Aquí la tenemos en su cuarto cumpleaños,

donde ya mostraba esos poderosos ojos que

luego serian su seña de identidad.

Al principio solo uno mas, luego un conocido un poco

cansino, hasta que poco a poco y no sin esfuerzo se fue

abriendo paso en la cabecita de la princesa.

Solo que con zarangollo en lugar de vino.

Te pido disculpas por todo lo malo. No era mi intención y te hehecho sufrir. Cada día te entiendo mas y no quiero que esto se

acabe . Te necesito conmigo, me haces mejor persona, me hacesser feliz y se que yo a ti cuando estamos bien también. Vamos adarnos una segunda oportunidad, yo te quiero y tu también a mi,tenemos que partir de cero y no dejar pasar nuestro tren. Sergio.