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RIESGO DE DESASTRES EN EL ÁMBITO PENITENCIARIO FEDERAL BUENA INFORMACIÓN PARA UNA MEJOR GESTIÓN

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RIESGO DE DESASTRES

EN EL ÁMBITO

PENITENCIARIO FEDERAL

BUENA INFORMACIÓN

PARA UNA MEJOR GESTIÓN

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RIESGO DE DESASTRES EN EL ÁMBITO PENITENCIARIO FEDERAL

El espíritu que impulsa esta publicación es sentar las bases que el Servicio Penitenciario Federal asume frente a la Gestión de Riesgos de Desastres (GRD), teniendo en cuenta que se trata de un enfoque in-novador y trasformador, ya que por primera vez se asocia la cárcel con la sustentabilidad. En este sen-tido, su incorporación es un lineamiento estratégi-co que fortalece, apuntala y consolida una política dispuesta a recuperar derechos, estándares de ca-lidad, eicacia y eiciencia en la administración del sistema penitenciario como parte integral de la so-ciedad. El riesgo es entendido por el Estado desde una posición ética indiscutible e indelegable, donde no tiene el mismo signiicado hacer lo correcto que desviar la mirada.

Esto implica relexionar acerca de qué comunidad deseamos, queremos y podemos delinear situados en este tiempo y espacio. Como en su momento se incorporaron enfoques sobre género, derechos hu-manos, derechos económicos, políticos, educativos y sociales, en la actualidad somos conscientes de que la institución está en condiciones objetivas de comenzar el proceso de incorporación de la GRD.

Hablar de Gestión de Riesgos de Desastres en cár-celes federales argentinas es poner en agenda este interés por aspectos centrales de nuestro sistema, como lo son la infraestructura penitenciaria, por un lado, y la incorporación del sistema integrado de prisiones en la prevención, mitigación y resiliencia, por otro.

En cuanto al vínculo que se establece entre Ges-

tión de Riesgos e infraestructura penitenciaria será necesario indagar sobre la pertinencia y las estrate-gias de acciones correctivas de riesgo, así como in-corporar los parámetros, lineamientos y estándares mínimos necesarios para reducir la vulnerabilidad y el riesgo en la planiicación de la infraestructura pe-nitenciaria futura.

El riesgo es un concepto que construimos diaria-mente con acciones u omisiones; pero que también podemos corregir y reducir mediante la incorpora-ción del enfoque en cada una de las acciones de nuestro sistema. La gestión de riesgos debe estar presente en el momento de planiicar cada obra de infraestructura crítica y básica del sistema como una prioridad esencial y, a la vez, debe tener en cuenta que nuestra tarea es velar por la recuperación de cada persona privada de la libertad. En este sentido, el cuidado y la protección es un derecho humano, una exigencia legal, administrativa y —por sobre to-das las cosas— un principio ético inclaudicable. Por

eso, la incorporación de este enfoque requiere del compromiso y de la participación de cada actor de la institución.

En estos primeros pasos que hemos comenzado a desandar en la prevención, el eje central estará puesto en robustecer nuestra resiliencia como sis-tema.

Por lo dicho, con el irme propósito de adherir a un espacio acorde y digno en un medioambiente sus-tentable en el ámbito de todos los establecimientos penitenciarios federales, esta Dirección Nacional ha impulsado programas que promueven un contex-to amigable mediante acciones que contribuyen a la prevención y a la disminución de situaciones de emergencia. Estos programas, que hasta ahora eran ajenos en este ámbito, se impulsaron con la crea-ción del Servicio de Sustentabilidad Ambiental y

de Gestión del Riesgo de Desastres, con el objeto de maximizar el rendimiento de los recursos institu-cionales, de capacitar a todos los funcionarios —sin distinción de nivel y función—, además de hacer cumplir con la normativa en vigor.

La GRD creció en las últimas décadas como res-puesta al emergentismo de corte netamente isca-lista que operaba en las consecuencias, pero hacía la vista a un lado al momento de atacar las causas. La magnitud de las catástrofes que se produjeron en las últimas décadas debido al cambio climáti-co —producto del destrato global que se le da al medioambiente por parte de los países centrales, un modelo productivo de concentración y extrac-tivo— puso en alerta al mundo entero. Sucede que los niveles de impacto no estaban necesariamen-te relacionados con la característica del fenómeno, sino con la forma en que se desarrolla la vida coti-diana. Hoy, el cambio climático tiene un impacto en cada uno de los aspectos de la sociedad y clara-mente el sistema penitenciario forma parte de ella.

La GRD es una multidisciplina en constante evolu-ción que suele deinirse desde diferentes perspecti-vas, pero siempre se reiere al “proceso sistemático de utilizar directrices administrativas, organizacio-nes, destrezas y capacidades operativas para eje-cutar políticas y fortalecer las capacidades de afron-tamiento, con el in de reducir el impacto adverso de las amenazas naturales y la posibilidad de que ocurra un desastre”.

Queda claro que para que ocurra un desastre de-ben trabajar sinérgicamente amenazas y vulnerabi-lidades, ya que ambas se retroalimentan y deinen mutuamente. Una amenaza es entendida como un fenómeno, sustancia, actividad humana o condición peligrosa que puede ocasionar la muerte o lesiones a la salud, así como daños a la propiedad, pérdida

INTRODUCCIÓN

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de medios de sustento y de servicios, trastornos so-ciales y económicos, o daños ambientales. En tanto la vulnerabilidad como concepto que abandona el generalismo —asociado erróneamente a la pobre-za— se reiere a las circunstancias de una comuni-dad que la hacen susceptible a los efectos dañinos de una amenaza. Un huracán en el mar no puede conigurar una catástrofe del mismo modo que un sismo en el desierto. Es decir, no existe vulnerabi-lidad sin amenaza ni amenaza sin vulnerabilidad. Como vemos, ambas se complementan y generan un círculo vicioso que no se interrumpirá sino por la acción estratégica del Estado. Tras lo dicho, se concluye que el Servicio Peniten-ciario Federal no podía estar ajeno a esta especiali-dad, que no es posible soslayar la temática cuando se piensa en la inluencia que ejerce en el medioam-biente la presencia de un establecimiento peniten-ciario y que, de ahora en más, cada proyecto y cada acción que involucre la vida intramuros debe medir el impacto presente y futuro.

Ahora bien, podemos plantearnos entre otros tan-tos interrogantes: ¿qué posición asumió y cuál debe asumir nuestro sistema penitenciario frente a las amenazas naturales o tecnológicas?; ¿somos conscientes de nuestras vulnerabilidades?; ¿cuál es nuestro nivel de riesgo?; ¿cómo reducir el nivel de exposición ante desastres?; ¿deben los internos ser parte del sistema de prevención, y en su caso, qué posición deberían ocupar?

La gestión de los riesgos es eminentemente local. Signiica que no es lo mismo la Patagonia volcánica que el litoral desaiado constantemente por perió-dicas inundaciones. Es totalmente diferente hablar de un complejo penitenciario federal que aglutina a cuatro mil personas, entre internos y personal, que de una colonia penal situada en una zona desha-bitada. Lo mismo sucede con una prisión que fue erguida, décadas atrás en un páramo y en la actua-lidad está ubicada dentro de una urbe.

Hay que tener presente que las unidades peniten-ciarias deben considerarse igual de vulnerables, o más, que las escuelas y los hospitales y —a su vez— que los riesgos y vulnerabilidades de una co-munidad se replican también en el interior de cada establecimiento penitenciario. A saber: cuestiones de género, madres con niños, escolaridad, grupos expuestos a peligros, enfermedades, etc.

Resta plantearse los problemas de clasiicación y distribución que se ocasionan al momento de las evacuaciones, y de qué modo aquellos criterios, por cierto, objetivos pueden llegar a ser insuicientes cuando se aplican a internos o bien a la ratio de agentes de custodia en tales ocasiones.

La GRD busca reducir el riesgo, mitigar sus con-secuencias, preparar la respuesta, rehabilitar y re-construir sin replicar la vulnerabilidad. El Servicio Penitenciario Federal administra establecimientos en los cuatro puntos cardinales. La vastedad y com-plejidad del territorio obliga a prestar atención a fac-tores insoslayables: un clima de dinamismo proba-do; historial sísmico y vulcanológico; inundaciones de origen multicausal; fenómenos de remoción en masa; incendios silvestres; represas con importan-tes poblaciones aguas abajo, y polos tecnológicos en zonas habitadas.

Entender esta realidad, con sus múltiples matices, se ha vuelto un requisito indispensable para una buena administración del sistema, sobre todo, po-niendo especial énfasis en la gestión de los riesgos. Signiica que, para comenzar a gestionar esos ries-gos latentes en cada una de las unidades, primero hay que hacer un exhaustivo diagnóstico en cada uno.

Asumir este enfoque e incorporarlo nos vuelve a situar y resigniicar como una de las jurisdicciones centrales en este desafío de llevar adelante esta compleja iniciativa; desafío que lideramos de mane-ra responsable e incasable cada día con el aliciente de saber que se está contribuyendo a consolidar un modelo de desarrollo nacional y regional sostenible y posible.

Estructurado por amenazas, con un espacio dedica-do a los cambios climáticos y un historial de desas-tres por regiones, este manual permite completar un panorama sobre los riesgos que podrían afrontar los establecimientos penitenciarios federales actuales, en desarrollo o por emplazarse en todo el país.

Emiliano BlancoDirector Nacional

Servicio Penitenciario Federal

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RIESGO DE DESASTRES EN EL ÁMBITO PENITENCIARIO FEDERAL

Un sismo o terremoto es una vibración de las dife-rentes capas de la Tierra que se produce por la libe-ración de energía al rozarse o quebrarse un bloque de la corteza.

La mayoría de los terremotos son seguidos por ré-plicas, algunas tan fuertes como el terremoto mis-mo. Muchas muertes y lesiones serias pueden ocu-rrir como consecuencia de réplicas.

Argentina es afectada por la convergencia de la pla-ca de Nazca (que forma parte del fondo del océano Pacíico) con la placa Sudamericana. Esta zona de contacto se ubica a lo largo de la costa de Perú y Chile y es considerada la más larga del mundo.

La placa de Nazca se desplaza hacia el este y se sumerge bajo la Sudamericana, que se desplaza ha-cia el oeste, en un mecanismo denominado subduc-

ción. Ambas se mueven con una velocidad relativa de 11 cm/año.

Debido a los grandes esfuerzos compresivos gene-rados en los contactos entre placas por el mecanis-mo de subducción, también se producen terremo-tos a distancias considerables de esos contactos. Tales sismos generalmente están asociados a fallas geológicas activas. En nuestro país, los casos más representativos son los terremotos de Salta (1692, 1844 y 1948), San Juan (1894, 1944 y 1977) y Men-doza (1782, 1861 y 1985).

La mayor parte de la actividad sísmica en Ar-gentina se concentra en la región centro-este y noroeste, donde el Servicio Penitenciario Federal administra siete establecimientos (uno en Mendoza, tres en Salta, dos en Jujuy, uno en Santiago del Es-tero) y construye otro (en Mendoza). Como puede verse a continuación (Mapa), sólo en-tre agosto de 2001 y enero de 2012 hubo más de 4 mil sismos en el país.

Aunque el NOA ha soportado terremotos destruc-tivos en los últimos 400 años, como no fueron ma-yormente afectadas zonas muy densas no se dio al problema la importancia que realmente tiene en función del elevado nivel de peligro sísmico poten-cial, de acuerdo con el Instituto Nacional de Preven-ción Sísmica.

