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Unidad 1 ADMINISTRACIÓN Y PLANEACIÓN

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Unidad 1

• ADMINISTRACIÓN Y PLANEACIÓN

Lectura 1

LA ADMINISTRACIÓN COMO PROCESO1 Para principiar, se presentarán preguntas pertinentes, tales como ¿cuál es la

actividad o actividades específicas que ejecuta un gerente?, ¿qué importancia tienen esas actividades en los asuntos humanos?, ¿qué es lo común respecto al trabajo administrativo de un gerente de producción, un gerente de ventas, el director de un plantel educativo, el administrador de un hospital y el comandante de un escuadrón de una unidad de la fuerza aérea?, ¿qué convicciones, actitudes y formas de pensamiento están comprendidas en la secuela del proceso administrativo?

FASES FUNDAMENTALES DE LA ADMINISTRACIÓN Supóngase un gerente y un grupo de empleados. Lo primero que debe decidirse es sobre los objetivos que deban alcanzarse. Tales objetivos identifican las metas fijadas en el nivel superior, pero por lo general se espera que el gerente aclare y amplifique tales metas para trabajar con el grupo. Y casi siempre, en los niveles administrativos inferiores, la determinación de los objetivos está a cargo del gerente.

Con los objetivos en mente, el gerente determina el trabajo que debe ejecutar el grupo para satisfacer tales objetivos. Tanto el objetivo como el trabajo resultante que se requiere, puede suponerse que es de cualquier tipo general; así, la derivación, lo que hace el gerente,. será fundamental y de aplicación universal. El trabajo del gerente es ver que se haga el trabajo necesario mediante los esfuerzos de los miembros del grupo. Más aún, el gerente debe determinar cuándo y dónde debe hacerse el trabajo necesario mediante los esfuerzos de los componentes y la forma de lograrlo. En esencia, se traza un plan o un modelo integrado y predeterminado de las actividades futuras. Esto requiere aptitud para prever, observar en conjunto, ver intencionadamente hacia adelante. En síntesis, es necesaria la planeación. Ésta es una fase fundamental de la administración.

Habiendo sido determinada la dirección, curso y forma de la acción, el siguiente paso es distribuir o señalar las necesarias actividades componentes entre los miembros del grupo, para lograr el trabajo. Esta distribución, hecha por el gerente, está guiada tomando en consideración cosas tales como la naturaleza de las actividades componentes, los individuos que integran el grupo y las instalaciones físicas de que se dispone. Estas actividades componentes se agrupan y asignan de manera que se 1 Tomado de la obra de George R. Terry, Principios de administración, 74 ed., Editorial Continental, S. A., México, 1975, págs. 161 a 168

realicen con un mínimo de gasto o con el máximo de satisfacción del empleado en su trabajo, o de acuerdo con algún otro esfuerzo que valga la pena. Si el grupo es deficiente, ya sea en número o en calidad de miembros administrativos, se pone el remedio. Cada uno de los miembros asignados a una actividad componente se enfrenta con la situación de su relación respecto al grupo y con aquella de su grupo hacia otros grupos de la empresa. Son típicas las preguntas de quién decide qué y cuándo. Este trabajo de señalamiento de tareas y de establecimiento y mantenimiento de relaciones por parte del gerente se conoce como organización. Puede considerarse que el plan formulado por el gerente adquirió significación para cada miembro del grupo. La organización es una fase fundamental de la administración.

Para llevar a cabo físicamente las actividades resultantes de los pasos de planeación y organización, es indispensable que el gerente tome medidas que inicien y continúen las acciones, por el tiempo que sea necesario, para que los miembros del grupo cumplan la tarea. Las medidas seleccionadas dependerán de los miembros particulares del grupo, de la actividad componente que deba ejecutarse y del criterio del gerente. Entre las medidas más comunes utilizadas por el gerente para poner al grupo en acción se contarán la jefatura, la comunicación, el desarrollo de gerentes, la instrucción y la compensación. A este trabajo se le denomina ejecución. Ésta es una fase fundamental de la administración. La palabra ejecutar significa poner en acción, por lo que su empleo es apropiado para la fase administrativa que se refiere al suministro de fuerza estimulante al grupo.

Los gerentes han encontrado siempre conveniente "comprobar" o "continuar" lo que se está haciendo, con el fin de cerciorarse de que está progresando satisfactoriamente el trabajo de otros hacia el objetivo predeterminado. El establecimiento de un plan sólido, la distribución de las actividades componentes requeridas por este plan y la buena actuación de cada miembro no aseguran que la empresa será un éxito. Pueden presentarse discrepancias imponderables y malas in-terpretaciones, así como obstáculos inesperados. Tales contingencias deben reconocerse rápidamente por el gerente, de manera que puedan tomarse acciones correctivas. Se buscan respuestas para las preguntas:

¿Cuán bien debe hacerse el trabajo? y ¿cuán bien se está haciendo? Esta función del gerente constituye el control; también es una función fundamental de la gerencia. El funcionamiento real, por lo general, se evalúa comparando lo logrado con un estándar o con una línea base de referencia predeterminada. La acción correctiva podría abarcar uno o todos los aspectos detallados a continuación: cambio de los medios de actuación de uno o más de los miembros del grupo, redistribución de las obligaciones componentes, ajuste de las autoridades delegadas, alteración del plan del gerente y modificación de los objetivos.

EL PROCESO ADMINISTRATIVO

Las fases o funciones fundamentales de la administración (planeación, organización, ejecución y control o vigilancia) constituyen el proceso administrativo y son los medios por los cuales administra un gerente. Son también las señales que distinguen a un jefe de otro que no lo es.

Se puede presentar un resumen de estas fases fundamentales de la administración como:

a) planeación, para determinar los objetivos y los cursos de acción que deban tomarse

b) organización, para distribuir el trabajo entre el grupo y para establecer y reconocer la autoridad necesaria

c) la ejecución por los miembros del grupo para que lleven a cabo sus tareas con entusiasmo, y

d) control de las actividades, para conformarlas con los planes. Estos conceptos se muestran en el cuadro 1, de la página 26.

INTERRELACIONES ENTRE FASES

En la práctica, estas fases o funciones fundamentales están entrelazadas e interrelacionadas; la ejecución de una función no cesa por completo antes de que se inicie la siguiente; y normalmente no se llevan a cabo en una secuencia particular, sino como lo parezca requerir la situación que se esté considerando. En el establecimiento de una nueva empresa, probablemente el orden de las funciones sea como el que se ha delineado en esta discusión, pero para una empresa en marcha, un gerente puede desempeñar, par ejemplo, el control en un momento dado, posteriormente la ejecución y luego la planeación.

