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- Número 31 1.- Introducción. E l tema del burn out (“estar quemado”, agotamiento) en el deporte competitivo juvenil ha sido relativamente estudia- do desde la Psicología de la Activi- dad Física y el Deporte, aunque tam- bién es cierto que aún necesita de una mayor profundización y posiblemen- te se convierta en los próximos años en un tema clave de estudio, por parte de los profesionales del deporte, por la importancia e implicaciones del mismo. El burn out (agotamiento) en jó- venes deportistas es un tópico que se relaciona muy íntimamente con el de las causas que lleva a los niños y jó- venes a abandonar la práctica depor- tiva, y que igualmente, se relaciona con la cara positiva de esa moneda y que se refiere a los motivos que lle- van a los niños y jóvenes a la práctica deportiva, así como a mantenerse en dicha práctica. La realidad en muchos países de nuestro entorno, aún sin contar con datos fiables nos lleva a pensar que las cifras de no practicantes y de per- sonas que se retiran, a edades tempra- nas, son elevadas a pesar de los es- fuerzos de muchos sectores por inten- tar mostrar una imagen muy favora- ble de la práctica deportiva. En países como EE.UU. estas cifras se sitúan en torno al 30% entre los 6 y 18 años (Sapp y Haubenstricker, 1978), aun- que con un considerablemente aumen- to a medida que se aumenta la edad. En Canadá, Pooley (1980) sitúa tam- bién esta cifra en alrededor del 30%. Por su parte, Robertson (1986), en Australia, cuantifica la tasa de aban- dono en edad escolar en el 60%. Estu- dios más recientes señalan que las ta- sas de abandono de los programas deportivos para jóvenes en EE.UU. se colocan en torno al 35% anual (Gould y Petlichkoff, 1988) o la tasa de los que no se encuentran participando en el 56% (Martens, 1986). En cualquier caso, estas cifras van aumentando con- siderablemente según se acercan a los 18 años (edad máxima del deporte ju- venil). Ante estos datos nos pregunta- mos, ¿qué está ocurriendo en el de- porte infantil y juvenil?, ¿estará pa- sando lo mismo en nuestro entorno?, ¿qué motivos llevan a la práctica de- portiva?, ¿cuáles son las causas de este abandono?, ¿se estará abandonando un deporte para inscribirse en otro?, etc. La sociedad actual ha tomado unos derroteros en los que se enfatizan fun- damentalmente los resultados y la ex- celencia del sujeto (ser el mejor, ser el primero, etc.). Esto queda también reflejado en el deporte, sobre todo en la alta competición. Pero al igual que ocurre en el deporte de alto nivel, esto se ha ido trasladando a los niveles y categorías inferiores del deporte. Así encontramos que en la actualidad la práctica deportiva de los niños y jó- venes se encuentra caracterizada tam- bién por un excesivo énfasis en la competición y en los resultados. Este énfasis por el resultado ha sido trasla- dado, consciente o inconscientemen- te, por los medios de comunicación a los padres, entrenadores, técnicos y a los propios niños y jóvenes. Dando lugar a que las competiciones escola- res y el deporte infantil y/o juvenil resulten estresantes, ya que en las mis- mas se están primando los resultados sobre cualquier otra cosa. En este sen- tido, creemos que se deberían plantear las competiciones o campeonatos de manera que los resultados no sean tan importantes. Para estudiar el fenómeno de la práctica deportiva de los jóvenes en todas sus vertientes es necesario em- pezar por conocer, aunque sólo sea bre- vemente, cuáles son los motivos que conducen a los jóvenes a practicar al- gún tipo de actividad deportiva, ya que en la medida en que conozcamos di- chos motivos podremos animarlos en dicha práctica, podremos disuadirlos para que no la abandonen, podremos evitar los aspectos concretos que están incidiendo en esa retirada y reducire- mos los aspectos que les pueden estar Problema Emergente en el Deporte Competitivo Infantil: EL ESTRES DE LOS JOVENES DEPORTISTAS Félix Guillén García Profesor Titular Universidad de las Palmas de Gran Canaria España PSICOLOGIA Y DEPORTE XVIII Congreso Panamericano de Educación Física - Caracas

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1.- Introducción.

El tema del burn out (“estarquemado”, agotamiento)en el deporte competitivo

juvenil ha sido relativamente estudia-do desde la Psicología de la Activi-dad Física y el Deporte, aunque tam-bién es cierto que aún necesita de unamayor profundización y posiblemen-te se convierta en los próximos añosen un tema clave de estudio, por partede los profesionales del deporte, porla importancia e implicaciones delmismo.

El burn out (agotamiento) en jó-venes deportistas es un tópico que serelaciona muy íntimamente con el delas causas que lleva a los niños y jó-venes a abandonar la práctica depor-tiva, y que igualmente, se relacionacon la cara positiva de esa moneda yque se refiere a los motivos que lle-van a los niños y jóvenes a la prácticadeportiva, así como a mantenerse endicha práctica.

La realidad en muchos países denuestro entorno, aún sin contar condatos fiables nos lleva a pensar quelas cifras de no practicantes y de per-sonas que se retiran, a edades tempra-nas, son elevadas a pesar de los es-fuerzos de muchos sectores por inten-tar mostrar una imagen muy favora-

ble de la práctica deportiva. En paísescomo EE.UU. estas cifras se sitúan entorno al 30% entre los 6 y 18 años(Sapp y Haubenstricker, 1978), aun-que con un considerablemente aumen-to a medida que se aumenta la edad.En Canadá, Pooley (1980) sitúa tam-bién esta cifra en alrededor del 30%.Por su parte, Robertson (1986), enAustralia, cuantifica la tasa de aban-dono en edad escolar en el 60%. Estu-dios más recientes señalan que las ta-sas de abandono de los programasdeportivos para jóvenes en EE.UU. secolocan en torno al 35% anual (Gouldy Petlichkoff, 1988) o la tasa de losque no se encuentran participando enel 56% (Martens, 1986). En cualquiercaso, estas cifras van aumentando con-siderablemente según se acercan a los18 años (edad máxima del deporte ju-venil). Ante estos datos nos pregunta-mos, ¿qué está ocurriendo en el de-porte infantil y juvenil?, ¿estará pa-sando lo mismo en nuestro entorno?,¿qué motivos llevan a la práctica de-portiva?, ¿cuáles son las causas de esteabandono?, ¿se estará abandonando undeporte para inscribirse en otro?, etc.

La sociedad actual ha tomado unosderroteros en los que se enfatizan fun-damentalmente los resultados y la ex-celencia del sujeto (ser el mejor, serel primero, etc.). Esto queda tambiénreflejado en el deporte, sobre todo enla alta competición. Pero al igual que

ocurre en el deporte de alto nivel, estose ha ido trasladando a los niveles ycategorías inferiores del deporte. Asíencontramos que en la actualidad lapráctica deportiva de los niños y jó-venes se encuentra caracterizada tam-bién por un excesivo énfasis en lacompetición y en los resultados. Esteénfasis por el resultado ha sido trasla-dado, consciente o inconscientemen-te, por los medios de comunicación alos padres, entrenadores, técnicos y alos propios niños y jóvenes. Dandolugar a que las competiciones escola-res y el deporte infantil y/o juvenilresulten estresantes, ya que en las mis-mas se están primando los resultadossobre cualquier otra cosa. En este sen-tido, creemos que se deberían plantearlas competiciones o campeonatos demanera que los resultados no sean tanimportantes.