El terremoto del 25 de agosto de 1948, con epicen-tro en la zona este de la provincia de Salta, fue qui-

zás el de mayor trascendencia de la región por los daños que produjo en esa provincia y en Jujuy, si bien fue reducido el número de víctimas.

Muy distinta fue la situación en la zona centro oeste, donde los terremotos se constituyeron en verdade-ros desastres regionales.

El 20 de marzo de 1861 se inició una serie de eventos sísmicos que afectaron a las provincias de San Juan y Mendoza. Caliicado como uno de los terremotos más desastrosos del siglo XIX en todo el mundo, el movimiento destruyó totalmente la ciudad de Men-doza y mató a un tercio de la población. Por otra parte, el sismo del 15 de enero de 1944, que destru-yó San Juan, representa con sus 10 mil muertos el mayor desastre de toda la historia argentina.

El sur argentino —por debajo de los 35° de latitud— ha sufrido muchas veces las consecuencias de los grandes terremotos chilenos que alcanzaron a pro-ducir daños de menor cuantía en las poblaciones limítrofes. Es reducida la cantidad de sismos con epicentro en territorio argentino.

Los movimientos se clasiicaron según su profun-didad. Cuanto más supericial es la ubicación, au-menta su peligrosidad. La mayor cantidad de sis-mos con focos a menos de 70 km de profundidad se hallan en San Juan y Mendoza, en una zona que comprende a sus capitales.

Las escalas utilizadas para clasiicar un sismo se-gún su tamaño son la intensidad y la magnitud.

La intensidad está relacionada con los efectos que provoca un terremoto. Depende de las con-diciones del terreno, la vulnerabilidad de las cons-trucciones y la distancia epicentral. La escala tiene carácter subjetivo y varía de acuerdo con la severi-dad de las vibraciones producidas y los daños pro-vocados en un lugar determinado.

Tiene en cuenta los daños causados en las ediica-ciones, los efectos en el terreno, en los objetos y en las personas. La escala más utilizada en el he-misferio occidental es la Mercalli Modiicada (MM), que es cerrada y tiene doce grados expresados en números romanos (desde el I al XII).

Por otra parte, la magnitud es una medida instru-mental relacionada con la energía elástica liberada por el sismo, y propagada como ondas en el inte-rior y en la supericie de la Tierra. Es independiente de la distancia entre el hipocentro y el sitio de obser-vación, y resulta en un valor único, que se obtiene matemáticamente del análisis de los sismogramas.

AMENAZAS EN EL PAÍSSismicidad

1. Documento País 2012. Riesgo de desastres en la Argentina. Capítulo 9: Principales Amenazas en el País.

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Existen diferentes escalas para medir la magnitud, aunque la más difundida es la de Richter. Esta es una escala abierta, por lo cual no tiene límite supe-rior ni inferior; sus valores se expresan con números decimales.

Para la ingeniería sismorresistente las aceleraciones constituyen un parámetro de fundamental importan-cia para el estudio del efecto de los sismos en las construcciones.

El peligro sísmico es la probabilidad de que ocurra una determinada amplitud de movimiento del suelo en un intervalo de tiempo ijado. Depende del nivel de sismicidad de cada zona.

Los mapas de zoniicación sísmica individualizan áreas con diferentes niveles de peligro sísmico. En el Mapa de Zoniicación Sísmica del Reglamento INPRES-CIRSOC 103 se encuentran identiicadas cinco zonas.

Cuyo, especialmente la zona que comprende las capitales de San Juan y Mendoza, es la región de mayor peligro sísmico de la Argentina.

En el cuadro que sigue se muestran antecedentes de sismos importantes con epicentro y/o afectación en provincias con presencia actual de estableci-mientos penitenciarios federales.

2. Documento País 2012. Riesgo de desastres en la Argentina.Capítulo 9: Principales Amenazas en el País.

13 de septiembre de 1692, SALTA. Destruyó el pueblo de Esteco, produjo derrumbes y agrietamientos en las cons-trucciones del valle de Lerma. Se repor-taron 11 muertos y durante varios días se sintieron las réplicas. Su intensidad fue de IX grados en la escala Mercalli.

22 de mayo de 1782, MENDOZA.Primer sismo importante documentado en la provincia, llamado el terremoto de santa Rita. Produjo destrucción y agrie-tamientos en las construcciones. Alcan-zó una intensidad de VIII grados Mercalli.

4 de julio de 1817, SANTIAGO DEL ESTERO. Los mayores daños se reportaron al nor-te de la ciudad de Santiago, donde se desplomaron casas y se produjo el agrie-tamiento del suelo. Los temblores dura-ron alrededor de una semana. Se estimó una intensidad de VIII grados Mercalli.

18 de octubre de 1844, SALTA. Afectó la ciudad de Salta, donde se re-portaron importantes daños y destruc-ción de viviendas; fue muy fuerte tam-bién en la ciudad de Jujuy. Las réplicas se sintieron hasta 10 días después. La intensidad fue de VII grados Mercalli.

20 de marzo de 1861, MENDOZA.Se produjo el terremoto porcentualmen-te más destructivo de toda la historia ar-gentina. Destruyó la ciudad de Mendoza y departamentos vecinos, y dejó un sal-do de 6 mil muertos sobre una población total de 18 mil habitantes. Su intensidad fue de IX grados Mercalli.

-25,400 -64,800

-33,000 -69,200

-28,000 -64,500

-24,800 -64,700

-32,900 -68,900

Descripción del terremoto Latitud Longitud

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Ruinas Iglesia de San Agustín (Archivo General de la Nación, Dpto. Doc. Foto-gráficos. Buenos Aires. Argentina).

14 de enero de 1863, JUJUY.Un movimiento de excepcional intensi-dad y duración se produjo en la ciudad de San Salvador de Jujuy. Dañó seria-mente las construcciones, en particular la Catedral y el Cabildo. La intensidad fue de VIII grados Mercalli.

-23,600 -65,000

Descripción del terremoto Latitud Longitud

9 de octubre de 1871, SALTA.Un importante terremoto sacudió Orán y todo el norte argentino. Redujo a escom-bros las ediicaciones y produjo numero-sas víctimas fatales. La intensidad fue de VIII grados Mercalli.

-23,100 -64,300

6 de julio de 1874, SALTA.Una vez más Orán fue afectada. Los re-cuerdos de 1871 produjeron un éxodo a las ciudades de Jujuy y Salta. Resultaron dañadas las construcciones del Cabildo, hospitales, escuelas y todas las casas del pueblo. La intensidad fue de VII gra-dos Mercalli.

19 de agosto de 1880, MENDOZA.Fue a la 01:30 y causó gran alarma en la población que salió a la calle. Le siguió en intensidad al terremoto de 1861. Afectó la ciudad de Mendoza, causó el derrumbe de murallas y caída de cornisas. Provocó una víctima en Tunuyán. La intensidad fue de VI grados Mercalli.

23 de septiembre de 1887, SALTA. Sismo destructivo en la zona limítrofe de Bolivia y Argentina. Afectó a las pobla-ciones de Tarija y Yacuiba en Bolivia; Sal-vador Mazza y Campo Durán en el norte de Salta. El Servicio Sismológico de Bo-livia estimó una intensidad de IX grados Mercalli.

-23,000 -64,200

-33,000 -69,000

-22,030 -63,700

5 de junio de 1888, BUENOS AIRES. Afectó todas las poblaciones de la cos-ta del Río de la Plata, especialmente las ciudades de Buenos Aires y Montevideo. Produjo leves daños y su epicentro se lo-calizó en el centro del río. La intensidad fue de VI grados Mercalli.

-34,600 -57,900

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RIESGO DE DESASTRES EN EL ÁMBITO PENITENCIARIO FEDERAL

23 de marzo de 1899, SALTA.Destruyó las poblaciones de Yacuiba (Bolivia) y la hoy llamada Salvador Maz-za, en Salta. La población huyó a Campo Durán. Su intensidad fue de VIII grados Mercalli.

15 de enero de 1944, SAN JUAN. Destruyó la provincia de San Juan y de-partamentos vecinos. Causó alrededor de 10 mil muertos sobre una población de 90 mil habitantes. También ocasionó daños en el norte de Mendoza. La inten-sidad máxima del terremoto fue de IX grados de la escala Mercalli.

12 de abril de 1899, LA RIOJA.Dejó en ruinas la localidad de Jagüe y causó serios daños en Vinchina. Provocó la muerte de once personas y varios heri-dos. Fue sentido en La Rioja, Catamarca, San Juan, Córdoba, Tucumán y Santiago del Estero. La intensidad máxima fue de VIII grados Mercalli.

12 de agosto de 1903, MENDOZA. Sacudió la gran Mendoza, en particular Las Heras, donde afectó los pueblos de Uspallata, Punta de Vacas y Puente del Inca. Hubo tres muertos e importan-tes daños en las construcciones de la ciudad. La intensidad fue de VII grados Mercalli.

17 de diciembre de 1920, MENDOZA.Destruyó Costa de Araujo y localidades aledañas en un radio de 50 km. Se es-timó en 250 la cifra de muertos y hubo gran número de heridos. Se formaron grietas en el terreno de las que surgía agua; en algunos lugares se formaron ciénagas. Su intensidad se estimó en VIII grados Mercalli.

17 de diciembre de 1949, TIERRA DEL FUEGO.Se produjo el terremoto más importan-te del sur argentino. Tuvo su epicentro al oeste de la isla de Tierra del Fuego y afectó las poblaciones de la isla y del sur de la provincia de Santa Cruz. Su intensi-dad fue de VIII grados Mercalli.

12 de mayo de 1959, SALTA.Las zonas más afectadas fueron los de-partamentos de Orán y San Martín. En el pueblo de San Andrés, 60 km al oeste de Orán, generó los mayores daños, destru-yó viviendas y produjo el deslizamiento de laderas en los cerros. Se estimó la in-tensidad en VIII grados Mercalli.

27 de octubre de 1894, SAN JUAN. El terremoto de mayor magnitud de la historia en Argentina afectó el noroeste de San Juan, causó daños y víctimas en dicha provincia y en La Rioja. Produjo daños menores en Catamarca, Córdoba, San Luis y Mendoza. La intensidad máxi-ma fue de IX en la escala Mercalli.

15 de octubre de 1968, CHACO. Las localidades afectadas fueron Cor-zuela y Campo Largo, donde produjo grietas en paredes de ladrillo y caída de revoques. Se sintió también en Avia Terai, Roque Sáenz Peña y Las Breñas. Con menor intensidad en Quitilipi, Ma-chagai y La Tigra. La intensidad fue de VI grados Mercalli.

19 de noviembre de 1973, JUJUY.El evento fue violento y prolongado, cau-só pánico y lesionados. Los mayores daños se registraron en la zona com-prendida entre Santa Clara, Arroyo Co-lorado, Apolinario Saravia y Las Lajitas. Fue sentido desde Paraguay hasta San Antonio de los Cobres y desde Tartagal a Tucumán. Se estimó una intensidad de VII Mercalli.

30 de mayo de 1929, MENDOZA. Destruyó las construcciones de Colonia Las Malvinas y Villa Atuel, departamento San Rafael. Provocó la muerte de trein-ta personas y numerosos heridos. Fue sentido hasta San Juan al norte, Buenos Aires al este, Neuquén y Río Negro al sur. Su intensidad fue de VIII grados Mercalli.

