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RADIOGRAFIA AMERICA LATINA Y CARIBE

Fr. Marcos Juchem Junior – ocd - Defini-dor América Latina y Caribe.

Roma 6 de setiembre 2010.

INTRODUCION

El Gobierno General, con la responsabili-dad de animar de forma eficaz la Orden , optó por la metodología de las “visitas fraternas”, para durante un año, visitar a todos nuestros frailes. A mi por tanto, tocó de visitar a este grande terri-torio continental, de tantos climas y geo-grafías, de América del Sur, América Central y Caribe. En buses, trenes, avio-nes y coches, siempre con una acogida fraterna de todos los hermanos, en es-pecial de los superiores mayores que coordinaran todos los viajes, y todos bien sucedidos. Muchas gracias por todo. La metodología de las visitas es sencilla, pero se asumida con determinación, es un instrumento eficaz para nuestro dis-cernimiento y crecimiento. Se nos pidió en el Capítulo General, que el gobierno general no sea tan inofensi-vo, por eso vamos ser más invasivos. Y así estamos, cuchillos bien afilados…ya oí de algunos frailes, “porque vienen de Roma con tanta fuerza, que quieren, si vivimos siempre bien así.” Es por eso mismo, vivimos tan bien, pero creo que para nuestros días, tenemos que vivir de forma un tanto diferente, no solo sobre-vivir…En tiempos normales, cuando las cosas caminaban bien, las provincias no pensaban en pedir ayuda…tenían fuerza y autonomía, pero ya no es así en mu-chas partes. Ciertamente todo lo que afirmamos aquí en la radiografía, es conocido de todos, no son novedades, así es mejor, y más fácil para nuestra comprensión, partici-pación y evaluación. Pero al mismo tiempo, este más fácil, puede ser más

difícil, pues tener los problemas y reali-dades pegadas en la nariz, se torna difí-cil evaluar y medir las cosas, una distan-cia quizá sea necesaria para nos damos cuenta de todo esto. No pensemos que solo el Definidor sea el responsable por la radiografía. Sí, el tiene su responsabilidad. Pero para ha-cerla vemos que es responsabilidad de todos. La reunión con los Consejos de cada circunscripción , y cada fraile y co-munidad, todos han sido invitados a evaluar y acrecer lo que viera necesario.La metodología es participativa, nadie se puede excluir. Todos los frailes cono-cemos nuestras realidades. Pero, creo que tenemos miedo o indiferencia, o al-guna inercia, o nos faltan motivaciones fuertes para hacerla, mirar con profundi-dad nuestras realidades, nuestra pre-sencias y misión. Quizá una radiografía nítida y bien interpretada, nos pida cam-bios. Pedir, puede ser bueno, pero solo será eficaz, si yo estoy convencido que hay necesidad de cambiar, de “procurar ir comenzando siempre de bien en me-jor…” Y cambios siempre suponen re-di-reccionar nuestras vidas y estructuras. Supone desacomodarse, salir, ponernos en caminos nuevos…

”Necesitamos una renovación que parta del interior, de las raíces, y esta no pue-de venir de nuestro obrar. Más bien de-bemos saber estar en actitud de humil-de confianza y vigilancia para dejar ac-tuar a Dios en nuestras vidas y en nues-tras comunidades.” (Homilía P. Geral, Cap Fátima 2010)

La radiografía es un intento…” a noso-tros toca presentarnos tal como somos; se nos pide narración, historia, relato de la vida entera de nuestras personas. No debemos presentarnos tal y como que-remos ser, eso es teoría , proyecto, re-flexión y mera utopia. La vida nos lleva-rá al texto; nos mostrará los valores que nos deben inspirar. El cambio que pide la VC no es superficial ni frívolo. Por su-

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puesto no puede faltar inspiración . Así entendida la tarea no es sólo construir un modelo sino dejarse modelar por el Espíritu de Dios en las encrucijadas his-tóricas de nuestro tiempo”. ( El Domingo para la VC . p78) La tentación nuestra es correr por las mismas planicies todo el día, o pescar en el mismo lago, y de la misma forma, y hasta de noche, soy un trabajador… Nos cuesta subir a la montaña…Ir a un lugar apartado, puede ser peligroso, tal-vez nos venga alguna advertencia o ex-periencia más seria , alguna crisis exis-tencial….No es recomendable tener una vida como una fotocopiadora, todos los días parecen fotocopiados. Por eso, en nuestras manos está el asu-mir y dedicarse con toda paz, con la sua-vidad teresiana… “ todo lo que es suma-mente importante necesita ser tratado con mucha paz, se debe mirar sin agre-sividad ni crítica ácida y sin preocuparse de buscar los culpables de algunos pro-blemas que ahora tiene la VC”, ( P. José María Arnaiz). La responsabilidad para conseguir diagnosticar nos sobrepasa, pues lo hacemos en nombre de todos nuestros hermanos latino americanos y caribeños, además, el Señor nos contra-tó, somos operarios de su viña, de la vi-ña del Carmelo Teresiano en América Latina y Caribe. Todos los que aquí esta-mos, tenemos la disposición clara de ver lo mejor para nosotros, para los que per-tenecemos y formamos el Carmelo Tere-siano, todos estamos en una búsqueda profunda y sincera, para “honrar la ver-dad, decir la verdad y hacer la verdad”.Puede ser, que dependa de nosotros, en estos días, al escuchar bien lo que el Se-ñor hable, en la cima de este Monte Car-melo, en el “Castillo Interior”, para nues-tros corazones, con el fin generar un proceso nuevo, una nueva forma de ser carmelitas teresianos en esas tierras. Digo nuevo, porque el contexto de hoy, es totalmente distinto que lo del pasado, que lanzó para estas tierras nuestros

beneméritos hermanos misioneros euro-peos.La presentación y análisis de nuestras realidades, según la metodología, que se orienta para nuestros problemas y desafíos, puede dar la impresión de un negativismo. No quiere ser eso. Un orga-nismo, si tiene la capacidad de auto eva-luarse, es porque es fuerte. Cuando ya no puede, es que está en una situación muy delicada. Sí apuntamos problemas y debilidades, es porque queremos su-péralos y crecer. Entiendan hermanos, no tengo ni la ca-pacidad, ni la pretensión de presentar un trabajo y análisis de precisión, sino más bien una reflexión que intenta tra-ducir, ajustar las lentes, evitando en lo máximo las miopías, indicar y interpre-tar la radiografía, a partir de nuestras presencias y personas, las luces, caren-cias, problemas, desafíos, con el intuito de apuntar para direcciones.. “mar adentro” o “otros mares”, (Lc.5,6 ) o otras orillas… con una insistencia un tanto compacta, que veo necesario, pues comenzar una nueva construcción, refundación, es indispensable que sea en tierra firme, de preferencia sobre la roca, que parte de una convicción y mo-tivación fuerte , sin la cual, ni nos move-mos, ni nos ponemos en camino.Ciertamente nos recordamos que nues-tra Vida Consagrada es disponibilidad, es dinamismo, es éxodo… varios éxo-dos, salir del ego, de nuestra mentalidad cerrada, de nuestra forma de vivir, mi-sión, estructuras y obras que respondían a exigencias de unos tiempos… Salimos en dirección al desconocido, vació, de-sierto, es inseguro, miedo, que nos va faltar todo, “no llevéis dos túnicas”, “las cebollas del Egipto nos provocan a todo momento… la tentación de quedarnos con ellas…” En todo el proceso, según Marcel Proust, tener nuevos ojos : “El verdadero proce-so que nos permite enriquecernos mu-

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cho no consiste en ver nuevos panora-mas sino en tener nuevos ojos”. OBJETIVO DEL ENCUENTRO

A partir de la metodología de la visita fraterna, los Superiores mayores y dele-gados, nos reunimos con el Padre Gene-ral, para estudiar, identificar, discernir y evaluar nuestros problemas, desafíos, resultantes de las reuniones con los Consejos de las 13 circunscripciones, para así, como carmelitas teresianos, diagnosticar soluciones necesarias y efi-caces, para nuestro presente y futuro, ante el cambio de época que vivimos y presenciamos, y que nos lanza en bús-queda de nuevos caminos… PRESENCIAS MISIONERAS.

La presencia de la Orden Teresiana en América Latina inicia con una presencia virtual desde la época que vivía la Santa Madre, esta misma que oía hablar de las urgencias de la evangelización de los nativos, y incluso la presencia de sus hermanos en estas tierras, y el dicho de que tuvo una bilocación, por la que se hizo presente en Quito. Pero sí es histó-rico, que obtuvo ayudas en dinero de su hermano Lorenzo, para las necesidades de las nuevas fundaciones. Lo virtual para ella se tornó real en la oración, y su preocupación por la salvación de estos pueblos, y es también real la presencia hasta hoy de sus hijos e hijas en estas tierras. La primera presencia es de su tiempo, México, 1588. Finales del 1800, en Cuba, Caribe, la Provincia de Castilla. Pero tuvo secuencia y fuerza de expan-sión, en los últimos cien años, sobre todo con el envío de misioneros por la Provincia de Navarra, y en menor núme-ro, de Andalucía. A el mismo tiempo, dos provincias italianas, Romana, Toscana, y la provincia de Holanda, fundan en Bra-sil. Con la fundación de la Provincia de Burgos en 1927, a ésta séle asignaron algunos territorios. Y desde hace 60 años, está presente la Provincia, Aragón y Valencia.

Las motivaciones eran espirituales, hu-manas y materiales. Las espirituales, Jesús, su Evangelio, la devoción a la Virgen, nuestros santos. Los frailes que traían en sus entrañas la vida de oración, intimidad con el Señor, que los lanzaba con más ímpetu para la misión. Eran personas de temple, abne-gados, sabiendo que motivaciones diver-sas se mezclaban, incluso algunos en-viados como rebeldes, a algún lugar considerado como la “Siberia de la Pro-vincia.” Pero, dejaron sus tierras, fami-lias, impulsados por el Evangelio, la ora-ción y cercanía de cristianos ya presen-tes en muchas partes, los hizo perseve-rar, y emprender obras que aun hoy causan admiración, las iglesias, conven-tos…Las motivaciones materiales venían de la época, América, tierras ricas, muchos querían hacer fortunas. Aquí de Améri-ca, también los frailes como fruto de su trabajo, enviaron dinero para sus provin-cias madres, nada más justo, “mística con economística”. La preocupación por cultivar vocaciones naturales, o nativas, no estaba en sus proyectos, tenían muchos frailes en Eu-ropa. Este cultivo se inició, en México por supuesto, la segunda Provincia de la Orden. En otra regiones, con poca fuer-za, y pocos resultados, excepto Colom-bia, que se tornó Provincia en el año 1965. En Paraguay, son 25 años. La preocupación por las vocaciones adquie-re más fuerza después del Concilio, pero también ahí, las vicisitudes del contexto eclesial, provocó no pocas defecciones, dejando a descubierto aun más las fragi-lidades en todas partes. Las crisis de la identidad en la vida consagrada y sacer-dotal, provocó no pocas desistencias. En al año 1976, se tuvo la primera reunión en Lima, convocada por el definidor de la época, Fr. Felipe Baranda,( “creo que estuvo presente también el P. General, fr. Finiano,” me escribe fr. Pedro Zubie-ta) intimando y todos a trabajar por la

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vocaciones y su formación, incluso el Gobierno General apoyó la construcción de casas de formación en nuestra re-gión. Así se avanzó , paso a paso, y crecimos, pero no lo suficiente. Se creció de forma desproporcionada, las fundaciones de conventos, parroquias, iglesias de culto, acrecidas por las estructuras formativas para nuestros vocacionados, casas de retiros, centros de espiritualidad, misio-nes ( 120 casas), y esto se multiplica por capellanías, comunidades intra parro-quiales, nuestras monjas, OCDS… siem-pre con mucho trabajo, mucha dedica-ción. Pero no crecimos numéricamente para poder asumir con mas calidad a estas realidades. “ Las comunidades de Asia, África, de América Latina, que, en su juventud y rápida expansión, están expuestas al riesgo de ser arrolladas por el activismo en detrimento de la consolidación de su identidad carismática”. ( Hom. P. Geral Cap. Fátima)

A esta falta personal y de identidad ca-rismática, en vida y misión, la podemos llamar de una subnutrición en relación a los valores del nuestro carisma. Sí, es verdad que hacemos mucho, somos grandes servidores, y en toda la iglesia se habla mucho del servicio. Pero un servidor fiel, solo puede ser fiel, si es un testimonio, vive el evangelizar, es decir, al mismo tiempo se deja evangelizar… El servir solo, es una parte, esto se com-pleta siendo discípulo. Y el discipulado nuestro es cada día cultivar la vocación teresiana, en la formación permanente, en la vida fraterna, oración y misión… ¿ Cómo podemos superar esta subnutri-ción ??¿ Queremos y seremos capaces de pres-tar para los hombres de hoy un servicio fiel, vida y testimonio, originario de los nuestros santos fundadores ?

