LCDE072 - Glenn Parrish - La Divisoria

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LCDE072 - Glenn Parrish - La Divisoria

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La Divisoria

LTIMAS OBRAS PUBLICADAS

EN ESTA COLECCIN

67 Un trazo de luz A. Thorkent

68 La araa espacial Glenn Parrish

69 El planeta de los muertos vivientes Keith Luger

70 Perdidos en Venus Cliff Bradley

71 Cuando se detengan las estrellas Joe Mogar

GLENN PARRISH

LA DIVISORIA

Coleccin

LA CONQUISTA DEL ESPACIO n. 61

Publicacin semanal.

Aparece los VIERNES.

EDITORIAL BRUGUERA, S. A.

BARCELONA - BOGOTA - BUENOS AIRES - CARACAS MEXICODepsito Legal B. 40.623 - 1971

Impreso en Espaa - Printed in Spain

1.a edicin: diciembre, 1971

GLENN PARRISH - 1971

sobre la parte literaria

JOS TRIAY - 1971 sobre la cubiertaConcedidos derechos exclusivos a favor

de EDITORIAL BRUGUERA. S. A.

Mora la Nueva, 2. Barcelona (Espaa)

Todos los personajes y entidades privadas que aparecen en esta novela, as como las situaciones de la misma, son fruto exclusivamente de la imaginacin del autor, por lo que cualquier semejanza con personajes, entidades o hechos pasados o actuales, ser simple coincidencia.

Impreso en los Talleres Grficos de Editorial Bruguera, S.A.Mora la Nueva, 2 - Barcelona - 1971

CAPTULO PRIMERO

La fiesta estaba en su apogeo.

Brillaban las condecoraciones en los rutilantes uniformes y las joyas en los escotes de las damas. Abundaban los trajes de etiqueta, severos y elegantes aun dentro de su modernidad. Los trajes femeninos eran osados y audaces, tanto ms cuanto menor era la edad de quien lo llevaba. Los sirvientes-robots iban de un lado para otro sin cesar, portadores de bandejas con copas y pequeos bocadillos.

En uno de los mayores salones de la mansin donde se daba la fiesta, los invitados se agolpaban para escuchar a la famosa cantante Elvira Sbarni. Frol Ndart era uno de los que disfrutaban ms con los gorgoritos de la Sbarni, la voz de oro de la galaxia, segn rezaban los carteles publicitarios.

Ndart estaba apoyado en una columna de mrmol, de notable grosor, rematada por un enorme jarrn de alabastro. Tena los ojos fijos en la cantante.

La Sbarni era una hermosa mujer, una deslumbrante morena de piel blanqusima, con la figura de una valquiria. Sus ojos miraban clidamente y sus labios prometan fuego.

Los labios sonrean a Ndart y los ojos le miraban con insistencia. Ambos, Ndart y la Sbarni, saban qu haba detrs de aquel mudo dilogo.

El pblico escuchaba a la cantante con religioso silencio. Ndart pareca arrobado.

Un hombre se acerc calladamente a Ndart.

Ven, Frol dijo en voz baja.

Ndart volvi un poco la cabeza.

Jefe... murmur.

Sgueme, Frol orden el otro.

Pero, jefe, estoy oyendo a la Sbarni...

No hagas que me impaciente, Frol gru Ramn de Zaya.

Ndart hizo un gesto de resignacin.

Si no hay otro remedio...

Los que estaban ms cerca, sisearon, pidiendo silencio. Ndart emiti un bufido de desdn.

Luego dirigi un gesto a la cantante. Lo siento, el deber me llama, dijo en silencio.

Elvira Sbarni dej de sonrer, aunque continu cantando. Ndart sigui a su jefe, hasta un saloncito situado en el otro extremo de la planta baja, desierto en aquel momento.

Hombre, jefe se quej Ndart, ha venido a interrumpirme en el mejor momento...

Frol, no me digas que te apasionas por la pera contest De Zaya sarcsticamente. Tu educacin musical no ha pasado del ltimo chin-chin-ta-chin-pum de moda.

La pera me importa un rbano, en efecto admiti Ndart sin pestaear. Pero Elvira Sbarni me gusta un rato largo y estaba hablando con ella.

Telepticamente?

No, hombre, por guios. Yo le deca...

Lo que le decas a esa gorda no me interesa en absoluto contest De Zaya tajantemente. Escucha, tengo una misin para ti.

Ndart ech a andar hacia la puerta.

Adis, jefe se despidi.

Frol! rugi De Zaya.

Me echa del S.E.I.? pregunt Ndart esperanzadamente.

Y un cuerno! Nadie que entra a trabajar para el Servicio Estratgico Interestelar lo abandona, si no es muerto. Tengo una misin para ti y la cumplirs, tanto si te gusta como si no te gusta.

Ndart se volvi hacia el director del S. E. I.

Conmueve su sentido de la devocin hacia sus pobres agentes dijo. Y lo que ms gusta de su carcter es que siempre pide voluntarios para una misin; jams enva a nadie a ninguna parte, si es contra su gusto.

En este caso, no me queda otro remedio que elegirte a ti, Frol.

Cualquiera dira que me tiene antipata, jefe. Y por qu he de ser yo y no otro?

Lo sabrs en seguida. De Zaya meti la mano en el interior de su blanca chaquetilla de gala y sac un retrato de casi veinte centmetros de lado por doce de anchura. Contempla esta beldad, Frol.

Los ojos de Ndart se fijaron en la joven retratada.

Ps, no est mal! dijo. Me parece conocida aadi.

Tienes que conocerla, Frol. Es Janya de Lscoud.

Ndart abri la boca.

Janya de...

La misma. De Zaya le arrebat el retrato. Y va a venir aqu dentro de unos momentos.

Pero, jefe, yo ya haba quedado con la Sbarni...

La Sbarni se puede ir a un bao turco, que buena falta le hace para perder grasas dijo De Zaya crticamente. T te quedas y hablars con Janya de Lscoud.

Pero bueno, de qu, si puede saberse?

Escucha, ella est de incgnito en la Tierra. Va a regresar a su planeta.

Buen viaje.

Lo ser si t la acompaas, Frol.

Ah, me ha nombrado su chevalier servant?

Algo por el estilo. Escucha, Janya vuelve a Grovnor. Lleva una frmula en la cabeza. Tienes que grabarla cuando ella te la recite.

Ndart arque las cejas.

Y por qu no la recita aqu mismo? se extra.

De Zaya consult su reloj.

Est retrasndose dijo. Se trata de un problema con Vudnor aadi.

Ah, los malditos roces entre Grovnor y Vudnor.

As es confirm el director del S.E.I.. T sabes bien que Grovnor es un planeta sujeto voluntariamente a nuestro protectorado. Lo hizo para eludir las ambiciones imperialistas de Vudnor...

Jefe, no hable as se amosc Ndart. Vudnor dice lo mismo de nosotros, los terrestres.

Son acusaciones infundadas...

S? Y, dgame, qu otro planeta se aprovecha ntegramente de los recursos en minerales de alta estrategia de Grovnor, si no es la Tierra? A m las quejas de Vudnor me parecen completamente justificadas.

Mira, Frol, no vayamos a discutir ahora de asuntos de poltica interestelar. T eres un agente del S.E.I. y tu obligacin es obedecer las rdenes de tus superiores, yo en el presente caso. Que yo sepa, no eres vudnoriano.

No se vive tan mal all declar Ndart jovialmente.

De Zaya solt un bufido.

Formalidad, Frol mascull. Volvi a mirar el reloj y se impacient de nuevo: Mujeres, mujeres! Terrestres, vudnorianas o grovnorianas, son siempre igual. Nunca puntuales...

Lo cual les concede un encanto especial sonri Ndart. De modo que Janya tiene que darme una receta.

S, una frmula que slo ella conoce, adems, naturalmente, de sus autores, y que, tras largas deliberaciones secretas entre los gobiernos de la Tierra y Grovnor, han acordado cedernos a nosotros los derechos de patente sobre construccin, ensayo y utilizacin industrial de... del aparato.

Je! dijo Ndart mordazmente. Han acordado cedernos..., despus de que algn embajador terrestre lleg a Grovnor con una estaca hipernuclear en la mano. No, claro, no somos imperialistas; defendemos la libertad y la democracia... Siga, siga, jefe, esto es interesantsimo.

Bueno, cuando ella est aqu, te dar ms detalles continu De Zaya: Por el momento, te dir que tambin estoy esperando a otra persona. En clave se le conoce por la cifra E-19.

Ah, el bueno de Pete Ordmare.

S, el mismo. Trae detalles complementarios, sin los cuales la misin resultara altamente dificultada o quiz inutilizada. En resumen, algo as como la orden de actuacin.

Comprendo. De modo que Pete Ordmare.

S, Frol.

Pero bueno, jefe, es que no haba otro agente ms que yo a mano? se quej Ndart.

De Zaya mir a su interlocutor de la cabeza a los pies.

Cuando envo a alguien a una misin, procuro cubrir todas las eventualidades posibles respondi. Quiz Janya niegue o no pueda, en ltima instancia, comunicarnos la frmula. Contigo a su lado, la cosa resultara ms accesible.

Usted me ha tomado por un donjun...

Vamos, vamos, es un papel que te gusta mucho desempear dijo De Zaya riendo. Y no me negars que Janya de Lscoud no tiene belleza, elegancia, simpata... En fin, que ser un viaje de placer, creme, Frol.

La puerta de la sala se abri en aquel instante. Una hermosa joven, alta, esbelta, de larga cabellera rubia y vestida con un sencillo traje blanco, apareci en el umbral.

Seor De Zaya salud.

El director del S.E.I. hizo una corts reverencia.

Seora salud. Tengo el honor de presentarle al agente Frol Ndart, quien ser su acompaante durante el prximo viaje de regreso a Grovnor.

Janya dirigi una escrutadora mirada al mencionado. Ndart se limit a mover ligeramente la cabeza.

Encantado de conocerla, seora dijo.

Ella cerr la puerta.

Es un placer, caballeros dijo con voz melodiosa. Han recibido la respuesta que yo les encargu solicitar? pregunt.

De Zaya volvi a mirar su reloj.

La estoy aguardando de un momento a otro, seora respondi. De sbito lanz una exclamacin: Ah, ah viene.

Tres pares de ojos se volvieron hacia el ventanal de la sala, que daba a una espaciosa terraza, situada directamente sobre el jardn. Un hombre, vestido con traje de etiqueta de color blanco, avanz con paso torpe hacia ellos.

Pete! exclam Ndart, dando dos pasos hacia el recin llegado. De pronto vio algo que le llen de alarma: Eh! Qu te sucede, muchacho?

La cara de Ordmare estaba tan blanca como su chaquetilla. De repente, trastabill y se vino de cara al suelo.

Janya lanz un agudo chillido. De Zaya lanz una imprecacin.

Ndart se qued helado un instante. Luego se arrodill junto al cado, por el centro de cuya espalda se vea asomar el delgado mango de un cuchillo de extraa factura.

Un cuchillo vudnoriano identific en el acto.

De Zaya tena la cara gris.

El pobre Pete ya no podr transmitimos su mensaje dijo. Esto ha sido cosa de Pretton Wirl-77 aadi, furioso.

Ndart se puso en pie.

Como quiera que sea manifest, la misin se ha suspendido, por lo menos, en lo que a m respecta.

Te vas, Frol? pregunt De Zaya, asombrado.

Claro, jefe, qu quiere que haga aqu? Usted mismo dijo antes que Pete traa...

S lo que dije, pero se ha cometido un asesinato y tienes que ayudarme.

Eso es cosa de la Intrapolica replic Ndart desenvueltamente. Por desgracia, yo no le puedo ayudar en nada, de modo que quedarme aqu no nos har un bien a nadie.

