Apuntes Para Una Critica Filosofica Intercultural de La Educación Desde Aspectos Del Pensamiento de...

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  • El kuti (vuelco) en la educacin de Nuestra Abia Yala. Apuntes para una crtica filosfica intercultural de la educacin desde aspectos

    del pensamiento de Rodolfo Kusch

    Carlos Mara Pagano Fernndez Pensamos en trminos absolutos y ejercemos sobre Sudamrica un imperialismo intelectual (IV, 260) Nuestras aulas

    producen anualmente una buena cantidad de tcnicos desubicados (Kusch, R., OC, T IV, p. 262) Si encaramos el estudio del pueblo sudamericano desde el ngulo de su oposicin a nuestro criterio de vida creo que

    habremos de saber no slo lo que pasa en Amrica, sino tambin cules son los aspectos nefastos de nuestra concepcin del mundo (Kusch, R., OC, T IV, p. 263)

    La propuesta genrica de este Congreso de pensar la relacin entre filosofa y educacin

    en Nuestra Abia Yala1 es, en cierto sentido, provocadora. Se trata pues, de una relacin

    de carcter complejo por no ser reductible a visin unitaria alguna a causa de la pluralidad

    de respuestas posibles, dependientes de otros tantos contextos.

    Por otra parte, cabe contemplar esa relacin en el marco de los bicentenarios de las

    independencias continentales en que nos encontramos. Pues, al mentar este congreso

    Nuestra Abia Yala, resuena la presencia de Jos Mart, el cual, en aquel paradigmtico

    manifiesto para la filosofa y, tambin, para la educacin continental que titul Nuestra

    Amrica, diagnosticaba la continuidad de la colonia en la repblica; y lo explicaba por la

    ausencia de una opcin bsica fundacional por los oprimidos, con los cuales deba

    haberse hecho causa comn. Nos es necesario recordar que en esa misma tnica, Mart

    enjuicia all la educacin y la formacin universitaria desde el fiel de su capacidad para

    adentrarse de modo dialogal fraterno en la diversidad de nuestros pueblos frente a las

    consecuencias polticas opresoras del exotismo cultural de sus claustros. La colonia,

    pues, se recicla en neocolonial a causa de la formacin acadmica de los que habrn de

    conducir a los nuevos estados2.

    El vuelco (kuti) de la educacin que nos interesa ac y su referencia a un pensador

    tambin provocador en ciertos aspectos, como es Rodolfo Kusch, por la ocasin de los 30

    aos de su muerte3, responde al propsito de hacernos cargo de esa complejidad desde

    la transformacin de la filosofa cuando se torna o se ejercita como intercultural4. Este

    imperativo5 para la filosofa, no significa que nos inscribimos en una moda de prestigio,

    como puede ser la llamada comunicacin intercultural, necesaria para el mundo

    1 Usamos Abia Yala como nombre propio de la an llamada Amrica todo el continente. Cfr. Pagano F.,

    C, 1998; idem. 1999, p. 10ss. Tambin, Fornet-Betancourt, 2004a, p. 41. 2 Mart, Jos, Nuestra Amrica, en Obras Completas, T. 6, La Habana, 1991, p. 19, 18.

    3 Rodolfo Kusch nace en 1922 en Buenos Aires y muere all el 30 de setiembre de 1979. Ver Kusch: vida y

    obra, en Pagano F., 1999, 17-66; s/autor, Datos biogrficos de Rodolfo Kusch, en Kusch, R. OC, T I, p. V-XII. 4 Fornet-Betancourt, 2001.

    5 Panikkar, Raimond, El imperativo intercultural, en Fornet-Betancourt, Ral (ed.), Unterwegs zur

    interkulturellen Philosophie. Dokumentation des II. Internationalen Kongresses fr interkulturelle Philosophie, Frankfurt, 1998, p. 20-42.

  • empresarial multinacional e instrumentalizada por la hegemona cultural o, mejor,

    monocultural con pretensin universal de una globalizacin mercantil, y a imponer

    mediante los ms diversos tipos de presiones y valorada como tal nach Cent und Euro6,

    segn sus frutos financieros. Nos referimos, antes bien, a una perspectiva filosfica

    transformadora de los presupuestos del mismo hacer filosfico mediante su re-

    perspectivizacin a partir del reconocimiento bsico de la existencia actual e histrica de

    mundos culturales diversos, plurales y, con ello, de culturas de la filosofa, tambin con

    presupuestos que no coinciden siempre con los de aqullos, segn los cuales se

    normaliza un canon del filosofar autointerpretado como universal, pero que no lo es ni lo

    puede ser sino bajo el paraguas de todas las imposiciones hegemnicas que lo generan

    (blicas, econmico-financieras, polticas u otras) mediante viejos y nuevos colonialismos.

