POSIBILIDADES DE ^A FLORICULTURA NACIONAL · 2007-04-09 · POSIBILIDADES DE ^A FLORICULTURA...

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POSIBILIDADES DE ^A FLORICULTURA NACIONAL La floriea.^ltura española, sin sensibles al- téracim^es qzte supongan en loa últimos tiem- pos mayor t^tesarrollo o decreei^ruiento, se ha mantenido szempre en un ñivel mucho m,á^s modesto de lo que naeestras posibilidades per- miten. Ea;iste, sin embargo, de hecho, una cierta actividad comercial J u^aa demanda, que sí debe estimarse como creciente y progresiva, de flores y plantas de or•namento, consecúente, a la elevación, del nivel de vida en ^los iílti- mos tiempos. ' Nunca hc^n sido, si^n embargo, consideradas en este desan•7•oll0 las posibilidades concretcc•^ ^ qué se presentan ante la floriculiura españo- la, dcíndose el éaso de que la im2porta.ción de. se^nill,ps, de planta, e incluso de flor cortada, alcanzó en el último quinq"uenio anterior a nuestro Movimiento N, actiona.l ei f ras dignas de tener en cuenta, más que por su valor ab-

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POSIBILIDADES DE ^A FLORICULTURANACIONAL

La floriea.^ltura española, sin sensibles al-téracim^es qzte supongan en loa últimos tiem-pos mayor t^tesarrollo o decreei^ruiento, se hamantenido szempre en un ñivel mucho m,á^smodesto de lo que naeestras posibilidades per-miten.

Ea;iste, sin embargo, de hecho, una ciertaactividad comercial J u^aa demanda, que sídebe estimarse como creciente y progresiva,de flores y plantas de or•namento, consecúente,a la elevación, del nivel de vida en ^los iílti-mos tiempos. '

Nunca hc^n sido, si^n embargo, consideradasen este desan•7•oll0 las posibilidades concretcc•^ ^qué se presentan ante la floriculiura españo-la, dcíndose el éaso de que la im2porta.ción de.se^nill,ps, de planta, e incluso de flor cortada,alcanzó en el último quinq"uenio anterior anuestro Movimiento N, actiona.l ei f ras dignasde tener en cuenta, más que por su valor ab-

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sol,uto (quc r^ara lrrs semillas:supo ^:^`^j;' cĉusi :el ^millón d_^ kiloc^ramos an^ales ^ a;-^^^_ ^•na- -^;

'̂ ficd- ^^`me^atale^s y•medici7zales), po,^-^lo qu ^̂,s„^^ban de irrexpli.eable indolenci^cn^e ésas pqsi,^^^^.bilidades. ^j ^^^ ,,^-^ ^

La dema^rda, como hem.os dicltó,`'hcE^'idó^^^c^rc-ciendo eons^irlerablerrzente, p cr^ece^r•á a meílidaqtue se normalice la vida nac'ional, liquidada!u, cictual guerra mundial.

Las eondiciones elimá,tieas ^r g'eográficas denuestro . país son tales que la producci,ónde orna.mentales encuentra fíic2l asiento enczcalqui^era de nuestras regiones, en condicio-nPS e.eonómieas de imposible competeneia porparte de la easi totalidad de los países euro-pPos. Y estas cancli ĉiones aconsejan atacar de

' lleno no sólo la producción que satis faga el ^consumo interiar, sino pensar en posibles ex-portaciones, realizada^ con un producto cuyaobtención éyacuentra coh^diciones económicas ^insuperables cerca de los puntos de partida.

Como 'votón de muestra de esta dejadez ab-soluta que se mostraba en la producción na-cional antes del dño 19.^6, dire'rnos qué se dabael caso de llegar en azlión, sema^,almente, can-

:^tidades apreciables de flor cortada, désdeHolanda, consiqnadd a algunas Casas de laeapitcat de España. Y para acentuar esta pa-radoja, herynos de hacer constar que no se tra-tcdb^^ en modo alguno de flores pertenecientesa espeeie^ raras, que requieran eultivo espe-cta,l, sino s^implemente a rosas p tulipanes.