La secuencia debe adaptarse al objetivo específico o al proyecto en particular. Típicamente, un gerente está comprometido con muchos objetivos y puede encontrarse con cada uno en diferentes etapas del proceso, Para el lego, esto puede dar la impresión de una falta de orden o de ineficiencia, en tanto que en realidad el gerente puede estar actuando de acuerdo con un plan determinado. A la larga, por lo general el énfasis se coloca más en determinadas fases que en otras, dependiendo de la situación en particular. Asimismo, debe observarse que algunas fases deben ejecutarse antes que otras se pongan en acción. La ejecución efectiva, por ejemplo, requiere que las personas tengan actividades señaladas en concordancia con sus contribuciones esperadas para el objetivo predeterminado. En igual forma, no se puede ejercer el control en el vacío; debe haber algo a controlar.

En realidad, la planeación está implícita en el trabajo de organización, ejecución y control. En igual forma, los elementos de la organización se emplean en la planeación, ejecución y control. Cada fase fundamental de la administración afecta a las otras y todas están íntimamente relacionadas para formar el proceso administrativo.

La figura 1.1 ilustra el ámbito de cada una de las fases fundamentales en cada nivel administrativo. Obsérvese que en todos los niveles todos los gerentes ejecutan las cuatro fases administrativas. Existe la tendencia, hablando en términos generales, de que la planeación y la organización tengan más importancia en el máximo nivel administrativo, y que la ejecución y el control tengan relativamente mayor importancia en los niveles administrativos inferiores.

Figura 1.1.

DEFINICIÓN DE ADMINISTRACION Reiterando, y por conveniencia incluimos ahora la definición de administración, usando el enfoque del proceso administrativo recién descrito: administración es un proceso distinto, compuesto por planeación, organización, ejecución y control, que se ejecuta para determinar y satisfacer los objetivos mediante el uso de gente y recursos.

Lectura 2

PROCESO DE PLANEACIÓN2 BENEFICIOS DE LA PLANEACIÓN

El punto de vista que adoptamos aquí es el que se utilizan buenos procedimientos de planeación, el resultado de la planeación formal habrá de ser cierto número de claros beneficios para cualquier empresa que busque crecer y prosperar en un medio que cambia rápidamente. El uso de la planeación:

a) alienta el pensamiento sistemático de la dirección viendo hacia el futuro,

b) lleva a una mejor coordinación de los esfuerzos de la empresa,

c) lleva al establecimiento de normas de actuación para el control,

d) hace que la empresa afine los objetivos y políticas que la orientan,

e) da como resultado una mejor preparación para acontecimientos súbitos,

f) proporciona a los ejecutivos participantes un sentido más vivo de cuáles son sus responsabilidades recíprocas.

SISTEMA DE PLANEACIÓN

Cualquiera que sea el tipo o nivel de la planeación, su sistema lo constituye una serie de pasos. Una progresión conveniente seria

Diagnóstico: ¿Cuál es la situación actual de la empresa y por qué?

Pronóstico: ¿A dónde se dirige la empresa?

Objetivos: ¿A dónde debería dirigirse la empresa?

Estrategia: ¿Cuál es el mejor modo de llegar al punto señalado?

Táctica: ¿Qué acciones específicas deberán emprenderse, por quién y cuándo?

Control: ¿Qué medidas deberán vigilarse que sean indicadoras de si la empresa está teniendo éxito?3

Diagnóstica El sistema de planeación comienza con un intento, por parte de la empresa, de apreciar su situación actual en el mercado y los factores determinantes de la misma. Esta apreciación reclama que se originen e interpreten datos acerca de los niveles absolutos de ventas y de la parte del mercado propia de la empresa, y las tendencias

2 Tornado de la obra de Philip Kotler, Dirección de mercadotecnia: análisis, planeación q control, 1` ed., Editorial Diana, México, 1969, pág,. 183 y 189 a 197. 3 Algunas veces, el diagnóstico y el pronóstico se suman en una parte llamada análisis de situación; en otras ocasiones, la estrategia y las tácticas se suman en una fase llamada programación.

recientes de tales niveles, determinado todo ello por productos, territorios y otros desmenuzamientos.

Pronóstico Además de diagnosticar correctamente su actual posición, la empresa tiene que

apreciar también dónde probablemente irá a dar si continúan en vigor sus políticas actuales y las tendencias del mercado.

La premisa que sirve de base al pronóstico es que el futuro es,, en parte, predecible; sus semillas están en el presente. Basándose en la dolencia actual del paciente y en el conocimiento clínico del curso futuro de la misma, el médico prevé lo que le sucederá al paciente si no se pone coto al mal. En los asuntos económicos, el progreso de los síntomas es menos rígido, pero no totalmente desconocido. Se tienen que hacer más suposiciones, pero esto no niega el valor de un pronóstico ...

Objetivos Si a una empresa no le gusta el cuadro de hacia dónde va avanzando, tiene que

definir de nuevo a dónde quiere ir y cómo habrá de llegar a ello. Esto no quiere decir que tenga que cambiar sus metas fundamentales ni su filosofía, aunque también esto puede verse afectado.

Estrategia “El ajedrez es un juego en el que ir a la deriva entre una jugada y la siguiente es

seguro que conduce al desastre. Tiene importancia vital establecer un plan de campaña.”4 Lo mismo puede decirse de las empresas. Toda empresa funciona dentro de un medio competidor y tiene que proceder a una adaptación competidora respecto a sus oportunidades. Las jugadas específicas, a las que podríamos llamar táctica, tienen que estar orientadas por una estrategia general. La estrategia se ocupa del plan general para alcanzar los objetivos, mientras que la táctica precisa las jugadas (o movimientos) específicas.

Es fácil apreciar de inmediato el inmenso número de posibles estrategias alternativas.

Cómo habrá de escoger una empresa una estrategia de entre la enorme cantidad de las que son posibles? Un punto de vista sostiene que la empresa deberá imitar la estrategia de sus rivales que logran más éxito. Un punto de vista contrario sostiene que la empresa deberá crear una estrategia que represente una desviación impresionante respecto a las estrategias rivales corrientes.

Táctica Los objetivos de la empresa indican en qué posición quiere estar; la estrategia

indica el camino que se propone seguir; la táctica indica los medios determinados que habrá de utilizar.

En general, el plan en sí pasa por encima de los cálculos y el razonamiento que le sirven de fundamento, y sólo enuncia la táctica o el programa resultante. 4 H. Gotombek, The Game oj Chess. Londres, Penguin Books, 1954, pág. 114.

Típicamente, el programa será la sección más rebuscada del plan. Habrá una declaración de cuáles serán los recursos que se pondrán a disposición de cada unidad operante de la empresa (divisiones y/o departamentos), cuáles serán las acciones específicas que habrán de seguirse, cuándo habrán de emprenderse y quién habrá de emprenderlas. Dicho en otras palabras, la táctica tiene que quedar establecida, presupuestada y programada.

