La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el...

24
Bernard Nodet. Le curé d'Ars. Sa pensée - Son Coeur. Paris 1966, p. 101. 1 Benedicto XVI, Audiencia general: San Juan Eudes y la formación del clero , 19-VIII-2009. 2 -1- La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico Universidad Pontificia de Salamanca SUMARIO 1. La parroquia como unidad pastoral de primer orden: 1.1. Reflejo de la realidad de la Iglesia. 1.2. La configuración territorial de la parroquia. 2. El oficio del párroco en una parroquia renovada: 2.1. La Iglesia es «misterio» 2.2. La Iglesia es «comunión» 2.3. La Iglesia es «misión» 2.4. La Iglesia vive de la Eucaristía. 3. La «gobernanza» de la parroquia: 3.1. ¿Gobernanza o gobernabilidad? 3.2. Razones que justifican la gobernanza. 3.3. Características de la gobernanza de la parroquia: a) Participación. b) Legalidad. c) Transparencia. d) Responsabilidad. e) Flexibilidad. f) Eficacia. g) Sensibilidad. h) Hospitalidad. i) Subsidiariedad. j) Sostenibilidad. Conclusión. En el contexto del homenaje al ilustre profesor Rafael Navarro Valls, me ha parecido oportuno ofrecer una reflexión acerca de un tema que día a día se está revelando de mayor trascendencia, seguramente por la situación misma de la Iglesia española, aquejada de una carencia creciente de sacerdotes y, por tanto, cada vez más limitada para atender las comunidades parroquiales con las estructuras heredadas del pasado. Es preciso reflexionar sobre un nuevo tipo de gobierno en la parroquia que posibilite una mejor acción pastoral en las nuevas situaciones. El Papa Benedicto XVI, en la carta con motivo del año sacerdotal, recordando las palabras del Cura de Ars, vincula la vocación sacerdotal al oficio parroquial del pastor: «Un buen pastor, un pastor según el Corazón de Dios, es el tesoro más grande que el buen Dios puede conceder a una parroquia, y uno de los dones más preciosos de la misericordia divina» . «También hoy se 1 experimenta la necesidad de que los sacerdotes den testimonio de la misericordia infinita de Dios con una vida totalmente "conquistada" por Cristo» . El sacerdote, por su configuración 2 sacramental con Cristo cabeza y pastor, está llamado a ser pastor según el corazón de Cristo, a ser testimonio de la ternura de la salvación. Muy particularmente el párroco, por el oficio tan relevante que desempeña, ha recibido este encargo de la Iglesia que confía en él, en su fidelidad diaria al ministerio pastoral, en su empeño de velar por la parroquia encargada a su guía. En esta tarea el párroco se encuentra con no pocas dificultades, tanto pastorales como de fatiga interior y física por la sobrecarga de trabajo, no siempre compensada con los necesarios períodos de retiro espiritual y de justo descanso. De esas dificultades se derivan los desánimos que pueden llevar al aislamiento, a la depresión o a un activismo que termina por dispersar. A esto se unen

Transcript of La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el...

Page 1: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

Bernard Nodet. Le curé d'Ars. Sa pensée - Son Coeur. Paris 1966, p. 101.1

Benedicto XVI, Audiencia general: San Juan Eudes y la formación del clero, 19-VIII-2009.2

-1-

La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia

José San José PriscoFacultad de Derecho canónico

Universidad Pontificia de Salamanca

SUMARIO

1. La parroquia como unidad pastoral de primer orden: 1.1. Reflejo de la realidadde la Iglesia. 1.2. La configuración territorial de la parroquia. 2. El oficio delpárroco en una parroquia renovada: 2.1. La Iglesia es «misterio» 2.2. La Iglesiaes «comunión» 2.3. La Iglesia es «misión» 2.4. La Iglesia vive de la Eucaristía.3. La «gobernanza» de la parroquia: 3.1. ¿Gobernanza o gobernabilidad? 3.2.Razones que justifican la gobernanza. 3.3. Características de la gobernanza dela parroquia: a) Participación. b) Legalidad. c) Transparencia. d)Responsabilidad. e) Flexibilidad. f) Eficacia. g) Sensibilidad. h) Hospitalidad.i) Subsidiariedad. j) Sostenibilidad. Conclusión.

En el contexto del homenaje al ilustre profesor Rafael Navarro Valls, me ha parecido oportunoofrecer una reflexión acerca de un tema que día a día se está revelando de mayor trascendencia,seguramente por la situación misma de la Iglesia española, aquejada de una carencia crecientede sacerdotes y, por tanto, cada vez más limitada para atender las comunidades parroquiales conlas estructuras heredadas del pasado. Es preciso reflexionar sobre un nuevo tipo de gobierno enla parroquia que posibilite una mejor acción pastoral en las nuevas situaciones.

El Papa Benedicto XVI, en la carta con motivo del año sacerdotal, recordando las palabras delCura de Ars, vincula la vocación sacerdotal al oficio parroquial del pastor: «Un buen pastor, unpastor según el Corazón de Dios, es el tesoro más grande que el buen Dios puede conceder a unaparroquia, y uno de los dones más preciosos de la misericordia divina» . «También hoy se1

experimenta la necesidad de que los sacerdotes den testimonio de la misericordia infinita de Dioscon una vida totalmente "conquistada" por Cristo» . El sacerdote, por su configuración2

sacramental con Cristo cabeza y pastor, está llamado a ser pastor según el corazón de Cristo, aser testimonio de la ternura de la salvación. Muy particularmente el párroco, por el oficio tanrelevante que desempeña, ha recibido este encargo de la Iglesia que confía en él, en su fidelidaddiaria al ministerio pastoral, en su empeño de velar por la parroquia encargada a su guía.

En esta tarea el párroco se encuentra con no pocas dificultades, tanto pastorales como de fatigainterior y física por la sobrecarga de trabajo, no siempre compensada con los necesarios períodosde retiro espiritual y de justo descanso. De esas dificultades se derivan los desánimos que puedenllevar al aislamiento, a la depresión o a un activismo que termina por dispersar. A esto se unen

Page 2: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

Cfr. Congregación para el Clero, El Presbítero, Pastor y Guía de la Comunidad Parroquial, 18-X-2002,3

(PPG) n. 29.

Cfr. Concilio Vaticano II, const. dogmática Sacrosanctum Concilium (SC) n. 42 y decreto Apostolicam4

Actuositatem (AA) n. 30.

CIC 83, c. 515.5

-2-

peligros como la burocratización, el funcionalismo, el democraticismo, o la planificación queatiende más a la gestión que a la pastoral. Por desgracia, en algunas circunstancias el presbíteropuede encontrarse oprimido por un cúmulo de estructuras no siempre necesarias, que terminanpor sobrecargarlo y que repercuten negativamente sobre el mismo ministerio. En otras ocasioneses una mala comprensión del gobierno de la parroquia la que dificulta la vivencia gozosa delministerio pastoral. A pesar de todo la experiencia nos dice que la gran mayoría de los sacerdotes,correspondiendo a la solicitud de sus obispos, afronta positivamente los desafíos y consigue viviren plenitud y con alegría su ser sacerdotes, siendo muy generosos en el empeño pastoral .3

Algunas de estas dificultades podrían salvarse con una comprensión más completa de lo quesignifica la parroquia en las circunstancias actuales y la función que el presbítero, pastor y guíade la comunidad parroquial, debe desarrollar en ella para afrontar los nuevos retos sin un desgasteinnecesario o contraproducente. Creemos que el Derecho canónico puede ser un punto de partida,al menos sugerente, para delinear algunos de esos aspectos. Al mismo tiempo, las reflexiones quese han venido haciendo en los últimos tiempos sobre la «gobernanza», aunque en origenrelacionadas fundamentalmente con la vida política y económica de los Estados, nos serviránmuy bien de referencia para completar el análisis, pues la Iglesia, comunidad también social yhumana, ha de contar con las aportaciones de las Ciencias humanas en este campo.

Dividiremos nuestro trabajo en tres partes fundamentales: en primer lugar recordaremos lalegislación fundamental y la doctrina sobre la parroquia como unidad pastoral básica; en segundolugar analizaremos la figura del párroco a la luz de las notas esenciales de la Iglesia que orientansu misión; y finalmente dedicaremos nuestra reflexión a describir las características propias delbuen gobierno de la parroquia.

1. La parroquia como unidad pastoral de primer orden

A pesar de las voces en contra, la parroquia sigue teniendo hoy una misión importante comocauce activo y evangelizador de la Iglesia, por la cual ésta puede llegar a los hombres y mujeresconcretos. La parroquia es como una realización en pequeño del misterio de la Iglesia que otorgala posibilidad de tomar conciencia de la pertenencia activa al Pueblo de Dios . 4

Tal y como la define el Código la parroquia es una determinada comunidad de fieles constituidade modo estable en la Iglesia particular, cuya cura pastoral, bajo la autoridad del obispodiocesano, se encomienda a un párroco como su pastor propio . El elemento fundamental es el5

personal: es «communitas christifidelium» convocada por la Palabra de Dios y los sacramentos,en especial por el sacramento de la Eucaristía; es la porción del Pueblo de Dios, Pueblo nuevo

Page 3: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

El canon 216 del CIC 1917 definía la parroquia bajo el aspecto territorial y daba como elementos6

fundamentales: la Iglesia = templo, el pueblo = feligreses del territorio y el rector del templo.

Cfr Concilio Vaticano II, decreto Presbiterorum Ordinis (PO) nn. 5-6; decreto Ad Gentes (AG) n . 15;7

constitución dogmática Lumnen Gentium (LG) n. 28; AA n. 30 y SC n. 42.

La parroquia –dice la exhortación Christifideles laici– no es principalmente un estructura, un territorio,8

un edificio, ella es «la familia de Dios, como una fraternidad animada por el Espíritu de unidad», es «una casa de

familia fraterna y acogedora», es la «comunidad de los fieles».

Cfr. Congreso de Parroquia evangelizadora, Madrid 1988, n. 299.9

CIC 83, c. 517: «§ 1. Cuando así lo exijan las circunstancias, la cura pastoral de una o más parroquias10

a la vez puede encomendarse solidariamente a varios sacerdotes, con tal que uno de ellos sea el director de la cura

pastoral, que dirija la actividad conjunta y responda de ella ante el Obispo. § 2. Si, por escasez de sacerdotes, el

-3-

convocado por Dios .6

1.1. Reflejo de la realidad de la Iglesia

La parroquia es así la imagen de la Iglesia universal en su visibilidad local y pretende ser paratodos los cristianos la comunidad de referencia. Por supuesto no es una estructura esencial de laIglesia, aunque sea vista como la realización más concreta de ella en un lugar, sino una estructuraderivada, dependiente de factores históricos y sociológicos. No olvidemos que no son lasparroquias las que hacen la diócesis, sino al revés, la diócesis quien hace las parroquias. En todocaso es innegable que la parroquia es una unidad pastoral de primer orden. Presidida por unpresbítero que asiste al obispo como colaborador, es una realización legítima de la Iglesia.