24 de diciembre de 1930, SALTA. Los daños más importantes se localiza-ron en La Poma, donde hubo derrumbes y agrietamiento de viviendas. Se informó treinta y un muertos y setenta heridos. Fue sentido en todo el noroeste. Se es-timó una intensidad de VIII grados Mer-calli.

11 de junio de 1934, CÓRDOBA. Afectó la localidad de Sampacho, al sur de la provincia, donde el 90% de las construcciones resultaron dañadas. Fue sentido en todo el sur de Córdoba, oeste de Santa Fe, norte de La Pampa y sur de San Luis. Se estimó una intensidad de VIII grados Mercalli.

-22,100 -63,800

-31,400 -68,400

-28,650 -68,400

-32,100 -69,100

-32,700 -68,400

-54,000 -68,770

-23,180 -64,650

-29,800 -69,000

-26,870 -60,880

-24,578 -64,588

-35,000 -68,000

-24,700 -66,300

-33,500 -64,500

Daños en el departamento sanjuanino de Angaco (Fotografías tomadas por el Dr. Guillermo Bodenbender).

Daños en San Juan (INPRES).

Descripción del terremoto Descripción del terremotoLatitud LatitudLongitud Longitud

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17 de agosto de 1974, SALTA.17 de agosto de 1974, SALTA. Sismo de corta duración que afectó la población de Orán, donde se registraron daños ma-teriales de importancia; varios ediicios quedaron inhabitables. Fue sentido fuer-te en Tabacal, Pichanal y Embarcación. La intensidad fue de VII grados Mercalli.

23 de noviembre de 1977, SAN JUAN.Destruyó las construcciones del depar-tamento Caucete. La duración superó largamente el minuto en su fase destruc-tiva. Causó la muerte de sesenta y cinco personas y más de trescientos heridos graves. Afectó los departamentos de 25 de Mayo, Sarmiento, Pocito y el norte de Mendoza, donde las construcciones de adobe fueron destruidas en más de un 50%. La intensidad máxima fue IX gra-dos Mercalli. Tuvo fuertes réplicas el 6 de diciembre de ese año y el 17 de enero de 1978.

26 de enero de 1985, MENDOZA.Causó daños considerables en los de-partamentos del Gran Mendoza. Se re-portaron pocas víctimas y heridos. La mayor destrucción se observó en los de-partamentos de Godoy Cruz y Las Heras. Resultaron más afectadas las construc-ciones de adobe o de ladrillos antiguas. La intensidad fue de VIII grados Mercalli.

-23,000 -64,000

-31,041 -67,764

-33,120 -68,820

Postales del terremoto de Caucete (INPRES).

Descripción del terremoto Descripción del terremotoLatitud LatitudLongitud Longitud

16 de diciembre de 1993, JUJUY. Una serie de temblores alarmaron a la población de San Francisco, departa-mento Valle Grande. Se reportaron daños en las construcciones y deslizamientos de laderas. Algo similar sucedió en Pam-pichuela y Serranías de Calilegua. La in-tensidad fue de VI grados Mercalli.

17 de junio de 1997, SANTIAGO DEL ESTERO.Se reportaron daños en Termas de Río Hondo, tales como grietas en las pare-des y techos de las viviendas. Fue senti-do también en Tucumán y Catamarca. La intensidad fue de VI grados Mercalli.

27 de febrero de 2010, SALTA. Sismo destructivo en el departamento Cerrillos, provincia de Salta. Se repor-taron dos muertos e importantes daños materiales en las construcciones no sis-morresistentes. La intensidad fue de VII grados Mercalli.

6 de octubre de 2011, JUJUY. Fue muy fuerte en San Salvador de Ju-juy, donde hubo rotura de vidrios y mam-postería. Se sintió en todo el noroeste argentino. La intensidad fue de VI grados Mercalli.

-23,567 -65,016

-27,744 -64,753

-24,872 -65,602

-24,248 -64,352

AMENAZAS EN EL PAÍSVulcanismo

En la cordillera de los Andes existen numerosos

volcanes activos. Solamente en el tramo comparti-do con Chile se reconocen 117. Y estrictamente en el territorio argentino se registran treinta y siete, ubi-cados en las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz, de acuerdo con el Instituto Geográico Nacional.

Salvo en Catamarca, en el resto de las provincias mencionadas hay presencia del Servicio Penitencia-rio Federal.

En los dos últimos siglos, las erupciones de los vol-canes Quizapu-Descabezado (Chile, 1932), Llon-quimay (Chile, 1988/89), Peteroa (Argentina-Chile, 1991), Hudson (Chile, 1991), Láskar (1992), Chaitén (2008), Complejo Volcánico Puyehue-Cordón Caulle (2011) y Calbuco (Chile, 2015), entre otros, han afec-tado distintas zonas del país con variada intensidad.La mayor cantidad de volcanes del mundo se halla en las dorsales oceánicas. Por lo general, al tratarse de zonas deprimidas, están cubiertas por los océa-nos (solo algunos segmentos emergen, como por ejemplo Islandia, en el Atlántico Norte) .

La otra porción del planeta que presenta volcanismo activo está constituida por las zonas de subducción, sectores de la corteza terrestre donde las placas que conforman los fondos oceánicos se hunden en el manto, generalmente por debajo de las placas conti-nentales, como ocurre en la cordillera de los Andes. Como estas zonas se hallan usualmente en los con-tinentes, los volcanes son más visibles. Además, en general son los más explosivos.

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3. Existen varios criterios para calificar de “activo” a un volcán. El Instituto Geográfico Nacional considera así a los que han tenido erupciones en los últimos 10 mil años.4. http://www.msal.gov.ar/salud-y-desastres/images/stories/4-biblio-recursos/pdf/2014-04_documento-pais.pdf (9.2.1.2. Vulcanismo. Página 139).5. Documento País 2012. Riesgo de desastres en la Argentina. Capítulo 9: Principales Amenazas en el País.

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RIESGO DE DESASTRES EN EL ÁMBITO PENITENCIARIO FEDERAL

Una erupción es el resultado del ascenso del mag-ma y de los gases del depósito interno del volcán. Los productos de las erupciones pueden manifes-tarse como lujos de lava, lujos piroclásticos, lluvia de cenizas y emisiones de gas, entre otros.

Como explica la geóloga de la Universidad de Bue-nos Aires, Corina Risso, en su trabajo “El riesgo vol-cánico en la Argentina”, una erupción es un proceso natural imposible de evitar. “El volcán hará erupción cuando quiera y como quiera, independientemente de cuán intensos hayan sido los estudios y cuánto dinero se haya invertido en la prevención”.

De todos los peligros volcánicos, la lluvia de cenizas es la que abarca una mayor supericie y afecta a un mayor número de personas y bienes materiales en la Argentina, como se ha podido comprobar en los últimos años.

Las lluvias de cenizas son causadas por erupciones explosivas, cuando el gas se expande súbitamen-te o cuando el magma caliente entra en contacto con el agua supericial o subterránea, vaporizándo-la. Las partículas más inas pueden ser arrastradas por el viento a mucha distancia del cráter (pueden recorrer miles de kilómetros antes de depositarse).

En nuestro ámbito, la Unidad 14 de Esquel (Chubut) ha tenido que enfrentar las consecuencias de la ac-tividad volcánica. Fue esa una de las causas que dio pie allí a una serie de mesas de diálogo con instituciones municipales y provinciales para crear protocolos de trabajo conjunto ante emergencias o desastres.

En el último episodio del Calbuco, en 2015, la visibi-lidad y el tránsito en Neuquén se vieron afectados, factores que obligaron a extremar los recaudos en la Unidad 9 - Prisión Regional de Sur.

El hombre —dice Corina Risso— puede mitigar cier-tos efectos, puede hacer evacuar a miles de per-sonas, puede construir barreras, pero la erupción ocurrirá y sus efectos podrán o no ser devastadores dependiendo del tipo de erupción que producirá ese volcán en particular y el tipo de asentamiento hu-mano que se ubique alrededor de ese volcán. Un

6. En línea en http://www.ign.gob.ar/descargas/geografia/riesgo_volcanico.pdf7. Hasta el momento se llevaron a cabo encuentros con las representaciones del Ejército, la Gendarmería, la Policía Federal y con la Defensa Civil provincial.8. Ministerio de Salud de la Nación. Especial “Salud en Emergencias y Desastres”.

Complejo Volcánico Planchón-Peteroa. (Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile).

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volcán que entra en erupción en la Puna no tendrá el mismo riesgo que uno en cuyas laderas viven miles de personas, por más que las erupciones del prime-ro sean mucho más explosivas que las del segundo caso.

Por eso la importancia de estar preparados. El ám-bito penitenciario exige planiicación y organización, dadas sus particulares características.

Impacto de la lluvia de cenizas

Vale destacar que el material ino expulsado por grandes erupciones (como la del volcán Krakatoa, Indonesia, en 1883) puede dar varias veces la vuel-ta al mundo en suspensión atmosférica y producir efectos signiicativos en el clima mundial por dis-minución de la radiación solar visible por relexión.

Los efectos de las lluvias de cenizas varían amplia-mente según el volumen de material expulsado, la duración de la erupción y las condiciones climáticas en la zona donde esté ubicado el volcán y su región circunvecina.

Desde el punto de vista de la salud, las cenizas pueden provocar importantes afecciones, aunque presentan índices bajos de mortalidad en humanos: síntomas respiratorios agudos, como irritación y se-creción nasal, irritación y dolor de garganta, irrita-ción de las vías respiratorias en personas con asma o bronquitis; síntomas oftalmológicos como conjun-tivitis y abrasiones de la córnea; irritación de la piel, como dermatitis y alergias.

Además, producen una niebla que reduce la visi-bilidad, aumentando el riesgo de accidentes vehi-culares. La ceniza se puede acumular en techos y producir derrumbes. Puede contaminar el agua para consumo humano y causar enfermedades digesti-vas.

Las cenizas pueden provocar el cese del suminis-tro de agua en poblaciones abastecidas por fuentes supericiales, al atascar los iltros de toma.

Pueden exponer áreas urbanas a inundaciones ca-tastróicas, al endicar ríos y/o reducir la capacidad de descarga de sus cauces, ocluyéndolos total o parcialmente. Este riesgo se potencia en zonas donde los ríos son colectores de agua de deshielo (caso de Los Antiguos, Santa Cruz, después de la erupción del Hudson; y de Villa La Angostura, Neu-quén, después de la erupción del complejo volcáni-co Puyehue-Cordón Caulle —CVPCC—).

BUENA INFORMACIÓN PARA UNA MEJOR GESTIÓN

10

Las erupciones de nubes de cenizas generan fuer-tes campos eléctricos, con el consiguiente peligro de caída de rayos e interrupciones de las comuni-caciones telefónicas por micro ondas (erupción del volcán Hudson, Chile, 1991).

Desde el punto de vista productivo, los materiales más gruesos depositados en las áreas próximas al volcán pueden cubrir terrenos dedicados a explota-ciones agrícola-ganaderas, destruyendo cultivos y pasturas e inutilizando los suelos.

Si la temperatura de las cenizas es lo suicientemen-te elevada puede iniciar incendios, especialmente forestales, en áreas con bosques de coníferas.

En el ganado lanar puede elevar su peso hasta en un treinta por ciento. La extenuación que les provo-ca moverse con esa sobrecarga, junto con la dismi-nución del forraje y el agua, contribuye a que haya decesos (como ocurrió, por ejemplo, en las erupcio-nes del Hudson, del Chaitén y del Cordón Caulle).

