LCDE021 - Glenn Parrish -La Piel de La Serpiente

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GLENN PARRISH

LA PIEL DE LA SERPIENTE

ColeccinLA CONQUISTA DEL ESPACIO n. 21 Publicacin semanal Aparece los VIERNES

EDITORIAL BRUGUERA, S. A.BARCELONA - BOGOTA - BUENOS AIRES - CARACAS - MEXICO

Depsito Legal B 44.056-1970 Impreso en Espaa - Printed in Spain

1.a edicin: enero, 1971

GLENN PARRISH - 1971 sobre la parte literaria

MIGUEL GARCIA - 1971 sobre la cubierta

Concedidos derechos exclusivos a favor de EDITORIAL BRUGUERA, S. A. Mora la Nueva, 2. Barcelona (Espaa)

Impreso en los Talleres Grficos de Editorial Bruguera, S. A, Mora la Nueva, 2 - Barcelona - 1971

Todos los personajes y entidades privadas que aparecen en esta novela, as como las situaciones de la misma, son fruto exclusivamente de la imaginacin del autor, por lo que cualquier semejanza con personajes, entidades o hechos pasados o actuales, ser simple coincidencia

ULTIMAS OBRAS PUBLICADAS EN ESTA COLECCIN

16. Un minuto en la cuarta dimensin. Ralph Barby.

17. Torbellino de horror. Marcus Sidreo.

18. Mquinas rebeldes. Glenn Parrish.

19. S.O.S. Venus. Peter Debry.

20. Nunca se muere. Lucky Marty.

CAPITULO PRIMERO

La plaza era un hervidero de gentes de todas clases. Desfilaban los hombres rojos de Gerstek VI, los pieles escamosas de Bro-Tu, parecidos a lagartos humanos; los acfalos de Heetsi, bpedos que parecan haber sido decapitados recientemente, pero cuya cabeza formaba un todo con el trax, en cuyo centro estaban los rganos visuales y auditivos; los gigantes de Raknar XX, con una estatura media de tres metros; los enanos de Forli-Sto, increblemente diminutos... Era un colosal abigarramiento de razas estelares que se mova en un ambiente de luz y ruidos verdaderamente estallantes.Haba puestos de venta ambulantes en los que se poda comprar de todo: desde un bocadillo a una esclava joven y hermosa; desde la joya ms cara esmeraldas de Rohr-U a un simple par de sandalias... Todo se expona en aquella gigantesca gora, todo se venda y todo se compraba..., con tal de que el comprador dispusiera del dinero suficiente para adquirir lo que necesitaba o el objeto del cual se haba encaprichado.Naturalmente, no faltaban los vividores, tahres, ladrones y rameras, pero la guardia de Iowar tena el ojo vivo y no permita desmanes. Que cada cual hiciera lo que fuese de su gusto, con tal de no perjudicar al vecino. O, por lo menos, pagndole.Haba estrados donde diferentes artistas exhiban sus habilidades. Una bailarina danzaba, pero su cuerpo no se mova en absoluto, salvo el ombligo, que describa una pequea rbita de cinco centmetros de radio. La gente se quedaba embobada contemplando aquel fenmeno, mientras el dueo de la bailarina pasaba la bandeja en busca de monedas.Jugadores, adivinadores del porvenir de ambos sexos, encantadores de serpientes tricfalas, vendedores de souvenirs de los ms lejanos planetas de la Galaxia... En aquella plaza caba y haba de todo.Incluso estaba Magnus, el Mago, el hombre que poda hacer cualquier cosa que sus espectadores le pidieran.Que no lo creen? exclam Magnus, dirigindose a su embobado auditorio. A ver, t, ests enamorado de una joven de largos cabellos verdosos. No te gustara tenerla ahora en brazos?Magnus movi la mano derecha con amplio ademn y el curioso se tambale repentinamente bajo el peso de una hermosa muchacha de pelo intensamente verde.Kuyna! Kuyna! Ests aqu, ests aqu! grit el individuo, a la vez que emprenda precipitada huida con su preciosa carga.Y t sigui Magnus, no desearas tener ahora mismo un collar de perlas de Frandunare? Pues ah las tienes, preciosa!La mujer se encontr repentinamente con un collar de perlas en torno al cuello y prorrumpi en gritos de alegra. Magnus dio un salto y se ape del pequeo estrado y, acercndose a la gente, empez a sacarles monedas de oro de boca y narices, en medio de un jolgorio y una algazara impresionantes.Magnus nunca falla, Magnus siempre da a sus clientes lo que le piden grit el mago jovialmente, mientras se autotransportaba de nuevo hasta el tablado. Qu es lo que quieres t, viejo barrign? seal con la mano a un individuo de orondo aspecto y lujosa vestimenta.Suprime a mi vieja y gruona esposa grit el individuo, en medio de las risotadas de todos los presentes.Magnus alz las manos.Yo no suprimo personas, las creo dijo. Si me hubieras pedido una esclava joven y hermosa...Mi casa se convertira en un infierno, no, gracias contest el gordo.Magnus hizo otra demostracin de sus fabulosos poderes. Sacudi las manos y una bandeja, con una botella y varios vasos, apareci flotando en el aire. Llen los vasos y empez a repartirlos entre los presentes.Bebed a la salud de todos, amigos! Magnus, el Mago, invita! gritaba, mientras iban apareciendo vasos incesantemente y la botella no daba seales de agotar su rojo contenido.Aquella demostracin origin luego una cerrada salva de aplausos. Magnus se quit el gorro verde y morado con que se cubra y, colocndolo al extremo de un palo, empez a pasarlo entre la concurrencia.Animo, amigos, pagad vuestra diversin con una simple monedita de denario. Tambin admitir sextercios, no faltara ms.Las monedas cayeron en el gorro. Un chungn grit:No eres capaz de llenrtelo t mismo?Al Banco Nacional de Iowar no le gusta que le hagan la competencia contest Magnus alegremente.La pequea multitud que se haba congregado a su alrededor empez a dispersarse. El da de mercado se acababa ya y la plaza se vaciaba, aunque todava muy lentamente.Magnus cont la recaudacin y mene la cabeza.No est mal dijo. Cincuenta denarios y doce sextercios. Peor podra haberme ido.Guard el dinero en la bolsa y salt al suelo. Era un hombre corpulento, de unos treinta aos y casi noventa kilos de peso, pelo negro y ojos azules. Su vestimenta consista en una tnica corta, de color anaranjado, y pantalones negros.Magnus, el Mago, en la vida real Jos Lann, abandon el gora y se encamin a su alojamiento. La noche caa rpidamente sobre la capital de Iowar. Lann tena ganas de comer un buen trozo de pierna asada y beberse una jarra de vino. Saba dnde hacerlo.Abandon las calles del centro y se meti por un ddalo de callejuelas de suelo empedrado, la mayora en pendiente hacia el ro que pasaba a orillas de la ciudad. Era la hora de la cena y casi todo el mundo estaba en sus casas.De pronto, Lann oy pasos a sus espaldas. Se volvi.Dos hombres le seguan. Apret el paso y los individuos aceleraron el suyo.Lann comprendi. Ladrones, pens en el acto. Rufianes sin escrpulos, capaces de enterrarle un palmo de hierro entre las costillas, para robarle un denario. La ocasin no poda ser ms propicia.De pronto, entr en una calle angosta, absolutamente desierta. El lugar adecuado, pens Lann.Los ladrones corrieron tras l. Lann se detuvo y les plant cara.Danos tu dinero pidi uno de los forajidos.Si lo haces sin resistencia, vivirs seal el otro.Lann se ech a rer.Sabis quin soy yo? pregunt.S, Magnus, el Mago, pero con nosotros no valen tus trucos de hipnotismo contest uno de los ladrones.Sugestionas a la gente fcilmente, pero nosotros nos hemos preparado dijo el otro, a la vez que sacaba de sus ropas un espantable machete de treinta centmetros de longitud.De veras? ri Lann burlonamente.Chasque los dedos y un gigantesco gorila apareci en el acto en la calleja.Bah, no es ms que una fantasa. No hagas caso, Kru dijo un ladrn.Ese gorila no existe ri el otro.Lann movi la mano de nuevo. El gorila se golpe el pecho y emiti una serie de rugidos que ponan los pelos de punta.Dales dos puetazos, Kikky dijo Lann plcidamente. No muy fuertes, por supuesto.Los ladrones se acercaron al gorila. De pronto, un velludo puo se dispar hacia adelante.Uno de los rufianes dio una voltereta en el aire y cay sobre las losas de piedra, sin saber muy bien lo que le haba pasado. El otro, machete en alto, carg contra el simio.Algo detuvo su ataque: un puo que pareca de hierro y que le alcanz en medio del pecho. El rufin estuvo un instante en pie, vertical, y luego cay redondo.Lann se ech a rer.Conque era un poco de hipnotismo, eh? dijo. Agit la mano y exclam: Gracias, Kikky! Ya puedes irte!Se oy un leve plop. El gorila desapareci. Lann sigui andando. Silbaba alegremente. En la calleja quedaban los dos ladrones, sin sentido. Cuando lo recobraron, creyeron haber soado.

* * *

La camarera que le haba servido la cena era joven, de cintura de avispa. Sus ojos eran reidores y sus labios sonrean constantemente.Lann alarg un brazo y asi aquel delicado talle. La camarera le dirigi una mirada incendiaria.Puedo servirte en algo, Magnus? pregunt.Una moneda de oro de cinco sextercios revolote por los aires. La muchacha la tom al vuelo y se la guard.La moneda que me has dado, no es un truco de los tuyos? dud ella.Lann sac otra moneda y la puso en la mano de la joven.Murdela invit. Es idntica a la otra. Ella hizo lo que le decan. La segunda moneda sigui el camino de la primera.Esto no es magia dijo.Y se alej. Lann llen su vaso y tom el ltimo trago de la noche. Satisfecho de la cena, abandon el comedor, atraves un amplio vestbulo y subi a su cuarto.Abri la puerta y encendi la luz. Parpadeo al ver a una mujer, en apariencia joven y hermosa, junto a la ventana.

CAPITULO II

Ella se sobresalt ligeramente al sentir que se encenda la luz, pero no volvi la cabeza.Apague, pronto pidi imperativamente.Lann obedeci, un tanto desconcertado.Quin es usted? pregunt.Me persiguen respondi la mujer brevemente.La polica de Iowar?Eso no importa ahora.Ella pareca mirar hacia la calle. De pronto, exclamo:Menos mal! Ya se han ido! Puede encender la Luz, si le place.Lann encendi la luz de nuevo. Ella se volvi y le mir.Vesta una larga capa negra, abierta ligeramente por delante. Era en efecto, joven y muy hermosa, de grandes ojos glaucos y frondosa cabellera de color rojo oscuro. La capa, entreabierta, permita ver un cuerpo de singulares perfecciones anatmicas.Un traje de una sola pieza, cortsimo por las piernas, era la nica vestimenta de la joven. Ella se dio cuenta de la contemplacin de Lann y cerr la capa.Siento haber irrumpido en su habitacin, pero no me qued otro remedio se disculp, con la sonrisa en los labios. Le ruego me perdone, seor...Magnus, l Mago se present el joven.He odo hablar de usted manifest ella. Soy Tania de Kowr.Iowariana?Tania agit la cabeza.No. Perdone, pero he de irme declar. Gracias por su ayuda.No la he ayudado en absoluto.Ms de lo que usted cree. Gracias otra vez, Magnus.Desde luego, usted no es una iowariana dijo Lann. Ella le mir sorprendida. En Iowar todo el mundo se tutea. Costumbres respondi Tania, encogindose de hombros. Si eso te va a calmar, tutame. Pero me voy. Lstima suspir Lann.La camarera era muy guapa, pero al lado de Tania de Kowr resultaba un adefesio. Despus de quedarse solo, se pregunt en qu planeta podra haber nacido Tania.Acab por encogerse de hombros. Mientras se diriga al cuarto de bao para darse una ducha, se quit la ropa.Minutos ms tarde, envuelto en una holgada bata, sali del bao. Entonces vio que tena una visita.Era un hombre relativamente joven, alto, delgado, de barbita negra en punta y que vesta el uniforme azul y negro de la Gran Guardia. Sobre las hombreras llevaba los distintivos de capitn.Magnus, el Mago, supongo dijo el oficial. S.Soy el capitn Malinoht, Magnus. Tengo orden personal de su Gran Sabidura Iotar LXXXVIII de llevarte inmediatamente a su presencia.Al or aquellas palabras, Lann sinti que la frente se le cubra de un sudor fro.

