Curtis garland - Crónicas galacticas

download Curtis garland - Crónicas galacticas

of 60

Transcript of Curtis garland - Crónicas galacticas

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    1/60

    CRNICAS GALCTICAS

    CURTIS GARLAND

    PRLOGO

    AORANZAS

    CAPTULO PRIMERO

    Diario de a bordo. Fecha csmica, 11, 23,45.

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    2/60

    Comandante piloto A. C, transmitiendo en grabacin magntica para informacin devuelo, conforme a los mdulos establecidos en viajes intergalcticos.

    Desde el ltimo informe registrado en la computadora, nada especial ha sucedido abordo ni ha alterado la trayectoria normal de la nave "Efeso", en su viaje hacia las

    estrellas.

    Las constantes de temperatura, gravitacin, condiciones vitales y estado fsico de losastronautas supervivientes, a bordo de la "Efeso", persisten conforme se marc en laanterior bitcora de a bordo.

    Tras la tormenta csmica que la nave salv satisfactoriamente en el informe de fechacsmica 11, 21, 90, y los problemas suscitados a bordo por avera en los estabilizadoresy, posteriormente en uno de los generadores de energa, las cosas han vuelto a lacompleta normalidad, y ahora todo sigue correctamente, conforme a lo programado.

    Comandante piloto A. C, confirma el informe y cierra aqu su informe diario con lafrase de rutina: Sin novedad a bordo.

    Todo sigue sin novedad, como sucede desde hace ciento doce aos...

    Ciento doce aos.

    Suspir, cerrando el grabador magntico. Dirigi una mirada aburrida a la gran pantallapanormica que le proyectaba la ampliacin de la imagen televisada del exterior,siempre dentro del gran rectngulo cncavo de vidrio luminoso, cuadriculado ygraduado.

    Para algunos, hubiera sido hermoso e inslito contemplar as el espacio. Ms an: aquelespacio, fuera de los lmites de la visin humana desde que el mundo era mundo, ydesde que el hombre era hombre.

    Pero hasta lo ms fascinador e increble acaba siendo aburrido y tedioso cuando se vecada da. Cada da... durante ciento doce aos.

    Y lo peor no era eso.

    Lo peor era que esos ciento doce aos eran slo el principio.

    El principio... de qu?

    El comandante piloto A. C, de la nave intergalctica Efeso, se preguntaba eso a smismo, mientras su poderosa, gigantesca e inaudita mquina espacial, blanca ydeslumbrante, aerodinmica y magnfica, henda espacios situados ms all de todo lo

    previsto e imaginable. Y tampoco encontraba, respuesta, como quiz nadie en la Tierralo encontrara, ni ahora ni nunca.

    A l no pareca preocuparle excesivamente la elipse del Tiempo, ni las deformaciones

    del concepto Espacio-Tiempo, matemtica o materialmente previstos. Saba que estabamuy lejos de los aos, meses, das, horas, minutos o segundos que se medan en el

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    3/60

    planeta de donde l proceda. Saba que all, todo era diferente. Que cien aos, podanser un minuto. O diez siglos. Todo dependa de la deformacin del concepto delTiempo, respecto al ser viviente y su mbito vital.

    Aun as, saba que estaba all desde haca ms de un siglo. Y eso no era todo. Lo malo,

    quiz, es que... era eso: slo un principio.

    El destino era no regresar. No regresar jams.

    Jams.

    Era una palabra terrible. Delirante.

    JAMAS...

    Suspir. Se inclin sobre los complejos mandos de la nave. Docenas de teclas, cientos

    de pulsadores, decenas de palancas y de resortes. Pantallas en funcionamiento,registrando complicadas operaciones matemticas, de cuyo resultado exacto dependa lamarcha precisa de la supernave. Otras, mostrando mapas celestes, encuadres graduados,ndices de gravitacin, rumbo, desviaciones, velocidad de los reactores a fotones,indicaciones de los sistemas vitales a bordo...

    Y as siempre. Da tras da, ao tras ao, dcada tras dcada... siglo tras siglo.

    S. Era aburrido. Terriblemente aburrido. Espantosamente montono.

    Qu le importaba a l que Andrmeda hubiera quedado atrs, que Perseo, Hrcules o lapropia Osa Mayor, estuvieran ya a sus espaldas, muy lejanas, marcando ya las cifrasfabulosas de cientos de millones de aos-luz en los indicadores de a bordo, con respectoa la situacin de su punto de origen, en la Nebulosa o Galaxia de la Va Lctea?

    No. No le importaba demasiado. El cielo era terriblemente igual. Espantosamentemonocorde, como una imagen repetida hasta la saciedad. Estrellas, cmulos, galaxias,nebulosas, polvo csmico...

    Y la nada. La oscuridad. El negro absoluto. El vaco. El silencio. All donde la luz, elsonido y la imagen se paralizaban en un mbito sin vibraciones ni ondas.

    Y l, en medio de ese ocano infinito llamado Universo. Hacia alguna parte. Quizhacia ninguna. Quiz hacia la muerte. O hacia la vida eterna. Eso nunca se saba. Ni leimportaba mucho.

    Ya estuvo muerto una vez. Y ahora haba dejado eso atrs. Vivir o morir no importabamucho. No tanto como la gente crea...

    El comandante piloto A. C respir con fuerza. Se volvi a su nico compaero denavegacin csmica. Y habl con voz calmosa, inexpresiva, casi con el mismoaburrimiento con que contemplaba un poco antes los astros, las manchas luminosas

    flotando en el ultraespacio exterior, a miles de millones de millas de un lugar llamadoTierra, perdido all, en la distancia, a casi un milln de aos-luz...

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    4/60

    Y ahora, qu, amigo Tritn?

    Tritn era un buen oyente. Y un conversador aceptable. Sobre todo, cuando no habaotro. Su respuesta no era demasiado explcita esta vez, pero le vala al comandante A. C.

    Nunca se sabe, seor dijo escuetamente. Es un largo viaje. Es aburrido. Peroalguna vez cambiar. Tiene que ser as. Todo cambia. Tarde o temprano, todo cambia.Es como una ley. Una ley natural, dira yo. No est de acuerdo conmigo?

    S, maldita sea tuvo que admitir el comandante de a bordo. Estoy de acuerdocontigo, Tritn. De todos modos, valdra de algo que no lo estuviera?

    Supongo que nole contempl con sus ojos rojizos, muy fijo. Yo soy totalmentelgico, comandante. Nunca me dominan las emociones. Usted es diferente.

    Diferente... resopl A. C.. Me pregunto si ser realmente as... Tritn, amigo

    mo...

    S, seor?su solicitud y respeto estaban siempre por encima de toda duda.

    Crees que vamos a llegar realmente alguna vez a alguna parte?

    Me ha preguntado eso antes. Muchas otras veces, seor. Espera una nuevacontestacin? No la tengo.

    Oh, claro, Tritn murmur cansadamente el comandante. Nunca hay respuestapara ciertas cosas. Pero yo me pregunto... Me pregunto muchas cosas...

    No debera hacerlole aconsej su compaero de viaje. No merece la pena. Si nohay respuesta, para qu?

    S, para qu? hizo un gesto exasperado. Rectific unas coordenadas sobre unmapa celeste proyectado por una de las pantallas electrnicas, ante sus ojos inquisitivos.Tambin la computadora rectific inmediatamente, demostrando su perfecto ensamblajecon los procedimientos automticos que servan de garanta al gran vuelo infinito delEfeso. Ese es el mal de todo esto. De este viaje. De la empresa en s. De su destino.De m. En definitiva... para qu, Tritn?

    Casi crey advertir un destello de irona en aquellas rojas notas luminosas que eran eneste momento las pupilas de Tritn, su buen amigo fiel. La respuesta tambin tena sunota de peculiar sarcasmo.

    No s dijo. Mi misin no es pensar. Slo acompaarle, comandante. As no sesiente solo. Si enferma, le ayudar. Si decae, le animar.

    Y... si muero, Tritn?quiso saber A. C.

    Entonces... intentar resucitarle conforme a los mtodos clnicos establecidos por la

    moderna Ciencia. Y si no resucita, porque le haya llegado la hora de morir de verdad, le

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    5/60

    introducir en una de esas cpsulas donde ahora reposan los dems. Sus compaeros deviaje...

    A. C, comandante de vuelo del Efeso, baj la cabeza. Respir con fuerza. Repiti,como un simple eco:

    Mis compaeros de viaje...

    Y trat de no pensar en ellos. De no recordar sus cuerpos, yacentes en las cpsulas de abordo. De no acordarse de que ahora ya no existan. De que nunca despertaran de suestado de hibernacin. La suspensin animada haba fracasado en un momento dado.

    Nadie puede eludir los designios del Altsimo. No le import. Lo realmente importante,es que estaban muertos.

    Muertos.

    Todos muertos. Y l, era el nico ser vivo a bordo.

    El nico.

    Porque, despus de todo, llevaba casi un siglo con la sola compaa de Tritn. Y Tritnera un buen muchacho. Un aceptable compaero de viaje. Pero lo malo de l es que nosenta. Ni siquiera pensaba. Slo estaba programado.

    Programado para ser su compaero de viaje y no morir.

    Era solamente eso: un robot.

    CAPTULO II

    Un robot.

    Un robot y l. Slo eso. Toda la tripulacin del grande, gigantesco Efeso, una de lasnuevas maravillas del mundo. Del mundo de la electrnica, la astronutica y la tcnica,

    por supuesto. De ah su nombre, como un tributo al templo de Diana, una de las sieteantiguas maravillas del planeta... Igual pudo haber sido la Pirmide, o el Halicarnaso, oel Coloso de Rodas... Quiz otras supernaves csmicas se llamaran as. Y el Efeso

    pasara a la historia.

    A la historia de las grandes empresas humanas terminadas en un desastre.

    Y l con ella. Y otros veinte tripulantes de la nave. No: veintiuno. Once mujeres y diezhombres.

    S. Todo estuvo bien medido en el viaje intergalctico: once hombres y once mujeres.Once parejas. Sexo, convivencia... Todo. Ni un detalle olvidado. Ni un error.

    Eso fue antes. Luego... todo fracas. Se hundi.

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    6/60

    Murieron casi todos. Se qued solo. Solo con Tritn. Se pregunt si eso formara partedel propio experimento. El ser humano era capaz de todo. Incluso de sacrificar a veinte,a doscientos o un milln de seres, por comprobar algo que le sirviera de futurasexperiencias. Haca muchos aos que el ser humano enloquecido por el afn de saber,haba perdido el respeto a la vida ajena.

    Primero debi ser en el medievo. En las masacres de las luchas feudales y cosas as.Luego, en otros tiempos, la cosa empeor. Hubo fechas como la de unos remotoslugares llamados Hiroshima o Nagasaki, o las de los bombardeos con bombas defsforo que destruyeron ciudades enteras y exterminaron su poblacin.

    Luego, hubo otros sitios. Otras armas. Napalm. Vietnam. Sangre. Inocentesmachacados. En cierta ciudad centroeuropea se juzg a otros, una vez. A sus juecesnunca.

    As haba sido siempre. As seguira siendo. El general Lee era un caballero. Y tard

    ms de cien aos en ser reconocido como ciudadano americano. Slo porque os pensaren una Confederacin, no en una Unin. Y en su conciencia se consideraba tan patriotacomo el primero.

    Si se analizaba, ambas cosas eran parecidas. Quiz iguales. Pero la historia era siempreas, en aquel trozo diminuto de algo, llamado Tierra. Pobres hombres... Siempreatados a sus prejuicios polticos, sociales o raciales. Siempre igual de viles o de grandesen el fondo. Con su miseria y su grandeza.

    A esta distancia, todo eso pareca tan estpido, tan intil y tan triste...

