Benítez Rubio, Fco. Javier - Cuadernos de Filosofía Política II - Ideología

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    NDICE GENERAL

    ndice general 2

    IDEOLOGAS

    1. PUERTA A o PUERTA B 52. CRTICA A LA IDEOLOGA DE KARL MARX 63. LA IDEOLOGA POSIDEOLGICA 84. PREGUNTAS DE DIFCIL RESPUESTA 105. POSICIONES PREVIAS E IMPLICACIONES 13

    LIBERALISMO 17

    1. LOS PILARES BSICOS 192. CONSECUENCIAS 213. JANO 28

    Eplogo 35

    CONSERVADURISMO 37

    1. LOS PILARES BSICOS 392. VISHNU 443. CONSECUENCIAS 46

    Eplogo 50

    SOCIALISMOS 53

    1. AVE FNIX 552. LOS PILARES BSICOS 643. CONSECUENCIAS 67

    Eplogo 69

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    NACIONALISMO 72

    1. LOS PILARES BSICOS 742. CONSECUENCIAS 763. PROTEO 794. LOS CONFLICTOS Y SU REGULACIN 82

    Eplogo 87

    TOTALITARISMO Y AUTORITARISMO 91

    1. GOODWIN:DISOLUCIN Y DESCARTE DEL TOTALITARISMO 942. WILFORD: ASCENDENCIA DEL FASCISMO 973. AUTORITARISMO 100

    Eplogo 103

    A MODO DE CONCLUSIN 104

    Bibliografa 109

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    Relativit

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    1. PUERTA A O PUERTA B

    En el monumental corpus del pensamiento poltico, y su praxis, a lo largo y ancho de

    la historia, la cuestin de la ideologa es una de las ms recientes. Desde que el hombre

    comenz a asociarse hace algunos eones, comenzaron sus dificultades de convivencia en

    comn. A la posteridad han pasado los intentos de aquellos antiguos de arreglarse y ajustar

    cuentas en su cotidianidad, por ejemplo en el Cdigo de Hammurabi. Luego comenzaron las

    primeras puestas en prctica de las aporas clave del gobierno de la humanidad. Grecia, y sudemocracia de las polis, se convirtieron en el primer gran referente; aun siendo una isla en

    un enorme mar de Imperios impuestos por entidades autoritarias, ha marcado sin duda toda

    la posterior reflexin poltica, siendo la fuente primigenia de la mayora de los conceptos

    polticos. Tuvieron que pasar un buen puado de siglos para que Maquiavelo instituyera la

    teorizacin consciente y racional de todo aquello que durante siglos haba sido realizado ms

    o menos, usando una expresin coloquial, al vuelo. Pero tuvieron que pasar todava unos

    siglos ms, hasta el XVI XVII, para que todo ese corpus, y esa praxis, se vieran alineados en

    varias facciones o modos de pensarlo y llevarlo a cabo. La ideologa no es lo primero,

    genticamente hablando, en poltica. La ideologa acoge, hace suya, la materia prima

    elaborada por siglos y siglos de convivencia humana. Lo que ocurre es que ahora parece que

    no se puede ver el mundo poltico sin esos filtros. Por eso la mayora de los manuales de

    teora poltica, incluido este, comienzan por describir esos compartimentos estancos de

    apropiacin de la realidad que llamamos ideologas.

    Destutt de Tracy pasa por ser el inventor del vocablo (Bealey, 2003:219; Eccleshall,

    2004:31; Molina, 2008:62). Para este filsofo francs, autor de 'Elementos de la Ideologa', es la

    ciencia o el estudio de las ideas, un saber enciclopdico y socialmente til, por la vertiente

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    educativa que tendra sobre la ciudadana. Pero no mucho despus, Napolen Bonaparte

    denost a su paisano acusando a la ideologa de fervor doctrinario. La ideologa era una

    perspectiva parcial y desfigurada de la sociedad, lo que era absolutamente incompatible con

    el pragmatismo del conquistador. Desde un primer momento quedan patentes las dos

    grandes vertientes de la ideologa: como marco terico y como manipulacin.

    Ideologa puede ser un vocablo lleno de contenido analtico, nuclear, incluso, en la

    reflexin y anlisis de la poltica. Una somera aproximacin nos dice que son un conjunto deideas caractersticas y sistemticas que manejan cierto grupo de personas. Por este

    razonamiento toda doctrina poltica coherente puede ser llamada Ideologa. Si queremos

    profundizar algo ms podramos decir incluso que es un conjunto de elementos filosficos,

    tericos y prcticos, que varan segn los autores que los piensan y los polticos que los

    ponen en prctica, y que evolucionan a partir de las tradiciones culturales y los procesos

    polticos e histricos en los que se insertan (Antn, 2007:104). O ser una mera etiqueta que se

    aplica a las doctrinas que rechazamos (Goodwin, 1997:26), cargada de un sentido peyorativo

    que tiene ms que ver con manipulacin, adoctrinamiento 'persuasiones y engaos'

    'evocacin de sentimientos y de miedos' o dogmatismo.

    2. CRTICA A LA IDEOLOGA DE KARL MARX

    El anlisis profundo del concepto ideologa comienza con Marx. En esto estn de

    acuerdo la mayora de los analistas. Marx no se limita a proponer una definicin de la misma

    sino que la entresaca de todo un estudio de la sociedad y de las relaciones que se establecen

    en ella.

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    Las causas materiales determinan todos los hechos y los fenmenos del mundo. Todo

    lo que puede o podr albergar la conciencia del hombre, teoras, pensamientos e ideas, estn

    determinadas por factores materiales y por las circunstancias sociales. Lo econmico

    determina todas y cada una de las estructuras de la sociedad, de cualquier sociedad. Todo lo

    que conlleva lo econmico es contrapuesto a la homogeneidad. Es decir, no todos los

    miembros de esa sociedad tienen la misma cuota de actividad y participacin econmica. As

    que todo sistema econmico da lugar a la existencia de clases en la sociedad. A esto le sigue

    que el conocimiento y las creencias de las personas vienen a determinarse por su particular

    posicin de clase en la sociedad en la que vive.

    La realidad social no es que sea heterognea, es que es contradictoria: existen dos

    clases en conflicto directo, a saber, la burguesa y el proletariado; y lo estn porque sus

    intereses son opuestos. La raz de la ideologa hay que buscarla en los intereses particulares.

    Aqu tendremos dos concepciones de ideologa, una por cada bando de contendientes: una

    que preserve el status quo y otra dedicada a criticarlo. Las clases acomodadas querrn

    resolver el conflicto en el plano abstracto del pensamiento: apelan a esos intereses comunes

    de todas las clases y tambin a la naturaleza orgnica de la sociedad, esto es, que cada clase

    hace lo que le corresponde segn el orden natural. Las clases menos desfavorecidas o bien

    no son capaces de articular su propia ideologa o bien nadie les prestaba una mnima

    atencin.

    Marx indica que aqu la ideologa sera un intento de solucionar lo irresoluble: un

    instrumento de represin de la clase dominante para engaar a las clases subordinadas con

    la finalidad de perpetuar su dominio. La economa no es ms que ideologa disfrazada de

    ciencia (Eccleshall, 2004:32). El trabajador es invadido por dicha ideologa lo que lo conduce a

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    ser explotado. Y la razn por la que el trabajador quiere mejorar no es otra que convertirse

    en un acomodado ms, disfrutando as de todos sus privilegios y dejando atrs sus penurias.

    El trabajador debe abandonar esa falsa conciencia y desarrollar la suya propia, asumir su

    condicin de explotado y mostrar sus verdaderos intereses. Constituir una clase para s y

    pasar a la accin poltica.

    En definitiva, para Marx, la ideologa, es un conjunto de creencias que van asociadas a

    un grupo o clase social determinada (Eccleshall, 2004:33). Por tanto, ser una deliberadadistorsin de la realidad, el mtodo ms delicado y denigrante mtodo de opresin (Goodwin,

    1997:30).

    3. LA IDEOLOGA POSTIDEOLGICA

    El impacto de la Segunda Guerra Mundial deja heridos de gravedad no slo a la salud y

    al espritu de la Humanidad, tambin a la economa: hay que reconstruir naciones enteras; y

    a las ideologas: todos fueron testigos de las masacres cometidas por el nazismo y el

    estalinismo. En este ambiente posblico se introduce el anlisis keynesiano que ataca al

    capitalismo autorregulado. Es un tiempo de penuria y el capitalismo del laissez-faire, adems

    de insensible ante la situacin crtica de medio mundo, era incapaz de mantener el desarrollo

    del mismo. La solucin pasaba por establecer un modelo mixto entre el capital privado y el

    Estado. La gran parte del pastel correra a cargo del Estado: nacionalizacin de las industrias

    esenciales, inversiones, empleo, salud, educacin y servicios sociales. Pero esto no

    neutralizaba a lo privado que segua manteniendo una cuota importante de negocio. Esto es

    lo que se ha llamado Estado del Bienestar, una economa capitalista bajo la proteccin del

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    Estado benefactor. Durante algunas dcadas todas las fuerzas polticas y los analistas

    tomaron por bueno este modelo, o al menos no hubo crticas radicales. Conservadores y

    socialdemcratas, cada uno por razones diferentes, en un sui generis pacto de no agresin,

    aceptaron esta especie de consenso o convergencia ideolgica. Como propagar creencias con

    fervor doctrinario era pernicioso para el correcto funcionamiento del mundo, a la teora

    poltica se le peda, o se le oblig segn quin cuente esta historia, a asumir que la ideologa

    ha sido superada por el consenso. La teora ya no tiene que entrar a valorar; su nuevo papel

    pasa por analizar los usos y los significados de los trminos polticos. Este es el contexto en el

    que se instaura el fin de las ideologas (Eccleshall, 2004:15)1.