Para estudiar el fenómeno de lapráctica deportiva de los jóvenes entodas sus vertientes es necesario em-pezar por conocer, aunque sólo sea bre-vemente, cuáles son los motivos queconducen a los jóvenes a practicar al-gún tipo de actividad deportiva, ya queen la medida en que conozcamos di-chos motivos podremos animarlos endicha práctica, podremos disuadirlospara que no la abandonen, podremosevitar los aspectos concretos que estánincidiendo en esa retirada y reducire-mos los aspectos que les pueden estar

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PSICOLOGIA Y DEPORTE

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impactando negativamente.Las investigaciones realizadas so-

bre los motivos de la práctica deporti-va aunque escasas ya ofrecen unosresultados relativamente consistentes,un ejemplo lo encontraríamos en unode los primeros estudios realizados porSkubic (1956), el cuál estudió a juga-dores infantiles y juveniles participan-tes en una liga de béisbol, obteniendode ellos los siguientes motivos: llegara conocer otros niños, divertirse, notener oportunidad de hacer travesuras,desarrollar el sentido de la deportivi-dad y mejorar las destrezas específi-cas de ese deporte.

Casi tres décadas después, un es-tudio realizado por Gill, Gross yHuddleston (1983), parece confirmarque los motivos siguen siendo prácti-camente los mismos. Los resultadosde su investigación son los siguientes:mejorar las destrezas, competir, el de-safío y reto que supone, divertirse,estar en forma y aprender nuevas des-trezas.

Estudios posteriores insisten enseñalar prácticamente los mismos as-pectos (Weiss y Chaumeton, 1992) apesar de que los estudios han sido rea-lizados en contextos geográficos dis-tintos como EE.UU. (Gould, Feltz yWeiss, 1985; Klint y Weiss, 1987),Inglaterra (White y Coakley, 1986),Canadá (Fry, McClements y Sefton,1981; Wankel y Kreisel, 1985), Aus-tralia (Robertson, 1981; Longhurst ySpink, 1987), Italia (Cei, Buonamanoy Mussino, 1993), Israel (Weingarten,Furst, Tennenbaum y Schaefer, 1984),Rusia (Bologachevski, 1970), Cuba(Palaima, 1998) o España (Durand,1988; Guillén, 1990; Gordillo, 1992;Balaguer y Atienza, 1994; Lázaro,Villamarín y Limonero, 1996)

Otro interrogante que se podríaplantear es si, ¿piensan lo mismo losniños o jóvenes que practican depor-tes diferentes?. Como responder a estacuestión Alderman (1978) estudio los

motivos de la participación de los ni-ños, independientemente del deportepracticado, obteniendo las siguientesconclusiones: afiliación, excelencia,arousal, agresión, poder e independen-cia. En la misma línea Sapp yHaubenstricker (1978) estudiaron ajóvenes de 11 deportes y encontraronque practicaban deporte: el 90% pordivertirse, el 80% para mejorar des-trezas, el 56% para estar en forma y,en menor medida, para hacer nuevasamistades, para sentirse importante oporque no tenían otra cosa que hacer.

Esta variable ha sido considerada,por otros autores, en múltiples traba-jos (Gill, Gross y Huddleston, 1983;Gould y Horn, 1984; Passer, 1982)

Otra duda que nos asalta no sólo anosotros sino también a muchos téc-nicos, es si, ¿existen diferencias conla edad?. Para contestar a estas pre-guntas se han comparado niños de di-ferentes edades (Alderman y Wood,1976; Alderman, 1978; Sapp yHanbenstricker, 1978) mostrando losresultados que los motivos suelen serlos mismos. Sin embargo, parece ad-quirir una mayor importancia con elavance de la edad los aspectos rela-cionados con la emoción del juego yla “victoria”.

Por último, nos encontramos conotro interrogante ¿existen los mismosmotivos de práctica para chicas y chi-cos?. En este sentido, los resultadosparecen indicar que, en general, exis-te una gran coincidencia entre ambossexos. Sin embargo, parece que loschicos inciden algo más en los aspec-tos competitivos y de retos, mientrasque las chicas inciden más en los as-pectos relacionados con la diversióny hacer nuevas amistades (Gill, Grossy Huddleston, 1983; Sapp yHaubenstricker, 1978). Más reciente-mente Ewing y Seefeldt (1989) seña-lan que tanto en el deporte escolarcomo en el extraescolar existen cier-

tas diferencias entre chicos y chicas.Aunque entre los resultados, en gene-ral, destacan divertirse, hacer algo enlo que destaca, mejorar las habilida-des, la emoción de la competición,estar en forma, reto de la competición,realizar ejercicio físico y formar par-te de un equipo. Sin embargo, en lasdiferencias entre sexos, las chicas in-ciden más en aspectos tales como “es-tar en forma”, realizar ejercicio físicoy pertenecer a un grupo, mientras quelos chicos enfatizan más los aspectosde emoción y reto de la competición

A modo de conclusión podríamosseñalar respecto a los motivos de lapráctica deportiva, que la mayoría delos niños y jóvenes no practican undeporte por sólo un motivo, sino quelo hacen por varios motivos a la vez.Se han llegado a señalar más de se-senta motivos para participar en de-portes (Goldstein y Krasner, 1991).

La razón más señalada suele serel de la diversión que proporciona odebería proporcionar la práctica de-portiva. No se detectan, en general,diferencias relevantes entre niños ojóvenes que practican deportes dife-rentes.

Normalmente, los motivos queseñalan los chicos y las chicas suelenser los mismos, aunque las chicas in-ciden más en aspectos como estar enforma y hacer amistades, mientras quelos chicos lo hacen más sobre los as-pectos competitivos (Mata, 1990;García Ferrando, 1990; Vazquez,1993; Garcés de los Fayos, 1995).

En cuanto a la edad, a pesar de sermuy semejantes las causas en todas lasedades, los mayores recalcan más laemoción del juego y el ganar.

Todos estos aspectos resultan deextrema importancia si lo que se pre-tende es ofertar unas actividades de-portivas de calidad, ya que es lo quedemandan los jóvenes. Además conello estaríamos evitando el abandonoy en el caso de que no se produzcaque su participación no deje secuelas

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negativas a los jóvenes.2.- Principales causas deabandono de la prácticadeportiva en jóvenes.

Como ya hemos mencionado, elotro gran eje de esta temática lo cons-tituye, las causas de abandono de lapráctica deportiva, esos aspectos ne-gativos, como por ejemplo el aburri-miento, estrés, etc., que puede conlle-var esa práctica y que han sido insufi-cientemente estudiados, o al menos,no lo han sido con la misma intensi-dad y esfuerzo, con que han sido tra-tadas otras temáticas.

