EL EVANGELIO DE ACCIÓN HERMOSO JESÚSagchurches.org/Sitefiles/Default/RSS/Spanish AG/On Your...

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22 EP . AG . ORG INVIERNO . 13-14 ¡Qué palabras tan profundas brota- ron de los labios de Jesús: “Déjenla en paz”. Los amigos de Jesús de inmediato criticaron a la mujer que derramó sobre la cabeza del Señor el costoso perfume de un vaso de alabastro. No solo se quejaron entre ellos, sino que también avergonzaron a la mujer al reprenderla. Jesús, en vez de hacer eco de su crítica, se volvió a ellos y los reprendió. Vivimos en un tiempo en que la prensa se especializa en el ataque. Eso es lo que vemos en las noticias o en los blogs. Es la era del “te atrapé”. Dé un paso en falso, diga algo equivo- cado, y eso basta para definir su vida entera. Lamentablemente, ese estilo mundano ha invadido la iglesia. Los medios sociales proporcionan oportu- nidades ilimitadas a los creyentes para que ataquen a sus hermanos en la fe. De hecho, hay algunos portales es- pecíficos en Internet cuya única misión es responder como “perro guardián” contra todo aquel que no piense como ellos. En esos sitios nunca verá a per- sonas que dan fruto en el evangelismo o crecimiento en el discipulado. Su única misión es atacar, y con frecuen- cia su visión está tan distorsionada como la de los amigos de Jesús en la casa de Simón el leproso. En vez de ver la motivación y el corazón lleno de amor hacia Jesús, los modernos “ami- gos de Jesús” se apresuran a criticar, convencidos de que están haciendo algo bueno. Aquella mujer derramó un cos- toso perfume sobre su cabeza; no solo unas cuantas gotas, sino todo el contenido del frasco. Su regalo fue espléndido y extravagante. ¿Hacemos nosotros lo mismo? ¿Somos esplén- didos con Jesús? ¿Cómo describiría Jesús nuestro amor por Él? ¿Nos limitamos a darle una o dos gotas de nuestro tiempo, nuestros talentos y nuestro tesoro, o invertimos en Él todo nuestro corazón, nuestra alma, nues- tra mente, y nuestras fuerzas? ¡TODO para Jesús! ¿Qué cosa hermosa puede usted hacer hoy por Jesús? Aquella mujer tuvo una oportunidad única de honrarlo cuando Él estaba físicamente presente. Su ejemplo hoy todavía nos inspira. A lo largo de toda la historia de la Iglesia, millones de personas han seguido su ejemplo. La respuesta de Jesús: “Siempre tendréis a los pobres con vosotros”, con mucha frecuencia se ha inter- pretado erróneamente y se ha citado fuera de contexto como una razón de que no necesitamos hacer nada para ayudar a los pobres. Hay quienes dicen: “Al fin y al cabo, no es mucho lo que podemos hacer, porque la po- breza es una condición que siempre se estará presente en la sociedad.” Esa interpretación no considera el resto de la frase: “podrán ayudarlos cuando quieran”. Como creyentes, hemos sido llamados a ayudar a los necesitados. En el juicio final, seremos elogiados si hemos hecho algo para vestir al desnudo, alimentar al que tiene hambre, y amparar al pobre. Jesús bendice con su misericordia a los misericordiosos. Cuando ministramos a los pobres, a los enfermos, a los cautivos, y a los pri- sioneros, nos unimos a aquella mujer. Porque al derramar sobre ellos nuestro amor, es como si ungiéramos a Jesús. “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40). Nuestros actos de amor por Jesús no son notorios solamente en nuestra extravagante consagración a Él; tam- bién lo son en nuestra preocupación y compasión por los pobres, a quienes siempre tendremos entre nosotros.. GEORGE O. WOOD es superintendente general de las Asambleas de Dios. Envíe sus comentarios a [email protected]. Señor Jesús, no quiero vivir solamente para mí. Te pido que me perfecciones en la generosidad de mi consagración a ti, y en mi amor por los demás. ALGO HERMOSO PARA JESÚS marcos George O. Wood Superintendente General E L E V A N G E L I O D E A C C I Ó N Oración de respuesta “—Déjenla en paz —dijo Jesús—. ¿Por qué la molestan? Ella ha hecho una obra hermosa conmigo. A los pobres siempre los tendrán con ustedes, y podrán ayudarlos cuando quieran; pero a mí no me van a tener siempre” (Marcos 14:6,7)

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22 E P . A G . O R G I N V I E R N O . 1 3 - 1 4

¡Qué palabras tan profundas brota-ron de los labios de Jesús: “Déjenla en paz”.