    Ahora bien, no todos los autores ven con buenos ojos esto que ha venido a ser

    denominado como el fin de las ideologas. Estos acusan a los que lo proclaman de tomar el

    concepto de ideologa de manera peyorativa. Y es que con el uso de ciertas palabras,

    propagar, fervory pernicioso, ya estn indicando una fuerte animadversin muy ideolgica

    que contrasta con su supuesta cesacin ideolgica. Para estos autores que critican el 'fin' lo

    realmente pernicioso es la presencia del pensamiento nico. El fin de las ideologas ha

    supuesto la ausencia de confrontacin poltica, pero bajo esta supuesta calma subyace una

    ideologa opresora. Explica Eccleshall8 que lo que se haba acabado era el conflicto

    ideolgico, no la ideologa. El fin de las ideologas supone, realmente, la hegemona

    ideolgica dominante y tecnocrtica. Una lite, que se beneficia del consumismo, es la

    dominadora; que adems fomenta la creencia de que no hay necesidad humana que no pueda

    ser satisfecha mediante la tecnologa.

    1 Bealey, por su parte, cita en su Diccionario a R. Aron y a D. Bell como los principalesdefensores de esta interpretacin de la ideologa.

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    Este panorama de confrontacin entre dos interpretaciones antagnicas, es el

    contexto en el que se ha movido el anlisis poltico de finales del siglo XX y comienzos del

    XXI. Unos acusan a los otros de promover el pensamiento nico y monoltico, otros acusan a

    los unos de que romper ese consenso es muestra de radicalismo reaccionario. Del consenso

    se ha pasado al compromiso a una u otra postura. Haciendo un juego de palabras podemos

    decir que se pasado de la ideologa postideolgica a la postideologa ideologizada.

    4. PREGUNTAS DE DIFCIL RESPUESTA

    Dice Eccleshall (2004:13) al comienzo de su libro que las ideologas comparten dos

    caractersticas principales: una representacin de la sociedad y un programa poltico. La

    definicin que propone Goodwin (1997:40) no difiere mucho: una ideologa es una doctrina

    acerca de cul es el modo correcto o ideal de organizar una sociedad y conducir la poltica ,

    basada en consideraciones ms amplias sobre la naturaleza de la vida humana y el

    conocimiento. A mi modo de ver el planteamiento de ambos autores britnicos resp ecto a la

    ideologa se parece mucho al de la medicina, al seguir un triple movimiento. En el mundo de

    la medicina se establece la anamnesis, el diagnstico y finalmente el tratamiento. En el

    mundo de la poltica el primer movimiento de la ideologa es capturar el momento real desde

    una posicin determinada; el segundo, exponer el ideal propio al que se aspira a llegar; y el

    tercer y ltimo movimiento es propiciar la convergencia entre la realidad dada y el ideal

    propuesto. Y eso ocurre mediante recomendaciones que van desde pequeos retoques hasta

    la reconstruccin del orden poltico. La ideologa, segn este planteamiento, es de una

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    utilidad franca: proporciona una perspectiva coherente que permite llegar al conocimiento del

    mundo social y actuar en consecuencia (Eccleshall, 2004:14).

    Cada una de las ideologas hace su particular triple movimiento. Respecto al primero,

    y utilizando un nuevo smil cotidiano, cada ideologa fotografa la realidad desde su ngulo

    particular, con lo que cada toma ser diferente aunque el modelo sea el mismo. Luego, cada

    ideologa facilita su propio catlogo de principios y fundamentos. Y finalmente, cada

    ideologa propone las recomendaciones que les parecen convenientes en forma de programapoltico. El resultado de esto es evidente e inevitable: conflicto y colisin de unas contra

    otras. A partir de aqu se pueden plantear una serie de preguntas de difcil, o incluso

    inexistente, respuesta.

    Hay algn modo racional de determinar la verdad de los contenidos de las

    ideologas? Son clasificables las ideologas en una escala de veracidad-falsedad? Es posible

    el conocimiento de la sociedad y la actuacin sobre ella de forma imparcial y neutral? Estas

    cuestiones tienen que ver con el estatus epistemolgico de las ideologas (Eccleshall, 2004:33).

    Son los conflictos sociales los que determinan las ideologas o es al contrario? Reflejan las

    ideologas en puridad esos conflictos o lo hacen distorsionados? Estas, y otras cuestiones,

    tiene que ver con la dimensin sociolgica de las ideologas (Eccleshall, 2004:34). Qu hay

    detrs de las proclamas y soflamas de las ideologas? Son clasificables las ideologas en una

    escala de bondad-maldad? Por cul ideologa se decantan las personas, por la que mejor

    explica su situacin vital, por aquella que le dice lo que quiere or, por aquella otra a la que

    aspira a medrar o por aquella que entiende puede mejorar sus condiciones de vida? Es el

    ser humano un mero receptculo vaco y acrtico en el que las ideologas vuelcan su

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    contenido, es as qu los individuos no poseen criterios y voluntad propios? stas, y otras

    cuestiones, tienen que ver con el aspecto proselitistade las ideologas (Eccleshall, 2004:34).

    La respuesta a todas estas preguntas, y a esas otras no formuladas que cualquiera

    puede plantear, es la clara y patente muestra de que las ideologas existen, y que siguen

    participando de la vida poltico-social del hombre. Pero, a pesar de las diferencias

    conflictivas, el fondo de todas ellas sigue siendo comn, una especie de lgica interna

    comunal: los conceptos compartidos, el terreno lingstico donde se mueven y las

    cambiantes circunstancias sociales. Los conceptos races, que veremos ms adelante, como

    son la nacin, el estado, el poder, la justicia, la libertad, etctera, no son monopolizados por

    un solo grupo. Cada una de las ideologas hace una interpretacin sui gneris de las mismas,

    pero todas lo hacen con un repertorio lingstico comn. Adems, y para terminar, slo

    hacer mencin a lo evidente: las circunstancias sociales cambian. Las ideologas no se

    anquilosan en posiciones arcaicas inamovibles, sino que van modificando y rectificando sus

    posturas para adecuarse a los tiempos. Podemos intuir un clsico proceso de

    retroalimentacin: la sociedad influye en la ideologa y la ideologa influye en la sociedad.

    Se pregunta Eccleshall (2004:39), a la vista de que cada ideologa nos muestra un

    mundo parcial y unas soluciones partidistas a los problemas que surgen en el mismo, si no

    deberamos, pues, dejar de lado la controversia ideolgica y perseguir un saber social ms

    fiable?. La respuesta que propone, y que suscribe quien escribe, viene a ser que si

    eliminamos el debate ideolgico de la poltica, si damos la espalda a la diversidad de

    interpretaciones de las ideologas, estaremos negando la propia diversidad intrnseca del ser

    humano en la sociedad. Si no pensamos en el hombre en sociedad como una uniformidad

    simple, no podemos pensar que no exista la ideologa. Una sociedad sin juicios de valor no

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    existe, no ha existido nunca, de hecho (Goodwin, 1997:38-39). Por tanto, es imposible concebir la

    poltica sin ideologa, libre de valores. La poltica sin valores no existe, no ha existido nunca,

    de hecho, y una vez ms. Se hace necesario, pues, reflexionar sobre qu valores defiende cada

    ideologa y de qu modo lo hace, esto es, a qu argumentos recurre para hacerlo.

    5. POSICIONES PREVIAS E IMPLICACIONES

    Antes de exponer mi propio anlisis quisiera hacer una breve mencin de los varios

    puntos de partida que he adoptado. Los paso a enumerar:

    Molina (2008:62): Conjunto de coherente de ideas, creencias y prejuicios relacionados

    entre s que, aunque han sido elaborados por un grupo o un individuo aislado, pretenden influir

    de manera general sobre la organizacin y el ejercicio del poder en una sociedad.

    Rodrguez (2008:30): tales tensiones existen y continuarn existiendo a menos que

    creamos que ha tocado fin el conflicto entre los modelos ideopolticos rivales, entre las

    diferentes concepciones generales acerca de cmo debemos organizar la vida en comn en las

    sociedades en que vivimos. Pero tal creencia como en su momento seal I. Berlin- es una

    nocin absurda.

    Caminal (2007:176): Todos los ismos responden a la pregunta sobre cmo se gobierna

    o tendra que gobernarse una sociedad en todos sus mbitos y, por consiguiente, sobre que eso

    tendra que ser la relacin entre individuo, sociedad y Estado.

    Eccleshall (2004:37): La sociedad se asemeja a un campo de batalla donde compiten las

    ideologas para quedar victoriosas. Pero esta confrontacin no supone un eterno combate entre

    sistemas de creencias arcanas y terminantes, sino que todas las ideologas se adaptan a las

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    cambiantes circunstancias sociales. () Los contendientes ideolgicos persiguen una ventaja

    estratgica sobre los dems mediante una constante redefinicin y ajuste de su propia postura.

    Goodwin (1997:40): Una ideologa es una doctrina acerca de cul es el modo correcto o

    ideal de organizar una sociedad y conducir la poltica, basada en consideraciones ms amplias

    sobre la naturaleza de la vida humana y el conocimiento.

    Existe un fondo comn a todas las ideologas. Si hacemos un anlisis de las diferentes

    ideologas podemos trazar una estructura bsica y comn a todas ellas. Luego, el contenido

    con que se rellena esa estructura vara segn la ideologa. La ideologa trata de los

    pensamientos y las actuaciones de los seres humanos, de personas no vistas como

    entelequias, sino insertas en un entramado de relaciones y tratos al que llamamos sociedad;

    visto desde ese contexto es normal pensar que todas ellas hablan de las mismas cosas

    diciendo cosas distintas. La estructura bsica de anlisis que tratar de exponer se compone

    de dos reas tenuemente delimitadas: las Posiciones Previas y las Implicaciones.

