviria es uribista.

    Conclusin: Jos Obdulio Gaviria no piensa.

  • El anterior caso no es una Falacia por su forma, ni por su procedimiento deductivo de

    razonamiento, sino porque la proposicin 2 pretende ser un axioma y no una hiptesis

    que se rija por la Lgica Modal que depende de las relaciones contextuales como espacio

    y tiempo, ya que hoy da es cierto convencionalmente que Jos Obdulio Gaviria es

    uribista e idelogo del uribismo; pero l en su poca de juventud- no era uribista, de

    hecho era considerado un hombre de izquierda que tena afinidades con el socialismo y

    con el comunismo. Igualmente, la proposicin 1 tambin pretender ser axiomtico, ya que

    no se define qu es el pensamiento en este caso, ni por qu ese conjunto llamado

    uribistas se les define como seres no pensantes.

    Obviamente, la proposicin 2 en este momento es verdadera en el sentido convencional y

    contextual e igualmente la conclusin es vlida en tanto que surge de la conexin lgica

    entre ambas proposiciones; sin embargo, la proposicin 1 puede considerarse una Falacia

    de partida, ya que antes de concluir que Jos Obdulio Gaviria no piensa, es pertinente

    definir de qu tipo de pensamiento se habla y cules son los criterios epistemolgicos

    para afirmar que dicho conjunto tampoco piensa.

    Por otro lado, vale decir que si se invierte el contenido de la Falacia anterior queda de la

    siguiente manera:

    Proposicin 1: quien es antiuribista no piensa.

    Proposicin 2: Piedad Crdoba es antiuribista.

    Conclusin: Piedad Crdoba no piensa.

    Se puede ver que sigue siendo una Falacia Ad hminem, de esto se podra concluir que la

    Lgica Modal tambin es una forma, es una estructura que pese a explicar los

    contenidos segn las variables espacio/temporales- tambin se separa del contenido

    como lo hacen las lgicas formales. De ah que el lmite de lgicas formales e informales

    sea muy similar, a pesar de que ambas tienen muy claras sus estructuras, ya que la lgica

    proposicional es binaria; mientras que la lgica modal es tridica y se encarga de explicar

    contenidos difusos. En este sentido, el Sofisma se determina por la lgica binaria y no

    tanto por la lgica modal, ya que su anomala semntica se da por un error causado por la

    ley aristotlica de la contradiccin excluyente. Esta situacin se evidencia en el siguiente

    ejemplo:

    Proposicin 1: Jess es el nico hijo de Dios (segn el Credo).

    Proposicin 2: Todos somos hijos adoptados de Dios (segn la Biblia).

    Conclusin: Jess y todos somos hijos de Dios.

  • La primera proposicin se contradice con la segunda de manera inexorable, por tanto,

    cualquier conclusin que se saque ser un Sofisma; no obstante, en la Biblia se dice que

    Jess es el hijo por excelencia de Dios, en 1 Juan 4:9, por ejemplo; pero por otra parte, se

    dice -en Efesios 1:5- que los seres humanos son hijos adoptados de Dios por obra y

    gracia de Jesucristo; sin embargo, esta aclaracin no subsana las contradicciones entre

    el Credo y la Biblia Judeocristiana, porque unArgumentum Tu quoque bastara para

    reducir dicho silogismo al absurdo, pese a que desde la Lgica Modal se le interprete

    como un argumento doxstico que no obedece a presupuestos epistmicos,

    nialticos. Por lo tanto, en el siguiente numeral se mostrarn las Falacias Informales de

    Atingencia y de Ambigedad ms comunes en el discurso ordinario.

    La Falacia ad hominem o Falacia ad personam se da cuando se critica a la otra persona y

    no a sus argumentos; por ejemplo: las teoras de Michel Foucault son falsas y

    dogmticas, porque l es un dbil homosexual. Es cierto que Foucault era un

    homosexual declarado; pero es errneo concluir de ello que, por tanto, sus teoras son

    falsas.

    La Falacia Ad hminem circunstancial presupone que nunca hay objetividad, neutralidad e

    imparcialidad. sta se puede vislumbrar en algunos debates deportivos cuando un

    comentarista le dice al otro: no se haga el neutral, porque usted tcitamente defiende los

    intereses de tal equipo. En la poltica y en la religin tambin se da en el instante que se

    dice: si no ests conmigo, ests contra m.

    La Falacia ad verecundiam se da cuando un interlocutor cree que una premisa es

    verdadera slo porque la dice una autoridad en la materia; una muestra de ello es cuando

    en la Edad Media se crea que la tierra era el centro del universo, simplemente porque

    Aristteles lo haba planteado y no porque hubiese demostracin cientfica de dicha

    hiptesis.

