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Comunidad Pasionista • Santuario de Santa Gema Agosto-Septiembre 2012 - Nº 979 - Año XCV - 28002 Madrid SIN SABER QUIEN RECOGE, SEMBRAD, SERENOS, SIN PRISAS, LAS BUENAS PALABRAS, ACCIONES, SONRISAS. OTROS SEGADORES CORTARÁN LAS FLORES, ¡PERO HABRÁS CUMPLIDO TU DEBER DE PAZ, TU MISIÓN DE AMORES! CRISTINA DE ARTEAGA SIN SABER QUIEN RECOGE, SEMBRAD, SERENOS, SIN PRISAS, LAS BUENAS PALABRAS, ACCIONES, SONRISAS. OTROS SEGADORES CORTARÁN LAS FLORES, ¡PERO HABRÁS CUMPLIDO TU DEBER DE PAZ, TU MISIÓN DE AMORES! CRISTINA DE ARTEAGA FOTO: Mª TERESA ARIAS

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Comunidad Pasionista • Santuario de Santa GemaAgosto-Septiembre 2012 - Nº 979 - Año XCV - 28002 Madrid

SIN SABER QUIEN RECOGE, SEMBRAD,SERENOS, SIN PRISAS,LAS BUENAS PALABRAS, ACCIONES, SONRISAS.OTROS SEGADORES

CORTARÁN LAS FLORES,¡PERO HABRÁS CUMPLIDO TU DEBER DE PAZ,TU MISIÓN DE AMORES!

CRISTINA DE ARTEAGA

SIN SABER QUIEN RECOGE, SEMBRAD,SERENOS, SIN PRISAS,LAS BUENAS PALABRAS, ACCIONES, SONRISAS.OTROS SEGADORES

CORTARÁN LAS FLORES,¡PERO HABRÁS CUMPLIDO TU DEBER DE PAZ,TU MISIÓN DE AMORES!

CRISTINA DE ARTEAGA

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Preimpresión: Francisco Antón

Agosto-Septiembre 2012 - AÑO XCV - N.º 979

Desde mi ventanaMiguel González, C.P.

Passio CaritatisJosé Luis Quintero Sánchez, C.P.

Santa Gema, un alma y una vidasolo para Dios

Aniceto Rey López

Familia y VidaJulia Merodio

El Evangelio cada díaAntonio San Juan

Rincón de oraciónSor Cati de la SS. Trinidad, C.P.

Desde la otra orillaGregorio Satos Zayas

Santa Gema, en Gran CanariaJuan Manuel Ramos Padrón

Ayer torero, hoy misioneroMiguel González R., C.P.

Benedicto XVI y la Iglesia en Cuba:Verdad, caridad y pasión (I)

José Roberto Rugamas Morán

Divina Pastora de las almasP. Eutiquio López, C.P.

Conocer al SeñorJosé Luis Larrabe

UbuntuJuan Carlos Prieto T.

Otra JuventudAlberto Busto

Por los caminos del mundoJosé Fernández del Cacho

La Palabra del Papa

Beca “Santa Gema Galgani”

Peregrinaciones al Santuario

Llegó, y está yacasi terminan-

do, el tiempo de las“merecidas vacacio-nes” de verano. Con-cedido que “mereci-das”, y hasta “bienmerecidas”, pienso,con todo, que las afir-maciones pueden darlugar a reflexiones deinterés, ahora en sep-tiembre.

“Bien merecidas”, sí,pero ¿siempre y en todaslas circunstancias? Yo nome atrevería a reafirmar-lo, así, sin más. La verdades que, con demasiada fre-cuencia, se trata de vaca-ciones que se usufructúan“sin haberlas merecido”.

Las vacaciones son underecho, cierto, pero, enrigor, lo serían solamen-te cuando las ha prece-dido el deber cumplidodel trabajo realizado.Solamente entonceslas vacaciones seríanuna dedicación al “mereci-do descanso”. Me estoy refiriendo, claroestá, no tanto al nivel o plano jurídico-social cuando el nivel de la conciencia yresponsabilidad personal.

El tiempo, es oro, decimos. Todo tiem-po, el tiempo laboral, y el tiempo vaca-cional. Y el oro, nunca se malgasta sinoque se usufructúa responsablemente.Así también el tiempo. En referencia alas vacaciones, será bueno enfocarlastambién como “inversión de tiempo”.Para el descanso, ciertamente, porqueel merecido descanso es también exce-

lente inversión de cara almañana. Inversión, ade-más, para actividades di-ferentes. De hecho, soncada día más numerososlos jóvenes, y tambiénadultos, que han dedica-do sus vacaciones a co-laborar en Misiones, encampamentos de vera-no, en asistencia a dis-capacitados... Siempredesde la perspectivade espíritus filantró-pico-solidarios. Fre-cuentemente tam-

bién, desde una visióncristiana del tiem-po, de la propiavida y de la de losdemás. Desde las al-turas del Evangelio,se divisan siemre pa-norámicas diferentes,luminosas, alucinan-tes.

Finalmente, otra in-versión del tiempo vaca-cional que merece deverdad la pena: dedicartiempo y espacio a pro-fundizar en la relación

personal con Dios, al estudio para unconocimiento más profundo del Dios he-cho hombre en Cristo, Maestro y Señor.El mismo, su Espíritu Santo, indicarácómo hacerlo para alcanzar la más su-blime sabiduría, y para darle el mejorsentido y contenido al espacio de tiem-po que es la propia vida, en todas susetapas, y en todas las situaciones. An-tes, en, y después de las vacaciones.

✒ Miguel González, C.P.

DESDE MI VENTANA

Revista Pasionario/219

“¿Merecidas vacaciones?”“¿Merecidas vacaciones?”

CONTEMPLANDOELCORAZÓNTRASPASADOSOMOSLLEVADOSALAMOR

LaespiritualidaddeFranciscodeSalesyMargaritaM.deAlacoque

PASSIO CARITATIS

Revista Pasionario/220

Dios apasionado y deseoso de nuestro amor.En su obra, Introducción a la vida devota(1604) describía la devoción como respuestaamorosa al amor de Jesús. En su Tratado delamor de Dios (1616) señala que el amor deDios a los hombres es el origen del amor de loshombres a Él, y es también el que hace pro-gresar y el que conduce a la perfección estarespuesta amorosa. Escribe: “El hombre, ape-nas fija su pensamiento sobre la divinidad conatención, siente en su pecho cierta dulce ternu-ra, la que demuestra que Dios es Dios del co-razón humano”. Cristo es la revelación de estedeseo de Dios, que coincide con el designio desalvación sobre la humanidad: “El dulce Jesús,

que nos ha rescatado con susangre, desea infinitamenteque le amemos, para que eter-namente nos salvemos, y quenos salvemos para que eterna-mente le amemos; su amortiende a nuestra salvación, ynuestra salvación, a su amor”.

Según su planteamiento,Dios pone en el hombre laprimera inspiración que ledespierta a amar. De la medi-tación y contemplación de lasperfecciones divinas brota lacomplacencia del alma eneste sumo bien, que le haceexclamar: “¡Qué hermosoeres, Amado mío!”. Este es el“amor de complacencia”, me-diante el cual Dios se hace“Dios de nuestro corazón”. Yporque el corazón le abraza yle hace suyo, puede alimen-tarse de él e incorporar así encierto modo las perfeccionesdivinas, haciéndolas suyaspor este gozo en Dios. En esteamor “no sólo Dios es nues-tro, sino también nosotros so-mos suyos”. Junto con la com-placencia, es característicadel amor la condolencia. La“amorosa condolencia” seráuna de las principales huellasque dejará Francisco de Salesen la espiritualidad.

La condolencia se acre-cienta cuando los dolores del

En la espiritualidad moderna ocupan unlugar especial San Francisco de Sales

(1567-1622) y Santa Margarita Maria deAlacoque ( 1647-1690). Su contribución fun-damental se centra en la constitución delnuevo modo de aproximarse al Jesús de laPasión, revelación del amor de Dios. La cen-tralidad de la humanidad de Jesucristo, foca-lizada en su corazón suscitó un río de afecti-vidad, identificación y transformación perso-nal y eclesial. Con ello se subrayan algunasde las grandes devociones y prácticas unidasa los conceptos y actitudes de expiación y re-paración, consolación e identificación. Amboshay que incluirles en la llamada escuelafrancesa de espiritualidadformada por otros personajescomo Pierre de Bérulle(1575-1629) o San Juan Eu-des (1601-1680).

Estas actitudes espiritua-les fomentadas desde la sen-sibilidad emotiva y afectivase potencian desde el encuen-tro sacramental y se expan-den en el amor al prójimo yla entrega desinteresada.Frutos expresivos de esta es-piritualidad centrada en el“corazón de Jesús” y en elamor “afectivo” al Señor se-rán las numerosas congrega-ciones nacidas en los siglosXVIII y XIX con un marcadocarácter contemplativo y ca-ritativo en la sanidad, educa-ción y promoción de la digni-dad humana.

SAN FRANCISCODE SALES:“DE CORAZÓNA CORAZÓN”

San Francisco de Sales,nacido en 1567 en Thorens,nombrado obispo de Ginebraen 1602, compagina su servi-cio ministerial con la composi-ción de obras ascéticas y mís-ticas; muere en Lyon en di-ciembre de 1622. En sus escri-tos ofrece la imagen de un

Revista Pasionario/221

amado se agudizan, pero también cuandomás amado es el amigo. Según esta lógica, elprogreso del amor a Dios intensifica la con-dolencia, aunque también, y más aún, lacomplacencia. Este hacer común los dolores olos males, como los bienes, se realiza en y porla oración, y en ella se descubre que el origende este movimiento se encuentra de nuevoen la Divinidad que es la primera en experi-mentar tales cosas respecto de nosotros:“Cuando veo a mi Salvador en el Huerto delos Olivos con su alma triste hasta la muer-te, yo le digo: ¡Oh Señor! ¿Quién ha podidollevar estas tristezas de muerte a la mismavida sino el amor, que, suscitando en ti laconmiseración, atrajo nuestras miserias a tucorazón soberano? Al contemplar el alma de-vota abismo tal de penas y tristezas en estedivino Amante, ¿cómo podrá no sentir un do-lor sumamente amoroso? Mas considerandopor otra parte que las aflicciones de su Ama-do no proceden de imperfección alguna ni defalta de fuerzas, sino de la magnitud de suamor, no puede menos que derretirse en amorsumamente doloroso… ¿Cómo podría un fielamante ver tantos tormentos en aquel queama más que a sí mismo sin sentirse transi-do, anonadado, desecho de dolor?... Yo, ex-puesto a las penas por medio de la condolen-cia que siento al contemplar los dolores de miSalvador, me encuentro lleno de angustia ytraspasado de dolor; pero como los dolores deaquel a quien amo provienen de su amor, amedida que me afligen por la compasión medeleitan por la complacencia. ¿Cómo podríala fiel amante no experimentar alegría extre-ma viéndose tan amada de su celestial Espo-so?”.

Esta íntima unión y circularidad entrecomplacencia y condolencia es, en último tér-mino, el reflejo en el hombre de lo mismo quecontempla: La comunicación y apropiaciónde los bienes del Amado, el Crucificado, poramor. La paradoja que se produce –“la her-mosura del amor se cifra aquí en la fealdaddel dolor”– tiene que ver con la experimenta-da por el Amado, que “ama sus tormentos ymuere del placer de morir de dolor por mí”.De la conjunción de estos dos términos en “elamor de complacencia dolorosa” nace launión de nuestro corazón con el de Dios, unade cuyas expresiones es la recepción de losestigmas y el compromiso ético de amor decaridad.

A la complacencia sigue en nosotros el“amor de benevolencia”; el retorno de amornecesita de la concreción, y es este el mo-mento de los grandes deseos por hacer bienal Amado. Pero como esto es imposible res-pecto de Dios, sumo bien y bondad infinita,

este deseo se convierte, como en María, enengrandecer a Dios en nosotros, en acrecen-tar la complacencia, el gozo, el gloriarse enDios. Este gozo se concentra entonces enDios; y sin desentenderse de las criaturas,busca incansablemente su rostro y se expre-sa en las alabanzas continuas al Señor. Peroes, además, el impulso por el cual el corazónsale de sí mismo y, con el fin de que todas lascriaturas se unan en esta alabanza, se vuel-ca en la multiforme acción misionera de laIglesia. Se trata de la “divina pasión” que“hace velar, trabajar, y morir a tantos siervosde Dios entre las llamas del celo que los con-sume y devora”.

