Leyendas Aymara

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leyendasaymaraRecopilación de Bruno Serrano

Fundación de Comunicaciones, Capacitación y Cultura del Agro, FUCOA. Ministerio de Agricultura

Programa Orígenes Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, CONADI

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Investigación y compilación: Bruno Serrano, Heddy Navarro, Tania Muñoz.

Comité Editorial: Liliana Barría, Gustavo Adolfo Becerra, Geraldine Sagredo.

Revisión: Felino Garcia Choque, Profesor Aymara de Educación Intercultural Bilingüe.

Ilustraciones: Párvulos del Jardín Membrillito, niñas/niños escuela de Guañacagua, Valle de Codpa. Comuna de Camarones. Región de Arica Parinacota.

Diseño y Diagramación: Unidad de Diseño Fundación de Comunicaciones, Capacitación y Cultura del Agro, FUCOA

Inscripción Nº 170200 del Registro de Propiedad Intelectual

ISBN: 978-956-7215-35-5

Marzo, 2008

Santiago, Chile

Hecho en Chile

Impreso por: Grafic Suisse

1° edición: 1000 ejemplares

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Presentación 7Introducción 9

Primera ParteTatu y su capa de fiesta 12El cerro Pusiri y el viejo andrajoso 15Los pumas grises 17Estrellitas temblorosas 19La poza embrujada 21El cóndor y la doncella 23Cuento del Eqeqo 25Los Achachilas y la veta de plata 27

Segunda ParteCuentos de animales 30Cuento al cóndor 31Cuento al zorro 32Cuento al lagarto 34Cuento a la víbora 35Cuento al venado 37Cuento a la hormiga 39Cuento al escarabajo 40Cuento a la vicuña 43

Glosario 45

Índice

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La Fundación de Comunicaciones, Capacitación y Cultura del Agro, FUCOA, dependiente del Ministerio de Agricultura, y el Programa Orígenes de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, iniciaron en el año 2007, un trabajo conjunto destinado a aumentar la sensibilidad y la institucionalización de la temática indígena.

En este contexto, se definió y se realizó una serie de actividades, cuyo objetivo es-pecífico fue promover la identidad cultural de la población indígena rural de Chile. En esta línea se llevó a cabo este trabajo de recopilación de leyendas aymara.

Esta recopilación se realizó en base a un vasto trabajo de análisis de los relatos aún vigentes en sectores del norte del país, donde se concentra la mayor parte de la población aymara y donde los relatos siguen siendo transmitidos oralmente en las comunidades indígenas de las zonas rurales.

Pensamos que el trabajo realizado cumple satisfactoriamente el objetivo inicial. Por lo cual, ponemos a disposición de toda la ciudadanía la publicación de este volumen. En él se resume la labor de muchas personas, instituciones y artistas, pero lo más trascendente es que refleja la expresión cultural de un pueblo que permanece activo, entregando su aporte al patrimonio del país y a sus ciudadanos que lo integran.

Presentación

Liliana Barría Iroumé Vicepresidenta Ejecutiva

FUCOA

Fernando Quilaleo AguirreCoordinador Nacional Programa Orígenes

CONADI

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El pueblo aymara habita desde muy antiguo en los territorios que, en el presente, corresponden a Bolivia, sur del Perú, norte de Argentina y Chile.

Es un pueblo profundamente religioso que ha regido todos los ámbitos de su existencia por los ciclos de la naturaleza. La vida es concebida en forma circular, como el camino del sol: del oriente viene la luz y las lluvias y en el occidente está el ocaso donde se pierden las aguas y el desierto.

Sus cuentos y leyendas procedentes de sus diferentes pisos ecológicos: altiplano, pre-cordillera, valles, desierto y ciudad, giran en torno a la reciprocidad y al orden andino, donde el ser humano, su entorno y todo lo vivo habitan en armonía y equilibrio.

Todos estos cuentos en prosa o verso, hablados o cantados, son de origen oral y su objetivo es la enseñanza regida por las tres normas de la moral andina: Janiwa lunthatañasa, janiwa k'arisiñasa, janiwa jayrañasa: "No robar, no mentir, no flojear". Surgen y aluden a la flora y fauna de cada lugar, siendo la presencia del zorro, el cóndor, el lagarto, las niñas y niños adolescentes una recurrencia en la mayoría, a la que se suma la picardía y las enseñanzas que giran en torno a las características de estos personajes tales como astucia, la fuerza, la ingenuidad y los poderes de la pachamama.

Introducción

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Los cuentos denominados sallqa de los animales, están referidos a los seres que pueblan la naturaleza: el cóndor (kunturi), el zorro (achalari, tiwula), el armadillo (kirkhinchu), el picaflor (lurinsu), la vicuña (wari), la llama (kawra), los que antes "antes fueron gentes". Por ejemplo: el cóndor macho se llama Mariano y la hembra María, y a las aves, animales, peces e insectos se les atribuyen virtudes y defectos humanos tales como la bondad, el engaño, la codicia, la desobediencia.

Esta obra se nutre de relatos orales recogidos y traducidos a textos escritos prove-nientes de distintas fuentes, entre las que se cuentan: recopilaciones regionales, libros de tradición local, sitios web, medios que destinan los pocos espacios que existen a difundir y preservar la rica cultura del pueblo aymara.

En la presente recopilación se han incluido dos partes con el fin de ordenar en forma coherente dos tipos de expresión: una, la de los relatos al modo tradicional, y otra la de la sallqa de los animales salvajes que al lector le parecerán poemas, y que son más bien "cuentos cantados", lo que indica que estamos frente a una cultura que posee una forma de expresión correspondiente a su lengua y cosmovisión originaria.

Tras esta explicación sólo resta introducirse en los cuentos e imaginar que recorremos los lugares donde se han vivido estas historias.

Los invitamos a valorar, además, las ilustraciones de niñas y niños del jardín infantil y la enseñanza básica de la escuela de Guañacagua, (Comuna de Camarones, Región de Arica y Parinacota) quienes, inspirados en estos relatos, han creado las ilustra-ciones representando a los personajes de la sallqa, contribuyendo así a motivar su lectura, el conocimiento de la sabiduría de este pueblo y su traspaso a las nuevas generaciones.

