Marmora - El concepto socialista de nación (PyP)

42
1 n 1 PRIMERA PARTE NACióN E INTERNACIONALISIO DESDE MARX HASTA STALIN Después de décadas de bloqueo, en los últimos años el potencial crítico del marxismo ha hecho irrupción nuevamente. Hoy el marxismo no se detiene tampoco ante las propias deficiencias ni ante los p ppios principio� _ petrificados en dogmas. El mar- xista francés 1Louis Althusser; por ejemplo, destaca las difi- . ·- . l cultades del marxismo en cuestiones teóricas 1 sobre el estado: 1 í "Podemos decirlo: no existe verdaderamenté 'teoría marxis.:' ta' del estado. No es que Marx y Lenin se hayan desviado de la cuestión: es tá en el centro de su pensamiento político. Pero lo que se encuentra en nuestros autores es, ante todo, bajo l a ._ forma de la relación del estado con la lucha de clases y la domi- ' nación de clase (indicaciones decisivas, pero no analizadas), . una advertencia repetida de apartarse de las concepciones bur- guesas del estado: por lo tanto una demarcación y una defini- \._ción esencialmen�e !l�g�iys." 1 De la misma manera, el marxista italiano f Lucio Colet cen- tra su crítica en l a carencia de un marco teórico sobre el estado: ( "Al marxismo le falta este marco porque la teoría marxista de la política y del estado es, en realidad, la teoría de la 'ex- ! tinción' de ambos. Con otras palabras: el marxismo no h a / elaborado una ciencia de la política porque lo que ha hecho ¡ ha sido exactamente lo contrario: la teoría de l ... d!�olución { E� e iva de �a P . 9líti_� - y . . l estado, la teoría de l a aboli¿ión - ¡ (si bien en forma gradual) de la diferencia entre gobernantes y 1, gobernados." 2 Althusser y Coletti son sólo dos ejemplos entre muchos auto- res 3 que vienen señalando la falta de una teoría marxista sobre el papel, la función y la forma de las instituciones polí- ticas durante el pasaje al socialismo . A su vez Althusser tam- bién alude a l a falta de una teoría de las ideologías. ero, a pesar de la abundante teoría especializada en el tema, el "pro- blema nacional" aún no se ha planteado en esos mismos tér- [ 9 ]

description

Marmora El concepto socialista de nación

Transcript of Marmora - El concepto socialista de nación (PyP)

  • 1 n 1

    PRIMERA PARTE

    NACiN E INTERNACIONALIS!vIO DESDE MARX HASTA STALIN

    Despus de dcadas de bloqueo, en los ltimos aos el potencial crtico del marxismo ha hecho irrupcin nuevamente. Hoy el marxismo no se detiene tampoco ante las propias deficiencias ni ante los pppios principio_ petrificados en dogmas. El marxista francs 1Louis Althusser; por ejemplo, destaca las difi-.,,,,

    - ... l cultades del marxismo en cuestiones tericas 1 sobre el estado: 1

    "Podemos decirlo: no existe verdaderament 'teora marxis.:' ta' del estado. No es que Marx y Lenin se hayan desviado de la cuestin: est en el centro de su pensamiento poltico. Pero lo que se encuentra en nuestros autores es, ante todo, bajo la

    ._ forma de la relacin del estado con la lucha de clases y la domi' nacin de clase (indicaciones decisivas, pero no analizadas), . una advertencia repetida de apartarse de las concepciones bur

    guesas del estado: por lo tanto una demarcacin y una defini\._cin esencialmene !lg'!iy(ls." 1

    De la misma manera, el marxista italiano fLucio Colettl] cen-tra su crtica en la carencia de un marco terico sobre el estado: ( "Al marxismo le falta este marco porque la teora marxista

    de la poltica y del estado es, en realidad, la teora de la 'ex! tincin' de ambos. Con otras palabras: el marxismo no ha

    / elaborado una ciencia de la poltica porque lo que ha hecho ha sido exactamente lo contrario: la teora de l

  • 10 NACIN E INTERNACIONALISMO

    minos. Y sin embargo las afirmaciones de Althusser y de Coletti se pueden extender casi totalinente a la nocin marxista de nacin, pues, en efecto, el marxismo no contiene ninguna definicin o determinacin terica posiva--dela.-mism.g

    l. SOBRE LA AUSENCIA DE UNA TF.ORA i\IARXISTA DE LA NACIN

    En un esfuerzo plenamente justificado, proveniente de las races libertarias de su pensamiento, Marx trat de ftar el con

  • 12 NACIN E INTERNACIONALISMO

    constituir un concepto viable de organizacin y cooperacin internacional que trascendiera el mundo estatal vigente".7

    Sin embargo estos autores no llegan a relacionar esa ausencia de una teora de la poltica internacional con la falta de una g_fici__IJ.-12.Qtiv. .. .il--.n. Y sta es precisai;nente la cuestin central que_J?ret _endemos desarrollar en este trabajo. Se tratar pues de demostrar que en el marxismo no hay espacio terico para lo nacional, y por lo tanto tampoco para el concepto de "nacin popular-democrtica" ni para una teora de la. forma. nacional de transicin socialista. [El marxismo limit su inters a la problemtica

  • 14 NACIN E INTERNACIONALISMO

    No se trata entonces ni

  • 16 NACIN E INTERNACIONALISMO

    Engels su liberacin. Marx ve el centro de la revolucin en Inglaterra; Engels en Alemania y Polonia. Segn Marx la nica perspectiva o probabilidad de xito para la causa polaca se encue:tr en Inglaerra, pues solamente aqu, dice, debe y puede dec1drs: el. destin? de la liberacin polaca; segn Engels l a tarea pr1or1tar1a es liberar a Polonia y, a saber, en la misma Polonia. Cmo interpretar ahora esas exteriorizaciones de Marx y Engels tan opuestas la una de la otra? Se trata de una contradiccin? Ren Levrero ve, en efecto, una contradiccin ente aqella posicin inicial de Marx y su juicio favorable a la liberacin de Polonia postulado aos despus.1a Sin ernpargo rncho ms aecuada parece ser la finterpretacin de David R1zanov,ij quien llama la atencin sObre el hecho de que en. aquella ocasin Marx se dirigi en su carcter de comunista inernacional a la direccin del movimiento cartista ingls,. mientras que Engels adoptaba el punto de vista de un demcrata alemn. A pesar de todo esto, lo que no queda en claro es por qu . Marx . y Engels pudieron tomar la palabra para hablar al mismo tiempo en su condicin de co1nunistas internionJe:S J- rp.crats aleman!!s. Peo qucabe na pregut: Qu les .psibilit articular y conciliar ambos puntos. de vst? Para responder a esta pregunta es necesario analizar la teor e la revolucin de Marx y Engels en vsperas de los. acontecimientos revoluoonarios de 1848.

    b. La teora de la revolucin y del capitalismo en Marx y Engels hasta la revolucin de 1848

    Marx y Engels tenan como expectativa que dos procesos sociales de naturaleza enteramente diferente habriari.-cfe cruzarse Y finalmente f.-7s-

    tno co!l el otro: en el centro y el este de Eur?P (!taha, ,J:f ungra, Polonia y tambin Alemania) unarvol1JC!Qn _demo.crt1co:b1:1rguesa .y en Europa occidental (Fran- cia e Inglaterra) n':l .. revolucin proletario-socialista. Las diferen.cias entre ambos procesos seran mnimas y desapareceran casi totalmente en el marco de una transicin fluida y sin quie-bres. Marx y Enge.ls se guiaban, generalizndolo, por el modelo .. de_} -.!'yolucn francesa y de las guerras napolenicas. que le s1guiero11. S1 desde 1789 hasta 1793 esta revolucin ha-

    17

    lil.1 11lrido 1111a radicalizacin rpida y constante, no era 1,,, o y onsecucntc esperar de la prxima revolucin en Ale-111a 11 ia 11 burguesa, democrtica y nacional a una revoluci?n i1 oll'laria. socialista e internacional .fuera an mcho ms 1n-11wdia1a y radical

  • 18 NACIN E INTERNACIONALISMO

    perspectiva comn, en esa dinmica de la revolucin por venir y que debera abarcar y unificar al mundo entero? En su Principios del comunis1no, escrito en 1817, Engels nos da la respuesta:

    "La gran industria, al crear el mercado mundial, ha unido ya tan estrechamente todos los pueblos del globo terrestre, sobre todo los pueblos civilizados, que cada uno depende de lo que ocurre en la tierra del otro ( . . . ] la burguesa y el proletariado se han erigido en las dos clases fundamentales de la sociedad, y la lucha entre ellas se ha convertido en la principal lucha de nuestros das. Por consecuencia, la revolucin comunista no ser una revolucin puramente nacional, sino que se producir simultneamente en todos los pases civilizados, es decir, al menos en Inglaterra, en Francia y en Alemania." 1!7

    A su vez, en 1845-1846, en La ideologa al'emana, Marx mismo, junto con Engels, haba escrito:

    "El comunismo, empricamente, slo puede darse como la accin 'coincidente' o simultnea de los pueblos dominantes." is

    La primera de las citas ya permite reconocer la idea que se hacan los fundadores del marxismo respecto de una revo-1 ucin "que se extenda simultneamente" por todo el mundo ("civilizado" de aquel entonces) . Se trata de una idea que, como ya se ha dicho, constituye el primero de los elementos sin duda ms esenciales en la teora marxista de la revolucin. Pero esa idea est condicionada a su vez por dos convicciones bsicas generadas en el anlisis que hacan del capitalismo. Ambos estaban convencidos: ti l] de que el capitalismo (la burguesa y la gran industria) d.esem.peaba en la historia un papel eminentemente revolu

    c1onar10; 2] de que, bajo el capitalismo, la sociedad se polariza en dos clases fundamentales y que, en razn de ello, se produce una simplificacin y universalizacin de la lucha de clases.

    Estas dos convicciones o conclusiones, sacadas de sus estudios tericos sobre el capitalismo, constituyen la base sobre la que se fundamentaba la idea que Marx y Engels se hacan de la futura revolucin.

    Antes de avanzar ms valdra la pena detenerse un poco en estos dos ltimos pilares de la construccin terica del marxismo para tratar de reconstruir, eslabn por eslabn, la plaza que ocupaba dentro de la misma, y pasar luego a ver ms

    REVOLUCIN Y NACIN 1 !)

    concretamente de qu manera esa comprensin del capitalis1no era el fundamento que prefiguraba las visiones y expectativas de Marx y Engels con respecto a la futura revolucin. En el lvianifiesto del partido comunista, obra con la que, desde el punto de vista terico y programtico, culmina y concluye esa fase decisiva en la biografa de Marx y Engels que se extiende hasta los inicios de febrero de 1848, leemos:

    "La burguesa ha desempeado un papel extremadamente revolucionario en la historia [ . . . ] La burguesa no puede existir sin revolucionar permanentemente los instrumentos de produccin, vale decir las relaciones de produccin y, por ende, todas las relaciones sociales." 19

    (''La burguesa desatara una dinmica que destruira todas las / relaciones feudales y patriarcales existentes hasta el momento. Su desarrollo se condicionaba mutuamente con el desarrollo del

    '. maquinismo y del mercado mundial. La gran industria moi derna y el mercado mundial -en opinin de Marx y Engels! destruiran el aislamiento de las naciones, tornndolas inter-

    dependientes y confiriendo un carcter cosmopolita a la produccin y el consu1no. El carcter fragmentario y disperso de los medios de produccin, de la propiedad y de la poblacin quedara superado. Un au1nento y una concentracin extraordinaria de la riqueza llegara forzosamente. El resultado natural

    .. y necesario de todo esto sera finalmente la centralizacin del

    . poder poltico: \- "Provincias independientes, apenas aliadas y con intereses, le

    yes, gobiernos y aranceles diferentes, han sido comprimidas para formar una nacin, un gobierno, una ley, un inters nacional de clase y una lnea aduanera." 2

    Pero este enorme avance de las fuerzas productivas, . gracias --- .. --.... ... -' "' . . . . ,

    al cual la burguesa logra derrotar al feudalismo -cont1nuan :rviarx y Engels- P.r9n.t.o se vuelve en contra de ella misma. Las riquezas producidas por la sociedad entran en contradiccin con las relaciones burguesas de propiedad y produccin que ahora resultan demasiado estrechas. La burguesa no puede controlar ya los medios de produccin y de circulacin que ella misma ha generado. Es que stos invierten su carcter: de armas contra las relaciones feudales, que haban sido, se convierten en armas contra las relaciones burguesas.