La aparente disyuntiva de acción y con-templación o de amor a Dios y al prójimoaquí es superada o integrada en una depen-dencia constitutiva.

SAN JUAN EUDES: PROLONGARLA EXISTENCIA DEL SEÑOREN LA NUESTRA

San Juan Eudes pone los fundamentospara la devoción al corazón de María (1648) yal corazón de Jesús (1672). Es considerado elpadre de muchas congregaciones religiosasasí como el padre, el doctor y el apóstol delculto litúrgico a los sagrados corazones de Je-sús y de María. En su planteamiento funda-mental, la vida cristiana es la continuación yel cumplimiento de la vida de Jesucristo. Es-cribe: “Cuando un cristiano ora, continúa y dacumplimiento a la oración que Jesucristo hizoen la tierra; cuando trabaja, continúa y dacumplimiento a la vida laboriosa de Jesucris-to… Debemos continuar y dar cumplimientoen nosotros a los estados y misterios de Jesús,y rogarle con frecuencia que los realice y cum-pla en nosotros y en toda su Iglesia, porque losmisterios de Jesús no han alcanzado todavíasu plena perfección y cumplimiento. Aunquesean perfectos y se hayan cumplido en la per-sona de Jesús, todavía no se han cumplido nison perfectos en nosotros, que somos sus miem-bros, ni en la iglesia que es su cuerpo místico.

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configuración con Cristo. Con-templando al Señor en su pa-sión se siente llamada a “suplirla ingratitud” de los hombres,lo cual sólo es posible por losméritos de Cristo, es decir,amando con un amor participa-do. Escribe: “Diré solamenteque me inflamo tanto en amorde la cruz, que no puedo vivirun instante sin sufrir; pero su-frir en silencio, sin consuelo,alivio ni compasión…Esteamor me ha durado toda mivida, y la he pasado toda ente-ra, gracias a su misericordia,en este género de ejercicios delpuro amor. Él ha tenido siem-pre cuidado de proveerme conabundancia de estos manjarestan deliciosos a su paladar, quejamás dice: Basta”. Santa Mar-garita utiliza la expresión“puro amor” como una exigen-cia de gratuidad y de renunciaabsolutas, como despojamientototal. Esto lleva hasta el extre-mo el deseo de padecer que seda en otros místicos, pero queaquí parece aferrarse a la ne-gatividad: “Me afligían las dul-

zuras: deseaba la cruz sin mezcla”. ParaMargarita, la cruz constituye el retorno deamor, y aspira a un amor desnudo. La con-templación del Señor Crucificado se concen-tra ahora en el “corazón traspasado” y la ac-titud de reparación es un movimiento deamor participado en ofrenda agradecida alPadre. Es decir, participando en el amor conel que Cristo ama al Padre y la humanidad,la propia ofrenda es agradecimiento y acogi-da del amor primero y fundamental. La res-puesta amorosa, siendo acto de libertad y decorazón, es fruto ya del amor del Padre ofre-cido en el Hijo a la humanidad.

La espiritualidad de la Cruz y del Crucifi-cado se prolonga ahora en la devoción al co-razón traspasado de Cristo que surgiendo ena finales del siglo XVII llega a la primera mi-tad del siglo XX acompañada y enriquecidacon algunos documentos de los Papas Pio XIy Pio XII. En estos se ofrecen dos aspectos adesarrollar: el del amor misericordioso quellama a la confianza y el del amor traspasa-do que invita a la conversión, a laparticipación y a la configuracióncon la Misión del Señor.

✒ José Luis QuinteroSánchez, C.P

El Hijo de Dios, en efecto, quierehacernos partícipes, prolongar ycontinuar en nosotros y en todasu Iglesia sus misterios, median-te las gracias que quiere comu-nicarnos y los efectos que quiereproducir en nosotros con susmisterios. Y por este medio quie-re cumplirlos en nosotros…ElHijo de Dios desea así consumary cumplir en nosotros todos susestados y misterios. Quiere con-sumar en nosotros el misterio desu encarnación, de su nacimien-to, de su vida oculta, formándo-se en nosotros y naciendo ennuestras almas, mediante lossantos sacramentos del bautis-mo y de la divina eucaristía yhaciéndonos vivir una vida es-piritual e interior oculta con Élen Dios”.

SANTA MARGARITAMARÍA DE ALACOQUE:SU CORAZÓNTRASPASADORÍO DE GRACIA

Santa Margarita María deAlacoque nació el 22 de Juliode 1647 en Lautecour. Ingresó en la Orden delas Visitandianas de Paray-le-Monial el 6 deNoviembre de 1672. Vive una experienciamuy peculiar de fe y de encuentros con el Se-ñor. Tras una época de incomprensión, en1686, su comunidad aceptó sus revelaciones,hasta el punto de introducir en el Monasteriola nueva forma de devoción al Sagrado Cora-zón de Jesús. A principios de 1687 esta devo-ción empieza a difundirse también fuera delMonasterio. En 1765 es institucionalizada enel calendario la fiesta del Sagrado Corazón,gracias a la aprobación del Papa ClementeXIII. Margarita muere a los 43 años, el 17 deOctubre de 1690.

Ella vive una experiencia peculiar de iden-tificación con Cristo en un camino de amor ydolor. En su vivir encuentra, a través de laContemplación del Crucificado o del EcceHomo llevando la cruz, una referencia para“obrar como Él en medio de sus crueles dolo-res, dándome a conocer que los había sufridopor mi amor”. Señala además, “imprimía enmí tal compasión y amor de los sufrimientos,que todas mis penas me parecían ligerascomparadas con el deseo que sentía de su-frirlas para conformarme con mi Jesús pa-ciente”. Junto con este amor vinculado al su-frimiento, aparece muy pronto la idea de

En Monforte de Lemos, Lugo,Santa Gema tiene también un al-tar. Ante él, los días previos a sufiesta, el 14 de mayo, celebramosun triduo muy concurrido. El díade su fiesta, a continuación de laMisa, la imagen de Sta. Gema fuellevada en procesión por las callesde Monforte. Hace ya 30 años quese vienen celebrando también losdías 14, cada mes. Santa Gemaes, ha sido, para Monforte un au-téntico regalo del cielo.

Santa Gema, como Teresita deLisieux, “pasa su cielo haciendobien en la tierra”. Sus innumerables de-votos, lo sabe muy bien, y lo proclaman.La vida de Gema fue un testimonio vivode amor y de fe, en diálogo constante deamor con el Señor. “Mi mayor gozo, escri-bía ella, es tener a Dios conmigo, cuandocamino, cuando estoy en la iglesia, cuandocolaboro en los quehaceres cotidianos enla casa Giannini.”

Dios era para Gema su Luz, su Vida,su todo. Y le rezaba: “Aquí me tenéis pos-trada a vuestros pies santísimos, mi que-rido Jesús, para manifestaros a cada ins-tante mi reconocimiento y gratitud. Osdoy gracias, pero me atrevo a pediros unavez más...”.

Su tía Elisa dejó este precioso testimo-nio: “Tenía solamente cuatro años, cuan-do la vi abstraída ante una imagen delCorazón de María. Llamé a mi hermanoCapitano, médico, para que contemplaraaquel cuadro. Le dijo, ¿qué haces, Gema?Y ella le contestó, “estoy rezando el AveMaría, anda, vete...” ¡Parecía un ángel!

En diálogo con su Ángel de la Guarda,Gema le dice: “Anda, dime cómo quieres tú

a Jesús, y así lo querré yo. Sin su Jesús,Gema no sabía vivir. Jesús, como respues-ta, imprimió en manos, pies y costado deGema sus mismas llagas de manos, pies ycostado. Estos estigmas de Pasión se re-producían cíclicamente. Estas pruebas, de-cía Gema, no solo no me apartan de Jesússino que me acercan más y más a Él”.

La vida de Gema fue una manifesta-ción, llevada hasta el extremo, de unamor y entrega incondicional a Jesús,hasta el heroísmo. “Nadie tiene un amormás grande que el que da la vida por susamigos”, dijo el Señor. Y la vida de Gemafue como una ofrenda constante, de amory dolor, a su Señor.

Gema murió joven, a sus 25 años,ofrendando su vida por la conversión delos pecadores. Su director espiritual, Pa-dre Germán, escribió su epitafio, a raíz desu muerte: “Gema Galgani, virgen ino-centísima, víctima de amor más que deenfermedad, voló al cielo el once de abrilde 1903. Descansa en paz, alma encanta-dora, en compañía de los ángeles”.

✒ Aniceto Rey López

Revista Pasionario/223

SantaGema,unalmayunavidasoloparaDios

Después de haber compartido eltema de las Bienaventuranzas, asenta-das en la familia, nos hemos ido dandocuenta de que ser feliz es un arte.

No hay reto mayor que aprender adescubrir, en quienes están a nuestrolado, un rostro: humano, libre, entrega-do… donde se contemple el rostro deDios. Y me centro en los que están anuestro lado, porque los que vivimosjuntos somos los más proclives a que-dar al descubierto, a mostrar nuestravulnerabilidad y eso implica un riesgo.

Es, relativamente fácil estar un ratocon una persona –por desagradable quesea–; es fácil querer a ese niño que te-nemos apadrinado a miles de kilóme-tros de distancia… Pero no es tan fácilrecibir a los nuestros día tras día, consus problemas, sus dolores, sus limita-ciones, su carácter, su personalidad…

JESÚS NOS OFRECE SU AMISTAD

Sin embargo, hemos ido contemplan-do, a lo largo del curso, que insertartodo ese deterioro bajo la mirada deDios, es algo que nos cambia la manerade verlo.

Jesús, que tomó nuestra naturaleza ypasó nuestra realidad para compren-dernos mejor, nos muestra en su evan-gelio su apoyo para hacerlo posible.

Nos dice que la per-sona ha sido creadapor Dios, para viviren comunidad fami-liar y comunidad dehermanos y nos dejabien clara su amistad,un don preciado quegenera amor, confian-za, cariño y también sa-crificio.

Jesús, en el trato consus seguidores, nos ense-ña que vivir en familia no

FAMILIA Y VIDA

LADESTREZADESERFELIZimplica ser unos meros empleados, niunos siervos de los demás, sino unos co-laboradores que velan por los otros; deahí que este debiera ser el mayor anhe-lo al que tendríamos que aspirar.

Porque no se puede ser familia sinamor, no se puede dar con un corazónque no se siente feliz.

De ahí la importancia de aprender amirar a los demás con una mirada deamor, en el silencio, pidiendo a Dios lagracia de verlos como Él los ve.

ENRAIZADOS A LA FAMILIA

Por muy mal que podamos sentirnosen un momento determinado, debemospensar que siempre recibimos másamor del que merecemos.

Esto no es óbice para que tengamoshambre de ser tratados con ternura, es-cuchados con cariño y acogidos con bon-dad.

Todos necesitamos escuchar, que nosdigan que nos quieren, que nos necesi-tan, que formamos parte de su vida…Sin embargo, es triste que esto no sealo habitual en nuestra manera de vivir.

Llega un momento en la existenciaen el que muchos se preguntan:¿qué he hecho malpara

Expresar y vivir el amor, desde la fe, en familia.

Expresar y vivir el amor, desde la fe, en familia.

Revista Pasionario/224

que me estén sucediendo estas cosas?¿Qué podía haber hecho? ¿Qué dejé dehacer?... Tengo que deciros que macha-car una y otra vez sobre esas preguntasno beneficia a nadie. Soy de las quepienso que es bueno mirar al pasado,pero solamente para aprender de loserrores y corregirlos, nunca para que-darse asentado en ellos dejando quenos machaquen.

QUIERO QUE SEÁIS FELICES

Llevamos todo el curso trabajando lasBienaventuranzas, pero ¿qué nos handicho a cada uno en particular? ¿Hemossido capaces de leer en ellas que todo loque nos ha ido pasando en nuestra vida,sucedió para que fuésemos felices? ¿He-mos pensado que, posiblemente, haya-mos sido nosotros los que hemos desa-provechado esa oportunidad?

Las Bienaventuranzas siempre mar-can una consecuencia positiva. Cadauna de ellas termina diciendo:

• Porque poseerán la tierra…• Porque serán saciados…

• Porque serán dichosos…• Porque serán limpios…• Porque serán consolados…• Porque verán a Dios…• Porque serán llamados hijos de

Dios… ¿Puede haber recompensamayor?