** *

Iotar LXXXVIII, el rey y emperador y dueo absoluto de vidas y haciendas de los treinta y cuatro mil millones de habitantes del Noveno Sistema, cuya capital era Iowar... El hombre que reinaba despticamente sobre treinta y cuatro mil millones de sbditos sobre los que tena poder de vida o muerte...El hombre cuyos menores caprichos eran satisfechos en el acto; que, segn contaban los rumores, slo se diverta cuando presenciaba ejecuciones, lo que ocurra quince o veinte veces al da; el hombre de los caprichos ms disparatados; el dueo y seor de todo, amo de todos los iowarianos, sus vidas y sus bienes...Y le llamaba a l, Magnus, el Mago, acaso para divertirse un rato: primero, con sus habilidades; despus, viendo rodar su cabeza bajo el alfanje del verdugo.

** *

Lann estuvo a punto de negarse, pero se contuvo. No hubiera resultado poltico.Adems, en el peor de los casos, siempre tena el recurso de utilizar alguno de sus numerosos trucos para solucionar una situacin difcil.No sera la primera vez, pens, mientras realizaba una profunda inclinacin.Los menores deseos de su Gran Sabidura son rdenes tajantes para m acept. Estoy a tus rdenes, capitn Malinoht.El oficial seal la puerta con una mano.Tengo mi carruaje en la calle contest.Lann se visti rpidamente, contemplado con suspicacia por el oficial. Minutos despus, salan del albergue.La camarera le mir decepcionada. Lann le dirigi un guio amistoso, como dicindole: Volver. Ella movi la cabeza negativamente.Saba adnde se diriga aquel apuesto terrestre. Muchos entraban en el palacio de Iotar, pero pocos eran los que salan con vida.Sencillamente, no esperaba volver a ver vivo a Magnus.El carruaje era una plataforma de bordes curvados, como una barquilla, con dos cmodos asientos. Lann se sent en uno de ellos y Malinoht ocup el otro.Malinoht movi la palanca de control y el aparato se elev inmediatamente y silenciosamente. Paradjico mundo ste de Iowar pens Lann. Viven como en la Edad Media terrestre, pero emplean la antigravedad para sus desplazamientos.

* * *

Qudate aqu indic Malinoht. Cuando su Gran Sabidura aparezca, hazle siete reverencias. Siete? resping el joven. Ni una menos. Malinoht desapareci.Lann qued solo en una habitacin de suelo rojizo, espejeante, con un gran ventanal en uno de sus lados, desde el cual se divisaba el centelleante panorama d luces de la ciudad.Haba algunos muebles, de factura ms bien discreta. Lann se pregunt dnde podra estar el lujo asitico que tanto se achacaba a Iotar.La estancia se hallaba partida en dos por una larga cortina de tejido semejante al terciopelo y de color azul muy fuerte. En el centro, bordado en oro, se vea el escudo de Iowar: una serpiente tricfala, erguida como un tridente, sosteniendo tres discos plateados con sus cabezas. Cada disco representaba una de las regiones en que se divida el sistema.La cortina se descorri de pronto. Un hombre, sentado en un blando silln, sin patas, sostenido por antigravedad, apareci ante los ojos del terrestre.Era su Gran Sabidura Iotar, el LXXXVIII emperador de su estirpe, el Seor de la Vida y de la Muerte en el Noveno Sistema estelar.Iotar vesta una sencilla tnica larga, que le cubra los pies. En el lado izquierdo de la prenda llevaba el escudo de Iowar. Era un hombre muy grueso, pero que no lo pareca tanto, debido a su elevada estatura.Estaba casi completamente calvo y sus menudos ojillos, casi enterrados en unos bolsudos prpados, contemplaron a Lann con inters.T eres Magnus, el Mago dijo Iotar.Lann empez a hacer reverencias. A la tercera, Iotar dijo:Basta! Estoy harto del protocolo. Tantas reverencias me parecen una sandez.Lann se qued pasmado. Aquello era nuevo para l. Tena entendido que a Iotar no se le poda mirar a la cara mientras se conversaba con l.As como lo oyes sigui Iotar. Reljate, Magnus. Trata de pensar que ests hablando con un amigo. All veo una botella y dos copas. Quieres llenarlas? Deseo que bebas conmigo.S..., cmo debo tratarte, oh, magnificente seor? Majestad? Alteza? Gran Sabidura?Un cuerno! resopl Iotar. De t y basta, sin ms estupideces. Vamos, sirve el vino.Lann estaba desconcertadsimo, aunque supo mantenerse sereno externamente. Llen las copas y entreg una a su interlocutor.Seguramente dijo Iotar, tras un largo trago, estars preguntndote por qu te hice llamar.Bien contest Lann con cautela, la llamada de un poderoso seor como t siempre llena de alegra a un hombre y ms si es un extranjero...Tonteras! Nadie se alegra cuando se le llama a mi palacio! Al contrario, sus familiares se visten de luto.Es evidente que tienes grandes enemigos, que se complacen en difamarte, seor.Iotar mir a su husped con expresin suspicaz.No seas adulador mascull. De m se dicen muchas cosas, pocas buenas. T llevas algn tiempo en Iowar y tienes que saberlo.Si uno empezase a hacer caso de todos los rumores que se oyen...Pero debes confesar que viniste aqu con las piernas muy poco seguras.Hombre, digo, seor...No temas contest Iotar. No tienes nada que temer de m, al menos por el momento. Soy menos malo de lo que parece, creme.Podras impedirlo insinu Lann.El sistema gru Iotar. Lo creas o no, yo no soy aqu ms que una fachada tras la que se escuda el Gobierno. S, podra mandarte matar ahora mismo, pero si ello no interesa al Gobierno, la sentencia no se cumplira.Me dejas pasmado, Iotar.Pues es la verdad, aunque no lo creas. Slo soy un smbolo, aunque, eso s, reconozco que a veces tengo un genio de todos los demonios y que cuando ordeno una cosa y no se cumple, me pongo como una fiera, sobre todo si esa orden tiene un mnimo de justificacin. Comprendes?Perfectamente, Iotar.Todo esto te lo digo para que sepas a qu atenerte. Ah, y una cosa muy importante; slo contadsimas personas, entre ellas el capitn Malinoht y mi primer secretario en jefe, estn enteradas de tu visita. Por tanto, t habrs de guardar absoluto secreto de ello.Estamos.Bien, entonces ya es hora de que sepas por qu te he llamado. Has odo hablar alguna vez de Hayra XXX, la superduquesa de Sharion XII?S que es una mujer muy bella, pero no s ms. Nunca he estado en Sharion XII.En efecto, Hayra es una mujer hermossima, pero, para m, esto es lo de menos. Lo importante es que Hayra conserva su hermosura de un modo inexplicable, porque naci hace nada menos que trescientos veinticinco aos, segn el cmputo de tiempo terrestre, por supuesto.

CAPITULO III

Si ya haba sentido asombro al ser llamado al palacio de aquel poderoso individuo, Lann lo sinti ahora mucho mayor al enterarse de que exista una persona que viva desde haca ms de tres siglos, tiempo de la Tierra.Mir a Iotar con la boca abierta. Iotar despach su copa y se la entreg.Llnala otra vez. Y la tuya tambin, la ests necesitando.Ya lo creo contest Lann, apresurndose a seguir el consejo.Entreg una copa a Iotar y bebi de la suya. Trescientos veinticinco aos!, exclam mentalmente. Una edad increble, cuando el promedio mximo era de ciento cuarenta y slo en casos excepcionales se haban alcanzado los ciento ochenta o ciento noventa.As es confirm Iotar, tras una pausa. Hayra XXX tiene ms de tres siglos, pero no es eso lo ms importante.No? ri Lann. Entonces, ya me dirs lo que es, Iotar.T mismo lo dijiste antes. Hayra es una mujer bellsima.Pero eso es imposible. Los estragos de la edad...Dnde se le notan? A los cuarenta aos tena el talle y la figura de una chiquilla. Esto no tiene nada de particular; ocurre infinidad de veces y ya pasaba en la antigedad. Pero a los sesenta aos, la esbeltez y la lisura de las facciones desaparecan.S, es cierto.Hoy, con los adelantos actuales, una mujer de setenta aos parece tener cuarenta menos. Pero, cmo diablos se las arregla Hayra para tener el mismo aspecto que tena a los cuarenta aos, cuando pareca tener solamente veinte? Es que no lo entiendes?Trescientos aos con la misma belleza de rostro, idntica esbeltez...Un cuerpo de diosa gru Iotar.De repente, Lann se sinti anonadado.Hayra es inmortal murmur.Un cuerno! barbot Iotar. No hay inmortalidad; slo los medios de prolongar la existencia. Ella vive desde hace trescientos veinticinco aos...T tambin puedes alcanzar esa edad.No, no hay nada que hacer. A los ciento cuarenta aos, el ser humano desfallece fsicamente. Todos los medios empleados han resultado intiles; salvo casos excepcionales, debidos a la peculiar constitucin de la persona, muy pocos han rebasado el siglo y medio. Es algo as como si las clulas del cuerpo se negaran a seguir viviendo. Y si las clulas se niegan a vivir, ya me dirs t lo que le sucede al hombre.Llega la muerte dijo Lann.Justamente, aunque no para Hayra. Ella vive y ha conseguido prolongar increblemente su belleza a lo largo de trescientos aos.Iotar solloz.Tengo ya ciento cinco aos. No me importa mi figura fsica, pero quiero vivir ms, mucho ms gimote. Es que no lo comprendes?Hombre, a nadie le amargara un dulce... de esa elaboracin dijo el terrestre.Por eso quiero que vayas a Sharion XII exclam Iotar repentinamente. Tienes que ir all y apoderarte de la frmula que ha prolongado la vida y la belleza de la superduquesa. Me has entendido, Magnus?Oh, no, no. Eso es impos...Los ojillos de Iotar despidieron centellas de ira.Osas oponerte a mis mandatos? aull.Bueno, bueno, clmate dijo Lann, un tanto asustado. Solamente quise decir...Que irs a Sharion XII le interrumpi Iotar con torva sonrisa.Pero, en nombre de los cincuenta y siete planetas de tu sistema! Por qu diablos me has elegido a m?No eres Magnus, el Mago, el incomparable artista que todo lo hace y todo lo consigue?Slo soy un artista que vaga por la Galaxia, ganndose la vida con sus trucos dijo Lann.En tal caso, encontrars alguno para traerme la frmula de la longevidad.Si Hayra se entera de que soy un espa tuyo, me har desollar vivo.-T encontrars el medio de conservar el pellejo. Eres muy listo, Magnus, no lo niegues. Por cierto, cmo te las arreglas para embaucar a la gente? Cul es el secreto de tu poder de sugestin?Lann se qued pensativo un momento. Luego, lentamente, dijo:Es cierto que sugestiono a la gente y les hago ver lo que yo deseo que vean. Pero en muchas ocasiones...-S?En muchas ocasiones, es realidad sigui Lann. Ni yo mismo s de dnde he obtenido esos poderes, aunque hay quien dice que se debe a que soy el sptimo hijo del sptimo hijo de un sptimo hijo, lo cual, segn las leyendas terrestres, otorga el poder de la magia. Lo creas o no, puedo hacer cosas que estn vedadas al comn de los mortales. No lo s, pero es as.Iotar le mir asombrado.Hablas en serio? pregunt.No bromeo respondi Lann gravemente. Mis trucos de magia, muchas veces, no son hipnotismo, sino realidad.Hazme ma prueba pidi Iotar.Lann chasque los dedos. Un hermoso perro lobo apareci en el acto, meneando alegremente la cola.Ponle un collar de esmeraldas de Rohr-U orden Iotar.El collar apareci inmediatamente en torno a la garganta del can.Iotar agit los dedos y el perro se le acerc mansamente.La mano de Iotar acarici el lomo del perro. Es cierto, no se trata de hipnotismo dijo. Me gustara tener tus poderes, Magnus. Lo siento, pero son intraspasables sonri Lann. Si te gusta el perro, qudatelo. O prefieres que te lo cambie por un tigre terrestre, domesticado?Por una pareja de tigres, pero... aguarda...Iotar quit al perro el collar de esmeraldas.Me gustan las joyas ri.El can fue sustituido en el acto por una pareja de hermosos y ronroneantes tigres de Bengala. Iotar dijo:Les sentarn mejor los rubes de Harawara.Zas!, los collares de rubes se corporeizaron en el acto.Iotar rea como un chiquillo.Lo conseguirs, lo conseguirs! Jams he tenido una idea tan afortunada. T me traers la frmula de la longevidad, Magnus. Y te cubrir de oro, creme. Te parecen bien veinticinco millones a cambio de esa frmula?Eres generoso sonri Lann.Puedo permitirme ese lujo contest Iotar. Veinticinco millones a cambio de la frmula. De acuerdo?De acuerdo, pero, no tienes alguna idea de por dnde debo empezar? Tienes una Embajada en Sharion XII; algn informe te habr enviado el embajador.El doctor Pyod es el mdico personal de la superduquesa. Es todo lo que puedo decirte.Seguramente, l se encarga de prolongar su vida.Y su hermosura, no lo olvides. Porque, tal como est hoy Hayra, es capaz de vivir otros trescientos aos.No lo dudo sonri Lann. Sin embargo, me asalta una duda.Habla, Magnus.No temes que consiga la frmula y me largue a otro Sistema?Iotar sonri enigmticamente. De repente, movi la mano derecha.Lann vio un tubito entre los dedos de Iotar. Antes de que pudiera adivinar lo que iba a suceder, sinti un tremendo golpe en el pecho, que lo derrib de espaldas.Desde el suelo, grit:Qu me has hecho, Iotar?Asegurarme de que volvers respondi el aludido framente. Ahora llevas dentro de tu cuerpo una cpsula de veneno, cuya envoltura durar solamente tres meses. Si en ese espacio de tiempo no has vuelto, la cpsula se disgregar y el veneno se esparcir por tu sangre. Morirs a los quince minutos en medio de atroces sufrimientos.Puedo hacer que me la extraigan quirrgicamente...Moriras igual, porque la envoltura se disgregara al contacto con el aire, ya que el cirujano tendra que ponerla al descubierto antes de sacarla con las pinzas. Y esa disgregacin sera instantnea.Pero...Cuando vuelvas con la frmula, se te inyectar un lquido que recubrir la cpsula de una capa aislante, que impedir su destruccin. Entonces te la extraeremos y podrs seguir viviendo.Iotar, eres un granuja dijo Lann irrespetuosamente, ya en pie.El dueo de Iowar se encogi de hombros.Qu quieres? Hay que vivir contest cnicamente. A propsito, no conoces a la superduquesa?Claro que no rezong Lann.Iotar le tir un retrato ovalado, enmarcado en oro.Esa es la mujer casi inmortal dijo.Lann fij la vista en el retrato. Una exclamacin de asombro brot de sus labios.El retrato que tena en las manos era el de aquella hermosa muchacha que haba dicho llamarse Tania de Kowr!

