San Gabriel de la Virgen Dolorosa, ideal de juventud...

Comunidad Pasionista • Santuario de Santa GemaFebrero 2012 - Nº 974 - Año XCV - 28002 Madrid

San Gabriel de la Virgen Dolorosa,ideal de juventud sana y alegre

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Preimpresión: Francisco Antón

Febrero 2012 - AÑO XCV - N.º 974

Desde mi ventanaMiguel González, C.P.

Passio CaritatisJosé Luis Quintero Sánchez, C.P.

Santa Gema en sus escritosM.G.

Desde la otra orillaGregorio Santos Zayas

El Evangelio cada díaAntonio San Juan

Familia y VidaJulia Merodio

La verdad y la vidaJavier Garralda Alonso

Ecos de la visitadel Papa Misionero en Benín

Rincón de OraciónSor Cati de la SS. Trinidad, C.P.

Página vocacionalDavid Arranz Bermejo, C.P.

Pensar la vidaBlanca Roncalés Rabinal de Pulido

La Sagrada Familia de NazaretP. Eutiquio López, C.P.

Otra JuventudAlberto Busto

Por los caminos del mundoJosé Fernández del Cacho

La Palabra del Papa

Beca a Santa Gema Galgani

Mujeres divinasJuan Carlos Prieto T.

Para orar, evangelio en mano, cada domingoMiguel G.

Boletín de nueva suscripción

Este Santuario de Santa Gema,y toda la Congregación Pasio-

nista, se viste de fiesta en febrero.Todo febrero es para nosotros“una fiesta de juventud”.

El Papa Juan Pablo II quiso re-saltar, años atrás, en Carta Apostó-lica a toda la Iglesia, el alto núme-ro de santos y beatos jóvenes quela Congregación Pasionista habíaregalado a la Iglesia: Santa GemaGalgani, muerta en 1903, a los 24años. Santa María Goretti, en1902, a los doce años. Beato Isido-ro de Loor, en 1916, a los 35 años.Beato Pío Capidelli, en 1889, a los21 años. Varios Mártires de Dai-miel, en 1936, en plena juventud. Yel por demás conocido, San Gabrielde la Dolorosa, en 1862, a los 24años. Su fiesta se cele-bra, en toda la Iglesia,el 27 de febrero.

A nosotros, pasio-nistas, nos complaceresaltar y proclamarestos nombres, ahora,precisamente, en fe-brero, con ocasión dela fiesta de San Ga-briel, y cuando aúnperdura el eco de laJMJ 2011 en Madrid,y sus frutos de bendición para laIglesia universal. Una Congrega-ción, y una espiritualidad, que haproducido tan gran cosecha desantidad joven en la Iglesia, nopuede sino estar marcada con pro-

videncia muy especial, desde elcielo. Resulta por demás grato pro-clamarlo ahora, cuando la juven-tud se siente más desprotegidaque nunca, aquí en España concre-tamente, por el paro y la inseguri-dad de cara al mañana. Una mira-da a todos estos, y otros “ejempla-res de juventud”, a San Gabriel dela Dolorosa, concretamente, puedeser estímulo reconfortante paramuchos jóvenes. Estímulo, al pro-pio tiempo, para crecer en el apre-cio y el seguimiento de los másgrandes y definitivos valores. ElPapa Benedicto, se lo recordabaasí a los mismos jóvenes, en suprimer mensaje de este año, eneropasado: “Es importante educar enlos valores de la justicia y de la

paz a unos jóvenesque miran con ciertaaprehensión el futuro,manifestando aspectosde su vida que mere-cen atención... Los jó-venes, por su parte,deben esforzarse poraprender el valor y elmétodo de la convi-vencia pacífica y delrespeto recíproco, deldiálogo y de la com-prensión”.

Mensaje por demás claro y opor-tuno el del Papa, en momentos decrisis, pero abiertos siempre a laesperanza.

✒ Miguel González, C.P.

Santidad jovenDESDE MI VENTANA

Revista Pasionario/39

LACONTEMPLACIÓNDEL“CRISTODELAPASIÓN”ENLOSEJERCICIOSESPIRITUALESDESANIGNACIO:

“PARAMEJORAMARYSERVIR”

PASSIO CARITATIS


La espiritualidad que brota de esta con-templación está marcada por la determina-ción como fruto mismo de la identificacióncon el Señor, siendo ésta un “ser colocado”por Él y con Él en su misma dinámica amo-rosa y oblativa. Es fruto del encuentro amo-roso, salvador y plenificador por Él mismosuscitado.

