LCDE087 - Glenn Parrish - El Rastro de Los Inmortales

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LTIMAS OBRAS PUBLICADASEN ESTA COLECCIN

82 Marte, ao 5000 Glenn Parrish 83 Los conquistadores de Ruder A. Thorkent 84 Y despus... Qu? Curtis Garland 85 Los dos cerebros de Sullivan Keith Luger 86 Terror en rbita Curtis Garland

GLENN PARRISH

EL RASTRO DE LOS INMORTALESLA CONQUISTA DEL ESPACIO n. 87 Publicacin semanal.Aparece los VIERNES.

EDITORIAL BRUGUERA, S. A.BARCELONA - BOGOTA - BUENOS AIRES - CARACAS - MEXICO98

Depsito Legal B. 4.829 1972

Impreso en Espaa - Printed in Spain

1.a edicin: abril, 1972

GLENN PARRISH - 1972 texto

ANTONIO BERNAL - 1972 cubiertaConcedidos derechos exclusivos a favor de EDITORIAL BRUGUERA. S. A. Mora la Nueva, 2. Barcelona (Espaa)

Todos los personajes y entidades privadas que aparecen en esta novela, as como las situaciones de la misma, son fruto exclusivamente de la imaginacin del autor, por lo que cualquier semejanza con personajes, entidades o hechos pasados o actuales, ser simple coincidencia.

Impreso en los Talleres Grficos de Editorial Bruguera, S.A.Mora la Nueva, 2 Barcelona 1972

CAPTULO PRIMEROSumido en un ominoso silencio, Harry Varna escuch el consejo de su segundo.Tiene que esfumarse, jefe; no le queda otro remedio dijo Black Sanders.Lawrence Franks, abogado, corrobor las palabras de Sanders.No hay otra solucin, Harry aadi. La orden de detencin est a punto de expedirse. El Gobierno, bien lo sabes, lo ha tomado con gran inters. Ciertamente, no intervendr en la justicia, pero har todo lo posible para que no puedas escapar.Y bien? Suponiendo que me atrapasen, qu condena me correspondera? pregunt Varna, rompiendo al fin su obstinado mutismo.Menos de veinte aos, de ninguna manera. Lo ms probable es que el juez te sentencie a una pena comprendida entre los veinticinco y los treinta aos respondi el abogado.Varna se estremeci.Un cuarto de siglo! exclam.Por lo menos insisti Franks.Haga lo que le digo, jefe terci Sanders. Lrguese adonde sea, pero muy lejos de Londres. Cmbiese la cara, disfrcese... o lo enchironarn por el resto de sus das.Varna iba a cumplir los cuarenta aos, pero tena an un aspecto magnfico. Haba cometido innumerables tropelas y era el causante de la muerte de ms de una persona, pero era lo suficientemente inteligente para comprender que, al fin, y por mucho cuidado que hubiese puesto en sus delictivas acciones, Scotland Yard estaba a punto de triunfar en un duelo que duraba ya desde haca ms de diez aos.Cambiar de cara musit.No es seguro objet Franks. Los buenos cirujanos se negaran a ello, la prensa ha hablado de ti demasiado en los ltimos tiempos. Y no creo que te agrade ponerte en manos de un vulgar cortacaras.Lo ideal sera cambiar el aspecto por completo dijo la mujer que haba estado callada hasta aquel momento.No digas tonteras, Lori refunfu Varna. Cmo voy a cambiar de aspecto por completo? Crees que hay algn mdico capaz de convertirme en un hombre bajito, gordo y calvo? Y aun as, yo tampoco querra cambiar a esa apariencia.Lori se atus el frondoso cabello, hbilmente teido de color ceniza.Como quieras, Harrycontest. Pero en tu lugar, yo...Calla de una vez ataj Varna secamente. Est bien se dirigi a los otros, maana os har saber mi decisin. Supongo que tendr tiempo hasta entonces, no es as?Franks se puso en pie y recogi su portafolios.No te demores mucho ms aconsej. Pasado maana, se har una interpelacin sobre ti en el Parlamento. El escndalo ser gordo, creme. La oposicin est dispuesta a derribar el actual Gobierno y t puedes ayudarles mucho. Vamos, Black?Como usted quiera, seor Franks respondi Sanders.Varna y la mujer quedaron solos. Ella camin ondulantemente hacia el bar, llen dos copas baln y entreg una al hombre.Harry, recuerdas de dnde me sacaste? pregunt.S, estabas de enfermera o algo as con un sabio luntico, que haca no s qu diablicos experimentos contest Varna.Exacto sonri ella. El doctor Penobscue.Sentado en su silln, Varna alz un ojo para mirarla crticamente.Adonde quieres ir a parar, guapa? pregunt.Lori le mir por encima de su copa.Te quiero ms de lo que t crees respondi. Por eso no deseo que te metan en la crcel por un cuarto de siglo. Tendras un aspecto horrible al salir, con sesenta y cinco aos a las costillas!Sesenta y tres, en todo caso puntualiz l, de mal talante.Y yo tendra sesenta, Harry.Varna salt en su silln.Cmo! Quieres decir que tienes ahora treinta y cinco aos? Pero, si no...No lo parece, verdad? Lori dio una vuelta sobre s misma, orgullosa de su magnfica silueta. Pues s, son treinta y cinco aos, aunque a ti te dije hace cuatro que slo tena veintisis.Vaya refunfu Varna. Eso es un timo.Lori se ech a rer.No parece que lo hayas considerado as durante estos cuatro aos exclam. Pero, volviendo a lo del doctor Penobscue, tengo noticias de que sus experimentos, que ya iban por muy buen camino, han tenido un xito completo. Ah, y adems es muy sensible a los encantos de los billetes de Banco.Qu hace ese matasanos? Corregir narices de Pinocho?Algo ms, querido, algo ms Lori tom un sorbo de coac y luego, con deliberada lentitud, agreg. El doctor Penobscue trasplanta cerebros.* * *El doctor Penobscue estudi crticamente a su visitante.Ejem, ejem! De modo que usted, seor Varna, desea que le trasplante l cerebro.As es, doctor confirm Varna con fingida modestia.Pero usted est sansimo, mi querido amigo. Tiene ante s una vida muy larga; su salud es perfecta y... Bueno, la verdad, si usted padeciese una enfermedad incurable, yo comprendera sus ansias de trasplantar el cerebro a otro cuerpo humano. Ahora, la verdad, no entiendo lo que tiene para desear una cosa semejante.Varna no se inmut.Tengo un milln de libras esterlinas, doctor declar.El doctor Penobscue usaba gafas habitualmente. Oy aquella cifra y se las quit.Un milln de libras repiti.Ni un penique menos, doctor.Los dedos del cientfico tabletearon sobre la mesa de despacho.Hay un inconveniente dijo.Cul, por favor?Su nuevo cuerpo.Varna sonri.No es inconveniente contest.S, porque se necesita el cuerpo de una persona muerta en accidente que haya ocurrido menos de dos horas antes de iniciar las primeras operaciones.Doctor, me permite que yo mismo me encargue de encontrar mi futuro cuerpo? pregunt.Penobscue mir con fijeza a su visitante.Ha dicho un milln de libras... volvi a repetir.Ser suyo cuando yo tenga mi nuevo cuerpo. Cien mil para empezar, ahora mismo, a modo de anticipo.Penobscue no se lo pens dos veces.Trigame ese cuerpo y empezar a trabajar en el acto dijo.* * *Varna firm dos cheques y se los entreg a los hombres que estaban frente a l.Para vosotros indic.Franks ley la cifra y silb.Cien mil! exclam.Cien mil! repiti Sanders.S sonri Varna. Para cada uno y como una especie de gratificacin por vuestros servicios.Has ideado algn plan para esconderte? pregunt el abogado.S, aunque necesitar la ayuda de Black.Lo que sea, jefe se ofreci Sanders. Qu es lo que tengo que hacer?Luego te lo dir. Lawrence, gracias por todo.Franks recogi su cartera.Las gracias a ti, Harry se despidi. No dejes de enviarme noticias cuando puedas.As lo har, muchacho.Varna y Sanders se quedaron solos.Black, t te acuerdas de aquel joven que un da me apale porque le dije algo a su novia? habl Varna en tono evocador.S, desde luego. Se llama Lars Amberstone.Exacto. Y tambin sabes dnde vive, no es as?Desde luego. Jefe, oiga, aquello pas hace un par de aos.No importa sonri Varna. Creo que ha llegado, al fin, la hora de mi desquite. Y t debes ayudarme, porque no te he dado cien mil libras slo como despedida.Lo que usted diga, jefe respondi Sanders efusivamente. Qu es lo que tengo que hacer con Amberstone?Matarlo. Yo te dir cmo y cundo respondi Varna framente.* * *Bajo el aspecto de Lars Amberstone, Harry Varna se contempl satisfecho en el espejo de su habitacin.Antes era un hombre fuerte, membrudo, agradable, aunque de estructura algo achaparrada. Ahora se haba convertido en un joven de diez aos menos, atltico, pero esbelto, de pelo rubio y ojos azules.Un apolo se dijo, satisfecho.La puerta de la estancia se abri. A travs del espejo, Varna contempl la esbelta figura de Lori.Cmo te encuentras? pregunt ella.Perfectamente. Magnfico. Exultante dijo Varna, riendo escandalosamente.Lori vesta bata blanca y cofia.Los dedos?pregunt.Varna los movi gilmente.No encuentro la menor dificultad contest.Lo celebro dijo ella. Tem que hubiese alguna dificultad en las conexiones nerviosas. Era casi la principal duda de Penobscue.Entiendo. Y tambin puedo correr y saltar con toda facilidad.Eso es estupendo, querido. As que te encuentras perfectamente.Varna se volvi hacia ella.Lo dudas?sonri.Desde luego que no. Slo quera saber cmo te encontrabas despus de la operacin. Sabes?, yo tambin voy a pedir a Penobscue que me haga una intervencin semejante.Varna resping.T? se asombr.Lori emiti una sonrisa extraa.Acaso pensabas que iba a dejarte solo? contest.Lori, no me vengas con...Basta cort ella framente. Te guste o no, yo tambin tendr mi nuevo cuerpo. Y, lo que es ms, ya lo he elegido.Varna frunci el ceo.Pero, por qu Lori, por qu?Lori avanz, sinuosa y ondulante, hacia l.Es que no lo adivinas? He aprendido mucho estos das, mejor dicho, estos meses contest. Y ya saba bastante en mi primera etapa de ayudante del doctor Penobscue. Ahora podr perfeccionar mis conocimientos y un da llegar a saber tanto como l.Los ojos de Lori brillaron repentinamente.Piensa, Harry continu. Piensa bien. Podremos cambiar de cuerpo, cuando el que tenemos se nos haga viejo. Podremos vivir centenares de aos, tal vez millares...La boca de Varna se abri hasta formar una O de gran tamao.Rayos! jur. Eso es algo que no se me haba ocurrido siquiera, Lori.El rosado ndice de la mujer golpe su frente cariosamente.T y yo..., y el mundo a nuestros pies! profetiz.

CAPTULO IIMientras se dejaba llevar por la acera deslizante, Lou Arnold contempl el gigantesco cartel que tapaba casi por completo la fachada del colosal edificio que era el principal elemento de la avenida en que se encontraba.El cartel era el retrato de un hombre de unos cincuenta aos, de facciones viriles y duras, pero simpticas. Anocheca ya y la luz de unos reflectores, instalados en un edificio frontero, caa sobre el cartel, iluminndolo de lleno.Debajo del cartel, haba una gran inscripcin, con letras de varios metros de altura:

NUESTRO AMADO MAESTROGERARD GRAYEL GRAN GUIA!