* * *

La camarera de la taberna le aguardaba en su habitacin.Cre que no volveras dijo. Lann contest con un gruido.Su Gran Sabidura quera una exhibicin privada de mis habilidades minti.Ella se le acerc ondulando insinuantemente y le ech los brazos al cuello. Al juntar su cuerpo con el del hombre, Lann sinti un leve pinchazo en el lado izquierdo del pecho.Maldita cpsula gru.Cmo dices? pregunt ella.Nada, no tiene importancia. Oye, nena, tengo que hacerte una pregunta... Bueno, pero si ni siquiera s cmo te llamas.Dulda, mi amor susurr ella. Qu es lo que quieres saber?Conoces t a una tal Tania de Kowr?Dulda se separ de Lann como si le hubiese picado un spid.Cmo te atreves a hacerme esa pregunta? grite. Dnde has dejado tu vergenza, Magnus?Pero... no entiendo... Yo slo te he hecho una pregunta... Dije si conocas a Tania...S, Tania de Kowr! chill Dulda. Una mujer de horrenda reputacin, una asesina profesional, que mata por dinero, lo entiendes?Lann estaba aturdido.Eso no es...Vete al diablo! dijo Dulda, un segundo antes de cerrar de un tremendo portazo.

CAPITULO IV

Lann no pudo dormir aquella noche ni aun recurriendo a la autosugestin.Veinte veces se orden a s mismo dormirse y veinte veces fracas.Eran demasiadas emociones: la entrevista con Iotar, la misin que le haban encomendado, el descubrimiento de que Hayra era Tania de Kowr, que lama era una asesina profesional...A la maana siguiente, al fin, agotado, acabo por conciliar el sueo, pero antes de medioda ya estaba en la calle.Lann tena un buen amigo en Iowar. Se llamaba Pirlos Jast y tena una tienda en la que se compraba y venda de todo lo que no se poda encontrar en los dems establecimientos.Jast tena infinidad de relaciones en todo el Sistema. No haba capitn de astronave que no fuese amigo suyo.Con las gentes de la capital le suceda lo mismo. Lann saba, pues, que Pirlos Jast era el hombre que mejores informaciones podra proporcionarle.Media hora despus de haber salido de su alojamiento, entraba en la tienda. Era un vasto local, atendido por varias bellsimas muchachas. Jast, encaramado en una especie de estrado, vigilaba las actividades de sus empleadas y los movimientos de la clientela.En la mano tena un ltigo direccional. Jast posea una vista de lince y no toleraba robos. Poda rebajar el precio de un artculo, pero el que pretendiese llevrselo sin pagar reciba una dura leccin.Lann se apoy en uno de los brazos del silln, situado ms o menos a la altura de su codo.Hola, rey de los ladrones salud.Qu te trae por aqu, Magnus? contest Jast, sin mirarle siquiera. T lo tienes todo o puedes tenerlo. Por qu has de venir a comprarme nada?No he venido como cliente, sino a recibir informacin, Pirly.Me llamo Pirlos y no Pirly. Vuestros diminutos terrestres me dan nuseas. Lann sonri.No seas tan susceptible, hombre dijo. Tengo un problema.Qu clase de problema? Jast hablaba sin mirarle siquiera, atento a la buena marcha del negocio.Un rival. Amoroso?Puedo tener otra clase de rivales? dijo Lann riendo.Me extraa que tengas un rival amoroso. Cualquier mujer te sigue en el acto slo con un guio de ojos; y si lleva el marido al lado, le pega un tiro y se queda tan tranquila.Exagerado sonri Lann. Quiero eliminar a ese rival. Definitivamente?Una eliminacin definitiva es siempre lo ms conveniente. Las provisionalidades son funestas a la larga.Tania de Kowr, Dcima Alineacin, 900, departamento E-7.Lann guard silencio un instante. As, pues, era cierto. Un caso extrao el de esa chica aadi Jast. Por qu, Pirlos?Es una hija ilegtima de la superduquesa Hayra. No se sabe quin es el padre, pero Hayra es su madre. Una bonita noticia, Pirlos.Hay quien dice que es su hermana gemela, pero eso es mentira. Tania es su hija.Y se dedica a matar a la gente por dinero.El ltigo de Jast se dispar de pronto y alcanz en la pantorrilla derecha a un tipo que sala de la tienda. El hombre cay chillando de dolor, con la pierna ensangrentada.Llamen a la polica orden Jast framente. Ese tipo se llevaba una esmeralda de Rohr-U.Una de las chicas se precipit sobre el fonovisor. Dos ms, giles y fuertes, cayeron sobre el ladrn y le registraron rpidamente.La esmeralda, seor Jast anunci una de las dependientas, alzndola con los dedos ndice y pulgar.El ltigo de Jast se dispar de nuevo, aunque con mayor suavidad. Una chica grit, a la vez que se llevaba la mano al brazo izquierdo.Y otra vez dijo el comerciante, a ver si vigilas mejor, estamos?Mereceras que te ahorcasen, Pirlos dijo Lann.Les pago sueldos de reinas contest Jast framente. S, Tania mata a la gente por dinero, pero vete preparando diez mil sextercios y quiz no consigas sus servicios.Un precio caro.Ninguna de las vctimas de Tania ha vuelto a ser vista jams.Qu hace la polica iowariana? Jast ri agriamente.No hay cuerpo del delito, no hay pruebas contest.Entiendo. Cada vez, un asesinato perfecto. Exactamente.Una pareja de policas entraron y se llevaron al ladrn, que sollozaba de pnico.Qu castigo le impondrn? pregunt Lann.Depende del humor de su Gran Sabidura. Puede que se contente con una simple decapitacin o puede que pregunte si sus leones expodos han comido hoy. Quin sabe?Lann se estremeci. S, Iowar era un mundo salvaje, a pesar de sus adelantos, a pesar de que all se viva en una poca correspondiente al ao 2487 de la Tierra.

* * *

Lann encontr fcilmente la casa de Tania de Kowr.Hija de Hayra? Hermana gemela? En este caso, ambas tenan la misma edad: trescientos veinticinco aos.Llam a la puerta. Estaba cerrada. Nadie le contest.Lann saba cmo abrir las puertas cerradas. Hizo un pase con la mano y los pestillos se deslizaron a un lado.Entr. El departamento estaba desierto.Haba un suave perfume ambiental, de flores silvestres. Lann revis el departamento rpidamente y luego se sent a esperar.Pas una hora. De pronto, vio que se mova la cerradura.La persona que haba al otro lado titubeaba. No pareca muy segura de la llave.Lann adivin que no se trataba de la duea del piso. Tania no tardara tanto en abrir.Se levant de un salto y se situ junto a la puerta, en el momento en que, al fin, ceda la cerradura. Un hombre se asom cautelosamente.Pasa dijo, no hay nadie.Otro hombre entr a continuacin del primero. Lann carraspe.Los dos sujetos se volvieron instantneamente. Uno de ellos le apunt con una pistola neutrnica.Quin es usted? pregunt hoscamente.Y ustedes? replic Lann sonriendo.Mtalo dijo el otro con torvo acento.Espera. Primero quiero saber quin es y qu hace este tipo aqu.Lann meti las manos en el bolsillo y sac un puado de joyas.Ladrn, seores dijo.Estupendo sonri uno de los recin llegados. Las joyas sern para nosotros.Sern para m gru su compaero.Es que no vas a darme la mitad? pregunt el otro.Claro que no. Todas las joyas para m... Para m!Tienes ganas de que te machaque las narices? Atrvete si eres hombre! Soy ms hombre que t.Lann cruz los brazos. Se divirti mucho presenciando la pelea entre los dos compinches, hasta que, agotados y ensangrentados, quedaron en el suelo, incapaces de moverse.Qu nos ha pasado, Kratt? pregunt gimiendo uno de ellos. Tan buenos amigos que ramos y nos hemos pegado como salvajes...No lo entiendo, no lo entiendo deca el otro, no menos aturdido que su compinche.Puedo preguntarles por qu han venido a esta casa? habl Lann con suma amabilidad.Kratt y su compaero intercambiaron una mirada. Luego, apoyndose el uno en el otro, se pusieron en pie.Somos ladrones dijo Kratt. Competidores, eh?S, pero usted nos ha ganado... Podemos retirarnos?Lann alz la mano.Cmo s si son o no ladrones? pregunt. Tiene que fiarse de nuestra palabra. La pistola neutrnica de Kratt haba pasado a poder de Lann.No le inspira ideas de viva sinceridad la vista del arma? pregunt el terrestre.La nuez de Kratt subi y baj espasmdicamente.Llame a la polica si quiere dijo. All tenemos buenos amigos.Un polica se corporeiz instantneamente en la estancia.Son ladrones, en efecto dijo.Sac un par de esposas, encaden a los dos sujetos y se los llev a empujones.Y gracias por su colaboracin ciudadana, caballero dijo el agente en el momento de cruzar la puerta.Tremendamente abatidos, sin comprender muy bien lo que les haba ocurrido, Kratt y su compinche llegaron a la puerta de la calle. Una vez all, se detuvieron aguardando a que el polica les indicara el camino que deban seguir.Pasaron algunos minutos. De pronto, Kratt se dio cuenta de que no estaba unido a su compaero.El otro volvi la cabeza. Tras ellos no haba ningn polica.Cambiaron una mirada. El terror se reflejaba en sus rostros. De sbito, echaron a correr y desaparecieron de aquel lugar en contados momentos, mientras arriba, en la ventana, Lann se parta de risa.S, eran ladrones dijo, mientras se retiraba en busca de alguna botella que contuviese lo suficiente para un trago.Estaba tomando la segunda copa cuando, de pronto, se abri la puerta y entr la duea del piso.Tania de Kowr se volvi para cerrar. Luego, al girar de nuevo, divis al intruso.Qu hace usted en mi casa? fue su reaccin instantnea.Estaba aguardndote, Tania de Kowr. Ya no me recuerdas?Ella le mir un instante. Luego chasque los dedos. Ya s dijo. Eres Magnus, el Mago. A qu has venido a mi casa, si puede saberse?Puede, Tania. Conozco tu profesin y necesito de tus servicios.De veras? Tania sonri burlonamente. Qu clase de servicio necesitas que te haga yo?Suprimir a un competidor, Tania. Tengo entendido que eres una virtuosa del asesinato.