Y si estas palabras resuenan contanta fuerza dentro de nosotros ¿porqué no nos dedicamos a regalar a todospalabras de Vida como lo hizo Jesús?

HACIENDO LA EXPERIENCIA

Si Jesús nos habla de esa manera,debe ser que por ahí van las cosas. ¿Noserá que no somos felices porque no ex-presamos el amor, como Jesús nos en-señó a hacerlo?

No confundamos felicidad con placer.El placer nunca podrá darnos la felici-dad, sin embargo el amar y sentirnosamados sí nos irá introduciendo en elestadio de la felicidad.

Por tanto, no nos dé miedo. Pongá-monos en pie, atrevámonos a sacudirnuestra existencia hasta que el amorde de Dios pueda fluir de nuestro inte-rior.

Tomemos la opción de escuchar, aco-ger, reconciliarnos, perdonar… Vaya-mos al gozo de lo verdadero, de lo queperdura… al gozo que se regala, al que,jamás podremos comprar con dinero.

Que nuestra manera de vivir diga alos demás que la alegría es posible yque llega cuando somos capaces de aco-ger la Buena Noticia.

Que la felicidad no consiste en tener,ambicionar y guardar… Sino en descu-brir el Tesoro –del que habla el evange-lio– y ambicionar el gozo de sabernosdichosos:

EEnn eell ccoorraazzóónnddee llooss hheerrmmaannoossyy eenn eell ddee DDiiooss

✒ Julia [email protected]

Revista Pasionario/225

Amistad, amor, belleza, ecos de la bondadde Dios, de la amistadque Jesús nos ofrece.

Amistad, amor, belleza, ecos de la bondadde Dios, de la amistadque Jesús nos ofrece.

Revista Pasionario/226

EL EVANGELIO CADA DÍA

Puede ser que hoy como nunca, loscristianos evitemos las páginas más exi-gentes del Evangelio; que nos quedemoscon el Jesús “manso y humilde de cora-zón”, y dejemos aparte al Maestro quemarca el camino más radical a sus dis-cípulos.

En este evangelio de Mateo, Jesúsnos presenta al discípulo del todo com-prometido con Él, que deja sus bienes ysu misma familia para dedicarse aanunciar el Evangelio. Al mismo tiem-po, nos habla de la gente sencilla que daacogida a esos predicadores de la BuenaNueva de su Reino.

A todos pueden parecernos duras lasexigencias de Jesús; como si fuera de-masiado lo que nos pide a los suyos.Aunque también puede pasarnos que,habiendo oído estas cosas tantas veces,ya no nos impresionen, por darlas porsabidas y pensar que no van estricta-mente con nosotros.

No deja de ser extraño que, celebran-do la Eucaristía y escuchando su Evan-gelio cada domingo, podamos no sentir-nos enviados por Él al mundo. Olvidan-do así que también es para nosotroscuando Él exigía a sus amigos más ínti-mos. Con ellos compartimos la llamadaa estar con Jesús y a ser por Él envia-dos.

Quererle más

que a la propia familia

Si queremos ser hoy cristianos, y porconsiguiente apóstoles suyos, tenemos queaceptar ser y obrar como Él nos quiere.Quienes seguimos a Jesús y somos envia-dos por Él al mundo como testigos suyos,debemos quererle a Él más que a todos ypor encima de todo. Así de claro es el evan-gelio de hoy.

El discípulo de Cristo debe amarlo másque a sus propios padres y a sus propioshijos... Jesús no exige a nadie que no amea la propia familia. Pero pide a todos queno la amemos tanto como a Él, Señor yamigo de la vida, que da la vida por susamigos.

ELAMORMÁSGRANDEDiceJesúsasusapóstoles:“Elquequiereasupadreoasumadremásque

amínoesdignodemí...yelquenocogesucruzymesiguenoesdignodemí...Elqueencuentresuvidalaperderá,yelquepierdasuvidapormílaen-contrará.

Elqueosrecibeavosotrosmerecibeamí,yelquemereciberecibealquemehaenviado...Elquedédebeber,aunquenoseamásqueunvasodeaguafresca,aunodeestospobrecillos,sóloporqueesmidiscípulo,noperderásupaga,osloaseguro” (Mateo10,37-42).

El que da de beber un vaso de aguano perderá su paga.

Revista Pasionario/227

AMIGOSUSCRIPTOR:NuestraREVISTA,tuRevista,sehatomadotambiénsusvacaciones.

Dehecho,haentregadolosmesesdejunioyjulio,yahoraagosto-septiembre,ensolodosnúmeros.

Seguimosagradeciendoatodos:redactores,corresponsales,suscriptores.Ydeseandoatodos,igualmente,

unfelizdescansovacacional.

LA DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE LA REVISTA PASIONARIO

El camino de nuestra fe

Este camino de la fe es el más cortopara dar a conocer su Evangelio al mun-do: la radicalidad en el seguimiento delMaestro y el poder dar a entender a losnuestros que los queremos mucho, perono tanto como a Él.

Si Jesús, Dios-Amigo, no ocupa el pri-mer lugar en nuestra vida y el amor másgrande de nuestro corazón, no podemosconvencer a nadie, de que el Señor esamable por encima de todas las cosas ypreferible a cualquier otra cosa o perso-na. El amigo de Jesús que oculta su amorpreferencial por Dios, no puede ser ver-dadero amigo suyo, ni digno de ser envia-do al mundo como testigo de su amor.

Mucho arriesga quien se expone a amara Dios como Él quiere. Pero Jesús que losabe, promete a su discípulo la acogida detodos los que comparten su misma pasiónpor Dios. El Señor es causa de bendiciónpara quien, acogiéndole en casa, acoge suEvangelio. Sólo yendo en nombre de Jesúsy con su Evangelio, el cristiano se con-vierte en fuente de bendición para los de-más, empezando por su propia familia.Aunque para ello, tenga que tomar la cruzy optar incluso por perder la vida.

Nosotros debemos hoy al mundo, em-pezando por la familia, el testimonio deque los queremos tanto que sólo Dios losantecede a nuestro amor. Asíes como debiéramos presentar-nos siempre los discípulos deCristo.

✒ Antonio San Juan

Por eso se distingue el discípulo delque no lo es: porque ama mucho a su Ma-estro y le prefiere por encima de todo.Pues quien quiere a los demás por enci-ma de Cristo, no es digno de Cristo. Sóloa quien le ama de esa manera, le consi-dera el Señor como amigo suyo. Así debe-mos amarle, si queremos contar de veraspara Él, y que Él cuente con nosotroscomo testigos suyos en el mundo.

El que todo nos lo da, todo nos lo exige:seguirle con nuestra cruz de cada día, re-nunciar y estar dispuesto incluso a per-der por Él la propia vida. Aunque Jesúsno piensa tanto en el sacrificio de la vida,sino en que aceptemos vivirla como Él yen que pongamos nuestra felicidad dondenos la quiere dar Él. Buscar nuestro gozodonde no está Jesús, nos condena a que-darnos sin la seguridad y el gozo que sólopuede darnos Él.

El discípulo quiere al Señormás que a su familia.

RINCÓN DE ORACIÓN

1 CONOCERYVIVIRLAFE

El Sto. Padre decía a los sacerdotes deRoma (23.II.2012) y, posteriormente, en laSta. Misa Crismal (5-IV.2012) que “año dela fe y año del catecismo están inseparable-mente unidos”. Y que “un gran problema dela Iglesia actual es la falta de conocimien-to de la fe, es el analfabetismo religioso”.También, en la Carta apostólica “Porta Fi-dei” nos había recordado que “el conoci-miento de los contenidos de la fe es esencialpara dar el propio asentimiento” (P.F., 10).Porque existe una UNIDAD profunda EN-TRE EL ACTO con el que se cree Y LOSCONTENIDOS que asentimos, como diceel apóstol Pablo: “con el corazón se cree ycon los labios se profesa” (Rm 10,10).

Esto requiere un esfuerzo de nuestraparte, para conocer los contenidos de lafe, meditarlos, impregnarnos de ellos. Losprimeros cristianos oraban con el Credo yel Padre nuestro. Así lo enseñaban losStos. Padres en el catecumenado: “Ya ca-minéis, estéis sentados o trabajando, ya

LAPUERTADELAFEdurmáis o estéis despiertos, meditad estaconfesión de fe salvadora en vuestros co-razones” (Nicetas de Remesiana). Porque,como nos dice el Catecismo (n- 197), “re-citar con fe el Credo es entrar en comu-nión con Dios Padre, Hijo y Espíritu San-to, es también entrar en comunión contoda la Iglesia que nos transmite la fe yen el seno de la cual creemos”. En el Ca-tecismo todas las verdades están explica-das detalladamente para que podamoscomprenderlas y asimilarlas, para que seconviertan en nuestra verdadera vida. Lavida de la fe, la vida de Cristo y del Es-píritu en nosotros, no es paralela a lavida humana sino que, podríamos decir,es “transversal”: atraviesa nuestra pe-queña existencia, la eleva y la dirige ha-cia Dios, nuestro Origen y nuestra Metay lo hace por el camino de Cristo, de lamano de la Iglesia. Nos compromete conel testimonio y las buenas obras, pero, ala vez, nos desprende de lo superficial ypasajero, porque pone nuestra mirada enla eternidad.

Si no vivimos nuestra fe seremos perso-nas vacías. La fe auténticamente vividahace personas maduras, profundas y, ade-más alegres. Pues nada hay tan feliz comovivir con el Señor y para Él, caminar desu mano y dejar que en nosotros se cum-pla su voluntad, cooperando así a su De-signio de Amor en el mundo y la historia.

La fe es “obedecer” (Catec. nº 144). Yobedecer es escuchar, acoger, recibir anuestro Dios, su palabra, su verdad, por-que su verdad la garantiza él mismo. Porla fe nos fiamos de Él, confiamos plena-mente en la palabra de Dios.

2 UNANUBEDETESTIGOS

Por su fe, en el A.T., han sido alabadosy son recordados santos y profetas, tal ycomo nos transmite la carta a los Hebre-os en el capítulo 11, 3ss. El Sto. Padre ensu Carta apostólica ha hecho una lecturasimilar a esta pero con los personajes del

Revista Pasionario/228

N.T. (Cf. P.F. 13). Santos de ayer y de hoy:y así alaba la fe de María, de José, de losapóstoles, de los discípulos y los mártires,de los consagrados y los laicos en sus fa-milias, en sus trabajos, en la vida pública,y en el desempeño de carismas y ministe-rios. Es decir, hay en el pasado una “nubeingente de testigos” (Hb 12,1), la hay en laPlenitud de los tiempos con la entrada deCristo en la historia (Cf Gal 4,4) y esta“nube” sigue creciendo con nosotros si vi-vimos y testimoniamos nuestra fe.

Todo esto nos tiene que animar a pedirel don de la fe, conocer los contenidos queencontramos en el Catecismo y dar gra-cias a Dios por la fe ya concedida, por la

fe de nuestros seres queridos, de nuestrosamigos y por nuestra fe que deseamoscrezca día a día.

3 LAFEDELAIGLESIA

Aunque la fe es algo muy personal(Cf. Catec. nº 166), nosotros tenemos feporque la Iglesia es depositaria de esaFe y, como Madre, nos la ha transmitido,la sostiene, la alimenta y nos enseña adecir creo (Cf. Catec. nº 167, 168).

Por eso cuando en la Sta. Misa el sa-cerdote dice “no mires nuestros pecadossino la FE de tu Iglesia” no se está refi-riendo únicamente a nuestra “pequeña ypobre fe” sino que está suplicando al Se-ñor que nos reciba y nos bendiga por la Feíntegra que la Iglesia ha recibido y con-serva de su Señor (Cf. Catec. nº 168, 171).

La Iglesia es nuestra Madre: en su senohemos nacido a la fe cuando fuimos bauti-zados. De sus manos recibimos el Pan dela Vida, Jesucristo, nuestro Señor. A travésde Ella, Cristo nos perdona los pecados ynos confirma en la fe, haciéndonos sus tes-tigos. En presencia de la Iglesia Dios ben-dice el matrimonio de un hombre y unamujer. Gracias a la Iglesia se multiplicanlos sacerdotes en toda la tierra y ella, tam-bién nos ayuda —con la Ayuda de Cristo—en nuestra enfermedad y nos acompañaen el paso de este mundo a la eternidad.