Control El plan a largo plazo representa la mejor visión que la dirección tiene, en el momento de la planeación, de un adecuado conjunto de objetivos, estrategias tácticas. Se basa en un detallado conjunto de supuestos y esperanzas cuya validez sólo quedará puesta en claro con el correr del tiempo. En realidad, las más de las veces se producirán durante el periodo de planeación, acontecimientos que invalidarán algunos de los supuestos incluidos en el plan. Esto significa dos cosas: en primer lugar, que el plan tiene que incluir una sección de control que especifique el tipo de vigilancia que estará en vigor para comprobar lo apropiado del plan; y en segundo lugar, que la compañía podría preparar uno o más subplanes contingentes que redujesen el tiempo de su reacción ante nuevos problemas.

La sección de control del plan deberá establecer normas de actuación que habrán de comprobarse periódicamente, para que aseguren que la estrategia y la táctica de la empresa están llevando a que se alcancen los objetivos de la misma.

Lectura 3 PLANIFICACIÓN UNIVERSITARIA5 La planificación puede ser definida como el esfuerzo de racionalizar el proceso de cambio de acuerdo con ciertas metas y determinadas políticas. (Metas como aumentar la investigación realizada por la universidad, adaptar las diferentes funciones de la universidad a las exigencias del medio en plena evolución, organizar una metodo-logía para la enseñanza, mejorar el nivel académico, incrementar el número de estudiantes recibidos, disminuir la deserción, etc., y políticas como una educación más democrática, el desarrollo de nuevas disciplinas, implementación de la educación permanente, etc.) Con la planificación se pretende introducir orden y dirección en el proceso de cambio, de manera que siga pautas establecidas con anterioridad y con un control del proceso de ejecución. La planificación permite señalar en dónde se quiere estar y a dónde se pretende llegar en un tiempo determinado. Asimismo, incluye un conjunto de técnicas especializadas puestas al serví-'¡o de necesidades expresadas por una política de acción. Este punto conduce al problema ético de la planeación. Toda planificación debe ser evaluada no por sus técnicas, sino básicamente por sus propósitos, así como por sus resultados.

La planificación para el cambio en una universidad debe surgir de un proceso de reflexión y estudio sobre la misma, en el cual se le considere como un todo, puesto que será necesario que abarque los distintos aspectos de la institución, como son el administrativo, financiero, académico, político y social,

Para la realización de cualquier programa de planificación, es necesario no sólo conocer a la universidad en sí misma, sino también a la sociedad en la que se halla inmersa, es decir, la realidad de la entidad en donde se encuentra y la realidad nacional.

Para la elaboración del plan, conviene tener presente que éste debe ser flexible y dinámico, que contenga en sí mismo las líneas de autocrítica y de renovación, de manera que no represente una solución temporal del problema.

Se señala que debe ser flexible y dinámico, porque tendrá que incluir las nuevas ideas y los nuevos procesos de planificación, así corro poder adaptarse a cada momento a la cambiante realidad social en que está inmersa la universidad.

Todo proceso de planificación debe tener presente las tendencias tanto cuantitativas como cualitativas; dichas tendencias pueden ser sociales, como el crecimiento de población, los valores de la comunidad, etc.; académicas: la demanda de egresados, nuevas carreras derivadas de los nuevos descubrimientos científicos, la interdisciplina, la demanda de maestros calificados, etc.; o económicas: las posibilidades físicas y docentes en función del presupuesto de la universidad, etc.

Como pasos en un proceso de planificación se pueden señalar:

5 Tomado de la obra de Jaime Castrejón, Luisa Medina, Jean Pierre Vielle y otros, Planeación y modelos universitarios, I, Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior, México, 1975, págs. 1 a 9.

1. Las políticas de la planificación,

2. El análisis de la universidad autoestudio,

3. El análisis de la sociedad en que está inmersa la universidad (la entidad y la nación),

4. Los objetivos de la planificación,

5. La elaboración de planes y programas para la ejecución del plan, y

6. La evaluación del plan.

LAS POLÍTICAS DE LA PLANIFICACIÓN Los propósitos de la universidad, así como sus necesidades, deben expresarse

en políticas. Una vez definidas éstas, se puede proceder a definir los objetivos y metas que se pretenden lograr en el plan.

En este punto se incluyen los aspectos éticos de todo proceso de cambio, va que se debe tener claramente qué es lo que se va a cambiar, por qué y cuáles serán los resultados; a quiénes va a afectar la decisión, tanto en la universidad como en la sociedad; qué es aquello que va a dejar de hacerse al cambiar algo, y si se va a lograr algo mejor de lo que ya existe.

Los encargados de las decisiones políticas en una universidad deben tener claros los objetivos y las metas, así como sus alcances; tienen que saber hacia dónde se pretende conducir a la universidad y valorar el peso y las repercusiones que sus decisiones tendrán en todos les ámbitos de la universidad, la entidad y la nación.

Ya conocidas las políticas objetivos que se desean conseguir, es necesario que científicos y técnicos ( sociólogos, economistas, ingenieros de sistemas, pedagogos, antropólogos sociales, etc) analicen la situación de la universidad, basándose en un conocimiento de la sociedad, para así señalar las limitaciones y las posibilidades del plan. Estos especialistas deben pertenecer a la universidad o estar en estricta relación con ella, de manera que conozcan a fondo su problemática; en caso de que éstos sean ajenos a la universidad, deberán preparar al personal que quedará a cargo de la ejecución del plan, de modo que al retirarse ellos el proceso no detenga su curso.

EL ANÁLISIS DE LA UNIVERSIDAD (Autoestudio)

Una vez conocidas las políticas de la planificación. procede conocer todos los estudios que se han hecho con respecto a la universidad objeto de la planificación, así como darles un valor de acuerdo con la calidad v veracidad de sus contenidos.

Conocido este material, se debe tratar de profundizar en cada uno de los aspectos que no estén claros. En caso de que no existan estudios o que estén incompletos, debe procederse a hacer uno exhaustivo, tomando en cuenta los aspectos administrativos, financieros, académicos sociales de la universidad. Este estudio debe ser permanente; esto significa que a lo largo de todo el proceso de planificación se

conozcan y se tengan presentes los diversos aspectos de la institución `- cómo se van modificando, elemento indispensable para lograr un plan flexible y dinámico,

El objetivo de este estudio es conocer exactamente la situación, las necesidades y las posibilidades reales de la universidad. a fin de decidir cuáles serán los objetivos de la planificación y señalar las metas, así corno los posibles obstáculos a los que se puede enfrentar la reforma y las consecuencias que ésta traerá para la institución en a. Esta información debe estar al alcance de las personas involucradas (rectoría, departamentos, especialidades, unidades, facultades, mes, etc.), con la finalidad de que puedan tomar sus decisiones soba una base bien fundamentada.