    La Falacia Ad populum se puede percibir cuando un expositor dice: Uribe es el mejor

    presidente de Colombia, porque el pueblo lo dice; asimismo se da en el instante que un

    orador afirma: todos los negros y los indgenas son razas inferiores, porque la mayora de

    la gente lo dice.

    La Falacia ad baculum se basa en creer que lo dicho por los ms fuertes fsica o

    polticamente siempre es lo verdadero: Hugo Chvez tiene ms que razn que lvaro

    Uribe, porque su voz suena duro y con ms autoridad. Tambin se da cuando una

    persona recurre a la fuerza fsica y gracias al miedo de su interlocutor (a)- logra

    MANIPULAR y ya NO PERSUADIR su punto de vista.

    La Falacia ad crumenan consiste en afirmar que un argumento es verdadero, porque lo

    dijo una persona rica econmicamente. ste ha sido algo comn en nuestra en sociedad

    antioquea; por ejemplo, cuando un narcotraficante deca: todo en la vida es dinero.

    Este absolutismo era tomado por cierto (an hay gente que lo considera como tal).

  • La Falacia ad ignorantian se da cuando una persona intenta argumentar en torno a un

    tema que desconoce y se equivoca por desconocimiento, por eso trata de probar que algo

    es verdadero o falso slo porque no se ha demostrado lo contrario; una muestra de ello,

    se puede apreciar en las discusiones teolgicas y metafsicas entre creyentes y

    ateos en donde cada uno intenta probar que su verdad es universal, en tanto que no se

    ha mostrado su falsedad. Por ello le tira la carga de la prueba a la otra persona siendo l

    quien acus de falsa la proposicin de su contrincante.

    La Falacia ad ego se da cuando alguno de los interlocutores cree que tiene la razn slo

    porque l lo dijo. sta se percibi en un debate que sostuvo Uribe Vlez con un estudiante

    universitario de la Guajira, en el cual el presidente colombiano expres que l era el

    presidente y, por ende, sus planteamientos eran argumentum ad iuditiun, es decir, justos;

    en cambio, los del muchacho eran falaces porque estaban en defensa del terrorismo. Este

    tipo de falacia es comn en los personajes polticos pblicos en Colombia.

    La Falacia ad moris se asemeja al argumentum ad personam; pero enfatiza en la

    descalificacin moral de la otra persona, por tanto, no hay preocupacin por criticar sus

    ideas, sino su reputacin moral. Otra vez Uribe Vlez: con terroristas no se negocia, hay

    que derrotarlos militarmente.

    La Falacia ad patra presupone cierta xenofobia, ya que se cree que una premisa es

    verdadera slo porque la dijo un compatriota; una muestra de ello fue cuando Maximiliano

    Robespierre, lder de los jacobinos en la Revolucin Francesa, dijo que se debe asesinar

    a todos los enemigos de la libertad Muchos de sus compatriotas le creyeron. Esta

    falacia presupona que los revolucionarios franceses estaban obligados a ser libres.

    La Falacia ad pater es cuando el padre de familia cree que tiene la razn, porque l es

    quien manda en la familia, sta Falacia se trabaja mucho desde el psicoanlisis; pero no

    para definirla como tal, sino para mostrar las relaciones de poder que ejerce la funcin

    paterna en un sujeto.

    La Falacia ad novitatem se da en el instante que se cree que lo nuevo siempre es lo

    mejor. Este tipo de argumentos se vuelven falaces ms que en todo en las concepciones

    progresistas; por ejemplo: no hagan bombas atmicas, acten como hombres modernos

    y civilizados.

    La Falacia ad antiquitatem es muy similar al Ad Pater; pero ocurre especialmente cuando

    una persona cree que tiene la razn simplemente porque tiene mayor edad que su

    interlocutor; una muestra de ello es el siguiente enunciado: mijo, yo ya tengo 40 aos, su

    msica es mala, usted lo sabr cuando tenga mi edad.

    La Falacia ad consequentiam parte del siguiente supuesto demaggico si se hace o se

    expresa determinada accin o idea, sta necesariamente traer efectos negativos; una

    muestra de ello fue cuando el poder teocrtico en la Edad Media predicaba: fuera de la

    Iglesia no hay salvacin. Otro ejemplo se puede apreciar en el discurso de algunos

  • polticos. les prometo que si no me eligen, nunca habr paz. Estas premisas estn

    destinadas siempre a un futuro utpico o distpico", por ello quienes las interpretaron

    como verdades absolutas construyeron Falacias.

