Unidad Numero 18

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Publicación del Comité Central del Partido Popular Socialista de México, Año 1, Número 18, Julio de 2009, 5.00 sigue en la página 2 sigue en la página 3 se social distinta y más progre- sista”, en palabras de Lombar- do. [ii] Otros rasgos esenciales del concepto, nos aclaran que una revolución es un cambio cualitativo, es decir, profun- do, no superficial, de raíz; que es un cambio súbito, esto sig- nifica fulminante, no gradual; también que implica necesa- riamente una carga de violen- cia, puesto que se trata de una ruptura brusca, una especie de tsunami, diríamos, que arra- JUAN CAMPOS VEGA F elipe Calderón, candida- to presidencial del Par- tido Acción Nacional (PAN) —que surgiera hace se- tenta años, al amparo del na- zifascismo y con la consigna de combatir todas las medidas progresistas del gobierno del General Lázaro Cárdenas— prometió muchas cosas para ganar el voto de una parte de la población. En el proceso electoral presi- dencial de 2006, votó 58.22% de los inscritos en la lista no- minal de electores; de éstos, 35.89% (poco más de un ter- cio) lo hizo por el partido de la derecha tradicional, PAN. Es decir, por Calderón solamente Cinismo y desvergüenza gubernamental La perspectiva revolucionaria de México hoy a la luz de la teoría marxista CUAUHTÉMOC AMEZCUA DROMUNDO[I] C ompañeros y compa- ñeras luchadores socia- les todos: es un gusto compartir con ustedes este es- pacio de reflexiones colectivas sobre las revoluciones de nues- tros días, las que se están dando hoy en varios países de Améri- ca Latina y que, sin ser del todo homogéneas, porque hay entre ellas gran diversidad de peculia- ridades; ni ser todavía, si usa- mos correctamente las catego- rías del pensamiento marxista, revoluciones socialistas del siglo XXI”, como se autonombran varias de ellas. LAS DE HOY EN AMÉRICA LATINA: REVOLUCIONES DE LIBERACIÓN NACIONAL Analicemos: con el pensa- miento marxista definimos una revolución como “un movimien- to popular que arroja del poder a la clase social que lo detenta, para reemplazarla por otra cla- sa con prácticas sociales, for- mas e instituciones económi- cas, políticas y culturales, y las sustituye por otras, distintas y superiores. Los cambios revo- lucionarios históricos son los ejemplos clásicos: el paso de la comunidad primitiva al escla- vismo; el paso de la esclavitud al feudalismo; el paso del feu- dalismo al sistema capitalista; el paso del capitalismo al sistema socialista. Pero también alcanzan el ni- vel de revoluciones las de otra etapa de la historia, las de li- beración nacional, que, si he- mos de emplear de manera ri- gurosa la ciencia del marxismo, son, las que se están dando hoy en América Latina. Todas ellas son revoluciones de libe- ración nacional; y se les pue- de agregar tal vez que son del siglo XXI, más por una razón cronológica que conceptual, porque se están dando hoy, en este siglo.

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Periódico del Partido Popular Socialista de México, julio de 2008

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Publicación del Comité Central del Partido Popular Socialista de México, Año 1, Número 18, Julio de 2009, 5.00

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se social distinta y más progre-sista”, en palabras de Lombar-do.[ii] Otros rasgos esenciales del concepto, nos aclaran que una revolución es un cambio cualitativo, es decir, profun-do, no superficial, de raíz; que

es un cambio súbito, esto sig-nifica fulminante, no gradual; también que implica necesa-riamente una carga de violen-cia, puesto que se trata de una ruptura brusca, una especie de tsunami, diríamos, que arra-

Juan Campos Vega

Felipe Calderón, candida-to presidencial del Par-tido Acción Nacional

(PAN) —que surgiera hace se-tenta años, al amparo del na-zifascismo y con la consigna de combatir todas las medidas progresistas del gobierno del General Lázaro Cárdenas— prometió muchas cosas para

ganar el voto de una parte de la población.

En el proceso electoral presi-dencial de 2006, votó 58.22% de los inscritos en la lista no-minal de electores; de éstos, 35.89% (poco más de un ter-cio) lo hizo por el partido de la derecha tradicional, PAN. Es decir, por Calderón solamente

Cinismo y desvergüenza gubernamental

La perspectiva revolucionaria de México hoy a la luz de la teoría marxista

CuauhtémoC amezCua DromunDo[i]

Compañeros y compa-ñeras luchadores socia-les todos: es un gusto

compartir con ustedes este es-pacio de reflexiones colectivas sobre las revoluciones de nues-tros días, las que se están dando hoy en varios países de Améri-ca Latina y que, sin ser del todo homogéneas, porque hay entre ellas gran diversidad de peculia-ridades; ni ser todavía, si usa-mos correctamente las catego-rías del pensamiento marxista, “revoluciones socialistas del siglo XXI”, como se autonombran varias de ellas.

LAS DE HOY EN AMÉRICA LATINA: REVOLUCIONES DE LIBERACIÓN NACIONAL

Analicemos: con el pensa-miento marxista definimos una revolución como “un movimien-to popular que arroja del poder a la clase social que lo detenta, para reemplazarla por otra cla-

sa con prácticas sociales, for-mas e instituciones económi-cas, políticas y culturales, y las sustituye por otras, distintas y superiores. Los cambios revo-lucionarios históricos son los ejemplos clásicos: el paso de la comunidad primitiva al escla-vismo; el paso de la esclavitud al feudalismo; el paso del feu-dalismo al sistema capitalista; el paso del capitalismo al sistema socialista.

Pero también alcanzan el ni-vel de revoluciones las de otra etapa de la historia, las de li-beración nacional, que, si he-mos de emplear de manera ri-gurosa la ciencia del marxismo, son, las que se están dando hoy en América Latina. Todas ellas son revoluciones de libe-ración nacional; y se les pue-de agregar tal vez que son del siglo XXI, más por una razón cronológica que conceptual, porque se están dando hoy, en este siglo.

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programa del monopolio mediático Televi-sa, que aunque será más difícil, se mantie-ne la meta.

El hecho es que ahora hay en México más de 19 millones de miserables, cuyo in-greso ni siquiera les alcanza para alimen-tarse, y que un poco menos de la mitad de la población se encuentra en condiciones de pobreza; y el “flamante” secretario nos proporciona, con todo cinismo, ignorancia y desvergüenza, los elementos que, a su juicio, constituyen la causa del aumento del número de pobres:

—Incremento en el precio de la comi-da, que se deriva de una crisis alimentaria mundial.

— Reducción del ingreso, que también debe considerarse (¿de verdad?).

—Situación económica internacional adversa.