    Sin embargo, esa serie de condicionamientos humanos, penosos y execrables, habanconducido a esto. Las guerras fras y los temores mutuos, lanzaron al Hombre alespacio exterior. Nunca se supo exactamente qu buscaba. Acaso pisar la Luna?Visitar Marte? Comprobar que en otros mundos no haba posibilidad de que unosinvasores, imaginados como el maniquesmo humano y la xenofobia que cierta genteexaltada ha trazado de antemano, podran un da pisar la Tierra y ajustar las cuentas porun igual a los de arriba y a los de abajo, a los que creen y a los que no creen, a los

    blancos y a los negros, a los cobrizos y a los amarillos, a los tontos y a los listos, a losextremistas de ambos lados, a los que gimen y a los que rugen, a los que imploran y alos que ordenan?

    Tal vez s. Tal vez no. Pero todo eso, haba supuesto un progreso. Una conquista. Yahora, el hombre se crea en las estrellas, En la puerta de lo Desconocido.

    El hombre...! y A. C, comandante de la nave Efeso, se ech a rer, comoburlndose de s mismo y de aquella pequea y altiva criatura llamada Hombre.

    Porque, paradjicamente, en un vuelo intergalctico, el primero de la Humanidad,iniciado ms de cien aos antes, de veintids seres vivientes y un robot programado

    para contestar y acompaar a los humanos sin fallo alguno en su funcionamiento, sloquedaban con vida ese robot, llamado Tritn... y un hombre.

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    7/60

    Un solo hombre. Justamente el comandante de la nave. El hombre encargado de llevarlaa buen puerto, a travs de los ocanos sin fin del Cosmos.

    Y ese solo superviviente, ese hombre que sobreviva, era l: A. C. En otras palabras, elcomandante jefe Adam Cyborg.

    Una mezcla de hombre y mquina, de ser viviente y robot. Un hombre cuyo cuerpo, enun cincuenta por ciento... estaba tambin programado y mecanizado, bajo una aparente

    piel humana.

    Eso... era el gran xito humano... o su gran fracaso?

    * * *

    Piensa demasiado, comandante.

    Pensar es lo nico que me permitieron hacer al recomponer mi cuerpo se lamentA. C, con tono fatigado, contemplando sus musculosos brazos bajo el atavo ceido,color naranja vivo, con el distintivo policromado y atractivo de la Galaxi I, o PrimerProyecto Galctico, tan sugestivo como todos los distintivos que el ser humano creaba

    para distinguir sus acciones de cualquier tipo.

    Brazos poderosos, s. Pero por que? Por la misma razn que su organismopoderossimo resisti infrahumanas condiciones de vida en aquella travesa estelar:injertos mecnicos, influencias tcnicas ajenas a su propio organismo. Corazn reguladoartificialmente, pulmones especiales, dotados de sistema bronquial para elemento

    acutico, y de inyectores de aire para moverse en el vaco. Sangre mezclada con unproducto qumico de laboratorio, que impeda hemorragias y combata presionesaplastantes o ausencia de presin de todo tipo.

    Y as, el resto de su organismo, hasta hacer de l una hermosa, perfecta y potentemquina viviente, de humana naturaleza y medios tcnicos increbles. Sus dedos,dotados de fuerza increble, sus msculos todos, reactivados por circuitos electrnicosde gran potencia...

    Eso era l. Un cyborg. Un ser, mitad hombre, mitad mquina, en vuelo galctico,acompaado de una mquina total y perfecta: Tritn, su amigo robot.

    Los dems, los humanos, los seres normales... estaban muertos. Rgidos, azules,incapacitados para volver a la vida, dentro de sus respectivas cpsulas, dentro de laenorme, luminosa y blanca nave llamada Efeso, una de las nuevas Maravillas delMundo...

    Pensar... coment ahora la voz monocorde, mecnica, de aquel organismoprodigioso, complejo increble de circuitos electrnicos, llamado Tritn. Un ser demetal, sentado a uno de los butacones de la cabina de mando del Efeso, slocapacitado para responder a los dems, para escuchar, hablar... y actuar sobre loscontroles framente, si fallaba el ltimo ser vivo e inteligente de la nave. Tras un

    silencio, Tritn hizo una observacin no exenta de sentido, que demostraba lo correcto yagudo de sus circuitos artificiales: Sirve realmente de algo pensar, comandante?

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    8/60

    No s...A. C se encogi de hombros, ceudo. No sabra decirlo, Tritn. Pensar...es lo nico que nadie pudo impedirnos jams. Mucha gente intent evitadlo. All, en mimundo, hubo formas de controlar el pensamiento humano. Nunca fueron demasiadolejos. Ningn hijo de perra totalitario supo crear el ojo y el odo capaz de ver y ornuestros pensamientos... por fortuna para la Humanidad. Pero lo intentaron. Vaya si lo

    intentaron!... Yo mismo, Tritn... soy en parte un producto de esos mtodos represivosde los que se creen a s mismos rbitros de la condicin humana y de sus modos de ser yde sentir... Llegu al borde de morir, pero rae restauraron.

    Morir...repiti Tritn, el buen robot. Morir es el final, no, comandante?

    Lo fue hace tiempo. No siempre, claro. Pero lo fue a veces. Yo creo que morir nuncaes un final, sino una etapa.

    Si mueres, ests roto. Si ests roto, todo acaba, no? insisti Tritn, con su lgicade simple mquina.

    S, claro. Visto as, es posible... Pero t lo ves como una simple mquina que eres.Tritn. El hombre es ms. Algo ms. Muere. Pero siempre deja algo tras de s. Se puedemorir en una selva centroamericana, y dejar mucho detrs. Se puede morir en una

    prisin, ejecutado por una decisin de nuestros jefes, pero con eso no consiguen sinoque otros luchen ms encarnizadamente todava por un hombre que se hace mito almorir. Es lo malo de la pena de muerte por ella impuesta, Tritn: ellos, creen habermatado todo, con el hombre. Y lo nico qu consiguen es crear algo ms por lo queotros deben luchar. Morir no es todo. No, ni mucho menos.

    No, yo no entiendo sus ideas. No le sirvo de mucho, verdad, comandante?

    S, me sirves de mucho, aunque no lo creas suspir A. C.. Escuchar siempresirve de algo. Ahora mismo, quiero empezar algo, quiz mis ltimas tareas en este viajeestpido y sin sentido a que fui enviado...

    Ultimas tareas? hasta un robot pareca inquietarse a veces. A qu se refiere,seor?

    A esto, amigo mo sonri el hombre-cyborg: Me temo que tambin yo voy amorir pronto, sea fsica o psquicamente, no s an. Este viaje no tiene sentido. Nunca

    lo tuvo.

    Entonces, por qu se comenz?

    No lo s. Los hombres siempre han pensado que eran mucho mejores de lo querealmente eran. Pensaron que podan conquistar las estrellas. No s si lo conseguirn.S, presiento, que estamos llegando al final.

    Qu final?quiso saber el robot Tritn.

    Si pudiera intuirlo... No s, pero es un final. Quiz amable, quiz desastroso, esas

    cosas nunca se saben. Pero se aproxima a nosotros. Lo presiento. Lo intuyo, Tritn.Vamos a hundirnos en algo terrible y desconocido que nos absorber. El Universo no es

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    9/60

    realmente infinito. Ni eterno. Yo no creo en lo que no tiene lmites. S que todo terminaen alguna parte, aunque all empiece otra cosa, mejor o peor.

    Y ese final... supone que est cerca, comandante?

    S. Muy cercasuspir Adam Cyborg, comandante del Efeso.

    Yo no detecto nada anormal...

    No se trata de detectar, Tritn. Es algo ms simple y ms profundo a la vez. Intuicin,corazn, un sexto sentido... Algo que ningn experto en electrnica del mundo sabrainculcar a sus criaturas transistorizadas, amigo mo...

    Y si eso sucediera realmente... cules seran sus consecuencias?

    Ya veo que no te programaron para dar respuestas a ciertas cosas ri entre dientes

    A. C.. Ms bien para preguntar cuando no entiendes bien... Tritn, amigo, si eso llegaa ocurrir, t y yo desapareceremos en la nada. Lo mismo que esos cadveres que,llevamos a bordo, congelados en sus respectivas cmaras hibernticas, irremisiblementemuertos ya... Por eso me gustara. Me gustara narrar una crnica de cuanto ha sucedidohasta ahora... y de cuanto suceder en el futuro, por breve que sea.

    Una crnica?... dud su interlocutor metlico, hecho de circuitos, parpadeos deluz y vibraciones magnticas.

    S, una crnica. O varias, no s. Crnicas que hablen de ti, de m, de los dems... y deeste viaje absurdo que imaginaron los hombres, al creerse capaces de llegar ms lejos,siempre ms lejos de lo que les estaba permitido. Ya no se conformaban con la Luna, nicon los planetas del Sistema Solar. No. Necesitaban otros mundos, otros Sistemas.Luego, otras estrellas. Finalmente, otras galaxias. Y as, hasta el delirio. Hasta llegar a lanave Efeso y su viaje a las estrellas...

    Las estrellas...repiti Tritn mecnicamente. Estn aqu, seor. Ah mismo...

    Oh, claroasinti secamente A. C., mirando hacia las pantallas de televisin, dondemiradas de fantsticos astros, nebulosas centelleantes, dibujaban trazos inverosmilesen el negro espacio. Ah mismo. A millones de aos-luz, que para nuestra nave

    ultralumnica no son apenas nada... Pero no me refera a eso, Tritn. No a suproximidad fsica, que no dudo, sino... a lo que ello significa, a lo que vale en s. Si,cuando menos encontrramos algo en nuestro viaje...

    Algo?repiti de nuevo el robot, perplejos sus circuitos electrnicos.

    S, algo! Algo vivo, algo que signifique ms que luz, negrura, vaco y claridad, fuegoy vaco, silencio y distancia... Pero lo hay? Puede haberlo aqu, a un millar demillones de aos-luz de la Tierra, donde ya casi se confunden los lmites del Universomismo con algo que presiento ms all, en el vaco terrible de lo que nunca fueexplorado, conocido ni investigado?. Llegaremos pronto a una aceleracin continuada

    de la velocidad bsica de la nave... y con ello a un billn, a diez billones a UN

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    10/60

    TRILLON de aos-luz de la Tierra... Y eso ser el fin. Pero todo fin significa elprincipio de otra cosa... Cul ser ese PRINCIPIO desconocido y terrible?

    Hubo un silencio profundo, tremendo. Tritn, evidentemente, no estuvo jamspreparado para esa respuesta. Su programacin era imperfecta, y Adam Cyborg, el

    hombre-mquina, lo saba.

    Quizs por ello, tom su grabador de informes y puls un botn verde, comenzando ahablar, fra y desapasionadamente, a un auditorio inexistente, quiz a alguien que jams,

    jams, existira en mundo alguno...

    Aqu Adam Cyborg, comandante en jefe de la nave intergalctica Efeso, en vuelohacia las estrellas... Rebasada la Galaxia de Gminis, a seiscientos veinte mil aos-luzde la Tierra, comienzo a redactar aqu mis crnicas de este viaje.

    Y, tras una pausa, aadi con voz grave, muy lejana y pensativa su mirada gris, metlica

    y dura, que pareca taladrar mucho ms all de las manchas galcticas reflejadas en laspantallas de televisin de a bordo, como buscando los autnticos lmites del negroUniverso:

    Empiezo a redactar mi Primera Crnica Galctica, referente a los antecedentes de estatravesa galctica iniciada en el planeta Tierra en el ao terrestre dos mil doscientoscincuenta, de la Era Cristiana, equivalente a la fecha csmica,. 3, 10, 30,correspondiente a la bitcora de a bordo...

    Y esa crnica debe comenzar con mi muerte.

