Salio PYP nro 54

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Nro. 54 - Año 10 - Julio 2015 - $10 ARRASADOR TRIUNFO DEL FPV EN TIERRA DEL FUEGO / 16 IZQUIERDA CIPAYA Y MOVIMIENTO NACIONAL / 08

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* Editorial * Izquierda Cipaya y Movimiento Nacional * Arrasador Triunfo del FPV en Tierra del Fuego

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Nro. 54 - Año 10 - Julio 2015 - $10

ARRASADOR TRIUNFO DEL FPV EN TIERRA DEL FUEGO / 16IZQUIERDA CIPAYA Y MOVIMIENTO NACIONAL / 08

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LA FÓRMULA DE LA VICTORIA DEL CAMPO NACIONAL

Van quedando, en la oposición antinacional, dos grandes campos: el más abiertamente imperialista, encabezado por el ingeniero juntavotos Mauricio Macri, y el democratista pequeñoburgués librecambista encarnado por el socialismo santafesino, la Dra. Stolbi-zer en la provincia de Buenos Aires, y algunos de sus alter egos ultraizquierdistas.Para los compañeros de Patria y Pueblo (los socialistas de la izquierda nacional) cual-quier candidato del frente nacional es mejor que el “mejor” candidato del campo anti-nacional. Y cualquier candidato elegido soberanamente por el pueblo para representar al Frente para la Victoria es, por definición, el candidato del frente nacional.

El nudo gordiano planteado por el enfrentamiento de Florencio Randa-zzo con Daniel Scioli se resolvió con un acuerdo “por arriba”. Una fór-mula que desesperó a todo el campo antinacional, porque tiene todas las garantías de victoria, ató por decisión de la Dra. Cristina Fernández de Kirchner al actual gobernador de la provincia de Buenos Aires con el más puro representante del kirchnerismo histórico en condiciones de acceder a la vicepresidencia, el Dr. Carlos Zannini.

En su momento, sin embargo, la-mentamos que el FpV se negara a librar una batalla en todos los frentes por el libérrimo derecho del pueblo argentino a expresar soberanamente y sin condicio-namientos sus preferencias elec-torales, reforma constitucional incluida. Perdimos así la posibi-lidad de luchar por nuestro de-recho a reelegir a la compañera Fernández de Kirchner. Cualquier candidato del FpV era un mal menor frente a la reelección.Una vez perdida esa posibili-dad, hubiéramos preferido que la elección del representante de nuestro campo se efectuara en una disputa interna en la cual las diversas tendencias del movi-miento nacional pudieran expre-sarse con la más plena libertad. Esto hubiera requerido, sin em-bargo, quebrar el ambiente de desmovilización específicamen-te política de las masas, a la cual

no es totalmente ajena la máxi-ma conducción del movimiento nacional. Los argentinos somos invitados a sumarnos como con-currentes a celebraciones antes que preparándonos política-mente para ser participantes de la defensa de lo hecho y lo por hacer. Bajo estas condiciones, las inter-nas empezaron a verse atrave-sadas por las mil y una maneras que asume la palabra “traición”. En esas condiciones, la carnice-ría estaba garantizada y la he-rramienta se demostró más pe-ligrosa que una solución vertical del problema.La decisión de volcarse por “el que más mide” (que alguna vez señaló el Dr. Néstor Kirchner, según recordó tras el abrupto cierre de las PASO un periodis-ta que estuvo presente en ese momento) puso fin a la graniza-da de insultos en que se estaba

transformando la interna, y que arriesgaba una fisura irreparable si el crescendo no se detenía.Ya que no pudo haber una PASO real, entonces es fundamental ahora que el candidato que más mide, Daniel Scioli, sea el que gobierne. Toda otra alternativa representaría una defección del mandato supremo de respetar la soberanía popular expresada en las urnas.

La fórmula Scioli-Zannini representa al campo nacio-nal, no solo por los compo-nentes que la integran sino también por el orden jerár-quico que incluye. Corres-ponde ahora galvanizar el poder del futuro presidente, y no encorsetarlo y espiarlo con un intento de someter-lo a un comisariato político que nos debilitaría a todos frente al enemigo común.