Al “señor secretario” se le olvidaron, en-tre otras, las siguientes causas del incre-mento de la pobreza: la crisis de la eco-nomía mexicana que decreció en los primeros dos trimestres del año y que lo seguirá haciendo en lo que resta de él; el incremento de 46% en el desempleo, res-pecto de junio de 2008; el crecimiento de la economía informal; los cada vez más bajos salarios que generan que 80% de los hogares con menores recursos perciban cada vez menos (según datos de la En-cuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares del INEGI); la disminución de las remesas, y un largo etcétera.

Para concluir su “brillante” interven-ción, el secretario (del que poco se sabe y poco se habla, quizá porque poco hace) remató, con toda desvergüenza, con su “receta” para lograr la meta en 2012:

—Tomar con mucha responsabilidad la discusión del presupuesto de 2010.

—Fortalecer la política social, metién-dole más recursos, y ampliando los pro-gramas Oportunidades y Empleo Tem-poral.

—Hacer un esfuerzo aún mayor, traba-jando de manera agresiva con los progra-mas sociales y focalizarlos aún más; por-que son muy efectivos complementados

con un crecimiento económico sostenido (¿De dónde salió este tipo?).

Al funcionario, ¿de desarrollo social?, se le olvidaron algunos temas que incre-mentan la pobreza: la dependencia eco-nómica de México, respecto de Estados Unidos y otros países imperialistas, que crece todos los días, contribuyendo a des-capitalizar al país; la política económica del gobierno a favor del capital extranje-ro y de la oligarquía mexicana, es decir, de los que constituyen el apoyo real de Feli-pe Calderón, y para quienes gobierna; la cada vez más injusta distribución de la ri-queza que hace más ricos a unos cuantos y genera mayor cantidad de pobres, que cada vez lo son más.

También se debe considerar la menor generación de riqueza, y por ende, de menores recursos fiscales, de los que de-pende el presupuesto federal —al que por cierto el gobierno de Calderón ya le hizo dos recortes en lo que va del año, que su-man 85 mil millones de pesos—, decisio-nes ante los que el Congreso nada puede hacer; por eso vale la pena preguntarle al “secretario” ¿de qué sirve discutir el pre-supuesto con responsabilidad?

Pos si todo esto no fuera suficiente El Consejo Nacional de Evaluación de la Po-lítica de Desarrollo Social (CONEVAL) señaló que los programas de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) carecen de un diagnóstico adecuado para solucionar los problemas que buscan atender y la po-blación potencial no está definida ni cuan-tificada, y Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo de la institución eva-luadora, dijo que hay programas que han funcionado mientras que hay otros cuyo enfoque no es bueno, ya que están dirigi-dos a la población más rica.

Frente a esa realidad, el secretario Cor-dero, quizá debiera entender que la me-jor medicina contra la pobreza es una dis-tribución adecuada del ingreso. Pero para esto señor “secretario”, hay que abando-nar las políticas neoliberales y entreguis-tas, hay que cambiar de gobernantes y de sistema.

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votó 20.89% de los inscritos, o sea, uno de cada cinco ciudadanos.

Ese es el apoyo “popular” de Feli-pe Calderón. Su apoyo real proviene de los llamados poderes fácticos: gobiernos imperialistas, capital financiero interna-cional, cúpulas patronales, clero político y aláteres, medios de comunicación ma-siva, etcétera.

Quizá por eso se comporta con tanto cinismo y desvergüenza, y ofrece datos parciales cuando le son favorables y ocul-ta los grandes y negativos efectos gene-rales de su política gubernamental, por ejemplo, en el crecimiento económico y el empleo. De la misma manera se conducen los integrantes de su gabinete.

Que el secretario de Hacienda y Crédi-to Público, Agustín Carstens, que de 1999 a 2000 fue director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) en repre-sentación de Costa Rica, El Salvador, Es-paña, Guatemala, Honduras, México, Ni-caragua y Venezuela, y que de agosto de 2003 a octubre de 2006, ocupó el cargo de subdirector gerente de esa misma ins-titución financiera, nos diga que “no vio venir la crisis” refleja cinismo o complici-dad, en ambos casos desvergüenza.

Que el secretario del Trabajo y Previ-sión Social, diga que los migrantes que enfrentan los estragos de la crisis en Es-tados Unidos, que se fueron por falta de empleo, pueden regresar porque aquí ha-brá ocupación para todos, refleja cinismo o ignorancia, en ambos casos, es un sin-vergüenza.

Ahora le tocó el turno al secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero, (¿al-guien lo conoce?), que ante el incremen-to del número de pobres, y la promesa del candidato Calderón de reducir la pobreza extrema —eufemismo de miseria— a 10 millones para el año 2012, sostuvo, en un

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ese camino y qué relación hay entre esta tarea y la de organizar la revolución.

Es necesario reflexionar en todo esto a la luz del pensamiento marxista, porque así podemos coadyuvar a despejar un am-biente enrarecido sobre todo por la labor deliberadamente desorientadora de nues-tros enemigos de clase. La actividad de análisis bien sustentado es fundamental en la lucha revolucionaria, como lo dijo con toda razón Vladimir Ilich Lenin, el di-rigente genial: “Nosotros convencidos… de que esta teoría (la de Marx) no ha he-cho sino colocar las piedras angulares de la ciencia que los socialistas deben impulsar en todos los sentidos, siempre que no quieran quedar rezagados de la vida…”[iv] Y porque así podremos sustentar y desarrollar la ba-talla de las ideas, que es parte fundamen-tal de la lucha de clases y de las activida-des para organizar la revolución.

¿Qué tenemos y qué nos falta para que estalle una revolución victoriosa en México? Examinaremos este punto, a continuación

La teoría marxista nos dice que toda re-volución exige condiciones previas de dos tipos: las objetivas y las subjetivas.

LAS CONDICIONES OBJETIVAS PARA LA REVOLUCIÓN, EN EL CASO DE MÉxICO.

Las condiciones objetivas radican en la agudización intensa de las contradiccio-nes en el seno de la sociedad. En nues-tro caso, las contradicciones entre unas y otras clases sociales se han ido agudizan-do cada vez más y han llegado a niveles climáticos.

Pero la contradicción fundamental, que es una contradicción múltiple que se da entre el imperialismo y el conjunto de cla-ses y sectores sociales que expolia, y que comprende las esferas de la economía, la política, la sociedad, y la cultura, entre otras, se ha agudizado todavía más. To-das estas contradicciones, en el caso de México están maduras, como en gene-ral en América Latina. Ya lo estaban des-de hace décadas, por eso estalló y triunfó la Revolución Cubana, hace ya medio si-glo, y han estallado otras muchas en este mismo lapso, con mayor o menor grado de avance.

