CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una...

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Recibido: 21.1.2012 Aceptado: 14.02.2012 Lıburna 5 [Noviembre 2012], 1552, ISSN: 18891128 CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS Xaverio BALLESTER Universitat de Valéncia En términos sensoriales el ser humano es especialmente visual. La percepción visual representa un papel muy importante en su experiencia del mundo. Adi- cionalmente, la percepción de color constituye un aspecto fudamental en su percepción visual. Lógicamente, tan relevantes hechos encuentran su reflejo en la Lingüística. Palabras Clave: Lingüística, cromatónimos, simbolismo de los colores. Contribution to a Theory of Color Names A major role of the human being‘s experience of the world is played by visual perception, and a major role in visual experience is played by color perception. Logically, all this has a linguistic projection. Key Words: Linguistics, Color names, Color Symbolism. De si los términos que en las distintas lenguas indicaren color, se- an nombres propios… o no… o todo lo contrario y de sus no pocas peculiaridades i estrictamente considerados, los nombres de los colores o cromató- nimos (sobre el tema griego σπωμαηο– ‗color‘) no son nombres pro- pios… ¿O sí? Resulta que habitualmente los cromatónimos comparten algunas características importantes con los [demás] ciriónimos o nombres propios y, sin embargo, incumplen el requisito de poseer un referente único y no colectivo, como en el caso de los etnónimos; ahora bien ¿podrían te- nerlo? En razón de su naturaleza semántica, necesariamente abstracta y común, los cromatónimos, como la mayoría de los convencionales nombres comunes, no se refieren es verdada una entidad determinada. Una casa es potencialmente muy distinta de cualquier otra casa, pero un azul siempre será el azul. Mientras que los verdaderos o idiosincráticos nombres comunes presentan un carácter genérico muy acusado, de modo que árbol, barco o casa pueden aludir a referentes muy distintos —a un ‗álamo blancoo un ‗pino silvestre‘, a una ‗barquichuela‘ o un ‗yatazo‘, a un ‗piso patera‘ o S

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Recibido 2112012 Aceptado 14022012

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128

CONTRIBUCIOacuteN A UNA TEORIacuteA DE LOS

CROMATOacuteNIMOS

Xaverio BALLESTER Universitat de Valeacutencia

En teacuterminos sensoriales el ser humano es especialmente visual La percepcioacuten

visual representa un papel muy importante en su experiencia del mundo Adi-cionalmente la percepcioacuten de color constituye un aspecto fudamental en su

percepcioacuten visual Loacutegicamente tan relevantes hechos encuentran su reflejo en la Linguumliacutestica

Palabras Clave Linguumliacutestica cromatoacutenimos simbolismo de los colores

Contribution to a Theory of Color Names A major role of the human beinglsquos experience of the world is played by visual

perception and a major role in visual experience is played by color perception Logically all this has a linguistic projection

Key Words Linguistics Color names Color Symbolism

De si los teacuterminos que en las distintas lenguas indicaren color se-an nombres propioshellip o nohellip o todo lo contrario y de sus no pocas

peculiaridades

i estrictamente considerados los nombres de los colores o cromatoacute-

nimos (sobre el tema griego σπωμαηοndash colorlsquo) no son nombres pro-

pioshellip iquestO siacute Resulta que habitualmente los cromatoacutenimos comparten algunas caracteriacutesticas importantes con los [demaacutes] cirioacutenimos o nombres

propios y sin embargo incumplen el requisito de poseer un referente uacutenico y no colectivo como en el caso de los etnoacutenimos ahora bien iquestpodriacutean te-

nerlo En razoacuten de su naturaleza semaacutentica necesariamente abstracta y comuacuten los cromatoacutenimos como la mayoriacutea de los convencionales nombres

comunes no se refieren mdashes verdadmdash a una entidad determinada Una

casa es potencialmente muy distinta de cualquier otra casa pero un azul siempre seraacute el azul Mientras que los verdaderos o idiosincraacuteticos nombres

comunes presentan un caraacutecter geneacuterico muy acusado de modo que aacuterbol barco o casa pueden aludir a referentes muy distintos mdasha un aacutelamo blancolsquo

o un pino silvestrelsquo a una barquichuelalsquo o un yatazolsquo a un piso pateralsquo o

S

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un palacio reallsquomdash los cromatoacutenimos son casi tan precisos como los numera-les de modo que azul o blanco soacutelo pueden referirse a entidades tan singu-

lares como lo sean los azullsquo y blancolsquo en las correspondientes lenguas

mientras que a su vez habraacute distintos tipos de aacutelamos o pinos de barcas o yates de pisos o palacios

Estas caracteriacutesticas ademaacutes suelen acercar los cromatoacutenimos precisamente a los [otros] cirioacutenimos y en especial a los etnoacutenimos o nombres de etnias y

pueblos con los que comparten la referencia a algo que siendo virtualmen-

te plural tiene un claro y uacutenico referente Asiacute si una caracteriacutestica cirioniacute-mica de los etnoacutenimos es su tendencia a neutralizar las categoriacuteas de geacutene-

ro y tambieacuten de nuacutemero mdashdecir por ejemplo siux en vez de siuxa o siuxesmdash parecidamente entre los cromatoacutenimos encontraremos muchas

neutralizaciones de geacutenero y de nuacutemero mdashbien explicables en diacroniacutea como veremos por el original caraacutecter substantivo de muchos nombres de

coloresmdash y se diraacute azul y no azula rosa y no roso o bien burdeos y no

burdeo o burdeosos

Asimismo si los etnoacutenimos tienden a neutralizar la distincioacuten entre substan-

tivos y adjetivos y emplear el substantivo mdashcategoriacutea nominal maacutes propiamdash como adjetivo y decir por ejemplo celta o germano en lugar de ceacuteltico o

germaacutenico tambieacuten parecidamente entre los cromatoacutenimos encontraremos

a menudo la tendencia a emplear oro rosa o rojo en vez de dorado rosado o rojizo Fenoacutemeno que sin duda tambieacuten por su estrecha relacioacuten con la

etnonimia afecta asimismo a los glotoacutenimos o nombres de lenguas de modo que vasco seraacute empleado no soacutelo en lugar del adjetivo vascoacutenico o

auacuten vascongado sino tambieacuten en lugar del glotoacutenimo vascuence (del latiacuten uasconice) Por otra parte los glotoacutenimos pueden tener origen en diversas

categoriacuteas morfoloacutegicas mdashno soacutelo en substantivosmdash y en consecuencia

comportarse morfosintaacutecticamente tambieacuten de modo muy distinto

En todo caso aun si considerados como nombres comunes resultaraacute ense-

guida patente que los nombres de colores poseen otras caracteriacutesticas tan propias que les hacen dignos de un estudio tambieacuten propio y singularizado

Asiacute por ejemplo las aludidas neutralizaciones morfoloacutegicas se manifiestan

como un abuso como una usurpacioacuten por parte del substantivo de funcio-nes maacutes propias del adjetivo de modo que en este punto el cromatoacutenimo

se comporta como otro cirioacutenimo una de cuyas caracteriacutesticas es precisa-mente su renuencia a la adjetivizacioacuten al menos sin que en tal caso medie

normalmente una alteracioacuten importante de su semaacutentica siendo este hecho

aquiacute especialmente significativo porque estadiacutesticamente los en principio bipolares cromatoacutenimos mdashporque virtualmente tanto substantivos cuanto

adjetivosmdash se emplean sin embargo con mucha maacutes frecuencia en funcioacuten adjetival De hecho el concepto o quizaacute mejor percepto del color aparece

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seguacuten las lenguas categorizado tambieacuten como verbo como clasificador como substantivo como derivado adjetival como un afijo o como una

partiacutecula pues aunque como sentildeala LUCY (1997 337) laquotiende a ser trata-

do como adjetivo si la lengua dispone de tal categoriacutea ello no constituye de ninguna manera un hecho universalraquo

El tauya una lengua de Nueva Guinea dispone de seis teacuterminos para colo-res blanco negro rojo amarillo verde y azul dos de ellos los dos prime-

ros corresponden en realidad a dos verbos intransitivos apoundash estar blan-

colsquo y pusitimendash estar negro ndash estar marroacutenlsquo y los otros cuatro resultan ser formas derivadas con el sufijo ndashˀamu con ndash caracterizado porlsquo tiacutepicamente

adjetival pero de los calificativos provistos con tal sufijo soacutelo los cromatoacute-

nimos han quedado lo suficientemente lexicalizados como para poder fun-

cionar como substantivos (MacDonald 1990 106ndash107)

En fin tambieacuten el alto nivel de procedencia foraacutenea que como se veraacute

caracteriza a los cromatoacutenimos en muchas lenguas es un detalle linguumliacutestico que aproxima esta clase a los nombres propios En su momento notaremos

ademaacutes como caracteriacutestica asimismo maacutes propia de los cirioacutenimos las irregularidades que presentan los cromatoacutenimos en diversas vertientes de la

lengua Anticipemos ademaacutes otras caracteriacutesticas cirionimicoides mdashsi se nos

permite la palabrejamdash de los cromatoacutenimos como seriacutean su gran peculiari-dad fonomorfoleacutexica su relevancia leacutexicondashsemaacutentica o su evolucioacuten espe-

cialmente irregular rasgos que veremos despueacutes con maacutes detalle En resu-men hasta aquiacute tenemos en los nombres de colores como principales ca-

racteriacutesticas propias de los cirioacutenimos las siguientes

uniformidad del referente semaacutentico neutralizacioacuten de categoriacuteas morfoloacutegicas como geacutenero y nuacutemero

tendencia a comportarse como un substantivo abundancia de formas de origen foraacuteneo

mayor peculiaridad fonomorfoleacutexica relevancia leacutexicondashsemaacutentica y

evolucioacuten singular

Comencemos con la antepenuacuteltima caracteriacutestica

De cuaacuteles singularidades de toda iacutendole presentaren los teacuterminos

de color y de atenuativos reduplicados y otras linguumliacutesticas exquisi-teces

En efecto otra caracteriacutestica que aproxima el conjunto de los cromatoacutenimos

a los verdaderos nombres propios es su irregularidad o al menos su pecu-liaridad lo que se manifiesta seguacuten las lenguas en diversos fenoacutemenos

foacutenicos morfoloacutegicos como algunos que acabamos de ver y tambieacuten leacutexi-cos y ello de manera tan imbricada que a menudo seraacute difiacutecil discriminar

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los diversos planos

En el aspecto foacutenico o fonomorfoloacutegico notemos que por ejemplo en algu-

nos dialectos araacutebigos los adjetivos designando colores o defectos fiacutesicos

comparten ciertos patrones de estructura consonaacutentica (Campbell 1995 27 Kaye amp Rosenhouse 1997 284ndash285) En ciertas lenguas los nombres de los

colores presentan la peculiaridad de poseer alguna marca especiacutefica como la endash en los seis colores del sirionoacute una lengua tupiacute de Bolivia eshĩ blancolsquo

erondei negrolsquo eirẽĩ rojolsquo echo amarillolsquo y eruba verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 46) Asimismo la reduplicacioacuten leacutexica caracteriza la mayoriacutea de los nombres de color en la lengua australiana martundashguanka

(MartundashWangka) excepto el amarillo (karntawara) piilandashpiila blancolsquo ma-rundashmaru negro ndash azullsquo mijindashmiji rojolsquo yukurindashyukuri verdelsquo parnalyndashparnaly rojizo ndash ocre ndash marroacutenlsquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48) Tambieacuten en el fijiano de Boumaa algunos cromatoacutenimos presentan ameacuten

de una forma simple una forma reduplicada la cual se emplea cuando

hace de predicado en posicioacuten inicial o en una oracioacuten relativa y tambieacuten cuando adjetiva un nombre siempre que este no sea un animal o los teacutermi-

nos vatu piedralsquo y qele tierralsquo (Dixon 1988 231) Ahora bien soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash

marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo y no por ejemplo azullsquo violetalsquo grislsquo o rosalsquo

El caso es que por alguna razoacuten o razones diversas el fenoacutemeno de la reduplicacioacuten caracteriza los nombres de colores en un buen nuacutemero de

lenguas

En la vertiente morfoleacutexica mdashpues praacutecticamente el mismo efecto se mate-

rializa a veces en la morfologiacutea o a veces en el leacutexicomdash notemos la presen-cia otra vez de caracteriacutesticas propias para los teacuterminos que indican color

En el quisio (Kisi) hablado principalmente en Guinea la mayoriacutea de los

cromatoacutenimos se adscriben a la limitada y cerrada clase de adjetivos no derivados huacutembugrave blancolsquo tigraveŋigrave negro ndash azul marinolsquo sigraveagraveŋagrave rojolsquo pigraveigrave verdelsquo

y nduacuteugraveliacuteigrave marroacuten claro ndash amarillolsquo (Childs 1995 126ndash127) Ya tambieacuten TROMBETTI (1962 65) llamoacute en su diacutea la atencioacuten sobre el hecho de que en

turco y en mongol se forma una especie de superlativo para los adjetivos

que indican color mediante la reduplicacioacuten de la primera siacutelaba del teacutermino seguida esta de ndashpndash tipo turco kapndashkara negriacutesimolsquo Tambieacuten en taacutertaro y

basquir algunos cromaacutetonimos presentan formas reduplicadas de sentido intensivo como taacutertaro apndashaq blancondash[como la]ndashnievelsquo o yemndashyěšel verdiacute-

simolsquo y ademaacutes pueden tambieacuten tomar sufijos detensivos formando asiacute el

equivalente a nuestros rojizolsquo para el rojo o azuladolsquo para el azul (Aacuterpaacuted 1998 286)

De hecho cabriacutea quizaacute hablar del detensivo o atenuativo como una hipoca-tegoriacutea morfoloacutegica especialmente caracteriacutestica de los cromatoacutenimos ya

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que en estos la presencia de marcas con valor atenuativo que alcanzan suficiente regularidad morfoloacutegica es un fenoacutemeno frecuente Asiacute en el

hablar bereber de Figuig en Marruecos encontramos junto a andashmellal blancolsquo camlal blancuzco ndash blanquecinolsquo junto a andashdal verdelsquo cadal ver-duzco ndash verduscolsquo junto a andashwṛaɣ amarillolsquo cawṛaɣ amarillentolsquo y junto a

andash ekkwaɣ rojolsquo lazwaɣ rojizolsquo (Kossmann 1997 120) Noacutetese el tambieacuten atenuante sufijo ndashish de los angloparlantes asiacute en blackish bluish brow-nish greenish greyish pinkish purplish reddish yellowish o whitish para

respectivamente los negro azul marroacuten verde gris rosa rojo amarillo y blanco El sufijo franceacutes ndashacirctre vendriacutea a tener la misma funcioacuten en esta

lengua blanchacirctre blancuzcolsquo jaunacirctre amarillentolsquo rougeacirctre rojizolsquo verdacirctre verduzcolsquohellip El sufijo franceacutes procede de uno latino empleado tam-

bieacuten para estos fines albaster blanquecinolsquo nigraster negruzcolsquohellip si bien en competencia con el sufijo sub [de]bajo ndash sondashlsquo subniger negruzcolsquo su-buiridis verduzcolsquohellip Tambieacuten en lituano podemos reconocer un sufijo ndashvandash con valor atenuativo dul svas grisaacuteceolsquo gel svas amarillentolsquo žal svas ver-dosolsquohellip Asimismo en el pipil en El Salvador tenemos por ejemplo chichiːlndashnah rojizolsquo o tultikndashnah amarillentolsquo formados con el morfema ndashnah frente a los adjetivos baacutesicos o neutros formados con ndashk tras vocal o ndashtindashk tras

consonante chiːlndashtik rojolsquo istandashk blancolsquo tiːlndashtik negrolsquo tuːlndashtik amarillolsquo

xuxuwindashk verdelsquo (Campbell 1985 61ndash62 y 611) El quechua ecuatoriano contariacutea tanto con una marca ndashnijuc o ndashnicuj de atenuativo o relativizante

asiacute pucanicuj rojizolsquo cuanto con una marca ndashclla ndashjlla o ndashnlla de precisioacuten o pureza como en yanaclla [bien] negrolsquo (Catta 1994 49ndash50 y 87)

En el campo del leacutexico recordemos previamente el caso mdashfrecuente y ya bien descrito por la Tipologiacutea linguumliacutesticamdash de la inexistencia de adjetivos en

muchas lenguas y de la escasez de adjetivos en muchas otras Sin embar-

go la importancia o relevancia leacutexicondashsemaacutentica mdashotro aspecto que como se anticipoacute aproxima los cromatoacutenimos a la esfera de la cirionimiamdash del

nombre de color se veriacutea tambieacuten en el hecho de que en aquellos reperto-rios reducidos de adjetivos precisamente no suelen faltar los adjetivos de

color y ademaacutes suelen presentarse a veces como una subclase compacta

Asiacute en el quilivila (Kilivila) hablado en las islas Trobiand pertenecientes a PapuacuteandashNueva Guinea hay tres clases de adjetivos los que se usan sin

partiacuteculas clasificatorias los que se usan con partiacuteculas clasificatorias y los que pueden usarse con o sin partiacuteculas clasificatorias pues bien a esta

uacuteltima especial subclase mdashaparte de peʾula fuerte ndash durolsquomdash perteneceriacutean

los adjetivos pupwakau blancolsquo bwabwau negrolsquo bweyani rojolsquo y digade-gila amarillolsquo (Senft 1986 85)

Probablemente este tipo de hechos tenga que ver en uacuteltima instancia con la circunstancia de que el hombre sea en lo perceptivo un animal esencial-

mente visual de modo que en los casos en que una lengua no cuenta con

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una nutrida clase de adjetivos estos regularmente se relacionan con la vista y suelen mayoritariamente aludir a nociones cuales forma tamantildeo ohellip co-

lor De hecho en las hablas conocidas como macrondashjecirc en el Amazonas

laquoHay 12 prefijos que se antildeaden a cuantificadores y adjetivos descriptivos de dimensioacuten consistencia y colorraquo (Rodrigues 1999 184) ya que estas

tres uacuteltimas cualidades son verdaderamente descriptivas son mdashdiriacuteasemdash verdaderamente calificativas o adjetivales Este baacutesico proceder linguumliacutestico

seriacutea tambieacuten detectable en el hablar infantil pues de modo general los

nintildeos acostumbrar a relacionar objetos concretos como cama juguete o mamaacute acciones fiacutesicas como correr jugar o comer y atributos bien per-

ceptibles como grande alto ohellip rojo como apunta BICKERTON (1994 151) Por otra parte el bipolar caraacutecter mdashsubstantivo adjetivomdash de tantos cro-

matoacutenimos en tantas lenguas no debe de haber dejado de constituir un expediente virtualmente muy coacutemodo para procurarse adjetivos de una u

otra forma

Del enorme potencial semaacutentico de los cromatoacutenimos tan propicio en lo metoniacutemico o asociacioacuten por contiguumlidad cuanto en lo metafoacuterico o asocia-

cioacuten por similitud algo se iraacute comentando maacutes tarde sobre todo en el apar-tado referente a sus empleos simboacutelicos

De que los teacuterminos de color sean mdashy por queacutemdash moacuteviles cuales piuma al vento sean colores de mal asiento caducos y tornadizos

Zambulleacutendonos ahora en la diacroniacutea digamos que otra de las caracteriacutesti-

cas leacutexicas maacutes conspicuas de los cromatoacutenimos ya anticipada seriacutea su caraacutecter mudabiliacutesimo de modo que los nombres de color estaacuten probable-

mente entre los elementos leacutexicos maacutes tornadizos de las lenguas por lo que son entidades linguumliacutesticas con por lo general temprana fecha de caduci-

dad Los cromatoacutenimos mdashes el hecho incontestablemdash son diacroacutenicamente

culos de mal asiento como dice SAFAREWICZ (1986 438) laquolos nombres de colores faacutecilmente se renuevanraquo Demasiado faacutecilmente Quienes nos dedi-

camos a la arqueoglotologiacutea o reconstruccioacuten de lenguas sabemos bien del escaso valor que por lo general tienen los cromatoacutenimos para establecer

relaciones linguumliacutesticas antiguas En la historia de la lengua espantildeola por

ejemplo puede reconocerse el paso del albo al blanco del pardo al castantildeo y ahora al marroacuten y las idas y venidas del bermejo colorado rojo rubiohellip Desde eacutepoca romana diriacutease apenas el negro (del latiacuten nigrundash) y el verde (del latiacuten uiridendash) han logrado mantener sus posiciones en el leacutexico patrio

Tal es una situacioacuten no excepcional en el aacutembito general de las lenguas

romaacutenicas cuya autonomiacutea linguumliacutestica general excede en poco el milenio y cuyo arsenal leacutexico baacutesico el latiacuten es ademaacutes faacutecilmente accesible Pues

bien es sorprendente la gran variabilidad que para el romance se da en tan poco tiempo y para una tradicioacuten cultural y literaria ademaacutes tan podero-

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sa en relacioacuten a la denominacioacuten de los colores Asiacute el latiacuten albus blancolsquo ha sido substituido por nuestro blanco franceacutes blanc italiano bianco por-

tugueacutes branco rumano alb o valenciano blanc nuestro azullsquo seraacute bleu en

franceacutes azzurro o blu en italiano azul en portugueacutes albastru en rumano blau en valenciano Pero incluso en algunos casos resulta que ha habido

tanta innovacioacuten o evoluciones tan raacutepidas que las formas apenas coinciden en las diversas lenguas asiacute el amarillolsquo es jaune en franceacutes giallo en italia-

no amarelo en portugueacutes galben en rumano o groc en valenciano pudien-

do las formas francesa italiana y rumana remontar en realidad a una mis-ma base etimoloacutegica (Buck 1988 1059 s yellow) Como en el caso del es-

pantildeol praacutecticamente soacutelo el negro y el verde se han mantenido relativa-mente estables y comunes a las lenguas romaacutenicas franceacutes noir y vert italiano nero y verde occitano negre y verd portugueacutes negro o preto y verde rumano negru y verde o valenciano negre y vert

Evolutiva variabilidadmdash Tal como se puede apreciar en esta ilustracioacuten de Ferran Corteacutes sobre los nombres latinos de color la mayoriacutea de ellos resulta desconocida para los hablantes romaacutenicos pues tales nombres fueron substituidos por otros en las respectivas lenguas Apenas soacutelo el negro y el verde se mantuvieron relativa-mente estables y comunes

Parecida situacioacuten encontramos en otras lenguas y otras eacutepocas histoacutericas

Asiacute el teacutermino para blancolsquo se presenta como diferente en muchas lenguas indoeuropeas Algunas tomaron la misma raiacutez que el lituano baacuteltas como

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las eslaacutevicas por ejemplo checo biacutelaacute antiguo eslaacutevico bělъen esloveno bela polaco biały ruso белый [serbo]croata bijelahellip La raiacutez del teacutermino latino para blancolsquo albus podriacutea haberse conservado en el nombre eslaacutevico

para cisne checo labud polaco łabędź ruso лeacuteбeдь El griego claacutesico por ejemplo usoacute una raiacutez significando como veremos simplemente claro ndash

luminosolsquo λεςκoacuteρ Por su parte las lenguas ceacutelticas se decantaron por un teacutermino significando originariamente visiblelsquo como el bretoacuten con gwenn o

el irlandeacutes con find El griego moderno ha seguido innovando y tomado una

copia ἄζππoρ del latiacuten asperundash aacutesperolsquo a partir parece ser del nombre de una moneda de plata pero de rudo o aacutespero tacto empleada por los bizanti-

nos (Buck 1988 1054 s white)

Para el negro el griego empleoacute un teacutermino significando previamente suciolsquo

μέλαρ (genitivo μελανoacuteρ Safarewicz 1986 438) pero tambieacuten el griego moderno ha seguido innovando realizando de nuevo una copia del latiacuten (de

Maurus moro ndash mauritanolsquo) μαῦπoρ Los cromatoacutenimos que procedentes

del latiacuten encontramos en el griego moderno son ya de por siacute iacutendice de la facilidad con la que como anticipaacutebamos los nombres de colores se copian

de una lengua a otra o incluso se toman de otra puesto que como es el caso de los asper o Maurus latinos a veces la forma copiada no funciona mdash

al menos regularmentemdash como nombre de color en la lengua de proceden-

cia El latiacuten por su parte empleoacute regularmente niger de pervivaz trayecto-ria como vimos y el grupo eslaacutevico optoacute por una raiacutez totalmente distinta

checo černaacute esloveno črna polaco czarny ruso чeumlрный [serbo]croata crnahellip

Para rojolsquo en cambio es bastante unaacutenime el testimonio indoeuropeo que remonta en muchas lenguas a una sola raiacutez raudndash galeacutes rhudd goacutetico

rauthorns rojolsquo griego ἐπςθπoacuteρ rojolsquo antiguo ingleacutes reacuteod rojolsquo irlandeacutes ruadh

rojolsquo antiguo islandeacutes raũdagrave rojolsquo [substantivo] rioacuteđr rojolsquo [adjetivo] y rođra sangrelsquo latiacuten rojolsquo rōbus ruber y rubrum (acusativo) con recepcioacuten

de los dialectalismos rūfus y rutilus ya que los resultados con f interior y con t no son los patrimoniales para la lengua latina lituano raudoacutenas ro-

jolsquo saacutenscrito rudhiraacuteḥ rojolsquo y rudhiraacutem sangrelsquo serbio rũd rojolsquo uacutembrico

rofu y rufru Habida cuenta de la frecuencia de un valor relacionado con cobrelsquo o con metal rojizolsquo en general en muchas lenguas indoeuropeas con

esa misma raiacutez raudndash mdashasiacute antiguo alto alemaacuten aruz[zi] minerallsquo antiguo eslaacutevico ruda mineral ndash metal ndash cobrelsquo antiguo indio lōhaacutendash metal rojo ndash

cobre ndash hierrolsquo ingleacutes ore minerallsquo antiguo islandeacutes rauđi metal rojizolsquo

latiacuten raudus o rōdus y rūdus con resolucioacuten del diptongo pieza de bronce sin elaborarlsquomdash resulta bien armada la propuesta tradicional de relacionar

aquella raiacutez indoeuropea raudndash con el sumerio urudu cobrelsquo (Gamkrelidze amp Ivanov 1995 616ndash617 y 773 Alinei 1996 269) o una forma afiacuten con ndash

aundash pues ademaacutes el fenoacutemeno es congruente con el mencionado frecuente

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origen foraacuteneo de los cromatoacutenimos o como tambieacuten vimos su tendencia a mudar y regenerarse y como veremos con un tipo de metoniacutemica motiva-

cioacuten muy habitual para los cromatoacutenimos

Praacutecticamente las mismas divergencias que encontraacutebamos entre las len-guas romaacutenicas para amarillolsquo las encontraremos tambieacuten para las lenguas

indoeuropeas y ya en general desde eacutepoca antigua Sin entrar por ahora en maacutes detalles digamos que la frecuente indiferenciacioacuten entre amarillolsquo y

verdelsquo o la tendencia a que el primer teacutermino se especialice para rubiolsquo mdash

es decir para el amarillolsquo de los cabellosmdash bien pueden estar entre las razones de esta general gran dispersioacuten del color amarillolsquo tonalidad para

la que en todo caso podemos intuir una antigua indoeuropea raiacutez gualndash o algo afiacuten

Fuera del aacutembito indoeuropeo podemos encontrar similares situaciones Asiacute por ejemplo los teacuterminos para blancolsquo y negrolsquo en las lenguas uraacutelicas

presentan un excepcional grado de divergencia y sin que por supuesto

falten teacuterminos de origen foraacuteneo (Abondolo 1998 37ndash38) No hay en definitiva razones para suponer que esa circunstancia de gran mutabilidad

de los cromatoacutenimos conocida ya en eacutepoca histoacuterica haya tenido que ser muy diferente en eacutepoca prohistoacuterica Ademaacutes el dinamismo innovador de

los cromatoacutenimos es tan real y manifiesto que resulta totalmente percepti-

ble en la vida diaria quizaacute en nuestra proacutexima visita a una tienda espe-cialmente si es una tienda de ropa o un concesionario el dependiente nos

sorprenda con un nuevo color o maacutes propiamente con una nueva denomi-nacioacuten y con probabilidad lo haga de una manera que nos resulte com-

prensible a queacute se refiera (arena butano ceniza champaacuten chicle hueso salmoacuten) Uacuteltimamente los fabricantes de vehiacuteculos estaacuten desde luego

demostrando una prodigiosa inventiva asociativa en la oferta de colores

para sus productos

De berenjenas calabacines naranjashellip o seguimos hablando de

colores y buscando moacuteviles por las principales viacuteas de la similitud y contiguumlidad

Meacuterito principaliacutesimo de Mario ALINEI ha sido el habernos hecho comprender

la importancia que la motivacioacuten de las palabras tiene en las lenguas humanas labor que ha ido desarrollando a lo largo de su obra y que maacutes

recientemente se ha visto condensada o culminada en su LlsquoOrigine delle Parole (2009 especialmente 57ndash90) donde retoma y sistematiza muchos

de los aspectos de este tema linguumliacutestico tan trascendental como ignorado

por los arbitrarios defensores de la arbitrariedad del signo linguumliacutestico sien-do asiacute que laquola motivacioacuten [hellip] es un componente obligatorio para generar palabrasraquo (Alinei 2009 60)

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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres

para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes

usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir

estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean

semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-

rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute

la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una

lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el

habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-

ble aquella polisemia supone un coste bien asumible

Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los

hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio

tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a

explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos

germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-

memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu

occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis

blohellip

En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen

en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-

cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o

en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a

formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-

mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se

colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en

espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-

tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua

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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores

en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como

enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre

de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina

foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso

ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo

Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que

regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo

que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-

temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere

ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo

acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente

derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute

castantildeo o canela

Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes

propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-

fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo

color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-

tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-

mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos

de lo concreto a lo abstracto

de lo fiacutesico a lo psiacutequico

de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande

de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y

de lo individual a lo conjunto

Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-

cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-

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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde

el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a

retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido

de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash

encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de

cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes

grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo

Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple

esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal

cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)

laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior

de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo

pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-

iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten

del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-

ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la

grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas

Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-

cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por

un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se

da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado

rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-

diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-

ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o

natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles

para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el

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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-

llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-

vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-

sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre

para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color

amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola

De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo

al pulmoacuten

Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del

color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en

el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente

su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de

color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los

cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los

hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten

Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-

clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan

colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de

mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con

pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de

estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado

Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro

caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-

mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo

a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como

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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)

Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-

yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y

por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas

Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-

cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el

vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-

tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten

pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten

el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa

kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma

raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)

Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo

dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica

tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-

secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para

el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito

germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-

dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras

formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-

cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo

de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten

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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-

torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado

en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-

gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)

La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza

parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-

mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el

magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten

humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-

namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta

Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos

El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir

una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los

nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-

da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta

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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden

varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-

tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)

Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no

suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica

travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el

origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de

la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por

ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la

Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en

Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente

nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color

alumbre alumbrelsquo =gt

alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt

melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo

Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-

te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para

dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable

sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten

para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los

varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-

ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color

Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de

colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de

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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-

mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San

Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica

de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736

San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San

Isidoro or 19175)

Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a

partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece

darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-

toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a

partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)

De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o

cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten

Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color

con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de

aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y

obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro

colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del

tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo

(uide Lucy 1997 324ndash326)

No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten

BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra

que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a

la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la

lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-

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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de

procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo

(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de

agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza

de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes

profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico

socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto

mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante

Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista

escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-

croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano

donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-

madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo

similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o

referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o

referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos

(Lucy 1997 335ndash336)

De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas

otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color

Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental

hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color

Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano

principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal

color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre

las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

SE CITARON LAS OBRAS DE

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Page 2: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

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un palacio reallsquomdash los cromatoacutenimos son casi tan precisos como los numera-les de modo que azul o blanco soacutelo pueden referirse a entidades tan singu-

lares como lo sean los azullsquo y blancolsquo en las correspondientes lenguas

mientras que a su vez habraacute distintos tipos de aacutelamos o pinos de barcas o yates de pisos o palacios

Estas caracteriacutesticas ademaacutes suelen acercar los cromatoacutenimos precisamente a los [otros] cirioacutenimos y en especial a los etnoacutenimos o nombres de etnias y

pueblos con los que comparten la referencia a algo que siendo virtualmen-

te plural tiene un claro y uacutenico referente Asiacute si una caracteriacutestica cirioniacute-mica de los etnoacutenimos es su tendencia a neutralizar las categoriacuteas de geacutene-

ro y tambieacuten de nuacutemero mdashdecir por ejemplo siux en vez de siuxa o siuxesmdash parecidamente entre los cromatoacutenimos encontraremos muchas

neutralizaciones de geacutenero y de nuacutemero mdashbien explicables en diacroniacutea como veremos por el original caraacutecter substantivo de muchos nombres de

coloresmdash y se diraacute azul y no azula rosa y no roso o bien burdeos y no

burdeo o burdeosos

Asimismo si los etnoacutenimos tienden a neutralizar la distincioacuten entre substan-

tivos y adjetivos y emplear el substantivo mdashcategoriacutea nominal maacutes propiamdash como adjetivo y decir por ejemplo celta o germano en lugar de ceacuteltico o

germaacutenico tambieacuten parecidamente entre los cromatoacutenimos encontraremos

a menudo la tendencia a emplear oro rosa o rojo en vez de dorado rosado o rojizo Fenoacutemeno que sin duda tambieacuten por su estrecha relacioacuten con la

etnonimia afecta asimismo a los glotoacutenimos o nombres de lenguas de modo que vasco seraacute empleado no soacutelo en lugar del adjetivo vascoacutenico o

auacuten vascongado sino tambieacuten en lugar del glotoacutenimo vascuence (del latiacuten uasconice) Por otra parte los glotoacutenimos pueden tener origen en diversas

categoriacuteas morfoloacutegicas mdashno soacutelo en substantivosmdash y en consecuencia

comportarse morfosintaacutecticamente tambieacuten de modo muy distinto

En todo caso aun si considerados como nombres comunes resultaraacute ense-

guida patente que los nombres de colores poseen otras caracteriacutesticas tan propias que les hacen dignos de un estudio tambieacuten propio y singularizado

Asiacute por ejemplo las aludidas neutralizaciones morfoloacutegicas se manifiestan

como un abuso como una usurpacioacuten por parte del substantivo de funcio-nes maacutes propias del adjetivo de modo que en este punto el cromatoacutenimo

se comporta como otro cirioacutenimo una de cuyas caracteriacutesticas es precisa-mente su renuencia a la adjetivizacioacuten al menos sin que en tal caso medie

normalmente una alteracioacuten importante de su semaacutentica siendo este hecho

aquiacute especialmente significativo porque estadiacutesticamente los en principio bipolares cromatoacutenimos mdashporque virtualmente tanto substantivos cuanto

adjetivosmdash se emplean sin embargo con mucha maacutes frecuencia en funcioacuten adjetival De hecho el concepto o quizaacute mejor percepto del color aparece

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seguacuten las lenguas categorizado tambieacuten como verbo como clasificador como substantivo como derivado adjetival como un afijo o como una

partiacutecula pues aunque como sentildeala LUCY (1997 337) laquotiende a ser trata-

do como adjetivo si la lengua dispone de tal categoriacutea ello no constituye de ninguna manera un hecho universalraquo

El tauya una lengua de Nueva Guinea dispone de seis teacuterminos para colo-res blanco negro rojo amarillo verde y azul dos de ellos los dos prime-

ros corresponden en realidad a dos verbos intransitivos apoundash estar blan-

colsquo y pusitimendash estar negro ndash estar marroacutenlsquo y los otros cuatro resultan ser formas derivadas con el sufijo ndashˀamu con ndash caracterizado porlsquo tiacutepicamente

adjetival pero de los calificativos provistos con tal sufijo soacutelo los cromatoacute-

nimos han quedado lo suficientemente lexicalizados como para poder fun-

cionar como substantivos (MacDonald 1990 106ndash107)

En fin tambieacuten el alto nivel de procedencia foraacutenea que como se veraacute

caracteriza a los cromatoacutenimos en muchas lenguas es un detalle linguumliacutestico que aproxima esta clase a los nombres propios En su momento notaremos

ademaacutes como caracteriacutestica asimismo maacutes propia de los cirioacutenimos las irregularidades que presentan los cromatoacutenimos en diversas vertientes de la

lengua Anticipemos ademaacutes otras caracteriacutesticas cirionimicoides mdashsi se nos

permite la palabrejamdash de los cromatoacutenimos como seriacutean su gran peculiari-dad fonomorfoleacutexica su relevancia leacutexicondashsemaacutentica o su evolucioacuten espe-

cialmente irregular rasgos que veremos despueacutes con maacutes detalle En resu-men hasta aquiacute tenemos en los nombres de colores como principales ca-

racteriacutesticas propias de los cirioacutenimos las siguientes

uniformidad del referente semaacutentico neutralizacioacuten de categoriacuteas morfoloacutegicas como geacutenero y nuacutemero

tendencia a comportarse como un substantivo abundancia de formas de origen foraacuteneo

mayor peculiaridad fonomorfoleacutexica relevancia leacutexicondashsemaacutentica y

evolucioacuten singular

Comencemos con la antepenuacuteltima caracteriacutestica

De cuaacuteles singularidades de toda iacutendole presentaren los teacuterminos

de color y de atenuativos reduplicados y otras linguumliacutesticas exquisi-teces

En efecto otra caracteriacutestica que aproxima el conjunto de los cromatoacutenimos

a los verdaderos nombres propios es su irregularidad o al menos su pecu-liaridad lo que se manifiesta seguacuten las lenguas en diversos fenoacutemenos

foacutenicos morfoloacutegicos como algunos que acabamos de ver y tambieacuten leacutexi-cos y ello de manera tan imbricada que a menudo seraacute difiacutecil discriminar

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los diversos planos

En el aspecto foacutenico o fonomorfoloacutegico notemos que por ejemplo en algu-

nos dialectos araacutebigos los adjetivos designando colores o defectos fiacutesicos

comparten ciertos patrones de estructura consonaacutentica (Campbell 1995 27 Kaye amp Rosenhouse 1997 284ndash285) En ciertas lenguas los nombres de los

colores presentan la peculiaridad de poseer alguna marca especiacutefica como la endash en los seis colores del sirionoacute una lengua tupiacute de Bolivia eshĩ blancolsquo

erondei negrolsquo eirẽĩ rojolsquo echo amarillolsquo y eruba verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 46) Asimismo la reduplicacioacuten leacutexica caracteriza la mayoriacutea de los nombres de color en la lengua australiana martundashguanka

(MartundashWangka) excepto el amarillo (karntawara) piilandashpiila blancolsquo ma-rundashmaru negro ndash azullsquo mijindashmiji rojolsquo yukurindashyukuri verdelsquo parnalyndashparnaly rojizo ndash ocre ndash marroacutenlsquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48) Tambieacuten en el fijiano de Boumaa algunos cromatoacutenimos presentan ameacuten

de una forma simple una forma reduplicada la cual se emplea cuando

hace de predicado en posicioacuten inicial o en una oracioacuten relativa y tambieacuten cuando adjetiva un nombre siempre que este no sea un animal o los teacutermi-

nos vatu piedralsquo y qele tierralsquo (Dixon 1988 231) Ahora bien soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash

marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo y no por ejemplo azullsquo violetalsquo grislsquo o rosalsquo

El caso es que por alguna razoacuten o razones diversas el fenoacutemeno de la reduplicacioacuten caracteriza los nombres de colores en un buen nuacutemero de

lenguas

En la vertiente morfoleacutexica mdashpues praacutecticamente el mismo efecto se mate-

rializa a veces en la morfologiacutea o a veces en el leacutexicomdash notemos la presen-cia otra vez de caracteriacutesticas propias para los teacuterminos que indican color

En el quisio (Kisi) hablado principalmente en Guinea la mayoriacutea de los

cromatoacutenimos se adscriben a la limitada y cerrada clase de adjetivos no derivados huacutembugrave blancolsquo tigraveŋigrave negro ndash azul marinolsquo sigraveagraveŋagrave rojolsquo pigraveigrave verdelsquo

y nduacuteugraveliacuteigrave marroacuten claro ndash amarillolsquo (Childs 1995 126ndash127) Ya tambieacuten TROMBETTI (1962 65) llamoacute en su diacutea la atencioacuten sobre el hecho de que en

turco y en mongol se forma una especie de superlativo para los adjetivos

que indican color mediante la reduplicacioacuten de la primera siacutelaba del teacutermino seguida esta de ndashpndash tipo turco kapndashkara negriacutesimolsquo Tambieacuten en taacutertaro y

basquir algunos cromaacutetonimos presentan formas reduplicadas de sentido intensivo como taacutertaro apndashaq blancondash[como la]ndashnievelsquo o yemndashyěšel verdiacute-

simolsquo y ademaacutes pueden tambieacuten tomar sufijos detensivos formando asiacute el

equivalente a nuestros rojizolsquo para el rojo o azuladolsquo para el azul (Aacuterpaacuted 1998 286)

De hecho cabriacutea quizaacute hablar del detensivo o atenuativo como una hipoca-tegoriacutea morfoloacutegica especialmente caracteriacutestica de los cromatoacutenimos ya

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que en estos la presencia de marcas con valor atenuativo que alcanzan suficiente regularidad morfoloacutegica es un fenoacutemeno frecuente Asiacute en el

hablar bereber de Figuig en Marruecos encontramos junto a andashmellal blancolsquo camlal blancuzco ndash blanquecinolsquo junto a andashdal verdelsquo cadal ver-duzco ndash verduscolsquo junto a andashwṛaɣ amarillolsquo cawṛaɣ amarillentolsquo y junto a

andash ekkwaɣ rojolsquo lazwaɣ rojizolsquo (Kossmann 1997 120) Noacutetese el tambieacuten atenuante sufijo ndashish de los angloparlantes asiacute en blackish bluish brow-nish greenish greyish pinkish purplish reddish yellowish o whitish para

respectivamente los negro azul marroacuten verde gris rosa rojo amarillo y blanco El sufijo franceacutes ndashacirctre vendriacutea a tener la misma funcioacuten en esta

lengua blanchacirctre blancuzcolsquo jaunacirctre amarillentolsquo rougeacirctre rojizolsquo verdacirctre verduzcolsquohellip El sufijo franceacutes procede de uno latino empleado tam-

bieacuten para estos fines albaster blanquecinolsquo nigraster negruzcolsquohellip si bien en competencia con el sufijo sub [de]bajo ndash sondashlsquo subniger negruzcolsquo su-buiridis verduzcolsquohellip Tambieacuten en lituano podemos reconocer un sufijo ndashvandash con valor atenuativo dul svas grisaacuteceolsquo gel svas amarillentolsquo žal svas ver-dosolsquohellip Asimismo en el pipil en El Salvador tenemos por ejemplo chichiːlndashnah rojizolsquo o tultikndashnah amarillentolsquo formados con el morfema ndashnah frente a los adjetivos baacutesicos o neutros formados con ndashk tras vocal o ndashtindashk tras

consonante chiːlndashtik rojolsquo istandashk blancolsquo tiːlndashtik negrolsquo tuːlndashtik amarillolsquo

xuxuwindashk verdelsquo (Campbell 1985 61ndash62 y 611) El quechua ecuatoriano contariacutea tanto con una marca ndashnijuc o ndashnicuj de atenuativo o relativizante

asiacute pucanicuj rojizolsquo cuanto con una marca ndashclla ndashjlla o ndashnlla de precisioacuten o pureza como en yanaclla [bien] negrolsquo (Catta 1994 49ndash50 y 87)

En el campo del leacutexico recordemos previamente el caso mdashfrecuente y ya bien descrito por la Tipologiacutea linguumliacutesticamdash de la inexistencia de adjetivos en

muchas lenguas y de la escasez de adjetivos en muchas otras Sin embar-

go la importancia o relevancia leacutexicondashsemaacutentica mdashotro aspecto que como se anticipoacute aproxima los cromatoacutenimos a la esfera de la cirionimiamdash del

nombre de color se veriacutea tambieacuten en el hecho de que en aquellos reperto-rios reducidos de adjetivos precisamente no suelen faltar los adjetivos de

color y ademaacutes suelen presentarse a veces como una subclase compacta

Asiacute en el quilivila (Kilivila) hablado en las islas Trobiand pertenecientes a PapuacuteandashNueva Guinea hay tres clases de adjetivos los que se usan sin

partiacuteculas clasificatorias los que se usan con partiacuteculas clasificatorias y los que pueden usarse con o sin partiacuteculas clasificatorias pues bien a esta

uacuteltima especial subclase mdashaparte de peʾula fuerte ndash durolsquomdash perteneceriacutean

los adjetivos pupwakau blancolsquo bwabwau negrolsquo bweyani rojolsquo y digade-gila amarillolsquo (Senft 1986 85)

Probablemente este tipo de hechos tenga que ver en uacuteltima instancia con la circunstancia de que el hombre sea en lo perceptivo un animal esencial-

mente visual de modo que en los casos en que una lengua no cuenta con

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una nutrida clase de adjetivos estos regularmente se relacionan con la vista y suelen mayoritariamente aludir a nociones cuales forma tamantildeo ohellip co-

lor De hecho en las hablas conocidas como macrondashjecirc en el Amazonas

laquoHay 12 prefijos que se antildeaden a cuantificadores y adjetivos descriptivos de dimensioacuten consistencia y colorraquo (Rodrigues 1999 184) ya que estas

tres uacuteltimas cualidades son verdaderamente descriptivas son mdashdiriacuteasemdash verdaderamente calificativas o adjetivales Este baacutesico proceder linguumliacutestico

seriacutea tambieacuten detectable en el hablar infantil pues de modo general los

nintildeos acostumbrar a relacionar objetos concretos como cama juguete o mamaacute acciones fiacutesicas como correr jugar o comer y atributos bien per-

ceptibles como grande alto ohellip rojo como apunta BICKERTON (1994 151) Por otra parte el bipolar caraacutecter mdashsubstantivo adjetivomdash de tantos cro-

matoacutenimos en tantas lenguas no debe de haber dejado de constituir un expediente virtualmente muy coacutemodo para procurarse adjetivos de una u

otra forma

Del enorme potencial semaacutentico de los cromatoacutenimos tan propicio en lo metoniacutemico o asociacioacuten por contiguumlidad cuanto en lo metafoacuterico o asocia-

cioacuten por similitud algo se iraacute comentando maacutes tarde sobre todo en el apar-tado referente a sus empleos simboacutelicos

De que los teacuterminos de color sean mdashy por queacutemdash moacuteviles cuales piuma al vento sean colores de mal asiento caducos y tornadizos

Zambulleacutendonos ahora en la diacroniacutea digamos que otra de las caracteriacutesti-

cas leacutexicas maacutes conspicuas de los cromatoacutenimos ya anticipada seriacutea su caraacutecter mudabiliacutesimo de modo que los nombres de color estaacuten probable-

mente entre los elementos leacutexicos maacutes tornadizos de las lenguas por lo que son entidades linguumliacutesticas con por lo general temprana fecha de caduci-

dad Los cromatoacutenimos mdashes el hecho incontestablemdash son diacroacutenicamente

culos de mal asiento como dice SAFAREWICZ (1986 438) laquolos nombres de colores faacutecilmente se renuevanraquo Demasiado faacutecilmente Quienes nos dedi-

camos a la arqueoglotologiacutea o reconstruccioacuten de lenguas sabemos bien del escaso valor que por lo general tienen los cromatoacutenimos para establecer

relaciones linguumliacutesticas antiguas En la historia de la lengua espantildeola por

ejemplo puede reconocerse el paso del albo al blanco del pardo al castantildeo y ahora al marroacuten y las idas y venidas del bermejo colorado rojo rubiohellip Desde eacutepoca romana diriacutease apenas el negro (del latiacuten nigrundash) y el verde (del latiacuten uiridendash) han logrado mantener sus posiciones en el leacutexico patrio

Tal es una situacioacuten no excepcional en el aacutembito general de las lenguas

romaacutenicas cuya autonomiacutea linguumliacutestica general excede en poco el milenio y cuyo arsenal leacutexico baacutesico el latiacuten es ademaacutes faacutecilmente accesible Pues

bien es sorprendente la gran variabilidad que para el romance se da en tan poco tiempo y para una tradicioacuten cultural y literaria ademaacutes tan podero-

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sa en relacioacuten a la denominacioacuten de los colores Asiacute el latiacuten albus blancolsquo ha sido substituido por nuestro blanco franceacutes blanc italiano bianco por-

tugueacutes branco rumano alb o valenciano blanc nuestro azullsquo seraacute bleu en

franceacutes azzurro o blu en italiano azul en portugueacutes albastru en rumano blau en valenciano Pero incluso en algunos casos resulta que ha habido

tanta innovacioacuten o evoluciones tan raacutepidas que las formas apenas coinciden en las diversas lenguas asiacute el amarillolsquo es jaune en franceacutes giallo en italia-

no amarelo en portugueacutes galben en rumano o groc en valenciano pudien-

do las formas francesa italiana y rumana remontar en realidad a una mis-ma base etimoloacutegica (Buck 1988 1059 s yellow) Como en el caso del es-

pantildeol praacutecticamente soacutelo el negro y el verde se han mantenido relativa-mente estables y comunes a las lenguas romaacutenicas franceacutes noir y vert italiano nero y verde occitano negre y verd portugueacutes negro o preto y verde rumano negru y verde o valenciano negre y vert

Evolutiva variabilidadmdash Tal como se puede apreciar en esta ilustracioacuten de Ferran Corteacutes sobre los nombres latinos de color la mayoriacutea de ellos resulta desconocida para los hablantes romaacutenicos pues tales nombres fueron substituidos por otros en las respectivas lenguas Apenas soacutelo el negro y el verde se mantuvieron relativa-mente estables y comunes

Parecida situacioacuten encontramos en otras lenguas y otras eacutepocas histoacutericas

Asiacute el teacutermino para blancolsquo se presenta como diferente en muchas lenguas indoeuropeas Algunas tomaron la misma raiacutez que el lituano baacuteltas como

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las eslaacutevicas por ejemplo checo biacutelaacute antiguo eslaacutevico bělъen esloveno bela polaco biały ruso белый [serbo]croata bijelahellip La raiacutez del teacutermino latino para blancolsquo albus podriacutea haberse conservado en el nombre eslaacutevico

para cisne checo labud polaco łabędź ruso лeacuteбeдь El griego claacutesico por ejemplo usoacute una raiacutez significando como veremos simplemente claro ndash

luminosolsquo λεςκoacuteρ Por su parte las lenguas ceacutelticas se decantaron por un teacutermino significando originariamente visiblelsquo como el bretoacuten con gwenn o

el irlandeacutes con find El griego moderno ha seguido innovando y tomado una

copia ἄζππoρ del latiacuten asperundash aacutesperolsquo a partir parece ser del nombre de una moneda de plata pero de rudo o aacutespero tacto empleada por los bizanti-

nos (Buck 1988 1054 s white)

Para el negro el griego empleoacute un teacutermino significando previamente suciolsquo

μέλαρ (genitivo μελανoacuteρ Safarewicz 1986 438) pero tambieacuten el griego moderno ha seguido innovando realizando de nuevo una copia del latiacuten (de

Maurus moro ndash mauritanolsquo) μαῦπoρ Los cromatoacutenimos que procedentes

del latiacuten encontramos en el griego moderno son ya de por siacute iacutendice de la facilidad con la que como anticipaacutebamos los nombres de colores se copian

de una lengua a otra o incluso se toman de otra puesto que como es el caso de los asper o Maurus latinos a veces la forma copiada no funciona mdash

al menos regularmentemdash como nombre de color en la lengua de proceden-

cia El latiacuten por su parte empleoacute regularmente niger de pervivaz trayecto-ria como vimos y el grupo eslaacutevico optoacute por una raiacutez totalmente distinta

checo černaacute esloveno črna polaco czarny ruso чeumlрный [serbo]croata crnahellip

Para rojolsquo en cambio es bastante unaacutenime el testimonio indoeuropeo que remonta en muchas lenguas a una sola raiacutez raudndash galeacutes rhudd goacutetico

rauthorns rojolsquo griego ἐπςθπoacuteρ rojolsquo antiguo ingleacutes reacuteod rojolsquo irlandeacutes ruadh

rojolsquo antiguo islandeacutes raũdagrave rojolsquo [substantivo] rioacuteđr rojolsquo [adjetivo] y rođra sangrelsquo latiacuten rojolsquo rōbus ruber y rubrum (acusativo) con recepcioacuten

de los dialectalismos rūfus y rutilus ya que los resultados con f interior y con t no son los patrimoniales para la lengua latina lituano raudoacutenas ro-

jolsquo saacutenscrito rudhiraacuteḥ rojolsquo y rudhiraacutem sangrelsquo serbio rũd rojolsquo uacutembrico

rofu y rufru Habida cuenta de la frecuencia de un valor relacionado con cobrelsquo o con metal rojizolsquo en general en muchas lenguas indoeuropeas con

esa misma raiacutez raudndash mdashasiacute antiguo alto alemaacuten aruz[zi] minerallsquo antiguo eslaacutevico ruda mineral ndash metal ndash cobrelsquo antiguo indio lōhaacutendash metal rojo ndash

cobre ndash hierrolsquo ingleacutes ore minerallsquo antiguo islandeacutes rauđi metal rojizolsquo

latiacuten raudus o rōdus y rūdus con resolucioacuten del diptongo pieza de bronce sin elaborarlsquomdash resulta bien armada la propuesta tradicional de relacionar

aquella raiacutez indoeuropea raudndash con el sumerio urudu cobrelsquo (Gamkrelidze amp Ivanov 1995 616ndash617 y 773 Alinei 1996 269) o una forma afiacuten con ndash

aundash pues ademaacutes el fenoacutemeno es congruente con el mencionado frecuente

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origen foraacuteneo de los cromatoacutenimos o como tambieacuten vimos su tendencia a mudar y regenerarse y como veremos con un tipo de metoniacutemica motiva-

cioacuten muy habitual para los cromatoacutenimos

Praacutecticamente las mismas divergencias que encontraacutebamos entre las len-guas romaacutenicas para amarillolsquo las encontraremos tambieacuten para las lenguas

indoeuropeas y ya en general desde eacutepoca antigua Sin entrar por ahora en maacutes detalles digamos que la frecuente indiferenciacioacuten entre amarillolsquo y

verdelsquo o la tendencia a que el primer teacutermino se especialice para rubiolsquo mdash

es decir para el amarillolsquo de los cabellosmdash bien pueden estar entre las razones de esta general gran dispersioacuten del color amarillolsquo tonalidad para

la que en todo caso podemos intuir una antigua indoeuropea raiacutez gualndash o algo afiacuten

Fuera del aacutembito indoeuropeo podemos encontrar similares situaciones Asiacute por ejemplo los teacuterminos para blancolsquo y negrolsquo en las lenguas uraacutelicas

presentan un excepcional grado de divergencia y sin que por supuesto

falten teacuterminos de origen foraacuteneo (Abondolo 1998 37ndash38) No hay en definitiva razones para suponer que esa circunstancia de gran mutabilidad

de los cromatoacutenimos conocida ya en eacutepoca histoacuterica haya tenido que ser muy diferente en eacutepoca prohistoacuterica Ademaacutes el dinamismo innovador de

los cromatoacutenimos es tan real y manifiesto que resulta totalmente percepti-

ble en la vida diaria quizaacute en nuestra proacutexima visita a una tienda espe-cialmente si es una tienda de ropa o un concesionario el dependiente nos

sorprenda con un nuevo color o maacutes propiamente con una nueva denomi-nacioacuten y con probabilidad lo haga de una manera que nos resulte com-

prensible a queacute se refiera (arena butano ceniza champaacuten chicle hueso salmoacuten) Uacuteltimamente los fabricantes de vehiacuteculos estaacuten desde luego

demostrando una prodigiosa inventiva asociativa en la oferta de colores

para sus productos

De berenjenas calabacines naranjashellip o seguimos hablando de

colores y buscando moacuteviles por las principales viacuteas de la similitud y contiguumlidad

Meacuterito principaliacutesimo de Mario ALINEI ha sido el habernos hecho comprender

la importancia que la motivacioacuten de las palabras tiene en las lenguas humanas labor que ha ido desarrollando a lo largo de su obra y que maacutes

recientemente se ha visto condensada o culminada en su LlsquoOrigine delle Parole (2009 especialmente 57ndash90) donde retoma y sistematiza muchos

de los aspectos de este tema linguumliacutestico tan trascendental como ignorado

por los arbitrarios defensores de la arbitrariedad del signo linguumliacutestico sien-do asiacute que laquola motivacioacuten [hellip] es un componente obligatorio para generar palabrasraquo (Alinei 2009 60)

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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres

para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes

usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir

estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean

semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-

rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute

la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una

lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el

habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-

ble aquella polisemia supone un coste bien asumible

Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los

hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio

tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a

explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos

germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-

memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu

occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis

blohellip

En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen

en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-

cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o

en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a

formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-

mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se

colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en

espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-

tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua

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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores

en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como

enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre

de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina

foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso

ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo

Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que

regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo

que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-

temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere

ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo

acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente

derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute

castantildeo o canela

Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes

propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-

fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo

color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-

tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-

mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos

de lo concreto a lo abstracto

de lo fiacutesico a lo psiacutequico

de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande

de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y

de lo individual a lo conjunto

Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-

cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-

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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde

el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a

retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido

de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash

encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de

cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes

grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo

Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple

esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal

cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)

laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior

de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo

pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-

iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten

del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-

ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la

grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas

Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-

cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por

un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se

da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado

rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-

diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-

ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o

natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles

para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el

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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-

llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-

vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-

sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre

para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color

amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola

De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo

al pulmoacuten

Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del

color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en

el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente

su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de

color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los

cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los

hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten

Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-

clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan

colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de

mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con

pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de

estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado

Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro

caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-

mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo

a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como

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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)

Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-

yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y

por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas

Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-

cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el

vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-

tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten

pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten

el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa

kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma

raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)

Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo

dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica

tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-

secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para

el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito

germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-

dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras

formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-

cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo

de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten

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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-

torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado

en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-

gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)

La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza

parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-

mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el

magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten

humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-

namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta

Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos

El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir

una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los

nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-

da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta

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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden

varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-

tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)

Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no

suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica

travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el

origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de

la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por

ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la

Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en

Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente

nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color

alumbre alumbrelsquo =gt

alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt

melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo

Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-

te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para

dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable

sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten

para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los

varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-

ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color

Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de

colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de

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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-

mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San

Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica

de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736

San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San

Isidoro or 19175)

Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a

partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece

darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-

toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a

partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)

De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o

cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten

Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color

con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de

aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y

obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro

colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del

tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo

(uide Lucy 1997 324ndash326)

No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten

BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra

que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a

la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la

lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-

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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de

procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo

(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de

agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza

de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes

profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico

socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto

mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante

Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista

escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-

croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano

donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-

madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo

similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o

referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o

referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos

(Lucy 1997 335ndash336)

De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas

otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color

Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental

hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color

Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano

principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal

color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre

las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

SE CITARON LAS OBRAS DE

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Page 3: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

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seguacuten las lenguas categorizado tambieacuten como verbo como clasificador como substantivo como derivado adjetival como un afijo o como una

partiacutecula pues aunque como sentildeala LUCY (1997 337) laquotiende a ser trata-

do como adjetivo si la lengua dispone de tal categoriacutea ello no constituye de ninguna manera un hecho universalraquo

