Salvia (2001) Sectores Que Ganan. Sociedades Que Pierden.

28
439 Sectores que ganan, sociedades que pierden: Reestructuración y globalización en la Patagonia austral Agustín Salvia 1. Presentación LOS CAMBIOS EN LA ECONOMÍA Y EL ESTADO ARGENTINO durante los años noventa han dado lugar —igual que en la mayoría de los países latinoamericanos de desarrollo intermedio— a importantes transformaciones en la estructura so- cial del trabajo y en las estrategias de vida de la población. En este contexto, la dimensión regional-local no ha estado ausente de este proceso, en tanto escenario concreto de transformación productiva y de competencia y con- flicto entre los actores e intereses participantes. En el actual escenario resulta evidente que los factores —tanto locales como internacionales— que posibilitaron durante varias décadas un relativo equilibrio entre los diferenciales de desarrollo regional se encuentran en franco retroceso. A la crisis por agotamiento productivo de muchas de las economías regionales se le suma hoy el impacto de las políticas de ajuste, los procesos de integración regional y las medidas de apertura externa y desregulación de los mercados. En este contexto, también aparecen nuevos negocios privados y se reactivan los procesos de acumulación y concentración del capital. La magnitud de los cambios confirma el agotamiento del modelo pro- teccionista que garantizaba el sustento de economías regionales dentro de un plan de desarrollo nacional. Al mismo tiempo, la conocida heterogeneidad estructural del capitalista periférico, así como el impacto desigual que pare- ce tener el actual proceso de transformación dejan un saldo de alta incerti- dumbre acerca del futuro posible de los sistemas regionales tradicionales. En el caso argentino, el nuevo ordenamiento económico iniciado en los años noventa ha posibilitado nuevas formas de competencia y gestión de las

description

Texto de Salvia Sectores Que Ganan. Sociedades Que Pierden.

Transcript of Salvia (2001) Sectores Que Ganan. Sociedades Que Pierden.

  • 439

    Sectores que ganan, sociedades que pierden:Reestructuracin y globalizacin

    en la Patagonia austral

    Agustn Salvia

    1. Presentacin

    LOS CAMBIOS EN LA ECONOMA Y EL ESTADO ARGENTINO durante los aos noventahan dado lugar igual que en la mayora de los pases latinoamericanos dedesarrollo intermedio a importantes transformaciones en la estructura so-cial del trabajo y en las estrategias de vida de la poblacin. En este contexto,la dimensin regional-local no ha estado ausente de este proceso, en tantoescenario concreto de transformacin productiva y de competencia y con-flicto entre los actores e intereses participantes.

    En el actual escenario resulta evidente que los factores tanto localescomo internacionales que posibilitaron durante varias dcadas un relativoequilibrio entre los diferenciales de desarrollo regional se encuentran en francoretroceso. A la crisis por agotamiento productivo de muchas de las economasregionales se le suma hoy el impacto de las polticas de ajuste, los procesosde integracin regional y las medidas de apertura externa y desregulacin delos mercados. En este contexto, tambin aparecen nuevos negocios privadosy se reactivan los procesos de acumulacin y concentracin del capital.

    La magnitud de los cambios confirma el agotamiento del modelo pro-teccionista que garantizaba el sustento de economas regionales dentro de unplan de desarrollo nacional. Al mismo tiempo, la conocida heterogeneidadestructural del capitalista perifrico, as como el impacto desigual que pare-ce tener el actual proceso de transformacin dejan un saldo de alta incerti-dumbre acerca del futuro posible de los sistemas regionales tradicionales.

    En el caso argentino, el nuevo ordenamiento econmico iniciado en losaos noventa ha posibilitado nuevas formas de competencia y gestin de las

  • 440 ESTUDIOS SOCIOLGICOS XIX: 56, 2001

    relaciones econmicas y laborales. Este nuevo orden econmico parece es-tructurar un nuevo tipo de divisin espacial del trabajo, a partir del cualasumen renovado protagonismo tanto los intereses de los grupos oligoplicosmultinacionales, como los actores y conflictos estatales-locales de gestinde las relaciones laborales y de mercado.1

    Desde un un punto de vista regulacionista (Mndez, 1995; Lipietz y Le-borgne, 1990; Benko y Lipietz, 1994 y 1995; Gillly y Pecqueur, 1995; Saillard,1995), la globalizacin econmica y la creciente importancia que asumenlos territorios locales, coinciden en una pregunta: an tiene sentido la no-cin de regulacin de conjunto definida esencialmente a nivel nacional? Auncuando esta pregunta puede tener formas matizadas, conlleva a precisar laarticulacin entre los diferentes niveles de regulacin. Junto con la iden-tificacin de los cambios y las tendencias macroeconmicas, es evidente queresulta necesario integrar el reconocimiento de la relativa autonoma de losespacios locales. En estos espacios es importante identificar a su vez las for-mas concretas en que se desenvuelven los modelos de acumulacin, las insti-tuciones de regulacin y las luchas polticas y sociales.

    La complejidad de estos procesos obliga a conocer el nuevo orden regio-nal mediante el estudio de unidades de anlisis ms especficas que permitanidentificar las particularidades en cada regin y circuito productivo. En estesentido, este ensayo hace un balance especfico de las nuevas realidades queaparecen en un territorio cada vez ms globalizado, pero todava social yculturalmente comprometido con el modelo del Estado proteccionista: el te-rritorio patagnico austral.2

    Este trabajo presenta un anlisis integrado de los actuales patrones dedesarrollo econmico y regulacin socio-laboral que parecen dominar el nuevoescenario regional patagnico. Es necesario decir que las aproximacionesconceptuales que se proponen, se apoyan en los hallazgos empricos que han

    1 Las transformaciones econmicas y sociales que han abierto la crisis de acumulacinfordista y los procesos de globalizacin del mercado mundial sobre los espacios regionales sontemas investigados tanto en el contexto de economas desarrolladas (Benko y Lipietz, 1994 y1995) como en el mbito nacional (Laurelli y Rofman, 1989; Faletti y Lozano, 1992; Estesoet al., 1994; Carrera et al., 1994; y Prez Barrero, 1993).

    2 En la zona ms austral del territorio argentino es posible reconocer un particularsubsistema regional formado por provincias de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Estasadministraciones poltico-territoriales presentan idntico origen en cuanto a los procesos his-tricos que estructuraron su colonizacin y poblamiento, desarrollo econmico, formacin dela estuctura socio-ocupacional y en cuanto a su organizacin sociopoltica. Un proceso que,entre otros actores, tuvo como principal protagonista al Estado nacional. Los subsidios y fran-quicias que recibieron y continan teniendo las jurisdicciones provinciales que estn al sur delparalelo 42 confirman la pertinencia de este recorte territorial.

  • SALVIA: SECTORES QUE GANAN, SOCIEDADES QUE PIERDEN 441

    generado y siguen produciendo investigadores independientes y equipos deinvestigacin en la regin estudiada.

    2. El nuevo escenario del subdesarrollo regional

    Con el objetivo de precisar el anlisis, parece pertinente preguntarse: enqu forma el nuevo escenario econmico e institucional de los aos noven-ta abri efectivamente un punto de inflexin en los patrones de reproduc-cin econmica y el funcionamiento de estos mercados regionales de tra-bajo? As tambin, en qu medida se instala en estos sistemas nuevasrelaciones de mercado, al tiempo que se generalizan las actividades infor-males y la precariedad laboral generadoras de mayor segmentacin y hete-rogeneidad social?

    El proceso de desmantelamiento sistemtico de las estructuras e institu-ciones promotoras del esquema industrial-substitutivo impusieron nuevasreglas de juego y un nuevo marco de correlacin de fuerza en los espaciosregionales. El mayor impacto negativo de estos cambios tuvo lugar en aquellossubsistemas fuertemente dependientes de la economa subsidiada, a partirfundamentalmente de medidas econmicas como la apertura de los merca-dos, la integracin regional, el cambio del sistema de precios, etc. En particular,los efectos negativos repercutieron en dos tipos de sistemas regionales:

    o Sistemas de producciones locales y economas regionales no compe-titivas (avcola, porcinas, frutcola, azcar, yerba mate, algodn, lana,etc.), afectadas por la apertura externa, el tipo de cambio, el mayorcosto del crdito, etctera.

    o Centros minero-industriales a cargo del Estado afectados por lasprivatizaciones y la desregulacin de los mercados; y aquellos cen-tros industriales promocionados afectados por la apertura externay la eliminacin de crditos fiscales y otras medidas de promocinimpositiva.

    Sin embargo, a la par del proceso de agotamiento y crisis de estos siste-mas, la mayor parte de estos y otros espacios regionales registraron durantela dcada de los aos noventa efectos de crecimiento econmico haciendoeje en ramas primarias extractivas, manufactureras primarias y de servi-cios, de composicin monoplica, con orientacin exportadora y de particu-lar impacto sobre los espacios territoriales. Junto con esto, no son pocas las

  • 442 ESTUDIOS SOCIOLGICOS XIX: 56, 2001

    regiones en donde se hizo evidente un crecimiento sectorial fundado en eldinamismo de los grupos oligoplicos multinacionales.