Y esto porque en la parroquia están presentes los elementos esenciales de la Iglesia de Cristo: elanuncio de la Palabra de Dios, la celebración de la Eucaristía y los demás sacramentos, elservicio de la caridad, la comunión del Espíritu Santo, la oración, etc. La parroquia esverdaderamente Iglesia: comunidad de fe, de celebración, de caridad y de presencia misioneraen la sociedad y en el mundo .7

Se trata de una institución eclesial insustituible pero, a la vez, insuficiente: insustituible porquees a través de ella cómo la inmensa mayoría de la gente entra en contacto con la Iglesia;insuficiente porque no es capaz por sí sola de realizar toda la misión evangelizadora, si no es encomunión con la Iglesia particular y articulada adecuadamente en el arciprestazgo y la zonapastoral. Es una comunidad de fieles aunque no la única; está llamada a hacer florecer lacomunión de los diversos ministerios y carismas, oficios y funciones , a la vez que puede8

revitalizarse y potenciarse con los movimientos apostólicos y las pequeñas comunidadeseclesiales . 9

La diversidad de tipos de parroquias es tan rica como amplia, por lo que tratar de dar cuenta deella es una tarea difícil. El Código ofrece varias posibilidades según las necesidades pastoralesy la situación del clero, abriendo nuevas fórmulas que no existían en la anterior legislación y quepermiten una mejor atención pastoral, como son las parroquias atendidas por un grupo desacerdotes solidariamente o las parroquias cuya cura pastoral se encomienda a un diácono, a unacomunidad o a un laico . No vamos a detenernos en ello pues sobrepasa la pretensión de nuestra10

Page 4: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

Obispo diocesano considera que ha de encomendarse una participación en el ejercicio de la cura pastoral de la

parroquia a un diácono o a otra persona que no tiene el carácter sacerdotal, o a una comunidad, designará a un

sacerdote que, dotado de las potestades propias del párroco, dirija la actividad pastoral».

CIC 83, c. 518: «Como regla general, la parroquia ha de ser territorial, es decir, ha de comprender a todos11

los fieles de un territorio determinado; pero, donde convenga, se constituirán parroquias personales en razón del rito,

de la lengua o de la nacionalidad de los fieles de un territorio, o incluso por otra determinada razón».

CIC 83, c. 530: «Son funciones que se encomiendan especialmente al párroco las siguientes: la12

administración del bautismo; la administración del sacramento de la confirmación a quienes se encuentren en peligro

de muerte, conforme a la norma del c. 883, 3; la administración del Viático y de la unción de los enfermos sin

perjuicio de lo que prescribe el c. 1003 § § 2 y 3; asimismo, impartir la bendición apostólica; la asistencia a los

matrimonios y bendición nupcial; la celebración de funerales; la bendición de la pila bautismal en tiempo pascual,

la presidencia de las procesiones fuera de la iglesia y las bendiciones solemnes fuera de la iglesia; la celebración

eucarística más solemne los domingos y fiestas de precepto».

-4-

intervención, aunuqe haremos una somera referencia cuando abordemos la gobernabilidad de laparroquia en concreto.

1.2. La configuración territorial de la parroquia

Habitualmente la parroquia se configura territorialmente, aunque ésta no es la única posibilidad,como se contempla en el Código de Derecho canónico . En todo caso, la dimensión territorial11

–que la parroquia esté establecida en un lugar concreto–, es la que posibilita el contacto con todoel Pueblo de Dios, una Iglesia radicada en un lugar, difundida entre la gente y de carácter amplio.La parroquia puede así propiciar mejor un acercamiento a todo tipo de personas, creyentes y nocreyentes por su carácter de vecindad con todos, de apertura hacia todos, de aceptación de todos.

Aunque la parroquia tiene ya una larga experiencia de años –una tradición que fácilmente lacoloca en ventaja frente a cualquier otro organismo eclesial, social, caritativo o incluso político–,debemos reconocer con humildad también que, en no pocos lugares, la parroquia ya no es elcentro de la vida del territorio y que, en ocasiones, especialmente en los núcleos grandes depoblación, los creyentes buscan dónde acudir, más por lo servicios que se les prestan que por lapertenencia territorial. Esto puede traer problemas a diferentes niveles, que se ponen demanifiesto sobre todo en relación con la administración de los sacramentos y sacramentales,especialmente aquéllos que la legislación encomienda al cuidado y vigilancia del párroco .12

2. El oficio del párroco en una parroquia renovada.

A la vez, la Parroquia está íntimamente ligada a las estructuras sociales que la rodean. Lasprofundas transformaciones de estas estructuras plantean serios interrogantes que exigen nuevassoluciones. Por eso, al hablar de la parroquia, debemos tener en cuenta los cambios culturales ysociales para poderla modelar según esos cambios y planificar su acción de una manerainteligente y adaptada.

El impulso pastoral surgido del Concilio Vaticano II ha dado lugar a múltiples iniciativas derenovación de la parroquia donde se destaca como una constante el papel fundamental de loslaicos como sujetos activos del proceso renovador. En la medida en que los laicos han sido

Page 5: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

SC 2.13

Catecismo de la Iglesia Católica, n. 774: «La palabra griega "mysterion" ha sido traducida en latín por14

dos términos: "mysterium" y "sacramentum". En la interpretación posterior, el término "sacramentum" expresa mejor

el signo visible de la realidad oculta de la salvación, indicada por el término "mysterium". En este sentido, Cristo

es El mismo el Misterio de la salvación: "Non est enim aliud Dei mysterium, nisi Christus" (no hay otro misterio

de Dios fuera de Cristo) (San Agustín, ep. 187, 34). La obra salvífica de su humanidad santa y santificante es el

sacramento de la salvación que se manifiesta y actúa en los sacramentos de la Iglesia (que las Iglesias de Oriente

llaman también "los santos Misterios"). Los siete sacramentos son los signos y los instrumentos mediante los cuales

-5-

consultados, incorporados y capacitados para el trabajo pastoral, la parroquia y el propio párrocohan visto favorecida y facilitada su labor. En general, estas experiencias de renovación hanvenido precedidas de procesos largos de estudio, reflexión y planificación; no han surgidoespontáneamente sino que han requerido el tiempo y la dedicación de muchas personas.

Habitualmente la reflexión se ha centrado en explicitar cuáles pueden ser los medios más idóneospara afrontar el reto, las fórmulas más o menos magistrales, que ayuden a salir de tantosproblemas como se encuentran los pastores cotidianamente. Y ciertamente ésta no es una tareainútil, porque de una buena selección de los medios depende, en gran medida, la consecución –ono– de los fines que pretendemos. Pero quedarnos en este aspecto sería a todas luces insuficiente:podemos contar con unos excelentes medios instrumentales, pero debemos unir a ellos unadisposición adecuada de quien está llamado a capitanear el proceso de cambio, del propiopárroco. Estamos hablando, evidentemente, de un proceso de conversión-renovación permanenteque nos haga intensificar la identidad del párroco como pastor al servicio del Pueblo de Dios,enviado por la Iglesia a una misión que no es suya, a administrar unos bienes preciosos que nole pertenecen. Estamos hablando de conversión-renovación interna.

Así, hablar de una «parroquia renovada» conlleva necesariamente hablar de un «párrocorenovado». No nos referimos a una renovación a la carta, dirigida por las corrientes de moda ollevada de la mano de cualquier ideología, una visión ateológica y puramente sociológica delministerio del párroco, sino de una renovación que responda al ser mismo de la Iglesia, dondese enraíza la parroquia como expresión humilde pero necesaria. Una Iglesia que es, ante todo,como dice el Concilio Vaticano II, «misterio», «comunión» y «misión»; misterio de comunióntrinitaria encarnado en comunidades históricas y concretas, abierto siempre a la misión; misteriode comunión en tensión misionera.

2.1. La Iglesia es «misterio»

Es propio de la Iglesia «ser a la vez humana y divina, visible y dotada de elementos invisibles,entregada a la acción y dada a la contemplación, presente en el mundo y, sin embargo, peregrina.De modo que en ella lo humano esté ordenado y subordinado a lo divino, lo visible a lo invisible,la acción a la contemplación y lo presente a la ciudad futura que buscamos» . 13

La Iglesia es «misterio» porque en ella se realiza el plan divino de la salvación para lahumanidad, a saber, el misterio del reino de Dios revelado en la palabra y en la misma existenciade Cristo; «su estructura está totalmente ordenada a la santidad de los miembros de Cristo. Y lasantidad se aprecia en función del gran Misterio en el que la Esposa responde, con el don delamor, al don del Esposo» .14

Page 6: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

el Espíritu Santo distribuye la gracia de Cristo, que es la Cabeza, en la Iglesia que es su Cuerpo. La Iglesia contiene

por tanto y comunica la gracia invisible que ella significa. En este sentido analógico ella es llamada "sacramento".

La Iglesia es en Cristo como un sacramento o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo

el género humano" (LG 1)». Cfr. LG 48.

Cfr. 1 Ts 4, 3; Ef 1, 4; PPG, n. 28.15

Cfr. PPG, n. 27.16

Toda la predicación de los Apóstoles tuvo como fundamento psicológico y existencial la experiencia de17

su encuentro personal con Cristo Jesús. Cristo, al inicio de su predicación, reúne en torno a sí a los Apóstoles, no

mediante un discurso intelectual sobre la salvación y sobre la Nueva Alianza, sino a través de una propuesta

concreta: la de convivir con Él la vida de cada día (cfr. Jn 1,38-39: «Jesús, volviéndose, vio a los dos discípulos que

lo seguían y les dijo: ¿qué buscáis? Le dijeron: Maestro, ¿dónde vives? Les dijo: Venid y lo veréis»).

Homilía de Mons. Darío Castrillón Hoyos en la Misa del viernes 11 de julio de 1997 en el encuentro18

internacional de sacerdotes en Yamoussoukro (Costa de Marfil).