El tauya una lengua de Nueva Guinea dispone de seis teacuterminos para colo-res blanco negro rojo amarillo verde y azul dos de ellos los dos prime-

ros corresponden en realidad a dos verbos intransitivos apoundash estar blan-

colsquo y pusitimendash estar negro ndash estar marroacutenlsquo y los otros cuatro resultan ser formas derivadas con el sufijo ndashˀamu con ndash caracterizado porlsquo tiacutepicamente

adjetival pero de los calificativos provistos con tal sufijo soacutelo los cromatoacute-

nimos han quedado lo suficientemente lexicalizados como para poder fun-

cionar como substantivos (MacDonald 1990 106ndash107)

En fin tambieacuten el alto nivel de procedencia foraacutenea que como se veraacute

caracteriza a los cromatoacutenimos en muchas lenguas es un detalle linguumliacutestico que aproxima esta clase a los nombres propios En su momento notaremos

ademaacutes como caracteriacutestica asimismo maacutes propia de los cirioacutenimos las irregularidades que presentan los cromatoacutenimos en diversas vertientes de la

lengua Anticipemos ademaacutes otras caracteriacutesticas cirionimicoides mdashsi se nos

permite la palabrejamdash de los cromatoacutenimos como seriacutean su gran peculiari-dad fonomorfoleacutexica su relevancia leacutexicondashsemaacutentica o su evolucioacuten espe-

cialmente irregular rasgos que veremos despueacutes con maacutes detalle En resu-men hasta aquiacute tenemos en los nombres de colores como principales ca-

racteriacutesticas propias de los cirioacutenimos las siguientes

uniformidad del referente semaacutentico neutralizacioacuten de categoriacuteas morfoloacutegicas como geacutenero y nuacutemero

tendencia a comportarse como un substantivo abundancia de formas de origen foraacuteneo

mayor peculiaridad fonomorfoleacutexica relevancia leacutexicondashsemaacutentica y

evolucioacuten singular

Comencemos con la antepenuacuteltima caracteriacutestica

De cuaacuteles singularidades de toda iacutendole presentaren los teacuterminos

de color y de atenuativos reduplicados y otras linguumliacutesticas exquisi-teces

En efecto otra caracteriacutestica que aproxima el conjunto de los cromatoacutenimos

a los verdaderos nombres propios es su irregularidad o al menos su pecu-liaridad lo que se manifiesta seguacuten las lenguas en diversos fenoacutemenos

foacutenicos morfoloacutegicos como algunos que acabamos de ver y tambieacuten leacutexi-cos y ello de manera tan imbricada que a menudo seraacute difiacutecil discriminar

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los diversos planos

En el aspecto foacutenico o fonomorfoloacutegico notemos que por ejemplo en algu-

nos dialectos araacutebigos los adjetivos designando colores o defectos fiacutesicos

comparten ciertos patrones de estructura consonaacutentica (Campbell 1995 27 Kaye amp Rosenhouse 1997 284ndash285) En ciertas lenguas los nombres de los

colores presentan la peculiaridad de poseer alguna marca especiacutefica como la endash en los seis colores del sirionoacute una lengua tupiacute de Bolivia eshĩ blancolsquo

erondei negrolsquo eirẽĩ rojolsquo echo amarillolsquo y eruba verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 46) Asimismo la reduplicacioacuten leacutexica caracteriza la mayoriacutea de los nombres de color en la lengua australiana martundashguanka

(MartundashWangka) excepto el amarillo (karntawara) piilandashpiila blancolsquo ma-rundashmaru negro ndash azullsquo mijindashmiji rojolsquo yukurindashyukuri verdelsquo parnalyndashparnaly rojizo ndash ocre ndash marroacutenlsquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48) Tambieacuten en el fijiano de Boumaa algunos cromatoacutenimos presentan ameacuten

de una forma simple una forma reduplicada la cual se emplea cuando

hace de predicado en posicioacuten inicial o en una oracioacuten relativa y tambieacuten cuando adjetiva un nombre siempre que este no sea un animal o los teacutermi-

nos vatu piedralsquo y qele tierralsquo (Dixon 1988 231) Ahora bien soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash

marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo y no por ejemplo azullsquo violetalsquo grislsquo o rosalsquo

El caso es que por alguna razoacuten o razones diversas el fenoacutemeno de la reduplicacioacuten caracteriza los nombres de colores en un buen nuacutemero de

lenguas

En la vertiente morfoleacutexica mdashpues praacutecticamente el mismo efecto se mate-

rializa a veces en la morfologiacutea o a veces en el leacutexicomdash notemos la presen-cia otra vez de caracteriacutesticas propias para los teacuterminos que indican color

En el quisio (Kisi) hablado principalmente en Guinea la mayoriacutea de los

cromatoacutenimos se adscriben a la limitada y cerrada clase de adjetivos no derivados huacutembugrave blancolsquo tigraveŋigrave negro ndash azul marinolsquo sigraveagraveŋagrave rojolsquo pigraveigrave verdelsquo

y nduacuteugraveliacuteigrave marroacuten claro ndash amarillolsquo (Childs 1995 126ndash127) Ya tambieacuten TROMBETTI (1962 65) llamoacute en su diacutea la atencioacuten sobre el hecho de que en

turco y en mongol se forma una especie de superlativo para los adjetivos

que indican color mediante la reduplicacioacuten de la primera siacutelaba del teacutermino seguida esta de ndashpndash tipo turco kapndashkara negriacutesimolsquo Tambieacuten en taacutertaro y

basquir algunos cromaacutetonimos presentan formas reduplicadas de sentido intensivo como taacutertaro apndashaq blancondash[como la]ndashnievelsquo o yemndashyěšel verdiacute-

simolsquo y ademaacutes pueden tambieacuten tomar sufijos detensivos formando asiacute el

equivalente a nuestros rojizolsquo para el rojo o azuladolsquo para el azul (Aacuterpaacuted 1998 286)

De hecho cabriacutea quizaacute hablar del detensivo o atenuativo como una hipoca-tegoriacutea morfoloacutegica especialmente caracteriacutestica de los cromatoacutenimos ya

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que en estos la presencia de marcas con valor atenuativo que alcanzan suficiente regularidad morfoloacutegica es un fenoacutemeno frecuente Asiacute en el

hablar bereber de Figuig en Marruecos encontramos junto a andashmellal blancolsquo camlal blancuzco ndash blanquecinolsquo junto a andashdal verdelsquo cadal ver-duzco ndash verduscolsquo junto a andashwṛaɣ amarillolsquo cawṛaɣ amarillentolsquo y junto a

andash ekkwaɣ rojolsquo lazwaɣ rojizolsquo (Kossmann 1997 120) Noacutetese el tambieacuten atenuante sufijo ndashish de los angloparlantes asiacute en blackish bluish brow-nish greenish greyish pinkish purplish reddish yellowish o whitish para

respectivamente los negro azul marroacuten verde gris rosa rojo amarillo y blanco El sufijo franceacutes ndashacirctre vendriacutea a tener la misma funcioacuten en esta

lengua blanchacirctre blancuzcolsquo jaunacirctre amarillentolsquo rougeacirctre rojizolsquo verdacirctre verduzcolsquohellip El sufijo franceacutes procede de uno latino empleado tam-

bieacuten para estos fines albaster blanquecinolsquo nigraster negruzcolsquohellip si bien en competencia con el sufijo sub [de]bajo ndash sondashlsquo subniger negruzcolsquo su-buiridis verduzcolsquohellip Tambieacuten en lituano podemos reconocer un sufijo ndashvandash con valor atenuativo dul svas grisaacuteceolsquo gel svas amarillentolsquo žal svas ver-dosolsquohellip Asimismo en el pipil en El Salvador tenemos por ejemplo chichiːlndashnah rojizolsquo o tultikndashnah amarillentolsquo formados con el morfema ndashnah frente a los adjetivos baacutesicos o neutros formados con ndashk tras vocal o ndashtindashk tras

consonante chiːlndashtik rojolsquo istandashk blancolsquo tiːlndashtik negrolsquo tuːlndashtik amarillolsquo

xuxuwindashk verdelsquo (Campbell 1985 61ndash62 y 611) El quechua ecuatoriano contariacutea tanto con una marca ndashnijuc o ndashnicuj de atenuativo o relativizante

asiacute pucanicuj rojizolsquo cuanto con una marca ndashclla ndashjlla o ndashnlla de precisioacuten o pureza como en yanaclla [bien] negrolsquo (Catta 1994 49ndash50 y 87)

En el campo del leacutexico recordemos previamente el caso mdashfrecuente y ya bien descrito por la Tipologiacutea linguumliacutesticamdash de la inexistencia de adjetivos en

muchas lenguas y de la escasez de adjetivos en muchas otras Sin embar-

go la importancia o relevancia leacutexicondashsemaacutentica mdashotro aspecto que como se anticipoacute aproxima los cromatoacutenimos a la esfera de la cirionimiamdash del

nombre de color se veriacutea tambieacuten en el hecho de que en aquellos reperto-rios reducidos de adjetivos precisamente no suelen faltar los adjetivos de

color y ademaacutes suelen presentarse a veces como una subclase compacta

Asiacute en el quilivila (Kilivila) hablado en las islas Trobiand pertenecientes a PapuacuteandashNueva Guinea hay tres clases de adjetivos los que se usan sin

partiacuteculas clasificatorias los que se usan con partiacuteculas clasificatorias y los que pueden usarse con o sin partiacuteculas clasificatorias pues bien a esta

uacuteltima especial subclase mdashaparte de peʾula fuerte ndash durolsquomdash perteneceriacutean

los adjetivos pupwakau blancolsquo bwabwau negrolsquo bweyani rojolsquo y digade-gila amarillolsquo (Senft 1986 85)

Probablemente este tipo de hechos tenga que ver en uacuteltima instancia con la circunstancia de que el hombre sea en lo perceptivo un animal esencial-

mente visual de modo que en los casos en que una lengua no cuenta con

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una nutrida clase de adjetivos estos regularmente se relacionan con la vista y suelen mayoritariamente aludir a nociones cuales forma tamantildeo ohellip co-

lor De hecho en las hablas conocidas como macrondashjecirc en el Amazonas

laquoHay 12 prefijos que se antildeaden a cuantificadores y adjetivos descriptivos de dimensioacuten consistencia y colorraquo (Rodrigues 1999 184) ya que estas

tres uacuteltimas cualidades son verdaderamente descriptivas son mdashdiriacuteasemdash verdaderamente calificativas o adjetivales Este baacutesico proceder linguumliacutestico

seriacutea tambieacuten detectable en el hablar infantil pues de modo general los

nintildeos acostumbrar a relacionar objetos concretos como cama juguete o mamaacute acciones fiacutesicas como correr jugar o comer y atributos bien per-

ceptibles como grande alto ohellip rojo como apunta BICKERTON (1994 151) Por otra parte el bipolar caraacutecter mdashsubstantivo adjetivomdash de tantos cro-

matoacutenimos en tantas lenguas no debe de haber dejado de constituir un expediente virtualmente muy coacutemodo para procurarse adjetivos de una u

otra forma

Del enorme potencial semaacutentico de los cromatoacutenimos tan propicio en lo metoniacutemico o asociacioacuten por contiguumlidad cuanto en lo metafoacuterico o asocia-

cioacuten por similitud algo se iraacute comentando maacutes tarde sobre todo en el apar-tado referente a sus empleos simboacutelicos

De que los teacuterminos de color sean mdashy por queacutemdash moacuteviles cuales piuma al vento sean colores de mal asiento caducos y tornadizos

Zambulleacutendonos ahora en la diacroniacutea digamos que otra de las caracteriacutesti-

cas leacutexicas maacutes conspicuas de los cromatoacutenimos ya anticipada seriacutea su caraacutecter mudabiliacutesimo de modo que los nombres de color estaacuten probable-

mente entre los elementos leacutexicos maacutes tornadizos de las lenguas por lo que son entidades linguumliacutesticas con por lo general temprana fecha de caduci-

dad Los cromatoacutenimos mdashes el hecho incontestablemdash son diacroacutenicamente

culos de mal asiento como dice SAFAREWICZ (1986 438) laquolos nombres de colores faacutecilmente se renuevanraquo Demasiado faacutecilmente Quienes nos dedi-

camos a la arqueoglotologiacutea o reconstruccioacuten de lenguas sabemos bien del escaso valor que por lo general tienen los cromatoacutenimos para establecer

relaciones linguumliacutesticas antiguas En la historia de la lengua espantildeola por

ejemplo puede reconocerse el paso del albo al blanco del pardo al castantildeo y ahora al marroacuten y las idas y venidas del bermejo colorado rojo rubiohellip Desde eacutepoca romana diriacutease apenas el negro (del latiacuten nigrundash) y el verde (del latiacuten uiridendash) han logrado mantener sus posiciones en el leacutexico patrio

Tal es una situacioacuten no excepcional en el aacutembito general de las lenguas

romaacutenicas cuya autonomiacutea linguumliacutestica general excede en poco el milenio y cuyo arsenal leacutexico baacutesico el latiacuten es ademaacutes faacutecilmente accesible Pues

bien es sorprendente la gran variabilidad que para el romance se da en tan poco tiempo y para una tradicioacuten cultural y literaria ademaacutes tan podero-

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sa en relacioacuten a la denominacioacuten de los colores Asiacute el latiacuten albus blancolsquo ha sido substituido por nuestro blanco franceacutes blanc italiano bianco por-

tugueacutes branco rumano alb o valenciano blanc nuestro azullsquo seraacute bleu en

franceacutes azzurro o blu en italiano azul en portugueacutes albastru en rumano blau en valenciano Pero incluso en algunos casos resulta que ha habido

tanta innovacioacuten o evoluciones tan raacutepidas que las formas apenas coinciden en las diversas lenguas asiacute el amarillolsquo es jaune en franceacutes giallo en italia-

no amarelo en portugueacutes galben en rumano o groc en valenciano pudien-

do las formas francesa italiana y rumana remontar en realidad a una mis-ma base etimoloacutegica (Buck 1988 1059 s yellow) Como en el caso del es-

pantildeol praacutecticamente soacutelo el negro y el verde se han mantenido relativa-mente estables y comunes a las lenguas romaacutenicas franceacutes noir y vert italiano nero y verde occitano negre y verd portugueacutes negro o preto y verde rumano negru y verde o valenciano negre y vert

Evolutiva variabilidadmdash Tal como se puede apreciar en esta ilustracioacuten de Ferran Corteacutes sobre los nombres latinos de color la mayoriacutea de ellos resulta desconocida para los hablantes romaacutenicos pues tales nombres fueron substituidos por otros en las respectivas lenguas Apenas soacutelo el negro y el verde se mantuvieron relativa-mente estables y comunes

Parecida situacioacuten encontramos en otras lenguas y otras eacutepocas histoacutericas

Asiacute el teacutermino para blancolsquo se presenta como diferente en muchas lenguas indoeuropeas Algunas tomaron la misma raiacutez que el lituano baacuteltas como

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las eslaacutevicas por ejemplo checo biacutelaacute antiguo eslaacutevico bělъen esloveno bela polaco biały ruso белый [serbo]croata bijelahellip La raiacutez del teacutermino latino para blancolsquo albus podriacutea haberse conservado en el nombre eslaacutevico

para cisne checo labud polaco łabędź ruso лeacuteбeдь El griego claacutesico por ejemplo usoacute una raiacutez significando como veremos simplemente claro ndash

luminosolsquo λεςκoacuteρ Por su parte las lenguas ceacutelticas se decantaron por un teacutermino significando originariamente visiblelsquo como el bretoacuten con gwenn o

el irlandeacutes con find El griego moderno ha seguido innovando y tomado una

copia ἄζππoρ del latiacuten asperundash aacutesperolsquo a partir parece ser del nombre de una moneda de plata pero de rudo o aacutespero tacto empleada por los bizanti-

nos (Buck 1988 1054 s white)

Para el negro el griego empleoacute un teacutermino significando previamente suciolsquo

μέλαρ (genitivo μελανoacuteρ Safarewicz 1986 438) pero tambieacuten el griego moderno ha seguido innovando realizando de nuevo una copia del latiacuten (de

Maurus moro ndash mauritanolsquo) μαῦπoρ Los cromatoacutenimos que procedentes

del latiacuten encontramos en el griego moderno son ya de por siacute iacutendice de la facilidad con la que como anticipaacutebamos los nombres de colores se copian

de una lengua a otra o incluso se toman de otra puesto que como es el caso de los asper o Maurus latinos a veces la forma copiada no funciona mdash

al menos regularmentemdash como nombre de color en la lengua de proceden-

cia El latiacuten por su parte empleoacute regularmente niger de pervivaz trayecto-ria como vimos y el grupo eslaacutevico optoacute por una raiacutez totalmente distinta

checo černaacute esloveno črna polaco czarny ruso чeumlрный [serbo]croata crnahellip

Para rojolsquo en cambio es bastante unaacutenime el testimonio indoeuropeo que remonta en muchas lenguas a una sola raiacutez raudndash galeacutes rhudd goacutetico

rauthorns rojolsquo griego ἐπςθπoacuteρ rojolsquo antiguo ingleacutes reacuteod rojolsquo irlandeacutes ruadh

rojolsquo antiguo islandeacutes raũdagrave rojolsquo [substantivo] rioacuteđr rojolsquo [adjetivo] y rođra sangrelsquo latiacuten rojolsquo rōbus ruber y rubrum (acusativo) con recepcioacuten

de los dialectalismos rūfus y rutilus ya que los resultados con f interior y con t no son los patrimoniales para la lengua latina lituano raudoacutenas ro-

jolsquo saacutenscrito rudhiraacuteḥ rojolsquo y rudhiraacutem sangrelsquo serbio rũd rojolsquo uacutembrico

rofu y rufru Habida cuenta de la frecuencia de un valor relacionado con cobrelsquo o con metal rojizolsquo en general en muchas lenguas indoeuropeas con

esa misma raiacutez raudndash mdashasiacute antiguo alto alemaacuten aruz[zi] minerallsquo antiguo eslaacutevico ruda mineral ndash metal ndash cobrelsquo antiguo indio lōhaacutendash metal rojo ndash

cobre ndash hierrolsquo ingleacutes ore minerallsquo antiguo islandeacutes rauđi metal rojizolsquo

latiacuten raudus o rōdus y rūdus con resolucioacuten del diptongo pieza de bronce sin elaborarlsquomdash resulta bien armada la propuesta tradicional de relacionar

aquella raiacutez indoeuropea raudndash con el sumerio urudu cobrelsquo (Gamkrelidze amp Ivanov 1995 616ndash617 y 773 Alinei 1996 269) o una forma afiacuten con ndash

aundash pues ademaacutes el fenoacutemeno es congruente con el mencionado frecuente

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origen foraacuteneo de los cromatoacutenimos o como tambieacuten vimos su tendencia a mudar y regenerarse y como veremos con un tipo de metoniacutemica motiva-

cioacuten muy habitual para los cromatoacutenimos

Praacutecticamente las mismas divergencias que encontraacutebamos entre las len-guas romaacutenicas para amarillolsquo las encontraremos tambieacuten para las lenguas

indoeuropeas y ya en general desde eacutepoca antigua Sin entrar por ahora en maacutes detalles digamos que la frecuente indiferenciacioacuten entre amarillolsquo y

verdelsquo o la tendencia a que el primer teacutermino se especialice para rubiolsquo mdash

es decir para el amarillolsquo de los cabellosmdash bien pueden estar entre las razones de esta general gran dispersioacuten del color amarillolsquo tonalidad para

la que en todo caso podemos intuir una antigua indoeuropea raiacutez gualndash o algo afiacuten

Fuera del aacutembito indoeuropeo podemos encontrar similares situaciones Asiacute por ejemplo los teacuterminos para blancolsquo y negrolsquo en las lenguas uraacutelicas

presentan un excepcional grado de divergencia y sin que por supuesto

falten teacuterminos de origen foraacuteneo (Abondolo 1998 37ndash38) No hay en definitiva razones para suponer que esa circunstancia de gran mutabilidad

de los cromatoacutenimos conocida ya en eacutepoca histoacuterica haya tenido que ser muy diferente en eacutepoca prohistoacuterica Ademaacutes el dinamismo innovador de

los cromatoacutenimos es tan real y manifiesto que resulta totalmente percepti-

ble en la vida diaria quizaacute en nuestra proacutexima visita a una tienda espe-cialmente si es una tienda de ropa o un concesionario el dependiente nos

sorprenda con un nuevo color o maacutes propiamente con una nueva denomi-nacioacuten y con probabilidad lo haga de una manera que nos resulte com-

prensible a queacute se refiera (arena butano ceniza champaacuten chicle hueso salmoacuten) Uacuteltimamente los fabricantes de vehiacuteculos estaacuten desde luego

demostrando una prodigiosa inventiva asociativa en la oferta de colores

para sus productos

De berenjenas calabacines naranjashellip o seguimos hablando de

colores y buscando moacuteviles por las principales viacuteas de la similitud y contiguumlidad

Meacuterito principaliacutesimo de Mario ALINEI ha sido el habernos hecho comprender

la importancia que la motivacioacuten de las palabras tiene en las lenguas humanas labor que ha ido desarrollando a lo largo de su obra y que maacutes

recientemente se ha visto condensada o culminada en su LlsquoOrigine delle Parole (2009 especialmente 57ndash90) donde retoma y sistematiza muchos

de los aspectos de este tema linguumliacutestico tan trascendental como ignorado

por los arbitrarios defensores de la arbitrariedad del signo linguumliacutestico sien-do asiacute que laquola motivacioacuten [hellip] es un componente obligatorio para generar palabrasraquo (Alinei 2009 60)

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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres

para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes

usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir

estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean

semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-

rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute

la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una

lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el

habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-

ble aquella polisemia supone un coste bien asumible

Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los

hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio

tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a

explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos

germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-

memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu

occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis

blohellip

En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen

en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-

cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o

en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a

formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-

mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se

colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en

espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-

tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua

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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores

en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como

enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre

de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina

foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso

ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo

Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que

regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo

que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-

temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere

ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo

acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente

derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute

castantildeo o canela

Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes

propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-

fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo

color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-

tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-

mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos

de lo concreto a lo abstracto

de lo fiacutesico a lo psiacutequico

de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande

de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y

de lo individual a lo conjunto

Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-

cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-

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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde

el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a

retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido

de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash

encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de

cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes

grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo

Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple

esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal

cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)

laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior

de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo

pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-

iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten

del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-

ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la

grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas

Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-

cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por

un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se

da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado

rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-

diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-

ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o

natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles

para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el

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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-

llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-

vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-

sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre

para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color

amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola

De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo

al pulmoacuten

Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del

color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en

el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente

su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de

color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los

cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los

hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten

Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-

clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan

colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de

mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con

pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de

estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado

Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro

caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-

mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo

a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como

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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)

Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-

yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y

por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas

Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-

cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el

vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-

tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten

pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten

el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa

kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma

raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)

Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo

dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica

tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-

secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para

el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito

germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-

dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras

formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-

cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo

de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten

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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-

torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado

en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-

gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)

La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza

parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-

mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el

magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten

humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-

namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta

Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos

El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir

una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los

nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-

da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta

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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden

varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-

tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)

Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no

suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica

travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el

origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de

la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por

ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la

Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en

Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente

nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color

alumbre alumbrelsquo =gt

alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt

melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo

Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-

te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para

dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable

sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten

para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los

varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-

ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color

Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de

colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de

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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-

mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San

Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica

de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736

San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San

Isidoro or 19175)

Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a

partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece

darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-

toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a

partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)

De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o

cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten

Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color

con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de

aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y

obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro

colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del

tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo

(uide Lucy 1997 324ndash326)

No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten

BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra

que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a

la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la

lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-

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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de

procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo

(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de

agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza

de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes

profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico

socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto

mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante

Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista

escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-

croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano

donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-

madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo

similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o

referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o

referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos

(Lucy 1997 335ndash336)

De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas

otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color

Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental

hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color

Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano

principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal

color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre

las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

SE CITARON LAS OBRAS DE

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Page 4: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

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los diversos planos

En el aspecto foacutenico o fonomorfoloacutegico notemos que por ejemplo en algu-

nos dialectos araacutebigos los adjetivos designando colores o defectos fiacutesicos

comparten ciertos patrones de estructura consonaacutentica (Campbell 1995 27 Kaye amp Rosenhouse 1997 284ndash285) En ciertas lenguas los nombres de los

colores presentan la peculiaridad de poseer alguna marca especiacutefica como la endash en los seis colores del sirionoacute una lengua tupiacute de Bolivia eshĩ blancolsquo

erondei negrolsquo eirẽĩ rojolsquo echo amarillolsquo y eruba verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 46) Asimismo la reduplicacioacuten leacutexica caracteriza la mayoriacutea de los nombres de color en la lengua australiana martundashguanka

(MartundashWangka) excepto el amarillo (karntawara) piilandashpiila blancolsquo ma-rundashmaru negro ndash azullsquo mijindashmiji rojolsquo yukurindashyukuri verdelsquo parnalyndashparnaly rojizo ndash ocre ndash marroacutenlsquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48) Tambieacuten en el fijiano de Boumaa algunos cromatoacutenimos presentan ameacuten

de una forma simple una forma reduplicada la cual se emplea cuando

hace de predicado en posicioacuten inicial o en una oracioacuten relativa y tambieacuten cuando adjetiva un nombre siempre que este no sea un animal o los teacutermi-

nos vatu piedralsquo y qele tierralsquo (Dixon 1988 231) Ahora bien soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash

marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo y no por ejemplo azullsquo violetalsquo grislsquo o rosalsquo

El caso es que por alguna razoacuten o razones diversas el fenoacutemeno de la reduplicacioacuten caracteriza los nombres de colores en un buen nuacutemero de

lenguas

En la vertiente morfoleacutexica mdashpues praacutecticamente el mismo efecto se mate-

rializa a veces en la morfologiacutea o a veces en el leacutexicomdash notemos la presen-cia otra vez de caracteriacutesticas propias para los teacuterminos que indican color

En el quisio (Kisi) hablado principalmente en Guinea la mayoriacutea de los

cromatoacutenimos se adscriben a la limitada y cerrada clase de adjetivos no derivados huacutembugrave blancolsquo tigraveŋigrave negro ndash azul marinolsquo sigraveagraveŋagrave rojolsquo pigraveigrave verdelsquo

y nduacuteugraveliacuteigrave marroacuten claro ndash amarillolsquo (Childs 1995 126ndash127) Ya tambieacuten TROMBETTI (1962 65) llamoacute en su diacutea la atencioacuten sobre el hecho de que en

turco y en mongol se forma una especie de superlativo para los adjetivos

que indican color mediante la reduplicacioacuten de la primera siacutelaba del teacutermino seguida esta de ndashpndash tipo turco kapndashkara negriacutesimolsquo Tambieacuten en taacutertaro y

basquir algunos cromaacutetonimos presentan formas reduplicadas de sentido intensivo como taacutertaro apndashaq blancondash[como la]ndashnievelsquo o yemndashyěšel verdiacute-

simolsquo y ademaacutes pueden tambieacuten tomar sufijos detensivos formando asiacute el

equivalente a nuestros rojizolsquo para el rojo o azuladolsquo para el azul (Aacuterpaacuted 1998 286)

De hecho cabriacutea quizaacute hablar del detensivo o atenuativo como una hipoca-tegoriacutea morfoloacutegica especialmente caracteriacutestica de los cromatoacutenimos ya

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que en estos la presencia de marcas con valor atenuativo que alcanzan suficiente regularidad morfoloacutegica es un fenoacutemeno frecuente Asiacute en el

hablar bereber de Figuig en Marruecos encontramos junto a andashmellal blancolsquo camlal blancuzco ndash blanquecinolsquo junto a andashdal verdelsquo cadal ver-duzco ndash verduscolsquo junto a andashwṛaɣ amarillolsquo cawṛaɣ amarillentolsquo y junto a

andash ekkwaɣ rojolsquo lazwaɣ rojizolsquo (Kossmann 1997 120) Noacutetese el tambieacuten atenuante sufijo ndashish de los angloparlantes asiacute en blackish bluish brow-nish greenish greyish pinkish purplish reddish yellowish o whitish para

respectivamente los negro azul marroacuten verde gris rosa rojo amarillo y blanco El sufijo franceacutes ndashacirctre vendriacutea a tener la misma funcioacuten en esta

lengua blanchacirctre blancuzcolsquo jaunacirctre amarillentolsquo rougeacirctre rojizolsquo verdacirctre verduzcolsquohellip El sufijo franceacutes procede de uno latino empleado tam-

bieacuten para estos fines albaster blanquecinolsquo nigraster negruzcolsquohellip si bien en competencia con el sufijo sub [de]bajo ndash sondashlsquo subniger negruzcolsquo su-buiridis verduzcolsquohellip Tambieacuten en lituano podemos reconocer un sufijo ndashvandash con valor atenuativo dul svas grisaacuteceolsquo gel svas amarillentolsquo žal svas ver-dosolsquohellip Asimismo en el pipil en El Salvador tenemos por ejemplo chichiːlndashnah rojizolsquo o tultikndashnah amarillentolsquo formados con el morfema ndashnah frente a los adjetivos baacutesicos o neutros formados con ndashk tras vocal o ndashtindashk tras

consonante chiːlndashtik rojolsquo istandashk blancolsquo tiːlndashtik negrolsquo tuːlndashtik amarillolsquo

xuxuwindashk verdelsquo (Campbell 1985 61ndash62 y 611) El quechua ecuatoriano contariacutea tanto con una marca ndashnijuc o ndashnicuj de atenuativo o relativizante

asiacute pucanicuj rojizolsquo cuanto con una marca ndashclla ndashjlla o ndashnlla de precisioacuten o pureza como en yanaclla [bien] negrolsquo (Catta 1994 49ndash50 y 87)