Bruno Serrano Ilabaca

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Primera Parte

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Las gaviotas andinas se encargaron de llevar la noticia a todos los rincones del Altiplano, avisando que cuando la luna estuviera brillante y redonda, los animales estaban invitados a una gran fiesta a orillas del lago Titicaca.

El lago se alegraba cada vez que esto sucedía, pues sus riberas, a veces tristes, se llenaban de vida por el entusiasmo con que sus vecinos celebraban la ocasión de verse y conversar de los últimos acontecimientos.

Cada uno se arreglaba con esmero para esta oportunidad. Se limpiaban sus plumajes y pieles con los mejores aceites, para que resplandecieran y todos los admiraran. Y entonces se escuchaban murmullos de admiración cuando algún invitado aparecía ataviado con prendas majestuosas y deslumbrantes.

Todo esto lo sabía Tatú el quirquincho, porque en años anteriores había asistido a algunas de estas fastuosas fiestas que su querido amigo Titicaca gustaba de organizar.

Esta vez quería ir mejor que nunca, pues había sido nombrado integrante muy principal de la comunidad. Y comprendía la responsabilidad que esto significaba...

El Tatú era honrado y digno. Esas eran las cualidades tomadas en cuenta al investirlo de este título que tanto lo enorgullecía. Ahora quería deslumbrar a todos para de-mostrarles que no se habían equivocado al elegirlo.

I

El tatú y su capa de fiesta (Mito Aymara de Bolivia, Perú y Chile)

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Faltaban muchos días, pero apenas recibió la invitación se puso a tejer un manto nuevo, elegantísimo, para que su presencia fuera espectacular. Era famoso como buen tejedor, y se concentró en hacer una trama tan fina como esas maravillosas telarañas suspendidas entre rama y rama de los arbustos.

Ya llevaba bastante adelantado, cuando pasó cerca de su casa el zorro (achalari), que gustaba de meter siempre su nariz en lo que no le importaba. Al verlo, le preguntó con curiosidad: "¿Qué haces?". "No me distraigas, que estoy muy ocupado", le res-pondió el Tatú, pues el zorro le producía cierta inquietud. "¿Estás enojado?", insistió el visitante. "¿Porqué habría de estarlo?", contestó el Tatú. "Entonces dime, ¿qué estás haciendo con tanto afán...?", replicó curioso el zorro. "¿No ves que tejo una capa para ponérmela el día de la fiesta en el lago?", insistió cansado el Tatú. "¿Cómo?", sonrió el zorro irónicamente: "¿Piensas ir esta noche con eso que todavía no terminas?". El quirquincho levantó sus ojos, algo miopes, de su trabajo, y con una mirada perdida y angustiosa exclamó: "¿Dijiste hoy en la noche?". "Por supuesto. En un rato más nos encontraremos todos bailando...", dijo, disimulando la risa, el zorro.

¡Qué fatalidad! ¿Cómo pudo haber pasado tan rápido el tiempo? Siempre le ocurría lo mismo... Calculaba mal las horas. Al pobre Tatú se le fue el alma al suelo. Una lágrima rodó por sus mejillas. ¡Tanto prepararse para la ceremonia! Había imaginado tan distinta la fiesta de lo que sería ahora. ¿Tendría fuerzas y tiempo para terminar su manto tan prolijamente iniciado?.

El zorro percibió su desesperación, y se alejó riendo entre dientes. Sin proponérselo había encontrado la manera de inquietar a alguien. El Tatú tendría que apurarse mucho si quería ir con vestido nuevo a la fiesta: ¡ji, ji, ji!.

Y así fue. Sus manitos continuaron el trabajo moviéndose con rapidez y destreza, pero debió recurrir a un truco para que le cundiera. Tomó hilos gruesos y toscos que le permitieron avanzar más rápido. Pero, la belleza y finura iniciales del tejido se fueron perdiendo a medida que avanzaba y quedaba al descubierto una urdimbre más suelta.

Finalmente terminó su tejido y Tatú se engalanó para asistir a su fiesta. Entonces respiró hondo, y con un suspiro de alivio miró al cielo estirando sus extremidades para sacudirse el cansancio de tanto trabajo.

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En ese instante se dio cuenta del engaño: ¡La luna todavía no estaba llena! Y lo miraba curiosa desde sus tres cuartos de creciente... Un primer pensamiento de furia contra el viejo zorro cruzó su cabecita. Pero al mirar su manto bajo la luz brillante que caía de las estrellas, se dio cuenta de que, si bien no había quedado como él lo imaginara, de todos modos el resultado era de auténtica belleza y esplendor.

No tendría para qué deshacerlo. Quizás así estaba mejor, más suelto y aireado en su parte final, lo cual le otorgaba un toque exótico y atractivo. El zorro se asombraría cuando lo viera... Y, además, no le guardaría rencor, porque había sido su propia culpa creerle a quien tenía fama de travieso y juguetón.

Simplemente el zorro no resistía la tentación de andar burlándose de todos... Y siempre encontraba alguna víctima.

Pero esta vez fue al revés: el zorro le había hecho un favor. Porque Tatú se lució cau-sando gran sensación con su manto nuevo cuando llegó el momento de su aparición triunfal en la fiesta de su amigo Titicaca*.

* Lago situado en el altiplano de Bolivia. Es el lago navegable situado a mayor altura del mundo a 3809 m.s.n.Fuente: http://www.geocities.com/athens/forum/6413/leyendas/tatu.html

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Había fiesta en el pueblo. En la casa (uta) los músicos zampoñeros* esta- ban comiendo cuando llegó un viejo vestido con andrajos. Algunos invita- dos lo corrieron al tiempo que lo insultaban diciéndole: "¡Váyase viejo mocoso!"

Los músicos lo defendieron asegurando: "Todos llegaremos a viejos".

Luego lo lavaron con cuidado y lo invitaron a almorzar con ellos. El viejito, antes de entrar a la casa de los músicos, se encontró en el corral con una señora que cargaba una guaguita, y la señora dijo: ¡Ay tata!,¿kunat jumaxa akhama thathapacha sarnaqtasa kawkit purjtasa kunaraya pasjtamsti tata? (¡Ay tata señor! ¿Por qué andas así tú tan harapiento, tan perdido, qué te pasa, de dónde vienes?...). Por su parte, el cabecilla de la fiesta dijo: "¿Qué quieres viejo inmundo? ¡Váyase de aquí ahorita no más!".