    De esta manera, la globalizacin ocasiona dos resultados funcionales pordems concretos: 1) La desigualdad estructural se extiende al interior de cadauna de las economas regionales, independientemente de su grado de desarro-llo relativo; y 2) Este proceso tiene lugar, junto a otro, tendiente a homoge-neizar hacia la baja las condiciones laborales y sociales de vida de los traba-jadores vinculados a estas actividades.

    Fenmenos como la acumulacin flexible, la informalidad econmica,la precariedad laboral, la desocupacin y otras formas de subutilizacin defuerza de trabajo se constituyen componentes comunes, tanto en mercadosregionales dinmicos como en tradicionales, en economas centrales comoen zonas atrasadas o perifricas, en complejos tecnolgicos como en distri-tos industriales o mineros en crisis.

    La localizacin territorial de los centros productores responsables delrenovado dinamismo de la economa no parece ser un factor secundario ocontingente. Al respecto, es importante constatar que la pobreza y la des-igualdad en el pas no slo tiene lugar en las regiones ms atrasadas, sino quetambin puede ser claramente geofocalizado junto a los procesos econ-micos regionales que presentan mayor dinamismo y brindan un importanteaporte al producto nacional.3 Tal es el caso como se ver de gran partede los polos de desarrollo que funcionaban en la Patagonia austral.

    3. Crisis y transformacin regional de la Patagonia austral

    De acuerdo con el paradigma industrial sustitutivo, la coexistencia y vincu-lacin de diferentes regiones en el espacio nacional se realizaba funda-mentalmente mediante el despliegue espacial de circuitos de rama, porlo general integrados en forma vertical. Al respecto, es conocido el efectode crecimiento y prosperidad que gener la decisin por parte del Estadonacional de establecer y distribuir en determinadas regiones impor-tantes complejos mineros, energticos e industriales vinculados a objeti-vos de desarrollo nacional.

    3 Al respecto, buena parte de los estudios empricos muestran una profundizacin de laheterogeneidad estructural y pronostican su agravamiento (Esteso et al., 1994; Carrera et al.,1994; Rofman, 1997); observndose al mismo tiempo un generalizado incremento de lasobrexplotacin del trabajo cualquiera sea el aporte relativo del sector o sistema regional (Sal-via, 1997).

  • SALVIA: SECTORES QUE GANAN, SOCIEDADES QUE PIERDEN 443

    Tal fue el caso, aunque de alcance y cumplimiento parcial, de la iniciati-va econmica desarrollista, impulsada entre los aos de 1958 y 1961, ten-diente a apoyar la radicacin de actividades productivas al interior del pas ya abrir una etapa de implementacin de proyectos de envergadura en ramaspesadas, semipesadas y de bienes durables (industria siderrgica, qumica, petro-qumica, papel, metal-mecnica, industria automotriz, etc.) (Rofman, 1997).

    En este sentido, los regmenes de promocin industrial que prosperaronen las dcadas de los aos setenta y ochenta, buscaron en un contexto deagotamiento del modelo de desarrollo substitutivo promover la inversinmediante el apoyo a la relocalizacin industrial y favorecer estrategias subsi-diadas de acumulacin de capital (CEPAL, 1986; Azpiazu et al., 1986; Linden-boim, 1987). Esta nueva iniciativa no tuvo una ejecucin articulada, quedal margen de un contexto de planificacin del desarrollo regional y, en gene-ral, estuvo orientada a brindar beneficios directos a grupos empresariales ypolticos-clientelares especficos.4 Bajo estas medidas se favoreci en formadirecta a corporaciones multinacionales; y el nuevo desarrollo industrial pre-sent la novedad de formar importantes asentamientos de obreros especiali-zados sin tradicin sindical y con salarios ms bajos en diferentes lugares delpas, debilitando as la estructura sindical por rama y actividad.

    En las tres provincias que conforman el rea aqu definida (Chubut, SantaCruz y Tierra del Fuego), el desarrollo econmico y la poblacin econmi-camente activa estuvieron directamente sujetos a las relaciones asalariadas yactividades productivas que fueron generando los esquemas e impulsos eco-nmicos arriba indicados, a la vez que la produccin econmica se concen-traba en pocas ramas. La estructura econmico-ocupacional de esta rea in-dicaba un alto grado de divisin del trabajo social y por ende de desarrollode las fuerzas productivas.

    En todos los niveles era parte de la poltica del Estado promover un idealde tipo desarrollista, el cual inclua el mejoramiento progresivo de las condi-ciones laborales y de vida de fuerza de trabajo asentada en cada empren-dimiento. En este contexto, en toda el rea fue siempre importante el plenoempleo y la ocupacin formal (siendo el modelo dominante el rgimen queimpona el sector pblico), los sistemas de proteccin y regulacin laboral,la inversin en vivienda e infraestructura social, etc. (Salvia y Oliva, 1991;Salvia, 1997.) Esta situacin se mantuvo as, de manera efectiva y generali-

    4 Tal fue el caso de la promocin fueguina (Ley 19640), o las franquicias otorgadas a lascuatro provincias incluidas en el Acta de Reparacin Histrica (San Luis, San Juan, La Riojay Catamarca), as como de otras promociones industriales y pesqueras en reas patagnicas(Ley 21608, entre otras).

  • 444 ESTUDIOS SOCIOLGICOS XIX: 56, 2001

    zada, hasta poco antes de la dcada de los aos noventa, en cualquiera de losprocesos econmicos que ocurran en la regin.

    En este tipo de estructura regional, con elevado desarrollo del capitalis-mo de enclave (Zapata, 1977 y 1985; Salvia, 1997),5 la crisis del modeloindustrial sustitutivo y la reestructuracin de los aos noventa tuvo un fuertey particular impacto econmico y socio-ocupacional. A partir de las medidasde ajuste y las reformas econmicas estructurales (desregulacin, privatizacio-nes, apertura externa, etc.), los principales segmentos econmicos experimen-taron en forma directa el deterioro del empleo, de las regulaciones laboralesy de las condiciones de existencia de la poblacin.

    Pero este proceso expone caractersticas y alcances histricos socio-polticos ms amplios. En este contexto, cabe precisar algunos aspectos quepermiten mostrar el escenario regional patagnico durante los aos noventa:

    o A fines de la dcada de los aos ochenta, la mayora de las econo-mas estatales patagnicas debieron soportar impactos recesivos ehiperinflacionarios. Ante esto, los gobiernos provinciales, lejos deimpulsar estrategias de reforma estatal y de reconversin de las pro-ducciones regionales deficitarias, convirtieron a sus respectivos esta-dos a semejanza del Estado nacional en crisis y disolucin en elsustento de actividades econmicas en quiebra, y, al mismo tiempo,en el casi nico generador de empleo para la fuerza de trabajocrecientemente excedente (Esteso et al., 1994; IDEP, 1992).

    o En los aos noventa, con las medidas de ajuste, apertura externa,desregulacin econmica y privatizacin de empresas pblicas, lossistemas y proyectos de desarrollo regional perdieron proyeccineconmica y viabilidad poltica. Con el vaco de poder econmicodel Estado se produjo la desregulacin de las relaciones econmicasy la cancelacin de los tradicionales mecanismos de transferencia de

    5 Las formaciones de enclave constituyeron en Amrica Latina una forma recurrente ygeneralizada de agilizar el desarrollo productivo y organizar el espacio territorial. Es fcil reco-nocer la amplia referencia emprica que presenta esta organizacin econmica y social en laseconomas latinoamericanas (Zapata, 1985). Las minas, las plantaciones y los complejos indus-triales son algunas de las formas tpicas que fue asumiendo este tipo de formacin. El enclavecomo categora de anlisis debe diferenciarse de la economa de enclave (Cardoso y Faletto,1967) o de economa de exportacin (Levin, 1964; Dos Santos, 1978), las cuales refieren a laestructura econmica de un pas. En este estudio la nocin de enclave constituye algo ms queunidad econmico-productiva, es principalmente un sistema de relaciones sociales asalaria-das espacialmente determinadas.

  • SALVIA: SECTORES QUE GANAN, SOCIEDADES QUE PIERDEN 445

    recursos regional (inversiones, subsidios, etc.). Asimismo, un nuevocontexto de relacin fiscal entre la nacin y las provincias evidencila insuficiencia financiera de los estados provinciales para poder sus-tentar el esquema anterior.

    o Bajo el nuevo esquema aperturista y de reformas institucionales, laseconomas regionales pasaron a enfrentar problemas para los que noestaban preparadas: 1) disolucin de los agentes nacionales regu-ladores; 2) apertura competitiva bajo un tipo de cambio que castigalos costos internos ante los precios del mercado internacional; 3) re-tirada parcial o total del Estado nacional como inversor y subsidiadorde actividades econmicas deficitarias; 4) ajuste fiscal y del gastopblico provincial, con reduccin del gasto social; 5) mayor pre-sin econmica y social provincial y/o local, con recorte de recursoscoparticipables, crisis de la banca y falta de crditos para apoyar lareestructuracin.

    o Este proceso de reestructuracin gener el cierre o la reorganizacinde importantes empresas pblicas y privadas asociadas al viejo mo-delo, y junto con ello un crecimiento acelerado del desempleo y de lasubocupacin, as como una mayor y ms generalizada precarizacinde las relaciones laborales y de las condiciones de vida de las poblacio-nes afectadas. Esta situacin gener nuevas realidades regionalescon fuerte debilitamiento de las organizaciones sindicales locales y co-munitarias, y modificaciones importantes en los balances y en el com-portamiento estratgico de los hogares particulares.