-6-

La perspectiva desde la que debe plantearse el camino y el fundamento de toda programaciónpastoral en la parroquia, consiste en ayudar a descubrir en las comunidades la dimensiónmistérica de la fe y la universalidad de la llamada cristiana a la santidad, anunciar que la santidadconstituye el objetivo de la existencia de todo cristiano. Éste es el primer elemento que se ha dedesarrollar pedagógicamente en la catequesis eclesial, hasta que la conciencia de la santificaciónen la propia existencia llegue a ser una convicción común .15

Por esto mismo, una de las tareas pastorales más relevante y fundamental es la de conducir a losfieles hacia una sólida vida interior, sobre el fundamento de los principios de la doctrina cristiana,tal y como han sido vividos y enseñados por los santos. Precisamente este aspecto debería serprivilegiado en los planes pastorales de la parroquia. Una verdadera pastoral de la santidad ennuestras comunidades parroquiales implica una auténtica pedagogía de la oración; una renovada,persuasiva y eficaz catequesis sobre la importancia de la Eucaristía, de la adoración comunitariay personal del Santísimo Sacramento; sobre la práctica frecuente e individual del sacramento dela Reconciliación; sobre la dirección espiritual; sobre la devoción mariana; sobre la imitación delos santos; un nuevo impulso apostólico vivido como compromiso cotidiano de las comunidadesy de las personas concretas; una adecuada pastoral de la familia, un coherente compromiso socialy político .16

El párroco, como primer discípulo de la comunidad , debe ser consciente de que si no existe un17

nexo existencial entre aquello que quiere transmitir a los demás y lo que él mismo haexperimentado, un nexo entre la verdad anunciada y la experiencia vivida, su testimonio no serátotalmente verdadero y perderá eficacia pastoral. Vivir en actitud permanente de escucha de laPalabra de Dios; dar la importancia que tiene a los momentos fecundos de silencio ycontemplación; priorizar la vida interior, único origen del dinamismo pastoral; trabajar cada díaen la conversión a la propia identidad sacerdotal, a aquello que es y que en cada instante debellegar a ser, manifestándolo sin complejos delante de los demás, siendo testimonio vivo de esabúsqueda de la santidad que nace de la condición de discípulos de Jesús .18

Es importante, por último, que el sacerdocio sea entendido y vivido carismáticamente: elsacerdote, y muy especialmente el párroco, tiene el deber de ser un «pneumático», un «homo

Page 7: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

Card. Joseph Ratzinger, Los movimientos eclesiales y su colocación teológica. Conferencia en el19

Congreso mundial de los movimientos eclesiales, Roma 27-V-1998.

Catecismo n. 775.20

Catecismo n. 792.21

Cfr. LG 7. «La comunión eclesial se configura, más precisamente, como comunión orgánica, análoga a22

la de un cuerpo vivo y operante; está caracterizada por la simultánea presencia de la diversidad y de la

complementariedad de las vocaciones y condiciones de vida, de los misterios, de los carismas, y de las

responsabilidades. Gracias a esta diversidad y complementariedad cada fiel laico se encuentra en relación con todo

el cuerpo y le ofrece su propia aportación» (Juan Pablo II, exh. Ap. Christifideles Laici, 30-XII-1988, n. 20).

-7-

spiritualis», un hombre suscitado, estimulado, inspirado por el Espíritu Santo. En la preocupaciónpor el mantenimiento de las estructuras se puede caer en el error de poner en primer plano el«hacer» reduciendo las exigencias espirituales, lo que finalmente volvería irreconocibles elsentido mismo del sacerdocio y la fe. El sacerdote está llamado a permanecer fiel más allá de susinicios, a no caer lentamente en la rutina, pero sobre todo a volverse cada día más un verdaderohombre del Espíritu . 19

2.2. La Iglesia es «comunión»

Ser el sacramento de la unión íntima de los hombres con Dios, como acabamos de ver, es elprimer fin de la Iglesia. «Como la comunión de los hombres radica en la unión con Dios, laIglesia es también el sacramento de la unidad del género humano. Esta unidad ya está comenzadaen ella porque reúne hombres "de toda nación, raza, pueblo y lengua" (Ap 7, 9); al mismo tiempo,la Iglesia es "signo e instrumento" de la plena realización de esta unidad que aún está porvenir» .20

Así los creyentes que responden a la Palabra de Dios y se hacen miembros del Cuerpo de Cristo,quedan estrechamente unidos a Cristo y entre sí. «Cristo "es la Cabeza del Cuerpo que es laIglesia" (Col 1, 18). Es el Principio de la creación y de la redención. Elevado a la gloria delPadre, "él es el primero en todo" (Col 1, 18), principalmente en la Iglesia por cuyo medioextiende su reino sobre todas las cosas» . Esta unidad del cuerpo no destruye la diversidad de21

los miembros, pues «en la construcción del cuerpo de Cristo existe una diversidad de miembrosy de funciones; es el mismo Espíritu el que, según su riqueza y las necesidades de los ministerios,distribuye sus diversos dones para el bien de la Iglesia» .22

La parroquia entendida desde el principio de la comunión, está llamada a convertirse en signoclarividente de comunión eclesial, no sólo ad intra, lo que supone la integración de personas ygrupos con sensibilidades distintas, sino también ad extra, saliendo a la búsqueda de loshermanos que están alejados de la comunidad o que no han oído hablar de Jesús. Esto exige quelos espacios de la pastoral se abran también a las nuevas figuras ministeriales, a los nuevosmovimientos y comunidades, a todas las formas de vida cristiana y a todos los carismas que elEspíritu suscita en la parroquia. Evidencia de esa corresponsabilidad son los organismos de la

Page 8: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

El «consejo de pastoral» (cfr. CIC 83, c. 536) tiene el mismo fundamento teológico y canónico del23

consejo de pastoral diocesano. El Obispo diocesano goza de plena libertad para constituirlo en cada parroquia

habiendo oído al consejo presbiteral. Está formado por varias categorías de personas, tiene voto consultivo y se

organiza por normas dadas por el Obispo no por estatutos propios. El «consejo de asuntos económicos» (cfr. CIC

83, c. 537), sin embargo, es de constitución obligatoria y se rige por el libro V del CIC, añadiendo a éste las normas

que dé el Obispo Diocesano, y sin olvidar que el administrador de los bienes de la parroquia es siempre el párroco

(cfr. CIC 83, c. 532). La «asamblea parroquial», aunque no está definida en el Código, sería la reunión de todos los

agentes de pastoral de la parroquia, que, presidida por el párroco y abierta a todos los fieles, revisa todas las tareas

de la comunidad, analiza las necesidades y exigencias evangelizadoras, y programa la acción pastoral para un

determinado periodo de tiempo.

En estas parroquias la vida parroquial se desarrolla fundamentalmente en torno a la celebración del culto24

y a la administración de los sacramentos, la predicación y la catequesis sacramental, sin planes pastorales definidos

y con escasa presencia de los fieles laicos en la vida pastoral. Es cierto que en muchas ocasiones no parece factible

otra alternativa, especialmente si hablamos de poblaciones muy pequeñas o altamente envejecidas, que han dejado

de ser, en sentido propio, una verdadera comunidad donde se refleje la diversidad eclesial; pero también puede

ocurrir que sea el propio pastor quien esté sinceramente convencido de que estos medios son suficientes para la cura

pastoral.

Card. Joseph Ratzinger, oc.25

-8-

participación, como los consejos y asambleas parroquiales . 23

Configurada como «comunidad de comunidades», la parroquia es el lugar donde cada grupocomparte, desde sus peculiaridades propias, los bienes comunes de la comunidad parroquial. Poreso estas pequeñas comunidades no pueden vivir cerradas sobre sí mismas, sino que tienen queabrirse a la vida general de la parroquia y de la diócesis, ocupando su lugar en el proyectoparroquial y diocesano de vida y de acción apostólica. Las parroquias que han trabajado en estalínea han ido añadiendo al modelo de mantenimiento, una pastoral de carácter catecumenal atodos los niveles y edades, implicando al mayor número posible de agentes pastorales, creandoórganos de colaboración y participación .24

Seguramente uno de los puntos que pueden causar conflicto es la integración de estas nuevasrealidades eclesiales –movimientos, asociaciones, comunidades...– en la pastoral de la parroquia.En palabras del entonces cardenal Ratzinger: «No es lícito pretender que todo deba insertarse enuna determinada organización de la unidad; ¡mejor menos organización y más Espíritu Santo!Sobre todo no se puede apoyar un concepto de comunión en el cual el valor pastoral supremo seaevitar los conflictos. Un proyecto de unidad eclesial, donde se liquidan a priori los conflictoscomo meras polarizaciones y la paz interna es obtenida al precio de la renuncia a la totalidad deltestimonio, pronto se revelaría ilusorio. No es lícito, finalmente, que se dé una cierta actitud desuperioridad intelectual por la que se tache de fundamentalismo el celo de personas animadas porel Espíritu Santo y su cándida fe en la Palabra de Dios, y no se permita más que un modo de creerpara el cual el "si" y el "pero" es más importante que la sustancia de lo que se dice creer. Paraterminar, todos deben dejarse medir por la regla del amor por la unidad de la única Iglesia, quepermanece única en todas las iglesias locales y, como tal, se evidencia continuamente en losmovimientos apostólicos» .25

En esta misma línea conviene señalar la importancia de la participación de la vida consagradaen el proyecto pastoral de la parroquia. Son numerosos los ambientes de la ciudad donde losconsagrados hacen presente el Evangelio y es considerable el número de comunidades

Page 9: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

CIC 83, c. 529 § 2: «Reconozca y promueva el párroco la función propia que compete a los fieles laicos26

en la misión de la Iglesia, fomentando sus asociaciones para fines religiosos. Coopere con el Obispo propio y con

el presbiterio diocesano, esforzándose también para que los fieles vivan la comunión parroquial y se sientan a la vez

miembros de la diócesis y de la Iglesia universal, y tomen parte en las iniciativas que miren a fomentar esa comunión

y la consoliden».

Cfr. Juan Pablo II, carta ap. Novo Milenio Ineunte, 6-I-2001, nn. 42-43. La comunión eclesial sólo se27

puede comprender desde la analogía que el Concilio establece entre el misterio de la Iglesia y el misterio del Verbo

encarnado. Esta idea ya se encontraba en los escritos del Nuevo Testamento donde se nos muestra cómo vivía esta

realidad la Iglesia apostólica. A ejemplo de ella se ha ido configurando la comunidad cristiana, llamada a congregar

en la unidad la diversidad de vocaciones y misiones (Cfr. 1Cor 1, 9; 2, 23; 10, 14-22; 11, 17-34; 2Cor 6,14; 13, 13;

Fil 2,1 ; 3, 10; 1Pe 4, 13; 5,1; 1Jn 1, 3; Ef 5,11;; 1Tim 5,22; 2Jn 10,11; Ap 18,4.).