CAPITULO V

Tania guard silencio un momento. Luego se acerc a la repisa y llen una copa.Se apoy en la misma consola y qued mirando de hito en hito a su visitante. Tania vesta un audaz traje, con una sola hombrera, tan corto como el que llevaba cuando Lann la conoci por primera vez. Una especie de manto escarlata colgaba del broche de oro de su hombro izquierdo y quedaba flotando a su espalda, recogindose en parte en el ancho cinturn de pedrera que rodeaba su esbelto talle.Quin te ha dicho que suprimo a la gente por dinero? pregunt al cabo.Un hombre de mis cualidades tiene amistades, Tania sonri Lann.Eres Magnus, el Mago. No puedes encargarte t de suprimir a tus enemigos?Mi magia es muy torpe en algunos aspectos. No he practicado el asesinato.Y quieres que yo lo haga por ti?S. S que cobras caro, pero estoy dispuesto a pagar el precio que me pidas.El precio son doce mil sextercios. Monedas, no billetes. Caro.Tania se encogi de hombros. Entonces, vete respondi.Ni siquiera para devolverme el favor me haras una rebaja? solicit Lann.No estoy muy segura que quieras de veras eliminar a un individuo dijo ella.Lann hizo un gesto y un cigarrillo encendido apareci frente a Tania. Ella lo rechaz con un gesto de aprensin.No me gustan ciertas costumbres terrestres dijo.El cigarrillo vol hasta los labios de Lann.En cambio, a m me gusta un pitillo de cuando en cuando sonri. Tania, puedo hacerte una pregunta?Sin garanta de respuesta, claro. Por qu adoptaste esta... profesin? Se gana dinero dijo ella, impasible. He odo algunas cosas extraas de ti manifest Lann.De veras?Unos dicen que eres un fruto ilegtimo de los amores de la superduquesa Hayra con... un desconocido. Otros dicen que eres su hermana gemela. Con cul de las dos versiones me quedo?Tania sonri imperceptiblemente.Eres terrestre, verdad?Me siento orgulloso de serlo confes Lann.En este caso, desconoces muchas costumbres de estos sistemas estelares, situados a miles de aos luz del tuyo. Mi cara es producto de la moda.Lann arque las cejas.Moda? repiti.S. La superduquesa es un personaje muy popular. Hace algunos aos estuvo de moda entre las chicas jvenes hacerse un rostro idntico al de Hayra.Ciruga esttica.S.Pero... en Sharion XII se podran producir confusiones...La superduquesa sale poco de palacio y siempre con un gran squito. Por otra parte, estn los detectores de frmula corporal, que llevan todos los agentes de polica sharionita.Y la frmula de Hayra es incopiable.Exactamente sonri Tania.Bueno, no se puede decir que tengas mal gusto al llevar la cara de la superduquesa. Dime, es cierto que naci hace ms de trescientos aos?Rigurosamente cierto, Magnus.En ese caso, debe de usar alguna pcima especial que le permite tan extraordinaria longevidad, sin perder su lozana.Es la envidia de todos los sharionitas, hombres y mujeres, pero, segn he odo decir, tambin influye la herencia.Una mujer con suerte, no cabe la menor duda observ Lann. Bien, Tania, qu hay de la rebaja? Ella movi negativamente la cabeza. He fijado un precio. Tmalo o djalo contest. Lann ense las palmas de las manos.No soy un hombre rico dijo. Y se encamin hacia la puerta.Antes de salir, sin embargo, se volvi hacia Tania. Puedo saber cul es tu arma favorita? pregunt. La ms antigua de todas contest ella, sonriendo. Las manos?No. Mato a los hombres de amor.Lann se qued pasmado un instante.El amor es una cosa maravillosa, pero no para dejarme morir por ella dijo. Gracias por haberme atendido, Tania.Chasque los dedos y una rosa roja apareci en su mano. La bes y luego la arroj hacia la joven.Tania la atrap al vuelo.Un detalle muy delicado sonri.Al quedarse sola, oli la rosa.Es autntica dijo a media voz. Cmo consigue realizar semejantes prodigios? Juntos l y yo, podramos...

* * *

Lann sali de la entrevista sin haber conseguido mucho ms de lo que saba al entrar. Era cierto que Tania mataba de amor a los hombres?Un rostro copiado? Hija de Hayra? Hermana gemela?Se estremeci.Brrr... En este ltimo caso, tendra trescientos veinticinco aos de edad mascull.Regres a su alojamiento. Dulda, la camarera, volvi la cabeza a un lado cuando l la mir sonriendo.Cen tranquilamente. Dulda no era la nica camarera. Al terminar, hizo que le trajeran un fonovisor. Puls un botn y tom el micrfono.Quiero la central de las Espaciolneas Iowarianas dijo.La comunicacin se estableci en pocos instantes.Espaciolneas Iowarianas son una voz femenina. Podemos atenderle en algo, seor?Puedes, preciosa. Necesito un pasaje para Sharion XII en la prxima astronave.Tiene el visado de entrada expedido por la Embajada sharionita, seor? Si no es as, lo sentimos; no podremos facilitarle el pasaje.Lann contuvo una maldicin.En nuestra Liga de Sistemas Estelares no se necesitan visados dijo, mientras cortaba la comunicacin. Le gustase o no, tendra que ir al da siguiente a la Embajada sharionita para pedir el visado a su pasaporte.El fonovisor vol hasta la camarera, con una moneda de dos sextercios encima. Ella le gui el ojo. Lann baj el pulgar.Ella dej de sonrer y se encogi de hombros.Lo siento, guapa, pero quiero descansar murmur Lann, como si la iowariana pudiera orle.A la maana siguiente, antes de las diez, Lann estaba ya en la Embajada sharionita. Sobre el dintel de la puerta ondeaba la bandera de Sharion XII: rojo, azul, blanco y una faja negra con cinco estrellas doradas.Entr en el edificio. A un informador automtico le pregunt dnde estaba la Seccin de Pasaportes. La mquina le indic el camino.Momentos despus, se hallaba ante una hermosa mujer de formas exuberantes, sobre cuyo seno izquierdo haba un disco de metal con el escudo de Sharion y la indicacin de Pasaportes. La empleada le pregunt qu quera.Un visado para Sharion, hermosa sonri Lann. Motivos del viaje?Lann se fij en unos cuantos pasaportes que haba sobre la mesa.Artsticos. Soy Magnus, el Mago contest. Y la nica flor que haba sobre un bcaro a la izquierda de la joven se multiplic en el acto por veinticuatro.Asombroso! dijo ella. S, he odo hablar de ti, Magnus. Te dar el visado, pero antes hemos de tomar tu frmula corporal. No se puede entrar en Sharion XII sin ese requisito.Estoy dispuesto a todo contest Lann.Muy bien. Pasa a aquella habitacin. La mano de la empleada seal una puerta. Vers un silln. Presiona el botn que hay sobre el brazo derecho. Una mquina captar las emanaciones de tu cuerpo y tomar tu frmula en cinco minutos. El reloj te indicar cundo puedes salir. Son veinticinco sextercios y nueve denarios.Lann abon sin rechistar la suma pedida. Luego avanz hacia la puerta sealada.Encontr el silln y se sent. Busc el botn y lo presion.Entonces, inesperadamente, el silln se movi de un modo singular y lo proyect hacia adelante con increble violencia.Durante una fraccin de segundo, Lann crey que se iba a estrellar contra la pared frontera. En el ltimo instante, se abri un hueco en la pared y el Mago sinti que se hunda en un abismo sin fondo, en el que reinaba una oscuridad total.

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Su cada se vio refrenada por una cosa elstica, en la que rebot un par de veces, antes de quedar medio tendido, balancendose suavemente. Al tacto, Lann advirti que se trataba de una red de tupida malla.La red descendi lentamente hasta posarse en el suelo. Lann se puso en pie.Lo que me ocurre es, sencillamente, un secuestro con todas las de la ley mascull.Se pregunt cul sera la segunda etapa de la aventura que estaba corriendo. Encendi un fsforo, por artes completamente naturales, y vio que se hallaba en un espacioso stano de forma cbica, sin ninguna ventana. No haba tampoco muebles y solamente se vea la red que haba amortiguado los efectos de su cada.Levant la vista. La trampa a travs de la cual haba pasado apenas era perceptible.Detrs de l, al girar, divis una puerta de hierro. Se pregunt cuntos desdichados habran muerto en aquel lugar, sin dejar rastro.Tal vez haban ido a parar all las vctimas de Tania de Kowr. A fin de cuentas, era una sharionita. Poda actuar muy bien por encargo del Gobierno de Sharion XII.Eso es absurdo mascull, enojado consigo mismo de semejante desvaro.La red se elev de pronto. Lann tuvo que saltar a un lado para no ser izado con ella.El fsforo se haba apagado ya. Cuando quiso encender otro, oy un ruido en la puerta.Ahora se van a aclarar mis dudas murmur, retrocediendo lentamente.

CAPITULO VI

La puerta se abri, pero no entr el menor rayo de luz. Lann oy una voz de tonos aprensivos: Crees que...?Tonto! dijo otro. El no nos ve, por tanto no puede emplear sus trucos de magia. Slo son efectivos cuando dispone de luz.Oye, ests seguro de que estas gafas que llevamos puestas permiten ver en la oscuridad? Porque yo no veo a ese tipo por ninguna parte.Estoy aqu dijo Lann de repente.Los sharionitas se volvieron. En el mismo instante, Lann encendi un segundo fsforo.Cuidado! grit uno de los esbirros.La luz se transform en un resplandor intolerable. Los sharionitas vieron alzarse ante ellos dos focos de terrible potencia lumnica.Gritaron de dolor. La luz traspasaba sus cerebros, a pesar de la proteccin de las gafas. Lann sonri.Dos puos se movieron inesperadamente, alargndose de manera increble los brazos a cuyos extremos se hallaban. Sonaron dos crujidos simultneos.Los esbirros cayeron al suelo. Lann se inclin sobre uno de ellos y le quit el casco que llevaba puesto, provisto de las gafas para ver en la oscuridad.El panorama cambi para l en el acto. Durante unos segundos, Lann estudi el rostro y la vestimenta de uno de los cados.Luego se apoder de su documentacin. El sharionita se llamaba Ekr Deslar.Suficiente dijo, sonriendo, mientras se diriga hacia la puerta.Subi por una escalera en tinieblas. Hall otra puerta al final y abri, encontrndose en una sala prxima al despacho de la empleada encargada de los visados.Un sentimiento de curiosidad le hizo acercarse al despacho. Abri la puerta y asom la cabeza.Puedo pasar? pregunt.Entra, Ekr accedi la bella sharionita. Y tu compaero?Ha ido al lavabo un momento. Se ara un poco.Ah. Cmo fue la cosa, Ekr?Bien, no hubo dificultades, pero, dime... por qu tuvimos que...? Bueno, t ya me entiendes, no?Desde luego sonri ella. Magnus era un espa de su Gran Sabidura.Mal rayo le parta a l y a todos los iowarianos gru Lan. Qu vas a hacer con Magnus?Ahora lo vers.La sharionita puls un botn. Una pantalla de televisin se encendi en el acto sobre la mesa.La pantalla reflej el stano. En el suelo se vea el cuerpo tendido de un individuo. Lann se felicit mentalmente de la rapidez de sus reflejos. La sharionita, hipnotizada, slo vea el supuesto cuerpo de Lann.Ella apret otro botn. Una trampa se abri en el centro del stano y dos cuerpos se precipitaron al vaco.Hay ciento veinte metros de cada hasta la cloaca mxima. El triturador gigante de desperdicios convertir en polvillo el cuerpo de Magnus.Seguro? pregunt Lann.Seguro. El triturador est a pocos metros de distancia del punto de cada y las aguas de la cloaca arrastrarn el cadver hasta sus paletas.Lann suspir.Descanse en paz dijo. Adis, hermosa.Ha sido un buen trabajo, Ekr. Se te tendr en cuenta prometi la sharionita.Slo pienso en cumplir mi deber contest Lann.Cuando sali de la Embajada, todava no crea en su buena suerte.Se pregunt por qu no le haban lanzado directamente a la cloaca. La respuesta era sencilla: los esbirros haban ido a quitar de su cuerpo toda pieza de metal de su indumentaria, que el triturador no destrozara completamente. Convena evitar dejar huellas comprometedoras.Y esto se dijo amargamente explica por qu las vctimas de Tania de Kowr no han aparecido jams.