Arnold torci el gesto, pero slo interiormente. Era preciso ser muy cuidadoso cuando se pasaba delante de uno de los retratos del Gran Gua de la Tierra.Siempre haba policas de paisano, adems de los de uniforme, que espiaban cuidadosamente las reacciones de la gente. No se saba a ciencia cierta, pero se rumoreaba de ms de una sentencia de muerte ejecutada en secreto, por hablar mal del Gran Gua.A Arnold, joven, fuerte y bien parecido, le gustaba vivir. Por eso, al pasar frente al retrato, hizo la inclinacin de cabeza que era de rigor.Luego fij la vista en el cartel. Su rostro adquiri una expresin beatfica.Falsa, por supuesto, como aquel llevarse la mano al pecho en seal de saludo al hombre a quien tanto deba el planeta.Docenas de personas de ambos sexos, hombres y mujeres, hicieron lo mismo. La acera deslizante continu su montono viaje, que no se interrumpa jams, ni de noche ni de da.Minutos ms tarde, Arnold llegaba a su casa.El departamento, dado que era soltero, resultaba pequeo: un saloncito-comedor, un dormitorio y un cuarto de bao.No haba cocina; en el saloncito haba una dispensadora de alimentos, a la cual se le podan pedir varias minutas, a eleccin del habitante de la casa.Naturalmente, eran beneficios concedidos graciosamente por el Gran Gua. Pero la dispensadora no suministraba bebidas alcohlicas; el alcohol estaba prohibido.Son un leve taido. Era la hora de conectar el televisor. Arnold se saba de memoria lo que iba a suceder a continuacin.La pantalla se ilumin y una hermosa locutora, con la mejor de sus sonrisas, dijo:

Queridos todos, dispongmonos, con el mejor de los nimos, al mito cotidiano de meditacin sobre nuestro Gran Gua y los inmensos beneficios que nos proporciona. El Gran Gua nos da alimento, alojamiento, bebida, cura nuestras enfermedades y nos proporciona diversiones y esparcimientos sanos y honestos, no slo para el cuerpo, sino tambin para el espritu...

Arnold bostez, mientras la locutora segua el recitado de las inmensas virtudes del jefe supremo del planeta.Todo se lo debemos a l dijo a media voz, rechinando los dientes. Y nuestro trabajo, qu?, no vale nada?Ciertamente, l trabajo de Arnold era importante, aunque, al menos, no resultaba fatigoso en lo fsico.Arnold era historiador.Terminado el minuto de meditacin, apareci otro locutor que dijo:

En el hemisferio meridional, en la regin antiguamente denominada Brasil, se han producido gravsimas inundaciones, que han ocasionado, adems de innumerables vctimas, cuantiosos daos, de todo lo cual tendrn amplia imagen grfica a continuacin. Para paliar los efectos de tales inundaciones, la Secretara de Esfuerzo ha dispuesto que todo el mundo trabaje durante veinte minutos ms todos los das, hasta nueva orden.

Arnold torci el gesto.La ltima vez que hubo una disposicin semejante, hasta nueva orden, ocurri seis meses antes. La Secretara de Esfuerzo no slo no haba vuelto a la jomada ordinaria, aumentada en treinta minutos en aquella ocasin, sino que ahora elevaba el trabajo cotidiano en veinte minutos ms.Pero, es que se creen que somos de hierro? mascull, disgustado.Era obligatorio tener encendido el televisor durante las horas de emisin. Pero no resultaba obligatorio mirar lo que apareca en la pantalla.Arnold volvi la espalda al aparato.* * *Antes de ir al trabajo, era preciso escuchar, durante un minuto, las ltimas y breves noticias que se emitan por la nica emisora de TV que haba en el planeta.El locutor de tumo dijo:Ha sido llamado a la residencia del Gran Gua, el afamado doctor J'ing Tsu, eminente cancerlogo galardonado ltimamente con el Premio Mximo de Medicina, por asuntos relacionados con su especialidad. Rumores provenientes de la residencia indican que una alta personalidad est afectada de una grave dolencia, la cual, sin embargo, se espera sea vencida por la ciencia y los recursos del doctor Tsu. En otro boletn, daremos ms noticias sobre el particular. Honor eterno y larga vida a nuestro Gran Gua!Arnold sali de casa, rezongando de su perra suerte, que no se diferenciaba en mucho de la de los otros habitantes del planeta. Todo gratis, s, pero ahora la jomada de trabajo era de nueve horas, seis das a la semana.Con amarga irona, Arnold record lo que deca un viejo libro, que haba hallado casualmente en sus rastreos de ratn de biblioteca. Estaba editado en el ltimo tercio del siglo veinte y el autor profetizaba que, a principios del veintiuno, los habitantes de la Tierra trabajaran, el que ms, dos das a la semana. Entonces, segua el autor, se planteara el problema de la ocupacin del ocio.Hay profetas que merecan ser colgados rezong.Una mano le toc en el hombro. Arnold se sobresalt.Volvi la cabeza. Era un polica.El agente le indic silenciosamente un gran retrato del Gran Gua.Arnold hizo un gesto de asentimiento.Perdn, estaba distrado se disculp. Sac su documentacin. Soy historiador y estaba pensando en mi trabajo.Pensar en el Gran Gua es an ms importante que pensar en el trabajo le reproch el polica con severidad.Arnold hizo una reverencia y se llev la mano al pecho.Merezco un castigo dijo. No lo repetir ms.Siga orden el esbirro.Arnold suspir, aliviado. Con un polica de peor genio, su distraccin poda haberle acarreado nada gratas consecuencias.Como, por ejemplo, la degradacin a simple palero en una fbrica de alimentos.La Biblioteca Central apareci ante sus ojos. Arnold se sinti feliz al ver el edificio. All se olvidaba por completo de la realidad.Y la realidad, en el ao 2422, no tena nada de agradable.* * *El doctor J'ing Tsu ech una ltima mirada al microscopio que haba llevado consigo y que, merced a los adelantos de la tcnica en el siglo veinticinco, poda conseguir hasta un milln de aumentos, pese a su pequeez, y luego se irgui para contemplar al hombre que estaba sentado frente a l.No hay duda, seor dijo. Es neocncer-7.La cara de Gerard Gray, Gran Gua y jefe supremo de la Tierra, no se inmut.Preveo una sentencia de muerte, doctor Tsu dijo.He de serle franco, excelencia?S, pero dejando los tratamientos a un lado sonri Gray. Elev la mano izquierda y asi la de la hermosa mujer que estaba en pie a su lado, un poco reclinada sobre el silln.S, yo tambin deseo franqueza, doctor pidi Martha Gray.En el pasado se consigui vencer todas las formas virulentas del cncer. Pero siempre haba una especie de virus que resista el tratamiento, si bien resultaba inofensiva explic Tsu. Ahora bien, tal inofensividad lo era durante un determinado espacio de tiempo solamente, variable entre algunos lustros y un siglo. Luego, esa raza de virus canceroso adquira, por as decirlo, potencia ofensiva y empezaba a propagarse y a causar bajas, hasta que se encontraba el medio de vencerla.Comprendo dijo Gray. Siga, doctor; su explicacin resulta muy interesante.A cada especie de virus cancerosos se le asign una cifra, pero, como el primitivo virus haba sido ya vencido, se aadi tambin un prefijo al nombre de la enfermedad. Hemos llegado ya al neocncer-7... y, desdichadamente, por hoy sin que se pueda predecir cundo, todava no se ha encontrado la forma de vencer a esta ltima especie de virus.Parece como si ese virus tuviese memoria de lo ocurrido a sus antecesores y hubiese encontrado el medio de resistir a los ataques de la medicina, no es as? sonri Gray.Dicindolo con palabras llanas, as es, seor confirm Tsu.Muy bien, doctor. De modo que no hay error alguno sobre su diagnstico.Le recomiendo consultar a otros especialistas, seor. No obstante, y sin falsa modestia, puedo asegurar que mi diagnstico, infortunadamente, es certero.Ningn especialista mejor que usted, doctor Tsu afirm el Gran Gua. Y, dgame, con toda sinceridad, por supuesto, qu plazo me concede usted?De seis meses a un ao, seor. Quiz, entre tanto, se descubra algo...No sea infundadamente optimista rio Gray. Morir antes de acabar el plazo mximo. Pero no podemos hacer otra cosa que resignamos ante el destino. Gracias por todo, doctor.J'ing Tsu recogi sus brtulos y se fue. Gray y su esposa quedaron a solas.Gray alarg una mano y toc un timbre situado en una mesita cercana. Alguien dijo:Seor?Vorley, tenga la bondad de enviarme las carpetas con los datos de mis posibles sucesores pidi Gray.Al momento, seor.Gray cerr la comunicacin. Se reclin en el silln, entrelaz las manos y murmur:S, ha llegado el momento de elegir a mi sucesor, segn dispone la ley.

CAPTULO IIIArnold estaba sentado ante una lectora, en el lugar que habitualmente ocupaba en la biblioteca. A la derecha tena un pupitre que le serva para apoyar la libreta donde tomaba sus notas y el pequeo magnetfono en el cual grababa algunas indicaciones verbales.Poda pedir libros, segn la materia que deseara estudiar, pero sola emplear la mquina de lectura. Haca rato ya que vena estudiando el turbulento perodo de la primera mitad del siglo veinte y empezaba a sentirse fatigado.Pens en variar un poco. Un extrao sentimiento de curiosidad le hizo marcar determinada peticin en el teclado de la mquina.Las imgenes de la pantalla, casi de un metro de lado, cambiaron. Poco despus, apareci lo que haba solicitado:

Gray, Gerard Albert Frank. Nacido el 7-III-2361 en New Berln. Estudios: Reglamentarios. Especialidad: Filosofa y Ciencias Polticas. Doctorado cum laude por las Universidades, 27, 44 y 617.En 10-V-2399 fue designado sucesor del anterior Gran Gua. Tom el puesto de Gran Gua el 21-VIII-2401, en el cual sigue y ojal sea eternamente.

Arnold emiti una sonrisa de desdn.Adulador!Se refera, naturalmente, al historiador que haba redactado aquella condensada biografa de Gray.Realmente, no haba visto nada que no supiera ya. Con harta frecuencia, la televisin daba notas biogrficas del Gran Gua. Incluso con mnimos detalles, aadiendo, como era de suponer, los referentes a su matrimonio con la hermosa Martha Schluss, que haba tomado luego su apellido.Ms tarde, regres a su casa.Conect la televisin, y la locutora de costumbre, una guapa chica, todo haba que decirlo, emiti las acostumbradas reflexiones sobre la bondad del Gran Gua, que se desvelaba por hacer feliz a su pueblo.S, hacindonos trabajar nueve horas diarias, seis das a la semana rezong Arnold.A punto de cerrar la emisin, cuando ya era hora de acostarse, Arnold escuch una sorprendente noticia:

Atencin, ciudadanos de la Tierra! Atencin! Nuestro Gran Gua, de acuerdo con la ley, se ha dignado nombrar sucesor en su puesto al ciudadano Warren Clarke, quien, en fecha muy breve, empezar el perodo de iniciacin necesario para que, el da en que se acuerde, ocupe el lugar que, por desgracia, pronto dejar vacante nuestro actual Gran Gua!