La importancia de hacer un estudio integral, que al a-que todos los aspectos de la universidad, radica en el hecho de que sin una información adecuada es difícil decidir los objetivos de la planificación. Las decisiones deben hacerse en conjunto, por todos los sectores universitarios, con el fin de evitar rechazos por parte de quienes no intervinieron en ella.

Para la recopilación de la información necesaria se recomienda elaborar el autoestudio de la universidad. Existen en México algunas universidades que va lo han elaborado, y entre ellas podríamos citar a la Universidad Autónoma de Guerrero, el CETYS de Baja California, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey Y la Universidad de Sonora. La utilización de un manual de autoestudio tiene la ventaja de ahorrar tiempo en el proceso de planificación; sin embargo, lo ideal sería que la propia universidad realizara su plan de autoestudio, pues de esta manera se profundiza en los problemas particulares de la universidad.

EL ANÁLISIS DE LA SOCIEDAD EN QUE ESTÁ INMERSA LA UNIVERSIDAD (La entidad y la nación)

Al igual que en el punto anterior, es necesario conocer, profundizar y, en su defecto, hacer los estudios de la entidad donde se encuentra la universidad, ya que existe una interrelación estrecha entre aquélla y ésta; Debe ser un estudio constante, de manera que la información sea siempre reciente y real, lo que permitirá lograr un plan flexible y dinámico.

El objetivo de este estudio es conocer las necesidades de la entidad -cuáles de ellas pueden ser satisfechas por la universidad y cuáles de ésta pueden ser satisfechas por aquélla-, para poder plantear los objetivos y las metas de la planificación, así como qué obstáculos puede representar el contexto social en el plan de reforma y las posibles consecuencias que traerá ésta para la entidad.

En el estudio de la entidad se deben analizar los aspectos sociales, económicos, políticos y culturales. (Como ejemplo de estos estudios podemos citar los elaborados por el Banco de Comercio y los de los gobiernos de los Estados.) Así se estará en condiciones de conocer los problemas, las necesidades y los recursos de la entidad. A estos estudios se les deben añadir otros, sobre problemas relacionados con la universidad: sobre las necesidades de profesionistas en cada región de la entidad, la existencia de zonas industriales, agrícolas, comerciales, etc., con su consecuente atracción de profesionistas especializados en determinadas ciencias que, en un

momento dado, podrían engrosar los cuadros de maestros necesarios para la universidad.

Una vez hecho el estudio de la entidad, es muy importante conocer las políticas nacionales acerca de la universidad y de la reforma universitaria, ya que las políticas de planificación particulares deben ir de acuerdo con, e incorporarse a, lo propuesto nacionalmente, porque la universidad no está aislada ni sólo forma parte del Estado, sino, además de la sociedad nacional, y así como la reforma traerá cambios en la entidad. también los traerá, si se quiere de menor magnitud, para la sociedad entera, para todo el país.

Por ello se propone el estudio y análisis de los documentos emanados de las reuniones de la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior (ANUlES) , los de Villahermosa, de Toluca, de Tepic, de Veracruz, etc., así como los documentos de las distintas universidades en donde se explican las soluciones que se han dado a problemas específicos.

LOS OBJETIVOS DE LA PLANIFICACIÓN Los objetivos deben surgir ole los análisis propuestos; es decir, deben partir de las políticas de planificación establecidas, de la observación de la universidad en sí misma, de su política, de su filosofía, de sus objetivos y de sus fines y de la función que ésta desempeña en la entidad y ante la sociedad. Una vez definidos los objetivos, se deberán integrar en metas por alcanzar y establecerse el tiempo en que deberán cumplirse.

En función de lo anterior, se determinará cuáles son los objetivos que se deben implementar. Habrá objetivos a corto plazo (aquellos que se pretenden alcanzar en un tiempo menor de cinco años), dada la urgencia de sus fines y las necesidades de la universidad, y aquellos que, por su característica complejidad, requieren de un lapso mayor ;hasta diez años) para realizarse, los cuales son conocidos como objetivos a largo plazo. Debido a las características cambiantes de la sociedad, es razonable revisar estos últimos periódicamente -cada uno, dos o tres años-, según se juzgue conveniente, para hacer o no las modificaciones necesarias.

Los objetivos a largo plazo deben ser posibles, dada la realidad del país, de la entidad y de la universidad, y concretos, es decir, estar definidos operativamente.

Para alcanzar los objetivos es necesario establecer ciertas metas de planificación, tanto para unos como para otros, y determinar el grado de relación e integración que existe entre los objetivos y metas a corto y largo plazo.

Los distintos aspectos de los objetivos deben coordinarse dentro del proceso de planificación de tal manera que las netas puedan convertirse en realidad.

Una vez definidos los objetivos de planificación y la integración de los objetivos y las metas por alcanzar a corto y largo plazo, es necesario definir la jerarquía que debe existir entre los mismos "en función de la urgencia y de las necesidades de la universidad) , en el conjunto del proceso de planificación. Asimismo, se debe conocer

exactamente qué condiciones deben existir para poder implementar cada uno de los objetivos, tanto a corto como a largo plazo, para la consecución de las metas.

En todo proceso de planificación de universidades deben existir varias alternativas para lograr los mismos fines, ya que al plantear una sola opción el plan se hace más rígido. Una vez planteadas las alternativas, es necesario analizarlas a fin de decidir cuál de ellas es la más viable. En algunos casos se pueden entrelazar las alternativas, a fin de obtener la mejor opción para el logro de las metas y de los objetivos planteados.

Este trabajo deberá desembocar en el planteamiento de las estrategias a seguir. Por estrategia se entiende la determinación de los objetivos que se pretenden alcanzar, así como las técnicas que se emplearán para conseguirlo. Estas estrategias deben ser elaboradas con la ayuda de especialistas en planeación (sociólogos, economistas, ingenieros en sistemas, pedagogos, antropólogos sociales, etc.).

LA ELABORACIÓN DE PLANES Y PROGRAMAS PARA LA EJECUCIÓN DEL PLAN La ejecución del plan es el punto decisivo del conjunto del proceso de planificación; es el momento en que se obtienen resultados concretos de la planificación.

Una vez conocidas las estrategias y la jerarquía de los objetivos v metas a corto y a largo plazo, es necesario definir los programas que harán posible el logro de los objetivos, así como indicar claramente los objetivos necesarios para alcanzar una meta. Estos programas deben estar, a su vez, integrados y jerarquizados en orden de su importancia y de su lugar en el tiempo, dentro del proceso de planificación. Los programas deben estar estructurados de tal manera que permitan la evaluación constante.