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^ Paradójico también resulta el que, lleqadoel momento de eelelirar icn Concurso de flo-res, se presentcusen, por ^nuchos concursantcs,tie,^tos y flnres qrue no eran ^culti^vados porellos m^ismos, szno quP p^rocedían de ot^•os ccn-tros praluclores de Lspaña o del extran^ero,a pesar de que esos eoncursantes poseían te-rrenos y estufas dedieados al cultivo floreal.

La deaorientaczón no ha podido ser mayor,y cl mercado floral presentaba earacterísticasde una extra.ñeza inconcebible.

En el mercado de flores se adquzeren pro-greaiva•ntente el desdrrollo y las orientacionesque los diferentes ^ustos del comprador le vanmarcando, empezando en aus primicias por lasimple diferencixcĉión del colo^^ido de las .flo- ^rn.s, pa8ando después a apreciar la mayor omenor durar,ión de éstas una vez cortadas, yel aroma o la farma, caraeteríslica de cadauno de los tipds que se presentan al mercado,Una mayor perfeeeión en la de.manda ^earac-teriz.a ya conjuntamente todas las cualidadesque presentwn eada urta .de l,^s, variedades se-leccionadas y fijadas por los cuZtivadores.

Puede decirse •que los mercados españoles,en cuanto a Za mercancía f lor, salvo raríszmcisexeepciones, ^ se encuentran en la pr?meraet.apa de las ^indicadas; es deeir, se muestranpreferencias por determinados coloridos, y enalgunos easos por la .lónpitud del pedúnculóo por el arama, pero no ^cz.sociando todavía el

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^:^ombre de .'ct va^riedad a las cualidades prefe-rtdas.

Eata sítuación cs [tebcda a dos causas: la^xto ea^zstericin, de variedades fijas, seleccia7tc^das, q^ue prc^se^nten un producto abŝolutamentexcniforme, p el desarrollo, aún reducido, delmercada floral. :

Las líneas anterxores nos indican cuáles hande ser las orientaciones generales a seguirpnx nuestros florxcultores, que de un modore.sumido son las siguientes:

a) Intercalar en todas las zonas caracte-rísti.cas de hue7•ta los cultivos floreales en laBalter►tativas, pr.odxceiendo las 'can.tidct,des prP-cisa8 para satisfaCer el consumo de los nú-eleos de población próximos a cada una de di-chas xonas. El.estxcdio económico de las mis-mas aconsejarc^ ŝegxcir el cultivo a pleno aire,o llegar incluso a ir^,stalaCiones para el forza-do de l.as variedades escogidas.

b) Li•rnitarse a poóas especies y, dentro deeiZas, a pocas variedades, para poder iaii^iared ^cultivo f.loral eon probabitidades de éxito,estx^diandv cuá,les son las de mejor adapta-ción a las condicions,s climáticas de la xona ylqcalidad, dentro de las preferidas en los mer-cados próximos.

c) Estxtd^io econcí^mico, por parte de loscultiroadores, de los precios y condiciones exi-gidas por los grandes merciidvs de consumo:Madrtid, Barcelona, Sev^illa, Bilbao y cxuclq^uierotro que pueda intereŝart pues de ese ^estudio

1'cá d^ deducirse la posibilidad de cultzvos apleno aire ,o en estufa, realizados en zonasmás o mentss distantes de dichos grandes cen-tros, con objeto de con.curri.r a sus mercados.

d) Én la zonri levan.tina y meridional de,lMediterráneo, estzcdio dc^ las posibilidades deobtención dé flo^r• a pleno aire, dztrante todaslas estaciones del año, con destino a esosgrandes mercados, y para cubrir determina-dos espacios de tiempo que queden libres enel terreno en los cultivos de huerta.

e) Frocurar en todo caso empezar el cul-ti^vo^con variedades fijas y seleGCionadas que,por fecunda,ción artificial, llevada a cabo, porel propio cultivador, stiguiendo las norma,s quelos técnicos le acvnsejen, pue^an mantenerseen su pureza original, presentando en el mer-cado m^ercancías de cualidades típica$ y de-terminadas, que se impongan al c^icsto delconsumidor,

fj Prodicceión de pldntas vivaces para jár-din, orrtcdmenta,les utilizadas para setos, y con-juntos arbustivos de jardinería, eseogiendoaquelias especies de hoja. persistente más uti-tizadas, eomo gon: el boj, el laurel, et evóni-mo, el mirto, el aligustre y algún otro, y es-tudiando las variedades arbustivas más inte-resantes para la jardinerfa en laŝ distiñtaszonas. .

g) La prod^ucción, de sem2llas de pltentaaornamentales y medicinalés que compensen'

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las importaciones que hasta 1a^1 ^echareahzado en nuestro país.