LA CONTEMPLACIÓN DE LA PASIÓNEN LA TERCERA SEMANADE LOS EJERCICIOS

Talante contemplativo de esta semana

Lo más característico de la propuesta ig-naciana es que ese proceso de ordenación y

transformación de la propiavida se realiza “juntamentecontemplando” [EE 135]. Pa-ra “ordenar la vida” la con-templación de la persona delJesús histórico tiene en losEjercicios un papel absoluta-mente decisivo. Ignacio deLoyola está convencido deque nada transformará y or-denará tanto nuestra vida enla dirección de la voluntad deDios como la identificaciónafectiva con Jesús, voluntadde Dios encarnada en elmundo. Se trata, pues, decrecer en identificación conJesús por contemplación desu persona. Al comienzo dela Segunda Semana, al ini-

ciarse la contemplación de la vida del Señorsugiere: “demandar lo que quiero; será aquídemandar conocimiento interno del Señor,que por mí se ha hecho hombre, para que másle ame y le siga”. El “seguir” real deriva de unmovimiento afectivo de identificación amoro-sa, posibilitado por el conocimiento interno.

En el contexto de esta convicción ignacia-na, y en la dinámica contemplativa que deella deriva, se incluye lo que llamamos Ter-cera Semana. Se trata, también en estascontemplaciones, de “más conocer al Verboeterno encarnado, para más le servir y se-guir” [EE 130]. Este es el objetivo básico dela Tercera Semana de Ejercicios. El conoci-miento transformador de Jesús tiene que

El libro de los “Ejercicios Espirituales” deSan Ignacio de Loyola (1491-1556) cons-

tituye por una parte el compendio de un ca-mino espiritual y a su vez un itinerariopara el acompañamiento en el discerni-miento, buscando en todo servir y amar aNuestro Señor Jesucristo, dejándose trans-formar por su gracia. En él se refleja el pro-ceso personal vivido por San Ignacio desdesus experiencias en Loyola tras ser heridoen el cerco de Pamplona el año 1521, a lasenseñanzas de Manresa (1522-1523) en lasriberas del río Cardoner. La obra despuésde diversos exámenes fue definitivamenteaprobada por el Papa Pablo III el 31 de Ju-lio de 1548. En ella converge el proceso per-sonal de identificación con Cristo, especial-mente en los misterios desu vida y cómo de esta con-templación e identificaciónnacen la determinación delseguimiento en respuestaal gran amor contemplado.Destinado especialmente alacompañante del ejercitan-te, San Ignacio recorre elproceso personal de trans-formación que la gracia varealizando en aquel que sedeja cautivar por la genero-sa y entregada humanidaddel Hijo de Dios. El procesopersonal confrontado con lacomunidad cristiana ad-quiere así legitimidad yverdad.

En el desarrollo de losEjercicios, Jesús, considerado durante laprimera semana como restaurador de laimagen del Padre, contemplado en la se-gunda como el modelo en que inspirarsepara realizar del mejor de los modos posi-bles el plan del Padre, habrá de ser asimi-lado, mediante una permanente y profunda“simpatía”, durante la Tercera Semana has-ta el punto de que el ejercitante ha de po-der afirmar con San Pablo: “Estoy crucifica-do con Cristo y ya no vivo yo, pues es Cris-to el que vive en mí” (Gál 2,20). Por eso pe-dirá “dolor con Cristo doloroso, quebrantocon Cristo quebrantado, lágrimas, pena in-terna por tanta pena como Cristo pasó pormí” (EE,203).


“conocer” también necesaria-mente “los trabajos, fatigas ydolores de Cristo nuestro Se-ñor” [EE 206], como necesi-dad ineludible para ser plenoy auténtico, y para generarun seguimiento que sea ver-dadero.