La fe sin la Iglesia sería como un GRANREGALO que no podríamos disfrutar ydel que no podríamos beneficiarnos.

Junto al Don de la fe, agradezcamos alSeñor el Don inestimable de la Iglesia,nuestra Madre.

✒ Sor Cati de la SS. Trinidad, C.P.Oviedo

Revista Pasionario/229

SANTA GEMA:

CALENDARIO DE PARED, AÑO 2013, CON LÁMINA A TODO COLOR.Ya está a disposición de los devotos de Sta. Gema y Familia Pasionista.

Pedidos a la Administración de nuestra Revista:

C/ Leizarán, 24 y Bidasoa, 11 - 28002 MADRID - Tels.: 915 635 407 / 915 635 068 - Fax: 915 635 431

Página Web: www.libreriaelpasionariomadrid.com - Correo electrónico: [email protected]

Revista Pasionario/230

DESDE LA OTRA ORILLA

Creo que los cristianos tenemos mu-cho que decir, pero no siempre sabemoscómo decirlo. Fallamos a la hora de co-municar la verdad de Dios en una formabíblica, pero también culturalmenteatractiva. Como resultado, muchas per-sonas tienen una “imagen” de la iglesiadistorsionada, entre seca y aburrida. ¿Dequién es la culpa? Mientras conservamosy difundimos la Palabra de Dios, y juntoa ella los Documentos que conformannuestra herencia de fe, no somos capacesde traducir esta riqueza de contenidos.Creo también, que con frecuencia con-fundimos tanto el término como la ima-gen de “Iglesia”; y muchas veces se en-tiende solo la “autoridad”, cuando en re-alidad “yo”, “tú”, “él”, todos y cada uno,somos iglesia.

Signos con mucho contenido

Cuando estudiamos y contemplamos losconceptos fundamentales que nos mues-tran el ser y la misión de la Iglesia, soninevitables, en nuestras percepciones ysentimientos, la abstracción, la analogía,los gestos, las imágenes. Si hacemos un so-mero repaso de nuestros actos litúrgicos,podemos observar cómo todo es manifesta-ción en la Palabra o gestos simbólicos dealgo o alguien: colores (vestimentas), mú-sica (alabanza), signos, imágenes(iconografía), símbolos (luz,agua, fuego...). Todo esto es sig-no o representación de la ver-dad evangélica en ayuda delconocimiento de Dios, pues laIglesia, por definición, no dejade ser un signo de revelacióny salvación.

El estilo de Jesús

Jesús era creativo en todomomento, siempre tenía unaforma diferente y nueva deenfocar las verdades. «Y noles hablaba de nada sin pará-bolas.» (Mt 13,34). Dibujabaen la arena, enseñaba unamoneda, señalaba a unsembrador, o sentaba a unniño en su regazo. Al final,usó la cruz para comunicar-nos su amor por nosotros.

La monotonía aburre; anuestra manifestación eclesial,parece que le faltan recursos deimaginación. Puede que hagamos unaliturgia sencilla, pero entiendo que nocumplirá su finalidad si no nos ayudaa percibir los misterios de nuestra fe.

Nos referimos a los Oficios como“celebración” y, del domingo decimos,“Fiesta del Señor” o “Fiesta Dominical”.Nos reunimos en asamblea para expresaralgo; y nuestros signos y actos se traducenen presencia; estamos vivos, contentos yalegres. Como cristianos, tenemos que es-tar siempre alegres, pues esto ya sería unabuena manifestación cristiana.

Iglesia:símbolos,gestoseimágenes,enlosacontecimientoslitúrgicos

Religiosidad popular manifestaciónclara de fe.

Revista Pasionario/231Revista Pasionario/231

Simbología eclesial

La simbología eclesial es rica en sumensaje, pero es un mensaje de significa-do, a veces, olvidado; una asignatura pen-diente; participamos en nuestros serviciosreligiosos, y no se da importancia a nues-tra liturgia, cuando desde los primeros pa-sos del cristianismo era parte importantede la participación en el misterio de Cris-to: Imposición de manos, agua, crismación,... todo el cuerpo y otros elementos se po-nían al servicio del iniciado, se explicaba yse vivía.

También hemos adaptado la simbologíadel color, y su significado nos está diciendoalgo: El rojo, presenta la sangre de Cristo;el Azul, para representar la verdad; elblanco, que nos habla de paz y pureza; elmorado nos muestra majestad; el verde, es-peranza, venida, escatología. Una manera,incluso diverdad, de comunicarse con Dios.

Si nos acercamos a la Antropología filo-sófica, esta nos dice que el hombre, comoser, necesita signos y símbolos para comu-nicarse con los demás, y lo hacemos me-diante el lenguaje, gestos y acciones. Lomismo sucede en la relación personal connuestro Dios.

De igual modo acontece con los signos ysímbolos de la vida social de los hombres:lavar y ungir, partir el pan y compartirlo,

pueden expresar la presencia santifican-te de Dios y la gratitud del hombre ha-cia su Creador.

Los ritos no se mueven en el nivel deldiscurso religioso; la religión en acción yel lenguaje simbólico es la mejor forma–a veces la única– de expresar lo másprofundo de la vida: el amor, la alegría,el dolor, el deseo de felicidad, la fraterni-dad, el sentido de comunidad, la espe-ranza, la fe.

Nosotros, los creyentes cristianos, te-nemos a veces cierta dificultad en expre-sar con gestos nuestros sentimientos re-ligiosos; otras, sentimos cierto pudor sise nos invita a: juntar o elevar las ma-nos, hacer una genuflexión.

La Cruz, signo y misterio

La Cruz resume toda la teología sobreDios, sobre el misterio de la salvación enCristo, sobre la vida cristiana. Porque laCruz es todo un discurso: nos presenta aun Dios trascendente pero cercano; unDios que ha querido vencer el mal con supropio dolor; un Cristo que es Juez y Se-ñor, pero a la ver Siervo, que ha queridollegar a la total entrega de sí mismo,como imagen plástica del amor y de lacondescendencia de Dios; nuestra ora-ción, sobre todo en la celebración litúrgi-ca comunitaria, solo es completa y ex-presiva cuando la acción se une a la pa-labra. Todo el cuerpo se convierte en len-guaje: los ojos que miran, las posturasdel cuerpo, el canto, el movimiento, lasmanos... La liturgia también pasa porlas manos. Unas manos que dan, queofrecen, que reciben, que muestran, quepiden, que se elevan hacia Dios, que setienden al hermano, que trazan la señalde la cruz.

¡Qué lástima que en nuestra presen-cia en los actos religiosos, no sepamosapreciar este juego de acercamientosanalógicos a las imágenes litúrgicas dela Iglesia! Hagamos un esfuerzo y sepa-mos valorar que, el conocimiento del sig-nificado concreto de los diferentes ges-tos, ritos y símbolos litúrgicos, es funda-mental para que los misterios que laIglesia celebra, puedan ser ple-namente comprendidos y vivi-dos por todos los que participa-mos en ellos.

✒ Gregorio Santos ZayasBarcelona

La fe, como la luz ilumina caminos.

Revista Pasionario/232

En san Isidro de Amagro

San Isidro de Amagro, es unpueblo de Gáldar, municipio deGran Canaria, situado en el no-roeste de la isla, entre SantaMaría de Guía y la villa marine-ra de Agaete. Constituido en pa-rroquia a mediados del siglo pa-sado bajo la advocación del pa-trón de los agricultores y se-menteras, San Isidro Labrador,conserva entre su imagineriauna talla de Santa Gema Galga-ni, donada por don José MateosQuesada en la década de los 50; grandivulgador de la devoción a la santamientras estuvo entre nosotros. Estepueblo celebra el 15 de mayo su fiestapatronal, destacando también el domin-go anterior la fiesta a nuestra queridasanta, que se viene celebrando de for-ma ininterrumpida desde su llegadaaquí. Es organizada y costeada por to-dos los vecinos y devotos visitantes quehacen de esta parroquia un lugar deencuentro para rezar a Sta. Gema yagradecer su intercesión.

Con una población que supera lostres mil habitantes ocupados en sumayor parte en el sector servicios, losacontecimientos nunca pasan desaper-cibidos y el tranquilo devenir de losdías se ve alterado por circunstanciasque, a pesar de estar en el prólogo de sudesenlace, causan profundo malestarcuando llegan.

El recuerdo de un párroco bueno

El pasado mes de abril nos dejaba elReverendo Pedro Monzón Suárez. Sunombre y sus hechos quedarán parasiempre ligados a la historia de la co-munidad galdense. Ejerció como direc-tor espiritual en muchas parroquias dela isla, escuchando sin interrumpir yargumentando soluciones a los numero-

sos problemas que le planteaban. Reali-zó una brillante labor pastoral entre lajuventud, no solo desde las parroquiasdonde ejerció su sacerdocio, sino tam-bién desde el seminario diocesano, de-jando constancia viva de su buen que-hacer entre los jóvenes. Su solidaridadpermanecerá viva para siempre en Co-lombia y Paraguay. El colectivo de ma-dres solidarias, coordinado por él, sigueluchando para ayudar a los más desfa-vorecidos. Los grupos de catequistas,los de liturgia, el catecumenado deadultos, los mayores con los que solíacompartir en horas vespertinas, los ni-ños en las misas dominicales, los enfer-mos físicos y espirituales, todos los quede una forma u otra compartieron al-gún momento de su densa y humanita-ria labor, le recordarán como el cura dela sonrisa perenne, del comentario conironía, pero sin malicia, que invitaba ala sonrisa, él que siempre creyó y luchópor los “santos vivientes”.

En la década de los sesenta-setenta,el pueblo de San Isidro vivió una de lasépocas más brillantes de su corta histo-ria. Dirigidos por Pedro, y el recordadoJuanero, el cobrador, se instituyó laFiesta de la juventud, donde el frío no-viembre se volvió cálido y todos los jó-venes nos vimos inmersos en un pro-yecto innovador que nos cautivó y nos

SANTAGEMA,ENGRANCANARIA

Don Pedro Monzón Suárezante la Iglesia de San Isidro.

Revista Pasionario/233

hizo crecer como personas. Pregonó lasFiestas de Santiago, fue nombrado hijopredilecto del municipio, abanderó laconstrucción de la deteriorada cúpuladel templo de San Isidro e hizo de lasparroquias de Nuestra Señora de Fáti-ma en La Montaña, Nuestra Señora delos desamparados en Barrial y San Pe-dro González Telmo en Sardina, luga-res de confluencia de muchos cristianosque creyeron en su palabra y servicio alprójimo.

Descansa para siempre, alma buena,en la paz del Señor que continuamentenos presentaste como el buen amigo, yte prometemos ser fieles a tus princi-pios, hablar sin acusar, dar sin escati-mar y orar sin cesar.

Y el adiós a un buen amigo

Pasadas las fiestas de Santa Gema ySan Isidro y recuperándonos lentamen-te del ajetreo festivo, la marcha de otroser ampliamente conocido quebranta laarmonía del pueblo. Manuel CabreraGil, nuestro querido Manolo, nos dejadespués de luchar con deci-sión y mucho sacrificio du-rante once largos años conla enfermedad que nos privóde su presencia. Manolo, es-poso modelo, feliz padre dedos hijos que hoy ejercen lamedicina, y abuelo amorosode dos nietos, dedicó mu-chas horas de su vida a laiglesia. El archivo parro-quial fue testigo mudo denumerosos días de denoda-do esfuerzo de actualizaciónde libros, de escucha y apo-yo a todos aquellos que pre-cisaban atención por naci-mientos, matrimonios, de-funciones, mostrando sumejor talante y agilizando, siempre queera posible, los trámites burocráticos.

¡Cómo disfrutaba de las celebracio-nes eucarísticas, de su organización ydesarrollo, de la estética religiosa. Se-glar de convicciones profundas, colabo-

rador en liturgia, en catequesis, en pro-yectos sociales, apoyando en su palabrafácil y agradable, con el lema de “pro-meter sin olvidar”.

Encabezó de forma dinamizadora yefectiva el colectivo de las Romerías aSan Isidro, un espectáculo digno de ver,y compartir.

Luchador incansable, desde muy jo-ven, en la preparación y desarrollo dela fiesta a Santa Gema, la pregonó bri-llantemente en el año 2007. Fue tam-

bién pregonero de la fiesta aSan Isidro en el año 2005.