El viejito, una vez que terminó de almorzar dijo: "Me iré… Pero, amigos zampoñeros, váyanse de aquí muy lejos, sin mirar atrás porque algo terrible va a pasar". Y también se lo comunicó a la señora que cargaba su guagua (wawa). Los músicos y la señora salieron del pueblo y, cuando estaban en lo alto del cerro, miraron hacia el pueblo… Y en un momento se convirtieron en piedra.

Para llegar a Pusiri Collo, hay que caminar más de dos horas y en el pasado los habitan-tes de Socoroma subían al cerro Phusiri a rogar por sus cosechas y hacer ceremonias, por considerarlo cerro sagrado. Antiguamente se podía ver en las grandes piedras a los músicos con sus zampoñas, y también a la señora y su guaguita.

II

El cerro phusiri y el viejo andrajoso (Leyenda de Socoroma*)

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* Caserío, Prov. de Parinacota. Nombre al que se atribuye los siguientes significados 1) no se filtra el agua del aymará chucur-que, no se filtra y uma, el agua; Nombre que se obedece a ruido de agua que se siente en profundas grietas existentes en terrenos cercanos al sitio en que está asentado, sin que se filtre o brote; 2) Yuca blanca, del quechua sorco, canas y ruma, yuca o mandioca; topónimos asociados: Nevados, quebrada.* Zampoña, o siku: flauta de siete u ocho cañas. Se asemeja a la Flauta de Pan (Occidental).Fuente: http://www.geocities.com/athens/forum/6413/leyendas/tatu.html

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El abuelo le dice a su nieta: "Mira este lago inmenso y azul, hijita. El lago Titicaca. En el fondo… están los pumas grises". "¿Qué pumas, abuelo?", preguntó con mucha curiosidad la niña. "Pumas grises"… Eso significa "Titicaca"

en nuestra lengua aymara. Es una historia antigua, muy antigua…

A lo lejos se escuchaba una hermosa y triste melodía de zampoña y el ulular del vien-to. El abuelo le contó que Apu Qullana Awki había creado el mundo, la tierra, el cielo, los animalitos… y la gente. Cuando terminó de crear, el Apu Qullana Awki fue a vivir a los cerros de nieve y dijo con voz muy poderosa: "Sean felices. Vivan tranquilos en este paraíso que les doy".

En aquellos tiempos, este lago era un valle hermoso. No había envidia ni peleas en-tre la gente. El único mandamiento del Apu Qullana Awki era no subir a la montaña sagrada, donde él vivía.

Entonces el hombre le dijo: "¿Y por qué no vamos a subir? Queremos ser poderosos como él".

Así fue como desobedecieron. Pero cuando subían el cerro se escucharon unos terribles y escalofriantes rugidos…

III

Los pumas grises (Leyenda del Lago Titicaca. Bolivia)

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Muy preocupado el abuelo musitó: "El Apu Qullana Awki hizo salir de las cuevas muchos pumas grises que devoraron a la gente. Casi todos murieron". Entonces, el padre Sol, tata Inti, lloró sin consuelo durante cuarenta días y cuarenta noches. Las lágrimas del Sol fueron haciendo una laguna, un gran lago que ahogó a todos los pumas. La poquita gente que se salvó, dijo: "qaqa titinakawa... Ahí están los pumas grises… Titi-caca".

La niña preguntó: "¿Así nació este lago, abuelo?"

"Y así renació nuestro pueblo, la gran nación aymara, agradecida del padre Sol, nuestro tata Inti y bendecida por la Pachamama". Y por eso rezamos nuestras oraciones al tata Inti, al gran Wiracocha, a nuestra madre tierra… la Pachamama.Pero el abuelo se puso triste y dijo a su nieta: "Mira el lago, hijita, el lago de los pumas grises. Después vinieron otros pumas que nos despedazaron. Nuestros hijos escupieron sangre en la mina, nuestras hijas mancilladas y humilladas por los blancos. El padre Sol lloró otra vez por nosotros…"

Pero el mundo da vueltas. Ahora está de cabeza. Al revés, injusto. Pero se endere-zará. Habrá un "pachakuti". "¿Sabes qué dijo Tupaj Katari cuando los españoles lo descuartizaban?". "¿Qué dijo, abuelo?", preguntó desconsolada la niña." Me matarán. Pero mañana volveré y seré millones", respondió el abuelo: "Pero mañana es hoy, muchacha. Aquí estamos, la gran nación aymara, los hijos y las hijas del Sol y de la Pachamama junto a nuestro sagrado lago Titicaca.

Fuente: Recopilación de Javier Albó, antropólogo e investigador boliviano. Recogida en la isla Jisk'ata, Puno, Perú. (www.aymara.org)

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Sumajuya y Cusicoiller eran dos jóvenes aymara enamorados. Él le susurra- ba al oído: "Ninguna es como tú, mi dulce Cusicoiller". Y ella respondía: "Eres el dueño de mi corazón, Sumajuya".

En el altiplano, el cielo de la noche es un esplendor de estrellas. Los amantes acos-tumbran tenderse bajo su manto para jurarse amor y demostrar su pasión. Sumajuya y Cusicoiller, aprovechando la oscuridad, se daban cita secretamente...

"Mis padres me prohíben verte. Dicen que eres brujo, que sólo me harás daño. Pero yo te amo más que a mi vida", le decía Cusicoiller.

"¿Ves las estrellas? Todas ésas que brillan temblorosas son las almas de novias tristes que murieron de amor", le decía Sumajuya.

"Yo no quiero morir. Cada día es más difícil enfrentar a mi padre. Llévame contigo", respondía Cusicollier. Y se estremeció pensando en su propia vida y unas lágrimas rodaron por sus mejillas. La noche se alargaba haciéndose más oscura, y en los ojos de los enamorados, el reflejo tembloroso de una estrella se agrandaba amenazadora.

"No temas, Cusicollier. No dejaré que mueras. Mañana, apenas se oscurezca y las sombras cubran la tierra, huiremos a un lugar lejano. Allá seremos felices, nadie se interpondrá en nuestro amor...", le prometió Sumajuya.