En áreas de fuertes vientos, las cenizas (partículas angulosas) destruyen la vegetación y las pasturas, lo que ocasiona pérdidas en el ganado por defecto de forraje (Hudson; Chaitén; Cordón Caulle).

La ingesta de pasturas con cenizas puede provocar la muerte del ganado por intoxicación, problemas digestivos y/o desgaste en los dientes.

Las lluvias de cenizas también producen una ele-vada mortalidad sobre las abejas, pudiendo elimi-nar más del 70% de los individuos que integran las colmenas (erupciones del Hudson, 1991; Chaitén, 2008; y CVPCC, 2011).

La caída de ceniza tendrá además efectos directos e indirectos sobre la productividad de la vegetación.

Provoca, a su vez, daños en infraestructura y trans-porte: desploma techos, ocluye iltros de aire de motores a explosión, atasca ruedas.

9. Lara. M. y Sepúlveda, S., 2008.

Afecta gravemente el tránsito aéreo (que, entre otros males, sufre abrasión y posible detención de moto-res a hélice). La erupción del Complejo Cordón Cau-lle en 2011 originó la suspensión de miles de vuelos regionales e internacionales, afectando la operación de aeropuertos tan lejanos como el de Nueva Ze-landa.

Se llama así a los procesos de movilización lenta o rápida de determinado volumen de suelo, roca o ambos, en diversas proporciones, generados por una serie de factores. Se distinguen las caídas, vol-camientos, deslizamientos (traslacional, rotacional) y lujos (avalanchas, lujos de tierra, de lodo, repta-ción).

Se trata de fenómenos de carácter descendente, ya que están controlados por la gravedad. Ocurren en ambientes de alta energía, caracterizados por desniveles signiicativos en el terreno, propios de zonas pedemontanas y mesetas.

Gran parte del territorio argentino presenta esas características.

Las provincias que comparten las Sierras Pampea-nas, la precordillera y la cordillera de los Andes son altamente susceptibles a esos fenómenos.

Entre los factores condicionantes previos y las cau-sas que contribuyen a estos procesos se señalan:

• Las propiedades internas del material potencial-mente movilizable.

• El ambiente geomórico y el medio isiográico cir-cundante.

• Factores externos independientes, comúnmente

denominados disparadores del movimiento: excesi-va precipitación; terremotos o erupciones volcáni-cas; la acción del hombre: mediante la ocupación de zonas de las planicies aluvionales y los faldeos montañosos, la deforestación en laderas, cerros o montañas; las formas inadecuadas de siembra en montañas, entre otros.

Impacto de ceniza del Complejo Volcánico Puyehue-Cordón Caulle en lagos del Comahue (CONICET).

AMENAZAS EN EL PAÍSFenómenos de remoción en masa

9

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RIESGO DE DESASTRES EN EL ÁMBITO PENITENCIARIO FEDERAL

La historia permite veriicar las consecuencias de estos fenómenos súbitos. Se rescatan casos ocurri-dos en provincias con actual presencia de estable-cimientos penitenciarios.

El domingo 12 de febrero de 1995, pequeñas isu-ras en el asfalto de la zona de El Iniernillo, en la ruta nacional 3, a la altura de Comodoro Rivadavia, se convirtieron en grandes grietas de más de tres metros de profundidad. El cerro Chenque colapsó, provocando derrumbes, y la ciudad quedó incomu-nicada entre su casco céntrico y los barrios al norte.

Al desaparecer ese tramo de la ruta nacional 3, que-dó incomunicado por vía terrestre todo el centro-sur de la Patagonia con el resto del país. Se declaró es-tado de emergencia y las autoridades municipales iniciaron un plan estratégico para normalizar la si-tuación de la principal ciudad de Chubut.Luego se construyó una nueva traza sobre la vía original, que es la que perdura hasta la actualidad, pese a los riesgos latentes.

Tartagal, Salta, sufrió aluviones en 2006 y 2009, mientras que hubo otros eventos semejantes en Vespucio-Mosconi, Salta, en 2000 (un muerto) y en 1984 (nueve fallecidos); y en Palmasola, Jujuy, en 2001, con diez muertos y casi dos decenas de des-aparecidos.

La concurrencia de rocas blandas, lluvias fuertes y núcleos poblacionales cercanos genera una situa-ción potencialmente letal.

Todo el norte argentino tiene evidencias históricas de estos fenómenos por sus particulares condicio-nes geológicas y meteorológicas.

Los eventos se han repetido durante miles de años y seguirán produciéndose. Se puede predecir dónde van a ocurrir (espacio), pero no cuándo (tiempo).

Inundaciones y sequías

Argentina ha soportado periódicamente fenómenos extremos de crecidas y de sequías en distintas re-giones del país, que se han intensiicado y aumenta-do en frecuencia en las últimas décadas.

La región de la Cuenca del Plata soporta los fe-nómenos de crecidas extraordinarias de mayor magnitud, en términos de volúmenes, tiempos, áreas inundadas y pérdidas.

Las inundaciones de 1982/83, 1992 y 1997/98 de-rivadas de las crecidas extraordinarias de los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay y asociadas al fenóme-no de El Niño afectaron a las siete provincias de la región Litoral-Mesopotamia: Buenos Aires, Corrien-tes, Chaco, Entre Ríos, Formosa, Misiones y Santa Fe.

Desde 1970, estos episodios incrementaron su frecuencia con un promedio de uno cada cuatro años, lo que ocasionó pérdidas importantes en la infraestructura, la producción agropecuaria, los bie-nes privados y las actividades económicas.

Además de las inundaciones por crecientes de los grandes ríos, ocurren también fenómenos aluviona-les por precipitaciones torrenciales con movimiento de grandes masas de material sólido (región de la precordillera oriental en el noroeste, bardas en la re-gión del Comahue), por fusión rápida de las nieves

AMENAZAS EN EL PAÍSFenómenos hidrometeorológicos

10. Narrados en el Documento País 2012.11. Documento Prospectiva Hídrica, Instituto Nacional del Agua (INA). http://www.ina.gov.ar/pdf/Prospectiva-hidrica-INA.pdf12. El fenómeno climático global “El Niño-Oscilación Sur” (ENOS o ENSO, por las siglas en inglés El Niño – Southern Oscillation) abarca grandes exten-siones del océano Pacífico ecuatorial y la atmósfera sobre dicha región. Consiste en la traslación de un bloque de aguas cálidas desde el oeste que forma una extensa anomalía positiva de la temperatura de la superficie del mar en una extensión de millones de kilómetros cuadrados (Documento País 2012).

11

10

Cuenca del Plata (Protocolo Interinstitucional de Gestión de Información. Etapa Preparación para la Emergencia: Inundaciones en el Territorio Argentino de la Cuenca del Plata, elaborado por la Comisión de Trabajo de Gestión de Riesgo).

12

Alud en Comodoro Rivadavia, 18 de febrero de 2010. (Municipalidad de Comodoro Rivadavia).

BUENA INFORMACIÓN PARA UNA MEJOR GESTIÓN

12

13. http://www.ina.gov.ar/pdf/Prospectiva-hidrica-INA.pdf14. http://www.smn.gov.ar/

13

en el piedemonte andino, o por fuertes tormentas en zonas urbanas.

Por otra parte, la fase fría del fenómeno El Niño-Os-cilación Sur, denominada La Niña, produce déicit de precipitaciones en latitudes medias, con conse-cuencias sobre la agricultura de secano.

El impacto de los eventos ENSO fríos en la Argenti-na comprende:

• Disminución de lluvias en la franja central.

• Veranos más cálidos.

• Inviernos con temperaturas medias más altas que

las normales para la estación.

• Aumento en las precipitaciones en el noroeste.

• Disminución de las lluvias en Mesopotamia y Li-toral.

Los episodios de precipitaciones de intensidad ex-traordinaria en áreas de la llanura pampeana (no-roeste de la provincia de Buenos Aires, sur de Cór-doba y de Santa Fe) y de la planicie chaqueña (zona este de las provincias de Chaco y Formosa, sur de Chaco y norte de Santa Fe) originan anegamien-tos de gran extensión por limitaciones del drenaje, agravadas por un mal manejo del suelo y caminos rurales deicientes.

Se suma la ocupación urbana del territorio, que se ha realizado sin considerar sus potencialidades y restricciones, por lo cual numerosas ciudades se asentaron en zonas ribereñas o cercanas a cursos de agua.

En las últimas décadas, esta ocupación —normal-mente asociada a cuestiones de valorización o pro-piedad de los terrenos— se vio, en la mayoría de los casos, drásticamente afectada por las inundacio-nes, agravadas por las ediicaciones que diicultan el normal escurrimiento de las aguas. En general, el ordenamiento urbano y los controles son reducidos y desarticulados.

La región del AMBA es un ejemplo claro y allí se ubi-can complejos penitenciarios que abarcan un gran porcentaje de la población de internos del sistema.

Solo en lo que respecta a las precipitaciones, histó-ricamente los totales anuales en esa región ronda-ban los 1.000 mm, con un balance hídrico positivo de +150 mm. Las lluvias de las últimas décadas hanprovocado un corrimiento hacia el oeste de la isoye-

ta de 1.000 mm y hoy la región se encuentra dentro de la isoyeta de 1.100 mm.

Como consecuencia inmediata de las inundaciones no suelen registrarse brotes de enfermedades bien deinidas. Sí es de esperar un lento deterioro en las condiciones de saneamiento básico de la comuni-dad.

Las inundaciones pueden causar un número inespe-rado de muertes, lesiones o incremento de las en-fermedades transmisibles, además de un aumento en el riesgo de trastornos psicológicos.

En los casos que obligan a reubicar personas, si ocurre bajo condiciones de hacinamiento y poca higiene, pueden sobrevenir afecciones, como la diarrea aguda, la insuiciencia respiratoria aguda, la malaria, el dengue y la leptospirosis, entre otras.

En una inundación puede haber riesgo de mortali-dad tanto por adquirir una enfermedad respiratoria o diarreica, por ejemplo, como por la alta probabilidad de sufrir electrocuciones y ahogo.

Un tornado es un violentísimo torbellino que se ge-nera en la base de una nube de tormenta y se pro-paga hacia abajo hasta tocar el suelo, donde oca-siona daños de diferente intensidad.

El diámetro de un tornado es, por lo general, inferior a los 1000 metros y la velocidad del viento puede alcanzar los 500 km/h. Usualmente, la máxima ve-locidad no puede medirse con instrumentos de uso corriente, sino que se la estima a partir de los daños ocasionados.

Los términos tornado y tromba identiican el mismo fenómeno meteorológico, con la diferencia que el primero se desplaza sobre tierra y el segundo sobre el mar.

Los tornados en Argentina suelen ser de baja es-cala y provocar la caída de ramas y árboles. Menos frecuentes son la voladura de techos y el desplaza-miento de automóviles.

La mayor cantidad se registra durante noviem-bre y marzo, mientras que el menor porcentaje ocu-rre en invierno. Se detectaron casos de tornados sobre todo el país, excepto sobre la Patagonia central y sur.

Se producen hasta aproximadamente 40° de latitud

Tornados

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RIESGO DE DESASTRES EN EL ÁMBITO PENITENCIARIO FEDERAL

Quiebra las ramas y produce daños en carteles y antenas.

Desprende las coberturas de los techos, desplaza los vehículos y vuelca las casillas rodantes.

Desprende los techos de las vivien-das, vuelca los vehículos y quiebra árboles grandes.