    o En efecto, con anterioridad a los procesos de reconversin, las econo-mas regionales patagnicas eran centros productivos que presentabangran homogeneidad y concentracin de trabajadores asalariados cuali-ficados con pleno derecho a la seguridad social; en estos complejosse haca presente una fuerte unidad y organizacin gremial de granpoder poltico y reivindicativo. Con posterioridad a estos procesos,se observa en estos mismos complejos una mayor y generalizada pre-cariedad laboral, creciente segmentacin de los mercados, fuerte com-petencia laboral entre los trabajadores, desarticulacin de la vida gre-mial y poltica entre otras manifestaciones de fragmentacin social.

    o Una de las consecuencias directa de estos cambios se present en elsurgimiento en espacios regionales de destacados focos de conflictosocial y poltico. Tal es el caso de las reacciones sindicales y comuni-tarias ocurridas, durante los aos noventa, como efecto del cierre deIPASAN en Sierra Grande (Chubut); la reestructuracin y privatizacindel Yacimientos Carbonferos Fiscales (YCF) en Ro Turbio (Santa

  • 446 ESTUDIOS SOCIOLGICOS XIX: 56, 2001

    Cruz); la reestructuracin de Yacimientos Petrolferos Fiscales (YCF)en Comodoro Rivadavia (Chubut), Plaza Huincul y Cutral Co (Neu-quen); y, tambin, como efecto del desmantelamiento del sistema desubsidio a zonas francas o complejos especializados, como es el casodel complejo electrnico de Ushuaia-Ro Grande (Tierra del Fuego),entre otras situaciones crticas de transformacin del modelo tradi-cional de desarrollo.

    o En la mayora de los casos, el resultado de estas reacciones, aunqueexplosivas y violentas, fue limitado y no gener ningn tipo de modi-ficacin de fondo en la poltica nacional. En realidad, el mayor im-pacto de estos movimientos sociales parece haber tenido lugar sobrelo local, expresndose en trminos de negociaciones y de interven-ciones estatales subnacionales, orientadas en general a asistir laemergencia econmica y la transitoria recuperacin del empleo.

    o Ante la debilidad financiera de los estados provinciales y la retiradadel Estado nacional de sus funciones de fomento al desarrollo y laintegracin regional, se evidenci el desinters por parte de los sec-tores privados para remplazar al sector pblico en su papel regula-dor. Los nuevos negocios surgidos de la desregulacin econmicapermiten controlar en forma oligoplica a sectores de actividad ymercados regionales cautivos en un marco de relaciones laboralescada vez ms flexibles. Es por esto que el proceso de reestructura-cin espacial ha pasado a depender de mercados sectoriales contro-lados por centros de decisin e intereses extrarregionales.

    o Es necesario mencionar que slo una parte del ingreso de las provincia-les patagnicas est formado por la coparticipacin federal, mientrasque otra parte est constituida por los aportes privados en concepto deregalas minero-petroleras y pesca. Estos ingresos resultan decisivospara la estabilidad econmica y poltica en un contexto de constanteinversin pblica en obras e infraestructura y crecientes demandassociales. Un escenario econmico provincial sin estos recursos, seratambin un escenario poltico y social diferente. En este contexto, lossistemas sociales regionales debieron enfrentar el desafo de adap-tarse a nuevas condiciones y normas de competencia basadas en unsistema de economa cada vez ms globalizada y flexible.

  • SALVIA: SECTORES QUE GANAN, SOCIEDADES QUE PIERDEN 447

    4. Un territorio econmicamente segmentado

    El extenso y relativamente uniforme territorio de la Patagonia austral lo ha-bitan algo ms de 750 mil personas. A lo largo de la historia de esta regin,los procesos de colonizacin y desarrollo poblacional fueron determinadospor las polticas pblicas y los requerimientos y ciclos productivos de lasactividades econmicas que se desarrollan en su territorio.6

    En este contexto, la historia econmica regional evidencia la conforma-cin de mbitos productivos diferenciados y desconectados en el espacio y anivel econmico-institucional: centros urbanos administrativos; enclaves mi-neros y pesqueros; complejos industriales promovidos; complejos tursticos; ex-plotaciones ovino-ganaderas y forestales extensivas y de reas agrcolas espe-cializadas. La distribucin y composicin de los asentamientos humanos noescap a la configuracin econmico-regional del territorio, al punto que laspocas pero importantes reas urbanas constituyen centros econmicos fuerte-mente desvinculados entre s. Cada uno orientado al centro extrarregional deconcentracin poltica y econmica de referencia. Esta situacin se reprodu-ce en los subsistemas rurales, aunque en estos casos esta figura de embudo seencuentra invariablemente mediada por algn centro urbano o puerto de sa-lida martima.

    Es por esto que el perfil demogrfico y social de la poblacin patagnicase ha ido definiendo y fragmentado al interior de la regin de acuerdo con lascaractersticas, los tiempos de aparicin y el perfil de calificacin de la fuer-za de trabajo requerida por cada actividad dominante. Justamente, el funcio-namiento bajo la forma de enclave especializado e independiente por partede los diferentes sistemas productivos, constituye un factor importante en laconfiguracin de una estructura socio-ocupacional de fuerte segmentacininterna. Al respecto, destaca el hecho de la segmentacin del espacio econ-mico y social como un rasgo caracterstico del modelo de desarrollo regio-nal. En el estmulo y sostenimiento de este estilo de crecimiento participarontanto las estrategias desarrollistas como el actual modelo de explotacin flexi-ble y de mercados abiertos.

    Sin embargo, no puede escapar al anlisis una diferencia histricasustantiva: el modelo desarrollista impuso como condicin de desarrollo la

    6 Sin duda, en la configuracin histrica de este sistema han intervenido tambin facto-res geogrficos; pero, es importante mencionarlo, su estructura y dinmica ha estado determi-nada por las regulaciones impuestas por el Estado y por las caractersticas productivas de lasactividades predominantes, independientemente de los condicionamientos ambientales quepresenta la regin.

  • 448 ESTUDIOS SOCIOLGICOS XIX: 56, 2001

    vigencia de un sistema modelo de proteccin social en favor del asentamien-to y la reproduccin de la fuerza de trabajo afectada a cada proceso sectorial.Por el contrario,

    [...] el modelo aperturista ha disuelto gran parte del sistema pblico encargadode esta tarea, dejando en un mercado oligoplico la regulacin flexible de losrecursos naturales, las condiciones laborales y de vida de los trabajadores y dela poblacin asentada en la regin.

    De esta manera, los subsistemas sociales regionales han entrado en unaetapa incierta en cuanto a sus posibilidades de desarrollo futuro. Este procesoinfluye en la vida econmica de los estados provinciales y en sus recursosnaturales.

    Las economas provinciales patagnicas han estado permanentementesometidas a los ritmos econmicos externos y a las crisis fiscales del Estadonacional, siendo adems insolventes para generar una inversin interna quesignifique una reproduccin ampliada de los excedentes, dada la sistemticaevasin y concentracin de excedentes fuera de la regin. En este contexto, elpapel subsidiador del sector pblico como sustento y activador de los merca-dos internos locales ha sido (por parte del Estado nacional) y contina siendo(por parte de los estados provinciales) decisivo. Es importante destacar quelos procesos de reconversin que se basan en la explotacin flexible de lafuerza de trabajo y en el aprovechamiento irracional de los recursos energ-ticos y naturales, parecen encontrar condiciones favorables de desarrollo enesta regin.

    Para una mejor ubicacin de los procesos econmicos y polticos invo-lucrados, corresponde adelantar aqu un primer anlisis de los cambios reali-zados en los principales subsistemas sectoriales patagnicos.

    Crisis y reestructuracin de la explotacin ovino-ganadera

    La explotacin de recursos naturales est relacionada con el desarrollo econ-mico y poblacional de la regin. La cacera de lobos marinos para la obten-cin de grasa propici la ocupacin costera; luego, desde fines del siglo XIXy por ms de medio siglo, la explotacin ovino-ganadera extensiva se cons-tituy en la actividad dominante y responsable de una efectiva ocupacin delterritorio patagnico. Pero estas economas entraron en crisis debido a laexplotacin irracional de los recursos naturales en manos de los grandes due-os de la Patagonia. A ello se le sum, en el caso de la ganadera ovina, como

  • SALVIA: SECTORES QUE GANAN, SOCIEDADES QUE PIERDEN 449

    factor externo, la agresividad que tuvieron los principales mercadosexportadores de lanas, en un contexto de menor demanda y de cambios tec-nolgicos en el campo de los hilados; y, como principal factor interno, lairresponsable estrategia de retirada que siguieron los terratenientes, cada vezque su prctica de sobrexplotacin dejaba tierras arrasadas, las cuales fueronfraccionadas y vendidas a precios rentables (fundados en una ilusin irrealde productividad).

    Ante esta situacin, fueron los estados provinciales los que asumieron latarea de asistir subsidiariamente, para procurar su sostenimiento, a los pe-queos y medianos productores que compraron estas tierras y que se empo-brecieron a partir de su explotacin (Salvia-MTySS, 1995a y 1995b).