“Es justo que se hagan estos relieves, que interesan a la Orden, pero sabiendo que la vida ordinaria de fidelidad es la riqueza verdadera.”( Cap. Gen. Fátima, Como está la Orden)

CUÁNTOS PROFESSOS SOLEMNES SOMOS HOY ?Es interesante ver cuántos somos, así nos damos cuenta de todo trabajo que se hace, los compromisos que tenemos. Al mismo tiempo los frailes mayores y algunos más jóvenes enfermos, que no pueden trabajar. Es evidente, que su vida de oración y testimonio es esencial e enriquecedor en la comunidad. Somos cerca de 400 profesos solemnes, en casi 120 casas, en principio un poco más 3 de religiosos, en media por comu-nidad. Aquí se contamos los ancianos y enfermos, que no pueden trabajar, para los que están en plena actividad , el tra-bajo es mucho. Hay alguna comunidad más numerosa, pero otras, muchas, tie-nen 2 religiosos solamente. CARISMA Y REESTRUCTURACIÓN

Fuertes y insistentes fueron las afirma-ciones ya en el Capítulo General de Ávi-la, de 2003, referente a la reestructura-ción, innumerables veces se expresa:“ Por consiguiente nos comprometemos a: favorecer reuniones de sensibilización y verificación de los caminos de renova-ción a nivel de Provincia o Circunscrip-ción. En ellas discernimientos entre los centros y las casas más vitales y aque-llas que carecen de perspectivas para el futuro, para tomar decisiones pertinen-tes : reforzar, reestructurar, suprimir o fundar. En esta perspectiva privilegiare-mos las casas de formación …de la pas-toral de la espiritualidad…. a nivel de naciones o regiones se estudiará la ma-nera de crecer en colaboración para vi-vir mejor nuestra vida…para la forma-ción y para llevar adelante iniciativas comunes que caractericen nuestra pre-

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sencia y nuestro servicio a la Iglesia.” (Cap. Gen. 2003 – n.17)A partir de esta iluminación, se aprobó esta conclusión operativa, nº. 116 : “ Exhortamos a que las circunscripciones hagan una restructuración de presencias en vistas a potenciar la formación inicial y el servicio de la pastoral de espirituali-dad, donde sea necesario.” (Cap.Gen.2003)

Según afirmación de nuestro Padre General fr. Savério : “ Lo que encuentro más frustrante es la resistencia de muchos hermanos y hermanas a aceptar la realidad. Por eso he insistido y seguiré insistiendo sobre la importancia de reconocer la verdad tal como es, nos guste o no nos guste. Entiendo que cuando la realidad de la historia nos interpela y nos pide que cambiemos, nos sintamos desplazados y obligados a defendernos, acumulando razones que justifiquen nuestra resistencia al cambio. Son formas de "racionalizar" el miedo, que nada tienen a que ver con la razón verdadera, iluminada por la fe, ni con la prudentia, de que habla la gran tradición cristiana, de la escuela de Aristóteles, es decir con la capacidad de «calcular exactamente los medios idóneos para alcanzar un fin bueno».”(Comunicaciones ocd 150) Cambiamos de época, lo afirmamos muchas veces… navegamos en nuevos mares… “la emergencia de la globalización, como nuevo orden del mundo, nos invita a compartir nuestros recursos humanos, espirituales y materiales con una colaboración más eficaz entre las circunscripciones y con el centro de la Orden, para continuar y consolidar la expansión de la Orden en el mundo”. (Mens. Cap Gen. Fátima) Para todos nosotros es difícil, discernir, tomar decisiones y direcciones, pues nuestros días , son tiempos confusos, nos sentimos hijos de babel…

Ciertamente presentimos que tenemos que cambiar, expandir la Orden, es decir, más que geográficamente, internamente, incrementar calidad carismática en nosotros, y en nuestras presencias. Pero no es fácil desviar un río, o un tren en medio de las montañas de estructuras que heredamos. Los hermanos mayores en su carril, es normal de tengan poca capacidad de cambios.“…Pero la experiencia de pobreza que vivimos, la diminución de las vocacio-nes, la grande y pesada infraestructura de las obras y de los apostolados que son peso muerto, se está convirtiendo en un lenguaje claro. Con todo no nos resulta fácil leerlo. Si somos coherentes con el vocabulario del Congreso esto es un bloqueo o quizás el principal bloqueo a la acción del Espíritu en la vida de la Iglesia y de la VC hoy.”(Arnaiz, idem, p.223) Si todos estos años oímos hablar de cambios, sí que hubo cambios, necesita-mos de más cambios… ¿ Tenemos capa-cidad de cambiar más ? O queremos cambiar…?? Todos percibimos que esto no es tarea fácil, discernir nuevos cami-nos, hacer nuevos caminos, cuando pa-rece que conquistamos algo, un nuevo y exigente horizonte se desvela ante no-sotros.Sabemos que la VC no vive sus mejores días, pero también no los peores, cree-mos que debemos cultivar la esperanza de su revitalización. Los que estamos con los encargos de gobierno, aquí en América, nos agota-mos en lo ordinario, provocado por los muchos compromisos, día y noche nece-sitamos animar, y contornear dificulta-des provenientes de nuestras fragilida-des, pocos frailes, sus debilidades, nues-tras debilidades. Ya son muchos años que los superiores mayores y sus conse-jos, más que animadores de proyectos de crecimiento, están siendo bomberos y para-médicos, con ambulancias de

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emergencia, dando los primeros y los últimos socorros. Lo experimentamos todos… Es como el efecto dominó, ¿có-mo conseguir reestructurar y cambiar vidas, mentalidades, y obras ?Reflexión personal De la reconversión de las personas a la reconversión de las institucio-nes.

Nos habla P. Juan Martin Velasco, “La propuesta que vengo ofreciendo sobre las posibles respuestas que la actual si-tuación religiosa requiere del Carmelo, se refiere sobre todo a las personas que han de vivir la espiritualidad cuyos ras-gos hemos enumerado. Pero es evidente que el desarrollo por los carmelitas y las carmelitas de esa espiritualidad tienen que repercutir sobre laregulación de la vida cristalizada en las estructuras institucionales del Carmelo.Así sucede de hecho, a una escala más amplia en relación con las Igle-sias. Su respuesta

a la crisis exige una verdadera con-versión de sus miembros, pero es evidente que esa

conversión reclama como condición de posibilidad y de eficacia la re-conversión de las

estructuras institucionales de esa vida contemplativa. ( J. Martín Velasco Cap. Fátima ) Siempre es un desafío emprender una reconversión, pero sin hacer la, nuestro futuro puede ser inseguro , “conviene observar que, como decía Th. Merton: “nuestra vocación no es sobrevivir, sino profetizar”. ( J. Mar-tín Velasco).

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Hace pocos años que nuestros herma-nos misioneros entregaron para los nati-

vos la responsabilidades de gobierno y formación. Las presencias todas necesi-tan, de descubrir y incrementar una fiso-nomía y identidad más clara, dentro de la nueva época. Es decir, como mejo-rar nuestra calidad de vida como CARMELITAS TERESIANOS. Siempre estaremos sujetos a es-tructuras, pero ciertamente hay aquellas que pueden ser más favo-rables para nuestra forma de vivir. No hay duda, que en cualquier es-tructura que vivamos, es esencial sí, el esfuerzo para conseguir la ma-durez humana, la profundidad y in-ternalización de valores, en cone-xión con los valores transcendenta-les, que es Cristo y el Evangelio. Siendo así , hay que mirar y con-templar varios aspectos en nuestro estudio radiográfico.

Tenemos un buen numero jóvenes pro-fesos solemnes, y jóvenes en formación inicial. Esto también nos pone delante de una realidad que necesita con mucha urgencia ser estudiada y discernida. Nuestras comunidades son formadas por tres religiosos, dos religiosos., estos jó-venes necesitan que su vida encuen-tre apoyo en una comunidad esta-ble y bien constituida.

“ La misión, como otros aspectos de la VC, necesita un aparato institu-cional más liviano, más ágil, y más flexible. El desafío de la reestructu-ración le debe afectar sustancial-mente. Los cambios son difíciles. Se necesita para llevarlos a cabo luces y coraje. El evangelio nos recuerda que hay que poner en la misión luz, sal y fuego. Se precisa enfocarla bien y atinar en ofrecer lo que los demás necesitan recibir y no tanto lo que nosotros precisamos dar.”(Arnaiz p.77)

Es significativo, que en su mayoría, los jóvenes que tenemos, apuntan y piden una mayor identificación con el carisma. Yo creo que ante eso,

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tenemos el imperioso deber de ha-cer todo lo posible para que esta-blezca un proceso formativo serio, y un proceso de ir adaptando nues-tros compromisos, para que se pue-da vivir lo específico nuestro. Caso contrario, siempre estaremos fuera de compaso y ritmo. Siempre esta-remos llegando tarde, y lo más gra-ve, cuando ya no haya frailes para llegar tarde. .-.

Según nuestros hermanos de Colombia : “ se evidencia muy fácilmente, como ya se ha venido diciendo, un muy fuerte relativismo frente a los valores evangéli-cos y a la forma como tenemos que en-carnar en cada uno, en cada comunidad y en cada lugar, nuestro carisma.” (Prov. Colombia)No podemos ceder a la tentación de crear una vida a moda “disneylandia”, inventando el complacer diario, las dis-tracciones…; sí, estamos en un mundo que quiere vivir la Disney-Word, disfru-tar la vida, justamente a este contexto cultural somos enviados, de la superfi-cialidad, para testimoniar y anunciar que la vida es seria, el ser humano fue cria-do para vivir verdades profundas, y eter-nas. Puede ser esta una de las causas de tan-tas defecciones, de jóvenes profesos so-lemnes, que esperan una realidad, en nuestra forma de ser y vivir, y misión, y las estructuras y compromisos dificulten su perseverancia.Sí, tuvimos presencias , impulsadas con fuerza y hasta heroísmo misionero para implantar iglesias y comunidades en este amplio territorio, a través de un la-bor y trabajo parroquial, pastoral sacra-mental y catequético. Tenemos en he-rencia las parroquias, son el mayor nu-mero de las comunidades, y mayor nu-mero de frailes que se ocupan de este ministerio, prácticamente un 70%.Nos preguntamos hoy ¿ Cómo mejo-rar nuestras presencias, nuestra mi-

sión, con una mejor identificación carismática ?