Arnold salt en su asiento.Demonios! exclam. Pero, quin le iba a decir a ese estpido que...?Arnold tena razn para sorprenderse, y con doble motivo, adems, porque no slo Clarke era su amigo, sino que le conoca bastante y saba que, pese a su apostura fsica era un zoquete.* * *Arnold llam a la puerta. Una encantadora muchacha acudi a abrir.Oh, dispense! exclam l. Me he equivocado de piso.A quin buscaba? pregunt la muchacha.A mi amigo Warren Clarke...Vive aqu sonri ella. No se ha equivocado de puerta.Arnold mir fijamente a la chica.A usted la conozco yo dijo.Ella se ech a rer.Todos los das me dedico a convencer a la gente de que debe meditar sobre las bondades del Gran Gua contest. Me llamo Edna Snery aadi.Ah, la locutora sonri Arnold. Alarg su mano. Encantado, Edna; soy el historiador Louis Arnold, pero puede llamarme Lou.Mucho gusto, Lou. Quiere pasar? Warren est en el bao; saldr en seguida.Arnold cruz el umbral.Caf? invit Edna.S, muchas gracias.Edna se acerc a la mquina y llen dos vasitos.Es usted la prometida de Warren, Edna? pregunt l.No, simplemente su prima. Su madre y la ma son hermanas. Yo he venido a felicitarle por la eleccin de que ha sido objeto.Lo mismo me pasa a m declar Arnold. Warren y yo estudiamos juntos, si bien yo deriv hacia la Historia, en tanto que l se gradu en Poltica.Ah, ya entiendo.Clarke sali en aquel momento. Era un hombre de gran corpulencia, muy atractivo fsicamente, de pelo castao y ojos claros. Arnold saba que era la clase de tipo que haca volver la cabeza a las mujeres en la calle.Lou, muchacho! exclam Clarke. Qu alegra verte por mi casa! Le has invitado, prima?S, ya le he dado caf sonri Edna, mientras los dos hombres se estrechaban las manos. No saba que Lou fuese amigo tuyo.Estudiamos juntos, aunque a m me cost cinco aos ms conseguir el grado. Soy un poco torpe confes Clarke jovialmente.No eres torpe lo que pasa es que te gustaba ms la Medicina, rama de anatoma femeninario Arnold.Edna se ech a rer.S, siempre ha sido un poco conquistador dijo.Y, en aquel momento llamaron a la puerta.Edna fue a abrir. La figura de un hombre, vestido con su rutilante mono de color dorado y casco del mismo tejido, apareci ante sus ojos.Soy el coronel LiOon se present el recin llegado Tengo noticias de que vive aqu el doctor Warren Clarke.Aqu me tiene, coronel! exclam el aludido. Puedo servirle en algo?LiOon hizo una profunda reverencia.Seor, he sido comisionado para acompaarle a la residencia de nuestro Gran Gua, del cual ser usted sucesor, segn dispone la ley declar pomposamente el coronel.Clarke carraspe.Me siento profundamente emocionado y har todo lo posible por conseguir la felicidad de nuestro pueblo dijo con gran solemnidad.Tengo la seguridad de que as ser, seor contest LiOon.Clarke se despidi de la pareja.Adis, prima. Adis, Lou dijo. Os ver en cuanto pueda.Felicidades, Warren contest la muchacha.Ser tu ms obediente servidor asegur Arnold.Clarke y el coronel se marcharon. Edna corri hacia la ventana, seguida por Arnold.A los pocos momentos, vieron salir a los dos hombres.Haba una doble fila de soldados, con uniforme de gala, presentando armas. Warren y el coronel subieron a un gravimvil, que se elev en el acto, escoltado por seis aparatos idnticos, que volaban en dos filas paralelas, a ambos lados del primero.Edna suspir.Quin lo dijera! Mi primo, un da, ser el Gran Gua.Espero que las cosas mejoren un poco rezong Arnold.Edna se volvi, sorprendida.Por qu? Tan mal van ahora? se extra.Bueno, si con Gray, que es un hombre inteligente, trabajamos tanto, qu ser con Warren, que tiene de listo lo que yo de buscador de oro?Caramba, qu mal califica usted a mi primo se doli la muchacha.Slo en cierto sentido, Edna. Por lo dems, es un buen hombre y un magnifico amigo. Pero en modo alguno es la persona adecuada para convertirse en el jefe supremo de la Tierra asegur Arnold rotundamente.* * *El locutor dijo:Los diagnsticos se han confirmado, por desgracia. Nuestro amado Gran Gua padece neocncer-7 y ha acogido con inigualable valor la noticia de que slo le quedan de seis meses a un ao de vida. Resignadamente, aunque pensando, desde luego, en el mejor futuro de la humanidad, ha hecho su nombramiento de sucesor, distincin que, como todos saben, ha recado en el doctor en Poltica, Warren Clarke, de quien todos esperamos lo mejor el da en que tome el ttulo de Gran Gua...Un papel cay de pronto sobre la mesa del locutor.Perdn dijo, acaban de darme una nueva noticia. Al fin de instruir mejor a su sucesor, el Gran Gua iniciar un retiro de dos meses en su refugio, a cuyo retiro la acompaarn su esposa y el designado sucesor. Mientras tanto, y a ttulo provisional, Will Uthell, secretario de Esfuerzo, ocupar el puesto de jefe supremo de la Tierra, hasta el momento de la solemne proclamacin de nuestro futuro Gran Gua.Arnold cerr el televisor.Compadezco a Warren murmur.Y se fue a acostar.Al da siguiente llam a Edna.Me gustara charlar un rato con usted manifest.No tengo inconveniente accedi la muchacha. A las cinco, en el Parque Doce?Entrada sur.De acuerdo.Arnold y Edna se encontraron en el sitio acordado.Una siente deseos de compaa dijo l, mientras paseaban por el sendero enarenado. Se vive solo, como enclaustrado; de casa al trabajo y del trabajo a casa, sin distracciones, sin, diversiones...Tenemos la televisin, Lou aleg ella.Pero nada ms y con los programas que fija alguien, ignorando por completo los gustos del pblico. Ahora trabajamos ms que nunca, nueve horas al da. Eso no es justo. Hace ms de cuatrocientos aos, en algunos pases se haba llegado a la semana de tres das y siete horas diarias. Cmo es posible que hayamos retrocedido tanto?Lou, todo es gratis hoy da: ropa, comida, bebida, sanidad... No podemos quejamos, pienso yo.Pero carecemos por completo del espritu de iniciativa.Usted dese ser historiador y lo es, no?Desde luego. Pero, qu se hace de mis trabajos y mis estudios? Se archivan, simplemente; no se ensean a nadie ni nadie aprovecha mis conocimientos y mis investigaciones histricas. Produce frustracin y amargura ver que el trabajo de uno resulta completamente intil.Intil, no, Lou, no sea pesimista. Sus trabajos sern aprovechados algn da.Pero no hoy, y eso es lo que yo querra, Edna.La muchacha suspir.Veo que no nos entendemos sonri. Por qu no cambiamos el tema, Lou?Con mucho gusto. De qu hablamos?De quin, est mejor dicho, Lou. Hablemos de mi primo Warren.Ah, s contest l. Resulta inconcebible que haya sido elegido como futuro Gran Gua. Pobre humanidad! aadi Arnold con lgubre acento.

CAPTULO IVQu te parece, Martha?Los ojos de la mujer contemplaron la imagen que apareca en la pantalla del televisor. El tamao de la pantalla era superior a los dos metros, y el color era absolutamente natural.Un esplndido ejemplar, Gerard dijo ella, con ojos brillantes.As opino yo sonri el Gran Gua. Espero que ese cuerpo me dure un poco ms que el actual.Yo tambin lo creo as, cario. Mira que encontrarte ahora con el neocncer-7.No entiendo cmo pudo ocurrir tal cosa. El cuerpo de Gray ofreca absolutas garantas de salubridad.A veces, pasan esas cosas dijo Martha. Confo, sin embargo, en que no ocurra con Clarke.No te quejars de m sonri Gray. Te he elegido el mejor cuerpo que se poda encontrar.Cierto, aunque ahora viene mi problema, Gerard. Estoy por los cuarenta y tantos aos. Si t te mueres, yo tambin querr cambiar de cuerpo.Lgico, querida. Lo has elegido ya?Martha sonri, a la vez que le alargaba una serie de fotografas de hermosas jvenes.Qu te parecen? A cul elegiras t, Gerard?Gray dud unos instantes. Luego seal a una autntica belleza, de cabellos negros como ala de cuervo y ojos verdes.Estoy un poco cansado de tu pelo rubio y tus ojos azules rio.Yo tambin contest ella. Me gusta tu eleccin.Gray dio la vuelta a la fotografa.Patty Sherad, veinticuatro aos, soltera, estudiante de Filosofa, 25 Avenida, 8.717, piso 11, puerta B ley.Muy bien. Har que la traigan inmediatamente, Gerard. Una vez que hayamos intercambiado los cerebros y tenga mi cuerpo nuevo, trasplantar el tuyo al cuerpo de; Warren.Qu pretexto emplears para traer a la chica al refugio? pregunt l.Martha tom una hoja de papel y, despus de leerla brevemente, contest:Patty Sherad est redactando una tesis sobre la infalibilidad del Gran Gua. Opino que aadir una entrevista personal a esa tesis ser cosa interesante para ella.No es mala idea aprob Gray. Cundo?Lo antes posible, querido.Muy bien. Yo voy a conversar un rato con mi... nuevo cuerpo sonri l.Y yo voy a ver a LiOon para que traiga a Patty Sherad. Despus, bajar al quirfano para tener todo dispuesto.La mujer sali de la estancia y pas a un saln. En las manos llevaba la fotografa de Patty Sherad.El coronel Li-Oon era el comandante de la guardia personal del Gran Gua, y segua a ste en todos sus desplazamientos, junto con la escolta. En el refugio dispona de un alojamiento privado, separado del edificio donde se alojaban los guardias.Martha toc un timbre. Dijo:Coronel, haga el favor de venir. Le espero en el saln.Al momento, seora.LiOon compareci apenas un minuto despus y salud con respetuosa rigidez. Martha le entreg la fotografa.Coronel, esta linda chica es estudiante y est redactando una tesis sobre la infalibilidad del Gran Gua. Mi esposo y yo hemos opinado que sera bueno ayudarla a conseguir su tesis mediante una serie de entrevistas personales.S, seora.Trigala aqu en cuanto le sea posible, coronelsonri Martha.Tardar lo menos posibleasegur LiOon, con su impasibilidad de costumbre.* * *Cmo est, Edna? salud Lou Arnold.Oh, qu tal, Lou? sonri Edna. Un encuentro inesperado, no cree?Aunque no por ello menos agradable. La acompao?Si no le desvo de su camino... Yo no voy ahora a mi casa, Lou.No tiene importancia el que yo llegue unos minutos ms tarde a la Biblioteca contest l.Todava sigue con sus estudios sobre Historia?S, es algo que me apasiona, Edna confes el joven.Qu hace ahora, Lou?He decidido empezar un estudio sobre los Grandes Guas que hemos tenido, a partir del momento en que se unificaron todos los Gobiernos de la Tierra.Ah, muy interesante. Y, espera conseguir algo?Arnold se encogi de hombros.La verdad, no siento demasiados alicientes contest. Me gustara ensear en una ctedra, escribir un libro, colaborar en revistas..., pero todo eso son cosas ya muy anticuadas. Todo se aprende y se ve en la televisin, Edna.Tampoco est mal. Resulta interesante y es cmodo.Pero mata todo espritu de iniciativa, Edna se quej l. S, efectivamente, tenemos todo resuelto, desde el nacimiento a la muerte, pero, aunque podemos movemos libremente por las calles, nos parecemos a esos animales enjaulados y privados de su libertad. En su medio ambiente, corren muchos riesgos y luchan por su supervivencia, pero estn fuertes y giles y son ellos mismos los que resuelven su existencia. Sin jaulas, nosotros somos lo mismo que los animales del Zoo. Es usted un poco pesimista rio Edna. Yo me siento feliz as, Lou.Quiz se conforma con lo que tiene, lo que, en el fondo, no est mal. Pero yo aspiro a ms, Edna. No s cmo definirlo; quiz soy de espritu inconformista... y eso es algo que no puedo remediar.Pero, Lou, si se vive tan bien as...De veras? Oiga, voy a ponerle un ejemplo para que se d cuenta de cmo el sistema actual ha matado todo espritu de iniciativa.Venga ese ejemplo, Lou dijo ella, de buen humor.Si yo le pidiera ahora que se casase conmigo, qu me contestara usted?Edna se qued un momento sorprendida. Luego contest:Bien, ira a consultar con una computadora sobre las cualidades de mi pretendiente...Lo ve? dijo Arnold tristemente. Consultar a una computadora sobre algo tan ntimo y personal como es el matrimonio. Antiguamente, estas cosas se hacan por s mismo y las decisiones eran tomadas por el interesado y no por una computadora.Ella fue a decir algo, pero, de repente, exclam:Ah, ya estamos llegando a casa de mi amiga. Mire, Lou! aadi, vivamente sorprendida. Qu es eso? Hay guardias en la puerta.Haba seis hombres uniformados, en dos filas, a ambos lados de la entrada del edificio. Arnold reconoci los uniformes en el acto.En el mismo momento, salieron dos personas de la casa. A una de ella ya la conocan los dos jvenes. Era el coronel LiOon.Pero si es mi amiga Patty! exclam Edna. Patty, Patty! llam.La otra muchacha, alta y esbelta, muy hermosa, se volvi con la sonrisa en los labios.Hola, Edna! Perdona que no te atienda, pero tengo prisa contest.Arnold y Edna se acercaron a la fila de guardias ms prxima.Adonde la llevan, coronel? pregunt Edna.Responda usted, seorita dijo LiOon.Edna, soy la mujer ms afortunada del mundo manifest Patty, con ojos muy brillantes. Voy a sostener una serie de entrevistas personales con el Gran Gua, que me servirn para redactar una tesis acerca de su infalibilidad.Maravilloso! exclam Edna. Te felicito, Patty.La otra chica agit una mano.Adis, Edna; ya te llamar cuando vuelva del refugio se despidi.Patty, LiOon y los guardias se marcharon. Arnold solt un bufido.La infalibilidad del Gran Gua! Ser una tesis sobre el cretinismo colectivo!No sea hiriente, Lou le reproch Edna. No hay decisin del Gran Gua que no sea enteramente acertada.Prefiero no discutir resopl l. No quiero discutir ms sobre ese asunto, porque cada vez que lo pienso me hierve la sangre. Edna, dispnseme, pero se me hace tarde.Edna se qued muy sola, llena de extraeza.Qu le pasar a ese chico? se pregunt.Porque, en medio de todo, apreciaba bastante a Arnold y sus ideas, que ella estimaba disparatadas y carentes de sentido comn, la afligan ms de lo que crea.* * *Sentado ante el teclado de la mquina lectora, Arnold formul una peticin.La pantalla se ilumin a poco:

Rafferty, John Thomas Alva.Nacido el 2-IV-2338 en Nueva Atenas.Estudios: Reglamentarios.Especialidad: Geohistoria.Doctorado por la Universidad nmero 73.En 9-I-2373 fue designado sucesor del anterior Gran Gua.El 11-IV-2373 ocup el puesto de Gran Gua, por fallecimiento del anterior.El 20-VIII-2401 falleci y, al da siguiente, segn lo prescrito por la ley, ocup el puesto de Gran Gua, el sucesor nombrado, Honorable Gerard Gray.