En este sentido, y a modo de ejem-plo, podemos citar las investigacionesprecursoras de Orlick (1973, 1974)que arroja el siguiente balance: el 67%abandona por el excesivo énfasis enla competición; el 31%, por conflictode intereses con otras actividades; in-cluso, un 2%, se refiere a las lesiones.También concluye en este segundoestudio que la escasez o ausencia detiempo que juega (estar en el banqui-llo), el énfasis competitivo del progra-ma deportivo y el disgusto con el en-trenador son también causas importan-tes para su abandono.

Igualmente, encontramos que au-tores como Gould et al (1982), reve-lan que el 42% de los niños abando-naban por hacer otras cosas, el 28%porque no se divertían, el 24% porhacer otros deporte, el 24% porque noeran tan buenos para ese deportecomo deseaban, el 20% porque les dis-gustaba el entrenador, el 16% por lapresión a la que estaban sometidos,el 16% por aburrimiento y el 16% pordificultades para entrenarse.

En una revisión de las investiga-ciones existentes hasta esa fecha y rea-lizada por Gould y Horn (1984) estosautores concluyen que los motivospara abandonar el deporte son múlti-ples y variados destacando los conflic-tos de intereses, la falta de tiempo, la

falta de éxito y de habilidades, elestrés competitivo, la falta de diver-sión, el disgusto con el entrenador, elaburrimiento y las lesiones.

Como conclusión de otras inves-tigaciones se sugiere que la prácticadeportiva, tal como está estructuradaenfatiza excesivamente la competi-ción, ganar, provoca mucha presión,carece de diversión, adolece de entre-nadores competentes, etc.

En cualquier caso resulta curiosoque algunos de los motivos de aban-dono señalen claramente la figura delentrenador. Ello ha llevado a realizarestudios centrados exclusivamente enel entrenador, como el realizado porPooley (1980) que muestra que el 25%de los niños abandonan por no reci-bir elogios de sus entrenadores; el20%, porque nunca les da instruccio-nes sobre las faltas y errores cometi-dos; el 20%, porque no les proporcio-na información sobre los progresosrealizados; o como señalan un 25%,porque les ignora siempre.

En definitiva, una parte más omenos importante del abandono pue-de deberse a la figura del entrenadoren la medida en que provoca estréscompetitivo, mantiene al deportistademasiado tiempo en el banquillo,realiza entrenamientos aburridos y, nomotiva y no estimula lo suficiente.

De todo lo mencionado se derivanuna serie de acciones que deben irencaminadas a orientar a deportistasy entrenadores, con el fin de destacarlos aspectos positivos y eliminar losaspectos negativos señalados.

Sin embargo, y como resumen delos datos ofrecidos por distintas inves-tigaciones, cabe señalar estas otrascausas de abandono: la excesiva in-sistencia en la victoria; la presión com-petitiva; la falta de diversión; por cul-pa del entrenador; por la forma en queestán organizados los entrenamientosy las competiciones; o por la pobrecomunicación con entrenadores y

compañeros.Estos resultados, en algunos casos

son consecuencia de los señalados enel apartado anterior y en otros casoscomplementan esa información.

Por su parte, Guillén (1990) yGarcía Ferrando (1996), en otro con-texto geográfico, concluyen de modosemejante al señalar que las principa-les causas de abandono se dan cuan-do la actividad del joven deportista seencuentra muy orientada a la compe-tición y a los resultados deportivos obien cuando la forma de entrenar laactividad no era suficientemente di-vertida y resultaba aburrida, al igualque la forma en que son tratados losniños, fundamentalmente, por los pa-dres y entrenadores.

Debemos ser conscientes que tan-to la influencia de los padres y entre-nadores como la de compañeros yamigos, en estas edades es de sumaimportancia, ya que a estas edades aúnno tienen conformados sus rasgos depersonalidad, al estar en proceso deconstrucción, necesitando de puntosde referencia externos, siendo clavespor tanto las opiniones y actuacionesde esas personas que rodean al niño.De ahí que esa influencia bien puedeayudar de manera positiva al niño opor el contrario resultarles negativa, através de la presión que estos puedanpercibir. En este sentido, considera-mos que el entrenador se configuracomo una pieza clave en la motiva-ción del joven y en el éxito deportivodel mismo.

Respecto a esto último Gordillo(1992), afirma que en muchos aspec-tos el entrenador, si está bien forma-do y orientado psicológica ypedagógicamente, puede evitar quehaya abandono y falta de motivacióne interés. Para conseguir que la moti-vación no decaiga y el sujeto abando-ne, según este mismo autor, hemos deintentar que en el aprendizaje de lashabilidades básicas, éstas se adapten

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a las características del grupo y queles permita disfrutar de la actividadcomo “juego” más que como “depor-te”, ya que de no conseguirlo va a sermuy difícil que mantengan su moti-vación y lo más fácil es que lleguen aabandonar este deporte o la prácticadeportiva en general.

Por todo ello, los entrenadores ytécnicos deportivos deben compren-der que si se logra que un elevado nú-mero de jóvenes practique un deter-minado deporte y se muestren entu-siasmados con el mismo, se habránpuestos los cimientos necesarios paraconseguir con el tiempo deportistas dealto rendimiento o si lo que se preten-de es un estilo de vida activo de esapoblación en un futuro, también seconseguirá. Por el contrario, resulta-ría casi innecesario señalar que si notenemos practicantes de un deporte, oun escaso número de ellos porque hanabandonado, muy difícilmente se lo-grará tener deportistas de alto nivel,pues una vez los jóvenes se retiranmuy difícilmente volverán a esa acti-vidad deportiva.

Por estas razones en cualquier plande formación deportiva y de cara aobtener deportistas de alto rendimien-to o personas activas, deportivamentehablando, se deben considerar las si-guientes cuestiones:

a) En primer lugar, tener relativamen-te claro la importancia de mante-ner un grupo de deportistas más omenos numeroso, para garantizar lalabor. Ello justificaría conocer esosmotivos que les lleva a estos jóve-nes a practicar deporte y a abando-nar, para poder realizar una acciónpreventiva.

b) Una vez se tiene ese grupo de de-portistas más o menos amplio ha-bría que desarrollar una serie de ac-ciones encaminadas a asesorarlespsicológicamente, con el fin de ob-

tener los mejores resultados posi-bles de cada uno de esos deportis-tas, tanto individualmente como co-lectivamente.

c) En cualquier caso, para ahondar aúnmás en este tema se hace necesarioconocer no sólo la opinión de lospracticantes, sino que se hace ne-cesario conocer la opinión de losque han abandonado y así tener uncuadro claro de lo que está ocu-rriendo. Por esta razón se han rea-lizado una serie de estudios sobreeste tema.

3.- Agotamiento en jóvenesdeportistas.

Como se aprecia en las causas deabandono un porcentaje alto de lasmismas se relacionan directamentecon la presión, el estrés, el aburrimien-to, la no diversión, etc., provocadaspor entorno de los jóvenes deportis-tas (padres, entrenadores, compañerosy ambiente) dando lugar a lo que seha dado por llamar agotamiento(burnout) inducido por el estrés.