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Su Gran Sabidura. Iotar LXXXVIII, peg un respingo cuando Magnus, el Mago, se corporeiz en su dormitorio frente a l.Iotar iba a quitarse la bata para meterse en la cama y mir enojado al intruso.Es que no podas venir a verme empleando otros medios? rezong.Quieres que todo el mundo se entere de que soy un espa tuyo? contest Lann.Iotar entrecerr los ojos.Explcate pidi secamente.Hoy, bueno, ayer, estuve en la Embajada sharionita para solicitar un visado de entrada en aquel Sistema. Con engaos, me lanzaron a un stano. Dos sharionitas quisieron matarme. Los enga. Luego, una empleada lanz sus cuerpos a la cloaca mxima, en un punto situado muy cerca de un triturador gigante.Har que mis ingenieros investiguen ese lugar dijo Iotar. Qu ms. Magnus?Saban que yo era espa tuyo. Ahora creen que he muerto.No est mal, pero cmo pudieron averiguarlo? T y yo estuvimos hablando en una sala prxima a este dormitorio, no es cierto? En efecto.Se te ha ocurrido pensar en los aparatos de escucha?Imposible. Todo est controlado con absoluto rigor. Precisamente te cit en esa sala, seguro de que nadie podra escucharnos.Conque nadie eh? . Quieres acompaarme, por favor?Iotar se anud de nuevo el cinturn. Sali del dormitorio, precediendo a Lann, quien le sigui en el acto.Repito que el control de este lugar es absoluto insisti Iotar.Lann no dijo nada. De repente, se fij en el gran ventanal, desde el que se dominaba una extensa vista de la capital.Puede moverse ese cristal? pregunt.Desde luego.Iotar se acerc a uno de los lados de la ventana y presion un resorte. El cristal se desliz silenciosamente a un lado.Lann sac medio cuerpo fuera. De repente, lanz una exclamacin.Ya est dijo.Alarg la mano y peg un fuerte tirn. Luego se volvi con un objeto en la mano hacia Iotar.Un receptor-emisor dijo. Mira este cable roto seal con la mano.Es increblemente delgado contest Iotar. Apenas se ve...Estaba adherido al borde inferior del vidrio. Los sonidos iban a parar al aparato y ste los enviaba a la Embajada sharionita...Har que mi ministro proteste...Para qu? Lo negaran todo. Estoy muerto, recurdala.Iotar le mir fijamente.Es una buena solucin, en efecto aprob. Pero, cmo diablos colocaron ah ese trasto? De la ventana al suelo hay ms de cincuenta metros y la pared es absolutamente lisa.Lann sonri.Puede moverse por s mismo, guiado por radio dijo. Alguien se situ en un punto desde el cual pudiera ver tu ventana y gui el aparato hasta colocarlo en el lugar adecuado. As se enteraron de que yo era tu agente.Entonces, mi plan es irrealizable? dijo Iotar desanimadamente.No, porque, pese a todo, ir a Sharion XII y conseguir la frmula.Respiro aliviado. Cmo lo hars, Magnus?Estoy muerto...Iotar movi el ndice de izquierda a derecha y viceversa.Nada de eso. A estas horas ya saben en la Embajada que escapaste a la trampa. Los dos esbirros que enviaron para eliminarte no han aparecido.Es verdad murmur Lann, mordindose los labios. No haba cado en ello. De todas formas, llegar a Sharion XII y conseguir la frmula.No habr lmites para lo que puedas pedirme asegur Iotar.Hombre, ya que hablas de dinero... no tienes por ah alguna bolsita con unos cuantos miles de sextercios? Voy a una especie de guerra y las guerras no se financian sin oro.Eres un granuja, pero me simpatizas. Ven.Volvieron al dormitorio. Iotar abri un armarito secreto, empotrado en la pared, y sac una bolsa de tela roja, que lanz a su visitante.Hay veinticinco supersextercios dijo.Magnfico. No se puede negar de tu generosidad, Iotar. Y ahora, te dir una cosa interesante.S? De qu se trata?Hay una mujer en la capital, una asesina profesional...Hombre, no es la primera. Suele ser raro, pero no extraa a nadie.La que yo te digo s, porque bajo su capa de asesina profesional, es una agente sharionita. Comprobado sin lugar a dudas, entiendes?Su nombre exigi Iotar.Lann facilit el nombre y la direccin de Tania. Iotar dijo:Esta misma noche la habremos quitado de en medio. Gracias por tus informes, Magnus.Lann hizo una profunda reverencia.Soy tu humilde servidor dijo.Y desapareci tras un fogonazo que dej deslumbrado a Iotar durante unos momentos.Iotar lanz un gruido.Cmo diablos se las arreglar para entrar y salir sin ser visto? Acaso posee la facultad de filtrarse a travs de los muros?Se habra sorprendido enormemente de ver a Lann atravesando tranquilamente salones y estancias del palacio y descender sin dificultad las escalinatas. Los guardias, centinelas y patrullas no le vean, sencillamente, sugestionados por su formidable poder hipntico, que le converta en algo inexistente para las mentes afectadas.Al fin, abandon el recinto amurallado que encerraba los jardines y el palacio. Tranquilamente, sin apresuramientos, se encamin a su alojamiento.

CAPITULO VII

Tania dorma apaciblemente cuando, de pronto, la almohada empez a vibrar de un modo desacostumbrado.La joven se sent en la cama. Puso la mano sobre la almohada. S, en efecto, haba alguien intentando entrar en la casa.Rpidamente salt de la cama y corri hacia la salita. Harto se figuraba qu poda ocurrir.El espa consigui huir murmur. Se ha enterado del secreto del subterrneo que da a la cloaca mxima y...Ahora ya saban que ella era una agente de Sharion. Los que estaban al otro lado de la puerta no podan ser si no hombres de] servicio secreto iowariano. El detector situado en la cerradura haba sealado anticipadamente su posicin.La puerta gir cosa de un centmetro.Cuidado con las alarmas dijo una voz.Si hubiera alarmas, ya habran funcionado contest el otro individuo.Tania aguardaba en la oscuridad, al otro lado de la puerta. Un chorro de luz entr en la sala, proveniente del pasillo.Dos hombres cruzaron el umbral. Tania tena en la mano un par de diminutos dardos. Cuando los intrusos llegaron a la mitad de la sala, Tania arroj el primer dardo con todas sus fuerzas.Ay! dijo uno, llevndose la mano a la nuca. Qu te pasa? pregunt el otro.Me ha picado algo...Agh! A m tambin, t. Qu diablos...? Blam! Blam!Dos cuerpos humanos cayeron al suelo. Tania, satisfecha, cerr la puerta y encendi la luz.Contempl a los intrusos durante unos instantes. Vestan ropajes corrientes, lo cual no quera decir nada. Espas, calific mentalmente, mientras se acercaba al fonovisor.Tecle una clave de llamada. Tuvo que esperar un par de minutos antes de que una cara soolienta apareciese en la pantalla.Qu pasa? pregunt el hombre. Por qu me llama a estas horas?Saben quin soy dijo Tania framente. Han enviado a dos agentes para liquidarme.Rayos gru el otro. Cmo...?Use su cabeza, embajador contest Tania irnicamente. Magnus no muri, lo que significa que pudo escapar. Imagnese el resto.Claro, claro dijo el sharionita. Qu va a hacer usted?Es casi seguro que Magnus ir a Sharion. Yo tambin ir. Quiero averiguar sus intenciones.Una buena idea alab el embajador. Pero l la conoce...No bajo el aspecto de Sydai de Galk, comprende? Cundo quiere la documentacin? Debe estar lista para la prxima astronave. Creo que zarpa a las doce y diez, hora local. Lo tendr listo todo. Algo ms, Tania? No, eso es todo. Tania cort la comunicacin.Durante unos segundos, contempl a los dos agentes. Luego, saliendo de su estatismo, se dirigi al dormitorio y se sent ante el tocador.Los espas dormiran todava varias horas. Tena tiempo ms que suficiente de transformarse en la respetable dama Sydai de Galk y preparar el equipaje.La nica duda que le asaltaba estaba basada, paradjicamente, en una certidumbre: la certidumbre de que Magnus tambin cambiara de aspecto.Qu personalidad adoptara el Mago para llegar a Sharion sin obstculos?

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El sobrecargo de la nave contempl con desconfianza el pasaporte que le tenda aquel elegante caballero de mediana edad, que se apoyaba en un bastn para caminar.Hamo Brodno dijo.S, seor.Comerciante retirado.Con buena fortuna sonri el viajero.Aqu dice que va a Sharion por motivos de salud.En efecto. Los manantiales de Tyr-U-Tyr son famosos para las enfermedades nerviosas y mi mdico me ha aconsejado una temporada de estancia en dicha localidad. Si lo desea, puedo ensearle mi libreta sanitaria...Es suficiente cort el sharionita. Con un sello, golpe el pasaporte como si fuese un enemigo personal y luego se lo entreg a su dueo. Puede pasar.Gracias, seor.Harno Brodno se dirigi cojeando levemente hacia una rampa mvil, que le condujo a una explanada interior, donde una hermosa azafata de piel canela se hizo cargo de l, para acompaarlo hasta su camarote. Detrs de Brodno, una mujer hablaba con el sobrecargo, a la vez que le enseaba el pasaporte.Sydai de Galk dijo el funcionario.La misma.Es sharionita.Tengo ese orgullo contest Tania, bajo su aspecto de dama madura y recatada, pero todava bella y atractiva. El pelo lo llevaba recogido en el clsico moo piriforme, adornado con perlas blancas y negras, que era el emblema de la viudez en Sharion XII.Vuelve al Sistema?S. Pas aqu una temporada, a raz de la muerte de mi esposo, con objeto de distraer mi nimo de tan luctuoso acontecimiento. Ahora regreso a la patria.El sobrecargo sell el pasaporte.Mis condolencias, noble seora dijo.Gracias contest Tania.Viajaba Magnus en la misma nave?Podan ocurrir dos posibilidades: una, que Magnus usara sus fenomenales poderes hipnticos para pasar desapercibido. Pero esto exiga una constante tensin mental, que, a la larga, poda resultarle perjudicial.Tania se inclinaba por la segunda posibilidad: el disfraz. Cul era el que haba empleado Magnus?El objeto de sus pensamientos estaba en su camarote en aquellos instantes, deshaciendo su equipaje. Sac un objeto del mismo y lo estudi unos momentos.Tendrn tambin ellos mi frmula corporal? dud.Como fuera, ya no poda volverse atrs. En cambio, l s posea la frmula de Tania.Puede que est a bordo y puede que no est se dijo. Pero conviene estar prevenido.Un mensajero, el capitn Malinoht, le haba informado reservadamente de que los dos agentes enviados para detener a Tania haban sido narcotizados y que ella haba escapado. Antes de que pudieran hacer nada, Tania deba de haberse acogido a la proteccin de su Embajada.Posiblemente, el embajador sharionita la haba quitado de en medio, devolvindola a su pas, y ello no poda ser sino bajo un disfraz. Cul era el actual aspecto de Tania?El detector de frmulas corporales se lo dira Sujet el aparato al cinturn, tras haber marcado en el mismo la frmula de Tania, y luego tir de un delgadsimo cable, terminado en dos minsculas agujas metlicas.Se levant la camisa. Las agujas perforaron su piel con leve pinchazo. Esto era todo.El detector me sealar la presencia de Tania a diez pasos de distancia, aunque se haya disfrazado de venerable ancianita dijo.

