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     APUNTES SOBRE EL DISCURSO DEPORTIVO DE ORTEGA Y GASSET1

    Dr. José Mario Hernández Pérez

    RESUMEN: En pocas ocasiones nos encontramos con una perspectiva filosófica, como es el

    caso del Raciovitalismo de José Ortega y Gasset, en la que se haga de manera tan detallada una exal- 

    tación expresa y argumentada de los valores intrínsecos del deporte.

    Por ello, con el presente estudio nos planteamos dos objetivos fundamentales. Por un lado,

    sacar a un primer plano la idea orteguiana de deporte y, por otro, argumentar la potencialidad peda- 

    gógica que tiene esta manera de concebirlo.

    Metodológicamente hemos procedido avanzando desde lo más genérico, la determinación de

    los grandes hitos sobre los que asienta su concepción deportiva, a lo más concreto, los elementosconstitutivos que en mayor medida hacen resaltar la potencialidad pedagógica del deporte como

    elemento vitalizador de la propia existencia, aspectos éstos que deben guiar nuestro quehacer peda- 

    gógico en el área de Educación Física.

    PALABRAS CLAVE: Ortega y Gasset, Educación Física, deporte, deportismo, aventura y depor- 

    tividad.

    NOTES ABOUT ORTEGA Y GASSET´S SPORT SPEECH

     ABSTRACT: It is not very frequent to encounter a philosophical perspective in which the rea- 

    der may find a so well detailed and argued exaltation of the intrinsic values of sport. That is the case

    of José Ortega y Gasset ratiovitalism.

    That is the reason why we have intended to attain two main aims. We feel extremely interes- 

    ted in standing out Ortega’s most remarkable ideas dealing with sport activity, as well as we have

    tried to discuss the pedagogical potentiality these arguments contain in themselves at the same time.

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    Revista Española de Educación Física y Deporte - N.º 4 enero-junio, 2006

    1 Las citas bibliográficas relativas a José Ortega y Gasset , están tomadas todas de la edición desus Obras Completas de 1983, publicadas por Alianza Editorial. En este caso, dada su gran fre-cuencia, y siguiendo la mayor parte de los estudios relativos al tema, las hemos realizado pormedio de notas a pie de página en las que tan sólo indicamos el título del texto del que ha sidotomada, acompañada del número del tomo en romanos y de la página en arábicos.

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    Our methodological approach to the matter has started from the most generic idea, (the esta- 

    blishment of Ortega’s great milestones about the sport activity), to the most specific one, (the most 

    preponderant constituent elements that emphasize the pedagogical possibility of sport as a way of 

    revitalizing the human existence in order to achieve a more wholesome life).

    These aspects should be useful as a pedagogical guidance at the Physical Education area.

    KEY WORDS: Ortega y Gasset, Physical education, sport, sporting, adventure and sportsmanship.

    INTRODUCCIÓN

    Cuando se cumplen cincuenta años de la muerte del más importante pensadorque la filosofía española ha dado, nos parece necesario recapitular sobre las posibles

    influencias o relaciones que la obra del genial madrileño traza en el ámbito de laEducación Física.

    El Raciovitalismo, nombre con el que José Ortega y Gasset denominó a su obrafilosófica, tiene su punto central, su piedra angular, en la idea de vida. A partir de aquí,esta filosofía de la vida se abre en un multicolor abanico repleto de aportaciones parala Educación Física. Entre ellos, existen dos de destacada trascendencia. La primeraestá referida a la indefectible consideración de la corporalidad para un conocimientoantropológico suficiente. La segunda, que centra las inquietudes de este trabajo, alsentido deportivo de la vida.

    Aunque en la literatura específica de las ciencias de la actividad física y el depor-te no haya tenido suficiente reconocimiento, Ortega y Gasset planteó una perspecti-va filosófica centrada en la vida, o -como él tantas veces repite- en la vida como rea-lidad radical, es decir, el aspecto de nuestra existencia al que anclamos todos losdemás. Esta vida puede desarrollarse en un continuo cuyos extremos van desde loutilitario, lo mecánico o adaptativo hasta lo creador y deportivo, y es esta última orien-tación la única que puede considerarse plena. Así pues, pretendemos con este artí-culo concretar la idea de deporte difundida por Ortega y resaltar sus principales con-tribuciones como elemento educador en nuestras clases.

    El proceder filosófico tiene como una de sus más fundamentales exigencias la dedar una perspectiva integradora a nuestra aproximación al conocimiento del mundo. Enla perspectiva orteguiana, la primera acción a emprender, el primer paso a dar, vienedado por la elección de la realidad radical, la entidad que nos sirva como punto deanclaje y a partir de la cual podamos crear un marco cognoscitivo integrador y suficien-te. Para José Ortega y Gasset , esta realidad radical es la vida, principalmente en sudimensión menos mecánica y utilitaria, es decir, en su sentido deportivo. En esta línea,llega a decir, que “... vida propiamente hablando es sólo la de cariz deportivo 2 .” 