    Marx y Engels describen a continuacin el papel y la funci

  • 20 NACIN E INTERNACIONALISMO

    particular importancia en el marco interpretativo que desarrollaremos ms adelante, es de gran utilidad transcribir los pasajes ms significativos en forma textual:

    "Pero la burguesa no s

  • 22 NACIN E INTERNACIONALISMO

    saluda.Q_?n . .fa.cl.usQ .. l uso de la fuerza como medios de expansi.n de las relaciones capitalistas en el mundo. Engels, por ejemplo, comentaba en 1847 la anexin de casi la mitad del territorio mexicano por parte de la Unin norteamericana con estas palabras:

    "En Amrica hemos contemplado la conquista de l'vfxico y nos he

    ,mos alegrado por ella. l.'a1nbin es un progreso el que

    un pa1s que hasta el presente se ha ocupado exclusivamente e s I?ismo, al cual sempiternas guerras civiles han desgastado, impidindole toda evolucin, que a un pas al cual le esperaba, a lo su1no, el convertirse en un vasallo industrial de Inglaterra, que un pas semejante haya sido arrastrado por la fuerza dentro del movimiento histrico. Favorece los intereses de su propio desarrollo el hecho

  • I ,

    '

    !

    i

    24 NACIN E INTERNACIONALISMO

    miento revolucionario, saldando as la deuda que contrajo con la_revolucin del siglo xvnr." 33 Las esperanzas y los esfuerzos de Marx y Engels se con cen-t. tra?an en es guerra, pues

  • 26 NACIN E INTERNACIONALISMO

    sin por el pueblo checo y, refirindose al levantamiento de Praga, escriba: "El alzamiento podr concluir como quiera, pero la nica solucin posible que an queda es una guerra de exterminio de los alemanes contra los checos." 38

    La oposicin entre naciones opresoras y naciones oprimidas no ra, para Marx y Engels, un criterio de importancia para analizar y evaluar los conflictos nacionales. Lo decisivo era qu partido tomaban en la lucha del Occidente revolucionario contra el Oriente contrarrevolucionario. ste era el criterio fundamental de acuerdo con el cual l\1arx y Engels trazaban una lnea distintiva entre las naciones. Sin embargo el uso de ese criterio no es suficiente para comprender las polticas frente a las . nacionalidades trazadas por l\.farx y Engels desde la redaccin de la 1'lueva Gaceta Renana durante la revolucin de 1848-1849. Muchas preguntas quedan sin respuesta. Roman Rosdolsky, por ejemplo, en su estudio -que Ernest Mande! clificaba como "primer muestra lograda de una crtica marxista a l\iiarx mismo"-39 se pregunta:

    "Y por qu [ . . . ], en virtud de qu fatal necesidad deba la insurreccin de Praga arrojar a los checos en brazos de los rusos? Por qu no se poda llegar a una 'convivencia pacfica' de ambas nacionalidades mediante concesiones razonables sobre el terreno de Ja autoadministracin nacional, la igualdad de derechos lingsticos y el sistema escolar nacional (los checos no reclamaban ms!)? Y por ltimo: qu clase de 'libertad' s proclamaba, pues, al pueblo checo si slo se le permita o bien desaparecer o bien vivir junto a los alemanes en el estado alenin? No son stas puras contradicciones?" 40

    E1: verdad aqu no hay contradiccin alguna. La habra si efectivamente Marx y Engels se hubieran orientado solamente por el primero de los criterios mencionados, diferenciando nicamente entre naciones revolucionarias y naciones contrarrevoluconarias. Pero esto no fue as. Junto a ese primer criterio aplicaban un segundo, sin el cual, indudablemente, sera imposible comprender por qu Marx y Engels negaban a ciertas naciones, por principio, toda probabilidad histrica, a pesar de haber demostrado ya ms de una vez ser poseedoras de un gran potencial revolucionario.

    r: -.. j1d 2.: Para ellos tena igual importancia la distincin entre naciones grandes, por un lado, y naciones pequeas, y por tanto

    CRTICA A LA CONCEPCIN OlUGINAL DE MARX 27

    no viables ni poltica ni econmicamente . por el otro. No hay

    que olidar que ros movimientos nacionales emergentes no

    slo

    entraban en contradiccin con los antiguos estados de la Euro

    pa absolutista, sino que muchos de ellos . se :nfrentaban e.

    ntre

    s tan pronto como el desarrollo y las asp1rac1ones de uno iban

    directamente en perjuicio del otro. En ese caso arx y Engls

    se decidan por "el derecho" de las naciones grandes y via

    bles, el cual -conforme a ellos- tena sus races en una ley

    general del desarrollo histrico, tendinte la creacin de espacios econmicos cada vez ms amplios e inegr.ados. Es

    pos

    tura contrastaba con la de Bakunin, cuya asp1rac1n a la igual

    dad y libertad de todas las naciones 41 llevaba a una _articulacin

    de la sociedad en pequeas comunidades predominantemente

    agrarias. El notorio antagonismo entre esta concepcin y aque

    lla por la que se rega Marx, basada en un rpido d_esarrollo

    v la mxima centralizacin de las fuerzas productivas, del

    ,

    maquinismo y la gran industria, es evidente. Consecuentemente,

    la Nueva Gaceta Renana y su redactor en jefe, Marx, recha

    zaban todas las posibles soluciones de tipo federalista,. deen

    diendo el punto de vista de la germanizacin, hungar1zacin,

    etc., de los pueblos y naciones menores, o sea . propgnndo

    su radical asimilacin dentro de las grandes naciones italiana,

    polaca, hngara y sobre todo alemana. Si hubiera sido por

    Engels, la frontera meridiona de Alemania habra llegado

    hasta el mar Mediterrneo.42

    ' < 3. CRTICA A l..A CONCEPCION ORIGINAL DE MARX l

    A estas alturas, y en vista de las formulaciones tan prooca

    doras de Engels, se impone una crtica. Sin duda e marxismo se distanci muy tempranamente del punto de vist

    a de sus

    fundadores con respecto a los eslavos en Austria y Hungra.

    karl I

  • 28 NACIN E INTERNACIONALISMO

    que los galos y los bretones [ . .. ] Esto fue un error. Nuestros maestros no volvieron, ni an ms tarde, a ocuparse del tema." 43 ( Esta crtica demasiado superficial y -como bien lo seala Roman Rosdolsky- con demasiada complacencia procuraba desl cargr a En?:ls con el argumento de que ste, supuestamente, habna modii cado su posicin aos despus. Por el contrario, osdoly dice que "en el. fondo, su imagen de la esperada r evolucion centroeuropea -incluso en los aos sesenta, setenta y ochenta- sigui siendo la misma que en 1848".44 Aunue la crtica excepcionalmente rigurosa de Rosdolsky a la teo:i de los "p_ueblos sin historia" est muy lejos de ser su.J?.rhcial es, en cierto sentido, deficiente: 1 ]: porque, partiendo de un antagonismo en realidad inexiste?te_ entre Mar y Engels, el objeto de Ja crtica queda restri}}g1do a este ulumo;45

    2]' por9u: reduce los "errores" de Marx y Engcls a un aspecto practico

  • '

    30 NACIN E INTERNACIONALISMO

    yeron a partir de la fuerza asimiladora que surge de todo movimiento revolucionario." 48

    Si se parte de los presupuestos mencionados al comienzo, la !iaJ]._za en una rpida "grmanizacin", "hungarizacin',- y "polonizacin" de los pueblos menores en la Europa meridional y central es comprensible y consecuente. Estos presupuestos eran, por un lado, el carcter revolucionario de la burguesa en general y, en este caso concreto, de la burguesa alemana en particular y, por el otro lado, la rpida internacionalizacin de la revolucin. Ambos _formaban parte del paradigma clsico de la revolucin francesa. En un esfuerzo por fundamentar su posicin frente al conflicto de las nacionalidades, Engels, en repetidas ocasiones, se refiri expresamente a esa experiencia histrica. Por ejemplo en un escrito contra Arnold Ruge, en el que haciendo un esbozo de la "nacionalidad francesa del sur", expresaba las siguientes ideas: en la Edad Media, la Provence haba sido una de las regiones ms desarrolladas de Europa, con un idioma plenamente evolucionado y con una identidad propia, marcadamente definida, "sin ms pa.rentesco con la francesa del norte que actualmente la polaca con la rusa". Pero -prosigue Engels- Francia del sur fue ocupada por los franceses del norte:

    "Trescientos aos dur el despotismo francs septentrional sobre la Francia del sur, y slo entonces compensaron los franceses del norte su opresin . . . mediante la aniquilacin de los ltimos restos de independencia meridional. La Constituyente destroz las provincias independientes, el frreo puo de la Convencin convirti a los habitantes del sur de Francia primeramente en franceses, dndoles luego, como indemnizacin por su nacionalidad, la democracia." 49

    Las_ expectatvas de Marx y Engels deben ser, pues, cotejadas con referencia al paradigma histrico y revolucionario fran-s. Puede decirse que hayan sido corroboradas? Tomando en consideracin la revolucin en r\lemania y en toda Europa central de 1848-1849, cul es la respuesta que corresponde a esa pregunta? La burguesa alemana y sus aliados principales, la nobleza hngara y polaca, que se encontraban en lucha de aos contra la opresin rusa, prusiana y austriaca, no liberaron al campesinado, no le dieron "la democracia en compensacin por la nacionalidad". Con respecto a los campesinos, la revolucin de 1848 prosigui la vieja poltica de opresin

    citfTICA A LA CONCEPCIN ORICINAL DE MARX 31

    de las monarquas absolutas. Ahora bien, ya que -como el 111 is1no Engels lo expresaba en el artculo citado, y en esto tena toda la razn- la cuestin de las nacionalidades estaba directamente relacionada con la cuestin campesina, la asimilacin nacional no tuvo lugar. Por el contrario, ya en 1848-1 8'19, mucho antes de la era imperialista, todos los conflictos nacionales se agudizaron.so De modo que las enormes expectativas puestas por Marx y Engels en la :evolucin de . 148 con relacin a la liberacin de los campesinos y a la asimilacin de las nacionalidades menores, ya en aquel entonces revelaron ser meras ilusiones. As lo seala Rosdolsky cuando escribe:

    " Cmo iban a poder los hacendados nobiliarios hngaros y ' . polacos aportar una democracia agraria a ls inasa.s cmpe

    snas servias, croatas, eslovacas, rumanas y ucranianas , s1 n1 s1qu1era se la concedan a su propio campesinado?_

    Pero, como se sabe, tampoco la burguesa alemana mostr el ms mnimo deseo 1

    1 ' de resarcir de tal manera a los pueblos campesinos es avos por la prdida de su nacionalidad'!" w.