    Toda ideologa parte de una serie de presupuestos, de concepciones previas a las que

    no pide ningn tipo de demostracin o verificacin: no slo los da por supuestos y vlidos,

    tambin por buenos y convenientes. Son una serie de principios fundamentales

    incuestionables, esto es, aceptados como verdaderos, para la provisin de criterios generales

    de actuacin. Ya Aristteles dej escrito que los primeros principios no pueden ser ni

    derivados ni demostrados2. Es el punto de partida, el ncleo y la zona cero de toda ideologa,

    2Aristteles saba de seguro que lo que est al comienzo, es decir, los principios, no pueden ser

    ni derivados ni demostrados en Gadamer, Hans-Georg Mito y Razn, Paids Studio 126 Barcelona

    1993 p.77

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    el tarro de las esencias. Lo que coloquialmente se expresa como su verdad, sus profundas

    convicciones. En este primer crculo se trata de responder antes que nada a la pregunta

    antropolgica nuclear: Qu es el hombre, qu caracteriza al ser humano? Toda ideologa lo

    primero que hace es trazar un esbozo ms o menos claro de lo que entiende por ser humano,

    apuntando cada una de ellas a una serie de caractersticas en su pensamiento y en su

    comportamiento. La pregunta subsiguiente a esta ir dirigida a la vertiente social del ser

    humano: Cmo se relaciona el ser humano entre s? Toda ideologa marca tambin, junto a

    la antropologa, una apuesta sociolgica previa de cules son los rasgos bsicos de

    comportamiento del hombre en sociedad. As que, las posiciones previas responden a la

    pregunta de quin soy, qu somos?

    Enlazados a estos presupuestos, y emanando necesariamente de los mismos,

    encontramos una serie de implicaciones subsiguientes. Este otro anillo concntrico est

    conformado por las repercusiones que tienen esos principios fundamentales. Por un lado,

    son la consecuencia de llevar ms all de s mismos a los principios previos. Por otro, son

    estrategias de salvaguarda de las ideas primarias. Estos tampoco necesitan de demostracin

    ni de verificacin objetiva e indudable, ya que les basta con emanar de la fuente primigenia.

    Las implicaciones tambin surgen de la confrontacin de los axiomas anteriores con la

    realidad histrica y cotidiana, tambin del roce en la arena pblica de unos axiomas contra

    los otros axiomas de las otras ideologas: Cmo se va a gobernar al hombre en la sociedad?

    En definitiva, toda ideologa es un situarse frente al hombre y frente al mundo,

    mirndolo de una forma particular y tratando que se conduzcan por la realidad de una

    determinada manera. Este conjunto de axiomas o pilares bsicos y sus resultados no han

    sido siempre inmutables, los acontecimientos histricos por un lado, y los autores

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    desarrolladores por otro, han incidido seriamente en ellos. As cada poca histrica y cada

    autor han aadido races a los axiomata y stas, a su vez, nuevas especificaciones a las

    implicatio, complementando, o perfilando, o puliendo, o matizando, los contenidos que ya

    estaban. Con lo que podemos decir que el asunto ideolgico no es una va muerta. Al

    contrario, aunque la ideologa trata de imponer cierta impronta sobre el hombre y su

    realidad, tambin es permeable a que las vicisitudes puntuales de la vida se introduzcan en

    ella modificndola. En el anlisis que viene a continuacin, la evolucin histrica de las

    ideologas se encuentra muy resumida: bsicamente lo que hago es aportar las gnesis y los

    padres fundadores de las diferentes ideologas as como las principales transformaciones

    que sufrieron hasta llegar a nuestros das. Asumo plenamente lo bueno y lo malo que esto

    conlleva. Lo que aqu se expone es la caracterizacin actual, a caballo de los siglos XX y XXI,

    de las tres ideologas ms importantes, a saber, liberalismo, conservadurismo, y socialismo. Y

    no est de ms pararnos, aunque sea brevemente, en otros dos ismos ideolgicos de gran

    peso en el siglo XX, como son el nacionalismo y el autoritarismo.

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    LIBERALISMO

    JANO

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    El liberalismo naci reformista. Eso es, al menos, lo que pensaramos si

    situados en el siglo XVII escuchramos decir que todas las personas son iguales

    y poseen de forma natural una serie de derechos: a la vida, a la libertad, y a la

    bsqueda de la felicidad; y que el gobierno ha de garantizar que se cumplan esos

    derechos. En su gnesis, tras siglos de feudalismo medieval y absolutismo, el

    liberalismo supuso una ruptura progresista de las jerarquas sociales

    tradicionales.

    Efectivamente, frente aquella sociedad feudal teocntrica y de rigidez

    estamental orientada al mantenimiento del status quo de los grupos

    dominantes, frente a una sociedad en la que no tienen vigencia la distincin

    entre los mbitos de la vida: pblico o privado y lo poltico o lo econmico; frente

    a todo esto es como nace el liberalismo, que se entiende a s mismo como una

    filosofa del progreso y propugna, en su esencia, una liberacin total de las

    potencialidades de los individuos, coordinando as factores idealistas de ptica

    individual con factores sociales materialistas de desarrollo econmico (Antn,

    2007:105).

    En la misma lnea se expresa Vallespn (2009:54): El liberalismo nace como

    una nueva ideologa capaz de dar cabida y de racionalizar las necesidades de

    una nueva poca. Su fuerza responde a su mismo carcter de novedad, de ruptura

    con una determinada concepcin del mundo; a la plena consciencia del

    protagonismo de una nueva clase en expansin que se encuentra a s misma en

    su soledad histrica, renunciando al pasado, a la tradicin, creando el mundo a

    partir de su propia identidad con la razn como bandera.

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    Luego, la historia que vino a continuacin, fue eso mismo, otra historia.

    1. LOS PILARES BSICOS.

    Individualismo. El hombre es un ser autnomo. El individuo es un ser que

    tiene una vida independiente. La preservacin del individuo autnomo y el logro

    de la felicidad individual son objetivos supremos de la teora liberal. La persona

    individual se considera inviolable y toda vida humana es sagrada. La violencia se

    prohbe, salvo en los casos de salvaguarda de la sociedad liberal.

    Racionalidad. Otro atributo fundamental del ser humano a los ojos del

    liberalismo es su capacidad racional de decisin. El individuo es esencialmente

    racional, est capacitado para conducir su conducta, tambin para determinar

    sus necesidades y preferencias. Es el que mejor conoce sus intereses y posee la

    capacidad de proporcionrselos racionalmente. Adems, la razn es el medio de

    eliminar el oscurantismo y actuar de modo til y eficaz para alcanzar los fines

    que se han propuesto.

    Libertad. El estado natural del hombre es la libertad. El individuo es

    soberano de s mismo, posee por s mismo el derecho natural a la libertad y a la

    igualdad con todos los otros. El liberalismo siempre ha sido defensor de los

    derechos fundamentales. Todos los seres humanos por el hecho de serlo, esto es,

    por su humanidad y dignidad, tienen una serie de derechos morales. Estos

    derechos son naturales, no son creados u otorgados por el Estado sino slo

    reconocidos y garantizados por ste; y universales, se reconocen a todas y cada

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    uno de las personas con independencia de su raza, sexo, lengua o religin

    (Vallespn, 2009:54)3.

    El instinto de apropiacin convierte al individuo en Sujeto Posesivo. La

    motivacin ms importante del ser humano, aquella que incluso lo caracteriza,

    es la satisfaccin del inters propio mediante el clculo racional de beneficio o

    utilidad. Cada persona sabe mejor que nadie cules son su propios intereses

    nos dice Goodwin (1997:55). Todo individuo ha de proteger sus intereses. El serhumano tiene todo el derecho a preservar y salvaguardar su propiedad: su vida,

    su pensamiento, su libertad, y sus pertenencias privadas. Por tanto, el individuo

    es propietario. Acumula posesiones y compite con otros.

    Cuando los liberales ponen el nfasis en el derecho de propiedad, no slo

    estn instaurando la garanta de la independencia material del individuo, ahora

    propietario. La propiedad permite al individuo educarse en la autonoma y la

    responsabilidad de su propio destino. Por el desarrollo de sus capacidades

    individuales primero, y luego, por la posesin y disfrute de los bienes materiales,

    es como llega el ser humano a la felicidad.

    Moral comn de autodisciplina y respeto mutuo. Podemos decir que es la

    culminacin del optimismo antropolgico del liberalismo. Es el corolario de lo

    dicho con anterioridad. El paternalismo protector es inaceptable. Aquellos

    individuos autnomos, autoperfeccionables y dotados de razn, que viven en

    3 Segn Vallespn los derechos fundamentales se compartimentan en dos grandes bloques, losDerechos Humanos y los Derechos Civiles. Los primeros se desarrollan a travs del derecho a lalibertad y a la igualdad, los segundos a travs de los derechos procesales y las garantasinstitucionales.

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    libertad tendrn ms posibilidades de adquirir las virtudes de la confianza en

    uno mismo, la prudencia, la tolerancia, el esfuerzo por conseguir mejores cosas

    en la vida, y tambin, desde el respeto a s mismo, respetar a todos los dems.

    2. CONSECUENCIAS

    El Contrato y la esfera privada. Ya hemos visto que la vida del ser humano

    puede ser caracterizada como la bsqueda de la satisfaccin del inters propio.

    Es el inters propio e individual lo que mueve a los hombres en la sociedad. Pero

    como el individuo no deja de vivir junto a otros pueden surgir varias alternativas

    que dependen, primero, si la conducta de los ciudadanos es competitiva-agresiva

    o competitiva-cooperativa; y segundo, si los recursos limitados pueden o no

    satisfacer a todos. Para manejar todas estas situaciones de trato de unos con

    otros, de modo racional, el liberalismo aboga por establecer un contrato social

    sobre bases cooperativas que produzca beneficios para todos. As podemos decir

    que el hombre vive en sociedad de forma voluntaria y consensuada. Eso s, es

    una concepcin dbil de sociedad en la que, lo que busca es la armona o el

    equilibrio de los intereses privados. La sociedad es un agregado de individuos y

    no una identidad especfica. Es un artificio creado por conveniencia, para hacer

    posible la vida en comn.