Destruye las viviendas, eleva los automóviles y los desplaza a cier-tas distancias.Arranca los árboles de raíz.

Genera proyectiles de gran tama-ño. Quita la corteza de los troncos que quedan en pie.

Daña seriamente estructuras de hormigón armado.

Zona afectada por los fenómenos meteorológicos severos ocurridos el 4 de abril de 2012. En gris claro se indicó la zona general de daños y en gris oscuro la región donde el viento superó ampliamente los 130 km/h. El tono más oscuro indica las trayectorias de los tornados (Servicio Meteorológico Nacional).

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sur, sobre todo en el llamado Pasillo de los Tor-nados, en Entre Ríos, Córdoba, Santa Fe, La Pam-pa, Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires.

La escala Fujita representa la intensidad de los tor-nados:

La mortalidad asociada a estos fenómenos es poco frecuente en la Argentina. Los casos fatales son, en general, consecuencia del aplastamiento por obje-tos contundentes.

El Servicio Meteorológico destaca algunos episo-dios ocurridos en la historia argentina. Uno de ellos, en 1928, destruyó parte de las instalaciones del Ob-servatorio de Pilar, en Córdoba.

En las últimas tres décadas se recuerdan:

• Tornado de San Justo, Santa Fe (10 de enero de

1973).

• Tornado de Morteros, Córdoba (28 de octubre de

1978).

• Centro y sudoeste de la provincia de Buenos Aires

(entre el 3 y 4 de abril de 1993).

• Provincia de Buenos Aires (26 de diciembre de

2000).

• Provincia de Buenos Aires (entre el 9 y el 10 de

F0 = 65 a 115 km/h

F1 = 116 a 180 km/h

F 2 = 181 a 250 km/h

F3 = 251 a 330 km/h

F4 = 331 a 420 km/h

F5 = 421 o más km/h

enero de 2001).

Tanto los fenómenos de 1993 como los de 2000 y 2001 causaron cuantiosos daños en los tendidos de alta tensión.

• Tornado en la localidad de Ramallo, provincia de

Buenos Aires (30 de enero de 2004).

Los tornados de 2012

Entre las 19:30 y las 21:30 del 4 de abril de 2012, fenómenos meteorológicos severos afectaron a nu-merosos partidos del Gran Buenos Aires y a unos quince barrios de la ciudad de Buenos Aires.

Una inspección para determinar el tipo y la inten-sidad de los fenómenos meteorológicos se llevó a cabo entre el 10 y el 26 de abril de 2012. La pesqui-sa permitió conocer la trayectoria y zona de impacto de los tornados.

Los daños generales se hallaron sobre una zona de unos 40 km de ancho que se extiende hacia la cos-ta desde un límite occidental aproximado que une Luján, Marcos Paz, Glew y La Plata. Los daños más intensos ocurrieron sobre cuatro franjas casi parale-las orientadas de oeste a este hacia la costa del Río de La Plata.

El tipo de afectaciones sobre viviendas, construc-ciones fabriles, automóviles, ediicios y árboles co-rrespondieron a la intensidad F1 y F2 de la escala Fujita, con vientos cuyas velocidades máximas fue-ron estimadas entre 140 y 220 km/h.

15. Informe sobre el fenómeno meteorológico que causó daños en los partidos del Gran Buenos Aires y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el 4 de abril de 2012 (Lic. Luis Cesar Rosso; Dra. María Luisa Altinger de Schwarzkopf; Bach. Matias Armanini. Preparado para el Servicio Meteorológico Nacional).

BUENA INFORMACIÓN PARA UNA MEJOR GESTIÓN

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Tormentas eléctricas

Caracterizadas por la presencia de rayos, las tor-mentas eléctricas generalmente están acompaña-das por lluvias y vientos fuertes, pero pueden pres-cindir de esas dos condiciones. La imposibilidad de predecir dónde caerán los rayos aumenta el riesgo para el hombre y para los bienes materiales. Duran-te el verano se registra la mayor cantidad de caída de rayos.

La Puna registra la mayor actividad de tormentas eléctricas, aunque estas pueden presentarse en to-das las regiones del país.

Las personas alcanzadas por un rayo reciben una poderosa descarga eléctrica que puede provocarles serias quemaduras y llegar a matarlas. La mayoría de las muertes y lesiones ocurren cuando la gente está afuera, en los meses de verano, durante la tar-de o la noche.

Tormentas de nieve y heladas

El temporal de invierno es un estado muy frío del tiempo que con mayor intensidad y frecuencia des-carga nieve y puede poner en peligro la vida humana y de los animales.

Las tormentas de invierno acarrean hielo, nieve, ba-jas temperaturas y, a menudo, condiciones peligro-sas para manejar.

Las tormentas de nieve son una forma de precipita-ción sólida en forma de copos, mientras que la hela-da se caracteriza por bajas temperaturas inferiores a 0 °C.

Las zonas mayormente afectadas por tempora-les invernales están en la Patagonia, en las pro-vincias de Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

Las nevadas y las heladas pueden provocar enfer-medades de las vías respiratorias e incluso la muer-te por hipotermia. Las tormentas de nieve producen un ambiente frío que puede congelar la supericie del cuerpo humano y aumentar la presión arterial, exigiendo un mayor esfuerzo al corazón. Este enfria-miento también reduce la resistencia a las infeccio-nes, desde un simple resfrío a enfermedades como la gripe.

El temporal puede congelar las partes del cuerpo descubiertas en treinta a sesenta segundos, algo que sucede cuando la temperatura baja entre los 30°

16. http://www.cricyt.edu.ar/enciclopedia/terminos/Viento%20zonda.htm17. Programa Regional de Meteorología IANIGLA-CONICET.

y —55 °C. La hipotermia puede acarrear la muerte.

Por otro lado, el mal uso de estufas a gas y la mala ventilación de las viviendas pueden resultar en in-toxicaciones por monóxido de carbono.

Viento Zonda

Es un viento caliente y seco que sopla en el occi-dente de la Argentina, a sotavento de la cordillera de Los Andes, entre los 38° de latitud sur y el sur de Bolivia. Pertenece al grupo de los vientos que descienden desde la cresta de la montaña al valle o el llano.

Según las zonas donde sopla, recibe distintas deno-minaciones: Chinook en Estados Unidos y Canadá; Föhn en los Alpes europeos; Canterbury Northwes-tern en Nueva Zelandia; Berg wind en Sudáfrica; Zonda en Argentina.

El Zonda generalmente aparece en marzo y suele permanecer hasta octubre. Se produce por el as-censo y posterior mayor descenso orográico de una masa de aire prefrontal, que en la cúspide de la cordillera aparece como un viento frío que se va calentando al descender.

En el llano es un fenómeno poco frecuente, y es bastante menor la ocurrencia de eventos severos o muy severos. La mayoría de los casos sucede entre mayo y noviembre.

En zonas pobladas, produce daños que varían se-gún la intensidad de las ráfagas: voladura de techos; caída de cables de alta tensión y árboles; interrup-ción de servicios telefónicos y eléctricos.

El Zonda favorece la producción de incendios, crea perjuicios en la agricultura por la fuerza del viento, su extrema sequedad y su alta temperatura, y pue-de acelerar la loración de frutales al inal del invier-no, los que luego están en riesgo de ser dañados por posteriores heladas.

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Viento Zonda, 18 de noviembre de 2009, Mendoza (Programa Regional de Meteorología).

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RIESGO DE DESASTRES EN EL ÁMBITO PENITENCIARIO FEDERAL

Categorización del Zonda

La Organización Mundial de la Salud (OMS) deine la ola de calor como un período prolongado de tiempo excesivamente cálido (con respecto al clima local en determinados lugares), que puede estar acompaña-do por humedad elevada.

En Argentina se considera así un período con tem-peraturas máximas y mínimas que superan ciertos valores —cambiantes, según la localidad— durante tres días consecutivos y en forma simultánea.

La ola de calor se presenta, principalmente, en la zona centro-noreste de Argentina, ya que en el resto del país las temperaturas mínimas no son lo suicientemente elevadas.

El Sistema de Alertas sobre Olas de Calor y Salud del Servicio Meteorológico Nacional, área Meteoro-logía y Salud, trabaja para anticipar a la población situaciones meteorológicas extremas y sus posibles efectos en la salud. Las clasiica en 4 niveles:

Verde. Mínimo estado de vigilancia durante el vera-no. Sin peligro sobre la salud de la población.

Amarillo. Pueden ser peligrosas, en especial para los grupos de riesgo, bebés y niños pequeños, per-

Moderado

Categoría

Muy severo

Severo

Extremadamentesevero o catastróico

Raf ≤ 65

Ráfagas km/h

90

65

Raf > 120

Z1 (Zonda Uno)

Zonda

Z3 (Zonda Tres)

Z2 (Zonda Dos)

Z4 (Zonda Cuatro)

Olas de calor

18 AMENAZAS EN EL PAÍS

Incendios silvestres

Viento Zonda, 11 de agosto de 2008, Mendoza (Programa Regional de Meteorología).

sonas mayores de sesenta y cinco años o aquellas con enfermedades crónicas —hipertensión arterial, obesidad y/o diabetes—. Se alcanza cuando se su-peran los umbrales de las temperaturas máximas y mínimas en una ciudad.

Naranja. Pueden ser muy peligrosas, especialmen-te para los grupos de riesgo. Se declara cuando la ola continúa en el tiempo y aumenta así el exceso de calor.

Rojo. Casos excepcionales. Pueden afectar a todas las personas saludables y no solo a los grupos de riesgo.

Las consecuencias de estos fenómenos sobre la sa-lud pueden ser de mayor o menor gravedad, según el estado general de la persona, el tipo de alerta y las medidas preventivas que se tomen: golpe de calor o insolación; deshidratación corporal; decaimiento o debilitamiento; fatiga; dolor de cabeza; escasez de apetito; insomnio; pulso acelerado; calambres; do-lores musculares; agotamiento; transpiración abun-dante; mareos; síncopes; baja presión, etc.

Las olas de calor pueden agravar o potenciar la aparición de una variedad de enfermedades e im-pactos en la salud. Por ejemplo, provocar el infarto del miocardio y, en especial, afecciones diarreicas. La diarrea es la segunda causa de mortalidad de niños y niñas en el mundo (por la deshidratación, principalmente). Por eso es importante estar alerta, sobre todo en el caso de los más pequeños.

Las olas de calor también pueden ser peligrosas para los adultos mayores y aquellos con enferme-dades crónicas respiratorias o cardíacas —hiper-tensión arterial, obesidad y/o diabetes—.

Los incendios silvestres se producen usualmente en tiempos de sequía, cuando la vegetación está más seca y presenta un mayor riesgo de combustión. Se caracterizan por propagarse rápidamente y sin control. Dentro de esa clasiicación general se en-cuentran los incendios forestales, de arbustos, de pastizales o de turba.

Las causas pueden ser naturales (por ejemplo, la caída de un rayo), pero más frecuentemente son causados por los seres humanos, por negligencia o de manera intencional.