El deporte competitivo en niños yjóvenes, está obligando a muchos ni-ños

3.1.- Definicióny conceptualización de burn out.

El estrés se ha definido en lasCiencias Médicas como: el estado detensión excesivo resultante de una ac-ción brusca o continuada para el or-ganismo.

En Ciencias del Deporte se defineel estrés como: Gran solicitación psí-quica y/o física, vivida como una car-ga y que conduce a reacciones de de-fensa específicas para dominar la si-tuación amenazante.

Por su parte, desde un punto de

vista psicológico, se entiende el estréscomo un conjunto de manifestacionesgenerales no específicas como res-puesta a una demanda cualquiera delentorno, incluido el psicosocial(Rivolier, 1999). Asimismo el estréspsicológico puede ser visto como unproceso que empieza cuando una per-sona se encuentra con una demandasituacional. Esta demanda puede seruna tarea, una oportunidad o algunacosa que también requiera de una ac-ción o ajuste por parte del individuo(Sarason, 1980). A continuación lapersona valora la situación y los re-cursos disponibles apropiados para esademanda. Algunas personas juzgaránla situación como amenazante en al-gún aspecto.

Para Lazarus (1966), la amenazaes la condición de la persona cuandose enfrenta a un estímulo que él con-sidera como muy amenazante para susvalores y metas.

La percepción de amenza influen-cia la siguiente fase del proceso deestrés. La respuesta emocional delsujeto, provocando un estado emocio-nal desagradable con respuestas comoansiedad, furia y culpa.

Este estrés va a dar lugar a lo quese denomina agotamiento (burn out)y que se define como un estado de can-sancio mental, emocional y físico ge-nerado por una dedicación persisten-te hacia un objetivo, cuyo logro resul-ta opuesto a las expectativas de la per-sona (Freudenberger y Richelson,1981). Esta situación suele dar lugarinevitablemente a un bajo rendimien-to.

Flippin (1981) está consideradocomo el primer autor en hablar delburn out en contextos deportivos,Maslach y Jackson (1981) consideranel síndrome como la conjunción detres dimensiones claramente diferen-ciadas: agotamiento emocional,despersonalización y reducida realiza-ción personal. Considerando estos as-

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pectos Fender (1989) entiende el burnout como una reacción de estresoresde la competición deportiva, caracte-rizada por agotamiento emocional,actitud impersonal hacia los sujetos desu entorno deportivo y disminucióndel rendimiento deportivo.

Este fenómeno que acabamos decomentar ha pasado de estar localiza-do en el deporte de alto rendimiento aextenderse al deporte competitivo ju-venil, de forma muy amplia, abarcan-do cada día a un mayor número de ni-ños y jóvenes.

3.2.- El estrésen los jóvenes deportistas.

Los estudios realizados sobre elagotamiento y estrés en los deportis-tas se ha convertido en un tema im-portante de discusión en el deporte y,por supuesto, en la Psicología del De-porte, ya que aunque existe cierta dis-crepancia al respecto parece que efec-tivamente en el deporte infantil se estágenerando bastante estrés y, por tan-to, agotamiento.

Los datos sobre la incidencia deeste fenómeno la sitúan entre el 47%(Weinberg y Gould, 1995) y el 35%(Hanson y Coop, 1991). En otro con-texto geográfico como es el español,alguna investigación lo sitúa en tornoal 22% (Garcés de los Fayos, 1994).Independientemente de las diferenciasexistentes, cualquiera de esas cifrasresultan preocupantes. Además se se-ñala que el 40% de los niños y jóve-nes que lo sufren acaban abandonan-do la práctica deportiva (Garcés de losFayos, 1994). Más recientementeGilbert (1988), comenta que el burnout (agotamiento) es la razón para queel 80-90% de los niños abandonen eldeporte organizado antes de los 15años. En el mismo sentido se mani-fiestan Gould (1987), Gould yPetlichkoff (1988), Weiss (1993) alseñalar que muchos niños no siguen

la práctica deportiva por el excesivoestrés competitivo.

Los estudios realizados sobre estatemática han analizado desde el nivelde incidencia de este fenómeno en losjóvenes al abandono de la prácticadeportiva debido al mismo, pasandopor el estudio de los determinantes deeste agotamiento, los momentos enque la incidencia es mayor, las carac-terísticas de los jóvenes que hacen quesean más susceptible su aparición, lassituaciones concretas y los agentes queprovocan la misma, alternativas y re-comendación para evitar su aparición,etc.

En este sentido vamos a intentarexponer brevemente algunos de estosaspectos así como las investigacionesy autores en que se sustentan.

3.3.- Determinantes del estrés en los deportistas.

El estrés competitivo de los jóve-nes puede deberse a un sinfín de as-pectos. En cualquier caso este estréspuede estar provocado pordesencadenantes generales o propiosde la actividad deportiva; pordesencadenantes que aparecen antes,durante y/o después de la competición.Igualmente esos aspectos pueden es-tar originados por cuestionessituacionales de la práctica deportivay/o características personales de losdeportistas.

Para Cockley (1992), quizás nosea el deporte en sí mismo quien ge-nere el estrés sino la estructura socialdel deporte competitivo. Teniendo quelos factores que predisponen al estréspueden ser múltiples en el plano de-portivo y van desde las variables ne-gativas que rodean el contexto depor-tivo (competiciones, horas de entre-namiento, disciplina del mismo, etc.),mantener con el entrenador una rela-ción negativa, practicar deportes in-dividuales, no dar tanta importancia

al deporte en sus vidas y soportar mallas relaciones sociales que se estable-cen en el deporte (Garcés de los Fayos,1994).

Parece que las situaciones gene-rales que provocan estrés son todasaquellas en las que existe incertidum-bre (por ejemplo, resultado de la com-petición, etc.), en las situaciones denuevas y de cambio (por ejemplo,cambio de demarcación, nueva cate-goría, etc.), las que resultan apremian-tes (por ejemplo, cercanía de un tor-neo, necesidad de clasificarse, etc.),en las que existe falta de información(por ejemplo, categoría del adversa-rio, etc.), en las que hay una sobrecar-ga de información (por ejemplo, in-formación al mismo tiempo del entre-nador, padres, compañeros, etc.) y enlas que faltan conductas para hacerfrente y manejar la situación (porejemplo, una situación límite, una ta-rea crítica como lanzamientos depenaltis, etc.). Mientras que como de-terminantes propios de la actividaddeportiva nos encontraríamos, funda-mentalmente, los que se crean en lasituaciones de entrenamiento. Entreestos determinantes nos encontramoslas situaciones donde existe un entre-namiento pesado (por ejemplo, entre-namientos aburridos, etc), existe frus-tración en el deporte (por ejemplo, nose consiguen los resultados esperados,etc), hay un cambio ocupacional o detarea (por ejemplo, cambio de entre-nador, etc.), el ambiente físico es in-adecuado (por ejemplo, entrenar conmaterial obsoleto, entrenar muchaspersonas en poco espacio, etc.) y lasrelaciones interpersonales son pobres(por ejemplo, existe escasa comuni-cación por parte del entrenador, la re-lación con los otros miembros delequipo es mala, etc).