AG 1-2.28

-9-

parroquiales que se ven favorecidas por su participación en acciones pastorales específicas. Yno sólo la vida activa, también las comunidades de vida contemplativa son una riqueza para lavida de la parroquia y un apoyo eficaz para los agentes de evangelización. Además, la presenciade los hermanos y hermanas de Vida Contemplativa son la memoria de la Iglesia que nos remitea nuestra vocación definitiva en el Reino.

La clave está, entonces, en que los pastores asuman, como responsables de la conducción de lacomunidad, la eclesiología de comunión propuesta por el Concilio Vaticano II: la comuniónencarna y manifiesta la esencia misma del misterio de la Iglesia y nos invita a hacer de la Iglesia,de la parroquia, casa y la escuela de la comunión . Antes de programar iniciativas concretas,26

urge promover una espiritualidad de la comunión, proponiéndola como principio educativo entodos los ámbitos de formación de los futuros sacerdotes; una eclesiología que acerque alsacerdote la vocación de los laicos y de los consagrados, que le ayude a valorar positivamentetodas las vocaciones y carismas, de modo que los incorpore naturalmente a las tareasparroquiales .27

2.3. La Iglesia es «misión»

«La Iglesia, enviada por Dios a las gentes para ser 'sacramento universal de salvación', porexigencia íntima de su misma catolicidad, obedeciendo al mandato de su Fundador se esfuerzapor anunciar el Evangelio a todos los hombres». El mandato misionero del Señor tiene su fuenteúltima en el amor eterno de la Santísima Trinidad: «La Iglesia peregrinante es, por su propianaturaleza, misionera, puesto que tiene su origen en la misión del Hijo y la misión del EspírituSanto según el plan de Dios Padre» .28

«Del amor de Dios por todos los hombres la Iglesia ha sacado en todo tiempo la obligación y lafuerza de su impulso misionero [...] En efecto, "Dios quiere que todos los hombres se salven ylleguen al conocimiento pleno de la verdad" (1 Tm 2, 4). Dios quiere la salvación de todos porel conocimiento de la verdad. La salvación se encuentra en la verdad. Los que obedecen a lamoción del Espíritu de verdad están ya en el camino de la salvación; pero la Iglesia a quien estaverdad ha sido confiada, debe ir al encuentro de los que la buscan para ofrecérsela. Porque cree

Page 10: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

Catecismo n. 851.29

Aparecida 172: «La renovación de las parroquias al inicio del tercer milenio exige reformular sus30

estructuras, para que sea una red de comunidades y grupos, capaces de articularse logrando que sus miembros se

sientan y sean realmente discípulos y misioneros de Jesucristo en comunión». Cfr. PPG 29.

-10-

en el designio universal de salvación, la Iglesia debe ser misionera .29

El empeño ardientemente misionero a favor de la evangelización tiene una especial prioridadpara la Iglesia, y por consiguiente para la pastoral parroquial, dentro del contexto de laglobalización que provoca una nueva y cambiante situación de los pueblos y culturas, que generauna sociedad marcada por el pluralismo cultural, religioso y étnico, y parcialmente caracterizadapor el relativismo, el indiferentismo y el sincretismo. Será preocupación del párroco conseguirque las distintas asociaciones, movimientos y agrupaciones presentes en la parroquia ofrezcansu específica contribución a la vida misionera de ésta .30

La parroquia ha de mantener la capacidad de ofrecer a todos la posibilidad para acercarse a la fe,para crecer en ella y testificarla en las condiciones de vida normales. Por eso es necesario unrenovado primer anuncio de la fe, incrementando la dimensión de acogida cordial y gratuita enla comunidad parroquial, ya que ésta es la condición primera de la evangelización. No debenfaltar tampoco iniciativas de propuesta del mensaje cristiano que hagan despertar el diálogo dela fe con la cultura y el diálogo entre las religiones, la cooperación para el bien de cada hombrey para la paz.

Así la parroquia debe servir a la vida concreta de las personas, sobre todo al crecimiento de losmuchachos y de los jóvenes, a la dignidad de la mujer y de su vocación, y la difícil atención a lasfamilias, recordando que el misterio santo de Dios reúne todas las personas en cada implicaciónde su existencia. La parroquia misionera hace de la familia un lugar privilegiado para su acción,descubriéndose ella misma familia de familias, y considera la familia no sólo como destinatariade su atención, sino como verdadero y propio recurso de caminos y de propuestas pastorales. Esnecesario potenciar algunas propuestas particularmente significativas, como son la preparaciónal matrimonio y a la familia, la espera y el nacimiento de los hijos, la búsqueda de catequesis yde los sacramentos para los hijos, los momentos de dificultad de la familias o el acompañamientode los matrimonios en dificultad y situaciones irregulares.

La parroquia será tanto más capaz de redefinir la propia tarea misionera en su territorio cuantomás sepa proyectarse en el horizonte del mundo, sin delegar solamente a alguno laresponsabilidad de la evangelización de la gente, abriéndose a los alejados y en diálogo con losno creyentes, con una gran implicación social en los problemas del entorno, donde la celebraciónlitúrgica sea reflejo del compromiso de toda la comunidad en la tarea evangelizadora, que no sólopresta servicios sino que acompaña a las personas.

Que la parroquia llegue a ser comunidad misionera, es, en gran parte, responsabilidad del párrocoy de los presbíteros que colaboran con él, presidiendo, convocando, coordinando. Ellos son losprimeros animadores y promotores de la comunidad; por eso, a ellos corresponde equilibrar ymantener las descentralización y la articulación, impulsando y acompañando los consejosparroquiales, promoviendo la formación y participación corresponsable de los laicos, tomandoconciencia clara de que el sujeto de la evangelización es la comunidad, de la que el párroco nunca

Page 11: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

CIC 83, c. 231: Ǥ1. Los laicos que de modo permanente o temporal se dedican a un servicio especial31

de la Iglesia tienen el deber de adquirir la formación conveniente que se requiere para desempeñar bien su función,

y para ejercerla con conciencia, generosidad y diligencia. §2. Manteniéndose lo que prescribe el c. 230 §1, tienen

derecho a una conveniente retribución que responda a su condición, y con la cual puedan proveer decentemente a

sus propias necesidades y a las de su familia, de acuerdo también con las prescripciones del derecho civil; y tienen

también derecho a que se provea debidamente a su previsión y seguridad social y a la llamada asistencia sanitaria».

Cfr. LG 7-8 y 13; SC 10 y 47; AG 37 y 39; UR 7 y 15a; OE 2; LG 13c; GS 38; Juan Pablo II, exh. Ap.32

Ecclesia de Eucharistia, 17-IV-2003, n. 60.

Cfr. Juan Pablo II, carta ap. Dies Domini, 31-VI-1998, n. 35; SC 42; Congregación de Ritos,33

Eucaristicum Mysterium, 25-V-1967, n. 26.

-11-

debe sentirse dueño sino miembro. Solamente con un laicado corresponsable, la comunidadpuede hacerse efectivamente misionera. La atención y la formación del laicado representan unurgente empeño para ejecutar en la óptica de la pastoral integrada, invirtiendo para ello losrecursos económicos que sean de justicia .31

La renovación en perspectiva misionera no reduce el papel de presidencia del presbítero, peroexige que ejercite en el sentido evangélico del servicio a todos, en el reconocimiento y en lavaloración de todos los, haciendo crecer la corresponsabilidad. Solamente con criterios másamplios se puede pensar en una redistribución del clero, imaginando la presencia en el territoriode un presbiterio, por lo menos de zona, donde se dé cabida a la diversidad ministerios ycarismas. Así será posible realizar también una valoración de las competencias, un ahorro de losrecursos y un reequilibrio de cargas de trabajo. Instructivas en tal sentido son las experiencias delas «unidades pastorales».

2.4. La Iglesia vive de la Eucaristía

El Concilio une además la noción de comunión y misión a la Eucaristía que, por obra del EspírituSanto lleva a la comunión con Cristo y con la Trinidad. De esta comunión, por la cual los fielesparticipan de la vida divina, fluye una relación entre todos los miembros de la Iglesia y entretodas las Iglesias. Sin Eucaristía no hay Iglesia, no hay Misión. Esta es «fuente y cumbre de lavida y Misión de la Iglesia» .32

La dimensión comunitaria de la celebración dominical destaca particularmente a nivel pastoral:entre las numerosas actividades que desarrolla una parroquia ninguna es tan vital o formativapara la comunidad como la celebración dominical del día del Señor y de su Eucaristía. Por esoes necesario trabajar para que florezca el sentido de comunidad, sobre todo en la celebracióncomún de la misa dominical, en la asamblea parroquial, cuyo pastor hace las veces del Obispo .33

Hay que reforzar, por tanto, como centro de la vida de la parroquia el día del Señor y en él lacelebración de la Eucaristía, corazón del domingo. No se puede desconocer que la Misadominical es la actividad que más gente congrega y con la que más se identifica a la actividadparroquial. Esta realidad exige que se mejoren las celebraciones, que sean menos frías, que hayasuna buena acogida, que se promueva la participación de los distintos agentes y grupos pastorales

Page 12: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

CIC 83, c. 899: «§ 2. En la Asamblea eucarística, presidida por el Obispo, o por un presbítero bajo su34

autoridad, que actúan personificando a Cristo, el pueblo de Dios se reúne en unidad, y todos los fieles que asisten,

tanto clérigos como laicos, concurren tomando parte activa, cada uno según su modo propio, de acuerdo con la

diversidad de órdenes y de funciones litúrgicas».

Dies Domini 36; Eucaristicum Mysterium 26; Chistifideles Laici 30; Congregación para el Culto Divino,35

Instruc. Las misas para grupos particulares, 15-V-1969, n. 10.

CIC 83, c. 904: «Los sacerdotes, teniendo siempre presente que en el misterio del Sacrificio eucarístico36

se realiza continuamente la obra de la redención, deben celebrarlo frecuentemente; es más, se recomienda

encarecidamente la celebración diaria, la cual, aunque no pueda tenerse con asistencia de fieles, es una acción de

Cristo y de la Iglesia, en cuya realización los sacerdotes cumplen su principal ministerio».

CIC 83, c. 909: «No deje el sacerdote de prepararse debidamente con la oración para celebrar el37

Sacrificio eucarístico, y dar gracias a Dios al terminar».