    La muerte de Adam Starr, ciudadano del planeta Tierra, ejecutado por rebelda contrael Sistema Poltico Mono-Control, en las celdas del Centro de Represin de la policadel Estado...

    La muerte de quien esto redacta, conocido ahora como el Comandante de VueloGalctico Adam Cyborg, del Cuerpo Astronutico IV, a bordo de la supernave "Efeso",en su primer vuelo intergalctico...

    PRIMERA CRNICA

    AGUJERO EN LAS ESTRELLAS

    CAPTULO PRIMERO

    La muerte.

    Era eso: la muerte. Mi muerte.

    Lo supe cuando el alcaide pronunci sus palabras de ritual:

    Ha llegado la hora, hijo. Que Dios se apiade de tu alma..:

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    11/60

    A mi espalda, el reverendo murmuraba su oracin. Yo ni siquiera le escuchaba. Tal vezfuese un error. Pero no poda rezar. Ni pedir por mi alma. Haba cosas que an me

    preocupaban ms. Quera aferrarme a la vida. Desesperada, furiosamente.

    Era un error, lo s. Lo s ahora, mejor que nunca. Entonces, no se me podan pedir

    razonamientos vlidos ni lucidez mental suficiente. Los reos a muerte rara vez la tienencuando se disponen a cruzar el umbral de la cmara de ejecuciones.

    No quera revelar miedo. Quiz ni siquiera lo tena. Quera vivir, eso era todo. Pero nome asustaba morir. Me irritaba, eso s. Me enfureca. Era injusto. Injusto y cruel. Eraindigno. Pero la vida del hombre est llena de cosas indignas.

    Esta era una ms. Quiz no una de las peores, pero me afectaba a m, y eso s que era lopeor para mi persona. Hubiera querido conocer una solucin, la que fuese, para noentrar all y dejar de existir cuando apenas si haba alcanzado los veintisiete aos deedad. Pero no la haba. Ni siquiera vendiendo mi alma al diablo, si es que eso se haba

    llegado a hacer alguna vez.

    Contempl el interior de aquella cmara cuadrngulas fra y gris, sin nada notable en suapariencia externa que pudiese concederle un clima siniestro. Y sin embargo, quiz enesa misma desnudez glacial de sus muros y de su nico asiento visible, aquella blanca,asptica silla situada bajo una especie de proyector vertical o lmpara apagada, estaba loms terrible y estremecedor del lugar destinado a mi muerte.

    Aquella cmara acogera mi persona. La haran sentar en la blanca silla.Inmediatamente, un sistema magntico, en contacto con las ropas del reo, aferraran aste irremisiblemente al asiento, sin poderse mover ya de l bajo pretexto alguno.

    Despus, el proyector del techo paralizara dulcemente al reo, dejndole inconsciente ysumido en una rigidez total y absoluta. Un momento ms tarde, el proyector vomitarauna luz vertical, deslumbrante.

    Y al extinguirse sta, en cosa de breves segundos... la vctima ya no estara all. Nohabra nada ni nadie en el asiento. Ni ropas, ni ser viviente alguno. Se habravolatilizado, disuelto en tomos dispersos, desintegrado ante la mirada del alcaide,autoridades y periodistas interesados en la cuestin.

    Ni cadver, ni trmites posteriores, ni mdico forense siquiera. Nada. De la vida, alvaco total e irremisible. A la muerte definitiva, no slo del ser humano en s, sino de supropia envoltura fsica, de todo cuanto de material era.

    Vamos, adentroinvit framente un funcionario de la Penitenciara de la Muerte.Es la hora. Al verdugo no le gusta esperar.

    Le mir con hosquedad. Si haba querido hacer un chiste, no tena gracia. Al alcaidetampoco se la hizo. Le replic con cierta acritud:

    Sin comentarios, Brand. No vienen a qu.

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    12/60

    El funcionario baj la cabeza, contrariado. No me apremi ya. Ni haca falta. Uno llegaa sentirse tan a disgusto rodeado de cierta especie humana, que prefiere irse donde noencuentre a ninguno de la especie. La Muerte poda ser ese sitio, y me met a gusto en lacmara de ejecuciones, dispuesto a emprender el ltimo viaje sin importarme lo msmnimo el hecho de que fuese sin retorno posible.

    Adis, caballeros dije, una vez sentado en aquella maldita silla blanca, a la queinmediatamente me sent adherido, como si todo mi cuerpo estuviera envuelto engoma. No les guardo rencor por nada. Ustedes no tienen la culpa. Cumplen con sudeber.

    Celebro que lo comprendame dijo el alcaide pensativamente. Estas cosas nuncason agradables de cumplir, crame. Espero que algn da, hechos as no se efecten...

    Me suena esa palabra. La pronunci alguien... hace diez siglos, cuando iba a morirejecutadome ech a rer, sacudiendo la cabeza. Ya ve, alcaide. As es el mundo.

    Creo que nos pasamos la vida soando imposibles y teniendo fe en algo que nuncasabremos si llegar. Quiz por eso an existan gentes como yo. Gentes que luchan poralgo. Por algo que saben casi inalcanzable. Y aun as, luchamos. Y, morimos por ello.Cualquier cosa es mejor que el conformismo o el servilismo a ultranza. Incluso lamuerte. Por eso existen todava rebeldes. Como yo. Y existirn ms an. Siempre ms.

    No sirve de nada la rebeldame reproch el alcaide. Y t lo sabes.

    Claro suspir. Pero siempre se sigue soando, confiando, esperando... Hanpasado siglos en busca de los valores del hombre y de sus humanos derechos. Vosotros,o lo que representis, los habis reducido a la nada. Quiz un da cambie la suerte. No es

    posible determinar cundo. Qu importa eso? Y el hombre sea, realmente, el Hombreque Dios quisiera que fuese. Sometido a un orden armnico, pero jams a vuestratirana, a vuestra dictadura, a vuestro poder absoluto. Slo entonces, cuando recupere suderecho a ser parte integrante de una sociedad evolucionada, participe en su propiogobierno, y pueda libremente pensar y obrar con el respeto debido a los dems, pero conel sentido crtico que todo ser viviente merece tener, habr alcanzado aquello para loque el hombre mismo fue creado.

    Un hermoso discurso sonri el alcaide, encogindose de hombros. Si tu ltimodeseo es seguir hablando, puedo concederte unos minutos ms.

    No, gracias rechac secamente. Mi ltimo deseo es, precisamente, todo locontrario: morir lo antes posible. Quiz para dejar de sentir nuseas. Para dejar decompadecerme de m mismo... y de compadeceros a todos vosotros, miserables esclavosdel Poder que nos tiraniza.

    Cierren la puerta! orden abruptamente el alcaide, enfurecindose de sbito antemis palabras agresivas. Que Dios se apiade de tu alma, Adam Starr...

    Y la puerta se cerr seca, speramente. Me qued solo en la cmara de ejecucin. Saba,sin embargo, que era una soledad relativa. A travs de visores invisibles para m, era

    seguido cada movimiento mo por los ojos del alcaide, sus funcionarios de servicio, elmdico de la penitenciara, el verdugo y, posiblemente, algn periodista o algn

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    13/60

    miembro del gobierno de los usurpadores que detentaban el Poder vido de ver morir aotro de los rebeldes de turno.

    A todos ellos les hice una mueca burlona. Habl, seguro de que mis palabras eranescuchadas an, en alguna parte, quiz a travs de un circuito cerrado de estereovisin

    mural:

    Adis, basura. Slo pido al Seor que an quede entre vosotros alguien con valorsuficiente para luchar contra nuestros opresores...

    Luego, ya no pude hablar ms.

    El primer chorro de luz azulado, cay sobre m. Me envolvi en un resplandorfluorescente, extraamente fro. Sent cmo se paralizaba primero mi cuerpo, mi rostro,mis msculos todos. Despus, empezaron a paralizarse mis nervios y tendones. Y mimente.

    Inmediatamente despus, la luz vertical cay sobre mi persona en un raudal cegador.Era el rayo desintegrador. Supe que empezaba a disolverme en el aire. No s cmo, perome di fugaz cuenta de ello, aunque no senta dolor fsico alguno.

    Y un momento despus, no slo estaba muerto... sino desintegrado, convertido en nada,en simple vaco. Mis tomos, dispersos por el aire, separados para siempre por uningenio disgregador.

    Era la muerte total.

    * * *

    Muerte total.

    Supongo que slo existe un modo de morir: total, absolutamente. De modo definitivo.Si no, no sera muerte.

    Pero cuando la vida abandona el cuerpo, al menos ste permanece. Durante un tiempo,an es algo, existe como forma fsica. Luego, la incineracin o la simple inhumacin enuna sepultura, convierte ese cuerpo en cenizas o en podredumbre.

    Esto era diferente. Un segundo antes, uno era, exista. Posea aliento vital. Y tambinuna envoltura fsica, una forma tangible. Fsica y mentalmente, era alguien. Al segundoinmediato, todo eso haba cambiado. Haba dejado de ser, de existir. Ni polvo, nisangre, ni residuos. Nada. Vaco. Total y absoluto vaco.

    La energa nuclear en fusin, proyectada adecuadamente sobre el reo, en forma de unrayo luminoso, fugaz, era suficiente para crear el prodigio. Para destruir, para hacernada de lo que una vez fuera algo.

    Y yo, Adam Starr, haba sido vctima de esa forma de ejecucin, limpia, asptica y

    aterradora. Como tantos otros lo fueron antes. Como tantos otros seguiran sindolo.Porque el que pide justicia pasa por ser traidor cuando no est de acuerdo con los que

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    14/60

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    15/60

    Vivo y... qu?trat de saber.

    Reconstruidola voz son apaciblemente, al tiempo que una sombra confusa, la dealguien en movimiento hacia m, se materializaba ms all de los focos verticales de laluz prpura, en un amplio local que quiz fuese un laboratorio, aunque no estuve

    inicialmente seguro de eso. No es un trmino muy cientfico, lo admito. Pero expresaperfectamente los hechos. Usted fue desintegrado por una energa nuclear especial que,como todos sabemos, se utiliza para las ejecuciones oficiales. Sus tomos fuerondispersados. Yo me limit a recogerlos en mi receptor de materia. Y reconstru suorganismo. De todos modos, no se sienta demasiado optimista todava.

    Qu quiere decir?

    El invento no est perfeccionado. Es slo una prueba, comprende? La primera quehago con seres humanos, a distancia. Gradu mi receptor a la misma intensidad queacta el desintegrador oficial. Apenas lleg la hora de la ejecucin, puse en

    funcionamiento el sistema, y esper. Usted se ha materializado en perfectas condiciones,al parecer. Sus tomos dispersos han sido recogidos y agrupados convenientemente...segn parece. Pero no podemos estar seguros de eso hasta un examen ms a fondo.

    Sigo sin entender...

    Podra ser un fracaso, amigo mosuspir la voz del desconocido, muy cerca ya dem. El zumbido del, proyector sobre mi cabeza, ces de repente. Se extinguieron lasluces. Pude ver que, efectivamente, era un laboratorio. Y el hombre situado ante m,

    pequeo, algo deforme y con un rostro enjuto, de rala barba canosa y ojos protegidospor unas gafas muy oscuras, de vidrios casi enteramente negros. Llevaba sus manoshundidas en los bolsillos de una bata de trabajo, color verde oscuro, salpicada demanchas de productos qumicos. Como distrado, aadi pensativamente: El examenha de ser muy a fondo, Starr. Anlisis, radiografas, electrocardiograma yencefalograma... Slo al final podremos estar seguros.

    Seguros... de qu?insist.

    De que, realmente, TODOS los tomos de su ser han sido reagrupados aqu. En casocontrario...

    En caso contrario, qu sucedera? sent un escalofro, intuyendo algo horrible ensu tono y modo de expresarse.

    Exhal un suspiro. Sacudi la cabeza de un lado a otro.