Caramba! Qu pocos aos vivi Rafferty! se dijo Arnold.* * *El ascensor llev a Gray hasta un profundo stano. Martha estaba ya en el lugar.Tendida sobre una mesa, se encontraba Patty Sherad. Patty pareca profundamente dormida.Estaba cubierta por una sbana.Qu te parece? pregunt Martha, jovialmente. Te gusta?Es muy hermosa contest.Ese ser mi nuevo cuerpo y mi nueva identidad sonri ella.Ests lista? pregunt Gray.Martha mir un instante la cabeza de Patty, que apareca completamente afeitada. Luego se acarici un momento su abundante cabello.Empieza a raparme contest. O si no, mejor, aguarda a que me hayas dormido, Gerard.Como quieras, preciosa.Martha se tendi sobre otra mesa, situada junto a la que ocupaba Patty. Gray la cubri con otra sbana, dejando al descubierto su brazo izquierdo, en el que, poco despus, aplic una dosis de anestsico.Un minuto ms tarde, Martha estaba dormida. Gray pas a la cmara de desinfeccin, a fin de que su cuerpo, pero sobre todo sus manos, que eran las que moveran los instrumentos quirrgicos, quedasen completamente estriles.Tal vez hubo algn fallo la vez anterior en el sistema de esterilizacin y por eso he contrado yo el neo-cncer7 se dijo.

CAPTULO VSonaron campanas de duelo en la TV. El locutor dijo:

Una inmensa desgracia aflige al planeta, porque es la desgracia que aflige a nuestro Gran Gua. Un infortunado accidente ha privado a nuestro Gran Gua de su amada compaera, de la mujer que durante aos ha compartido con l penas y alegras y hasta las responsabilidades del poder. Nos referimos a la ilustre dama Martha Gray, quien ayer, durante una excursin en las inmediaciones del refugio, en donde el Gran Gua se haba retirado para instruir a su sucesor, tuvo la desgracia de perder pie y caer por un profundo abismo, sufriendo tan graves lesiones, que falleci casi instantneamente.El dolor del Gran Gua es nuestro dolor, conciudadanos. Meditemos sobre la fragilidad de la vida humana, compartamos la afliccin de nuestro primer hombre en la Tierra, envimosle mentalmente nuestro consuelo...

Pobre mujer!exclam Arnold.El locutor aadi:

Se ha decretado un mes de luto oficial. Las emisiones de televisin quedaren reducidas a los noticiarios en las horas habituales. El entierro de la primera dama se anunciar oportunamente.Otra noticia, queridos espectadores. El Gran Gua ha designado secretaria personal a la seorita Patty Sherad, estudiante de Ciencias de la Jefatura Suprema de la Tierra.

La imagen cambi y apareci un panorama del refugio del Gran Gua, situado en las montaas, en un lugar de indescriptible belleza. La escena estaba acompaada por la banda sonora de una marcha fnebre.Son el videfono. Era Edna.Lou, se ha enterado?S, acabo de or la noticia. Lamentable, Edna.S, ella era muy buena. Me imagino que el Gran Gua estar destrozado.Por supuesto. Martha era muy joven, no es cierto?Cuarenta y cinco aos, Lou. Cuando la media de la vida humana es de ciento treinta y cinco aos, esa edad es de plena juventud. Como la del Gran Gua, que va a cumplir sesenta y un aos... si su enfermedad se lo permite.Curioso. Rafferty vivi solamente sesenta y tres aos, pens Arnold.No me dice nada, Lou? pregunt ella, en vista del silencio del joven.Oh, perdone, me haba distrado un poco. Asistir a las exequias?Se darn por televisin. Slo asistirn los miembros del Gobierno y personas muy allegadas, entre ellas, el sucesor y Patty.Esa chica ha hecho su suerte, eh? sonri Arnold.Figrese, Lou. Claro que si Gray muere pronto, el sucesor puede tener otras ideas respecto a su secretaria privada.Claro. Bien, aunque sea por tan lamentable motivo, celebro mucho haber visto su linda cara en la pantalla. Cundo la ver en persona?Edna se ech a rer.Estos das, los locutores de televisin andaremos un poco atareados contest.Ya le llamar yo, Lou.De acuerdo, pero no tarde, Edna.Arnold cerr la comunicacin. Luego, reclinado en el divn, medit acerca de un extrao detalle que le haba sugerido por el dilogo sostenido con Edna.Rafferty, sesenta y tres aos. Gray, sesenta o sesenta y un aos. Por qu han vivido tan poco? se pregunt.Al da siguiente, estaba de nuevo en la Biblioteca Central.* * *La pantalla se ilumin. Arnold ley: lvarez, Marcos Cruz.Nacido el 29-III-2308, en Nueva Valencia.Estudios: Reglamentarios.Doctor en Leyes y Poltica por las Universidades nmeros 12, 28 y 130.El 16-V-2349 fue designado sucesor del anterior Bran Gua.El 21-IX-2349 ocup el puesto de Gran Gua, por fallecimiento de su antecesor.El 10-IX-2373 falleci y, al da siguiente, segn lo prescrito por la ley, ocup el puesto de Gran Gua, el sucesor designado, Honorable John Thomas Alva Rafferty.

Arnold resping.Otro Gran Gua de vida corta! Slo sesenta y cinco aos! exclam, casi en voz alta.Por qu los Grandes Guas vivan mucho menos que los ciudadanos corrientes?, se pregunt, lleno de perplejidad.Arnold abandon la Biblioteca sumido en un mar de interrogantes, para los cuales, por el momento, no tena ninguna respuesta.Su consulta haba sido grabada en una tarjeta que, por medio de los canales correspondientes, fue a juntarse con otras en las que constaban las consultas hechas anteriormente.Un funcionario de la Biblioteca repas, rutinariamente, las consultas de Arnold y se extra de que tres de ellas, en un plazo relativamente breve, versaran sobre las vidas de los Grandes Guas.Las tres tarjetas, unidas por una grapa, fueron a parar a la mesa de su inmediato superior, quien la envi a otro funcionario de mayor categora. Este, a su vez, envi las tarjetas al inspector mximo de Cultura.El IMC encontr sospechosa aquella serie de consultas y efectu una llamada videofnica. Al, otro lado de la lnea estaba un coronel de polica.El coronel de polica crey su deber informar a LiOon, aunque, entre unos trmites y otros, pasaron bastantes das, mxime, teniendo en cuenta las relativas perturbaciones que en el buen funcionamiento de las oficinas haba causado la muerte de la primera dama de la Tierra.Mientras tanto, Arnold haba hecho sustanciosos progresos en sus investigaciones.* * *Los ojos de Gray contemplaron, fascinados, la esplndida escultura viviente que era Patty Sherad.Cmo te encuentras? pregunt l.Patty movi los dedos.Con unos reflejos magnficos contest. Como si este cuerpo fuera mo desde mi nacimiento.Te felicito dijo Gray. Y se acerc a la joven para abrazarla, pero ella le rechaz dulcemente.Espera, Gerarddijo.A qu he de esperar? se extra l.Tienes un cuerpo viejo y gastado contest Patty maliciosamente.Mujer, pero, es que vindote a ti...Aun as, has de esperar, Gerard.El Gran Gua hizo un gesto de resignacin.Cunto? pregunt.Quiero tenerte cuando tengas tu nuevo cuerpo dijo Patty.Ah, ya sonri Gray. Pues, entonces, a qu aguardamos, cario?Prcticamente, el ascensor.Y Warren?Abajo. Ya est narcotizado.Gray la agarr por un brazo.Vamos! exclam con vehemencia. Estoy impaciente por sentirme en el cuerpo de ese Apolo!Momentos despus, se hallaban en el quirfano subterrneo. Warren Clarke apareca dormido, tendido sobre la mesa de operaciones. Su cuerpo desnudo estaba cubierto slo por una sabana.Gray empez a quitarse las ropas. De pronto, se fij en un detalle.Eh, que no le has afeitado la cabeza! exclam.S contest Patty, es que no quise perder tiempo. Os la afeitar a ambos al mismo tiempo... Bueno, uno tras otro, claro se corrigi, riendo, mientras preparaba la dosis de anestsico.Momentos despus, Gray dorma en la cama contigua a la ocupada por su sucesor.* * *Pero eso que dices es absurdo, disparatado! exclam Edna.Arnold mene la cabeza, mientras se paseaba nerviosamente por la estancia.No, no lo es contest. Todos los Grandes Guas, desde que se fund el cargo, han vivido una media de sesenta a setenta aos. Prcticamente, la edad de todos oscila entre los sesenta y los sesenta y cinco aos. Slo uno lleg a cumplir lo setenta.Edna parpade.Bueno, pero, qu quieres darme a entender con ello, Lou?Ya se tuteaban.Hay algo extrao en la conducta de todos los Grandes Guas. Hasta que se cre el cargo, la eleccin del primer magistrado, es decir, presidente de la Tierra, era por votacin. Despus del primer Gran Gua fue cuando se instaur el sistema actual.Yo lo encuentro muy adecuado. El Gran Gua tiene tiempo suficiente para estudiar a su sucesor. Adems, hay un Gobierno que puede contrapesar sus decisiones...Eso era al principio, Edna. Ahora, el poder del Gran Gua es absoluto. Cuando un secretario se opone a alguna decisin suya, lo despide y nadie le pide cuentas. Ni se atreve a pedrselas, claro.Edna se qued muy preocupada.Tratas de decirme que hay una especie de casta o sociedad secreta, que proporciona los Grandes Guas al sistema poltico actual?Muy posible, pero es que, adems, he descubierto que hubo tres presidentes mundiales, sucesivos cronolgicamente, los tres inmediatamente anteriores al primer Gua, que slo vivieron la edad media mencionada. Y todava me falta otra cosa por aadir.Dmela, Lou.El refugio, es decir, la posesin actual a la cual se retira el actual Gran Gua, perteneci ya al antepenltimo presidente de la Tierra. Todos sus sucesores, es decir, los dos siguientes presidentes y los restantes Grandes Guas han utilizado el refugio como lugar de retiro.Esa posesin debe de ser del estado mundial, no crees?Arnold hizo un gesto negativo.Era propiedad particular del primero de los tres ltimos presidentescontest.Pero, no entiendo qu tiene que ver el refugio con el actual sistema poltico...Yo tampoco, y quisiera averiguarlo, Edna, porque no me gusta vivir en una sociedad de borregos. Quiero un mnimo de libertad, para tomar tambin un mnimo de decisiones, sin que hasta la cantidad de aire que debo respirar me venga medida de lo alto, comprendes?Edna hizo un gesto de pesar.Temo que te has embarcado en una empresa de muy altos vuelos dijo con acento pesimista.Veremos respondi l.Y entonces fue cuando llamaron a la puerta.Edna se levant a abrir. La entrevista tena lugar en su casa.Tres hombres de uniforme, uno de ellos con divisas de capitn de la guardia personal del Gran Gua, aparecieron ante la joven.Tenemos informes de que el historiador Lou Arnold se encuentra en este piso dijo el oficial.As esconfirm Arnold. Yo soy. Qu desea de m?Soy el capitn Dwee Harl. Lo siento, historiador, pero traigo una orden de arresto contra usted.Edna lanz un grito de asombro.Por qu? grit.Actividades ilegales dijo Harl, impasible. Haga el favor de acompaarnos, historiador.Un momento, capitn! exclam Arnold. Yo no he hecho nada...Historiador le interrumpi Harl framente, sentira mucho tener que recurrir a la fuerza para ejecutar la orden de arresto.Aquellas palabras eran harto significativas. Apretando los puos, Arnold avanz hacia la puerta.Sin duda, se trata de un error, Edna dijo. Te ver muy pronto.Los ojos de la muchacha se llenaron de lgrimas.Las actividades ilegales citadas por el capitn Harl, eran las investigaciones sobre la vida de los Grandes Guas?, se pregunt, sumida en un ocano de dudas.* * *El Gran Gua muri.Las campanas grabaciones antiguas tocaron a duelo. Millones de mujeres se vistieron de negro. (El Gobierno regalaba ropas de luto.)El Gran Gua fue sepultado en el mausoleo donde reposaban sus antecesores, por la noche, con su guardia personal formada y miles de personas portando antorchas.Al da siguiente, segn prescriba la ley, se efectu la proclamacin del sucesor.Warren Clarke fue nombrado Gran Gua por el Tribunal Supremo, en presencia de los miembros del Gobierno, que, reglamentariamente, presentaron la dimisin acto seguido. Clarke les rog continuasen de momento en sus puestos.Patty Sherad contempl la escena desde un lugar discreto. Ms tarde, terminadas las ceremonias oficiales, fue llamada a las habitaciones particulares del Gran Gua.He decidido casarme contigo dijo Clarke.Patty sonri.Soy tu esclava contest.Vamos, vamos, no digas bobaditas ri Clarke, a la vez que la estrechaba entre sus brazos. Sers mi esposa, la primera dama de la Tierra.Patty se dej besarEsts muy fuerte suspir, poco despus.Clarke hizo una ostentacin de msculos.Siempre me ha gustado el ejercicio fsico explic. Y seguir haciendo ejercicio fsico todos los das, durante, al menos, un par de horas. Gray creo que no era muy aficionado a la gimnasia, verdad?Tena otros gustos sonri ella.Clarke volvi a abrazarla.Seremos muy felices, ya lo vers prometi.No lo dudo, querido respondi Patty.