    Las actividades ms importantes que el ser humano realiza tienen lugar

    en las esferas econmica y social. Y para el liberalismo, la libertad individual, la

    racionalidad, la moral autodisciplinada y la satisfaccin plena de sus intereses

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    pertenecen al mbito privado, no al pblico. El mbito poltico es el medio en el

    que se dirimen los conflictos, por tanto la poltica es un medio y no un fin.

    El constitucionalismo y la ley: el Estado de Derecho. La libertad, connatural

    al hombre, es la nica fuente de legitimidad de la autoridad poltica. Se elimina

    a la religiosidad como fuente de legitimacin poltica. La razn nos dice que la

    legitimidad hay que buscarla en factores pragmticos: el bien comn. La

    racionalidad del Bien Comn lleva a los hombres al contractualismo primero y alconstitucionalismo despus. La Constitucin es la ley de leyes, la norma

    suprema del ordenamiento jurdico que controla el poder poltico.

    Adems, debe existir en todo gobierno una separacin de poderes para que

    los derechos de los individuos sean salvaguardados y se evite toda tentativa de

    tirana. Las funciones del Estado, que son tres (la funcin legislativa pertenece al

    Parlamento, la ejecutiva al Gobierno y la judicial a los Tribunales de Justicia),

    han de estar debidamente separadas y se mantendr un sistema de correccin y

    fiscalizacin para que cada funcin realice la actividad que tiene encomendada.

    La ley no parte del Estado hacia los individuos, sino de stos hacia aquel.

    El Estado de Derecho significa tanto el sometimiento del estado a la Ley, como al

    conjunto de mecanismos procedimentales que garantizan la libertad de los

    ciudadanos y su participacin en la vida poltica (Vallespn, 2007:79)4. Ese

    entramado de formalismos legales impide que el gobierno transgreda los

    acuerdos en detrimento de los individuos. Estos mecanismos son la legalidad de

    4El Estado de derecho vincula la poltica a la ley y al derecho, somete todo ejercicio de poderestatal al control judicial y garantiza as la libertad de los ciudadanos.

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    la Administracin, la independencia del poder judicial, la constitucionalidad de

    las leyes y las garantas procesales e institucionales. En paralelo, la ley impide

    que los individuos rompan los acuerdos al actuar unos contra otros. La libertad

    debe ser reconducida en aras de salvaguardarla de la propia libertad. Y esto se

    puede hacer mediante la ley, una regla jurdica que marque los lmites con

    exactitud.

    El liberalismo es la respuesta al poder arbitrario de monarcas yaristcratas que dominaron el Occidente durante siglos. Pero lo que nunca

    abogar el liberalismo es trasladar al otro extremo, el que ocupa el anarquismo,

    la cuestin de la libertad. La ausencia de ley, y de gobierno, son igualmente

    lamentables. En opinin de Eccleshall (2004:77), la solucin liberal consista en

    cambiar el poder arbitrario, las reglas de una lite aristocrtica, por un marco

    impersonal de derechos y libertades formalmente iguales: la norma de la ley.

    La teora liberal pone el acento en el papel de la ley como reaseguro de la

    libertad individual. Una libertad sin ley no es tal, es libertinaje, que es tan

    destructiva como no gozar de libertad alguna. No hay realidad humana sin

    conflicto, al menos dicen desde el liberalismo, dotmonos de las herramientas

    necesarias para su resolucin: la ley. El propsito de un sistema liberal es

    establecer procedimientos que mejor contribuyan al logro de los objetivos de

    felicidad y libertad individuales.

    Gobierno mnimo y representativo. En el liberalismo, la fundamentacin

    filosfica de la autonoma moral de la persona se desarrolla en el tiempo desde

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    un pragmatismo primario basado en la paz y la seguridad (Hobbes) hasta otro

    pragmatismo mas armado y complejo que tiene en la maximizacin de la

    felicidad a su postulado central (Bentham y J.S. Mill). En esta tica teleolgica,

    el bien de las personas y, por extensin, de las instituciones pblicas se define

    como aquello capaz de producir la maximizacin de sus deseos, placer o felicidad

    (Vallespn, 2009:64). El binomio utilidad-felicidad en el plano individual se combina

    con el reconocimiento de que los otros son igualmente dignos de consideracin.

    As que, toda reforma social ha de maximizar la utilidad-felicidad al mayor

    nmero posible de individuos. El ineludible paso siguiente es la graduacin de

    los bienes-placeres superiores e inferiores y luego, afrontar que la imposicin de

    determinadas polticas puede suponer un quebranto de las tan alabadas

    autonoma y libertad individuales. Las preguntas que se hacen aqu los liberales

    son: Qu tipo de fuerza y poder puede ejercerse legtimamente sobre la

    persona? Se puede mantener la paz y el orden dado el pluralismo y el conflicto

    inherente a la libre competencia? Cmo proteger los derechos individuales de

    las interferencias? Cmo tomar decisiones polticas cuando hay tantos

    intereses individuales en conflicto?

    Problemas como estos hacen que el liberalismo necesite, como mal

    necesario, la existencia del Gobierno. La idea que tiene el liberalismo de un

    gobierno adecuado es minimalista: su funcin es la salvaguarda de las libertades

    civiles del hombre. Proteger la vida, la libertad y las posesiones individuales.

    Usando una metfora actual, diramos que debe ser el rbitro en el juego

    socioeconmico entre individuos. El pueblo es quien legitima, dando su

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    consentimiento, al gobierno. Nunca al contrario. El Estado es un instrumento al

    servicio de los ciudadanos y no al contrario, el Gobierno es necesario pero no

    natural. El Estado desde la esfera pblica ha de proteger al mximo a la esfera

    privada. Este consentimiento se expresa mediante el libre acto de votar.

    Generalmente el gobierno basado en el consentimiento debe ser democrtico.

    Aunque no lo implique directamente, la democracia es la mejor garanta del

    liberalismo, ya que la democracia como forma constitucional que limita los

    poderes del gobierno, salvaguarda los derechos del pueblo contra toda tentativa

    de tirana, la que evidentemente coartara la libertad.

    Respecto a la libertad, el gobierno deber proporcionar las condiciones

    para que el hombre pueda gozar del mximo posible de libertad dentro de un

    marco de legalidad. Toda aquella disposicin social que haga depender unos

    seres humanos de otros (bien sea la esclavitud o el trabajo no asalariado) es

    condenada. As que, el gobierno autoritario es contrario a la libertad y ha de ser

    rechazado. Es en este punto donde ms clara se ve la evolucin del pensamiento

    liberal, porque ese espritu primigenio minimalista de gobierno se ha ido

    convirtiendo con el paso del tiempo en una concepcin ms absorbente. El

    programa poltico que tiene que ser implementado tiene en cuenta la promocin

    de la igualdad de oportunidades, las reformas educativas, el desarrollo de las

    potencialidades de la persona y finalmente, las polticas sociales redistributivas.

    Respecto al sujeto racional, para el liberalismo el hombre poltico

    maximiza sus utilidades a travs de la participacin y la eleccin juiciosa. Con

    este planteamiento, est plenamente justificada la existencia de un gobierno

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    participativo y no autoritario. Respecto al sujeto posesivo, el gobierno de espritu

    liberal tendr la tarea de ayudarlo a satisfacer sus intereses, nunca a lo

    contrario. Especialmente en lo que se refiere a lo econmico.

    Se nota mucho el ejercicio de equilibrismo que los autores liberales han

    tenido que hacer para poder mantener una proporcionalidad entre la dicotoma

    individuo y sus derechos y el Estado y sus poderes. Para evitar la concentracin

    de poder en manos de una persona o un monopolio. Para hacerlo la forma msadecuada es el gobierno representativo, que no tendr un papel esencial, sino

    instrumental; un mecanismo que preserve otros fines que s son esenciales.

    Libertad de eleccin y de accin. Que la libertad es el valor primario para el

    liberalismo, y que se ha de suprimir todo lo que impide o frene la libertad

    individual, ya ha sido apuntado. Pero tras esto, los diversos autores liberales

    apuntalan la idea de que al ser la libertad la gran necesidad humana es un bien

    y un fin en s misma, y no un medio para lograr un fin. La concepcin liberal de

    la libertad ha sido identificada con la eleccin material como norma general y

    con el laissez-faire en el vrtice econmico: mnima regulacin y mxima libertad

    de accin. El hombre sociopoltico verdaderamente libre, consumidor segn sus

    posibilidades y votante racional, busca siempre el mximo en el mercado social

    en el que habita. Es un sujeto autnomo que quiere y sabe buscarse la vida.

    Contrario a subsidios e intervenciones que coartaran esa capacidad resolutiva e

    independiente.

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    Por esto, el liberalismo, desde muy pronto, uni su suerte a la del

    capitalismo. En un sistema de competencia econmica autorregulada, el

    capitalismo, la independencia econmica origina no slo riqueza y la

    consiguiente mejora en las condiciones de vida, tambin independencia moral.

    As, el ideal de la comunidad es que con independencia de las riquezas y el

    patrimonio personal que uno pueda conseguir a lo largo de su vida, por sus

    capacidades y mritos, todos los individuos de la sociedad liberal comparten esa

    misma moral, apuntada anteriormente. Por tanto, la empresa capitalista es el

    elemento clave del autogobierno y el principal instrumento liberal, es piedra

    angular de la construccin de la sociedad, a los ojos del liberalismo.