    Tendra que sacrificarledijo.

    Hubo un pesado silencio. Mis sienes zumbaron. Deseaba ardientemente ser yo mismo,tener completo todo mi ser. Trat de moverme y no pude. Tambin aquel asiento pareca

    poseer cualidades magnticas.

    No puede hacer esogem roncamente. No ahora. Era mejor... no haberme tradoaqu. Ya todo hubiera terminado.

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    16/60

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    17/60

    CAPTULO II

    La computadora emiti un zumbido, al pasar por su complejo mecanismo cada una delas piezas perforadas, de material plstico, donde la mquina deba de leer y traducir losdatos clnicos correspondientes a mi persona.

    En una pantalla fluorescente, comenzaron a surgir las lneas de escrito electrnico,dando los datos relativos a mi persona en sus distintos aspectos:

    Electrocardiograma. Resultados: Corazn en funcionamiento perfecto. Anomalasprovocadas por radiacin, parecen indicar una potencia y capacidad superior a cualquierotra vscera cardaca ; conocida. Posibilidad de infarto o colapso: Nula. Un error en laacumulacin atmica del sujeto ha envuelto su corazn en una capa elstica, metalizada,que le hace prcticamente invulnerable a todo impacto externo, incluso de arma letal.

    Parpade, atnito, al leer todo eso. Tras una serie de cifras sobre mis pulsaciones,bombeo sanguneo y dems funciones vitales, sigui la computadora su inslitarevelacin:

    Electroencefalograma. Estado mental y psquico del sujeto: perfecto. El mismofenmeno de tipo radiactivo y de mezcla de partculas metalizadas en los tomoshumanos del sujeto, convierten su crneo en invulnerable. Coeficiente mental, superioral normal, sobre la escala de 10: Exactamente, de 11,27. Potencia mental supranormal,capaz por s sola, mediante la voluntad del sujeto, de emitir ondas destructivas. Muy

    peligroso su poder, sin control adecuado.

    Mi desconocido amigo me dirigi una ojeada expresiva a travs de sus negras gafas,como recalcndome este ltimo e inquietante hecho. Luego, la pantalla reanud sutorrente de prodigiosas anotaciones sobre mi persona:

    Salud y constantes fsicas del sujeto: Perfectas. Sin posibles dolencias. Sin afeccionesde ningn tipo. Inmune a infecciones. Cicatrizacin inmediata de heridas, por gravesque sean. Grupo sanguneo alterado, es anormal e inslito. Desconocido en la

    programacin clnica. Posiblemente propenso a la inmortalidad y a la vejez, porregeneracin de sus tejidos y rganos vitales.

    Tembl, angustiado. Inmortalidad. Vejez vencida... Los viejos, eternos mitos. No, era

    imposible. Algn error. La mquina se haba vuelto loca. Aqul no era yo. No poda seryo. Slo era un hombre vulgar. Un rebelde ejecutado. No un superhombre.

    Y, sin embargo...

    Sin embargo, ante mis ojos, en este momento, la computadora emiti su prrafo final,en las verdes, luminosas letras del visor fluorescente de la mquina. El mazazodefinitivo:

    Fsica, psquica y mentalmente, el sujeto es un superdotado. Un superhombre casiinvulnerable. Podra definirse como una mquina humana en funcionamiento perfecto yeterno, a causa de un simple error en la reagrupacin de partculas atmicas y su

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    18/60

    contacto con radiaciones y tomos energticos con los que el experimento programadoinicialmente no contaba.

    Diagnstico definitivo: El sujeto es un monstruo humano.

    Un monstruo. Es lo que era yo ahora.

    Y el desconocido lo haba dicho. Un monstruo... deba morir. Tena que ser sacrificado,por razones obvias.

    Sacrificado? No, no s...

    Le mir fijamente. Ahora era yo quien permaneca hundido en mis propias reflexiones,en mi tremendo aturdimiento tras la verdad conocida. Una verdad estremecedora eincreble.

    Usted lo dijole record. Un monstruo o un retrasado... no puede sobrevivir.

    S, claro. Yo lo dije. Pero esto... todo es... diferente.

    Diferente? re entre dientes con acritud.Claro. Diferente a m. Diferente a loque usted so. Algo le ha fallado. No haba previsto esas partculas metlicas, ni laradiacin creada por la desintegracin y su posterior reagrupacin nuclear aqu...

    No, no poda preverlo admiti el hombre encogindose de hombros. En todo,experimento, siempre existe un margen previsto para el fracaso. Slo que esto..., estosupera todo lo imaginable.

    S, he podido darme perfecta cuenta de ello asent con irona. Segn sucomputadora, soy una especie de superhombre, un privilegiado dotado de increblesfacultades...

    As es.

    Pero su computadora puede sufrir un error. Hasta las mquinas se equivocan.

    No stala toc, poniendo su mano sobre los tableros y teclados, casi con cario.

    No sta, Starr.

    Seguro?dud.

    Segursimosonri framente. No tiene fallos. Est comprobada a fondo.

    Aun as... no cabe el error mecnico, la avera;..?

    No neg l. No cabe. Soy un experto en sta materia. Ha odo hablar delprofesor Voss?

    Sparpade. Helmut Voss. Genio de la electrnica y de la fsica nuclear a la vez.Es usted?

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    19/60

    Exacto. Soy yo. Sorprendido?

    Ya nada puede sorprenderme en este mundo suspir. De modo que, si sumquina no sufre error, y no es fcil que lo sufra si usted lo dice, yo soy...

    Casi un mitori entre dientes, asintiendo. S, algo as, Starr. Se ha convertido enlo que dijo la mquina, exactamente: en un monstruo.

    Cree, realmente, que soy un monstruo?

    Esa palabra se presta a error. No siempre se debe aceptar que es un monstruo aquelque nos ofrece una fealdad horrible, o una apariencia espantosa. No. Monstruo, es todoaquel que se sale de lo corriente, de lo vulgar. El que toca lo extraordinario, para bien o

    para mal. Ese es su caso, Starr.

    Y, por tanto, debo ser sacrificado, segn dijo usted.

    Yo pensaba en otra clase de monstruos ri, irnico. Un caso de mutacin, detarado, de deformidad o peligrosidad manifiesta. En su caso, amigo mo, eso no existe.

    Existe un riesgo. Lo dijo su infalible mquina sonre. Mi poder mental espeligroso. Puedo matar con l, segn parece.

    Siempre que no est bajo su control. Es decir, slo matar si lo desea fervientemente.

    Y...?

    Y, que yo sepa, no es usted un hombre condenado por asesinato, sino por rebeldapoltica. No asesinara a nadie, estoy convencido. He seguido su proceso. Detalle adetalle. Piense que, antes de materializarle aqu de nuevo, tras su desintegracin en la

    penitenciara, tena que estar completamente seguro de la clase de persona a la quedevolva la vida.

    Entonces, ya sabe cmo pienso. Esas radiaciones interferidas en el experimento, novan a alterar mis ideas. Seguir siendo el mismo que era.

    Pero dotado de unos poderes especialsimos coment con una sonrisa mi

    interlocutor. Eso va a hacerle muy distinto, si sigue su marcha de rebelda contranuestro sistema.

    Un hombre slo deja de ser fiel a s mismo y a sus convicciones cuando se pervierte...o cuando muere. Ahora, en este momento, no es se mi caso, aunque pueda serlo en

    pocos, minutos, si usted vuelve a presionar el resorte desintegrador de su creacin.

    Oficialmente, recuerde que usted ya est muerto.

    Oficialmente, s me toqu, arrugando el ceo, rostro, cuerpo, ropas. Pero locierto es que an existo, hablo, respiro... y pienso.

    Smovi afirmativamente su cabeza canosa. Quiere seguir viviendo, Starr?

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    20/60

    Deseaba vivir; por encima de todo. Ahora, ya no s...

    No sabe?mi benefactor pareca realmente desorientado ahora. Es que no deseaya la vida, Starr?

    Antes, quisiera saber ciertas cosas, profesor Voss le mir con franqueza, tratandoen vano de descubrir sus ojos tras los negros vidrios.

    Cosas? Qu cosas?

    Algunas que distan mucho de estar claras suspir. Qu voy a ser a partir deahora, exactamente, si contino viviendo? Hombre... o mquina?

    Es usted un hombre, no? Piensa como tal, y es el mismo que fue desintegrado en lapenitenciara.

    Aparentemente, s. Pero su computadora dice otra cosa. Interiormente, soy un robot.Casi un cyborg...

    Un cyborg... el profesor Helmut Voss me contempl con gesto de renovadointers. S, es muy posible... Tiene algo de ello. Es como una mquina. Una

    prodigiosa mquina humana. Un hombre capaz de sentir y vivir como es en realidad.Pero capaz, tambin, de destruir, de soportar las ms duras pruebas, de vivir mucho,muchsimo tiempo, acaso un perodo indefinido de tiempo, dotado de las mismasfacultades de su juventud. Una juventud eterna... y terriblemente poderosa. Es eso loque le asusta?

    Asustarme, no. Me preocupa. Puedo sentir, vivir, ser igual que era antes, pese atodas esas alteraciones genticas, a pesar de las radiaciones y los fenmenos biolgicos

    producidos en mi ser?

    Supongo que s. De otro modo, la mquina detectara ese riesgo. Pese a todo,haremos un examen minucioso, daremos la mayor cantidad posible de datos a lacomputadora, y esperaremos su diagnstico definitivo. Eso puede tranquilizarle? Merefiero a que solicitaremos tambin informes correctos sobre estados anmicos,

    pensamientos, sensibilidad y todo lo dems.

    S, creo que eso me tranquilizara le mir, aprensivo. Y usted..., usted estdecidido a dejarme vivir, profesor Voss?

    Me mir en silencio. Hundi ms profundamente sus manos en los bolsillos de su bataverde, y luego asinti lentamente.

    Clarodijo. Lo he decidido ya hace tiempo, amigo Starr...

    * * *

    Vivir.

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    21/60

    Era su decisin. Slo que sta era otra vida. Una vida muy diferente. Y estabajustamente empezando.

    Todas las pruebas electrnicas haban sido contundentes. Yo era una especie demonstruo, de mquina viviente, capaz de matar, triturar, aplastar a mis enemigos.

    Mentalmente, empezaba a advertir mi extrao poder. Me bastaba centrar mi atencin enalgo eleg un cuadro del dictador, intencionadamente, para aniquilarlo. A losescasos segundos de mirarlo, lo vi arder sbitamente, como incendiado por arte demagia.

    Ese raro poder, frente a seres humanos, poda ser decisivo. Tena que aprender acontrolarlo. Era un nuevo ser. Un, nuevo cuerpo. Unos medios increbles dedestruccin. Y yo mismo, difcilmente poda ser destruido. Mi rganos vitales estabanahora blindados por materias atomizadas. Mi sangre posea propiedades cicatrizantesinslitas. Era, realmente, un cyborg.

    Cyborg...asinti el profesor Voss. S, Starr. Eso es usted ahora. Mitad hombre,mitad robot. Adam Starr ha muerto.

    Muerto...sonre. Entonces, ha nacido otro ser: Adam... Cyborg.

    Adam Cyborg? se encogi de hombros. Si le gusta... Un nombre, despus detodo, no es nada. Qu piensa hacer?

    No lo s an le mir, reclinndome en el asiento. Qu va a hacer ustedconmigo?

    Yo?mene la cabeza. Nada.

    Es mi salvador. Ha creado una obra maestra de la electrnica, aliada con la fsicanuclear. Por algo lo habr hecho. Cules, son sus propsitos? Podramos decir que yosoy su obra, su criatura...

    El moderno, modernsimo Prometeosolt una carcajada. Mi monstruo. Y yo... elprofesor Frankenstein. La eterna historia... No, no quiero en absoluto ser nada parecidoa eso.