    El estancamiento de la ganadera ovina ha tenido repercusin directa enla composicin y evolucin del sector rural. Al respecto, si bien se advierteque los niveles de produccin no han variado sustantivamente en los ltimoscinco aos, estudios recientes indican que contina disminuyendo la cubier-ta vegetal por el avance del sobre pastoreo y la desertificacin.

    A partir de los aos noventa, las polticas de ajuste, desregulacin yapertura en el nivel nacional, junto con la crisis poltico-financiera en el pro-vincial, propiciaron un punto de inflexin en la actividad. As por lo menoslo revela el estudio acerca del sector (Baetti, Cornaglia y Salvia). Por unaparte, los costos crecientes y la desertificacin han contribuido a la desapari-cin de gran cantidad de pequeos y medianos productores. Este proceso seha traducido en el cierre de establecimientos y en la constante disminucinde empleos rurales. Un proceso que se mantiene con fuerte vigencia en todala zona de meseta (centro y norte de Santa Cruz y sur de Chubut).

    Al mismo tiempo, se ha observado una renovada concentracin de tie-rras frtiles en grandes estancias a cargo de sociedades annimas y capitalesmultinacionales (por ejemplo: Prez Companc, Benetton, etc.). En ellos seregistra, en cambio, un aumento de la produccin y la productividad, aprove-chando la mejor situacin relativa que presentan los pastizales y el sistemaecolgico, as como el incremento de los precios de la lana en los mercadosinternacionales. Este proceso se verifica en los establecimientos ganaderosubicados al sur del ro Santa Cruz (sur de Santa Cruz y Tierra del Fuego).

    Aunado a esto, la actividad ganadera registra una cada constante en elnmero de trabajadores permanentes, as como el incremento relativo detrabajadores temporarios. Al respecto, es necesario mencionar que la varia-cin de la mano de obra empleada en esta actividad est directamente aso-ciada a la cantidad de cabezas de ganado que tiene cada establecimientoagropecuario. En este sentido, es posible inferir algunas variaciones signifi-cativas en la ocupacin en el nivel regional a partir de datos de produccin y

  • 450 ESTUDIOS SOCIOLGICOS XIX: 56, 2001

    stock: a) fuerte disminucin del empleo rural en la meseta central debido a ladisminucin de cabezas por efecto de la desertificacin y la crisis financierade los pequeos productores; b) estancamiento del empleo en la zona australdebido a la mayor retencin de cabezas que motivaron la concentracin detierras y el aumento de los precios de la lana.

    De esta manera, parece tener lugar la consolidacin de una estructurasocio-ocupacional y regional cada vez ms desigual y polarizada, tanto anivel empresario como laboral: expansin de la actividad ganadera y relativaestabilidad ocupacional en la zona sur; y cierre de establecimientos, paupe-rizacin y expulsin de mano de obra en la meseta central. Por una parte, unconjunto de grandes empresas a cargo de las unidades econmicas altamenterentables y dinmicas, as como un pequeo grupo de trabajadores perma-nentes que mantienen ventajas laborales (sueldo fijo, trabajo permanente,seguridad laboral, etc.). Por otro lado, una mayora de pequeos y medianosproductores endeudados que enfrentan dificultades comerciales de todo tipo,as como una masa creciente de trabajadores temporarios o de temporadaque se mueven en el subempleo y el desempleo (sueldo a destajo, trabajotransitorio, inseguridad laboral, etctera).

    El fin de los enclaves mineros estatales: hidrocarburos, hierro y carbn

    Desde mediados del siglo XX, el territorio patagnico austral fue ocupadopor los impulsos de crecimiento, colonizacin y urbanizacin que abra elmodelo desarrollista por medio de la intervencin directa del sector pbliconacional: explotacin de petrleo en el golfo de San Jorge (a cargo de Yaci-mientos Petrolferos Fiscales), de hierro en Sierra Grande (a travs de IPASAN)y de carbn depurado en Ro Turbio (a cargo de Yacimientos CarbonferosFiscales). Todos estos proyectos y reas fueron considerados como sectoresestratgicos para el desarrollo industrial.

    De esta forma, por ms de cuatro dcadas el Estado nacional se encargtanto de la formacin y sostenimiento de estos enclaves mineros de capitalintensivo (incluido la construccin de puertos, carreteras, vas frreas y otrasobras de infraestructura productiva), como del asentamiento estable y la pro-teccin de ncleos urbanos por medio de empresas pblicas a cargo de laproduccin. Los primeros campamentos mineros se convirtieron rpidamen-te en pujantes centros o aglomerados urbanos, cuya infraestructura y los prin-cipales servicios quedaron a cargo de estas empresas (surgieron as ComodoroRivadavia, Caleta Olivia, Pico Truncado y Las Heras, a cargo de YPF; SierraGrande a cargo de IPASAN; y Ro Turbio y 28 de Noviembre a cargo de YPF;

  • SALVIA: SECTORES QUE GANAN, SOCIEDADES QUE PIERDEN 451

    entre otros asentamientos). (Salvia, 1997.) Lo cual implic una transforma-cin del perfil socioeconmico de la regin y un cambio tambin sustantivoen su geografa.

    Pero junto con el auge del Estado benefactor y de estas formaciones deenclave, devino en los aos ochenta la crisis general del modelo industrialsustitutivo. A la falta de financiamiento pblico se le sumaron los altos costosoperativos, la cada de la productividad y la inestabilidad de los mercadosfinancieros y comerciales, ocasionando un agotamiento estructural de las em-presas pblicas, y con ello, tambin, una crisis social en los enclaves produc-tivos a su cargo. A partir de los aos noventa, estos enclaves sufrieron losembates de la reforma del Estado: a) reestructuracin, reduccin de personaly privatizacin en el caso de YPF e YCF, y b) cierre por inviable en el caso deIPASAN-Sierra Grande (ocasionando la dispora de toda una poblacin).

    En el caso de la explotacin de hidrocarburos, este proceso implic latransferencia de un negocio altamente rentable y en expansin en favor dealgunos grupos econmicos. Estudios recientes mencionan este proceso ysu impacto ocupacional a nivel regional (Cicciari, 1996; Romero, et al., 1997;DAmelio, et al., 1997; Olmedo y Salvia, 1997; Cicciari et al., 1998). Alrespecto, es importante mencionar que antes de la privatizacin de YPF, elEstado haba iniciado con un relativo apoyo gremial un proceso de trans-ferencia de servicios, de reduccin de personal (va retiros voluntarios), dedescentralizacin empresaria y de reforma sectorial, sto propici la entregaen concesin de las reas de explotacin, para profundizar el proceso de reor-ganizacin laboral (tanto en YPF S.A. como en las otras petroleras privadas) yemprender nuevas inversiones de mayor productividad.7

    Actualmente, la explotacin de hidrocarburos se concentra en dos reasregionales: la cuenca del golfo San Jorge en la zona norte (sur de Chubut ynorte de Santa Cruz) y la cuenca Austral en la zona sur (sur de Santa Cruzy norte de Tierra del Fuego). La reactivacin petrolera presenta un ritmosignificativo de crecimiento y expansin en ambas zonas. Las operacionesestn bajo exclusiva responsabilidad privada; con una fuerte participacinde YPF S.A. en la zona norte y de Prez Compan en la zona sur. En trminosgenerales se espera que la produccin de ambas zonas contine creciendo.

    7 La reestructuracin de la empresa YPF tuvo un impacto negativo sobre la ocupacin enel sector petrolero. Durante ese proceso, esta empresa pas de una planta de 1 500 agentes en1991 a menos de 350 en 1993. Actualmente, YPF S.A. registra 250 agentes ocupados. En esecontexto, creci la ocupacin en actividades comerciales y de servicios a las empresas y deservicios personales. Asimismo, esta reestructuracin empresaria gener ms de veinte empre-sas cooperativas a cargo de los servicios que antes tena YPF. En el ao 1994 estas empresasocupaban a 500 socios ex agentes de YPF y a 700 personas contratadas.

  • 452 ESTUDIOS SOCIOLGICOS XIX: 56, 2001

    En ambas cuencas funcionan importantes empresas petroleras responsa-bles de la explotacin. En primer lugar, destaca en la regin del golfo de SanJorge la presencia de YPF S.A. (ahora consorcio privado formado por variosgrupos financieros) como principal operador, concentrando casi 50% de la pro-duccin de la cuenca. Las empresas AMOCO Argentina y Bridas SAPIC, a partirde la conformacin de Pan American Energy se han constituido en el segun-do operador de la subregin, con casi 24% de la produccin. Total Austral yTecpetrol participan con porcentajes inferiores a 8, manifestando as unaincidencia relativamente escasa en la estructura productiva regional.8

    La descentralizacin de servicios productivos, sociales e industriales bene-fici a un conjunto de pequeas y medianas empresas especializadas. Sin em-bargo, el perfil de estas asumi formas sociales y organizativas muy diferentessegn la zona de operaciones. En el sur se observan emprendimientos conestructuras gerenciales y empresariales dinmicas y con niveles de producti-vidad en crecimiento. En cambio, en la zona norte estos servicios pasaron amanos de cooperativas con estructuras complejas, costosas y poco eficien-tes, formadas por la transferenia de activos de YPF a ex-agentes que acepta-ron la reestructuracin empresaria, y dependiente ahora de los contratos quepueda otorgarle YPF S.A. en el marco de compromisos polticos y sociales.