¿ Es posible mejorar nuestra calidad de vida, conservando estructuras y pre-sencias que en nuestros días no tienen tanta urgencia y necesidad como en el pasado ? Hoy tenemos el clero dioce-sano que hace también este trabajo de evangelización pastoral y parroquial. ¿ Podemos continuar abrazando tanto y tanto, apretando poco, tener una dedi-cación esmerada en los compromisos que tenemos ? “Creo que más que una crisis de identi-dad en vida VC, estamos buscando nue-vas formas de vivir esta identidad. En un mundo en que todo cambia trata de ser lo que Dios quiere y espera de ella”.( El Domingo para la VC. Pag. 8 Arnaiz)Estamos tan acostumbrados, repito, es como una costumbre, una mentalidad, y nos extrañamos cuando en alguna co-munidad hay más de tres frailes. En los Capítulos y Consejos, constituyendo las comunidades, es común oír: “para que poner tres frailes ahí, si hay solo trabajo para dos, incluso uno lo podría hacer. Si es costumbre, es difícil de entender y aceptar un cambio, solo es posible, cuando se reflexiona y nos convence-mos que hay que reformar conceptos y costumbres y tradiciones.La forma y modo mismo de vivir, deja en nosotros marcas fuertes, hasta el punto de que, cuando es necesario un fraile que está trabajando un tiempo en una parroquia, o más directamente con el pueblo, para que acepte ir a una casa de formación, cuanta conversación y es-fuerzo del superior para conseguir reali-zar este intento…, y no pocas veces, el superior desiste, y sale a procurar… y algún fraile también cuando se anida en una parroquia, por Dios, es casi más fá-cil transferir la iglesia que el fraile.Algún provincial me dijo, que tiene dece-nas de frailes, pero puede contar solo con pocos, en disponibilidad. Otro afir-

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ma: me sobran 15, y faltan 7. Es una ca-ricatura, hay eso, pero por experiencia sé que la mayor parte es fiel y disponi-ble, gracias a Dios. Tenemos un buen numero jóvenes pro-fesos solemnes, y jóvenes en formación inicial. Esto también nos pone delante de una realidad que necesita con mucha urgencia ser estudiada y discernida. Nuestras comunidades son formadas por tres religiosos, dos religiosos., estos jó-venes necesitan que su vida encuen-tre apoyo en una comunidad esta-ble y bien constituida. El obispo brasileño Mons. Angélico Sán-dalo, así se expresó: “Yo me quedaría muy preocupado, sí ustedes tuvieran éxito en sus parroquias, como los curas diocesanos”. !!! Aquí ampliamos esta afirmación dicien-do que ningún carmelita debe tener éxi-to sólo en el campo profesional , en su quehacer , en cualquier sector o campo de trabajo. Sí , debe alcanzar todo éxito a partir de su ser de carmelita, de su carisma. Ninguno debe estar en primer lugar en la parroquia, o en la enseñanza, primero deberá estar viviendo en una comunidad fraterna, y a partir de ella, servir, y se dedicar a la misión. Nos resulta difícil aceptar y participar con disponibilidad en los proyectos de la Provincia y de la Orden. También es difí-cil, aunque comprensible, que si esta-mos a un 80% ocupados en el quehacer pastoral, no nos resulte fácil salir del barco en el que estamos remando, y sal-tar a otro, y continuar remando cuando nos faltan motivaciónes, disposición y sentido… “para que me va servir todo esto, me quieren cargar más aún ?” ¿ Las estructuras que tenemos, nos ayu-dan a mejorar nuestra calidad de vida ? Sí y no. En las parroquias y en otras ca-sas, de formación y retiros, donde hay comunidades, con un proyecto comuni-tario realista, y este es vivido, son un medio excelente para ejercer nuestra

pastoral de la espiritualidad. Pero si so-mos pocos, el mucho quehacer, dificul-tando el cultivo del proyecto comunita-rio, de la vida fraterna, de la vida de ora-ción, de la formación permanente, esto quitará calidad de vida, calidad a nues-tra pastoral, aquí las estructuras en ex-ceso, nos debilitan. No somos “supermans”, maquinas que programadas, funcionen. Todos tenemos necesidades básicas, que necesitan ser atendidas, caso contrario vienen desgas-tes físicos, psíquicos, espirituales, cau-sando pérdidas irrecuperables, incluso desilusiones vocacionales. “ También hemos podido constatar que hay algunas presencias que ya no dan respuesta a lo más genuino de nuestro carisma y que de alguna forma lo que hacen es desgastarnos a nivel comunita-rio. Esta realidad se ha venido observan-do desde hace algún tiempo y es por ello que el anterior Capítulo Provincial pidió al actual gobierno, una reestructu-ración de las presencias que tenemos en Colombia con el fin de dar una mayor respuesta carismática.”(Prov. Col.)De ninguna manera las estructuras son negativas en sí mismas; pueden serlo según nuestras relaciones con ellas. ¿ Las estructuras, tantas, no dejan el espacio necesario para vivir nuestros valores ? Favorecen el cultivo de nuestra vida , el desarrollo, y la misión como carmelitas teresianos ? Contagian, atraen jóvenes vocacionados ? Las estructuras no deben tener ni el derecho, ni el poder de imponer a nosotros una forma de vivir que nos perjudique como carmelitas teresia-nos. Que perjudiquen nuestra iden-tificación carismática.

Las estructuras y esquemas inte-riores que cargamos, las estructu-ras materiales que mantenemos, nuestras obras, si nos impiden avanzar en dirección a nuestra cali-dad de vida de consagrados, y la

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identidad carismática, tenemos que avalúalas muy detenida de termi-nantemente.

¿ Nuestras estructuras personales y materiales, y nuestras mentalida-des, no están poniendo debajo de las mesas, la “ luz del carisma, que tendría que estar sobre los candel-abros ” ?

En estos tiempos de búsqueda, tendre-mos que dar prioridad al carisma y las personas, su formación, para la misión, y en nuestro caso, a las personas consa-gradas en la Orden, fomentar las posi-bles formas de vivir que contemplen y favorezcan el desarrollo de nuestro ca-risma, en el ser y el quehacer, el profe-tismo de la oración., de la contempla-ción.Sabemos que es difícil desprendernos de iglesias y conventos construidos con tanto ideal y sacrificio, pero si somos intimados a redimensionar nuestras vi-das, salven se las vidas, aun que se pier-dan los añillos. No vamos conseguir cambiar o mejorar nuestra calidad de vida, o cambiar nues-tra misión, o estructuras, a través de decretos o mandatos del gobierno gene-ral. Esto será posible solamente con una toma de conciencia de todos, repito, de todos. Pues es una labor de oración, re-flexión, comunicación, dialogo, y actitud determinante de cada religioso carmeli-ta teresiano. Ante la pregunta a nuestro Padre General : “Según el conocimiento que va adquiriendo de la Orden, ¿Cuáles son los cambios que consi-dera más necesarios?”

Así responde: “Esto no se hace por de-creto, ni se decide en un despacho. Es un poco como el camino de oración del que habla Teresa, un crecimiento que acontece día tras día, pasando por mo-mentos de consuelo y desolación, pero con la determinada determinación de

seguir adelante, sin desistir. Los verda-deros cambios, los que inciden en la his-toria, no son meras reorganizaciones administrativas: son cambios del cora-zón, como nos dice la Escritura. Si no lo exponemos a la tempestad benéfica del Espíritu, de este corazón no podrán na-cer iniciativas generosas y proféticas. La formación, inicial y permanente, proba-blemente sea la única ayuda que pode-mos ofrecer, como institución, para re-correr este camino.”(Comunicaciones ocd 150).

Y más, según Arnaiz : “la pérdida de vi-gor carismático es decisiva para un Insti-tuto religioso. Su pérdida es muy peli-grosa. Imposibilitará cualquier intento de refundación. La expresión “pasión por Cristo y pasión por la humani-dad” es una acertada expresión ca-rismática para las generaciones ac-tuales. La deben encarnar personas concretas; no puede faltar un am-biente que acentúe la presencia de lo divino e del espíritu de la genui-na fraternidad. En los contextos muy desacralizados se debe ejercitar con in-tensidad”.(idem, p.228) Según la afirmación del Consejo de Co-lombia :“Toda esta reflexión va en fun-ción de dar una mayor y profunda con-sistencia a nuestra forma de ser religio-sos carmelitas. En función de buscar la verdad sin miedo, reconociendo y apo-yando lo que debe corregirse (todo lo que sea susceptible de ello). No se trata de agotarnos en un pugilato para ver quiénes tienen la razón o no, pero tam-poco de relativizar mediocremente como si no tuviera importancia la realidad en la que se nos va la vida –y que desgra-ciadamente a veces se impone en los seres humanos-. En nuestro mundo ac-tual se impone el carácter irracional del relativismo, y nuestra Provincia, no está fuera del mundo.” ( Prov. Colombia) Citando a fr. Carlos Mesters: “para llegar a una conversión, se necesita de mucha conversación”. Es decir, un

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cambio, a nivel personal y estructural, de dirección, se necesita de mucho estu-dio, diálogo, comunicación, también la oración, la fuerza y voz del Espíritu dan-do claridad y aliento a nuestro caminar.“El encuentro bien hecho se convierte en un nuevo comienzo y en un diferente modo de comprender las cosas. La aven-tura espiritual de nuestro tiempo pasa por la calidad e intensidad de nuestros encuentros. Los encuentros nos piden serenidad, coraje y sabiduría. Los desencuentros vienen de la incapacidad de proponer metas y tareas clara por falta de coraje; la falta de serenidad nos acelera y hace imposibles los intercam-bios necesarios; cuando no hay sabedo-ría no se distingue lo que se debe cam-biar de lo que no se tiene que cambiar y entonces se da la confusión. Este exi-gente desafío pide discernimiento espiri-tual y pastoral, personal y comunitario, teológico y sociocultural. Un buen en-cuentro es una buena fertilización “ (Ar-naiz). Que encuentros de calidad tuvo Jesús… Podremos ser pocos, pero de cali-dad, bien centrados en nuestra identidad, siendo así buenos traba-jadores de la viña de Señor, es de-cir, en la iglesia. Es evidente que deseamos ser muchos, pues la mies del Señor es grande, su pueblo, ne-cesita del vino generoso de la espi-ritualidad, de la oración.