    Pero, lo quiera o no, lo es. Yo soy su creacin. Sin usted, ya no sera nada. Slotomos perdidos en la nada...

    Realic un experimento. Trat de devolver la vida a una vctima de nuestros jefes. Nosoy un conspirador. Slo un defensor de la libertad del hombre.

    Entiendo eso. Se conforma con su trabajo, no le importa su obra, su criatura: el nuevoAdam Starr, su Prometeo.

    Sigue siendo un ser humano. Iba yo a esclavizar a alguien por cuya libertad lucho?

    Por eso eligi, precisamente, a un condenado?

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    22/60

    Por eso, y porque son los nicos desintegrados. Hubo otras ejecuciones: asesinos,rufianes, cosas as. De pronto vi su hombre, los cargos, la acusacin, la sentencia... Ydije: Ya tengo a mi hombre. Y as fue.

    Bien. Ya tiene a su hombre. O lo que sea. Qu sigue a todo eso?

    La libertad sonri. Me mostr la puerta de su laboratorio. Puede irse cuandoquiera. Es dueo de ello, Starr. O Cyborg, si prefiere llamarse as en su nuevaexistencia. Nadie va a detenerle. Le deseo mucha suerte. Y que no perezca en el fuegode su propia pasin. Me dolera saber que Adam Cyborg, despus de todo, cometi losmismos errores que si fuera un mortal cualquiera.

    Ya me puse en pie. Mir aquella puerta. La salida al mundo. A algo. A nada, talvez. Qu espera que haga, realmente?

    No lo s. La respuesta est en usted. No pida consejos. No espere nada ms de m. Le

    di la vida. Aprovchela, Adam.

    En qu?

    Hay muchas cosas... Luche por esa libertad de todos, que tanto desea. Pero de unmodo inteligente, sereno y decisivo. No queme su fabuloso poder actual como un vulgarguerrillero o un extremista. Hay otros caminos.

    Otros caminos? Cules, profesor Voss?

    Muchos. El espacio, por ejemplo...

    El espacio?

    S. El espacio, eso dije. El espacio exterior. El Cosmos. Los cielos infinitos. Unhermoso lugar, digno de hroes y superhombres.

    Ya estn los astronautas, los colonizadores de planetas, de mundos desconocidos, losnavegantes de vas interplanetarias, los cientficos y tcnicos de las estacionesespaciales...

    Ya s, ya s hizo un ademn despectivo. Todo eso es fcil de lograr: materialhumano. Hombres. O mujeres. Slo eso hace falta. Personas vulgares. Se las adiestra, selas perfecciona, y se las enva al espacio. No, no me refera a eso.

    A qu, entonces?

    A algo ms. Ms all de la Luna, de sus estaciones terrestres, de Marte, de Venus, delos navos csmicos a Jpiter... Ms lejos. Mucho ms lejos...

    Ms lejos?dud. Se tarda mucho en llegar a Jpiter todava. Acaso Plutn, enlos confines del espaci?

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    23/60

    Plutn es un planeta ms de nuestro sistema. Es cercano. Se conquistar, tarde otemprano. Lo harn hombres normales, astronautas expertos, eso s. Pero simplesastronautas, como los que pisaron la Luna una vez, hace cuatrocientos aos...

    Entonces, no le entiendo. A qu se refiere, en ese caso?

    A algo ms all, mucho ms all de Plutn.

    Plutn dista, aproximadamente, cinco mil setecientos cuarenta y cinco millones dekilmetros de la Tierra le record secamente. Esa es poca distancia para unhombre?

    Quiz sea demasiada todava... para un hombre me sonri. Pero no para unsuperhombre.

    Yo?

    Quiz, Starr. Por qu no pretender ir ms lejos? Fuera de nuestro sistema solar.Fuera, incluso, de nuestra galaxia.

    Nuestra galaxia?le mir, dudando de sus facultades mentales por primera vez.Profesor, haran falta cientos de aos luz para salir de ella! Y miles para llegar a otragalaxia, por prxima que fuese...

    Lo s. La constelacin Escultor est a ms de cuatrocientos mil aos luz. Pero yohablo de ms all todava.

    Andrmeda?

    Son dos millones escasos de aos luz. No, tampoco sonri, moviendonegativamente su gris cabeza. Lo que yo digo es ms lejano. Infinitamente mslejano, amigo mo.

    Imposiblerechac. Ningn ser viviente alcanzar jams esas distancias. Es unautopa sin sentido. No creo en la teora de la suspensin animada. Los hibernadosllegaran muertos al trmino del viaje.

    Opino igual. Y, sin embargo..., usted podra llegar.

    Adonde?le mir, hurao.

    Al lugar que yo imagino. Est ms all de Len. Cerca de Gminis.

    Len..., Gminis... mis conocimientos de astronutica haban sido siempre muylimitados. Sin embargo, una simple operacin mental me hizo decir con brusquedadalgo que nunca supe antes de ahora. Eso significan... SETECIENTOS MILLONESDE ANOS LUZ!

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    24/60

    Exacto suspir lentamente el profesor Voss, clavando en m su mirada extraa yenigmtica, que yo slo poda intuir o adivinar, tras el negro espejeo de sus gafas. Esees el lugar, amigo mo.

    Qu lugar?le apremi.

    Aquel al que slo un inmortal puede llegarsonri cansadamente. Yo..., yo nuncapretend algo parecido. Pero es como si alguien hubiera escuchado mis plegarias...

    No le entiendo, profesor! De qu est hablando?

    De usted, de sus facultades sobrehumanas, de su inmortalidad, de su naturalezasuperior.

    Y de un lugar en el espacio... a una distancia inmensa de la Tierra.

    Es ciertoconfes, como avergonzado. No deb mencionarlo.

    Por qu no?

    No vala la pena. Nadie iba a ir hasta all slo porque yo se lo pidiera. Ni siquierausted.

    Es... es un disparate, profesor. No existe el medio humano de ir. No hay tcnicaastronutica capaz de enviar un hombre a esos confines del universo, usted lo sabe.

    Y... si lo hubiera?me pregunt vivamente.

    No supe qu decir. Le mir. Vacil. Sacud la cabeza.

    Aun as..., nunca llegara.

    Est seguro? Si alguien puede llegar... ese alguien es USTED.

    Tembl. No s por qu, tembl. Mi mente trat de controlar cifras increbles. Murmur:

    Setecientos millones de aos luz. Llegar all, aun a la velocidad de la luz, dignificara

    que todo lo que ahora existe en el mundo, ya no existira entonces. Y que al posibleregreso del astronauta... la Tierra sera diametralmente distinta. Si es que ansobreviva.

    El tiempo es una gran incgnita. Una elipse, una dimensin curvada al infinito. Serepite o permanece inmvil. Fuera de nuestro mbito, ms all de la velocidad de la luz,todo puede desaparecer en un segundo... o durar un milln de aos.

    Y... setecientos millones? dud. Los vivira la Tierra, los vivira yo?Adems..., por qu y para qu toda esta locura? Qu sentido tiene, realmente?

    Uno muy simple, para m, Starrsuspir Helmut Voss. Recuperar a mi hija...

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    25/60

    CAPTULO III

    Su hija... Esto sigue siendo una locura. La mayor que jams conoc ni imagin.

    El profesor Helmut Voss asinti. Pero creo que se limitaba a seguir un criterio mo, sinestar particularmente convencido de ello.

    Comprendo que lo piense as. En el fondo, si es una locura jade. S que nunca,NUNCA, ser hallada. Pero es mi hija. Alimento una esperanza. Quisiera hallarla.

    Entre Len y Gminissusurr. De qu servira, profesor? Cuando regresara conella, aun siendo eso posible en ese OTRO tiempo que usted atribuye al espacio exterior,entre galaxias..., usted vivira para verla?

    No. Seguro que no. Pero ella..., ella habra sido salvada. Rescatada.

    Salvada de qu? Rescatada de dnde?gem.

    De all donde ahora est musit. Fuera de las galaxias conocidas. En el ltimoconfn del cosmos. Slo usted puede hacerlo. S que es un sentimiento terriblementeegosta, inhumano incluso, pero usted..., usted ha aceptado. Me ha dicho..., me ha dichos.

    Afirm. Desde debajo de mi casco de astronauta, sin cerrar an, miraba a aquel hombrepreguntndome si era un loco o un autntico convencido de lo que deca y pensaba. Yeso, en un cientfico, en un profesor de la talla de Helmut Voss... me resulta

    inconcebible.

    A pesar de que ahora conoca parte de la increble historia. A pesar de que habaaceptado no s si por un estpido sentido de gratitud, la misin imposibleencomendada a mi persona. A pesar de todo, no poda creer que llegase a esa distanciafabulosa de nuestra galaxia. Ni mucho menos que me fuera factible localizar y rescatar ala hija de Helmut Voss en parte alguna del universo, por mucha que fuese la conviccindel profesor en ese sentido.

    He dicho s convine, tras un silencio. Ni siquiera s por qu. Esto es, quiz,cambiar una forma de muerte por otra. Slo eso.

    Morir? No, no espero que eso suceda, all adonde va me mostr la cpsula encuyo interior me encontraba. Un simple cilindro de una especie de vidrio metalizado.

    Nada ms que eso. Posee cpsulas de oxgeno comprimido, para respirar en cualquierzona de vaco. Un cinturn gravitator, capaz de mantenerle en gravitacin artificial osuspenderle en el vaco, a su antoj. Un reactor individual a fotones, capaz de graduarse

    para darle una velocidad y capacidad de movimiento a su gusto, en cualquier ambienteque encuentre. Su indumentaria es trmica, pudiendo desenvolverse en los ms glidoslugares o en climas ardientes, abrasadores, con igual normalidad fisiolgica. Y estacpsula, proyectada a cualquier punto del universo, por medios puramente electrnicos,superar en infinita escala la velocidad de la luz, puesto que la materia, descompuestaen simples electrones se proyectar al lugar por m escogido.

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    26/60

    Eso ya lo hizo antes, profesor, y algo fall, aunque fuese para bien le record.No podra suceder ahora que al recomponer mis tomos fuese solamente un trozo demetal, un animal extrao o un hombre deforme o mutilado... si es que, realmente, MEMATERIALIZO de nuevo?

    Imposible. No esta vez, amigo morechaz l, Heno de aparente conviccin. Esun proceso diferente. Csmico. Una radiacin a distancias intergalcticas, por medio deun proyector que slo puede actuar en el vaco absoluto, y que no precisa mquinareceptora, aunque pudiera suceder que la diminuta mquina que consigo llev mi hija ensu viaje al infinito, le atrajera a usted, en su reintegracin fsica, pero eso resulta

    problemtico. He perdido su rastro, ignoro dnde puede hallarse ahora, y ello dificultamucho la posibilidad de que se llegue a reunir con ella inmediatamente.

    Entonces...?

    Djeme terminar, Adam. Es posible, sin embargo, que usted encuentre su rastro. Y

    entonces tendr en su mano el mismo poder que yo le concedo ahora: es decir, laposibilidad de desintegrarse y proyectarse a distancia, con ciertas limitaciones, eso s,oprimiendo el resorte rojo de su cinturn. El lugar elegido para materializarse de nuevo,lo habr usted mismo sealado en un pequeo graduador magntico que lleva consigoen uno de los bolsillos de sus ropas de astronauta.

    Entiendo todo esoasent. Y... y la nave? Ni siquiera parece una nave, profesorVoss.

    No lo es. Slo es su medio de transporte, su seguridad contra meteoritos, radiacionescsmicas y todo eso. Ese material le envolver, una vez desintegrado, en forma deradiaciones aislantes, dotadas a su vez de fuerza motriz para desplazarse y desplazarle

    por inmensas distancias csmicas.