    En la actual coyuntura, YPF S.A. y las otras petroleras quieren imponermejores condiciones para la renovacin de los contratos. Al respecto, lostrabajadores cooperativistas manifiestan tener graves dificultades para su efec-tivo cumplimiento. Es por esto que las petroleras exigen, tanto a cooperati-vas como al resto de los operadores, rebajas sustantivas en los precios ascomo la renovacin de equipos y mayor seguridad industrial. Por su parte,los contratistas presentan problemas reales de liquidez y poca flexibilidadpara su reconversin en verdaderas estructuras empresariales, con grandesvalencias de gerenciamiento y dificultades para adaptarse a los niveles de pro-ductividad exigidos. La mayor presin con respecto a los costos de produc-cin que experimentan las empresas de servicios se ve reflejado en sus rela-ciones laborales. Al respecto, es importante agregar que son estas empresaslas principales responsables del empleo en el sector.

    En trminos sociales debe considerarse que el incremento que vieneregistrando la produccin de hidrocarburos en toda la regin no parece ha-

    8 El resto de las empresas tienen a su cargo la explotacin de reas pequeas, de localiza-cin espacial aislada y de escasa produccin, tales como CAPSA-CAPEX en Diadema, Astra enManantiales Behr, Vintage Oil en Piedra Clavada, entre otras. Por otra parte, las empresasprestadoras de servicios petroleros de mayor envergadura y presencia en la cuenca del golfoSan Jorge son Halliburton Arg. S.A., Western Atlas, Schlumberger S.A., Ro Colorado-Servoil,Pride International, BJ Services, San Antonio, entre otras.

  • SALVIA: SECTORES QUE GANAN, SOCIEDADES QUE PIERDEN 453

    ber originando un incremento proporcional en la generacin de empleo ymejoras en las condiciones de vida, sino un aumento de la explotacin de lamano de obra y de la precarizacin de los ingresos y del trabajo. Al respecto,el INDEC, por medio de la Encuesta Permanente de Hogares, y los estudiosaqu citados (Salvia y Panaia, 1997), dan cuenta que cualquiera sea el caso,ms de 25% de la poblacin econmicamente activa en Comodoro Rivadavia,Caleta Olivia y Las Heras presenta problemas de empleo (slo considerandodesocupacin y subocupacin horaria). Mientras tanto, con un importante ycreciente aporte regional, las exportaciones de petrleo crudo y combusti-bles a nivel nacional han pasado a constituir el principal tem de las exporta-ciones del pas, superando incluso, los rubros tradicionales de stas.

    En el caso de la explotacin de carbn, el cierre de YCF y la concesin a lanueva empresa Yacimientos Carbonferos Ro Turbio, S.A. (YCRT, S.A.) se hizoen favor de un grupo econmico privado de menor peso, el cual recibi ga-rantas comerciales y una ganancia asegurada mediante el otorgamiento deun subsidio estatal por diez aos. Aqu tambin, el Estado nacional se encargantes de la privatizacin de la explotacin de su reestructuracin por me-dio de la reduccin del personal (va retiros voluntarios) y de la transferen-cia a la provincia y agentes privados de los servicios sociales y comunitariosantes a cargo de la empresa pblica (Salvia, 1995; Salvia y Munoz, 1997).

    Entre los aos 1991 y 1993, los procesos de transformacin de la em-presa provocaron una cada general del empleo, lo cual gener a su vez unaimportante emigracin poblacional o el desarrollo de actividades econmi-cas de riesgosa rentabilidad y muy baja productividad. Se estima que en esteperodo la planta de personal de la empresa estatal disminuy en ms de45%. Por lo mismo, el comercio y los servicios tradicionales se vieron tam-bin afectados por la cada neta de la demanda y una fuerte competenciaintra y extrarregional. La administracin pblica municipal se convirti enun importante sector de refugio ocupacional para desempleados y jvenesen bsqueda de su primer trabajo. Asimismo, la situacin tambin gener unimportante crecimiento de actividades comerciales y de servicios informa-les, basadas en el autoempleo y la ayuda familiar no remunerada. Pero apesar de estas estrategias de precarizacin, la tasa de desocupacin regionalalcanz entre los aos 1993 y 1994, 16.3% de la poblacin econmicamenteactiva (Salvia, 1995; Salvia y Muoz, 1997).

    Afectada la estructura social y debilitado el poder sindical, la empresaprivada a cargo de la concesin pudo iniciar un proceso de descentralizacinde actividades secundarias y realizar cambios sustantivos en la organizacindel trabajo. A partir de esto, la explotacin comenz a registrar aumentossignificativos de productividad y rentabilidad, junto con la cada sistemtica

  • 454 ESTUDIOS SOCIOLGICOS XIX: 56, 2001

    del empleo y de las remuneraciones, y al incremento de los accidentes labo-rales en un contexto de creciente flexibilidad laboral e incumplimiento delconvenio colectivo (Fete y Aranciaga, 1998).

    Durante los aos de 1994 a 1997 tuvieron lugar nuevas reducciones detrabajadores del sector minero, como resultado de la suspensin de personalcontratado. En la actualidad se mantiene una planta de personal de 1 000trabajadores. Por otra parte, numerosos pequeos emprendimientos comer-ciales y de servicios debieron cerrar sus actividades por falta de crdito y demercado. Asimismo, el sector comercial tradicional continu afectado por lafalta de una reactivacin ocupacional-salarial tendiente a frenar el deterioroconstante que registra la demanda local. La situacin en su conjunto motiv envarias oportunidades el emplazamiento de huelgas, tomas de las minas y movi-lizaciones comunitarias.

    La situacin en Sierra Grande result todava ms agresiva y pattica. Apesar de la movilizacin obrero-comunitaria, el cierre de la empresa implic elfin de un centro urbano y la emigracin de la casi totalidad de su poblacin.

    En cualquier caso, los procesos aqu analizados llevaron a un incremen-to de la actividad productiva, la inversin y los negocios privados, junto a unaumento de la desocupacin, la precarizacin de las relaciones asalariadas,la terciarizacin informal y la pobreza en los centros urbanos afectados.

    Agotamiento del desarrollo industrial protegido

    A partir de los aos setenta, la regin fue tambin rea de asentamiento deimportantes complejos industriales: electrnico (Ushuaia-Ro Grande); tex-til (Trelew); as como frigorfico, qumico y metalrgico (Puerto Madryn), loscuales se formaron y crecieron al amparo de un conjunto de medidas promo-cionales y programas de desarrollo a cargo del Estado nacional (Lindenboim,1987).

    A partir de la crisis del modelo sustitutivo y de las transformacionespolticas y econmicas recientes (durante la dcada de los aos noventa), labase institucional de estos proyectos industriales parece haber entrado en unafase de agotamiento. Los sistemas de promocin industrial (Puerto Madryn,Trelew y Ushuaia-Ro Grande), estructurados durante la ltima fase del mo-delo sustitutivo, estn siendo desmontados y dichas actividades se encuentranvulnerables ante la actual poltica fiscal, cambiaria y de apertura externa.

    Los primeros en sufrir estos cambios fueron el complejo textil de Trelewy los complejos qumico y frigorfico-pesquero de Puerto Madryn. En lostres casos, la reforma fiscal y la apertura comercial propiciaron el cierre de

  • SALVIA: SECTORES QUE GANAN, SOCIEDADES QUE PIERDEN 455

    establecimientos y la reconversin de actividades. En ambos casos, buenaparte de la desocupacin generada fue absorbida por el empleo pblico pro-vincial, y por la expansin que experimentaron el complejo metalrgico deAluar (aluminio), el turismo y los servicios vinculados en Puerto Madryn.Como resultado de estos procesos destaca el crecimiento de la desocupacin yla subocupacin. Al respecto, segn datos inditos del INDEC, una aplicacinpiloto en octubre del ao 1994 de la Encuesta Permanente de Hogares, enTrelew y Puerto Madryn, mostr los siguientes resultados: una desocupa-cin de 14.2 y 12.2% y una subocupacin horaria de 11.8 y 9.9%, respectiva-mente. La situacin parece ser menos grave en Puerto Madryn que en Trelew(en donde se sum la crisis agropecuaria y la falta de otras inversiones dedesarrollo) (Silvestrini et al., 1995).

    El caso del complejo electrnico y las actividades textiles de Tierra deFuego presentaron ribetes algo diferentes. Si bien todava se mantiene ladesgravacin fiscal (zona franca), sta ha dejado de ser suficiente incenti-vo ante la cada general de los aranceles aduaneros en el mercado internoy el tipo de cambio impuesto por la convertibilidad para la mayora de lasempresas maquiladoras instaladas en la isla. La situacin ha generado el cierrede establecimientos con el consecuente despido de personal. Tambin aquel estado provincial ha intervenido, compensando la crisis con un aumento delempleo pblico y promoviendo el desarrollo de nuevos servicios y actividades.Sin embargo, la economa de la isla no resiste la presin de esta reestructura-cin. El turismo, la pesca, la explotacin forestal e, incluso, la explotacinde hidrocarburos no constituyen actividades que cubran la desocupacin cre-ciente que afecta a la poblacin como efecto de la crisis industrial (vaseSchinelli y Vacca).

    La situacin actual es de franco deterioro econmico y social, lo cual hallevado al crecimiento de la desocupacin abierta y de las migraciones retor-no, a la formacin de un sector informal refugio, etc., en un contexto toda-va dominado por las ocupaciones formales asalariadas.