CAPTULO VILos guardias introdujeron a Arnold en el tribunal. Salvo el juez, el acusado y los guardias, slo haba un espectador.Era Edna.Arnold qued frente al juez, quien tena ante s una carpeta con los documentos del proceso.Se le acusa de actividades ilegales dijo el juez. Puede formular sus descargos, acusado.En primer lugar, deseara saber de dnde provienen tales acusaciones que, desde aqu, estimo de infundadas contest Arnold.La ley autoriza a no declarar el nombre de su acusador. Pero, en cambio, le otorga el derecho a defenderse a s mismo.Bonito derecho! buf el preso. De qu me va a servir si ya estoy condenado de antemano?El acusado insulta a este tribunal con suposiciones gratuitas dijo el juez severamente. Ya conoce cul es la acusacin. Defindase, ahora, de los cargos que se le imputan.Mis actividades ilegales han consistido en investigaciones histricas, de acuerdo con mi profesin, eso es todo.Qu clase de investigaciones?Quera estudiar las vidas de los Grandes Guas.Eso est prohibido.Entonces, por qu no suprimes esos temas de la seccin de Historia de la Biblioteca Central? No hay ninguna ley que impida consultar cualquier tema de los que all se archivan, y el de las vidas de los Grandes Guas figura entre los permitidos para consulta.Se cometi una omisin, que ya ha sido subsanada. El acusado, al estudiar ese tema, cometi un delito que pudo ser origen de grandes perturbaciones en el actual sistema poltico. Por tanto, se le considera culpable de dicho delito y se le condena a degradacin de su actual estado social y se le condena a diez aos de servicio en una fbrica de alimentos.Arnold abri la boca.Pero eso es una injusticia! grit.El mazo del juez golpe la mesa con furia.Acusar a este tribunal de emitir sentencias injustas es delito tron. Por tanto, sus palabras merecen dos aos ms de servicio en el lugar antes mencionado. Y se le advierte que si insiste en hablar de forma tan irrespetuosa como insultante, se le amordazar fsicamente.Amordazarn mi boca, pero no mi conciencia respondi Arnold. Sigo considerndome inocente.El juicio ha terminado decret el juez. Guardias, conduzcan al condenado a su encierro, hasta el momento en que deba ser trasladado a la fbrica de alimentos, que ser la nmero Veintids.* * *Edna se ech a llorar.Los rumores decan que no se conoca de ningn condenado a servir en una fbrica de alimentos que hubiera vuelto con vida a la sociedad.An haba peores rumores. Se deca que los cadveres de los condenados que moran antes de finalizar el plazo de su sentencia, eran arrojados a las gigantescas trituradoras que molan los alimentos antes de enviarlos por las canalizaciones correspondientes a las mquinas dispensadoras de comida.Aquella misma tarde, Edna fue a visitar a Arnold en su encierro.Arriesgas mucho, viniendo a verme dijo l, agarrado a los barrotes de su celda.No importa. Empiezo a abrir los ojos, Lou contest Edna.Lo celebro infinito. Vivimos bajo un sistema injusto, pero no te repetir ms quejas. Quiero que lo veas por ti misma.S, Lou. Pero..., temo por ti...Arnold sonri.Soy fuerte contest. No te preocupes.Dicen que nadie sale con vida de all.Alguno ha de ser el primero, Edna.Ir a visitarte siempre que pueda y te escribir, Lou prometi la muchacha.Casi me gustara ms que hicieras otra cosa por m pidi l.Dime, Lou.Investiga las vidas de las primeras damas, incluyendo las de los tres ltimos presidentes.Por qu? Eso no tiene nada que ver...Edna, los tres ltimos presidentes y los siguientes Grandes Guas vivieron una edad media de sesenta y tantos aos. Ninguno de ellos tuvo hijos. No te parece un tanto extrao?Pues...Un Gran Gua, y siempre han sido casados, pudo haber tenido hijos. Por qu no nombrar sucesor a uno de sus hijos? Nunca ha sido as, en ms de cuatro siglos, ningn jefe supremo de la Tierra, presidente o Gran Gua, ha tenido hijos. Haz lo que te he dicho, Edna. No tengas prisa, pero no lo descuides.Investigar, te lo prometo asegur la muchacha.* * *He recibido una carta dijo Clarke.Interesante? pregunt Patty, mientras se cepillaba el pelo, sentada ante el tocador.Es de un tal Lou Arnold, historiador. Ha sido condenado a doce aos por actividades ilegales e injurias al, tribunal. Se considera inocente y me pide que lo indulte.Patty dej el cepillo a un lado y se puso en pie.A ver pidi, djame la carta.Clarke la entreg. Patty la ley atentamente.Mientras ella lea, Clarke dijo:Segn la ley, puedo conceder el indulto, querida.No en este caso. Patty rompi la carta en mil pedazos, que tir a un rincn. La condena es absolutamente justa.Ah, ya ests enterada del caso.S sonri la mujer, echndole los brazos al cuello. Yo me entero de todo, cario.Bueno, si t opinas que la condena es justa...Los labios de Patty rozaron los de Clarke.Es justa y un Gran Gua debe ser el primero en dar ejemplo, no interfiriendo las sentencias judiciales. Si concedieras un indulto, a la semana siguiente recibiras diez mil cartas anlogas.Claro, claro sonri l.Un Gran Gua ha de ser justo, pero inflexible.Sin embargo, en alguna ocasin ha de ceder, querida.Cundo? pregunt Patty.Por ejemplo, ahora. Yo siempre cedo ante tus encantos.Patty se ech a rer. Y no protest en absoluto cuando los labios de Clarke buscaron vorazmente los suyos.* * *Las grandes cintas transportadoras llevaban los alimentos a los gigantescos molinos donde eran reducidos a polvo, al que luego se aadan determinadas cantidades de lquidos de conservacin, mezclados con extractos que proporcionaban el gusto a la pasta alimenticia, resultante de la operacin. Flanqueando los canales por donde se movan las cintas transportadoras, centenares de presos, armados de largas palas y tridentes revolvan la masa alimenticia, a fin de permitir un oreo general de todos los componentes.En la masa que corra a travs de la cinta, haba alimentos vegetales y animales. Los animales destinados al consumo estaban ya muertos, pero iban enteros al molino. A Arnold se le revolvan las tripas cada vez que vea pasar delante de l una vaca o un buey muertos, intactos, con sus cascos y sus pezuas.Yno faltaban tampoco los pescados de todas clases e incluso animales que en el pasado haban sido juzgados, incomestibles. En la fbrica, toda sustancia orgnica se transformaba en alimento.La molienda se haca en diversas etapas. Los alimentos eran triturados cada vez en proporciones ms pequeas, por poderosos sistemas de cuchillas que giraban a gran velocidad, hasta salir convertidos en una pasta que iba a parar a unos colosales depsitos, de donde, por los canales correspondientes, era transportada al sector correspondiente.Guardias armados, duros y despiadados, vigilaban la labor de los condenados. Llevaban pistolas nucleares, pero usaban mucho ms los ltigos que, si lo deseaban, podan soltar dolorosas descargas elctricas.El trabajo era agotador, de sol a sol. Gigantescos vehculos, con capacidad para varias decenas de toneladas, iban y venan constantemente, cargados con vegetales o animales procedentes de las granjas. Ni siquiera sufran un proceso de lavado o desinfectado; todo se haca en los molinos.Arnold manejaba un tridente cuyo mango meda seis metros. Debajo de l pasaban hortalizas, vacas, gansos, ramas de rbol, caas secas..., una aterradora mezcolanza de materia orgnica, que luego se converta en pasta alimenticia. Arnold estaba flaco, pero fuerte.La racin alimenticia era abundante, pero despus de ver lo que pasaba ante sus ojos, se sentan nuseas slo de verla en el plato. Algunos de los condenados se sentan incapaces de tomar una cucharada.Uno de los presos se detuvo de repente. Jadeaba y sus costados se movan espasmdicamente.El hombre se apoy unos momentos en la pala.No puedo ms dijo, con lgrimas en los ojos.Lleg uno de los vigilantes.Vamos, mueve esa pala orden secamente.Lo siento, no tengo fuerzas...El guardia no le dej seguir hablando.Dame la pala, por favor pidi.El condenado accedi, creyendo que le iban a relevar del trabajo. La pala cay a un lado.De repente, un pie se movi con fuerza. El preso lanz un grito y cay a la masa que se mova bajo l, a tres metros de profundidad.Socorro! grit.La cinta se mova en un canal de tres metros de anchura por seis de profundidad. Sin embargo, la carta de alimentos slo alcanzaba tres metros de espesor.Animales muertos y vegetales de todas clases envolvieron al desdichado, que se senta arrastrado inexorablemente hacia un horrible fin. Un brazo asom de pronto, pero desapareci en seguida, al llegar a la primera trituradora.Arnold volvi la cabeza a un lado. Sinti unos tremendos deseos de matar al guardia, pero se contuvo.Si lo haca, acabara como aquel desdichado. Los otros guardias no se andaran con contemplaciones.Su tridente revolvi con furia los alimentos que pasaban bajo l.Algn da ser libre y entonces...Pero, habra libertad para l?Sigui trabajando. No, no habra libertad; la esperanza haba quedado a la puerta de aquel infierno, del que nadie sala con vida.El domingo era da de descanso. Los depsitos de reserva contenan alimentos suficientes para el suministro, sin necesidad de trabajar.Los condenados tenan derecho a recibir una visita mensual. Aquel domingo le anunciaron a Arnold una visita.El corazn le lati con fuerza. Desde el primer momento, adivin la identidad de su visitante.* * *Arnold y Edna juntaron sus manos a travs de las rejas. Ella tena los ojos llenos de lgrimas, pero sonrea.Te encuentro delgado. Y muy moreno dijo Edna.Trabajamos al aire libre, slo con unos pantalones cortos. Hacemos mucho ejercicio y, a decir verdad, no nos escatiman la comida. Lo que sucede es que, despus de ver lo que pasa por delante de nosotros, sentimos nuseas al ver el plato lleno.Pero tienes que esforzarte y comer. No puedes permitirte el lujo de la debilidad, Lou.Sin embargo, me he pasado casi veinticuatro horas sin comer.Por qu? se extra ella.De qu fbrica te llega a ti la comida, Edna?De la nmero Treinta y Nueve. Por qu me lo preguntas?Tienes suerte, aunque..., vete a saber. El otro da, uno de los condenados se convirti en pasta alimenticia. Yo lo vi, Edna.Los ojos de la muchacha se llenaron de horror.Es posible? pregunt.Nadie me lo ha contado. Yo mismo lo he visto, querida.Creo que tenas razn murmur ella. Este sistema es cruel e injusto, pretendiendo ser justo y benfico. Nos dan de todo, pero slo en lo material.Celebro que vengas a coincidir conmigo sonri Arnold. Dime, qu has averiguado sobre las primeras damas?Algo muy curioso, Lou. Efectivamente, ninguna de ellas tuvo hijos; no se conoce un solo caso de presidente mundial o Gran Gua, que haya tenido hijos. En cuanto a las primeras damas, tanto esposas de presidente como de Gran Gua, su edad media ha oscilado entre los cuarenta y cinco y cincuenta aos. Slo encontr un caso de cincuenta y dos aos.Es decir, casi veinte menos que l.As es, Lou. Pero, por qu?Edna, tendras que seguir profundizando.No veo cmo, Lou objet ella.Hubo tres presidentes sospechosos antes de que el cargo se denominara Gran Gua. Investiga los antecedentes de la esposa del antepenltimo presidente: padres, familiares, amistades, profesin... Entiendes?Lo har as, Lou.Dime lo que hayas conseguido en la prxima visita. Nada por carta, entiendes?De acuerdo. Ah, qu hay de aquella carta que escribiste a mi primo?Arnold mene la cabeza.Ni siquiera he tenido respuesta dijo pesarosamente.No me gusta, pero tendr que hacerle una visita exclam Edna.* * *El secretario hizo un ademn negativo.Lo siento, seorita; el Gran Gua no puede recibirle manifest.Usted no se lo ha comunicado siquiera protest Edna. Adems, no se dice pblicamente, casi a todas horas, que el Gran Gua est dispuesto a recibir a cualquier persona que desee presentarle una queja? No se dice tambin pblicamente que el Gran Gua es el primer servidor del pueblo?' Y, adems, soy su prima, as que anncieme inmediatamente.La declaracin del parentesco amedrent al secretario. Momentos despus, se escuchaba la voz de Clarke a travs del interfono.Por supuesto, hgala pasar. Tendr mucho gusto en saludar a mi prima.El secretario condujo a Edna hasta un saloncito particular. Momentos despus, Clarke, lujosamente ataviado, apareci ante ella.Hola, querida salud con afectuosidad. Qu te trae por la residencia?No estaba segura de que mi felicitacin escrita llegase a tus manos; por eso, y aunque con retraso, he decidido hacerlo personalmente, Warren.Mil gracias, Edna sonri Clarke. Cmo estn tus padres?Bien, no se pueden quejar. Quiero hablar contigo, Warren.Algo de inters?S. Una carta. La recibiste hace algunos meses.Clarke hizo un gesto con la mano.Recibo tantas!De la que yo digo te acordars. Te la escribi un amigo tuyo, Lou Arnold.Las cejas del Gran Gua se levantaron.Ah, s, ahora recuerdo. Arnold est condenado a doce aos. Me peda el indulto contest.Y ni siquiera le contestaste.Para qu? Tena que decirle que no, as que prefer no contestarle.Edna le mir extraada.Qu te sucede, Warren? Antes no eras as. Yo tena un primo simptico, amable, deseoso de agradar a todo el mundo...El cargo impone muchas obligaciones, querida respondi l framente. Al llegar a esta situacin, hay que dar de lado muchas consideraciones personales. Trata de comprenderme, querida.Muy bien, te comprendo respondi Edna con no menor frialdad. Al menos, permteme que diga que siento haberte molestado. Y no quiero continuar molestndote ms, como es lgico.Alguien entr de pronto en el saln.Oh, dispensen exclam Patty. No saba que tuvieras visita.Ya me iba, Patty dijo Edna. Ahora te felicito de viva voz, antes lo hice por escrito.Patty enarc las cejas, con gesto de extraeza.Es mi prima Edna, Patty present Clarke.Patty sonri.Celebro mucho conocerte, querida prima dijo.Ya sonri Edna. T tambin te sientes obligada por las circunstancias del cargo de primera dama, no es as? Bien, creo que aqu estorbo. Adis.Edna abandon el saln con vivo taconeo. Entre los privilegios de que gozaba el Gran Gua, figuraba el de poder consumir alimentos en estado natural. Con gesto de indiferencia, Clarke se acerc a un gran frutero, repleto, y arranc un par de granos de un esplndido racimo de uva.