    Un orden en el que se manifiestan dichos colonialismos es el de la educacin. En efecto,

    las polticas educativas implantadas por la agenda neoliberal, representadas por directivas

    del Banco Mundial7, conducen a un acompasado y sutil sometimiento gnoseolgico que

    incide en el hacer filosofa y en las consecuencias formativas del afianzamiento ideolgico

    del mito sacrosanto del mercado8.

    Por ello, el cuestionamiento a la continuidad lineal de la mono-loga y mono-tona

    gnoseolgica de la universidad y, en ella, de la filosofa, se sita en posiciones re-

    independentistas que, para hacerse efectivas, deben asumir las imprescindibles

    bsquedas interculturales9. No puede ocultarse que tales planteos hablan de una

    conflictividad radical entre una posicin popular de la educacin y otra impuesta

    mediante los condicionamientos de los que manejan la materialidad dependiente de un

    continente, como son las condiciones de flujo de aportes crediticios segn se ajusten a los

    ajustes poltico-estructurales de organismos internacionales como el mencionado. El

    conflicto, de un lado, radica en ni mencionar la necesaria reconversin intercultural

    universitaria o mencionarla como una moda superficial lo que significa su proscripcin-,

    y, de otro, en asumir formas de propuestas, investigacin y enseanza que se hagan

    6 Hoffmann, Gerd-Rdiger, Interkulturelle Philosophie als Institution?, en Fornet-B-, Ral (Hrsg), 2006a, p.

    18ss 7 Por ejemplo, los trabajos en Revista Iberoamericana de Educacin-de Educao. Polticas de educacin en

    tiempos de globalizacin. Polticas de educao em tempos de globalizao, OEI, N 48, Madrid, 2008. Torres, Mara Rosa, Mejorar la calidad de la educacin bsica? Las estrategias del Banco Mundial, en Coraggio, J. L. y Torres, M. R., La educacin segn el Banco Mundial. Un anlisis de sus propuestas y

    mtodos, Bs.As. Madrid, 1997, p. 70-154. 8Por ejemplo, el muy actual debate argentino por la aceptacin de fondos para la investigacin universitaria

    estatal provenientes de una minera multinacional con explotaciones a cielo abierto, procesada judicialmente por delitos contra los derechos humanos y medioambientales, tiene el trasfondo ideolgico de un debate por el colonialismo del poder o su segunda independencia. 9 Palermo, Zulma, 2007, 304.

  • cargo de ella en una praxis educativa nueva que no tema asomarse a la calle10, que no

    tema desandar costumbres inveteradas en la pedagoga y en la investigacin.

    Nuestra perspectiva tiende a revisar la relacin educacin-filosofa desde el

    reposicionamiento de sta como intercultural, sometindose tambin a una crtica en su

    itinerario abiayalense, segn el criterio de su capacidad o no para dar lugar paritario en

    ella a la pluralidad de culturas y sus filosofas sin ms que dan vida al continente, y a

    optar por la (re)validacin de sus derechos11. En lo referente a legislacin educativa, sta

    ha dado en Argentina un paso importante al reconocer los derechos culturales de los

    pueblos originarios segn el mandato constitucional tardamente establecido en la reforma

    de 1994 en su art. 75 inc. 17. Con todo, no basta con el cumplido de introducir

    modalidades que respondan a sectores necesitados de recibir un tipo especial de

    pedagogas llamadas interculturales, pero que distan mucho de haberse tomado el trabajo

    de dejarse afectar en sus presupuestos bsicos, mediante una vivencia intercultural real.

    Adems, ese leguaje legal reduce el trmino intercultural a un vago valorar y comprender

    la diversidad cultural como atributo positivo de nuestra sociedad12. En Abia Yala, por lo

    general, se aplica esta necesidad educativa especial a los sectores con presencia de

    educandos de pueblos aborgenes. Para que la interculturalidad no se reduzca a la

    emulacin superficial de estar al tono internacionalmente, debe darse una reconversin

    integral de la educacin y de los sistemas educativos, de modo que sea posible crear no

    slo una educacin, sino con ella, un mundo liberado de la globalizada hegemona

    monocultural del mercado.