* * *

La astronave era inmensa. Meda ms de dos kilmetros de largo por cuatrocientos metros de dimetro en su punto ms ancho. Tena unas bodegas enormes, capaces de almacenar ingentes cantidades de mercaderas, y en sus amplios y lujosos camarotes podan acomodarse, sin agobios de ninguna clase, hasta cuatro mil personas, adems de la tripulacin.Era una ciudad flotante en el espacio, que se desplazaba a velocidades increbles. El viaje durara no menos de dos semanas.Lann se senta nervioso a veces. Aquella cpsula de veneno que llevaba incrustada en el cuerpo le desvelaba en ms de una ocasin. De los tres meses de plazo que le haba concedido Iotar, ya slo le quedaban unos setenta y dos das.En un plazo muy corto tendra que hallar la frmula de la longevidad y escapar de vuelta a Iowar. Confiaba en que Iotar cumpliese su palabra de anular el poder txico de la cpsula.Se pregunt si realmente existira la frmula de la longevidad. Cmo era que Hayra no la haba hecho pblica?Ya era un suceso excepcional el que Hayra llevase viviendo ms de trescientos aos, pero lo que le confera verdadera importancia era que se conservara como cuando tena cuarenta aos.Y si entonces pareca una muchacha de veinte...Una sacudida recorri su cuerpo. Hayra poda vivir an trescientos aos ms. O era inmortal?El doctor Pyod me aclarar muchas cosas pens. Y, qu diablos, tambin a m me gustara echarme un traguito de esa frmula. Puede que sepa a cuerno quemado, pero si alarga la vida, el mal sabor es lo de menos.Segua recorriendo la nave. El detector no daba an seales de Tania. Lann pens que tal vez ella habra embarcado en otra astronave.A mitad de viaje, cierta noche, Lann, un tanto insomne, decidi llegarse a la sala de observacin.Haba varias en la inmensa astronave. Lann eligi la de proa.Era una estancia de forma semicircular, con una cpula transparente que permita una visin en un ngulo de 230. Lann haba elegido aquella sala precisamente porque estaba situada en el sentido de marcha.Las estrellas desfilaban velozmente a ambos lados de la nave, por arriba y por abajo. A veces, pareca que el aparato iba a chocar con un astro fulgurante, pero, en fracciones de segundo, la estrella desfilaba velozmente a un costado y se perda de vista casi instantneamente.Era un espectculo maravilloso. Lann no se cansaba nunca de contemplarlo.Sentado en un cmodo silln, pareca ir a zambullirse directamente en las profundidades del espacio. Daba la sensacin de una cada en el vaco estelar, que no tendra fin nunca.De sbito, cuando menos lo esperaba, sinti un ligersimo cosquilleo en el costado izquierdo.Sus manos se crisparon sobre el puo del bastn.Tania de Kowr!, pens en el acto.

CAPITULO VIII

Una elegante dama, de cabellos oscuros y emblema de viudez, camin apaciblemente hasta situarse junto al gran ventanal. El detector continuaba funcionando y Lann, para evitar la molestia del cosquilleo, lo desconect.Un disfraz magnfico, reconoci en su interior. Carraspe. Ella se volvi.Oh, dispnseme. Cre que estaba sola dijo con voz suave y melodiosa.No tiene importancia, seora sonri Lann, a la vez que se pona en pie. Lamento haber interrumpido sus pensamientos.Aqu no se viene a pensar, sino a contemplar este magnificente espectculo dijo ella.Es verdad. Un espectculo que no cansa la vista jams. Oh, perdone mi incorreccin... Soy Hamo Brodno.Me llamo Sydai de Galk minti Tama dulcemente.Sharionita?En efecto. Vuelvo a mi planeta.Yo soy iowariano y voy a Sharion por consejo mdico. Mi salud es un tanto deficiente y las aguas de Tyr-U-Tyr me sanarn, al menos eso espero.Yo se lo deseo con toda sinceridad, seor Brodno.Muy amable, seora Lann se inclin profundamente. Veo en su indumentaria sntomas de una reciente desgracia.Tania lanz un hondo suspiro.Mi esposo dijo.Lamento el suceso, seora.Ella le dirigi una sonrisa de gratitud. Luego se volvi hacia el ventanal. Lann comprendi que quera seguir aparentando la tristeza de una reciente viudez y, discreto, se alej cojeando.Un buen disfraz, s, seor dijo, mientras regresaba a su camarote.Al da siguiente, una sigilosa propina le hizo conocer el alojamiento de Tania. Hizo una mueca al saber el nmero de su camarote.Pertenece a la serie reservada a diplomticos y altos cargos.La vio dos das despus en uno de los comedores. Ella le dirigi una amable sonrisa. Lann contest con una respetuosa inclinacin de cabeza.Por la noche se encontraron de nuevo en la cpula de observacin.Me gustara invitarla a comer un da en mi camarote dijo Lann. O, si lo prefiere, en el suyo.Tania entrecerr los ojos.Acepto con mucho gusto contest. Maana a las siete?Encantado.Lann se inclin, tom la mano de Tania y la bes respetuosamente. En aquella posicin no pudo captar el brillo de jbilo que haba aparecido en los ojos de la supuesta matrona.A solas ms tarde, en su camarote, Tama se hizo una composicin de lugar.Es probable que Brodno sea Magnus. Primero: es de suma incorreccin, segn la etiqueta sharionita, que no ignora ningn iowariano, invitar a una viuda a cenar a solas, mientras dura el perodo de luto. Segundo, slo los terrestres se inclinan para besar la mano a las damas.Sonri satisfecha.Has cado, Magnus! dijo. Maana por la noche confirmar definitivamente tu personalidad.

* * *

La floristera de a bordo remiti a Tania, una hora antes de la cena, un gran ramo de rosas sharionitas. A las siete en punto, llamaron a la puerta.Tania abri. Lann se inclin delante de ella.Gracias, seora dijo solamente.Soy yo quien debe drselas, seor Brodno...Mi nombre es Harno sonri Lann.Y yo me llamo Sydai. Pase, se lo ruego.La mesa estaba ya puesta. Lann dej el bastn a un lado.Sydai, me permite que le confiese una cosa? solicit.Con mucho gusto, Harno. Estoy enamorado de usted.Ella parpade unos instantes. Luego se ech a rer.Impulsivo como un terrestre! No se dice as? contest.Lann avanz hacia ella.Soy comerciante retirado y viv casi diez aos en aquel hermoso planeta. Se me pegaron muchas de sus costumbres dijo.No soy una jovencita, Harno advirti ella.Ni siquiera llega a los cincuenta aos temporales, lo que representan menos de treinta fsicos. Me equivoco?Casi ha dado en la diana, Harno. Entonces...Los brazos de Lann rodearon la cintura de Tania y su boca busc la de la joven. Ella se dej hacer.Tania not una extraa presin contra su cintura. Una campana de alarma estall de sbito en su mente.Un detector de frmulas corporales, pens.Pero todava le faltaba la ltima prueba.Es usted muy impulsivo, Harno dijo, despus de haberse separado. S, en efecto, se nota que ha estado en la Tierra. Pero all, creo, es costumbre tomar un aperitivo antes de la cena.As es, en efecto.Tania se acerc a la mesa y cogi una botella. Cmo puede convertirse una mujer tan hermosa en una asesina, que mata a sangre fra?, se pregunt l, decepcionado.La joven llen dos copas. Con ellas en la mano, se acerc a Lann. Fingi que iba a entregarle una, pero, de pronto, afloj los dedos y la copa cay.Lann tambin cay. Hizo, instintivamente, un pase con la mano y la copa qued detenida a mitad de su trayectoria.Despus de aquello se produjo un hondo silencio en la estancia.Lann relaj su mente y la copa se estrell contra el suelo.Eres Magnus dijo Tania.Y t, una asesina profesional acus l.Agit la mano de nuevo. Tania se puso rgida.Escucha esto que te voy a decir orden Lann. Soy Harno Brodno. Olvida que soy Magnus. Magnus no est a bordo ni se dirige a Sharion XII. Has entendido?Lo he entendido perfectamente contest ella con voz inexpresiva.Quiero que me contestes a unas preguntas, Tania. Habla, Harno.Es cierto que Hayra XXX emplea una frmula mgica para mantenerse eternamente joven?Algo de eso se rumorea en Sharion XII, pero no se sabe a ciencia cierta.Ella tiene un mdico personal, el doctor Pyod. Puede darme esta informacin el doctor Pyod?Supongo que s.Est bien, hablar con Pyod. Tania, cul es tu relacin con Hayra? Relacin familiar, por supuesto.Ninguna. En Sharion vers muchas chicas con la misma cara.Lann torci el gesto.Tendr que seguir usando el detector de frmulas corporales mascull. Est bien, ya hemos terminado. No soy Magnus, soy Harno Brodno, insisto.S, eres Harno Brodno.Y t, Sydai de Galk..., hasta que te parezca.Lann chasque la mano de nuevo. Tania se estremeci ligeramente.Oh, se me ha cado la copa! exclam, viendo los vidrios rotos y el suelo manchado de vino. Soy una torpe...Este es un accidente que puede ocurrirle a cualquiera sonri Lann. Llenaremos otra copa y asunto concluido.Instantes despus, Lann miraba a Tania por encima de su copa.A la salud de la ms encantadora dama que he conocido en mis viajes por el espacio dijo.Adulador contest ella, visiblemente halagada. Pero la cena se va a enfriar, Harno.Entonces, no esperemos ms. Sydai, me gustara profundizar en mis relaciones con usted.Hay mucho tiempo por delante, no cree?Lann asinti sonriendo, mientras, en su fuero interno, pensaba: Slo setenta das, porque si antes no he conseguido la frmula de la longevidad, puedo considerarme hombre muerto.