IV

Estrellitas temblorosas

(Leyenda andina de amor entre Cusicoiller y Sumajuya)

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La noche siguiente huyeron por el bosque, siguiendo el sendero que conducía hacia las afueras del pueblo. La Uta de la familia de Cusicoiller quedaba en el camino y su perro preferido la reconoció, empezó a ladrar y todos los moradores despertaron.

"¡Es Cusicoiller. Está huyendo! ¡Cusicoiller, mi hija adorada, regresa a casa! Sumajuya es un brujo!... ¡Un brujo!".

La luna se ocultó para proteger a los amantes. Pero los familiares de Cusicoiller acu-dieron rápidos al camino y detuvieron a los dos fugitivos. A Sumajuya le dieron una paliza, tan dura que le dejaron desmayado y sin fuerzas. A Cusicoiller la amarraron para nunca más dejarla salir.

"Sumajuya"..., repitió la niña y la única respuesta a su llamado fue un silencio pro-fundo. Los amantes nunca más se volvieron a ver. Cusicoiller sollozando repetía: "Sumaj... Sumajuya"...

La niña, cada vez más triste, murió de nostalgia. Cuando Sumajuya fue a rondar la casa de su amada, se enteró de la triste noticia. Vencido por el dolor, corrió a la pampa donde se habían jurado amor eterno, y en medio de su llanto pudo contemplar, en la negra bóveda del cielo, una nueva estrellita temblorosa que acababa de nacer.

Fuente: Radialistas Apasionadas y Apasionados. www.radialistas.net

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Había, cerca del río que parte en dos el camino que va desde Guañacagua hasta Chitita, una vertiente que entregaba, desde lo más profundo de la montaña, transparentes aguas, que con mucha gracia se fueron estancando

hasta formar una poza de agua dulce, a la cual acudía toda la gente del sector para calmar su sed.

Bajo ese chorro de agua dulce se formó una gruta misteriosa. Y de ella, varias mujeres, habían visto salir a una misteriosa mujer muy joven y hermosa que se refrescaba con los agradables y fríos salpicones de agua que burbujeaban en las adormiladas aguas del pequeño estanque.

Junto a la aparición de la bella mujer los jóvenes del sector iban desapareciendo uno a uno. Todo indicaba que las desapariciones sucedían cuando estos jóvenes se acer-caban a la refrescante poza.

Un anciano quiso desentrañar el misterio y sacrificó a su joven hijo. Nada le dijo de sus intenciones, y le mandó a buscar agua de la poza de la vertiente. Luego, le siguió y escondido tras unos arbustos vio como su hijo sacaba agua. Cuando ya daba vuelta para marcharse escuchó una voz de mujer llamando a su vástago.

V

La poza embrujada (Leyenda del poblado de Guañacagua, Valle de Codpa, Primera Región)

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En efecto, la mujer, que era una princesa inka hechizada, comenzó a aparecer en la poza y el joven maravillado por su belleza desnuda no pudo resistir al llamado. Ex-citado hasta la locura comenzó a desnudarse, y con señas comunicaba a la hermosa mujer que ya iba a su encuentro.

Se empinó en los pies y se zambulló en las aguas. Luego de un rato, en la palma de la fresca y hermosa mano de la mujer había un sapo, que con sus grandes ojos afligidos miraba la belleza del rostro hechicero.

Después de un rato, la joven besó al sapo en su hocico y lo lanzó a la orilla de la poza.

El anciano, triste, contó a la gente lo ocurrido con su hijo. Pero, a pesar de todo, los jóvenes no resistían la idea de ir a ver una belleza tal; y así de ese modo, la hermosa y fresca vertiente, con sus apacibles aguas es habitada por cientos y cientos de sapos, que desde un tiempo ido, y hasta hoy lloran y lamentan el encuentro con la hermosa y dulce mujer, y que de un momento a otro puede aparecerse a cualquiera, tal como ayer, hoy y siempre.

Fuente: Parlama Chakjta. “El Abuelo Relata”. Milanés – Fernández. Comuna de Camarones. 1998. Arica - Chile.

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Dicen que en tiempos antiguos, antes de awtiwa pacha (tiempo de escasez) en el mes de junio, cuando hacía más frío que en todos los demás meses, un cóndor llamado Mariano salió a buscar una niña muy fuerte y bien formada

para casarse con ella.

Era el tiempo vacío cuando la tierra descansa del largo trabajo de producir y dar frutos. Este tiempo se llamaba el awtichiri, tiempo seco y vacío y era un buen tiempo para comenzar a acicalarse para el tan esperado casamiento.

Así pensando, Mariano se acercó al penacho más cercano al ayllu y miró a las mucha-chas que se preparaban para la fiesta del awtiwa pacha. Vio a varias que se apuraban en atar sus trenzas, en ponerse a las espaldas la ikiña para llevar sus pertenencias y una le llamó la atención por ser la más alegre.

Se acercó a ella volando y al llegar a su casa la rodeó por detrás y se presentó vestido de fiesta. Era un señor bastante apuesto y a la muchacha, que se llamaba María, le gustó su facha y su porte.

No se demoró mucho en ofrecerle matrimonio e invitarla a vivir con él en las alturas. Le habló de tener hijos y enseñarles a volar, de buenos granos y mucha carne para el alimento de la familia y de ver el sol desde las alturas, como también la noche con estrellas y luna.

VI

El cóndor y la doncella

(Leyenda de los Andes bolivianos)

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Pero María aún quería conocer más jóvenes y no se quiso casar.

El cóndor se fue a las alturas y decidió que nunca abriría su casa, que era el palacio de las alturas, a aquella tan tonta niña.

Luego se acercó a la niña un pájaro llamado Alejo o alqa amaru, muy bien nutrido y cuyas plumas lo hacían ver ágil y muy interesante.

Esta vez le ofreció otras promesas. Que iría con ella hasta el valle, que traerían frutas secas y mucho maíz. Era huérfano y por eso las muchachas correteaban alrededor de él haciéndole señas y jugando a esconderse.

Así era el más mujeriego y por eso a María le hacía gracia. Cuando le propuso casarse, se sintió muy agradada porque todas las niñas lo cortejaban. Pero se asustó de nuevo y recordó al cóndor, pensando que la casa del rey de los animales debería ser mejor que la de este hombre pájaro que no sabía volar hasta los malkus.