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La Farsa de los Juntavotos

Mauricio Macri, a un empresario del “círculo rojo” (al que, según Joaquín Morales Solá, pertenece)1

Esa tajante orden de Macri, difundida por uno de los que construyen su blindaje mediático, es una confesión. Según ella, su “sabiduría” no es la del estadista, sino la del operador político de un poder ajeno. Ese poder no es, como cree Macri, el de los que “saben cómo vender un producto” sino el de los que saben cómo extorsionar al país desde posiciones oligopólicas o monopólicas, con secreto apoyo de alguna gran potencia extranjera. Y es el que pone el programa: el retorno al coloniaje, la vuelta a los 90, el hambre, la desolación, el endeudamiento y la demolición nacional.Buen motivo tuvo Mauricio Macri para ser tan categórico. Su expresión respondía a las presiones que vino recibiendo para unificar su candidatura con la del también opositor al kirchnerismo Sergio Massa, quien como se sabe cuenta con importantes amigos en el “círculo rojo”, empezando por Ignacio de Mendiguren.

El Frente Renovador se disgregó ante nuestros ojos, y tras dudar sobre si seguir intentando una carrera por la presidencia, reducir sus aspiraciones o, simplemente, resignarse a cruzar de una buena vez la frontera del ridículo, Sergio Massa, con encomiable coraje, hizo esto último. Por las dudas, un hombre ducho en quedarse de este lado de ese límite, Francisco de Narváez, parece haber preferido tener que retirarse del esce-nario electoral por una escena de pu-gilato contra un periodista chimentero antes que hacerlo por imposibilidad de rebañar un votito aunque más no sea. ¿Porqué se desmigaja ante nuestros ojos la que en su momento pareció ser la máxima amenaza a la continuidad

El derrumbe de la casa de Massa

(ni hablemos de profundización) del proyecto iniciado en 2003?Por la simple razón de que, salvo en condiciones de extrema extenuación de las masas populares (como sucedió bajo el menemismo), no es po-sible imponer un programa antinacional desde adentro del movimiento nacional.Una de las más repetidas frases de Carlos Marx es la que dice que “la historia suele repetirse, la primera vez como tragedia, la segunda como farsa”. Pues bien: el desmigajamiento del Frente Renovador es, en versión farsesca, el equivalente a la ruina del lopezrreguismo en los ya lejanos (pero siempre presentes, en la medida que el peronismo siga congregando el núcleo abruma-doramente mayoritario del movimiento nacio-nal) días de 1975.

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1 La nación, 7 de junio de 2015: “Macri y Massa, cuando ya es tarde para todo”.

De la tragedia lópezrreguista a la farsa massista

La caída del lópezrreguismo demostró (a propios y extraños) algo que Sergio Massa ahora está sufriendo en carne propia: que cuando un gobierno de rumbo nacional brota de las energías que libera una movilización popular, es imposible capturarlo contra el programa implícito de liberación nacional que siempre tienen esas manifestaciones en nuestra semi-colonial Argentina.Es por eso que –a modo de far-sa- Massa no pudo organizar en su torno un fuerte núcleo antina-cional a partir de juntar los votos conservadores del peronismo antikirchnerista. En el momento crucial, los trabajadores se resisten a esas intentonas. Si no confluyen con la pequeño burguesía en las calles, votan con los pies a favor del movimiento nacional. Y eso, más allá de que a muchos asalariados no les faltan motivos de enojo con el gobierno kirchne-rista. Pero la conciencia nacional del pueblo argentino puede más que cualquier interés inmediato, algo que le cuesta entender al mo-yanismo devenido hoy en fuerza de choque del campo antinacional, como en el paro del 9 de junio.Sin negar su deuda sindical con esas conducciones, los trabaja-dores, en el momento político, buscan un referente presidencial dentro del movimiento nacional, y no fuera de él. Hasta los menos avispados de los referentes políti-cos intermedios (por no hablar de esos misiles balísticos interconti-nentales que son los “barones del Conurbano”) se apresuran en-tonces a encabezar la marcha de sus votantes en pos de ese futuro (esperan) Gran Benefactor desde el centro del Estado.