“Teresa nos invita a “andar en verdad delante de Dios y de las gentes de cuan-tas maneras pudiéramos”(6 M 10,6), Como discípulos y servidores de la Pala-bra de Dios, buscamos la verdad, avan-zamos hacia la luz y conseguimos la li-bertad. “Y partiendo de esta soberana libertad podremos convertirnos en heral-dos y testigos, entregándonos totalmen-te al que se entregó a nosotros en su Hijo, el Amigo verdadero.” Así, en esta búsqueda, quizá también podamos responder a la profecía de Karl Rahner: “los cristianos del futuro serán

místicos, o no serán cristianos”. Tene-mos los pozos de espiritualidad, de la mística, estos necesitan ser explotados, en estudios, en yacimientos, en vidas y misiones proféticas, que tenemos ya ejemplos y modelos en todas las partes del mundo, tanto monjas, como frailes. Todos tenemos conocimiento, de la re-percusión mundial del Congreso sobre el Libro de La Vida, de nuestra Santa Ma-dre, donde diversos doctores, en cien-cias humanas, sociológicas, psicológi-cas, teológicas, de espiritualidad… nos ofrecieron un poco de todo lo que es esta mujer, tan humana cuanto mística, tanto de su tiempo, cuanto para el nues-tro tiempo, por la plenitud de vida que el Señor de la Vida generó en ella, vida esta que no está limitada a tiempos y espacios. El hombre moderno es un ser sin raíces, que se emancipó de los valores del pa-sado, también de su ser religioso, su re-ferencia a Dios, a Cristo, a los valores del Evangelio, e así la referencia que tiene, es el mismo, su persona es el cen-tro, sin un referencial que lo lanza, atrae y impulsa en dirección a lo “trans y so-bre personal”, mas para allá de si mis-mo. “Es un hombre autónomo, pero soli-tario y aislado, estéril y árido, sin ritmo…”. (Carlo Adam)

Reflexión personal - Nuestro nue-vo ser Iglesia.

Según Moreno Losada, podemos ver algunas indicaciones desafia-doras, que requieren una profundi-zación, como respuestas para los nuevos tiempos, una nueva cos-movisión, tanto filosófica-socioló-gica, como teológica, donde se conjuguen dentro de la cultura de la nueva época, los valores huma-nos, en sintonía con su dignidad y relaciones sociales, con la natura-leza y el desarrollo sostenible.

“No se perdió el sentido religioso, sino del cambio de todo lo que co-

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rresponde al ámbito de lo sagrado producido por la propia situación nueva de la humanidad.”

Juan Martin Velasco, conocido por muchos de nosotros, afirma que “al referir la metamorfosis a lo sagrado intento expresar que to-dos los elementos de la configura-ción religiosa están afectados por el cambio. La crisis afecta a la práctica, a la institución , a las creencias religiosas y, por debajo de todas ellas, a la actitud y la ex-periencia que se realiza y expresa en ellas, es decir, a la actitud cre-yente y a su vivencia por los suje-tos.”

Este cambio de la vivencia de lo sagrado observamos en los si-guientes datos:

- En el fenómeno de la seculari-zación, donde detectamos pér-dida de la vigencia cultural del factor religioso; el estrecha-miento social del espacio reli-gioso; la pluralidad de valores y ofertas de sentido que quedan al arbitrio de la opción personal y ámbito de la conciencia; la pérdida del influjo de la religión en lo político, en lo social y en la vida cotidiana. La increencia se vierte en una indiferencia que supone consonancia con un modo de sociedad y de vida muy alejado de la fe, que se organiza sin tenerla en cuenta.

- Por otro lado, se manifiesta una fuerte crisis de las prácticas y de las instituciones religiosas. Los sociólogos muestran unani-midad al hablar de un proceso de “desregularización institu-cional del creer” y de una regu-larización individual que mu-chos llaman “religión a la car-ta”.

- Estos cambios están generando una crisis de socialización reli-giosa y quiebra de la tradición con pérdida de la memoria cris-tiana, la pérdida del Dios cris-tiano…estas realidades vienen provocando los fundamentalis-mos, los repliegues sobre sí mismos, preocupados por su propia identidad y por la fija-ción ortodoxa de las creencias; o en forma de cruzadas ideoló-gicas y culturales, desarrollan-do un intenso proselitismo.

- Otros se lanzan en movimien-tos progresistas , que buscando relevancia social, se han que-dado sin su fundamento y la originalidad de su mensaje.

- Ante todo esto, las reacciones opuestas, los diversos polos que se forman…se tendrá que aceptar el cambio de paradig-ma que se está operando, “re-traducir” el conjunto de la teo-logía, para mantener viva y operante la experiencia de la revelación…,aceptando el es-quema de “ensayo-error” pro-prio de las nuevas situaciones y no pretender todas las respues-tas para todas las preguntas, incluidas las más novedosas.

En todo este trabajo de traduc-ción, se habrán de tener en cuenta elementos que reclaman novedad en el tratamiento, tales como: Dios creador y el hombre creador: ciencia-fe-moral; la naturaleza y el hombre, ecología; la verdad del hombre y su dignidad; cristianis-mo y mujer; la opción radical por lo humano; el futuro del cristianis-mo; el monoteísmo y la misión en un contexto de globalización, re-descubrir el mensaje desde el “hoy de la globalización”, teniendo presente la preocupación a lo hu-mano, al tema de la pobreza, de la

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exclusión que genera tanta mise-ria, junto con la ecología; la cristia-na; el ecumenismo; la ética mun-dial; repensarnos de nuevo nues-tro ser Iglesia y el quehacer teoló-gico; el anuncio en plenitud del Reino; favorecer que procesos conduzcan a cristianos adultos “místicos”, que experimenten a Dios en la propia vida, personali-zando su fe, y “políticos” que se comprometan en el ejercicio de la caridad transformadora con hori-zontes humanos y universales.”

(Los pobres y la experiencia Globaliza-ción, de José Moreno Losada, revista Vida Nueva, marzo 2010, n. 2.697).

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El día 11 de julio, de este año, via-jando de Cuba a Santo Domingo, fr. Francisco Javier y yo, junto con el provincial de los jesuitas del Ca-ribe, padre Fernando, dialogamos sobre nuestras búsquedas y preo-cupaciones comunes, referentes a la vida consagrada, en el presente y proyectos de futuro.Nos decía él, que el General de los jesuitas , les pedía “celebrar los fracasos, las debilidades, caren-cias, pues solo así podrían ir acer-tando caminos con mas aciertos”. De hecho, la Vida Consagrada, no tiene su brillo y profetismo en nuestras obras y forma de vivir. Celebrar los fracasos, es celebrar, investigar, evaluar, como salir de este estado letárgico , de somno-lencia, para un despertar vivo y profético de nuestra realidad. Es reconocer la debilidad, la enferme-dad, para recuperar la salud. El hecho de Zaqueo, en el Evangelio, que celebró con el Señor su con-versión. Todo es gracia, la pida-mos al Señor.

Y para él, Padre Fernando, nos de-cía que ahora nos encontramos en un tiempo pascual, simbolizado por el triduo pascual, “la desola-ción, angustia, abandono, oscuri-dad del Getsemaní… aprisionados somos por la cultura y tantos contra-valores de la nueva época, que causan tantas muertes, fraca-sos… que todos ansiamos por re-surrección, por vida, por aciertos…que nos lleva a silencios, a tenta-ciones de volver atrás, como los caminantes de Emaus… y estos tocados por una presencia que les hacia arder el corazón, son envia-dos de hecho a su comunidad de Jerusalén, para que estén juntos, oren juntos, y esperen le venida del Espirito prometido.”Aquí estará también nuestro de camino de búsqueda y procesos de refundación. Confirmó, que la comunidad, en todos sus ámbitos es la fuerza y el secreto para nuestro vivir y una misión que de hecho tenga profetismo. Las obras tienen validez de existir, si están dentro del ámbito de nuestro ca-risma. Yo le decía, que nosotros en América Latina y Caribe, las nues-tras radiografías y búsquedas e vías de solución, apuntaban en esta dirección.Otro aspecto muy importante que nos decía, que las mismas dificul-tades nuestras, se encontraban también en la sociedad, empresas, gerenciamientos, protagonismos y individualismos… el suceso, la imagen de la persona, el tener éxi-to, la exigencia de estar por enci-ma de los otros, el brillar, que per-judicaba alcanzar un crecimiento eficaz… y más, el mundo hoy tiene la mentalidad de crecer y crecer en lo material, y que nosotros no podemos nos dejar iludir y orientar por estos mimos esquemas. Cier-tamente los criterios y formas de

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continuar instaurando el Reino son otros, el servir, el ser con los otros… los frutos no son calcula-dos, el Dueño de la viña tiene sus sorpresas…Otro aspecto, que pedían los supe-riores regionales de los jesuitas, al gobierno general, que el determi-nara las reestructuraciones que fueran necesarias, pues los frailes no se ponían de acuerdo por los cierres de comunidades. El Gene-ral les contestó que esto no lo ha-ría por decreto, que es necesario un término medio, entre el go-bierno general y las circunscripcio-nes.

CARENCIAS POR ÁREAS

1. VIDA FRATERNA.Según afirma P. Joseph Cha-mers, ex general, hermano de ocarm.: “nuestras Órdenes, hechas por seres humanos li-mitados, también tienen a me-nudo un exterior frágil, como pueden tenerlo las comunida-des. Sin una oración honda y constante, nos va a ser impo-sible ver cómo Dios ve, y por consiguiente nos detendremos casi inmediatamente en lo ex-terior”.

Es esencial la nuestra vida frater-na: pues será entre hermanos que vamos vivir, convivir y compartir, y animarnos mutuamente en la vida comunitaria de oración y mi-sión, es un antídoto para el indivi-dualismo, y tantos ismos negati-vos. Además, una fortaleza y apo-yo ante las pruebas y debilidades con las cuales nos confrontamos, propulsora de una vida de madu-rez afectiva y relacional. Hay ca-sos dolorosos en nuestras circuns-cripciones, que bloquean la frater-

nidad, incluso las reuniones de for-mación y programación. Una fami-lia desestructurada, es familia con muchos problemas. Una vida con-sagrada, sin vida fraterna, no es vida consagrada ni evangélica… esta en un proceso de bancarrota. “El Señor los envío dos a dos…”.-. La grande preocupación del Señor, ha sido, preparar al grupo que el escogió, para que llegaran a for-mar comunidad. Anunciar y vivir el evangelio en dos, en doce, o en 72…

“Se generan mecanismos internos y externos de defensa y de auto justifica-ción, que impiden la apertura a verdade-ros procesos de conversión cristiana, de transformación personal, íntima y pro-funda.”(Prov. Col.)Según fr. Carlos Mesters : “ sin vida fra-terna, la misión fracasa”. Sin vida frater-na, comunitaria , nuestras obras, pre-sencias, no tendrán ni profetismo, ni éxi-to. Sin vida fraterna, continuará impe-rando el egoísmo, y protagonismo per-sonal, la hierba mala…que sufoca. La vida fraterna es el carril sobre el cual se desarrolla el proyecto comu-nitario, el bien querer, la formación , la oración y misión, en fin, toda nuestra vida.