"No quiero casarme todavía", dijo y se fue por los cerros a buscar nuevas aventuras.

Así fue como se encontró con Lari, el zorro. Muy silencioso, al lado de una piedra, al verla avanzar, buscó unas ropas abandonadas y sacudiéndolas un poco se puso en facha de conquista, entre unos cactus candelabro y unas piedras.

Le gustó a María el silencio y el viento que eran los únicos sonidos que se escuchaban. Se sintió muy tranquila y cuando él le ofreció quererse y quedarse a vivir entre las piedras, aceptó porque ya no le quedaban pretendientes.

Pasó el tiempo y ya todos decían que había despreciado al rey de las alturas, al se-gundo y bien formado rey del llano y se había conformado con el zorro silvestre, el menos cotizado de todos los animales y seres humanos en cuerpo de animales que había en el universo.

Así fue como el cóndor siguió viendo a María desde las alturas y ella suspiró y temió al rey teniendo que sufrir e ir tras el zorro por el resto de su vida.

Fuente: Radialistas Apasionadas y Apasionados. (www.radialistas.net)

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Antiguamente, muchos milenios atrás, había un aymara cuyo nombre era Iqiqu. Era fornido, de estatura baja, humilde, bondadoso, caritativo y son- riente.

Iqiqu fue un hombre bueno que buscaba una vida armoniosa entre los hombres, y por dondequiera que andaba predicaba las buenas costumbres. Donde había problemas y llantos llevaba la solución, la consolación y la alegría.

Un día, por sus cualidades maravillosas, recibió poder de Apu Qullana Awki (Dios Pa-dre Divino) que moraba en las alturas sagradas de Khunu Qullu (Montaña Nevada). Con este poder, Iqiqu había logrado realizar grandes hazañas. Dicen que manejaba grandes piedras, secaba el agua, trasladaba rocas y montañas solamente con hondas y su voz. Todo le obedecía; por eso le gente le seguía de cerca.

Iqiqu tenia una honda y una ch'uspa (bolsa). Así caminaba por las montañas, cerros, pampas y por las riberas del Lago. Al que lloraba le consolaba y hacía reír; al que no tenía productos se los proporcionaba; a los que querían casarse los juntaba para formar su hogar.

Un día vino el Awqa (ser maligno) con su gente sanguinaria. Su aspecto era de un hombre barbudo, de tez blanca y con genio muy malo. Awqa se portó muy cruel.

VII

Cuento del eqeqo(Leyenda de Puno, lago Titicaca, Perú)

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Atemorizaba a los aymara y persiguió a Iqiqu. A los que le seguían los desbandó, a otros los asesinó ferozmente y a algunos los obligó para que no le apoyen.

Cierta vez Iqiqu llegó a un ayllu donde Awqa también había instalado su posada para seguir persiguiendo a Iqiqu. Mientras éste iba promoviendo diferentes formas de ayuda mutua, Awqa y su gente malvada, lo rodearon y capturaron.

Lo torturaron y despedazaron el cuerpo de Iqiqu. La cabeza, los brazos, las piernas y otras partes del cuerpo fueron desparramados por todas partes del altiplano y en las cordilleras, a fin de que no vuelva a formarse el cuerpo, porque tuvieron miedo al poder que tenía Iqiqu.

Nuestros abuelos dicen que cada una de las partes del cuerpo de Iqiqu está tomando forma y ha empezado a revivir. Otros dicen que cada parte del cuerpo se ha levantado y está en camino hacia Wiñay Marka (Ciudad Eterna). Un día no muy lejano, induda-blemente, llegarán a Wiñay Marka. Se juntarán y Iqiqu tomará una fuerza sobrenatural que reunirá y llevará adelante a su pueblo.

Renacerá la nación Aymara y tendrá mucho poder en el Universo.

Fuente: Aymara Uta. Tradición oral recopilada por Victor Ochoa. (www.aymara.org). Bolivia

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Un arriero, que una noche transitaba por el camino que sube al Cancharani, oyó un estruendoso tropel de animales de carga, vino a su encuentro un indio que le intimó a que se regresase, porque no podía seguir adelante, el

paso estaba obstruido y si insistía su muerte era segura.

El arriero retrocedió alguna distancia y acampó en un lugar cercano al Cancharani. Pero a cierta hora de mucha oscuridad quiso cerciorarse de lo que había ocurrido, y se dirigió al sitio donde había recibido el aviso. Y escondiéndose al costado del camino vio desfilar una gran cantidad de mulas cargadas de grandes bloques de plata.

Una de las bestias se embarrancó rendida por el inmenso peso de su carga. El arriero fue en su auxilio y notó que el animal se encontraba con una canilla rota. Le descargó la plata que llevaba, la que pesaba mucho, y señalando bien el lugar volvió asombrado a su alojamiento.

Al día siguiente vino a buscar la carga y no la encontró: la mula había desaparecido y en el sitio donde cayó sólo había un saltamontes con una pata quebrada, que cojeaba penosamente.

VIII

Los achachilas y la veta de plata (Leyenda de los cerros sagrados, región de Puno, Perú)

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El genio del cerro con el inmenso poder que posee había transformado a todos los saltamontes de este lugar en mulas, con el objeto de arrancar las riquezas que ence-rraba en su seno y trasladarlas al fondo del Lago Titicaca.

Desde esa noche asombrosa comenzaron a desaparecer las vetas que se encontraban en todo el sector de Cancharani.

Fuente: http://punomistico.blogspot.com/2005/11/achachilas.html

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Segunda Parte 1

1 *Segunda parte del libro, denominado Cuentos de Animales, Sallqa de las bestias silvestres ha sido publicado como parte tercera del libro Hacia un Orden Andino de las Cosas. Recopiladores: Arnold, Jiménez y Yapita (quien actúa como traductor del aymara al español). Hisbol / Ilca, La Paz, 1992.

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Cuentos de animales

Ciclo de sallqa a las bestias silvestres*

En la cosmovisión aymara, el campo tiene calidad y rango de cuerpo vivo: la Santa Madre Tierra, Pachamama, que genera vida: flora, fauna y comunidad humana.