    La Falacia ad metonyma sucede cuando se confunden los efectos con las causas de un

    fenmeno en la argumentacin; por ejemplo: en Colombia hay violencia, porque existen

    las FARC-EP Antes de la existencia de las FARC hubo nueve guerras civiles y miles

    de muertos por las disputas por la religin, las regiones y por la riqueza entre

    conservadores, liberales, federalistas y centralistas. Con esta argumentacin se puede

    observar que dicho grupo guerrillero es producto de un conflicto sociohistrico; el

    desconocimiento de l constituye una falacia por la confusin entre consecuencia y

    causa.

    La Falacia Tu quoque (se usa con la frmula T tambin) radica en creer que lo dicho

    por el otro es falso, slo porque se contradijo respecto a lo que haba expresado en otra

    ocasin, sin tener en cuenta que hay contradicciones que son paradjicas y que por ello

    no son necesariamente errneas; una muestra de ello, es cuando alguien dijo que la

    siguiente premisa era falsa: tuve que estar loco para haber estudiado Filosofa; pero tuve

    que estar cuerdo para haber hecho una Historia de la locura(Michel Foucault). Si se lee la

    obra completa de este pensador francs se puede apreciar que esa premisa tiene

    sentido.

    La Falacia de anfibologa se da cuando las formas de puntuacin y las sintaxis generan

    varios sentidos en las proposiciones y en las palabras. En los siguientes ejemplos se ver

    claramente cmo opera dicha Falacia de ambigedad.

    CASO 1

    a. Se busca persona intil presentarse sin referencias.

    b. Se busca persona, intil presentarse sin referencias.

    En el anterior ejemplo, "a" sugiere que la persona que se requiere es intil y que no

    necesita referencias; en cambio, "b" da a entender que la persona no es intil, sino que

    se requiere que se presente con referencias.

    CASO 2

    a. Once Caldas derrot 2-1 a Boyac Chic en su estadio... (En el estadio de quin de

    Once Caldas o de Boyac Chic).

  • b. Once Caldas, en su estadio, derrot 2-1 a Boyac Chic. (Ah, ahora s s en dnde fue

    el partido).

    CASO 3

    a. Los policas fueron detenidos por maleantes... Los 12 policas son los maleantes o

    unos maleantes detuvieron a los 12 policas?

    b. Las autoridades detuvieron a 12 policas, stos ha sido acusados de ser

    maleantes... (Ahora s veo quin es el agente y quin es el paciente de la accin de

    detener...)

    En ltima instancia, F. H. van Eemeren y R. Grootendorst, en su estudio pragma-

    dialctico de la argumentacin (1992) clasifican las Falacias en la etapa de la

    confrontacin, en la distribucin de los roles de la discusin, en la representacin de los

    puntos de vista, en la eleccin de los medios de defensa, en el tratamiento de las

    premisas implcitas, en la utilizacin de los puntos de partida, en la utilizacin de los

    esquemas argumentativos, en la utilizacin de las formas lgicas de la argumentacin, en

    la etapa de discusin, en el uso del lenguaje; sin embargo, en el Seminario

    Argumentacin y Lectoescritura se hace nfasis en subdivisiones ms simples como

    Falacias Formales-Falacias Informales; Falacias de Ambigedad-Falacias de Atingencia;

    Falacias-Paralogismos; Falacias-Sofismas; Falacias-Estrategias Discursivas, entre otras;

    mientras que desde la DIALCTICA ERSTICA se muestra cmo se pasa de una

    Falacia a una estrategia discursiva y cmo se relaciona esta transposicin con las

    lgicas del discurso oratorio, semitico, sociolingstico y retrico.

    Finalmente, entre las operaciones argumentativas tambin pueden destacarse las

    siguientes: apoyarse en autoridades y expertos en una materia; usar opiniones y

    observaciones de uso frecuente; citar fuentes bibliogrficas oficiales y reconocidas;

    establecer nexos de sucesin, coexistencia o sincretismo entre factores; reducir las

    ambigedades y dilucidar conceptos; recurrir a referentes contextuales en pro de una

    tesis; aplicar principios de una ciencia a otras; mostrar ambigedad, contradicciones,

    sofismas y falacias en las premisas contrincantes; sustentar por qu y cmo se falsea

    una teora; develar cmo algunas aplicaciones rebasan las posibilidades de una teora;

    restablecer principios de anlisis en diversas manifestaciones; formular constructos

    modlicos; fundamentar los planteamientos en un teora paradigmtica y consolidada

    como episteme2. En este sentido, se puede apreciar que en la argumentacin no slo hay

    falacias y sofismas, sino que tambin hay diversas estrategias discursivas.

    8 Esta delimitacin se realiza en: ARISTTELES. Tratados de Lgica (El Organn). Traduccin e

    introduccin de Francisco Larroyo. Editorial Porra, Mxico, 1975.