Pero las contradicciones objetivas en toda la región, incluido México, al-canzaron mayor intensidad con la fase neoliberal que se inició hace cosa de 25 o 30 años. Los gobiernos neoliberales, aun-que de manera involuntaria, espolearon la agudización al facilitar al imperialismo un saqueo mayor que nunca de nuestras ri-

quezas económicas y recursos naturales, y al facilitar a la burguesía[v] y la oligarquía[vi] una mayor explotación del proletariado, más despiadada, que nunca.

Y luego llegó la crisis cíclica del capita-lismo, que estalló apenas hace unos me-ses, y que vino a ser otro factor no menor, sino de gran magnitud, que ha contribuido a su vez a agudizar aún más lo que ya de por sí había alcanzado altos niveles hace tiempo.

EN NUESTRO CASO, POR TANTO, ExISTEN Y DE MANERA PLENA LAS CONDICIONES OBJETIVAS QUE ExIgEN EL CAMBIO REVOLUCIONARIO.

Pero no basta con que existan las con-diciones objetivas, faltan las otras, las subjetivas. Éstas todavía no existen en México, como sí sucede en Venezuela y Bolivia, por ejemplo. Pero desarrollarlas es tarea de los revolucionarios y es urgen-te que lo hagamos. Porque en tanto las condiciones objetivas se dan como resul-tado de la injusta organización social que existe en las sociedades divididas en cla-ses, las subjetivas se desenvuelven como resultado de la acción consciente de quie-nes asumen la responsabilidad de desple-garlas, por lo general un partido comunis-ta, es decir, un partido revolucionario, o un destacamento que lo sea en su esen-cia, aunque no tenga en su nombre la pa-labra comunista y tal vez tampoco la pa-labra partido.

LAS CONDICIONES SUBJETIVAS Y EL SUJETO REVOLUCIONARIO PARA LA LIBERACIÓN NACIONAL.

¿En qué consisten las condiciones subje-tivas? Consisten en a) el desarrollo de la conciencia del sujeto revolucionario, y b) en su organización eficaz para la lucha por el poder.

En cuanto a la conciencia, el sujeto re-volucionario, para serlo, requiere percibir que le es indispensable pasar de la esfera de la lucha social, por la solución de pro-blemas concretos, a la lucha política, es decir, a la lucha por el poder político, por desplazar del poder a la clase social que lo detenta –en nuestro caso una burguesía proimperialista- y tomarlo el propio sujeto revolucionario en sus manos.

Además de comprender esa cuestión de esencia, el sujeto revolucionario, para serlo, requiere de organizarse de la mane-ra adecuada para enfrentar y derrotar a la clase social dominante, en una lucha que siempre es intensa y conlleva un alto grado de violencia, incluso cuando se da por vías que genéricamente llamamos pacificas.[vii]

De hecho, son revoluciones orienta-das a lograr lo que no se alcanzó en las de hace 200 años, la cabal independen-cia económica y política de nuestros paí-ses, ahora respecto del imperialismo, ya no de las potencias colonialistas de Eu-ropa, como España, y puesto que son re-voluciones de este tiempo y no del siglo XIX, apuntan hacia el socialismo, aunque todavía de manera incipiente, sin ninguna concreción real. El capitalismo hoy es un sistema envejecido, decrépito, carente de perspectiva, por lo que un programa de li-beración nacional sólo puede alcanzar su objetivo final si de manera oportuna da el salto siguiente y se convierte en una revo-lución socialista.

Por tanto, decir que se está desarrollan-do un “socialismo del siglo XXI” en Amé-rica Latina, es inexacto; pero es válido si se entiende como una aspiración, un ob-jetivo a alcanzar en su momento. La única revolución de liberación nacional que ya pasó al otro nivel cualitativamente supe-rior y está construyendo una sociedad so-cialista en medio de condiciones adversas, es la gloriosa Revolución Cubana; por eso puede decirse de ésta, con toda propie-dad, que pasó a ser una revolución socia-lista, de hecho desde que así lo proclamó Fidel, en 1961[iii].

No es mi propósito en esta ocasión el de ahondar en el análisis de cada proceso revolucionario latinoamericano en parti-cular, el cubano, el venezolano, el bolivia-no, el de Ecuador, el de Honduras, etc., lo haremos en otro momento, sino más bien el de examinar el fenómeno de las revolu-ciones de liberación nacional en general, como concepto, a la luz del pensamiento marxista –el pensamiento revolucionario por excelencia-, y más en concreto ex-plorar la perspectiva de México, nuestro país, en el que vivimos y luchamos, y el que tenemos el deber de transformar con un sentido revolucionario.

LA PERSPECTIVA REVOLUCIONARIA DE MÉxICO HOY

En esta ocasión nos proponemos, por tanto, analizar si México está cerca de un estallido revolucionario o no lo está; una revolución que, en su caso, de acuerdo con el pensamiento marxista, sería una re-volución de liberación nacional, y qué rela-ción hay entre ésta y una revolución socia-lista. También analizar quiénes integrarían el sujeto revolucionario, cómo lo construi-ríamos, qué pasos tendríamos que dar en

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Como dijimos, las condiciones subjeti-vas no se dan espontáneamente, hay que desarrollarlas. En eso consiste la tarea de los revolucionarios, según lo explicara Lenin, en construir las condiciones subje-tivas, en organizar la revolución.

¿QUIÉN CONSTITUYE EL SUJETO REVOLUCIONARIO?

En todos los casos es un sujeto colecti-vo y clasista, constituido por la clase so-cial revolucionaria de cada fase de la his-toria: los esclavos, en su momento, para derrocar al régimen esclavista; la burgue-sía, en su momento, para destruir el ré-gimen feudal; la clase obrera, en su mo-mento, aliada al campesinado pobre para realizar la revolución socialista.

En el caso de las revoluciones de libe-ración nacional, el sujeto es complejo; es un sujeto clasista plural que comprende al proletariado en su sentido amplio, al cam-pesinado, a algunos sectores de la bur-guesía, sobre todo la burguesía pequeña y la mediana, pero a veces hasta a algunas fracciones o elementos de la gran burgue-sía y hasta individuos de la oligarquía, y a diversos sectores medios de la población. Es decir, comprende a todas las clases y franjas de la población a las que el impe-rialismo daña con sus acciones violenta-

mente depredadoras, y las convierte en sus víctimas.

No puede ser un sujeto monoclasista, porque en las condiciones de una socie-dad capitalista dependiente ninguna clase sola tiene el nivel de desarrollo suficiente como para que pueda alcanzar a acumu-lar la fuerza indispensable para derrotar al enemigo y, si lo intentara, perdería la ba-talla de manera inevitable; porque no po-demos perder de vista que toda lucha po-lítica, toda lucha por el poder, por la vía que sea, se resuelve en función de la co-rrelación de fuerzas.