El ayllu representa la comunidad humana y la sallqa, la comunidad de flora y fauna silvestre.

El orden andino de las cosas es reflejado en el rescate de la tradición oral aymara.

El lenguaje y ordenamiento para la enseñanza de las canciones y cuentos a los ani-males silvestres es el ciclo de la sallqa.

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Cuento al cóndor(Ilustración de Adolfo Cruz, 10 años)

Kuntur achilas jilatay,

wtichiri jilatay,

Awti t"ayan t"aysutay,

awti q"anan q"ansutay,

Awtichiri jilatay,

awti ch'uñun ch'unsutay,

janiway jilatay, janiway wiyajirüktati

Awtichirïta jilatay

Maxt'arakipï jilatay, purt'araki

imillirukït staw, jilatay

janiwaya jaqiktati jilatay.

Hermano cóndor, nuestro abuelo,

hermano hacedor de la época del vacío,

Enfriado por el frío del vacío,

Tostado por el calor del vacío,

Hermano hacedor de la época del vacío

Helado por el frío del vacío,

No eres hermano, pues, no eres viajero,

Tú eres hacedor del vacío, hermano,

Pues un joven también llegó, hermano,

dices que tienes jovencitas, hermano,

Pues, no eres gente, hermano.

Page 32: Leyendas Aymara

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Cuento al zorro(Ilustración de Catalina Ajata, 3 años)

Mmillanakaruw utar mantir

sika, arama imillanaka qapkiri, sika

—Tulux tulux— sas,

—Kullaka, lakay lakay lakay lakay— imilla-

naka "tulux— sayatäwi, "tulux—

qap(u)

si, q'ala lakay lakay lakay yasta urjtankiw, Si, pa-

cha q"anani, "tiw tiw tiw— urux q"anani

"tiw tiw tiw—. "Janir munatñantis

parlaqt'astti, alala wayña, alala wayña, yast

alala wayña, p"istism p"istis, alala wayña,

p"istism p"istism, Alala wayña,

Apur apur, alala wayña, p'ut p'ut p'ut"

tasin, t"uquntk si.

Ukat maynaka wintanat llupakipasji si,

kuna t"ant" allanakanti, kawkinakanti

Donde las jóvenes a la casa suelen entrar,

dice, en la noche mientras las jóvenes hilaban,dice,

—Tulux tulux—, diciendo

—Hermana, charla, charla, charla, charla—

las jóvenes habían hecho sonar "tulux—,"tu-

luk—,hilaron,

dice, todos, charla, charla, charla, ya está de día,

dice, ya está aclareciendo,"tiw tiw tiw— el día está

aclareciendo "tiw tiw tiw— "No he hablado aún con

mi amor, ¡Ay que frío! ¡Ay que frío! ¡Ya está hay, qué

frío! ¡Vestite, vestite! ¡Ay que frío! ¡Vestite, vestite! ¡Ay

que frío!¡Apurate, apurate! ¡Ay que frío!

p'ut p'ut p'ut, sonando,

se pone a bailar, dice.

Luego otras se taparon las ventanas, dice,

con algunas ropas viejas, por donde parece entrar la

Page 33: Leyendas Aymara

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leyendasaymara

q "anantanirämäki sik,

män t uqkim mayni cha.Ukat, —kullaka—

—Kunata wich'inkamt kun takxätsma—

—Janiw—

—Kunat kunakij shi—

—Ukakiskipï, kullaka,

alala wayña, parlaqt'asikiñani, kullaka apur

apuray parlaqt'asiñani, kullaka,

alala wayña, alala wayña " sas,

t"uquntkiriw sika.

Ukat, —Alala wayña, p"istism p"istism p"istism

kullaka, apur apur, kullaka p"istism,

p"istism,

in(a) jin(a) sarxäñani—.

Imillanaka janiw utat ast mistjiti,

—P"istism p"istism, kullaka,

alala wayña, alala wayña—

T"uqt'ir munatñantis parlaqt'astwa,

alala wayña—

ast t"uquntk,

si,

Mayanti q"anantanxiw

si, —Qaw qaw, qaw qaw— sas,

jap'sutäw siw, mäki imillanak anturpatáw

sika…jaqïmakti amuyji…

Kunatija.

claridad, dice

En un momento el otro bailaría. Luego, —Hermana—,

—¿Por qué, te he pisado la cola?—.—¡No!—

—¿De qué? ¿Qué sería?

"Eso nomás es pues, hermana

¡Ay que frío hablaremos

nomás, hermana,

Apúrate, apúrate, hablaremos, hermana,

¡Ay qué frío,

¡Ay qué frío! —diciendo, suelen bailar, dice.

Luego,—¡Ay qué frío! Vestite, vestite, vestite,

hermana,

apúrate, apúrate, hermana,

vestite, vestite,

Vamos, vamos, nos iremos ya—.

Las jóvenes no salían de la casa,

—Vestite, vestite, hermana,

Ay qué frío, ay qué frío!—

Con la que quiero hablar hablé,

¡Ay qué frío!—

Pues se pone a bailar,

dice

Una vez más la claridad entra,

dice, —Qaw qaw, qaw qaw— diciendo,

Había salido, dice, había soltado a las jóvenes

rápidamente, dice… Pensaría que era gente…

¿Qué sería?

Page 34: Leyendas Aymara

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Cuento al lagarto(Ilustración de Cristián Medina Elías, 4 años)

Winkt'asm winkt'asm jilatay dilata,

Janiw inatak winkuntati,

Inch"irupini winkuntata

qalarupiniw winkuntant jilatay,

Winkt'asma winkt'asma,

t"uqt'asm t"uqt'asmay jilatay,

Paqarakipï latur latur iknaqantay,

jilatay,

Janipiniw latur latur iknaqantati,

jilatay,

Jaqïmpiniw sarnaqant(a),

jilatay,

Munisiñatak jilata,

Arktas winkt'asta tisinti jilatay

saw

Sika.

Tendete, tendete, hermano, hermano,

No vas a tenderte en vano,

A eso siempre vas a tenderte, hermano,

A la piedra siempre vas a tenderte, hermano,

Tendete, tendete,

baila, baila, hermano,

Toda la noche pues de un lado a otro te revolcaste,

hermano,

No vas a dormir siempre revolcándote,

hermano,

Como la gente siempre vas a vivir,

hermano,

Para que querernos, hermano,

Persiguiendo te tiendes decente, hermano,

diciendo

Dice.