Gustaba vivir intensa-mente la Semana Santa, vi-sitar con frecuencia la reser-va del santísimo, participan-do de forma activa en elAuto de Reyes y la Pasión yMuerte de Jesús en sus pri-meras representaciones.

Estaba suscrito a la revis-ta “El Pasionario” quedandoahora en manos de su espo-sa.

Su misión terrenal haquedado ampliamente cu-bierta y reposa para siem-pre en el paraíso de los jus-tos.

Dos hombres buenos se han ido, perosu recuerdo estará siempre vivo en no-sotros, teniéndolos presentes en nues-tras oraciones.

✒ Juan Manuel Ramos Padrón

Sta. Gema en procesiónpor las callesde Gáldar.

Don Manuel Cabrera Gil,suscriptor de nuestra

revista.

Revista Pasionario/234

AYER TORERO, HOY MISIONERO

JUANBENJUMEARAMOS,MISIONEROENECUADOR(EntrevistaenMadrid,alregresaralaMisión)

Allá por los años sesenta,comenzó a despuntar un luce-ro en el cielo de la torería. Unlucero de Paradas, en Sevilla.Un torero andaluz, con espíritude aventura, con inquietudeshondas, con corazón entremístico y aventurero, ávido deabarcar y comerse el mundo.Antes, torero, luego, religioso,misionero y cura. Síntesis detoda una vida. El es Juan Ben-jumea Ramos. ¿Lo recuerdan?

Ocasionalmente, me encon-tré con él en Madrid. Ensegui-da vi en él al hombre de pala-bra grácil, de vida rica en con-tenidos, y que se deja entre-vistar fácilmente. Concertamosun segundo encuentro, tam-bién en Madrid, que de hechotuvo lugar en una tarde lumi-nosa del mes de junio.

■ Juan, el tiempo apremia. El repa-so de tus vivencias, extensas e intensas,nos llevarían horas. Cuéntame ya, paralos lectores de mi Revista, algo de tuvida, de tus años jóvenes, para empezar.

■ Tienes razón. El tiempo, y tam-bién el espacio, son los que mandan.Con todo, yo te voy a dejar mi librito-memoria “De los toros a la Misión”. Ahíencontrarás más datos, más detalles,que hoy, aquí, no nos caben.

Verás: yo nací en Paradinas, cerquitade Sevilla, en un contexto familiar cam-pesino, más bien difícil, y de posguerra.Fuimos siete hermanos. Ya de pequeñostrabajábamos, y a veces también dormí-amos, unos y otros, en el campo, en el“sombrajo”. Con frecuencia se armabanremolinos que, a veces, llegaban a arre-batar los “sombrajos”. El nuestro, nun-ca. Recuerdo que mi tío Alonso se poníaa la puerta, cruzaba los dedos de sumano derecha en forma de cruz y decía:“donde está la cruz, no entra el diablo”.

■ ¿Y después?■ La verdad es que no me iban mu-

cho a mí las faenas del campo. Mis in-quietudes iban por otros derroteros, yaen plena adolescencia. A mis trece años,convencí a mi padre para que me permi-tiera aprender ebanistería... Y me apa-sionaba también el mundo de los toros.A mis diez y seis, ya fui ayudante de do-

El Padre Benjumea, con los niñosde Esmeralda (y con cristianos de su misión).

Revista Pasionario/235

mador de caballos. Tomé contacto con elConde de Aguilar, quien me proporcionópoder participar en algunas carreras. Alos diez y siete, me lancé a Valencia, par-ticipando en algunas capeas. Tambiénen Salamanca. A los diez y ocho, toreopor primera vez en la Maestranza, deSevilla. Así, por ocho o diez años más lle-gando a torear también en Madrid, enLas Ventas, y en Vista Alegre, contandosiempre con el aprecio de mis padres, apesar de tantas escapadas y travesurasmías... La verdad es que llegué a ser co-nocido y valorado en el ámbito del toreo.

■ Bien, Juan; sin dejar de lado tupelícula torera, cambiemos ahora detercio... ¿Cuándo empezaron a aflorartus inquietudes religiosas?

■ Verás, mi gran afición fue siempreel mundo de los toros, pero mis inquie-tudes religiosas tenían también raícesprofundas. De niño, participé en cate-quesis. Después, a mis 17, 18 años, asis-tía regularmente a Misa. Aparte de eso,y aún llevando una vida bastante aje-treada y comprometida, siempre sentíarechazo hacia tantas injusticias de lasque me tocó ser testigo, y nunca me dejémanipular. De niño, me gustaba ver pe-lículas de toros, de bandoleros y de can-te flamenco, que siempre despertaronen mí sentimientos no tanto de aspirara grandezas, cuanto de piedad y deaprecio por la verdad y la justicia. Yo

veía cómo hacer el bien era algo bonito.Creo haber valorado siempre, ya desdeentonces, el servicio y la gratuidad.

■ ¿Hasta que un día...?■ Bueno, como bien sabes, las perso-

nas, igual que los países, entran “en cri-sis” cuando menos se piensa. Y las si-tuaciones personales, también. Mi “mo-mento crítico” tuvo lugar cuando hice“Cursillos de Cristiandad”, a mis 22años, en Los Negrales, Madrid, en 1961.Poco antes, un padre jesuita, con el queconfidencié mis inquietudes, me habíadicho: “Los toreros tenéis un alma fina,estáis muy cerca de Dios, y tenéis acce-so directo al cielo”. Recuerdo que en elCursillo, me vi como corneado y zaran-deado, y desde entonces quedé incondi-cionalmente a disposición de quien merevolcó, Jesús. Me sentí como que habíanacido de nuevo. Ya en la calle, y vueltoa la realidad, seguía decidido a “comer-me el mundo”. Me veía incansable... Tecontaré una anécdota. En mi equipo deCursillos de Sevilla, había un compañe-ro, abogado y escultor, Juan Abascal. Élrecibía la revista “Mundo Negro”, de losMisioneros Combonianos, y me la pasa-ba. Ahí empecé yo a tener contacto conellos, y me atrevo a afirmar, a ser lo queahora soy: misionero-sacerdote combo-niano. Un día, me pidió que posara paraun Cristo en la Cruz que él estaba ta-

El P. Benjumea, con el Presidente de Ecuador,Rafael Correa.

Revista Pasionario/236

llando, en madera, de tamañonatural. Fui a su taller, y poséen varias ocasiones. AquelCristo está ahora en una pa-rroquia de Sevilla. Por el mo-mento, seguí toreando, llegan-do a ver cumplido mi anhelode torear en Las Ventas, deMadrid. Hasta que llegó elmomento de la ruptura, deladiós definitivo a mi mundode los toros.

■ ¿Y por qué, Juan, misio-nero y sacerdote comboniano?

■ Los años 66 y 67, había hecho enMadrid un curso de carpintería metálicay de cerrajería artística, en las Herman-dades del Trabajo, lo que, por cierto, meha sido de gran utilidad en la Misión. Unaño después, escribí a los combonianos,pidiéndoles informes acerca de sus Misio-nes. Me contestaron afablemente, vinie-ron a verme... Y a mis 30 años, me sentíllamado a iniciar una vida nueva, tan di-ferente, que ni me podía imaginar. Desdeque hice el Cursillo de Cristiandad hastami decisión de entrar en los Combonia-nos, pasaron aún ocho años, en Sevilla yen Madrid. Al volver hoy sobre mi vida ymi decisión de entonces, pienso y meatrevo a decir que las cornadas más du-ras no me las dieron los toros sino la gen-te que los rodea. Y respecto a la vida mi-sionera, desde mi larga experiencia, lomás duro no es el seguimiento de Jesús,ni la Misión, ni las culebras que te pican,sino los que “ni entran ni dejan entrar”,en el ruedo de la vida, en el seguimientodel Señor, en la Misión. También me hizoreflexionar mucho el sufrimiento sin sen-tido de tanta gente amiga, tan buena, ysin embargo..., aunque llegando siemprea la misma conclusión: “ante el misteriodel dolor, solo cabe callar y contemplar.Para un cristiano, la respuesta está enCristo muerto y resucitado”.

Finalmente, ingresé en la Congrega-ción de Don Comboni. En principio,como hermano coadjutor. Algún tiempo

después, mis superiores me destinarona nuestras Misiones en Ecuador. Desa-rrollé actividad muy intensa en Esme-raldas y Manabí, procurando siemprepromocionar, humana y cristianamen-te, a aquellas gentes, pobres, sencillas ybuenas. Entonces y siempre he pensadoque la gratuidad, el desinterés, el testi-monio, son esenciales en la Misión, y entoda pastoral. Y que la Misión, es algomás que construir capillas, puentes ocarreteras. Mi anhelo fue siempreanunciar al Dios gratuito y misericor-dioso. Las cosas de orden material queyo iba haciendo, las podían hacer otros,del país o de aquellos lugares. En cam-bio, anunciar a Jesucristo, proclamar suevangelio y sus proyectos de vida, ya esotra cosa. La vocación misionera, essiempre un regalo, y a mí me enganchómuy fuerte.

■ ¿Fueron, Juan, estos pensares ysentires los que te motivaron para or-denarte sacerdote?

■ Ciertamente, y también propues-tas de mi Obispo y de mis superioresreligiosos. En 1982, solicité poder acce-der al sacerdocio, debiendo superar lue-go no leves dificultades. Hice mis estu-dios de filosofía y teología en Quito, yen Lima (Perú). Los terminé en 1989.Recibí la ordenación sacerdotal en Es-meraldas, a mis 51 años.

■ Y entonces, proseguiste con nue-vos ímpetus en tu labor misionera.

Revista Pasionario/237

■ Como ya te dije, mis inquietudesy convicciones misioneras nunca deca-yeron, ni antes ni después de mi orde-nación sacerdotal. Antes y después de-sempeñé múltiples actividades en prode aquellas gentes humildes, y con fre-cuencia tan explotadas, del Ecuador.Siempre con mi mochila al hombro, li-gero de equipaje, afrontando riesgos, di-ficultades y soledades. Siempre afian-zado en mi vocación misionera combo-niana y en mi opción por Jesús y porsus pobres. Siempre me he declaradoenemigo del dinero, de las riquezas, delcapitalismo puro y duro. Nunca mecansaré de luchar por un nuevo estilode Iglesia comunidad pobre, una iglesiade los pobres. He procurado siempre in-culturizar el evangelio, estar cerca dela gente y compartir sus vidas, sus ale-grías y sus fatigas, que la gente descu-bra que uno está con ellos por cuentapropia, y respaldados siempre por unacomunidad que es la Iglesia. Dejarseevangelizar por ellos, ha sido y siguesiendo para mí algo primordial.

■ Tengo entendido, Juan, que des-pués de muchos años en la Misión pa-saste una temporada larga en España.

■ Si, fueron los años 94 al 98. En1994 y 95 frecuenté el Instituto de Pas-toral, en Madrid. Esos años de renova-ción me ayudaron mucho. Es mucho loque aquí aprendí de quienes para mífueron verdaderos maestros y amigos:

Casiano Floristán, Jesús Bur-galeta, Julio Lois, y otros va-rios. Ellos contribuyeron a re-afirmar mi vocación y entre-ga misionera con los más po-bres. También dediqué partede aquellos años a la promo-ción misionera en parroquias,etc., de España. En el entre-tiempo, más de una vez, re-pensando aquella mi rupturadefinitiva con el mundo de lostoros, me reafirmé en mi op-ción y vocación misionera,

que había sido una opción muy perso-nal y muy libre. Solo hube de confron-tarme para ello con quien me enseñó aser verdaderamente libre: Jesús de Na-zaret.

■ Juan, compartir contigo siguesiendo un agrado. El tiempo se nos haido, sin percatarnos de ellos. Nos hanquedado montones de cosas, de viven-cias y de relatos, en el tintero. ¿Los de-jamos para una próxima oportunidad?

■ Sí, si te parece. Yo regreso a miMisión en Ecuador los próximos días, yel tiempo también me apremia.

■ Gracias, Juan, ¡muchas gracias!¿Y una última palabra tuya?

■ Sí, la palabra GRACIAS, a mu-chas personas buenas, a muchos ami-gos, que me han ayudado mucho. Gra-cias a mi provincia de España, quesiempre se volcó conmigo, a pesar demis “chifladuras”. Gracias a mi congre-gación, misionera por vocación y por“casta”. Y por último, a San DanielComboni, gran misionero contemporá-neo y profeta, hombre de futuro, quesiempre me acompaña por la selva y lospueblos de mis fatigas.