CAPTULO VIIEsa chica, es prima tuya? pregunt Patty al quedarse solos.S, ya te lo he dicho antes contest Clarke. Hija de una hermana de mi madre. Patty, yo cre que estabas impuesta de las personas de mi familia ms allegada.Lo siento se disculp la mujer, pasndose una mano por la frente. No..., no me habr fijado demasiado bien... Qu es lo que quera, Warren?Ah, vino a pedirme el indulto para un conocido suyo respondi el Gran Gua con indiferencia. T tambin lo conoces, creo. Es el historiador Lou Arnold.Arnold! exclam Patty.S. De qu te sorprendes? Edna y Arnold se haban hecho muy amigos.Comprendo. Qu le has contestado, Clarke?El hombre se moj los dedos en un aguamanil.Qu le iba a contestar? No, naturalmente. Si fusemos a conceder el indulto a todos los presos, quin trabajara en las fbricas de alimentos? exclam, riendo.Has hecho bien aprob ella. La condena de Arnold era justa. Ah, ya sabes que esta noche tenemos que asistir a la fiesta que da el secretario de Sanidad.Desde luego Clarke contempl crticamente a la hermosa mujer que tena frente a s. Me gustara que te pusieras ms bella que nunca.Patty le dirigi una mirada incendiaria.No tendrs queja de mi aspecto respondi. Y, para no perder tiempo, empezar a arreglarme ahora mismo.Gir sobre sus talones y abandon el saln. Minutos ms tarde, reciba en sus habitaciones privadas al coronel Li-Oon.Tengo que pedirle un favor, coronel dijo Patty, sin ms prembulos.Ese favor ser considerado como una orden, seora respondi Li-Oon.Gracias, coronel, no esperaba menos de usted. Se trata de lo siguiente: Hace unos minutos, una joven ha abandonado la residencia.Lo s. Se llama Edna Snery.Celebro su celo, coronel. Haga que uno de sus hombres la siga constantemente, a todas partes, de da y de noche, sin escatimar esfuerzos. Me ha comprendido?As se har, seora.Por supuesto, deseo recibir informes peridicos y detallados de las actividades de esa joven.Los tendr, seora.Y si realiza alguna accin sospechosa en demasa, no dude en avisarme en el acto, dondequiera que est, a cualquier hora del da o de la noche. Ha entendido, coronel?Li-Oon hizo una profunda inclinacin.Sus rdenes sern ejecutadas al pie de la letra, seora contest.* * *Lou Arnold hizo un esfuerzo y consigui vaciar el plato de la inspida pasta que lo llenaba. Domin sus nuseas, la comida tena un aspecto nada apetitoso, pero era necesario conservar las fuerzas.Luego, cansado, se tendi en su camastro. Estaba en una habitacin con cuarenta y nueve presos ms.La estancia era lo suficientemente amplia como para no carecer de espacio y estaba bien aireada. El nico mobiliario que haba all eran las camas.Contiguo a la sala, haba un cuarto de lavabos. Los presos podan ducharse a cualquier hora; al menos, tenan la ventaja de la higiene. Pero eso era todo.Ni siquiera disponan de televisin. Carecan en absoluto de noticias del mundo exterior. Algunos reciban cartas, pero llegaban mutiladas por los censores, cuando no eran destruidas.Nadie tena ganas de hablar. Era una existencia embrutecedora, puramente animal. Comer, dormir y trabajar, con un nico da de descanso, que resultaba una tortura, porque lo tenan que pasar encerrados en la sala. Slo el afortunado que reciba una visita el domingo, vea gratamente alterado el aburrido programa del da de descanso.Las camas estaban separadas por un par de palmos. Arnold se tendi en la suya, con las manos bajo la nuca, y cerr los ojos.Tendrs visita maana?Arnold volvi la cabeza ligeramente. El autor de la pregunta era su vecino, un hombre robusto, cuarentn, de espesas cejas y abundante barba negra.Te importa mucho, Peter? contest Arnold con desabrimiento.Peter Samar hizo un gesto de indiferencia.S y no contest. Pero me gustara decirte una cosa, Lou.Bueno. De qu se trata?T no ests a gusto aqu, verdad?Hombre Arnold lanz una amarga risita. Aunque no lo creas, yo, en un exceso de amor hacia el Gran Gua, ped que me condenaran a doce aos de servicio en esta fbrica.Muy sarcstico ests, historiador dijo Samar. Yo conozco tu delito.S? Met las narices donde no deba.Algo parecido me sucedi a m, slo que yo no las saqu... del trabajo. Me dediqu una temporada a la holganza; estaba harto de mi empleo y me march.Arnold se sinti sbitamente interesado por las palabras de su compaero de reclusin. Apoyndose en un codo, qued vuelto hacia l y le mir de hito en hito;Y qu hiciste?pregunt.Recorr el mundo una buena temporada. A pie, por supuesto, comiendo dnde y cmo poda y durmiendo en donde me pillaba la noche Samar suspir. Fue una poca maravillosa. Nadie me mandaba, no tena que or esas fastidiosas consignas de amor y devocin al Gran Gua... Pero un da tuve la mala suerte de topar con una patrulla y acab aqu.Cul fue la sentencia?Servicio a perpetuidad. Delito: conducta antisocial. Vamos, que en estos tiempos, uno ya no se puede dedicar siquiera a pasear por el campo.Comprendo. Lo siento por ti, Peter.Oh, pero yo no pienso estar aqu encerrado por el resto de mis das. Me escapar, cuando menos se lo esperen. Ahora bien, necesito ayuda.Huir se estremeci Arnold.Era una idea que haba pasado por su mente, pero que no se haba atrevido a expresar siquiera en voz alta.Exacto corrobor Samar. Es preciso huir de este infierno..., pero una persona sola no puede hacerlo. Lou, yo he estudiado detenidamente a los otros condenados. El nico que no es un borrego, eres t.Gracias, Peter dijo Arnold irnicamente.Hablo en serio. Los dems han perdido por completo el espritu de iniciativa. Ya lo haban perdido antes de entrar aqu. Son vegetales vivientes, comprendes? Con ellos no se puede contar.Y conmigo s?S. Lou, maana te toca visita. Vendr esa chica, no?En efecto.Crees que ella sera capaz de ayudarnos a huir de aqu?Arnold medit unos segundos antes de dar su respuesta.Confo en que acceder respondi al cabo. Sin embargo, no tomes esto como algo definitivo.Me gusta que hables claro sonri Samar. Cuando hay ayuda, la evasin puede resultar ms fcil de lo que se piensa.Hay un muro altsimo en tomo a la fbrica y el borde tiene una alambrada electrificada objet Arnold. La nica puerta de ese muro, como puedes comprender, est fuertemente vigilada.Samar se tendi de nuevo en su camastro.Lou, si esa chica est dispuesta a ayudarte, nosotros saldremos de aqu por otra puerta. Slo hacen falta dos cosas: la primera, imaginacin y a ninguno de los dos nos falta.Cul es la otra, Peter? quiso saber Arnold.Suerte, slo un poco de suerte respondi Samar.* * *He llegado hasta los tres ltimos presidentes, Loudijo Edna.Y bien?Mi primo es el octavo Gran Gua. Como t descubriste, la edad media de los Grandes Guas, salvo uno; que lleg hasta los setenta aos, fue de sesenta y tantos. Ahora bien, la duracin media en el cargo es de veintiuno o veintids aos.Sabiendo el tiempo que Gray fue Gran Gua, no me extraa en absoluto contest Arnold. Qu hay de los presidentes?Hari Ouled fue el antepenltimo, o sea que despus de l hubo dos ms, antes de la transformacin del ttulo de presidente en Gran Gua. Pero Ouled fue tambin el primer presidente elegido para un perodo de siete aos y que logr dos reelecciones ms.Interesante, Edna.Muchsimo, Lou, porque eso significa que tanto Ouled como sus sucesores podan estar veintin aos en el cargo. Ouled, sin embargo, no acab el tercer perodo de su mandato; muri a los diecinueve aos de estar en el cargo. El siguiente dur casi los veintin aos y el ltimo, antes del nombramiento de Gran Gua, muri cuando le faltaba un ao para cumplirse los veintiuno. Pero para entonces ya haba hecho aprobar la nueva ley, habla elegido sucesor y le haba dado el nombre de Gran Gua.Los ojos de Arnold brillaron de admiracin.Magnfico, Edna aprob. Has conseguido antecedentes de Ouled?Muy pocos y casi exclusivamente polticos. Ouled muri cuando tena sesenta y seis aos. Por supuesto, s quines fueron sus padres y su lugar de nacimiento, pero poco ms.Ouled tuvo que iniciarse de alguna manera en la poltica. Investiga en ese sentido, Edna.Lo har, Lou prometi la muchacha, pero, crees que conseguirs algo con todo esto?As lo espero, Edna, aunque ms conseguir si me ayudas t.Hago lo que puedo...An tienes que hacer algo ms, querida. Maana, tras la jomada de trabajo, irs a entrevistarte con una mujer que se llama Sugalov. Memoriza bien, porque lo que, voy a decirte es de suma importancia.Habla, Lou invit Edna.Nadia Sugalov, avenida Ciento Setenta, nmero 3.22 piso 15, puerta B. Reptelo.Edna repiti puntualmente las palabras que acababa di escuchar.Qu ms, Lou? pregunt al terminar.Cuando la veas, dile que vas de parte de Peter Samara. Dile que todo est listo y slo falta su parte. Me comprendes?No, pero es lo mismo. Se lo dir, Lou. Qu me contestar ella?Te citar un da y una fecha. Gurdalas bien en la memoria, entiendes?S, Lou... Bueno, es decir, no entiendo mucho, pero es igual.Arnold sonri.Voy a repetirte los datos y t lo hars a continuacin. No quiero que haya errores dijo.Edna demostr tener buena memoria. Luego pregunt:Lou, qu significan el da y la hora que me citar; Nadia?El momento de nuestra fugarespondi l sin vacilar.* * *Ser dentro de cuatro das justamente, a las seis en punto de la tarde dijo Nadia Sugalov.Edna mir fijamente a la hermosa mujer que tena ante s. Nadia contaba unos treinta aos y posea un fsico capaz de agradar al ms exigente.Ests segura de que dar resultado?Nadia sonri.Hace meses que lo estoy preparando todo dijo. Slo esperaba el mensaje de Peter.Por qu no has ido t a recogerlo en persona?Peter y yo acordamos suspender las visitas durante algn tiempo. Nos pareci que ramos vigilados, comprendes?S. Qu es Peter para ti, Nadia?El hombre de mi vida respondi ella apasionadamente. Por l sera capaz de matar y Peter matara por m.Edna se estremeci.Nadia, espero que no haya derramamiento de sangre dijo.La otra se encogi de hombros.No depender slo de nosotros contest.