    . . Por qu l\1arx y Engels se entregaron a esa ilusin? El motivo fue doble . En primer lugar, porque creyeron que l guerr. . mundial contra la Rusia zarista era inevitable. La nica posibilidad que en esa guerra le habra quedado a la noblez patritica en Hungra y Polonia para garantizar la supervivencia de sus naciones habra sido, efectivamente, en ese caso, introducir la democracia agraria con el objeto de movilizar a las masas campesinas en defensa de la patria. Ahora bien, la premisa de que la guerra contra el zarismo era inevitable se basaba a su vez en na segunda premisa, an ms fundamental. J\.farx estaba convencido de que la revolucin burguesa en Alemania no iba a tolerar ninguna forma de coexistencia con los viejos poderes absolutistas, ni en las propias fronteras ni fu era de las mismas. Por lo tanto, las consecuencias de la revolucin seran su radicalizacin social interna y su internacionalizacin, es decir, hacia fuera, la guerra contra el este brbaro.

    Pero Marx sobrevaloraba el carcter revolucionario de la burguesa y de la dimica del desarrollo capitalista al erigir ei modelo revolucionario francs en nico paradigma, sin considerar -por ejemplo- el modelo britnico. Una falta que no cometi la burguesa alemana, que haba aprendido uicn la leccin de la revolucin francesa y reconoci ahora el vcr

  • 32 NACIN E INT.ERNACIONALJSMO

    dero peligro de una sublevacin popular o incluso proletaria. iVIientras que Marx parta del supuesto de que impulsada por una necesidad objetiva la burguesa correra hacia su perdi.cin, sta, por el contrario, actu con plena conciencia poltica.

    1(El modelo britnico de reformas escalonadas en direccin a una monarqua constitucional en estrecha alianza con una parte de la nobleza pareci ofrecerle la garanta de poner fuera de juef go y mantener bajo control poltico a las masas populares de la 1 ciudad y del campo. Al mismo tiempo, al preferir una alianza "

    con la nobleza reformista en lugar de hacerlo con el campesinado, echaba bases mucho ms favorables para el desarrollo capitalista en el campo que si lo hubiera hecho a travs de la parcelacin de la gran propiedad rural en una masa enorme de pequeas propiedades.

    En contra de un prejuicio profundamente arraigado en la tradicin marxista ortodoxa, Albert Saboul, y ltin1amente tambin Fernando Claudn,G2 lo han demostrado claramente: a estrategia de la burguesa francesa de 1789 denota un grado de desarrollo social y poltico rcJativamente menor . . A la inversa, la estrategia de la burguesa alen1ana en 1848-1849 no revela una pronta decadencia o -cmo l\1arx sola impugnaruna autotraicin; ms bien es una muestra de la madurez social y poltica alcanzada por ella. Pero Marx, con10 decamos, no lo vea de esa manera:

    "La burguesa francesa de 1789 no abandon ni por un instante a sus aliados, los campesinos. Saba que el fundamento de su dominacin era la destruccin del feudalismo en el campo, el establecimiento de una clase campesina libre y propietaria de la tierra.

    "La burguesa alemana de 1848 traiciona sin decencia alguna a estos campesinos, que son sus aliados ms naturales, que son carne de su carne, y sin los cuales se halla impotente frente a la nobleza.

    "La continuacin, la sancin de los derechos feudales, en la forma de esta (ilusoria) redencin es, pues, el resultado de la revolucin alemana de 1848." 3

    Lo que Marx (y con l hasta hoy la historiografa oficial en la Repblica Democrtica de Alemania)M apostrof de impotencia e indecisin fue, en realidad, una consecuencia del grado avanzado de las relaciones capitalistas en Alemania, situacin que condujo a que una parte de la nobleza se acomodara a las

    CRTICA A LA CONCEPCIN ORIGINAL DE MARX 33

    relaciones burguesas de produccin. sa . n.opleza .. y np el ca1upcsinad, fu la que se . constituy en . el "aliado ms natural" de la burguesa. !}na revolucin agraria fuer de control .

    no slo habra cuestionado la propiedad feudal, sino que tambin habra puesto en peligro el desarrollo de la propiedad burguesa. La poltica de acuerdos entre parlamento y corona representada por el ministro Camphausen y su teora llamada precisamente del compromiso, o la estrategia reformista de la "continuidad legal", o las leyes de liberacin de las cargas feudales mediante el pago de sumas de rescate, todas esas medidas eran expresiones del inters y de la conciencia de clase de los dirigentes liberales burgueses, empeados en aliarse con un sector de la nobleza y en llegar a un arreglo con la monarqua. En ese sentido cabe preguntarse con Fernando Claucln:

    "Al buscar la va no revolucionaria, reformista, de alianza con los sectores aburguesados de la nobleza, la va pactista_, - burguesa almana, daba pruebas de cobarda y debilidaa o

  • 34 NACIN E INTERNACIONALISMO

    la dinmica del desarrollo social era irradiada -para decirlo con la metfora clsica- "de abajo hacia arriba", por todos los dems mbitos. Ningn otro tipo de desarrollo capitalista burgus, por ejemplo el proceso puesto en marcha por Luis Bonaparte en Francia en el transcurso de 1851, encajaba en la 0oncepcin de Marx. La c:1da de la repblica parlamentaria { '!, el establecimiento de Ja dictadura bonapartista de ninguna

    \ manera podan aparecer a Marx como medios para acelerar \ y estabilizar la revolucin burguesa. Para l eran indicios de Ja

    J debilidad de la burguesa, sntomas de que sta ya no era capaz -( de gobernar y de que se estaba en un preludio de la revof lucin proletaria.:rn Ninguna estrategia de compromisos entre f burguesa y sectores no burgueses y, en general, ningn modelo 1 de desarrollo "de arriba hacia abajo", expresin que Engels j utiliz poco antes de su muerte para caracterizar las vas pru: siana y bonapartista, fueron considerados por Marx y Engels

    como vas o medios de la revolucin burguesa sino ms bien como seales de su decadencia. - Como resultado de la confrontacin efectuada hasta aqu en

    tre la teora de la revolucin de l\1arx -en Ja poca del Manifiesto- y la revolucin real -tal cual efectivamente tuvo lugarllegamos a las cuestiones ms de fondo. Marx y Engels partie1:on de las premis.as siguientes: fJ) De una separacin entre "infraestructura" y "superestruc

    tura", es decir de la existencia de relaciones econmicas puras en una esfera autnoma animada de una legalidad o dinmica propia, de carcter cuasi natural (natu'fgesetzlich es el trmino alemn utilizado por Marx). En su prlogo a la primera edicin de El capital se refiere, en este sentido, a las "leyes naturales de la produccin capitalista" y a las "tendencias que operan y se iinp_onen con frrea necesidad".57

    :, 2] 1-Iablando en trminos de Engels, de una "determinacin eri ltima instancia" del estado y de Ja poltica por la sociedad y la economa.:;s En su "Prlogo" a la Contribucin a la crtica de la economa poltica, Marx escribe:

    "Con la modificacin del fundamento econ1nico, todo ese edificio descomunal se trastoca con mayor o menor rapidez. AJ considerar esta clase de trastocamientos, siempre es menester distinguir entre el trastocamiento material de las condiciones econnlicas de produccin, fielmente comprobable desde el punto de vista de las ciencias naturales, y las formas jur-

    11111

  • 36 NACIN E INTERNACIONALISMO

    y de su autonoma relativa tomaban tan poco espacio en la obra de Marx. Por cierto que existen muchos anlisis concretos de situaciones concretas en las cuales Marx concede una funcin de preferencia al plano de lo poltico; pero, como seala

    r1 os Aric: "El privilegiamiento del carcter 'poltico' de ciertas situa ciones, que no dejar nunca de recorrer el pensamiento de Marx, pertenecer ms bien a los 'puntos de fuga' del sistema, \ antes que ser deducible del sistema mismo." G3 ., Las mediaciones entre el "concepto" y la "realidad" de la formacin social capitalista y, de esa manera, lo nacional y lo poltico en su condicin de niveles en que esas mediaciones tienen lugar, deberan, sin embargo, formar parte del ncleo sistemtico de la teora marxista. Puesto que ni a corto ni a largo plazo es posible hablar de una inevitable [ naturnotwendige] coincidencia entre tendencias conceptuales y realidad histrica, para no ir ms lejos tomemos la separacin entre "infraestructura" y "superestructura" poltico-ideolgica; en realidad la burguesa no observ, en ninguna fase de su historia, los trminos de esa separacin.64 En ese sentido no estamos pensando solamente en las primeras fases mercantilistas caracterizadas por ser directamente el estado el que puso en marcha y sirvi de motor al desarrollo del capital. Mucho antes de que el capitalismo hubiera desplegado todas sus potencialidades, la burguesa se vio forzada a contrarrestar los efectos de un desarrol!o absolutamente libre de las relaciones de capital. Intervenciones polticas o impulsos "de arriba hacia abajo" estuvieron a la orden del da no slo al comienzo, cuando las relaciones de capital y la burguesa todava eran relativamente dbiles y subdesarrolladas. 1.'ambin ms tarde estuvieron presentes denotando ahora el poder creciente de la burguesa para hacer prevalecer su voluntad y sus intereses. Por lo tanto no pueden ser correlacionados tan slo con una fase del desarrollo capitalista, sea sta de ascenso o de decadencia.

    En variadas formas y funciones acompaaron a ese desarrollo ,Jt travs de toda su historia. Sin ellos sta es inimaginable. Primero para llegar al poder, y despus para conservarlo, la burguesa corrigi y modific las consecuencias de las leyes econmicas de la acumulacin capitalista a travs de intervencio-

    " nes permanentes polticamente motivadas. Las repercusiones del capitalismo que, en efecto, habran sido inevitables bajo la

    o 11( 1 1< : \ /\ 1 .1\ GONC:FPCIN ORICIN/\L DE MARX 37

    I'' C ' l l t isa de un despliegue absolutamente libre de sus contrad 1c e iones econmicas, o sea bajo la premisa de una "determi-11.11 i

  • '

    38 NACIN E INTERNACIONALISMO

    les, constituy el fundamento de todos los estados nacionales modernos. [ La estrategia de hegemona nacional, sin embargo, no slo

    es relevante para la burguesa. As como sta no pudo fundar su dominacin slo en la dinmica inherente a su infraestructura econmica, tampoco el proletariado habr de poderlo. No es posible -al estilo de Marx- seguir considerando al proletariado como a "la clase con las cadenas radicales" cuyos "sufrimientos universales" lo predestinaran a encarnar automticamente en su lucha la lucha por la emancipacin humana

    ' en general. Es decir que ya no es posible presuponer una coincidencia tendencia! entre los intereses particulares del proletariado y los intereses globales de la sociedad en su conjunto. En la medida en que dentro del proletariado existe una diferenciacin y en la medida en que las clases medias y otros

    \ intereses particulares son reproducidos permanentemente como parte del sisten1a en su totalidad, se plantea la cuestin del trato poltico entre las clases sociales que constituyen las mayoras nacionales. La cuestin de la hegemona adquiere de esa manera tambin para el proletariado una importancia de pri-

    ', mera lnea. ...... En la segunda y tercera partes de este libro se consagrar a

    esa problemtica una atencin especial. Para concluir el presente captulo realizaremos ahora algunas observaciones finales.