    Por eso hablamos de un kuti o vuelco13 necesario para el hacer educativo que, tambin

    desde la filosofa, cabe provocar de igual manera, para responder al tema general

    planteado. En efecto, desde la filosofa intercultural, en forma especial la llamada

    educacin sistemtica o los sistemas educativos no pueden seguir una dinmica centrada

    en los propsitos tradicionales del desarrollo de una modernidad progresista, por ms

    que haga ostentacin de neologismos, a menudo intencionalmente hbridos, pretendiendo

    reformas que, en esencia, nada cambian y, en todo caso, realimentan las exclusiones

    10

    Kusch, R., 1976, p. 11; OC, T III, p. 13. 11

    Fornet-Betancourt, 2004, p. 14s. 12

    Ley Nacional de Educacin 26.206, Cap. XI, art. 54. Ley de Ed. Prov. de Salta, Cap. VII, art. 60. Distinto es el espritu que trasunta la ley educativa de la Provincia de Buenos Aires, que establece impulsar una perspectiva pedaggica intercultural en articulacin con la Educacin comn (Nueva Ley de Educacin Provincial N 13.688, cap. XII, art. 44).Sobre esta ltima, cfr.: Puiggrs, Adriana, en Fornet-B, R., 2008, 16ss. 13

    Sobre kuti, ver Hurtado de Mendoza S., Wiliam, Pragmtica de la cultura y la lengua quechua, Quito, 2002, p. 72, 84, 193; Kusch, R. 1977, p. 81ss, 92ss, 107, 110, 114 (OC, IV, 336ss, 346ss, 364, 367, 370), Pagano F., 1999, 197ss; Imbelloni, 98ss, Schramm, Raimund, Reflexiones sobre las interrelaciones de simbologa e historia en los Andes Meridionales, en Yachay, Cochabamba, noviembre, 1992, p.274, 279s, 291s.

  • inherentes a la cultura que la sustenta. Por va del derecho hegemnico, del derecho

    escrito que, como observa Arturo Roig, funda la desigualdad14, esa cultura ha impuesto e

    impone un modelo educativo y cultural coherente con su propio universo comprensivo del

    cosmos y de la persona humana que los degrada respectiva y despectivamente a simples

    recursos naturales y a simples recursos humanos15.

    Sin desconocer los imprescindibles aportes del pensamiento abiayalense que tratan la

    educacin como un lugar, entre otros, para los necesarios procesos de liberacin y de

    reconstruccin de la identidad16, recuperamos ac unos pocos mojones del pensamiento

    de Kusch que pueden servirnos de motivo para la revisin intercultural de la educacin, en

    el contexto determinante de su trasfondo cultural, el huracn de la globalizacin17 como

    proyecto totalitario de civilizacin con su correspondiente y contempornea barbarie

    planetaria que asfixia las diferencias culturales y ataca la sustancia misma de la vida en

    sus ms diversos rdenes, desde el psicolgico personal hasta el ecolgico18.

    Importante para la actitud intercultural, una aclaracin es necesaria: la educacin no

    puede confundirse con los sistemas educativos por reduccin de aqulla a stos. Por el

    contrario, puede darse educacin sin sistemas educativos, pero stos no seran tales sin

    alguna referencia a la educacin. Los sistemas educativos, y con ellos la escuela, son

    una invencin de la cultura que posibilit las sucesivas revoluciones industriales y, por lo

    tanto, mantienen su condicin histrica y relativa. La educacin es un integrante de la vida

    humana, no as los sistemas, an cuando se haya interiorizado una fusin con la

    consiguiente absolutizacin e intangibilidad del invento o de la rentable ficcin de la

    condicin natural de la escuela19. Insistimos en que sistema educativo o escuela es

    14

    Roig, Arturo Andrs, tica y liberacin: Jos Mart y el Hombre Natural, en Fornet-B. Ral (Hrsg./Ed.), Fr Leopoldo Zea, Para Leopoldo Zea, Aachen, 1992, p. 98-103. 15

    Pagano F., C., 2008, 274s.; http://www.copenoa.com.ar/Dia-del-trabajador-Personas-o.html 16