    A pesar de la sentencia anterior, la conexión entre el pensamiento raciovita-lista y la orientación deportiva de la vida no ha sido la que en un principio cabía espe-

    122 JOSÉ MARIO HERNÁNDEZ PÉREZ 2

    2 El origen deportivo del Estado: II,610.

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    rar3. La exigencia de la conveniente seriedad académica, la tendencia hacia concep-ciones duales descritas por Elias4, la prioridad de otros ámbitos del saber como laciencia, la ética o el trabajo, y la apabullante utilización del deporte contemporáneopara la consolidación del hombre masa han propiciado un insuficiente tratamiento y

    desarrollo de ese tema, fomentando un paulatino distanciamiento entre dos ámbitosoriginariamente próximos como la filosofía y el deporte. Recuérdese que Ortega5supone la invención de aquélla “...por unos viejos sonrientes en conversación con los muchachos que salían del gimnasio triscando delante de sus ayos o .” 

    La elección de la vida como realidad radical en el Raciovitalismo saca a un pri-mer plano algunos elementos originales frente a las posiciones decimonónicas.Ubicarnos en esta perspectiva filosófica va a hacer que algunas dimensiones de lavida, que hasta ese momento habían sido relegadas a un segundo plano, emerjancomo pilares básicos sobre los que asentar nuestra concepción de la misma. Así, lanueva sensibilidad vital que nace con el Siglo XX reclamará un cambio de rumbo enla idea que nos formemos de la vida, orientando nuestra atención hacia una nuevadirección, el sentido deportivo de la vida.

    Esta nueva realidad radical que integra al yo y su circunstancia exige en la filo-sofía orteguiana una original manera de conocerla. Mientras las concepciones utilita-ristas propias del Siglo XIX, con Darwin y Marx a la cabeza, nos empujan hacia nocio-nes de adaptación y trabajo, desde comienzos del Siglo XX se reclamará un mayor

    valor de su sentido lúdico y deportivo, como han reclamado Ortega y Gasset,Huizinga6 y Elías y Dunning7.

    En este estudio pretendemos, ubicados en la perspectiva orteguiana, primera-mente profundizar en la nueva dirección, resaltando aquellos aspectos que nos per-mitan seguir su evolución a lo largo de la historia y, a continuación, describir sus con-tribuciones principales a la vida humana desde el ámbito educativo.

    1. GÉNESIS Y EVOLUCIÓN DEL DEPORTE

    El nacimiento y desarrollo del fenómeno deportivo recibe en la obra de JoséOrtega y Gasset un frecuente tratamiento, siempre evidenciando el destacado yexpreso reconocimiento del valor lúdico y festivo del mismo, en clara ruptura con lospostulados racionalistas del XIX.

    3 APUNTES SOBRE EL DISCURSO DEPORTIVO DE ORTEGA y GASSET 123

    3 Cabe la muy honrosa excepción de la obra de P. Cerezo, (1984): La voluntad de aventura. Ariel.Madrid.

    4 Cfr., Elias, N. y Dunning, E.: Deporte y ocio en el proceso de civilización. Madrid. Fondo de CulturaEconómica, 1992. p. 88; Elias, N.: Teoría del símbolo. Un ensayo de antropología cultural .Barcelona. Ediciones Península, 1991. p. 85.

    5 Carta a un joven argentino que estudia filosofía. II: 351.6 Huizinga, J.: Homo Ludens. Madrid. Alianza Emecé, 1972.7 Op. Cit.

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    Nos interesa resaltar los siguientes cuatro aspectos a los que Ortega y Gasset otor-ga minuciosa atención. Son el nacimiento del deporte, el estudio etimológico de su nom-bre, el deportismo de las funciones vitales y la superación de la perspectiva utilitarista.

    1.1. Nacimiento del Deporte

    Ortega se acerca al estudio del origen del deporte desde una posición mágica yfestival que, en clara oposición a las aproximaciones de otros autores de corte mar-xista como Eichel y Luckas8, evidencia la posición recreativa de la que parte y que seconstata en toda su obra filosófica.