    En razn de que la tendencia, que sealamos, hacia la diferenciacin (dentro de cada formacin social por separado y entre las naciones) no fue incorporada en sus anlisis del capitalismo, Marx y Engels consideraron que los "restos" de particularismo de tipo sectorial o nacional seran rpidamente eliminados por una nica y relativamente breve ola revolucionaria a escala mundial. Entre varias consecuencias, todo esto tuvo las siguientes derivaciones que en este caso nos importa dtacar:

    ! ] Marx y Engels exageraron sus expectativas con respecto a la "misin revolucionaria" de la burguesa, mientras que, al mismo tiempo, subestimaron el papel de relativa autonoma que social y polticamente podan desempear los sectores medios, en especial el campesinado. Segn ellos los campesinos eran aliados naturales de la burguesa o bien estaban condenados a descender al proletariado. El hecho de que bajo ciertas circunstancias actuasen como fuerza independiente era una po-

    CRTICA A LA CONCEPCIN ORICIKAL DE MARX

    sibilidad que excluan por principio. El Marx de la t.'poc:a del Manifiesto del partido comunista no se planteaba en abso luto la cuestin de la hegemona o de una alianza a largo plazo entre el proletariado y Jos sectores medios.66 Existe un nexo inherente entre la manera en que Marx reflexionaba sobre la relacin entre los proletarios franceses y alemanes frente al campesinado y al artesanado y la inanera en que refle xionaba sobre la relacin de la nacin alemana con las nacio nalidades eslavas oprimidas (conformada, mayoritariamente y en general, por campesinos).

    2J' Marx y Engels conceptualizaron la revolucin socialista en trminos de una reaccin en cadena: si se rompe un eslabn de la misma, todo el resto se derrumba. Por eso apostaron siempre a la nacin que les pareci ser el "eslabn ms dbil" de la cadena, atribuyndole una misin histrica universal. Bajo ninguna condicin estaban dispuestos a reconocer como legtimos los intereses nacionales particulares ni a buscar frmulas de mediacin o equilibrio entre los mismos. En su lugar, equiparaban los intereses particulares de las naciones "histricas" y de sus aliadas con los intereses universales de la revolucin y co1nbatan entonces, por contrarrevolucionarios, a los intereses particulares de las naciones restantes. De esa manera llegaron a la contraposicin criticada por Rosdolsky entre "pueblos totalmente revolucionarios" y "pueblos totalmente contrarrevolucionarios".67 De esta forma tambin llegaron a equiparar la expansin del capitalismo y de la civilizacin con la expansin ele ciertas naciones y regiones, por ejemplo con la germanizacin o la europeizacin de los "pueblos sin historia".

    3] Paralelamente con la sobrevaloracin del carcter revolucionario de la burguesa y de su misin universal, Marx tenda a exagerar la importancia de los "soportes externos" de la reaccin en Europa y era propenso a personalizar y a respon sabilizar a ciertas ''camarillas de conspiradores" o agentes extranjeros por la supuesta "traicin" a las tareas histricas de la revolucin burguesa. As se explica su aversin personal contra el ministro britnico de Asuntos Exteriores, Palmerston, o tan1-bin su odio desorbitado hacia Rusia, a cuya diplomacia secreta l y Engels atribuan, no siempre con razn, la lti1na res ponsabilidad de prcticamente todo lo que hiciera o 1na11ifcstara la contrarrevolucin. Todava en 1891 Engels consideraba a la

  • 40 NACIN E INTERNACIONALISMO

    poltica exterior de la revolucin francesa como un "instrumento del zar".68 Este acento excesivo del papel contrarrevolucionario de Rusia y de su influencia sobre la repblica francesa, junto con la subestimacin de los peligros representados por el militarismo alemn, indujeron a Engels, hacia comienzos de la dcada de 1890, a ir creando dentro de la socialdemocracia alemana una atmsfera propensa a la guerra contra Francia, 69 fenmeno que finalmente se concret en el estallido de 1914.

    r 4. M:ARX DIFERENCIA Y Al\1PLA SU CONCEPCIN ORIGINAL

    Existen numerosos indicios y evidencias de que Marx, despus del fracaso de la revolucin de 1848-1849, ampli, diferenci, relativiz y, en parte, incluso modific su anlisis del capitalismo y su teora de la revolucin. Desde Londres, el sitio ms adecuado para tal empresa durante la dcada de 1850, se aboc sistemticamente al estudio del n1ercado capitalista mundial. Uno de los resultados es que Marx modifica su concepcin original de que la burguesa habra llegado a los lmites de su capacidad de expansin. En los artculos que escribe para el New York Daily Tribune analiza la expansin del capitalismo que, en esa dcada de 1850, se extiende aceleradamente

    /por todo el mundo. Marx llega a la conclusin de que mientras . el desarrollo del capital no haya penetrado en todas las regio

    ! nes ms importantes del viejo mundo, especialmente en Asia, ! la burguesa europea poda postergar indefinidamente su desa/ paricin de la escena histrica.7

    .: Otro resultado de esos estudios es que ahora el mundo de l

  • NACIN E INT.ERNACIONALISMO

    i..!grar la revolucin anticolonial en Asia en el marco de su concepto de la revolucin proletaria en Europa. Sin en1bargo ese paso dado en la dcada de 1850 no fue ms que un sub-

    , producto secundario de su pensamiento. Esto dej de ser as en la segunda mitad de la dcada siguiente, cuando Marx se volc al estudio de la problemtica irlandesa. A partir de entonces esas reflexiones dejaron de tener un carcter principalmente periodstico, para convertirse en una cuestin poltica y estratgica de primer orden en los marcos de la .A.sociacin Internacional de Trabajadores fundada en 1864. En la inanera de abordar y resolver esta nueva cuestin se delinea ya claramente una determinada metodologa. En una carta a Engels, escrita el 2 de noviembre de 1867, Marx deca:

    "Yo acostumbraba a pensar que la separacin de Irlanda de Inglaterra era imposible. Ahora creo que es inevitable, si bien gespus de la separacin puede venir una f ederacin." 7s r- Dos aos ms tarde, en otra carta, esta vez escrita el l O de ; diciembre de 1869, Marx completa su distanciamiento total : de los postulados procla1naclos por l en 1847-1848, por lo me. nos en lo que se refiere a Irlanda:

    'C- "Durante mucho tiempo cre que sera posible derrocar al rgimen irlands con el avance de la clase obrera inglesa [ . . . ] Pero un estudio m;is profundo del problema n1e ha convencido de lo contrario. 1- clase obrera inglesa no podr. hacer nada mientras no se libere de Irlanda. Hay que emplear la palanca en Irlanda. Por eso es que la cuestin irlandesa tiene tanta importancia para el movimiento social en general." 74

    En contra de toda ortodoxia vigente a la sazn, aun de la r:ropia, Marx escribe el 1 de enero de 1870:

    "La actitud de la Asociacin Internacional en el problema e Irlanda es absolutamente clara. Su primer objetivo es ace

    { !erar la revolucin social en Inglaterra. Con tal fin es preciso L asestar el golpe decisivo en Irlanda." 75 .,_ Los elementos esenciales que definen esa rectificacin que

    Marx introduce a su pensamiento pueden ser resu1nidos de la siiente manera:

    --l] La liberacin nacional de Irlanda no slo es posible -como Marx ya haba considerado en la dcada de 1850 para la India y China- sino que adems es ahora una tarea necesaria e incluso la tarea central de la Asociacin Internacional. Desde 1867 hasta la guerra franco-prusiana de 1870, como una idea

    M.\ltX DIFERENCIA Y AMPLA SU CONCEPCIN 43

    (i ja, esa tarea absorbi sus energas polticas en el consejo general de la Internacional.

    2] En directa oposicin a su conviccin personal original formulada en 1848, la liberacin de la colonia (Irlanda) se convierte ahora en precondicin de la revolucin social en la inetrpoli (Inglaterra).

    3) i\iiarx no favorece ya la centralizacin, la asimilacin y la absorcin de la nacin ms pequea por parte de la ms grande. Por lo menos en lo que se refiere a este caso concreto de_ Irlanda, exige ahora su completa separacin estatal.

    4]\ Por ltimo esboza un programa para la revolucin ilandesa, en el cual, a diferencia de antes, no se proclama el hbreca1nbio sino que se exige "proteccin aduanera contra Inglaterra". Marx fundamenta esa reivindicacin con el siguiente argumento:

    "Entre 1783 y 1801 empezaron a florecer todas las ramas de la industria irlandesa. La Unin, que derog los aranceles proteccionistas establecidos por el parlamento irlands, destruy toda la vida industrial en Irlanda." 76

    Qu fue lo que indujo todas estas rectificaciones? :i-a respuesta es que Marx haba reconocido el hecho del desarrollo desigual, extrayendo todas las consecuencias polticas del caso. Las condiciones generales de vida en Irlanda e Inglaterra no haban sido niveladas como resultado del desarrollo capitalista. Por el contrario, en lugar de aproximarse se haban alejado an ms. Irlanda se haba convertido en un pas agrario subdesarrollado e Inglaterra en una moderna potencia industrial. !Vl_arx, por su parte, reconociendo que el desarrollo de la metrpoli .. bloqueaba el de la colonia, haba comprendido la nti1na relacin entre el desarrollo ingls y el subdesarrollo irlands. Ese reconocimiento, por otra parte, lo verti en El cajJital, su obra princi pal.77

    Pero eso no fue todo. El avance del capitalismo britnico en las regiones rurales de Irlanda provocaba la desocupacin de mano de obra. J\.l mismo tiempo, en razn de que el desarrollo de la industria irlandesa estaba bloqueado, las masas agrarias desocupadas no podan ser proletarizadas en Irlanda. Los salarios irlandeses, bajo la presin del desempleo, bajaban, mientras que en Inglaterra suban. Los irlandeses emigraban entonces a Inglaterra, lo que traa como consecuencia que el proletariado britnico se dividiera en una fraccin inglesa,

  • 44 NACIN E INTERNACIONALISMO

    que gozaba de ciertos privilegios, y otra, mal pagada, de origen irlands. Finalmente Marx haba comprendido que la estabilizacin de la dominacin burguesa en Inglaterra estaba ntimamente relacionada con esta situacin, lo mismo que las derrotas del movimiento cartista y el aburguesamiento de una parte considerable del proletariado, que, por ejemplo, en 1867, despus de haber sido introducido el sufragio universal, no vot por sus propios candidatos sino que, en contra de lo que gene_ralmente se esperaba, eligi a los de la burguesa.