■ Por mi parte, gracias también,Juan, muchas gracias, y feliz regreso ala Misión de tus amores y tus desvelos,en Ecuador.

Entrevistó,✒ Miguel Gonzalez R., C.P.

Revista Pasionario/238

BENEDICTOXVIYLAIGLESIAENCUBA:VERDAD,CARIDADYPASIÓN(I)

(Ecos y remembranzas de un testigo presencial)

Oportunidad única:cuatro días inolvidables

Tuve la oportunidad de visitar la bella isla deCuba en los días de la visita del Papa Benedic-to XVI y de compartir semejante acontecimien-to con la comunidad de religiosos Pasionistas ycon los laicos de la parroquia del Sagrado Cora-zón de Jesús y San Pablo de la Cruz, particu-larmente con los jóvenes de la pastoral.

Todos los días de la estancia del Papa enCuba, primero en Santiago de Cuba (26 y 27de marzo) y seguidamente en la ciudad de LaHabana (27 y 28 de marzo), fueron días deaparente normalidad; pero de silenciosa ale-gría, modesta alegría.

Toda visita de un Papa a cualquier país,exige las más altas demostraciones de diplo-macia; Cuba no fue la excepción, se dimensio-nó adecuadamente el rol de Benedicto XVIcomo Jefe de la Ciudad Estado del Vaticano ycon ello se justificó la participación de las al-tas autoridades de la Isla en las actividadesrelacionadas con aquella visita.

Cuba, y el VaticanoEn los discursos pronunciados en el Aeropuer-

to de Santiago de Cuba, el día 26 de marzo, quepude seguir por televisión nacional, el presidenteRaúl Castro le recordó al Papa que las relacionesdiplomáticas entre Cuba y El Vaticano son muyantiguas y han sido de respeto mutuo y sin inje-rencias, asimismo le advirtió que sería escucha-do con atención y respeto por un pueblo instrui-do y humanista. Su Santidad se despojó de eseprotocolo asignado diciendo que únicamente sepresentaba como sucesor de Pedro y en tal cali-dad quería venerar a la Virgen de la Caridad.

El Papa, con la juventud cubanaEl segundo día, 27 de marzo por la mañana,

la juventud de la Arquidiócesis de La Habanay los peregrinos, nos desplazamos desde laiglesia de Santa Rita (donde oramos ante elSantísimo y recibimos algunos distintivos),

hacia la Nunciatura Apostólica; ahí espera-mos alrededor de dos horas, un aproximado demil quinientos chicos y chicas con banderas demovimientos laicos, y de otros países comoMéxico, Venezuela y El Salvador. El Papa lle-gó en una limusina con su escolta y luego deingresar al edificio, salió al balcón, saludó ydijo unas palabras, pero lamentablemente elequipo de sonido instalado no funcionó.

Por la noche del mismo día 27, participamosen la vigilia frente a la Catedral; el grupo reu-nido era el doble del que había estado por lamañana en la Nunciatura. Aquí recibimos laimagen peregrina de la Virgen de la Caridad,también llamada “mambisa” en honor de loscubanos independentistas o Mambises.

Rezamos el rosario sentados en el suelo de laviejísima plaza, meditamos y cantamos. Fueuna manera de entrar en la profundización delo que sucedería a la mañana siguiente. La di-námica continuó con un grupo musical que in-terpretó melodías populares cubanas y ensegui-da se formó un gran baile frente a la imagenque les ha animado en 400 años, esto se me hizomuy significativo, pude ver personas conscien-tes, cuya expresión celebrativa de la fe se dis-tingue muy bien de cualquier fanatismo, pudesentir que en Cuba la fe se celebra bailando.

Aquí se me impregnó mucho el carácter delpueblo Cubano, muy libre, desinhibido y ale-gre; algo contrastante con el conservadurismoy timidez propia de los Salvadoreños.

Rezos y cantos en la nocheEn la madrugada, salimos a las 3:00 en pro-

cesión de jóvenes, rezando nuevamente el Rosa-

Revista Pasionario/239

rio y cantando; cruzamos toda la ciudad por lascalles Carlos III y Reina, hasta la plaza de laRevolución José Martí, donde ya había un gen-tío alrededor, esperando que se abrieran los ac-cesos y garantizarse los mejores lugares. Alabrirse el espacio, corrimos entre aquella mu-chedumbre y logramos sentarnos justo detrásdel espacio reservado a religiosos y religiosas.

Esperamos pacientemente, hasta que amane-ció y empezó el movimiento en el altar, sacerdo-tes, guardaespaldas, obispos, el coro; todos fue-ron tomando sus posiciones y a las 8:30 entró laimagen de la Virgen de la Caridad, todos nospusimos en pie y las madres, especialmente lasmayores, se emocionaban y le decían a los másjóvenes que vieran a la Virgen, testimonio de latransmisión generacional de la fe, que le asegu-ra la supervivencia en cualquier entorno.

Eucaristía del Papa en Cuba:desafío y esperanza

A las 9:00 am. entró en la plaza el Papamó-vil, subió al altar y en minutos aparecía Be-nedicto XVI revestido para la misa, una muysencilla misa, con la Liturgia propia del día ycon un destacadísimo coro que adornó con pie-zas al gusto musical del Papa.

Los asistentes, muy respetuosos, guardamosel mayor silencio posible, estando de pie y apre-tujados, en ayunas y bajo un sol característicode Cuba; escuchamos atentamente las lecturas,la primera de ellas era del Libro de Daniel, re-

cordaba el testimonio de fe heroico y despojadode tres jóvenes ante el rey Nabucodonosor; elsalmo era el cántico de esos mismos tres jóve-nes que superponían a Dios sobre toda autori-dad terrenal, ideología o capricho del poder.

El Evangelio tomado de San Juan 8, 31-42,retoma el tema de la fidelidad a Dios, que esverdad revelada en Jesús, y sobre eso funda-mentó el Papa su homilía: la verdad como hiloconductor y parámetros de valoración de todaslas demás realidades humanas y del cosmos.

Dice el Papa: “En este texto del Evangelioque se ha proclamado, Jesús se revela como elHijo de Dios Padre, el Salvador, el único quepuede mostrar la verdad y dar la genuina li-bertad”. Y más adelante cuestiona: “La Iglesiavive para hacer partícipes a los demás de loúnico que ella tiene, y que no es sino Cristo, es-

peranza de la glo-ria (cf. Col 1,27).Para poder ejerceresta tarea, ha decontar con la esen-cial libertad reli-giosa, que consisteen poder proclamary celebrar la fetambién pública-mente, llevando elmensaje de amor,reconciliación y pazque Jesús trajo almundo. Es de reco-nocer con alegría

que en Cuba se han ido dando pasos para quela Iglesia lleve a cabo su misión insoslayablede expresar pública y abiertamente su fe. Sinembargo, es preciso seguir adelante, y deseoanimar a las instancias gubernamentales de laNación a reforzar lo ya alcanzado y a avanzarpor este camino de genuino servicio al bien co-mún de toda la sociedad cubana.” (El texto ín-tegro de la homilía, cuya lectura recomiendo,se puede leer en la página web oficial de laSanta Sede: www.vatican.va).

(Continuará)

✒ José Roberto Rugamas MoránDesde La Habana

TRAYECTORIA HISTÓRICADE ESTA DEVOCIÓN A MARÍA

Era una tarde apacible del día 21 de ju-nio del año 1703, cuando paseaba por lascalles luminosas y perfumadas de la Ciu-dad, Fray Isidoro de Sevilla, capuchino,pensando en las Misiones Populares, cuan-do se vio sorprendido con una visión celes-tial. Era la Madre de Dios quien se le apa-recía vestida de pastora, con sombrero en lacabeza y el cayado en su mano diestra,acompañada de un pequeño rebaño de ove-jas que la miraban embelesadas.

María le sonríe y le dice: “¿Quieres con-vertir de manera fácil al mundo entero a ladoctrina de mi Hijo? Dame a conocer comome ves vestida de Pastora y que los misio-neros me postulen como Patrona y Guía.Ten por cierto que hasta los pecadores másobstinados se convertirán en mansos corde-ros, cuando me vean”.

Todos los Capuchinos aceptaron agrade-cidos el mensaje y comenzaron a llevar laImagen de la Divina Pastora, nombrándolaPatrona y Guía de cuantas misiones predi-caban, y todos los misioneros podían com-probar el cumplimiento fiel de la promesa

MADRE DEL BUEN PASTOR

Jesús un día les dijo a sus aposto1es: “Yosoy el Buen Pastor, y el buen pastor da lavida por sus ovejas”, Jn 10,11.

Con ello quiso demostrarles hasta dondellegaba su amor a los hombres y cuanto es-taba dispuesto a hacer para tenerlos a sulado para siempre en el Reino del Padre:“Esta es la voluntad del Padre que me haenviado, que no pierda a nadie de cuantosÉl me ha dado; sino que Yo les resucite enel último día”, Jn 6,40.

Les dijo también: “Yo conozco a mis ove-jas y mis ovejas me conocen a mi”, Jn 10,14.Y con ello quiso asegurarles que Él vivíapara ellas y que ellas vivirían para Él. Je-sús es el eterno enamorado de las almas.

Nos mira a cuantos íbamos a creer en Él,como ovejas del Rebaño que el Padre le ha-bía confiado, y queriendo para sus ovejaslos mismos cuidados y el mismo amor conque Él se había encontrado, asocia a su Ma-dre al pastoreo de las almas, y antes de mo-rir nos la da a los hombres por madre: “Mu-jer ahí tienes a tu hijo”, Jn 19,26.

Por eso, el pueblo cristiano reconoce quees Jesús quien nos ha confiado a sus cui-dados, como ovejas de su Rebaño, y satis-fecho y admirado, reconoce y proclama aMaría: “Divina Pastora de nuestras al-mas”.

María tiene la misión de llevarnos a Je-sús y nadie como Ella puede enseñarnos loque Jesús quiere y espera de cada uno denosotros.

Es Madre y Pastora de nuestras almas ybusca, ante todo, darnos a Jesús y mante-nernos siempre en el ámbito luminoso de suamistad y de su amor. Nadie como Ella velapor nosotros, y nadie como Ella puede ense-ñarnos a conocer y amar a su Hijo, el Sal-vador.

María sigue ejerciendo sus oficios de ma-dre y pastora de las almas, para que nuncadejemos de pertenecer al Rebaño de Jesúsque es el mismo que el Padre le ha confia-do a El primero, y sabe también que es supropio Hijo quien desea que ponga en jue-go toda su ternura de mujer, para lograrcon su pastoreo, cautivar a las almas y lo-grar que le descubran Él, como Salvadordel mundo, incluso los más alejados y reti-centes.

DIVINAPASTORADELASALMAS

Revista Pasionario/240

que la Madre de Dios lehabía hecho a su siervoFray Isidoro.

Por voluntad del viden-te y para darla a conoceral pueblo, se celebró sufiesta el día 8 de septiem-bre de ese mismo año1703, y se la sacó proce-sionalmente por las callesde Sevilla, enarbolando suvenerada imagen de Pas-tora de las Almas, en unprecioso estandarte, obramagnífica del maestropintor D. Miguel Alonsodel Tovar.

Dos años más tarde, en1705, se fundó en la Pa-rroquia de Santa Marinade Sevilla, la PrimitivaHermandad del rebañode María, y se estrenó su primera imagenesculpida que desfiló por las calles, levan-tando a su paso olas de emoción y de ale-gría desbordante.

El Beato Diego José de Cádiz la entroni-zó solemnemente en la ciudad de Cádiz, en1705, y él mismo como celoso misionero,propagó incansable su devoción por Andalu-cía y por toda España de donde pasó a His-pano América.

Un siglo más tarde, en el año 1805, FrayÁngel de León pudo escribir:

“Son tantas las imáge-nes de Las Pastoras queapenas hay pueblo, grandeo pequeño, en Andalucía yen Castilla en que no sedeje ver la imagen de laDivina Pastora”.

En el Capítulo Generalde la Orden, los Capuchi-nos, la proclamaban Divi-na Pastora de las Al-mas, Patrona de las Mi-siones Capuchinas, y en1948, en Málaga fue de-clarada oficialmente “Pa-trona del Deporte Espa-ñol”.

Así es de buena, admi-rada y querida, la DivinaPastora de las Almas.