    La libre competencia y los mritos. Para el liberalismo todos comenzamos la

    vida en las mismas condiciones. Se defiende la igualdad jurdica de todos los

    hombres. En su teora todos los individuos nacen con la misma razn y con los

    mismos derechos ante la ley. Esta igualdad no anula la competencia entre

    individuos, antes bien, la potencia en un contexto de igualdad de oportunidades

    que garantiza un resultado justo: los individuos ms valiosos obtienen las

    recompensas.

    Ahora bien, como el liberalismo ha aparecido asociado siempre al

    capitalismo, algunos autores dudan de que alguna vez haya existido esa

    igualdad sustancial que luego pueda favorecer realmente la igualdad de

    oportunidades. Para Goodwin (1997:54-56) la teora liberal iguala formalmente a

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    los individuos, aunque los individuos reales tengan diferentes niveles de riqueza,

    competencia e inteligencia5.

    En la teora liberal todo parece encajar como una magnfica maquinaria de

    relojera. Tenemos la igualdad y la libertad de eleccin, tenemos individuos

    independientes que saben perfectamente qu quieren y cmo conseguirlo,

    tenemos el libre mercado y tenemos la competencia legislada, todo esto produce

    una justa distribucin de los ingresos y los bienes.

    La teora liberal y su puesta en prctica social creen haber descubierto la

    clave del progreso humano. Se ha creado un sistema de organizacin social en

    donde la bsqueda individual de riquezas produce el bien comn. Razn por la

    que se deja a las esferas econmica y social que se regulen por s mismas(Antn,

    2007:111).

    Lo que queda por encajar es que los individuos ganen recompensas en

    directa proporcin a su talento y a sus mritos. El input es todo aquello que el

    individuo mete de provechoso en la sociedad, el output que extrae es la

    recompensa moral y monetaria. En teora, el sistema liberal quiere provocar que

    todos los individuos, sea cual fuere su extraccin social y nivel econmico meta

    en la sociedad lo mejor de s mismo y saque como recompensa, de este mrito,

    5 Abstractas, de ficcin y mitolgica son los adjetivos con los que Goodwin califica la igualdadde oportunidades.

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    algo tangible y cuantificable. Se recompensa mejor a quien lo merece, de modo

    que gana ms quienes ms lo merecen6.

    3. JANO.7

    Varios han sido los padres y diversas las cunas del liberalismo. Dentro de

    la larga historia de la poltica, podemos aventurarnos a afirmar que inaugura el

    campo de las ideologas. Fue la primera ideologa que logr estandarizarse, que

    escribi su propio corpus de directrices. Tras ella fueron surgiendo las otras,

    con su propia idiosincrasia, pero tambin, y en buena medida, como respuesta

    al liberalismo. Ese debut, parece haberle dado una posicin hegemnica en el

    pensamiento poltico de la civilizacin occidental desde la Modernidad8.

    6 Una vez ms Goodwin objeta con firmeza. Meritocracia o justificacin ad hoc de lasdiferencias irreconciliables entre ricos y pobres. Goodwin, 1997. Op. cit. pp. 54 y 55.

    7JANO. Deidad peculiar de los romanos que no corresponde a ningn dios helnico. Supone Janoun smbolo de totalizacin, de anhelo de dominacin general. Tena dos cabezas, por lo que se le haconsiderado como el dios de las puertas, el que las abra y cerraba, protegiendo as la entrada y salidade las casas de la ciudad. Romn, M. TeresaDiccionario de las Religiones Alderabn Madrid 1996 p.174.

    8 Sobre esta hegemona parece haber consenso entre los autores:Goodwin, 1997. Op. cit. p. 79. La corriente principal del liberalismo, perfeccionado de acuerdo

    a los cambios histricos, contina siendo la ideologa dominante en Occidente.Eccleshall, 2004. Op. cit. p. 44. el liberalismo es la ideologa que est ms ntimamente ligada

    con el resurgimiento y la evolucin del mundo capitalista moderno. De suerte que en determinadoaspectos es la ideologa hegemnica de la sociedad posfeudal.

    Roberto Rodrguez, R. La Tradicin Liberal en Ciudad y Ciudadana. Senderoscontemporneos de la Filosofa Poltica. Edicin de Fernando Quesada. Trotta 2008 p. 7. De hecho,constituye aquella tradicin de pensamiento poltico que ha gozado de amplia hegemona en lacivilizacin occidental casi desde sus propios orgenes en la modernidad, y quizs por ello mismo, ha sidola corriente ideopoltica contra la cual se han definido y conformado buena parte de las restantes.

    Vallespn, 2009. Op. cit. p. 53. No hay que olvidar que la misma idea de constitucionalismomoderno, con todos los contenidos que abarca declaraciones de derechos, separacin de poderes,estado de derecho, etc.- es ya una aportacin liberal. Su contingencia en tanto que mera ideologa

    poltica se ve compensada as por el trato de favor que en cierto sentido ha recibido por parte de la

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    Convirtindola en una especie de ideologa entre ideologas, el sustrato bsico y

    natural de todas ellas. Este tema, peliagudo y tormentoso, ha ocupado y ocupa

    innumerables pginas de anlisis poltico. Tratando de delimitar claramente las

    lneas que se entrecruzan, dejaremos para otro momento las cosas que tienen

    que decirse las ideologas unas a otras9. Y nos centraremos en si el liberalismo

    ha sufrido el impacto de la historia en sus creencias.

    Comenzamos el captulo tildando al primer liberalismo como reformista.Es cierto que la gnesis del liberalismo se produjo en un entorno revolucionario

    (Rodrguez, 2008:9-10). La Revolucin cientfica, la Reforma protestante, la

    Revolucin econmica con la instauracin del capitalismo y, finalmente las

    Revoluciones polticas (en Inglaterra, Estados Unidos y Francia) son el contexto

    donde brota el liberalismo en la pluma y el genio de Locke, Montesquieu, Hume,

    Bentham, Constant, Paine y algunos otros. Los autores liberales fueron tomando

    elementos e interpretando de la realidad que les toc vivir hasta dar con un

    ncleo ideolgico y un novedoso discurso filosfico.

    tradicin poltica occidental. Lo queramos o no, el liberalismo es la ideologa creadora de las reglas dejuego en las democracias modernas

    9 Eccleshall, 2004. Op. cit. p. 51. Para Eccleshall es posible rastrear en las otras dos grandesideologas, un buen puado de ideas tomadas prestadas del liberalismo: Son tantas las ideas que en

    principio fueron liberales y que posteriormente se han moldeado en el seno de perspectivas socialesalternativas, que la ideologa liberal puede aparecer hoy como desmembrada: un revoltijo de creenciasque se derraman por doquier. Lo cierto es que los actuales liberales parecen estar sentados, y no muycmodos por cierto, a caballo entre dos mundos ideolgicos existentes: el conservador y el socialista.

    Rodrguez, 2008. Op. cit. p. 29. Este acercamiento quiz tenga su origen en la condicinfronteriza entre el conservadurismo y el socialismo; condicin que ha facilitado la absorcin de buenparte de su ideario por aquellas tradiciones, en especial a causa de la respectiva proximidad a ellas decada uno de sus rostros.

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    En el siglo XVIII a la teora poltica se aade la teora econmica y el

    liberalismo adquiere ya una extraordinaria cota de influencia. Estamos en

    tiempos de Adam Smith y del nacimiento del liberalismo econmico o economa

    poltica clsica. La economa se rige por una serie de leyes naturales con sus

    propios mecanismos de autorregulacin. Efectivamente, existe una clara

    analoga entre el individuo y la economa. El ser humano se rige por una serie de

    leyes naturales como son la individualidad, su instinto de apropiacin, el afn de

    lucro y la racionalidad. Si se le deja en libertad y sin trabas puede

    autorregularse y llegar a ser feliz, conviviendo razonablemente bien con los otros

    individuos. Del mismo modo existe una mano invisible que autorregula el

    mercado, la divisin del trabajo, la ley de la oferta y la demanda y la libre

    competencia. El mercado, segn A. Smith, es el punto de encuentro de los

    distintos intereses y voluntades individuales (Vallespn, 2009:70). El mercado es

    una especie de mecanismo automtico capaz de captar, si no tiene

    constricciones, lo esencial de las distintas necesidades e intereses. Acta como

    una fuerza subliminal totipotente que surge de la conciencia colectiva de los

    propietarios que lo conforman, y de ese modo es el nico que puede convertir el

    egosmo del propio inters y de la ganancia propia en bienestar general.

    Pero luego de la gnesis encontramos los requiebros del liberalismo. Para

    algunos es un pensamiento compacto y sin transformaciones, por lo tanto

    universalizable a todas las pocas y sociedades. Por contra, entiende Eccleshall

    (2004:50) que el liberalismo no es un conjunto de creencias estticas e

    intemporales que se mantiene al margen de la historia; y Rodrguez (2008:7) que

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    la tradicin liberal dista mucho de constituir un cuerpo homogneo o cerrado de

    ideas. Y sigue argumentando Eccleshall (2004:71) que se equivocan los que

    piensan que no se ha mostrado permeable a los avatares de la historia:El primer

    liberalismo, o liberalismo clsico, como ya vimos, se asociaba a la idea de un

    estado minimalista, es decir, la creencia de que nicamente la economa de libre

    mercado, sin interferencias polticas, poda salvaguardar los derechos y las

    libertades individuales. El liberalismo moderno, o posclsico, por el contrario,

    defiende ciertas medidas para la supervisin estatal de la economa y tambin

    para liberar a las personas de las intolerables condiciones sociales.