De Zaya ya no puso ms objeciones. Frol dirigi una mirada a Janya, que estaba muy plida.

Siento lo ocurrido, seora se despidi.

Y no menta, porque haba apreciado mucho a Ordmare y le dola extraordinariamente su muerte.

CAPTULO II

Envuelta en lo que pareca medio centenar de metros de transparentes tules negros, Elvira Sbarni llen dos copas y luego se acerc lentamente al divn donde reposaba su invitado.

Y dijo que era gorda murmur Ndart entre dientes.

Decas algo, cario? pregunt la cantante, inclinndose sugestivamente hacia l para tenderle la copa.

Deca que eres la mujer ms hermosa del mundo sonri Ndart. Levant su copa. Y la de voz ms agradable de la galaxia aadi.

No hagas de agente publicitario pidi Elvira, sentndose a su lado. Si me elogias, que sea con sinceridad.

Ndart vaci la copa. Luego se incorpor ligeramente y la atrajo hacia s.

Me gusta elogiarte con algo ms que palabras murmur, mordisquendola en una oreja.

Cuidado, no olvides que soy una dbil mujer rio ella, halagada por el ardor del joven.

Eso es lo que ms me gusta de ti, Elvira. Oye, puedo hacerte una pregunta?

Todas las que quieras, cario. A ti no te puedo negar yo nada en absoluto. Le bes apasionadamente y luego le mir al fondo de los ojos. Gracias a ti he llegado a ser lo que soy actualmente.

Bah, igual hubieras llegado. Tienes figura, tienes voz...

Pero no hubiera podido salir de aquella maldita taberna y t lo sabes bien.

Eso s es cierto. Sin embargo, no vas a estar agradecindomelo toda la vida, Elvira.

Te lo agradecer ahora murmur ella clidamente.

Pasaron unos minutos. Luego, Elvira, con la cabeza apoyada en su pecho, dijo:

Cre haber odo antes que queras hacerme una pregunta, Frol.

S, es cierto. Ya lo haba olvidado. Conoces t a un tal Kurt Ihrms?

Elvira se incorpor vivamente.

Ihrms! exclam. S, lo conozco. Por qu lo preguntas, cario?

Frol le acarici una mejilla.

Podras indicarme dnde tiene su guarida ese tipo?

Normalmente, acude al Meteor. Pero de eso hace tres aos...

Si no est all, no faltar quien me diga dnde encontrarlo sonri Ndart.

Frol, quiero advertirte una cosa y lo har con sinceridad. Recuerda que yo conozco muy bien esos ambientes.

Lo s, preciosa. De qu se trata?

Cuidado con Ihrms. Es tan peligroso como un escorpin vudnoriano.

Ndart se estremeci.

Brrr!... No me menciones esos bichos. Una vez tuve que enfrentarse con uno de ellos y lo raro es que siga todava con el pelo negro. Tan peligroso juzgas a Ihrms?

Elvira se puso en pie y le mir de arriba abajo.

Es de la clase de hombres que le hacen a uno cambiarse de acera cuando le ve venir de frente dijo.

Muy bien. Ndart se levant tambin. Lo tendr en cuenta.

Vas a verle?

Hoy ya es un poco tarde. Ndart la tom por los hombros. Nunca me arrepentir de haberte sacado de aquel antro.

Elvira se colg de su cuello.

Y yo no lo olvidar jams dijo rendidamente.

* * *

Frol Ndart lleg ante la puerta de su departamento y sac la llave, pero no lleg a insertarla en la cerradura.

Estuvo un momento quieto, contemplando fijamente un punto situado a un centmetro de la jamba. Luego, sin hacer el menor ruido, corri a lo largo del pasillo y alcanz una ventana que daba directamente a la calle.

Al pie de la ventana, en la fachada exterior, haba una cornisa. Puso los pies en la misma y se desliz sigilosamente, pegado a la pared, hasta alcanzar otra ventana, que daba a una de las habitaciones interiores de su piso.

Entr sin hacer ruido. Busc en una consola y sac un arma. Luego se asom cautelosamente a la sala.

Haba dos hombres sentados apaciblemente frente a la puerta de espaldas a l. Aunque no poda verles las caras, sus ropajes de color amarillo plido le indicaron claramente su procedencia planetaria.

Ndart tosi un poco. Luego, mientras los otros se volvan, con enorme sorpresa, dijo:

Caballeros, esto que tengo en la mano es una pistola neurnica. Entre otras cosas, destruye el sistema nervioso y la vctima muere en menos de un minuto, de una manera nada agradable, desde luego. Y ahora que ya saben lo que les espera si intentan algo hostil contra m, tengan la bondad de expresar los motivos de su ilegal irrupcin en mi domicilio.

Los intrusos se recuperaron pronto. Uno de ellos dijo:

Me llamo Remmor Tonn-40. Mi compaero es Gwedd Snat-57. Supongo que estamos hablando con el seor Ndart.

As me llamo admiti el aludido. Puedo saber qu hacen en mi casa?

Somos unos simples mensajeros. Venimos a hacerle una proposicin, seor Ndart declar Snat-57.

Segn creo adivinar, ustedes son oriundos de Vudnor. Me equivoco? pregunt Ndart.

En absoluto confirm Tonn-40. S, somos de Vudnor.

Bien, qu es lo que quieren?

Tonn-40 se dirigi a su compaero.

Gwedd, abre la cartera indic.

Snat-57 se inclin hacia una mesita, sobre la cual haba una cartera negra. Solt las presillas y levant la tapa.

Ndart lanz un silbido.

Vaya montn de billetes coment.

Diez millones dijo framente Tonn-40. Moneda terrestre, pero tambin de curso legal en cualquier planeta acogido al S.M.I.

Sistema Monetario Intergalctico aclar Snat-57.

Conozco las siglas dijo Ndart secamente. Pero, qu significa ese dinero?

Es suyo, seor Ndart dijo Tonn-40.

Siempre que se olvide del nombre de una persona aadi el otro.

Concretamente, de una mujer.

Hemos de decirle tambin el nombre?

Se llama Janya de Lscoud adivin Ndart.

Justamente confirm Snat-57.

Caballeros, han pensado en que, aunque yo cediese a sus proposiciones, hay otras personas que las rechazaran? contest el terrestre.

Los visitantes sonrieron.

En estos momentos, el seor De Zaya est conversando con nuestro jefe manifest Tonn-40.

Dada la categora del seor De Zaya, la maleta que en estos momentos tiene abierta ante s, contiene quince millones agreg el otro vudnoriano con plcido acento.

Hubo un momento de silencio. Luego, Ndart avanz hacia la mesa y, con la mano izquierda, cerr la valija.

Por favor, vyanse orden.

Los visitantes dejaron de sonrer.

No lo puedo creer.

Nos haban asegurado que no haba un terrestre insensible al dinero.

Ndart sonri.

Los terrestres tenemos muy mala fama, justificada en muchos casos, efectivamente admiti. Pero, como en todas partes, siempre hay excepciones. Se van o los echo?

Tonn-40 cerr las presillas y carg con la valija.

Usted se lo pierde dijo secamente.

Y puede que pierda an ms que diez millones agreg el otro, con acento amenazador.

No hagan de matones de taberna, es un papel que no les va sonri Ndart. Y si quieren un consejo, tengan cuidado conmigo. Pude matarlos impunemente y ustedes ni se habran enterado siquiera.

Los vudnorianos parecieron muy impresionados por aquellas palabras.

Usted nos sorprendi, es cierto admiti Tonn-40. Cmo supo que estbamos aqu?

Ndart sac la llave con la mano izquierda y la hizo saltar en el aire un par de veces.

Slo esta llave desconecta el sistema de alarma explic. La suya abri, pero dej encendido un piloto rojo muy pequeo bajo el pomo de la puerta.

Snat-57 hizo una inclinacin de cabeza.

Lo tendremos en cuenta declar. Buenas noches, seor Ndart.

El dueo del piso simul un bostezo.

Buenos das puntualiz, a la vez que sealaba hacia la ventana. Ya amanece.

Cuando se hubo quedado solo, ech el cerrojo de seguridad. Tena mucho sueo y quera dormir.

CAPTULO III

El Meteor haba cambiado poco en tres aos. Slo haba sido renovado el mobiliario, por desgaste natural. La decoracin continuaba siendo idntica, aunque ya se notaba en ella el paso de los aos.

Una cantante, que fiaba ms en lo exiguo de su indumentaria que en su voz, se desgaitaba en el escenario. Los dedos del pianista corran frenticamente por el teclado, intentando perseguirla musicalmente, para aunar sus esfuerzos. Los resultados eran ms bien deplorables.

La mente de Ndart volvi a tres aos antes, cuando Elvira Sbarni actuaba en aquel mismo escenario. La cantante actual, se dijo, deba de estar sujeta al dueo del Meteor en las mismas inhumanas condiciones que Elvira. Slo que la de ahora posiblemente se lo mereca, pens.

El local era enorme. Salvo los que vigilaban el orden por cuenta del dueo, el resto del personal era femenino.

Se acerc al mostrador. Haba un hombre enorme, bigotudo, vigilando la marcha del negocio. Los ojos de Quentin Hays centellearon al reconocer a su cliente.

Puedo decirle que su visita me causa dolor de estmago, Ndart? dijo Hays.

El joven no se inmut.

A m, la vista de su bigote me encallece el nervio ptico contest. S que me quiere mal. Por qu no me envenena con el mejunje favorito de la casa?

Hays hizo un gesto con la mano. Una pechugona barmaid puso delante de Ndart una copa llena de un lquido rojo.

Sangre de serpiente cascabel, con unas gotas de cicuta aclar dulcemente el dueo.

Una combinacin inapreciable. Ndart levant su copa. A la salud de Elvira Sbarni.

No me la recuerde. Me pongo malo cada vez que pienso en aquel da...

Quentin, no sea cnico. Slo le faltaba tenerla sujeta por una cadena atada a los tobillos.

Me arruin el mejor negocio de mi vida.

Elvira se mereca algo ms que esta infecta cuadra y usted lo sabe bien.

Pero exista un contrato, Ndart.

El joven tom un trago.

Segn mis noticias, aos despus, Elvira le indemniz generosamente dijo. Por qu se queja, apestoso saco de sebo?

Ahora estara ganando...

Elvira est ahora ms hermosa que nunca. De haber seguido aqu, aparentara veinte aos ms y posiblemente habra terminado alcoholizada o degollada por algn borracho. Y como ya nos hemos insultado mutuamente, hablemos de otra cosa, Quentin.

Es verdad. Deb figurrmelo desde el principio. Usted no ha venido aqu para beber mis mejunjes.

Cuando salga de su taberna, me ir al especialista del estmago. Quentin, dnde para Kurt Ihrms ahora?

Hays parpade de asombro.

Para qu quiere ver a Ihrms? pregunt.

Si Ihrms quiere, ya se lo dir a usted despus. De momento, dgame si puedo verlo aqu.

No s si querr...

Cul es su reservado? Ihrms tiene uno siempre a su disposicin.

El nmero once. Pero le dar un consejo, Ndart.

Siempre acepto los consejos. Ahora, seguirlos despus... rio el joven.

No le haga muchas cosquillas a Ihrms. Se enfada fcilmente. Y sus gorilas tambin.

Ah, tiene gorilas.

Dos. Tchkuo y Schaffer. El primero es manchuriano...

Yo, no contest Ndart redondamente.

* * *

Los reservados estaban en el piso superior, a lo largo de un enorme pasillo, flanqueado por una doble hilera de puertas. Ndart busc el nmero once y llam.

Un sujeto gigantesco, de crneo afeitado, salvo en la nuca, donde tena un corto mechn de pelos, abri a poco.

El seor Ihrms est ocupado dijo Tchkuo, el manchuriano.