Por su parte, Passer (1982) indicauna serie de determinantes del estrésen jóvenes deportistas, referidos a lacompetición tanto antes, durante como

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después de la misma, así como a de-terminantes personales.

3.3.1.- Respecto a los determinantessituacionales del estrés antes de lacompetición.

Como determinantes situacionalesde la precompetición señala el tipo dedeporte que practica el joven, el tiem-po previo a la competición, importan-cia de la competición.

En cuanto al tipo de deporte, múl-tiples estudios parecen indicar que losdeportes individuales generan másestrés que los deportes de equipo(Griffin, 1972; Simon y Martens,1979). Parece claro que cuando sepertenece a un grupo la responsabili-dad queda diluida entre los miembrosde ese grupo, mientras que cuando elsujeto afronta el solo una situacióndeterminada la responsabilidad asumi-da es mayor.

Otro determinante sería el tiempoprevio a la competición, ya que se hadetectado que a medida que se acercael momento de la competición aumen-ta la ansiedad de los deportistas.(Gould, Horn y Spreeman, 1983;Gould, Petlichkoff y Weinberg, 1984).Cualquier persona, ante cualquier si-tuación “potencialmente conflictiva”,a medida que se acerca a dicha situa-ción sienten más ansiedad, ocurrien-do lo mismo en el plano deportivo.

Un tercer determinante se refierea la importancia de la competición, eneste sentido se señala que cuanto másimportante sea la competición mayorserá el grado de ansiedad que mani-fiesten los deportistas. (Lowe yMcGrath, 1971; Feltz y Albrecht,1986). Resulta evidente que en la me-dida que un acontecimiento, de cual-quier tipo, sea relevante, provocaráunos niveles más elevados de ansie-dad que si ese acontecimiento no lofuera.

3.3.2.- Respecto a los determinantessituacionales del estrés durante lacompetición.

Diversas investigaciones señalanque determinados sucesos del momen-to de la competición generan más an-siedad. En este sentido, Hanson (1967)y Lowe y McGrath (1971) resaltancomo determinantes durante el trans-curso de la competición, lo crítico ocomplicado del juego o deporte, lassituaciones críticas particulares de unmomento del juego, una tarea especí-fica o una actividad que se está ejecu-tando, o el puesto o función que estádesempeñando. Todos estos aspectosparecen incrementar los niveles deansiedad de los deportistas.

3.3.3.- Respecto a los determinantessituacionales del estrés después dela competición.

Sin duda el resultado de una com-petición o cualquier otra actividad seconvierte en un aspecto clave genera-dor de ansiedad, siempre que los re-sultados sean negativos o no sean losapetecidos. En dicha línea, encontra-mos que los resultados negativos dela competición dan lugar a una mayoransiedad, mostrándose de forma con-sistente que los perdedores muestranun mayor nivel (Scanlan y Passer,1978, 1979; Scanlan y Lewthwaite,1984; Martens y Gill, 1976; Gill yMartens, 1977)

3.3.4.- Respecto a losdeterminantes situacionales delestrés durante los entrenamientos.

Una parte muy importante del de-porte es el entrenamiento, sin embar-go es una parte que ha sido algo des-valorizada, a pesar de que posiblemen-te sea una de las partes más relevan-tes tanto cuantitativa comocualitativamente. Cualquier personarelacionada con el deporte sabe per-

fectamente que la competición es sólola punta del iceberg, mientras que elentrenamiento es la parte a la que sededica entre otras cosas más tiempo.En este sentido y dependiendo del de-porte, se estima que la competiciónsólo representa entre el 1 y el 10%del tiempo dedicado a la práctica de-portiva, mientras que el 90% o másrestante está dedicado a los entrena-mientos.

En este sentido creemos necesa-rio resaltar y recalcar la importanciadel entrenamiento y el mismo comofuente generadora de ansiedad pormúltiples causas. Puede provocar an-siedad la situación de entrenamientocuando la misma resulta pesada, pro-voca frustración su práctica, se pro-ducen cambios ocupacionales o en lastareas, el ambiente físico resulta in-adecuado o las relacionesinterpersonales son pobres.

En cuanto a las características delentrenamiento, encontramos que lasobrecarga en los mismos generaestrés y viene provocado por el hechode que muchos entrenadores y técni-cos deportivos a fin de mejorar el ren-dimiento a corto plazo, aumentan lacantidad de los entrenamientos, a tra-vés del número de horas, del númerode sesiones semanales, así como la in-tensidad de los mismos.

También ocurre que afecta no sólola cantidad de entrenamiento realiza-do sino a la calidad del mismo, encuanto son aburridos y monótonos(Juba, 1986). En muchas ocasionesencontramos que los modelos de en-trenamiento de los entrenadores dedeporte infantil, se asemejan cada díamás al de los entrenadores de elite, noconsiderando que no se pueden extra-polar estos entrenamientos desde eldeporte de competición al de base, yaque entre otras cuestiones las edadesde los sujetos son totalmente distin-tas. Esto ha dado lugar a que los en-trenamientos en muchos casos se con-

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viertan en un verdadero suplicio paralos niños, y en el que no encuentrandiversión, ya que se ha pasado de seralgo alegre a ser algo aburrido y sa-crificado. También hemos podidoapreciar que muchos entrenadoresconsideran de forma claramente erró-nea que los entrenamientos alegres ydivertidos son sinónimos de “malosentrenamientos”, ya que según ellosun buen entrenamiento es en el que eldeportista sufre.

Juba (1986), menciona a este res-pecto dos aspectos que provocanestrés: la excesiva cantidad de entre-namiento y la naturaleza repetitiva deldeporte (y evidentemente de los en-trenamientos como parte esencial deldeporte). Tierney (1988) también in-cide en la sobrecarga de entrenamien-tos, lo mismo que Smith (1986) al re-ferirse al excesivo tiempo dedicado aesa práctica deportiva.

Otra cuestión que también hemospodido apreciar claramente, es que laedad de iniciación a los deportes escada vez más temprana, para ello notenemos más que dirigir nuestra vistaa deportes como la gimnasia o la na-tación, por ser los más evidentes, aun-que este fenómeno ocurre cada vezmás en otros muchos deportes. A pe-sar de no existir datos que nos mues-tren claramente que la práctica depor-tiva precoz correlacione de manerapositiva con rendimiento y adheren-cia a esa práctica. Este último aspectose relaciona con las actividades a rea-lizar durante la práctica deportiva yque en ciertas ocasiones no se corres-ponden con el desarrollo evolutivo delos niños, exigiéndoles habilidades oconductas no acordes con su nivel demaduración física o mental.

Otro tema relativamente estudia-do es el acaecido por la frustraciónprovocada por su práctica. En ocasio-nes encontramos jóvenes que percibenque tienen una baja ejecución lo cualprovoca un mayor nivel de la ansie-

dad estado (Scanlan, 1986; Gould,1993). En este mismo sentido se ma-nifiestan Scanlan y Passer (1979) alindicar que los niños que tienen expe-riencias positivas (de éxito) tienenmenor ansiedad estado que los niñosque tienen experiencias negativas (defracaso).