Para una buena ejecución de los programas, es necesario que exista un organismo especial de planificación que asegure la forma y los canales necesarios que garanticen la mayor participación de todos los sectores de la universidad en el proceso de planificación, así como la obtención inmediata de la información requerida.

Para el primer punto, debe existir una oficina o departamento de planificación independiente de cualquier otra actividad universitaria, que no deberá confundirse con el departamento o dirección de planeación existente en muchas universidades, el cual va tiene funciones establecidas; sin embargo, deberá estar en estrecha relación con el funcionamiento de la universidad para que el proceso de planificación por ellos realizado se apegue a las necesidades de la universidad.

Para el segundo punto, es importante la intervención de las autoridades universitarias, quienes deberán enterar a la gente involucrada de la factibilidad y ventajas del programa propuesto, tomando en cuenta sus opiniones y propiciando el diálogo; por otra parte, este organismo ha de obtener la información necesaria, la cual será determinada por las políticas a seguir, por los objetivos y metas planteadas y por los programas de acción.

Es importante que las personas responsables de cada uno de los pasos tengan tareas concretas a realizar en un tiempo determinado, con el fin de que las metas se logren en el tiempo fijado.

También debe definirse exactamente la participación de los distintos grupos involucrados en la planificación, así como la forma en que deberán organizarse en lo que se refiere al logro de los objetivos tanto a corto como a largo plazo. Esto es importante, ya que si no se toman en cuenta las opiniones de los grupos afectados por el plan de reforma y no se integran al proceso de planificación, se presentarán problemas en el momento de ejecución de los programas que integran el plan.

LA EVALUACIÓN DEL PLAN En todo proceso de planificación se requiere de un sistema que, al mismo tiempo de la ejecución, permita utilizar los resultados parciales y sucesivos para rectificar y mejorar constantemente el conjunto del plan, porque es la evaluación llevada a cabo de manera continua y sistematizada la que garantiza, a largo plazo, el éxito del plan.

La evaluación del plan deberá ser realizada por un organismo independiente al de planificación y a las autoridades universitarias, pero en estrecha relación con ambos, para cumplir con sus funciones eficazmente.

Este organismo de evaluación del plan puede quedar integrado de forma muy variada e incluir tanto a gente de la misma universidad como ajena a ella por ejemplo: industriales, comerciantes y profesionistas que presten sus servicios, ya en organismos públicos, ya en privados), de manera que en ningún momento se pierda el contacto que debe existir entre la universidad y la sociedad.

La labor de este organismo debe ser de retroalimentación (feedback) de las experiencias obtenidas durante el proceso de ejecución. Cada programa realizado debe ser evaluado a fin de capitalizar experiencias y aplicarlas a solucionar problemas, tanto para los que se puedan presentar en la realización de futuros programas como para aquellos que se hayan presentado en los programas ejecutados. Esta revisión y evaluación del proceso de ejecución del plan debe hacerse en forma crítica, a manera de encontrar por qué surgen tales problemas y analizar si los resultados que se están obteniendo son los que se habían previsto durante la elaboración.

Lectura 4 DEMANDA SOCIAL DE EDUCACIÓN6

El desarrollo no es un estado material, ni el ritmo de crecimiento económico de una nación. Una persona o una comunidad están más desarrolladas que otras si tienen mayor capacidad de transformación para mejorar su existencia. Estarán más desarrollados aquellos que tienen mayor capacidad de aprender para transformarse y mejorarse. En otras palabras, desarrollo es capacidad de aprendizaje, es educación.

La demanda social de educación es lo que una sociedad pide de educación o lo que necesita. Pero solamente se pide cuando se tiene cierta información; así, la educación engendra su propia demanda. A medida que evoluciona, el hombre debe ser capaz de decidir con mayor efectividad las diferentes alternativas para su propio desarrollo. Esto se logra sólo si tiene los elementos para ello.

La demanda social de educación puede verse desde diversos enfoques. Uno sería a través del crecimiento histórico de la población escolar, lo que de algún modo refleja las aspiraciones de la población. las esperanzas que se cifran en la educación escolar formal y las posibilidades de atender esta demanda que ha tenido el Estado a lo largo de los años.

Otra forma de contemplar la demanda social de educación sería a partir de la necesidad de alcanzar una cultura básica mínima para toda la población. Esta manera parece, por varias razones, más atrayente. La primera es que, en países como México, es esencial fijarnos metas y medidas sociales precisas que indiquen si nos estamos aproximando a ellas.

La Constitución de 191 intentó hacer esto con la educación, al precisar que la primaria era obligatoria. El Plan Nacional de Salud especifica el mínimo de bienes que en materia de salud es indispensable alcanzar. Otro ejemplo es la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, que existe desde hace muchos años y que fija éstos para toda la nación. Del mismo modo se ha precisado, sin que se haya legislado sobre ello, la dieta mínima en calorías. proteínas, etc., que necesita una persona para gozar de razonables condiciones de salud. No se ha intentado cuantificar el mínimo de vestido que necesita una familia mexicana en diferentes partes de la República para sobrevivir decoro-samente, y de ahí planear y estimular adecuadamente la industria nacional del vestido, tanto a nivel comunitario como industrial avanzado,

Una de las tesis principales de esta lectura es que tanta importancia tiene alcanzar un mínimo de bienes materiales -comida, salario, salud- como alcanzar un mínimo de bienes culturales para todos los habitantes del país.

No debemos adaptar en educación los modelos de desarrollo de otros países, en donde el mínimo de bienes culturales está implícito en el nivel de escolarización de toda su población. Debemos buscar soluciones más de acuerdo con nuestros recursos y necesidades, que además tengan la virtud de hacernos trabajar juntos.

6 Ponencia presentada por Roger Díaz de Cossío, subsecretario de Planeación y Coordinación Educativa, de la s.E.9., en la Reunión Nacional sobre el Sector Educación, Ciencia y Tecnología, en México, D. F., junio de 1976.

No existe ningún país de los llamados desarrollados, cualquiera que sea su régimen político, que no pueda ofrecer a toda su población. nulos y adultos, por lo menos una educación equivalente a la primaria y a la media.

Los países industriales más avanzados llegan a tener un promedio de escolaridad para su población de más de 12 grados y, en general, casi todos tienen promedios de 9 o 10 grados. ¿Cuál es la situación en México? Posiblemente en 1976 alcancemos cerca de 4 grados de escolaridad, pues el censo de 1970 indicó 3.6 grados, En sociedades que se hacen cada vez más tecnológicas no es posible ya pensar que la educación mínima para la población sea la primaria.