En esa contemplación delSeñor en su Pasión, contem-plación que en su honduranos va identificando cotidia-na y naturalmente con El,Ignacio insiste de modo par-ticular en hacernos ver lapasividad de Jesús a quien“le llevan valle abajo y des-pués cuesta arriba” [EE201]. La pretensión ignaciana al hacernoscontemplar esa pasividad, y otros aspectosde la Pasión, no es que saquemos conse-cuencias “morales” de esa mirada, sino quela propia fuerza interna de la contempla-ción nos ayude a crecer en identificacióncon el Señor, para “ser puestos” con El ennuestra vida cotidiana de seguimiento. Loexpresa, de modo muy profundo, una de laspeticiones de Tercera Semana: “dolor conCristo doloroso, quebranto con Cristo que-brantado” [EE 203]. Dolor y quebranto“con”; no “por”. Si los Ejercicios son tiempode confirmación de la elección y determina-ción tomada, este nace de la “comunión” conel Señor: una experiencia interior por laque, en la contemplación de los misterios dela Pascua del Señor, se experimenta que ladecisión es confirmada, o va uno sintiéndo-se acompañado y confortado en las renun-cias que ella supone. No es la afirmación,más o menos voluntarista, sino la constata-ción, sorprendente y gratuita, de que nos vasiendo dada la gracia de acompañar al Se-ñor, también en la cruz que su seguimientoconlleva, desde la paz, desde el agradeci-miento, desde la más profunda humildad.La confirmación ignaciana no es otra cosaque lo que el mismo Ignacio recibió, trasmuchos años de humilde e intensa petición,en la Storta romana: “sentía que Dios Padrele ponía con su Hijo”.

Las opciones vitales que nacende esta contemplación

Los números 195 a 197 de los Ejerciciosexpresan tres acentos característicos en lapresentación ignaciana de la Pasión del Se-ñor: “lo que Cristo nuestro Señor padece enla humanidad o quiere padecer” [EE 195];“cómo la Divinidad se esconde” [EE 196];

“cómo todo esto padece pormis pecados” [EE 197].

a. “Lo que Cristo nuestroSeñor padeceen la humanidad”

Jesús padece en el contex-to del padecimiento de la hu-manidad, como ser plena-mente humano que ha queri-do ser. La pasión y la cruzson consecuencias últimasdel movimiento identificadorde la encarnación, y delmodo concreto escogido porDios para la redención. Jesúscarga con la condición huma-

na y asume su destino, por eso sufre y mue-re. “Quiere” padecer porque quiere identifi-carse con todo el ser humano y con todo serhumano. La contemplación de todo ello nosllama a aceptar también nosotros todo el“peso” de nuestra humanidad, sin búsquedade exenciones o privilegios; y a aceptar demodo particular nuestras pasividades y dis-minuciones. Es la contemplación de la Pa-sión del Señor, y la interiorización de lo con-templado, lo que más que nada nos puedeayudar a ello. Es necesario que sepamos si-tuar nuestro padecimiento en el contextodel de Cristo, y a hacer de nuestro sufri-miento una experiencia de solidaridad conla humanidad sufriente.

Jesús padece al asumir una forma con-creta de humanidad, “en la humanidad” queescoge. Para Ignacio la Pasión comienza yaen el Nacimiento: EE 116 y 206. Es el Jesús“pobre y humilde”: el del Rey Eternal [EE95], el de las Dos Banderas [EE 146-147], elde la Tercera Manera de Humildad [EE167], que va por delante y nos precede. LaPasión de Jesús es la culminación de unamanera de asumir la condición humana yde entender la vida, que llevan por este ca-mino y no por otro.

La contemplación se convierte en una lla-mada al realismo en nuestro camino de se-guimiento, a asumir las consecuencias de lamanera de entender la vida y de vivir deJesús. Una llamada a “permanecer” en elcamino, y a asumir los costos de la auténti-ca solidaridad con Jesús y con los pobres.Je-sús “quiere padecer” porque está dispuestoa llegar hasta las últimas consecuencias ensu apuesta por la humanidad: no quiere ba-jar de la cruz. La apuesta de Dios por la hu-manidad, encarnada en la Cruz de Jesús, esapuesta hasta el extremo, no se desdice desí misma en el momento del sufrimiento,


ternidad, “conteniéndose enlo mínimo”.

c. “... cómo todo estopadece pormis pecados...”

El escondimiento de laDivinidad y el padecimien-to de la Humanidad de Je-sús es “por mis pecados”: acausa de ellos, y para sal-varme de ellos. En la con-templación de la Pasión delSeñor descubrimos el peca-do como rechazo al amor ya la entrega de Jesús, ytambién su ilimitada capa-cidad de generar sufrimien-to y muerte, de ocultar aDios. ¡Descubro también

que soy uno de esos enemigos a los que laDivinidad hubiera podido destruir y no loha hecho!

Estas contemplaciones nos pueden ayu-dar a redimir de narcisis-mo el dolor por nuestrospecados y a “cristificarlo”:

por amor a Cristome duele el peca-do: “pena internade tanta pena queCristo pasó pormí” [EE 203]. Nospueden abrir a lacomprensión de loabsurdo y des-tructivo que es re-chazar el amor yvivir fuera de sulógica. No nos per-miten ingenuida-des sobre nues-tras posibilidadesde generar sufri-miento en otros.