En el campo del leacutexico recordemos previamente el caso mdashfrecuente y ya bien descrito por la Tipologiacutea linguumliacutesticamdash de la inexistencia de adjetivos en

muchas lenguas y de la escasez de adjetivos en muchas otras Sin embar-

go la importancia o relevancia leacutexicondashsemaacutentica mdashotro aspecto que como se anticipoacute aproxima los cromatoacutenimos a la esfera de la cirionimiamdash del

nombre de color se veriacutea tambieacuten en el hecho de que en aquellos reperto-rios reducidos de adjetivos precisamente no suelen faltar los adjetivos de

color y ademaacutes suelen presentarse a veces como una subclase compacta

Asiacute en el quilivila (Kilivila) hablado en las islas Trobiand pertenecientes a PapuacuteandashNueva Guinea hay tres clases de adjetivos los que se usan sin

partiacuteculas clasificatorias los que se usan con partiacuteculas clasificatorias y los que pueden usarse con o sin partiacuteculas clasificatorias pues bien a esta

uacuteltima especial subclase mdashaparte de peʾula fuerte ndash durolsquomdash perteneceriacutean

los adjetivos pupwakau blancolsquo bwabwau negrolsquo bweyani rojolsquo y digade-gila amarillolsquo (Senft 1986 85)

Probablemente este tipo de hechos tenga que ver en uacuteltima instancia con la circunstancia de que el hombre sea en lo perceptivo un animal esencial-

mente visual de modo que en los casos en que una lengua no cuenta con

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una nutrida clase de adjetivos estos regularmente se relacionan con la vista y suelen mayoritariamente aludir a nociones cuales forma tamantildeo ohellip co-

lor De hecho en las hablas conocidas como macrondashjecirc en el Amazonas

laquoHay 12 prefijos que se antildeaden a cuantificadores y adjetivos descriptivos de dimensioacuten consistencia y colorraquo (Rodrigues 1999 184) ya que estas

tres uacuteltimas cualidades son verdaderamente descriptivas son mdashdiriacuteasemdash verdaderamente calificativas o adjetivales Este baacutesico proceder linguumliacutestico

seriacutea tambieacuten detectable en el hablar infantil pues de modo general los

nintildeos acostumbrar a relacionar objetos concretos como cama juguete o mamaacute acciones fiacutesicas como correr jugar o comer y atributos bien per-

ceptibles como grande alto ohellip rojo como apunta BICKERTON (1994 151) Por otra parte el bipolar caraacutecter mdashsubstantivo adjetivomdash de tantos cro-

matoacutenimos en tantas lenguas no debe de haber dejado de constituir un expediente virtualmente muy coacutemodo para procurarse adjetivos de una u

otra forma

Del enorme potencial semaacutentico de los cromatoacutenimos tan propicio en lo metoniacutemico o asociacioacuten por contiguumlidad cuanto en lo metafoacuterico o asocia-

cioacuten por similitud algo se iraacute comentando maacutes tarde sobre todo en el apar-tado referente a sus empleos simboacutelicos

De que los teacuterminos de color sean mdashy por queacutemdash moacuteviles cuales piuma al vento sean colores de mal asiento caducos y tornadizos

Zambulleacutendonos ahora en la diacroniacutea digamos que otra de las caracteriacutesti-

cas leacutexicas maacutes conspicuas de los cromatoacutenimos ya anticipada seriacutea su caraacutecter mudabiliacutesimo de modo que los nombres de color estaacuten probable-

mente entre los elementos leacutexicos maacutes tornadizos de las lenguas por lo que son entidades linguumliacutesticas con por lo general temprana fecha de caduci-

dad Los cromatoacutenimos mdashes el hecho incontestablemdash son diacroacutenicamente

culos de mal asiento como dice SAFAREWICZ (1986 438) laquolos nombres de colores faacutecilmente se renuevanraquo Demasiado faacutecilmente Quienes nos dedi-

camos a la arqueoglotologiacutea o reconstruccioacuten de lenguas sabemos bien del escaso valor que por lo general tienen los cromatoacutenimos para establecer

relaciones linguumliacutesticas antiguas En la historia de la lengua espantildeola por

ejemplo puede reconocerse el paso del albo al blanco del pardo al castantildeo y ahora al marroacuten y las idas y venidas del bermejo colorado rojo rubiohellip Desde eacutepoca romana diriacutease apenas el negro (del latiacuten nigrundash) y el verde (del latiacuten uiridendash) han logrado mantener sus posiciones en el leacutexico patrio

Tal es una situacioacuten no excepcional en el aacutembito general de las lenguas

romaacutenicas cuya autonomiacutea linguumliacutestica general excede en poco el milenio y cuyo arsenal leacutexico baacutesico el latiacuten es ademaacutes faacutecilmente accesible Pues

bien es sorprendente la gran variabilidad que para el romance se da en tan poco tiempo y para una tradicioacuten cultural y literaria ademaacutes tan podero-

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sa en relacioacuten a la denominacioacuten de los colores Asiacute el latiacuten albus blancolsquo ha sido substituido por nuestro blanco franceacutes blanc italiano bianco por-

tugueacutes branco rumano alb o valenciano blanc nuestro azullsquo seraacute bleu en

franceacutes azzurro o blu en italiano azul en portugueacutes albastru en rumano blau en valenciano Pero incluso en algunos casos resulta que ha habido

tanta innovacioacuten o evoluciones tan raacutepidas que las formas apenas coinciden en las diversas lenguas asiacute el amarillolsquo es jaune en franceacutes giallo en italia-

no amarelo en portugueacutes galben en rumano o groc en valenciano pudien-

do las formas francesa italiana y rumana remontar en realidad a una mis-ma base etimoloacutegica (Buck 1988 1059 s yellow) Como en el caso del es-

pantildeol praacutecticamente soacutelo el negro y el verde se han mantenido relativa-mente estables y comunes a las lenguas romaacutenicas franceacutes noir y vert italiano nero y verde occitano negre y verd portugueacutes negro o preto y verde rumano negru y verde o valenciano negre y vert

Evolutiva variabilidadmdash Tal como se puede apreciar en esta ilustracioacuten de Ferran Corteacutes sobre los nombres latinos de color la mayoriacutea de ellos resulta desconocida para los hablantes romaacutenicos pues tales nombres fueron substituidos por otros en las respectivas lenguas Apenas soacutelo el negro y el verde se mantuvieron relativa-mente estables y comunes

Parecida situacioacuten encontramos en otras lenguas y otras eacutepocas histoacutericas

Asiacute el teacutermino para blancolsquo se presenta como diferente en muchas lenguas indoeuropeas Algunas tomaron la misma raiacutez que el lituano baacuteltas como

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las eslaacutevicas por ejemplo checo biacutelaacute antiguo eslaacutevico bělъen esloveno bela polaco biały ruso белый [serbo]croata bijelahellip La raiacutez del teacutermino latino para blancolsquo albus podriacutea haberse conservado en el nombre eslaacutevico

para cisne checo labud polaco łabędź ruso лeacuteбeдь El griego claacutesico por ejemplo usoacute una raiacutez significando como veremos simplemente claro ndash

luminosolsquo λεςκoacuteρ Por su parte las lenguas ceacutelticas se decantaron por un teacutermino significando originariamente visiblelsquo como el bretoacuten con gwenn o

el irlandeacutes con find El griego moderno ha seguido innovando y tomado una

copia ἄζππoρ del latiacuten asperundash aacutesperolsquo a partir parece ser del nombre de una moneda de plata pero de rudo o aacutespero tacto empleada por los bizanti-

nos (Buck 1988 1054 s white)

Para el negro el griego empleoacute un teacutermino significando previamente suciolsquo

μέλαρ (genitivo μελανoacuteρ Safarewicz 1986 438) pero tambieacuten el griego moderno ha seguido innovando realizando de nuevo una copia del latiacuten (de

Maurus moro ndash mauritanolsquo) μαῦπoρ Los cromatoacutenimos que procedentes

del latiacuten encontramos en el griego moderno son ya de por siacute iacutendice de la facilidad con la que como anticipaacutebamos los nombres de colores se copian

de una lengua a otra o incluso se toman de otra puesto que como es el caso de los asper o Maurus latinos a veces la forma copiada no funciona mdash

al menos regularmentemdash como nombre de color en la lengua de proceden-

cia El latiacuten por su parte empleoacute regularmente niger de pervivaz trayecto-ria como vimos y el grupo eslaacutevico optoacute por una raiacutez totalmente distinta

checo černaacute esloveno črna polaco czarny ruso чeumlрный [serbo]croata crnahellip

Para rojolsquo en cambio es bastante unaacutenime el testimonio indoeuropeo que remonta en muchas lenguas a una sola raiacutez raudndash galeacutes rhudd goacutetico

rauthorns rojolsquo griego ἐπςθπoacuteρ rojolsquo antiguo ingleacutes reacuteod rojolsquo irlandeacutes ruadh

rojolsquo antiguo islandeacutes raũdagrave rojolsquo [substantivo] rioacuteđr rojolsquo [adjetivo] y rođra sangrelsquo latiacuten rojolsquo rōbus ruber y rubrum (acusativo) con recepcioacuten

de los dialectalismos rūfus y rutilus ya que los resultados con f interior y con t no son los patrimoniales para la lengua latina lituano raudoacutenas ro-

jolsquo saacutenscrito rudhiraacuteḥ rojolsquo y rudhiraacutem sangrelsquo serbio rũd rojolsquo uacutembrico

rofu y rufru Habida cuenta de la frecuencia de un valor relacionado con cobrelsquo o con metal rojizolsquo en general en muchas lenguas indoeuropeas con

esa misma raiacutez raudndash mdashasiacute antiguo alto alemaacuten aruz[zi] minerallsquo antiguo eslaacutevico ruda mineral ndash metal ndash cobrelsquo antiguo indio lōhaacutendash metal rojo ndash

cobre ndash hierrolsquo ingleacutes ore minerallsquo antiguo islandeacutes rauđi metal rojizolsquo

latiacuten raudus o rōdus y rūdus con resolucioacuten del diptongo pieza de bronce sin elaborarlsquomdash resulta bien armada la propuesta tradicional de relacionar

aquella raiacutez indoeuropea raudndash con el sumerio urudu cobrelsquo (Gamkrelidze amp Ivanov 1995 616ndash617 y 773 Alinei 1996 269) o una forma afiacuten con ndash

aundash pues ademaacutes el fenoacutemeno es congruente con el mencionado frecuente

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origen foraacuteneo de los cromatoacutenimos o como tambieacuten vimos su tendencia a mudar y regenerarse y como veremos con un tipo de metoniacutemica motiva-

cioacuten muy habitual para los cromatoacutenimos

Praacutecticamente las mismas divergencias que encontraacutebamos entre las len-guas romaacutenicas para amarillolsquo las encontraremos tambieacuten para las lenguas

indoeuropeas y ya en general desde eacutepoca antigua Sin entrar por ahora en maacutes detalles digamos que la frecuente indiferenciacioacuten entre amarillolsquo y

verdelsquo o la tendencia a que el primer teacutermino se especialice para rubiolsquo mdash

es decir para el amarillolsquo de los cabellosmdash bien pueden estar entre las razones de esta general gran dispersioacuten del color amarillolsquo tonalidad para

la que en todo caso podemos intuir una antigua indoeuropea raiacutez gualndash o algo afiacuten

Fuera del aacutembito indoeuropeo podemos encontrar similares situaciones Asiacute por ejemplo los teacuterminos para blancolsquo y negrolsquo en las lenguas uraacutelicas

presentan un excepcional grado de divergencia y sin que por supuesto

falten teacuterminos de origen foraacuteneo (Abondolo 1998 37ndash38) No hay en definitiva razones para suponer que esa circunstancia de gran mutabilidad

de los cromatoacutenimos conocida ya en eacutepoca histoacuterica haya tenido que ser muy diferente en eacutepoca prohistoacuterica Ademaacutes el dinamismo innovador de

los cromatoacutenimos es tan real y manifiesto que resulta totalmente percepti-

ble en la vida diaria quizaacute en nuestra proacutexima visita a una tienda espe-cialmente si es una tienda de ropa o un concesionario el dependiente nos

sorprenda con un nuevo color o maacutes propiamente con una nueva denomi-nacioacuten y con probabilidad lo haga de una manera que nos resulte com-

prensible a queacute se refiera (arena butano ceniza champaacuten chicle hueso salmoacuten) Uacuteltimamente los fabricantes de vehiacuteculos estaacuten desde luego

demostrando una prodigiosa inventiva asociativa en la oferta de colores

para sus productos

De berenjenas calabacines naranjashellip o seguimos hablando de

colores y buscando moacuteviles por las principales viacuteas de la similitud y contiguumlidad

Meacuterito principaliacutesimo de Mario ALINEI ha sido el habernos hecho comprender

la importancia que la motivacioacuten de las palabras tiene en las lenguas humanas labor que ha ido desarrollando a lo largo de su obra y que maacutes

recientemente se ha visto condensada o culminada en su LlsquoOrigine delle Parole (2009 especialmente 57ndash90) donde retoma y sistematiza muchos

de los aspectos de este tema linguumliacutestico tan trascendental como ignorado

por los arbitrarios defensores de la arbitrariedad del signo linguumliacutestico sien-do asiacute que laquola motivacioacuten [hellip] es un componente obligatorio para generar palabrasraquo (Alinei 2009 60)

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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres

para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes

usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir

estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean

semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-

rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute

la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una

lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el

habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-

ble aquella polisemia supone un coste bien asumible

Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los

hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio

tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a

explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos

germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-

memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu

occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis

blohellip

En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen

en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-

cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o

en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a

formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-

mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se

colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en

espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-

tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua

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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores

en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como

enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre

de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina

foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso

ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo

Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que

regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo

que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-

temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere

ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo

acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente

derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute

castantildeo o canela

Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes

propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-

fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo

color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-

tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-

mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos

de lo concreto a lo abstracto

de lo fiacutesico a lo psiacutequico

de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande

de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y

de lo individual a lo conjunto

Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-

cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-

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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde

el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a

retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido

de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash

encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de

cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes

grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo

Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple

esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal

cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)

laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior

de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo

pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-

iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten

del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-

ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la

grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas

Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-

cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por

un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se

da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado

rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-

diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-

ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o

natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles

para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el

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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-

llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-

vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-

sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre

para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color

amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola

De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo

al pulmoacuten

Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del

color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en

el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente

su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de

color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los

cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los

hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten

Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-

clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan

colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de

mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con

pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de

estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado

Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro

caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-

mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo

a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como

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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)

Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-

yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y

por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas

Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-

cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el

vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-

tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten

pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten

el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa

kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma

raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)

Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo

dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica

tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-

secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para

el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito

germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-

dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras

formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-

cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo

de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten

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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-

torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado

en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-

gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)

La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza

parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-

mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el

magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten

humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-

namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta

Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos

El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir

una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los

nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-

da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta

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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden

varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-

tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)

Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no

suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica

travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el

origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de

la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por

ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la

Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en

Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente

nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color

alumbre alumbrelsquo =gt

alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt

melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo

Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-

te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para

dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable

sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten

para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los

varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-

ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color

Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de

colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de

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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-

mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San

Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica

de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736

San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San

Isidoro or 19175)

Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a

partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece

darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-

toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a

partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)

De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o

cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten

Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color

con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de

aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y

obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro

colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del

tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo

(uide Lucy 1997 324ndash326)

No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten

BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra

que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a

la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la

lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-

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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de

procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo

(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de

agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza

de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes

profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico

socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto

mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante

Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista

escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-

croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano

donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-

madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo

similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o

referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o

referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos

(Lucy 1997 335ndash336)

De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas

otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color

Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental

hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color

Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano

principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal

color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre

las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

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Page 5: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

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que en estos la presencia de marcas con valor atenuativo que alcanzan suficiente regularidad morfoloacutegica es un fenoacutemeno frecuente Asiacute en el

hablar bereber de Figuig en Marruecos encontramos junto a andashmellal blancolsquo camlal blancuzco ndash blanquecinolsquo junto a andashdal verdelsquo cadal ver-duzco ndash verduscolsquo junto a andashwṛaɣ amarillolsquo cawṛaɣ amarillentolsquo y junto a

andash ekkwaɣ rojolsquo lazwaɣ rojizolsquo (Kossmann 1997 120) Noacutetese el tambieacuten atenuante sufijo ndashish de los angloparlantes asiacute en blackish bluish brow-nish greenish greyish pinkish purplish reddish yellowish o whitish para

respectivamente los negro azul marroacuten verde gris rosa rojo amarillo y blanco El sufijo franceacutes ndashacirctre vendriacutea a tener la misma funcioacuten en esta

lengua blanchacirctre blancuzcolsquo jaunacirctre amarillentolsquo rougeacirctre rojizolsquo verdacirctre verduzcolsquohellip El sufijo franceacutes procede de uno latino empleado tam-

bieacuten para estos fines albaster blanquecinolsquo nigraster negruzcolsquohellip si bien en competencia con el sufijo sub [de]bajo ndash sondashlsquo subniger negruzcolsquo su-buiridis verduzcolsquohellip Tambieacuten en lituano podemos reconocer un sufijo ndashvandash con valor atenuativo dul svas grisaacuteceolsquo gel svas amarillentolsquo žal svas ver-dosolsquohellip Asimismo en el pipil en El Salvador tenemos por ejemplo chichiːlndashnah rojizolsquo o tultikndashnah amarillentolsquo formados con el morfema ndashnah frente a los adjetivos baacutesicos o neutros formados con ndashk tras vocal o ndashtindashk tras

consonante chiːlndashtik rojolsquo istandashk blancolsquo tiːlndashtik negrolsquo tuːlndashtik amarillolsquo

xuxuwindashk verdelsquo (Campbell 1985 61ndash62 y 611) El quechua ecuatoriano contariacutea tanto con una marca ndashnijuc o ndashnicuj de atenuativo o relativizante

asiacute pucanicuj rojizolsquo cuanto con una marca ndashclla ndashjlla o ndashnlla de precisioacuten o pureza como en yanaclla [bien] negrolsquo (Catta 1994 49ndash50 y 87)

En el campo del leacutexico recordemos previamente el caso mdashfrecuente y ya bien descrito por la Tipologiacutea linguumliacutesticamdash de la inexistencia de adjetivos en

muchas lenguas y de la escasez de adjetivos en muchas otras Sin embar-

go la importancia o relevancia leacutexicondashsemaacutentica mdashotro aspecto que como se anticipoacute aproxima los cromatoacutenimos a la esfera de la cirionimiamdash del

nombre de color se veriacutea tambieacuten en el hecho de que en aquellos reperto-rios reducidos de adjetivos precisamente no suelen faltar los adjetivos de

color y ademaacutes suelen presentarse a veces como una subclase compacta

Asiacute en el quilivila (Kilivila) hablado en las islas Trobiand pertenecientes a PapuacuteandashNueva Guinea hay tres clases de adjetivos los que se usan sin

partiacuteculas clasificatorias los que se usan con partiacuteculas clasificatorias y los que pueden usarse con o sin partiacuteculas clasificatorias pues bien a esta

uacuteltima especial subclase mdashaparte de peʾula fuerte ndash durolsquomdash perteneceriacutean

los adjetivos pupwakau blancolsquo bwabwau negrolsquo bweyani rojolsquo y digade-gila amarillolsquo (Senft 1986 85)

Probablemente este tipo de hechos tenga que ver en uacuteltima instancia con la circunstancia de que el hombre sea en lo perceptivo un animal esencial-

mente visual de modo que en los casos en que una lengua no cuenta con

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una nutrida clase de adjetivos estos regularmente se relacionan con la vista y suelen mayoritariamente aludir a nociones cuales forma tamantildeo ohellip co-

lor De hecho en las hablas conocidas como macrondashjecirc en el Amazonas

laquoHay 12 prefijos que se antildeaden a cuantificadores y adjetivos descriptivos de dimensioacuten consistencia y colorraquo (Rodrigues 1999 184) ya que estas

tres uacuteltimas cualidades son verdaderamente descriptivas son mdashdiriacuteasemdash verdaderamente calificativas o adjetivales Este baacutesico proceder linguumliacutestico

seriacutea tambieacuten detectable en el hablar infantil pues de modo general los

nintildeos acostumbrar a relacionar objetos concretos como cama juguete o mamaacute acciones fiacutesicas como correr jugar o comer y atributos bien per-

ceptibles como grande alto ohellip rojo como apunta BICKERTON (1994 151) Por otra parte el bipolar caraacutecter mdashsubstantivo adjetivomdash de tantos cro-

matoacutenimos en tantas lenguas no debe de haber dejado de constituir un expediente virtualmente muy coacutemodo para procurarse adjetivos de una u

otra forma

Del enorme potencial semaacutentico de los cromatoacutenimos tan propicio en lo metoniacutemico o asociacioacuten por contiguumlidad cuanto en lo metafoacuterico o asocia-

cioacuten por similitud algo se iraacute comentando maacutes tarde sobre todo en el apar-tado referente a sus empleos simboacutelicos

De que los teacuterminos de color sean mdashy por queacutemdash moacuteviles cuales piuma al vento sean colores de mal asiento caducos y tornadizos

Zambulleacutendonos ahora en la diacroniacutea digamos que otra de las caracteriacutesti-

cas leacutexicas maacutes conspicuas de los cromatoacutenimos ya anticipada seriacutea su caraacutecter mudabiliacutesimo de modo que los nombres de color estaacuten probable-

mente entre los elementos leacutexicos maacutes tornadizos de las lenguas por lo que son entidades linguumliacutesticas con por lo general temprana fecha de caduci-

dad Los cromatoacutenimos mdashes el hecho incontestablemdash son diacroacutenicamente

culos de mal asiento como dice SAFAREWICZ (1986 438) laquolos nombres de colores faacutecilmente se renuevanraquo Demasiado faacutecilmente Quienes nos dedi-

camos a la arqueoglotologiacutea o reconstruccioacuten de lenguas sabemos bien del escaso valor que por lo general tienen los cromatoacutenimos para establecer

relaciones linguumliacutesticas antiguas En la historia de la lengua espantildeola por

ejemplo puede reconocerse el paso del albo al blanco del pardo al castantildeo y ahora al marroacuten y las idas y venidas del bermejo colorado rojo rubiohellip Desde eacutepoca romana diriacutease apenas el negro (del latiacuten nigrundash) y el verde (del latiacuten uiridendash) han logrado mantener sus posiciones en el leacutexico patrio

Tal es una situacioacuten no excepcional en el aacutembito general de las lenguas

romaacutenicas cuya autonomiacutea linguumliacutestica general excede en poco el milenio y cuyo arsenal leacutexico baacutesico el latiacuten es ademaacutes faacutecilmente accesible Pues

bien es sorprendente la gran variabilidad que para el romance se da en tan poco tiempo y para una tradicioacuten cultural y literaria ademaacutes tan podero-

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sa en relacioacuten a la denominacioacuten de los colores Asiacute el latiacuten albus blancolsquo ha sido substituido por nuestro blanco franceacutes blanc italiano bianco por-

tugueacutes branco rumano alb o valenciano blanc nuestro azullsquo seraacute bleu en

franceacutes azzurro o blu en italiano azul en portugueacutes albastru en rumano blau en valenciano Pero incluso en algunos casos resulta que ha habido

tanta innovacioacuten o evoluciones tan raacutepidas que las formas apenas coinciden en las diversas lenguas asiacute el amarillolsquo es jaune en franceacutes giallo en italia-

no amarelo en portugueacutes galben en rumano o groc en valenciano pudien-

do las formas francesa italiana y rumana remontar en realidad a una mis-ma base etimoloacutegica (Buck 1988 1059 s yellow) Como en el caso del es-

pantildeol praacutecticamente soacutelo el negro y el verde se han mantenido relativa-mente estables y comunes a las lenguas romaacutenicas franceacutes noir y vert italiano nero y verde occitano negre y verd portugueacutes negro o preto y verde rumano negru y verde o valenciano negre y vert

Evolutiva variabilidadmdash Tal como se puede apreciar en esta ilustracioacuten de Ferran Corteacutes sobre los nombres latinos de color la mayoriacutea de ellos resulta desconocida para los hablantes romaacutenicos pues tales nombres fueron substituidos por otros en las respectivas lenguas Apenas soacutelo el negro y el verde se mantuvieron relativa-mente estables y comunes

Parecida situacioacuten encontramos en otras lenguas y otras eacutepocas histoacutericas

Asiacute el teacutermino para blancolsquo se presenta como diferente en muchas lenguas indoeuropeas Algunas tomaron la misma raiacutez que el lituano baacuteltas como

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las eslaacutevicas por ejemplo checo biacutelaacute antiguo eslaacutevico bělъen esloveno bela polaco biały ruso белый [serbo]croata bijelahellip La raiacutez del teacutermino latino para blancolsquo albus podriacutea haberse conservado en el nombre eslaacutevico

para cisne checo labud polaco łabędź ruso лeacuteбeдь El griego claacutesico por ejemplo usoacute una raiacutez significando como veremos simplemente claro ndash

luminosolsquo λεςκoacuteρ Por su parte las lenguas ceacutelticas se decantaron por un teacutermino significando originariamente visiblelsquo como el bretoacuten con gwenn o

el irlandeacutes con find El griego moderno ha seguido innovando y tomado una

copia ἄζππoρ del latiacuten asperundash aacutesperolsquo a partir parece ser del nombre de una moneda de plata pero de rudo o aacutespero tacto empleada por los bizanti-

nos (Buck 1988 1054 s white)

Para el negro el griego empleoacute un teacutermino significando previamente suciolsquo

μέλαρ (genitivo μελανoacuteρ Safarewicz 1986 438) pero tambieacuten el griego moderno ha seguido innovando realizando de nuevo una copia del latiacuten (de

Maurus moro ndash mauritanolsquo) μαῦπoρ Los cromatoacutenimos que procedentes

del latiacuten encontramos en el griego moderno son ya de por siacute iacutendice de la facilidad con la que como anticipaacutebamos los nombres de colores se copian

de una lengua a otra o incluso se toman de otra puesto que como es el caso de los asper o Maurus latinos a veces la forma copiada no funciona mdash

al menos regularmentemdash como nombre de color en la lengua de proceden-

cia El latiacuten por su parte empleoacute regularmente niger de pervivaz trayecto-ria como vimos y el grupo eslaacutevico optoacute por una raiacutez totalmente distinta

checo černaacute esloveno črna polaco czarny ruso чeumlрный [serbo]croata crnahellip

Para rojolsquo en cambio es bastante unaacutenime el testimonio indoeuropeo que remonta en muchas lenguas a una sola raiacutez raudndash galeacutes rhudd goacutetico

rauthorns rojolsquo griego ἐπςθπoacuteρ rojolsquo antiguo ingleacutes reacuteod rojolsquo irlandeacutes ruadh

rojolsquo antiguo islandeacutes raũdagrave rojolsquo [substantivo] rioacuteđr rojolsquo [adjetivo] y rođra sangrelsquo latiacuten rojolsquo rōbus ruber y rubrum (acusativo) con recepcioacuten

de los dialectalismos rūfus y rutilus ya que los resultados con f interior y con t no son los patrimoniales para la lengua latina lituano raudoacutenas ro-

jolsquo saacutenscrito rudhiraacuteḥ rojolsquo y rudhiraacutem sangrelsquo serbio rũd rojolsquo uacutembrico

rofu y rufru Habida cuenta de la frecuencia de un valor relacionado con cobrelsquo o con metal rojizolsquo en general en muchas lenguas indoeuropeas con

esa misma raiacutez raudndash mdashasiacute antiguo alto alemaacuten aruz[zi] minerallsquo antiguo eslaacutevico ruda mineral ndash metal ndash cobrelsquo antiguo indio lōhaacutendash metal rojo ndash

cobre ndash hierrolsquo ingleacutes ore minerallsquo antiguo islandeacutes rauđi metal rojizolsquo

latiacuten raudus o rōdus y rūdus con resolucioacuten del diptongo pieza de bronce sin elaborarlsquomdash resulta bien armada la propuesta tradicional de relacionar

aquella raiacutez indoeuropea raudndash con el sumerio urudu cobrelsquo (Gamkrelidze amp Ivanov 1995 616ndash617 y 773 Alinei 1996 269) o una forma afiacuten con ndash

aundash pues ademaacutes el fenoacutemeno es congruente con el mencionado frecuente

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origen foraacuteneo de los cromatoacutenimos o como tambieacuten vimos su tendencia a mudar y regenerarse y como veremos con un tipo de metoniacutemica motiva-

cioacuten muy habitual para los cromatoacutenimos

Praacutecticamente las mismas divergencias que encontraacutebamos entre las len-guas romaacutenicas para amarillolsquo las encontraremos tambieacuten para las lenguas

indoeuropeas y ya en general desde eacutepoca antigua Sin entrar por ahora en maacutes detalles digamos que la frecuente indiferenciacioacuten entre amarillolsquo y

verdelsquo o la tendencia a que el primer teacutermino se especialice para rubiolsquo mdash

es decir para el amarillolsquo de los cabellosmdash bien pueden estar entre las razones de esta general gran dispersioacuten del color amarillolsquo tonalidad para

la que en todo caso podemos intuir una antigua indoeuropea raiacutez gualndash o algo afiacuten