Ahora bien, si el sujeto revolucionario para la liberación nacional es complejo y comprende clases sociales distintas y has-ta históricamente antagónicas, ¿qué clase dirige la lucha, el proletariado o la burgue-sía? ¿Cómo y cuándo dirimen sus contradic-ciones? ¿Quién gana y quién pierde? ¿Qué relación existe entre la revolución de libera-ción nacional y la revolución socialista?

DIALÉCTICA DE LA REVOLUCIÓN DE LIBERACIÓN NACIONAL Y LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA.

Como ya dijimos, de acuerdo con la teoría marxista, en los países del capitalis-mo dependiente, dado el incipiente grado de desarrollo de sus fuerzas productivas,

la clase obrera no desenvuelve todo su potencial y eso limita sus posibilidades de emprender revoluciones por sí sola o con la alianza del campesinado pobre, que se-rían revoluciones socialistas. En este tipo de sociedades no existe la base económi-ca capitalista desarrollada que les dé sus-tento.[vii] En estas sociedades, además, la contradicción principal, económica y cla-sista, se da entre la nación en su conjun-to y el imperialismo. Por eso, para nues-tros países, la revolución socialista toma inicialmente la forma de revolución de li-beración nacional.

Luego, ya alcanzado el objetivo de de-rrotar a la clase social dominante, sea una oligarquía terrateniente y/o mercantil o una franja de la burguesía, pero en to-dos los casos, una clase aliada –en grado de supeditación- al imperialismo, viene la etapa en la que, quienes fueron aliados, tienen que dirimir el camino y los objeti-vos ulteriores de la revolución: qué tipo de régimen se va a construir desde el punto de vista económico y social; qué tan pro-fundas o superficiales habrán de ser las transformaciones que se realicen, en fin, cuáles intereses de clase habrán de pre-dominar, los de la burguesía y la pequeña burguesía no subordinada al imperialismo o los del proletariado, cada una con sus respectivos aliados.

Esta lucha se ha dado en todos los ca-sos al triunfar este tipo de revoluciones, puesto que los fragmentos de la burgue-sía que participaron en la lucha liberado-ra, se oponen a que se avance más allá de los límites de una sociedad burguesa, en tanto que el proletariado lucha porque la revolución siga adelante y se convierta en revolución socialista; así pasó con la Re-volución Cubana[ix] y, en las de Venezue-la, Bolivia y Ecuador[x] de alguna manera el tema ya se empieza a ventilar, aunque, decíamos, todavía de manera incipiente.

Para plantear las cosas con mayor pre-cisión, la batalla por la profundidad y el rumbo de la revolución, si bien pasará a una fase franca luego de la derrota de la clase títere del imperialismo y su expul-sión del poder, de hecho empieza a librar-se desde mucho antes, en la forma de lu-cha por la dirección ideológica y política de la revolución. Por eso, el proletariado tiene que plantearse desde un principio el propósito de asumir la iniciativa de las ac-ciones, marcar el rumbo y disputar la di-rección del proceso revolucionario, y no dejar nada de esto en manos de la burgue-sía, además, entre otras razones, porque ésta es una clase débil, vacilante frente al enemigo imperialista, capaz de hacer-le concesiones de todo tipo y, por tanto, desviar y hasta cancelar el proceso, si su

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Por la liberación nacional y el socialismo

casos, en el terreno de la lucha por rei-vindicaciones económicas y sociales con-cretas, porque no han pasado a la lucha política por el poder, porque no han com-prendido que esto es indispensable para resolver a fondo sus problemas concretos, porque no se han organizado de manera eficaz para una lucha de esa magnitud. En pocas palabras, porque no han desarrolla-do las condiciones subjetivas.

¿Cómo pueden avanzar esos sectores, del terreno de sus luchas concretas a la calidad de sujeto de la revolución de liberación na-cional? Lo hacen en la medida en que se dan cuenta de que aislados de otros gru-pos sociales que también están luchando, pocas posibilidades tienen de resolver su problema específico, y, por tanto, resuel-ven tomarse de la mano con otras luchas, con otras resistencias para unir su esfuer-zo de manera solidaria. Así, por medio de la articulación de unos y otros, se va dan-do la acumulación de fuerza social y polí-tica que es indispensable para vencer a un enemigo de clase que siempre tiene más dinero, influencias políticas y capacidad de corromper a las autoridades. Éste es el primer paso. Los grandes frentes y movi-mientos que así surgen, tienen la capaci-dad de vencer en batallas significativas a la clase enemiga, así lo han mostrado ya también en el caso de México. Pero toda-vía no son el bloque político y social que hace falta para ganar la lucha de manera definitiva.

Otro paso es el de ir más allá de lo que se ha podido hasta hoy y articular mu-chos de estos grandes movimientos en uno solo de carácter nacional, más gran-de y más poderoso que los logrados hasta el momento.

Pero todo esto, sin embargo, constitu-ye apenas una primera fase del proceso de construcción del sujeto revoluciona-rio, la fase cuantitativa de la acumulación de fuerza. Porque todavía no se pasa de la etapa de la lucha por objetivos sociales concretos a la lucha por el poder político, para echar a la clase social dominante y sustituirla, esta es la segunda fase, cuali-tativa, que comprende necesariamente la elevación de la conciencia de los parti-cipantes y su organización para un com-bate más encarnizado y difícil. ¿Podemos explorar todavía más en concreto el proce-

conducción está en sus manos. Por tanto, el proletariado debe formular

y precisar su concepción estratégica ha-cia la liberación nacional, debe enarbolar su programa, librar la lucha de las ideas, y dedicar un esfuerzo enérgico y constan-te hacia su propio fortalecimiento en el proceso de acumulación de fuerza en lo cuantitativo y en lo cualitativo.

En síntesis, en el seno del bloque po-lítico y social plural, sujeto de la revolu-ción de liberación nacional, se expresa la ley dialéctica de unidad y lucha de con-trarios; el proletariado debe ser conscien-te de esta realidad y, dentro de ella, con el tacto y la habilidad necesaria, debe sin embargo asumir la dirección ideológica y política de la lucha.

LOS EMBRIONES DEL SUJETO REVOLUCIONARIO EN EL CASO DE MÉxICO. LA fASE CUANTITATIVA Y LA CUALITATIVA DE LA ACUMULACIÓN DE fUERzA.