Y esto desde la formación del seminario: CIC 83, c. 245: «1. Mediante la formación espiritual, los38

alumnos deben hacerse idóneos para ejercer con provecho el ministerio pastoral y deben adquirir un espíritu

misionero, persuadiéndose de que el ministerio, desempeñado siempre con fe viva y caridad, contribuye a la propia

santificación; y aprendan además a cultivar aquellas virtudes que son más apreciables en la convivencia humana,

de manera que puedan llegar a conciliar adecuadamente los bienes humanos y los sobrenaturales».

-12-

en la preparación de la Misa .34

Es necesario recuperar el sentido religioso del domingo, ofreciendo a los fieles una experienciacomunitaria de calidad, una celebración realmente bien preparada, con cantos apropiados, conuna homilía meditada concienzudamente, en la que se vea reflejada la riqueza ministerial de lacomunidad, que invite a la participación festiva, que congregue a toda la familia porque estápensada para todos, que abra a la trascendencia, contra la absolutización del trabajo y lareducción de la festividad a pura diversión.

La Misa dominical de la parroquia es un momento privilegiado para el encuentro de los grupos,movimientos, asociaciones y pequeñas comunidades religiosas presentes en ella, lo que lespermite experimentar lo que es más profundamente común para ellos, más allá de lasorientaciones espirituales específicas que legítimamente les caracterizan, con obediencia aldiscernimiento de la autoridad eclesial. Por esto en domingo, día de la asamblea, no se han defomentar las Misas de los grupos pequeños o particulares, no sólo para evitar que a las asambleasparroquiales les falte el necesario ministerio de los sacerdotes, sino con el fin de salvaguardar ypromover plenamente la unidad de la comunidad eclesial . 35

El párroco, en consecuencia, ha de ser el hombre de la Eucaristía. El Código nos recuerda envarios momentos la centralidad del Sacrificio eucarístico en la espiritualidad, vida y ministeriode los sacerdotes, recomendando vivamente la celebración diaria de la Misa , instando a los36

sacerdotes a que se preparen para ello con la mejor de las disposiciones , pues es la fuente de37

donde nace y en la que se alimenta la caridad pastoral .38

3. La «gobernanza» de la parroquia

Visto lo anterior parece meridianamente claro que gobernar una parroquia, y gobernarla bien, esun arte. Son muchas las personas e instituciones que entran en la dinámica de la pastoral

Page 13: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

Su origen lo encontramos en la tradición de la escuela norteamericana sobre estudios de administración39

pública, y posteriormente ha sido importado por Europa al advertir la necesidad de nuevas técnicas e instrumentos

para conseguir una gestión política estratégica que combine las iniciativas e intereses de la sociedad, el Estado y el

mercado. Es un término que puede ser utilizado en diferentes contextos: gobernanza corporativa, gobernanza

internacional, gobernanza nacional, gobernanza local... Así lo define la UN ESCAP, Comisión Económica y Social

de las Naciones Unidas para Asia y el Pacífico [en la web: www.unescap.org]. Otra definición muy completa la da

el International Institute of Administrative Sciences: «Governance refers to the process whereby elements in society

wield power and authority, and influence and enact policies and decisions concerning public life, and economic and

social development. Governance is a broader notion than government. Governance involves interaction between

these formal institutions and those of civil society». Según la Comisión sobre Gobernanza Global, la gobernanza es

«la suma de las múltiples maneras como los individuos y las instituciones, publicas y privadas, manejan sus asuntos

comunes. Es un proceso continuo mediante el que pueden acomodarse intereses diversos y conflictivos y adoptarse

alguna acción cooperativa. Incluye las instituciones formales y los regímenes con poder para imponer obediencia,

así como arreglos informales que las personas y las instituciones han acordado» (Commission on Global Governance,

1995:2). La Comisión Europea en su Libro Blanco sobre la Gobernanza Europea (2001) la define como «reglas,

procesos y conductas que afectan el modo como se ejerce el poder a nivel europeo, particularmente en lo que se

refiere a la apertura, la participación, la responsabilidad, la efectividad y la coherencia».

Etimológicamente el verbo griego «kubernân» (pilotar una nave o conducir un carro) fue utilizado por40

primera vez por Platón de forma metafórica para referirse al hecho de gobernar a los hombres. El verbo latino

«gubernare» es del que se derivan los numerosos términos en distintas lenguas: español (gobernar, gobierno,

gobernanza), inglés (govern, government, governance), francés (gouverner, gouvernement, gouvernance), portugués

(governar, governo, governança), italiano (governare, governo, governamento), etc.

Otras definiciones de gobernanza: el Banco Mundial la define «como las tradiciones y las instituciones41

mediante las cuales se ejerce la autoridad para el bien común. Esto incluye (i) los procesos por los que se elige a la

autoridad, se la supervisa y se la substituye, (ii) la capacidad del gobierno para gestionar con eficacia sus recursos

e implementar políticas con calidad, y (iii) el respeto de los ciudadanos y el estado hacia las instituciones que

gobiernan las interacciones económicas y sociales». (cfr. World Bank Institute website 2004); Programa de Naciones

Unidas para el Desarrollo: «La gobernanza es el sistema de valores, políticas e instituciones a través de las cuales

una sociedad gestiona sus asuntos económicos, políticos y sociales mediante las interacciones con y entre el estado,

la sociedad civil y el sector privado. Es la forma en que la sociedad se organiza para tomar e implementar decisiones

logrando el mutuo entendimiento, acuerdo y acción. Comprende los mecanismos y procesos para que los ciudadanos

-13-

parroquial y el párroco está llamado, por su oficio, a coordinar y capitanear todas las iniciativas,entendiendo la autoridad de gobierno que la Iglesia le ha confiado como un servicio a lacomunidad. No es fácil detallar cómo se pueda realizar esta compleja tarea, pero sí creemos quese pueden ofrecer algunos criterios generales de un buen gobierno, no muy distintos de lospromovidos por las instituciones públicas en diferentes ámbitos, aunque necesariamenteadaptados a la peculiaridad propia de la institución parroquial. Para delimitar esos criterios nosha parecido muy oportuno aplicar al gobierno de la parroquia lo que de valioso hay en lasreflexiones contemporáneas sobra la, así llamada, «gobernanza».

Los términos «gobernanza» (governance) y o buen gobierno (good governance), nacidos en elmundo de la política y la economía, se están utilizando de forma creciente en los últimos tiemposy en los más diversos ámbitos . El diccionario de la RAE define la gobernanza como: 1. f. Arte39

o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, sociale institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y elmercado de la economía .40

En términos comunes, gobernanza, como concepto aislado, significa el proceso de toma dedecisiones y el proceso por el que esas decisiones se aplican, o no ; un término que puede ser41

Page 14: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

y los grupos articulen sus intereses, medien sus diferencias y ejerzan sus derechos y obligaciones legales. Es las

reglas, instituciones y prácticas que establecen los límites y los incentivos para los individuos, organizaciones y

empresas. La gobernanza, incluyendo su dimensión social, política y económica, opera en cada uno de los niveles

de organización humana, ya sea la familia, el municipio, la nación, la región o el mundo». (Cfr. UNDP, Strategy

Note on Governance for Human Development, 2004). Comisión Europea: «La gobernanza tiene que ver con la

habilidad del estado para servir a sus ciudadanos. Se refiere a las reglas, procesos y comportamientos a través de

los cuales se articulan los intereses, se gestionan los recursos y se ejerce el poder en la sociedad. A pesar de su

naturaleza abierta y amplia, la gobernanza es un concepto lleno de sentido en relación a la gran variedad de aspectos

sobre el funcionamiento de cualquier sociedad y sistemas políticos y sociales. Puede describirse como una medida

básica de estabilidad y desempeño de una sociedad. Igual que los conceptos de derechos humanos, democratización

y democracia, estado de derecho, sociedad civil, descentralización, separación de poderes y calidad de la

administración pública, cobra importancia y relevancia cómo una sociedad se desarrolla hacia un sistema político

sofisticado, y así la gobernanza evoluciona hacia buena gobernanza» (CE, Communication on Governance and

Development, 2003, COM (03) 615).

Cfr. CIC 1983, cc. 23-38.42

Tomamos como referencia el interesante estudio de Antonio Natera. La noción de gobernanza como43

gestión pública participativa y reticular, en: Documentos de trabajo: Política y gestión, nº. 2, 2004.

-14-

utilizado en diferentes contextos y que nosotros pensamos puede ser muy útil aplicado a la formade ejercer la autoridad y el gobierno dentro de la Iglesia, y más concretamente en la parroquia,como referencia de interpretación de la legislación y de la doctrina.

3.1. ¿Gobernanza o gobernabilidad?

Gobernanza y gobernabilidad son dos términos que, con frecuencia, se utilizan indistintamentecomo sinónimos (así lo contempla el mismo diccionario de la RAE), pero parece que tienen, enrealidad, contenidos semánticos distintos aunque complementarios e íntimamente necesitados:

C La gobernanza, como acabamos de explicar, estaría directamente relacionada con elsistema de reglas formales e informales que establecen las pautas en el proceso de tomade decisiones. Se entienden como reglas formales aquéllas que se encuentran escritas enuna norma (por ejemplo, la normativa sobre la predicación, sobre la catequesis o sobrela administración de sacramentos que encontramos en el Código de Derecho canónico oen un directorio diocesano) y que en ocasiones se apoyan en un sistema regulado desanciones; mientras que las reglas informales las constituyen las costumbres, hábitos otradiciones que, si bien no se encuentran escritas en ningún lugar, son socialmenteaceptadas, compartidas y observadas, son un patrimonio de la comunidad y, si no hansido prohibidas o reprobadas por la autoridad, pueden tener fuerza de ley, según lasprescripciones del Derecho .42

C La gobernabilidad es, por su parte, una cualidad de la gobernanza, un atributo de lossistemas de gobierno caracterizados por su capacidad de formular e implementardecisiones. Así, se puede hablar de gobernabilidad cuando los agentes implicados seinterrelacionan para tomar decisiones conjuntas y resolver problemas dentro de un marcoinstitucional determinado, lo que se ha dado en llamar «redes de decisiones».

3.2. Razones que justifican la gobernanza43

Así pues, aceptando que el conjunto de reglas formales e informales y el modo de implicar a los

Page 15: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

-15-

agentes para seguir esas normas son los dos elementos fundamentales en la comprensión de lagobernanza, parece que existen razones suficientes para aplicar sus principios a la vidaparroquial. Un primer dato que cabría señalar es que el sacerdote ha dejado de tener el monopoliosobre los conocimientos y sobre los recursos necesarios para gobernar: ahora encontramos en lascomunidades cristianas otros fieles que han adquirido una buena preparación básica y que estáncapacitados para desempeñar muy adecuadamente diversos oficios y ministerios. Prescindir deellos, como ya dijimos, sería empobrecer la parroquia desvirtuando su naturaleza como reflejoconcreto de la comunión eclesial.