Page 35: Leyendas Aymara

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Cuento a la víbora(Ilustración de Lissety Cruz Calle, 3 años)

Kataris jaqïriw siw.

Q'alitüriw uka sika

—Kawkinkarakta Q'alitu— siriw.

Imillanaka parlay,

—Kawkinkarakta—

—Nä aka manq"ankta— siriw,

—nä jutanï—. —Iyaw—.

—Mä ch'ank"a muruq'u churasitay—

siriw, sika.

Yast ukat

ch'ank"a muruq'u imilla irkatasitäwi si,

—Uka ch'ank"at katjitänta—.

—Iyaw— sasaw.

Yast,

uka chánk"at arkantatäwi

imillanaka si.

Hasta la víbora suele ser gente, dice.

Suele ser pelado ése, dice

—¿Dónde has estado, Peladito?— suele decir.

Sabe encontrar chicas, dice

—¿Dónde has estado pues?—

—Estoy aquí adentro—, suele contestar

—Voy a venir—. —Ya—.

—Un ovillo de caito dame pues—,

suele decir, dice.

Después de eso

la chica le había entregado un ovillo de caito dice,

—Me vas a encontrar por medio de ese caito—.

—Bueno— diciendo.

Ya está,

de ese caito le habían seguido

las chicas, dice.

Page 36: Leyendas Aymara

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Ukat,

mä qala p'yan

katarikiw q "urq" uskikunas utjit

Kunas utjit si Mä akan jikjatäkirakitäw, si.

Ukat,

Mä ukan jikjatakirakitäwi,

si,

Janiw kunas utjitï, katarikiskiw.

Ukat, chachasti,

—Ukätpï— sakitäwi,

siw…

Uk isapirit nä.

Luego,

en un agujero de piedra,

una víbora nomás está roncando

Nada había dice.

Luego,

En otra ocasión le había encontrado nomás también,

dice,

No hay nada, víbora nomás está.

Y luego, el hombre,

—¡Eso soy pues!— había dicho,

dice…

Yo sé escuchar eso.

Page 37: Leyendas Aymara

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leyendasaymara

Cuento al venado(Ilustración de Guiselle Molle, 9 años)

Katari, tarukas jaqikirakïriw

sika,

kunsa aram,

imillanakär ikakatatäw

sika.

—Kun satarakïta—

—Lurinsu puchalit—

si.

Ukat

—Waxrani (ju)ma arkt'asita,

pupuy pupuy p"aqari chq" ukipatata—

—Lurinsu Puchal(it) satäta.

Pupuy pupuy p"aqari chq" ukipatata—

sa( sa)w

sika.

Hasta la víbora y el venado eran gente nomás

también,

dice,

algo en la noche,

se había acostado al lado de las jóvenes,

dice.

—¿Qué te llamas?—.

—Lorenzo Puchalito—,

dice.

Luego,

—Tú puesto con cuernos encima,

puesto con flores de pupuy pupuy—.

—Me llamo Lorenzo Puchalito.

Estoy puesto con Flores de pupuy pupuy—,

diciendo

dice.

Page 38: Leyendas Aymara

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Ukat

—Ukapacha janichim jaqïrikt—

sik,

—Ñaxuktaka—.

—Lurinsu satäta,

uka p"aqarikisjiw—

sakitäw

sika siw.

Ukakirakiw.

Luego,

—¿Entonces, tal vez no sueles ser gente?—

dice,

—¡Feo eres!—.

—Me llamo Lorenzo,

esas son flores nomás—,

Había dicho,

dice que dijo.

Eso nomás es también.

Page 39: Leyendas Aymara

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Cuento a la hormiga(Ilustración de Marya Manzanares, 12 años)

Sik'imira jaqikirakïriw

siw.

Ukat

uka maxt'anakän,

inch"piriw

si,

—Sintur P'ilätapiña—

—Janiw, nä kun mä antätti—.

Kunarakisti

inch"ipi,

—Kun maq'atätti—

Si,

—Uk maq'atätpiña ukatpï uk"amastkta—

sakirakitäw

si…

La hormiga también suele ser persona nomás,

dice.

Luego,

esos eran galanes,

mm ¿Qué decía?

Dice

—Eres de cintura delgadita pues—,

—No, yo no he comido nada—.

¿Y eso, qué es?

mm qué es?

—No he comido nada—,

dice.

—Eso pues me he alimentado, por eso soy así—

había dicho nomás también,

dice…

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Cuento al escarabajo(Ilustración de Ana Zuñi Navea Zana, 8 años)

Pankataya ukat jaqikirakiw

Si,

imillanakar jikjatatäwi,

sik sha,

imillanakar jikjatatäwi

—Kun satätw—

Siw

Si

Uk(a) janiw amtktti....

—Uk satatpï—

inch"i

—Uk satät—.

Ukat, inch"ipï,

—Q"alti jut"anï—

atäw

siw,

Luego, el escarabajo es gente nomás

Dice,

Había encontrado a las jóvenes,

Diciendo dice,

Había encontrado a las jóvenes,

—¿Qué me llamo?—

Dijo,

Dice.

Eso no recuerdo…

—eso pues me llamo—

Mm

—Me llamo eso—.

Luego, mm,

—Mañana voy a venir—,

Había dicho,

Dice,

Page 41: Leyendas Aymara

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leyendasaymara

—Q"alti qal astnaqkä akana—

satäw

siw

—Ukat juma jutanintapï,

Kuna Mariya, kun satät—

siw sik,

uk sas

—Alt'anitatapï. Ukat nä jut"anï—.

Ukat jut"anisan

—Iyaw—

sas.

Palachu saratáw

si.

Ukat

q"alti quq apt'asit

sarakirakitäw siw, imilla.

si

Ukat

pankatayaki

—Jap'jap'jap'kati—

si

—Kunarak akaka—.

Laq' uka chuq"umuchatäw imilla

si(w).