    ( La esperanza puesta en los movimientos revolucionarios de '. las regiones perifricas del sistema capitalista mundial, que ya

    se haba anunciado en la dcada de 1850, adquiri en la dcada siguiente, en el caso de Irlanda, contornos bien definidos e incluso fue sistematizada en un esbozo programtico. Tambin en la dcada de 1850 Marx y Engels exteriorizaron por primera vez sus esperanzas en un despertar revolucionario de Rusia, pas que, despus de su derrota frente a Turqua en la guerra de Crimea (1853-1856) y de la liberacin campesina decretada desde lo alto en 1861, haba comenzado a salir de su inmovilidad interna tradicional. En 1863 Marx crey, una vez ms, que la "era de la revolucin est ya abierta en Europa". Y en la misma carta a Engels del 13 de febrero, escriba lo siguiente: "Esperemos que esta vez la lava corra de este a oeste, y no a la inversa." 78

    - El surgimiento de un movimiento moderno de liberacin dentro de la intelectualidad rusa fue la motivacin que indujo a Marx a aprender el ruso e iniciar sus estudios de la estructura social rusa, en especial de la "comunidad agraria" tradicional. Esta tarea le pareci tan importante que hasta el fin de sus das no la abandon ms, interrumpiendo por ella incluso sus trabajos de El capital, de modo que, supuestamente por esta razn, dej> inconclusa la obra de su vida. Engels no siempre mostr comprensin por esta empresa de su amigo, ya que no estaba tan convencido como l de la relevancia de esos estudios.79 Cul fue, finalmente, el resultado de estos estudios? A este respecto Marx dice:

    "Llegu a esta conclusin: si Rusia sigue por el camino que ha seguido desde 1861, perder la mejor oportunidad que jams le haya ofrecido la historia a una nacin, y sufrir todas las fatales vicisitudes del rgimen capitalista." 80

    En la carta a la redaccin de la revista O tiechestviennie

    MARX DIFERENCIA Y AMPLA SU CONCEPCIN 45

    Zapiski, Marx responde a la pregunta en torno a la que se centraban la mayor parte de las discusiones de la intelectuali

  • 46 NACIN E INTERNACIONALISMO

    cin del arrendamiento capitalizado a la inglesa, al que se oponen todas las condiciones rurales del pas." 84

    En los diversos esbozos de respuesta a la carta de Vera Zaslich, Marx fue exponiendo los resultados de sus largos aos de estudios sobre el tema e hizo un intento de esbozar una especie de programa para el "renacimiento social" de Rusia con la comunidad rural y el campesinado como eje. Los dos pilare de ese programa eran:

    1] El desarrollo de la agricultura con base en cooperativas y en la introduccin de maquinarias en gran escala. 85

    2] La organizacin poltica del pas "a travs de una asamblea de campesinos escogidos por las mismas comunas y que sirviera de rgano econmico y administrativo de sus intereses". 86

    Con este programa Marx clt1ba un paso ms en el sentido de una diferenciacin o modificacin de su concepcin original de. .la revolucin: 'j' Ahora reconoca y aceptaba la posibilidad de eludir la

    vcapitalista de industrializacin y 2] vea al campesinado (generalmente en conexin con un

    movimiento de la intelectualidad progresista) como sostn principal en el desarrollo hacia el socialismo.

    Cul es el nexo que une todas estas ideas nuevas de Marx, elaboradas a partir de la dcada de 1860, con su concepcin original? En qu relacin de continuidad y ruptura se ubican? U na posible interpretacin consiste en ver un giro radical, una ruptura, entre el 11arx clsic 9 de fines de la dcada de 1840 y el Mrx de la segnda mitad de la dcada de 1860 en ade !ante. Mientras que el primero se caracterizara por su "eurocentrismo", el segundo habra sido una especie de precursor terico de los modernos movimientos revolucionarios de los pases perifricos actuales. Para citar un ejemplo, Carlos Franco 8 7 cree reconocer en lt1s expresiones y los puntos de vista del Marx maduro una teora global de la "descentracin de la historia". En realidad esa teora no existe. Si bien es cierto que Marx diferenci y relativiz su teora original del capitalis1no y de la revolucin, procurando incluir en ella otros procesos y realidades nacionales provenientes de la periferia del sistema capitalista mundial, no puede afirmarse que lo haya modificado en sus aspectos bsicos. Un buen ejemplo son los re5ultados de sus estudios sobre Rusia, pues por ms revolu-

    1\1.\RX DIFERENCIA Y AMPLA SU CONCEPCIN '17

    cionarios que parezcan ser punto por punto en relacibn con sus opiniones anteriores, no se puede dejar de lado el con-1 exto global del que formaban parte:

    "La revolucin rusa ser la seal para una revolucin proletaria en Occidente, de manera que se completen una a otra, as la actual comuna rural rusa servir como punto de partida de un desarrollo comunista." 88

    En el anlisis de Carlos Franco, y tambin en el de Renato Levrero, no se hace ninguna referencia a esta precondicin fundamental de la va esbozada por Marx para el socialismo en Rusia, esto es, "la revolucin proletaria en Occidente". Marx pona mucho el acento en la especificidad del caso ruso: la estructura de la comunidad rural se haba conservado a escala nacional, pero simultneamente Rusia estaba geogrfica, histrica y culturalmente en contacto directo con el Occidente capitalista. Por ese motivo era posible partir de una interaccin entre ambas revoluciones. En todo caso la revolucin mundial, es decir la revolucin proletaria en Europa occidental fue y sigui siendo siempre el nico "centro" de la teora de Marx.80

    Los textos sobre Irlanda, ms an que los textos sobre H .. usia, pareceran aun ms apropiados para fundamentar la tesis de que l'v!arx habra pasado de una concepcin eurocntrica a una teora de la "descentralizacin de la historia". As, por ejemplo, Carlos Franco dice al respecto:

    "El inters de Marx y Engels [por Irlanda] fue, en un primer momento, un inters derivado de la preocupacin central por la evolucin de Inglaterra y de su clase obrera, reino y clase que constituan su apuesta en la transformacin inundial. Pero pronto, el descubrimiento del tipo especfico de dependencia (econmica y poltica) de Irlanda respecto de Inglaterra y, ul-

    teriorn1ente, de las retroacciones existentes, los condujeron, y muy especialmente a Marx, a elaborar un planteamiento drsticamente diferente de aquel que habr guiado su pensamiento y accin en el pasado [ . . . ] las relaciones entre Inglaterra e Irlanda se constituyeron en una suerte de realidad privilegiada a partir de la cual Marx se asomaba a la construccin de un modelo de las relaciones ms generales entre la econo1na in dustrial desarrollada y las economas campesinas, entre: 111

  • 48 NACIN E INTERNACIONALISMO

    En 1972, Renato Levrero ya haba sustentado una interpretacin similar de los textos de Marx sobre Irlanda:

    "En 1847 crea que la liberacin de Polonia se realizaba en Inglaterra, y en 1870, al contrario, que la liberacin de las metrpolis proceda de las colonias. Iviarx ya no se alej de esta posicin que expresaba el desarrollo desigual de la revolucin como resultado del desarrollo desigual del capitalismo."91

    La relacin muy especial existente entre Irlanda e Inglaterra se ve generalizada y transformada aqu en una teora global de las relaciones entre metrpolis y colonias. Pero entonces se impone preguntar: Por qu Marx otorg a la cuestin colonial en general tan poca atencin? Por qu no inscribi la liberacin de todas las colonias inglesas en el programa de la Asociacin Internacional? Por qu solamente la liberacin de Irlanda? En nuestra opinin, G. Flaupt y C. Weill aportan mucho ms al esclarecimiento de esta cuestin:

    "El caso irlands, que introt!uce una temtica nueva y marca una evolucin importante en el pensamiento de Marx y Engels, no constituye, como a menudo se ha sostenido, un vuelco en la visin de conjunto de la problemtica nacional. l\!Is que de una circunstancia evolutiva de la reflexin de Marx, se trata de una prueba de fuego distinta dictada por una situacin precisa." 92

    En efecto, l\1arx hizo suya y puso tanta vehemencia en la causa de la liberacin irlandesa a raz de ciertas caractersticas muy especficas de los vnculos existentes entre Irlanda e Inglaterra. La cuestin irlandesa se caracterizaba y distingua de la problemtica de las otras colonias britnicas por una dobl peculiaridad, que analizaremos inmediatamente:

    l] Segn Marx la tarea prioritaria de la revolucin proletaria en Inglaterra era derrocar a la oligarqua terrateniente: Pero en su mayor parte los landlords ingleses conformaban simultneamente la burguesa rural en Irlanda. Y su cada era ms fcil de lograr en Irlanda porque la lucha contra ellos adquira all el carcter de una lucha nacional contra una clase extranjera. U na vez derrocados en Irlanda, l\1arx crea que tambi-0 habran de caer en Inglaterra.

    2] Una muy buena parte de la clase obrera en Inglaterra estaba constituida por irlandeses. Ahora bien, mientras los obreros ingleses siguieran identificndose con los intereses de su propia burguesa en contra de los de Irlanda, y mientras Ir-

    MARX DIFERENCIA Y AMPLA SU CONCEPCIN 1!1

    landa siguiera dependiente de Inglaterra, en este ltiruo pab el proletariado seguira escindido en dos bandos: uno ingls y el otro irlands. Esa escisin constitua -segn Marx- una de las mayores debilidades del movimiento socialista revolucionario en Inglaterra.

    Por qu, entonces, Marx y Engels hicieron suya la causa de la liberacin de Irlanda? No porque profesaran ahora los principios de una teora general del desarrollo desigual (Levrero) o de "la descentralizacin de la historia" (Franco), tampoco porque consideraran que la revolucin proletaria en Inglaterra haba pasado a ser cuestin de segundo rango, sino ms bien todo lo contrario, esto es, porque seguan guindose por un concepto global de la revolucin a escala mundial cuyo centro segua siendo la revolucin proletaria en Occidente. Lo hicieron porque confiaban en que la revolucin nacional en Irlanda repercutira en Inglaterra, desbloqueando la revolucin socialista y actuando como detonador de la misma. Lo hicieron porque en ningn momento dudaron de la misin universal que le atribuan al proletariado ingls, y no porque supuestamente, como afirman Franco y Levrero, hubieran reconocido que los intereses universales de la revolucin socialista se encarnaban ahora en los movimientos de liberacin nacional de los pases perifricos.

    Tan sugestivos en otros aspectos, los anlisis de Levrero y Franco no representan entonces ningn avance en la cuestin que aqu tratamos de responder. El interrogante sigue vigente: Cr;n() interpretar la enorme diferencia entre los puntos de vista de Marx sobre Polonia en 1847 y sobre Irlanda en 1867? Q es l

  • 50 NACIN E INTERNACIONALISMO

    condicin de demcrata alemn, mientras que ahora Marx toma partido por Irlanda en su condicin de comunista y miembro dirigente de la Asociacin Obrera Internacional. sta es la diferencia que estbamos buscando! Por otra parte cabe aadir que esa nueva posicin de Marx y Engels no se limitaba solamente a Irlanda. Tambin la liberacin de Polonia les interesaba ahora desde ese nuevo punto de vista. En una carta a Kautsky, de febrero de 1882, Engles escriba:

    "Un movimiento internacional del proletariado slo es posible entre naciones independientes [ . . . ] Mientras Polonia siga dividida y sojuzgada no podr desarrollarse un fue:te partido socialista en el pas, no podr haber un verdadero utercambio internacional entre polacos que no estn en la emigracin y los dems partidos proletarios de Alemania, etc. Cada campesino y cada obrero polaco que sale de su letrgo ara participar en los intereses generales se enfrentan de inmediato con el hecho de la sumisin nacional, que es el primer obstculo que se levanta en su camino. Suprimir e

    _se abstculo es la cn

    dicin fundamental de todo desarrollo libre y sano. Los socialistas polacos que no qerran poner la liberacin de su ps en el primer punto de su programa, me recuerdan a los socialistas alemanes que no querran reivindicar como objetivo prioritario la supresin de las leyes de excepcin contra los socia-

    _Jistas, la libertad de prensa, de asociacin y de reunin. [ . . . ] Creo entonces que hay dos naciones en Europa que tienen no slo el derecho, sino tambin el deber de ser nacionalistas antes de ser internacionalistas: los irlandeses y los polacos.