    El origen de las actividades a las que conocemos como deporte ha recibido múl-tiples y muy diferentes análisis, todos influidos por la perspectiva de la que han par-

    tido como vemos en los casos de Huizinga9, Ueberhorst10 y Blanchard y Cheska11.En este punto, también Ortega y Gasset hace una aproximación al tema en su ensa-yo El origen deportivo del Estado12. Aquí comenta que en las hordas en las que ini-cialmente se organizaban los primeros pobladores de la tierra, cuando los jóvenesvarones de una de ellas querían conseguir mujeres con las que formar su propia fami-lia, para evitar problemas de consanguinidad se veían obligados a buscarlas en otrashordas diferentes. Estos jóvenes, antes de proceder al rapto de las mujeres de lashordas vecinas, celebraban reuniones privadas, sólo para hombres, en las que serealizaban ritos que ayudarían al éxito de la misión. Es en este contexto donde Ortega

    (C.S.)13 sitúa el origen de la primera asociación que luego dará lugar al Estado, afir-mando que ”La primera sociedad es esta asociación de jóvenes para robar mujeresextrañas al grupo consanguíneo y dar cima a toda suerte de bárbaras hazañas”, ysentencia: la incitación que ha dado lugar al Estado “... ha sido la juventud, preocu-pada de feminidad y resuelta al combate; ha sido el amador, el guerrero y el depor-tista”14 y que tiene en los aún existentes clubes ingleses de hombres, una muestraque conserva la esencia de aquellas reuniones.

    Interesa destacar aquí claramente el valor festivo, que lejos de cualquier imposi-ción utilitaria sitúa al deportista en un contexto original de júbilo e incitación a la acción.

    1.2. Estudio Etimológico

    El segundo hito que queremos destacar se apoya en el estudio etimológico queel filósofo madrileño hace de la palabra deporte y que explica en su ensayo A

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    te años de caza mayor>>, del Conde Yebes 15 : “ ... La palabra ha entra- do en la lengua común procedente de la lengua gremial de los marineros mediterrá- neos, que a su vida trabajosa en la mar oponían su vida deliciosa en el puerto. es . Pero la vida en el puerto no es sólo el marino 

    plantado en el muelle (...). Hay, ante todo, los coloquios interminables en las tabernas portuarias entre marinos de los pueblos más diversos. Esas conversaciones han sido uno de los órganos más eficientes de la civilización. En ellas se transmitían y choca- ban culturas dispares y distintas. Hay, además, los juegos deportivos de fuerza y des- treza. En la cultura trovadoresca de provenza aparece ya recibida la palabra, y con frecuencia en esta pareja, deports e solatz, donde, al revés que ahora, deport es,más bien, el juego de conversación y poesía, mientras solaces representa los ejerci- cios corporales: caza, cañas, justas, anillos y danzas.La pareja, pues, resume el eter- no repertorio felicitario.” 

    Vuelve Ortega y Gasset a ubicar el sentido deportivo en ese ámbito de la vidalibre de la imposición de la necesidad y los utilitarismos. Ese contexto recreativo enel que influyen personas de diferentes procedencias va a erigirse como un agentegenerador de cultura de primer orden.

    1.3. Las Funciones Vitales

    La filosofía orteguiana diferencia tajantemente las funciones vitales según su

    grado de mecanización, destacándose sobre el resto las de carácter creador y depor-tivo. Al contrario que las concepciones darwinianas y marxianas, que destacan la uti-lidad y la adaptación, esta perspectiva raciovitalista esgrime una nueva visión sobrelo que la vida es, o mejor dicho, sobre lo que realmente es más importante en la vida,por lo que afirma que “... todos los actos utilitarios y adaptativos, todo lo que es reac- ción a premiosas necesidades, son vida secundaria. La actividad original y primera de la vida es siempre espontánea, lujosa, de intención superflua, es libre expansión de una energía preexistente” 16 .

    Y más adelante continúa diciendo “...podemos distribuir los fenómenos orgáni- cos (...) en dos grandes formas de actividad: una actividad originaria, creadora, vital por excelencia -que es espontánea y desinteresada; otra actividad en que se aprove- cha y mecaniza aquélla y que es de carácter utilitario. La utilidad no crea, no inventa,simplemente aprovecha y estabiliza lo que sin ella fue creado.” 17 

    Así pues, el Raciovitalismo nos llevará a clasificar las funciones en dos cla-ses, las secundarias o utilitarias, debidas a una necesidad impuesta que nosarrastra, y las primarias o deportivas, realizadas por la simple delectación dehacerlas.

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    15 A , del Conde Yebes: VI, 428-429.16 Op. Cit.: II, 609.17 Ibidem.

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    Todo lo anterior hace que modifiquemos la tradicional jerarquía que sitúa en elprimer puesto en importancia al trabajo y en un segundo lugar la actividad deportiva,puesto que hemos de “...considerar la actividad deportiva como la primaria y creado- ra, como la más elevada, seria e importante en la vida, y la actividad laboriosa como 

    derivada de aquélla, como su mera decantación y precipitado. Es más, vida propia- mente hablando es sólo la de cariz deportivo, lo otro es relativamente mecanización y mero funcionamiento.” 18 

    Se constata, pues, un mayor valor representativo cuanto menor sea el grado deautomatización de las funciones vitales consideradas. Así, por ejemplo, refiriéndonosa la vida humana, podemos seleccionar el arte y la ética como dos productos funda-mentalmente deportivos. En todos ellos la razón principal de su simiente no está ensu utilidad, sino en la presencia en las personas de una iniciativa que, superando suscircunstancias, lleva a la sociedad a un nivel superior.