^ Marcadas las lí^neas yeneralé^d̀e o^l^á-ción o arranc^ue para ^auestra f^^t^^^^ira ^t^ ^^^el inmedi^ato pore;enir, nos q^u.eda ^u^4a^.^e^,^^ti^^.-por señalar la imposibilidud absolutd^ p^e,r ''precisos eri los datos cult2irales que con gene-ralizaci.ón a toda España pretendemos dar acon,tinuación.

Estos datos habrán de variar, sobre' todorespecto a f ecyuts, de unas' reg^iones a otras,y, por tanto, sólo se pretende hacer uña des-.r,ripción de lo que puede ser el cultivo de .unadeterminada espeĉie floral en una zana de ca-

^ ractérístieas medias, ^ más qué ncuut., con elsiynple objeto de dar a conocer las posibilida-des que se presentán al ho•rtelano de ampliar$us cultivos con el complemento de las flores.

Tratándose de un trabajo de d^ivulgación,no ^creemos necesario atenernos a n.omencla-turaŝ botánicas -rígidas, que pueden ser pre,-cisas c2^anda e.l desarrolla del cul^wo floral enEspaña familiariĉe ic éultivadores p cansumi-dores eon esta nomenclatura. Por ahnra bas-

• tará con que citemos nombres vulgares y al-^^nos cientificos, cuando no sean de conoc•í-^.iento corriente laa éspeczes y varzedadeatratadas. ^

Unieamente podemos declarar aquí que enCatalurye,a existe de hecho una especializaciónflarícola, ereadora, en algu^nos eaeos, de va-

, ráedades florales can nombre registrado, así ^

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como cultivos llevados con fin co^^ne^rcia.l, ta^n-bién concreto y determi^tado,

Los cul,tivos florales dc otrcis zonas; sig^,ri-^ficando .un esfuerzo laa^cta.ble, sc: llevan, sinémbargo, de ura modo genér^ico y confuso, conwariedades no registradcxs, siiao únicam^rnteco^t tipos de flor más o menos característicos^/ determinaáos en la zona, y que scrn acepta-dos también de um m^do algo con.fuso en losmercados consumzdores.

Todo el litorad mediterráneo; desde Catalu-ña a An,cla,l,ucía, pasanáv por la huerta valen-cia^a y murciana, presenta cualidades ex-cepcionates para el culti^vo de la mayor partede tas especies florales a pleno aire, obten.ien-do floraeiones fuera de, la esta,eión normalpara lcc especie en las zon.as de cara,cterísti-cas cli,máticas medurs.

Esta circunstancia permite señalar comozona de gran interés para la obtención de floren la estaeián in,vernal, y especialmente declaveles, rosa.s y euforbias, la zona costera de;,as provincias de Granc^da y'Málaga, donde sedan carcieterísticas elimáti^as excepeioycules,que nos perm.iten, ade^nás, penŝar en la pro-ducción de especies ornamentales. de flor, detiesto y de jardín, qrue no pueden ser cultiva-das en el ^r^esto de España, y cultivar a plenoaire durante todo el año aquellas eŝpecies queeñ otras regiones necesitan desarrollarse ^casila totálidad de su ciclo vegetativo en estufao' invernadero.