En Argentina suelen producirse lejos de las zonas

18. http://www.smn.gov.ar/

BUENA INFORMACIÓN PARA UNA MEJOR GESTIÓN

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Incendio forestal (Servicio Nacional de Manejo del Fuego)

19. http://www.minutouno.com/notas/359477-los-incendios-arrasaron-mas-41-mil-hectareas-chubut20. Manual “Inundaciones urbanas y cambio climático. Recomendaciones para la gestión” (Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Na-ción; Subsecretaría de Planificación Territorial de la Inversión Pública; Subsecretaría de Protección Civil y Abordaje Integral de Emergencias y Catástrofes; Agencia de Cooperación Internacional del Japón –JICA).

pobladas o en áreas con poca densidad. Afectan sobre todo la Patagonia (Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego), el Centro (Córdoba, La Pampa, Entre Ríos y Santa Fe) y Cuyo (Mendoza, San Juan y San Luis).

Entre febrero y abril de 2015, más de 41 mil hec-táreas de bosques nativos fueron arrasadas por el fuego en el noroeste de Chubut y esto obligó a declarar la emergencia, por lo que se caliicó como el peor incendio forestal de la historia argentina. Las llamas llegaron a pocos kilómetros de la Unidad 14 de Esquel, aunque sin provocar inconvenientes, según se constató en el terreno.

Entre los efectos de los incendios —destaca el Mi-nisterio de Salud de la Nación— están las quemadu-ras en la piel, que pueden ser muy graves. Asimis-mo, el humo afecta las vías aéreas y puede causar asixia e irritar los ojos, ya que los gases emanados son, por lo general, tóxicos.

Las cenizas que resultan del fuego también son irri-tantes para la piel, nariz y garganta. Por otro lado, los incendios y los humos tóxicos pueden empeorar enfermedades crónicas del corazón y de los pulmo-nes.

Además, las fuentes de agua pueden verse conta-minadas por las cenizas y los residuos del incendio. Los caminos y las rutas son cortados por el fuego o por las autoridades para evitar la expansión y prote-ger a la población. El humo puede reducir la visibi-lidad y provocar accidentes. Las viviendas pueden verse destruidas total o parcialmente.

Si el fuego se extiende, arrasará con la vegetación, los sembrados y puede matar al ganado, lo que

acarrea escasez de alimentos, sobre todo en zonas que se abastecen de la economía regional.

Los servicios de salud están en riesgo de colapsar, ya que el tratamiento de las quemaduras puede re-querir de una internación prolongada, cuidados e insumos especíicos y de instalaciones adecuadas (Unidad de Quemados).

Hay que distinguir cambio climático de variabilidad

climática.

La variabilidad reiere a las luctuaciones de los componentes del clima (temperatura, precipitacio-nes, etc.) dentro de los límites aceptados como nor-males, durante períodos de tiempo determinados, que pueden ser semanas, meses o años.

Como cambio climático se entiende una variación significativa en los componentes del clima cuan-do se comparan períodos prolongados (décadas o más); por ejemplo, la temperatura media de la déca-da del 50 con respecto a la del 90.

Si bien el clima es afectado por causas naturales (como por ejemplo la inclinación del eje terrestre), también puede verse influido por factores produci-dos por el hombre, como el aumento de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) en la atmósfera.

Los GEI, entre los que se encuentran el dióxido de carbono (CO2), óxido nitroso (N2O) y metano (CH4), se deben a actividades vinculadas a la generación de energía, el transporte, el uso del suelo, la indus-tria y el manejo de los residuos, entre otras. La acu-mulación de estos gases en la atmósfera potencia un efecto que existe naturalmente, denominado efecto invernadero.

Entre las principales consecuencias del cambio cli-mático en el mundo, los expertos señalan:

• Modiicaciones en la circulación de los océanos.

• Aumento o disminución de las precipitaciones (se-gún zona geográica).

• Aumento del nivel del mar.

• Retroceso de los glaciares.

• Aumento de eventos climáticos extremos.

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AMENAZAS EN EL PAÍSVulnerabilidad al cambio climático

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RIESGO DE DESASTRES EN EL ÁMBITO PENITENCIARIO FEDERAL

• Aumento de las olas de calor y frío.

• Aumento de las migraciones (tanto por emergen-cias causadas por catástrofes, como por trabajo).

• Aumento de problemas en la salud e incremento

del número y casos de enfermedades, entre otros.

En la Argentina, la cantidad anual de precipitación ha sufrido modiicaciones sostenidas en el tiempo, con distinta intensidad y en distintas épocas del año. También hubo cambios muy signiicativos en la ocurrencia de eventos extremos de precipitación, como lluvias muy intensas en períodos cortos de tiempo y sequías prolongadas.

En abril de 2015 especialistas convocados por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable presentaron la Tercera Comunicación Nacional so-bre Cambio Climático. El informe fue elaborado por un equipo de catorce expertos locales y representa un material único.

A partir del análisis del clima entre 1960 y 2010, los especialistas airman que en la mitad norte del país la temperatura media aumentó medio gra-do, un ascenso menor al registrado en el resto de las regiones continentales del planeta.

Como contraparte, el aumento en la Patagonia llegó a superar un grado en algunas zonas. Al res-pecto, el informe airma que el calentamiento en particular en la zona andina parece haber efectiva-mente tenido lugar, dada la general retirada de los glaciares existentes en esa región.

En la mayor parte del país hubo una reducción en el número de días con heladas, factor que se considera potencialmente beneicioso para el agro.

Asimismo, las olas de calor aumentaron conside-rablemente en el norte y en el este. “Estos even-tos, una de cuyas manifestaciones más severas se produjo recientemente en diciembre de 2013, evi-dencian la necesidad de activas políticas de adap-tación por parte de los gobiernos a escala local, provincial y nacional y de la sociedad en su conjun-to. En particular, resultaría importante mejorar y for-talecer los actuales sistemas de alerta, prevención y respuesta”, advierte el informe.

Para el resto del siglo XXI se espera un escenario similar. Las temperaturas medias aumentarán en todo el país, con una tendencia más alta hacia el in de siglo, considerando un escenario con mayores emisiones de GEI. Y se hará más frecuente la ocu-rrencia de temperaturas extremas.

En las próximas décadas, el aumento sería de me-dio a un grado en todo el país, lo que implicaría una aceleración del calentamiento observado en los úl-timos 50 años.

El incremento proyectado es mayor en el norte que en el sur, con un máximo en el noroeste de más de 3,5 °C, que se prolonga hacia el sur en los escenarios de mayor calentamiento y llega hasta el centro de la Patagonia.

En el caso de las lluvias, el estudio de los últimos cincuenta años arroja que aumentaron en casi todo el territorio, con mayor énfasis en el este, con más de 200 mm para algunas zonas, y facili-taron en algunos casos la expansión de la frontera agrícola hacia el oeste.

Los especialistas también indican que las precipi-taciones extremas se hicieron más frecuentes en

21. Ibídem.22. Al ratificar en 1994 la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) a través de la ley 24.295, la Argentina asumió una serie de obligaciones. Entre ellas, informar sus inventarios nacionales de gases de efecto invernadero, programas nacionales que contengan medidas para mitigar y facilitar la adecuada adaptación al cambio climático, y cualquier otra información relevante para el logro del objetivo de la Convención. Todo ello se resume en la elaboración y presentación de una comunicación nacional, como fue establecido en los arts. 4 y 12 de la CMNUCC. Esta Tercera Comunicación Nacional informará a la Convención el estado de situación del país en la materia.

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Número de días con heladas

Duración (en días) de olas de calor

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23. “Salud en Emergencias y Desastres”. Ministerio de Salud de la Nación.24. Según Censo 2010. Publicado en el Documento País 2012. Riesgo de desastres en la Argentina. Capítulo 9: Principales Amenazas en el País.

gran parte del país.

En lo que respecta al oeste y al norte, en las últimas cinco décadas se registró un cambio hacia la pro-longación del período seco invernal. Esto podría estar generando problemas en la disponibilidad de agua para las poblaciones, condiciones más favo-rables para incendios incontrolados de bosques y pasturas, así como condiciones de estrés sobre la actividad ganadera.

Más allá de los fenómenos extremos, los cambios en las precipitaciones promedio en todo el país no serían relevantes: podrían rondar entre un aumento del 10% y una disminución del 10%.

Sí se prevé una reducción en la disponibilidad de agua de riego en Cuyo, lo que pone en riesgo la actividad vitivinícola y frutihortícola de la región.

Problemas con materiales tóxicos

Un accidente o emergencia química es una situa-ción de peligro resultante de la liberación de una o varias sustancias riesgosas para la salud de perso-nas y/o el medioambiente.

Bajo esa categoría se incluyen, entre otros, incen-dios, explosiones, liberación de sustancias tóxicas/venenosas y fugas de gas, que pueden provocar le-siones de distinta gravedad, enfermedad, invalidez o muerte. Los daños pueden ser a corto o a largo plazo.

En general, estos incidentes pueden dispararse por factores naturales (como terremotos, maremotos, erupciones de volcanes) o tecnológicos. Los segun-dos son más sencillos de prevenir, porque derivan de la intervención, descuido y/o negligencia del ser humano.

Existen riesgos químicos de distinto tipo en el te-rritorio argentino. El mayor nivel de amenaza está dado por las instalaciones ijas y durante el trans-porte de sustancias peligrosas. Las regiones ma-

yormente afectadas son la Patagonia, el Centro y

el área metropolitana de Buenos Aires.

En el caso de las instalaciones ijas, el mayor riesgo se da en los polos petroquímicos ubicados en áreas urbanas y suburbanas y en los puertos.

Principales poblaciones bajo amenaza:

AMENAZAS EN EL PAÍSProblemas con materiales tóxicos

• Dock Sud. Capital Federal, Avellaneda, Lanús y

Quilmes: 3.349.730 habitantes.

• Bahía Blanca – Ingeniero White. El aglomerado ur-bano de Bahía Blanca está compuesto también por los barrios de Villa Harding Green y Villa Stella Maris; más las localidades de Ingeniero White, Grünbein, Villa Espora y Villa Bordeau. Totaliza 300.000 habi-tantes.

• Zárate – Campana: 205.930 habitantes.

• Gran La Plata (La Plata, Berisso y Ensenada).

793.365 habitantes.

• Gran Rosario. Departamentos Rosario y San Lo-renzo, totalizando 1.161.188 habitantes.

• Luján de Cuyo: 110.000 habitantes.

• Polo petroquímico Neuquén, Plaza Huincul. Forma

un aglomerado urbano con Cutral Có, con más de 40.000 habitantes.

En lo que hace al transporte de sustancias peligro-sas, se ven afectadas, principalmente, las rutas na-cionales y provinciales que atraviesan Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba, Santiago del Estero, Corrien-tes, Misiones, Formosa, Río Negro, San Luis, Cata-marca, San Juan y Mendoza.

El peor incidente en el país con materiales peligro-sos en el transporte se produjo en el canal de acce-so al Puerto de Buenos Aires, en el Río de la Plata, el 11 de mayo de 1972, con el choque entre el buque frigoríico Royston Grange, de bandera británica y 7113 toneladas de registro, que se dirigía al puerto de Londres con carga refrigerada (carne y manteca) y pasajeros, y el buque tanque de bandera liberiana Tien Chee, que iba de Bahía Blanca a Buenos Aires, cargado con 20.000 toneladas de petróleo crudo.

El hecho ocurrió en el canal Punta de Indio, en me-dio de una densa niebla, a las 05.20. Por una mala maniobra, el buque británico colisionó con la em-barcación liberiana, que derramó petróleo sobre la sala de máquinas del carguero, la que se incendió inmediatamente.