    Cambios y paradojas en la sobrexplotacin de recursos ictcolas

    Ms recientemente se observa en la regin un especial crecimiento de nue-vas actividades de explotacin de recursos naturales, con mayor protagonismopor parte del sector privado: la pesca de altura con plantas frigorficas y demantenimiento portuario en Puerto Deseado, Puerto San Julin, Ushuaia yPuerto Madryn, la mineria aurfera en San Julin y la explotacin forestal enTierra del Fuego.

  • 456 ESTUDIOS SOCIOLGICOS XIX: 56, 2001

    La actividad pesquera tuvo en la regin un crecimiento vertiginoso ymuy prspero a partir de los aos ochenta, en el marco de un conjunto demedidas de promocin fiscal. Entre los aos de 1988 y 1997 se registraronrcord de captura y exportaciones ictcolas. Sin embargo, durante este mis-mo periodo las plantas frigorficas asentadas en tierra disminuyeron en acti-vidad y ocupacin. En tal sentido, la actividad registra un paulatino cierre deinstalaciones en tierra y una mayor concentracin de las empresas como re-sultado del importante desarrollo de los buques factora y los elevados cos-tos de produccin (Salvia-MTySS, 1995a, 1995b).

    En efecto, en el ao 1990 existan 17 empresas pesqueras instaladas ycon algn funcionamiento en el territorio; en el ao 1997, este nmero seredujo a 11 empresas. Asimismo, luego de un impulso inicial a nivel de laactividad frigorfica (9 frigorficos para el fileteado y envasado), esta activi-dad se ha visto sensiblemente reducida a 5 plantas. En igual sentido, el rendi-miento de captura se encuentra estable, aunque tiende a disminuir a largoplazo. De esta manera, la situacin de crisis se evidencia en el nivel de laindustria frigorfica de pescado. Actualmente, las labores de limpieza, fileteadoy congelado tienden a realizarse en buques factoras (con personal forneo ya menor costo laboral). Esto ha generado que las instalaciones de superficiesean tan slo plataformas administrativas (para tener derecho a los subsidiosfiscales) y depsitos de captura antes de su exportacin. En trminos de em-pleo, este proceso ha significado la prdida de ms de 300 puestos de trabajoen los ltimos tres aos.

    El pronstico hace prever mayor recesin o estancamiento laboral alre-dedor de las pesqueras, servicios portuarios y plantas frigorficas. Sin em-bargo, es de esperarse que los valores monetarios de captura y exportacinse mantengan estables o, incluso, sean superiores a los niveles actuales. Porlo dems, los organismos a cargo y especialistas en el tema identifican unaconsiderable disminucin de existencias como efecto de prcticas de sobrex-plotacin y explotacin no regulada de los recursos ictcolas.

    Por otra parte, es importante destacar que la demanda laboral no siem-pre beneficia a los residentes regionales. De hecho, si bien la explotacinpesquera en la regin genera actualmente ms de 2 500 puestos directos eindirectos de trabajo, slo cerca de 900 estn constituidos por trabajadorescon residencia permanente en los puertos pesqueros, la mayora de ellos sontrabajadores estacionales. En este sentido, la doble situacin de estacionalidade inestabilidad laboral permite la generalizacin de prcticas de precarizacinde las relaciones laborales. La insuficiente preocupacin oficial y sindicalacerca de estas relaciones hace de ellas un mbito completamente falto degarantas y proteccin laboral.

  • SALVIA: SECTORES QUE GANAN, SOCIEDADES QUE PIERDEN 457

    La complejidad de la explotacin pesquera permite reconocer la exis-tencia de al menos tres procesos diferenciados que se ven afectados en formadistinta por los cambios que experimenta el sector:

    a) Pesca propiamente dicha, por medio de buques que ocupan en sumayora personal forneo, aunque se los contrate en puertos patagnicos(de baja calificacin, alta movilidad ocupacional, con oficio en la acti-vidad). Es mnima la contratacin de trabajadores locales. Actualmenteesta actividad sigue en expansin mediante el incremento de buquesfactoria.

    b) Instalaciones administrativas y depsitos de congelados y plan-tas frigorficas en superficie, pertenecientes a las pesqueras, y de bajonivel de ocupacin de mano de obra (mayoritariamente local y preferen-temente mujeres jvenes de baja calificacin). Esta fase es la que ac-tualmente est ms afectada.

    c) Estibadores y servicios portuarios, lo cual genera una fuerte de-manda de trabajo temporal de baja calificacin; o, por el contrario, eldesarrollo de algunos servicios altamente especializados. Se espera unaumento de estas actividades en funcin de nuevos desarrollos portua-rios y comerciales (mantenimiento y reparacin de buques, importacincomercial, etc.).

    Pero adems de este patrn de heterogeneidad socio-laboral se observaactualmente en el sector un problema estructural grave: el agotamiento delrecurso ictcola por sobrexplotacin legal e ilegal de grandes flotas de barcosfactoras al sur del mar argentino. Al respecto, cabe destacar que la estrategiaestatal de desregulacin de la explotacin resulta, una vez ms, en relacininversa con las posibilidades de empleo y desarrollo econmico a partir de laformacin de un sector pesquero local.

    Segmentacin regresiva de la demanda y las condiciones de trabajo

    En este contexto de transformaciones productivas se advierte una dinmicamediante la cual en cada subsistema regional se profundiza la demandasegmentada de componentes socio-ocupacionales y se imponen nuevas re-glas de organizacin productiva y socio-laboral.

    Aparece as una estructura ocupacional de contrastes marcados: los em-pleos formales y de altos ingresos para componentes calificados y profesio-nales, contrastan con trabajos para sectores asalariados de bajos ingresos y

  • 458 ESTUDIOS SOCIOLGICOS XIX: 56, 2001

    con alta precariedad laboral. Sin duda, no es esta una situacin nueva, perodestaca en los aos noventa la magnitud y rapidez del proceso que ha llevadoa la ampliacin de las condiciones precarias a sectores sociales y actividadeshasta ahora no precarias y formales.

    En efecto, el conjunto de las condiciones polticas, econmicas y socio-ocupacionales mencionadas dejan como resultado un mercado de trabajoregional ms segmentado, precario y desprotegido:

    o Por un lado, en el mbito urbano disminuye el empleo formal, a la vezque se ampla la demanda laboral segmentada por nivel de calificaciny perfil educativo y cultural. Las actividades formales (comercio, ser-vicio e industria) expulsan trabajadores, a la vez que concentran tra-bajadores de media o alta calificacin, de origen nacional y nivel deinstruccin medio o superior.

    o La minera y la construccin concentra perfiles ocupacionales, socia-les y de nacionalidad especficos, en una gama variable de califica-ciones, pero con relaciones laborales cada vez ms precarias. Loscontratos de tipo permanente han desaparecido dejando su lugar acontratos temporarios o relaciones en negro. En trabajos urbanos ines-tables e insalubres destaca la presencia de trabajadores de baja cali-ficacin (trabajadores para la construccin, obreros generales de laindustria frigorfica o servicios varios). En ambos casos se advierteun aumento de la inestabilidad y la rotacin laboral intrasectorial.

    o En las reas rurales tiende a generalizarse una estructura social deltrabajo dividida en tres segmentos: empleos permanentes, transitoriosy de temporada. La demanda de trabajadores permanentes ocurre enun mercado de trabajo poco dinmico, baja rotacin y calificacinvariable. En cambio, el mercado de empleos transitorios se ha vueltoms dinmico aunque precario, de alta rotacin y baja califica-cin. Los trabajadores de temporada presentan origen migratoriovariable y un perfil socio-laboral heterogneo dependiendo del ofi-cio o calificacin.

    o Estos procesos llevan a la permanente generacin de fuerza de traba-jo excedente que se constituye en un efectivo ejrcito de reserva.Se trata de trabajadores altamente precarizados que cubren deman-das transitorias y los puestos menos calificados, ms insalubres, demayor riesgo, durante los periodos de pico econmico en las princi-pales actividades productivas. Estos trabajadores se ven obligados arealizar permanentes movimientos espaciales, alternando sectores(minera, ganadera, construccin y servicios) y lugares de destino

  • SALVIA: SECTORES QUE GANAN, SOCIEDADES QUE PIERDEN 459

    (subsistemas regionales norte-sur, zonas urbanas o rurales, retorno,mercados extraprovinciales).

    o Bajo este sistema de organizacin socio-ocupacional, los trabajadoresmigrantes de regiones rurales o urbanos de baja calificacin parecensignados a ocupar los niveles bajos de la escala social. El efecto funcio-nal de estos procesos resulta comprensible: externalidad creciente delos costos laborales, homogeneizacin regresiva de las condicionesde trabajo e incremento neto y relativo de los beneficios empresaria-les, en especial en las actividades de organizacin oligoplica.

    o De esta manera, las caractersticas que presenta la estructura produc-tiva funcionan de manera simultnea en las diferentes actividades ysobre los distintos subsistemas regionales generando movimientosespaciales y ocupacionales funcionales al sistema econmico. El con-junto de las actividades econmicas logran funcionar con excedentespermanentes de fuerza de trabajo, lo cual no slo lleva a bajar loscostos laborales, sino tambin a reproducir fuertes desequilibrios enla estructura social (precariedad laboral, salarial y social), en la es-tructura demogrfica (bajo o precario asentamiento permanente de lapoblacin) y en el sistema de distribucin de oportunidades de inte-gracin social (integracin y movilidad social, participacin polti-ca-barrial-gremial e integracin cultural).