I^nhosible ^^s, po>, lo ta^ato, deta^ttccr cuálesserú^.n lr^s espc^cres flo^rales iiateresccntes paraesta zoncr, ar^arte de lcrs intliepd,as; pe^v sípodemos u^clr^lantcer que l^ts plantas drseorceti-2^as por s^rc^s hojas, como sori las palmeras,kentias, ŭ^tanias, nausas, estrelizias y otrasnzuchas eneuent7•an clima francamente fava-rable a su desarrollo a pleno aire, conw tam-bién arbustos y árboles que rápi.damente lle-gun, en muy pocos años, a un desarrolló envivero que difícílmente alcanzar^€an con mu-chos más gastos en doce o quince'años de eul-tivo y plantar.ión en otras zonas. Apuntamoset interés que estas explotaciones espede la zona cv^tera andaluza pueden re^tar, np só,lo'para satisfacción del cterior, sino para zcna posible expor,América. ^

Las ; onas liíorales de. Le^^arite ysi•n gozar de esas condiciones excepsá poseen las suficic^rztes para obtPner édiciones econónaicas inme7vrables produccio-nea adelantadtus, a pleno aire, de flor de mu-chas especies, dispvnicndo de jáciles comuni-eacioneŝ eoñ qrandes eentros de conaumo, no

, siiM de la propia zóna, co^mo son Valencŭt y;^^rcelona, sinv del in^erivr, como son Madrid,Zaragoza y Bilbao; siendo, por tanto, i,ntere-sante eantinuar los ,es fuerzos ya realizadosen este s^ntido, es^necialmente en la zona ca-

- tae^anp., donde ta especializaeión del cuttivo kaltegado: a adqui7•ir un importantc desarrvlló,

^Sería de niáa;imo interés que ias huertas iieValenciá y Ma^rcaa orientasen su floriculturahacia la fijación de varieda,des de gran valorectmerci,al, má.s que a la producción de gran-des masas de flor no seleccionadas, a que ac-tualmente se dediean. Esta l.abor de selecciónz/ de fijación de tipos para el mercado e,ŝ deqran importaa7cia econom^ça para estas zo-aaas, çru.e pueden presentar sus procluctos enél con anterioa^idad a la máyor parte de laszonas españalas.

No debe quedar reducído el esfuerzo de tin-terisZ}^iĉación de la floricultura a las zonas^ oregzone,s es^pañotcca que acabamos de indicarcomo 'maás propiciaa al cudtivo ^ f loreal, pzzéslos prándes réndimientos económicos que éstep^cede proporcionar peraniten instalaciones,ineluso costasas, ^en otras zonas que por Suproximidad a algún núcleo grande de pobla-crón, o por e.star sita^ca,das ce^rcanas a algúnpaĉerto de posible embarque para la expórta-ci-ón, px^.eden permitirse mayores gastos.

Apuntamos, por ejemplo, él interés de per-feccioatur é intensificar el cacltivo floral en lascercanía^ de Madrid, especialmente eñ los re-gadíQs dé Aranjuez y Tolédo, donde podríaobtenerae flor selecta en l^as cóndícíanes qtueel mercado que la capital de España pueda irmarca^rido a través del incremento prog^resi^vode deananda que el mtzyor nivel de vzda ha deexigir.

La costa cantábrtica presentaf en tisus• dis-

tintas zonas, earacterísticas que la hacen muyest^im.able, espec¢a.lmente para el cultivo dearbustos y plantas vivaces de f lor o de valorornamental. El estímulo a la irnplantaeíón deviveros de ornamentales puede m.a,rcarse ĉo-

^ mo una iniciación o ensayo ecQnómieo paralĉes provincias de dicho litoral. Señalamos co-'mo especies interesantes, entre los arbustos,d^ a.ucu.bas, rododendros, azaleas, adelfas,^cebOs y aquellas otras que se utilizan co-rrientemente para setoa en jardinerí.a;. Entrelas vi2^aees de flor sería muy interesante el^ensa^/o del eultivo de horténsias, beg^onias ybulbosas, en general, que en su desarróllo ve-

;; getativo prefieren: loa cli^cas y• tier^rw,^ pro-pios de este litoral, a.sí como las óamelias ygaxdenias, de tan dif erente desarrollo y posi-biltidades, $egún zonas y lo•calidades.