Sólo con una cultura general mínima para todos se alcanzará la identidad como pueblo y se podrá llegar a tener una verdadera participación ciudadana y política en las decisiones que afectan, participación que se dé a través de la reflexión y del análisis, y no del manipuleo,, la emoción y la violencia. En el fondo de todos los problemas está la falta de educación y de cultura, más allá de las manifestaciones espontáneas de arte popular.

La demanda social de educación debe verse en términos de un acervo cultural mínimo para toda la población. (La palabra acervo se utiliza aquí en sus dos acepciones más frecuentes: como montón de cosas menudas y también como bienes o haber que pertenecen en común a una colectividad o a una herencia).

El Plan Nacional de Educación para Adultos fijó un nivel mínimo de contenidos equivalente a la secundaria. Ya no está sujeto a discusión el que la mera alfabetización no basta.

La tesis central es que no podremos desarrollarnos sin lograr que toda la población cuente entre sus bienes básicos con un acervo cultural mínimo, Este acervo deberá adquirirse simultáneamente por medios escolares y extraescolares. No me toca precisarlo ni sé cuál debería ser ese acervo, pero quiero hacer algunas reflexiones al respecto. Dijimos que no sólo es la alfabetización y que el plan de adultos lo equipara a la secundaria. La Constitución fija como meta la primaria para todos los habitantes hasta los 14 años, y no dice nada acerca de los mayores. La realidad urbana en México hace que por encima de lo escolar exista un bagaje cultural que la gente recibe, en forma dispareja, a través de los medios masivos, tales como cine, radio, televisión y prensa, cuyo contenido no sólo no está coordinado con los conocimientos adquiridos en la escuela, sino que a veces se opone a ellos,

¿Qué es lo mínimo que un mexicano debe saber y saber hacer?, ¿Cuál debe ser el contenido del acervo'

No hay una respuesta precisa. Podemos pensar en general en los contenidos que debe tener, aunque variarán con el tiempo, y deben incluir no sólo conocimientos escolares, cualquiera que éstos sean, sino también contenidos culturales extraescolares y hasta adiestramientos elementales.

La parte cultural, en el sentido de valores universales, es de una gran importancia en el acervo mínimo. La humanidad ha ido decantando expresiones a lo largo del tiempo: ideas, libros, proyectos sociales, obras de arte, pintura, música, que representan lo mejor de la raza humana, su capacidad de creación y de síntesis y son

nuestro patrimonio. Decir que esto no tiene prioridad en un acervo cultural mínimo sería equivalente a prescribir una dieta sin proteínas. En esta parte del acervo, los medios de comunicación modernos nos pueden ayudar a costos económicos. Lo que se necesita es desacralizar la cultura y trasmitirla tal como se da, sin filtros o paternalismos. Las obras musicales y las artes plásticas, por ejemplo, afectan directamente la sensibilidad básica, innata, del hombre y sirven para reforzarla. También habrá que reforzar en el acervo la conciencia de nuestro propio patrimonio histórico y cultural y propiciar las manifestaciones de arte popular, pues hay que recordar que todos los grandes crea-dores son producto de sus raíces. Esto es fundamental para alcanzar nuestra plena identidad, y estaríamos incompletos si no lo fomentáramos.

En resumen, el acervo cultural básico debe estar compuesto por contenidos escolares y extraescolares, contener una buena dosis de cultura popular y manejar sistemáticamente los valores universales del hombre. y la conciencia de nuestro propio legado histórico v cultural.

Para que el mexicano alcance el acervo cultural mínimo, se necesita un profundo cambio en las acciones del Estado: la educación que imparta el Estado debe ser no sólo la escolar e extraescolar formal, sino también debe incluir toda la educación que se recibe o que no se recibe a través de los medios de comunicación, y su universo de acción debe ser toda la población, niños y adultos.

Esta base cultural mínima debe alcanzarse no sólo porque así se tendrá una real participación, sino también porque a partir de ella se pueden realizar verdaderos programas de capacitación o adiestramiento. En otras palabras, sólo con una cultura mínima que alcance a toda la población podrán darse las condiciones para un auténtico incremento en la productividad. Problemas como el de la explosión demográfica sólo podrán ser resueltos cuando alcancemos una base cultural que permita que las medidas que se tomen y las políticas que se adopten sean eficaces, en el sentido de que se acepten universalmente, por convencimiento. De otro modo, tendríamos que tomar, en relación con el incremento de la población, medidas represivas, como las que ya se están dando en la India.

Debemos echar mano de nuestros más grandes maestros, científicos y artistas para que hagan proposiciones sobre el contenido del acervo cultural mínimo al que debe aspirar un mexicano, y que dentro de sus proposiciones establezcan la manera en que cada persona, niño o adulto puede alcanzarlo. Debemos partir del concepto más generalizado de educación: podemos contemplarnos a lo largo de nuestras vidas como objetos permanentes de la educación, que en este caso sería nuestro entorno.

Este acervo mínimo de conocimientos, habilidades, percepciones y estímulos sería la base para la transformación del país y para el trabajo estrecho de todos los sectores, no sólo el escolar, sino también el laboral, el industrial, el de los medios de difusión, y daría pauta para una legislación dirigida hacia este objetivo.

Este es el reto educativo de las próximas décadas. ¿Cómo hacer para que la población, la de jóvenes de edad escolar y la de adultos que han salido ya del sistema, alcance un nivel de cultura mínima?

Asumir esto como meta prioritaria, después quizá de la alimentación y de la salud, tendría muchas y grandes implicaciones en la programación de los recursos nacionales. Conviene dar algunas cifras estadísticas que mejoren la comprensión del siguiente argumento:

Éramos, al comienzo de este año, 60 millones de mexicanos. Dentro de cuatro sexenios, en el año 2600, seremos cerca de 150 millones. De los 60 millones que éramos, hace cinco meses. 30 millones tenían menos de quince años de edad. De éstos. 14 millones eran atendidos por el sistema educativo NI 15 millones tenían 6 años de edad o menos.

Podemos darnos cuenta de que se está ofreciendo una plaza en el sistema escolar a casi todo el que tiene entre los 6 y los 14 años de edad y- es capaz de permanecer en ella.

Una cosa es ofrecer una plaza en el sistema escolar y otra muy distinta permanecer en él. Lo primero depende, básicamente, de las inversiones que haga el Estado, directamente, en materia educativa. Lo segundo, la permanencia de un mexicano dentro del sistema escolar, depende de las condiciones socioeconómicas de la familia del educando, y no de la calidad misma de la educación impartida. La estructura de la población escolar en un año determinado, esto es, el número de alumnos que se encuentra en cada grado y nivel del sistema, depende de las condiciones socioeconómicas del país, que fijan el número de años que una familia puede tener a sus hijos en la escuela, y no de la calidad o tipo de educación que se imparte. Si se suprimieran los requisitos de promoción de grado a arado, desde el primero de primaria hasta el último de secundaria, si se colocara a cada niño en un grado de acuerdo con. su edad, tendríamos no más de 10 6 15 ¡c más de alumnos en el sistema.