    Procesos regionales y sociales en auxilio de las reformas neoliberales

    La apertura econmica y el proceso de reforma del Estado y de la economanacional impusieron a las actividades productivas regionales una etapa detransicin y relativa incertidumbre sobre el tipo de desarrollo futuro. En esecontexto, la reconversin productiva fundada en la explotacin flexible de lafuerza de trabajo y en el aprovechamiento intensivo de recursos energticosy naturales, parece encontrar condiciones muy favorables de aplicacin enesta regin. Todo lo cual ha impuesto como se ha estudiado consecuen-cias laborales y sociales altamente regresivas.

    Sin embargo, es importante interrogarse acerca de cules fueron los pro-cesos sociales tendientes a neutralizar tales efectos negativos y que sirvieronpara desviar el conflicto poltico latente. Cul ha sido el papel y poder denegociacin de los actores locales. Los resultados empricos de las investi-gaciones realizadas son concluyentes al respecto:

  • 460 ESTUDIOS SOCIOLGICOS XIX: 56, 2001

    o La inversin productiva de los fondos por despido o de retiro volun-tario sirvi, por lo menos en un primer momento, como estrategiaofensiva de los sectores afectados con el objeto de crear un nuevoactor econmico y desarrollar nuevas actividades empresariales. Sinduda, un efecto directo fue la descompresin de los conflictos inicia-les, y la inmediata vigencia de un mbito de relaciones competitivasen las que dominaba la solidaridad de clase o reglas de reciprocidad.Es por esto que, la crisis de gran parte de estos emprendimientosestuvo lejos de contar con un actor integrado en forma asociativa ycon capacidad poltica de presin.

    o La prdida del empleo por parte de un gran nmero de trabajadores asa-lariados (fundamentalmente varones, adultos, jefes de hogar), as comoel recorte de los salarios reales, lo cual tuvo en cualquier casoimpacto regresivo directo sobre los ingresos y balances familiares,condujo a la incorporacin explosiva al mercado laboral de un nmeroimportante de mujeres adultas y jvenes de ambos sexos. Este com-portamiento defensivo parece haber sido el motivo fundamental delcrecimiento que experimentaron las actividades informales y el auto-empleo refugio. En muchos casos, pasado un tiempo y agotado elfondo de retiro, la estrategia migratoria (emigracin familiar de re-torno y movimientos laborales temporales, sobre todo de jefes dehogar) pas a convertirse en un mecanismo defensivo dominante.

    o Las instituciones histricamente encargadas de defender y dar respues-tas a los reclamos laborales y colectivos (sindicatos, juntas vecinales,asociaciones civiles, etc.), con amplio consenso comunitario paraoponerse a las medidas de privatizacin y reestructuracin, no tuvie-ron capacidad de incidencia en la poltica nacional para contrarrestarel rpido avance de las medidas de desestructuracin propiciadas porinstancias empresariales y gubernamentales. El agotamiento y fracasode estas protestas polticas llevaron al paradjico efecto de desplazarla negociacin social al terreno de las instituciones ciudadanas loca-les y provinciales, en contra del protagonismo y la legitimidad de lasorganizaciones sindicales y sociales.

    o Estas transformaciones posibilitaron la formacin en el nivel local deun importante ejrcito de reserva y una generalizada precarizacin(flexibilizacin) de las relaciones laborales, independientemente detipo de insercin sectorial. La regla social del pleno empleo fueremplazada por la norma del desaliento forzoso, el subempleo y lainformalidad. Lo cual permiti implementar una mayor disciplina ycrear las condiciones institucionales y de mercado necesarias para

  • SALVIA: SECTORES QUE GANAN, SOCIEDADES QUE PIERDEN 461

    imponer una generalizada explotacin absoluta de la fuerza de traba-jo (reduccin de ingresos y salarios, expropiacin de derechos labo-rales y sociales, etc.), en favor de la dinmica de acumulacin delcapital de sectores oligoplicos.

    o Los nuevos emprendimientos econmicos estuvieron acompaados porrequerimientos sectoriales que llevaban a emprender obras de infra-estructura y a fomentar el desarrollo de actividades comerciales, ad-ministrativas y de servicios urbanos. En todos los casos, este procesoha tenido y tiene como protagonista principal al sector pblico pro-vincial, en torno al cual se constituy una sociedad local ms depen-diente del gasto pblico. Pero tambin, economas provinciales cadavez ms dependientes de la dinmica de acumulacin y de los movi-mientos de capital. De esta manera, es necesario mencionar que lascrisis econmicas regionales fueron directamente amortiguadas porla intervencin del sector pblico provincial y municipal, el cual sevio especialmente exigido a absorber la fuerza de trabajo excedente.

    Enseanzas de la globalizacin regional

    La desregulacin de los mercados, la privatizacin de enclaves estatales y lareconversin productiva, entre otras medidas llamadas modernizadoras, hangenerado en los pases de desarrollo perifrico un proceso generalizado de des-estructuracin de los tradicionales polos de desarrollo; as como de los me-canismos institucionales que garantizaban una relativa integracin y formasde compensacin entre las distintas regiones. En efecto, en las economasperifricas, los sistemas regionales locales especializados (distritos industria-les, mineros y administrativos), afectados por la apertura externa, enfrentantanto la crisis como el creciente deterioro de los mecanismos de vinculacininterregional y la ausencia de un sistema de regulacin y gestin de las nue-vas formas de competencia.

    Estos procesos no son el resultado de la intervencin natural del mer-cado, ni slo el efecto general de la acumulacin capitalista o de las oportu-nidades de desarrollo oligoplico que abren las medidas de poltica econ-mica. Sin desconocer estos factores, la dimensin local aparece como elespacio posible de construccin social de estrategias, resistencias, conflic-tos y luchas polticas que median y buscan intervenir hasta ahora con es-caso xito en el desarrollo de tales transformaciones.

    Segn la literatura regulacionista especializada (Lipietz y Leborgne, 1990;Benko y Lipietz, 1994, 1995; Gillly y Pecqueur, 1995; Saillard, 1995) el

  • 462 ESTUDIOS SOCIOLGICOS XIX: 56, 2001

    predominio de la acumulacin flexible impone nuevas y heterogneas exi-gencias formativas, condiciones de acceso y regulacin de las relaciones la-borales, a la vez que generan una nueva distribucin territorial de los centrosde decisin y produccin econmica y, consecuentemente, de las oportuni-dades relativas de desarrollo.

    Una caracterstica importante del impacto del nuevo rgimen de acumu-lacin sobre el territorio patagnico es que

    Los distintos enclaves reaccionan en forma diferencial al impacto de las trans-formaciones globales, segn el estado de las estructuras sociales heredadas, lainiciativa de las empresas locales frente a los intereses de los grandes gruposmonoplicos, el papel y la poltica de los poderes pblicos locales y, slo enforma marginal, la resistencia y capacidad de los trabajadores y otras instanciassociales de participacin democrtica ciudadana.

    En este sentido, y con el fin de avanzar en el conocimiento del nuevomodo de organizacin de lo regional en los aos noventa, se proponen aqutres claves terico-metodolgicas fundamentales:

    1) En primer lugar, es necesario considerar que los sistemas locales re-gionales estn siendo estructurados por una multiplicidad contradictoriade factores; tanto desde instituciones y poderes locales, como desde ac-tores y condiciones extrarregionales, poco flexibles estos ltimos alas demandas sociales locales. Sin embargo, parece evidente que en elcaso de los espacios territoriales afectados por procesos de reestructura-cin y donde las instituciones estatales y sociales favorables al desarro-llo han sido desmontadas, este conflicto no logra realizarse debido a ladebilidad estructural de los actores y las regulaciones locales ante elpoder que ejercen los intereses externos.

    2) Por otra parte, en el actual contexto de globalizacin, las condi-ciones de viabilidad para el desarrollo econmico de una regin no cen-tral se relaciona cada vez ms con el tipo de vnculo que establece elmbito local con los centros de decisin poltica y econmica; lo cualslo en este campo se ponen en primer plano los comportamientos par-ticulares de los actores y organismos locales. Sin embargo, estos meca-nismos constituyen tal como se vio en los casos empricos analiza-dos modalidades no institucionalizadas que pueden llegar a favoreceruna mayor concentracin econmica y centralizacin del poder pol-tico; sto posibilita a una profundizacin de las desigualdades intra einterregionales.

  • SALVIA: SECTORES QUE GANAN, SOCIEDADES QUE PIERDEN 463

    3) El proceso de referencia remite a una nueva forma histrica dedesarrollo dual. Este estilo de desarrollo est acompaado de un pro-ceso de marcada heterogeneidad de las relaciones sociales y tcnicas deproduccin, tanto a nivel interrregional como al interior de los sectoresy subregiones con mayor grado de desarrollo relativo. Una tendenciaque, por una parte, intensifica el retraso productivo y la pobreza estruc-tural de las economas tradicionales; a la vez que arrastra a nuevas for-mas de pobreza y de exclusin a sectores formales de las economas msdinmicas, disolviendo de esta manera el clsico perfil homogneo queimpriman a la estructura social el Estado, las clases medias y los secto-res obreros cualificados sindicalizados.