En planear su prximo asesinato? sonri Ndart. Anda, pequen, aprtate a un lado y djame pasar.

La manaza del gigante se acerc al cuello de Ndart, quien no se inmut siquiera. Llev su mano al cinturn y algo parecido a una maza golpe con tremenda violencia el pecho de su oponente.

Tchkuo fue arrancado un palmo del suelo y cay hacia atrs, sin sentido. Ndart cerr la puerta y, tomando como pavimento el cuerpo del manchuriano, avanz hacia los dos hombres que estaban detrs de una mesa bien provista de vituallas slidas y lquidas.

Sobre la mesa haba un papel, que a Ndart le pareci un plano. Ihrms se puso en pie, con ojos centelleantes de clera.

Tchkuo le dijo que yo no estaba visible para nadie grit. Quin diablos se ha credo que es?

Usted no me conoce, Ihrms.

Tengo esa suerte.

Me llamo Frol Ndart. Quiz mi nombre no le diga nada, pero s el de Pete Ordmare.

Ihrms frunci el ceo. Schaffer, a su lado, tambin alto y hercleo, esperaba como un perro de presa, dispuesto a saltar sobre la garganta del joven, a la menor seal de su amo.

Nunca he odo hablar de Ordmare contest Ihrms, despus de un silencio.

Est mintiendo, Kurt. S que usted lo asesin. O hizo que lo asesinaran. Ahora bien, usted no hace cosas as slo por capricho. Alguien le pag. Dgamelo y tal vez le perdone la vida.

Ihrms se ech a rer, a la vez que se volva hacia su aclito.

Has odo? Dice que me va a perdonar la vida exclam.

Muy gracioso coment Schaffer, en cuyo rostro de piedra no se haba visto la menor alteracin. Me deja darle una respuesta apropiada al insulto?

Ihrms mir de soslayo al joven. Luego movi la cabeza.

Anda con l accedi.

Schaffer se puso en pie. De repente, algo centelle en su mano.

Ndart contempl el arma con inters. Era un cuchillo muy largo, de hoja estrecha y ligeramente ondulada. En el centro, siguiendo las ondulaciones, tena por ambos lados sendas crestas de dientes de medio centmetro de altura, semejantes a una sierra. El mango era largo, estrecho y cilndrico.

Un cuchillo as mat a mi amigo Ordmare dijo Ndart calmosamente.

Yo no voy a matarle manifest Schaffer. Slo quiero darle una pequea leccin.

Adelant otro paso ms. Ndart fint y Schaffer salt lateralmente, esquivando el impacto de la descarga de choque.

Pero Ndart no haba presionado el botn de descarga. Cuando los pies de Schaffer tocaron el suelo, l dispar el mecanismo.

Schaffer se levant dos palmos en el aire, vol hacia la pared y se estrell contra ella ruidosamente. Cay al suelo y se qued inmvil.

Ihrms se precipit hacia la mesa. Hurg debajo de la misma y sac una pistola neurnica, pero Ndart agarr el mueble y lo volc aparatosamente sobre el sujeto.

Se oy un chillido. Ihrms qued atrapado por la mesa, cuyo borde quedaba sobre su pecho. Ndart apoy ambas manos sobre el lado opuesto y presion hacia abajo.

Quin le pag por matar a Ordmare? pregunt.

Los ojos de Ihrms voltearon agnicamente sobre las rbitas.

Sulteme jade. Se lo dir...

Ahora! pidi Ndart con tono duro.

Fue...

Un ruido extrao son a sus espaldas. Veloz como el pensamiento, Ndart salt a un lado, a la vez que giraba sobre s mismo.

Lanz una maldicin, pensando en que no haba calculado bien la resistencia del manchuriano, que se haba despertado antes de lo calculado. Pero Tchkuo se desplomaba en aquel momento hacia adelante, sin soltar el cuchillo vudnoriano que haba empuado sigilosamente.

La cara del gigante era una mscara de agona. Cay de bruces y el cuchillo se clav en el suelo a travs de la cintura de Ihrms.

Se oy un alarido espantoso. Ihrms patale un poco y luego se qued quieto.

Frol se senta atnito. Su asombro, sin embargo, no proceda de la muerte de Ihrms, sino de la presencia de una hermosa mujer en el reservado.

Janya de Lscoud! exclam.

Yo misma confirm la joven tranquilamente.

* * *

Hubo una corta pausa de silencio. Ndart contempl la pequea pistola que ella empuaba todava con mano firme.

Parece que he llegado a tiempo dijo Janya sin perder la calma.Ndart respir profundamente.

No lo sabe bien, seora. Qu clase de pistola lleva usted? pregunt, intrigado.

Janya guard el arma en el bolso que penda de su hombro izquierdo. Ahora vesta con ms sencillez an que en la fiesta; su indumentaria consista en traje de una sola pieza, de color gris oscuro cerrado de cuello y mangas. El pelo estaba recogido en un alto moo, sujeto con varias vueltas de cinta negra, que le conferan el vago aspecto de un peinado griego.

Dispara proyectiles electrocutantes contest con indiferencia.

Made in Grovnor dijo Ndart.

As es. Consigui algo, seor Ndart?

Acerca de qu seora?

No se haga el desentendido. Usted est aqu por las mismas razones que yo: la muerte de Pete Ordmare.

Ndart frunci el ceo.

Quin le ha dicho que Ihrms tuviera relacin con ese asesinato? pregunt.

Usted se arrodill junto a Ordmare. No estaba muerto todava, aunque falleci a los pocos segundos. Sin embargo, tuvo tiempo de pronunciar el nombre de Ihrms.

Es cierto, si bien yo tena la cara casi pegada a la suya y pude orlo claramente.

Janya llev la mano a la oreja izquierda y sac de su interior un delgado tubito, terminado en una pequea protuberancia de forma lenticular.

Un amplificador de sonidos explic.

Entiendo contest Ndart. Pero Ihrms ha muerto.

Janya seal a Schaffer.

Y se? sugiri.

Le interrogar, aunque dudo mucho de que pueda decimos algo.

Por qu?

Imagino que, respecto a Ordmare, Ihrms deba de saber cosas que no dijo siquiera a sus ms fieles secuaces contest Ndart.

Se acerc a Ihrms por el otro lado de la mesa, recogi el plano, lo dobl y se lo guard en uno de los bolsillos.

Janya le miraba con curiosidad.

De dnde es ese plano? pregunt.

No lo s. Ya me lo dirn en el departamento de Cartografa del S.E.I.

Inteligente respuesta. Quiere que le diga yo ahora una cosa, seor Ndart?

Dado su rango, no me queda otro remedio que escucharla, seora.

Janya sonri ligeramente.

Temo que deber acompaarme en mi viaje de vuelta a Grovnor manifest.

Ndart hizo un gesto de extraeza.

Por qu? pregunt.

Resulta claro contest Janya. Pete Ordmare vena a traerme un mensaje, del cual dependa mi viaje. Puesto que lo asesinaron, resulta obvio que no queran que me comunicase el mensaje. Lo cual, a su vez, significa que el mensaje era positivo.

Tiene usted una lgica arrebatadora coment Ndart, pasmado. Ahora bien, que usted deba hacer ese viaje, no significa que yo tenga necesariamente que acompaarla.

Ella puso cara de lstima.

No? No vendr conmigo? Qu pena! Y yo que me haba hecho tantas ilusiones de pasarlo bien durante el viaje se lament.

CAPTULO IV

La indumentaria de Elvira Sbarni consista en tres minsculos pedacitos de tela blanca, pomposamente llamados traje de bao. Resplandeciente como una diosa, los largos cabellos negros alcanzando hasta la cintura, Elvira tom impulso y se lanz de cabeza, sumergindose en las transparentes aguas del lago.

Reclinado indolentemente en uno de los cojines de la embarcacin, Frol Ndart contemplaba las evoluciones de la cantante. Al cabo de unos minutos, Elvira nad hacia la lancha, parada casi en el centro del lago, y se iz gilmente a bordo.

Todava me mantengo en forma dijo alegremente.

Las aguas estn un poco fras aleg Ndart. No afectar en algo tu voz?

Ella hizo un gesto de indiferencia.

Y qu importa? Con no cantar un par de noches, asunto concluido respondi. Mi mdico personal dice que no me conviene la agitacin ni las emociones fuertes. Y estando a tu lado, ya me dirs cundo una se puede sentir tranquila rio maliciosamente.

La embarcacin dispona de una especie de plataforma, cubierta de tejido esponjoso. Elvira se tendi en la plataforma, bajo el sol, y cerr los ojos.

Esto es maravilloso suspir, satisfecha. Y pensar que si no hubiera sido por ti, an estara en el Meteor. O tal vez en algn lugar mucho menos recomendable.

Olvdalo ya, nena contest Ndart. Tambin estaba en traje de bao. Quieres un trago?

Bueno acept ella.

Haba una pequea nevera en la embarcacin y Ndart prepar dos refrescos. Atraves la nave y se sent en el borde de la plataforma, junto a Elvira.

Antes has mencionado el Meteor dijo, tras los primeros tragos. Anoche estuve all, Elvira.

Ella le mir con curiosidad.

Qu te dijo el viejo buitre de Hays? pregunt.

Nos insultamos mutuamente durante unos momentos. Luego se port ms amable.

Te dijo algo de Ihrms?

S. Lo encontr, en su reservado permanente, con dos de sus gorilas. Hubo un poco de bronca, sabes?

Ese Ihrms es un mal bicho. No te hizo nada?

Trat de hacerlo. Ahora est en la Morgue, con otro de sus secuaces.

Elvira se incorpor sobre un codo.

Hablas en serio? pregunt.

Nena, ste es un asunto muy serio. Ya sabes que Pete Ordmare muri asesinado con un cuchillo vudnoriaro.

Un arma espantosa calific Elvira. Fue Ihrms?

Lo neg, aunque estoy seguro de que el hombre que acuchill a Ordmare lo hizo por orden suya. Naturalmente, no fue ninguno de los dos esbirros de confianza.

Un asesino pagado.

Eso creo, pero no me interesa tanto el asesino como el que hizo el encargo a Ihrms.

Y no te lo dijo?

No. Por eso te he invitado a pasear en barca por el lago.

Elvira hizo un gesto de decepcin.

Hombre, yo crea que me habas invitado por mi linda cara le reproch.

Y por tu cuerpo de Venus y por el placer de verte sonrer y orte hablar dijo Ndart, inclinndose hacia ella. Pero tambin se pueden incluir otros motivos.

Elvira le puso los brazos en torno al cuello.

Hay dos posibilidades dijo. Una se llama Rhea Thuvius.

Quin es Rhea Thuvius?

La llaman La Mujer Araa. Aadir venenosa es alargar demasiado el calificativo.

Comprendo. Lo tendr en cuenta. Y la segunda posibilidad?

Dee Harghan. Tambin vive de matar.

Los ojos de Ndart contemplaron con admiracin el rostro de la cantante, situado a escasos centmetros del suyo.

Ests enterada de muchas cosas dijo.

En el Meteor se oye de todo. Lo que sucede es que hay que tener los ojos abiertos y la boca cerrada. Salvo cuando se canta, naturalmente.

Eso es cierto. Quin podr decirme dnde viven esos dos?

Vuelve a Hays. Yo ya no s ms. Le atrajo hacia s y le bes con fuerza. Pero ten mucho cuidado; no me gustara que te pasara nada.

Ndart sonri.

Slo por ti, procurar que no me suceda nada contest. Y se acerc a ella de nuevo, pero, en el mismo momento, se oy un suave ding-dong en el otro extremo de la canoa.

Qu es eso? pregunt Elvira, extraada.

Mi jefe me dio permiso para venir hoy al lago, aunque con la condicin de dejar la radio conectada para una posible llamada. Dijo que no se me molestara, pero es un mentiroso contest Ndart de mal talante.