    S, ahora creo entenderlo todo. Es una especie de urna protectora, de estuche deseguridad en un viaje de billones de millas... suspir. Lo que an no entend deltodo es el por qu... su hija est... donde est.

    La expresin de Helmut Voss se nubl un instante. Luego, inclin la cabezasombramente. Sus palabras me llegaron ahogadas:

    Cuando la encuentre lo sabr, Adam. No me pregunte ahora. Ella es la respuesta...

    43

    Enigmticas palabras. No me aclaraban nada, y me abran cien puertas diferentes. Lecontempl, pensativo. Luego, le hice la que consideraba ltima pregunta:

    Y... si la encuentro, profesor..., debo reintegrarla a su lado?

    S, por favor me dijo. Si le es posible, hgalo. Slo si le es humanamenteposible. Dgale que las cosas han cambiado para ella. Lo entender. Lo entender muy

    bien, no lo dude.

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    27/60

    Conformemov la cabeza, afirmativo. Bien, profesor. Creo que todo est claro.Pero puede que, si todo va bien, regresemos dentro de siglos. Cuando ni usted ni nadiequeden ya vivos en el mundo, ni persona alguna se acuerde de que existieron algunavez.

    Es muy probable, Adam. Temo que sea as. En tal caso, vaya a mi tumba. Habr unainscripcin en ella. Mi hija entendera. Algo ms?

    Nonegu. Nada ms. Supongo, profesor, que debo darle las gracias por todo.

    No me las d. Yo debo drselas a usted, Adam. Va a hacer mucho por m.

    Hubiera querido ayudar a los mos, a los rebeldes como yo murmur, ajustando micasco astronutico. Soaba con derribar un tirano y transformar un sistema. Pero veoque no me es posible lograrlo...

    No, no es posible. Llevara tiempo. Demasiado tiempo. Siento no poderle conceder susueo, una vez aceptada la misin en las estrellas, Adam. De todos modos, no tengoautoridad sobre usted. Le repito que puede dejarlo todo... y seguir su lucha, susimpulsos.

    Ya tom mi decisin, profesor. Usted me ha concedido una nueva vida. Es justoponerla a su servicio Tal vez cuando regrese, sabr que esta tirana fue sepultada al finpor los hombres que suean con ser realmente libres. Tal vez visto a la distancia desiglos, todo lo que ahora es trascendente me parezca trivial y ridculo. Y los tiranos, lasdictaduras, la opresin al pueblo y el abuso y corrupcin del poder, sean slo historia.Una triste y lejana historia de siglos, que el hombre liberado habr aprendido ya aolvidar.

    Lo cree realmente as, Adam?

    No lo ssuspir. Quiz piense en utopas, profesor. Pero me gusta soar. Es elnico lujo que el hombre oprimido se puede permitir...

    Un momento despus, un apretn de manos sellaba nuestra despedida. La eternidad nosesperaba a ambos, y lo sabamos. l, se quedaba all, con sus pies en la Tierra,esperando el paso inexorable de la vida.

    Yo...

    Yo iba hacia las estrellas. Hacia el infinito. Hacia donde el hombre jams fue antes.

    Quiz hacia mi propia eternidad, lejos de mi mundo y de mis gentes. Pero eso noimportaba ya demasiado, para un hombre oficialmente muerto y olvidado.

    Cuando se produjo la dispersin atmica, la proyeccin fantstica de electronesenergticos hacia el gran vaco, supe que el viaje haba comenzado.

    Dej de ver, de sentir. Tuve una rara, nebulosa sensacin de flotar, de remontarme sobremundos, estrellas y soles, hacia una negrura sin fin, hacia un boquete enorme, oscuro y

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    28/60

    profundo, abierto en medio del girar luminoso de las grandes galaxias, de lasconstelaciones y grupos estelares perdidos en el universo.

    Un agujero en los astros me absorba, me engulla. Ms all, incluso, de donde soara laciencia del profesor Helmut Voss, all en la Tierra, quiz a trillones de millas ahora de

    distancia. A miles, a millones de aos luz de separacin de mi ser invisible, proyectadohacia las estrellas.

    Y ese agujero csmico me trag, me sumergi en su oscuridad absoluta y terrible.

    Creo qu entonces, slo entonces, supe que haba salvado lo que ninguna criaturaviviente alcanz jams ni, posiblemente, volvera a alcanzar.

    Supe que haba llegado ms all del universo. A otro lugar. A otra Dimensin...

    SEGUNDA CRNICADIMENSIN IMPOSIBLE

    CAPTULO PRIMERO

    Otra Dimensin.

    Nunca hubiera sabido que eso fuese posible. Nunca lo hubiese imaginado as. Enrealidad, uno nunca imagina de ninguna forma lo que est fuera de su concepto de las

    cosas.

    Conoc toda mi vida tres dimensiones. Como todos.

    De repente... me encontraba en aquella otra zona. No s qu zona. No saba dnde. Peroera otra cosa. Otra Dimensin?

    S. Saba que s. Algo, en un rincn de mi mente, me lo deca. El agujero... Un agujeroen las estrellas. Se hablaba de eso a veces. Yo nunca lo admit. Es lo malo de sermatemtico. Se piensa en cosas abstractas. En cifras. En ecuaciones. Hasta entonces, laCuarta Dimensin era slo eso: una ecuacin compleja e indescifrable.

    Pero estaba yo ahora en una Cuarta Dimensin... o era otra? Una Quinta, una Sexta,una...?

    Mir a mi alrededor. Respir algo que ni siquiera era aire. Ni oxgeno puro. Quiz unanueva atmsfera.

    Aquella atmsfera pareci aligerar mis pulmones. Y mi mente. Mir en derredor conuna nueva idea de las cosas, insuflado de un extrao optimismo, de una euforiainquietante. Estaba seguro de flotar en algo, pero... realmente flotaba?

    Vi mundos. Soles. Vaco. Luces. Colores. Fantasmagricos efectos de ondas luminosasy de cromatismos inverosmiles que yo jams haba vislumbrado antes. Alrededor mo,

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    29/60

    algo as como un curvo muro de vidrio, me separaba de todo ello. Era como viajardentro de una caja cristalina. Una caja cilndrica. Vagamente, record el envoltorio demi rara cpsula espacial, la que hiciera el profesor Voss...

    Era lo nico que me separaba de todo aquello? De un universo nuevo e ignorado? De

    unas formas, dimensiones y materias insospechadas en algn confn universal, ms allde todo lo alcanzado por el hombre?

    Mis manos buscaban los controles de reactivacin. Quera materializarme de nuevo,estuviera donde estuviese. Pero qu lugar era se? Adonde me condujo la cienciaextraa de Helmut Voss?

    Hubiera querido respuestas. Cualquier respuesta. Buena o mala. Pero no la haba. Noexista ninguna. Ya no. Estaba lejos. Demasiado lejos para ello.

    Presion algo. Un resorte. La prodigiosa sucesin de formas, colores y dimensiones

    pareci frenarse, distenderse, crear una espejeante imagen falsa y deforme. Y, como unvidrio que se hace aicos, me sent golpeado contra una superficie que no exista. ComoAlicia, al capricho de Lewis Carroll, su inefable bigrafo y narrador, me sent inmersoal otro lado de una pared rota por mi propio yo.

    Me sumerg en esa otra Dimensin apenas entrevista en el viaje a travs del agujero enlas estrellas...

    Y las cosas parecieron reventarse, estallar, hacerse aicos en torno mo. Luces, colores yformas, fueron un carrusel delirante en mis ojos y mi cerebro, envolvindome, en untorbellino de serpentinas de color y distorsin increbles e inmateriales.

    Luego, fue un abismo negro, negro como un pozo sin fin, el que me engull,llevndome a mundos de ensueo y de fantasa.

    Pero tambin de terror.

    Terror.

    Supe que tena miedo, cuando abr mis ojos y las tinieblas se dispersaron, en algunaparte de mi mente, dejndome ver algo que jams haba imaginado. Algo que era digno

    del ms escalofriante y aterrador concepto del miedo nunca previsto.

    Porque, a pesar de saber que estaba en otro lugar, en otra Dimensin..., la descarnadafaz de la Calavera vino hacia m. Sus dientes desnudos chocaron con mis labios. Su

    boca sin forma roz heladamente mi piel...

    Supe que era el bes de la Muerte. Supe que aquel monstruo esqueltico y terrible queme acosaba, quera llevarme consigo a un mundo de sombras eternas, de tinieblassituadas ms all de todo lo conocido, incluso ms all de la propia Ultra-Dimensin enque crea hallarme...

    No!rug violentamente.

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    30/60

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    31/60

    Y un rostro hermoso, el ms bello e increble que jams conoc, dej de ser real, deexistir ante mis ojos.

    En su lugar, una hueca risa sarcstica flot en el vaco inmenso que me rodeaba.

    Y de nuevo volvi a m la efigie terrible de la calavera. Una calavera amarillenta yhorrenda, surgida de las sombras de... de dnde?

    Cuando sus dientes descarnados rozaron mi boca, sent nuseas. Y creo que vomit.

    * * *

    Por qu, viajero de las estrellas?

    Por qu..., qu?quise saber.

    Por qu lo hiciste? Vomitar, me refiero.

    Oh, eso... sacud la cabeza, angustiado, sudoroso. No saba dnde estaba. Perosaba que senta nuseas. No s. Me dio asco...

    La calavera?

    La Muerte.

    La calavera no es la Muerte. Slo lo que queda de ella...

    Es igual. Los hombres tenemos un concepto especial de esas cosas.

    Un concepto medieval.

    Quizadmit secamente. Dnde estoy?

    Eso no es fcil de saber, viajero o una sonrisa que llegaba de alguna parte. Peroalrededor mo haba solamente una penumbra azulada, sin gentes ni formas. Slo con elsonido de aquella curiosa voz humana, apagada, susurrante, como confidencial y amiga.Pero algo en ella me deca que no haba que considerarla demasiado amiga, despus de

    todo...

    Por qu no? repliqu. Siempre que se pregunta, se encuentra una respuesta, laque sea.

    Y si esa respuesta no gusta?

    No importa. Si es la verdad, debe aceptarse. Con todo lo bueno y lo malo que ellotraiga consigo.

    Est biensuspir la voz.Te lo dir. Ests demasiado lejos.

    Demasiado lejos..., de dnde?

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    32/60

    De todo.

    Qu es todo?insist.

    Justamente esori la Voz. Todo. Slo ests oyendo voces. Notando sensaciones.

    Vives cosas que no existen realmente aqu. Donde ests ahora, no hay materia. No hayformas. Es..., es otra Dimensin. El Hombre nunca lleg aqu.

    Mientesrepliqu.

    Cmo has dicho?

    Mientessuspir. Alguien lleg hasta aqu. Antes que yo.

    Quin?

    No era un hombre, sino una mujer. Pero t hablaste del Hombre como elemento vital,no por su sexo. Me equivoco?

    Una pausa. Alrededor mo, vapores de oscuridad, de silencio y de vaco, se enroscabanen una Nada absoluta. De alguna parte, cerca o lejos existe la distancia en la

    Nada?, me lleg aquella voz extraa y profunda:

    No te equivocas. Hay nufragos del espacio. Recalaron aqu en otros tiempos. Lossiglos no representan mucho para nosotros...

    Nufragos del espacio? No entiendo eso muy bien busqu en vano el origen deaquella voz de otros mundos, entre los vahos luminosos de un espacio diferente, casi

    psicodlico a fuerza de cambios de luces, colores y masas.

    Hay viajeros del pasado..., del presente... y del futurome respondieron.

    El futuro?repet, atnito.

    Eso es: el futuro. Los que an no son. Ni existen. Qu importa para nosotros todoeso, si estamos al margen del Tiempo que entendis los del Universo tridimensional?

    No busco el futuro repliqu speramente. Slo el presente. O un inmediatopasado. Busco a una mujer.