Un buen indicador de la elevación de las condiciones socioeconómicas de nuestro país es, entonces, el grado de permanencia de los niños en la escuela primaria. En 1970, de 100 niños que ingresaban a primero de primaria, 44 la terminaban. como promedio nacional. Actualmente, esta cifra es de 50. Es decir, vamos ganando un niño por año en sexto grado de 100 que comienzan el primero. De seguir así., para el año 2000, de 100 niños que ingresen a la primaria la terminarán 75, que es el actual promedio en el Distrito Federal. Y será sólo hasta el año 2025, dentro de ocho sexenios, cuando alcancemos la meta que fijó el constituyente de 1917, de una educación primaria completa para todos los menores de 14 años.

Debido al crecimiento demográfico, incluso esta muy modesta meta tiene proporciones gigantescas, porque deberá cumplirse en el año 2000 para una población de cerca de 150 millones de mexicanos, de los cuales por lo menos 71 millones tendrán menos de 15 años.

Sin embargo, hemos dicho que, muy por encima de la primaria, debemos adquirir un acervo cultural mínimo y que, dentro de este acervo, la educación escolar es sólo uno de los componentes, y que la primaria como meta, como lo dijo Jaime Torres Bodet, no es suficiente.

Los problemas del sistema escolar formal, aunque grandes, no son los más importantes problemas educativos que el país deberá enfrentar en los próximos años. Es más, creo que los problemas del sistema educativo escolar formal están ya encaminados; llevamos ya más de 50 años tratando de resolverlos: existen mecanismos y sistemas que, corno todo, son susceptibles de mejorarse, de hacerse más eficientes. Hay que darse cuenta de que la educación de niños y jóvenes es un proceso largo que ocupa más de un sexenio. Por ejemplo, uno de los logros más importantes de este sexenio ha sido la elaboración de los nuevos libros de texto gratuitos para la educación primaria, que intentan postular una educación crítica y cuestionante. Pues bien, la primera generación que terminará con todos los libros de texto reformados concluirá la educación primaria en 1978 y la secundaria reformada en 1981, a los 14 años de edad.

Hombres y mujeres empiezan a ser productivos en todos los sentidos, manual, biológica e intelectualmente, hasta los 13 ó 14 años como mínimo. De alguna manera hemos inventado un sistema educativo de tipo fabril que se ocupa de la población joven de los 6 a los 14 años, mientras está en el sistema escolar.

Una buena parte de mis colegas y amigos en esta reunión, se dedicarán a profundizar en los problemas del sistema escolar formal, pero debemos ir más allá. Creo que el logro más significativo, en materia educativa, de la administración del Presidente Echeverría ha sido asumir la necesidad de educar a los adultos mayores de 15 años que, por una u otra razón, no pudieron entrar o permanecer en el sistema educativo, Se ha propuesto así el Plan Nacional (le Educación para Adultos, que tiene como meta hacer que todos alcancen el nivel mínimo de secundaria.

La productividad inmediata del país, su viabilidad a mediano plazo, digamos al año 2000, descansa en sus mayores de 15 años, de los cuales, de 30 millones que somos, sólo 2.5 millones tienen estudios superiores a la secundaria. Existen 183 000 con título de licenciatura registrados en la Dirección General de Profesiones, al mes de mayo de 1976.

Uno de tantos problemas que tenemos en común con los otros países del Tercer hundo es que la mayor parte de los alumnos abandonan el sistema escolar antes de cursar nueve grados y nuestra población adulta tiene muy bajo nivel de escolaridad. Llegamos con los otros países tarde al desarrollo. En México se empezaron a destinar recursos cuantiosos a la educación al comienzo del régimen del Presidente López Mateos, cuando comenzó la llamada explosión educativa. Antes, desde la década de 1920 hasta fines de la de 1950, se habían desarrollado esfuerzos imaginativos y creadores, llenos de mística, pero a una escala que ni siquiera atendía al crecimiento natural del sistema de los niños de seis años.

Para el año 2000, la población mexicana mayor de 15 años y sin secundaria completa será del orden de 70 millones, de no hacerse nada por ellos de aquí a entonces y suponiendo que el sistema escolar continúe creciendo al ritmo del último sexenio.

El gran desafío educativo de las próximas décadas será cómo hacer llegar a estos mexicanos el acervo cultural mínimo. De ello dependerá nuestro futuro.

Lectura 5 PLANEACIÓN EDUCATIVA7

La planeación cuantitativa preocupada por los flujos escolares, hasta ahora practicada, deberá pasar a ser complemento de esfuerzos que respondan más a lo que es la educación dentro del marco social, de manera que resulte posible que la política educativa se constituya en un conocimiento claro de la realidad social y del modelo social al que se quiere llegar. El esfuerzo de planeación en el país ha sido difícil por la ausencia de planes nacionales, estatales o regionales y por las condiciones en que pretendemos realizar esta actividad.

Los antecedentes inmediatos, como "El plan de once años", "El planeamiento integral de la educación" y "La reforma educativa"; son esfuerzos definidos e impulsados desde el centro, eliminando, por tanto, la participación de los beneficiarios de la educación, trátese de gobiernos o de la población y pasando por alto programas de desarrollo y propósitos sociales locales. Las dependencias centrales de planeación enfrentan problemas de aceptación, se les ve como medios de imposición, situación que resta posibilidades al cumplimiento de sus funciones, traduciéndose la labor de planeación en acciones aisladas. Estas formas de decisión ocasionan resistencia, llevan a éxitos políticos cuando las reformas definidas se logran implantar, mas no a éxitos sociales.

La labor de programación centralizada se encuentran sin superar limitaciones de información, la cual resulta insuficiente cuantitativa y cualitativamente para programar el desarrollo del sistema en el contexto de las actividades sociales. El nivel de autoridad prevalece y rebasa cualquier programación, y las decisiones favorecen a los grupos con mayor poder de negociación que, como sabernos, no corresponden a los grupos que requieren atención prioritaria.

Otra limitación importante al esfuerzo de planeación es la existencia misma del sistema, ya que no hay propiamente un sistema educativo nacional,,, lo que existe es un conjunto de sistemas independientes, como el federal, los sistemas estatales, las instituciones privadas y autónomas y los organismos descentralizados. Por ende, los esfuerzos de coordinación son complejos y difíciles de llevar a la práctica.