* * *

Ndart se sent en uno de los bancos y presion una tecla en el aparato de radio.

Adelante, mal jefe dijo. Ha llamado en el momento menos oportuno.

Lo siento, pero no tena otro remedio. Tienes que venir a la Central.

Ahora mismo?

Hombre, te doy de tiempo hasta maana. Pero me pareci que debas saberlo.

De qu se trata?

El plano que tena Ihrms. No logramos identificarlo.

Vaya con la seccin de cartografa! dijo Ndart burlonamente. No saben a qu ciudad pertenece?

Pues no, aunque te parezca extrao. Recuerda que no tiene el menor rtulo o indicacin de la ciudad a que pertenece. Pero tienes que aprendrtelo de memoria, mediante el procedimiento habitual.

S, ya s, grabacin en el subconsciente. Luego, de pronto, veo un plano igual y, paf!, ah est el osado agente secreto Frol Ndart desvelando el enigma.

Justamente, Frol.

Oiga, jefe, y por qu no se va a ver directamente a los de Vudnor? Es que no le dice nada el hecho de que hayan intentado sobornarnos?

Me dice mucho, pero no puedo decir nada. Su jefe es Pretton Wirl-77 y es un personaje de alto rango, protegido por la inmunidad diplomtica.

Me deja que vaya yo a verle?

No rechaz De Zaya tajantemente. Y recuerda, maana a las nueve te quiero en la seccin de grabacin.

Ser puntual, jefe contest Ndart.

Presion la tecla de cierre y ya se dispona a regresar junto a la cantante, cuando, de pronto, le pareci observar una ligera alteracin en la lisa superficie de las aguas.

Estuvo quieto un instante; luego, tranquilamente, se inclin y tom algo de una bolsa que haba llevado consigo para la excursin. Acto seguido se acerc a la plataforma.

Elvira se irgui para abrazarle. Frol Ndart se sent a su lado.

Cario dijo ella ardientemente, frotando su mejilla contra la del hombre.

Sigue as contest l a media voz. Contina abrazndome y no hagas otros gestos. Nos estn observando.

Ndart not el sbito estremecimiento del cuerpo femenino.

Qu?...

Calla, sigue mordindome en la oreja. Est all, a unos cien pasos, observndonos a travs de un pequeo periscopio. Sin duda lleva equipo individual de inmersin.

Quiere hacernos algo? pregunt ella con voz temblorosa.

Si slo quisiera contemplar nuestras efusiones, le bastara un buen anteojo desde la orilla contest Ndart. Quieta ahora un instante, cario.

Los dedos de Ndart maniobraron unos segundos en el objeto que haba sacado de su bolsa. Era una especie de cilindro, terminado en ojiva y de unos diez centmetros de largo por seis de grueso.

La mano del agente se desliz hasta el borde del agua, por el otro costado de la embarcacin. El cilindro se sumergi en el lquido.

Mantn la calma, cario aconsej l a media voz.

Pasaron algunos segundos. De repente, ocurri algo extrao.

Una enorme columna de espuma subi a gran altura, con atronador estruendo. Aterrada, Elvira se abraz a Ndart con ms fuerza.

Frol! grit.

No temas dijo l. Todo ha pasado ya.

Se separ de la cantante y fue hacia la popa. Puso el motor en marcha y la canoa se acerc al lugar donde se haba producido la explosin, rebasndolo una veintena de metros.

Un cuerpo humano flotaba en el agua, dando vueltas; sobre s mismo. La sangre brotaba de su boca y tambin por la nariz y los odos.

Elvira lanz un grito de terror.

Lo has matado, Frol! dijo.

Es cierto admiti l sin pestaear. Pero ese asesino nos haba disparado un torpedo. De no haberlo advertido yo a tiempo, habramos saltado por los aires hechos pedazos.

Ella tena la cara blanca.

Pero, por qu? exclam.

Cualquiera dira que Ihrms sigue dando rdenes despus de muerto contest Ndart. Cuando vi que ese tipo nos espiaba a travs de su periscopio, me di cuenta de que no lo haca slo por disfrutar de las vistas. Por eso lanc una bomba interceptora, que no habra explotado si l, a su vez, no hubiese disparado su torpedo. La explosin de ste es lo que le revent.

Frol, despus de lo que ha pasado, me extraa que no tengas canas.

Ndart se ech a rer.

S, el maldito oficio es como para tener el pelo blanco concord. Pero si no hubiera sido por l, no te habra conocido a ti y...

La mirada de Elvira recay durante un segundo, por una morbosa atraccin, en el rostro del muerto.

Frol, es Dee Harghan! exclam.

Ndart frunci el ceo. Luego se encogi de hombros.

Bueno, ya slo queda una posibilidad dijo.

Rhea, La Araa Venenosa.

S, la misma.

Ten cuidado, Frol. En el Meteor o decir que usa armas muy extraas, horribles, contra las cuales, creo, no hay defensa posible.

Ndart puso el motor nuevamente en marcha. La embarcacin se dirigi hacia la orilla.

Ir prevenido contest llanamente.

* * *

Reclinado cmodamente en un mullido silln, Ndart contempl el hermoso rostro que apareca en la pantalla del videfono.

Me dieron su mensaje, seor Ndart dijo Janya de Lscoud. Siento no haberle llamado antes, pero estuve fuera.

No importa, seora; un agente del S.E.I. debe saber usar siempre su arma principal: la paciencia contest Ndart, sonriendo.

Me lo imagino. Y bien, qu es lo que desea de m?

Solamente saber si ha adquirido ms informacin, seora.

Por qu haba de tener ms informacin?

Consigui llegar hasta Kurt Ihrms.

Eso es cierto, pero hoy no he hecho nada de lo que usted supone. Simplemente, fui de compras.

S, la Tierra, en este aspecto, tiene una bien ganada fama entre las mujeres de otros planetas.

Y, claro, yo no poda ser la excepcin a la regla. Ha averiguado usted algo?

Ndart suspir.

Una cosa, seora respondi. Tendr que ir con usted.

Noticia fresca coment ella mordazmente. Lo saba desde el principio.

El oficio, a veces, juega esas malas pasadas, seora.

S, sobre todo, si se piensa que este viaje va a cortar su trrido romance con Elvira Sbarni. No comprendo cmo una cantante tan famosa pudo fijarse en un simple agente del S.E.I. dijo ella despreciativamente.

Ndart se encresp primero, pero luego se ech a rer.

Algn da le contar por qu esa joya del arte lrico se fij en un tipo despreciable como yo repuso. Por lo menos, tiene una virtud: es sincera.

Y, adems, gorda. Eso era todo lo que quera decirme, seor Ndart?

Falta una cosa, seora. Por qu no hace una visita a un tipo vudnoriano llamado Pretton Wirl-77?

Por qu he de visitarle? se extra ella.

Es un enviado especial y plenipotenciario de Vudnor. Imagino que su viaje a la Tierra tiene mucho que ver con usted, as que procure sonsacarle todo lo que pueda. Nos ser muy til a los dos.

Janya vacil un instante. Luego hizo un signo de asentimiento.

Conforme accedi. Ir a verle.

CAPTULO V

Era una mujer muy alta, de unos treinta aos, delgada, pero con las curvas suficientes para no calificarla de esqueltica. Tena la piel tostada, color canela, y el pelo extraamente pajizo. Sus ojos quedaban ocultos por unas descomunales gafas de color, con montura de platino y diamantes.

Gana dinero la ta, pens Ndart.

Rhea Thuvius estaba sentada en un taburete, frente al mostrador del lujoso bar. Un camarero le puso una taza de caf delante, en el momento en que Ndart se sentaba a su lado.

Seor? dijo el camarero-robot.Caf.

Al momento, seor.

Rhea agitaba la cucharilla en su taza, sin prestar atencin al joven. Ndart encendi un cigarrillo.

Ordinariamente, era un gesto que provocaba muchas miradas de extraeza. Ndart era de las pocas personas que an fumaban.

Sin embargo, Rhea no le concedi la menor atencin. El camarero-robot trajo la taza de caf.

De repente, se produjo un tumulto en la calle. Dos sujetos empezaron a golpearse, a la vez que se insultaban atrozmente.

Rhea volvi la cabeza un segundo. Fue suficiente para que la veloz mano de Ndart dejase caer una pldora en su taza de caf.

Un helimvil de patrulla acudi en el acto. Los contendientes suspendieron la pelea y echaron a correr, a fin de no tener que enfrentarse con los policas.

Ndart sonri mientras tomaba su caf. Los supuestos bronquistas eran hombres del S.E.I.

Rhea termin su caf. Entonces, Ndart derrib su bolso al suelo.

Le ruego me dispense, seora dijo sonriendo, mientras se agachaba para recogerlo. Soy un torpe...

Rhea le mir sonriente.

No tiene importancia contest.

Para usted, tal vez no. Para m, s, seora.

Ella arque las cejas.

No le entiendo dijo.

As he tenido ocasin de hablar con usted, seora. O debo llamarla seorita?

Cree que el tratamiento tiene importancia?

Ninguna. Yo me llamo Johnny.

Encantada. Soy Rhea Thuvius.

Un nombre muy bonito, Rhea. Puedo pedirle un favor?

Rhea hizo aletear sus espesas pestaas.

Si est en mi mano...

El favor consiste en que me acepte una copa dijo l.

Dnde, Johnny?

Soy magnnimo. Le dejo elegir el lugar. Su casa o la ma.

Una dbil sonrisa apareci en los carnosos labios de la mujer.

Mi casa propuso. Est muy cerca.

No se hable ms acept Ndart.

* * *

Cuando salieron del ascensor ya se tuteaban.

An no s si eres soltera, casada, viuda o divorciada dijo Ndart, mientras ella sacaba la llave de su bolso.

Soy mujer, Johnny. No tienes bastante con eso? contest Rhea maliciosamente.

Tienes razn. Es lo nico que importa.

Entraron en el departamento de Rhea, decorado con indudable lujo. Sabe gastarse el dinero que cobra por matar, pens Ndart.

Ah tienes el bar indic Rhea. Prepara dos copas; voy a cambiarme de ropa.

Con mucha gusto.

El departamento estaba dividido en dos planos. Rhea subi una escalera de siete u ocho peldaos y desapareci por una puerta situada al fondo.

Creo que he dado con la solucin murmur l, satisfecho, mientras destapaba una botella.

Minutos ms tarde apareci Rhea. Se haba soltado el pelo y vesta una especie de bata de tejido blanco, muy transparente.

Se acerc a su husped.

Espero que te guste dijo l, tendindole la copa.

No lo dudo, Johnny repuso la mujer, con voz acariciadora.

Tomaron unos sorbos. Luego, Rhea se sent en un divn.

Ven, Johnny.

Ndart se sent a su lado.

No s qu me pasa dijo Rhea. Me siento extraamente atrada hacia ti...

Es lgico sonri Ndart.

Por qu dices que es lgico?

Soy un hombre y t una mujer. La atraccin, adems de recproca, resulta inevitable.

Ella no contest. Le miraba fijamente, con los labios entreabiertos, en una tentadora invitacin, que Ndart no desaprovech.

Pasados algunos minutos, Rhea se levant y, mientras se ahuecaba el pelo, dijo:

Es una lstima.

Una lstima? Por qu, Rhea?

Porque tengo que matarte, Frol Ndart.

Hubo un momento de silencio. Luego, Ndart se ech a rer.

No s qu ests diciendo. Mi nombre es...

Frol Ndart cort Rhea. Y la pldora que me has echado en el caf no ha surtido efecto alguno en mi organismo. Estoy acondicionada contra narcticos. Lo sabas, Frol?

Ndart se dijo que ya no vala la pena seguir con la comedia.