* * *

Aquel da, a pocas jornadas ya de su viaje, Lann se acerc a uno de los salones de recreo de la astronave. Haba una larga barra, donde se serva toda clase de bebidas. La clientela era abundante, aunque sobraba sitio.Lann haba quedado citado con Tania una vez ms.Deba seguir desempeando el papel de comerciante enamorado de una viuda madura pero bella. A fin de cuentas, su aspecto corresponda al de un hombre de sesenta aos temporales y unos treinta fsicos, si bien con otro rostro distinto del suyo habitual.Se acerc a la barra y pidi una copa. Bebi parsimoniosamente, abstrado en sus reflexiones.Tena que realizar la misin, aunque no le gustase. O no habra antdoto para el veneno que llevaba incrustado en el pecho.Notaba la cpsula a medio centmetro de la piel, un leve bultito que no se perciba a simple vista. Si apretaba con la mano, senta un ligero pinchazo, sin otra molestia.Cerca de l hablaban dos individuos, iowarianos a juzgar por su acento. En el primer momento, Lann no prest atencin al dilogo.De pronto, una frase atrajo su inters:En cualquier momento, Iotar puede saltar del trono.T crees?Se rumorea por todas partes. Adems, no sera la primera vez que un soberano iowariano sufre las consecuencias de un asalto a su poder. Y el que lo echa, ocupa su puesto. Salskar XXVI fue destronado hace cincuenta aos por el padre de Iotar, sin necesidad de ir ms lejos. Y hace ciento veinte, tambin pas algo parecido con Amfris II.Bueno, pero quin echara ahora a Iotar?Quin va a ser, tonto? Su secretario en jefe, Dii Yuos. Se le ve venir, hombre. Ha situado en los puestos clave a todos sus incondicionales.Y por qu no acta ya?Lo nico que le retiene es que todava no ha conseguido sustituir al comandante de la Guardia Imperial. Iotar se resiste a cambiarlo, pero, a la larga, Dii Yuos conseguir sus propsitos y entonces, zas!, Iotar perder el puesto y contento se dar si no pierde tambin la cabeza.Bueno, pero, de todo esto, sacaremos nosotros algn beneficio?No, en absoluto. Dii Yuos no ser mejor que ese puerco de Iotar; todo lo contrario, incluso ser ms bruto. All se las entiendan ellos con sus intrigas palaciegas. A nosotros que nos dejen en paz, no te parece?Eso creo yo tambin. Bueno, tomemos otra copa.De acuerdo.Lann se qued muy preocupado al escuchar aquellas noticias, que tanto podan influir en su futuro.Si Iotar era destronado, l poda pagar las consecuencias, ya que slo Iotar poda proporcionarle el antdoto del veneno. A Dii Yuos no le importara su suerte en absoluto..., a menos que se presentase ante l con la frmula de la longevidad.Una cosa haba segura: segn Iotar, Dii Yuos estaba enterado de su misin. Tomara alguna medida contra l si lograba culminar aquella intriga palaciega en que se haba embarcado?Tania lleg en aquel momento, radiante de serena belleza, bajo su aspecto de Sydai de Galk. Lann se inclin galantemente y le bes la mano.Dentro de este saln, acaba de nacer un nuevo y deslumbrante sol dijo.Ella hizo aletear sus pestaas.Me siento como un pajarillo hechizado por una serpiente contest.As me considera a m, Sydai?Slo s que soy una dbil mujer y que su mirada me hace flaquear, Harno.Lann sonri.Sydai, veo demasiada gente a nuestro alrededor. Tengo una botella en mi camarote. Por qu no tomamos una copa en la intimidad?Tania lanz un suspiro.Me rindo dijo. Es usted irresistible.De veras lo cree as? No cree que la irresistible es usted y que mi propuesta es la lgica reaccin a su hermosura?Ella ri argentinamente. Luego se dej tomar del brazo y salieron de la estancia, encaminndose al camarote del joven.

CAPITULO IX

Dos cintas deslizantes y un ascensor les condujeron a la cubierta en la que se hallaba el camarote de Lann. Todos los camarotes de los pasajeros estaban en los costados de la nave, a fin de que sus ocupantes pudieran contemplar el espectculo de las estrellas a travs de las lucernas.Llegaron ante la puerta del camarote. Lann abri y se ech a un lado para que la joven pudiera pasar. Luego entr tras ella.Apenas haba cruzado el umbral, not algo extrao en el camarote. Se qued parado a dos pasos de la puerta, mirando a su alrededor.Lann perciba la influencia de un cuerpo extrao. Era una sensacin indefinible, que no poda determinar de alguna manera.Alguien ha estado aqu, pens.Tania. le mir extraada.Le sucede algo, Harno? pregunt.Lann dud un momento. De sbito, percibi un leve olor a quemado.Afuera, Tania! grit, a la vez que tiraba de su mano.Abri y salt al exterior, remolcando a la joven. Todava cruzaban la puerta cuando son una fuerte explosin.La puerta se cerr de golpe, con tremendo ruido. Los timbres de alarma de la nave empezaron a sonar de inmediato.Qu ha pasado? pregunt ella, muy asustada.Alguien coloc una bomba en mi camarote. La explosin ha perforado el casco y el aire escap al vaco.Tania se puso una mano en la boca. Sus ojos expresaban claramente el horror de la situacin. Me siento mal... Lann la sujet por un brazo.No hay nada que temer dijo. El peligro ha pasado ya. Es cierto que el aire escap al ser perforado el casco, pero cada camarote es estanco con respecto a los dems y los mecanismos automticos entraron en funcionamiento apenas se produjo un descenso en la presin atmosfrica.Pero... podamos haber estado adentro...Cierto. Si no hubiramos salido a tiempo, la puerta se habra cerrado. Mientras no se restablezca la presin, es imposible abrirla por ningn lado. Hubiramos muerto, no por la explosin, sino por descompresin.Tania se tambale.Quiero regresar a mi camarote indic. La acompaar, no faltara ms. En el camino se encontraron con un oficial, seguido de varios tripulantes, que acuda a investigar.Ha sido en mi camarote, el 701-III-D, teniente seal Lann. Sin duda se trata de un meteorito minti.Haba alguien ms con usted, seor?No, solamente la seora, pero no habamos llegado a entrar, cuando se produjo el accidente. De habernos hallado ya dentro, ahora estaramos muertos, teniente.Les felicito dijo el oficial. Bien, un equipo de reparaciones acta ya por fuera del casco. Dentro de poco podr ocupar de nuevo su camarote.Gracias, teniente.Lann acompa a la joven hasta su camarote. Esta vez no advirti nada extrao, lo que le dijo que Tania no corra peligro alguno.Tomaremos maana esa copa dijo, besndole la mano nuevamente.Confo en haberme repuesto contest ella con sonrisa desvada.La joven entr en el camarote y empez a desvestirse. De repente, suspendi la operacin.Me llamo Tania! exclam, sin poder contenerse. Luego, entonces, l es... Magnus, l Mago.Tania se mordi los labios.Cmo es posible que hayan podido pasar tantos das sin que yo lo haya advertido?La respuesta era slo una: el estallido haba provocado una sacudida brusca en su mente, liberndola de la sugestin a que estaba sometida. Y Lann, por su parte, preocupado por el incidente, haba olvidado darle el nombre supuesto.Tania sonri mientras, ante el espejo, se quitaba la mscara que, con el cabello peinado de determinada forma, le confera la apariencia de la virtuosa Sydai de Galk.Bien, Magnus, el Mago, cuando lleguemos a Sharion nos veremos las caras de una vez. Entonces sabr cul es el motivo de tu viaje a mi planeta.

* * *

A las preocupaciones de Lann se una ahora otra mucho mayor: alguien conoca su identidad.Pasaba por un comerciante retirado, en busca de salud. Pero haba alguien a quien no haba engaado su disfraz.Tania?Ni siquiera Iotar conoca el aspecto bajo el cual viajaba a Sharion XII. Por otra parte, Iotar era el ms interesado en que triunfase en su empeo.Tena a los sharionitas en contra. Esto resultaba lgico. Pero, no habra adquirido ms enemigos?Porque una cosa estaba fuera de toda duda: haban pretendido eliminarle.Y si no me engao, tratarn de repetir la suerte murmur, mientras revisaba cuidadosamente el camarote en busca de otra posible trampa.No la haba, pero no deba descartar un nuevo atentado. Lo mejor era estar prevenido.Aquella noche instal un sistema de alarma en la puerta: un simple hilo atado por un extremo al pomo y el otro a su dedo meique.Muy avanzada la hora, sinti un tirn en el dedo. El hilo era lo suficientemente fuerte para despertarle, pero no tanto que no cediese fcilmente con el primer tirn.En el acto se sent en la cama. La luz de las estrellas que entraba por el ojo de buey le permiti ver a dos individuos, uno de los cuales empuaba un pesado cuchillo.Fallado el primer procedimiento, recurren a uno de los ms clsicos. Y tambin seguro, pens.Los asesinos se acercaron a la cama. Sbitamente, un rugiente tigre se corporeiz a los pies del lecho.Si movis una sola pestaa, har que el tigre os destroce amenaz Lann desde el lecho.Los intrusos se quedaron quietos en el acto. Un segundo tigre se uni al primero, enseando mos dientes de pavorosas dimensiones.Lann salt de la cama y encendi la luz. Los tigres seguan gruendo amenazadoramente. El pnico clavaba en el suelo a los asesinos.Uno de ellos usaba uniforme de tripulante. El otro, a juzgar por la vestimenta, era iowariano.Vuestros nombres pidi Lann, a la vez que haca un gesto con la mano derecha.Swoki contest el tripulante.Querius dijo el otro.Habis venido a asesinarme acus Lann.S admitieron los dos simultneamente.Cul es mi precio?--Un supersextercio para cada uno respondi Swoki.No est mal, mil quinientos sextercios por eliminar a un tipo molesto coment Lann. Quin es el tipo que derrocha el dinero de tal manera?No lo sabemos dijo Querius.Vamos, vamos, no bromees rezong Lann. Tienes que conocer al tipo que os dio la orden de matarme.Te aseguro que no lo conocemos. Yo me encontr las dos monedas en el camarote, con las instrucciones precisas, escritas dentro de un sobre, en una cuartilla que se destruy a los pocos momentos.Eso significa que el tipo que orden mi muerte te conoca, no es cierto?Supongo admiti Querius.Qu hacas t en Iowar?Lo..., lo que sala.Ladrn, asesino y todo lo que se terciase. Y t, Swoki?Traigo artculos de contrabando desde Sharion XII y Querius se encarga de venderlos.Un magnfico ejemplo de colaboracin entre ciudadanos de dos planetas cuyos Gobiernos se detestan profundamente coment Lann con acento lleno de mordacidad. Pero, me imagino, alguien tiene que enterarse de mi muerte.S contest Querius. Swoki debe arrojar tu cuerpo al espacio, por el expulsor de desperdicios. Luego, yo ir a comunicar tu muerte.--Qu vergenza! Luego se quejarn de la contaminacin del espacio. Se arrojan demasiados desperdicios y... Adnde debes ir a comunicar mi defuncin, Querius?Camarote 315-VII-RMuy bien. Celebro vuestras respuestas, amigos. Y ahora, t, Swoki, lrgate. Ya has arrojado mi cadver al espacio. Entendido?S, seor.Swoki se larg sin aadir palabra. Lann se encar con el otro.Ya me habis asesinado dijo. Ahora, a comunicar la buena nueva al generoso donante de los dos supersextercios.Querius gir sobre sus talones y sali del camarote. Lann le sigui en el acto.Haba dormido vestido, as que no tuvo necesidad de cambiarse de ropa. Siguiendo a Querius, lleg a la sptima cubierta y camin a lo largo del corredor R.El asesino se detuvo ante el camarote sealado con el nmero 315. Abri la puerta y dio un paso en el interior.Tus rdenes han sido cumplidas dijo. Lann ha sido arrojado al espacio. Gracias, puedes irte.Querius sali del camarote y se alej. Lann le permiti irse; aquel sujeto ya no le interesaba.Esper unos momentos. Luego se acerc al camarote y, tras una ligera vacilacin, abri la puerta.Encendi la luz, a la vez que se situaba a un lado. Su asombro fue enorme al ver que la estancia se hallaba completamente desierta.Durante unos segundos, permaneci inmvil, sumido en un profundo desconcierto. Luego, reaccionando, corri hacia el cuarto de bao.Tambin estaba vaco.Pero, qu diablos...?Si no lo hubiera visto con sus propios ojos, si no hubiera escuchado las palabras de Querius y su respuesta, habra jurado que todo era un sueo.Profundamente intrigado, examin el camarote. De repente, sobre una consola, descubri algo que llam profundamente su atencin.Era un vulgar receptor-emisor de radio, con la antena telescpica desplegada. Lann chasque los dedos al comprender la verdad.Querius tena orden de dar su informe verbal murmur. Lo hizo as y el otro le oy y se dio por enterado... desde qu camarote?Lanz un suspiro de decepcin. Haba miles de camarotes a bordo. Imposible encontrar al hombre que haba dado orden de asesinato.Lo peor de todo, se dijo, era que el enigmtico individuo saba ya que l no era Harno Brodno, sino Magnus, l Mago.Y, cmo diablos se ha enterado?Cualquiera lo saba, mascull irritadamente, mientras, frustrado, se diriga de nuevo a su camarote.

* * *

El ayudante del sobrecargo era una mujer. Tena el pelo negro y los ojos verdosos. Su figura era perfecta.Lann se inclin hacia ella y sonri. Quiero pedirle un favor dijo. Por supuesto, seor...Brodno, hermosa. A propsito, cmo se llama usted?Xeila, seor Brodno...Llmeme Harno, se es mi nombre, Xeila. El favor es el siguiente: quin ocupa el camarote 315-VII-R? Xeila manej las teclas de una informadora automtica. Al cabo de unos instantes, la pantalla se encendi y Lann pudo leer:

Camarote 315-VII-R figura a nombre de T. Thonilam. No se present en el momento del despegue.