Para el propio sistema federal, la falta de coordinación se manifiesta en la falta de correspondencia entre programas definidos y asignaciones en gasto corriente e inversión. La falta de integración del sistema dificulta la definición y aceptación de propósitos comunes v el que las instituciones se conduzcan bajo lineamientos de interés colectivo sin afectar su libertad individual. Sistemas como los de educación su-perior salvaguardan por derecho su autonomía; los esfuerzos para crear un sistema nacional de educación superior se ven diluidos ante la impotencia de lograr, por consenso, objetivos comunes para las reformas educativas de las universidades. Esto da lugar a que se apoye en forma decisiva la creación de nuevas instituciones que contemplen las reformas buscadas, complicando más la estructura del sistema y logrando soluciones marginales de poca trascendencia para el país. 7 Ponencia presentada por Alberto Lepe en la Reunión Nacional sobre el Sector Educación, Ciencia y Tecnologia, en México, D. F., junio de 1976.

De infinidad de pláticas, editoriales, comentarios, conferencias, etc., se aprecia la existencia de "dudas" respecto al sistema educativo. Todas ellas existen, básicamente, por la falta de evaluación. Las decisiones y acciones que se han realizado se fundamentan principalmente en las experiencias y en el sentido común. En muchas ocasiones, los programas se han iniciado por la urgencia de tomar medidas inmediatas, lo que no justifica el dejar de evaluarlos para rectificar o, en su caso, reafirmar los rumbos señalados. Muchas decisiones están por tomarse en relación con el sistema educativo, pero sigue faltando una base más racional para seleccionar alternativas que deberían tenerse, por ejemplo, para decidir sobre la obligatoriedad de un año de educación preescolar o la obligatoriedad de la educación media básica. Lo mismo puede decirse respecto a la búsqueda de nuevas alternativas en el plano de la justicia social, donde se hace un esfuerzo para alcanzar los mínimos de atención que todo-, los mexicanos deben tener en relación con alimento, abrigo, educación, salud, trabajo, esparcimiento e información. Como ejemplo, cabe preguntar qué podría hacerse para resolver el problema de alfabetización y de primaria a grupos marginados con 3 652 millones de horas-estudiante, correspondientes a las vacaciones de fin de año en el próximo sexenio de los alumnos de nivel medio superior, escuelas normales y escuelas superiores.

Mientras del sistema educativo no sepamos qué está sucediendo y por qué, nos seguirá preocupando que la educación resulte un instrumento para escapar de las áreas rurales y marginadas, en vez de que sea un medio para desarrollarlas; que las disciplinas educativas condicionen a los individuos, en vez de que los procesos se adapten a los requerimientos de Éstos; que no haya sistemas de enseñanza abiertos, abiertos en el sentido de ser sensibles e interactivos con el medio en que se desenvuelven; que se formen individuos para aceptar el sistema actual, en lugar de prepararlos para criticarlo y mejorarlo. \os seguirá preocupando, en fin, que las disfunciones y desperdicios sean, en buena parte, el resultado de una planeación educativa deficiente.

Dada esta situación, debemos entonces buscar nuevas alternativas y estrategias a lo que deberá ser el esfuerzo y organización de la planeación educativa.

Pensamos que cualesquiera que sean las alternativas, el esfuerzo de planeación debe ser de tal manera entendido, que signifique un proceso y no una tarea para llegar a un hecho concreto, en un tiempo determinado. Este proceso deberá orientarse a que el sistema se defina y se integre como un todo, satisfaciendo los requerimientos de las partes en un contexto que permita su vinculación con otros sistemas de la actividad humana, buscando la participación, la discusión, el debate y el consenso. Deberá llevar la planeación a programas y presupuestos en absoluta correspondencia con la actitud permanente de aprovechar y distribuir más eficientemente los recursos. La solución no está necesariamente en la creación de nuevas dependencias ni organismos, sino en la reforma de estructuras administrativas e instrumentos de implantación, que sean más adaptativos a las circunstancias.

Estos principios nos llevan al planteamiento de dos alternativas básicas, que denominaremos desconcentración y descentralización.

Para ambas, definiremos dos niveles de realización del esfuerzo de programación y de administración de los recursos federales:

a) El nivel central, de carácter exclusivamente normativo, que se alimente de las demandas agregadas locales, y

b) El nivel local, en el que se realizarán básicamente la función programática, la ejecución, el control y la evaluación de las actividades educativas.

El Estado, como unidad local político-administrativa definida, debe ser el nivel máximo al cual se realicen estas funciones. En la desconcentración, esta responsabilidad quedaría a cargo de una unidad federal que se coordinaría con el Estado, y para la descentralización estaría directamente bajo la responsabilidad del gobierno del Estado.

En el caso de la desconcentración federal, la unidad propuesta sería equivalente a los comités de desarrollo actuales, con la función de programar convenios entre el Estado Y la Federación y con la atribución adicional de controlar toda posibilidad de intervención directa de las secretarías de Estado en las entidades federativas. De esta manera, se conserva para el sistema federal el poder de decisión que actualmente tiene, buscando exclusivamente una mejora en la administración de todos los recursos, trátese de inversiones o de gasto corriente.

Para la descentralización, se propone que sean directamente los gobiernos estatales quienes administren tanto los recursos federales como los propios. La intervención de la Federación, en este caso, se limitaría a una labor de supervisión de las normas centrales. Esta alternativa requiere de una mayor profundidad de análisis Y de estrategia de implantación gradual, de manera que el sistema "aprenda” y defina mecanismos de participación, implantación, control y evaluación, además de establecer las fórmulas más adecuadas para la realización de convenios con la Federación que no afecten su función reguladora.

De qué modo los modelos propuestos resuelven los problemas señalados? Fundamentalmente, con un mayor espíritu de democratización dada por la desconcentración o la descentralización.

Podrán desarrollarse programas definidos bajo un solo criterio y en forma más inmediata a los problemas locales, distribuyéndose de manera armónica y proporcionada los recursos totales disponibles y eliminando, por consecuencia, la necesidad de grandes esfuerzos de coordinación.

La programación establecerá prioridades y la reforma permitirá seguir de cerca las acciones, evaluando resultados que orienten permanentemente a las decisiones locales y a las nacionales. Siempre que se dé participación y medios a la población organizada, habrá mayor iniciativa para la búsqueda de soluciones a problemas que se dan en todos los planos de la actividad educativa, recuperando el afecto v el calor de saberse responsables de su propio quehacer educativo.

Gran parte de las actividades educativas pueden definirse a partir de los intereses estatales sin menoscabo de los intereses nacionales, encontrando con ello

fórmulas de arraigo y flexibilidad para que la educación se adapte más a las necesidades individuales y colectivas.

El control se entenderá más corno un medio para alcanzar los propósitos definidos, requiriéndose, por parte del centro, una actitud menos autoritaria, dispersa y rígida. La autoridad central se limitaría a la supervisión del cumplimiento de las normas de interés nacional y a la integración de los programas estatales, fundamentalmente para la asignación de los recursos nacionales disponibles.