¿Dónde están los embriones del sujeto re-volucionario en el caso de México? En to-das partes donde un grupo de mexicanos resiste y lucha contra el neoliberalismo y contra el estado de cosas imperante. En los trabajadores electricistas; en los mine-ros; en los trabajadores de la educación; en los campesinos; en los estudiantes; en los comuneros de numerosas etnias y en los ejidatarios a los que pretenden despo-jar en condiciones injustas de la tierra que trabajan, sea para construir un aeropuer-to, una presa, una refinería, una obra pú-blica o simplemente para que se la apropie un capitalista, muchas veces uno extran-jero. En las varias organizaciones y grupos que han ido conformando frentes y mo-vimientos de lucha en diversos estados y variadas regiones del país. En los cien-tos de organizaciones que han dado vida a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca; en las más de seiscientas que han concurrido a los trabajos del Diálogo Na-cional por un nuevo Proyecto de Nación. Allí están los embriones del gran bloque político y social, el sujeto revolucionario para la liberación nacional.

Pero son sólo eso, embriones, no son todavía el sujeto revolucionario porque sólo están por ahora, en la mayoría de los

so de construcción del sujeto revolucionario en el caso de México, con sus rasgos espe-cíficos? ¿Analizar qué pasos debemos dar en ese proceso? Sí, en efecto, este tema lo abordaremos en la cuarta parte de este trabajo.

Consideraciones finales:

A) LOMBARDO Y LA REVOLUCIÓN NECESARIA HOY.

Como lo hemos venido recordando, hace casi medio siglo, un pensador marxista del más alto nivel, dirigente obrero y luchador revolucionario, Vicente Lombardo Tole-dano, refiriéndose a la realidad de México, que sería aplicable a toda América Latina, proclamó: “Necesitamos una nueva revolu-ción; ésta será la cuarta etapa de la revo-lución ininterrumpida de nuestra historia, después de las etapas de la Independencia, de la Reforma y de la lucha contra la dic-tadura de Porfirio Díaz. Esta cuarta revo-lución tendrá sus propias características… será una revolución basada en la vigoriza-ción de la conciencia de clase del proleta-riado y en la educación de las otras clases sociales que han de cooperar a la democra-cia del pueblo. Una revolución caracteriza-da por grandes movimientos de masas, vi-gorosos, resueltos y entusiastas”.XI

En mi convicción, hoy estamos en los prolegómenos de esa gran revolución en México, como las que ya están avanzando en América Latina. Así lo puedo afirmar también en mi calidad de militante del Par-tido Popular Socialista de México y del Mo-vimiento de Liberación Nacional.

Una consecuencia de la agudización de las contradicciones sociales, fruto de la des-composición generalizada que se da en to-das las sociedades capitalistas hoy en día, pero de manera mucho más intensificada en las sociedades capitalistas dependientes, es el hecho de que en éstas se dan constantes explosiones de rebeldía e inconformidad, de manera más o menos espontánea. Cada una estalla en el momento en que sus integran-tes no soportan más y deciden luchar por sus derechos, por demandas concretas y, al ha-cerlo, cada grupo en lucha se convierte en eslabón embrionario del sujeto revolucio-nario, aunque cada uno mantiene una di-

¿Dónde están los embriones del sujeto revolucionario en el caso de

México? En todas partes donde un grupo de mexicanos resiste y lucha

contra el neoliberalismo y contra el estado de cosas imperante.

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námica específica en función de sus luchas particulares, se conserva, en principio, rela-tivamente asilado de los demás y no advier-te, todavía, la necesidad de elevar la mira y concentrar su esfuerzo en un objetivo políti-co: tomar el poder y echar de él a la burgue-sía títere del imperialismo.

Construir, con todos estos fragmentos, el bloque político y social cohesionado y arti-culado, que se convierta en sujeto transfor-mador de la realidad social, ésa es la tarea de los revolucionarios en este momento, en eso consiste hoy en día organizar la revolu-ción. Se trata de una tarea que exige clari-dad de ideas, gran dedicación, tenacidad y paciencia; también capacidad de compren-sión de las necesidades y posibilidades de cada quién, y aptitud para comunicarse e in-teractuar con sectores que no siempre tienen los mismos códigos de lenguaje ni idénticos valores, que no comparten los mismos idea-les a largo plazo en cuanto a la sociedad del futuro, y tampoco comparten su concepción sobre el universo y la vida. Pero que tienen la necesidad histórica de cerrar filas, de co-laborar en una lucha histórica para liberar a la nación respecto de fuerzas del exterior, en nuestro caso el imperialismo, entendi-do principalmente como el capital financie-ro y corporativo internacional, pero también como el o los estados nacionales que es-tán bajo el dominio de dicho capital, como los que integran la Unión Europea y, sobre todo, Estados Unidos.

B)¿REfLUJO EN EL MOVIMIENTO DE MASAS?

Sustento que en nuestro caso, estamos en la etapa de la acumulación de fuerza, cuan-titativa y cualitativa, en la fase de la cons-trucción del sujeto revolucionario. Algunos observadores del proceso de luchas contem-poráneas de nuestro pueblo piensan que en este momento concreto se está dando un re-troceso o por lo menos un reflujo en los mo-vimientos de masas; que tal vez hay un des-ánimo o una fatiga, puesto que no se están dando las grandes movilizaciones que se han registrado en otros momentos. Algu-nos de estos observadores piensan que es necesario buscar fórmulas nuevas, plantea-mientos novedosos o nuevos grupos para su reactivación. Sin embargo, parecen pa-sar por alto el hecho de que hasta ahora, las movilizaciones populares más numerosas, no obstante su magnitud, no han rebasado la etapa de acumulación cuantitativa de fuerza para avanzar con solidez a la fase cualitati-va; por eso son espontáneas en alto grado; su articulación es circunstancial, y en mu-cho, se mueven ya sea en torno a un caudi-llo, a una consigna o, en el mejor de los ca-sos, a un objetivo específico que no implica

la lucha por el poder.XII

Por lo que ya hemos analizado, en nin-guno de estos casos podríamos esperar ra-zonablemente que como resultado de tales movilizaciones cayera la clase social domi-nante y fuera sustituida por otra, o por un bloque de otras, más avanzadas, porque para que eso suceda –una verdadera revolución social y política, clasista- no basta con la acumulación cuantitativa de fuerza, es nece-sario que se produzca también la acumula-ción cuantitativa.

Diríamos en conclusión que los observa-dores que se desilusionan por “el reflujo”, erraron antes, al ilusionarse. Que no pode-mos desilusionarnos quienes vemos el pro-blema con todos sus componentes, que com-prendemos que el movimiento de masas en su fase de espontaneidad está sujeto a ele-mentos contingentes de todo tipo y trabaja-mos, por tanto, por ampliar la acumulación de cantidad, pero también, al mismo tiempo, por desarrollar la acumulación de calidad, es decir, de conciencia y organización, para que las masas en lucha, la parte más avan-zada de ellas, dirijan su esfuerzo ya no so-lamente a enfrentar su problema particular, sino a echar del poder a la clase social domi-nante, en nuestro caso una burguesía títere del imperialismo y, de esta manera, avanzar hacia la plena independencia económica y política de México.

