Modulo II
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Requena, Leidys. C.I: 24.119.813MODULO II
CONCEPCIONES DE CRIMINALIDAD: ESCUELA CLÁSICA Y POSITIVA
El término “agresión” proviene del latín agresio-onis de agredi, que significa
acometer a alguien para matarlo, herirlo o hacerle daño. Se ha dicho que la
agresión es un instinto y con esto que la supervivencia de los más aptos (como lo
menciona Charles Darwin en su teoría de “Selección Natural”) es el factor
primordial en el transcurso de la vida del ser humano. A pesar de esto, no es un
determinante para la presencia o justificación de la agresión.
La criminología surge aproximadamente a partir del siglo XIX como
respuesta a la demanda social de estudio de las fuentes del comportamiento
antisocial o delictivo, siguiendo las bases del método científico (comprobando los
hechos empíricamente, observables y tangibles), con la finalidad de promover
mecanismos para su prevención y tratamiento (Buil, 2016); en su recorrido
histórico ha sido motivo de diferentes definiciones acerca su objeto y método de
estudio. Una de las definiciones que llaman la atención es esta “una ciencia
sintética, causal explicativa, natural y cultural de las conductas antisociales”
(Rodríguez, 2007, p.5 c.p. Álvarez, Montenegro y Martínez, 2008). En esta
definición, por ejemplo, el objeto en particular son las conductas antisociales.
Por otro lado, nos encontramos con una definición de criminología bastante
certera de García (2003, c.p. Álvarez, Montenegro y Martínez, 2008) y es la
siguiente “ciencia empírica e interdisciplinaria que tiene por objeto el crimen, el
delincuente, la víctima y el control social del comportamiento delictivo; y que
aporta una información válida, contrastada y fiable sobre la génesis, dinámica y
variables del crimen –contemplado éste como fenómeno individual y como
problema social, comunitario-; así como sobre su prevención eficaz, las formas y
estrategias de reacción al mismo y las técnicas de intervención positiva en el
infractor” p. 4. Cabe destacar que no sólo aborda las conductas antisociales como
expresa Rodríguez, sino que, además, es una ciencia interdisciplinaria que abarca
toda la contextualización del hecho delictivo; desde la conducta hasta el control
social que genera. Es decir, añade su objeto de estudio: la investigación del
crimen, del que transgrede la ley, de la víctima del delito y, conjuntamente, como
mencioné anteriormente, del control social que ejerce la conducta desviada. Es de
importante señalación que es justo esto lo que separa la criminología de otras
ciencias y lo que precisamente, la hace ciencia. Sus dos objetos esenciales de
estudio: el crimen y el control social.
La criminología estudia el fenómeno de la delincuencia en sí misma, sus
causas, explicaciones, motivaciones extrínsecas e intrínsecas y todo en general
que ha podido influir en el comportamiento criminal o que ha tenido algún tipo de
relación con la conducta delictiva o sus repercusiones sociales (Mendoza, 2006).
Perdomo, (2012) expresa que hay dos escuelas que abarcan la
criminología: clásica y positivista. La escuela positivista (que surge posterior a la
clásica con perspectivas distintas) tuvo como principal representante a César
Lombroso junto a Enrique Ferri y Rafael Garófalo, y su objeto de estudio se basa
en la personalidad del delincuente desde el punto de vista de la antropología y la
sociología.
Perdomo, (2012) también señala que la escuela clásica surge a partir de la
obra del conocido César Beccaria “delitos y penas”; como movimiento jurídico
penal que obtiene relevancia gracias a la arbitrariedad judicial y las penas
incontroladas hacia el delito en el sigo XIX. Una de las características
fundamentales es que esta escuela se fundamentó en la defensa de la dignidad,
los derechos y garantías de la condición humana, otras características son las
siguientes:
Establece la proporcionalidad entre el delito y la pena.
Excluye las penas corporales.
Defiende como garantía suprema la inexistencia del delito para la ley
positiva sin previa declaración del mismo.
Defiende las garantías individuales en el procedimiento y en las condenas
penales, por cuanto la tutela jurídica es el fundamento legítimo de la
represión y es también su fin.
La responsabilidad criminal se funda en la imputabilidad moral, ya que no
hay agresión al Derecho, es decir, delito, si no procede de una voluntad
inteligente y libre.
El libre albedrío no se discute. Se acepta como un reconocimiento, porque
si él es la ciencia criminal carecería de base.