Fuera del aacutembito indoeuropeo podemos encontrar similares situaciones Asiacute por ejemplo los teacuterminos para blancolsquo y negrolsquo en las lenguas uraacutelicas

presentan un excepcional grado de divergencia y sin que por supuesto

falten teacuterminos de origen foraacuteneo (Abondolo 1998 37ndash38) No hay en definitiva razones para suponer que esa circunstancia de gran mutabilidad

de los cromatoacutenimos conocida ya en eacutepoca histoacuterica haya tenido que ser muy diferente en eacutepoca prohistoacuterica Ademaacutes el dinamismo innovador de

los cromatoacutenimos es tan real y manifiesto que resulta totalmente percepti-

ble en la vida diaria quizaacute en nuestra proacutexima visita a una tienda espe-cialmente si es una tienda de ropa o un concesionario el dependiente nos

sorprenda con un nuevo color o maacutes propiamente con una nueva denomi-nacioacuten y con probabilidad lo haga de una manera que nos resulte com-

prensible a queacute se refiera (arena butano ceniza champaacuten chicle hueso salmoacuten) Uacuteltimamente los fabricantes de vehiacuteculos estaacuten desde luego

demostrando una prodigiosa inventiva asociativa en la oferta de colores

para sus productos

De berenjenas calabacines naranjashellip o seguimos hablando de

colores y buscando moacuteviles por las principales viacuteas de la similitud y contiguumlidad

Meacuterito principaliacutesimo de Mario ALINEI ha sido el habernos hecho comprender

la importancia que la motivacioacuten de las palabras tiene en las lenguas humanas labor que ha ido desarrollando a lo largo de su obra y que maacutes

recientemente se ha visto condensada o culminada en su LlsquoOrigine delle Parole (2009 especialmente 57ndash90) donde retoma y sistematiza muchos

de los aspectos de este tema linguumliacutestico tan trascendental como ignorado

por los arbitrarios defensores de la arbitrariedad del signo linguumliacutestico sien-do asiacute que laquola motivacioacuten [hellip] es un componente obligatorio para generar palabrasraquo (Alinei 2009 60)

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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres

para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes

usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir

estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean

semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-

rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute

la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una

lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el

habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-

ble aquella polisemia supone un coste bien asumible

Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los

hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio

tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a

explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos

germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-

memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu

occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis

blohellip

En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen

en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-

cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o

en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a

formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-

mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se

colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en

espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-

tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua

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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores

en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como

enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre

de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina

foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso

ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo

Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que

regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo

que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-

temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere

ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo

acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente

derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute

castantildeo o canela

Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes

propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-

fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo

color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-

tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-

mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos

de lo concreto a lo abstracto

de lo fiacutesico a lo psiacutequico

de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande

de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y

de lo individual a lo conjunto

Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-

cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-

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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde

el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a

retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido

de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash

encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de

cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes

grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo

Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple

esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal

cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)

laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior

de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo

pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-

iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten

del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-

ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la

grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas

Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-

cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por

un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se

da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado

rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-

diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-

ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o

natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles

para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el

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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-

llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-

vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-

sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre

para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color

amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola

De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo

al pulmoacuten

Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del

color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en

el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente

su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de

color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los

cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los

hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten

Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-

clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan

colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de

mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con

pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de

estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado

Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro

caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-

mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo

a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como

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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)

Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-

yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y

por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas

Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-

cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el

vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-

tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten

pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten

el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa

kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma

raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)

Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo

dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica

tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-

secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para

el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito

germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-

dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras

formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-

cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo

de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten

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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-

torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado

en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-

gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)

La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza

parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-

mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el

magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten

humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-

namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta

Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos

El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir

una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los

nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-

da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta

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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden

varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-

tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)

Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no

suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica

travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el

origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de

la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por

ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la

Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en

Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente

nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color

alumbre alumbrelsquo =gt

alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt

melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo

Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-

te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para

dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable

sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten

para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los

varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-

ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color

Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de

colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de

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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-

mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San

Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica

de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736

San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San

Isidoro or 19175)

Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a

partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece

darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-

toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a

partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)

De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o

cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten

Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color

con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de

aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y

obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro

colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del

tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo

(uide Lucy 1997 324ndash326)

No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten

BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra

que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a

la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la

lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-

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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de

procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo

(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de

agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza

de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes

profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico

socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto

mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante

Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista

escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-

croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano

donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-

madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo

similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o

referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o

referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos

(Lucy 1997 335ndash336)

De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas

otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color

Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental

hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color

Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano

principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal

color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre

las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

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Page 6: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

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una nutrida clase de adjetivos estos regularmente se relacionan con la vista y suelen mayoritariamente aludir a nociones cuales forma tamantildeo ohellip co-

lor De hecho en las hablas conocidas como macrondashjecirc en el Amazonas

laquoHay 12 prefijos que se antildeaden a cuantificadores y adjetivos descriptivos de dimensioacuten consistencia y colorraquo (Rodrigues 1999 184) ya que estas

tres uacuteltimas cualidades son verdaderamente descriptivas son mdashdiriacuteasemdash verdaderamente calificativas o adjetivales Este baacutesico proceder linguumliacutestico

seriacutea tambieacuten detectable en el hablar infantil pues de modo general los

nintildeos acostumbrar a relacionar objetos concretos como cama juguete o mamaacute acciones fiacutesicas como correr jugar o comer y atributos bien per-

ceptibles como grande alto ohellip rojo como apunta BICKERTON (1994 151) Por otra parte el bipolar caraacutecter mdashsubstantivo adjetivomdash de tantos cro-

matoacutenimos en tantas lenguas no debe de haber dejado de constituir un expediente virtualmente muy coacutemodo para procurarse adjetivos de una u

otra forma

Del enorme potencial semaacutentico de los cromatoacutenimos tan propicio en lo metoniacutemico o asociacioacuten por contiguumlidad cuanto en lo metafoacuterico o asocia-

cioacuten por similitud algo se iraacute comentando maacutes tarde sobre todo en el apar-tado referente a sus empleos simboacutelicos

De que los teacuterminos de color sean mdashy por queacutemdash moacuteviles cuales piuma al vento sean colores de mal asiento caducos y tornadizos

Zambulleacutendonos ahora en la diacroniacutea digamos que otra de las caracteriacutesti-

cas leacutexicas maacutes conspicuas de los cromatoacutenimos ya anticipada seriacutea su caraacutecter mudabiliacutesimo de modo que los nombres de color estaacuten probable-

mente entre los elementos leacutexicos maacutes tornadizos de las lenguas por lo que son entidades linguumliacutesticas con por lo general temprana fecha de caduci-

dad Los cromatoacutenimos mdashes el hecho incontestablemdash son diacroacutenicamente

culos de mal asiento como dice SAFAREWICZ (1986 438) laquolos nombres de colores faacutecilmente se renuevanraquo Demasiado faacutecilmente Quienes nos dedi-

camos a la arqueoglotologiacutea o reconstruccioacuten de lenguas sabemos bien del escaso valor que por lo general tienen los cromatoacutenimos para establecer

relaciones linguumliacutesticas antiguas En la historia de la lengua espantildeola por

ejemplo puede reconocerse el paso del albo al blanco del pardo al castantildeo y ahora al marroacuten y las idas y venidas del bermejo colorado rojo rubiohellip Desde eacutepoca romana diriacutease apenas el negro (del latiacuten nigrundash) y el verde (del latiacuten uiridendash) han logrado mantener sus posiciones en el leacutexico patrio

Tal es una situacioacuten no excepcional en el aacutembito general de las lenguas

romaacutenicas cuya autonomiacutea linguumliacutestica general excede en poco el milenio y cuyo arsenal leacutexico baacutesico el latiacuten es ademaacutes faacutecilmente accesible Pues

bien es sorprendente la gran variabilidad que para el romance se da en tan poco tiempo y para una tradicioacuten cultural y literaria ademaacutes tan podero-

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sa en relacioacuten a la denominacioacuten de los colores Asiacute el latiacuten albus blancolsquo ha sido substituido por nuestro blanco franceacutes blanc italiano bianco por-

tugueacutes branco rumano alb o valenciano blanc nuestro azullsquo seraacute bleu en

franceacutes azzurro o blu en italiano azul en portugueacutes albastru en rumano blau en valenciano Pero incluso en algunos casos resulta que ha habido

tanta innovacioacuten o evoluciones tan raacutepidas que las formas apenas coinciden en las diversas lenguas asiacute el amarillolsquo es jaune en franceacutes giallo en italia-

no amarelo en portugueacutes galben en rumano o groc en valenciano pudien-

do las formas francesa italiana y rumana remontar en realidad a una mis-ma base etimoloacutegica (Buck 1988 1059 s yellow) Como en el caso del es-

pantildeol praacutecticamente soacutelo el negro y el verde se han mantenido relativa-mente estables y comunes a las lenguas romaacutenicas franceacutes noir y vert italiano nero y verde occitano negre y verd portugueacutes negro o preto y verde rumano negru y verde o valenciano negre y vert

Evolutiva variabilidadmdash Tal como se puede apreciar en esta ilustracioacuten de Ferran Corteacutes sobre los nombres latinos de color la mayoriacutea de ellos resulta desconocida para los hablantes romaacutenicos pues tales nombres fueron substituidos por otros en las respectivas lenguas Apenas soacutelo el negro y el verde se mantuvieron relativa-mente estables y comunes

Parecida situacioacuten encontramos en otras lenguas y otras eacutepocas histoacutericas

Asiacute el teacutermino para blancolsquo se presenta como diferente en muchas lenguas indoeuropeas Algunas tomaron la misma raiacutez que el lituano baacuteltas como

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las eslaacutevicas por ejemplo checo biacutelaacute antiguo eslaacutevico bělъen esloveno bela polaco biały ruso белый [serbo]croata bijelahellip La raiacutez del teacutermino latino para blancolsquo albus podriacutea haberse conservado en el nombre eslaacutevico

para cisne checo labud polaco łabędź ruso лeacuteбeдь El griego claacutesico por ejemplo usoacute una raiacutez significando como veremos simplemente claro ndash

luminosolsquo λεςκoacuteρ Por su parte las lenguas ceacutelticas se decantaron por un teacutermino significando originariamente visiblelsquo como el bretoacuten con gwenn o

el irlandeacutes con find El griego moderno ha seguido innovando y tomado una

copia ἄζππoρ del latiacuten asperundash aacutesperolsquo a partir parece ser del nombre de una moneda de plata pero de rudo o aacutespero tacto empleada por los bizanti-

nos (Buck 1988 1054 s white)

Para el negro el griego empleoacute un teacutermino significando previamente suciolsquo

μέλαρ (genitivo μελανoacuteρ Safarewicz 1986 438) pero tambieacuten el griego moderno ha seguido innovando realizando de nuevo una copia del latiacuten (de

Maurus moro ndash mauritanolsquo) μαῦπoρ Los cromatoacutenimos que procedentes

del latiacuten encontramos en el griego moderno son ya de por siacute iacutendice de la facilidad con la que como anticipaacutebamos los nombres de colores se copian

de una lengua a otra o incluso se toman de otra puesto que como es el caso de los asper o Maurus latinos a veces la forma copiada no funciona mdash

al menos regularmentemdash como nombre de color en la lengua de proceden-

cia El latiacuten por su parte empleoacute regularmente niger de pervivaz trayecto-ria como vimos y el grupo eslaacutevico optoacute por una raiacutez totalmente distinta

checo černaacute esloveno črna polaco czarny ruso чeumlрный [serbo]croata crnahellip

Para rojolsquo en cambio es bastante unaacutenime el testimonio indoeuropeo que remonta en muchas lenguas a una sola raiacutez raudndash galeacutes rhudd goacutetico

rauthorns rojolsquo griego ἐπςθπoacuteρ rojolsquo antiguo ingleacutes reacuteod rojolsquo irlandeacutes ruadh

rojolsquo antiguo islandeacutes raũdagrave rojolsquo [substantivo] rioacuteđr rojolsquo [adjetivo] y rođra sangrelsquo latiacuten rojolsquo rōbus ruber y rubrum (acusativo) con recepcioacuten

de los dialectalismos rūfus y rutilus ya que los resultados con f interior y con t no son los patrimoniales para la lengua latina lituano raudoacutenas ro-

jolsquo saacutenscrito rudhiraacuteḥ rojolsquo y rudhiraacutem sangrelsquo serbio rũd rojolsquo uacutembrico

rofu y rufru Habida cuenta de la frecuencia de un valor relacionado con cobrelsquo o con metal rojizolsquo en general en muchas lenguas indoeuropeas con

esa misma raiacutez raudndash mdashasiacute antiguo alto alemaacuten aruz[zi] minerallsquo antiguo eslaacutevico ruda mineral ndash metal ndash cobrelsquo antiguo indio lōhaacutendash metal rojo ndash

cobre ndash hierrolsquo ingleacutes ore minerallsquo antiguo islandeacutes rauđi metal rojizolsquo

latiacuten raudus o rōdus y rūdus con resolucioacuten del diptongo pieza de bronce sin elaborarlsquomdash resulta bien armada la propuesta tradicional de relacionar

aquella raiacutez indoeuropea raudndash con el sumerio urudu cobrelsquo (Gamkrelidze amp Ivanov 1995 616ndash617 y 773 Alinei 1996 269) o una forma afiacuten con ndash

aundash pues ademaacutes el fenoacutemeno es congruente con el mencionado frecuente

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origen foraacuteneo de los cromatoacutenimos o como tambieacuten vimos su tendencia a mudar y regenerarse y como veremos con un tipo de metoniacutemica motiva-

cioacuten muy habitual para los cromatoacutenimos

Praacutecticamente las mismas divergencias que encontraacutebamos entre las len-guas romaacutenicas para amarillolsquo las encontraremos tambieacuten para las lenguas

indoeuropeas y ya en general desde eacutepoca antigua Sin entrar por ahora en maacutes detalles digamos que la frecuente indiferenciacioacuten entre amarillolsquo y

verdelsquo o la tendencia a que el primer teacutermino se especialice para rubiolsquo mdash

es decir para el amarillolsquo de los cabellosmdash bien pueden estar entre las razones de esta general gran dispersioacuten del color amarillolsquo tonalidad para

la que en todo caso podemos intuir una antigua indoeuropea raiacutez gualndash o algo afiacuten

Fuera del aacutembito indoeuropeo podemos encontrar similares situaciones Asiacute por ejemplo los teacuterminos para blancolsquo y negrolsquo en las lenguas uraacutelicas

presentan un excepcional grado de divergencia y sin que por supuesto

falten teacuterminos de origen foraacuteneo (Abondolo 1998 37ndash38) No hay en definitiva razones para suponer que esa circunstancia de gran mutabilidad

de los cromatoacutenimos conocida ya en eacutepoca histoacuterica haya tenido que ser muy diferente en eacutepoca prohistoacuterica Ademaacutes el dinamismo innovador de

los cromatoacutenimos es tan real y manifiesto que resulta totalmente percepti-

ble en la vida diaria quizaacute en nuestra proacutexima visita a una tienda espe-cialmente si es una tienda de ropa o un concesionario el dependiente nos

sorprenda con un nuevo color o maacutes propiamente con una nueva denomi-nacioacuten y con probabilidad lo haga de una manera que nos resulte com-

prensible a queacute se refiera (arena butano ceniza champaacuten chicle hueso salmoacuten) Uacuteltimamente los fabricantes de vehiacuteculos estaacuten desde luego

demostrando una prodigiosa inventiva asociativa en la oferta de colores

para sus productos

De berenjenas calabacines naranjashellip o seguimos hablando de

colores y buscando moacuteviles por las principales viacuteas de la similitud y contiguumlidad

Meacuterito principaliacutesimo de Mario ALINEI ha sido el habernos hecho comprender

la importancia que la motivacioacuten de las palabras tiene en las lenguas humanas labor que ha ido desarrollando a lo largo de su obra y que maacutes

recientemente se ha visto condensada o culminada en su LlsquoOrigine delle Parole (2009 especialmente 57ndash90) donde retoma y sistematiza muchos

de los aspectos de este tema linguumliacutestico tan trascendental como ignorado

por los arbitrarios defensores de la arbitrariedad del signo linguumliacutestico sien-do asiacute que laquola motivacioacuten [hellip] es un componente obligatorio para generar palabrasraquo (Alinei 2009 60)

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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres

para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes

usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir

estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean

semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-

rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute

la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una

lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el

habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-

ble aquella polisemia supone un coste bien asumible

Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los

hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio

tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a

explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos

germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-

memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu

occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis

blohellip

En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen

en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-

cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o

en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a

formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-

mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se

colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en

espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-

tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua

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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores

en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como

enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre

de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina

foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso

ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo

Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que

regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo

que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-

temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere

ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo

acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente

derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute

castantildeo o canela

Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes

propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-

fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo

color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-

tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-

mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos

de lo concreto a lo abstracto

de lo fiacutesico a lo psiacutequico

de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande

de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y

de lo individual a lo conjunto

Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-

cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-

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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde

el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a

retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido

de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash

encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de

cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes

grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo

Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple

esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal

cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)

laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior

de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo

pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-

iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten

del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-

ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la

grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas

Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-

cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por

un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se

da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado

rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-

diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-

ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o

natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles

para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el

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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-

llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-

vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-

sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre

para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color

amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola

De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo

al pulmoacuten

Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del

color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en

el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente

su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de

color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los

cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los

hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten

Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-

clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan

colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de

mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con

pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de

estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado

Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro

caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-

mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo

a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como

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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)

Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-

yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y

por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas

Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-

cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el

vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-

tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten

pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten

el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa

kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma

raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)

Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo

dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica

tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-

secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para

el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito

germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-

dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras

formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-

cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo

de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten

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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-

torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado

en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-

gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)

La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza

parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-

mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el

magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten

humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-

namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta

Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos

El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir

una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los

nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-

da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta

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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden

varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-

tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)

Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no

suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica

travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el

origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de

la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por

ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la

Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en

Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente

nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color

alumbre alumbrelsquo =gt

alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt

melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo

Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-

te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para

dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable

sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten

para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los

varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-

ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color

Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de

colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de

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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-

mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San

Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica

de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736

San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San

Isidoro or 19175)

Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a

partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece

darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-

toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a

partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)

De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o

cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten

Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color

con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de

aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y

obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro

colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del

tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo

(uide Lucy 1997 324ndash326)

No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten

BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra

que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a

la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la

lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-

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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de

procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo

(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de

agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza

de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes

profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico

socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto

mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante

Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista

escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-

croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano

donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-

madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo

similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o

referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o

referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos

(Lucy 1997 335ndash336)

De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas

otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color

Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental

hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color

Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano

principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal

color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre

las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

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Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

SE CITARON LAS OBRAS DE

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300

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sa en relacioacuten a la denominacioacuten de los colores Asiacute el latiacuten albus blancolsquo ha sido substituido por nuestro blanco franceacutes blanc italiano bianco por-

tugueacutes branco rumano alb o valenciano blanc nuestro azullsquo seraacute bleu en

franceacutes azzurro o blu en italiano azul en portugueacutes albastru en rumano blau en valenciano Pero incluso en algunos casos resulta que ha habido

tanta innovacioacuten o evoluciones tan raacutepidas que las formas apenas coinciden en las diversas lenguas asiacute el amarillolsquo es jaune en franceacutes giallo en italia-

no amarelo en portugueacutes galben en rumano o groc en valenciano pudien-

do las formas francesa italiana y rumana remontar en realidad a una mis-ma base etimoloacutegica (Buck 1988 1059 s yellow) Como en el caso del es-

pantildeol praacutecticamente soacutelo el negro y el verde se han mantenido relativa-mente estables y comunes a las lenguas romaacutenicas franceacutes noir y vert italiano nero y verde occitano negre y verd portugueacutes negro o preto y verde rumano negru y verde o valenciano negre y vert

Evolutiva variabilidadmdash Tal como se puede apreciar en esta ilustracioacuten de Ferran Corteacutes sobre los nombres latinos de color la mayoriacutea de ellos resulta desconocida para los hablantes romaacutenicos pues tales nombres fueron substituidos por otros en las respectivas lenguas Apenas soacutelo el negro y el verde se mantuvieron relativa-mente estables y comunes

Parecida situacioacuten encontramos en otras lenguas y otras eacutepocas histoacutericas

Asiacute el teacutermino para blancolsquo se presenta como diferente en muchas lenguas indoeuropeas Algunas tomaron la misma raiacutez que el lituano baacuteltas como

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las eslaacutevicas por ejemplo checo biacutelaacute antiguo eslaacutevico bělъen esloveno bela polaco biały ruso белый [serbo]croata bijelahellip La raiacutez del teacutermino latino para blancolsquo albus podriacutea haberse conservado en el nombre eslaacutevico

para cisne checo labud polaco łabędź ruso лeacuteбeдь El griego claacutesico por ejemplo usoacute una raiacutez significando como veremos simplemente claro ndash

luminosolsquo λεςκoacuteρ Por su parte las lenguas ceacutelticas se decantaron por un teacutermino significando originariamente visiblelsquo como el bretoacuten con gwenn o

el irlandeacutes con find El griego moderno ha seguido innovando y tomado una

copia ἄζππoρ del latiacuten asperundash aacutesperolsquo a partir parece ser del nombre de una moneda de plata pero de rudo o aacutespero tacto empleada por los bizanti-

nos (Buck 1988 1054 s white)

Para el negro el griego empleoacute un teacutermino significando previamente suciolsquo

μέλαρ (genitivo μελανoacuteρ Safarewicz 1986 438) pero tambieacuten el griego moderno ha seguido innovando realizando de nuevo una copia del latiacuten (de

Maurus moro ndash mauritanolsquo) μαῦπoρ Los cromatoacutenimos que procedentes

del latiacuten encontramos en el griego moderno son ya de por siacute iacutendice de la facilidad con la que como anticipaacutebamos los nombres de colores se copian

de una lengua a otra o incluso se toman de otra puesto que como es el caso de los asper o Maurus latinos a veces la forma copiada no funciona mdash

al menos regularmentemdash como nombre de color en la lengua de proceden-

cia El latiacuten por su parte empleoacute regularmente niger de pervivaz trayecto-ria como vimos y el grupo eslaacutevico optoacute por una raiacutez totalmente distinta

checo černaacute esloveno črna polaco czarny ruso чeumlрный [serbo]croata crnahellip

Para rojolsquo en cambio es bastante unaacutenime el testimonio indoeuropeo que remonta en muchas lenguas a una sola raiacutez raudndash galeacutes rhudd goacutetico

rauthorns rojolsquo griego ἐπςθπoacuteρ rojolsquo antiguo ingleacutes reacuteod rojolsquo irlandeacutes ruadh

rojolsquo antiguo islandeacutes raũdagrave rojolsquo [substantivo] rioacuteđr rojolsquo [adjetivo] y rođra sangrelsquo latiacuten rojolsquo rōbus ruber y rubrum (acusativo) con recepcioacuten

de los dialectalismos rūfus y rutilus ya que los resultados con f interior y con t no son los patrimoniales para la lengua latina lituano raudoacutenas ro-

jolsquo saacutenscrito rudhiraacuteḥ rojolsquo y rudhiraacutem sangrelsquo serbio rũd rojolsquo uacutembrico

rofu y rufru Habida cuenta de la frecuencia de un valor relacionado con cobrelsquo o con metal rojizolsquo en general en muchas lenguas indoeuropeas con

esa misma raiacutez raudndash mdashasiacute antiguo alto alemaacuten aruz[zi] minerallsquo antiguo eslaacutevico ruda mineral ndash metal ndash cobrelsquo antiguo indio lōhaacutendash metal rojo ndash

cobre ndash hierrolsquo ingleacutes ore minerallsquo antiguo islandeacutes rauđi metal rojizolsquo

latiacuten raudus o rōdus y rūdus con resolucioacuten del diptongo pieza de bronce sin elaborarlsquomdash resulta bien armada la propuesta tradicional de relacionar

aquella raiacutez indoeuropea raudndash con el sumerio urudu cobrelsquo (Gamkrelidze amp Ivanov 1995 616ndash617 y 773 Alinei 1996 269) o una forma afiacuten con ndash

aundash pues ademaacutes el fenoacutemeno es congruente con el mencionado frecuente

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origen foraacuteneo de los cromatoacutenimos o como tambieacuten vimos su tendencia a mudar y regenerarse y como veremos con un tipo de metoniacutemica motiva-

cioacuten muy habitual para los cromatoacutenimos

Praacutecticamente las mismas divergencias que encontraacutebamos entre las len-guas romaacutenicas para amarillolsquo las encontraremos tambieacuten para las lenguas

indoeuropeas y ya en general desde eacutepoca antigua Sin entrar por ahora en maacutes detalles digamos que la frecuente indiferenciacioacuten entre amarillolsquo y

verdelsquo o la tendencia a que el primer teacutermino se especialice para rubiolsquo mdash

es decir para el amarillolsquo de los cabellosmdash bien pueden estar entre las razones de esta general gran dispersioacuten del color amarillolsquo tonalidad para

la que en todo caso podemos intuir una antigua indoeuropea raiacutez gualndash o algo afiacuten

Fuera del aacutembito indoeuropeo podemos encontrar similares situaciones Asiacute por ejemplo los teacuterminos para blancolsquo y negrolsquo en las lenguas uraacutelicas

presentan un excepcional grado de divergencia y sin que por supuesto

falten teacuterminos de origen foraacuteneo (Abondolo 1998 37ndash38) No hay en definitiva razones para suponer que esa circunstancia de gran mutabilidad

de los cromatoacutenimos conocida ya en eacutepoca histoacuterica haya tenido que ser muy diferente en eacutepoca prohistoacuterica Ademaacutes el dinamismo innovador de

los cromatoacutenimos es tan real y manifiesto que resulta totalmente percepti-

ble en la vida diaria quizaacute en nuestra proacutexima visita a una tienda espe-cialmente si es una tienda de ropa o un concesionario el dependiente nos

sorprenda con un nuevo color o maacutes propiamente con una nueva denomi-nacioacuten y con probabilidad lo haga de una manera que nos resulte com-

prensible a queacute se refiera (arena butano ceniza champaacuten chicle hueso salmoacuten) Uacuteltimamente los fabricantes de vehiacuteculos estaacuten desde luego

demostrando una prodigiosa inventiva asociativa en la oferta de colores

para sus productos

De berenjenas calabacines naranjashellip o seguimos hablando de

colores y buscando moacuteviles por las principales viacuteas de la similitud y contiguumlidad

Meacuterito principaliacutesimo de Mario ALINEI ha sido el habernos hecho comprender

la importancia que la motivacioacuten de las palabras tiene en las lenguas humanas labor que ha ido desarrollando a lo largo de su obra y que maacutes

recientemente se ha visto condensada o culminada en su LlsquoOrigine delle Parole (2009 especialmente 57ndash90) donde retoma y sistematiza muchos

de los aspectos de este tema linguumliacutestico tan trascendental como ignorado

por los arbitrarios defensores de la arbitrariedad del signo linguumliacutestico sien-do asiacute que laquola motivacioacuten [hellip] es un componente obligatorio para generar palabrasraquo (Alinei 2009 60)

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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres

para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes

usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir

estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean

semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-

rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute

la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una

lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el

habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-

ble aquella polisemia supone un coste bien asumible

Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los

hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio

tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a

explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos

germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-

memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu

occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis

blohellip

En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen

en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-

cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o

en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a

formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-

mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se

colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en

espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-

tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua

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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores

en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como

enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre

de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina

foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso

ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo

Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que

regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo

que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-

temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere

ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo

acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente

derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute

castantildeo o canela

Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes

propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-

fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo

color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-

tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-

mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos

de lo concreto a lo abstracto

de lo fiacutesico a lo psiacutequico

de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande

de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y

de lo individual a lo conjunto

Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-

cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-

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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde

el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a

retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido

de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash

encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de

cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes

grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo

Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple

esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal

cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)

laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior

de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo

pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-

iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten

del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-

ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la

grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas

Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-

cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por

un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se

da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado

rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-

diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-

ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o

natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles

para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el

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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-

llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-

vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-

sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre

para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color

amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola

De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo

al pulmoacuten

Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del

color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en

el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente

su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de

color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los

cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los

hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten

Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-

clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan

colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de

mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con

pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de

estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado

Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro

caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-

mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo

a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como

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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)

Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-

yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y

por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas

Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-

cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el

vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-

tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten

pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten

el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa

kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma

raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)

Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo

dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica

tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-

secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para

el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito

germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-

dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras

formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-

cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo

de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten

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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-

torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado

en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-

gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)

La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza

parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-

mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el

magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten

humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-

namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta

Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos

El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir

una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los

nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-

da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta

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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden

varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-

tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)

Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no

suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica

travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el

origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de

la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por

ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la

Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en

Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente

nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color

alumbre alumbrelsquo =gt

alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt

melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo

Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-

te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para

dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable

sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten

para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los

varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-

ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color

Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de

colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de

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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-

mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San

Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica

de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736

San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San

Isidoro or 19175)

Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a

partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece

darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-

toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a

partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)

De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o

cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten

Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color

con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de

aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y

obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro

colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del

tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo

(uide Lucy 1997 324ndash326)

No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten

BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra

que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a

la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la

lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-

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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de

procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo

(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de

agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza

de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes

profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico

socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto

mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante

Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista

escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-

croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano

donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-

madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo

similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o

referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o

referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos

(Lucy 1997 335ndash336)

De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas

otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color

Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental

hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color

Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano

principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal

color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre

las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

Xaverio BALLESTER

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 36

(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

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las eslaacutevicas por ejemplo checo biacutelaacute antiguo eslaacutevico bělъen esloveno bela polaco biały ruso белый [serbo]croata bijelahellip La raiacutez del teacutermino latino para blancolsquo albus podriacutea haberse conservado en el nombre eslaacutevico

para cisne checo labud polaco łabędź ruso лeacuteбeдь El griego claacutesico por ejemplo usoacute una raiacutez significando como veremos simplemente claro ndash

luminosolsquo λεςκoacuteρ Por su parte las lenguas ceacutelticas se decantaron por un teacutermino significando originariamente visiblelsquo como el bretoacuten con gwenn o

el irlandeacutes con find El griego moderno ha seguido innovando y tomado una

copia ἄζππoρ del latiacuten asperundash aacutesperolsquo a partir parece ser del nombre de una moneda de plata pero de rudo o aacutespero tacto empleada por los bizanti-

nos (Buck 1988 1054 s white)