C) EL OBJETIVO ES DERROCAR A UNA CLASE SOCIAL, NO SÓLO VENCER A UN PARTIDO POLíTICO NI DESPLAzAR A UN gOBIERNO, MENOS HACER QUE RENUNCIE UN INDIVIDUO

Aclaro que el objetivo del sujeto revolu-cionario es derrocar a una clase social –la burguesía al servicio del imperialismo-, no solamente vencer a un partido político por reaccionario que sea, tampoco a un gobier-no en particular y menos todavía a un indi-viduo, por despreciable que resulte. Ulises Ruiz es un cacique, criminal y ladrón, y Fe-lipe Calderón es un reaccionario clerical y proimperialista, ambos son miserables.

Personalizar la lucha contra tales indivi-duos es acortar la mira y, por lo mismo, no educa al sujeto ni tiene efecto revoluciona-rio alguno. Tales planteamientos, al sujeto en formación, lo confunden y lo distraen del problema central, ofreciéndole un falso ene-migo principal. Y en nada ayudan a la tarea revolucionaria de la liberación nacional.XIII

D) EL SUJETO REVOLUCIONARIO, LA CUESTIÓN DE LAS ALIANzAS Y EL áMBITO ELECTORAL

El sujeto revolucionario en proceso de construcción, debe estar abierto a una am-

plia gama de alianzas, aun las que por su carácter endeble puedan ser de muy cor-ta duración. Pero debe construir su pro-pia identidad, cuyo rasgo fundamental debe ser su convicción antiimperialista y latinoamericanista, por la liberación nacio-nal y por la integración regional, económi-ca y política, y por una democracia popular, no burguesa.

Debe tener, en consecuencia, su propio programa y poseer claridad sobre la vía a seguir. Debe construir y mantener su inde-pendencia frente a clases sociales y proyec-tos políticos y sociales distintos, indepen-dientemente de que pueda y deba caminar junto con algunos de ellos –en alianza- en tanto haya coincidencias que así lo ameri-ten y permitan a dicho sujeto fortalecerse y avanzar hacia su objetivo, el de la liberación nacional

Si las condiciones específicas aconsejaran participar en la arena electoral, el sujeto re-volucionario debería hacerlo con su propio programa, con sus propios objetivos y con una ética elevada, en alianza con el o los partidos políticos que lo acepten bajo esas reglas, en ningún caso subsumido a algu-no de los que existen ahora, con registro electoral, ya que los partidos que en algún momento se han dicho “de izquierda”, con sus actos cotidianos, con su manera diaria de hacer política, contradicen todo progra-ma opuesto al neoliberalismo y toda vincu-lación con los intereses del pueblo. En esas condiciones hacen imposible, por incon-gruente, que un movimiento de masas que aspira a la liberación nacional pueda con-vertirse en una especie de corriente interna. Además, la conducta desaseada de sus cua-dros en general, los del PRD, el PT y Con-vergencia, –con contadísimas excepciones que sólo confirman la regla- atentan contra la ética que es una cualidad indispensable del sujeto de masas en construcción.

Por cuanto al frente electoral, sin embar-go, hay que distinguir entre la lucha del su-jeto revolucionario como ente colectivo, que se da en el plano nacional, por el objetivo de derrotar a la clase dominante, y ciertas necesidades particulares de algunos de los grupos y organizaciones que integran el co-lectivo. Es legítimo que algunas de ellas lu-chen por ganar y gobernar los municipios donde actúan, con un sentido popular, y también lo es que busquen tener representa-ción para efectos de gestoría en un plano de honestidad. Por tanto, debe reconocérseles el derecho de participar en elecciones loca-les y municipales, en algunos casos, a tra-vés del partido que estimen adecuado para tales fines, tomando solamente las medidas de precaución adecuadas, para evitar que la participación electoral genere división y lu-chas internas en el seno del sujeto electoral

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Por la liberación nacional y el socialismo

en desarrollo, y desde luego para extirpar toda posibilidad de deshonestidad y opor-tunismo.

E) LO URgENTE HOY, PONER EL ACENTO EN LO CUALITATIVO

En el camino de avanzar en la construc-ción del sujeto, un paso ya impostergable, después del notable crecimiento cuantitati-vo que ya se ha experimentado en los movi-mientos de masas contra el neoliberalismo, es el de construir una concepción colectiva respecto del camino específico a seguir –que incluya sus variables- y que sea producto del consenso. Hasta hoy, dentro de estos movi-mientos de masas se han enarbolado una he-terogeneidad de proyectos y vías –electoral, armada, de huelga política general, etcétera- y distintas fuerzas organizadas de dentro del movimiento, aunque sin reñir entre ellas –lo que es una importante virtud - han trabaja-do, sin embargo, cada una por sacar adelante la que consideran más viable, y esto no ayu-da a desarrollar una conciencia colectiva en el movimiento de masas sino que, al revés, genera confusión.

En este aspecto es altamente saludable y promisorio el esfuerzo que emprendió re-cientemente el Movimiento de Liberación Nacional, organizando un debate interno que debe desembocar en eso, una agenda consensada de mediano plazo que asuman conscientemente las más de 50 organiza-ciones que lo integran. Alcanzado este ob-jetivo, el siguiente paso será el de que todas ellas se conviertan en promotoras activas de esa concepción consensada, y la promuevan con razones en el seno de todos los movi-mientos de masas en el país. Esto podrá sig-nificar, en el corto plazo, un verdadero salto en el proceso de formación del sujeto revo-lucionario y acercar, por tanto, el momen-to del estallido y de la victoria de la Revo-lución de Liberación Nacional en México.

NOTAS

[i] Extracto de la conferencia dictada en el auditorio “Ja-cobo Herrera Salazar”, de la Secc. 22 del SNTE, el 18 de julio de 2009. Primera Parte.

[ii] Vicente Lombardo Toledano, “Las Revoluciones de los siglos XIX y XX, características y perspectivas”, confe-rencia dictada en la Universidad Nacional Autónoma de México el 18 de julio de 1961; inédita.