Otro aspecto menos estudiado serefiere al estrés producido por cam-bios ocupacionales o en las tareas.Todos hemos “sufrido en nuestras car-nes” la ansiedad que provoca cambiarde tarea, de profesión, de casa, etc. Lomismo ocurre en el deporte, el cam-bio de tarea a la que están acostum-brados los deportistas les crea incerti-dumbre y, normalmente, ansiedad (porejemplo, estar acostumbrado a jugarde delantero y pasar a hacerlo de de-fensa) o cambiar de entrenador (no sa-ben como será el nuevo entrenador, siles exigirá mal y establecerán buenarelación con él, etc.) o cambiar la for-ma de entrenar o jugar.

En otros ámbitos distintos al de-portivo, como el laboral, se ha estu-diado la importancia del lugar dondese desarrolla la labor y se ha visto queel mismo puede influir positiva o ne-gativamente. Por ello resulta evidenteque un ambiente físico inadecuadopuede provocar bajo rendimiento y nomejorar ciertas habilidades (imagínen-se que están practicando natación yque la misma calle, en la que entrena,la tienen que compartir con otros mu-chos nadadores. Casi con seguridadque no podrán hacer los ejerciciosadecuadamente) Cuando esto ocurrediariamente llega a afectarles seria-mente.3.3.5.- Respecto a la influencia delas interacciones sociales.

En momentos anteriores hemosvisto que los deportistas en muchasocasiones se sienten presionados porlas personas que le rodean. Las perso-nas que rodean al deportista y que más

le influyen, tanto por su cercanía comopor la importancia que tienen para él,son el entrenador, los padres y losamigos o compañeros.

Tierney (1988) encontró que elestrés es consecuencia entre otras ra-zones de las expectativas de otras per-sonas y de las expectativasautoimpuestas por el propio joven,como vemos la influencia de los de-más va a ejercer una gran presión aljoven.

Posiblemente sean las actitudes ycomportamientos de los padres una delas causas de estrés, en este sentido semanifiesta Juba (1986) al señalar sinduda alguna a los padres como una delas principales fuentes de estrés. Enel mismo sentido, se manifiestanScanlan y Lewthwaite (1984) al su-gerir que el incremento de la presiónfamiliar para que los niños participenen programas deportivos está asocia-do con niveles altos de ansiedad esta-do en los niños.

Otro de los agentes generadores deestrés son los entrenadores, a travésde las relaciones inadecuadas con elentrenador o con los compañeros. Ellopuede deberse a que apenas exista re-lación o sea escasa o que la haya perode forma inadecuada. No olvidemosque en un lugar destacado de las cau-sas de abandono señaladas por los jó-venes se encuentra la mala relacióncon el entrenador o, como se indicaen algunos estudios, que el entrena-dor sea el causante de ese abandono.Esto nos hace suponer que los depor-tistas encuentran está situación, comoproblemática.

También ocurre que la necesidadde los niños de obtener evaluacionespositivas de los adultos y más concre-tamente de los entrenadores, les pro-voque ese estado, al no recibir la res-puesta deseada.

Estas valoraciones en ciertas oca-siones provienen, no sólo de los ni-ños, sino incluso los padres, al refe-

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rirse estos a las prácticas de los entre-nadores como las causantes de esosestados de ansiedad (Smith, 1986).

Otro tanto ocurre al referirnos alos compañeros, ya que uno de losmotivos señalados para la prácticadeportiva es la de hacer amigos y es-tar con los amigos. O bien, la búsque-da de esa aprobación social por partede los compañeros y que sin embargono se obtenga

Ante todo lo anteriormente co-mentado no es de extrañar que cadadía más nos encontremos con niñosque muestren signos de estrés y aban-donen prematuramente la práctica de-portiva.

3.3.5.- Respecto a los determinantespersonales del estrés relacionadoscon el momento de la competición.

En cuanto a los determinantes per-sonales, parece claro que la ansiedadse relaciona con ciertos factores delsujeto como la autoestima y la orien-tación hacia el resultado.

En este sentido, encontramos quelos resultados nos indican que los ni-ños con baja autoestima muestran másansiedad antes y durante la competi-ción aunque no después de la misma.

Respecto a la otra variable men-cionada, se ha detectado que los ni-ños que están orientados al dominiomuestran menos ansiedad que los queestán orientados al resultado (impor-tancia atribuida a la victoria y el fra-caso) (Roberts, 1986).

Igualmente, ciertas investigacio-nes señalan que antes de la competi-ción los niños con bajas expectativasde éxito muestran más ansiedad esta-do que los niños con altas expectati-vas de éxito ante ese evento (Scanlany Passer, 1978, 1979; Scanlan yLewthwaite, 1984).

También se ha relacionado la an-siedad con la alegría y diversión, eneste sentido se ha encontrado que las

personas que participan y ven el par-tido o competición como algo alegrey divertido muestran menos ansiedad.

Ciertos autores, como Gould(1993), concluyen que elperfeccionismo, la necesidad de acep-tación por parte de los demás, la noasertividad y la autococeptualizaciónsólo a través del deporte, son factoresque provocan estrés.

Otras variables estudiadas se re-fieren al sexo y años de experienciade los deportistas, encontrándose queestas variables no se relacionan conel estrés competitivo agudo (ansiedadestado).

Por último, indicar que varios es-tudios sugieren que el deporte juvenilno provoca más ansiedad que la quepuede generar otras actividades de losjóvenes, como examen escolar, com-petición entre pandillas, etc. En estesentido, estamos de acuerdo con loafirmado, siempre que esa prácticadeportiva sea correcta y los jóvenesno se sientan presionados por algunosde las múltiples aspectos reseñados.

3.4.- Síntomas del estrés enjóvenes deportistas ycaracterísticas personales delos mismos.

Otra manera de profundizar eneste tema ha sido estudiando como laansiedad rasgo hacia la competiciónprovoca una serie de consecuencias enlos jóvenes. En este sentido se mani-fiesta Scanlan (1986), al señalar quelos deportistas con alta ansiedad ras-go competitiva muestran una bajaautoestima, unos bajos niveles de ale-gría, bajas expectativas de ejecuciónpersonal, se muestran preocupados porel fracaso, y por la evaluación que rea-lizan de ellos los adultos, se muestranincapaces de obtener satisfacción conla práctica y se preocupan de formaconsiderable por la evaluación social.En definitiva, considera que la alta

ansiedad rasgo predispone para per-cibir la evaluación y el ambiente de-portivo como amenazantes.

Por su parte, Passer (1983) añadeque los resultados de las investigacio-nes revelan que los niños con altosniveles de ansiedad rasgo se muestranpreocupados más frecuentemente porperder, no jugar bien, por la evalua-ción del entrenador y de los compa-ñeros. Percibiendo la evaluación y elfracaso como más amenazantes quelos deportistas con baja ansiedad ras-go.