    Tal como se ha estudiado en este trabajo, la globalizacin y la reconver-sin productiva no impulsaron, por lo menos, en el caso de las economas deenclave del sistema patagnico, la modernizacin industrial, el desarrolloautosostenido de economas y poderes locales as como la integracin socialy regional. Por el contrario, las transformaciones de los ltimos aos hanconsolidado nuevas formas de desestructuracin y de sobrexplotacin de losrecursos naturales no renovables, a la vez que contina creciendo la preca-riedad laboral y la inequidad social.

    En la actualidad, en esta regin austral, la iniciativa ante los procesos decrisis y redefinicin del desarrollo local no est en poder de los ciudadanos,ni tampoco los trabajadores y emprendedores regionales. En realidad, la ini-ciativa, al igual que las regalas y los beneficios especiales, est en poder dealgunos grupos econmicos extraregionales. De esta manera, por lo pronto,sigue dependiendo de ellos la ausencia de un futuro real y posible para estazona austral.

    Recibido y revisado: junio de 2000.

    Instituto de Investigaciones Gino Germani/Facultad de Ciencias Sociales/Uriburu 950-6to. Piso, oficina 21/Ciudad de Buenos Aires (1114)/Argentina/E-mail: [email protected]

    Bibliografa

    Azpiazu, D., E. Basualdo y M. Khavisse (1986), El nuevo poder econmico. En laArgentina de los aos ochenta, Buenos Aires, Legasa.

    Baetti, C., Cornaglia, A. y Salvia, A. (1997), Balance y perspectiva de los cambiosocurridos en el mercado laboral rural en el extremo sur de la Argentina, Semi-

  • 464 ESTUDIOS SOCIOLGICOS XIX: 56, 2001

    nario Mercosur: Empleo rural en tiempos de flexibilidad, 1 y 2 de diciembre,Buenos Aires.

    Beccaria, L. y A. Quintar (1995), Reconversin productiva y mercado de trabajo.Reflexiones a partir de la experiencia de Somisa, Desarrollo Econmico, vol.35, nm. 139, octubre-diciembre.

    Benko G. (1995), De la rgulation des espaces aux espaces de rgulation, en R.Boyer y Saillard, Y., Thorie de la rgulation. Ltat des savoirs, Pars, EditionsLa Dcouverte.

    (1994), Las regiones que ganan, Valencia, Ediciones Alfonso El Magnnimo.Carrera, I. N., J. Podesta y M. C. Cotarelo (1994), Argentina: cinco estructuras eco-

    nmico sociales concretas y dos territorios, 2 Congreso Nacional de Estudiosdel Trabajo, ASET, trabajo nm. 76, agosto.

    CEPAL (1986), La promocin industrial en Argentina: 1973-1983, Documento deTrabajo, nm. 19.

    Cardoso, F. y E. Faleto (1967), Dependencia y desarrollo en Amrica Latina, Mxi-co, Siglo XXI.

    Cicciari, M. R. (1996), Caractersticas de la Dinmica Econmica de la CuencaGolfo San Jorge en los aos noventa, Caleta Olivia, UNPA/UACO (mimeo).

    DAmelio, M. E., M. Galareto y M. Prado (1996), El lado oscuro de la reestructura-cin: Empleo, desempleo y precariedad laboral en Caleta Olivia, 1993-1995,Ponencia Congreso de ASET, Buenos Aires, agosto.

    Esteso, R., H. Capraro, R. Bentez y S. Tocino (1994), Impacto de la crisis sobre laespecializacin productiva regional, Buenos Aires, Fundacin Friedrich Ebert,IIPAS-IICE.

    Feletti, R. y C. Lozano (1992), Las crisis provinciales. Evaluacin del reciente acuerdonacin-provincias, Cuadernos IDEP, Buenos Aires, IDET-ATE.

    Fete, E. y A. Aranciaga (1998), El escenario de post-privatizacin en la CuencaCarbonfera, Ro Turbio (mimeo).

    Gilly, J. P. y B. Pecqueur (1995), La dimensin local de la regulacin, en R. Boyery Saillard, Y., Thorie de la rgulation. Ltat des savoirs, Pars, Editions LaDcouverte.

    IDEP-ATE (1992), El plan Brady. Informe de Coyuntura, Buenos Aires, Instituto deEstudios sobre Estado y Participacin.

    Laurelli E. y Rofman A. (comp.) (1989), Descentralizacin del Estado. Requeri-mientos y polticas en la crisis, Buenos Aires, CEUR.

    Levin, Y. V. (1964), Las economas de exportacin, Mxico, Uthea.Lindenboim, J. (1987), Desarrollo regional y leyes promocionales, en Informes de

    investigaciones del CEUR, nm. 5. (1982), Funciones econmicas y empleo en los centros urbanos de la Argen-

    tina, Cuadernos del CEUR, nm. 6.Lipietz, A. y D. Leborgne (1990), Nuevas tecnologas, nuevas formas de regula-

    cin. Algunas consecuencias espaciales, en Revolucin tecnolgica y reestruc-turacin productiva: impactos y desafos territoriales, Buenos Aires, ILPES/ONUIEU/PUC/Grupo Editor Latinoamericano.

  • SALVIA: SECTORES QUE GANAN, SOCIEDADES QUE PIERDEN 465

    Mndez Gutirrez del Valle, Ricardo (1995), Hacia una nueva divisin espacial deltrabajo en Espaa, Estudios del Trabajo nm. 10, segundo semestre.

    Muoz, Christian. y A. Salvia (1991), Anlisis histrico y econmico de la evolu-cin de una empresa pblica de combustibles: Yacimientos Carbonferos Fisca-les, Cuadenos IDEP, IDEP-ATE.

    MTSS (1991), Caractersticas y evolucin del mercado de trabajo en la provincia deSanta Cruz, Sistema de Informacin Permanente de los Mercados de TrabajoProvinciales del Ministerio de Trabajo. Documento de trabajo de OIT-MTySS.

    (1989), Caractersticas y evolucin del mercado de trabajo en la provinciade Chubut, Sistema de Informacin Permanente de los Mercados de TrabajoProvinciales, Buenos Aires, documento de trabajo publicado por OIT-MTySS.

    Olmedo, C. y A. Salvia (1996), Expansin de la actividad econmica y crisis delempleo en el Complejo Petrolero Austral. El caso de Pico Truncado 1994-1995,Ponencia Congreso de ASET, Buenos Aires, agosto.

    Prez Barrero, M. D. (1993), Tendencias recientes del desarrollo regional argenti-no, Ciclo, nm. 5.

    Rofman, A. (1998), Economas regionales extrapampeanas y exclusin social en elmarco del ajuste, Buenos Aires, Reunin SIMEL (mimeo).

    (1974), Desigualdades regionales y concentracin econmica; el caso ar-gentino, Buenos Aires, Siap-Planteos.

    Saillard, Y. (1995), Globalizacin, localizacin y especializacin sectorial Qusucede con las regulaciones nacionales?, en R. Boyer y Saillard, Y., Thorie dela rgulation. Ltat des savoirs, Pars, Editions La Dcouverte.

    Salvia, A. y M. Panaia (comp.) (1997), La Patagonia privatizada, Buenos Aires,Edicin del rea de Investigaciones sobre el Trabajo y el Empleo (PAITE), Uni-versidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA).

    Salvia, A. (1997), Crisis y reestructuracin de complejos mineros, en A. Salvia yM. Panaia (autores-compiladores), La Patagonia privatizada, Buenos Aires,Edicin del rea de Investigaciones sobre el Trabajo y el Empleo (PAITE) y laUniversidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA).

    (1995), Retiros voluntarios en una empresa pblica minera (Una decisinajustada a condiciones sociales de existencia) estudio de caso YCF- Ro Turbio,Informe de Becarios, nm. 3, PIETTE-CONICET, enero.

    (1995a) (autor-compilador), Restructuracin productiva y su impacto sobreel empleo en PYMES, microempresas y cooperativas en mercados urbanos pro-vinciales, Serie: Informes de Mercado de Trabajo Regionales, MTySS, mayo.

    (1995b) (autor-compilador), Empleo, ocupacin y mercados de trabajo re-gionales en la provincia de Santa Cruz, Serie: Informes de Mercado de Traba-jo Regionales, MTySS, agosto.

    y Oliva, M. (1991), Estructura econmico-social y evolucin del mercadode trabajo en la Provincia de Santa Cruz. Crisis y reestructuracin provincialbajo las polticas de ajuste, Buenos Aires, Instituto de Estudios sobre Estado yParticipacin.

  • 466 ESTUDIOS SOCIOLGICOS XIX: 56, 2001

    Silvestrini, Lidia R. (coord.) (1995), Provincia del Chubut. Informe diagnstico so-bre el mercado de trabajo en la provincia, Trelew, Universidad Nacional de laPatagonia San Juan Bosco y Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (mimeo).

    Zapata, Francisco (1985), Enclaves y polos de desarrollo en Mxico, Documentosde Trabajo, El Colegio de Mxico, CES, 1985.

    (1977), Enclaves y sistemas de relaciones industriales en Amrica Latina,Revista Mexicana de Sociologa, nm. 2, abril-junio.