[iii] El 16 de abril de 1961, como lo recuerda la historia, Fidel, en su discurso en el sepelio de las víctimas del artero ataque a las bases aéreas cubanas en el prelu-dio de la invasión de Playa Girón, proclamó el carácter Socialista de la Revolución Cubana. Vicente Lombardo Toledano hizo, en su momento un análisis teórico so-bre la justeza de esta proclama, manifestando que en nuestro tiempo “una revolución verdadera… una que cambia el poder público de una clase social a otra más avanzada, no ha de seguir inevitablemente las etapas que recorrieron los pueblos de Europa… que lucharon contra el feudalismo, establecieron los Estados mo-dernos, dieron el poder a la burguesía, desarrollaron el capitalismo y, finalmente, como ocurrió en Rusia en 1917… construyeron el socialismo. El mundo… ha cam-biado… y en lugar de un solo sistema de producción económica hay dos: el capitalista y el socialista. Este

último ha seguido un ritmo de ascenso vertiginoso, en tanto que el otro vive en crisis general que anuncia su desaparición, considerada desde el punto de vista his-tórico… Los pueblos que se encuentran en estadios de desarrollo incipiente no pueden tener como modelo o estímulo ni el capitalismo ni su fase final –el imperia-lismo- porque han visto sus consecuencias y han sufri-do su intervención en los asuntos internos de su país. […] En los dos años que tiene de esfuerzo constructi-vo, la Revolución Cubana logró sus primeros objetivos; pero por su propia dinámica ha continuado adelante…, pasó de ser una revolución popular, democrática, agra-ria y antiimperialista, a una revolución de tipo nuevo que rebasa el marco de las revoluciones democrático-burguesas de los países coloniales y semicoloniales del pasado. Expropió todas las propiedades extranje-ras, norteamericanas casi en su totalidad. Repartió la tierra laborable del país entre las grandes masas rura-les. Ha empezado a utilizar las riquezas de su territo-rio para construir su industria propia, sin dependen-cia del extranjero. Ha diversificado la agricultura. Ha orientado la economía nacional al servicio del pueblo. Ha cambiado… las relaciones de producción económi-ca, del provecho para una minoría extrajera y nacional, al beneficio de la sociedad cubana… Estas son las ba-ses que permiten afirmar que la Revolución Cubana camina hacia el socialismo.” Ver Respuestas de Lom-bardo a un cuestionario formulado por el periódico Pravda de Moscú. Reproducido por la revista Siempre!, 24 de mayo de 1961. Ver “Sobre la Revolución Socia-lista Cubana”, Vicente Lombardo Toledano, Escritos en Siempre!, Tomo III, Volumen 1. Pp. 269-276. CEFPS-VLT. México.

[iv] Vladimir Ilich Lenin, ”Nuestro Programa”, en Obras Es-cogidas, Editorial Progreso, Moscú, 1969, pág. 29.

[v] La burguesía y la oligarquía no son exactamente lo mismo, aunque a veces se les confunde. La burguesía es la clase social dominante en el sistema capitalista, propietaria de los medios de producción y cambio y explotadora de la clase obrera. Es una clase social mo-derna en tanto que aparece con el modo capitalista de producción y éste es muy posterior a los modos escla-vista y feudal de producción. No es una clase social homogénea por lo que hace a sus niveles de riqueza ni a sus comportamientos políticos y de otros tipos. Dentro del sistema capitalista hay contradicciones y luchas interburguesas e incluso, interimperialistas. En los países capitalistas dependientes por lo general un sector de la burguesía vincula sus negocios a los del capital externo –imperialista- y, por tanto, liga sus in-tereses económicos y políticos al mismo, subordinán-dose y convirtiéndose en su aliada servil; en tanto que otros sectores de la burguesía tratan de desarrollar sus negocios sobre la base del mercado interno, por lo que casi siempre son afectados por el capital impe-rialista y, en esas condiciones, suelen asumir posicio-nes antiimperialistas por sus propios intereses de cla-se, así tales posiciones sean a veces endebles y poco consecuentes.

[vi] La oligarquía es un grupo minoritario de personas, per-tenecientes a una misma clase social, generalmente con gran poder e influencia que dirige y controla una colectividad. La oligarquía, a diferencia de la burgue-sía, existe desde milenios atrás. Los escritores políticos de la antigua Grecia –de la época del esclavismo- em-plearon el término para designar la forma degenerada y negativa de aristocracia. En la época moderna la ex-presión oligarquía se emplea con referencia a la clase social dominante y explotadora en los países depen-dientes que no vivieron una revolución industrial y no desarrollaron, por tanto, un sistema capitalista moder-no, con sus clases sociales antagónicas, la burguesía y la clase obrera. Ésa, la oligarquía –generalmente te-rrateniente, ganadera o ligada a actividades mercanti-les- es la clase social dominante en los países centro-americanos, por ejemplo, como Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador; también en otros, Andinos, como Bolivia, etc., y en la provincia de México, en to-das sus zonas menos desarrolladas; es, diríase, una es-pecie de burguesía rural. En tanto la burguesía en una época fue una clase social revolucionaria –en la etapa de la revolución democrático burguesa antifeudal- la oligarquía no lo ha sido jamás y se caracteriza también por su primitivismo social y cultural.

[vii] La Revolución bolivariana de Venezuela ha sido pa-cífica, pero la contrarrevolución ha usado la violencia verbal y física; ha realizado un golpe de Estado mili-tar para derrocar al presidente Chávez y ha intentado asesinarlo, tratando de detener la revolución. La revo-lución boliviana ha sido pacífica, pero la contrarrevolu-ción también ha intentado derrocar al presidente Evo Morales por medio de la violencia. Una actitud seme-jante se ha dado en Ecuador, y en el caso de Honduras, donde el golpe de Estado se consumó. También vale recordar el caso de Chile, donde otra revolución pací-

fica tuvo como respuesta la violencia en el más alto grado de criminalidad y culminó con el derrocamiento y asesinato del Presidente Salvador Allende y de miles de luchadores.

[vii] Extracto de la conferencia dictada en el auditorio “Ja-cobo Herrera Salazar”, de la Secc. 22 del SNTE, el 18 de julio de 2009.

[viii] Sólo la revolución industrial, el portentoso desarrollo de las fuerzas productivas que conlleva, da sustento a la desaparición de la propiedad privada que es el obje-tivo de la revolución socialista, según lo establecen de manera clara Marx y Engels en el Manifiesto del Parti-do Comunista, Engels en Principios del Comunismo, y Marx, de una manera más desarrollada, en El Capital.

[ix] En el caso de Cuba, esta lucha se da de manera muy intensa a partir del 1 de enero de 1959, fecha de la victoria de la Revolución, hasta el año de 1961 cuan-do, el 16 de abril, Fidel proclamó el carácter socialis-ta que en adelante tendría el proceso revolucionario. Una fecha muy relevante dentro de esta lucha es la del 6 de agosto de 1960, cuando, en un acto multitu-dinario en el Estadio Latinoamericano, Fidel proclamó la nacionalización de 26 poderosas empresas norte-americanas, como azucareras, telefónicas, eléctricas y petroleras, acción con la que la Revolución Cuba-na culminó su proceso de liberación económica y, por tanto, política, pasando de manera legítima a la cali-dad que aun hoy sustenta, de primer y único territorio libre de América, único, por tanto, en el que su pueblo está ya en condiciones de ejercer el derecho de auto-determinación, es decir la soberanía popular, de ma-nera cabal.