Debido a los excesos de la escuela clásica en sus aspectos dogmáticos es
que nace la escuela Positiva. Sus representantes son tres: Lombroso, Ferri y
Garofalo; aunque también se encuentra Fioretti pero sus aportaciones no están
claras. Se encargaron de estudiar al hombre delincuente lejos del ámbito jurídico
con el fin de abocarse en mayor medida al aspecto social. En esta escuela, el
método es la observación, experimentación y aunque también (como en la
Clásica) se estudian los derechos del hombre, estas se oponen entre sí (Mendoza,
2006).
Las características de la escuela Positiva son las siguientes según Álvarez,
Montenegro y Martínez, (2008):
Negación del libre albedrío.
Responsabilidad social. Objeto: el delincuente.
Método: inductivo (experimental).
Pena: proporcional a la peligrosidad.
Prevención más que represión.
Medidas de seguridad.
Clasificación de delincuentes, Sustitutivos penales
Lombroso genera una teoría importante, aplicó el método experimental al
estudio de la demencia y trató de encontrar las diferencias para que fuese más
fácil el peritaje médico entre el delincuente y el enfermo mental. Lombroso lo que
encontró no fue una diferencia entre el delincuente y el enfermo mental sino, más
bien, una semejanza entre ambos. Ferri y Garofalo, por su parte, se encargaron de
sentar las bases jurídicas del positivismo (Mendoza, 2006).
Se decía que el delincuente no podía dejar de ser un hombre y que es él a
quien hay que entender, que el delito se produce por factores endógenos y
exógenos que están relacionados con el sujeto, en consecuencia, para el análisis
del delito y los medios para evitarlo debe seguirse un método de observación y
experimentación (método científico) y no únicamente el jurídico, que es un sistema
lógico-abstracto y que no tiene la cobertura necesaria para comprensión del
hombre como ser complejo (Mendoza, 2006).
Mendoza (2006) también menciona que Lombroso pensaba que el
delincuente es un enfermo mental que siempre será de origen nato ya que habla
sobre la reproducción genética de sus ancestros. Su principal mérito, en sentido
estricto, fue crear una ciencia inédita hasta entonces, una ciencia causal-
explicativa del fenómeno de la criminalidad.
TEORÍAS DE LA CRIMINALIDAD:
1. Teoría de la Asociación Diferencial: propuesta por Shutherland en 1947,
indica que el principal elemento explicativo de la conducta antisocial es un
exceso de contacto directo con entornos pro-delincuenciales por medio de
los cuales se aprenden conductas desviadas o antisociales, a través de lo
que llama “asociación diferencial. No es entonces, la predisposición
genética o factor hereditario ni la “debilidad moral”, tampoco es determinado
por la pobreza o el entorno, sino, más bien, por el ambiente. Esta teoría
plantea que la conducta antisocial es aprendida por constante interacción
con grupos ya desviados socialmente. (Garrido et al. 2006, p.355; Serrano-
Maíllo, 2004, p.123 c.p. Buil, 2016).
2. Teoría de la Anomia: propuesta por Durkheim y luego Merton la extrapola
a la criminalidad. Se expone así “la anomia no es sólo derrumbamiento o
crisis de unos valores o normas por determinadas circunstancias sociales,
sino, el síntoma o expresión del vacío que se produce cuando los medios
socio-estructurales existentes no sirven para satisfacer las expectativas
culturales de una sociedad. La tensión entre estructura cultural y estructura
social fuerza al individuo a optar por cinco vías: conformidad, innovación,
ritualismo, huida del mundo y rebelión; todas ellas excepto la primera dan
comportamientos desviados o irregulares” (Rodríguez, 2009, p.1).
3. Teoría de la Elección: desarrollada por Beccaria y expone al delincuente
como “desviado”. La base de la teoría explica la motivación del delincuente
por cometer un crimen como una decisión deliberada con la intención de
obtener beneficios personales en forma de ego que incentiva el dinero, el
poder, el estatus o el aprendizaje. Pretende que el delincuente tome la
decisión de cometer un acto criminal al examinar las opciones, las
consecuencias y los beneficios. Luego, el delincuente planea el crimen a
conciencia al escoger el tipo de delito, la ubicación del delito y el objetivo
del crimen. Ejecuta el delito con la conciencia de que es malo y el control de
elegir no hacerlo (Divico, s/f).
4. Teoría del Positivismo Sociológico: es desarrollada por Lambert Adolphe
Jacques Quetelet y Guerry André-Michel. Se fundamenta en cómo el
delincuente conforma su ambiente, convirtiéndose en un producto de su
entorno y de aprendizaje social. Entonces, criminalidad es inevitable en
circunstancias tales como la exposición continua a caos social en una
cultura delincuente, la estigmatización, la tensión incluida la pobreza, una
familia disfuncional con pérdida de valores morales y familiares o crimen
justificado socialmente (Divico, s/f).