La vida fraterna es el sacramento del propio Señor entre nosotros, el mismo está presente , “donde dos o tres están reunidos en mi nombre, yo estaré entre ellos. “ Aquí nos salvamos juntos.Al pobre que servimos, toda la comuni-dad sirve a todos, se torna misión, de forma especial, cuando sirve a los nece-sitados del todo, es al Cristo que se sir-ve, más un sacramento, y aquí nos sal-vamos con los que nos son confiados.Aquí en el apartado de la vida fraterna colocamos la oración. La oración perso-nal, vida de oración, la oración litúrgica y comunitaria. Nos es difícil pasar mu-

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cho tiempo en oración, y tener oración, nuestras manos hoy, manejan, no solo breviarios, misales, rosarios, también, celulares, ipod, computadoras, coches… la oración sufre una fuerte concurrencia, creo que la agitación y dispersión actual, nos dificultan estar mucho tiempo en ella, lo más grave, que as veces, algu-nos ni un poco de oración personal. “Entre nosotros, con facilidad se sacrifi-ca, por ejemplo, los momentos fuertes de oración personal y comunitaria, en-tendida ella, como el encuentro personal con el Tú de Dios, que es encuentro per-sonal, progresivo, dinámico y transfor-mante”.(Prov. Col.) Ante la importancia del tema, una refle-xión motivadora y revitalizadora de la misma, acentuando la calidad de la ora-ción , aun que menos tiempo, y ella pre-sente en la nuestra vida, durante todo el día. Creo que educándonos y formándo-nos más en este sentido, podemos ga-nar mucho. La convicción personal de la importancia de la oración, trato con el Señor, veremos que será posible crecer y madurar en ella, como realidad esen-cial y vital para nuestra vida de fe, cari-dad y esperanza . La oración es fe, es cultivar la fe para creer en el Señor, vivir con El. Alguien que quiere ser religioso, si no tiene oración y fe, no hay pies que lo sustenten, es imprudencia, un atrevi-miento pronto a fracasar. Quizá solo la mera imposición, hay que hacer oración, es obligación, no son buenos maestros… hermanos sí que oran juntos, con testi-monio y con una debida disciplina sana, es altamente favorable para todos. Y la vida de oración, es sabernos amados por Dios, desde nuestra condición existen-cial, que ciertamente nunca es fácil, pues nuestra condición ego centralidad, nos inquieta y dificulta nuestro caminar a una alteridad, en dirección a El, a Je-sús, su Evangelio, y nuestro prójimo. Sin oración nuestra vida se transforma en un correr vacío…el sentido de nuestro vivir cada día, viene sin duda, de gozar de esta compañía, del Señor.

Aquí, la debida disciplina, es el esfuerzo de sacar el agua, de lo cual habla Tere-sa, para regar la nuestra realidad huma-na. La densidad de la VC, será la densi-dad de la oración, y vice-versa. Este tiempo de oración no es mío, per-tenece al Él, sin embargo, pronto veré que es el tiempo mas rico que el Señor me regaló. Sin una buena relación con Dios, no tendré una buena relación hu-mana. Como todo en la VC, su existencia y actualidad “depende de nuestra capa-cidad para situarnos en el horizonte teo-logal…nos falta intensidad en la expe-riencia de Dios para que sostenga el proyecto de vida de los religiosos y ga-rantice su futuro”.(Arnaiz, idem,(p.224) Reflexión personal - “Suficientemente Débiles” Creo que para cultivar nuestra vida fra-terna, es necesaria la humildad, la acep-tación que todos somos limitados e im-perfectos, a ejemplo de lo que afirma el padre jesuita Michel Buckley, “pregunta-ba a unos curas jóvenes en una homilía que se hizo famosa: pero vosotros ¿ ya sois lo suficiente débiles para ser curas ? La pregunta y el razonamiento de Buck-ley sigue siendo actual y aplicable a toda persona cristiana y consagrada. Cuando Buckley habla de débil , se refie-re a vulnerable. Se refiere a la experien-cia de sufrir nuestra profunda incapaci-dad de realizar todo lo que deseamos y como deseamos a pesar de nuestros es-fuerzos. Se refiere a la capacidad de vi-vir con pasión, pathos, haciendo expe-riencia del miedo, del deseo, de la impo-sibilidad de asegurar el futuro, de evitar el dolor, la vergüenza o la angustia.En algún momento de nuestra vida en-tendimos que era peligroso, no estaba bien, o no suficientemente bien, ser vul-nerables. A veces es cuestión de super-vivencia. Nuestras relaciones, nuestra educación , nos hicieron entender que teníamos que ser fuertes. Y hoy nuestro entorno se desvive por admirar a las personas por sus cualidades y éxitos.

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Jesús no fue ejemplo de fuerza y éxito. Fue tachado de comilón y bebedor. Lloró por la muerte de su amigo y por la Jeru-salén increyente. Buscó refugio en sus amigas y amigos. Vivió las alegrías y pa-deció los dolores de los hombre y muje-res de su entorno. Sintió pánico ente la muerte que se le avecinaba. Jesús, sobre todo, vivió y amó, y por eso soñó y su-frió. Era vulnerable.San Pablo decía que cuanto más débil, más fuerte era(Cor 12,10). No se trata de pretender ser débiles, sino de vivir nuestra frágil realidad con la alegría de la resurrección, como lugar de encuen-tro con Dios, la humanidad y la crea-ción.” ( Revista Vida Religiosa – mayo 2009).==============================

2. PROYECTOS COMUNITÁRIOS.

Varias carencias nuestras vienen siendo repetidas: “Juntamente con esta vita-lidad y siempre con una renovada esperanza, los superiores recono-cen también las dificultades reales que la Orden afronta en la gran re-gión – Am. Latina y Caribe --: pocos religiosos en cada casa, excesiva carga de trabajo, frecuentemente, que lleva a priorizar el quehacer so-bre el ser, poca estabilidad de las vocaciones, insuficiente número de especializados, la falta general de un proyecto comunitario real, que puede favorecer el individualismo.” (Cap. Gen. Fátima – Relación Padre General).

La comunidad es el amigo exigente, que me ayuda a ser y hacer, lo que pue-do y debo ser y hacer. La nuestra pro-gramación, la vida y misión, según la responsabilidad de las obras que tene-mos, esto se contempla en el proyecto comunitario. Sin el, se sobreponen pro-yectos personales, generando tensiones, decisiones individuales tanto del Supe-rior y súbditos, que tienen su repercu-

sión en la vida, y pastoral. El proyecto comunitario es una carencia muy signifi-cativa en nuestras comunidades. El es-crito en el papel está, pero en la practi-ca… Dentro de cada comunidad hay un Supe-rior electo en Capitulo o indicado por el Consejo. El ministerio del Superior en cada comunidad tiene que ser rescata-do. Él no está ahí solo para apuntar las misas del día, o tocar alguna campana donde la hay… las comunidades no pue-den ser acéfalas. La presencia del supe-rior, su servicio, es necesario e indispen-sable. Los hermanos que viven en la co-munidad deben favorecer, facilitar y aceptar este servicio.Lo mismo aplicamos a los Superiores mayores, provinciales, vicarios provin-ciales, que algunos priman por una ex-cesiva ausencia dentro de sus circuns-cripciones, donde oí, con pesar, algunos hermanos reclamando por una presen-cia más efectiva de este hermano ma-yor. Al asumir este encargo, tienen que priorizar la dedicación al mismo , y no medir sacrificios, para estar próximo de los hermanos, siendo presencia en cada comunidad. Como afirma un político, “el poder hay que ejercerlo en plenitud”, es decir, para nosotros, servir en plenitud, es un ejercicio evangélico. El gobierno general tiene aquí también su responsa-bilidad, el animar la Orden, no es una institución decorativa. 3. PASTORAL JUVENIL Y VOCACIONAL.

Uno de los signos de los tiempos más fuertes de nuestra época, es sin duda, la situación verdaderamente dramática de la juventud. Ya lo destacamos en otra parte, la realidad de los “ ni-ni, ni tra-bajan, ni estudian” y debemos acre-cer, ni tienen ni tuvieron una familia, ni tienen auto-confianza para cons-tituir una familia; ni tienen libertad, están en las cárceles, o esclavos de la drogadicción; ni tienen ideal o un sen-tido para sus vidas; ni tienen salud, o

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ya ni mas viven, están muertos, fruto de la violencia del narcoterrorismo y vio-lencia en el transito; jóvenes que fueron adoptados por las mafias del narco, en todos nuestros países, como afirma el obispo de Saltillo, de norte del México, “les dan armas y camionetas potentes, dinero, mujeres, aventuras… saben que se ponen en peligros, pero prefieren po-cos años de vida así…” Los que restan, están en un mundo, de la desigualdad social, pobreza, un mundo de la mass media, que les presenta realidades dora-das, para los placeres momentáneos, del alcohol, del pansexualismo, sin ofre-cer un proyecto responsable y sólido para su futuro, donde verdaderamente puedan invertir sus vidas. A nivel de Iglesia, se respira una apatía, un silencio extraño, puede ser la incapa-cidad de ser voz y presencia profética, o un cansancio de nuestros sacerdotes y religiosos, y laicos con un protagonismo tímido, desilusionados ante tan grande violencia, causada por los contra-valo-res, contra las instituciones tradiciona-les, la familia, escuela y iglesia. La misma pastoral juvenil está frágil a nivel de toda de toda América y Caribe, como también la presencia de jóvenes en nuestras iglesias. ¿ Como acercarnos a ellos cuando tienen sus mentes ocupa-das con sus desafíos, como conseguir empleo, el sueño de ir a EUA, Europa, Canadá, Australia, son aventuras que les exigen enormes sacrificios y dificulta-des. Esto indica que ellos aceptan desa-fíos. Pero sin fuertes motivaciones, no los contagiamos, o no los ayudamos a disponer se a una respuesta ante el lla-mado del Señor para un camino de disci-plina y discipulado del Evangelio, “va, y vende todo lo tienes… tome tu cruz y sigue-me.” ¿ Como ir al encuentro de los mismos, abordarlos para un proyecto vocacional ? ¿ Se entusiasman los mis-mos para entrar en nuestras casas, con

dividir nuestra vida fraterna, nuestra mi-sión ? Hay buenas iniciativas y trabajos voca-cionales en alguna circunscripción, en otras, falta organizar esta realidad, don-de empieza todo proceso formativo. Ante la escasez de vocaciones, hay que responsabilizar todos, y emplear medios para su efectividad, y nuestro testimonio sea atrayente, y un fraile sea el respon-sable directo de la pastoral vocacional. Es indispensable utilizar los medios de comunicación, la internet, Tv, radio, pe-riódicos, revistas, que llegan a los jóve-nes. Yo propongo, para los superiores mayo-res, un curso de la CICLA, con el fin de despertar, motivar y buscar canales efectivos para esta pastoral fundamen-tal de toda formación. 4. FORMACIÓN INICIAL.

Todos tenemos conocimiento de la reali-dad de los jóvenes de nuestra época, jóvenes con sus inquietudes, y incluso ellos mismos tienen poca conciencia de su situación, poco protestan, o levantan su voz, están como hipnotizados por las circunstancias, como el fenómeno de los “ni-ni”, ni estudian, ni trabajan… son diversas las causas que los empuja a esto, víctimas del narcoterrorismo… donde los mismos, un gran porcentaje, está subyugado por los “pseudo” valo-res, el relativismo, relaciones más de placer que de compromiso de desarrollo humano; donde jóvenes y adultos son abrazados como por un pulpo y este lan-za sus tintas culturales y formas de ser de nuestra época, debilitando aun más la frágil vivencia de valores del Evange-lio. De entre estos jóvenes vienen las vocaciones, si las vienen, para empren-der el proceso formativo vocacional. ¿ Como conseguir que comprendan el valor de la cruz, de la renuncia, según el Evangelio, para una vida de disponibili-dad y dedicación al reino ?

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Ciertamente todos experimentamos la ambigüedad y el grande desafío que te-nemos delante de nosotros. De un modo y forma de ser carmelitas en estas tie-rras, cuando ahora somos invitados a repensar este modo y forma de presen-cia, y transmitir esto através de la for-mación. Somos pocos, y el escaso número de formadores, y su poca experiencia y pre-paración, perjudica la formación inicial, no sólo por el número, sino que, los mis-mos formadores tienen otros compromi-sos. Esta fragilidad y carencia, nos llevó a aceptar personas para la vida consagra-da, que después fueron y dieron proble-mas. Un discernimiento mejor, hubiera evitado esto. En la formación inicial, nos faltan crite-rios comunes a nivel provincial, y de cada etapa formativa, generando tensio-nes, y dividiendo incluso los formandos, y formadores, con sus partidos dentro de las circunscripciones. Tenemos las ratios, pero estas son olvidadas y evadi-das con facilidad. “La fuerza de los anti-testimonios de algunos mayores, pueden suscitar en las nuevas generaciones, ciertas actitudes de escepticismo, respecto del carácter de las exigencias morales de la vida cris-tiana, religiosa, carmelitana y sacerdo-tal.”(Prov. Col.)5. FORMACIÓN PERMANENTE Y PASTORAL DE LA ESPIRITUALIDAD.