PASTORA Y GUÍA DE LAS ALMAS

Nadie como Jesús nos describe las carac-terísticas del Buen Pastor, y El mismo esquien nos da a María, su Madre, como Pas-tora de las almas.

Ella es copastora con Jesús del Rebañodel Señor, y con Él ejerce su pastoreo en fa-vor de las almas con solicitud y ternura ma-ternal.

Al igual que Jesús, nos conoce y nos amay se siente feliz, teniéndonos a su lado yprodigándonos sus requiebros y su amor.

María sigue nuestros pasos y nos condu-ce por los caminos que nos llevan al en-cuentro de los mejores pastos. Nos lleva desu mano, para que no caigamos, y nos cobi-ja bajo su manto ante el peligro y las fuer-zas del mal.

Vive pendiente de todas sus ovejas y cor-deros, como pertenecientes al rebaño de Je-sús a quien ve y sirve en el corazón de to-dos los creyentes y quiere que también no-sotros vivamos pendientes de Ella, como latiene acostumbrada su Hijo Jesús que qui-so hacerlo así durante toda su vida.

Nos da como alimento el Pan de Dios yquiere que, mediante la comunión, perma-nezcamos siempre unidos a Jesús y tengamosasegurada la Vida Eterna, dondeElla está coronada como Reina, yquiere y busca con su pastoreo te-nernos a su lado para siempre.

✒ P. Eutiquio López, C.P.

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UNARECAPITULACIÓNDESDEJESUCRISTORESUCITADO

CONOCER AL SEÑOR

1. El amor a Él y a los demás: desde aho-ra, la vida cotidiana sin amor es comoquerer coser a toda prisa pero sin hilo,nadar pero sin agua.

2. Pero antes, desde el mismo miércolesde ceniza, tuvimos una hermosa cua-resma, queriendo dar un giro a lavida suavemente, pero eficazmentecomo dice San Buenaventura refi-riéndose a los sacramentos.

3. Pasando de un antes a un después,no sólo individualmente, sino tam-bién comunitaria y socialmente.

4. Si el llanto de las gentes heridas ygolpeadas por la vida encuentran en

ti un buen samaritano, buena señalde que has resucitado.

5. Todo comenzó de aquella invitaciónde Jesús: “si alguien quiere venirconmigo, tome su cruz... cada día”. “Ysígame”.

6. “Venid conmigo” nos dice, tambiénhoy, con amor. ¿No lo has experimen-tado todavía? 56 veces en los evan-gelios sinópticos: 14 en Juan.

7. Millones de amigos se han visto “ele-vados”, pasando ante Jesús Resucita-do, ante su mirada. También a ti temira. ¡Atención a esta mirada!

8. Toda misa es presidida por la cruz,ya gloriosa. Esto quiere decir que, endefinitiva, las enfermedades y losmales todos de la vida, serán venci-dos por Jesucristo Resucitado. Poreso, para eso, toda misa trae consigo,también por nuestra parte, no sólode la suya: “tomad esto es mi cuerpo,es decir, todo mi yo, entregado paraDios y por vosotros”.

9. Al acercarte a Dios, estás acercándo-te a lo que quieras ser para siempre.Cada misa es capaz de hacer todonuevo en nosotros.

Y una pregunta para en adelante:“¿Creéis vosotros que quien nos ha lavadolos pies (Jn 13: Jueves Santo), no es por-que tiene la intención de darnos la paz y lasalvación?

✒ José Luis Larrabe

ASAMBLEA GENERAL PASIONISTA

Del 9 de septiembre al 7 de octubre próximos, los Pasionistas

celebran en Roma su Capítulo o Asamblea General. Participan

en ella en torno a 100 religiosos, representantes de la Congre-

gación-Familia Pasionista, fundada por San Pablo de la Cruz, y

extendida en los cinco continentes.

La Congregación Pasionista se halla en proceso de reestruc-

turación, para adecuar la vida de sus religiosos, de sus comuni-

dades y sus apostolados a la realidad actual de un mundo “glo-

balizado”, “cada día más pequeño”, al tiempo que las comuni-

dades religiosas decrecen también en número, si bien su razón

de ser en la Iglesia, es cada día más clara y más necesaria.

Nosotros, los pasionistas, toda la Familia Pasionista, segui-

mos contando con la oración y la cercanía de nuestros amigos y

colaboradores.

Los cielos y la tierra cantan la gloriadel Señor Resucitado.

Revista Pasionario/243

“Un antropólogo propuso un juego alos niños de una tribu africana. Pusouna canasta llena de frutas cerca de unárbol y les dijo a los niños que aquel quellegara primero ganaría todas las frutas.

Cuando dio la señal para que corrie-ran, todos los niños se tomaron de lasmanos y corrieron juntos, después sesentaron juntos a disfrutar del premio.

Cuando él les preguntó por qué ha-bían corrido así, si uno solo podía ga-nar todas las frutas, le respondieron:

“UBUNTU”; ¿cómo uno de nosotrospodría estar feliz si todos los demás es-tán tristes?

Vamos a darle rienda suelta a la ima-ginación y supongamos que esta mismaescena sucede en un país europeo, novamos a nombrar a ninguno para quenadie se sienta ofendido.

Nuestra educación, para bien ypara mal, nos marca nuestra vida yla de aquellos para los cuales so-mos referente de forma directa oindirecta. La tradición y las costum-bres que hemos recibido determinanmuchos aspectos personales y colecti-vos. Es de alabar el sistema educativoen el que nos han formado a muchos,pero también merece severas críticasporque no se nos está educando en laconciencia de colectividad ni de comuni-dad. No voy a caer en el discurso fácilde hablar del individualismo. Lo ciertoes que socializarnos y salir hacia losdemás, dejando que otros nos modelen,nos enriquece como personas y nos hacemás humanos.

Al sentir al otro como hermano, lasexperiencias cotidianas se perciben y seviven de otra manera. En los detallesdel día a día con los demás es dondenos jugamos la mensualidad de la viday la paga extraordinaria de cada año.

Debemos replantearnos el tipo dejuegos y actividades que se proponen a

UBUNTU

nivel educativo y social. Las dinámicasescolares giran en torno a ser el mejoralumno del curso y raramente a ser unejemplar curso donde prima el compa-ñerismo. Algunas empresas realizan ac-tividades con sus empleados para fo-mentar el trabajo en equipo y la con-ciencia colectiva pues los virus no estánen los ordenadores sino en quienes losmanejan. Sin darnos cuenta hemos en-trado, y nos han hecho entrar, en undesfiladero donde de uno en uno, nuncapodremos salvarnos en caso de una em-boscada de esas con las que nos sor-prende la vida de vez en cuando y encualquier momento de la película. Elcine alternativo tiene mucho que decir,pero como casi siempre, se proyectapara un público minoritario en salaspequeñas.

Es necesario cogernos de la mano yavanzar juntos para disfrutar de los re-galos que nos ofrece la vida. Sabernosmerecedores de premios que otros nosestán escondiendo y robando mediantejuegos de competitividad. Denunciar alos ladrones de esperanza. Ser capacesde generar la dinámica en la que a na-die le falte un poco de fruta ni el dulzorque genera saborear lo que es conse-cuencia del trabajo comparti-do y del esfuerzo común.

✒ Juan Carlos Prieto [email protected]

OTRA JUVENTUD

¡Allávamos,Bolivia!Son un grupo de ocho chicas de lo

más entusiasta que te puedes imaginar.Han estudiado todas aquí, en el ColegioSan Gabriel de Alcalá de Henares, yeste verano decidieron, sin pensárselomucho (porque es la mejor manera dehacer ciertas cosas cuando el que man-da es el corazón), decidieron viajar aBolivia como ayudantes de los misione-ros pasionistas que residen allí.

Una de las chicas se llama Patricia,periodista, y con una vocación de servi-cio a los demás algo serio. La vísperadel viaje nos lo contaba así:

“Queda un solo día para que nos su-bamos a un avión que cambiará, engran parte, nuestra forma de ver lavida y de vivir... Queda un solo día paraque nos juntemos 9 chicas con ilusio-nes, sueños y ganas de “hacer” y llegue-mos a un país del que sólo sabemos queallí ahora hace mucho frío... Y aunquequede un solo día y tengamos los ner-vios metidos en la tripa (¡no hay mane-ra de que se vayan!), no paramosde sonreír por las cosas tan maravillo-sas que nos esperan. Nos han contadoque no vamos a cambiar mucho... So-mos realistas, vamos por espacio de unmes y el mundo seguirá girando tal ycomo lo está haciendo hasta ahora.

Pero si en ese mes podemos arrancarunas cuantas sonrisas, podemos dejarun buen recuerdo de nuestro paso en lavida de esos niños y adolescentes, y po-demos ayudar, aunque sea muy poqui-to, a que su vida mejore, todo habrá idopor el buen camino. De lo que si esta-mos seguras es de que, pase lo quepase, volveremos llenas de vida y de ca-riño, y con la vista puesta en más pro-yectos que nos podamos encontrar en elcamino... ¡Será por cosas que hay quehacer! Y nosotras no somos más quesus manos. Nosotras, simplemente, nosdejamos guiar. Empieza nuestro viaje,nuestro voluntariado en Bolivia. Y paraque todos los que nos habéis apoyado y

ayudado tanto aquí, en el Cole, sepáislo que hacemos cada día y cómo nos vaal otro lado del charco, os iremos con-tando nuestra experiencia. ¿Te animasa vivirlo con nosotras?”

Cuando salga este artículo publicadoallá, en el mes de agosto, la experienciade Patricia y sus amigas Elena, Ana,Maite, Marta, Bea, Beatriz y Patry ha-brá sido, con toda seguridad, un éxito.Habrán realizado humildemente, comosiempre acostumbran, una gran labor.Porque una mañana (era el día 6 de ju-lio) se acercaron a una Residencia, a unalbergue para niños pobres que dirigenmonjas pasionistas, y contaban:

“Nos abrieron la puerta dos herma-nas pasionistas encantadoras; una deellas española, emocionada de ver tan-ta chica de su país en su casa. El Hogares una casa bastante grande y muybien cuidada, y se nota que todo lo quetocan las monjas está precioso… Todaslas paredes aparecen llenas de cartelescon palabras e imágenes de los niñosque han pasado por allí.

Se te encoge el corazón. Nos enseñanlas salas para jugar, para vestir a losniños y el comedor y, por fin, nos llevana las habitaciones donde los peques yaestán durmiendo. Hay bebés desde 6meses hasta niños de 6 años, y son tre-mendamente bonitos.

No logras entender cómo unos padrespueden abandonar a unas criaturas taninocentes y pequeñas en la calle… Esimpactante, pero como ellas nos dicen,cada familia tiene que sobrevivir comopueda, y si necesitan echar a uno, siem-pre se va el más pequeño de todos…Nos acercamos a uno de los niños que seha despertado, y nada más vernos selanza a nuestros brazos y nos da unbeso de esos que te dejan embobada. Esirónico ver como niños que han vividotoda su vida en un absoluto despreciopueden demostrar tanto cariño; y otrosniños, que lo tienen todo y una familia

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“Por ser el primer día, pero que noservirá de precedente, nos han dejadodormir un poquito más, así que allí es-tábamos desayunando a las 10 en el co-medor de los Pasionistas. Pan con man-tequilla, fruta y leche en polvo (ésa síque como en España, nada...) Estába-mos preparadas para escuchar lo quenos deparaba nuestra primera jornadaen Bolivia.

Nos presentaron a nuestras cocine-ras, Lidia y Patricia, un encanto de mu-jeres que nos iban a preparar comidastípicas de allí pero también de España.Lidia tiene dos peques que viven aquí,en la casa, y ayudan a limpiar y reco-gerlo todo.”

Hasta aquí, el relato de lo vivido porlas ocho Voluntarias de las Misiones deBolivia durante los primeros días delmes de julio. Felizmente para nosotros,lectores del Pasionario, la historia es-crita de sus andanzas conti-nuará.

✒ Alberto [email protected]

que les quiere, jamás te dan ni un sim-ple abrazo. Te da qué pensar…

Las Hermanas nos explican todo loque haríamos en el Hogar, y nos despe-dimos de ellas deseando llegar pronto aayudarlas, porque hacen una labor alu-cinante. Cuidan a los niños, les miman,les dan una casa calentita y bien boni-ta. Y lo más importante: hacen lo impo-sible para encontrar familias que lesadopten. Nos cuentan que esto cada vezes más difícil… Todo son trabas y tra-bas, pero ellas jamás dejan de lucharpor conseguirlo. Son gente maravillosa.