    1 Cuanto ms nacionales sean, ms internacionales sern."93 !-- Ahora s es posible interpretar exactamente el carcter y la

    dimensin de las modificaciones introducidas por Marx y Engels en sus juicios sobre Polonia, y en especial sobre Irlanda. La liberacin de esas naciones no era ya una cuestin de lucha por la democracia europea contra la nobleza y el absolutismo sino que se haba convertido en parte de la lucha del proletariado internacional contra la tlon1inacin capitalista-burguesa. A partir de la dcada de 1 860, Marx y Engels no argumentaron ms desde el punto de vista de la democracia alemana y europea. Segn ellos la burguesa, como fuerza revolucionaria, haba agotado ya sus posibilidades histricas. Por esa razn abandonaron la concepcin estratgica de una revolucin democrtico-burguesa (que en su segunda fase se desarrolla en

    MAHX DIFERENCIA Y AMPLA SU CONCEPCIN 51

    fonua rpida e ininterrumpida hacia una revolucin proletaria) c:n favor de una revolucin socialista desde el comienzo. M:is

    ; que nunca colocaban ahora los intereses universales de la revo, l 1H:in en manos del proletariado. El problema nacional se

    : convirti, a partir de entonces, en un residuo de la poca demo-cr;itico-burguesa, en un obstculo que amenazaba dividir al proletariado, apartndolo de sus objetivos socialistas.

    A manera de resumen queremos hacer dos observaciones finales para definir de una manera ms precisa la interpretacin que hemos tratado de exponer y evitar algn posible malentendido:

    I] Si bien la revolucin burguesa no ocupaba ms el centro de esa estrategia, esto ? quiere decir que Marx haba abandonado tambin su nocin de un proceso lineal progresivo e ininterrumpido que, partiendo del feudalismo y pasando por el capitalismo, desembocara en el socialismo. Lo nico que en realidad haba ocurrido es que ax se haba desplazado a lo largo de esa lnea evolutiva y ya no se ubicaba l mismo en la fase democrtico-burguesa sino en la proletario-socialista. Pero el esquema haba permanecido intacto, sin ruptura ni interrupcin. Por el contrario. Su opinin era precisamente que la burguesa, al no encontrarse ya en una lnea de ascenso revolucionario, se encontraba automticamente en la fase de su decadencia definitiva e inevitable. En consecuencia, desde el momento mismo en que la burguesa no es ya capaz de impulsar adelante el progreso social, el proletariado ocupa su lugar. . ... fil reconocer entonces que las premisas bsicas de Marx no haban cambiado: el progreso histrico social sin pausa, potencialmente acelerado, y una creciente polarizacin y universalizacin de la lucha de clases, seguan estando en la base de su concepcin.

    2] De ese modo las tendencias a la diferenciacin (como, por ejemplo, el desarrollo desigual, etc.) no fueron incluidas e integradas en su concepcin bsica. Marx consider a los particularismos sociales y nacionales existentes en trminos de residuos del pasado que seran barridos rpidamente en la prirncr gran crisis revolucionaria. En este sentido, para !vf arx los ohjc tivos nacionales de las revoluciones polaca e irlandesa no eran de carcter proletario-socialista sino que seguan sien el o 1 a reas burguesas, aun cuando la burguesa, por haber perdido su

  • 1

    52 NACIN E INTERNACIONALISMO

    lan revolucionario, no quisiera asumirlas ella misma y el proletariado tuviera que hacerlo en su lugar. "

    En la concepcin de Marx y Engels haba habido indudablemente una evolucin, pues, para ellos, la nacin haba sido primero una tarea democrtica en el marco de una revolucin dirigida por la burguesa, y luego se convirti en un residuo de la revolucin democrtico-burguesa inconclusa dentro del marco general de una revolucin conducida ahora por el prole-

    1 tariado socialista. En ese nuevo marco tenan cabida todas las tareas democrtico-burguesas n pendientes. Sin embargo ninguno de los clsicos del marxismo, n_i_ !1Ex ni ,

    Lenin . d:spus, dio nunca el paso siguiente, paso ste que habr1a cons1st1do en conceptuar a la nacin como una caracterstica esencial del socialismo y un objetivo a largo plazo del mismo. Este paso fue dado slo por Otto Bauer, Antonio Gramsci y Jos Carlos Maritegui. A ellos, precisamente, est dedicada la parte 111 de este libro.

    r-" ' ' 5. LA CONTINUACION DE LAS POSICIONES MARXISTAS DESPUES

    .

    L- DE LA MUERTE DE MARX Y ENGELS

    En los aos que siguieron a la muerte de Marx y Engels, todos Jos conflictos se agudizaron an ms, situacin doblemente grave para sus continuadores en la medida en que no haban heredado ningn instrumento terico vlido para encarar con xito esta problemtica. Los esbozos analticos y programticos de Marx, resultantes de sus estudios sobre la cuestin irlandesa y sobre la comunidad rural en Rusia, permanecieron durante dcadas enteras ocultos al conocimiento de la generacin marxista siguiente. La correspondencia entre Marx y Engels, que pone de manifiesto la dimensin de su compromiso con la causa de la liberacin irlandesa, fue publicada slo en 1913. Los textos sobre la comunidad rural en Rusia apenas fueron descubiertos en 1919. Ni siquiera esos esbozos fragmentarios, sin pretensiones de generalidad, formaron parte entonces de la herencia terica de la 11 Internacional, fundada en 1899, y de la ms relevante de sus secciones nacionales: la socialdemocracia alemana.

    H. U. Wehler escribe: "As como la falta de claridad de

    c:oNTINUACIN DE LAS POSICIONES MARXISTAS 53

    l;1 teora del estado en Marx y Engels -el proyecto fragmen-1 :i rio de una comunidad socialista futura- dej un vaco en l :ts representaciones liberales, as l.._ falta de un programa especial en la poltica de las nacionalidades dej sin determinar su espacio de accin. Pero una vez que el partido socialdem-1 Tata se introdujo en el sistema competitivo parlamentario y 1 uvo que sealar puntos y consecuencias concretos en su prog-rama al enfrentarse, por una parte, al dilema bsico entre la conjura verbal-revolucionaria del futuro y por la otra a la necesidad, cay -as podemos suponerlo- en una identificacin subjetivamente sincera entre su posicin y el derecho a la propia determinacin: en el programa liberal de Marx y Engels, la exigencia de un trato humano digno, igualitario de todos los ciudadanos sin tomar en cuenta su idioma. En la medida en

  • 54 NACIN E INTERNACIONALISMO

    de la socialdemocracia internacional bajo la forma de una co

    rriente abiertamente chovinista y socialdarwinista.95

    Mientras que los marxistas ortodoxos, de manera ms o m

    nos pasiva, esperaban que el cpitlismo se derrumbara bajo

    el peso de sus propias tendencias internas y que :ntonces el

    poder cayera automticamente en manos de la socialdemcra

    cia la nica fuerza social y polticamente an intacta (Dieter , . l . . ") 96 Groh califica a esta estrategia de "atenusmo revo uc1onario ,

    el chovinismo de gran potencia y en general las tendencias a la

    integracin en el estado imperialista ganaban terreno e? cada

    una de las cuestiones polticas concretas de todos los dias . . En

    la medida en que los movimientos socialistas en sus respectivos

    pases se convertan en una fuerza poltica considerable, l. nue

    vo peso as adquirido exiga de ellos que tomaran pos1c1ones

    claras con respecto a todos los temas y problemas . poltco en

    discusin. Por el otro lado, con el advenimiento del imper1ahsmo

    ' a finales del siglo, todos los conflictos nacionaes se intensifica

    ron, obligando a los socialistas a definirse. Precisamente cuando,

    gracias al incremento de su peso poltio, endran ,qe hab,

    er 1 pasado a plasmar sus pricipios en reahzciones po1uca

    s prac-

    ' ticas, percibieron la densidad de las realidades nacionales que

    les impeda articular una poltica interncionalist conseuent

    y al mismo tiempo concreta. En esas c1rcunstnc1_a,s la isufi

    ciencia del principio liberal de la autodeterm1nac1on nacional

    qued al descubierto. . . . ,, Los impulsos desde el seno mism del mrx1smo te

    ndients

    a una elaboracin terica de la cuestin nacional y a una defi

    nicin ms concreta del derecho a la autodeterminacin na

    cional provinieron de los grandes estados mltinacionals y de

    aquellas regiones en que la agitacin y .las. d.isputas ac1onale,

    si no haban impedido ya desde un pr1nc1pio la unidad poh

    tica del proletariado, amenazaban ahora con ;omperla; tl era

    el caso de la Prusia polaca, de Austria-Hungria y de Rusia. .

    Tiene indudablemente inucho que ver con su dependencia

    y sus experiencias checo-austriacas el hecho de que desde .

    la

    ortodoxia marxista haya sido precisamente K.arl Kautsky quien

    ms se destac por sus contribuciones a la discusin de la

    problemtica nacional. . . , Las posiciones del marxismo radical las elaboro y sostu

    o

    Rosa Luxemburg, motivada por las discusiones entre los socia

    listas polacos. Pero los aportes ms significativos vinieron des-

    CONTINUACIN DE LAS POSICIONES MARXISTAS 55

    de A:ustr_i, a . trav_s de la persona de Otto Bauer, y de Rusia, por intermedio de Lenin. Si se comparan los puntos de vista de .Marx y Engels sobre las nacionalidades oprimidas por el rimen de la doble monarqua austro-hngara con las proposiciones de los austromarxistas (adems de OJ!q_auer mencionemos a JS!_l Rener) no se puede dejar de rconocer el enorme progreso que representan estos ltimos. Mientras que Marx Y. Engels proponan la radical asimilacin de las minoras naconales, aferndose ete ltio ,,hasta su muerte a la concepcin de los pueblos sin historia , los austromarxistas se esforzaron por revertir el proceso de agudizacin de esa situacin extrmadamente .compleja mediante arreglos y compensaciones tenhe?tes a . satisfacer las aspiraciones de las nacionalidades ?pri1?as. Sin embargo cabe objetar que esos esfuerzos se ins.cri.bieron en el marco global de una estrategia que tena por objetivo conservar Is formas estatales vigentes, reformndolas desde adentro. La interpretacin austromarxista del derecho a la autodeterminacin de las naciones se daba en trminos de n der:cho a la autonoma cultural de las inismas.97 En ltima instancia este concepto no report los resultados esperados eto es, mantener la unidad del estado austro-hngaro por me: dio de reformas. Como sabemos, ste no sobrevivi a la guerra de 1914-1918.