“Una congregación que no aprecia ni estimula la reflexión teológica y en concreto sobre la VC, se empo-brece de razones de vida y de sabi-duría. La interpretación del carisma corre el riesgo de ser dejada a la superficialidad y a la ligereza de las iniciativas o a la simple repetición ideológica de fórmulas y esquemas muy alejados de la vida”(Arnaiz, idem p.53)

Aquí tenemos una gran motivación para nuestra formación permanente y como lo oímos: “la persona mejor formada, es aquella que está siempre en formación”(Fr. Savério). Algunos no se preocupan de su formación ordinaria, continuada, que es la más importante, con lecturas, participación en cursos a nivel local, en las asambleas provincia-les, retiros. También constatamos que muchos no leen los mensajes, informes que vienen del Centro de la Orden. Es importante hacerlo. “ Hay demasiada indiferencia por temas fundamentales, por identificar ideales por los cuales vale la pena vivir e inclu-so, morir; escaso interés por la lectura seria. Va en aumento la tendencia a dar-le fundamento a sus posiciones basadas en sus propias opiniones, cuyas fuentes son las emociones y sentimientos ines-tables. Dificultad para encontrar postu-ras fundamentadas en argumentos sóli-dos.”(Prov. Col.)Incide también en la formación de espe-cializaciones, el poco personal, ¿ cómo liberar frailes para ir estudiar ? Estamos con poquísimos frailes que tienen una especialización, y aún menos en espiri-tualidad. Solicitamos encarecidamente que el Padre General, el gobierno gene-ral, nos intime para esta formación, y dentro de lo posible nos ofrezca becas para estos estudios. Hablando con fr. Nicolás, me decía, que incentivar dentro de lo posible, que sea especialización en nuestra espiritualidad. Ahora en Roma, hay uno estudiando espiritualidad. Espe-ramos tener algunos más próximamen-te. Pedimos que de cada circunscripción haya al menos uno. Si pensamos y queremos caminar de forma más decisiva y determinante, hay que preparar personas, en la formación específica de la espiritualidad, para los retiros, cursos de espiritualidad, acom-pañar las personas en la dirección espiri-tual… a sacerdotes, religiosos, (as), lai-cos…

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Hablando de formación y carisma, ¿ como los frailes de nuestras circuns-cripciones están asumiendo el proyecto capitular de la relectura de los escritos de Santa Teresa ? Este proyecto quiere ser el grande regalo para nuestra Santa Madre, no solo “una simple conmemo-ración histórica, sino que tendrá el sentido de un renacimiento para toda la Orden. He propuesto duran-te el Capítulo, y sigo ahora propo-niéndolo, que al menos los tres pri-meros años de este sexenio estén caracterizados predominantemente por un compromiso dirigido hacia el interior de nuestras comunidades”. ( Hom. P. Geral, Cap. Fátima)

La nuestra vida de consagrados, siem-pre tiene por delante la vivencia de los Consejos Evangélicos, los votos, obe-diencia, castidad y pobreza, que nos lan-zan para el Reino, para el mundo, a am-bientes con escalas de valores materia-listas, hedonistas y individualistas; “don-de el polo magnético son dos vocales mágicas y fascinantes: yo. Un yo que olvidó la palabra más importante del cosmos: tu.”( Cencini). Así para noso-tros el leit motiv será siempre direccio-nar la vida para Dios y los hermanos, donde inicia la descubierta del secreto verdadero para toda persona humana, y el Evangelio lo ratifica, “quién niega a si mismo y toma su cruz…”El carmelita, que es contemplativo en su esencia, místico, es aquel que atraído por el grande Tu, se encan-ta en esa realidad de Dios, y se lan-za a comunicar a los “tus” que son sus hermanos, esa noticia y secreto del místico, para que también vivan en la abundancia, “para que tengan vida en abundancia”.

(… “Y así seré yo en tú hermosura, y serás tú yo en tu hermosura será mi her-mosura; y así nos veremos el uno al otro en tu hermosura”.( S. J. de La Cruz CB 36,5).

Aquí estará nuestro profetismo, que la Iglesia espera, y el mundo espe-ra. Y nosotros estamos esperando o que, que otros lo hagan en nuestro lugar. Gracias a Dios que muchos otros lo hacen, pero esto no exenta y mucho menos nos excluye. Cierta-mente nuestra mejor ubicación para hablar con autoridad, es a partir de la realidad del nuestro carisma, así siendo vamos abrir espacio para que esto suceda.

“Teresa responde a los contemporá-neos eligiendo la pobreza y el hu-manismo cristiano de sus fundacio-nes por medio de una vida comuni-taria sobria y amistosa, marcada por la virtudes evangélicas de la suavidad, la humildad e la alegría. Para nosotros también, la pobreza masiva que vivimos hoy en día, y todo lo que la provoca, es decir la desigualdad creciente y la injusticia en todas sus formas constituye un desafío. Nuestra vida contemplativa nos demuestra en los rostros de do-lor de los pobres los rostros sufrien-tes de Cristo.” (Cap. Geral Fátima).

Aquí en América Latina, sobre manera resuena entre nosotros la Teología de la Liberación, que en su ápice, en el III CELAM de Puebla, proclama su opción por los pobres. Se miramos a Santa Te-resa, ella deja para nosotros, en su doc-trina, en su experiencia de vida mística , mas que una opción, una obligación con los pobres, como el Cristo pobre, aban-donado. “La riqueza y la honra las tengo debajo de mis pies.” Su vida de expe-riencia mística está radicada en el Cristo Hombre, que se hizo pobre, para ser más prójimo del hombre. En el Evange-lio, los pobres y enfermos, las mujeres marginadas, son los grandes protagonis-tas y preferidos de Cristo. Nadie se pue-de definir como cristiano, si en su esen-cia no trae la opción por los pobres, pues es una experiencia cristológica, espejada en cada pagina del Evangelio.

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Otro tema de suma importancia hoy es la COMUNICACIÓN. Nuestra cultura hoy es una cultura de la comunicación. Debe de ser una preocupación diaria de cada fraile, para que tenga una buena comu-nicación, superar la superficialidad, co-nocer bien su lengua con la cual se co-munica, y conocer “la lengua cultural” de sus oyentes, en la cual ellos puedan entender.El uso de los medios de comunicación, como multi-media, para facilitar la com-prensión y asimilación.Nos falta también una mayor capa-cidad y efectividad para acompañar las nuestras monjas contemplativas en su formación y vida. Son muchas en aquí en el continente, y necesi-tan de formación. En este mismo contexto están las congregaciones afiliadas. De igual forma la OCDS, su formación y vida. Hay muchas comunidades OCDS, que necesitan ser renovadas, en mentalidad y edad. Muchos frailes no conocen sus nuevas Constituciones y la im-portancia de los laicos que compar-ten con nosotros el carisma. Falta motivación y aprecio para trabajar en este campo, y capacitación para trabajar no solo para ellos, y sí, con ellos.

==============================Reflexión personal“Es indudable que los Carmelitas vienen cumpliendo con esta exigen-cia de su carisma de

forma admirable con el estudio, la publi-cación y la divulgación de las fuentes de sutradición. Y, a este propósito, es imposi-ble calcular el número de personas, in-cluso más

allá del cristianismo, que han encontra-do en los escritos de Santa Teresa y de San Juande la Cruz y en los comentarios de los grandes autores del Carmelo, luz y estí-mulos parainiciarse y progresar en el camino de la vida interior, el recogimiento y lacontemplación. Pero es evidente que del Carmelo como tal cabe pedir algo más. Autoresque son verdaderas referencias en el seno de la escuela carmelita actual han escritopáginas excelentes sobre el valor de la herencia que el Carmelo actual ha reci-bido de suhistoria y especialmente de sus padres fundadores. Estos autores han insisti-do

igualmente sobre la necesidad para los Carmelitas de “incorporar esa herencia a la

propia vida”, de operar una recep-ción activa de esa herencia que la encarne en las

circunstancias, las condiciones de vida, la mentalidad y la sensibilidad propias del

hombre de nuestro tiempo; y de servirse para ello de los medios más adecuados”.

(Federico Ruiz Salvador, o. c.)

Un testimonio: Después de terminar la reunión con frailes del D.F., México, me pidió una palabra en particular el Padre Rafael Checa. La forma como se sentó a mi lado, daba la impresión que fuera para una confesión. No, se trataba de una consulta muy interesante. Cuál era mi opinión sobre la posibilitad de el po-der ir estudiar un año en Ávila. Su fami-lia se encargaba de todos los gastos,

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incluso seguro medico. Su proprio medi-co le dice que tenia condiciones de salud para ir estudiar.Yo le respondí, que de mi parte, no tenia dificultad en decirle que sí, y al mismo tiempo, si fuera posible o no, una vez consultando su superior mayor, para no-sotros era un ejemplo edificante, para con esta edad, 90 años, se interesar en aprender y querer escribir y enseñar más sobre la espiritualidad. Este carme-lita teresiano latino americano, un ícono de nuestra espiritualidad , ante esta res-puesta, con un gesto tan significativo, se emocionó, apretando fuertemente mis manos, y sus lagrimas expresaran cier-tamente todo amor y dedicación a la Or-den. Sin duda, es la sabiduría de un an-ciano que se torna ejemplo y paradigma a ser imitado. ==============================6. ECONOMIA. En algunas presencias la economía está bien, otras con mucha fragilidad, prácticamente tienen su eco-nomía basada en la pastoral parroquial y sacramental, y del sombrero. Urge pro-curar otras formas estables para hacer frente a los gastos, sobre todo para la formación. En esa economía debemos incluir, nues-tra forma de vivir, la autenticidad y vi-vencia de la pobreza, viajes, medios de comunicación, y más que evidente, mi trabajo, ser un operario del Señor… con mis manos, sea trabajo intelectual, pas-toral o manual, vivo de mi sudor… y para la comunidad. Verdaderamente el Señor nos interpele, y nos lance en di-rección a los pobres, que son el grande sacramento del Señor, como afirmamos. REESTRUCTURACION – AUTONOMIA

Durante las visitas exponemos el tema de la reestructuración en las circunscrip-ciones autónomas, y no autónomas. Se hicieron los sondeos, en las presencias no autónomas. Algunos apuntaran con

más facilidad su opción, se tratando solo de tener la autonomía. En otras partes, tratando de unir circunscripciones, las opciones o resistencias, hacen más difí-cil una decisión, es normal, así se pro-fundiza mas el tema. Además también tratamos de reforzar presencias a través de ayudas, como las ayudas de Colombia en Argentina, Perú y Chile, Ecuador, y la Provincia Centro Americana con Venezuela. Ya hay algu-na ayuda de México, como en Ecuador, un fraile, ciertamente su generosidad avanzará, están en Alba de Tormes. Toda la CICLA NORTE tiene al Noviciado común en Lepaterique, Honduras. Como la Provincia del Sudeste, en Holanda y Roma. Ciertamente desearíamos una reestruc-turación mayor. Pero también vemos que es un proceso. Iniciamos por esta-blecer la autonomía en las circunscrip-ciones, y en cada una hacer su reestruc-turación interna. ¿Si no ordenamos en primer lugar nuestra casa, la circunscrip-ción, nuestras presencias, actividades, compromisos, frailes, formación, como vamos querer abrazar todo a la vez y querer ordenar y asumir más? Sentí que en algunas partes no comprendieron el alcance de todo este itinerario. El miedo, o cerrarse en su realidad, aun están pre-sentes. Dar pasos grandes, sin antes dar pasos menores y realistas, podría ser impru-dente. Es más que claro, que los próxi-mos años, indicarán los pasos que serán necesarios. Si verá, la capacidad de cada presencia, su desarrollo, su creci-miento, y según eso, las medidas nece-sarias a serán implementadas sucesiva-mente, hacia una reestructuración más amplia. Aquí no debemos olvidar la importancia de la CICLA, para seguir con programas y proyectos comunes a nivel CICLA GENERAL, O REGIONAL, sobretodo en el campo de la formación inicial y perma-nente. Aun más ahora cuando nos da-