Los resultados del estudio reali-zado por Brustad y Weiss (1987) re-velan que estos niños se caracterizanpor tener más bajos niveles deautoestima y mayores problemas parala ejecución, que el resto de los niños.Por esta razón Brustad (1988) señalaque estos jóvenes deportistas percibenel fracaso y la evaluación negativacomo emocionalmente muy aversivo.Por ello aconseja que los líderes adul-tos deberían reducir el grado en queestos niños son evaluados abiertamen-te, al tiempo que deberían procurarasegurar sus éxitos y realzar suautoestima.

3.4.1- Consecuencias y efectos del estrés.

Las consecuencias de estrés hanquedado manifiestas en el transcursode los apartados anteriores, no porello, queremos dejar de mencionar al-gunas de las más importantes.

Sin lugar a dudas, el abandonodeportivo se convierte en el principalfenómeno producido por ese estrés,alcanzando cifras preocupantes y queaumentan día a día. Al margen de eseabandono encontramos que ese estrésqueda también reflejado en el bajorendimiento deportivo. Otras manifes-taciones del estrés deportivo de losjóvenes se hace patente cuando losjóvenes (o sus padres) señalan pérdi-

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da de sueño o apetito, además de manifestar de forma consistente una reduc-ción en los niveles de satisfacción por esa práctica o la carencia de alegría eincluso aumento de las lesiones físicas.

Respecto a este último punto encontramos una revisión (Guillén, 1999) delas repercusiones a niveles de accidentes deportivos, lesiones traumatológicas,muerte súbita, etc., en jóvenes deportistas todo ello relacionado con el estrés.

3.4.2.- Consecuencias fisiológicas producto del estrés.

Las manifestaciones del estrés son muy variadas.

Cuadro No.1

3.4.3.- Consecuencias psicológicas producto del estrés.

Cuadro No.2

3.4.4.- Consecuencias comportamentales producto del estrés.

Cuadro No.3

3.5.- Prevención del estrés en jóvenes deportistas.

No queremos terminar este capítulo sin proporcionar algunas sugerenciasa los padres, entrenadores y a los propios deportistas sobre aspectos que de-bieran considerar a fin de reducir el estrés provocado por el deporte competi-tivo para niños y jóvenes.

3.5.1.- Indicaciones para que lospadres eviten el estrés de losjóvenes deportistas.

Una de las primeras recomenda-ciones para los padres es que se ase-guren que sus hijos disfrutan con esapráctica deportiva.

En muchas ocasiones los padresinsisten mucho para que los hijos seinvolucren en un programa deportivoespecífico, sin embargo puede ocurrirque los mismos no tengan interés porel deporte, en general, o bien por undeporte concreto, ya que puede ocu-rrir que la práctica deportiva que lesatrae es otra. En otras ocasiones en-contramos que ciertos padres incons-cientemente quieren que sus hijospractiquen y triunfen en deportes quea los padres les gusta, pero no a loshijos o tal vez quieren que sus hijossean lo que ellos no lograron ser en elplano deportivo. Por estas razonesmuchos niños se involucran en unadeterminada práctica deportiva, ya quelo que desean es satisfacer a sus pa-dres, a costa de elevados estados deansiedad.

En cualquier caso, ya sea por ac-ción directa de los padres o por cual-quier otra causa, estos deberán estaratentos al disfrute de sus hijos a fin deevitar los perjuicios de una mala prác-tica deportiva.

Muchas veces los padres lo quehacen, generalmente, es preguntar alniño por el resultado de la competi-ción en la que han participado, peromuy rara vez preguntan si se han di-vertido o como lo han hecho. Resultaconveniente que los padres empeza-ran por quitarle importancia al éxitoen la competición, al resultado y dár-sela a la diversión y esfuerzo.

En las ocasiones en que el niñoestá motivado por un deporte y em-piece a tener cierto nivel no es conve-niente que los padres estén constante-mente a su lado, ya que con ello se

Preocupación. Estrechamiento de la atención. Sin control para fluctuar atencionalmente. Sentimiento de agobio y confusión. No sentir control. Incapacidad para tomar decisiones. Distorsión visual. Descenso de la flexibilidad mental. Sentimientos de confusión. Incapacidad para tomar decisiones.

Mayor número de pensamientos negativos. Incapacidad para concentrarse. Olvido de detalles. Irritabilidad. Menor capacidad para centrarse en la actuación. Recurrir a antiguos hábitos. Sensación de fatiga. Distorsión de la voz. Precipitación en las actuaciones Atención a los sentimientos personales y vivencias internas.

Rápidos movimientos con el pie. Incremento del parpadeo. Bostezos repetidos.

Temblores. Andar de un lado para otro. Morderse las uñas, etc.

“Boca pastosa” Aumento de la secreción de adrenalina. Rubor. Hiperventosidad. Diarrea. Nauseas. Vómitos. Malestar en el estómago. Agarrotamiento de las manos y pies.

Aumento de la tasa cardíaca. Aumento de la presión sanguínea. Mayor sudoración. Incremento de la actividad cerebral. Dilatación de las pupilas. Incremento de los niveles de respiración.Incremento de la tensión muscular. Incremento de azúcar en sangre. Incremento de la frecuencia de la micción

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pueden sentir evaluados constante-mente y les provoque ansiedad, salvoque sean los propios niños quienesdemanden que estemos a su lado, aun-que aún así no debemos excedernosen ello.

3.5.2.- Indicaciones para que losentrenadores controlen el estrés delos jóvenes.

Como ya hemos visto con anterio-ridad los entrenadores son responsa-bles en cierta medida del estrés depor-tivo de los jóvenes, bien por la formade entrenar, bien por las exigenciasante la competición o bien por la rela-ción que establece con los deportis-tas. Por ello intentaremos ofrecer al-gunas sugerencias que eviten que hagasu aparición el estrés, o en el caso deaparecer procurar disminuir su inci-dencia de manera que cause el míni-mo impacto en los jóvenes.

a) Evitar entrenamiento excesivo. Elentrenador deberá evitar los entre-namientos excesivamente muy du-ros y aburridos, tal como hemos co-mentado en páginas anteriores, yaque tenemos que considerar que porsu desarrollo físico y psicológicolos niños no están preparados enmuchas ocasiones para realizarlos.Además no está demostrado que losentrenamientos muy intensos a cier-tas edades, provoca un mayor ren-dimiento, en cualquier caso si exis-tiera mejora a una edad tempranaposteriormente podrían aparecersíntomas de sobreentrenamientocon el consabido estancamiento enla evolución, incluso el niño debi-do al desaliento puede abandonar.Siempre será preferible una evolu-ción progresiva. Hay que conside-rar siempre que la cantidad de en-trenamiento no es sinónima de ma-yor rendimiento. Por otro lado,

b) Entrenamientos intensos pero bre-

ves. La vieja filosofía de que es pre-ferible la calidad a la cantidad sehace evidente al tratar este aspec-to. En la medida en que los entre-namientos estén bien aprovechadosel rendimiento será mayor, no porestar más tiempo en las instalacio-nes deportivas, o estar más tiempohaciendo ejercicios los resultadosvan a ser mejores. Si nos fijamosen los medios de comunicación en-contramos constantemente que losgrandes deportistas se caracterizanpor la intensidad de los entrena-mientos. Esto lo vemos cuando con-templamos que en los últimos añosse ha reducido la duración de losentrenamientos en todos los depor-tes. Por esta razón en ocasiones nosquedamos sorprendidos cuandomuchos jóvenes tienen entrena-mientos más largos (tiempo dedi-cado, metros recorridos, etc.) quelos deportistas de alto nivel.