Para el negro el griego empleoacute un teacutermino significando previamente suciolsquo

μέλαρ (genitivo μελανoacuteρ Safarewicz 1986 438) pero tambieacuten el griego moderno ha seguido innovando realizando de nuevo una copia del latiacuten (de

Maurus moro ndash mauritanolsquo) μαῦπoρ Los cromatoacutenimos que procedentes

del latiacuten encontramos en el griego moderno son ya de por siacute iacutendice de la facilidad con la que como anticipaacutebamos los nombres de colores se copian

de una lengua a otra o incluso se toman de otra puesto que como es el caso de los asper o Maurus latinos a veces la forma copiada no funciona mdash

al menos regularmentemdash como nombre de color en la lengua de proceden-

cia El latiacuten por su parte empleoacute regularmente niger de pervivaz trayecto-ria como vimos y el grupo eslaacutevico optoacute por una raiacutez totalmente distinta

checo černaacute esloveno črna polaco czarny ruso чeumlрный [serbo]croata crnahellip

Para rojolsquo en cambio es bastante unaacutenime el testimonio indoeuropeo que remonta en muchas lenguas a una sola raiacutez raudndash galeacutes rhudd goacutetico

rauthorns rojolsquo griego ἐπςθπoacuteρ rojolsquo antiguo ingleacutes reacuteod rojolsquo irlandeacutes ruadh

rojolsquo antiguo islandeacutes raũdagrave rojolsquo [substantivo] rioacuteđr rojolsquo [adjetivo] y rođra sangrelsquo latiacuten rojolsquo rōbus ruber y rubrum (acusativo) con recepcioacuten

de los dialectalismos rūfus y rutilus ya que los resultados con f interior y con t no son los patrimoniales para la lengua latina lituano raudoacutenas ro-

jolsquo saacutenscrito rudhiraacuteḥ rojolsquo y rudhiraacutem sangrelsquo serbio rũd rojolsquo uacutembrico

rofu y rufru Habida cuenta de la frecuencia de un valor relacionado con cobrelsquo o con metal rojizolsquo en general en muchas lenguas indoeuropeas con

esa misma raiacutez raudndash mdashasiacute antiguo alto alemaacuten aruz[zi] minerallsquo antiguo eslaacutevico ruda mineral ndash metal ndash cobrelsquo antiguo indio lōhaacutendash metal rojo ndash

cobre ndash hierrolsquo ingleacutes ore minerallsquo antiguo islandeacutes rauđi metal rojizolsquo

latiacuten raudus o rōdus y rūdus con resolucioacuten del diptongo pieza de bronce sin elaborarlsquomdash resulta bien armada la propuesta tradicional de relacionar

aquella raiacutez indoeuropea raudndash con el sumerio urudu cobrelsquo (Gamkrelidze amp Ivanov 1995 616ndash617 y 773 Alinei 1996 269) o una forma afiacuten con ndash

aundash pues ademaacutes el fenoacutemeno es congruente con el mencionado frecuente

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origen foraacuteneo de los cromatoacutenimos o como tambieacuten vimos su tendencia a mudar y regenerarse y como veremos con un tipo de metoniacutemica motiva-

cioacuten muy habitual para los cromatoacutenimos

Praacutecticamente las mismas divergencias que encontraacutebamos entre las len-guas romaacutenicas para amarillolsquo las encontraremos tambieacuten para las lenguas

indoeuropeas y ya en general desde eacutepoca antigua Sin entrar por ahora en maacutes detalles digamos que la frecuente indiferenciacioacuten entre amarillolsquo y

verdelsquo o la tendencia a que el primer teacutermino se especialice para rubiolsquo mdash

es decir para el amarillolsquo de los cabellosmdash bien pueden estar entre las razones de esta general gran dispersioacuten del color amarillolsquo tonalidad para

la que en todo caso podemos intuir una antigua indoeuropea raiacutez gualndash o algo afiacuten

Fuera del aacutembito indoeuropeo podemos encontrar similares situaciones Asiacute por ejemplo los teacuterminos para blancolsquo y negrolsquo en las lenguas uraacutelicas

presentan un excepcional grado de divergencia y sin que por supuesto

falten teacuterminos de origen foraacuteneo (Abondolo 1998 37ndash38) No hay en definitiva razones para suponer que esa circunstancia de gran mutabilidad

de los cromatoacutenimos conocida ya en eacutepoca histoacuterica haya tenido que ser muy diferente en eacutepoca prohistoacuterica Ademaacutes el dinamismo innovador de

los cromatoacutenimos es tan real y manifiesto que resulta totalmente percepti-

ble en la vida diaria quizaacute en nuestra proacutexima visita a una tienda espe-cialmente si es una tienda de ropa o un concesionario el dependiente nos

sorprenda con un nuevo color o maacutes propiamente con una nueva denomi-nacioacuten y con probabilidad lo haga de una manera que nos resulte com-

prensible a queacute se refiera (arena butano ceniza champaacuten chicle hueso salmoacuten) Uacuteltimamente los fabricantes de vehiacuteculos estaacuten desde luego

demostrando una prodigiosa inventiva asociativa en la oferta de colores

para sus productos

De berenjenas calabacines naranjashellip o seguimos hablando de

colores y buscando moacuteviles por las principales viacuteas de la similitud y contiguumlidad

Meacuterito principaliacutesimo de Mario ALINEI ha sido el habernos hecho comprender

la importancia que la motivacioacuten de las palabras tiene en las lenguas humanas labor que ha ido desarrollando a lo largo de su obra y que maacutes

recientemente se ha visto condensada o culminada en su LlsquoOrigine delle Parole (2009 especialmente 57ndash90) donde retoma y sistematiza muchos

de los aspectos de este tema linguumliacutestico tan trascendental como ignorado

por los arbitrarios defensores de la arbitrariedad del signo linguumliacutestico sien-do asiacute que laquola motivacioacuten [hellip] es un componente obligatorio para generar palabrasraquo (Alinei 2009 60)

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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres

para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes

usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir

estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean

semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-

rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute

la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una

lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el

habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-

ble aquella polisemia supone un coste bien asumible

Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los

hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio

tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a

explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos

germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-

memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu

occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis

blohellip

En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen

en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-

cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o

en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a

formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-

mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se

colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en

espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-

tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua

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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores

en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como

enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre

de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina

foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso

ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo

Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que

regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo

que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-

temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere

ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo

acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente

derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute

castantildeo o canela

Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes

propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-

fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo

color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-

tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-

mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos

de lo concreto a lo abstracto

de lo fiacutesico a lo psiacutequico

de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande

de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y

de lo individual a lo conjunto

Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-

cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-

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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde

el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a

retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido

de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash

encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de

cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes

grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo

Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple

esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal

cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)

laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior

de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo

pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-

iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten

del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-

ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la

grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas

Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-

cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por

un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se

da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado

rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-

diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-

ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o

natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles

para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el

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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-

llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-

vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-

sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre

para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color

amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola

De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo

al pulmoacuten

Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del

color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en

el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente

su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de

color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los

cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los

hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten

Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-

clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan

colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de

mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con

pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de

estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado

Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro

caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-

mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo

a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como

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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)

Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-

yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y

por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas

Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-

cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el

vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-

tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten

pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten

el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa

kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma

raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)

Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo

dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica

tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-

secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para

el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito

germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-

dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras

formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-

cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo

de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten

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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-

torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado

en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-

gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)

La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza

parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-

mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el

magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten

humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-

namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta

Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos

El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir

una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los

nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-

da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta

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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden

varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-

tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)

Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no

suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica

travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el

origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de

la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por

ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la

Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en

Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente

nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color

alumbre alumbrelsquo =gt

alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt

melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo

Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-

te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para

dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable

sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten

para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los

varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-

ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color

Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de

colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de

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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-

mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San

Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica

de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736

San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San

Isidoro or 19175)

Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a

partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece

darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-

toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a

partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)

De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o

cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten

Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color

con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de

aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y

obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro

colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del

tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo

(uide Lucy 1997 324ndash326)

No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten

BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra

que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a

la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la

lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-

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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de

procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo

(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de

agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza

de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes

profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico

socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto

mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante

Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista

escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-

croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano

donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-

madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo

similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o

referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o

referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos

(Lucy 1997 335ndash336)

De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas

otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color

Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental

hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color

Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano

principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal

color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre

las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

SE CITARON LAS OBRAS DE

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origen foraacuteneo de los cromatoacutenimos o como tambieacuten vimos su tendencia a mudar y regenerarse y como veremos con un tipo de metoniacutemica motiva-

cioacuten muy habitual para los cromatoacutenimos

Praacutecticamente las mismas divergencias que encontraacutebamos entre las len-guas romaacutenicas para amarillolsquo las encontraremos tambieacuten para las lenguas

indoeuropeas y ya en general desde eacutepoca antigua Sin entrar por ahora en maacutes detalles digamos que la frecuente indiferenciacioacuten entre amarillolsquo y

verdelsquo o la tendencia a que el primer teacutermino se especialice para rubiolsquo mdash

es decir para el amarillolsquo de los cabellosmdash bien pueden estar entre las razones de esta general gran dispersioacuten del color amarillolsquo tonalidad para

la que en todo caso podemos intuir una antigua indoeuropea raiacutez gualndash o algo afiacuten

Fuera del aacutembito indoeuropeo podemos encontrar similares situaciones Asiacute por ejemplo los teacuterminos para blancolsquo y negrolsquo en las lenguas uraacutelicas

presentan un excepcional grado de divergencia y sin que por supuesto

falten teacuterminos de origen foraacuteneo (Abondolo 1998 37ndash38) No hay en definitiva razones para suponer que esa circunstancia de gran mutabilidad

de los cromatoacutenimos conocida ya en eacutepoca histoacuterica haya tenido que ser muy diferente en eacutepoca prohistoacuterica Ademaacutes el dinamismo innovador de

los cromatoacutenimos es tan real y manifiesto que resulta totalmente percepti-

ble en la vida diaria quizaacute en nuestra proacutexima visita a una tienda espe-cialmente si es una tienda de ropa o un concesionario el dependiente nos

sorprenda con un nuevo color o maacutes propiamente con una nueva denomi-nacioacuten y con probabilidad lo haga de una manera que nos resulte com-

prensible a queacute se refiera (arena butano ceniza champaacuten chicle hueso salmoacuten) Uacuteltimamente los fabricantes de vehiacuteculos estaacuten desde luego

demostrando una prodigiosa inventiva asociativa en la oferta de colores

para sus productos

De berenjenas calabacines naranjashellip o seguimos hablando de

colores y buscando moacuteviles por las principales viacuteas de la similitud y contiguumlidad

Meacuterito principaliacutesimo de Mario ALINEI ha sido el habernos hecho comprender

la importancia que la motivacioacuten de las palabras tiene en las lenguas humanas labor que ha ido desarrollando a lo largo de su obra y que maacutes

recientemente se ha visto condensada o culminada en su LlsquoOrigine delle Parole (2009 especialmente 57ndash90) donde retoma y sistematiza muchos

de los aspectos de este tema linguumliacutestico tan trascendental como ignorado

por los arbitrarios defensores de la arbitrariedad del signo linguumliacutestico sien-do asiacute que laquola motivacioacuten [hellip] es un componente obligatorio para generar palabrasraquo (Alinei 2009 60)

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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres

para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes

usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir

estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean

semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-

rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute

la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una

lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el

habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-

ble aquella polisemia supone un coste bien asumible

Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los

hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio

tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a

explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos

germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-

memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu

occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis

blohellip

En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen

en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-

cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o

en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a

formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-

mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se

colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en

espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-

tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua

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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores

en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como

enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre

de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina

foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso

ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo

Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que

regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo

que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-

temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere

ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo

acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente

derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute

castantildeo o canela

Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes

propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-

fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo

color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-

tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-

mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos

de lo concreto a lo abstracto

de lo fiacutesico a lo psiacutequico

de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande

de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y

de lo individual a lo conjunto

Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-

cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-

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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde

el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a

retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido

de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash

encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de

cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes

grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo

Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple

esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal

cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)

laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior

de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo

pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-

iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten

del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-

ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la

grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas

Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-

cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por

un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se

da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado

rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-

diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-

ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o

natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles

para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el

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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-

llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-

vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-

sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre

para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color

amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola

De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo

al pulmoacuten

Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del

color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en

el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente

su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de

color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los

cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los

hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten

Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-

clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan

colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de

mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con

pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de

estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado

Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro

caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-

mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo

a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como

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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)

Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-

yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y

por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas

Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-

cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el

vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-

tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten

pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten

el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa

kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma

raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)

Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo

dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica

tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-

secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para

el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito

germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-

dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras

formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-

cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo

de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten

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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-

torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado

en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-

gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)

La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza

parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-

mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el

magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten

humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-

namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta

Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos

El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir

una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los

nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-

da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta

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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden

varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-

tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)

Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no

suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica

travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el

origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de

la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por

ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la

Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en

Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente

nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color

alumbre alumbrelsquo =gt

alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt

melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo

Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-

te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para

dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable

sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten

para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los

varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-

ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color

Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de

colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de

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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-

mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San

Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica

de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736

San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San

Isidoro or 19175)

Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a

partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece

darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-

toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a

partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)

De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o

cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten

Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color

con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de

aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y

obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro

colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del

tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo

(uide Lucy 1997 324ndash326)

No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten

BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra

que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a

la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la

lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-

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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de

procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo

(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de

agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza

de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes

profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico

socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto

mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante

Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista

escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-

croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano

donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-

madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo

similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o

referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o

referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos

(Lucy 1997 335ndash336)

De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas

otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color

Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental

hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color

Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano

principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal

color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre

las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

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Page 10: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres

para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes

usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir

estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean

semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-

rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute

la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una

lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el

habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-

ble aquella polisemia supone un coste bien asumible

Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los

hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio

tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a

explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos

germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-

memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu

occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis

blohellip

En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen

en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-

cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o

en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a

formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-

mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se

colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en

espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-

tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua

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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores

en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como

enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre

de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina

foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso

ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo

Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que

regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo

que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-

temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere

ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo

acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente

derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute

castantildeo o canela

Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes

propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-

fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo

color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-

tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-

mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos

de lo concreto a lo abstracto

de lo fiacutesico a lo psiacutequico

de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande

de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y

de lo individual a lo conjunto

Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-

cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-

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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde

el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a

retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido

de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash

encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de

cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes

grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo

Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple

esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal

cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)

laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior

de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo

pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-

iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten

del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-

ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la

grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas

Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-

cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por

un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se

da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado

rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-

diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-

ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o

natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles

para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el

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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-

llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-

vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-

sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre

para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color

amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola

De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo

al pulmoacuten

Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del

color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en

el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente

su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de

color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los

cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los

hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten

Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-

clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan

colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de

mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con

pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de

estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado

Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro

caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-

mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo

a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como

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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)

Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-

yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y

por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas

Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-

cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el

vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-

tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten

pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten

el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa

kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma

raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)

Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo

dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica

tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-

secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para

el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito

germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-

dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras

formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-

cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo

de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten

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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-

torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado

en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-

gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)

La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza

parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-

mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el

magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten

humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-

namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta

Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos

El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir

una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los

nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-

da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta

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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden

varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-

tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)

Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no

suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica

travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el

origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de

la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por

ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la

Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en

Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente

nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color

alumbre alumbrelsquo =gt

alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt

melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo

Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-

te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para

dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable

sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten

para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los

varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-

ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color

Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de

colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de

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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-

mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San

Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica

de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736

San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San

Isidoro or 19175)

Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a

partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece

darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-

toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a

partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)

De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o

cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten

Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color

con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de

aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y

obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro

colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del

tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo

(uide Lucy 1997 324ndash326)

No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten

BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra

que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a

la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la

lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-

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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de

procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo

(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de

agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza

de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes

profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico

socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto

mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante

Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista

escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-

croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano

donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-

madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo

similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o

referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o

referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos

(Lucy 1997 335ndash336)

De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas

otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color

Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental

hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color

Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano

principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal

color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre

las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

SE CITARON LAS OBRAS DE

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Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores

en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como

enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre

de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina

foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso

ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo

Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que

regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo

que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-

temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere

ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo

acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente

derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute

castantildeo o canela

Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes

propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-

fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo

color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-

tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-

mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos

de lo concreto a lo abstracto

de lo fiacutesico a lo psiacutequico

de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande

de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y

de lo individual a lo conjunto

Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-

cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-

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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde

el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a

retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido

de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash

encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de

cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes

grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo

Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple

esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal

cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)

laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior

de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo

pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-

iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten

del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-

ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la

grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas

Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-

cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por

un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se

da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado

rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-

diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-

ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o

natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles

para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-

llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-

vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-

sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre

para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color

amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola

De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo

al pulmoacuten

Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del

color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en

el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente

su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de

color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los

cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los

hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten

Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-

clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan

colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de

mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con

pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de

estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado

Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro

caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-

mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo

a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como

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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)

Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-

yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y

por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas

Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-

cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el

vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-

tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten

pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten

el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa

kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma

raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)

Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo

dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica

tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-

secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para

el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito

germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-

dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras

formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-

cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo

de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten

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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-

torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado

en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-

gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)

La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza

parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-

mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el

magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten

humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-

namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta

Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos

El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir

una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los

nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-

da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta

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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden

varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-

tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)

Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no

suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica

travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el

origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de

la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por

ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la

Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en

Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente

nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color

alumbre alumbrelsquo =gt

alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt

melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo

Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-

te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para

dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable

sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten

para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los

varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-

ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color

Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de

colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de

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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-

mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San

Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica

de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736

San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San

Isidoro or 19175)

Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a

partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece

darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-

toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a

partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)

De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o

cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten

Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color

con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de

aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y

obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro

colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del

tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo

(uide Lucy 1997 324ndash326)

No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten

BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra

que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a

la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la

lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-

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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de

procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo

(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de

agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza

de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes

profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico

socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto

mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante

Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista

escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-

croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano

donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-

madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo

similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o

referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o

referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos

(Lucy 1997 335ndash336)

De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas

otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color

Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental

hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color

Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano

principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal

color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre

las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

Xaverio BALLESTER

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 36

(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde

el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a

retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido

de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash

encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de

cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes

grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo

Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple

esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal

cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)

laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior

de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo

pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-

iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten

del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-

ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la

grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas

Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-

cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por

un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se

da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado

rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-

diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-

ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o

natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles

para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el

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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-

llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-

vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-

sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre

para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color

amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola

De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo

al pulmoacuten

Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del

color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en

el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente

su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de

color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los

cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los

hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten

Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-

clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan

colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de

mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con

pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de

estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado

Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro

caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-

mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo

a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como

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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)

Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-

yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y

por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas

Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-

cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el

vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-

tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten

pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten

el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa

kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma

raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)

Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo

dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica

tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-

secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para

el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito

germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-

dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras

formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-

cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo

de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten

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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-

torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado

en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-

gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)

La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza

parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-

mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el

magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten

humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-

namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta

Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos

El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir

una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los

nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-

da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta

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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden

varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-

tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)

Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no

suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica

travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el

origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de

la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por

ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la

Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en

Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente

nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color

alumbre alumbrelsquo =gt

alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt

melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo

Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-

te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para

dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable

sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten

para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los

varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-

ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color

Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de

colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de

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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-

mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San

Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica

de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736

San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San

Isidoro or 19175)

Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a

partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece

darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-

toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a

partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)

De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o

cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten

Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color

con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de

aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y

obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro

colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del

tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo

(uide Lucy 1997 324ndash326)

No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten

BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra

que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a

la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la

lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-

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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de

procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo

(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de

agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza

de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes

profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico

socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto

mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante

Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista

escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-

croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano

donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-

madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo

similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o

referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o

referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos

(Lucy 1997 335ndash336)

De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas

otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color

Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental

hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color

Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano

principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal

color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre

las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-

llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-

vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-

sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre

para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color

amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola

De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo

al pulmoacuten

Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del

color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en

el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente

su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de

color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los

cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los

hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten

Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-

clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan

colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de

mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con

pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de

estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado

Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro

caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-

mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo

a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como

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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)

Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-

yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y

por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas

Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-

cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el

vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-

tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten

pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten

el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa

kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma

raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)

Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo

dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica

tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-

secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para

el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito

germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-

dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras

formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-

cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo

de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten

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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-

torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado

en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-

gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)

La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza

parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-

mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el

magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten

humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-

namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta

Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos

El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir

una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los

nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-

da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta

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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden

varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-

tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)

Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no

suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica

travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el

origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de

la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por

ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la

Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en

Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente

nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color

alumbre alumbrelsquo =gt

alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt

melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo

Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-

te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para

dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable

sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten

para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los

varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-

ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color

Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de

colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de

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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-

mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San

Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica

de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736

San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San

Isidoro or 19175)

Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a

partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece

darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-

toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a

partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)

De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o

cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten

Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color

con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de

aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y

obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro

colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del

tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo

(uide Lucy 1997 324ndash326)

No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten

BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra

que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a

la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la

lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-

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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de

procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo

(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de

agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza

de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes

profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico

socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto

mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante

Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista

escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-

croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano

donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-

madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo

similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o

referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o

referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos

(Lucy 1997 335ndash336)

De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas

otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color

Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental

hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color

Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano

principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal

color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre

las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)

Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-

yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y

por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas

Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-

cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el

vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-

tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten

pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten

el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa

kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma

raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)

Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo

dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica

tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-

secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para

el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito

germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-

dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras

formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-

cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo

de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten

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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-

torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado

en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-

gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)

La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza

parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-

mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el

magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten

humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-

namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta

Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos

El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir

una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los

nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-

da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta

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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden

varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-

tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)

Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no

suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica

travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el

origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de

la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por

ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la

Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en

Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente

nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color

alumbre alumbrelsquo =gt

alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt

melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo

Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-

te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para

dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable

sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten

para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los

varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-

ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color

Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de

colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-

mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San

Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica

de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736

San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San

Isidoro or 19175)

Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a

partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece

darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-

toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a

partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)

De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o

cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten

Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color

con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de

aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y

obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro

colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del

tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo

(uide Lucy 1997 324ndash326)

No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten

BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra

que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a

la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la

lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-

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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de

procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo

(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de

agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza

de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes

profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico

socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto

mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante

Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista

escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-

croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano

donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-

madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo

similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o

referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o

referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos

(Lucy 1997 335ndash336)

De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas

otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color

Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental

hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color

Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano

principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal

color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre

las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 49

L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

SE CITARON LAS OBRAS DE

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Page 15: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-

torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado

en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-

gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)

La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza

parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-

mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el

magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten

humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-

namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta

Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos

El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir

una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los

nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-

da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta

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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden

varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-

tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)

Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no

suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica

travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el

origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de

la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por

ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la

Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en

Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente

nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color

alumbre alumbrelsquo =gt

alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt

melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo

Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-

te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para

dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable

sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten

para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los

varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-

ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color

Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de

colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de

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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-

mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San

Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica

de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736

San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San

Isidoro or 19175)

Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a

partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece

darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-

toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a

partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)

De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o

cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten

Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color

con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de

aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y

obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro

colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del

tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo

(uide Lucy 1997 324ndash326)

No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten

BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra

que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a

la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la

lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-

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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de

procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo

(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de

agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza

de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes

profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico

socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto

mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante

Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista

escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-

croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano

donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-

madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo

similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o

referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o

referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos

(Lucy 1997 335ndash336)

De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas

otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color

Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental

hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color

Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano

principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal

color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre

las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

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Page 16: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden

varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-

tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)

Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no

suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica

travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el

origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de

la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por

ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la

Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en

Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente

nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color

alumbre alumbrelsquo =gt

alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt

melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo

Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-

te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para

dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable

sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten

para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los

varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-

ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color

Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de

colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de

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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-

mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San

Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica

de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736

San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San

Isidoro or 19175)

Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a

partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece

darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-

toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a

partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)

De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o

cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten

Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color

con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de

aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y

obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro

colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del

tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo

(uide Lucy 1997 324ndash326)

No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten

BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra

que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a

la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la

lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-

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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de

procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo

(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de

agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza

de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes

profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico

socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto

mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante

Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista

escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-

croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano

donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-

madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo

similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o

referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o

referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos

(Lucy 1997 335ndash336)

De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas

otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color

Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental

hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color

Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano

principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal

color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre

las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

SE CITARON LAS OBRAS DE

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Page 17: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-

mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San

Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica

de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736

San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San

Isidoro or 19175)

Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a

partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece

darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-

toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a

partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)

De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o

cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten

Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color

con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de

aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y

obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro

colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del

tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo

(uide Lucy 1997 324ndash326)

No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten

BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra

que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a

la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la

lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-

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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de

procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo

(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de

agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza

de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes

profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico

socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto

mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante

Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista

escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-

croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano

donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-

madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo

similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o

referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o

referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos

(Lucy 1997 335ndash336)

De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas

otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color

Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental

hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color

Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano

principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal

color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre

las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

SE CITARON LAS OBRAS DE

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Page 18: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de

procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo

(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de

agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza

de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes

profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico

socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto

mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante

Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista

escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-

croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano

donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-

madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo

similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o

referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o

referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos

(Lucy 1997 335ndash336)

De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas

otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color

Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental

hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color

Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano

principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal

color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre

las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

SE CITARON LAS OBRAS DE

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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-

trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-

ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de

claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-

tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la

citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las

lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo

podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)

Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y

morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces

indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo

(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La

misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria

evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a

partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-

samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales

deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del

antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ

debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-

cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-

plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten

sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras

motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino

para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)

Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo

(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su

denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua

de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado

de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera

(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se

expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-

cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles

aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada

lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo

(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)

Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-

trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera

haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell

1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el

nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln

ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)

es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988

1059 s green Casson 1997 229)

Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash

tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse

inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En

el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

Xaverio BALLESTER

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-

tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-

go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-

cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262

su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del

teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe

de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay

motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-

guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San

Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga

como la bilis

El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un

paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece

haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten

TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima

voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del

mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-

tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no

obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como

esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por

ejemplo nuestro azul marino

Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah

que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse

un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)

El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-

te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como

la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-

senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o

πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres

de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para

grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en

el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu

cenizaslsquo (Dixon 1988 231)

Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen

anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana

en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)

Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama

(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores

patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se

deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun

marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-

jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos

reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)

Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-

plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue

copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo

en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

SE CITARON LAS OBRAS DE

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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-

dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla

de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo

De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques

y friacuteos nortes

Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica

mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de

los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a

la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano

(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el

sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)

Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o

ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es

atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido

a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto

veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-

mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-

carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por

persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-

tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y

quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten

como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo

En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-

cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

Xaverio BALLESTER

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 40

Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

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Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

SE CITARON LAS OBRAS DE

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Page 24: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o

tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy

espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz

Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos

se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que

probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-

maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo

rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-

tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar

a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-

do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-

tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-

da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet

1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-

milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra

homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas

Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio

el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los

registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el

valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-

tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era

sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era

el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-

llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea

regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

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Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido

especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la

estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por

no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash

cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los

cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe

quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo

En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente

tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como

algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados

bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al

oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para

los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras

cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)

De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-

ramente especial

Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-

biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o

bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose

para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha

jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-

go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en

nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 49

L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

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Page 26: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-

ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo

(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-

lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo

Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-

drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos

De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda

pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a

realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte

de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-

ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados

de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-

mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el

rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones

0

10

20

30

40

50

60

Alicante Asturias Canarias Total

Rojo Blanco Negro

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

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Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro

Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-

pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier

otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-

larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-

vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la

naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-

tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces

en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos

Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco

y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica

manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-

que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia

maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten

del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-

cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde

En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-

nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-

ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir

el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que

actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso

del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol

para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-

bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que

podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-

to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol

actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]

De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de

coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables

Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)

existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va

antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-

rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de

color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-

ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden

ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea

regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-

llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para

verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de

un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y

KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten

otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-

se por tanto tambieacuten asiacute

BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA

El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia

que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo

que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

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Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y

natural como el cabello entrecano

Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en

una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-

res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso

o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-

jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos

nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo

(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-

te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo

(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo

(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-

maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el

mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-

ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo

Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color

ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada

en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos

de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal

sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-

presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba

makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)

Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

SE CITARON LAS OBRAS DE

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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson

posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +

BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros

blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o

concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas

con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-

do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo

Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-

iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-

rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua

tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-

mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o

brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash

guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo

que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-

cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)

Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-

co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-

que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer

1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten

conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja

de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-

tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-

sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-

landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK

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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

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Page 31: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 45

(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o

pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo

El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en

eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-

guas

Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los

predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial

refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin

Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-

guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas

Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia

mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)

El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por

el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros

indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-

lin Maffi amp Merrifield 1997 39)

Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-

producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas

(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett

Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden

1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas

(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase

leacutexica

Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el

virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-

Xaverio BALLESTER

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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 49

L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

SE CITARON LAS OBRAS DE

ABONDOLO Daniel laquoIntroductionraquo D Abondolo ed The Uralic Languages Routledge LondresndashN York 1998 1ndash42 ALINEI Mario Origini delle lingue dlsquoEuropa I La Teoria della Continuitagrave Il Mulino Bolonia 1996 laquoTre studi etimologici (1) biondo e bianco (2) marmotta (3) continuatori di gr la-miaraquo Quaderni di Semantica 231 (2002) 9ndash38 LlsquoOrigine delle Parole Aracne Roma 2009 AacuteRPAacuteD Berta laquoTatar and Bashkirraquo L Johanson amp EAacute Csatoacute edd The Turkic Languages Routledge LondresndashN York 1998 282ndash

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KOLLER Hermann Orbis pictus Latinus Vocabularius imaginibus illustratus Artemis Verlag Zuumlrich 19895 [= 1976] KOSSMANN Maarten G Grammaire du parler berbegravere de Figuig (Maroc oriental) Eacuteditions Peeters PariacutesndashLovaina

1997

LEROIndashGOURHAN Andreacute Simbolos artes y creencias de la Prehistoria trad

JM Goacutemez Istmo Madrid 1984 LIEBERMANN PHILIP Eve Spoke Human Language and Human Evolution WW Norton amp Company N York 1998

LUCY John A laquoThe linguistics of ―colorraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University Press Cambridge

1997 320ndash346

MACDONALD Lorna A Grammar of Tauya Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1990 MALHERBE Michel Les langages de llsquohumaniteacute Une encyclopeacutedie des 3000 langues parleacutees dans le monde Seghers Pariacutes 1983 MONZOacute GALLO

Carlos Substantivos Latinos con Tema en ndashi Indoeuropeo Estudio Diacroacuteni-co Universidad de Valencia Valencia 2008 MORENO CABRERA Juan Carlos

Introduccioacuten a la Linguumliacutestica Enfoque Tipoloacutegico y Universalista Editorial Siacutentesis Madrid 1997 MURDOCK George Peter Nuestros Contemporaacuteneos Primitivos trad T Ortiz Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1981 [= 1945]

OumlZGEN Emre amp DAVIES Ian laquoTurkish color terms tests of Berlin and Kaylsquos theory of color universals and linguistic relativityraquo Linguistics 35ndash36 (1998)

919ndash956

PAJELLO Luigi Dizionario VicentinondashItaliano Arnaldo Forni editore Vicenza 1979 [= 1896] PALMER Gary B Linguumliacutestica cultural trad E Bernaacuterdez

Alianza Editorial Madrid 2000

REQUENA Miguel Lo maravilloso y el poder Los presagios de los emperado-res Aureliano y Taacutecito en la Historia Augusta Universitat de Valegravencia Va-

lencia 2003 RODRIGUES Ayron D laquoMacrondashJecircraquo RMW Dixon amp AY Aikhen-vald edd The Amazonian Languages Cambridge University Press Cam-

bridge 1999 164ndash206

SAFAREWICZ Jan laquoJęzyk grecki Język starogreckiraquo L Bednarczuk red

Języki indoeuropejskie Państwowe Wydawnictwo Naukowe Varsovia 1986 I 397ndash447 SENFT Gunter Kilivila The Language of the Trobiand Islanders Mouton de Gruyter BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1986 STANLAW JAMES laquoTwo

observations on culture contact and the Japanese color nomenclature sys-

Xaverio BALLESTER

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 52

temraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and lan-guage Cambridge University Press Cambridge 1997 240ndash260 SUTROP

Urmas laquoThe basic colour terms of Estonianraquo Trames 41 (2000) 143ndash168

TRAPERO Maximiano Pervivencia de la Lengua Guanche en el Habla Comuacuten de El Hierro Leacutexico comuacuten y pastoril de la flora y de la fauna y de la topo-nimia Direccioacuten General de Patrimonio Histoacuterico sl 1999a Diccionario de Toponimia Canaria Leacutexico de referencia oroniacutemica Gobierno de Canarias

Las Palmas de Gran Canaria 1999b TRASK Robert Lawrence Etymological Dictionary of Basque (Max W Wheeler ed) University of Sussex Sussex 2008 TROMBETTI Alfredo Llsquounitagrave dlsquoorigine del linguaggio Scuola Grafica

―Civitas Dei Bolonia 1962 [= 1905]

UUSKUumlLA Mari laquoDistribution of colour terms in Ostwaldlsquos colour space in

Estonian Finnish Hungarian Russian and Englishraquo Trames 102 (2006) 152ndash168 laquoThe Basic Colour Terms of Finnishraquo SKY Journal of Linguistics 20 (2007) 367ndash397 laquoThe Basic Colour Terms of Czechraquo Trames 12 (2008)

3ndash28 UUSKUumlLA Mari amp SUTROP Urmas laquoPreliminary study of basic colour terms in modern Hungarianraquo Linguistica Uralica 432 (2007) 102ndash123

VAN DRIEM George A Grammar of Limbu Mouton de Gruyter BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1987

WEYER JR Edward Pueblos Primitivos de Hoy R Huguet trad Editorial Seix

Barral Barcelona 1972 WUNDERLICH Eva Die Bedeutung der roten Farbe im Kultus der Griechen und Roumlmer Alfred Toumlpelmann Giessen 1925

ZIMMERMANN Wolfgang amp HASHEELA Paavo Oshikwanyama Grammar Gams-berg Macmillan Publishers Windboek 1998

Page 32: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

Xaverio BALLESTER

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 46

cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde

los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~

cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues

bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico

desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el

resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-

cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona

vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN

(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo

demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u

al negro

Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro

Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de

tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o

sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo

espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de

ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres

De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud

rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance

En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-

mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente

[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 47

el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

Xaverio BALLESTER

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 48

39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 49

L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

SE CITARON LAS OBRAS DE

ABONDOLO Daniel laquoIntroductionraquo D Abondolo ed The Uralic Languages Routledge LondresndashN York 1998 1ndash42 ALINEI Mario Origini delle lingue dlsquoEuropa I La Teoria della Continuitagrave Il Mulino Bolonia 1996 laquoTre studi etimologici (1) biondo e bianco (2) marmotta (3) continuatori di gr la-miaraquo Quaderni di Semantica 231 (2002) 9ndash38 LlsquoOrigine delle Parole Aracne Roma 2009 AacuteRPAacuteD Berta laquoTatar and Bashkirraquo L Johanson amp EAacute Csatoacute edd The Turkic Languages Routledge LondresndashN York 1998 282ndash

300

BARNES Janet laquoTucanoraquo RMW Dixon amp AY Aikhenvald edd The Ama-zonian Languages Cambridge University Press Cambridge 1999 207ndash226 BERLIN Brent amp KAY Paul Basic Color Terms Their Universality and Evolu-tion University of California Press BerkeleyndashLos Aacutengeles 1969 BICKERTON

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Agricultores Una panoraacutemica globalraquo G Burenhult ed Pueblos de la Edad de Piedra Exploradores y agricultores de Asia Ameacuterica y el Paciacutefico trad F Chueca Debate Madrid 1995 80ndash89

CAMPBELL George L Concise Compendium of the Worldlsquos Languages Routledge LondresndashN York 1995 CAMPBELL Lyle The Pipil Language of El Salvador Mouton Publishers BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1985 CASSON Ro-nald W laquoColor shift evolution of English color termsraquo CL Hardin amp L

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Xaverio BALLESTER

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 50

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languageraquo Linguistic Typology 3 (1999) 179ndash207 DAVIES Ian amp CORBETT

Greville laquoThe basic color terms of Russianraquo Linguistics 32 (1994) 65ndash89 DAVIES Ian CORBETT Greville amp BAYO MARGALEF Joseacute laquoColour terms in Cata-

lan an investigation of eighty informants concentrating on the purple and blue regionsraquo Transactions of the Philological Society 931 (1995) 17ndash49

DAVIES Ian CORBETT Greville MTENJE Al amp SOWDEN Paul laquoThe basic colour terms of Chichewaraquo Lingua 95 (1995) 259ndash278 DAVIES Ian DAVIES Chris-

tine amp CORBETT Greville laquoThe basic colour terms of Ndebeleraquo African Lan-guages and Cultures 71 (1994) 36ndash48 DAVIES Ian MACDREMID Catriona CORBETT Greville MCGURK Harry JERRETT David JERRETT Tiny amp SOWDEN Paul

laquoColor terms in Setswana a linguistic and perceptual approachraquo Linguistics 30 (1992) 1065ndash1103 DEL MORAL Rafael Diccionario Espasa Lenguas del Mundo Espasa Madrid 2002 DELAMARRE Xavier Dictionnaire de la langue gauloise Une approche linguistique du vieuxndashceltique continental Eacuteditions Errance Pariacutes 20032 DIMMENDAAL Gerrit J laquoMorphologyraquo B Heine amp D

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Faits de langues 14 (1999) 11ndash25

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HASPELMATH Martin A grammar of Lezgian Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1993

KAY Paul BERLIN Brent MAFFI Luisa amp MERRIFIELD William laquoColor naming

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 51

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KOLLER Hermann Orbis pictus Latinus Vocabularius imaginibus illustratus Artemis Verlag Zuumlrich 19895 [= 1976] KOSSMANN Maarten G Grammaire du parler berbegravere de Figuig (Maroc oriental) Eacuteditions Peeters PariacutesndashLovaina

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Carlos Substantivos Latinos con Tema en ndashi Indoeuropeo Estudio Diacroacuteni-co Universidad de Valencia Valencia 2008 MORENO CABRERA Juan Carlos

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SAFAREWICZ Jan laquoJęzyk grecki Język starogreckiraquo L Bednarczuk red

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observations on culture contact and the Japanese color nomenclature sys-

Xaverio BALLESTER

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 52

temraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and lan-guage Cambridge University Press Cambridge 1997 240ndash260 SUTROP

Urmas laquoThe basic colour terms of Estonianraquo Trames 41 (2000) 143ndash168

TRAPERO Maximiano Pervivencia de la Lengua Guanche en el Habla Comuacuten de El Hierro Leacutexico comuacuten y pastoril de la flora y de la fauna y de la topo-nimia Direccioacuten General de Patrimonio Histoacuterico sl 1999a Diccionario de Toponimia Canaria Leacutexico de referencia oroniacutemica Gobierno de Canarias

Las Palmas de Gran Canaria 1999b TRASK Robert Lawrence Etymological Dictionary of Basque (Max W Wheeler ed) University of Sussex Sussex 2008 TROMBETTI Alfredo Llsquounitagrave dlsquoorigine del linguaggio Scuola Grafica

―Civitas Dei Bolonia 1962 [= 1905]

UUSKUumlLA Mari laquoDistribution of colour terms in Ostwaldlsquos colour space in

Estonian Finnish Hungarian Russian and Englishraquo Trames 102 (2006) 152ndash168 laquoThe Basic Colour Terms of Finnishraquo SKY Journal of Linguistics 20 (2007) 367ndash397 laquoThe Basic Colour Terms of Czechraquo Trames 12 (2008)

3ndash28 UUSKUumlLA Mari amp SUTROP Urmas laquoPreliminary study of basic colour terms in modern Hungarianraquo Linguistica Uralica 432 (2007) 102ndash123

VAN DRIEM George A Grammar of Limbu Mouton de Gruyter BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1987

WEYER JR Edward Pueblos Primitivos de Hoy R Huguet trad Editorial Seix

Barral Barcelona 1972 WUNDERLICH Eva Die Bedeutung der roten Farbe im Kultus der Griechen und Roumlmer Alfred Toumlpelmann Giessen 1925

ZIMMERMANN Wolfgang amp HASHEELA Paavo Oshikwanyama Grammar Gams-berg Macmillan Publishers Windboek 1998

Page 33: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 47

el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente

linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un

fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-

mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-

tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-

guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten

Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y

por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra

vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde

hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-

ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas

culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines

Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-

rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de

suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute

pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa

incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los

simbolismos humanos maacutes primarios

En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este

parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna

de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o

ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)

Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como

tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-

de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003

Xaverio BALLESTER

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 48

39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 49

L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

SE CITARON LAS OBRAS DE

ABONDOLO Daniel laquoIntroductionraquo D Abondolo ed The Uralic Languages Routledge LondresndashN York 1998 1ndash42 ALINEI Mario Origini delle lingue dlsquoEuropa I La Teoria della Continuitagrave Il Mulino Bolonia 1996 laquoTre studi etimologici (1) biondo e bianco (2) marmotta (3) continuatori di gr la-miaraquo Quaderni di Semantica 231 (2002) 9ndash38 LlsquoOrigine delle Parole Aracne Roma 2009 AacuteRPAacuteD Berta laquoTatar and Bashkirraquo L Johanson amp EAacute Csatoacute edd The Turkic Languages Routledge LondresndashN York 1998 282ndash

300

BARNES Janet laquoTucanoraquo RMW Dixon amp AY Aikhenvald edd The Ama-zonian Languages Cambridge University Press Cambridge 1999 207ndash226 BERLIN Brent amp KAY Paul Basic Color Terms Their Universality and Evolu-tion University of California Press BerkeleyndashLos Aacutengeles 1969 BICKERTON

Derek Lenguaje y especies trad MAacute Valladares Alianza Madrid 1994 BUCK Carl Darling A Dictionary of Selected Synonyms in the Principal IndondashEuropean Languages The University of Chicago Press ChicagondashLondres 1988 [= 1949] BURENHULT Goumlran laquoPor Queacute Algunos Pueblos no se Hicieron

Agricultores Una panoraacutemica globalraquo G Burenhult ed Pueblos de la Edad de Piedra Exploradores y agricultores de Asia Ameacuterica y el Paciacutefico trad F Chueca Debate Madrid 1995 80ndash89

CAMPBELL George L Concise Compendium of the Worldlsquos Languages Routledge LondresndashN York 1995 CAMPBELL Lyle The Pipil Language of El Salvador Mouton Publishers BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1985 CASSON Ro-nald W laquoColor shift evolution of English color termsraquo CL Hardin amp L

Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University

Press Cambridge 1997 224ndash239 CATTA Q P Javier Gramaacutetica del Quichua Ecuatoriano Ediciones AbyandashYala Quito 19943 CHANG SukndashJin Korean

John Benjamins Publishing Company Amsterdam Philadelphia 1996 CHANTRAINE Pierre Dictionnaire eacutetymologique de la langue grecque Histoire des mots Klincksieck Pariacutes 1999 CHILDS G Tucker A Grammar of Kisi A Southern Atlantic Language Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1995 CORBETT Greville G amp DAVIES Ian RL laquoEstablishing basic color terms

Xaverio BALLESTER

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 50

measures and techniquesraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University Press Cambridge 1997 197ndash

223 CORBETT Greville amp MORGAN Gerry laquoColour terms in Russian reflections

of typological constraints in a single languageraquo Journal of Linguistics 24 (1988) 31ndash64

DAVIES Ian RL SOSENSKAJA Tatlsquojiana amp CORBETT Greville G laquoColours in Tsakhur First account on the basic colour terms of a NakhndashDaghestanian

languageraquo Linguistic Typology 3 (1999) 179ndash207 DAVIES Ian amp CORBETT

Greville laquoThe basic color terms of Russianraquo Linguistics 32 (1994) 65ndash89 DAVIES Ian CORBETT Greville amp BAYO MARGALEF Joseacute laquoColour terms in Cata-

lan an investigation of eighty informants concentrating on the purple and blue regionsraquo Transactions of the Philological Society 931 (1995) 17ndash49

DAVIES Ian CORBETT Greville MTENJE Al amp SOWDEN Paul laquoThe basic colour terms of Chichewaraquo Lingua 95 (1995) 259ndash278 DAVIES Ian DAVIES Chris-

tine amp CORBETT Greville laquoThe basic colour terms of Ndebeleraquo African Lan-guages and Cultures 71 (1994) 36ndash48 DAVIES Ian MACDREMID Catriona CORBETT Greville MCGURK Harry JERRETT David JERRETT Tiny amp SOWDEN Paul

laquoColor terms in Setswana a linguistic and perceptual approachraquo Linguistics 30 (1992) 1065ndash1103 DEL MORAL Rafael Diccionario Espasa Lenguas del Mundo Espasa Madrid 2002 DELAMARRE Xavier Dictionnaire de la langue gauloise Une approche linguistique du vieuxndashceltique continental Eacuteditions Errance Pariacutes 20032 DIMMENDAAL Gerrit J laquoMorphologyraquo B Heine amp D

Nurse edd African Languages An Introduction Cambridge University Press Cambridge 2000 161ndash193 DIXON Robert MW A Grammar of Bou-maa Fijian The University of Chicago Press ChicagondashLondres 1988 DUBOIS Daniegravele amp GRINEVALD Colette laquoPratiques de la couleur et deacutenominationsraquo

Faits de langues 14 (1999) 11ndash25

ERNOUT Alfred amp MEILLET Antoine Dictionnaire eacutetymologique de la langue latine Histoire des mots Eacuteditions Klincksieck Pariacutes 19794

FLORES ARROYUELO Francisco J Diccionario de supersticiones y creencias populares Alianza Editorial Madrid 2000 FRAZER Sir James George La rama dorada Magia y religioacuten E Campuzano amp TI Campuzano tradd

Fondo de Cultura Econoacutemica MeacutexicondashMadrid 2003 [= 19512]

GAMKRELIDZE Thomas V amp IVANOV Vjačeslav V IndondashEuropean and the In-dondashEuropeans A Reconstruction and Historical Analysis of a ProtondashLanguage and a ProtondashCulture trad J Nichols Mouton de Gruyter Berliacutenndash

N York 1995

HASPELMATH Martin A grammar of Lezgian Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1993

KAY Paul BERLIN Brent MAFFI Luisa amp MERRIFIELD William laquoColor naming

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 51

across languagesraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University Press Cambridge 1997 KAYE Alan S amp

ROSENHOUSE Judith laquoArabic Dialects and Malteseraquo R Hetzron ed The Se-mitic Languages Routledge LondresndashN York 1997 263ndash311 KLAMER Mar-tin A Grammar of Kambera Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1998

KOLLER Hermann Orbis pictus Latinus Vocabularius imaginibus illustratus Artemis Verlag Zuumlrich 19895 [= 1976] KOSSMANN Maarten G Grammaire du parler berbegravere de Figuig (Maroc oriental) Eacuteditions Peeters PariacutesndashLovaina

1997

LEROIndashGOURHAN Andreacute Simbolos artes y creencias de la Prehistoria trad

JM Goacutemez Istmo Madrid 1984 LIEBERMANN PHILIP Eve Spoke Human Language and Human Evolution WW Norton amp Company N York 1998

LUCY John A laquoThe linguistics of ―colorraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University Press Cambridge

1997 320ndash346

MACDONALD Lorna A Grammar of Tauya Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1990 MALHERBE Michel Les langages de llsquohumaniteacute Une encyclopeacutedie des 3000 langues parleacutees dans le monde Seghers Pariacutes 1983 MONZOacute GALLO

Carlos Substantivos Latinos con Tema en ndashi Indoeuropeo Estudio Diacroacuteni-co Universidad de Valencia Valencia 2008 MORENO CABRERA Juan Carlos

Introduccioacuten a la Linguumliacutestica Enfoque Tipoloacutegico y Universalista Editorial Siacutentesis Madrid 1997 MURDOCK George Peter Nuestros Contemporaacuteneos Primitivos trad T Ortiz Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1981 [= 1945]

OumlZGEN Emre amp DAVIES Ian laquoTurkish color terms tests of Berlin and Kaylsquos theory of color universals and linguistic relativityraquo Linguistics 35ndash36 (1998)

919ndash956

PAJELLO Luigi Dizionario VicentinondashItaliano Arnaldo Forni editore Vicenza 1979 [= 1896] PALMER Gary B Linguumliacutestica cultural trad E Bernaacuterdez

Alianza Editorial Madrid 2000

REQUENA Miguel Lo maravilloso y el poder Los presagios de los emperado-res Aureliano y Taacutecito en la Historia Augusta Universitat de Valegravencia Va-

lencia 2003 RODRIGUES Ayron D laquoMacrondashJecircraquo RMW Dixon amp AY Aikhen-vald edd The Amazonian Languages Cambridge University Press Cam-

bridge 1999 164ndash206

SAFAREWICZ Jan laquoJęzyk grecki Język starogreckiraquo L Bednarczuk red

Języki indoeuropejskie Państwowe Wydawnictwo Naukowe Varsovia 1986 I 397ndash447 SENFT Gunter Kilivila The Language of the Trobiand Islanders Mouton de Gruyter BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1986 STANLAW JAMES laquoTwo

observations on culture contact and the Japanese color nomenclature sys-

Xaverio BALLESTER

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 52

temraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and lan-guage Cambridge University Press Cambridge 1997 240ndash260 SUTROP

Urmas laquoThe basic colour terms of Estonianraquo Trames 41 (2000) 143ndash168

TRAPERO Maximiano Pervivencia de la Lengua Guanche en el Habla Comuacuten de El Hierro Leacutexico comuacuten y pastoril de la flora y de la fauna y de la topo-nimia Direccioacuten General de Patrimonio Histoacuterico sl 1999a Diccionario de Toponimia Canaria Leacutexico de referencia oroniacutemica Gobierno de Canarias

Las Palmas de Gran Canaria 1999b TRASK Robert Lawrence Etymological Dictionary of Basque (Max W Wheeler ed) University of Sussex Sussex 2008 TROMBETTI Alfredo Llsquounitagrave dlsquoorigine del linguaggio Scuola Grafica

―Civitas Dei Bolonia 1962 [= 1905]

UUSKUumlLA Mari laquoDistribution of colour terms in Ostwaldlsquos colour space in

Estonian Finnish Hungarian Russian and Englishraquo Trames 102 (2006) 152ndash168 laquoThe Basic Colour Terms of Finnishraquo SKY Journal of Linguistics 20 (2007) 367ndash397 laquoThe Basic Colour Terms of Czechraquo Trames 12 (2008)

3ndash28 UUSKUumlLA Mari amp SUTROP Urmas laquoPreliminary study of basic colour terms in modern Hungarianraquo Linguistica Uralica 432 (2007) 102ndash123

VAN DRIEM George A Grammar of Limbu Mouton de Gruyter BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1987

WEYER JR Edward Pueblos Primitivos de Hoy R Huguet trad Editorial Seix

Barral Barcelona 1972 WUNDERLICH Eva Die Bedeutung der roten Farbe im Kultus der Griechen und Roumlmer Alfred Toumlpelmann Giessen 1925

ZIMMERMANN Wolfgang amp HASHEELA Paavo Oshikwanyama Grammar Gams-berg Macmillan Publishers Windboek 1998

Page 34: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

Xaverio BALLESTER

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 48

39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del

principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El

rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-

mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como

emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a

significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo

La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre

paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia

frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior

La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por

toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una

constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante

poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo

de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un

objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los

onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En

todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-

plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000

86 s cinta)

Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y

a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo

el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash

108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la

muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra

vez nos bastan y nos sobran L L L

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 49

L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

SE CITARON LAS OBRAS DE

ABONDOLO Daniel laquoIntroductionraquo D Abondolo ed The Uralic Languages Routledge LondresndashN York 1998 1ndash42 ALINEI Mario Origini delle lingue dlsquoEuropa I La Teoria della Continuitagrave Il Mulino Bolonia 1996 laquoTre studi etimologici (1) biondo e bianco (2) marmotta (3) continuatori di gr la-miaraquo Quaderni di Semantica 231 (2002) 9ndash38 LlsquoOrigine delle Parole Aracne Roma 2009 AacuteRPAacuteD Berta laquoTatar and Bashkirraquo L Johanson amp EAacute Csatoacute edd The Turkic Languages Routledge LondresndashN York 1998 282ndash

300

BARNES Janet laquoTucanoraquo RMW Dixon amp AY Aikhenvald edd The Ama-zonian Languages Cambridge University Press Cambridge 1999 207ndash226 BERLIN Brent amp KAY Paul Basic Color Terms Their Universality and Evolu-tion University of California Press BerkeleyndashLos Aacutengeles 1969 BICKERTON

Derek Lenguaje y especies trad MAacute Valladares Alianza Madrid 1994 BUCK Carl Darling A Dictionary of Selected Synonyms in the Principal IndondashEuropean Languages The University of Chicago Press ChicagondashLondres 1988 [= 1949] BURENHULT Goumlran laquoPor Queacute Algunos Pueblos no se Hicieron

Agricultores Una panoraacutemica globalraquo G Burenhult ed Pueblos de la Edad de Piedra Exploradores y agricultores de Asia Ameacuterica y el Paciacutefico trad F Chueca Debate Madrid 1995 80ndash89

CAMPBELL George L Concise Compendium of the Worldlsquos Languages Routledge LondresndashN York 1995 CAMPBELL Lyle The Pipil Language of El Salvador Mouton Publishers BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1985 CASSON Ro-nald W laquoColor shift evolution of English color termsraquo CL Hardin amp L

Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University

Press Cambridge 1997 224ndash239 CATTA Q P Javier Gramaacutetica del Quichua Ecuatoriano Ediciones AbyandashYala Quito 19943 CHANG SukndashJin Korean

John Benjamins Publishing Company Amsterdam Philadelphia 1996 CHANTRAINE Pierre Dictionnaire eacutetymologique de la langue grecque Histoire des mots Klincksieck Pariacutes 1999 CHILDS G Tucker A Grammar of Kisi A Southern Atlantic Language Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1995 CORBETT Greville G amp DAVIES Ian RL laquoEstablishing basic color terms

Xaverio BALLESTER

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 50

measures and techniquesraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University Press Cambridge 1997 197ndash

223 CORBETT Greville amp MORGAN Gerry laquoColour terms in Russian reflections

of typological constraints in a single languageraquo Journal of Linguistics 24 (1988) 31ndash64

DAVIES Ian RL SOSENSKAJA Tatlsquojiana amp CORBETT Greville G laquoColours in Tsakhur First account on the basic colour terms of a NakhndashDaghestanian

languageraquo Linguistic Typology 3 (1999) 179ndash207 DAVIES Ian amp CORBETT

Greville laquoThe basic color terms of Russianraquo Linguistics 32 (1994) 65ndash89 DAVIES Ian CORBETT Greville amp BAYO MARGALEF Joseacute laquoColour terms in Cata-

lan an investigation of eighty informants concentrating on the purple and blue regionsraquo Transactions of the Philological Society 931 (1995) 17ndash49

DAVIES Ian CORBETT Greville MTENJE Al amp SOWDEN Paul laquoThe basic colour terms of Chichewaraquo Lingua 95 (1995) 259ndash278 DAVIES Ian DAVIES Chris-

tine amp CORBETT Greville laquoThe basic colour terms of Ndebeleraquo African Lan-guages and Cultures 71 (1994) 36ndash48 DAVIES Ian MACDREMID Catriona CORBETT Greville MCGURK Harry JERRETT David JERRETT Tiny amp SOWDEN Paul

laquoColor terms in Setswana a linguistic and perceptual approachraquo Linguistics 30 (1992) 1065ndash1103 DEL MORAL Rafael Diccionario Espasa Lenguas del Mundo Espasa Madrid 2002 DELAMARRE Xavier Dictionnaire de la langue gauloise Une approche linguistique du vieuxndashceltique continental Eacuteditions Errance Pariacutes 20032 DIMMENDAAL Gerrit J laquoMorphologyraquo B Heine amp D

Nurse edd African Languages An Introduction Cambridge University Press Cambridge 2000 161ndash193 DIXON Robert MW A Grammar of Bou-maa Fijian The University of Chicago Press ChicagondashLondres 1988 DUBOIS Daniegravele amp GRINEVALD Colette laquoPratiques de la couleur et deacutenominationsraquo

Faits de langues 14 (1999) 11ndash25

ERNOUT Alfred amp MEILLET Antoine Dictionnaire eacutetymologique de la langue latine Histoire des mots Eacuteditions Klincksieck Pariacutes 19794

FLORES ARROYUELO Francisco J Diccionario de supersticiones y creencias populares Alianza Editorial Madrid 2000 FRAZER Sir James George La rama dorada Magia y religioacuten E Campuzano amp TI Campuzano tradd

Fondo de Cultura Econoacutemica MeacutexicondashMadrid 2003 [= 19512]

GAMKRELIDZE Thomas V amp IVANOV Vjačeslav V IndondashEuropean and the In-dondashEuropeans A Reconstruction and Historical Analysis of a ProtondashLanguage and a ProtondashCulture trad J Nichols Mouton de Gruyter Berliacutenndash

N York 1995

HASPELMATH Martin A grammar of Lezgian Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1993

KAY Paul BERLIN Brent MAFFI Luisa amp MERRIFIELD William laquoColor naming

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 51

across languagesraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University Press Cambridge 1997 KAYE Alan S amp

ROSENHOUSE Judith laquoArabic Dialects and Malteseraquo R Hetzron ed The Se-mitic Languages Routledge LondresndashN York 1997 263ndash311 KLAMER Mar-tin A Grammar of Kambera Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1998

KOLLER Hermann Orbis pictus Latinus Vocabularius imaginibus illustratus Artemis Verlag Zuumlrich 19895 [= 1976] KOSSMANN Maarten G Grammaire du parler berbegravere de Figuig (Maroc oriental) Eacuteditions Peeters PariacutesndashLovaina

1997

LEROIndashGOURHAN Andreacute Simbolos artes y creencias de la Prehistoria trad

JM Goacutemez Istmo Madrid 1984 LIEBERMANN PHILIP Eve Spoke Human Language and Human Evolution WW Norton amp Company N York 1998