Por otro lado, los efectos de la sobrecarga en la actividad pastoral y el descenso del número devocaciones al ministerio ordenado –muy marcado en los países occidentales– ha obligado apensar en otras formas de atención pastoral de las comunidades cristianas. Anque evidentementeéste no puede ser el motivo fundamental para la implantación de un sistema mejorado degobierno, se ha convertido en muchos casos en el detonador que ha activado el proceso decambio.

Los cambios sociales y la participación de los ciudadanos en la sociedad civil ha creado unamentalidad que se trasvasa naturalmente a las comunidades parroquiales. Los fieles másvinculados a la Iglesia demandan con frecuencia una mayor participación en la vida de laparroquia y manifiestan su rechazo a formas de gobierno autoritarias en las que su opinión no estenida en cuenta; en no pocos casos son rechazadas iniciativas de los fieles porque no han nacidode la voluntad del párroco o porque no coinciden con sus criterios pastorales, aunque tengan laaprobación de la Iglesia; manifiestan una comprensible resistencia a cambios que no han sidosuficientemente explicados o justificados.

En cualquier caso todos estos factores mencionados no deben interpretarse necesariamente enclave de debilidad del la autoridad del párroco en la parroquia, ya que éste sigue siendo unvehículo esencial en la persecución del interés común. La gobernanza no implica el fin o eldeclive de la autoridad el párroco, ya que su oficio sigue siendo crucial como colaborador delObispo, pastor propio de la diócesis, en la conducción del Pueblo de Dios, como oficioreferencial que garantiza la eclesialidad de la acción pastoral y el discernimiento de las iniciativascomunes, como vínculo visible de comunión.

La propuesta nueva significa cambiar, en primer lugar, la estructura de trabajo que ha deconfigurarse «en red», involucrando a la mayor cantidad posible de agentes y delegandoresponsabilidades, lo que sin duda fomentará la eficacia en la tarea evangelizadora, conpropuestas más creativas y de vanguardia .

El párroco tendrá, además, un mayor acceso a una variedad de fuentes de información que de otramanera le estarían ocultas, conocerá mejor su parroquia y podrá así servirla mejor.Evidentemente esto supone en el párroco y en los demás agentes pastorales una actitud deapertura y disponibilidad para un aprendizaje continuo, más interactivo.

La relación fluida entre le pastor y la comunidad facilitará la definición de problemas, la tomade decisiones y su ejecución. El hecho de decidir no pasará ya sólo por la acción aislada delpárroco o de un grupo elitista relativamente homogéneo, sino por la adopción de formas decoordinación a distintos niveles, promoviendo la corresponsabilidad de todos.

Page 16: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

El Código señala cuáles sean, en concreto, esas responsabilidades encomendadas específicamente al44

párroco: a) Está obligado a procurar que la palabra de Dios se anuncie en su integridad a quienes viven en la

parroquia (c. 528 §1). b) Procurará que la Santísima Eucaristía sea el centro de la vida parroquial (c. 528 §2). c)

Procurará conocer a los fieles que se le encomiendan (c. 529 § 1). d) Procurará promover la función propia de los

laicos, y cooperará con el Obispo diocesano (c. 529 § 2). e) Es el responsable de la administración de ciertos

sacramentos y sacramentales (c. 530, y 1108). f) Tiene obligación de residir en la parroquia (c. 533). g) Debe aplicar

la Misa pro populo (c. 534). h) Ha de llevar con orden los libros parroquiales y el archivo de la parroquia (cc. 535,

877, 895, 535 §1, 958 §1, 1307 §2,535 §5). i) Debe presentar la renuncia una vez cumplidos los setenta y cinco años

(c. 538 § 3). j) Ha de procurar que se predique la homilía los días en que está indicado (c.767 §4). k) Debe cuidar

de la formación catequética de los fieles (cc. 776-777). l) Ha de guardar en lugar decoroso los Santos óleos (c. 847

§2). m) Ha de cuidar la debida preparación de los padres y padrinos de los niños que se vana bautizar (c. 851, 2).

n) Ha de cuidar la debida preparación de quienes acceden por vez primera a la Eucaristía (c. 914).

Especial importancia le concede el Código a dos consejos: el Consejo de Pastoral (c.536) formado de45

varias categorías de personas de modo que queden representados todos los parroquianos y que se regirá por las

normas dadas por el Obispo; y el Consejo de Asuntos Económicos, de constitución es obligatoria (c. 537) y que se

rige por el libro V del Código, además de las normas que pueda dar el Obispo Diocesano.

La incorporación de los laicos a las tareas intraeclesiales se refleja muy bien en la legislación actual: son46

hábiles para desempeñar oficios eclesiásticos (c. 228) –como puede ser el oficio de canciller, ecónomo, juez o

notario, profesor– , previa misión canónica o mandato; también pueden desempeñar ministerios laicales rituales

instituidos de forma permanente o estable(c. 230 §1), ministerios temporales por encargo (c. 230 §2) o ministerios

de suplencia donde haya escasez de clero (c. 230 §3), e incluso se le puede encomendar el cuidado de una parroquia

(c. 517 §2). Los mismos laicos pueden ejercer también servicios a la Iglesia no estrictamente ministeriales (c. 231).

-16-

3.3. Características de la gobernanza de la parroquia

Un cambio del sentido del gobierno, un nuevo método conforme al cual se gobierne la parroquiaimplicaría, en concreto, al menos, los siguientes principios:

a) Participación:

Como consecuencia directa del principio de la comunión, la participación tanto de hombres comode mujeres es el punto clave de un buen gobierno. La participación puede ser directa o bien através de representantes, pero en todo caso deberá estar informada y bien organizada. En laparroquia hay muchos actores y por lo tanto muchos puntos de vista. El buen gobierno requieremediación entre los diferentes intereses para alcanzar un amplio consenso en lo que conciernea los mayores intereses del conjunto de la comunidad y establecer cómo se puede llegar arealizarlos. Pero también exige un liderazgo firme del párroco que no puede renunciar a suresponsabilidad de decidir en aquéllos aspectos que se le han confiado a su cuidado y de los quese le va a pedir cuentas . 44

No olvidemos que en la parroquia, además de las estructuras internas (asambleas, consejos,grupos, comunidades...) se han de considerar como estructuras de gobierno las relacionadas con45

las zonas pastorales (arciprestazgo, vicaría, zona pastoral) y con la misma diócesis (organismosde la Curia diocesana). Entre los agentes, además del protagonismo del párroco como pastorpropio, están los demás agentes pastorales (otros sacerdotes que colaboran con él, los diáconospermanentes, los laicos , los consagrados), los encargados de coordinar estructuras supra-46

parroquiales (arciprestes o vicarios), los delegados y secretarios de los diferentes departamentosde la Curia y finalmente el Obispo, como responsable último de toda la pastoral diocesana.

El buen gobierno, durante el proceso de la toma de decisiones, tiene en cuenta todas estas

Page 17: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

Cfr. CIC 83, c. 11: «Las leyes meramente eclesiásticas obligan a los bautizados en la Iglesia católica y47

a quienes han sido recibidos en ella, siempre que tengan uso de razón suficiente y, si el derecho no dispone

expresamente otra cosa, hayan cumplido siete años» / c.12: «§1. Las leyes universales obligan en todo el mundo a

todos aquellos para quienes han sido dadas. §2. Quedan eximidos de las leyes universales que no están vigentes en

un determinado territorio todos aquellos que de hecho se encuentran en ese territorio. §3. Las leyes promulgadas

para un territorio peculiar obligan, sin perjuicio de lo que se prescribe en el c. 13, a aquellos para quienes han sido

dadas, si tienen allí su domicilio o cuasidomicilio y viven también de hecho en ese lugar».

La transparencia del proceso supone evaluar cómo se informa a la comunidad sobre los resultados que48

se producen. Las cuestiones que se plantean son: – La accesibilidad y facilidad para identificar el informe anual. –

La posibilidad de que cualquier persona pueda leerlo e interpretarlo. – La credibilidad y veracidad de los datos que

analizan los cambios y resultados (cfr. Rosa Nonell, Transparencia y buen gobierno. La rendición de cuentas

(accountability) en una sociedad avanzada, Barcelona 2007, p. 41).

-17-

estructuras y agentes, considera a las minorías y sus peticiones, privilegia la voz de los másdesfavorecidos y no se preocupa solo de atajar los problemas del presente sino que trabajatambién por las necesidades futuras. Es un nuevo estilo de gobierno, distinto del modelo decontrol jerárquico absoluto, donde el sacerdote lo es todo en todo, pero también de una falsaconcepción democrática donde el sacerdote es uno más entre todos y quedan disueltas todas lasresponsabilidades.

b) Legalidad

El buen gobierno requiere el conocimiento y cumplimiento fiel de la ley–. El principio delegalidad o Primacía de la ley es un principio fundamental del Derecho público conforme al cualtodo ejercicio del poder público debería estar sometido a la voluntad de la ley de su jurisdiccióny no a la voluntad de las personas.

El principio de legalidad implica, en primer lugar, la supremacía de la Ley Universal de la Iglesia(el Código de Derecho canónico y otras normas emanadas de la Sede Apostólica) y de las leyesparticulares (sean de la Conferencia Episcopal o del obispo diocesano) como expresión de lacomunión eclesial. Además, el principio de legalidad conlleva la sujeción de quienes ostentanla autoridad en la Iglesia a sus propias normas .47

Así, todas las actuaciones del párroco deben estar legitimadas y previstas por la ley, de modo quesólo podrá actuar allí donde la ley le concede potestad. Al mismo tiempo, la ley le obligará aactuar en determinados casos que dependen directamente de su oficio y no podrá inhibirse en elejercicio de sus funciones. El conocimiento de la ley y el sometimiento a su imperio es unanecesaria garantía de que no van a ser lesionados los derechos de los fieles.

c) Transparencia

«Transparente» (como señala el diccionario de la RAE) es algo «claro, evidente, que secomprende sin duda ni ambigüedad». El principio de «transparencia» aplicado al buen gobiernose refiere fundamentalmente a la comunicación de la información que deberá estar siempredisponible para cualquier persona que esté afectada por las decisiones que se vayan tomando ysu implementación, ya que el ciudadano tiene derecho a que se le facilite la suficienteinformación y que ésta sea fácilmente comprensible . 48

En el ámbito de la parroquia, los pastores procurarán, en primer lugar, utilizar un lenguaje queresulte accesible para la comunidad en general, lo que facilitará la confianza de los fieles en la

Page 18: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

En el proyecto o plan estratégico de la parroquia deberán contemplarse las diversas áreas de la acción49

pastoral: el anuncio de la Palabra, la celebración de los sacramentos, el servicio de la caridad y la búsqueda de la

comunión.