    El espritu de la poca tiene mucho que ver en todo esto10. El ajetreado

    siglo XIX supone un serio aldabonazo al optimismo, antropolgico y poltico, del

    liberalismo. Lo que comenz como reformismo del Antiguo Rgimen se ha

    terminado por transformar en otro monolito omnicomprensivo. El tiempo de los

    ltimos es otro, puede, quizs quin sabe, si esa percepcin positiva, por

    hiperracionalista, de los seres humanos est algo desencajada, son tantas cosas

    las que han pasado! El mundo es otro tambin, entre otras razones porque ese

    primer liberalismo ayud a modificarlo. Y sobre todo, porque ha entrado en

    dilogo y confrontacin con otras formas ideolgicas de ver y tratar al mundo del

    hombre. Este ltimo liberalismo puede desdoblarse en dos tradiciones

    10 La cita es larga, pero explica perfectamente esto de que el mundo es, desde luego, otro mundo. Rodrguez, 2008. Op. cit. p. 15las sociedades a que da lugar el capitalismo industrial imperante hacia mediados del siglo XIX son ya muy diferentes de aquellas en las quenacin el liberalismo hacia mediados del siglo XVII. El enorme desarrollo de la industria, el fin del capitalismo individual y la creacin degigantescas; la creciente importancia de las instituciones bancarias; la aparicin de grandes sociedades annimas; los nuevos mtodos deorganizacin del trabajo; a la emergencia de nuevos problemas econmicos, sanitarios, educativos y laborales; la creacin de diversos sistemasasistenciales y de seguridad social; el desarrollo del capital monopolista, la progresiva ampliacin de los sujetos de derechos polticos y elconsiguiente acceso de la ciudadana a la poltica; el nacimiento de los partidos y los sindicatos de masas; la creciente racionalizacin,burocratizacin y oligarquizacin de la vida econmica y poltica, o, en fin, el aumento de la intensidad y conflictividad de la lucha por el poder

    y la influencia poltica, .

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    distinguibles: el liberalismo social y el neoliberalismo conservador. Diferentes

    programas de desarrollo, un mismo ideal. Se mantienen las praevia positio, se

    reinterpretan las implicatio.

    Estos distintos movimientos tratarn de apuntalar, unos, y reformar,

    otros, ese liberalismo omnipresente al que ya acosan otras ideologas. Nos

    encontramos con el Liberalismo Democrtico defendido por Toqueville o John S.

    Mill por ejemplo, de corte ilustrado, que propugnaban la libertad de

    pensamiento, de expresin y de asociacin, la seguridad jurdica y poltica de

    propiedad y el control de las instituciones polticas mediante una opinin pblica

    informada. Todo ello debera alcanzarse mediante gobiernos constitucionales

    basados en el concepto clave de la soberana popular (Antn, 2007:116). Frente a

    estos el Liberalismo Doctrinario en De Maistre o Guizot, por ejemplo, que se

    enrocan en lo ms clsico de lo clsico, mirando hacia el conservadurismo.

    La llegada del siglo XX, ahora s, cambia por completo la fisionoma del

    liberalismo. El mundo es ya un lugar muy grande y son varias las ideologas que

    se ocupan de su funcionamiento y que pugnan por habitar en los pensamientos

    de los ciudadanos. Las relaciones entre los pases se vuelven cada ms compleja,

    hasta el punto de que aparecern terribles totalitarismo de diverso cuo. En los

    pases democrticos se reordena el mbito de la representatividad poltica y la

    redistribucin de la riqueza es intervenida, en mayor o menor medida, por el

    Estado. Con el crack del 29 muchos reconocieron que el liberalismo econmico

    clsico dejado a su libre albedro era catastrfico. El Estado era llamado

    irremediablemente a intervenir econmicamente y corregir la deriva del

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    capitalismo. F. D. Roosevelt y su New Deal, en la Norteamrica de entreguerras,

    es el ejemplo ms conocido de esto.

    Tras la Segunda Guerra Mundial se llega a una especie de entente tcito

    para remar en la misma direccin: es el tiempo de gloria de J. Maynard Keynes y

    el Estado del Bienestar. Pero como en todo armisticio que es inestable, la paz

    poltica se trunc con la Crisis del petrleo de la dcada de los setenta. El

    neoliberalismo que surgir de esta poca retoma en cierta medida el mismodoble camino del s. XIX, que haba sido semiabandonado en gran parte del s.

    XX.

    Frente a la misma realidad sociopoltica, los liberales hacen una

    valoracin crtica diametralmente opuesta. Para algunos tericos, Hobhouse,

    Hobson, Dewey, Keynes, Rawls, Bobbio o Dworkin entre otros, habra que dar

    una respuesta al endurecimiento de las condiciones vitales y laborales. No se

    poda seguir manteniendo impasiblemente esas posturas clsicas que lo que

    realmente hacan eran dar cobertura al enriquecimiento de una minora frente al

    empobrecimiento de la mayora. Pero otros tericos, Spencer, Croce, von Mises,

    Hayek, Sartori o Nozik entre otros, lo que vean era una proliferacin del

    intervencionismo, un reformismo social desembocante en el Estado del

    Bienestar, y el fomento de la pasividad del individuo que se ha convertido en

    adicto dependiente de las subvenciones del Estado. En tiempos del eje

    transocenico Reagan-Thatcher, estos ltimos son los claros vencedores y los

    que marcan los destinos de la geopoltica mundial: desregulacin del mercado

    laboral, privatizacin del sector pblico, autorregulacin del mercado y

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    militarismo imperialista. Responder a todo los nuevos sucesos con las

    consideradas seguras recetas de siempre, parece ser el espritu del

    neoliberalismo conservador hegemnico, ms an tras la catstrofe del 11S.

    El liberalismo no ha intervenido en la realidad previa a su primera

    conformacin, se amold a lo que en ella iba surgiendo, la fue interpretando

    para luego ir conformndose. Pero s que ha intervenido, y mucho, en la realidad

    que desemboc en las segundas de sus definiciones. Ambas posiciones liberaleshan ido desgranado sus enmiendas al modelo clsico a lo largo del siglo XIX y

    XX. Y todava ahora, en el incipiente siglo XXI ambas lneas siguen progresando

    y separndose. Y es que son tan diametralmente opuestas que cuesta creer que

    tengan ancestros intelectuales comunes; y que la conclusin de Eccleshall

    (2004:74) de que los primeros y los ltimos liberales han defendido programas

    distintos para lograr el ideal de una comunidad uniclasista de ciudadanos que se

    gobiernan a s mismos; sea difcil de entender. Aunque como veremos en el

    siguiente captulo, el neoliberalismo clsico, puede ser perfectamente enclavado

    en la ideologa conservadora.

    Eplogo

    Deliberadamente he dejado para el final de esta disertacin sobre el

    liberalismo el asunto del talante liberal. Aquella actitud mental de una persona

    civilizada y tolerante, de mente abierta, defensor acrrimo de la libertad,

    contrario enrgico contra todo aquello que signifique prohibir y clausurar, que se

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    siente y ejerce como sujeto racional, libre de todo prejuicio, incluso defensor de

    causas en las que los derechos de las minoras se ven menoscabados. Ese

    prohombre que est en contra de todo tipo de autoritarismo, que se opone con

    firmeza a aquellas prcticas que descalifican a determinados grupos sociales

    como postergados.

    Creo importante distinguir esta hexis11 liberal del liberalismo como

    conjunto de creencias o credo poltico. Cierto es que en sus orgenes, susprimeros partidarios quisieron cultivar esa imagen de sujetos magnnimos que

    preferiran el dilogo racional a la imposicin abstrusa o al extremismo

    ideolgico. Pero este talante no ha sido siempre, ni es ahora actualmente, una

    propiedad exclusiva de los adeptos al liberalismo. Seguro que un buen puado

    de socialistas estarn de acuerdo con este temperamento o, incluso, dirn de l

    que es el modo de ser del autntico progresista. Entonces llegar la

    confrontacin por los derechos de apropiacin y legitimidad sobre ese talante.

    Ese es, a mi entender, otro debate.

    11Aranguren, J.L.L. tica. Alianza Editorial AUT/19. Pginas 22 y 23. El filsofo espaoldistingue en su caracterizacin etimolgica de la tica entre el thos y la hexis. La hexis, como talante,modo de vivir anmico, temperamento o constitucin, es el sentido previo y natural del thos. ste esmucho ms profundo que el anterior y tiene que ver con el modo de ser del individuo, de situarse enla vida; es el carcter del hombre forjado a travs de su vida por los actos.

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    CONSERVADURISMO

    Vishnu

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    El comienzo de la reflexin sobre el conservadurismo comienza con la

    determinacin de si es o no es una ideologa propiamente dicha12, si es un cuerpo

    estructurado de ideas y directrices o son un conjunto, ms o menos coherente, de

    intuiciones o disposiciones. No parece ste, desde luego, un tema menor habida cuenta

    de las opiniones encontradas al respecto. Algunos autores no ven impedimentos para

    situarlo en la lista de las ideologas y otros dan el visto bueno para poder encajonarlo en

    su sitio pero con matices. Si seguimos los parmetros de los que entienden que el

    conservadurismo es ms un hbito mental que una doctrina poltica, y que prefiere

    ceirse a lo concreto en vez de teorizar; entonces, dice Eccleshall (2004:84) que, encajara en

    los parmetros de una preferencia subjetiva hacia una forma de vida establecida. Pero este

    autor no est de acuerdo con este aserto. A primera vista s que puede parecer simple,

    pero al revisar los conceptos evitando el maleado uso diario que se hace de la etiqueta

    conservador aparecer otra cosa. Estamos otra vez en nuestra escalera de Escher al

    encontrarnos con que cada ideologa habla favorablemente de s misma y en forma

    contraria de las dems, desde sus tambin posturas ideolgicas. No parecen quedar

    instancias prstinas de argumentacin y crtica objetiva. Volvamos a nuestro asunto, para

    12Goodwin, B. El uso de las ideas polticas. Pennsula Barcelona 1997; y tambin Lleix, J.El Conservadurismo en Manual de Ciencia Poltica. Miquel Caminal Badia (Editor) Tecnos 3Edicin Madrid 2007. Goodwin, apoyndose en Mannheim, afirma (p. 181), que elconservadurismo no es una ideologa explcita o constructiva. Ms adelante, (p. 206), lo denominacomo una especie de camalen entre las ideologas, diciendo adems que es una ideologa esencialmenteincompleta e insatisfactoria. Lleix tambin aporta la conceptuacin de Mannheim (p. 124 y p. 126)en El pensamiento conservador (1929), que afirma que es un estilo de pensamiento, que acontinuacin adoptar una u otra coloracin, uno u otro contenido ideolgico concreto a lo largo de lahistoria. Bealey en la entrada conservadurismo de su Diccionario, en la pgina 90 para serexactos, va mucho ms lejos y determina que es la negacin de la ideologa.