La explosión de los tanques de amoníaco de refri-geración del frigoríico y una carga no declarada de fósforo blanco con destino a Brasil, sumada al in-cendio de petróleo, provocó la muerte de los diez pasajeros y los sesenta y tres tripulantes (incluyen-

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RIESGO DE DESASTRES EN EL ÁMBITO PENITENCIARIO FEDERAL

25. Ibídem.26. Aprendiendo a convivir con las presas. (Organismo Regulador de Seguridad de Presas -ORSEP-).

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AMENAZAS EN EL PAÍSIncidentes con presas de embalse

do al práctico argentino a bordo). El buque británico ardió durante casi 48 horas y el calor del incendio fue tal que fundió los vidrios y bronces a bordo.

El hecho de que ninguna de las víctimas tratara de abandonar el barco y que sus restos fueran hallados en sus camarotes indicaría que los decesos se pro-dujeron por inhalación de amoníaco en altas con-centraciones.

Ocho miembros de la tripulación del buque liberiano (en su gran mayoría de origen chino) fallecieron en la maniobra de abandono del buque; pero el práctico y otros treinta y dos tripulantes fueron rescatados por la Prefectura Naval Argentina.

Los incidentes entre Argentina y Uruguay suscita-dos en las operaciones de rescate llevaron a la irma del Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo en Montevideo, el 19 de noviembre de 1973.

Consecuencias ambientales y sanitarias

Los incidentes químicos provocan distintas afeccio-nes en la salud, dependiendo del nivel de riesgo, tipo y tiempo de exposición y condiciones previas de las personas.

Los efectos sobre el organismo pueden resultar inmediatos o retardados: cancerígenos, dermato-lógicos, inmunológicos, hepáticos, neurológicos, pulmonares o teratogénicos (aquellos agentes que pueden inducir o aumentar la incidencia de las mal-formaciones congénitas).

Si la exposición, expansión y el tipo de sustancia son lo suicientemente tóxicos e intensos (sumado al tiempo de exposición y estado de salud previo de la persona) y si no se recibe atención médica urgen-te, las consecuencias pueden ser fatales.

Si el derrame tóxico afecta directamente el agua, la vuelve inapta para el consumo, la higiene y el riego, y tampoco permite su potabilización casera.

Los caminos y vías de acceso pueden a su vez ver-se afectados.

En caso de explosiones, estas pueden causar la destrucción de ediicaciones e infraestructura.

Si las viviendas y ediicios se ven afectadas, las personas deberán ser evacuadas y estos espacios descontaminados, dependiendo del tipo de químico implicado.

Las condiciones atmosféricas son determinantes en el nivel de impacto. Una emergencia química rela-cionada con la expansión y concentración de gases y partículas volátiles puede afectar severamente el aire que respiramos y todo nuestro entorno. El vien-to, la lluvia, las altas temperaturas y la humedad son potencialmente agravantes. La humedad y las altas temperaturas pueden también aumentar los daños, porque favorecen la concentración de los químicos y funcionan como reactivos.

Los alimentos frescos, los enlatados y embotella-dos pueden verse afectados por la contaminación. Dicha alteración transforma la comida y las bebidas en tóxicas y no aptas para su consumo. Del mismo modo, el incidente químico puede afectar la produc-ción agrícola-ganadera.

Los hospitales y centros de salud, así como sus vías de acceso, pueden estar localizados dentro de la zona tóxica. Si es así, no habrá posibilidades de prestar el servicio con normalidad ni de recibir nue-vos pacientes por un periodo prolongado.

Las presas son barreras interpuestas a los ríos para impedir el paso del agua y almacenarla en los em-balses, o para desviar su curso. Las principales condiciones que deben cumplir son impermeabili-dad, para que el agua no pase a través, y resistencia al empuje del agua.

Tipos de presas más comunes:

• De materiales sueltos: se trata de grandes terra-plenes compuestos por piedras, gravas, arenas, limos y arcillas, compactados hasta alcanzar una adecuada consistencia, para brindar impermeabili-dad, y la solidez necesaria para resistir el empuje del agua.

• De gravedad: son obras de hormigón que resisten

el empuje del agua con su peso. La estabilidad al vuelco se consigue ensanchando suicientemente la base.

• De contrafuertes: son obras de hormigón. Los con-trafuertes son las estructuras que resisten el empuje del agua. La impermeabilidad se consigue mediante una pantalla de hormigón, sostenida por estos.

• De arco y de doble curvatura: Existen presas de

arco de simple curvatura y de doble curvatura. Es-

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BUENA INFORMACIÓN PARA UNA MEJOR GESTIÓN

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27. Documento País 2012. Riesgo de desastres en la Argentina. Capítulo 9: Principales Amenazas en el País.28. De acuerdo con la definición del “Glosario geohidrológico” de Ramón Ortiz Aguirre, se trata de la “Crecida máxima estimada que resulta de una com-binación razonadamente crítica de condiciones meteorológicas e hidrológicas, consideradas físicamente posibles, y que pudieran presentarse en un curso de agua dado, para un cierto período de recurrencia”.

27 tas presas de hormigón aprovechan el “efecto arco” para concentrar el empuje del agua en su fundación (base de apoyo) y en los estribos (apoyos laterales). Tienen la ventaja de ser muy esbeltas, por lo que requieren poco volumen de material, pero exigen la presencia de roca de alta resistencia tanto en la fun-dación como en los estribos.

En Argentina existen alrededor de 130 presas, se-gún el último relevamiento del Organismo Regulador de Seguridad de Presas (ORSEP).

Estas obras tienen diferentes propietarios: Nación, provincias y privados, y cumplen distintos propósi-tos, muchas de ellas con poblaciones aguas aba-jo expuestas a las amenazas derivadas tanto de la operación de caudales extraordinarios como de una falla catastróica.

El ORSEP es autoridad de aplicación en las 31 obras multipropósito, pertenecientes a la Nación, que fueron concesionadas durante la década de los 90. La mayoría pertenecen a las provincias y un mí-nimo porcentaje son privadas. También existen dos grandes obras hidroeléctricas binacionales: Salto Grande (Argentina-Uruguay) y Yacyretá (Argentina-Paraguay).

Las presas constituyen infraestructura crítica. Su interrupción o destrucción impacta enormemen-te en la salud, en la seguridad, en el bienestar de los ciudadanos, en el funcionamiento de las institucio-nes del Estado y de las Administraciones Públicas. Su potencialidad catastrófica es innegable.

Muchas de las presas que hay en el país tienen una antigüedad importante.

Los escenarios de alertas/emergencias con presas de embalse son tipiicados según su origen hídrico (crecidas ordinarias o extraordinarias que pueden afectar la seguridad pública) o de obra (colapso par-cial y/o total de las obras o inhabilitación de órganos de evacuación).

Se entienden por incidentes las amenazas tanto de origen natural (hidrológico y sísmico) como antrópicas (estructural, mala operación, sabotaje, terrorismo).

Poblaciones en riesgo

A continuación se describen casos de núcleos urba-nos aguas abajo, próximos o muy próximos a obras de embalse, sujetos a niveles de riesgo alto por fa-llas en la operación u ocurrencia de incidentes (los

datos de población corresponden al Censo Nacional de 2001). En algunas de las ciudades menciona-das (marcadas con cursiva) existen establecimien-tos penitenciarios federales en funcionamiento o en proceso de estarlo (como es el caso de Senillosa).

Ciudades de Neuquén y CipollettiConglomerado urbano de 290.000 habitantes ame-nazado por fallas en la operación o la ocurrencia de incidentes o accidentes que puedan presentarse en El Chocón (edad: 30 años), cuyo embalse almace-na 20.000 km3. La presa está ubicada sobre el río Limay, a 80 km aguas arriba de Neuquén, 100 me-tros por encima de la cota de esa ciudad. A 30 km —aguas abajo— se encuentra la presa de Arroyi-to, y entre esta y el núcleo urbano se localizan dos pequeñas ciudades, Senillosa y Plottier (que suman 30.000 habitantes).

Por el río Negro (que nace en la conluencia de los ríos Limay y Neuquén, entre Neuquén y Cipolletti), aguas abajo de Cipolletti, corren riesgo las ciuda-des y localidades de General Fernández Oro, Allen, Contralmirante M. Guerrico, J. J. Gómez, General Roca, Padre A. Stefanelli, Cervantes, Mainqué, In-geniero Huergo, Godoy, Villa Regina, Ingeniero O. Krause, Chichinales, Valle Azul, Chelforó, Chimpay, Coronel Belisle, Darwin, Choele Choel, Luis Beltrán, Lamarque, Pomona, General Conesa, Guardia Mitre y Viedma, que suman unos 210.000 habitantes.

El riesgo puede provenir también por fallas en la operación del Complejo Hidroeléctrico Cerros Co-lorados (edad: superior a los 30 años), que aprove-cha las aguas del río Neuquén; o por la ocurrencia de un evento natural extraordinario, como la crecida máxima probable , cuyo caudal de pico, estimado en sucesivas revisiones, supera la capacidad de los órganos de descarga de las obras que integran el sistema.

Aguas abajo se emplaza el dique Ingeniero Rodolfo Ballester (edad: 75 años), cabecera del importante sistema de riego del Alto Valle, y se hallan las lo-calidades de Añelo, San Patricio del Chañar, Villa Manzano, Barda del Medio, Vista Alegre Norte, Vis-ta Alegre Sur, Contralmirante Cordero, Ferri, y las ciudades de Centenario y Cinco Saltos. De avanzar una onda de crecida por el río Neuquén, impactaría en todas las poblaciones mencionadas, salvo Seni-llosa y Plottier.

Gran CórdobaCuenta con una población estable cercana a 1.400.000 habitantes. Constituye un caso de ries-

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RIESGO DE DESASTRES EN EL ÁMBITO PENITENCIARIO FEDERAL

go alto por las consecuencias que podrían entrañar fallas en la operación, incidentes o accidentes en la presa San Roque (antigüedad en servicio: 60 años), ubicada sobre el río Primero, a 25 km aguas arriba de la ciudad de Córdoba, curso de agua que la atra-viesa.

Gran TucumánInvolucra, además del Gran Tucumán (740.000 ha-bitantes), las ciudades de Termas de Río Hondo y Santiago del Estero (350.000 habitantes); en con-junto, conforman una población de poco más de 1.000.000 de habitantes, que puede resultar impac-tada por incidentes en la presa de El Cadillal (edad: 37 años). Por efecto en cadena, una onda de creci-da que salga de allí o de la presa Escaba, impactará a la presa de Río Hondo (edad: 35 años).

La presa El Cadillal, ubicada sobre el río Salí y con 275 hm3 de agua almacenados, impactará primero sobre la ciudad de San Miguel de Tucumán, que dis-ta 20 km, y luego sobre la presa de Río Hondo, que almacena 1.740 hm3 y está ubicada 80 km aguas abajo de esa ciudad.

Esta última se localiza inmediatamente aguas arriba de la localidad de Termas de Río Hondo. El río Salí sigue luego con la denominación de Dulce y cual-quier onda de crecida que se genere en el dique im-pacta sobre la ciudad de Santiago del Estero.

Ciudad de San JuanLa presa de Quebrada de Ullum, ubicada sobre el río San Juan y con un almacenamiento de 440 hm3, se emplaza 19 km aguas arriba de la ciudad de San Juan, con una población cercana a 420.000 habi-tantes.

Ciudad de San Fernando del Valle de CatamarcaLa ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, con cerca de 170.000 habitantes, tiene aguas arri-ba la presa Las Pirquitas, que dista 29 km. Con 71 metros de altura, almacena un volumen de agua de 75 hm3.