Es una lstima, Rhea dijo. La droga no acta al modo clsico, provocando una obediencia absoluta en quien la toma, sino que ms bien le sugiere aceptar ciertas indicaciones, eso s, hechas con un mnimo de arte.

Tenis buenos elementos en el S.E.I. Yo hubiera podido ser uno de ellos, Frol.

All no se admiten asesinos profesionales.

Cobris por matar, lo mismo que yo! protest Rhea salvajemente.

Matiza, por favor. Nosotros slo matamos en defensa propia. Mientras nos es posible, los delincuentes son arrestados y entregados a la justicia. En cambio, t has aceptado dinero por quitarme de en medio. No te importa quin sea yo; slo te interesa el dinero que vas a cobrar.

Puede que tengas razn contest ella con acento de indiferencia.

Rhea, cmo te diste cuenta de que pona la pldora en la taza de caf? quiso saber Ndart.

Ella estaba jugueteando con la bola de oro que era el remate de un desnudo femenino, situado sobre una columna de alabastro.

Cuando se produjo el tumulto, volv la cabeza, pero, en realidad, te vigilaba de reojo a travs del espejo que hay detrs del mostrador explic. T, naturalmente debas tener la vista fija en mi taza, a fin de no lanzar la pldora fuera.

Entiendo. Eso significa que ya me conocas.

Justamente.

Por movifoto?

S, Frol.

Si te pregunto quin te dio mi movifoto, sabr quin te pag por matarme.

Lo sabrs en seguida respondi ella. De pronto, agarr la bola y se la tir a las manos. Ah va eso!

Era un ardid psicolgico. Lo lgico hubiera sido que Frol hubiese puesto las manos para recoger el remate de la estatua, pero, en lugar de ello, salt a un lado.

La bola se hizo de repente una especie de erizo con infinidad de puntas aguzadsimas, de casi diez centmetros cada una. Al caer, varias de ellas se clavaron en el divn y la bola qued quieta en el acto.

Eres listo calific Rhea. Cre que caeras en la trampa.

Estn envenenadas las pas?

S. Pero todava tengo ms medios, Frol.

Rhea alarg el brazo derecho. Un finsimo cable de acero, rematado en una bola de irnos tres centmetros de dimetro, silb agudamente en direccin al cuello del joven.

Ndart levant la mano. Se oy un chasquido y el cable se parti inofensivamente. La bola sigui su trayectoria y rompi un valioso jarrn con gran estrpito.

Me siento admirada dijo Rhea. Pero todava no he acabado.

Agarr la cabeza de la estatua y tir de ella, ponindola horizontal. Un sonoro chorro de fuego brot de la cabeza.

El alud de proyectiles choc con un obstculo invisible.

Polarizacin slida de la atmsfera sonri Ndart.

Blindaje personal, eh?

S.

Conozco el truco. Slo sirve para una vez. Pero ahora ya no podrs.

Sbitamente, Rhea se arroj contra l, blandiendo un cuchillo vudnoriano.

Frol la aguard a pie firme. Levant la mano y agarr la mueca de la mujer, retorcindola en el acto con un golpe seco.

El cuchillo qued vuelto hacia Rhea. La hoja penetr fcilmente en el pecho femenino.

Ella dio unos traspis, agarrada con ambas manos al mango del cuchillo. Sus ojos volteaban agnicamente.

Maldito... jade, mientras se desplomaba al suelo.

Ndart se arrodill a su lado.

Rhea, quin te pag?

Los labios de la agonizante se entreabrieron para emitir un sonido extrao, ms bien un ronquido. Ndart crey entender el principio de una palabra, pero no hubiera podido asegurarlo.

Una horrible convulsin sacudi el cuerpo de la asesina profesional. Luego sus ojos se quedaron fijos en el techo.

Ndart se puso en pie.

No ha dicho nada..., pero era un peligroso enemigo murmur, sumamente aliviado.

* * *

Elvira Sbarni puso la bandeja sobre la mesita y luego llen las tazas.

Pudiste escapar, eh? sonri.

No result fcil, creme contest Ndart.

Rhea era muy dura. Estaba muy bien entrenada para matar.

Ndart estaba removiendo el azcar con la cucharilla. Al or aquellas palabras, se qued inmvil.

Qu has dicho, Elvira? pregunt.

Ella se sent a su lado, con la taza en las manos.

He dicho que estaba muy bien entrenada para matar contest.

Entrenada para... Ndart entorn los ojos. Se me est ocurriendo una idea.

S? dijo Elvira.

Hay una escuela de entrenamiento para asesinos profesionales.

S.

Cmo lo sabes?

En el Meteor se aprenden muchas cosas sonri la cantante.

Pero, por qu no me lo dijiste antes?

Bien, me pareci que poda ser obra de Hargha o de Rhea. S que figuraban entre los alumnos ms aventajados de esa escuela.

Estabas muy bien informada, Elvira.

Ya te he dicho que all imitaba en un todo a los tres monos, ya sabes, el que se tapa los ojos, el que abre los odos y el que tiene cerrada la boca. Ms de una no lo hizo as y acab mal. Dentro de lo que caba, ganaba bastante dinero, pero tambin pas mucho miedo, creme.

Desde luego. Dnde est la escuela?

Ah, mis conocimientos no llegan a tanto. Creme, te lo dira si lo supiera respondi Elvira.

Hays?

Yo dira que s. Pero se lo tienes que preguntar a l.

Un leve taido son de pronto.

Qu es eso? pregunt Elvira, extraada.

Ndart torci el gesto.

Mi jefe contest. Mi jefe, que tiene la desagradable costumbre de llamarme en el momento menos oportuno.

Sac el transmisor del bolsillo y se lo acerc a sus labios.

Ndart dijo escuetamente.

Soy De Zaya. Venga, Frol orden el director del S.E.I. con no menor laconismo.

CAPTULO VI

Haba dos personas en el despacho de De Zaya, adems del mencionado. Una de ellas era Janya de Lscoud.

La otra persona era un hombre de buena estatura y apariencia corriente. Tena unos cuarenta aos y sus sienes clareaban ya.

Vven Arrhus, segundo jefe de la representacin diplomtica de Grovnor present De Zaya.

Los dos hombres intercambiaron sendas inclinaciones de cabeza. De Zaya indic un silln a Ndart.

Sintese. Es hora ya de que le pongamos al corriente de la misin dijo, con acento oficial.

S, seor.

Ndart estaba resignado.

Tiene que acompaar a Janya de Lscoud sigui De Zaya. El seor Arrhus est presente slo en su calidad de diplomtico. La embajada y, naturalmente, el gobierno de Grovnor, quieren cerciorarse de que se inicia la misin.

Muy bien, seor.

La seora Lscoud le entregar usted un sobre cerrado y lacrado, una vez estn a bordo de la astronave. Abrir el sobre cuando se hallen a seis aos y medio luz de la Tierra. En l recibir las ltimas instrucciones.

Entendido, seor.

Partirn pasado maana. Entre los objetos que llevarn en la nave, a bordo de la cual, naturalmente, viajarn los dos solos, figura una grabadora con suplemento de radio subespacial. Al llegar a determinado punto, el subconsciente de la seora Lscoud ser liberado automticamente de su inhibicin y dictar a la mquina, la cual retransmitir simultneamente la grabacin a la Tierra, a un registro que estar conectado permanentemente.

Muy bien, seor.

Una vez realizada la operacin, usted deber acompaar a la seora Lscoud hasta Grovnor. Despus quedar en libertad de hacer lo que guste... durante un ao.

Ndart sonri.

Eso es el cebo para que acepte la misin dijo.

No contest De Zaya rotundamente. Es el premio por llevarla a cabo satisfactoriamente.

Y si fracaso?

Entonces, ser mejor que no vuelva a la Tierra.

No me pone usted las cosas fciles, jefe se lament Ndart.

Le he encargado de la misin, porque s que es el ms indicado para ello. S, en ltima instancia, cosa no probable, aunque s posible, fallase la seora Lscoud, usted sabra encontrar la forma de hacerle declarar la frmula que lleva grabada en el intrasubconsciente.

Ndart se qued perplejo.

Oiga, eso del intrasubconsciente parece ms... ms hondo que el subconsciente exclam.

As es confirm De Zaya sin pestaear. El subconsciente normal ha sido rodeado de una capa envolvente, tambin psquica, por supuesto, que impide que la seora Lscoud pueda declarar su secreto si no es en las condiciones exigidas de antemano. Y si aun as fallase ese procedimiento, usted lo lograra por otros medios.

Cules, jefe?

La seora Lscoud se lo dir, si llega el momento, pero no creo que ocurra as. Ella hablar en el instante del cruce de la astronave por el punto ya determinado. El intrasubconsciente defiende a la seora Lscoud contra toda clase de hipnotismo, sugestiones e incluso contra las drogas narcticas, por potentes que sean. Lo comprende ahora?

A la perfeccin, jefe. Pero ahora me gustara saber qu maravilloso artefacto podr construirse con la informacin guardada en el intrasubconsciente de la seora Lscoud.

Se lo dir en el acto, Frol. Es la frmula A.T.I.

Ndart se qued parado.

A.T.I.? repiti.

Significa Autotransporte Instantneo aclar Arrhus, hablando por primera vez.

Ndart mir a los tres alternativamente. De Zaya movi la cabeza repetidas veces arriba y abajo.

S, Frol; una persona podr trasladarse automtica e instantneamente, sin necesidad de vehculos, slo con su propulsor individual, a cualquier parte del planeta o del espacio. Naturalmente, habiendo sealado antes, una vez conocidas, las coordenadas del lugar al cual desea trasladarse.

Eso es fantstico. Revolucionar el transporte...

De Zaya sonri.

Por eso queremos poseer nosotros la frmula del A.T.I. contest.

Hubo un momento de silencio. Luego, Frol lo rompi:

Antes dijo que tena dos das de tiempo. Zarparemos pasado maana manifest.

As es.

Ndart se puso en pie.

Es lo que deseaba saber dijo. Adis!

Eh! A dnde va usted? exclam De Zaya.

Tengo trabajo contest el joven por encima del hombro, a la vez que abra la puerta.

El trabajo se llama Elvira Sbarni dijo Janya, maliciosamente. Quiere despedirse de ella.

En su lugar, yo tambin hara lo mismo sonri De Zaya.

* * *

Janya y De Zaya estaban equivocados.

Una vez ms, Ndart acudi al Meteor.

Quentin Hays hizo un gesto de hasto al verle.

Hombre, no, esto ya es demasiado se quej. Es que no voy a perderle nunca de vista?

Ndart no se inmut por la poca amable recepcin. Apoy ambos codos en el mostrador y dijo:

Quentin, quiero hablar con usted. A solas.

Hays frunci el ceo.

Tengo trabajo se excus.

Mire la manga derecha de mi chaqueta indic Ndart. Hay un caoncito trmico. Quiere que le abra se el estmago?

El dueo del Meteor dio un respingo.

Diablos, Frol, usa usted unos mtodos...

Vamos, Quentin, elija usted mismo el reservado. Y nada de jugarretas o le freir los intestinos en la grasa de su propia barriga.

Rechinando los dientes, Hays abandon el mostrador. Momentos despus, cerraba la puerta de uno de los reservados.

Quentin, sea bueno y complzcame en lo que le voy a pedir dijo Ndart. No me gustara tomar medidas drsticas contra usted; por ejemplo, hacer que la polica le clausure este antro de ladrones.

Hays estaba muy plido.

Va usted en serio murmur.

S confirm Ndart, sin pestaear. La informacin que deseo es: Dnde est la escuela de entrenamiento para asesinos?

El gordo tabernero apret los labios.

Hombre, pregunta usted cada cosa...

Hable, Quentin, no me tiente la paciencia, y elija: diez mil discos o una paliza y despus el cierre de la taberna.