Desde la comu-nión contemplativa con el Señor que “pormis pecados va a la Pasión” [EE 193], pode-mos ir aspirando a que, cada vez más, nues-tro dolor y nuestro quebranto sean, de ver-dad, el dolor y el quebranto de Cristo [EE203, 206]: ver rechazado al Padre y sentir elsufrimiento de la humanidad. Y sólo de estaprofunda comunión contemplati-va con Cristo en el “padecer” pue-de brotar un “hacer” corredentor.

✒ José Luis QuinteroSánchez, C.P

llega hasta el final. Somosllamados, en la contempla-ción de esa entrega, antesque nada al agradecimien-to: por un amor tan sin lí-mite y sin mesura, tan in-condicional, tan inmerecido.Y llamados también a, des-de ese agradecimiento, unaentrega sin límite y sin re-serva y a mantener nuestraapuesta por Dios y sus cria-turas, por Jesús y su evan-gelio, hasta el final.

b. “... cómo la Divinidadse esconde...”

En la propuesta que Ig-nacio hace para contemplarla Pasión de Jesús la Divi-nidad se esconde renunciando a su “omni-potencia”: “podría destruir a sus enemigos yno lo hace” [EE 196], y en su lugar aparecela impotencia, la debilidad, la vulnerabili-dad del Amor. La omnipo-tencia se oculta en la hu-manidad dejada padecer,pero es ésta laque revela la fuer-za del amor y dela misericordia deDios.

En la contem-plación de ese mis-terio somos invi-tados a cuestio-nar y someter acrítica las imáge-nes y proyeccio-nes que nos hace-mos de Dios y areplantearnos conhonestidad nues-tras búsquedas deDios: ¿no estamosmuchas veces bus-cando fuera de los lugares donde El se haquerido hacer presente?. Y también somosllamados, desde la contemplación de la Pa-sión de Jesús según san Ignacio, a rezar yvivir desde la “impotencia” de Dios nues-tras propias “impotencias” y nuestras pre-tensiones de omnipotencia, y a ser muchomás radicales en no confundir éxito y sen-tido, fracaso y sinsentido. La “gloria” deDios no es otra que la entrega amorosa delHijo.

En la pasión del Hijo se desvela, velán-dose, la verdadera divinidad de Dios, su Pa-

La vida de Santa Gema es, entreotras cosas, una vida sorprendente.Gema, se relaciona con el más acá, ycon el más allá, con la mayor natu-ralidad del mundo. Con Jesús, conla Virgen María, con el joven santopasionista San Gabriel de la Doloro-sa. Yo me atrevo a afirmar queGema es una mujer-joven-teóloga.No ya porque frecuentara la vidauniversitaria, y mucho menos algu-na facultad de teología. Imposible,para ella, en aquel entonces. La teo-logía, estudia, y llega a conocer unpoco lo que Dios es, y lo que conDios se relaciona. “La pobre y pe-queña Gema”, en toda su sencillez,sabía mucho acerca de Dios, de sucielo, de sus ángeles y sus santos.¿La fuente de tantos conocimientos?Una especial providencia y predilec-ción especial por parte del mismoDios, y una experiencia personalmuy viva. Conocer, es tambiénamar. Y Gema conocía muy de cercade Jesús, porque llegó a amarlo conamor ferviente, con amor total, conentrega excluyente de cualquierotra realidad que no fuera Él.

La Iglesia, ha revisado todos losescritos de Gema, todos, en una uotra forma, relacionados con elmundo sobrenatural, y ha constata-do siempre un lenguaje sencillo,asequible, cordial, pero nunca unerror teológico, una afirmación des-viada de la más sana doctrina.

El lenguaje de Gema, sus escri-tos, podrá aparecer con frecuenciaun tanto infantil, con dejes de “sen-siblería”, audaz a veces, pero es un

lenguaje, son unos escritos que re-zuman fe y amor creyente, y quehan ayudado a muchos, de toda con-dición y de todo nivel cultural, a su-perar dificultades, a recuperar lapaz del corazón perdida, si no ya lasalud deteriorada. Los admiradoresde Gema sintonizan muy bien consu personalidad cristiana “diferen-te”, con sus escritos sencillos, since-ros, de alma enamorada.