Todos los administradores, y por ende el párroco, están obligados a cumplir su función con la diligencia50

de un buen padre de familia, tal y como pide el Código (cfr. c. 1284).

Cfr. CIC 83, cc. 515 §3; 532; 537; 1257 §1: 1281-1288.51

«Elaborar planes estratégicos e índices de rendición de cuentas es la parte fácil del trabajo, la52

implantación de la misma, es decir su uso, es mucho más complejo. Se trata de crear un cambio cultural en la

sociedad. Hay que tener la capacidad de liderazgo para realizarlo y la persistente voluntad para llevarlo a cabo.»

(Rosa Nonell, oc., pp. 44-45).

La responsabilidad moral ocupa un lugar cada vez más importante en la opinión pública cuando la53

adjudicación de la responsabilidad jurídica a través de los tribunales es insuficiente para cerrar casos como son, por

ejemplo, escándalos de corrupción, financiamientos ilegales de campañas, apoyo a grupos terroristas... Lo mismo

sucede en el ámbito de la Iglesia: los fieles reclaman esa responsabilidad moral del párroco que no sólo ha de obrar

conforme al derecho sino que debe ser en todo «forma gregis».

-18-

propia institución. Además, se deberá dar información puntual y veraz de asuntos de mayorimportancia, se elaborará y se presentará a la comunidad el «plan estratégico» de la acciónpastoral, donde se determinen sus metas y objetivos, se establezcan las estrategias a seguir y losindicadores para medir la eficiencia , se favorecerá la rendición de cuentas a los fieles y se49

garantizará a la vez la protección de los datos personales en poder de las parroquia.

De entre todos ellos, el aspecto seguramente más sensible es el de la gestión económica de laparroquia, de la que el párroco es directamente responsable por el oficio , y todo lo relativo a50

la debida rendición de cuentas. La parroquia es una persona jurídica pública en virtud del mismoderecho, por lo que sus bienes temporales son «bienes eclesiásticos» y están sometidos a lasnormas del libro V del Código. Su administrador es el párroco, que deberá estar auxiliadosiempre por un Consejo de asuntos económicos, como ya hemos señalado . 51

El hecho de que el párroco sea el único representante jurídico de la parroquia, no impide que enla función de la administración económica parroquial pueda auxiliarse de uno de sus vicarios,un diácono permanente o un laico cualificado, cuya tarea principal sería llevar la gestión de laadministración, bajo la dirección del párroco y del Consejo parroquial de asuntos económicos.La comunicación frecuente del párroco con el Consejo y los otros posibles colaboradores es unmedio importantísimo para facilitar esta transparencia, lo mismo que las informacionesperiódicas al conjunto de la comunidad para que conozca de primera mano el destino de losbienes parroquiales y de la debida rendición de cuentas a la diócesis .52

d) Responsabilidad

La «responsabilidad» desde el punto de vista del Derecho, es la capacidad existente en todosujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizadolibremente. Desde el punto de vista moral la perspectiva es más profunda: la responsabilidadmoral se refiere principalmente al carácter interno de las conductas (la conciencia o intención dequien ha actuado), que está por encima y es anterior al otros aspectos externos, como el hechode que éstas hayan sido descubiertas o sancionadas .53

Page 19: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

Es un aforismo jurídico, tomado de Cicerón (De Off. 1. 10. 33) que significa: «Sumo Derecho, suma54

injusticia», en el sentido de que la aplicación de la ley al pie de la letra puede convertirse en ocasiones en la mayor

forma de injusticia.

Cfr. Concilio Vaticano II, decreto Christus Dominus, 28-X-1965, n. 38, 40, 42, 44; AA 1; AG 14 y 19;55

LG 45.

-19-

El buen gobierno de la parroquia debe contar con esta responsabilidad jurídica y moral. Requiere,en primer lugar, que las decisiones sirvan al bien común –no a intereses particulares– y lo hagandentro de un marco de tiempo razonable. Para ello se precisa una mayor claridad y una mayorresponsabilización de los agentes que participan en el desarrollo y aplicación de las iniciativaspastorales a distintos niveles (delegar tareas - pedir responsabilidades). Requiere, en segundolugar, líneas de asistencia que sean capaces de demostrar que los diversos agentes utilizan losrecursos que disponen prudentemente y que no se persiguen actividades que entren en conflictocon los fines de la misión común.

Entendido así el buen gobierno tiene que asegurarse de que el poder y autoridad no esténconcentrados en manos de una única persona o grupo. Esto exige que se realice un control y unbalance dentro de la organización de la parroquia, que separe y equilibre el poder entre losdiferentes cuerpos (el párroco, los Consejos, los grupos, asociaciones, movimientos ycomunidades) y que todos tengan claras las pautas de responsabilidad, asegurando igualmenteque se acometen las actividades buscando como fin último el bien de todos y no de un grupoparticular.

La responsabilidad se convierte entonces en una parte esencial dentro del buen gobierno.Asimismo, el buen gobierno proporciona una excelente base para una buena responsabilidad, yaque ambos elementos están estrechamente unidos. Reglas claras de responsabilidad dentro de laorganización protegen ante los abusos de poder y aseguran el buen gobierno, mientras que unbuen gobierno crea estructuras de responsabilidades estables.

e) Flexibilidad

La «flexibilidad pastoral» es una nueva actitud y nueva práctica evangelizadora. Debido a ladiversidad de las condiciones de los fieles, puede resultar difícil aplicar una normativa alconjunto y sin excepciones. El buen gobernante protegerá los derechos de todos los fielesencomendados a su cuidado y considerará las excepciones en casos particulares, siempre que novayan en detrimento del bien común o provoquen escándalo en la comunidad. No olvidemos que«summum ius, summa iniura» .54

Esto porque, como ministro de la Iglesia, está llamado a aplicar la normativa con un sentidoexacto para que sean la justicia, la equidad y la caridad las que den sentido a la vivencia de lasleyes canónicas, y para que todos los fieles puedan tener, tanto en la interpretación como en laaplicación de esas leyes, una genuina jerarquía de valores que oriente la actividad pastoral. Eneste ámbito, y desde este origen y con este fin, el Derecho canónico, como realización de lajusticia en la Iglesia, desde la fe y la caridad, queda inserto teológicamente en naturaleza mismade la Iglesia .55

Este fundamento y esta concepción están prácticamente concretados en la expresión «salus

Page 20: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

Cfr. CIC 83, c. 1752: «En las causas de traslado, es de aplicación el c. 1747, guardando la equidad56

canónica y teniendo en cuenta la salvación de las almas, que debe ser siempre la ley suprema en la Iglesia».

Cfr. CIC 83, c.455 §2. En España la Conferencia Episcopal ha determinado que se permita el57

nombramiento de párroco por 6 años, pero no por menos de ese tiempo. Parece oportuno que, en los casos que el

nombramiento se dé por tiempo determinado, se incluya en el decreto de nombramiento una cláusula de prórroga

automática del cargo en el caso de que la diócesis quedara vacante y evitar así los problemas que se suscitarían de

tener que esperar un año para nombrar otro párroco.

Cfr. PPG, n. 19.58

-20-

animarum, suprema Ecclesiae lex» (la salvación de las almas es la suprema ley de la Iglesia),56

un principio que debe estar presente siempre en la interpretación y aplicación de cualquier normadel Derecho canónico, un principio que ha de estar en la base del ministerio del párroco, puestopara el servicio de la comunidad, como administrador de la Palabra y de los Sacramentos enfavor del Pueblo de Dios.

Este principio de flexibilidad en los pastores significa, también, una disposición para atenderfraternalmente a todas las personas con las que entran en contacto, independientemente que vivano no en el territorio parroquial que tiene encomendado. Los fieles reiteradamente piden unaactitud más disponible de los pastores. Necesitan que la parroquia sea el lugar donde las personasse sientan acogidas, no quieren una atención burocrática o administrativa, sino encontrarse conun real interés por el bien de cada persona. Para los agentes laicos de evangelización quiere deciradecuar la organización parroquial con una atención de horarios diversos, para los distintosdestinatarios y, cuando sea necesario, personalizado.

f) Eficacia

Buen gobierno significa que las iniciativas y opciones están encaminadas a producir resultadosque van en favor de los fieles, que se ejecutan los proyectos utilizando de la mejor forma posiblelos recursos de los que se disponen. Las medidas que se tomen deben ser eficaces y oportunas,y producir los resultados buscados sobre la base de unos objetivos claros, de una evaluación y,en su caso, de la experiencia acumulada.

Por ello, las planificaciones desarrolladas y las acciones emprendidas deben ser coherentes yfácilmente comprensibles. La necesidad de coherencia es mayor cuanto más complejas son lastareas que se tratan de realizar o mayor sea la diversidad de personas implicadas. La coherenciarequiere un liderazgo firme del párroco.

En este punto la legislación canónica no se ha apartado de la tradición al señalar que paradesarrollar eficazmente su misión pastoral, el párroco ha de contar con una cierta estabilidad enel cargo. Así, por regla general, el nombramiento de los párrocos se hará por tiempo indefinido,aunque se admite también que las Conferencias Episcopales legislen y den normas concretas .57

La intención de legislador es garantizar una cierta continuidad en el oficio de modo que elpárroco cuente con tiempo suficiente para desenvolver su proyecto pastoral. Es oportuno recordarque el oficio de párroco, siendo esencialmente pastoral, exige por su propia naturaleza estaplenitud y estabilidad, pues el párroco está llamado a ser un icono de la presencia del Cristohistórico. La exigencia de la configuración con Cristo subraya este deber prioritario .58

g) Sensibilidad

Page 21: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

Cfr. Juan Pablo II, Encíclica Redemptoris Missio, 7-XII-1990, n. 72.59

-21-

La sensibilidad es una de las claves para el buen gobierno. Quienes ejercen el servicio de laautoridad deben ser sensibles a las demandas de los fieles individuales y de los grupos. Por estomismo la parroquia ha de ser suficientemente abierta y acogedora, con una especial sensibilidadpara con los pobres, los desarraigados, los emigrantes, los marginados... para con todos aquéllosque buscan en ella el auxilio que les ayude a superar sus problemas, plataforma para el anunciodel amor de Dios para con sus hijos y referente profético para la sociedad en la que se encuentra.