[x] En estos tres países los proceso de nacionalización de los capitales extranjeros han avanzado, con los tro-piezos de una lucha que es complicadas y, como ya dijimos, con altas dosis de violencia ejercida por la contrarrevolución interna y por el imperialismo, que trata de frenar el avance liberador por todos los me-dios a su alcance. Hasta hoy, en ninguno de ellos se ha conseguido la cabal recuperación para la nación de sus riquezas y con ello su plena independencia, por lo que se trata de revoluciones de liberación nacional en proceso de desarrollo, hacia su segunda y definiti-va independencia. En ninguno de estos países se ha conseguido tampoco, todavía, por tanto, la plena inde-pendencia política. El sujeto revolucionario, en los tres casos, ha tomado el gobierno y avanza hacia la toma del poder económico y político, y hacia el objetivo de expulsar del mismo a la oligarquía proimperialista, sin haber consumado esa etapa. En los tres casos, han te-nido que emprender la formulación de nuevas Cons-tituciones, porque las que tenían eran instrumentos jurídicos sumamente atrasados, con los que en modo alguno podía coexistir un proceso liberador ni menos desarrollarse.

XI Vicente Lombardo Toledano, La perspectiva de Méxi-co, una Democracia del Pueblo, informe a la III Asam-blea Nacional Ordinaria del Partido Popular. Se puede consultar en la página web: http://www.ppsm.org.mx/vlt/libros/03LaperspectivadeMexico.pdf

XII Tales limitaciones han estado presentes en las expre-siones populares masivas que se han dado en torno a la figura de Andrés Manuel López Obrador, primero contra la maniobra del gobierno de Fox para desafo-rarlo e impedirle por malas artes que pudiera ser can-didato presidencial; después para protestar por los ac-tos antidemocráticos, ilegales en muchos casos, para reducir su votación e incrementar la de Felipe Cal-derón y así despojar a AMLO de una victoria electo-ral que le parecía segura, y finalmente, en la mucho más importante –cualitativamente hablando, en térmi-nos del interés nacional- movilización en defensa de la industria petrolera nacionalizada. Las dos primeras movilizaciones fueron en torno a un caudillo, y la últi-ma tuvo ese mismo ingrediente y, al mismo tiempo, el otro, el de haberse dado en pos de un objetivo concre-to, en este caso impedir que el Congreso de la Unión aprobara la “reforma energética” privatizadora promo-vida por el gobierno de Calderón. El caso de la APPO, fue en mucho el de la movilización en torno a una con-signa que alcanzó fuerte impacto popular y que co-reaban las masas con entusiasmo: “ya cayó, ya cayó, Ulises ya cayo”, objetivo que no fue alcanzado. Las de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educa-ción, muy combativas por cierto, han sido también en torno a objetivos concretos, en fin.

XIII Es un hecho que los antecesores de Ulises Ruiz no gobernaron de manera distinta a éste; como tampo-co Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Vicente Fox fueron diferentes de Calderón en ninguna cuestión de esencia, ni siquiera en el ámbito de su origen electoral, de una u otra manera altamente viciado y antidemocrático, si bien la protesta de López Obra-dor ha puesto los reflectores sólo en el último men-cionado.

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Con guión de Yang Zhang y Yao Wang, y bajo la dirección del mis-mo Yang Zhang, esta producción

China nos enseña el valor de la amistad, una amistad que para el personaje princi-pal es casi sagrada.

Zhao y Liu son amigos; ambos, hombres de campo, tienen que emigrar a la ciudad a buscarse la vida. Durante cuatro años laboran en la construcción, siendo com-pañeros de trabajo y de copas. Una no-che, Liu muere mientras están bebiendo y Zhao decide cumplir la palabra empeñada

a su amigo, ya que ambos se habían pro-metido que quien muriera primero llevaría al otro hasta su casa a recibir un entierro digno. De esta manera Zhao emprende una larga travesía con el fin de trasladar al amigo muerto; aun violando las disposi-ciones legales sobre el traslado de cadáve-res decide llevar sobre sus espaldas el ca-dáver de su amigo a lo largo de cientos de kilómetros enfrentando un sinnúmero de situaciones, unas favorables, otras adver-sas. Durante su viaje se va topando con algunos personajes quienes deciden darle

Esta cinta, filmada en 2007, es una bella oda a la amistad y a la lealtad. Un digno ejemplo de cómo un amigo es capaz de cumplir una promesa

sin importar las dificultades que se tengan que sortear.

apoyo transportándolo en diversos vehí-culos con su pesada carga, creando, en el transcurso de su travesía, lazos de amis-tad y hasta en una de sus jornadas parece que encuentra el amor.

Un drama que paulatinamente se va convirtiendo en comedia, enternecién-dose uno con la actitud de Zhao, quien lo mismo enfrenta, a una banda de ladro-nes, cuyo jefe conmovido por el valor de la lealtad, regresa el botín a quien respe-ta una promesa de amistad. Una madre que “dona” ilegalmente su sangre y reco-ge trapos viejos para que su hijo pueda es-tudiar en la universidad. También conven-ce a un hombre de que lo más importante es seguir con vida y con ello tener fe para reconquistar al amor perdido, después de sufrir una decepción amorosa y estar a punto del suicidio. Acude a un falso fune-ral en una aldea, y hasta prepara su propia muerte al llegar a un punto donde se sien-te frustrado al creer que no podrá cumplir su promesa, pero a pesar de todo utiliza todo su ingenio y fuerza física para trans-portar el cadáver.

Nos muestra además, la solidaridad que va obteniendo de las personas que encuentra en su peregrinaje, asimismo de las diferentes situaciones “chuscas” don-de el espectador no puede dejar de soltar la carcajada con algunos eventos humo-rísticos, ya que a pesar de ser un cadáver uno de “los protagonistas” hacen que esta cinta sea de un humor fino, creando del protagonista principal un personaje al cual se le va tomando cariño y hasta se sufre con él, hechos que convierten a esta pelí-cula en una comedia sentimental y huma-na. Una película, que en el transcurso de la misma, nos muestra hermosos paisa-jes de China través del recorrido de cien-tos de kilómetros por verdes valles y por montañas.

Con una gran dosis de ingenuidad pero dando cátedra de actuación, el actor có-mico más famoso de China el comedian-te Zhao Benshan (Zhao) está muy lejos de caer o recurrir al chiste vulgar o las pala-bras altisonantes o de doble sentido para arrancar la risa del espectador, lo que hace de esta cinta una obra digna de dis-frutarse.

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