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mos cuenta que hay necesidades que no son de hoy, ya son del ayer. La presen-cia del gobierno general aquí se debe sentir, en fomentar y quizá exigir la rea-lización de programas y proyectos co-munes. Es necesario, ante el avance del “súma-me silencioso”, del materialismo, consu-mismo, relativismo ,superficialismo, so-bre todas las sociedades, estudiar para en el presente y futuro, además de la reestructuración, prever para los próxi-mos años, pasos que habrán de darse en un proceso de presencias cualitati-vas, pues ciertamente la cantidad de religiosos será menor. La autonomía y reestructuración nos es magia, o va acontecer automáticamen-te. Esta será hecha con la suma de los esfuerzos de todos, cambiando de men-talidad, mentalidad de una época, de una forma de ser y trabajar, superando visiones de pequeños feudos, para una indudable y hasta difícil, pero necesaria tomada de consciencia, donde estare-mos lanzando de hecho los fundamentos de nuestro presente-futuro. El gobierno general acompañará de cerca, muy con-cretamente el desarrollo de las presen-cias, decisiones, y tendrá un dialogo fra-terno programático, motivador y ejecu-tor de las conclusiones operativas. Cree-mos que la responsabilidad de nuestro servicio tiene este alcance. La reestructuración por parte del go-bierno general, sus determinaciones, pueden parecer tibias. Pero en las cir-cunstancias en las cuales nos encontra-mos, si no hubo una preparación y mis-mo una presencia también más dialo-gante y motivadora de las provincias madres, no se puede también exigir de nosotros, que en un año se ejecute todo, lo que a décadas está estancado.Este encuentro que ahora estamos reali-zando, esperamos que proyecte luces, discernimientos, y exigencias para nuestra región.

Las provincias madres sí quieren que sus presencias se desarrollen, pero, como sus provinciales mismo afirman, que les es difícil desde España animar todo esto. Sí al mismo tiempo aquí sus protagonistas, los frailes, no tienen ni una idea clara para donde caminar, lo que queremos, lo que necesitamos, como vamos poder exigir de un momen-to a otro, que carguen un peso que les es pesado por demás, sin haber indicado un rumbo.Son pocos años que hermanos nuestros nativos tienen en sus manos el mismo gobierno, con la ayuda y apoyo de pa-dres mayores, y algún respaldo de las provincias madres. Y queremos resaltar aun las presencias de nuestros herma-nos de las tierras de Teresa, que conti-núan donando generosamente sus vi-das, servicio y testimonio como carmeli-tas teresianos. Solamente ellos saben todo sacrificio y esfuerzo diario de dona-ción en nuestras presencias. Un agrade-cimiento bien consciente y fuerte por toda esta generosidad.Se observamos a nivel de Orden, hasta ahora no hay una efectiva reestructura-ción en ninguna parte, al estilo y modo que creemos sea necesaria para nues-tros días. Aquí en América, hay autono-mías, pero no reestructuraciones o re-fundaciones mayores, dentro de un pro-yecto que tenga presente, de forma sin-tonizada y equilibrada, carisma, forma-ción, persona, religioso, como la presen-cia y gracia del Señor, cultura, obras, misión… que vemos ser una realidad muy compleja, más para allá de nues-tras posibilidades, pero aquel que afir-ma, “sin mi nadie pueden hacer”, cree-mos que El está presente, y nos toca hacer nuestra parte, aportando algún “pez y pan.”Apunto la realidad de la Provincia de Mé-xico, que tiene ya una pastoral de la es-piritualidad bien desarrollada, en sinto-nía con pastoral general y lo especifico

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nuestro. Es un ejemplo donde podemos ver posible ir por este camino. Nosotros aquí en América, con presen-cias de provincias madres españolas, y sabemos que no estamos en España, las distancias geográficas nos dificultan para cualquier relación con otra circuns-cripción, tenemos que viajar lo mínimo mas de mil quilómetros, y en la mayor parte, estamos muy justos de personal, el tener que conservar obras… Además de las distancias geográficas, ciertos perjuicios y distanciamientos históricos, culturales, también tienen su influjo, que queremos superar con toda buena vo-luntad. Gracias a unas decisiones en el pasado, se formaron unas provincias aquí. Esto indica que no es imposible.Nos hará bien por aquí, ver ejemplos de reestructuración en el viejo continente, donde las distancias son ínfimas, y que no sea sólo cuando no hay otra alternati-va. Si hasta ahora fueran nuestros ma-estros, esperamos que sus hechos nos impulsen y enseñen. Además tienen es-tabilidad, cercanía y fuerza. PROPUESTA DE UN PROCESO DE REESTRUCTURACIÓN

Esta renovación puede presentar diver-sos bloqueos, como: “limitaciones perso-nales, comunitarias, envejecimiento, traumas, sobrecarga de trabajos, falta de discernimiento y de formación, senti-mientos de ansiedad y frustración, el individualismo, mucha teoría con un len-guaje poco cercano a la vida; nuestra infidelidad, aburguesamiento, las deser-ciones, los miedos ante lo nuevo; los grupos conservadores, en contra la re-novación conciliar, el detallismo en pro-gramaciones, páginas Web impactantes, pero no dejan huellas; años sabáticos, más que para la formación, son para es-tar tranquilos; la excesiva institucionali-zación, formalidad, rigidez. Nos faltan luces y coraje para emprender cam-bios… vivimos cambios, pero son super-

ficiales, provisionales… cambios dificul-tados también por las iglesias particula-res; ante las crisis, se piensa en superar-las, reconquistando el poder; se nos plantean opciones decisivas: podemos alentar la vida o dificultarla, crecer en comunión o crear más distancias entre nosotros, dejarnos vencer por las dificul-tades o plantearles cara. Las nuevas realidades demandan nuevas respues-tas.” (Arnaiz, idem 127 ss.) Una propuesta a medida y de transición, cuando estamos con pies y manos en estructuras de décadas pasadas, y que-remos avanzar para otras, será, por ejemplo, mantener en cada circunscrip-ción dos estructuras similares, donde haya comunidades de más de tres frai-les, donde puedan vivir un ritmo de vida fraterna, con su misión en el campo de la pastoral de espiritualidad. Los frailes que vivirán aquí, sean preferencialmen-te los que acepten de buen grado vivir en estas estructuras. Aquí se puede te-ner junto instancias formativas nuestras, como noviciado o filosofía…Pongo así este proyecto, pues también hay que tener en cuenta a tantos frailes que ejercen por años su misión en parro-quias, y tendrán que vivir con algún sa-crificio, cargando el mucho trabajo… en vista a poder reforzar a estas dos estruc-turas descritas arriba. Así, la experiencia nos mostrará en realidad del cómo se hará esta transición, incluso cerrando alguna presencia. No se olvidando de propiciar a que los frailes tengan forma-ción permanente, en cursos específicos de especialización. Creo que así evita-mos dar pasos que muestren fracaso, son antes bien una forma realista y posi-tiva de un proceso de renovación-refun-dación. Que todos comprendan y apoyen, en las asambleas y capítulos, consejos provin-ciales y las comunidades locales, y el gobierno general den pasos, siempre motivados a perseguir cada día nuestros objetivos.

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Otra alternativa : se vamos dejar alguna casa, esta no se necesita dejar definiti-vamente por el momento. Se puede en-tregar para la diócesis por unos años, con un contrato, y según la posibilitad, en un futuro retomar la fundación.Una sugerencia más, según determina-ción ya tomada en algunas familias reli-giosas: que todas las comunidades tengan lo mínimo tres frailes, él porque, todos lo conocemos.

CONCLUSIÓN

Al concluir esta reflexión, intentando re-velar nuestra realidad Latino Americana y Caribeña, y lanzando unas posibles soluciones, entre el real y el ideal, bajo la mirada del cóndor, que “ceñiendose sobre las alas del viento”, con total liber-tad, en las alturas imponentes de la cor-dillera Andina, que para nosotros puede simbolizar el Espíritu del Señor, que in-tenta siempre generar realidades nue-vas, “cria ativas”, para dentro de nues-tras realidades humanas, y como tal, marcadas por la historia, culturas y cir-cunstancias diversas. Así, queridos frailes, nuestro trabajo y responsabilidad nos sobrepasa, nos sen-timos inseguros y con miedo, al intentar discernir y proyectar nuestra vida como Carmelitas Teresianos en esta nueva época, nueva cultura, con frailes nuevos que somos, generados por nuestros her-manos que vinieron de las tierras euro-peas de nuestra Madre Teresa de Jesús.Todos sabemos, que tener miedo es anti-evangélico, sabemos que la barca es frágil, azotada por tantos vientos, de todos los cuadrantes. Se en ella está el Señor, que está durmiendo, protege, mucho más, cuando despierto y invoca-do con la oración para que está con no-sotros. No tengamos miedo, y una condi-ción, dejar en sus manos el timón, no nos defraudará, la dirección será segura. Como afirmó Dom Helder Cámara: “cuanto mas escura la noche, mas an-

siamos por la aurora”. Ya vivimos en una noche larga y oscura, sentimos todos un grande cansancio, cansancio de muchos colores, del mucho quehacer, de la in-certidumbre, de decepciones, de infideli-dades, de los vientos contrarios que so-plan en muchas direcciones, nos vemos impotentes y desorientados, con mira-das constantes en búsqueda de alguna claridad, cual es la dirección del alba… ciertamente somos invitados a caminar con fuerza y la luz de fe… Esta obra no es de nosotros, ni la iniciativa es nues-tra, es de El, dejemos nos guiar y ilumi-nar por el Espíritu del Señor… El es la luz que ilumina la noche… Podemos escribir muchas paginas más sobre nuestra realidad y desa-fíos. De nada adelantará, si no le-vantamos nuestra mirada para el alto, para con fe, y en la fe, pidién-dola, cultivando-la, que más allá y al mismo tiempo, dentro de nues-tras realidades humanas, está el Señor, que anima, orienta, sana, im-pulsa, esta obra que es suya, noso-tros sus pequeños y hasta infieles operarios. Confiados en El, alimen-tamos la esperanza, con un espirito de paz y bien querer mutuos, así respondiendo con generosidad a sus proyectos y nuevos caminos de nuestra época, una nueva época, tanta rica y bella, como desafiado-ra.

Ahora, todos de acuerdo, vamos con li-bertad, ideal, mirando hacia arriba y al frente, confianza, emplear lo citado an-tes: “conversación, dialogo, discerni-miento, oración, para llegar a una con-versión de las nuestras estructuras, per-sonales, pastorales y materiales, con nuevos proyectos, planes, líneas operati-vas, es decir, una verdadera refunda-ción.