Los ojos de Hays brillaron vidamente.

Diez mil discos?

Ndart sac una libreta, recit, mientras escriba:

Pguese a la orden de Quentin Hays la suma de diez mil, moneda terrestre. Firmado, Frol Ndart. Nota: Abnese la presente suma en los gastos de la operacin Frmula A.T.I..

Entreg el documento a Hays y aadi:

Es un pagar que vale tanto como diez billetes de a mil. Pase maana por la caja del SEI y le abonarn esa suma sin pestaear.

Usted cree?

Ndart le ense la libreta abierta.

La copia del pagar queda aqu respondi. Maana, a primera hora, la ensear al cajero por videfono. De este modo quedarn solventados todos los inconvenientes. No los habra, pero quiero que se quede usted tranquilo.

Muy bien. Tome nota.

Ndart aprest el lpiz. Hays dict:

Sturmond Duke. Avenida de los Olmos, cinco mil. Es una casa aislada aadi.

Con jardn.

Si.

Se nota que ha estado usted all dijo Ndart irnicamente, mientras guardaba la libreta y el lpiz.

Hays eludi una contestacin. Ndart se dirigi hacia la puerta.

Antes de salir, dijo:

Quentin, est vivo porque ha respondido a mis preguntas. Si veo que me ha engaado, considrese difunto.

No le he engaado asegur Hays.

Por su propio bien, as lo espero.* * *Ndart contempl la casa en la oscuridad, cerca ya de la madrugada. Era un edificio grande, de excelente apariencia, aunque sin llegar a un lujo desorbitado. El jardn era grande y pareca bien cuidado.

Una tapia de ms de cinco metros de altura impeda ver lo que haba al otro lado. Ndart solucion el inconveniente en pocos minutos.

Haba llevado consigo dos prtigas replegables por sistema telescpico. Una de ellas iba colgada de su cuello por un ligero cordn.

Tom impulso y se elev en el aire, pasando a un metro por encima del borde de la tapia. Cuando estuvo al otro lado, solt una mano, arranc la otra prtiga y, todava en el aire, presion el botn de despliegue.

El extremo de la prtiga estaba aguzado y se clav en el suelo. Ndart no tuvo sino que soltar la primera y agarrar la segunda, dejndose deslizar luego hasta el suelo.

Se agach unos momentos. Todo pareca quieto y callado.

Pendiente de su cinturn llevaba un diminuto detector. Avanz paso a paso. De pronto, se ilumin una lamparita en el detector.

Ndart hizo girar el aparato a derecha e izquierda, hasta que la lamparita adquiri el mximo de intensidad. Se desvi a un lado, eludi la trampa seguramente explosiva, pens y continu su camino.

Tuvo que esquivar cuatro o cinco trampas ms. Si se trataba de simples alambres de acero, conectados a timbres de alarma, la luz que apareca en el detector era de color mbar.

Minutos despus estaba al pie de una de las ventanas de la casa. Para un agente del SEI no era obstculo.

Pas al interior del edificio. Sac una minscula linterna y, en el mismo instante, oy una voz:

Sea bien venido a mi escuela, seor Ndart.

CAPTULO VII

La voz sala de un megfono oculto en algn muro, dedujo Ndart. Tena acentos evidentemente irnicos.

La luz se encendi casi en el acto. Ndart parpade hasta habituar sus pupilas al resplandor.

Atraviese esa habitacin y salga al vestbulo. Luego le indicar dnde puede encontrarme.

Ndart obedeci. El vestbulo era grande, espacioso, con una escalinata en semicrculo que conduca al piso superior.

Suba, se lo ruego dijo la voz.

Ndart se detuvo.

Supongo que estoy hablando con Sturmond Duke exclam.

Supone acertadamente, seor Ndart.

Quin le ha dicho que yo iba a venir aqu?

Son una risita de tonos burlones.

Por qu no sube y sabr toda la verdad?

Ha sido Hays? pregunt Ndart, sin moverse de su sitio.

No, se lo aseguro. Pero, aparte de que yo le aguardaba, usted ha hecho funcionar ms de un sistema de alarma, aunque crea haberlos eludido todos. De todas formas, si yo lo hubiese deseado, ahora estara muerto.

Hum! Eso significa que quiere hablar conmigo, Duke.

Lo admito.

Y, tal vez, darme una sorpresa.

Sigue adivinando mis intenciones rio Duke desde su invisible escondite. Bien, sube o va a echarse para atrs, ahora que ya est aqu?

Usted quiere picar mi amor propio.

Bueno, ya que est aqu, sera una estupidez no hablar conmigo.

Me est oyendo. Por qu no hablamos as?

Le tengo reservada una sorpresa. Luego hablaremos de todos los temas que le interesan.

Perfectamente. All voy.

Segunda puerta a la izquierda, seor Ndart indic Duke, cortsmente.

Ndart subi las escaleras de dos en dos. Alcanz la puerta indicada y la abri de golpe.

Se qued quieto en el umbral, con los ojos desmesuradamente abiertos. Le faltaba la respiracin y crea estar soando.

Elvira Sbarni le dirigi una mirada suplicante.

Frol..., mtame... pidi con voz agnica. No puedo soportar ms... este horrible dolor...

Ndart cerr los ojos un momento, espeluznado por la visin. Elvira estaba suspendida de dos clavos que le atravesaban las muecas. Todo su cuerpo era una mancha de sangre. El suelo estaba encharcado de rojo a sus pies.

Mtame..., mtame... insisti ella.

Ndart comprendi que ya nada salvara a Elvira.

Llev una mano a su cinturn, pero una voz que sonaba tras l paraliz el gesto.

Djela, Frol Ndart.

El joven se qued quieto.

Est armado, Duke?

Por supuesto.

Ndart hizo una profunda inspiracin.

Le matar por esto que ha hecho, Duke; juro que le matar. Padecer ms que lo que est padeciendo Elvira...

Se lo tiene merecido contest Duke sorprendentemente.

Elvira quiso gritar, pero, de repente, todo su cuerpo sufri una horrible convulsin. Dobl la cabeza sobre el pecho y muri.

* * *

Ya ha dejado de sufrir dijo Duke. Lstima, cre que me durara mucho ms.

Es usted un experto en torturas, Duke. Pero creo que se sentir un alumno cuando yo le atrape entre mis manos.

Duke se ech a rer.

No lance bravatas, Ndart. Tengo una pistola en la mano y puedo quemarle antes de que mueva una sola pestaa.

Ha dicho que Elvira se mereca la muerte manifest Ndart. Puede decirme por qu?

Trabaj en el Meteor.

Pero eso no es obstculo para...

Hays le orden que, viera lo que viera y oyera lo que oyera, deba guardar siempre silencio. Simplemente, no respet el pacto.

No ir a decirme que Elvira fue una alumna suya, Duke.

Intent serlo, pero careca de condiciones. Esta es otra de las razones por las que ha muerto.

Voy a intentar ponerme en su sitio, Duke. Segn usted, mereca morir, pero, era preciso tambin torturarla?

Me gusta ver sufrir a la gente declar el asesino, impvido. Y ahora comprobar si es usted ms resistente que Elvira.

Si cree que va a poder colgarme solo...

Oh, no, claro que no. Tengo ayudantes.

Lo deb suponer, Duke.

El otro lanz una risotada.

Es usted un magnifico ingenuo dijo. Cay en la trampa como un incauto pajarillo.

Qu trampa? pregunt Ndart, sorprendido.

Usted ha quitado de en medio a dos de mis ms brillantes alumnos, Harghan y la Araa Venenosa. No me gust y decid suprimirle.

Vamos, vamos, Sturmond, no me haga creer que lo hace por propia voluntad.

Alguien me pag, en efecto, con lo cual combino el placer con la utilidad. Pero, la verdad, no cre que resultase usted tan inocente.

Quiere explicarse de una vez?

Tiene usted una secretaria muy guapa. Ella fue la que recogi el mensaje de Elvira para usted, citndole aqu para comunicarle un importante descubrimiento.

Claro que Elvira tena una pistola trmica puesta en el costado.

Ndart reflexion rpidamente y crey comprender.

Ah, s dijo, en tono neutral. Es una muchacha muy eficiente.

Adems de guapa. Ndart, cmo se las arregla usted con las mujeres hermosas? rio Duke.

El joven se encogi de hombros.

No hago nada. Simplemente, vienen a m replic.

S, los hay que las atraen como moscas. Bueno, la secretaria me dijo que tomara el mensaje y que se lo comunicara en cuanto usted llegase a casa. Por supuesto, yo ya me figur que no entrara por la puerta.

Quise sorprenderle, pero ya veo que ha sido intil. Ahora, sin embargo, me permitir decirle una cosa.

S, Ndart?

Usted solo nunca podr clavarme al muro...

Duke le interrumpi, lanzando un corto silbido. Dos hombres surgieron en el acto de una estancia contigua.

Walter, Misha, ya saben lo que han de hacer con el seor Ndart orden Duke.

Ndart volvi la cabeza y contempl a los dos sujetos, robustos como Hrcules de feria y de rostros inexpresivos. Cumpliran cualquier orden que les diese Duke, sin pararse a pensar en las consecuencias.

Luego gir otro poco y contempl a Duke. Era un sujeto de casi cincuenta aos, bajo, pero muy ancho de hombros, lo que le daba un aspecto curioso, casi de enano. Pero tambin era muy fuerte.

Los esbirros se acercaron. Sbitamente, se oy un agudo grito al pie de la escalera.

Eh, alto ah!

La sorpresa fue total. Walter quiso sacar un arma, pero Janya dispar antes.

Un horrible boquete apareci en el pecho del esbirro, quien se desplom al suelo, muerto instantneamente por la descarga trmica que le haba carbonizado el corazn.

Casi en el mismo instante, Ndart alz el pie derecho y golpe la mano armada de Duke.

La pistola se levant un poco en el momento del disparo. El chorro de fuego abras por completo la garganta de Misha.

Todava volaba el arma por los aires cuando ya, loco de rabia, Ndart se abalanzaba al cuello del director de la escuela de asesinos.

Duke chill, repentinamente acobardado. Las manos de Ndart se cerraron en torno a su cuello.

Frol, reprtese! grit Janya, a la vez que suba los escalones de dos en dos.

Las manos de Ndart sacudieron a su antagonista con terrible fuerza. Realmente, Ndart no tena deseos de llegar a un punto extremo. Le interesaba mucho ms que Duke hablase, pero necesitaba desahogar su clera.

Se oy un fuerte chasquido. Los ojos de Duke voltearon en sus rbitas y su boca se torci en una mueca grotesca. Su cuerpo se transform instantneamente en una masa flccida y sin consistencia.

Ndart lo solt. Duke se desplom, muerto.

No cre que tuviese el cuello tan dbil dijo.

Inspir con fuerza un par de veces. Luego volvi los ojos hacia Janya.

Tengo que darle las gracias por su oportuna llegada declar. Pero, cmo...?

Yo haba ido a su casa a verle. Quera puntualizar con usted ciertos detalles del viaje. Llamaron y la cantante pregunt si yo era su secretaria. No s qu me impuls a decirle que s explic Janya. Tom el mensaje, pero no tena la menor idea de dnde poda hallarse usted. Por fin, decid venir aqu.

Y ha atravesado todas las trampas sin sufrir el menor dao dijo Ndart, admirado.

Qu trampas? Yo llam a la puerta y sta se abri automticamente. Hay un sendero central y no me tropec con ninguna trampa manifest Janya, para asombro y desconcierto de Ndart.

Sbitamente, los ojos de Janya vieron el horrible espectculo que haba en la habitacin y un terrible chillido se escap de su garganta.

S, est muerta confirm Ndart, sombramente. La torturaron del modo ms salvaje que usted se pueda imaginar.