Ukat

aramay iranti,

—Ay jik"inay, ay jik"inay. Waritant

—Mañana voy a estar manejando piedras

aquí—,

había dicho,

Dice,

—Después tu vas a venir después,

¿María qué? ¿qué me llamó?—

dice que dijo,

diciendo eso

—Me vas a llamar pues. Luego, yo voy a venir—.

Luego viniendo,

—Bueno—

diciendo.

La joven había ido,

dice.

Luego,

En la mañana, agarrada la merienda,

Había ido nomás la joven,

Dice,

Luego,

Un escarabajo nomás,

—jap'jap' se me asomó—

Dice,

—¿qué es esto?—.

La joven había punzado al bicho,

Dice.

Luego,

En la noche llega,

Page 42: Leyendas Aymara

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chuq"tasistak jik"inaru— satäwi

si.

Ukat ukat "Jik"inay"

sas…

—Ay jik"inay jik"inay—

sas

Ukat

—Ukäskatati—

—Janipï—

—Jaqitakistaka—

—Janiw nä jaqijtti—

naru, satanáw,

si.

Uk"amak uk yatta,

uka laq'u kuñtuka…

—¡Ay mi espalda,

ay mi espalda!—

Diciendo,

Había llegado,

Dice.

—¡Ay mi espalda,

dice

Luego,

—¿Ese eres tú?—.

—¡No pues!—

—¡No eres pues para la gente!—.

—No soy gente—

A mí me había dicho,

Dice.

Así nomás sé eso,

Ese cuento del bicho…

Page 43: Leyendas Aymara

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leyendasaymara

Cuento a la vicuña(Ilustración de Marcos Cruz, 7 años)

Ukat tarukat inch"i… Waris mirin maxt'riw

si,

suma maxt'akïriw allqa kalsunani.

—Jumá Manis jaqimájtati—

—Nä jaqishta,

nä kunarä jan jaqikiristti.

Suma ak"am,

paru surmiruni maxt'askt nä,

ak"am iñjatitay—.

Ukat uk jan amtktti…

Lumat lum jap'aqui,

lumat lum, qalat qal sariri

sasaw kirkt'atäw

si,

—Wal wari jap'naqiriki—,

sasaw kirkt'atäw

si.

Hasta la vicuña suele ser un joven merino,

dice

suele ser un joven elegante con pantalón pío.

—¿Tú no pareces gente?—.

—¡Soy gente!

¿Yo por qué no voy a ser también gente?.

Bien así,

con sombrero pardo, soy un joven, yo,

¡Mírame pues así!—.

Pues, eso no recuerdo…

Salta de loma en loma,

de loma en loma, de piedra en piedra suele ir,

diciendo, había cantado,

dice,

—La vicuña suele correr bien—,

diciendo había cantado,

dice

Page 44: Leyendas Aymara

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Uk jan sum yatti.

Wari tantasan sarxi,

mä ask "am wariki sarj(i)

si,

uk"am kuñt isapir¨ta.

Urak ná yatta

qalata qalat jap'naqiri

Eso no sé bien.

La vicuña levantándose se fue ya,

Así una vicuña nomás se fue ya,

dice,

así sé escuchar el cuento,

Eso nomás sé yo,

suele saltar de piedra en piedra.

Page 45: Leyendas Aymara

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leyendasaymara

Achachilas: abuelos / Divinidad enmarcada en las montañas

Achalari: zorro

Aillu: comunidad humana

Alqa Amaru: serpiente de dos colores (quechua) / Tierra dura o seca (aymara).

Ama quya: no mentir (quechua)

Ama suya: no robar (quechua)

Ama yuya: no flojear (quechua)

Aymara: pueblo originario de la región andina

Apu Qullana Awki: Dios Padre Divino

Awqa: ser maligno

Awti Chiri: tiempo seco

Awti Timpo: mes del frío

Cancharani: cerro de la región de Puno, Perú.

Codpa: Caserío, Prov. de Arica. Significa pedregal, del aymara kollpa.

Cusi Coiller: lugar

Collo: cerro

Glosario

Page 46: Leyendas Aymara

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Chitita: caserío del valle de Codpa. Comuna de Camarones. Primera Región.

Ch´uspa: bolsita tejida para llevar hojas de coca

Eqeqo: personaje andino mitológico que trae bienestar a las personas.

Guañacagua: caserío del valle de Codpa. Comuna de Camarones. Primera Región.

Ikiña: manta usada como mochila

Imilla: niña, muchacha, chiquilla

Inka: Estado andino originario de los Andes centrales del Perú que se extendió desde

la cuencas del río Vilcanota, hasta Colombia , Argentina y Chile.

Kawra: llama

Kirkinchu: armadillo. Usan su caparazón para hacer charangos.

Khuma Qullu: montaña nevada

Künturi: cóndor

Lurinsi: picaflor

Malkus: cerros

Mojssa: mujer joven, moza

Puno: localidad andina de Perú

Pachakuti: El término quechua Pachakuti sugiere una transformación o re-vuelco de

largo alcance tanto espacial como temporal.

Pusiri : cuarto

Pacha: lugar, espacio, territorio

Pacha Mama : madre tierra

Qaqa Titinawaka : nombre original del lago Titicaca (Perú - Bolivia).

Sallqa: cuento. Embustero

Siku : flauta de caña

Socoroma : Pueblo que se ubica a 3.060 metros de altura, en la quebrada de Socoroma

a 125 Km. de Arica y a 30 Kms. de Putre. Región de Arica y Parinacota.

Sumajuya : joven aymara enamorado en leyenda andina de las estrellas.

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leyendasaymara

Tatu : nombre alternativo del quirquincho

Titicaca : es el segundo lago más grande de Sudamérica y el lago navegable más

alto del mundo. Está ubicado en el altiplano peruano-boliviano a unos 3.800 msnm.

Su profundidad máxima se estima supera los 281 m. Estas medidas aumentan en la

época de lluvias.

Tupaj Katari: líder del levantamiento indígena andino de finales del siglo. La tradición

oral le atribuye haber dicho la frase "a mí solo me mataréis, pero mañana volveré y

seré millones".

Wari: vicuña (camélido andino)

Warmi: mujer

Wawa: bebé, niño pequeño.

Wiracocha: deidad mayor andina

Wiñay marka: ciudad eterna

Zampoñeros: músicos andinos que tocan la zampoña, instrumento de cañas.

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