Mucha atención, planes mediocres y pe-queños no. No queremos solamente so-brevivir, y si, “vivir en abundancia, “ es hora, pues los tesoros los tenemos, nos

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falta logística de actuación: ajustar los enfoques, en dirección a lo esencial, evi-tando dispersión de energías. Que nuestras aguas rieguen las viñas del Carmelo Teresiano, la viña flori-da del Carmelo, con sus frutos, po-damos producir “vinos nuevos, puestos en odres nuevos.”

Todo lo que es importante, necesita ser tratado con mucha paz, lo repetimos. Y si es importantísimo saber trazar nues-tro camino, por donde vamos y donde queremos llegar. Somos peregrinos y por eso nuestro caminar será también hecho por caminos inseguros, y muchas veces será un caminar sin caminos, se tendrá que hacerlos, creo que en eso estamos. ¿ Como navegar en estos nue-vos mares, con nuevos desafíos, nueva cultura…? Que tengamos la capacidad de superar los contra-valores, y descu-brir las perlas escondidas, y saber culti-varlas en nosotros, en comunidad, a ni-vel local, provincial, regional y universal, para testimoniar y contagiar a todos los que están en busca la de vida, fraterni-dad, esperanza y sentido para sus vidas. Finalmente, “hagan todo lo que Él pida”, es la recomendación que Nuestra Madre la Virgen del Carmen, ella la pronunció no lejos del Monte Carmelo… “De donde viene este vino…” Ella no está ausente, vamos, llenemos las tallas….levantando las manos en oración… La Santa Teresa, nos tome en sus ma-nos, y con mirada de madre, nos diga , “procuren ir comenzando siempre de bien en mejor”, yo les ayudo. Teresa, intímanos a lo que ves necesario hacer, así como lo descubriste en Ávila, en tus buenos tiempos, que parecía que ibas a retirarte para un castillo solitario, sin embargo, era una estrategia sabia que El Señor tenia en sus planos, retirarse sí, pero no aislarse, al revés, para estar presente de forma eficaz y cierta, ha-ciendo lo que podías hacer con tu grupi-to de hermanas, oración y una vida de amor entre las hermanas, para así apo-

yadas entre sí, tuvieran más fuerza para luchar por el bien de la Iglesia, es decir, llevar muchísimas personas para un ca-mino de amor a Jesús y de su Iglesia.No basta que solo nos indiques madre Teresa, sobretodo necesitamos que nos animes y nos des fuerza para ponernos en camino, en el camino cierto, y con aquella indicación tan precisa y inspira-dora: “con determinada determinación”.El día 14 de junio del 2010, estando de visita en España, para dialogar con algu-nos provinciales sobre la autonomía- reestructuración, este día también fui a hablar con la Santa Madre en su Iglesia y capilla donde nació. Al caminar, con-templando las murallas de la ciudad, tiempo de primavera, millares de golon-drinas las rodeaban con sus vuelos, pro-curando pequeños huecos para anidar-se, y las cigüeñas en los altos de las es-padañas y torres, en pares, paciente-mente esperaban y vigilaban a sus cria-turas.Quedando me un buen tiempo, en la ca-pilla de la Santa, hablándole, pero sobre-todo la escuchando, para oír de ella al-guna orientación para nuestras presen-cias en América, y después de un silen-cio, así lo percibí : “por el momento no tengo la solución, pero sí, cuando todos estuvieren reunidos en Londrina, les ayudaré a discernir como y cual, la de-terminación necesaria para la presencia de la Orden en estas tierras. Según nuestra comprensión, ojalá , que no lleguemos a muchas conclusiones, sin embargo sí, que vamos empezar un camino, un proceso de refundación en serio, que no tiene fecha para concluir, pero sí para comenzar, ahora!Con rejuvenecido seguimiento, vamos continuar remando, lanzando las redes… “ hay que dejar que Dios haga, ayudán-dole a hacer, no estorbando su obra, contribuyendo a ella constructiva y apa-sionadamente”. ( P. Balderraìn)

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Terminé este maratón de visitas, día 15 agosto, con la providencial fiesta de la Asunción, y la visita al santuario de la Virgen de Guadalupe, la Patrona de to-dos nuestros pueblos, y le pedí que rue-gue por todas nuestras presencias, que están en su territorio patronal. PREGUNTAS :

1. ¿ LA NUESTRA RADIOGRAFIA CORRESPONDE A LA REALIDAD ?

Hay exageraciones , cuáles ? ¿ Como sería más exacto ?

2. LA REESTRUCUTRACIÓN, tiene que conciliar, comunidad, vida fra-terna, formación estructuras, mi-sión…

¿ Estamos con fuerzas y ánimos y capacidad para emprender este pro-ceso ? ¿ El gobierno general, con ustedes, vamos a conseguir discer-nir y hacer operante un proyecto que de hecho forme un Carmelo te-resiano, con una fisonomía de vida y misión propias ?

3. Tantas veces hablamos de la ne-cesidad de buenos encuentros de dialogo y discernimiento para los cambios que se nos evidencian . ¿ No será necesario a partir de este encuentro, hacer un esfuerzo y pro-mover buenos encuentros a nivel de CICLA GENERAL O REGIONAL ? Con la intención clara de hacer buenos encuentros ad intra en cada cir-cunscripción ? ¿ En estos encuen-tros regionales, que estén presen-tes todos los consejos ?

4 ¿ CUAL ES, SEGÚN NUESTRA REALIDAD HOY, el estilo y forma de ser CARMELITAS TERESIANOS, en la vida y la misión ?

Propuesta practica a ser evaluada, para que se transforme en una posi-ble CONCLUSIÓN OPERATIVA : eva-

luando nuestras capacidades de for-ma positiva, frente a nuestras ca-rencias, elaborar en cada circuns-cripción, en los próximos capítulos provinciales o comisariatos o dele-gaciones, un plano trienal improrro-gable de reestructuración. Este pla-no sea enviado al Gobierno General para su conocimiento, avaluación y aprobación.

Reflexión personal

MENSAJE DEL PAPA PABLO VI.

Mensaje del Papa Pablo VI, por ocasión de uno de los Capítulos Generales: “De-béis recordaros que vuestra vocación es singular, que habéis elegido una forma de vida difícil, y que vuestro camino es estrecho, austero, esforzado, de una vida ascética ajena a la cómoda y co-mún que las tendencias materialistas ofrecen hoy. Pero, al mismo tiempo, vuestra vocación os decide a la búsque-da especifica del arte de la oración y de la intensidad de la conversión espiritual, que os califica como buscadores de la plenitud, de la única paz, del único amor, en la unión del alma con Dios…Tendréis que haceros de monjes, misio-neros; de solitarios contemplativos, ma-estros del espíritu y predicadores para los hermanos privados del pan del Evan-gelio, pero, todavía hambrientos de vuestro alimento espiritual... Y esto, no sólo no empobrecerá vuestra oración, sino que le infundirá el fuego de la expe-riencia, de la pasión y del amor, como ninguna otra cosa podría hacerlo”.

Gracias a ti, nuestro hermano ma-yor Papa Pablo VI, por estas bellas palabras, tan precisas, oportunas y animadoras, pero necesitamos des-cubrir, como podemos vivirlas y transmitirlas, “siendo buscadores de la plenitud, de la única paz, del único amor, en la unión del alma con Dios”, en esta nueva época, en estos nuevos mares, tan desafiado-

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res para todos os que viven en el mundo actual, a nosotros sobreto-do, que quieres que seamos profe-tas, “fuego, pasión, amor…”

“MOSTRAR AL MUNDO NUEVOS MUNDOS”

"Éste es un momento que exige lo mejor de nuestras fuerzas, audacia profética... y «mostrar al mundo nuevos mundos»". Así ha hablado recientemente Benedicto XVI, el Papa al que algunos aplauden sin leer y del que algunos murmuran aun-que lo aplaudan. En su encuentro con los intelectuales en Portugal nos recor-daba que el Concilio Vaticano II se cele-bró con el fin de "infundir en las venas de la humanidad actual la virtud peren-ne, vital y divina del Evangelio". Pero hacerlo no consiste simplemente en to-car las trompetas como en Jericó, espe-rando que la muralla caiga. Exige pa-ciencia, esfuerzo, reflexión, y sobre todo amor. Ese amor por el corazón doliente y extraviado del hombre actual, que bri-lla por su ausencia en algunas procla-mas autodenominadas "católicas". Las mismas que en su soberbia levantan el dedo acusador hacia quienes tienen la dura encomienda de guiar al pueblo, porque según su estrecha medida son timoratos y poco claros a la hora de cus-todiar la fe. Triste, añejo y suicida, sue-na todo ello.

La sacrosanta tarea de custodiar la iden-tidad católica jamás coincide con ese espíritu pendenciero y amargo que tan genialmente retrató De Lubac, sencilla-mente porque lo había sufrido en sus carnes. Y es que la identidad católica no es un mineral, sino una vida que nace del sí razonable y libremente otorgado a Cristo. No al Cristo que podamos cons-truir en nuestra imaginación (se incline ésta al progresismo o al conservaduris-mo) sino al Señor resucitado que se hace presente a través de la carne con-creta de la Iglesia, conducida por Pedro y sus sucesores. Pobre y rácana identi-dad si para asegurarla tuviéramos que

preservarla del viento y de la lluvia, si hubiésemos de encerrarla en una torre de marfil. Por el contrario la fe se pone en juego en cada circunstancia de la vida para que verifiquemos de nuevo que era cierto lo que un día confió Jesús a los apóstoles: si me seguís tendréis aquí el ciento por uno (con persecucio-nes) y la vida eterna. Por eso, como de-cía Mounier, es preciso vivir la fe al aire libre, que es muy distinto de "vivirla por libre".

No es tiempo para levantar una nueva Línea Maginot, sino tiempo para la mi-sión. No podemos limitarnos a lo que ya tenemos, o creemos tener, como propio y seguro: sería una muerte anunciada, por lo que se refiere a la presencia de la Iglesia en el mundo. El diagnóstico, de-moledor, es una vez más de Benedicto XVI. Por el contrario, resuena de nuevo el imperativo incómodo de aquel pesca-dor de Galilea: estad siempre prontos para dar razón de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere. Y como dice el Papa, todos al final nos la piden, incluso los que parece que no lo hacen. Pero hay que saber escucharlos, hay que aguantar el tirón, hay que amar esta ciu-dad que nos parece hosca y amenazan-te, pero que es la nuestra.

Por lo demás, la Iglesia está siempre deshaciéndose y reconstruyéndose, está siempre aprendiendo de nuevo cómo estar presente, cómo hablar a los hom-bres de cada generación. Y para eso se arriesga (y a veces se equivoca) como cuerpo vivo que es. Para eso genera nuevas formas de vida cristiana y crea nuevas obras de caridad y de cultura, para mostrar la verdad y la belleza del Resucitado, para "mostrar al mundo nuevos mundos". Una experiencia ge-nuinamente católica no se encierra ni se acobarda, como tampoco se diluye ni se entrega. Tiene que detenerse a mirar el campo para descubrir cuanto crece en él, sin establecer previamente quién acogerá y quién rechazará la invitación. Y como dice bellísimamente el Papa,

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ante los grandes problemas que nos im-pulsan casi al desasosiego y al abati-miento, viene en nuestro auxilio la pala-bra de Jesucristo que nos anima: "Yo es-toy con vosotros todos los días, hasta el final del mundo". Si no, esta historia hu-biese concluido hace ya tiempo.” (Pagi-nas Digital).