CAPTULO VIIINadia se acerc a la dispensadora de alimentos y lleno dos vasitos de caf, uno de los cuales entreg a su visitante.Si hay muertes... dijo Edna, titubeante.No me gustara asegur Nadia, pero has de convenir conmigo que los vigilantes de la fbrica no se merecen ninguna consideracin. Como tampoco los que sirven a este inicuo sistema de gobierno.Mir a Edna y sonri.Con algunas excepciones, claro aadi.Yo slo soy una simple locutora de la televisin dijo Edna. Ya lo s. Te veo casi a diario, cuando nos haces meditar sobre las virtudes del Gran Imbcil. Eso es algo en que ni t misma crees, verdad?Si te refieres al actual jefe, le conozco bien. Es mi primo, guapo, pero vaco de seso.Nadia se ech a rer.Cualquiera que tenga ojos en la cara, lo ver en el acto contest. Has visto si te han seguido? exclam de repente.Edna se sobresalt.Seguirme? Quin, Nadia?Los esbirros del Gobierno, naturalmente. A m hace ya tiempo que me dejaron en paz.Pues..., no me he fijado...Nadia apur su caf y se acerc cautelosamente a la ventana.All, en el otro lado, veo a un tipo parado dijo, al cabo de unos minutos.Crees que ser un polica?Seguro. Es ms, jurara que pertenece a la cuadrilla de Li-Oon.El jefe de la guardia personal?El mismo. Entre otras cosas, es director tambin del SSLCmo?Servicio Secreto Interior. Es un tipo de mucho cuidado, Edna.La muchacha se retorci las manos nerviosamente.Si salgo, el espa me ver dijo.Este edificio tiene ms de una puerta. Y los hombres de Oon no son tan listos como parecen; no estn muy acostumbrados a esta labor de espiar a la gente, quiz porque se han confiado en que viven pastoreando una manada de borregos. Pero algunos de los borregos somos lobos, Edna. Sal por la puerta posterior aconsej Nadia.Edna dud.Nadia, la fecha que t me has dado... Cmo se la comunicar a Arnold, para que ste, a su vez, se la mencione a Peter?Nadia se ech a rer.Ellos ya lo sabrn sin que t se lo comuniques respondi. Lo que interesa es saber si querrs acompaarme.No faltar! prometi Edna con gran vehemencia.* * *Patty Clarke, antes Sherad, ley con gran atencin el informe escrito que le presentaba Li-Oon.De modo que Edna Snery va con frecuencia a la Biblioteca Central dijo, tras un prolongado espacio de silencio.S, seora.Y se ha dedicado a investigar las vidas de las primeras damas de la Tierra.S, seora.Adems, ha investigado tambin sobre los tres ltimos presidentes.Exacto, seora.Entre otras cosas, veo que hizo una visita a una tal Nadia Sugalov. Quin es esta mujer?Es la amiga de un hombre, que sirve a perpetuidad; en la fbrica de alimentos Nmero Veintids. El individuo, Peter Samar, mdico, fue condenado por conducta antisocial. Se neg a aportar su parte de trabajo a la comunidad. A Nadia la vigilamos tambin durante un tiempo, pero en vista de que pareca arrepentida, suspendimos la vigilancia manifest Li-Oon.Y ahora, al parecer, reinicia sus actividades sospechosas, recibiendo a Edna Snery.Eso parece, en efecto, seora.Patty dio un par de paseos por la estancia.De pronto, se volvi hacia Li-Oon.Coronel dijo con ojos centelleantes prosiga la vigilancia sobre Edna Snery. Sin embargo, los informes debern ser ahora mucho ms frecuentes, incluso instantneos. Comprende lo que quiero decirle?S, seora. Mis hombres estarn todos provistos de radio individual y tendr uno constantemente a la escucha. Este me transmitir en el acto los menores movimientos de Edna.Bien pensado, coronel aprob Patty con una sonrisa.Seora, qu haremos con Edna Snery si... si contina sus actividades?Edna Snery corre el riesgo de convertirse en un miembro podrido de la comunidad. Si eso se confirma, ser suprimida, para evitar que el contagio se propague. Entendido?No hay duda alguna, seora respondi Li-Oon.* * *Nos vigilan, Nadia dijo Edna, prudentemente asomada a la ventana.No tiene importancia sonri Nadia, mientras se ataba una cinta al pelo. Ya le daremos esquinazo.Pero, cmo...?Nadia subi la cremallera del mono azul gris que vesta, al igual que Edna.Lo vers en seguida contest. Ests lista?Cuando t digas, Nadia.Las dos mujeres salieron del piso. Una plataforma las llev hasta la planta baja del edificio.El espa sigue all dijo Edna a media voz, en el momento de pisar la calle.Repito que no debes temer nada. Ven, sgueme.Las dos mujeres se dejaron llevar unos momentos por la acera deslizante. Luego salieron a una acera fija y descendieron por las escaleras que conducan al subterrneo de cintas deslizantes de mayor velocidad.Edna y Nadia tomaron la cinta de seis kilmetros a la hora. Paralelamente a ella, corra la de doce kilmetros y as sucesivamente, hasta que se llegaba a una de sesenta kilmetros a la hora.La cinta ms veloz tena unos parapetos contra el viento, cada quince o veinte metros. Los biombos eran bastante altos y de unos tres metros de anchura.Nadia eligi un sector vaco de gente. Mir un instante hacia atrs y vio que el espa pasaba a otro sector, situado dos biombos ms atrs.El tipo sigue detrs de nosotras dijo Nadia. Preprate; ahora vamos a burlarle.Nadia se arrim al borde externo de la cinta. Su mirada resbal a lo largo del tnel brillantemente iluminado.De pronto, hizo un gesto con la mano.Ven, Edna.La muchacha obedeci. Nadia cogi su mano.Cuando yo te lo diga, salta sin temor, estamos?S, Nadia.Transcurrieron algunos segundos. De sbito, Nadia exclam:Ahora!Las dos mujeres se lanzaron fuera de la cinta. Algo blando las acogi, amortiguando el golpe. Era una gran red, situada en una abertura lateral del tnel.Edna se sinti rebotar varias veces en el aire. Qued algo aturdida, aunque sin sufrir el menor dao fsico.El hombre de Li-Oon pas por delante de ellas y las mir sorprendido un instante. Cuando quiso reaccionar, ya tena delante de s la lisa pared del tnel.Nadia gate sobre la pared y sali a terreno firme. Edna la sigui sin prdida de tiempo.Y ahora? pregunt.Ven dijo Nadia, a la vez que echaba a correr.Edna se dio cuenta de que estaba en una galera de servicio, de trazado ligeramente curvo y de pendiente suave, en ascenso. El aspecto de la galera era de claro desuso.Unos pasos ms adelante, se hizo la oscuridad. Nadia se detuvo un instante y descolg algo de la pared.Era una lmpara porttil.La tena preparada hace ya mucho tiempo exclam sucintamente.Ysigui corriendo, alumbrndose ahora con la lmpara.Un kilmetro ms adelante, llegaron a un punto donde la galera se divida en tres ramales. Nadia tir por el de la derecha.Doscientos metros ms de recorrido y Nadia se detuvo en una plazoleta, en la que haba parado un aparato, ante cuya vista Edna se sinti llena de asombro.Un gravimvil! exclam.Nadia sonri, mientras abra la portezuela del aparato.Exactamente confirm.* * *El coronel Li-Oon ley el mensaje que acababa de recibir el guardia encargado de recibir los mensajes. Su ceo se haca ms y ms sombro a medida que avanzaba en la lectura.

N. S. y E. S. salieron de casa de la primera a las 16.44. Siguieron mil quinientos metros por la avenida, direccin Norte, y entraron luego en el subterrneo de cintas deslizantes de la misma direccin, tomando la cinta de 60 km/h. Tres kilmetros ms adelante, saltaron a la galera de servicio N 133, escapando por la misma, antes de que pudiera detenerlas...

La interjeccin que lanz Li-Oon era de una dulzura exquisita en comparacin con la que solt Patty al conocer la noticia.De modo que esas dos mujeres han despistado a sus hombres dijo.Lo reconozco humildemente, seora dijo Li-Oon.Sabe siquiera adonde conduca esa galera de servicio?A un kilmetro del empalme con el tnel se divide en tres ramales. Todos tienen salidas al exterior y he ordenado que vigilen las tres salidas, seora.Ha hecho bien, coronel aprob Patty. Luego, inquieta, murmur: Me pregunto cules son los propsitos de esas dos locas. Se le ocurre a usted algo, Li-Oon?El aludido se encogi de hombros.Lo siento, seora. Slo puedo decirle que tratan de realizar algn acto delictivo, aunque, de momento, no se me ocurre qu pueda ser contest.