Ciudad de La RiojaLa presa Los Sauces está enclavada en el valle del río Los Sauces, a 18 km de la ciudad de la Rioja. Esta obra de 64 metros de altura y 26 hm3 de capa-cidad de embalse, por su edad y escaso manteni-miento, pone en riesgo a una población cercana a 140.000 habitantes.

Valle inferior del río ChubutEn el valle inferior del río Chubut, a 80 km de las ciu-dades de 28 de Julio, Dolavon y Gaiman (7.000 ha-bitantes), está ubicada la presa Florentino Ameghi-

no, obra de 113 metros de altura que almacena un importante volumen (2.050 hm3).

En el derrotero del río hacia la desembocadura en el mar, aparecen las ciudades de Trelew y Rawson (110.000 habitantes), también en riesgo potencial, dado el volumen de agua retenido a más de 150 metros por encima de ellas.

Ciudad de San RafaelEn 2002 se declaró la emergencia en grado uno de la presa Los Reyunos sobre el río Diamante, por el comportamiento anómalo de la estructura detecta-do por los instrumentos de auscultación. Se trata de una presa de tierra de 131 m de altura que almacena un volumen de 260 hm3.

La ciudad de San Rafael, que cuenta con una pobla-ción de 100.000 habitantes, está aguas abajo de un conjunto de presas emplazadas sobre los ríos Atuel y Diamante, conformado por esa obra, además de El Nihuil, Valle Grande, El Tigre y Agua del Toro.

Gran MendozaEste caso, de riesgo moderado, fue seleccionado por la problemática de los torrentes generados por tormentas extremas de verano en zonas de fuerte pendiente. En este lugar son atenuadas por las pre-sas emplazadas en los ríos Papagayos, Frías y Mau-re, que almacenan el agua precipitada. Las obras están ubicadas inmediatamente al oeste de la ciu-dad de Mendoza, que cuenta con una población de 850.000 habitantes.

Entre los fenómenos asociados a epidemias, brotes y pandemias, en Argentina tienen mayor potencial de riesgo el cólera, el dengue, la iebre chikunguña y la gripe.

Cólera

Es una enfermedad infecciosa producida por la bac-teria vibrio cholerae que, al ingresar al organismo, puede provocar diarrea. En los casos más graves, si la pérdida rápida de líquidos corporales no es tra-tada a tiempo puede llevar a la deshidratación, a la postración y a la muerte.

En algunos casos, solo se presenta en forma leve, pero se calcula que una de cada veinte personas infectadas puede tener la grave enfermedad, que se

29. Ministerio de Salud de la Nación. Especial “Salud en Emergencias y Desastres”.

AMENAZAS EN EL PAÍSEpidemias, brotes y pandemias

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BUENA INFORMACIÓN PARA UNA MEJOR GESTIÓN

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acompaña de los siguientes síntomas:

• Diarreas frecuentes, al principio líquidas, de color

normal y luego como agua de arroz. Las deposicio-nes pueden ser incoloras y sin dolor.

• Rápida deshidratación, lengua seca y sed intensa,

pulso rápido, sudoración fría.

• Calambres musculares relativamente dolorosos

y/o entumecimiento de las piernas, debido a la pér-dida de potasio.

Ante estos síntomas, es importante la atención médica porque la deshidratación puede ocurrir en pocas horas. La tasa de letalidad de los casos no tratados llega usualmente al 30%-50%, pero puede bajar a menos del 1% si se aplica el tratamiento en forma apropiada y oportuna.

Aunque en nuestro país no se han detectado casos de cólera desde 1999, existe el riesgo de introducción por la presencia de viajeros proce-dentes de países endémicos. El brote puede darse en cualquier región, dependiendo de la exposición de la población a aguas cloacales o aguas no tra-tadas y a alimentos contaminados con la bacteria.

Dengue

Es una enfermedad viral transmitida por la picadu-ra del mosquito Aedes aegypti. Cuando este se ali-menta con sangre de una persona enferma de den-gue y luego pica a otras, les transmite el mal.

El contagio solo se produce por la picadura de los mosquitos infectados, nunca de una persona a otra, ni a través de objetos o de la leche materna. Sin embargo, aunque es poco común, las mujeres em-barazadas pueden contagiar a sus bebés.

Luego de un período de incubación que puede ser de 5 a 7 días, podrán aparecer las manifestaciones clínicas, aunque una alta proporción de las perso-nas infectadas cursarán sin síntomas.

Las infecciones sintomáticas pueden variar desde formas leves, que solo se maniiestan con un cua-dro febril (2 a 7 días), a otras cuya iebre se asocia a un intenso malestar general, cefalea, dolor detrás de los ojos, dolor muscular y dolores articulares.

Algunos casos de dengue pueden evolucionar a for-mas graves en las que hay manifestaciones hemo-rrágicas, lo que puede llevar a un cuadro de shock.

El comportamiento del dengue en Argentina es

epidémico, y la ocurrencia de casos se restringe a los meses de mayor temperatura (noviembre a mayo), en estrecha relación con brotes en los países limítrofes. Afecta al Noroeste y Noreste, Centro y Área Metropolitana de Buenos Aires y Cuyo.

Fiebre Chikunguña

Se trata de una enfermedad viral que está circulando recientemente en la región de las Américas, transmi-tida al ser humano por los mismos mosquitos que el dengue. Se caracteriza por presentar iebre alta y dolor articular.

Hasta el momento solo se presentaron casos importados de otros países de la región, pero el vector está presente en la mayor parte de Argen-tina, excepto la región Patagónica.

Los síntomas de la chikunguña comienzan a mani-festarse por lo general de 3 a 7 días después de la picadura de un mosquito infectado, y son iebre (mayor a 38 °C), dolor intenso e inlamación en las articulaciones, a menudo en las manos y los pies. También puede aparecer dolor de cabeza, dolor muscular, inlamación de las articulaciones o sarpu-llido.

Si bien en la mayoría de los casos los pacientes se mejoran en una semana, algunas personas pueden tener dolor en las articulaciones por más tiempo.

Gripe

La influenza es una enfermedad de transmisión aé-rea causada por un virus ARN, perteneciente a la familia Ortomixoviridae, que afecta todas las re-giones del país.

Se conocen tres tipos: A, B y C. El virus A presenta dos subtipos que en la actualidad circulan en huma-nos (H1N1 y H3N2). Para los virus inluenza tipos B y C no se han descrito subtipos y solo circulan en humanos.

Su alta transmisibilidad en épocas epidémicas oca-siona altas tasas de incidencia (del 10 al 20 % de la población) y puede elevarse al 50% en comunida-des cerradas.

La principal complicación son las neumonías, más frecuentes en adultos mayores, niños de 5 años y pacientes con patologías crónicas (cardíacas, pul-monares, renales, metabólicas) o inmunosuprimi-dos.

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RIESGO DE DESASTRES EN EL ÁMBITO PENITENCIARIO FEDERAL

Las tasas de morbilidad más elevadas se esperan en los grupos de edad que incluyen a los niños y jóvenes, y llegan a valores aproximados del 35%. En los adultos y mayores, la tasa ronda el 10 y 15%.

Durante las pandemias estas tasas pueden superar-se, como la observada en los años 1918 y 1919, por encima del 40% en la población general. Tasas de ataque del 10% causan problemas comunitarios; del 25% desbordan los servicios comunitarios y colapsan los servicios de salud; tasas del 50% provocan un desastre.

De acuerdo con las observaciones realizadas en los períodos pandémicos como inter-pandémicos, las embarazadas constituyen un grupo de riesgo por presentar complicaciones graves e incluso muerte por inluenza, en particular durante el segundo y ter-cer trimestre del embarazo.

La base de datos de desastres en Argentina (desa-rrollada por CENTRO estudios sociales y ambienta-les) cuenta con 17.833 registros de desastres que cubren el período 1970-2007. Se han detectado, al menos, 26 tipos distintos de desastres.

En términos generales, los riesgos más recurrentes son también los que han dejado mayores daños acumulados a lo largo de las últimas décadas. Sin embargo, constituyen una clara excepción los sis-mos y los aluviones en la región de Cuyo; especial-mente los primeros, muestran recurrencias relativa-mente bajas para la escala temporal analizada, pero un nivel de daños considerable.

Una primera mirada comparativa a las regiones da cuenta de una distribución desigual de los desastres en el territorio. Considerando la diversidad de tipos de riesgos presentes en Argentina, tres regiones concentraron el 73,5% de los registros de desastres ocurridos entre 1970 y 2007: Centro, AMBA y NOA.Sin embargo, si se tiene en cuenta solo el riesgo de inundación, que es aquel que muestra mayor re-currencia y potencialidad de daños acumulados a escala nacional, cuatro regiones han concentrado el 92% de los desastres ocurridos en los últimos 38 años. En orden decreciente de registros, fueron: Centro, NEA, AMBA y NOA.

De acuerdo con los datos ponderados, entre 1970 y 2007, Centro y AMBA concentraron el mayor por-centaje de pérdida de vidas humanas por desastres (63,6% entre ambas), lo que también es consistente con una mayor concentración de población en estas regiones .

En términos de la distribución de los evacuados, el mayor porcentaje correspondió a la región Centro (40,1%), seguida por el NEA (26%) y AMBA (21,4%). Sin embargo, la diferencia sustantiva de población entre NEA y Centro da cuenta de un impacto relativo mucho mayor en la primera.

En lo que hace al porcentaje de viviendas destrui-das, se distribuyó de manera similar entre Centro, AMBA, NEA y Cuyo, con menores porcentajes en NOA y Patagonia.

En términos de viviendas afectadas, Centro concen-

DESASTRES POR REGIÓN

30. Se considera la regionalización propuesta por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) en 1980. NEA (región noreste) incluye las provin-cias de Formosa, Chaco, Misiones y Corrientes; NOA (región noroeste) a Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja y Santiago del Estero; CUYO a San Luis, San Juan y Mendoza; CENTRO a Buenos Aires (excluyendo el Área Metropolitana de Buenos Aires), Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba y La Pampa; AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) a Ciudad Autónoma de Buenos Aires y 24 los partidos del conurbano bonaerense que la circundan; PATA-GONIA a Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego, antártica Argentina.31. Sistema de Inventario de Desastres con base en datos preexistentes, fuentes hemerográficas y reportes de instituciones en nueve países de América Latina. Para consultar DesInventar, visitar http://www.desinventar.org/es/32. Los datos de esta sección corresponden al Documento País: Riesgos de desastres en Argentina (Cruz Roja Argentina y CENTRO, 2009).

30

Registros de desastres (1970-2007) por región (CENTRO estudios sociales y

ambientales, 2008, con base en DesInventar ).31

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BUENA INFORMACIÓN PARA UNA MEJOR GESTIÓN

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tró casi el 52% del total, seguida de lejos por NEA (15,4%) y luego Cuyo (12,9%). AMBA y Patagonia acumularon los menores porcentajes: 5,9 y 6,1% respectivamente.

En términos de impactos relativos de las inundacio-nes, la región del NEA ha sido claramente la más afectada, con una mayor proporción de población evacuada respecto a un valor aproximado de la po-blación total, seguida por la región Centro.

Centro presenta la mayor proporción de heridos/en-fermos por inundaciones respecto de la población regional.

NEA, la mayor proporción de viviendas destruidas por inundaciones respecto a un valor aproximado de la población de la región.

Esta última, seguida por Centro, es la que presen-ta la mayor proporción de viviendas afectadas por inundaciones sobre un valor aproximado de la po-blación.

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