5. Teoría del Positivismo Biológico: expuesto por Lombroso, expresa que
hay criminales natos. Esta teoría denota que factores fisiológicos que
pueden contribuir a la delincuencia, tales como deficiencias de vitaminas,
desequilibrios hormonales, la dieta y la función cerebral (Divico, s/f).
6. Teoría del Positivismo Psicológico: propuesta por Lacassagne, propone
que la causa de la criminalidad tiene su origen en desórdenes de la
personalidad o enfermedad mental del delincuente. Como la esquizofrenia,
trastorno bipolar, borderline, y otras (Divico, s/f).
En un estudio realizado por Sandoval y Barón (2008) titulado “una revisión al
estudio de la delincuencia y criminalidad” hacen referencia a que ciertos
fenómenos delincuenciales o delictivos están marcados por lo que la sociedad
tiene para “ofrecer” a dichos individuos. Depende de lo que esta ofrezca los
individuos tendrán conductas hacia un fin o hacia otro que pueden ser
beneficiosos o productivos o, por el contrario, perjudiciales para la misma. Es
decir, dadas las limitaciones que tengas los sujetos en cuanto a progresos para su
crecimiento profesional, laboral o personal y, también, su ambiente en general (en
lo que concierne a las características propias de la zona geográfica donde reside);
producirá satisfacción o insatisfacción lo que conllevará a conductas delictivas.
Los estudios evidenciaron las múltiples causas, características, entornos y
ambientes que pueden generan incentivos para que una persona se convierta en
delincuente o criminal. También expresan que las variables individuales; como el
factor herencia hasta la conformación familiar, están íntimamente relacionados con
conductas desviadas.
Los autores mencionan algo que, a título meramente personal, me impactó “de
igual manera, las variables del entorno juegan un papel fundamental en la
formación de un delincuente potencial. Estas características, influyen en el
comportamiento de los individuos, más aún cuando los antecedentes en la niñez y
en su desarrollo se consideran débiles; tales como el barrio donde se habita, el
desempleo, los vecinos, venta de drogas y la gente que suele frecuentar el
vecindario, entre otras, son variables que incentivan al individuo a utilizar nuevas
formas de supervivencia que implican la ilegalidad”. Trayendo a colación el tema
de la cotidianidad venezolana, es evidente que no escapamos de esta realidad.
Desde la conformación de innumerables barrios, narcotráfico, alta tasa de
desempleo, robos, secuestros y ahora, hambre, no es de sorprender que cada día
existan más ciudadanos con conductas desviadas. Más allá de un tema de poder
al tener un arma y delinquir, es un tema de supervivencia. Cuando aquel que entra
en una vivienda a robar y es encontrado por vecino y “lo linchan” alejado de una
respuesta macabra es el modo que encontró el ciudadano para que “ningún” delito
quede impune siempre que se encuentre en sus manos “frenarlo”. Como
mencioné anteriormente, según Darwin, “sobrevive el más fuerte”. Cada día se
ven más venezolanos haciendo todo y cuanto esté a su alcance para eso, solo
para sobrevivir.
REFERENCIAS:
Álvarez, G. Montenegro, M. y Martínez, J. (2008). Apuntes acerca de dos escuelas criminológicas: Clásica y Positivista. Universidad Nacional Autónoma de México. Facultad de Psicología. México.
Buil, D. (2016). Criminología (II): evolución teórica: pasado, presente y futuro. Recuperado el 04 de junio de 2016 http://crimina.es/crimipedia/topics/criminologia-ii-evolucion-teorica-pasado-presente-futuro/
Divico, T. (s/f). ¿Cuáles son las cuatro teorías de crimen?. Recuperado el 04 de junio de 2016 de http://www.ehowenespanol.com/cuales-son-cuatro-teorias-crimen-info_134191/
Mendoza, A. (2006). Psiquiatría para criminólogos y criminología para psiquiatras. México: Trillas.
Perdomo, G. (2012). Beccaria y su escuela. Recuperado el 04 de junio de 2016 de http://aulavirtualglenda.blogspot.com/2012/11/beccaria-y-su-escuela.html
Rodríguez, M. (2009). Teoria de la anomia. Recuperado el 05 de junio de 2016 de http://mcrimescene.blogspot.com/2009/05/teoria-de-la-anomia.html
Sandoval, L. y Barón, D. (2008). Una revisión al estudio de la delincuencia y criminalidad. Electronic Journal of Research in Educational Psychology. 1(16) 105-117. Recuperado de http://revele.com.veywww.redalyc.org/articulo.oa?id=90916108