La última gran victoria política de la clase trabajadora argentina

Se cumplieron el 27 de junio cuarenta años del hecho que de-terminó la expulsión de José López Rega de la política argentina (aunque no, por cierto, de sus sicarios paramilitares y tecnocrá-ticos, que se pasaron en masa al régimen de 1976 apenas cayó Isabel Perón). Su figura, convertida hoy en recuerdo pesadillesco, condensó, para decirlo brevemente, el primer intento histórico de imponer un programa colonial desde el seno de un gobierno surgido de una ola de movilizaciones populares (que culminó, pero no terminó, en el Cordobazo). El movimiento nacional recuperó el poder, pero no pudo capear adecuadamente las inmensas tensiones engendradas por la dis-crepancia entre la Argentina de mediados de la década de 1970, el programa de Perón, que seguía siendo el de 1945, y la profun-didad de la penetración extranjera en nuestro país después del golpe de estado del 16 de setiembre de 1955.Viejos odios y contradicciones que no fue posible superar po-líticamente terminaron consolidando en el poder una camarilla criminal –a la que Jorge Abelardo Ramos desde el Frente de Iz-quierda Popular supo definir como rasputinista- encabezada por el esotérico ex cabo de la policía José López Rega. Traspasada de la voluntad de someter el país al régimen oligárquico e impe-rialista, intentó hacerlo desde adentro mismo del movimiento nacional.Y lo hubiera logrado, de no haber sido por una gigantesca huelga general que paralizó al país, dirigida por la CGT, el 27 de junio de 1975. Al separar a la Presidenta de la Nación del influjo siniestro del “Brujo” López Rega, esa huelga abrió una última y mínima oportunidad al movimiento nacional de superar sus pro-pias contradicciones y reorientarse. Posteriormente, y por motivos demasiado complejos para tra-tarlos aquí, pero que de ninguna manera admiten que se culpe a los trabajadores por los hechos que desembocaron en el 24 de marzo de 1976, esa última intervención masiva de los trabajado-res en la política argentina sufrió una gigantesca derrota, cuyas consecuencias aún sufrimos.

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La Izquierda Nacional tiene varios libros dedicados a explicar las bases de teóricas que llevan a los continuos desencuentros entre las izquierdas anti-nacionales y el movimiento nacional. El objeto de estas líneas no es recapi-tular años de polémica, pero vale recordar que la clave se encuentra en la incomprensión de la cuestión nacional y de la contradicción fundamental en la Argentina (el acaparamiento de la renta diferencial agraria por parte de la oligarquía y su hegemonía política derivada de dicho acaparamiento). En el día a día esta carencia se expresó con el enfrentamiento que sostuvieron en diversos momentos el Partido Socialista, el Partido Comunista y trotskistas como Nahuel Moreno o Milcíades Peña contra el yrigoyenismo primero y contra el peronismo después.¿Cuál es el panorama actual, con partidos “de izquierda” que alcanzan ban-cas y gobernaciones? Nada nuevo bajo el sol.Socialistas del género de Hermes Binner y Roy Cortina se contentan bien con mantener su bastión local o con integrar alianzas con el radicalismo. Desde esos espacios bajan línea de moralismo sin mayor contenido político.

IZQUIERDA CIPAYA Y MOVIMIENTO NACIONAL

En lo que aparentemen-te es la otra punta del espectro político se ubi-ca Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), de orientación supues-tamente trotskista. ¿Por dónde pasa la revolu-ción permanente para ellos? Por la permanente oposición a toda medida que fortalezca el rol del estado argentino en la economía.Semejantes coinciden-cias entre “reformistas” y “revolucionarios” se explica por su común extrañamiento respecto a la Cuestión Nacional. No sorprende en lo que toca al PS, hace largas décadas despojado de toda pretensión de cam-bio profundo de la so-ciedad, pero en el caso de los “representantes de los que luchan”, el odio al kirchnerismo es aún mayor en la medi-da que desde mayo de 2003 algunas de sus rei-vindicaciones las asumió el gobierno nacional. ¿Apoyar manteniendo la independencia polí-tica? Ni hablar, ¡a ver si hay que revisar prejui-cios antiguos!