CAPTULO IXLa tarea estaba a punto de terminar. Faltaban pocos minutos para las seis de la tarde.Hbil y disimuladamente, Arnold y Samar se haban ido deslizando hacia el principio del canal, por donde llegaban los alimentos, procedentes de las tolvas que los reciban de los vehculos de transporte. El muro quedaba a unos sesenta o setenta pasos de distancia.Arnold manejaba un tridente. Samar empleaba una pala.Haba dos guardias, uno a cada lado del canal. No lejos estaba la escalera que conduca al suelo.La explanada era enorme. Haba cinco o seis canales ms, todos ellos en plena actividad. Los presos eran vigilados continuamente.De repente, se oy una tremenda explosin.Cientos, miles de caras se volvieron hacia el lugar donde haba sonado el estampido. Trozos enteros del muro volaron por los aires, en medio de una nube de humo y polvo.Arnold y Samar no dijeron nada. El primero se dirigi hacia la escalera. Un guardia le cerr el paso.Eh, t! Adonde vas?El tridente de Arnold empuj ahora algo ms que animales muertos y vegetales. Se oy un chillido y el guardia cay fuera del canal, desde siete u ocho metros de altura.Samar golpe con la pala a su guardin. El hombre se desplom sobre la cinta transportadora y empez a chillar frenticamente.Una terrible confusin se origin en el acto. Algunos de los guardias trataron de salvar a su compaero cado en la masa alimenticia.Mientras, Arnold y Samar corran velozmente por el patio, aprovechndose del desconcierto reinante. Cuando los guardianes quisieron reaccionar, ya era demasiado tarde.Muchos condenados vieron el boquete y pensaron que era su ocasin para intentar la fuga.Hay que escapar de aqu!Largumonos de este infierno!Los guardias intentaron reaccionar y chasquearon los ltigos elctricos, lanzando dolorosas descargas. Pero las palas y los tridentes se movan sin cesar.Ygolpeaban salvajemente. El odio acumulado durante largo tiempo de opresin y tortura, explot con ferocidad sin igual.Por todas partes se luchaba, incluso en los servicios interiores de la fbrica. Un guardia fue arrojado contra un transformador elctrico y ardi como una pavesa en menos de un segundo.El cuerpo del guardia provoc un cortocircuito. La fbrica se par en el acto.Mientras, Arnold y Samar haban atravesado el boquete y corran a campo traviesa. A los doscientos metros, encontraron una hondonada.Abajo, en el fondo, haba un gravimvil parado.Piensas en todo dijo Arnold, admirado.Samar sonri, mientras descenda la pendiente a todo correr.No me gusta fracasar, cuando lo que hago es de importancia contest.Dos rostros femeninos asomaron por la portezuela del aparato. Arnold lanz un grito de alegra:Edna!* * *Patty recibi las noticias sumida en un sombro silencio. Cuando el coronel Li-Oon hubo terminado su relato, ella dijo:As, pues, lo que las dos mujeres pretendan era colaborar en la evasin de esos dos presos.Efectivamente, seora.Pero, no fue avistado el gravimvil por los guardias de la fbrica?Llevaba pintadas insignias oficiales en los costados. Adems, durante el rato de espera, permaneci en una hondonada, invisible para los centinelas. El que lo vio, pudo pensar que los tripulantes queran estirar un poco las piernas.Qu procedimiento emplearon para volar el muro, coronel?Uno muy antiguo, seora: un tubo lanzagranadas, con un proyectil de gran potencia expansiva.Todo parece indicar que esa evasin era algo meditado y planeado durante largo tiempo, no es as?S, seora.Bien, cules son los daos causados por el suceso?Veintiocho guardias muertos, cincuenta y seis presos muertos. Se puede decir que no ha habido heridos, seora. Adems, la fbrica Nmero Veintids est momentneamente paralizada, si bien la Secretara de Alimentacin ha hecho las conexiones necesarias, para que no falte la comida en el sector afectado.Muy bien, coronel. La noticia deber permanecer en el ms riguroso secreto, a fin de que no llegue a otras fbricas, entendido?S, seora.Adems, deber pedir al secretario de Paz cuantos hombres necesite. Es necesario dar a toda costa con los fugitivos y sus cmplices.S, seora.Otra cosa: si los apresan, debern ser ejecutados en el acto, en el mismo sitio donde los encuentren.Li-Oon se estremeci.Seora, temo no poder dar esa orden a mis hombres objet.Por qu?Una orden semejante slo puede ser emitida, segn la ley, por el Gran Gua.Patty sonri desdeosamente.Yo me ocupar de ese asunto en persona, coronel respondi. El Gran Gua dar la orden, crame.Li-Oon hizo una ligera inclinacin de cabeza. Quin es ahora el Gran Gua: l o ella?, se pregunt mentalmente.Otra cosa, coronel sigui Patty.Dgame, seora.Se le ocurre algn lugar donde puedan haberse refugiado los evadidos?No, seora; y no es presumible que hayan vuelto a sus domicilios habituales.Puede que tenga razn en ese sentido, coronel, pero haga que los vigilen, por si acaso. Y, le aseguro, dentro de unos minutos, el Gran Gua dar la orden de ejecucin contra esos criminales finaliz Patty torvamente.* * *No nos encontrarn aqu? dud Arnold.Samar solt una despectiva carcajada.Las gentes de Li-Oon slo conocen el campo por la televisin contest.S, pero ahora lanzarn a todos sus sabuesos contra nosotros aleg Edna.He vivido en esta cueva largas temporadas afirm Samar. Nunca vi un ser humano en las inmediaciones, os lo aseguro.Nadia preparaba la cena, en un rstico hornillo encendido en el fondo de la cueva, donde haba un pequeo respiradero para la salida de humos.El gravimvil haba quedado en el exterior, convenientemente cubierto con ramajes.Pero yo no voy a permanecer aqu siempre! exclam Arnold.Samar le dirigi una mirada inquisitiva.Sigues en tus trece de investigar las vidas de los jefes de la Tierra? pregunt.S contest el joven. Y ms, ahora que he sabido que el Refugio, ese lugar donde el Gran Gua pasa sus vacaciones, perteneci a Hari Ouled, el primer presidente de los veintin aos.Samar frunci el ceo.Resulta curioso observ. Esa residencia campestre ha continuado siendo utilizada por los siguientes jefes.Sin interrupcin aadi Edna.Era propiedad particular de Ouled y no hay constancia de que haya sido cedida al Estado dijo Arnold.Luego se volvi hacia Edna.Hasta dnde llegaste en tus investigaciones? pregunt.Antes de ser presidente mundial, Ouled fue secretario de Sanidad. Sucedi a un tal Hans Bllopf, que muri a los sesenta y cuatro aos. La seora Bllopf haba muerto dos meses antes, a los cuarenta y ocho.Arnold resping.Otra sospechosa coincidencia dijo. Edna, recuerdas la fecha de la muerte de Bllopf?S, muri en el ao dos mil ciento cincuenta y cuatro.Arnold se acerc a la boca de la cueva, desde la cual, y a travs de los ramajes que la cubran, se divisaba un panorama sorprendente.Al cabo de unos instantes de meditacin, se volvi hacia los otros.Volver a la capital dijo.Para qu? se estremeci Edna.He de seguir investigando a travs de Bllopf, querida.Crees que te permitirn el acceso a la Biblioteca Central? rezong Samar. En cuanto asomes la nariz por all, te echarn el guante.Arnold sonri.No voy a ir de da, claro dijo.Por la noche, las mquinas lectoras quedan desconectadas objet Edna.Pero los archivos siguen funcionando y ah es donde yo pienso continuar, mis investigaciones contest el joven rotundamente.La cena est lista! anunci Nadia en aquel momento.Samar dio una palmada en el hombro de Arnold.Ahora ocpate de mover las mandbulas dijo jovialmente. Seguro que no conoces el placer de roer un hueso, verdad? Aspir el aire con fuerza y aadi. Esos dos conejos que he atrapado huelen de un modo exquisito!* * *Despus de cenar, Patty sirvi a su esposo una copa vino dulce.La vida de Gran Gua es maravillosa dijo Clarke. Buena comida, buenos vinos..., y una mujer hermosa. Qu ms se puede pedir?Patty se sent frente a l, con otra copa en la mano.Muy poco ms, en efecto convino. Qu tal van los asuntos de Gobierno?Los encuentro agobiantes y fastidiosos respondi l, haciendo una mueca.Pero es tu deber. No lo olvides; eres el primer servidor del pueblo terrestre.S, sa es la lstima. Bueno, son deberes del cargo.Justamente. Y otro de los deberes de tu cargo es velar por el orden pblico, violado criminalmente.Ah, s, ya recuerdo. Creo que se ha producido un motn, con fuga, en una de las fbricas de alimentos.Exacto, Warren. Los culpables son conocidos tuyos.Clarke bebi su copa de un trago.Yo no tengo ya conocidos contest altisonantemente. Si son culpables, deben ser castigados de modo inexorable.Por supuesto. Y el castigo debe ser ejemplar, no te parece?Mujer, qu cosas tienes. Pero, por qu te preocupa tanto un simple motn? A diario pasan cosas...Haca muchsimo tiempo que no suceda nada semejante, Warren. Es preciso atajar el mal de raz o el ejemplo se propagar, con las consecuencias perniciosas que te puedes imaginar.Claro, claro convino l. Y, qu solucin me propones t, hermosa? pregunt, a la vez que la atraa hacia s, enlazndola por el talle con el brazo libre.Slo hay una solucin, Warren: la muerte, instantnea, dondequiera que los encuentren.Clarke sent a su esposa en las rodillas.No haces ms que citarme temas desagradables se quej. Por qu no hablamos de otras cosas..., ms particulares?Patty le ech los brazos al cuello y le mordisque un oreja.Hablaremos de lo que t quieras, amor mo contest, con voz cargada de dulces promesas.

CAPTULO XTras serle concedido el permiso, el coronel Li-Oon entr en el saln privado del Gran Gua.Seor salud, con una profunda reverencia.Ah, hola, coronel exclam Clarke con acento intrascendente. Tengo que decirle algo sobre los amotinados de la fbrica nmero Veintids.S, seor.El motn ha sido reducido, no es as?Efectivamente. La normalidad ha vuelto a la fbrica.Pero los evadidos no han sido hallados.Siento tener que decirle que no, seor. Sin embargo, hacemos todas las pesquisas posibles por encontrarlos.Muy bien. Cuando los encuentren, mtenlos.La cara de Li-Oon permaneci impasible, pero sus ojos miraron de soslayo a la hermosa mujer que permaneca a un lado, comiendo algunos granos de uva con estudiada actitud de indiferencia.Li-Oon carraspe.Seor, con el debido respeto me permito informarle que uno de los cmplices de la evasin es su prima, Edna Snery, ex locutora de la Televisin Mundial dijo.Coronel, un Gran Gua no tiene familiares, salvo su esposa, claro. Yo no conozco a esa chica, me entiende?S, seor.Y procure informarme con prontitud de esas ejecuciones aadi Clarke.S, seor.Eso es todo, coronel.Li-Oon salud y sali.Desde su despacho, imparti rdenes a los diferentes jefes de sus secciones. Apenas haba terminado, vio que se abra la puerta.Li-Oon se puso en pie, enormemente asombrado.Seora exclam.Patty sonrea enigmticamente.Le extraa verme aqu, coronel? pregunt.Bien... Li-Oon tosi un poco y luego dijo. No es costumbre de las primeras damas...Las cosas han cambiado un poco ahora, coronel ataj ella. Y puede que cambien ms en lo sucesivo. Pero necesito hombres fieles, hombres dispuestos a actuar, sin hacer preguntas enojosas.Siempre he sido fiel al Gran Gua...Y debe seguir sindolo en lo sucesivo, coronel. El Gran Gua tendr siempre presente esa fidelidad y, crame; sabr recompensarle adecuadamente, en el momento oportuno. Pero...Patty suspir ampliamente, la ley, si bien justa, tiene a veces algunos fallos.Por ejemplo?La sucesin. El Gran Gua no es del todo infalible.Es humano sonri Li-Oon.S, por eso creo que el anterior se equivoc al nombrar a Clark