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    Eccleshall (2004:85) s es con pleno derecho, una ideologa, por ser un conjunto de creencias

    que determinados grupos sociales empezaron a articular en un momento histrico concreto .

    Goodwin (1997:182) argumenta sobre este asunto de forma hipottica: Si el conservadurismo

    puede ser presentado como una ideologa, esto se debe a que se deriva de un pequeo nmero de

    creencias e intuiciones que forman una concepcin del mundo coherente.

    El conservadurismo tiene un punto de origen en la historia: el tiempo posterior a

    las revoluciones, el pensamiento ilustrado y todo el entramado ideolgico que surgi a

    raz de las mismas. La ideologa poltica conservadora surge como un impulso reactivo

    frente a estas revoluciones (Lleix, 2007:125). Una reaccin que abarca lo social, lo poltico,

    lo intelectual y lo moral. Los conservadores entienden que la Revolucin rompi el orden

    natural de las cosas. Las rupturas revolucionarias desencajan las estructuras del gran

    organismo que es la sociedad. La poca de las Luces, su racionalismo, la defensa de los

    derechos naturales del hombre, truncaban el funcionamiento ordenado de la sociedad.

    Cules son, entonces, estas creencias, de las que hablan los expertos?

    1. LOS PILARES BSICOS.

    La imperfeccin humana. Los conservadores suponen que la naturaleza humana es

    dbil, egosta e irracional. La debilidad del ser humano, su fragilidad y tendencia al

    egosmo y al juicio errneo, es algo que no podemos dejar de tener en cuenta. Eccleshall

    (2004:101) rastrea estas ideas hasta el siglo XVI y R. Hooker con su teora del pecado

    original como razn del pesimismo humanista. El hombre es incapaz de autogobernarse

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    o incluso llevar una conducta sociable y moral, cuando falta un elemento coercitivo. En

    este contexto es celebrrima la sentencia de Thomas Hobbes: homo hominis lupi, el hombre

    es un lobo para el hombre.

    La desigualdad es ineludible. La igualdad es antinatural e imposible. Existen tres

    niveles de desigualdad:

    Los hechos inmutables de la biologa humana en cuanto a la corporeidad,las habilidades y destrezas y las energas.

    La diversidad individual en el carcter, el talento, el pensamiento y lasambiciones.

    Las diferencias econmicas en cuanto al acaparamiento de recursos,propiedades, dinero y, por tanto, de poder.

    El hombre no posee derechos naturales. El hombre pre-social (Lleix, 2007:126-127) y su

    libertad no existen, no existieron nunca; el contrato acordado in illo tempore, por tanto,

    tampoco ocurri. Por consiguiente, los derechos naturales del hombre, y la libertad

    abstracta, son una falacia del racionalismo iluminista. Lo que existe son los derechos y las

    libertades concretas recibidas en herencia de nuestros antepasados.

    Contra el cambio. Respecto a este punto existe una importante divergencia entre los

    autores expertos. La propia etiqueta de la ideologa adelanta el concepto clave sobre el

    que pivotar gran parte de la reflexin conservadora: preservar el orden. Por eso la

    ideologa conservadora se siente interpelada a criticar y a enfrentarse de manera

    sistemtica con las otras ideologas, tratando de impedir que stas alteren lo que

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    consideran el rumbo natural de las cosas. Es importante, y antes que nada, reafirmar las

    instituciones naturales existentes (Molina, 2008:27-28), incluso defenderlas de todos aquellos

    que quieran modificarlas.

    Es posible que la sociedad pueda algn da eliminar sus imperfecciones mediante

    el progreso? Los conservadores creen que no y para apuntalar su creencia argumentan

    con la experiencia histrica. La Historia es una gran maestra que ofrece importantes

    lecciones a quien quiera orla. Los conservadores la prefieren a un hipottico futuro de

    progreso. Pero a decir de Eccleshall (2004:87), el oponerse al cambio est lejos de ser una

    instancia inamovible, y por supuesto, que no se trata del ingrediente crucial del

    conservadurismo.

    Goodwin argumenta que el estar en contra del cambio s es una posicin nuclear

    del conservadurismo. Rastreando a lo largo de la historia de la filosofa y la poltica

    respecto a las creencias e intuiciones de corte conservador, podemos llegar a concluir que

    los conservadores no gustan del cambio. Es ms, cuanto mayor sea el cambio, peor el

    mal. Y es que piensan que todo cambio equivale a la decadencia o presagia la disolucin

    el caos. Visto desde otro ngulo: estn convencidos de que la estabilidad, la paz y el

    orden son los ideales que hay que promover y defender, los que conformarn la mejor de

    las sociedades. La estabilidad en el orden natural de las cosas es el objetivo a perseguir. A

    lo sumo, se permiten los ajustes, ya que no se pueden predecir las implicaciones que

    traern los cambios. Goodwin (1997:183-184) ofrece los que supone son argumentos

    conservadores contra el cambio. Estos pueden resumirse como sigue:

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    Imprevisibilidad. Nada ni nadie puede asegurar a ciencia cierta que los cambiosproducirn mejoras en la sociedad. Todo cambio es arriesgado, puesto que el

    efecto de la reforma no puede predecirse con precisin, y por consiguiente no

    puede determinarse por anticipado si es deseable o no. No se puede prever los

    resultados que tendr una innovacin social.

    Hay que respetar a la tradicin. Las formas polticas y sociales existentes, siestn basadas en la solemne y sagrada tradicin, deberan conservarse sin

    alteraciones. Es la tradicin la que crea la continuidad social, y sta su vez,

    fomenta la tranquilidad y la seguridad, que es lo que en el fondo desean los

    seres humanos. El tiempo es el mejor de los jueces. Entonces, lo que se preserva

    en el tiempo ser, por supuesto, el mejor los sistemas posibles. Por lo que no

    deben realizarse cambios porque lo que existe es bueno

    A qu se debe este tesn tan contrario al cambio, hasta el punto de pensar que

    cambiar es degenerar? Los conservadores estn convencidos de que la realidad posee una

    esencia inmutable y de valor(Goodwin, 1997:185), esencia que hay que proteger y preservar de

    los cambios. Existen, ciertamente, una serie de verdades inmutables que han de ser las

    guas para la moral y la poltica para todas las pocas. Este asunto no queda zanjado aqu,

    como se ver a continuacin sigue estando presente.

    Dios e Historia. El pensamiento conservador tiene profundas races en la historia de

    la humanidad. Y aunque en su moderna constitucin optara por anatemizar la ideologa

    poltica por ser ponzoosa y manipuladora del orden correcto que ha de estar justamente

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    establecido, nunca jams, en su historia, parece haberse desprendido de la impronta que

    la ideologa religiosa impregna en todas sus creencias, vase si no el indeleble sello que

    Hooker ha dejado en las almas de los conservadores. Efectivamente, el conservadurismo

    y la religin cristiana son corrientes paralelas que, incluso vistas de cierto punto de vista

    cenital, pueden ser una y la misma. Sabemos que comparten la misma concepcin

    pecaminosa del ser humano: la humanidad est fundamentalmente podrida y dbil (Goodwin,

    1997:196). Junto a esto encontraremos, eso lo veremos a continuacin, la proverbial

    necesidad de un mesas poltico que gua a los descarriados al orden justo.

    Si de Hooker incorporaron, a la ordenacin del mundo, los principios morales

    establecidos por Dios; de Burke incorporan, algo que no es abstracto, la experiencia de la

    historia, la herencia adquirida. Si la individualidad es imperfecta, en la tradicin y el

    acumulo corporativo de costumbres est la sabidura. Por eso la tradicin es el reservorio

    de sabidura13, un depsito de la inteligencia colectiva y de los valores autnticos,

    acumulada durante siglos que hay que conservar y reverenciar. Porque adems, las leyes

    y las instituciones son su magno resultado. En la historia estn los ejemplos que lo

    corroboran. As que, para los conservadores la sociedad debe evolucionar dentro de un

    orden moral trascendente. En la retrica conservadora los conceptos evolucin o

    ajustes, quizs reforma son plenamente admisibles. Sin embargo, progreso y cambio

    tiene una carga de radicalismo inaceptable. Desechar la sabidura prctica de las

    13 Eccleshall. Op. Cit. Pgs. 102 y 104. Tambin en Lleix. Op. Cit. Pg. 127. Finalmente, delorbe anglosajn salta este pensamiento hasta el orbe germano del romanticismo. Savigny afirmaque el origen del derecho radica en la consciencia comn del pueblo, y la costumbre crea histricamente supropio rgimen (Lleix. Op. Cit. Pg. 128).

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    generaciones (Eccleshall, 2004:104) a favor de quimeras sin contrastar histricamente es

    intolerable para el conservadurismo de todos los tiempos y lugares.