    Otro punto de este análisis, quizás el más importante, está referido a la volun-tad. Para José Ortega y Gasset la dimensión deportiva del ser humano le permite lle-gar más allá de lo que inicialmente su circunstancia le deja ver. El hombre es capaz,por ejemplo, de someterse a sí mismo a imperativos morales y respetarlos de mane-ra más rígida que cualquier imposición física o fisiológica.

    Cuando el proyecto vital de una persona se marca un objetivo concreto que tratade cumplir por todos los medios, estamos nuevamente ante un esfuerzo deportivo. Es

    más, sólo una clara disposición deportiva puede llevarnos a cumplir la máxima dePíndaro de llega a ser el que eres.

    1.4. La Superación de la Perspectiva Utilitarista

    Frente a la etapa realista que nace en la Grecia Clásica, para José Ortega yGasset toda la época comprendida entre el Renacimiento y comienzos del Siglo XXes calificada como Racionalismo. Como su propio nombre indica, todo este periodose caracteriza por un desbordante peso de la razón. Todo el conocimiento, toda lasabiduría, incluso toda la vida, tenía que estar organizada por un claro patrón racio-nal. En estas circunstancias, la física experimentó una expansión geométrica, pues-to que permitía organizar y, en consecuencia, dominar la naturaleza. Este marcogeneral hizo que la vida se volviera metódica, útil, y que los planteamientos marxis-tas que exaltaban el trabajo y los darwinistas que destacaban la adaptación impera-ran sobre cualquier otra concepción vital.

    Como es evidente, estas concepciones vitales se reflejaron también en las dife-rentes corrientes gimnásticas del XIX. La gimnasia sueca con su orientación higienis-

    ta, el turnkunst alemán como instrumento de exaltación nacionalista o la corrientedeportiva inglesa con su pretendida intención de desarrollo moral son claros ejemplosde concepciones utilitaristas de la actividad física.

    126 JOSÉ MARIO HERNÁNDEZ PÉREZ 6

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    18 Op. Cit.: II, 610.

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    Contra las posiciones anteriores, el raciovitalismo procura ensalzar una nuevaorientación vital, nos referimos, nuevamente, al sentido deportivo de la vida.

    A comienzos del Siglo XX, la propia física entra en decadencia y, en la búsqueda

    de una nueva orientación, procura encontrar una fuente de vitalidad. Bohr, Heisenbergy Einstein son claras muestras de este cambio de paradigma. Si bien es indudable quelas contribuciones de la física, tanto por sus aplicaciones al avance tecnológico comopor sus aportaciones al desarrollo del método científico, son innegables, no lo sonmenos sus limitaciones para dar una visión integral de lo que es la vida humana.Comonos dice el propio José Ortega y Gasset19 “es preciso resolverse a pensarla con cate- gorías, con conceptos radicalmente distintos de los que nos aclaran los fenómenos de la materia”.

    Se nos abre así un nuevo horizonte vital, que lejos de utilitarismos y mecaniza-ciones, resalta y potencia la dimensión creadora y deportiva de la vida.

    En el desarrollo vital cotidiano, en la vida de cada día, nos vemos obligados autilizar múltiples funciones que nos ayudan a seguir adelante. Según sea el cariz quepredomine en nuestra manera de enfrentarnos a esos problemas, nuestra vida ten-drá una mayor o menor orientación deportiva.

    En el orbe de lo humano, la satisfacción de la sed y la expresión artística repre-sentan dos funciones bien distintas. La primera nos remite a un acto automático que

    simplemente busca el establecimiento de un equilibrio fisiológico. En cambio, desdela perspectiva raciovitalista, si bien esta función es absolutamente necesaria, no esla que de manera más radical diferencia la condición humana. Lo específicamentehumano nos lleva a funciones de trascendencia mucho mayor y nos conduce haciamuestras como la ética, el arte y la ciencia: los más elevados ejemplos de la impor-tancia del deportismo en la vida de las personas. Lejos de la posibilidad de automa-tización, estos tres ejemplos requieren un permanente replanteamiento de sus pro-pios principios para poder seguir desarrollándose. En la originalidad de lo humanodestaca la posibilidad de desencadenarse de lo puramente biológico y trascender

    hacia la dimensión deportiva.Cerezo20 establece la diferenciación entre la perspectiva deportiva orteguia-

    na y la utilitarista del XIX que enaltece al trabajo, al menos en tres índices: liber- tad, felicidad y creatividad. Con respecto al primero dice que el esfuerzo“...es libérrimo, nace del fondo de su propio yo, de sus reales ganas de ser o hacer, y por su carácter gratuito, suntuario o superfluo...”. En cuanto a la felicidad destaca“...el placer activo, arrebatador, en el que el hombre se dedica a sí mismo, al cul- tivo de su afición o vocación.” En el de la creatividad afirma, citando a Ortega21,que “cuanto vale sobre la tierra no es obra del trabajo. Al contrario, ha nacido como espontánea eflorescencia del esfuerzo superfluo y desinteresado en que 