    La etrtegia de una revolucin democrtica, vinculada al recon?c1miento del derecho de las naciones oprimidas a la separacin estatal, tal cmo fue proclamado por los bolcheviques, result se, para Rusia, un estrategia mucho ms realista y que ademas se ad:cuaba mejor a la tendencia (que ya se vislubraba y que .f1nl,

    mente fue predominante en el siglo xx) hacia la descolonizacion y la formacin de nuevos estados, prirr1ero en Eur?P centra.! y meridional, luego en Asia y finaln:iente en Afr1ca. Est_a circunstancia contribuy de manera considerable a. qu: la intrpretacin Ieniniana del derecho a la autodeterminacin nacional, as como sus reflexiones tericas en torno a la nacin, ejercieran una influencia decisiva sobre las fturs generaciones marxistas y se abriera un camino en la istor1a de las ideas socialistas, mientras que el enfocue terico de Otto Bauer cay prcticamente en el olvido a pesar d .conten:r. ele1nentos notables para una teora y una clefin1c1n positiva de la nacin articulada desde el rnarxis111o. (;011 su concepto de nacin en tanto que comunidad prioritaria-

  • I '

    \

    r

    56 NACIN E INTERNACIONALISMO

    mente econmica y poltica, Lenin contribuy a nuestra comprensin de la naturaleza y la dinmica de la nacin burguesa. Acentuando las determinantes psicolgico-culturales de la nacin, Otto Bauer, por su parte, ha aportado la piedra angular para la elaboracin de un concepto ele nacin popular-demcrtica en transicin al socialismo. En la tercera parte de este libro habr de encararse, pues, una discusin detallada

  • r

    84 NACIN E INTERNACIONALISMO

    0

    ' LAS DEFICIENCIAS DEL CONCEPTO fARXIST

    A DE NACION

    Marx y Engels partan del presupuesto . de que denro de l

    totalidad social existe una esfera econmica con legalidad di

    nmica propias que constituye la "infraestructura" de la msma

    y que por lo tanto no slo analticamente sino en la real.

    iad

    misma se encuentra separada de la superestructura pohtico

    ideolgica. A su vez las clase sociales se .con!ituyen en . la

    lucha resultante de su contrariedad econmica. !?e estos pr_1cipios metodolgicos se desprende lgicamente

    que tami.en entre clase y nacin, es decir entre luchas de clase

    s y nacion,

    existe una separacin. Separadas de las clases y de la . ucha

    de clases, la nacin aparece entonces como absoluta negac1on de

    las mismas, es decir como una comunidad humana acabada Y

    perfectamente cerrada y, por otro lado, l lucha d

    ,e. clases .

    pro

    letaria parece moven.f al margen de .as lineas

    .ohucas e ideo

    lgicas nacionales.1 En su forma deuada , la luca del

    proletariado sera expr.esin. de contra.d1cc1

    ones eonmica.s y,

    por esa razn, internacionalista (el me1or y ms irecto aliado ,.del proletariado de una

    nacin sera el prolea;iado de todos

    1 los dems pases). La nacin a su vez exch 1ria la luch de

    1 clases. Como co1nunidad humana absoluta y libre d conflictos,

  • 86 NACIN E INTERNACIONALISMO

    la menor huella de capacidad para desarrollarse, de energa

    para resistir, sin hablar ya de fuerzas creadors." 146 . Tuvieron que pasar siglos hasta que, por fin, esas antiqusi

    mas nacionalidades sirvieran como base para las modernas na-

    ciones: "Una vez separados los grupos lingsticos -as dice Engels

    en otro lugar- fue natural que sirvieran como base ya dada

    a la formacin de estados, que las nacionalidades einpezaran a

    desarrollarse como naciones." 147 Ese sustrato tnico-cultural, que mediante un habla comn

    manifiesta su identidad, segn Engels constituye por natura

    leza la frontera, el fundamento, la esencia de la nacin a la cual

    sta, en su evolucin, debe siempre adaptarse: "Todos los cambios, en la medida en que tienen una dura

    cin, deben llevar en general a dar a las naciones europeas

    grandes y capaces de vivir sus verdaderas fronteras naturales,

    determinadas por el idioma y las simpatas [ . . . ]'' 14

    1 -- No cabe duda entonces -y estos textos, escritos en los ms

    ; variad9. perodos de su vida, lo ponen de nifiesto- 9-ue Engelsl.?:duce .la "nacin" de la "naciona}ida Esta luma : es la variable independiente que desempena un papel imr

    l tante -quizs el papel decisivo- en el proceso de .formac1on \ de las naciones modernas. Incluso habra pueblos, siempre se

    gn la opinin de Engels, que a causa de su nacionalidad seran

    viables y capaces de desarrollarse, mientras que otros, por

    igual causa, estaran para siempre condenados al atraso, a la l dependencia y, por ltimo, a la desaparicin.

    \._ Marx y Engels utilizaron el concepto de nacin en esos dos

    sentidos. Algunas veces previlegiaron uno, y otras, de pronto,

    el otro. En numerosos textos de Engels lo tnico-cultural era

    elevado al grado de factor decisivo e la formacin de. nacio

    nes y en la determinacin de su destino, como, por e1einplo,

    cuando aplicaba a los eslavos austriacos la categora de "pue

    blos sin historia", deduciendo la ausencia de una burguesa

    moderna propia de la incapacidad supuestamente milenaria de

    esos pueblos para lograr el desarrollo. Engels le negaba tda

    posibilidad de renovacin y planteaba c?mo nca lternat1va

    su asimilacin total dentro

  • '

    88 NACIN E INTERNACIONALISMO

    tente entre los dos significados del mismo- mediante la construccin entre ellos de una relacin de esencia y fenmeno.

    _))e esa manera se apart .definitivente de la x:ietodologa mar, ' xista. Dado que el marxismo tradicional subestimaba y en parte

    ignoraba totalmente la gravitacin de la poltica y de la "superestructura" en el proceso de formacin de las naciones, era

    . inevitable que la autntica nocin marxista de nacin,_ basada

    en la existencia de una burguesa y de un mercado nacional, se desviara hacia una concepcin que hace depender el destino de las naciones del factor tnico y de esa manera -como lo seala l.osdolsky- entrara en crasa contradiccin con el ar-

    f xismo.i se escamotea lo subjetivo y lo poltico !, la const1u' cin de consensos como factores de la conformacion de nacio

    nes, reduciendo sta a un movimiento unilateral "de abajo :. hacia arriba" de carcter cuasi naturalista, no es de extraarse

    que la comunidad tnico-lingstica se convierta entonces en la sustanca decisiva, objetiva e invaria?

    ,Ieadeterminante en ltima

    instancia de las fronteras de la nac1on A modo de sntesis, una ltima obse vacin: si se puede de

    cir que existe un esbozo de teora marxista de la nacin, se trata entonces seguramente de la primera de las dos interpretaciones mencionadas, es decir de aquella que acopla y vincula las naciones modernas al desarrollo capitalista burgus. La segunda interpretacin, por el contrario, diluye las fronteras del sistema cotegorial del marxismo penetrando en un campo terico ajeno al mismo. Como sealamos anteriormente, esto no tiene nada que ver con una oposicin entre l\i!arx y Engels. El verdadero dilema consiste en que la primera de esas dos interpretaciones denga tales deficiencias, que hacen irremediablemente necesario recurrir a la segunda para complementarla. A este respecto\a tess que aqu se trata de desarrollar sosti:ne que el marxisO-- :.es, - q.p.az d arribar a una compre.sin terica global del 6:nmeno ncional e'!1 oa su/.

    oll!eleJ_idad

    sin negarse a s mismo en ciertos principios bas1co!:J S1 no acepta renunciar a esa comprensin debe abrirse a otras tradiciones y corrientes cientfico-sociales. Esto, a su vez, puede hacerse de manera consciente y ofensiva, enriquecindose y desarrollndose, sin perder as su continuidad histrica, o bien a la manera de Engels y Kautsky, lo cual lleva necesariamente a una prdida de identidad y a un rompimiento consigo mismo y con su propia historia.

    DEFICIENCIAS DEL CONCEPTO MARXISTA DE NACIN

    fb. Sobre la separacin entre clase y nacin l-

    La fuente de las ambigedades e inseguridades no est en las desviaciones del concepto marxista de nacin sino en el ncleo central del mismo. Si bien es verdad que en l la nacin no aparece difinida en trminos de una formacin ahistrica o atemporal sino que se establecen l()s nexos que la vinculan al desarrollo de la burguesa, el marxismo tradicional, sin embargo, o logra comprender las complejas y mltiples relaciones existetes entre .

    nacin y burguesa. En su lugar construye una relacin mecnica y monocausal que se refleja en la tesis segn la cual la burguesa crea a la nacin porque necesita un ercado interior integradi) En un debate con Maxime Rod1nson, Ernest l\1andel formul esa tesis tradicional de manera muy ilustrativa:

    "La tesis marxista al respecto es que la nacin es el producto de la lucha de una clase precisa, a saber, la burguesa morna. sta es la primera . clase en la historia que crea la nac1on. Ella la crea econmicamente, porque tiene necesidad de un mercado nacional unificado, y elimina todos los obstculos precaitalists, semifeudales, corporativistas, regionalistas, a l a libre circulacin de mercancas a fin de lograr la unidad de este n1ercado nacional. Ella crea esta unidad nacional tambin desde . el . pnto de vista poltico-cultural, porque se apoya en los pr1nc1p1os de la soberana popular, opuesta a la legitimidad de la monarqua, de J a nobleza o de la iglesia, para movilizar

    las masas populares contra las antiguas clases dominantes." uso ! , No cab duda . que ete aspecto de la relacin entre burgues1a y nacin es incuestionable, pero querer reducir a l toda

    ' la relacin no. Precisamente esto es lo que hace el marxismo . .... tradicional al concebir esa relacin como vnculo unvoco e

    instrumental de la burguesa sobre la nacin, sin tematizar los efectos retroactivos de la nacin sobre la burguesa. De ese modo la interioridad y organicidad que constituyen la relacin quedan fuera del enfoque. Y sta es vista en trminos de una racin de exterioridad mecnica e instrumental. Clase y nac1on aparecen representadas as en esferas distintas, externas la una a la otra: la burguesa, "causa" de la nacin, se constituye en una esfera exterior -histrica y lgicamente- anterior a la misma.

    Pero a qu resultados lleva esa concepcin mecnica y uni-

  • 90 NACIN E INTERNACIONALISMO

    lateral de la relacin entre burguesa y nacin? Ante todo se impone el siguiente razonamiento: si la burguesa existe fuera y separada de la nacin, en algn momento habr de prescindir de ella, internacionalizndose. Casi con las mismas pala-

    .J:>ras se expresa Marx en el Manifiesto del partido comunita. : En segundo lugar, la nacin se presenta como producto ;>asio

    de la historia y de la burguesa, como "envoltura" transitoria, como instrumento creado y utilizado por la burguesa, pero en s mismo neutral e indiferente del punto ele vista social. Preci-

    ,..-samente aqu se localiza la apertura en la construccin teria por la que el anlisis marxista tradicional se sale de su propia metodologa y conceptualizacin. Es que esa captacin de la nacin induce a buscar la esencia ele lo nacional en un procedimiento emprico-inductivo, bsqueda que co1nenza ron Engels y Kautsky y que habra de cultni11ar en la fa111osa definicin de Stalin que an hoy, y no slo en la Un irica

    ment: formada, de idioma, de territorio, de vida cc:on

  • 92 NACIN E INTERNACIONALISMO

    posibilidad para la inversin terica del reduccionismo clasista al reduccionismo nacionalista dentro del marxismo?

    G Resumen y perspectiva En contraposicin a la teora del primado absoluto de la

    clase sobre el estado y sobre la nacin que estuvo en la base -del paradigma clsico del internacionalismo proletario durante

    el siglo xx, sobre todo despus de la segunda guerra mundial se fue imponiendo desde la periferia del capitalismo la teora puesta que proclama el primado de la nacin y del estado sobre la clase social. Esta ltima teora se convirti en la base del nacionalismo antimperialista. El deslizamiento sin mayores fricciones de un paradigma al otro fue posible porque, a pesar de su oposicin, ambos partan de un mismo ncleo terico: la separacin entre clases, es decir entre lucha de clases y nacin, una separacin que en ltima instancia se deduce

  • '

    94 NACIN E INTERNACIONALISMO

    llegar a ser histrica y socialmente efectivo, el accionar de la burguesa debe poseer una dimensin poltica e ideolgica, ,... es decir nacional. f inguna clase moderna que aspire a convertirse en sujeto au't

  • 230 HACIA UNA NACIN POPULAR DEMOCRTICA

    y concebir conceptualmente el proceso de disolucin de la nacin.