Ha sido un día de conocer lugaresnuevos, de pensar en lo que va a sernuestro trabajo aquí y en las ganas quequeremos dejar en todo lo que haga-mos. Y nos vamos a la cama esta nochepensando en una frase preciosa que nosha dicho una Hermana del Hogar: “De-jar de vivir un verano allí (en España)es salir de aquí con las manos llenas”.Que así sea…

Nos cuentan también estas Volunta-rias de las Misiones en Bolivia la expe-riencia vivida por ellas en La Paz:

Revista Pasionario/245

ELPULULAHUA

POR LOS CAMINOS DEL MUNDO

La palabra “pululahua” significa“Humo de agua” en quechua. El Pulu-lahua es un volcán inactivo de la eracuaternaria, de 3.360 metros de altitud,cuya última erupción fue hacia el año500 antes de Cristo pero con un períodode 9.000 años de erupciones. Su crátertiene 4 kms. de diámetro y 300 metrosde profundidad y en su interior vivencien familias dedicadas a la agricultu-ra, cultivando maíz, frejol, patatas y al-falfa. Está situado a 5 kms. del monu-mento a la “Mitad del Mundo” dondemiles de turistas llegan cada año paratomarse unas fotos con un pie en el he-misferio norte y el otro en el hemisferiosur. Esta ubicación, cargada de energía,y por la formación de sus paredes en unmicroclima, es lo que hace que este vol-cán sea mítico por la energía de los cha-cras, en los que unos creen y otros no...

Los chacras

Los chacras son los puntos energéti-cos a través de los cuales se alimenta elser humano. Siete son los puntos ener-géticos básicos, a través de ellos, elcuerpo astral da energía al cuerpo físi-co. Estos siete puntos han sido denomi-nados con diferentes nombres a travésde las culturas y las épocas, su referen-cia esotérica más citada les concede elnombre de chacras según la influenciaoriental de los últimos siglos, mientras

que su referencia científica los ha des-cubierto como glándulas endocrinas.Esta alimentación energética tiene queestar compensada en el ser humano conla respiración y la comida, que son lospilares del mantenimiento del ser vivo.Según los “bioenergéticos”, adeptos a la“medicina alternativa”, los chacras sonreceptores o “meridianos” del cuerpohumano. Entre los tratamientos quepretenden estimular están, entre otros,la homeopatía (medicina con plantas) yla acupuntura tradicional china.

Pobladores del volcán

El cráter del Pululahua es uno de losdos únicos cráteres habitados en todo elmundo. Sus primeros pobladores fueronlos Incas, más tarde, en 1825, los frailesDominicos se establecieron para dartestimonio de su fe trabajando tambiénla tierra con los indígenas. Circulan mu-chas leyendas de esos tiempos. En 1905,con la llegada de la revolución liberal,las tierras fueron confiscadas por el Es-tado y entregadas en 1979 a los traba-jadores de los campos. Hoy está habita-do por cien familias pululahuanses.

Hornos de cal

Desde épocas coloniales existen hornosde cal o extracción de carbonato de calcio

que fue la principal actividadeconómica de la zona. Cal quefue utilizada en las construccio-nes de las iglesias de Quito.

Parque Nacional

El 28 de enero de 1969, elvolcán fue declarado ParqueNacional, convirtiéndose en elprimero de Ecuador y del conti-nente latinoamericano. Tieneuna extensión de 3.383 hectáre-

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Imagen completa del volcán Pululahua y cráter habitado.

as. Actualmente, las lade-ras y entornos del volcánson una reserva geobotá-nica que protege a más de260 especies de plantas,muchas de ellas son utili-zadas por los moradorescon fines medicinales, y 21especies de animales, bajola administración del ins-tituto Eucatoriano deÁreas Naturales y VidaSilvestre (INEFAN). Porsu cercanía a Quito, apro-ximadamente 35 minutospor la autopista a Calaca-lí, es el lugar favorito detrabajo de campo de mu-chos estudiantes de biolo-gía, ecología y ecoturismo.

Neblinasy bosques

La visita es recomenda-da por la mañana ya quepor la tarde la neblina queavanza desde el occidentecubre la parte baja delcráter. En su parte másalta, llamada “Lulumbam-ba” se han encontrado ves-tigios de asentamientosincas, como vasijas, ollas yesqueletos, se cree que eraun templo dedicado al sol.

Es característica en Pu-lulahua, la neblina producida por elaire caliente que viene de la cuenca delrío Guayllabamba, desde la costa, y quecolisiona con el aire frío del lugar pro-duciendo regularmente neblina. La ve-getación es de tipo arbórea con bosquesprácticamente vírgenes.

Flora y fauna

Entre las plantas sobresalen el lau-rel y la palma de ramos que son emple-ados en las celebraciones de SemanaSanta. Lo más sobresaliente del lugar

es la presencia de una gran variedad deorquídeas, cuyas formas y colores desa-fían la imaginación del visitante.

Existen gran cantidad de aves y colo-ridas mariposas, gorriones, mirlos ne-gros y torcazas vuelan entre los árbolesque también son el hábitat de zorros yconejos.

También un hostal para quince per-sonas. Todo esto hace del volcán Pulu-lahua un foco de atracción de ecoturis-mo mundial.

✒ José Fernández del Cacho,desde Ecuador

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El mirador de Ventanillas, bien ubicado permite observarla caldera del volcán y el paisaje de la zona.Por la tarde la neblina cubre todo el cráter.

El camino que permite comunicarse a sus habitantes con otros valles está lleno de curvas

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LA PALABRA DEL PAPA

El dos de junio próximo pasado, el Papa Benedicto XVI clausuró, enMilán, el“EncuentroMundialdelasFamilias”.

Conaquellaocasión,algunasfamiliaspreviamenteseñaladasendiálogoycercanía,sedirigieronalPapaconpreguntasmuyconcretasydegraninterés.Nuestra“RevistaPasionario”,secomplaceenofrecer,enestenúmero,yensiguientes,

algunasdeaquellaspreguntas,ylasrespuestasdelPapa.

1. CAT TIEN (niña de Vietnam):Hola, Papa. Soy Cat Tien, vengo deVietnam. Tengo siete años y te quieropresentar a mi familia. Él es mi papá,Dan, y mi mamá se llama Tao, y este esmi hermanito Binh. Me gustaría muchosaber algo de tu familia y de cuandoeras pequeño como yo...

SANTO PADRE: Gracias a ti, queri-da, y a los padres: gracias de corazón. Asíque has preguntado cómo son los recuer-dos de mi familia: ¡serían tantos! Quisie-ra decir solo alguna cosa. Para nosotros,el punto esencial para la familia erasiempre el domingo, pero el domingo co-menzaba ya el sábado por la tarde. Elpadre nos contaba las lecturas, las lectu-ras del domingo, tomadas de un libromuy difundido en aquel tiempo en Ale-mania, en el que también se explicabanlos textos. Así comenzaba el domingo: en-trábamos ya en la liturgia, en una at-mósfera de alegría. Al día siguiente íba-mos a misa. Mi casa está cerca de Salz-burgo y, por tanto, teníamos mucha mú-sica –Mozart, Schubert, Haydn– y, cuan-do empezaba el Kyrie, era como si seabriera el cielo. Y, naturalmente, luego,en casa, era muy im-portante una buena co-mida todos juntos.Además, cantábamosmucho: mi hermano esun gran músico, ya dechico hacía composio-nes para todos noso-tros y, así, toda la fami-lia cataba. El papá to-caba la cítara y canta-ba; son momentos inol-vidables. Naturalmen-te, luego hemos hechoviajes juntos, paseos;estábamos cerca de un

bosque, así que caminar por los bosquesera algo muy bonito: aventuras, juegos,etc. En una palabra, éramos un solo co-razón y un alma sola, con tantas expe-riencias comunes, incluso en tiemposmuy difíciles, porque eran los años de laguerra, antes de la dictadura, y despuésde la pobreza. Pero este amor recíprocoque había entre nosotros, esta alegríaaun por cosas simples era grande y así sepodían superar y soportar también lasdificultades. Me parece que esto es muyimportante: que también las pequeñascosas hayan dado alegría, porque así seexpresaba el corazón del otro. De estemodo, hemos crecido en la certeza de quees bueno ser hombre, porque veíamosque la bondad de Dios se reflejaba en lospadres y en los hermanos. Y, a decir ver-dad, cuando trato de imaginar un pococómo será el Paraíso, se me parece siem-pre al tiempo de mi juventud, de mi in-fancia. Así, en este contexto de confianza,de alegría y de amor, éramos felices, ypienso que en el Paraíso debería ser si-milar a como era en mi juventud. En estesentido, espero ir «a casa», yendo hacia la«otra parte del mundo».

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Beca a Santa Gema Galgani(EnmemoriadelPadreLeandroG.Monge,Pasionista)

Agradecen y piden Favores a Santa Gema

Descansan para siempre en el Señor

Ángela Padorno (Madrid) 40 €Una devota (Madrid) 20 €Unas devotas (Alcuescar, Cáceres) 35 €Varias devotas (La Cumbre, Cáceres) 50 €María Dolores Guerrero Gil (Xavia, Alicante) 20 €Paquita Orti (Barcelona) 07 €Concepción García López (Granada) 07 €Unas devotas (Granada) 23 €Amadeo Santamaría Alonso (Cádiz) 37 €María Elena (Villagordo del Júcar, Albacete) 07 €Una devota (Vicálvaro, Madrid) 10 €

Esta Beca se destina a la formación de jóvenes aspirantesal sacerdocio y a la vida pasionista, en España y América.

Colaboradores y amigos de nuestras Misiones, ¡muchas gracias!

Luisa Hernández Burguillos (Huelva), Juan Pedro MéndezGranado (Huelva), Ricardo Aguiluz (Burgos), Clara ZapicoFernández (Oviedo), Carmen García Serrano (Leganés, Ma-drid), Isabel Cruz (La Cumbre, Cáceres). “Diariamente acudo a tiporque te necesito, Gema. Contigo, me siento aliviada y consolada.Sigo confiando siempre en tu protección. Gracias, y ayúdame siem-pre.–Araceli, Cáceres. “Pedí para mi hija salud y descendencia, porintercesión de Santa Gema, y las tiene. Agradecida siempre, M.Z.Gracias, Santa Gema, porque escuchaste mi súplica a favor de Vir-ginia, mi sobrina. Eternamente agradecida, M. Trini, Madrid.

Cuantos agradecen y piden favores a Santa Gema, si desean salir en esta páginadeben dirigirse a REVISTA PASIONARIO, C/ Leizarán, 24 - 28002 Madrid.

Teléfono 915 635 407 - http://www.libreriaelpasionariomadrid.com

Eleuteria Blasco Ara (Huesca), María Asunción CasadoEscobar (Madrid), Rogelio Recio (Madrid), Joaquín GarcíaGonzález (Madrigalejo, Cáceres), Andrés Ramón Moreno(Santa Marina de la Torre, León), José Luis Graña Rico (Mu-gardos, La Coruña), Juan Gómez Ricas (La Cumbre, Cáceres),Padre Pedro Monzón Suárez (S. Isidro Galdar, Las Palmasde Gran Canaria), Manuel Cabrera Gil (S. Isidro Galdar, LasPalmas de Gran Canaria), Dionisia González (La Cumbre,Cáceres), Gaspar Rojo (La Cumbre, Cáceres), Antonio Gon-zález Castuera (La Cumbre, Cáceres), Carmen Delgado (Ma-drid), Josefa Martín Zamorano (Cardedeu, Barcelona)

Por su eterno descanso celebramos la Santa Misaen el Santuario el día 14 de cada mes a las cuatro de la tarde.

Revista Pasionario/250

Peregrinos de Albacete

Peregrinos de Miguelesteban (Toledo)

Peregrinos de Campaspero (Valladolid)

Peregrinaciones al Santuario

Peregrinos de Puerto Llano (Ciudad Real)

Peregrinos de Peñafiel (Valladolid)

Peregrinos de Méjico

Peregrinaciones al Santuario

VIRGEN DE LA MERCED, liberadorade cautivos,de miedos y desencuentros.Contigo, ya no hay cadenas, sino alas,alas para volar al cielo,liberados de ataduras,libres el alma y el cuerpo.Libres como el sol cuando amanece,libres como el agua, como el viento.¡Virgen Mercedaria, aliviode cautivos y de enfermos!

M.G.

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