LUCY John A laquoThe linguistics of ―colorraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University Press Cambridge

1997 320ndash346

MACDONALD Lorna A Grammar of Tauya Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1990 MALHERBE Michel Les langages de llsquohumaniteacute Une encyclopeacutedie des 3000 langues parleacutees dans le monde Seghers Pariacutes 1983 MONZOacute GALLO

Carlos Substantivos Latinos con Tema en ndashi Indoeuropeo Estudio Diacroacuteni-co Universidad de Valencia Valencia 2008 MORENO CABRERA Juan Carlos

Introduccioacuten a la Linguumliacutestica Enfoque Tipoloacutegico y Universalista Editorial Siacutentesis Madrid 1997 MURDOCK George Peter Nuestros Contemporaacuteneos Primitivos trad T Ortiz Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1981 [= 1945]

OumlZGEN Emre amp DAVIES Ian laquoTurkish color terms tests of Berlin and Kaylsquos theory of color universals and linguistic relativityraquo Linguistics 35ndash36 (1998)

919ndash956

PAJELLO Luigi Dizionario VicentinondashItaliano Arnaldo Forni editore Vicenza 1979 [= 1896] PALMER Gary B Linguumliacutestica cultural trad E Bernaacuterdez

Alianza Editorial Madrid 2000

REQUENA Miguel Lo maravilloso y el poder Los presagios de los emperado-res Aureliano y Taacutecito en la Historia Augusta Universitat de Valegravencia Va-

lencia 2003 RODRIGUES Ayron D laquoMacrondashJecircraquo RMW Dixon amp AY Aikhen-vald edd The Amazonian Languages Cambridge University Press Cam-

bridge 1999 164ndash206

SAFAREWICZ Jan laquoJęzyk grecki Język starogreckiraquo L Bednarczuk red

Języki indoeuropejskie Państwowe Wydawnictwo Naukowe Varsovia 1986 I 397ndash447 SENFT Gunter Kilivila The Language of the Trobiand Islanders Mouton de Gruyter BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1986 STANLAW JAMES laquoTwo

observations on culture contact and the Japanese color nomenclature sys-

Xaverio BALLESTER

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 52

temraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and lan-guage Cambridge University Press Cambridge 1997 240ndash260 SUTROP

Urmas laquoThe basic colour terms of Estonianraquo Trames 41 (2000) 143ndash168

TRAPERO Maximiano Pervivencia de la Lengua Guanche en el Habla Comuacuten de El Hierro Leacutexico comuacuten y pastoril de la flora y de la fauna y de la topo-nimia Direccioacuten General de Patrimonio Histoacuterico sl 1999a Diccionario de Toponimia Canaria Leacutexico de referencia oroniacutemica Gobierno de Canarias

Las Palmas de Gran Canaria 1999b TRASK Robert Lawrence Etymological Dictionary of Basque (Max W Wheeler ed) University of Sussex Sussex 2008 TROMBETTI Alfredo Llsquounitagrave dlsquoorigine del linguaggio Scuola Grafica

―Civitas Dei Bolonia 1962 [= 1905]

UUSKUumlLA Mari laquoDistribution of colour terms in Ostwaldlsquos colour space in

Estonian Finnish Hungarian Russian and Englishraquo Trames 102 (2006) 152ndash168 laquoThe Basic Colour Terms of Finnishraquo SKY Journal of Linguistics 20 (2007) 367ndash397 laquoThe Basic Colour Terms of Czechraquo Trames 12 (2008)

3ndash28 UUSKUumlLA Mari amp SUTROP Urmas laquoPreliminary study of basic colour terms in modern Hungarianraquo Linguistica Uralica 432 (2007) 102ndash123

VAN DRIEM George A Grammar of Limbu Mouton de Gruyter BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1987

WEYER JR Edward Pueblos Primitivos de Hoy R Huguet trad Editorial Seix

Barral Barcelona 1972 WUNDERLICH Eva Die Bedeutung der roten Farbe im Kultus der Griechen und Roumlmer Alfred Toumlpelmann Giessen 1925

ZIMMERMANN Wolfgang amp HASHEELA Paavo Oshikwanyama Grammar Gams-berg Macmillan Publishers Windboek 1998

Page 35: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 49

L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso

de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el

Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona

SE CITARON LAS OBRAS DE

ABONDOLO Daniel laquoIntroductionraquo D Abondolo ed The Uralic Languages Routledge LondresndashN York 1998 1ndash42 ALINEI Mario Origini delle lingue dlsquoEuropa I La Teoria della Continuitagrave Il Mulino Bolonia 1996 laquoTre studi etimologici (1) biondo e bianco (2) marmotta (3) continuatori di gr la-miaraquo Quaderni di Semantica 231 (2002) 9ndash38 LlsquoOrigine delle Parole Aracne Roma 2009 AacuteRPAacuteD Berta laquoTatar and Bashkirraquo L Johanson amp EAacute Csatoacute edd The Turkic Languages Routledge LondresndashN York 1998 282ndash

300

BARNES Janet laquoTucanoraquo RMW Dixon amp AY Aikhenvald edd The Ama-zonian Languages Cambridge University Press Cambridge 1999 207ndash226 BERLIN Brent amp KAY Paul Basic Color Terms Their Universality and Evolu-tion University of California Press BerkeleyndashLos Aacutengeles 1969 BICKERTON

Derek Lenguaje y especies trad MAacute Valladares Alianza Madrid 1994 BUCK Carl Darling A Dictionary of Selected Synonyms in the Principal IndondashEuropean Languages The University of Chicago Press ChicagondashLondres 1988 [= 1949] BURENHULT Goumlran laquoPor Queacute Algunos Pueblos no se Hicieron

Agricultores Una panoraacutemica globalraquo G Burenhult ed Pueblos de la Edad de Piedra Exploradores y agricultores de Asia Ameacuterica y el Paciacutefico trad F Chueca Debate Madrid 1995 80ndash89

CAMPBELL George L Concise Compendium of the Worldlsquos Languages Routledge LondresndashN York 1995 CAMPBELL Lyle The Pipil Language of El Salvador Mouton Publishers BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1985 CASSON Ro-nald W laquoColor shift evolution of English color termsraquo CL Hardin amp L

Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University

Press Cambridge 1997 224ndash239 CATTA Q P Javier Gramaacutetica del Quichua Ecuatoriano Ediciones AbyandashYala Quito 19943 CHANG SukndashJin Korean

John Benjamins Publishing Company Amsterdam Philadelphia 1996 CHANTRAINE Pierre Dictionnaire eacutetymologique de la langue grecque Histoire des mots Klincksieck Pariacutes 1999 CHILDS G Tucker A Grammar of Kisi A Southern Atlantic Language Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1995 CORBETT Greville G amp DAVIES Ian RL laquoEstablishing basic color terms

Xaverio BALLESTER

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measures and techniquesraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University Press Cambridge 1997 197ndash

223 CORBETT Greville amp MORGAN Gerry laquoColour terms in Russian reflections

of typological constraints in a single languageraquo Journal of Linguistics 24 (1988) 31ndash64

DAVIES Ian RL SOSENSKAJA Tatlsquojiana amp CORBETT Greville G laquoColours in Tsakhur First account on the basic colour terms of a NakhndashDaghestanian

languageraquo Linguistic Typology 3 (1999) 179ndash207 DAVIES Ian amp CORBETT

Greville laquoThe basic color terms of Russianraquo Linguistics 32 (1994) 65ndash89 DAVIES Ian CORBETT Greville amp BAYO MARGALEF Joseacute laquoColour terms in Cata-

lan an investigation of eighty informants concentrating on the purple and blue regionsraquo Transactions of the Philological Society 931 (1995) 17ndash49

DAVIES Ian CORBETT Greville MTENJE Al amp SOWDEN Paul laquoThe basic colour terms of Chichewaraquo Lingua 95 (1995) 259ndash278 DAVIES Ian DAVIES Chris-

tine amp CORBETT Greville laquoThe basic colour terms of Ndebeleraquo African Lan-guages and Cultures 71 (1994) 36ndash48 DAVIES Ian MACDREMID Catriona CORBETT Greville MCGURK Harry JERRETT David JERRETT Tiny amp SOWDEN Paul

laquoColor terms in Setswana a linguistic and perceptual approachraquo Linguistics 30 (1992) 1065ndash1103 DEL MORAL Rafael Diccionario Espasa Lenguas del Mundo Espasa Madrid 2002 DELAMARRE Xavier Dictionnaire de la langue gauloise Une approche linguistique du vieuxndashceltique continental Eacuteditions Errance Pariacutes 20032 DIMMENDAAL Gerrit J laquoMorphologyraquo B Heine amp D

Nurse edd African Languages An Introduction Cambridge University Press Cambridge 2000 161ndash193 DIXON Robert MW A Grammar of Bou-maa Fijian The University of Chicago Press ChicagondashLondres 1988 DUBOIS Daniegravele amp GRINEVALD Colette laquoPratiques de la couleur et deacutenominationsraquo

Faits de langues 14 (1999) 11ndash25

ERNOUT Alfred amp MEILLET Antoine Dictionnaire eacutetymologique de la langue latine Histoire des mots Eacuteditions Klincksieck Pariacutes 19794

FLORES ARROYUELO Francisco J Diccionario de supersticiones y creencias populares Alianza Editorial Madrid 2000 FRAZER Sir James George La rama dorada Magia y religioacuten E Campuzano amp TI Campuzano tradd

Fondo de Cultura Econoacutemica MeacutexicondashMadrid 2003 [= 19512]

GAMKRELIDZE Thomas V amp IVANOV Vjačeslav V IndondashEuropean and the In-dondashEuropeans A Reconstruction and Historical Analysis of a ProtondashLanguage and a ProtondashCulture trad J Nichols Mouton de Gruyter Berliacutenndash

N York 1995

HASPELMATH Martin A grammar of Lezgian Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1993

KAY Paul BERLIN Brent MAFFI Luisa amp MERRIFIELD William laquoColor naming

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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across languagesraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University Press Cambridge 1997 KAYE Alan S amp

ROSENHOUSE Judith laquoArabic Dialects and Malteseraquo R Hetzron ed The Se-mitic Languages Routledge LondresndashN York 1997 263ndash311 KLAMER Mar-tin A Grammar of Kambera Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1998

KOLLER Hermann Orbis pictus Latinus Vocabularius imaginibus illustratus Artemis Verlag Zuumlrich 19895 [= 1976] KOSSMANN Maarten G Grammaire du parler berbegravere de Figuig (Maroc oriental) Eacuteditions Peeters PariacutesndashLovaina

1997

LEROIndashGOURHAN Andreacute Simbolos artes y creencias de la Prehistoria trad

JM Goacutemez Istmo Madrid 1984 LIEBERMANN PHILIP Eve Spoke Human Language and Human Evolution WW Norton amp Company N York 1998

LUCY John A laquoThe linguistics of ―colorraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University Press Cambridge

1997 320ndash346

MACDONALD Lorna A Grammar of Tauya Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1990 MALHERBE Michel Les langages de llsquohumaniteacute Une encyclopeacutedie des 3000 langues parleacutees dans le monde Seghers Pariacutes 1983 MONZOacute GALLO

Carlos Substantivos Latinos con Tema en ndashi Indoeuropeo Estudio Diacroacuteni-co Universidad de Valencia Valencia 2008 MORENO CABRERA Juan Carlos

Introduccioacuten a la Linguumliacutestica Enfoque Tipoloacutegico y Universalista Editorial Siacutentesis Madrid 1997 MURDOCK George Peter Nuestros Contemporaacuteneos Primitivos trad T Ortiz Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1981 [= 1945]

OumlZGEN Emre amp DAVIES Ian laquoTurkish color terms tests of Berlin and Kaylsquos theory of color universals and linguistic relativityraquo Linguistics 35ndash36 (1998)

919ndash956

PAJELLO Luigi Dizionario VicentinondashItaliano Arnaldo Forni editore Vicenza 1979 [= 1896] PALMER Gary B Linguumliacutestica cultural trad E Bernaacuterdez

Alianza Editorial Madrid 2000

REQUENA Miguel Lo maravilloso y el poder Los presagios de los emperado-res Aureliano y Taacutecito en la Historia Augusta Universitat de Valegravencia Va-

lencia 2003 RODRIGUES Ayron D laquoMacrondashJecircraquo RMW Dixon amp AY Aikhen-vald edd The Amazonian Languages Cambridge University Press Cam-

bridge 1999 164ndash206

SAFAREWICZ Jan laquoJęzyk grecki Język starogreckiraquo L Bednarczuk red

Języki indoeuropejskie Państwowe Wydawnictwo Naukowe Varsovia 1986 I 397ndash447 SENFT Gunter Kilivila The Language of the Trobiand Islanders Mouton de Gruyter BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1986 STANLAW JAMES laquoTwo

observations on culture contact and the Japanese color nomenclature sys-

Xaverio BALLESTER

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 52

temraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and lan-guage Cambridge University Press Cambridge 1997 240ndash260 SUTROP

Urmas laquoThe basic colour terms of Estonianraquo Trames 41 (2000) 143ndash168

TRAPERO Maximiano Pervivencia de la Lengua Guanche en el Habla Comuacuten de El Hierro Leacutexico comuacuten y pastoril de la flora y de la fauna y de la topo-nimia Direccioacuten General de Patrimonio Histoacuterico sl 1999a Diccionario de Toponimia Canaria Leacutexico de referencia oroniacutemica Gobierno de Canarias

Las Palmas de Gran Canaria 1999b TRASK Robert Lawrence Etymological Dictionary of Basque (Max W Wheeler ed) University of Sussex Sussex 2008 TROMBETTI Alfredo Llsquounitagrave dlsquoorigine del linguaggio Scuola Grafica

―Civitas Dei Bolonia 1962 [= 1905]

UUSKUumlLA Mari laquoDistribution of colour terms in Ostwaldlsquos colour space in

Estonian Finnish Hungarian Russian and Englishraquo Trames 102 (2006) 152ndash168 laquoThe Basic Colour Terms of Finnishraquo SKY Journal of Linguistics 20 (2007) 367ndash397 laquoThe Basic Colour Terms of Czechraquo Trames 12 (2008)

3ndash28 UUSKUumlLA Mari amp SUTROP Urmas laquoPreliminary study of basic colour terms in modern Hungarianraquo Linguistica Uralica 432 (2007) 102ndash123

VAN DRIEM George A Grammar of Limbu Mouton de Gruyter BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1987

WEYER JR Edward Pueblos Primitivos de Hoy R Huguet trad Editorial Seix

Barral Barcelona 1972 WUNDERLICH Eva Die Bedeutung der roten Farbe im Kultus der Griechen und Roumlmer Alfred Toumlpelmann Giessen 1925

ZIMMERMANN Wolfgang amp HASHEELA Paavo Oshikwanyama Grammar Gams-berg Macmillan Publishers Windboek 1998

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Xaverio BALLESTER

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measures and techniquesraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University Press Cambridge 1997 197ndash

223 CORBETT Greville amp MORGAN Gerry laquoColour terms in Russian reflections

of typological constraints in a single languageraquo Journal of Linguistics 24 (1988) 31ndash64

DAVIES Ian RL SOSENSKAJA Tatlsquojiana amp CORBETT Greville G laquoColours in Tsakhur First account on the basic colour terms of a NakhndashDaghestanian

languageraquo Linguistic Typology 3 (1999) 179ndash207 DAVIES Ian amp CORBETT

Greville laquoThe basic color terms of Russianraquo Linguistics 32 (1994) 65ndash89 DAVIES Ian CORBETT Greville amp BAYO MARGALEF Joseacute laquoColour terms in Cata-

lan an investigation of eighty informants concentrating on the purple and blue regionsraquo Transactions of the Philological Society 931 (1995) 17ndash49

DAVIES Ian CORBETT Greville MTENJE Al amp SOWDEN Paul laquoThe basic colour terms of Chichewaraquo Lingua 95 (1995) 259ndash278 DAVIES Ian DAVIES Chris-

tine amp CORBETT Greville laquoThe basic colour terms of Ndebeleraquo African Lan-guages and Cultures 71 (1994) 36ndash48 DAVIES Ian MACDREMID Catriona CORBETT Greville MCGURK Harry JERRETT David JERRETT Tiny amp SOWDEN Paul

laquoColor terms in Setswana a linguistic and perceptual approachraquo Linguistics 30 (1992) 1065ndash1103 DEL MORAL Rafael Diccionario Espasa Lenguas del Mundo Espasa Madrid 2002 DELAMARRE Xavier Dictionnaire de la langue gauloise Une approche linguistique du vieuxndashceltique continental Eacuteditions Errance Pariacutes 20032 DIMMENDAAL Gerrit J laquoMorphologyraquo B Heine amp D

Nurse edd African Languages An Introduction Cambridge University Press Cambridge 2000 161ndash193 DIXON Robert MW A Grammar of Bou-maa Fijian The University of Chicago Press ChicagondashLondres 1988 DUBOIS Daniegravele amp GRINEVALD Colette laquoPratiques de la couleur et deacutenominationsraquo

Faits de langues 14 (1999) 11ndash25

ERNOUT Alfred amp MEILLET Antoine Dictionnaire eacutetymologique de la langue latine Histoire des mots Eacuteditions Klincksieck Pariacutes 19794

FLORES ARROYUELO Francisco J Diccionario de supersticiones y creencias populares Alianza Editorial Madrid 2000 FRAZER Sir James George La rama dorada Magia y religioacuten E Campuzano amp TI Campuzano tradd

Fondo de Cultura Econoacutemica MeacutexicondashMadrid 2003 [= 19512]

GAMKRELIDZE Thomas V amp IVANOV Vjačeslav V IndondashEuropean and the In-dondashEuropeans A Reconstruction and Historical Analysis of a ProtondashLanguage and a ProtondashCulture trad J Nichols Mouton de Gruyter Berliacutenndash

N York 1995

HASPELMATH Martin A grammar of Lezgian Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1993

KAY Paul BERLIN Brent MAFFI Luisa amp MERRIFIELD William laquoColor naming

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 51

across languagesraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University Press Cambridge 1997 KAYE Alan S amp

ROSENHOUSE Judith laquoArabic Dialects and Malteseraquo R Hetzron ed The Se-mitic Languages Routledge LondresndashN York 1997 263ndash311 KLAMER Mar-tin A Grammar of Kambera Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1998

KOLLER Hermann Orbis pictus Latinus Vocabularius imaginibus illustratus Artemis Verlag Zuumlrich 19895 [= 1976] KOSSMANN Maarten G Grammaire du parler berbegravere de Figuig (Maroc oriental) Eacuteditions Peeters PariacutesndashLovaina

1997

LEROIndashGOURHAN Andreacute Simbolos artes y creencias de la Prehistoria trad

JM Goacutemez Istmo Madrid 1984 LIEBERMANN PHILIP Eve Spoke Human Language and Human Evolution WW Norton amp Company N York 1998

LUCY John A laquoThe linguistics of ―colorraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University Press Cambridge

1997 320ndash346

MACDONALD Lorna A Grammar of Tauya Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1990 MALHERBE Michel Les langages de llsquohumaniteacute Une encyclopeacutedie des 3000 langues parleacutees dans le monde Seghers Pariacutes 1983 MONZOacute GALLO

Carlos Substantivos Latinos con Tema en ndashi Indoeuropeo Estudio Diacroacuteni-co Universidad de Valencia Valencia 2008 MORENO CABRERA Juan Carlos

Introduccioacuten a la Linguumliacutestica Enfoque Tipoloacutegico y Universalista Editorial Siacutentesis Madrid 1997 MURDOCK George Peter Nuestros Contemporaacuteneos Primitivos trad T Ortiz Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1981 [= 1945]

OumlZGEN Emre amp DAVIES Ian laquoTurkish color terms tests of Berlin and Kaylsquos theory of color universals and linguistic relativityraquo Linguistics 35ndash36 (1998)

919ndash956

PAJELLO Luigi Dizionario VicentinondashItaliano Arnaldo Forni editore Vicenza 1979 [= 1896] PALMER Gary B Linguumliacutestica cultural trad E Bernaacuterdez

Alianza Editorial Madrid 2000

REQUENA Miguel Lo maravilloso y el poder Los presagios de los emperado-res Aureliano y Taacutecito en la Historia Augusta Universitat de Valegravencia Va-

lencia 2003 RODRIGUES Ayron D laquoMacrondashJecircraquo RMW Dixon amp AY Aikhen-vald edd The Amazonian Languages Cambridge University Press Cam-

bridge 1999 164ndash206

SAFAREWICZ Jan laquoJęzyk grecki Język starogreckiraquo L Bednarczuk red

Języki indoeuropejskie Państwowe Wydawnictwo Naukowe Varsovia 1986 I 397ndash447 SENFT Gunter Kilivila The Language of the Trobiand Islanders Mouton de Gruyter BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1986 STANLAW JAMES laquoTwo

observations on culture contact and the Japanese color nomenclature sys-

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temraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and lan-guage Cambridge University Press Cambridge 1997 240ndash260 SUTROP

Urmas laquoThe basic colour terms of Estonianraquo Trames 41 (2000) 143ndash168

TRAPERO Maximiano Pervivencia de la Lengua Guanche en el Habla Comuacuten de El Hierro Leacutexico comuacuten y pastoril de la flora y de la fauna y de la topo-nimia Direccioacuten General de Patrimonio Histoacuterico sl 1999a Diccionario de Toponimia Canaria Leacutexico de referencia oroniacutemica Gobierno de Canarias

Las Palmas de Gran Canaria 1999b TRASK Robert Lawrence Etymological Dictionary of Basque (Max W Wheeler ed) University of Sussex Sussex 2008 TROMBETTI Alfredo Llsquounitagrave dlsquoorigine del linguaggio Scuola Grafica

―Civitas Dei Bolonia 1962 [= 1905]

UUSKUumlLA Mari laquoDistribution of colour terms in Ostwaldlsquos colour space in

Estonian Finnish Hungarian Russian and Englishraquo Trames 102 (2006) 152ndash168 laquoThe Basic Colour Terms of Finnishraquo SKY Journal of Linguistics 20 (2007) 367ndash397 laquoThe Basic Colour Terms of Czechraquo Trames 12 (2008)

3ndash28 UUSKUumlLA Mari amp SUTROP Urmas laquoPreliminary study of basic colour terms in modern Hungarianraquo Linguistica Uralica 432 (2007) 102ndash123

VAN DRIEM George A Grammar of Limbu Mouton de Gruyter BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1987

WEYER JR Edward Pueblos Primitivos de Hoy R Huguet trad Editorial Seix

Barral Barcelona 1972 WUNDERLICH Eva Die Bedeutung der roten Farbe im Kultus der Griechen und Roumlmer Alfred Toumlpelmann Giessen 1925

ZIMMERMANN Wolfgang amp HASHEELA Paavo Oshikwanyama Grammar Gams-berg Macmillan Publishers Windboek 1998

Page 37: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos

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across languagesraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University Press Cambridge 1997 KAYE Alan S amp

ROSENHOUSE Judith laquoArabic Dialects and Malteseraquo R Hetzron ed The Se-mitic Languages Routledge LondresndashN York 1997 263ndash311 KLAMER Mar-tin A Grammar of Kambera Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1998

KOLLER Hermann Orbis pictus Latinus Vocabularius imaginibus illustratus Artemis Verlag Zuumlrich 19895 [= 1976] KOSSMANN Maarten G Grammaire du parler berbegravere de Figuig (Maroc oriental) Eacuteditions Peeters PariacutesndashLovaina

1997

LEROIndashGOURHAN Andreacute Simbolos artes y creencias de la Prehistoria trad

JM Goacutemez Istmo Madrid 1984 LIEBERMANN PHILIP Eve Spoke Human Language and Human Evolution WW Norton amp Company N York 1998

LUCY John A laquoThe linguistics of ―colorraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University Press Cambridge

1997 320ndash346

MACDONALD Lorna A Grammar of Tauya Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1990 MALHERBE Michel Les langages de llsquohumaniteacute Une encyclopeacutedie des 3000 langues parleacutees dans le monde Seghers Pariacutes 1983 MONZOacute GALLO

Carlos Substantivos Latinos con Tema en ndashi Indoeuropeo Estudio Diacroacuteni-co Universidad de Valencia Valencia 2008 MORENO CABRERA Juan Carlos

Introduccioacuten a la Linguumliacutestica Enfoque Tipoloacutegico y Universalista Editorial Siacutentesis Madrid 1997 MURDOCK George Peter Nuestros Contemporaacuteneos Primitivos trad T Ortiz Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1981 [= 1945]

OumlZGEN Emre amp DAVIES Ian laquoTurkish color terms tests of Berlin and Kaylsquos theory of color universals and linguistic relativityraquo Linguistics 35ndash36 (1998)

919ndash956

PAJELLO Luigi Dizionario VicentinondashItaliano Arnaldo Forni editore Vicenza 1979 [= 1896] PALMER Gary B Linguumliacutestica cultural trad E Bernaacuterdez

Alianza Editorial Madrid 2000

REQUENA Miguel Lo maravilloso y el poder Los presagios de los emperado-res Aureliano y Taacutecito en la Historia Augusta Universitat de Valegravencia Va-

lencia 2003 RODRIGUES Ayron D laquoMacrondashJecircraquo RMW Dixon amp AY Aikhen-vald edd The Amazonian Languages Cambridge University Press Cam-

bridge 1999 164ndash206

SAFAREWICZ Jan laquoJęzyk grecki Język starogreckiraquo L Bednarczuk red

Języki indoeuropejskie Państwowe Wydawnictwo Naukowe Varsovia 1986 I 397ndash447 SENFT Gunter Kilivila The Language of the Trobiand Islanders Mouton de Gruyter BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1986 STANLAW JAMES laquoTwo

observations on culture contact and the Japanese color nomenclature sys-

Xaverio BALLESTER

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temraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and lan-guage Cambridge University Press Cambridge 1997 240ndash260 SUTROP

Urmas laquoThe basic colour terms of Estonianraquo Trames 41 (2000) 143ndash168

TRAPERO Maximiano Pervivencia de la Lengua Guanche en el Habla Comuacuten de El Hierro Leacutexico comuacuten y pastoril de la flora y de la fauna y de la topo-nimia Direccioacuten General de Patrimonio Histoacuterico sl 1999a Diccionario de Toponimia Canaria Leacutexico de referencia oroniacutemica Gobierno de Canarias

Las Palmas de Gran Canaria 1999b TRASK Robert Lawrence Etymological Dictionary of Basque (Max W Wheeler ed) University of Sussex Sussex 2008 TROMBETTI Alfredo Llsquounitagrave dlsquoorigine del linguaggio Scuola Grafica

―Civitas Dei Bolonia 1962 [= 1905]

UUSKUumlLA Mari laquoDistribution of colour terms in Ostwaldlsquos colour space in

Estonian Finnish Hungarian Russian and Englishraquo Trames 102 (2006) 152ndash168 laquoThe Basic Colour Terms of Finnishraquo SKY Journal of Linguistics 20 (2007) 367ndash397 laquoThe Basic Colour Terms of Czechraquo Trames 12 (2008)

3ndash28 UUSKUumlLA Mari amp SUTROP Urmas laquoPreliminary study of basic colour terms in modern Hungarianraquo Linguistica Uralica 432 (2007) 102ndash123

VAN DRIEM George A Grammar of Limbu Mouton de Gruyter BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1987

WEYER JR Edward Pueblos Primitivos de Hoy R Huguet trad Editorial Seix

Barral Barcelona 1972 WUNDERLICH Eva Die Bedeutung der roten Farbe im Kultus der Griechen und Roumlmer Alfred Toumlpelmann Giessen 1925

ZIMMERMANN Wolfgang amp HASHEELA Paavo Oshikwanyama Grammar Gams-berg Macmillan Publishers Windboek 1998

Page 38: CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una marca nijuc o nicuj de atenuativo o relativizante, así pucanicuj ‰rojizo‱,

Xaverio BALLESTER

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temraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and lan-guage Cambridge University Press Cambridge 1997 240ndash260 SUTROP

Urmas laquoThe basic colour terms of Estonianraquo Trames 41 (2000) 143ndash168

TRAPERO Maximiano Pervivencia de la Lengua Guanche en el Habla Comuacuten de El Hierro Leacutexico comuacuten y pastoril de la flora y de la fauna y de la topo-nimia Direccioacuten General de Patrimonio Histoacuterico sl 1999a Diccionario de Toponimia Canaria Leacutexico de referencia oroniacutemica Gobierno de Canarias

Las Palmas de Gran Canaria 1999b TRASK Robert Lawrence Etymological Dictionary of Basque (Max W Wheeler ed) University of Sussex Sussex 2008 TROMBETTI Alfredo Llsquounitagrave dlsquoorigine del linguaggio Scuola Grafica

―Civitas Dei Bolonia 1962 [= 1905]

UUSKUumlLA Mari laquoDistribution of colour terms in Ostwaldlsquos colour space in

Estonian Finnish Hungarian Russian and Englishraquo Trames 102 (2006) 152ndash168 laquoThe Basic Colour Terms of Finnishraquo SKY Journal of Linguistics 20 (2007) 367ndash397 laquoThe Basic Colour Terms of Czechraquo Trames 12 (2008)

3ndash28 UUSKUumlLA Mari amp SUTROP Urmas laquoPreliminary study of basic colour terms in modern Hungarianraquo Linguistica Uralica 432 (2007) 102ndash123

VAN DRIEM George A Grammar of Limbu Mouton de Gruyter BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1987

WEYER JR Edward Pueblos Primitivos de Hoy R Huguet trad Editorial Seix

Barral Barcelona 1972 WUNDERLICH Eva Die Bedeutung der roten Farbe im Kultus der Griechen und Roumlmer Alfred Toumlpelmann Giessen 1925

ZIMMERMANN Wolfgang amp HASHEELA Paavo Oshikwanyama Grammar Gams-berg Macmillan Publishers Windboek 1998