    Slo como ejemplo: Alfaro Lpez, Hctor G. y otros. Filosofa de la educacin. Hacia una pedagoga para Amrica latina. Mxico, UNAM, 1993; Cerutti Guldberg, Horacio (coord.), Filosofa de la educacin. Hacia una pedagoga para Amrica Latina, Mxico: UNAM, 1993; Filosofa latino-americana de la educacin, en id. ant. pp. 2944; Cirigliano, Gustavo, Filosofa de la educacin 5a. ed., Bs. As., 1990; Cullen, Carlos A., Crtica de las razones de educar. Temas de filosofa de la educacin. Buenos Aires, 1997; Perfiles tico-polticos de la educacin. Bs. As.; Dussel, Enrique, Introduccin a una filosofa de la liberacin latinoamericana. Mxico, 1977; Freire, Paulo, Pedagoga de la autonoma. Bs. As., 1996; Pedagoga del oprimido. Ro de Janeiro, 1999; Pedagoga de la esperanza : Un reencuentro con la pedagoga del oprimido, Mxico, 1998; Hostos, Eugenio Mara de, Ciencia de la pedagoga, Puerto Rico, 1988; Illich, Ivn, Educacin sin escuelas, Barcelona, 1975; En Amrica latina para qu sirve la escuela?, Buenos Aires, 1974; Weinberg, Gregorio, El universo de la educacin como sistema de ideas en Amrica latina, en Zea, Leopoldo (coord.), Amrica latina en sus ideas, Mxico, 1986. 17

    Ver Hinkelammert, Franaz, El huracn de la globalizacin: la exclusin y la destruccin del medio ambiente vistos desde la teora de la dependencia, en Pasos 69, San Jos de Costa Rica, 1997, 21-27. 18

    Fornet-Betancourt, 2001, p. 192-195. 19

    Varela, J y lvarez Ura, F., Arqueologa de la escuela, Madrid, 1991; Illich, I, Educacin sin escuelas, op. cit., En Amrica latina para qu sirve la escuela? op. cit.; un fragmento de este texto de Illich es accesible en: http://www.foroplanetario.com.ar/docs/Articulos.php?IdArticulo=29.

  • toda enseanza que, a la postre, habilita con una titulacin reconocida oficialmente,

    gestionada por el estado o por privados, independientemente del nivel de que se trate.

    En este sentido, en lo escolar se incluye, por cierto, la universidad y, en ella, la enseanza

    oficial de la filosofa (o la enseanza de la filosofa oficial en la universidad). Ambas

    pueden y, segn nuestra conviccin, deben - ser evaluadas de acuerdo con su

    capacidad de asumirse como interculturales o no en su ejercicio de produccin de

    filosfica, de investigacin o transmisin. Este criterio de juicio complica en tal grado la

    tarea educativa, que pone en movimiento los estatutos cognoscitivos hacia la inclusin de

    los mundos tambin cognoscitivos que fructifican en otros contextos culturales, tambin

    nuestros. Estos no tienen porqu ser reducidos nica e invariablemente a parmetros

    cientficos convencionales ni, en lo educacional, a parmetros establecidos por el derecho

    monocultural del poder educativo; antes bien, deben ser incluidos paritariamente en el

    dilogo de saberes y de procesos de transmisin, o sea, en el dilogo pedaggico para

    que adquiera realmente tono intercultural. Observemos que en lo que atae a las

    estructuras oficiales de educacin argentina, la interculturalidad sigue siendo entendida

    como una rareza especial arrinconada a los sectores donde viven indgenas, que casi

    nunca son zonas de influencia o de poder. Por ello, la realidad actual, an cuando los

    estados se monten a la terminologa intercultural por necesidad de reconocimiento de su

    respeto a los derechos por las diferencias, lo hacen normalmente con matriz monocultural.

    Desde 1954, Kusch haba sealado la inconsistencia del intelectual por desarraigo, su

    arbitrariedad autosuficiente y falta de compromiso con respecto a la realidad de Abia Yala,

    que no comprende porque no acepta que la vida trasciende la legalidad racional, a la que

    se aferra prudencialmente, por miedo a lo imprevisible de existir en Amrica como

    americano20. Esa legalidad, agrega en 1976, es el fundamento de lo que constituye la

    vida poltica y expresin del imperialismo de clase media que impide la continuidad

    biolgica entre lo de arriba y lo de abajo21 (pueblo, en su sentido trans-conceptual de

    la convivencia con el imponderable popular cotidiano22). Lo convivencial es, pues, el

    lugar intercultural23. En lo educativo convivencialmente intercultural, se trata de trastrocar