Marcactas las orientaciones ĝeneralés paraun ineremento de ta produ^oción de f lor y d;

, pla^nta orna.mental en nuestro país, y a pesar' d6e que de un mado natur•al la demanda de es-•tos productos se ha inerementado y ha de in-erementarse más aún en un inmediato porve-ñi^r, preeisa, sin embar^o, qúe indiquemos

°^ambién cuál debería ser la actividccd desple-'`^paxta por orga.nismo,s •y entidades de caraí,cter

ofiĉiá^ ^/ p,rivado en bien de estus actividades,•tan interesantes para nuestro país.

El ineremento de nuestra jardinería se pre-',8enlo, eomo asúnta del mcí,ximo interés, ya quenxeest^-a tradi^ción jardinera se ha icéo per-

,:

diendo poco a poco en años y décadas de ve^r•-da,dera desgana, que lucn permztido el abayr-dono d,e mcuchos de nuestros jardines clásicosy la falta de interés en sec^^►ri^° 1us nor7ccas 7•4-gid.as de nuestros estilos p^u.ros jardineros ^nlas nuc ^,as ereaciones.

^ La reconstrucciórc de 7n^uclu ►s aldeas de Es-pc^rta, ^^n.ce aún r-st(► ^n mar•cha, y en al,qttinorcasos ^n si.m^le ínrciación, precrsa tc•cc.r•r mn^en cuentct lccs ex^it/eytcires que tado ^raodernapobla-do t-iene; es decir, espacios libre^s o7.wta-y►^ntados a bccsc de vegetales, en proporc,ió^^adecuada a la s7eperfície ocupada por las ^^ -vienda.4, y la pyecisiún de dar ma^or impór-tancia a campos de deportes y parques de rc^-creo. Lograrían, con una orientaci^ón técnir,^^adecua,da, crear en cada reqión nuevas aldPasrurales que, junto a viviendas mcís saneadas,mostrasen en los alrededores de ellas ac^7•upa-ciones artísticas, según las ^r•eglas de la jar•d^i-nería, dn, lu flora esporetánea, y l,as plantascultiz^adas más apropia.das a cad.a zona, ^ querepresentasi^n u.na imitación, lo má^s pc^rfeetaposible, del paisaje loeal, ^^►rcostra7ulo así unriadeczcada transic^i^ón. entrr- el núcleo habitadoy la c,ampi7uX, rcctyacente.

S7•indamos ct 1a.4 Di.^uutu.ciones P ►•nvinĉr,rclNsy a los Ayuntamientos ^le toda Espa^ñ,rc 1<cidea de estimular el ornamento de l,os^ puc-blos y ciud.a,des arganizando Concursos perió-dtieos que premiasen el esfuerzo de quienesponga^t todo su entusiasmo en ^mostrar al vi-

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s^i^tante un cvnjunto armónico de las v2viendcuscon los (L7'^OIP,s, arbustos y flores carac,terís-ticos c1e la re,qión, colalrorando asi a una la=bor• soc^i^al de apego de sus habitantes a la be-lleza., q^te sólo la Naturaleza y sus vegetulespz^,eden p^roporcionar, evzno eleniento indis-pensublc> que ^ha de ^c7i.^Erse sienzpr•v u la urq^ii-tectzc r•a.

Cadu p^aceblo y eudcz, aldea hun teniclo tru-dicionalmente szc for^nu de mar2ifestar, ecrn.a.yuda de ramos y flor•es y con la orná^nvntu-^iórr z^egetat de sus vivrendas, la celebruc^iózide lus fiestas de la localidad y de las feclia.smás de.staca-das de la reoaleceión de los pro-d,uctvs de la tierra. 2"oda exalta.ción o renovu-ción de tales tradiciones nos parece digna d^ser recogid,a por las entidades provinciales uquienes nos diripimos.

^Colmará nuestra satisfacción el lta-ber^ po-dido hacer una llam.ada eficaz en pr^o de todolo qzce signifique un inzpulso de la flo7^ic-ultz{-ra nacional, que encuent7•^ Sz^ respuesta en elmayor interés por la conser^rac^:ón de los be-llos rincones nat2tra,les de n2eestro.país, en ar°-monía ^on los nuevos que c^n pccrques y jar•-dines, J con la ornamentaeió•n de sz^s vivien-cias, sepa. crear un próx^i•rno^ ^renaci•mienta dc^la jardinería española. ^