Los amigos de Jesús de inmediato criticaron a la mujer que derramó sobre la cabeza del Señor el costoso perfume de un vaso de alabastro. No solo se quejaron entre ellos, sino que también avergonzaron a la mujer al reprenderla. Jesús, en vez de hacer eco de su crítica, se volvió a ellos y los reprendió.

Vivimos en un tiempo en que la prensa se especializa en el ataque. Eso es lo que vemos en las noticias o en los blogs. Es la era del “te atrapé”. Dé un paso en falso, diga algo equivo-cado, y eso basta para definir su vida entera. Lamentablemente, ese estilo mundano ha invadido la iglesia. Los medios sociales proporcionan oportu-nidades ilimitadas a los creyentes para que ataquen a sus hermanos en la fe.

De hecho, hay algunos portales es-pecíficos en Internet cuya única misión es responder como “perro guardián” contra todo aquel que no piense como ellos. En esos sitios nunca verá a per-sonas que dan fruto en el evangelismo o crecimiento en el discipulado. Su única misión es atacar, y con frecuen-cia su visión está tan distorsionada como la de los amigos de Jesús en la casa de Simón el leproso. En vez de ver la motivación y el corazón lleno de amor hacia Jesús, los modernos “ami-gos de Jesús” se apresuran a criticar, convencidos de que están haciendo algo bueno.

Aquella mujer derramó un cos-toso perfume sobre su cabeza; no solo unas cuantas gotas, sino todo el contenido del frasco. Su regalo fue espléndido y extravagante. ¿Hacemos nosotros lo mismo? ¿Somos esplén-didos con Jesús? ¿Cómo describiría Jesús nuestro amor por Él? ¿Nos limitamos a darle una o dos gotas de nuestro tiempo, nuestros talentos y nuestro tesoro, o invertimos en Él todo

nuestro corazón, nuestra alma, nues-tra mente, y nuestras fuerzas? ¡TODO para Jesús!

¿Qué cosa hermosa puede usted hacer hoy por Jesús?

Aquella mujer tuvo una oportunidad única de honrarlo cuando Él estaba físicamente presente. Su ejemplo hoy todavía nos inspira. A lo largo de toda la historia de la Iglesia, millones de personas han seguido su ejemplo.

La respuesta de Jesús: “Siempre tendréis a los pobres con vosotros”, con mucha frecuencia se ha inter-pretado erróneamente y se ha citado fuera de contexto como una razón de que no necesitamos hacer nada para ayudar a los pobres. Hay quienes dicen: “Al fin y al cabo, no es mucho lo que podemos hacer, porque la po-breza es una condición que siempre se estará presente en la sociedad.”

Esa interpretación no considera el resto de la frase: “podrán ayudarlos cuando quieran”. Como creyentes, hemos sido llamados a ayudar a los necesitados. En el juicio final, seremos elogiados si hemos hecho algo para vestir al desnudo, alimentar al que tiene hambre, y amparar al pobre. Jesús bendice con su misericordia a los misericordiosos.

Cuando ministramos a los pobres, a los enfermos, a los cautivos, y a los pri-sioneros, nos unimos a aquella mujer. Porque al derramar sobre ellos nuestro amor, es como si ungiéramos a Jesús. “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40).

Nuestros actos de amor por Jesús no son notorios solamente en nuestra extravagante consagración a Él; tam-bién lo son en nuestra preocupación y compasión por los pobres, a quienes siempre tendremos entre nosotros..GEORGE O. WOOD es superintendente general de las Asambleas de Dios.

Envíe sus comentarios a [email protected].

Señor Jesús, no quiero vivir

solamente para mí. Te pido

que me perfecciones en la

generosidad de mi consagración

a ti, y en mi amor por los demás.

ALGO HERMOSO PARA JESÚS

marcos George O. WoodSuperintendente General

E L E V A N G E L I O D E A C C I Ó N

Oración de respuesta

“—Déjenla en paz —dijo Jesús—. ¿Por qué la molestan? Ella ha

hecho una obra hermosa conmigo. A los pobres siempre los tendrán con ustedes, y podrán ayudarlos

cuando quieran; pero a mí no me van a tener siempre”

(Marcos 14:6,7)