    (kuti), lo usual (que destruye lo mejor de los pueblos por su reduccin a mero

    consumidor24 coaccionados por el fetiche pedaggico25), para reactivar la propia cultura

    20

    Kusch, R., 1954; OC, T IV, p. 227-242 21

    Kusch, R., 1976, p. 14, 12. 22

    Cfr. Pagano F., C., 1999, Concepto de pueblo en Kusch?, p. 231-125. La cita, p. 232. 23

    Kusch, R., Proposiciones a partir del proyecto Waykhuli. Desarrollo, cultura y comunicacin, en Ayni ruway en Amrica Nativa, educacin y desarrollo, Cochabamba, 1978, 72-84 y OC, T IV, 436. 24

    Kusch, R., OC, T IV, p 436, 432. Escrito de 1978. Ver Pagano F., C, 1999, p. 64, 255.

  • del educando sin el prurito ciudadano liberal para, luego, proveer de una instruccin

    alfabetizacin- resguardando los propios cdigos culturales, con lo que se asegura su

    capacidad econmica para salir de la indigencia o de su conversin en una masa

    marginada, sumida en la anomia de la ciudad occidental26. Educacin y filosofa pueden,

    estimulados, entre otros, por la obra de un pensador abiayalense, Rodolfo Kusch revertir

    desde lo intercultural en Nuestra Abia Yala, viejos y reciclados colonialismos para nuestra

    necesaria Segunda Independencia.

    Referencias biliogrficas

    Biagini, Hugo E. y Roig, Arturo A. (comps.), 2007, Amrica Latina hacia su segunda independencia. Memoria y autoafirmacin, Buenos Aires.

    Fornet-Betancourt, Ral, 2001, Transformacin intercultural de la filosofa. Ejercicios tericos y prcticos de filosofa intercultural desde Latinoamrica en el contexto de la globalizacin, Bilbao. 2004 (ed.), Crtica intercultural de la filosofa latinoamericana actual, Madrid.

    2006(ed.), Dominanz der Kulturen und Interkulturalitt. Dominance of Cultures and Interkulturality.

    El Dominio de las Culturas y la Interculturalidad. Hgmonie culturelle et Interculturalit.

    Dokumentation des VI. Internationalen Kongresses fr interkulturelle Philosophie, Frankfurt am

    Main London.

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    Guillemot , Yves, Interculturalidad paritaria, o kuti-sicologa? (Parte I), en: http://cultural.argenpress.info/2009/05/interculturalidad-paritaria-o-kuti.html. Imbelloni, Jos, 1979 Religiosidad indgena americana, San Antonio de Padua. Kusch,Rodolfo, 1954, Inteligencia y barbarie, en Contorno, N 3, 4-7.

    1976, Geocultura del hombre americano, Bs. As. OC, T II, p. 5-239.

    1977(3), El pensamiento indgena y popular en Amrica, Bs. As. OC II, p. 255-546.

    2000 Obras Completas, Tomos I, II, III y IV, Rosario. Se cita: OC, N de tomo, pg. 255.

    Pagano Fernndez, C., 1998 Abia Yala: liberacin de Amrica, en revista Abia Yala, S. J. de

    Costa Rica, ao 3, n 4, enero, p. 14-16.

    1999 Un modelo de filosofa intercultural: Rodolfo Kusch (1922-1979). Aproximacin a la obra del

    pensador argentino, Aachen, 1999.

    2008 Ecologa o sabidura cosmotendrica indgena de Abia Yala? Breves notas para una

    concepcin intercultural del ser humano a propsito del mensaje del Gran Jefe Seattle, en Fornet-

    B. Ral, 2008, p.267-275.

    Palermo, Zulma, 2007, Desafos ticos para la Universidad Latinoamericana del futuro, en Biagini,

    H. E. y Roig, A. A., 2007.

    Torres, Carlos Alberto, 2008, Despus de la tormenta neoliberal: La poltica educativa latinoamericana entre la crtica y la utopa, en Revista Iberoamericana de Educacin-de Educao. Polticas de educacin en tiempos de globalizacin. Polticas de educao em tempos de globalizao, OEI, N 48, Madrid, 2008, p. 207-229.

    25

    Kusch, R., OC, T IV, p. 468. Escrito de 1971, aproximadamente. Ver Pagano F., C, 1999, p.19, 253s. 26

    Kusch, R., OC, T IV, p. 358s. Escrito de 1978. Ver Pagano F., C, 1999, p. 64, 255.