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    19 Historia como sistema: VI, 25.20 Cerezo, P.: La voluntad de aventura . Barcelona. Ariel, 1984. p. 14921 Paisaje utilitario. Paisaje deportivo: II, 302.

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    toda naturaleza pletórica suele buscar esparcimiento. La cultura no es hija del tra- bajo, sino del deporte.” 

    Este trípode que forman libertad, felicidad y creatividad , que bien podrían identificar

    los más altos emblemas de la vida humana, recalcan una vez más la mayor preponde-rancia de la vida en su sentido deportivo frente a su orientación laboral, puesto que nosdeja ver tres líneas de desarrollo que nos aproximan a una vida más plenamente vivida.

    2. DEPORTE Y EDUCACIÓN

    Hasta el momento, sólo desde un punto de vista muy ingenuo se podrían esta-blecer relaciones entre la concepción deportiva de José Ortega y Gasset y el actualfenómeno deportivo que impera en la sociedad del Siglo XXI, distinción ésta que tan

    claramente ha sido diferenciada por Cagigal22 entre las orientaciones de espectácu- lo y acción .

    La intervención pedagógica tiene que ser intencional, orientada expresamenteen una dirección, que contribuya a formar personas mejores. Así pues, no es tanimportante que distingamos lo que es deporte de lo que no lo es, como que resalte-mos aquellos aspectos de la actividad deportiva que puedan contribuir a una educa-ción más ambiciosa.

    La llamada de nuestra vocación es respondida con el proyecto vital que nos tra-zamos y que, para estar a la altura que le corresponde, debe impregnarse de depor-tismo. Como la finalidad de la educación es lograr que la vida de cada cual sea vivi-da lo más plenamente posible, la intervención pedagógica debe ser capaz de orien-tarse hacia los principales argumentos deportivos, que para el Raciovitalismo puedenconcretarse en su carácter autotélico, la diversión, la libertad, el esfuerzo, la voluntad de aventura y la moral deportiva o deportividad.

    2.1. Carácter Autotélico

    La razón de nuestra acción no debe buscarse únicamente en las ventajas o plus-valías que proporcione, no radica principalmente en su utilidad. El primer elementoidentificador del deporte orteguiano viene dado por sí mismo. Actuar superando laspremisas de la rentabilidad, implicándonos de una manera total sin más justificaciónque la propia acción, se revela como un pilar básico que debe ayudarnos a cumplircon nuestro quehacer.

    Para José Ortega y Gasset vida es la de cada cual, por lo que la justificación del

    deporte tiene que argumentarse desde la perspectiva del practicante. Para el depor-

    128 JOSÉ MARIO HERNÁNDEZ PÉREZ 8

    22 CagigaL, J.M.: Deporte: Espectáculo y Acción en José María Cagigal, Obras Selectas. VolumenIII. Cádiz. Comité Olímpico Español, Ente de promoción deportiva “José Mª” Cagigal” y AsociaciónEspañola de Deporte para Todos. 1996. pp. 783-870.

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    tista es la gratificación que produce la propia práctica la que le anima a continuar.Vemos así que su valor emana de sí mismo, es autotélico , o dicho con palabras deOrtega23 “... esa broma formal que se parece al juego enérgico, al deporte, entendien- do por tal, (...) un esfuerzo, pero un esfuerzo que, en oposición al trabajo, no nos es 

    impuesto, ni es utilitario ni es remunerado, sino un esfuerzo espontáneo, lujoso, que hacemos por gusto de hacerlo, que se complace en sí mismo.” 

    Podríamos identificar este elemento con la satisfacción de la obra bien hecha.Los niños para practicar deporte no necesitan ningún argumento externo, se implicanplenamente sin sacrificio alguno, y éste es un valor que hemos de ser capaces desacar y ampliar en cada uno de ellos.

    A diferencia del resto de asignaturas, el alumnado generalmente acude a nuestrasclases con una mejor predisposición y se implica y participa en mayor medida que enaquéllas. Ésta es una circunstancia que estamos en la obligación de aprovechar.