Janya dio media vuelta para no ver ms el torturado cadver de la cantante. Procur recobrarse, y, al cabo de unos momentos, pregunt:

Qu es lo que va a hacer ahora?

Vine a enterarme del nombre de la persona que pag a todos estos asesinos para quitarnos de en medio respondi Ndart. Temo que eso ya no ser posible.

Y el cuerpo de Elvira?

Ndart vacil un momento.

No creo que a ella le importase mucho contest. Es ms, incluso se sentir contenta desde el ms all por lo que voy a hacer.

Arrastr los tres cadveres hasta el interior de la estancia y los dej en una macabra pila a los pies de la muerta, que distaban un palmo del suelo. Luego se dirigi hacia la salida.

Vamos, Janya.

Ella le sigui en el acto. Sin formular la menor objecin, contempl los trabajos del joven, que apilaba muebles y telas en el centro del vestbulo.

La primera llama surgi poco despus. Media hora ms tarde, la casa era un enorme brasero.

Algunas costumbres de la antigedad incluan que la persona de cierto rango no partiese sola hacia el otro mundo. La acompaaban sus animales favoritos: los caballos, algn gato... y tambin los perros dijo Ndart, sombramente, mientras el techo de la escuela de asesinos se derrumbaba con gran estrpito, en medio de una colosal turbonada de llamas y chispas.

CAPTULO VIII

Amaba usted a Elvira Sbarni?

Ndart hizo las ltimas comprobaciones en el tablero de instrumentos. Observ el indicador del piloto automtico y despus el de aceleracin constante.

Llegaremos a la barrera lumnica dentro de treinta y dos horas y diecinueve minutos anunci.

La Tierra se alejaba rpidamente, convertida en una bola de resplandeciente color azul. La Luna era poco ms que una lnea curva de plata, flotando en el espacio mucho ms cerca, debido a la trayectoria de la astronave.

Muy bien contest Janya. Pero recuerde lo que debe hacer a los seis aos y medio luz.

La computadora programar la deceleracin a fin de surgir de nuevo al espacio normal y anunciar automticamente el momento cuando hayamos alcanzado esa distancia. Supongo que habr trado consigo el sobre.

Por supuesto.

Conoce usted su contenido?

Janya arque las cejas.

Por qu haba de conocerlo? Me lo entreg su jefe contest.

Ah, yo cre que era un sobre oficial de su Gobierno.

No, el mensaje de mi Gobierno ya est en poder de su jefe. Por eso nos encontramos aqu. Pero todava no me ha contestado a la pregunta que le hice antes.

No recuerdo, Janya.

Ella hizo un gesto de paciencia.

La pregunta era: Amaba usted a Elvira Sbarni?

La mirada de Ndart se torn sbitamente ensoadora. Ponindose en pie, dio unos pasos por la espaciosa cmara de control y se acerc a uno de los ventanales de la cabina.

No puedo darle una respuesta exacta contest, tras una larga pausa. Ni siquiera s si ella me amaba a m..., pero ambos nos estimbamos mucho. Ella habra hecho cualquier cosa por m y yo por ella.

Eso es amor, Frol observ Janya.

Tal vez.

Cmo la conoci usted? Era una de las cantantes ms famosas...

Actuaba en una taberna. Estaba ligada por un contrato inhumano. Yo le sacud una buena paliza al dueo.

Y se la llev de all.

En efecto. Adems de no pagarle todo lo estipulado, el dueo la tena poco menos que enclaustrada. Elvira quera seguir clases de canto; saba que tena buena voz y deseaba aprovechar sus condiciones. Yo la arranqu de all, repito, y luego financi sus estudios. Cuando triunf, me devolvi el dinero empleado en ella.

Yo cre que le habra pagado de otro modo dijo Janya, mordaz.

Ndart no se inmut.

Jams se me ocurri insinuarle nada en tal sentido contest secamente. Pero como s que se muere de curiosidad, le dir que... que lo que usted supone no sucedi ni siquiera cuando me devolvi el prstamo, sino la misma noche en que nos conocimos en la fiesta del embajador de Grovnor.

Janya se puso colorada.

Dispense, no quise molestarle se disculp.

El hizo un gesto con la cabeza.

Ahora ya no importa contest. Ella est muerta. Hizo una larga pausa y aadi: Pero el que orden su muerte, aunque fuese de un modo indirecto, est vivo. Y un da lo encontrar y le retorcer el pescuezo como hice con Sturmond Duke concluy, rabiosamente.

* * *

Haban transcurrido siete das.

El viaje se desarrollaba con entera normalidad. La nave haba alcanzado la velocidad de la luz, entrado en el subespacio y salido de l. Ahora volaba a unos doscientos ochenta mil kilmetros por segundo.Nuestra rbita es correcta dijo Ndart. Siguindola, llegaremos al punto en donde su infrasubconsciente quedar liberado automticamente.

No tengo la menor idea de dnde pueda hallarse ese punto contest Janya. Slo s que entonces recitar la frmula.

Hay algo que no comprendo. Estamos en el viaje de vuelta a Grovnor. Mejor dicho, el viaje de vuelta es para usted. Pero, por qu no dijo la frmula a la ida?

No tengo la menor idea, Frol. Slo s que tiene que ser as...

En realidad, tampoco importa demasiado dijo Ndart, con indiferencia. Lo que realmente interesa es la frmula. Lanz una risita. Los fabricantes de astronaves se arruinarn.

Bueno, se enriquecern los fabricantes de propulsores A.T.I. dijo ella, sonriendo.

Ndart hizo un gesto con la cabeza.

Si eso es verdad, ser una verdadera revolucin y no slo en el transporte, sino tambin en las costumbres. Dice que el A.T.I. ha sido inventado por cientficos de Grovnor?

As es, Frol.

Y comprobado su funcionamiento, de modo que quede excluido todo error?

Supongo que s. Yo no soy cientfico, Frol.

Le gusta su cargo, Janya?

No me desagrada contest ella.

Parece muy joven para desempearlo observ Ndart.

Janya se pic.

Tengo veinticuatro aos explic.

Por la categora del cargo, se supone que debera tener el doble de edad.

En Grovnor las cosas son un poco diferentes a las de la Tierra. Mi eleccin como virreina, que es el nombre que se le dara en sus idiomas al cargo que ostento, fue comprobada por una batera de doce computadoras perfectsimas, que analizaron mis cualidades al mximo. Cundo se eligi nuevo jefe de Estado, bajo el ttulo terrestre de rey, fue preciso elegir tambin, reglamentariamente, el substituto, para casos de emergencia. Yo fui la candidato que obtuvo una ms alta puntuacin.

Ah, se present voluntariamente a la eleccin?

No, las mquinas dieron mi nombre. Repito, son perfectsimas.

Ndart hizo un gesto con la cabeza.

Janya, una cosa es perfecta o no lo es. Si es perfecta, los superlativos estn de ms. La perfeccin significa el summum de cualidades buenas, sin el menor defecto.

Como quiera. Las diferencias semnticas no alteran el fondo de la cuestin.

De modo que ahora es virreina de Grovnor. Y ocupara el trono de su planeta en caso de fallecimiento o incapacidad del actual rey.

S. La ley no diferencia los sexos en los cargos de Gobierno. Naturalmente, el rey, como sus predecesores y sus sucesores, desempea un cargo casi decorativo.

Ndart sonri.

En el caso de usted, es una decoracin de lujo dijo, de buen humor.

Un timbre son de pronto.

Ah, ya hemos alcanzado la distancia indicada exclam l. Janya, el sobre, por favor.

Ahora mismo, Frol.

* * *

Los dedos de Ndart arrancaron los lacres y rasgaron el sobre. Haba en su interior una cuartilla mecanografiada, que el joven ley con rapidez, mientras ella le contemplaba vidamente.

Ndart lanz de pronto una exclamacin.

Pero, qu se habr credo ese tipo...?

Qu dice el mensaje, Frol? pregunt Janya, terriblemente intrigada.

De sbito, Ndart lanz una atronadora carcajada.

Ese hombre... Pero qu ideas se le ocurren, qu ideas. Vamos, a cualquiera que se le diga...

Me lo quiere decir a m? pidi ella, impaciente.

No.

Ndart sac una tira de fsforos y quem papel y sobre.

Janya le miraba estupefacta.

Cmo se atreve...?

Lo hago porque lo ordena as el mensaje. Una vez ledo, sin comunicarlo a nadie ms, deber ser destruido por el fuego. Y yo soy un agente disciplinado, Janya.

Ella hizo una mueca de desdn.

De todas formas, no me quitar el sueo declar.

Estn verdes, dijo la zorra replic l con sorna.

Y, en el mismo instante, cuando Janya quera pedirle una explicacin sobre una frase, cuyo significado se le antojaba incomprensible, son un timbre de alarma.

Frol se precipit hacia el tablero de mandos. Una lmpara de color rojo oscilaba con vivas intermitencias.

Seal de peligro en el espacio! exclam.

Para nosotros? pregunt Janya, aprensivamente.

No, es una llamada de naufragio. Alguna astronave se encuentra en peligro. Voy a ver de localizarla.

Ndart conect radares, distante y prximo. A los pocos segundos apareci un punto verdoso en la pantalla del radar prximo.

Un indicador seal en cifras la distancia entre las dos astronaves.

Milln y medio de kilmetros en cifras redondas, aproximadamente dijo Ndart.

Piensa socorrerlos?

Es mi obligacin, Janya. Ahora soy el comandante de esta astronave y no puedo eludir el cumplimiento de la ley.

Tiene una misin asignada, no lo olvide.

Me costara caro si dejase de socorrer a esa nave. Ni mi propio jefe podra salvarme... Eh, qu es eso?

Una lnea de color amarillo haba surgido de repente en la pantalla, dirigindose rpidamente al centro.

Ndart frunci el ceo.

No entiendo dijo.

Janya lanz un grito.

El radar! Desconctelo inmediatamente, Frol! Pronto o volaremos en pedazos! La llamada de socorro es una trampa!

Ndart obedeci en el acto. Apenas lo habla hecho, se vio brillar un tremendo relmpago.

La explosin, al producirse en el vaco, sin atmsfera que transmitiese las ondas sonoras, result completamente silenciosa. Algo golpe el casco de la nave con un taido que reson musicalmente en el interior.

Un fragmento de la envoltura del proyectil adivin Ndart.

Queran destruir la nave dijo Janya.

Poco les ha faltado. Pero no comprendo cmo pudo explotar el proyectil antes de tiempo.

Tiene una explicacin. Usted haba conectado los radares. El proyectil vena guiado hacia nosotros, guiado por las ondas que partan de esta misma nave.

A pesar de todo, hizo explosin antes de tiempo.

No. Seguramente, su cabeza explosiva estaba graduada para provocar la explosin apenas cesase la emisin de ondas de radar. Deba de llevar dos cargas explosivas: la de contacto, que hubiese cortado la emisin de radar en el choque, y la que actuaba al cesar de emitirse estas ondas. Como ello ocurri relativamente lejos de la nave, fue la segunda carga la que hizo explosin.

Y un trozo del proyectil nos alcanz a nosotros.

As ha sido.

Ndart ech a andar hacia la cmara donde guardaban los trajes espaciales.

Es preciso conocer las consecuencias del impacto dijo por encima del hombro. Puede que no sea ms que una leve abolladura, pero tambin es posible que el dao sea mayor.

No creo que pase de la abolladura, Frol opin Janya, situada junto a la puerta entreabierta, mientras l empezaba a cambiarse de indumentaria. Pero aun suponiendo que el dao fuese mayor, qu podra ocurrimos?

Pregunta demasiado contest l. Hasta que no est afuera no se lo podr decir, Janya.CAPTULO IX

Ndart sali a travs de la escotilla y flot en el espacio. Una soga de nylon iba del cinturn de su traje al casco de la nave.