c) Eliminar los entrenamientos aburri-dos. Uno de los grandes problemasasociados al deporte infantil y ju-venil es el de la baja calidad de losentrenamientos producto de la mo-notonía y aburrimiento de los en-trenamientos. En la actualidad to-davía existen muchos entrenado-res, que podríamos calificar de“corte militarista” que conciben, deforma errónea, que un entrenamien-to bueno es aquel en el que los de-portistas sufren y se aburren. Si melo permite el lector, existe un cier-to paralelismo entre el mundo deldeporte y el educativo, por ejem-plo, hace años los profesoresenfatizaban el refrán de “la letra consangre entra” y consideraban queestudiar debería suponer muchosufrimiento y sacrificio, y deberíaresultar árido, sin embargo desdehace algunos años se considera lanecesidad de que se haga atractivoy divertido pues de esta manera re-

sulta más beneficioso y se obtienenmejores resultados. Por este moti-vo se hace imprescindible que elentrenamiento, que es la parte o mo-mento del deporte que ocupa mástiempo, sea divertido, ameno, etc.Echemos una mirada a muchos pro-fesionales del deporte y veremosque en los entrenamientos se lo pa-san muy bien.

d) Intentar realizar entrenamientoscreativos. Un aspecto que caracte-riza a los buenos entrenadores, yque es valorado muy positivamen-te por los deportistas, es la realiza-ción de actividades novedosas, va-riadas y divertidas. Si nos fijamos,por ejemplo, en las concentracio-nes de las mejores selecciones defútbol, podemos apreciar que losseleccionadores durante los entre-namientos incluyen muchos juegosy actividades divertidas, pero sinque por ello dejen de realizar su tra-bajo. En esos entrenamientos rea-lizan pequeños partidos de rugby,baloncesto, etc.

e) La relajación y recuperación sontambién entrenamientos. En ocasio-nes no se es consciente de la nece-sidad de recuperarse. Sin embargola recuperación es necesaria paraque el organismo afronte nuevascompeticiones en un estado óptimo,por esta razón debe considerarse larecuperación como una parte im-portante más del entrenamiento delos deportistas. En cuanto a la rela-jación debería adquirir un espaciopropio tanto durante la época demucho entrenamiento como antesde las competiciones no sólo parala salud del joven, que ya de por sies importante, sino también para sumayor rendimiento, ya que en lamedida que tenga un estado ópti-mo de relajación afrontará las com-peticiones con mayores garantías de

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éxito.f) Evitar jugar excesivas competicio-

nes, para prevenir el estrés. Hemosvisto que la competición generacierto grado de tensión y ansiedaden los deportistas, por esta razón noes conveniente someter constante-mente al deportistas a estas situa-ciones. Debemos considerar queincluso deportistas adultos (porejemplo, futbolistas de grandesequipos) que están sometidos acompeticiones todas las semanas,en ocasiones más de una a la sema-na, se quejan del exceso de tensióny de la necesidad de reducir el nú-mero de estas. Si esto ocurre a de-portistas profesionales que no leocurrirá a deportistas más jóvenes,ya que para un deportista juvenil sucompetición es tan importantecomo lo pueda ser para un depor-tista profesional.

g) Reconocer los síntomas del estrés.En los apartados anteriores hemosmencionado algunos síntomas delestrés, esto nos debiera ayudar a re-conocer cuando un deportista estásufriendo estrés, para de esta ma-nera poder ayudarlo.

h) Procurar convertir las actividadesdeportivas en un reto y nunca enuna amenaza. Una forma de evitarque el joven se sienta amenazadoes procurando que los ejercicios yactividades que realiza se desarro-llen en un ambiente distendido y enel que lo que debe tratar es de su-perarse a sí mismo, compitiendopor una mejora gradual y la acciónle suponga un desafío.

i) Reforzar la labor de los jóvenes de-portistas. Nos encontramos quecada día es más difícil encontrarpersonas que elogien y estimulen aotros. Debemos tener en conside-ración que los jóvenes necesitan en

muchas ocasiones que se les animey alabe por la labor desarrollada,ya que no les basta con la adecua-da realización de la tarea. Ademásciertos jóvenes que se caracterizanpor ser más dependientes requierende esa recompensa, que puede con-sistir simplemente en una sonrisa,unas palabras de ánimo o un guiñode complicidad.

3.5.3.- Pautas para que elentrenador controle el estrés.

A fin de evitar y controlar el estréslos entrenadores deberían considerarlos siguientes aspectos:a) Analizar periódicamente el estrés

de los deportistas. Resulta conve-niente que el entrenador dedique unmínimo de su tiempo a observar elcomportamiento y las reacciones desus deportistas, a fin de detectarcualquier anomalía. Asimismo debeestudiar los patrones de estrés quemanifiesta cada deportista. Haypersonas que piensan que dedicareste tiempo supone una pérdida, sinembargo lo que se está haciendo esprevenir, además de optimizar re-sultados, con lo que se está ganan-do en tiempo y esfuerzo de cara aun futuro.

b) Observar si los deportistas (indivi-dualmente) están aburridos en losentrenamientos y/o preocupados,ya que podrían ser síntomas de quealgo no va bien.

c) Planificar los objetivos y metas decada deportista para evitar que ten-gan expectativas muy elevadas yque luego las mismas no se veancumplidas. Igualmente, ser capacesde corregir las metas que hemosestablecido y que pudieran ser erró-neas, pudiendo generarles ansiedadal ver que no consiguen alcanzar-las.

d) Analizar las exigencias de tu depor-te, para conocer la activación ne-cesaria en cada momento de la eje-

cución.e) También resultaría conveniente ana-

lizar los propios niveles y patronesde estrés que puede presentar comoentrenador, ya pudiera estar trans-mitiendo ansiedad a los jóvenes consus conductas.

3.5.4.- Indicaciones para que losdeportistas controlen el estrés.

Consideramos que resulta tambiéninteresante, el hecho de que sean lospropios deportistas quienes controlenel estrés.

Comprometerse, con el entrena-dor, en mejorar su estado emocional.Para ello debe evaluar antes de cadacompetición los factores o aspectosque le producen ese estrés, así comodurante los períodos de entrenamien-to.

Igualmente deberá fijarse metassobre aspectos emocionales durantelos encuentros, indicando como pre-tende actuar durante el mismo.

También resulta conveniente quepreviamente ensaye física yemocionalmente como responder antesituaciones concretas que resulten crí-ticas.

Por último, sería aconsejable quedespués de cada competición, calcu-lara el nivel de ansiedad que ha expe-rimentado y como ha visto que ha re-accionado ante esa situación.

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