    2.2. La Diversión

    Abre el deporte un nuevo paisaje, puesto que no sólo nos acerca a una relacióncon el entorno más alegre, sino que nos permite crearla y recrearla, ya que nos brin-da la posibilidad de construir un paisaje fantástico libre de las exigencias rutinarias.

    La idea orteguiana de diversión nos brinda la posibilidad de romper las atadurascon nuestra circunstancia inmediata, nos otorga la capacidad de crear una alternati-va y de sumergirnos en ella, por lo que vamos a descubrir uno de los más importan-tes campos para la creatividad con los que cuenta la vida humana.

    Esta liberación, al menos de manera momentánea, de la circunstancia abre lapuerta a la creatividad y a la fantasía. Así, José Ortega y Gasset24 plantea que el

     juego “... es arte o técnica que el hombre posee para suspender virtualmente su esclavitud dentro de la realidad, para evadirse, escapar, traerse a sí mismo de este mundo en que se vive a otro irreal”.

    Vemos como el concepto de deporte sugiere un nuevo tipo de relación con la cir-cunstancia estrechamente vinculada a la diversión, de la que dice:“Porque divertirse es apartarse provisoriamente de lo que solíamos ser, cambiar durante algún tiempo nuestra personalidad efectiva por otra en apariencia arbitraria, intentar evadirnos un momento de nuestro mundo a otros que no son el nuestro”.25  Más tarde, continúadiciendo que “...el problema de la diversión nos lleva más directamente al fondo de la condición humana que esos otros grandes temas melodramáticos con que nos abru- man en sus discursos políticos los demagogos”.26 

    9 APUNTES SOBRE EL DISCURSO DEPORTIVO DE ORTEGA y GASSET 129

    23 ¿Qué es filosofía?: VII, 348.24 Op. Cit.: VII, 469.25 A >, del Conde Yebes: VI, 420.26 Ibidem.

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    Este aspecto nos acerca a la idea que Huizinga27 refiere en su definición de juego como “...la conciencia de ser de otro modo que en la vida corriente...” o de lasactividades miméticas que Elias y Dunning28 destacan en la práctica deportiva. La ori-ginalidad que la diversión del deporte nos aporta viene dada, tanto por la ruptura que

    supone con el ámbito de la necesidad, como por su proyección en el campo de la cre-atividad. Frente a la vida rutinaria y utilitaria, la práctica deportiva nos lanza hacia unanueva faceta de la vida que gira en torno a la creatividad. Cuando nos sumergimosen la actividad deportiva, nos adentramos en un microuniverso diferente que nos vaa permitir, y a exigir, nuestra personal aportación en todos los ámbitos. El marco nor-mativo en el que nos movemos, las originales relaciones sociales que se estableceny la exclusiva implicación física que se produce nos brinda un campo de expresiónpersonal que nos incita a la acción, libre de las ataduras rutinarias de la vida corrien-te.

    2.3. La Libertad

    Partiendo de la libertad a la que está indisolublemente unida la vida humana, loutilitario, lo mecánico dentro de ella, sólo puede tener un carácter secundario, pues-to que esa libertad está minimizada. En el polo opuesto, la dimensión deportiva de lavida nos brinda la posibilidad de sentirnos dominadores de la circunstancia, por loque es éste uno de los puntos en los que la condición humana llega a su más altogrado.

    La libertad nos obliga a elegir, a decidir en cada momento qué hacer, cómoactuar. El paisaje deportivo en el que nos movemos integra indisolublemente lo indi-vidual y lo social, la voluntad y la regla, la ambición y la restricción, por lo que nosencontramos en una situación absolutamente real, en la que nuestras posibilidadesde acción están potenciadas y nuestra autorrestricción se complace en sí misma.

    Una vida que quiera ser plenamente humana tiene que aceptar libremente sudestino para dar cumplimiento al proyecto vital. Por eso, “... si sigo en la vida, es que 

    acepto libérrimamente su penosa tarea, su angustiosa tarea.Y ese aceptar libérrima- mente su penoso esfuerzo, es la definición misma del esfuerzo deportivo.” 29 

    Si decidimos realizar deporte, caminaremos por el sendero de la diversión al queantes nos referíamos pero, al mismo tiempo, nos ubicamos en un paisaje que nosreclama el más alto sentido ético, puesto que el acatamiento de sus normas se rea-liza por propia voluntad, nuestra acción o inacción queda en evidencia a través de lacorporeidad y entramos en un contexto de colaboración y oposición que enfatizanuestra vida social. Por todo ello, sumergirnos en un contexto deportivo nos impele ala acción dentro de un entorno libremente aceptado, y esto nos ofrece la máxima ori-

    ginalidad y potencialidad pedagógica.