En el otro extremo de la soga haba una ventosa electromagntica, que se adhera al casco del aparato. Cuando el cabo haba alcanzado el mximo de longitud, Ndart cortaba la corriente y la ventosa se despegaba. Avanzaba unos cuantos metros, conectaba la corriente de nuevo y la ventosa se diriga hacia el casco, atrayndole a l tambin.

As dio la vuelta completa, hasta situarse en el lugar donde se haba producido el sonido del impacto. Torci el gesto apenas vio los resultados.

Janya le llam por la radio.

Frol, qu es lo que ve?

Nada bueno respondi l. Hay un boquete de ms de un metro de largo por medio de anchura. No puedo ver mucho, pero me temo que haya conexiones daadas y quiz destruidas irremisiblemente.

Los instrumentos no sealan ninguna anormalidad, Frol observ la joven.

Volamos por inercia en parte y en parte con los motores de espacio normal. Pero no sabemos lo que pasar cuando tengamos que volver al subespacio.

Hubo un momento de silencio. Luego, Janya pregunt:

Frol, se siente usted capaz de reparar la avera?

Si los daos se han producido en la seccin de propulsin subespacial, temo que no contest l. Es preciso tener el ttulo de doctor ingeniero en Ciencias Espaciales, y yo no pas del segundo curso de la simple licenciatura.

Janya se sinti consternada.

Oh, Frol, entonces, no podremos grabar la frmula?

No lo s. Quiz sea preciso solicitarla a Grovnor por otros medios.

Hablar con su jefe por la radio subespacial?

Antes de nada, conctela. El indicador le dir si funciona o no.

Transcurrieron unos segundos. Luego, Ndart oy la voz de Janya:

La seal es muy dbil, Frol. Quiz no se recibe el voltaje adecuado.

Lo que significa que el generador o el transformador de voltaje, o tal vez ambos a la vez, estn averiados dijo Ndart sombramente. De todas formas, ver a ver si puedo hacer algo. Si no lo consigo...

Si no lo consigue...? dijo ella, ansiosamente.

Tendremos que establecer una rbita fija. En la Tierra, nuestra seal se recibe tambin dbil. Vern que sucede algo y, puesto que conocen nuestra trayectoria, enviarn una nave de rescate. Cunto tardar en alcanzamos es algo que no s, pero me parece que sa va a ser nuestra solucin salvadora.

No hay medio de enviar un S.O.S., Frol?

Si no tenemos voltaje suficiente, es intil, Janya. Ellos ya se darn cuenta de que la seal es dbil; basta para que adviertan nuestras dificultades. De todas formas, repito, intentar hacer lo que pueda, pero no en el espacio, claro.

Tendremos que aterrizar en alguna parte?

S. Ahora buscar un lugar adecuado en la carta estelar. Preprese para abrirme la esclusa.

Bien, Frol.

Ndart se separ de la nave. En el mismo instante vio brillar un objeto que se le acercaba a toda velocidad.

El instinto le hizo echarse hacia atrs. Brill un leve chispazo junto al casco y la soga ondul en el aire, separada en el acto de la ventosa electromagntica.

Janya! grit. Han cortado la cuerda.

No se apure, Frol; me vestir y saldr a buscarle...Ndart se separaba lentamente de la astronave, movido por el impulso efectuado al echarse hacia atrs para eludir el choque con el proyectil. Entonces divis un punto brillante que se acercaba a aquel lugar a gran velocidad.

No, Janya! grit. Huya, escape! Vamos, dese prisa!

Pero, Frol...

Haga lo que le digo inmediatamente o ser tarde. Escuche, junto al mando de conexin de los motores subespaciales hay una palanquita roja. Bjela, bjela orden, con voz crispada.

Frol, yo no quiero dejarle ah contest ella.

Janya, usted est a mis rdenes y debe obedecerme. Haga lo que le digo. Es una orden oficial!

Sangrando interiormente, Janya baj la palanca sealada. La astronave desapareci instantneamente de la vista de Ndart.

* * *La nave se acerc lentamente al lugar donde Ndart flotaba en el espacio. Ndart apreci que el casco de la nave careca de todo distintivo.

Momentos despus, se abra una escotilla. Ndart comprendi que no tena otro remedio que pasar a bordo de la misteriosa astronave.

Cuando estuvo en el interior, se quit el casco. Tres hombres aparecieron ante su vista.

A dos de ustedes les conozco yo dijo.

El tercero, situado en el centro, sonri.

Tuvieron el honor de recibir su negativa a la propuesta que le hicieron manifest. Mi nombre es Pretton Wirl-77.

Ah, el diplomtico vudnoriano.

En efecto. Seor Ndart, si no tiene inconveniente, mis colaboradores le ayudarn a despojarse del traje espacial.

No me queda otro remedio, seor Wirl-77.

Dgame Pretton a secas, Frol sonri el vudnoriano. El apellido resulta un poco incmodo de pronunciar.

Sobre todo, por la cifra en que termina.

Es el indicativo de la generacin a que pertenezco. Delante de m hubo setenta y seis generaciones pertenecientes a la casa Wirl.

No cabe duda, es usted un hombre con un bonito rbol genealgico sonri Ndart.

Tonn-40 y Snatt-57 le ayudaron a despojarse de la indumentaria espacial. Vestido solamente con un mono, fue conducido despus a una espaciosa cmara, en donde ya le aguardaba Wirl-77.

El vudnoriano le tendi una copa.

Tome, Frol, esto le ayudar a soportar mejor su decepcin dijo, sonriendo.

Puede que s acept Ndart. Levant su copa. Salud, amigo.

Salud dijo Wirl-77. Empezamos a hablar?

Cuando guste, Pretton.

Se trata de la frmula. No es necesario que le diga ms.

Ndart vaci su copa.

Janya no la ha dictado an contest.

Es posible? se sorprendi el vudnoriano.

Como lo oye, Pretton.

Me habrn informado mal. Yo cre que ella...

An no haba llegado el momento, Pretton.

Est bien. Ya llegar. Hablemos ahora de otra cosa. Del sobre lacrado que Janya deba entregarle a los seis aos y medio luz.

Ndart sonri.

Est usted muy informado dijo.

No del todo, como ya ha podido comprobar. Qu dice el sobre?

Lo quem, con su contenido, siguiendo las instrucciones contenidas en l.

Pero ley el mensaje.

S, es verdad.

Vamos, Frol, no me haga perder el tiempo.

Lo siento. Usted trabaja para su pas, su Gobierno, su planeta o como quiera definirlo, y a m me sucede lo mismo.

Tengo medios para hacerle despegar los labios, Frol dijo severamente el vudnoriano.

Empiece ya.

Wirl-77 alz las manos al cielo.

Pero, hombre, yo quiero ser amigo de usted...

Caramba! Hay amistades que matan! Ese torpedo que usted nos dispar...!

Frol, nosotros no hemos disparado ningn torpedo declar Wirl-77, sorprendentemente.

No le creo contest.

Tiene que creerme. Nosotros no hemos disparado ningn torpedo, insisto.

Ndart se qued pensativo unos instantes.

En este asunto estn sucediendo cosas muy extraas murmur. Pero no me negarn que s dispararon una especie de cuchillo teledirigido, que cort mi soga de seguridad.

Eso s es cierto admiti Wirl-77. Lo hicimos para provocar un estado de tensin entre usted y Janya, lo que se habra traducido en nerviosismo e inferioridad en la capacidad de maniobra.

Demasiada psicologa coment Ndart. Les sali mal.

S, ya vi que ella pudo escapar al subespacio. Pero habamos escuchado sus conversaciones y cre que tenan averiado el propulsor subespacial.

Oh, tambin hay personas a las que les falta una pierna y, sin embargo, pueden tirarse de cabeza a un ro.

Frol, djese de bromas rezong.

Es todo lo que s respondi.

Todo, no corrigi el vudnoriano. Admito que Janya no le haya dicho an la frmula del A.T.I., pero, al menos, usted s ha ledo el sobre y puede explicarme su contenido.

Ya le he dicho antes que no, Pretton.

Por qu, Frol?

Oh, es un asunto estrictamente privado entre Janya y yo contest el terrestre, sonriendo.

Muy bien suspir Wirl-77. Quiere que le diga una cosa, Frol?

S, por favor.

En la copa que ha tomado usted haba una droga narctica. El vudnoriano consult su reloj. Es una droga relativamente lenta, por lo que no surtir plenos efectos hasta dentro de treinta o cuarenta minutos. Encerrado en una de las cmaras de a bordo, tendr usted tiempo ms que sobrado para reflexionar y hablar antes de que llegue el plazo indicado.

Por qu? se extra Ndart. Basta con que esperen, para que yo empiece a charlar por los codos...

Lo siento, Frol ataj Wirl-77, framente. Dentro de treinta minutos llame usted y hable voluntariamente. De lo contrario, los efectos de la droga sern irreversibles y quedar usted convertido, para siempre, en un no-vivo, no-muerto. Comprende lo que quiero decirle?

Ndart no pestae siquiera.

En la Tierra se les llama zombies dijo.

Justamente corrobor el vudnoriano.

CAPTULO X

Era una suerte que no hubiesen registrado sus ropas, salvo un ligero examen en busca de unas armas que no haban aparecido. Ndart se felicit de la circunstancia, mientras examinaba el interior de la cmara en la que haba sido encerrado.

Era un alojamiento de decoracin casi espartana. Haba una lucerna circular, como de un metro de dimetro. Con los nudillos, toc el vidrio.

Hizo un gesto de satisfaccin. Los cristales de muchas astronaves no eran tales, sino mamparos de metal tratado de modo que resultase transparente.

En Vudnor, por fortuna, el cristal es cristal todava se dijo, sonriendo.

Agachndose ligeramente, busc en los bajos de una de las perneras de los pantalones. Momentos despus tena en la mano tres bolitas de color verde oscuro. Las contempl un momento con aire especulativo.

S, tres mejor que dos, con lo que as elimino posibles riesgos decidi al cabo.

Ingiri las pldoras y luego se quit el reloj de pulsera. Presion la ruedecilla de mover las agujas. Una ligera protuberancia apareci en el lado izquierdo del borde.

Finalmente, se tante la pernera derecha del pantaln. Satisfecho por lo que haba encontrado, que dej en su sitio momentneamente, atac el cristal con el borde del reloj.

Traz un crculo de unos sesenta centmetros. Luego busc un mueble.

Haba un taburete de extrao diseo. Agarrndose con la mano izquierda al pomo de la puerta, que supuso estanca, como todas las de los restantes compartimentos de la nave, lanz el taburete contra el cristal.

Hubo una sorda explosin cuando el vidrio salt y el aire respirable escap instantneamente al exterior. De no haber tenido la precaucin de sujetarse antes, Ndart habra sido precipitado tambin hacia la lucerna y el golpe podra haberle causado daos acaso irreparables.

Pero se haba mantenido en su sitio. Solt el pomo, corri hacia el ventanal y lo atraves. Luego gate por el casco, en posicin invertida con respecto a la nave.

Alcanz una escotilla cerrada exteriormente, con un rtulo en vudnoriano, que indicaba se trataba de una abertura de emergencia, cuya cerradura poda manejarse desde el exterior. Presion la tecla de apertura y la escotilla gir a un lado, dejando ver el interior de una cmara, en la que haba una nave auxiliar.

Era, literalmente, un bote salvavidas, para casos de naufragio o avera irreparable en el espacio. No haba astronave que no llevase uno o dos botes, cuando menos.

Ndart poda haber escapado ya, pero an no haba terminado. Tena algo ms que hacer.

De la pernera derecha de su pantaln sac una delgada lmina de metal, con una forma muy peculiar. De pronto, se le ocurri que en el bote auxiliar, inevitablemente, tena que haber alguna caja con herramientas.

Enco