    Otto Bauer deduce la necesidad del desarrollo continuado y de la pervivencia de las naciones en el socialismo en virtud de que las desacopla de la burguesa y del capitalismo, vinculndolas a ciertas propied:1des genera les ele la naturaleza humana. Ahora bien, para poder l legar a una co111prensin cabal de la funcin y ele Jas transfonnaciones de la nacin en el trnsito hacia el socialis1no c:unforn1e a la dialctica de su realizacindisolucic>n, en oposicin al procedimiento de Bauer trataremos de fundarncntar Ja posibilidad y necesidad de una "nacin sin burguesa", colocando como eje la realidad contradictoria de la nacin burguesa. Y esto quiere decir, en buenas palabras, que, corno el marxismo clsico, partiremos der nexo causal entre la nacin y la sociedad capitalista burguesa, pero con el rasgo distintivo de que la nacin ser comprendida en su naturaleza intrnsecamente contradictoria, ya que son precisan1ente esas fuerzas contradictorias las que, actuando desde su seno, la constrien a continuar una evolucin incesante: slo as surgir la posibilidad de fundamentar tericamente el trnsito de la nacin "burguesa autoritaria" a la nacin "popular democrtica" . .

    3. l>E LA NACIN BURGUESA AUTORITARIA A LA NACIN POPULAR DEJ\10CRTIGA

    La nacin burguesa se caracteriza por cumplir la doble funcin que consiste en ho1nogencizar y unificar a la poblacin dentro de sus fronteras, por un lado, diferencindola y de1narcndola con respecto a las dcn1

  • 232 HACIA UNA NACIN POPULAR DEMOCRATICA

    lismo" est sujeto a limitaciones objetivas bien demarcadas, que en inayor o menor medida impiden su realizacin.

    Ad 2

    Tampoco las barreras que li1nitan la democratizacin e integracin internas ele la nacin pueden ser superadas en los marcos del capitalismo. La divisin clasista de la sociedad pone lmites estrechos a la capacidad de la burguesa para integrar a las masas populares en el sisten1a hegemnico dominante. La realizaci6n de la unidad nacional tarde o temprano se estrella contra la realidad de la do1ninacin y la explotacin de clases. La burguesa puede llevar adelante el desarrollo de la nacin hasta un cierto punto, pero no ms. En consecuencia, bajo la domin;icin burguesa existe siempre una discrepancia entre la idea y la realidad de la nacin. Con el tiempo esa discrepancia tiende incluso a acentuarse, especialmente en situaciones de crisis.

    La nacin burguesa est ligada siempre a un sistema de hegemona, ms precisamente a la hegemona de una clase o fraccin de clase burguesa. Sin esa hegemona no puede existir la nacin. Pero a pesar de ello la nacin no es identificable o asimilable a esa clase o fraccin de clase. La nacin ciertamente se constituye en torno a una fraccin social y a los representantes polticos de sta, pero jams es completamente absorbida por los mismos, sino que los trasciende en todo momento. Su existencia es doble: por un lado existe como sistema hegemnico concreto, por el otro como ideal perfecto de comunidad humana portadora de una misin histrica universal. La fidelidad de la poblacin nacional tiene por tanto los siguientes destinatarios principales:

    1] el jefe de estado o su representante que encarna en su persona el sistema hege1nnico respectivo;

    2] la misin universal inserta en la ideologa nacional correspondiente. Por ejemplo, la realizacin del reino de la razn para los franceses, el desarrollo del espritu universal para los alemanes, o bien otras misiones de tipo religioso como en el caso de algunos pueblos mahometanos;

    3] el ideal de nacin como comunidad humana perfecta y cerrada en s misma.

    ' DE LA NACIN AUTORITARIA A LA DEMOCRTICA ' ' " I ... :>.

    Los representantes del sistema hegemnico pugnan sin cesar para que los otros destinatarios sean identificados con ellos. Sin embargo no logran jams una absorcin completa y definitiva de los mismos. En situaciones de crisis y de trnsito hacia un nuevo sistema de hegemona, el destino de la fidelidad nacional comienza a diferenciarse y a divergir considerablemente. Finalmente, en perodos revolucionarios la idea de nacin termina por articularse con un nuevo sistema hegemnico y con sus correspondientes representantes. De todo esto se colige, en consecuencia, que la idea de nacin en trminos de comunidad humana perfecta con una determinada misin universal denota una mayor estabilidad y persistencia que la realidad nacional concreta representada en el sistema hegemnico especfico. Tambin la misin universal de una nacin puede ir variando con el correr del tiempo. Slo el ideal final subyacente de una comunidad humana cabal permanece constante. Ese desdoblamiento de la nacin en una realidad nacional y un ideal nacional es una manifestacin ms de la estructura clasista de las naciones y de sus contradicciones inmanentes. Adems asegura la persistencia de la nacin en perodos de crisis profundas, pues cuando la realidad nacional se descompone y desarticula, la nacin contina existiendo como representacin ideal. Su continuidad est as asegurada incluso en el caso de una ruptura y transicin revolucionaria de un sistema hege-1nnico a otro. Cada nuevo siste1na de hegemona, para llegar a serlo, debe entroncarse con la "idea" de nacin. sta garantiza la continuidad de la nacin a travs de la historia.os

    ConYiene ahora pasar revista sucintamente a lo visto hasta el momento en este captulo. Primero se examinaron las dos limitaciones inmanentes de todo desarrollo nacional, llegndo se a la conclusin de que las clases burguesas son totalmente incapaces de superarlas. La nacin burguesa es una realidad nunca acabada que siempre tiende a su cabal consumacin y de esa manera termina por trascenderse a s misma. En efecto, como se ver a continuacin, el desarrollo nacional slo puede ser continuado ms all de las limitaciones de la nacin burguesa mediante un movimiento de base, popular democrtico y anticapitalista.

    En este punto es conveniente hacer ciertas precisiones y disquisiciones aclaratorias. Un movimiento como el mencionado, al igual que la burguesa, tampoco puede superar el primero de

  • 234 HACIA UNA ,NACIN POPULAR DEMOCRTICA

    los lmites. Es que el afn de realizar plenamente el parti_cu

    larismo nacional -en un sentido estrecho- conduce al callejn sin salida de un utopismo regresivo y aislacionista; tampoco un movimiento popular democrtico puede ignorar y dejar de tomar mnimamente en consideracin la interdependencia, la divisin internacional del trabajo y la cooperacin en el mundo inoderno. Es obvio que no lo pueden hacer las sociedades ms avanzadas por sus nurnerosas y co1nplejas relaciones internacionales, pero tampoco los pases mantenilos eomicame_

    nte dependientes y subdesarrollados. Un ant1mpenahsmo radc.

    al hasta sus ltin1as consecuencias es, por eso, una construcc1on utpica y engaosa que, por un lado, ni la burguesa ni el movimiento popular pueden realizar plenamente y, por otro, se presta muy bien a servir de vehculo par tod.o tipo d despotismo o burocratismo de estado. El nac1onal1smo ant1mperialista -convertido en programa- lleva al fracaso y a la restauracin burguesa o al despotismo de estado.

    En un futuro socialista democrtico, el destino de las naciones sera entonces muy incierto; mejor dicho, las naciones no tendran ningn tipo de futuro si la defensa ?e su autonoma y particularidad con respecto a otras naciones fuera e nico criterio definitorio de su existencia. Por otra parte, si ste fuera el nico criterio, habra que concluir, adems, que las burguesas -especialmente en los pases dependientes- prcticamente nurica habran sido nacionales. Pero no es as: preservacin y defensa de la autonoma nacional, con referencia al mundo exterior como criterio y condicin bsica de la formacin de la nacin, deben ser doblemente relativizadas, en primer lugar porque tanto para la burguesa como para el movin1iento popular es imposible realizarlas de anera toal. y definitiva, y en segundo lugar porque no configuran la un1ca condicin. La integracin, el consenso y la hegemona

    _ en u

    interior constituyen la otra condicin bn burguesa existente, sin omitir -como Otto Bauer- el nexo constitutivo entre la nacin y el capitalismo, es posible definir los objetivos y fundamentos de una nacin democrtica alternativa, que implique y contenga tanto elementos de continuidad como de ruptura. Pero todo esto bajo una condicin: el trnsito de la nacin burguesa autoritaria a la nacin popular democrtica exige que el eje de esa transicin se defina con preferencia en torno a los objetivos internos de la integracin econmica, poltica y cultural de l a nacin antes que en torno a la defensa del particularismo nacional con respecto al mundo exterior. El establecimiento de la igualdad y la integracin social, del consenso popular y de la democracia integral es la nica perspectiva realista

  • '

    236 HACIA UNA NACIN POPULAR DEMOCRTICA

    objetivistas de Kautsky y Lenin, al de la constitucii:1 e un sistema hegemnico articulador de los elementos objetivos y subjetivos de la formacin social concreta, es posible fundamentar tericamente la posibilidad de una nacin no ligada a la burguesa. Habiendo llegado a tal conclusin se est entonces en condiciones de definir el internacionalismo a partir de lo nacional y no desde su negacin o disolucin.

    Una de las tesis centrales de este libro -cabe recordarlo en este lugar- consiste en no considerar la existencia de un mercado nacional como "causa" inmediata de la existencia nacional y en no tratar a sta como el resultado de un proceso objetivable de crecimiento orgnico, cuasi naturalista, a partir

  • 238 HACIA UNA NACIN POPULAR DEMOCRTICA

    nicin positiva del concepto de nacin que iniciramos con la pretensin de cubrir los vacos dejados por las definiciones tradicionales del mismo. El caso latinoamericano brinda a continuacin la posibilidad de mostrar una vez ms dnde radican los lmites para una aplicacin prctica de la conceptualizacin clsica, as como las perspectivas que se abren a partir de Ja revisin crtica formulada a lo largo de este trabajo.

    4 . DE LA LIBERACIN NACIONAL A LA HEGEMONA NACIONAL

    De aqu en adelante nos ocuparemos de Amrica Latina por tratarse de una realidad ante la cual quedan al descubierto -tal como se ha visto en el captulo sobre Lenin- an ms ntidamente que ante la asitica o la europea las lagunas y los lmites de la tradicional concepcin marxista de la problemtica nacional.

    a. La cuestin nacional en Amrica Latina

    El origen y el desarrollo de las naciones fueron considerados por l\Iarx como un proceso "de abajo hacia arriba". Impulsos y determinaciones en el sentido contrario fueron subesti1nados o descuidados. Esta actitud se desprende de aquella concepcin que ve en el estado burgus un simple reflejo o instrumento de las relaciones sociales, una concepcin que -como bien seala Carlos Franco- se corresponda, en parte, con la realidad europea que sirvi de contexto al surgimiento del marxismo.68

    Esa concepcin de la nacin podra calificarse, en ese sentido, de "eurocntrica", aunque -como ya lo hemos sealadosu aplicacin al caso europeo tan1bin plantea serios problemas. Con todo, esa concepcin terica contribuye sin duda a esclarecer, si no todo, por lo menos algunos aspectos fundamentales de las naciones europeas, no pudiendo afirmarse lo mismo, con igual seguridad, para el caso de las naciones latinoamericanas, ya que esa concepcin deja las especificidades del origen y desarrollo de stas completamente en tinieblas. Como inuy bien lo observa Franco, tambin en Asia se desarrollaron los moviientos de liberacin nacional "de abajo hacia arriba"

    T1

    DE LA LIBERACIN A LA HEGEMONA NACIONAL 239

    en la medida en que tuviron .