A la vez el párroco deberá estar abierto al fenómeno creciente de movimientos y comunidadesnuevas que han germinado Junto al asociacionismo tradicional, con fisonomías y finalidadesespecíficas, signo de la riqueza de los recursos que el Espíritu alimenta en el tejido eclesial. Estosmovimientos y comunidades son signo de la riqueza carismática de la Iglesia y pueden contribuirmuy positivamente a la pastoral. La primera y más importante aportación que pueden dar a lacomunidad parroquial es la presencia en su ámbito territorial de personas cristianas conscientesde su propia identidad bautismal, su propia vocación y misión en la Iglesia y en el mundo, frentea un extendido «cristianismo de nombre». La segunda aportación es la vivencia comunitaria dela fe, el compartir las experiencias, el apoyo mutuo, testimonio muy importante para un mundodonde reina el individualismo y la soledad. Los movimientos, por fin, pueden aportar un fuerteimpulso misionero a la parroquia, en la búsqueda de los alejados, la relación con la sociedad yel diálogo con los ambientes.

Cuando estos movimientos y comunidades se integran con humildad en la vida de las Iglesiaslocales y son acogidos cordialmente por Obispos y sacerdotes en las estructuras diocesanas yparroquiales, representan un verdadero don de Dios para la nueva evangelización y para laactividad misionera propiamente dicha. Por eso la Iglesia recomienda difundirlos y valerse deellos para dar nuevo vigor, sobre todo entre los jóvenes, a la vida cristiana y a la evangelización .59

h) Hospitalidad

La hospitalidad va más allá de la aceptación ofrecida a quién se dirige a la parroquia para pedirun cierto servicio. No se trata solamente de ejercitar hospitalidad, es necesario también asumiruna actitud de búsqueda. Pero de nada valdrá acoger y aproximarse si no hay nada que ofrecer.Aquí entra en juego la identidad de la fe, siendo preciso volver a su esencialidad, para que quienencuentre la parroquia pueda encontrar a Cristo, sin muchas palabras y adaptaciones.

El párroco, como buen pastor se esfuerza en conocer a los fieles confiados a su cura, es algo másque un funcionario que cumple un papel y ofrece servicios a los que lo solicitan. Como hombrede Dios, ejerce de modo pleno el propio ministerio, acompañando de cerca a sus fieles: visitandoa las familias, participando en sus necesidades, en sus alegrías; corrigiendo con prudencia,invitando a la conversión a los pecadores, ayudando a cada uno a cumplir con su propio debery fomentando el crecimiento de la vida cristiana en las familias (c. 529 §1). Muchas de lassituaciones que viven los fieles precisan de una atención personalizada que les ayude a superarsus problemas y a afrontar el devenir desde la fe. El acompañamiento pastoral significa estar allado de quienes se encuentran en dificultad, por enfermedad,

Una de las modalidades del acompañamiento pastoral es la dirección espiritual. Es una prácticaque se inició en los albores del cristianismo, y se arraigó particularmente en la experiencia de los

Page 22: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

Se trata de uno de los principios más largamente repetidos y propios de la enseñanza de la Iglesia católica60

ya tratado en la que se considera la primera encíclica de temas sociales, la Rerum novarum de León XIII y

refrendado en los documentos posteriores, como la encíclica Mater et Magistra de Juan XXIII, la constitución

pastoral Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II (núm. 65) o el documento Libertatis conscientiae de la

Congregación para la doctrina de la fe.

Pío XI, encíclica Quadragesimo anno, 15-V-1931, n. 79.61

-22-

Padres del desierto, y que se fue consolidando a lo largo de la historia. Desgraciadamente se haido perdiendo en lo últimos años, en parte por el clima de secularización y de materialismohedonista, pero en parte también por haber orientado la acción pastoral de la parroquia hacia larealización de programas y actividades, con pocas ocasiones para el contacto gratuito entre elsacerdote y los fieles y para el contacto íntimo con Dios. El proceso de dirección espiritual buscala aplicación de la Verdad a la vida personal y cuenta siempre con la asistencia del EspírituSanto, principal director de las almas. Aunque el Código no dice nada al respecto, es claro queeste servicio lo ha de ofrecer el párroco a sus fieles como parte integrante de la cura animarum.Pero es un servicio que no tiene por qué realizarlo solo, puede ayudarse también de otraspersonas –religiosos o laicos– que, debidamente capacitadas, puedan acompañar espiritualmentea quines lo soliciten.

i) Subsidiariedad

En la Doctrina Social de la Iglesia se entiende por subsidiariedad el principio en virtud del cualel Estado sólo debe ejecutar una labor orientada al bien común cuando advierte que losparticulares o los organismos intermedios no la realizan adecuadamente, sea por imposibilidado sea por cualquier otra razón . El principio establece que «no se puede quitar a los individuos60

y dar a la comunidad lo que ellos pueden realizar con su propio esfuerzo e industria, comotampoco es justo, constituyendo un grave perjuicio y perturbación del recto orden, quitar a lascomunidades menores e inferiores lo que ellas pueden hacer y proporcionar y dárselo a unasociedad mayor y más elevada, ya que toda acción de la sociedad, por su propia fuerza ynaturaleza, debe prestar ayuda a los miembros del cuerpo social, pero no destruirlos yabsorberlos» .61

En la aplicación ala gobierno de la parroquia significa que, desde la concepción de las proyectoshasta su aplicación efectiva, la elección del nivel en el que ha de actuarse y la selección de losinstrumentos utilizados deben estar en proporción con los objetivos perseguidos. Quiere decirseque antes de lanzar una iniciativa es esencial comprobar: a) si la actuación es realmente necesariay conveniente; b) si el responsable de llevar a cabo la actuación es el del nivel más apropiado.

Bien es verdad que el párroco deberá aprender a convivir con la tensión que se produce entre latentación de intervenir de forma autoritaria en la toma de decisiones o en la regulación deconflictos, por un lado, y la dependencia de la acción y aceptación por parte de los actoresparticipantes subsidiariamente por otro. Pero en ningún caso subsidiariedad puede derivar en unadifuminación de las responsabilidades, que hallaría su expresión institucional más grave en ladesaparición de los límites entre lo que es objeto de consulta y de consenso y lo que no esnegociable porque no cumple el principio de legalidad al que nos referimos antes.

Así pues, la fortaleza de la figura del párroco no va a depender tanto de su omnipresencia en todo

Page 23: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

-23-

ni estará vinculada a una idea estática de soberanía, sino que se ha de fundamentar en mayormedida en sus capacidades para unificar criterios y manejarse bien con el entorno, para crearcomunión en la diversidad y delegando responsabilidades, ha de ser una presencia de calidad.

j) Sostenibilidad

En el lenguaje común consiste en «satisfacer las necesidades de la actual generación sin sacrificarla capacidad de futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades». Aplicado a laparroquia significa crear proyectos eclesiales (diocesanos) de y para la comunidad, que nodependan de la voluntad del párroco ni pongan a la comunidad en el riesgo del cambiopermanente. Siempre construir, hacer crecer, sobre la base de lo existente. No a las prácticas detabla rasa, de acabar con lo que estaba para empezar siempre algo nuevo.

Seguramente el medio más idóneo para evitar estos problemas sea el desarrollar la pastoral dela parroquia en estrecha relación con la diócesis y las otras parroquias del entorno. Lacolaboración leal con el Obispo y con los otros presbíteros de la diócesis posibilitará que losfieles, participando en la comunidad parroquial, se sientan también miembros de la diócesis y dela Iglesia universal. Es verdad que hay conciencia de la necesidad, pero se observa un lentocaminar hacia aquello que los documentos del Magisterio proponen como una necesaria «pastoralde conjunto», una pastoral coordinada desde las estructuras diocesanas: delegaciones ysecretariados, vicarías, arciprestazgos y zonas de atención pastoral.

En muchos casos algunas de estas estructuras no están bien definidas en sus funciones, no hayclaridad en cuáles son sus atribuciones o incluso carecen de recursos propios para su actividad;en otros casos resulta difícil compaginar las actividades pastorales ordinarias y los eventosextraordinarios provenientes de las diócesis. En todo caso es la meta hacia la que dirigirse, demodo que sea la pastoral de conjunto la que haga posible en el futuro de la mayoría de lasiniciativas existentes en cada una de las parroquias y evitará que los fieles estén sometidos acambios de criterio continuos y ciertamente dañinos para el crecimiento de la comunidad.

CONCLUSIÓN

Tras los argumentos expuestos debería quedar más o menos claro que el buen gobierno es unideal difícil de llevar a cabo en su totalidad. Muy pocos países y sociedades han llegado aconseguir un gobierno aceptable en estos términos. Lo mismo se podría pensar aplicándolo altema que nos ha ocupado del gobierno de la parroquia. De todas formas, para asegurar unarenovación verdadera y sostenible de la parroquia, será necesario tener siempre este ideal comoobjetivo, deseando convertirlo entre todos en una realidad.

Considerando la gran potencialidad evangelizadora de la parroquia, no parece que haya necesidadde sustituirla por otras instituciones pastorales, sino que la tarea consistirá más bien en larenovación de la acción evangelizadora que se sostiene significativamente sobre la base deentender el gobierno de una manera nueva, como instrumento utilísimo que es para el anuncioy transmisión del Evangelio.

La meta a alcanzar, es transformar la parroquia en una casa-escuela-familia de discípulos, en lacual todos viven y se alimentan de la misma mesa Eucarística y de misma Palabra de vida; dondetodos tienen la corresponsabilidad evangélica y atención por todos y cada uno de los que viven

Page 24: La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia · 2019-11-18 · La «gobernanza» o el «buen gobierno» de la parroquia José San José Prisco Facultad de Derecho canónico

CELAM, Documento conclusivo. V Conferencia general del episcopado latinoamericano y del Caribe,62

13-31 de mayo de 2007, n. 201.

-24-

en ese territorio parroquial; todos, renovados por el Espíritu, ofrecen a los que todavía noconocen a Cristo diversos y variados modos de acercarse a Él.

Y es que «la renovación de la parroquia exige actitudes nuevas en los párrocos y en lossacerdotes que están al servicio de ella. La primera exigencia es que el párroco sea un auténticodiscípulo de Jesucristo, porque sólo un sacerdote enamorado del Señor puede renovar unaparroquia. Pero, al mismo tiempo, debe ser un ardoroso misionero que vive el constante anhelode buscar a los alejados y no se contenta con la simple administración» .62