    130 JOSÉ MARIO HERNÁNDEZ PÉREZ 10

    27 Op. Cit. P. 44.28 Op. Cit.29 La razón histórica: XII, 219.

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    Afortunadamente, la práctica deportiva escolar supone un gran riesgo, una granincertidumbre. El desmesurado peso del deporte comercial influye muy negativamen-te sobre profesorado y alumnado y puede llevarnos a un callejón sin salida. No obs-tante, la posibilidad educadora que nos brinda esta actividad en la que un grupo de

    veinte niños y niñas pueden actuar libremente en un contexto normativo voluntaria-mente aceptado tiene una potencialidad pedagógica capaz de compensar el riesgoanterior. Está en nuestra mano optar por la perspectiva adecuada.

    2.4. El Esfuerzo

    Puesto que el deporte nos permite dominar y crear la circunstancia, no podemosdejarnos llevar por sus facilidades o placeres. En esas condiciones en que se des-arrolla, nuestra actitud deportiva nos obliga a un compromiso total que nos lleva a la

    más alta implicación y empeño. En la línea absolutamente opuesta al trabajo y la uti-lidad, en el deporte la acción no se supedita a la comodidad y al placer, sino que serecrea en el propio esfuerzo, que destaca como un argumento principal para la inci-tación a la acción. En esta perspectiva nos dice José Ortega y Gasset30 que “Las ocu- paciones felices, conste, no son meramente placeres; son esfuerzos, y esfuerzos son los verdaderos deportes.(...)...el deporte es un esfuerzo hecho libérrimamente, por pura complacencia en él,...”.

    Podemos decidir participar o no en una determinada actividad deportiva, pero si

    lo hacemos, ésta debe ir inexcusablemente acompañada de una plena implicación yesfuerzo.

    Probablemente sea el deporte uno de los pocos reductos en los que el esfuerzotiene un reconocimiento expreso por sí mismo. A pesar de la fractura con la cotidia-neidad y apoyado por la libertad de acción, comprobamos que en la práctica depor-tiva el empeño que ponemos excede al de cualquier otra actividad.

    Esto nos obliga a que hagamos que la vida se aproxime al universo deportivo yno que sea el deporte el que se encorsete y automatice.

    2.5. La Voluntad de Aventura o el Espíritu Guerrero

    La vida es una realidad que nos lanza hacia el futuro en la que el peligro nosacecha por todas partes, siendo el espíritu deportivo la actitud que nos ayudará aenfrentarnos a él.

    Para poder superar el ámbito de lo mecánico y lo utilitario, hemos de sentir

    el impulso de la voluntad de aventura, esa atracción de los más altos ideales quenos empujan a ser hombres y mujeres mejores. Cristóbal Colón, Einstein o Pacode Lucía no podrían haber logrado alcanzar sus metas de no haber acompañado

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    30 A , del Conde de Yebes: VI, 428.

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    sus inconmensurables capacidades con un espíritu aventurero que dinamizara suvoluntad.

    Una de las notas identificadoras más relevantes del deporte en la sociedad

    del Siglo XXI es la de constituir uno de los últimos reductos en los que cabe utili-zar plenamente en concepto de aventura. El marcado carácter ordenado y meca-nizado de la sociedad contemporánea tiene en el deporte uno de los principalesinstrumentos de desrutinización, como han señalado Elias y Dunning31.

    En esta línea, el deporte puede y debe permitirnos el logro de lo que Yela32ha denominado actitudes abiertas que, “... fundada en sentimientos de seguri-dad en sí mismos; de autonomía y de simpatía, tiende a percibir la dificultadcomo problema y a emprender una actitud resolutiva, en la cual se expresa, des-cubre y muestra como es (...) y pone en función y libera sus capacidades y posi-bilidades”.

    Tenemos, pues, dos opciones a la hora de llevar a cabo nuestro quehacer: elsendero de lo conocido, lo rutinario y lo seguro o el de los descubrimientos, la cre-ación y el riesgo, que en palabras de Ortega33 se condensa como sigue: “Esto sig- nifica que hay dentro del hombre biológico y utilitario otro hombre lujoso y depor- tivo, que en vez de facilitarse la vida aprovechando lo real, se la complica suplan- tando el tranquilo ser del mundo por el inquieto ser de los problemas.” 

    También es de suma importancia en este asunto el concepto de espíritu guerre-ro. Frente a la visión burguesa que tiene en el confort su más alto ideal, el espírituguerrero es “...un estado de ánimo habitual que no encuentra en el riesgo de una empresa motivo suficiente para evitarla.”34

    Muy lejos de cualquier contienda beligerante entre pueblos, el espíritu guerreroviene a relacionarse con esas funciones vitales originarias en el niño que le incitan aempresas ambiciosas y difíciles, con ilusión en el logro y sin miedo a los fracasos, esdecir, “... un sentimiento de confianza en sí mismo y en el mundo que nos rodea.” 35 

    Así pues, un espíritu guerrero hace que “El deportista en vez de rehuir el peligro, va a él, y por eso es deportista.” 36 

    Vuelve a incidir este aspecto sobre la originalidad que el deportismo ofrece a lavida humana, que establece una clara ruptura con las concepciones estáticas e inci-tan a cada uno a la búsqueda de la excelencia personal.