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Tierra del Fuego es una provincia con “digestión lenta”. ¿Cómo? Claro: desde que es Provincia (1992) viene digiriendo los procesos que se dan en el resto del país a una velocidad más lenta. Ese es el caso del “kirchnerismo”, que recién logra esta victoria contundente, luego de que ya se ha cumplido largamente con la “década ganada”.

El Frente para la Victoria (FPV) se alzó, en el lapso de una semana, con la gobernación, las tres intendencias y una mayoría en la Legislatura!! Triunfo contundente!! El domingo 28, en se-gunda vuelta, Rosana Bertone se im-puso por el 49,72% frente a Sciurano (de UNIRTDF) que sacó el 46%. En tanto Walter Vuoto (FPV) obtuvo un 22,51% de los votos, frente a “Tito” Stefani del PRO, que logró un 18,44%, ganando la intendencia de Ushuaia.

Tierra del Fuego

x Hugo Santos*

La otra cara de la moneda es la catastrófica derrota de Fabiana Ríos (ligada a Hermes Binner), al frente del gobierno provincial desde hace casi ocho años. Apenas puede llegar a salvar la banca que su parti-do, el Social Patagónico, tiene en el Concejo Deli-berante de Ushuaia. En todos los estamentos donde se presentó apenas logró un 5%; cifra insignificante que demuestra, por un lado, el “humor” de la ciu-dadanía con respecto a su gestión, que ha dejado colapsadas la Educación y la Salud públicas. Por el otro, la incapacidad de generar en estos ocho años una masa crítica en su apoyo, para dar una batalla más digna en estas elecciones.La victoria del FPV en Tierra del Fuego también debe verse como el producto del “baño de humil-dad” que pidió la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Como un anticipo de lo que iba a suceder con el lanzamiento de la fórmula Scioli-Zannini, el 2 de Abril de este año, en su visita a Ushuaia, sentó

al referente de La Cámpora y futuro intendente de Ushuaia, Walter Vuoto y a Rosana Bertone, senadora y ya futura gobernadora, alineada con Daniel Scioli, para unificar fuerzas. El actual senador Julio Catalán Magni, candidato a gobernador que contaba con el apoyo de La Cámpora, se bajó de su candidatura. Y así se presentó el FPV.Y la “cereza del postre” fue la alianza que selló la senadora Bertone con el senador Garramuño, miembro del conservador Movimiento Popular Fueguino, que viene votando algunas iniciativas del Gobierno Nacional en el Senado Nacional. Esta alianza partió en dos a ese histórico partido, ya que otra ala del mismo apoyó la candidatura del radical Sciurano.El otro gran derrotado fue Federico Sciurano, actual intendente de Ushuaia, que junto a un sector im-portante de la UCR realizó una alianza con la línea interna del MPF opositora a Garramuño y una

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El Partido Patria y Pueblo va a trabajar,

como lo viene haciendo hace tiempo, junto al

FPV y a Rosana Bertone para hacer de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, una

provincia integrada a las grandes líneas del Pro-yecto Nacional y Popu-

lar, dando respuesta a las necesidades de la gente

y generando las acciones que le permitan a nues-tra Provincia alcanzar un

desarrollo económico estable y en progreso.

serie de “colectoras”. Recibió el apoyo de Macri y de Massa, con lo que su derrota, también es la derrota de estos referentes nacionales.En virtud de los apoyos recibidos, está claro que también en Tierra del Fuego había dos proyectos en pugna. Y el Partido Patria y Pueblo estuvo, como hace tiempo que lo viene haciendo, junto a Rosana Bertone, con el convencimiento de que la senadora representa de manera genuina ese proyecto de reafirmación de la soberanía nacio-nal, con industrialización e inclusión social, que caracterizó a los gobiernos de Néstor y Cristina.Un párrafo aparte merece una singularidad fueguina: nuevamente el voto en blanco superó en porcentaje de votantes a cualquiera de los partidos que se presentaron, incluido el Frente para la Victoria. Es un llamado de atención de la ciudadanía para una Legislatura que ha estado lejos de las necesidades de la gente y cerca de las componendas y negociados típicos de una diri-gencia política que también va digiriendo muy lentamente, que hay un nuevo tiempo donde la política se ha transformado en una herramienta para mejorar la vida de la gente.

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