    2. VISHNU.14

    No solamente el conservadurismo es una ideologa, sino que, para Eccleshall

    (2004:102-104)15, en lo referente al modelo de Estado y Sociedad, tiene dos articulaciones

    clsicas: la variante libertaria y la variante orgnica. El conservadurismo libertario adopta

    ideas que han sido promovidas por el liberalismo: aboga porque el Estado no intervenga

    en la economa, defiende el mercado libre y la propiedad privada. Por qu ocurre esto?:

    la economa libre fomenta la autodisciplina y vigoriza la fibra moral de los individuos (Eccleshall,

    2005:90). El conservadurismo orgnico no comparte este modelo social. Abogan por una

    sociedad interconectada jerrquicamente que se vincula mediante un entramado de

    derechos y obligaciones. En su cspide nos encontramos a los ricos y pudientes, que

    adems de tener el poder tienen la responsabilidad del bienestar y proteccin del resto de

    la pirmide. Este modelo de origen claramente medieval y se fundamenta en la nobleza

    obliga y en el paternalismo benefactor aristocrtico.

    14VISHNU El Conservador es la ms importante deidad hind, que junto con Brahma(El Creador) y Shiva (El Destructor) forman la Trimurti. Se nos aparece como el gran protector deluniverso, cada vez que se tambalea el orden, l se encarna para restablecerlo . [Romn, M. TeresaDiccionario de las Religiones Alderabn Madrid 1996 Pg. 312] Se le representa en forma humana, comoun hermoso joven sonriente de piel azul intenso, cuatro brazos y tiara en la cabeza; cabalga sobre el guilaceleste Garuda y reposa sobre la serpiente de mil cabezas, smbolo de lo infinito. [Romn, M. TeresaSabiduras orientales de la antigedad Alianza Ensayo 235 Madrid 2004 Pg. 252]

    15 En la pgina 97, Eccleshall, tambin aduce que rara vez se manifiestan en estado puro.

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    No hay, entonces, un choque entre ambas posturas? Eccleshall (2004:93) soluciona

    este problema negndole a la ideologa conservadora una identidad-eje central sobre la

    que pivote todo el entramado ideolgico. As el autntico pensamiento conservador se

    presenta como un hbrido entre ambas tendencias. Goodwin lo llama, simple y

    llanamente, pragmatismo. Hay que preservar el orden a cualquier precio y evitar las

    reformas radicales. Ese fin justifica los medios. El pragmatismo es el nico mtodo

    poltico vlido. Los conservadores pueden abogar por polticas diferentes, incluso

    contradictorias en pocas distintas, en pos de un objetivo: preservar lo bueno de la

    sociedad, la cohesin y el status quo. Este pragmatismo es el vnculo que existe entre el

    conservadurismo y el neoliberalismo clsico (Goodwin, 1997:197,202-206)16.

    Si contamos con la concepcin negativa del hombre, la posicin central de la

    autoridad, y el papel de la religin en la sociedad y el gobierno de los hombres, Hobbes

    es, desde luego, un conservador al pi de la letra. Edmund Burke, en el siglo XVIII, es

    considerado como el ms importante de los tericos polticos conservadores, ms si cabe

    si tenemos en cuenta su papel fundamental, no directa pero s espiritual, en la Carta

    fundacional de los Estados Unidos de Amrica. Tambin John Adams en Estados Unidos

    y Joseph de Maistre en Francia son afamados conservadores de su poca dorada. Ya en el

    s. XX, se considera al neoliberal conservador Frederik von Hayek como el ms importante

    representante de esta ideologa; pero para ilustrar hasta qu punto puede ser difcil

    16 A Goodwin le parece que el conservadurismo no tiene suficiente empaque para darforma a un corpus original, as que ha de tomar de las otras fbricas de ideas lo que ella no tiene,especialmente en lo que a la economa se refiere. Este es lo que ha difuminado la frontera entre elconservadurismo y los liberales.

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    etiquetar como conservadores a determinados autores y a determinadas obras, el ingls

    Michael Oakeshott, conservador de corte ms clsico, critica duramente al anterior por

    introducir la racionalizacin en las entraas del conservadurismo.

    3. CONSECUENCIAS

    Sociedad de estructura dominante. La sociedad es un organismo histricamente

    regulado que se vertebra de forma natural por una jerarqua (Lleix, 2007:137).

    Efectivamente, los conservadores abogan por una sociedad clasista o jerrquica, en donde

    la autoridad de la lite ha de derramarse hasta el fondo de la pirmide, el pueblo.

    Algunos hombres son innatamente superiores a otros, as que no slo es lgico que

    gobiernen, sino que es lo natural. La lite del gobierno y la sociedad jerrquica no

    igualitaria dividida en clases son consecuencias necesarias de la naturaleza humana. Las

    diferencias de clases no tienen que dar forzosamente lugar a conflictos sociales o

    desrdenes puesto que todos pertenecern a clases a las que por naturaleza les

    corresponde pertenecer, y la armona orgnica reinar entre las clases. Cada clase ejerce

    su funcin y ocupa su sitio correspondiente en el orden social. Es el modo en el que ste

    funcionar correctamente y en armona: es la analoga orgnica en palabras de Goodwin

    (1997:190). El conservadurismo no se contempla a s mismo como una forma excluyente de

    plantear la sociedad. Todos tienen sitio en la sociedad conservadora, pero cada uno debe

    estar en el lugar que la naturaleza y la tradicin dispongan. Por tanto, la nivelacin social

    es imposible y si se intenta de llevar a cabo el resultado ser la tirana. Por tanto, tambin

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    la nivelacin econmica es impracticable y si se intenta de llevar a cabo el resultado ser

    el estancamiento socioeconmico. As que no hay nada loable en una sociedad igualitaria.

    Ha de existir un orden social donde cada cual ha de jugar el papel que le corresponde.

    Sociedad de estructura meritocrtica. El debate entre el conservadurismo y la

    democracia ha ido adquiriendo, a lo largo de la historia, tintes de ferocidad dramtica

    que sobrepasan con mucho las pretensiones de este trabajo. S podemos apuntar que si la

    democracia es aquella forma de gobierno que trata de imponer el igualitarismo de masas,

    que es una igualdad antinatural para los conservadores, y encierra adems un principio

    nivelador que trata de sustituir la virtud del esfuerzo y la bsqueda de mritos por la

    mediocridad y el plebeyismo (Lleix, 2007:137), entonces, los conservadores no estarn

    nunca a favor de ese modelo de democracia. Si el pueblo no se esfuerza, no trata de

    mejorar y medrar aceptando el lugar que le corresponde, esperando adems, que alguien

    le solucione la vida, no merece tener la posibilidad de llevar las riendas del gobierno de la

    sociedad.

    Por tanto, los conservadores s que quieren potenciar las minoras emprendedoras,

    a travs de su xito econmico (Eccleshall, 2004:96), ya que as habrn probado su vala en la

    sociedad, como ya hicieron la burguesa y los comerciantes. Y no se puede obviar la

    existencia de los inadaptados ms radicales, de la ignorancia y la indolencia de unos

    pocos que no saben o no quieren hacer mritos y aprovechar las oportunidades dentro de

    este sistema jerrquico, y que es posible que acten de modo reprensible e irresponsable.

    Ante los potenciales peligros de esto es necesario ese Estado fuerte.

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    Contra una sociedad de siervos. No hay ideologa que campe a sus anchas en el

    mundo sin interaccionar con otras. Por eso, en primer lugar, se comportan como agentes

    erosivos las unas con las otras. Y en segundo lugar, surgen modificaciones, o mejor dicho,

    se producen renacimientos de entre sus cenizas como respuestas a esas interpelaciones. El

    conservadurismo no iba a ser menos a lo largo y ancho del intenso siglo XX. El

    individualismo ha sido eliminado por el colectivismo. El incentivo individual ha sido

    suprimido por las tasas y los impuestos. Las empresas debilitadas llegan incluso a pedir

    el amparo de los aparatos estatales. Habitamos en un Estado-nodriza que entumece la

    eleccin individual y asfixia la iniciativa (Eccleshall, 2004:112). Este es el tremendo anlisis

    que, contrario al llamado Estado del Bienestar, Hayek y Milton Friedman realizan de la

    situacin subsiguiente a la 2 Guerra Mundial. Para atajar lo que ellos creen una

    catstrofe hay que volver a fortalecer la competencia y la competitividad. La nica

    funcin econmica que ha de cumplir un gobierno es la de mantener estable el sistema

    monetario (Eccleshall, 2004:111). Se debe reducir el gasto pblico y bajar los impuestos. La

    empresa privada ha de retomar su lugar de accin predominante. Estas contrarreformas

    socioeconmicas llevaran a una reforma moral: liberados del colectivismo que produce

    invlidos y gorrones17 se producir una vuelta a los valores morales civilizados. No ser

    solamente una cuestin de la clase poltica, llegan a vaticinar, ser el propio descontento

    popular el que pedir hacer frente a la elevacin de los ndices de criminalidad, de la

    17 Eccleshall. Op. Cit. Pg. 114. Tambin, y sin que sirva de precedente (sic), en Goodwin.Op. Cit. Pg. 71.

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    permisividad moral, el incremento de la inmigracin, que son propios de esta

    servidumbre. Habr que volver a la recia disciplina de la ley y la tradicin.

    Sea como fuere, los conservadores apuestan por una Sociedad-Estado fuerte, de

    disciplina social y recio orden legal. Con los matices aadidos por cada una de las

    articulaciones. El gobierno es la autoridad que se debe respetar, es un mero dispositivo

    para mantener el orden.

    El deber patritico. Bien porque sea la unidad-orden natural; o bien porque sea el

    producto de una tradicin; la nacin es un indestructible conglomerado de tierra,

    costumbres e instituciones que debe ser defendida hasta las ltimas consecuencias: la

    nacin es sacrosanta (Goodwin, 1997:195). Este es