    Una mujer?la voz me lleg, riente, sardnica casi. Ya conociste a una. Te beshace poco...

    La Muerte...me estremec. No, no esa clase de mujer...

    La Muerte es una Dama que slo en vuestros mundos es temida se burl de maquel insondable personaje situado lejos de mi visual, de mi percepcin fsica. Aqusignifica mucho menos...

    Quiz. Pero soy humano. Temo morir. Aunque en una ocasin ya estuve muerto...

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    33/60

    Tal vez por eso te bes...una risa extraa, fantstica, retumb en mbitos informese indefinibles, acaso como rebotando en muros que no existieron jams. S, no hayduda. Eres un hombre besado, mimado por la Muerte... Yo, sin embargo, me refera aotras mujeres...

    Otras? Quines?me interes vivamente.

    Nunca se sabe... Quiz mujeres que an no. Nacieron...

    Yo busco algo diferente. Mujeres que s nacieron. Una, sobre todas. Se perdi en elUniverso. Puede que penetrara en el agujero en las estrellas. Puede que est aqu...

    Aqu?dud la voz fantstica. Por qu?

    No lo s. Slo lo pregunto. Slo busco. Quiero saber..., encontrar...

    Muy biendijo mi interlocutor invisible. Busca.

    Trata de saber. Trata de encontrar. Yo no quiero ser un obstculo en tu bsqueda. Perotampoco puedo ayudarte en nada. Busca, Hombre! Busca... La recompensa debeshallarla por tu propio esfuerzo. Puesto que llegaste hasta aqu, sigue buscando... Yo notratar de interponerme en tu camino. No te beneficiar. Pero tampoco te pondrobstculos...

    Y t... t quin eres?quise saber.

    Slo me respondi una larga, hueca, lejana carcajada, perdindose en remotos abismossin dimensin ni forma.

    Te asombraras si lo supieras, Hombre... fue lo ltimo que o decir al ser a quienjams llegu a ver, ni siquiera ms all del Universo.

    Y, de sbito, todo se clarific en torno mo. Huyeron vahos de luz y color, volutas deincreble cromatismo y densidad luminosa. Como absorbidos por algo inconmensurabley fabuloso, que estaba por encima de todo lo humano y material. Me encontr flotando.

    Flotando con mi extraa nave cristalina, cilndrica. Flotando en una negrura total, sin

    estrellas ni nebulosas, sin luces ni puntos de referencia.

    Pero delante mo, sbitamente, vi algo.

    Algo que se mova. Una nave.

    Una nave perdida. Flotante. Desgarrada. Como un navo en naufragio csmico, por losmares de sombra del vaco. De un mbito situado... ms all del Cosmos, ms lejos detodo lo conocido, lo explorado, lo imaginable...

    Haba unos elementales cuadros de mandos ante m, para ser pulsados en el viaje

    intergalctico al que me enviara el profesor Helmut Voss, all en la Va Lctea, en unpequeo planeta de un diminuto sistema solar... Puls unas teclas. Saba lo que iban a

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    34/60

    responderme las diminutas computadoras de a bordo. Estaba en la Cuarta o la QuintaDimensin. En el Ultracosmos. En el Otro Universo...

    Error. Profundo y sorprendente error humano. No era sa la respuesta electrnica. Nofue eso lo que me dijo mi pequea computadora al ser interrogada.

    Esta es la Dimensin Cero me inform la mquina de a bordo, con precisinmatemtica, a travs de una diminuta pantalla fluorescente. Informe exacto: no haydimensin alguna. NINGUNA Dimensin. Este es un Universo sin formas ni materia,ms all de los lmites csmicos...

    Me qued petrificado. Vacilante. Sin saber qu hacer, qu decir, qu preguntar. Nisiquiera qu pensar...

    Entonces son la voz a mi espalda:

    Hola, Adam. Qu va a ocurrir ahora?

    Me volv, con un escalofro de horror. Ni siquiera saba qu iba a encontrar...

    CAPTULO II

    Lo ltimo que uno espera encontrarse en un lugar as, es justamente lo que yo vi antemis atnitos ojos, empezando a preguntarme si mis sentidos conservaban el adecuadoequilibrio.

    Ella pareci entenderlo. Pareci leer mis pensamientos. Y respondi a ellos. Porque ellaera, naturalmente... una mujer. La ms hermosa que jams imagin..

    Su respuesta retumb en mis odos como un eco lejano, casi musical e increble:

    No, no tengas miedo. Estoy aqu, contigo... Es cmo si hubiera estado esperndotedurante siglos. Y, sin embargo...

    Dej en el aire sus palabras. Mir la nave desgarrada e inmvil, que flotaba frente a men la negrura de lo Eterno. Record vagas palabras, frases de unos y de otros: S quenunca, nunca, ser hallada. Pero es mi hija... La Calavera no es la Muerte. Slo lo que

    queda de ella... Otras mujeres te besaron. Quiz algunas que no nacieron...

    Aquella mujer poda ser cualquiera. Cualquier cosa. La hija de Voss, perdida en elUniverso. La Muerte. O alguien que no haba nacido...

    Quin eres?quise saber. Quin, realmente?

    Es una respuesta difcil, Adammurmur ella. Quin quieres que sea?

    Mir sus ojos dorados, su cabello azul, su piel de extraa tonalidad de alabastro. Sacudla cabeza, desorientado. Hubiera querido decir muchas cosas. Pero aquella criatura,aquella mujer casi evanescente, dentro de mi propia cpsula, como surgida por arte demagia, me hizo pensar en algo inquietante y tremendo.

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    35/60

    No lo s... confes. Pero me parece que vienes de otros mundos, de otrostiempos... No, no quisiera creerlo. Sin embargo, jurara que..., que llegas del futuro. Nos de qu lugar de ese futuro, pero de un sitio donde me sera imposible encontrarte,fuera de este mbito que nos rodea...

    Ella me mir. Se ech a rer. Sus cabellos azules se agitaron como soplos de cieloperdido en el abismo csmico para siempre. Luego, se aproxim a m y susurr:

    S, es cierto... Soy alguien que ni siquiera ha nacido an para ti..., pero que ya estoymuerta, olvidada en la noche de los siglos... sus labios me rozaron con un heladosoplo, y tuve la rara intuicin de que la propia Muerte volva a besarme en el umbral delo Desconocido, Luego, empez a diluirse, como una simple visin fantasmal, y o entresus risas unas pocas palabras, muy pocas, difuminndose en el silencio eterno de lovaco, de lo que ni siquiera era nada: Bscame, Adam... Bscame, y tal vez meencuentres a tiempo... Estamos por encima de los siglos, por encima de todo. Busca...Busca en esa nave que flota ante ti, muerta y rota durante siglos enteros...

    Se acab de disolver. Me qued slo en mi nave cilndrica, vidriosa.

    Algo, una fuerza inexplicable, casi telrica, me conduca hacia la extraa nave alargaday blanca, destrozada, como un residuo de un naufragio sideral en los abismos de unCosmos diferente e ignoto, frente a m.

    Era la mujer de cabellos azules y ojos de oro? No poda saberlo. Pero segumovindome en esa direccin.

    Segu avanzando.

    Y, de repente...

    De repente, como sucede en los sueos, me encontr con que haba llegado a mi destino.Estaba dentro de la nave silenciosa, perdida en la nada.

    Delante de una serie de cpsulas ovoides, cristalinas... conteniendo cadveres.Cadveres rugosos y descompuestos, con atavos espaciales de extrao color que nuncaviera antes de ahora. A mi alrededor, todo era blanco, asptico y como plastificado.Roto tambin. Desgarrado. Con enormes huecos asomados al vaco, entre jirones de

    material y fondos de negrura eterna.

    Era la Nave.

    La mir, absorto. Descubr increbles formas y elementos desconocidos para m. ElFuturo.

    S, el Futuro...

    Era evidente que vena de all. De alguna parte, en tiempos que an no haban llegado.De un confn de los inmensos confines siderales. 0 del ms all nunca explorado ni

    imaginado...

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    36/60

    Jams vi ni imagin una nave parecida. Posea una serie de engranajes y mecanismosfabulosamente perfectos. Pero todo estaba averiado, maltrecho, destrozado. Haba froen mi derredor. Fro de metal rasgado, de vaco, de silencio csmico, de muerte y decaos total.

    Aquellos astronautas muertos, me causaron pavor. Eran cadveres de siglos. Difuntosde otro Tiempo y Espacio, estaba seguro. Slo aquella elipse citada por el profesorVoss me permita vivir un momento que, quiz, ni siquiera se haba producido an...

    Quise comprobarlo, pese a todo. Me detuve ante una de las cpsulas funerarias de abordo. Un viento helado pareca venir de todas partes. Pero no se mova nada a bordo.No haba sino una luminosidad tenue, procedente de tableros electrnicos enfuncionamiento automtico. Y ms all, oscuridad. Vaco. Un abismo de centurias. Decientos de millones de centurias y de aos luz. Y en alguna parte, una aberturahermtica, cerrada ya a todo regreso.

    La puerta, el agujero en las estrellas...

    Hice funcionar mi computadora especial del cinturn. Vi deslizarse cifras verdes,fosforescentes, en un rectngulo luminoso de mi cintura. Le cifras mareantes, envertiginosa sucesin. Luego, de repente, la terrible, demoledora respuesta. Fra,matemtica. Con la rigidez glacial de todo lo puramente matemtico.

    SIGLO CIEN DE LA ERA CRISTIANA TERRESTRE. ANO 9857: LUGAR:ULTRACOSMOS...

    Ultracosmos... Ao 9857...

    Me estremec. Lo haba logrado. El gran sueo de Helmut Voss. Espacio-Tiempo. Unaelipse sin principio ni fin. Una curvatura en el Universo, Otra Dimensin, sin duda...

    Y, de repente, algo me horroriz. Contempl la momia que reposaba en aquella urnacristalina, ante m. Cre reconocer el ajado uniforme naranja luminoso, el cabelloazulado, el rostro de piel de alabastro, los ojos de oro, ahora abiertos y vidriosos...

    Ella!gem, tambaleante, apoyndome en uno de aqullos blancos muros plsticos,desgarrados, entre los que me encontrara sbitamente, como el personaje de un sueo

    que prescinde de molestos desplazamientos en su mundo onrico e inmaterial. Esella...

    Era ella. Ella. La misma hermossima, misteriosa criatura que, hablara conmigo pocoantes, a bordo de mi extraa, ligera nave csmica. Desdoblamiento? Espritu ycuerpo? Proyeccin teleptica? Sueo, imaginacin, mutacin entre la vida y lamuerte?

    Para m, no haba nacido siquiera. Le faltaban miles de aos para ello. Tambin a sunave, sin duda alguna. Y, sin embargo, la nave estaba rota, destrozada, flotando en lanada total. Yo... yo dnde estaba? Y, sobre todo, cundo estaba viviendo ahora?

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    37/60

    Muchacha... susurr, inclinndome hacia ella. Me arrodill en el suelo blanco de lanave asptica. Clav mis ojos en una momia de siglos, que alguna vez fue la hermosamujer con quien me encontr unos momentos, en mi viaje intergalctico. Muchacha,seas quien seas, ests donde ests ahora... nos hemos encontrado. Quiz ms all de lavida y de la muerte, pero... en qu lugar, exactamente? Por qu tuvimos que

    encontrarnos, separados por tanto tiempo y tanta distancia? Por qu t y yo...quienquiera que seas, muchacha maravillosa?

    Cerr mis ojos, angustiado. Oprim con mis dedos aquella urna de material vidrioso,donde yaca la momia de una remota mujer, muerta en el vaco estelar, slo Dios sabavctima de qu mal o infortunio, como su nave majestuosa haba sido destruida poralgn cataclismo insospechado de los espacios situados ms all de las estrellas...