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    31 Op. Cit.32 Yela, M.: “El hombre, el cuerpo y la educación física.” Revista Citius, Altius, Fortius . Tomo VII, Fasc.

    2, abril – junio, 1965, pp. 219-241.33 ¿Qué es filosofía?: VII, 323.34 Notas de vago estío: II, 428.35 Notas de vago estío: II, 430.36 Op. Cit.: II, 433.

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    El deporte sólo lo es plenamente cuando hay igualdad de fuerzas entre los par-ticipantes. Es decir, la integridad en el desarrollo del juego sólo se consigue cuandolas posibilidades de ganar o perder son similares. Esta condición, que es fácilmentereconocida por el propio alumnado, hace que nos exijan que equilibremos los equi-

    pos cuando jugamos en clase, y esta forma de afrontar el riesgo y nuestros miedosa la derrota puede ayudarnos a conocernos mejor y así poder llegar a superarnos.La práctica deportiva nos da un contexto que nos permite incidir en esta línea, sólosi nuestros planteamientos se dirigen expresamente a ella.

    2.6. La Deportividad o Ética Deportiva

    Cuando nos acercamos al patio de una escuela y vemos un partido de fútbol,podemos constatar como un grupo considerable de niños interactúa en un espacio

    acotado en el que, entre otras cosas, es fácilmente constatable el estricto cumpli-miento de las reglas a pesar de la inexistencia de una autoridad adulta. Ese contex-to, sin parangón en la institución escolar, nos sirve para ilustrar claramente la éticadeportiva. En ella, el acatamiento normativo se hace por pura complacencia, conabsoluta libertad, aunque no por ello sin esfuerzo, y todo en un entorno de riesgo ycompetición. Todos estos elementos, no suficientemente reconocidos y potenciadosen el ámbito educativo actual, nos muestran la potencialidad educativa del deporte.

    A modo de ejemplo podemos utilizar la concepción orteguiana de gentleman 

    para describir lo que debe ser el hombre deportivo. Así, describe su idea sobre lo queeste vocablo inglés sugiere como la del hombre que se siente dominador de su cir-cunstancia y se ocupa de su vida con espíritu deportivo, es decir, disfrutando del res-peto a las reglas y del cuidado de todos los aspectos de su persona. Dice: “... ser gen- tleman reside en una sensación básica de holgura vital, de dominio superabundante sobre la circunstancia” 37  y, en otro lugar, “Un ánimo así se complace en su propia elasticidad y se da el lujo de jugar limpio (...) de defender sus derechos, pero respe- tando los del prójimo, de no mentir” 38 .

    Este factor que tratamos ahora se erige como el más alto exponente del depor-tismo vital y, por tanto, de su potencialidad pedagógica, puesto que compendia todoslos argumentos abordados anteriormente. Sostiene Ortega39  que “La perfección moral, como toda perfección, es una cualidad deportiva, (...) la perfección no nos la exige nadie; la ponemos o intentamos nosotros por libérrimo acto de albedrío, y, sin duda, merced a que nos complace su ejercicio.” 

    Este nivel de exigencia que autónomamente nos imponemos hace de lamoral una obra valiosa, a la que se llega, según José Ortega y Gasset 40 “...por mediación de este antieconómico esfuerzo: la creación científica y artística, el 

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    37 Ensimismamiento y alteración: V, 352.38 Ensimismamiento y alteración: V, 351.39 No ser hombre ejemplar: II, 358-359.40 El tema de nuestro tiempo: III, 195.

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    HUIZINGA, J.: Homo Ludens. Madrid. Alianza Emecé, 1972.

    LAIN ENTRALGO, P.: El cuerpo humano. Teoría actual . Madrid. Espasa Universidad,1989.

    ORTEGA Y GASSET, J.: Obras completas . Tomos II, III, V, VI, VII y XII. Madrid. Revistade Occidente y Alianza Editorial, 1983.

    PARLEBAS, P.: Juegos, deporte y sociedad. Léxico de praxiología motriz . Barcelona.Editorial Paidotribo, 2001.

    UEBERHOST, H.: “Teorías sobre el origen del deporte”. Citius, Altius Fortius , TomoXV, Fasc. 1-4, (enero-diciembre, 1973), pp. 9-57.

    YELA, M.: “El hombre, el cuerpo y la educación física.” Revista Citius, Altius, Fortius .Tomo VII, Fasc. 2, (abril – junio, 1965), pp. 219-241.

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