Lo siento, Harno dijo Xeila.Es una lstima Lann gui un ojo a la hermosa shanomita. Casada? Soltera? Con compromiso?Todo negativo, menos lo de soltera ri ella.En el comedor de la segunda cubierta sirven unos platos tpicos sharionitas realmente excepcionales. Puedo esperarla a las siete, hora de a bordo?Xeila le devolvi el guio.Me muero por los platos tpicos sharionitas contest.

CAPITULO X

Lann y Xeila cenaron juntos aquella noche.Xeila, adems de hermosa, posea una simpata arrolladora. Cuando Lann le propuso tomar luego una copa en su camarote, ella acept sin remilgos.Lann y Tania se encontraron al da siguiente, a la hora del desayuno. Tania le volvi la cara.El joven sonri.Celosa?, murmur para sus adentros.Pero el momento del aterrizaje se acercaba ya. Estaban llegando al trmino de su viaje.Sharion era ya visible a ojo desnudo. Su dimetro aumentaba rpidamente.Por los altavoces del inmenso navo estelar se hicieron recomendaciones a los pasajeros para una mayor facilidad en el desembarco. Lann haba preparado ya su equipaje.Otra preocupacin se haba aadido a las muchas que llenaban su mente: quin era T. Thonilam?Mi ventaja es que me cree muerto, se dijo.Poco despus de medioda, la nave tom tierra en el astropuerto de la capital.Los trmites aduaneros eran muy sencillos. Adems, infinidad de pasarelas automticas permitan un rpido desaloje de la nave a sus ocupantes.Por el lado opuesto, naves auxiliares trasbordaban la carga. Lann se dej llevar por una cinta, hasta la aduana. Unos funcionarios examinaron distradamente su equipaje.Minutos ms tarde, montaba en un monorrueda de alquiler.Llveme al Astropol orden. Bien, seor.El monorrueda corra por la autopista a una velocidad exorbitante, guiado por un canal de ondas electromagnticas que evitaban las colisiones. La ciudad, inmensa, con altsimos edificios, algunas de cuyas cspides se perdan en las nubes, llenaba todo el horizonte.Un cuarto de hora ms tarde, el vehculo se desenganch de su canal-gua y el conductor tom la ruta apropiada para llegar al hotel que Lann haba elegido para su alojamiento.Era uno de los ms reputados de la capital. A Lann le fastidiaba aparecer como un turista adinerado.Hubiera preferido mucho mejor ir bajo su aspecto normal, vivir en los barrios bajos, comer en las tabernas, divertirse con las alegres camareras, congregar al gento a su alrededor, para pasmar a los espectadores con sus trucos...Qu le debo? pregunt al taxista, cuando el vehculo se detuvo frente al hotel.Dos sextercios, seor.Lann puso en la mano del sharionita tres monedas. Se lo ha merecido dijo.Gracias, seor. Puedo darle un consejo?Por supuesto, amigo sonri Lann.Tiene usted muy mala cara. Vaya a que le vea un buen mdico. En su lugar, yo ira al doctor Pyod. Vive en la Carrera Centsimo Primera, nmero mil doscientos. Le curar, crame.Lann mir al taxista de hito en hito durante unos instantes.Luego sonri.Seguir su consejo, amigo. Y se ape.La puerta estaba abierta por el portero del hotel, quien le hizo una profunda reverencia. Dos empleados se hicieron cargo de su equipaje.Lleg a la recepcin y se inscribi en el registro. En la casilla que pona Objeto del viaje, escribi: Cura de aguas en Tyr-U-Tyr.El atildado recepcionista ley la inscripcin.Oh, seor, qu coincidencia exclam.Coincidencia? Lann elev las cejas. S, seor. Tenemos un concierto con la empresa de los balnearios de Tyr-U-Tyr y nos suministran agua para los baos de nuestros clientes. En el momento en que lo desee, podemos prepararle un bao con agua de Tyr-U-Tyr, en las mismas condiciones que hallara en uno de aquellos acreditados balnearios. El transporte se realiza de tal modo, que el agua no pierde una sola de sus virtudes.Es estupendo sonri Lann. De este modo, podr curarme en la capital, sin necesidad de privarme de las diversiones que hay aqu.Una excelente combinacin, seor aprob el recepcionista.Lann fue conducido a su habitacin, una estancia regia. Dio una propina en consonancia y luego fue al lavabo.Minutos ms tarde, llamaron a la puerta.Una encantadora muchacha apareci ante sus ojos. Sobre el lado izquierdo del pecho llevaba la insignia del hotel.Soy la encargada de prepararle el bao, seor anunci con dulce acento.Encantado, seorita. Pase usted, por favor.La joven se dirigi al bao. Minutos despus, sali y dirigi una clida sonrisa al husped.Todo listo, seor inform.Lann le entreg una moneda de cinco sextercios. Ella agradeci la propina, pero, antes de salir, fue detenida por la voz del husped:Seorita, cmo llegan hasta aqu las aguas de Tyr-U-Tyr?Oh, tenemos depsitos especiales y caeras independientes de la red general contest la chica. Entiendo. Muchas gracias. A usted, seor.Lann se qued solo. Emiti un hondo suspiro y se traslad al cuarto de bao.Empez a quitarse la ropa, que arroj sobre un taburete. Uno de sus gestos result excesivo y uno de los calcetines fue a parar directamente a la baera.El agua empez a husmear inmediatamente.

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Lann se qued con la boca abierta. Salan grandes burbujas del lugar donde haba cado el calcetn y se oan unos siniestros glu-gls que ponan los pelos de punta.Contempl fascinado el fenmeno. El calcetn desapareci totalmente, en menos de quince segundos.Tena la frente cubierta de sudor. Prob con la camisa.El resultado fue idntico, si bien hubo ms humo y ms borbotones, pero la camisa qued igualmente disuelta en el agua.Si es que esto es agua mascull.De repente, se le ocurri una idea. En el equipaje tena un par de zapatos terrestres, hechos con cuero legtimo.El calcetn y la camisa eran de fibras sintticas, pero los zapatos estaban construidos con materia orgnica.Lanz el par entero al agua. El fenmeno se reprodujo otra vez.Senta nuseas. De haberse metido en la baera, habra perecido disuelto en aquel lquido que alguien, con un exceso de optimismo, haba llamado agua de Tyr-U-Tyr.Durante unos segundos, se mantuvo irresoluto. Luego encontr la solucin para sus dudas.Deba esperar. Alguien tena que venir a vaciar la baera.

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Dos hombres, con la insignia del hotel en sus respectivos uniformes, entraron media hora ms tarde y se dirigieron directamente al cuarto de bao.Habr...? dud uno de ellos.Claro, qu te crees? El cido lo disuelve todo, muchacho, menos el metal, claro.Entonces, l ha muerto.Imagnate.Los dos empleados entraron al bao. Lo ves? Ni rastro queda de l. Es horrible...!Pero seguro, muchacho. Anda, trae su equipaje. Tiene que desaparecer tambin.El empleado sali del bao y pas por delante de Lann, quien estaba sentado tranquilamente en un silln. El poder de hipnotismo del terrestre le haca resultar invisible a los ojos de los sharionitas.El equipaje de Lann fue a parar ntegro a la baera. De nuevo se oy aquel siniestro gorgoteo que pona los pelos de punta.Listo dijo el empleado que pareca llevar la voz cantante. Dentro de unos minutos, los trozos de metal estarn completamente secos y podremos llevrnoslos.Me pregunto por qu era necesario liquidar a ese fulano mascull el otro.Grios, aqu, en este puesto, se ve, se oye y se calla. Preguntar es tanto como jugarse el pescuezo. Asunto de Estado, comprendes?Un espa?Figrate.Diez minutos ms tarde, los dos empleados salieron del bao. Uno de ellos llevaba en la mano un pequeo saquete, que contena los objetos metlicos que no haban sido disueltos por el cido.Menos mal que me cambi de ropa antes de que vinieran esos pjaros dijo Lann, para consolarse.Y como Harno Brodno estaba muerto, empez a pensar en su nuevo disfraz.

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En el Astropol ya no poda continuar, de modo que lo ms prudente era abandonar el hotel. Estaba seguro de que no lo conocan bajo su autntico aspecto, as que fue Jos Lann el que cruz el vestbulo, sin que el recepcionista hiciera otra cosa que dirigirle una mirada distrada.Sali a la calle. Ya era de noche.Haba algo que estaba fuera de toda duda, y era que se hallaba metido en un juego, en el que se agitaban intereses ms fuertes que los de una simple frmula qumica.Iowarianos contra sharionitas y yo en medio se dijo amargamente, mientras buscaba un lugar donde llenar el estmago.Por fortuna, las preocupaciones no le haban quitado el apetito y la cocina sharionita tena fama. El restaurante en que entr justific el precio que Lann pag por su cena.Despus sali a la calle. Agit la mano al ver un monorrueda libre. Entr en el vehculo.Llveme a la Carrera Centsimo Primera, nmero mil trescientos orden. Al momento, seor.

CAPITULO XI

La 101a Carrera era una ancha avenida situada en uno de los barrios ms exclusivos de la capital. No haba edificio que superase los dos pisos y todos ellos estaban rodeados de su parque privado.Aqu slo vive gente rica se dijo.Pag el importe del viaje y anduvo unos pasos. Luego cruz a la otra acera.Estaba frente al nmero 1280. Retrocedi unos centenares de metros y, al fin, se hall frente a la casa del doctor Pyod.El aspecto del edificio justificaba el que su dueo fuese el mdico personal de la superduquesa.Menudo sueldo debe de tener calcul.La casa, flotaba, suspendida por antigravedad y lo mismo pasaba con algunos sectores del jardn, elevados en escalinata, con objeto de mejorar la perspectiva artstica del conjunto. No caba la menor duda de que era un notable espcimen de la arquitectura sharionita.Lann se acerc a una puerta enverjada y busc el llamador. Las cosas en Sharion eran poco distintas que en la Tierra y tard en encontrar un interfono hbilmente disimulado a un lado del marco.Llam. No le contest nadie.Tal vez est en palacio, con la superduquesa calculo. Le esperar.Dio un salto, teleportndose a s mismo, y franque el muro. Luego camin a lo largo de los jardines.Suspendido el edificio en el aire, no se divisaba ninguna escalera de acceso. Lann pens que tal vez habra algn ascensor disimulado en alguna parte, pero no consigui verlo.Iba a levantarse de nuevo en el aire, cuando, de pronto, oy un ruido.Mir hacia el origen del sonido. Un hombre acababa de saltar de la casa, por el lado opuesto.La actitud del individuo no pareca muy clara. Lann corri hacia l.Eh, prate! grit.El hombre, al parecer, no se haba dado cuenta de su presencia y se volvi sobresaltado al or la voz de Lann. Durante un segundo, titube, pero casi en el acto, sac una pistola neutrnica.Lann adivin el gesto y salt hacia arriba, apartndose de la trayectoria de la descarga una fraccin de segundo antes del disparo. Bajo sus pies cruz velocsima una raya rojo-blanca de intolerable resplandor que, tras arrasar algunos arbustos, fue a perderse en la tapia.Prudentemente, Lann permaneci parapetado tras la casa durante unos momentos. Luego se arriesg a descender.Tal como supona, el desconocido se haba esfumado. Hizo una mueca de frustracin y se dedic a buscar una entrada.La puerta principal estaba entreabierta. Cruz el umbral y se encontr en un vestbulo de diseo estremecedoramente futurista.Haba un par de puertas a ambos lados. Una escalera suspendida conduca al piso superior donde, indudablemente, estaban los dormitorios.Se asom a la primera puerta. Detrs de una mesa de despacho, asomaban los pies de una persona.

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Lann se llen los pulmones de aire. Dio unos cuantos pasos ms y se situ al otro lado de la mesa.Indudablemente, el muerto era Pyod. Haba sufrido una muerte de perro, con un finsimo cable de metal enrollado en la g