    La presin de aquella mano, sobre mi hombro, me devolvi a la realidad. Con repentinosentimiento de incertidumbre y terror. Saba que estaba solo a bordo de una milenarianave perdida en el otro Universo por donde ahora viajaba. Pero entonces..., quin me

    estaba tocando?

    Calma dijo una voz fra e impersonal junto a m. Calma. No te muevas. Nointentes nada, seas quien seas. De otro modo... morirs.

    Me qued rgido, petrificado. Eran palabras coherentes. Duras, ominosas. Pero bieninteligibles. Un interlocutor a millones de aos luz... que hablaba mi mismo idioma!

    Qu significa...?murmur, con un jadeo ronco, sin atreverme a girar la cabeza.

    Descubr una mano escamosa, de dedos membranosos y horribles, apoyada en mihombro, como la de un monstruo. Creo que hubiera gritado con asombro y horror, de no

    producirse en ese momento otro increble prodigio, que mantuvo mi garganta seca ysilenciosa, al tiempo que fijaba mis ojos atnitos en el contenido macabro de aquellaurna de vidrio frente a m.

    Dentro, de la vidriosa tumba de a bordo, la momia de una hermosa mujer de cabelloazul, ojos dorados y piel de alabastro, ya NO ERA una momia, sino que volva a serELLA!

    Ella, mirndome con ojos dulces y luminosos, muy abiertos, con sonrisa cautivadora,

    con rostro terso, juvenil, lleno de vida. Aquel mismo rostro que, slo un momento antes,era el de un cadver reseco, rugoso, con siglos de silencio y de muerte sobre s...

    La viscosa, spera mano de escamas y dedos membranosos, me hizo girar con violencia,apartando mi mirada de ella; Entonces s creo que grit, lleno de horror.

    CAPTULO III

    Te asusta mi presencia, humanoide?

    Hunanoide. Era eso lo que haba dicho. Le contempl, dominando ahora mi asombro,para no gritar de nuevo. Sacud la cabeza, afirmativamente.

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    38/60

    Siempre asusta aquello que no se conocedije.

    La fealdad y la belleza no existen me replic. Es slo cuestin de concepto.Mira...

    Mir. Era un horrible ser con rostro de pez, escamoso y plateado, de enormes ojosdesorbitados, muy redondos y vidriosos. Su cuerpo todo era informe, reptante. Mitadsaurio, mitad pez. O algo parecido. Pero vesta ropas de un raro tejido brillante yflexible. Su mano viscosa era fuerte. Muy fuerte. Sus dedos tenan ventosas adherentesy custicas. Vi mi traje espacial con seales de quemaduras donde l apoyara aquellamano.

    Estaba transformndose. Una mutacin increble. Ya ni siquiera era un pez, un saurio oun reptil. Era... humano.

    Humano y hermoso. Singularmente hermoso, con la belleza clsica de una estatua

    griega o romana. Muy rubio. Ojos azules. Rostro anguloso y atractivo. Se ech a rerextraamente, mirndome muy fijo.

    No entiendodije. No puedo entenderlo...

    Era lo que yo entenda por belleza humana. Tuve una rara sospecha. Su risa me hizoconfirmar ese temor. Asinti. Era telpata.

    S, es cierto dijo. Me he vuelto como t desearas que fuese. Es tu propioconcepto de la belleza fsica el que ves. El mo es muy diferente. Pero no quierocausarte horror.

    Quin eres?indagu, mirando en torno, a la nave ahora completa, resplandecientee intacta, como si nada hubiera sucedido.

    Todava no s yo quin eres tu me replic l con aquel tono suyo, fro ymonocorde, inmutables las que ahora eran hermossimas facciones de un Apolo o undios mediterrneo. Ni siquiera de dnde viniste...

    Si eres telpata, como pareces, no puedes ignorarloseal secamente.

    Cierto solt una carcajada el mutante. Leo tus pensamientos. Planeta Tierra.Hace siglos. Muchos siglos. Demasiados, dira yo. Llegaste de prisa aqu. Ni siquiera esnuestro Universo. Te llamas Adam. Adam, qu? S, ya veo... Cyborg... Adam Cyborg...Tienes una mente difcil. Poderosa. Muy poderosa. Tratas de que no lea demasiadascosas. Y a veces lo consigues, pese a toda mi fuerza mental... Sabes quin soy yo,Adam?

    No. Pero lo imagino. Un ser de otras galaxias. Una forma de vida diferente. Pero coninteligencia. Puedes alterar tu apariencia a voluntad. Lees el lenguaje de cualquiera. Tumente lo traduce e interpreta en el acto. Captas imgenes y conceptos. Pero eres slo unmonstruo para cualquier humanoide r

    Un humanoide es un monstruo para nosotros, los Quax.

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    39/60

    Los... Quax?repet, mirndole muy fijamente.

    S. Los Quax, Una super-raza. Algn da llegaremos a todas partes.

    Afn de conquista? Belicismo?

    No neg framente. Dominio psquico. No hace falta violencia ni guerra. Secontrola a los humanoides. T eres diferente. Raro.

    S, algo raro record mis datos computados, tras el fenmeno radiactivo delexperimento del profesor Voss. Y... ella?

    Hice un gesto hacia la urna de la gran nave blanca. El falso humanoide mir hacia ella.

    Una mujerdijo. Humanoide de otras galaxias. Te importa?

    No lo s. La vi muerta. Momificada. Esta nave estaba destruida, perdida... Ahora,todo est bien, todo vive de nuevo a bordo...

    Debiste soar se burl mi interlocutor mutante. O tal vez ves el futuro. Vienesde tan lejos, que todo es posible. El Tiempo es una Dimensin ms. No la mscompleja. Tal vez te retrasaste mentalmente un poco...

    Un poco?

    S. Slo de modo psquico. Luego, tu fsico entr en su momento preciso. Eso quieredecir que la nave ser destruida. Y ella morir. Como todos los dems...

    Quin provocar eso?

    Nosotros, los Quaxsuspir el hombre-pez.

    Vosotros...le mir, casi con odio, a pesar de que me recordaba una obra maestra deFidias, de Mirn o de Miguel ngel. Entiendo. Sois una raza destructora. Cruel.

    Siempre hay dos clases de seres. Dbiles y fuertes. Nosotros somos los fuertes,Adam.

    Por qu? Cul es la razn para destruir? Odio a los humanoides?reclam.

    Es algo ms profundo.

    Como qu?

    No te importa demasiado. Pero te contar algo. Por siglos y siglos, los humanoidesgobernaron nuestro mundo. Ellos fueron los tiranos. Nosotros, los esclavos. Toda tiranatiene su fin.

    Tal vez sea as en vuestro mundo, no en el mo suspir, evocando lejanosrecuerdos. De todos modos... s que nadie es nunca enteramente bueno ni

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    40/60

    radicalmente malo. El maniquesmo lo ha creado el hombre. La xenofobia, tambin.Cre que aqu sera diferente...

    Esta nave fue lanzada al espacio para aniquilarnos me explic el Quax. Sonsoldados espaciales. Aniquiladores de otras razas. No son culpables. Cumplen rdenes.

    Pero debemos defendernos.

    Matando?

    Matando, si es preciso unos falsos ojos azules, que no podan hacerme olvidaraquellos otros redondos, abultados y monstruosos, se fijaron en m. De qu lado vasa estar?

    No lo s sonrea duramente. Pero siempre me gust estar del lado de quienperda, del ms dbil.

    Muy bienseal las urnas. Entonces, sern ellos... y t. Has debido ver tu propiofuturo. Muerto, destruido a bordo de esta nave...

    Tal vez el futuro pueda cambiarse, alterarse.

    Imposible. Si lo has vivido, si pasaste por l... es que ser as. Nadie puede alterar loque ha de ocurrir.

    No lo s. Algo me trajo aqu. Puedo morir, es cierto. Pero lo intentar evitar por todoslos medios. Contra vosotros, los Quax, y contra quien sea. Esa mujer me pidi ayuda, los. Desde el futuro, desde donde fuese,... Y yo se la prestar.

    Ser intil me avis. El pasado, nadie lo cambia si viaja hacia atrs. El futurotampoco, si antes ha visto cmo ser...

    Quiz mi visin psquica era un error. O una advertencia re duramente. Voy aluchar por esta gente. Por esta nave. No s por qu..., pero lo har. Contra ti y contraquien sea, Quax.

    Los Quax somos muchos... muchos!me avis malignamente.

    Le vi hacer un gesto. Slo un gesto.

    Y, repentinamente, toda la nave se invadi de monstruos escamosos, de seres comopeces reptantes, anfibios de facciones abominables... Brotaban de todas partes. De todoslos tamaos. Eran como moscas, pequeos pjaros, enanos o reptiles. Me rodearon,sibilantes, en una especie de dantesca nube amenazadora.

    Matad! rugi el Quax, dejando de mostrar su falsa personalidad humana,Matad!...

    Y se lanzaron sobre m en oleada, para aniquilarme.

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    41/60

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    42/60

    Sasinti ella dulcemente. De ello hace aos ya...

    Quienquiera que seas, te vi ya una vez en mi nave... destruida.

    Para ello faltaban aos tambin. Siglos, quiz. Pero has roto la armona Tiempo-

    Espacio en nuestra Dimensin. No s lo que ello pueda traer consigo. Nos salvaste lavida a m y a mis compaeros de viaje astral, pero...

    Pero... qu?la mir, preocupado por su modo de dejar la frase en el aire.

    Pero dijeron que eso traera consigo alteraciones ms profundas. Un caosdimensional... No se a lo que podan referirse, pero quiz no sea justo que fuerza algunacambie lo que est trazado de antemano...

    No poda permitir verte ah sin vida, mujer... Cul es tu nombre? inquir, con vozgrave, sin dejar de mirarla.

    Mi nombre... aquellos ojos dorados me sonrieron enigmticamente, como unmensaje de ternura a travs de todos los espacios y tiempos, conocidos. Es simple.Fcil. Breve: Axa.

    Axa...

    As me llamo, s. Axa, mujer de tu Futuro. Ahora, algo nos une y hace coincidir enotra Dimensin... En un futuro remoto, sera enviada a las estrellas con una tripulacinde hombres y mujeres, para una primera experiencia intergalctica de mi planeta, tanlejano del tuyo. Algo nos ha reunido aqu hoy, por encima de diferencias temporales. Yello ha servido para que t nos ayudaras a sobrevivir y a romper nuestro destino yatrazado, como viste en una anticipada visin de lo que hubiera sido el futuro sin ti...

    Me gustara amarte, Axa...

    Y a m, Adam. Pero..., pero nos est permitido algo as? Pueden dos seres, porencima de aos-luz, de siglos de vida y de muerte, unirse para ser felices? Eso es lo queignoro. Un amor intergalctico no es algo que est al alcance de cualquiera... Quiz nisiquiera de ti y de m...

    Asent en silencio. La contempl. Era fcil amar a una mujer como Axa, fuese de dondefuese, procediera de donde procediera. Pero, como ella deca, era lcito, era posible,amar a travs de Galaxias, siglos de distancia lumnica y otros abismos profundos einsondables del Universo?

    Tienes razn admit tras una pausa. Oprim su mano con calor. No podemossaber si eso es posible, o slo responder a un espejismo, a una ilusin tan pasajeracomo mi visin de esta nave, desgajada y rota por el vaco, con una legin de cadveres

    por tripulacin... No, no podemos romper ciertas barreras puestas a los seres quepueblan el espacio...

    Por lo menos, todava no me sonri, animosa, la enigmtica Axa. Ven, Adam.Ven conmigo ahora, puesto que tanto te debo...

  • 8/13/2019 Curtis garland - Crnicas galacticas

    43/60

    Adonde?pregunt.

    A mi mundo. Donde