Este santuario de Gema en Ma-drid, y otros en el ancho mundo, loproclaman, y proclaman tambiénlas maravillas que el poder de Diosrealizó en aquella alma sencilla, ypor su medio, en cuantos hoy la in-vocan y le agradecen.

✒ M. G.


SANTAGEMAENSUSESCRITOS

GEMA, “al dictado de su ángel de la guarda”,redacta su Autobiografía.

Es una de las ocho reproducciones cerámicasde escenas de la vida de Santa Gema,

en la cúpula del Santuario.


LOSOTROS“SANTOSINOCENTES”

DESDE LA OTRA ORILLA

Ya en otra ocasión me asomé a estaventana para hacer una reflexión y de-nunciar la eutanasia activa. En el decli-nar del año 2011 nos hemos desayunadocon la noticia y estadística de “ciento tre-ce mil abortos” en el año 2010. Una es-candalosa cifra de abortos en España. Almargen de las tabulaciones y las frías ci-fras, lo más inquietante es que converti-mos un mal endémico en un bien social,cuando en realidad lo que refrendan losnúmeros son mataderos legales de exter-minio que, cuanto menos, oscurecen y po-nen en tela de juicio la responsabilidad ydignidad del ser humano.

Un derecho fundamental y universal

A estas alturas resulta hasta aburridorecordar lo obvio: el primer derecho delser humano es la defensa de la vida; asílo recoge nuestra propia Constitución.Recordemos la Carta Magna en su Artí-culo 15: «Todos tienen derecho a la vida yla integridad física y moral, sin que, enningún caso, puedan ser sometidos a tor-tura ni a penas o tratos infrahumanos odegradantes. Queda abolida la pena demuerte,(...)»... y el Tribunal Constitucio-nal (1985): “la vida del ‘nasciturus’ es unbien jurídico constitucional fundamen-tal”, es decir, un derecho fundamental,

que debe ser protegido. El derecho másbásico es el derecho a la vida.

Aunque el aborto ha existido siempre yseguirá existiendo, como el odio, el enga-ño, la guerra y tantas cosas más, no poreso deja de ser un delito. Lo preocupante,no es que muchas mujeres aborten, sinoel cambio de mentalidad operado en mu-chos sectores sociales, incluidos los profe-sionales de la medicina, en relación con elvalor de la vida humana. Bajo las fórmu-las legales, predomina el criterio feminis-ta del derecho de la mujer a cortar la vidahumana cuando se encuentra todavía ensu seno y por cualquier clase de conve-niencia circunstancial.

La ciencia, avala la dignidadde toda persona humana

La ciencia biológica afirma la evidenciade vida humana desde la unión de los ga-metos femeninos y masculinos, y es éstauna certeza universal. El problema resideen el reconocimiento de la categoría per-sonal a toda vida humana, desde el mo-mento de la concepción hasta su fin na-tural. Aunque esta verdad filosófica nopuede verse a través de un microscopio,la ciencia ha demostrado que desde elprimer instante queda fijado el programade lo que será este ser viviente: un hom-bre, individual, con sus notas caracterís-ticas ya bien determinadas. Con la fecun-dación ha comenzado la aventura de unavida humana. A lo que estamos asistien-do literalmente es a la tragedia de cien-tos de miles de inocentes, sacrificados enel vientre de su madre, un atropello am-parado por una ley “contra natura”, yademás, a cargo del erario público. Se dis-fraza la acción abortista con el apelativode: La Ley de Salud Sexual y Reproducti-va, y sus consecuencias se traducen en“licencia para matar” y negocio para lasclínicas abortistas.

Me parece incomprensible que se nego-cie con la vida humana; como también es


un radical servi-cio a la vida yrespeto a la dig-nidad humana.

El aborto indu-cido no deja deser una tragediapara la mujer yun trauma parala sociedad. Sinapartarme unápice de un tono

crítico, el aborto provocado no es un dere-cho. Es un atentado a la Naturaleza. Esuna ofensa a la Creación. Es un crimencontra la Humanidad. ¡¡¡Una auténticatragedia!!!... El aborto es un crimen queninguna ley humana debe pretender legi-timar.

Los más débiles e indefensos

El amor a la vida se demuestra por elamor a los más débiles e indefensos. Locontrario es retórica barata, y literatura.Aquel episodio de Herodes, de los Inocen-tes degollados, en su deseo de matar a Je-sús, hoy se repite cada día en la fría es-tadística de tresciento abortos diarios.Trescientos “chupetes” inermes condena-dos a muerte. ¿Cuántos “santos inocen-tes” tendrán que morir antes de nacerpara que nos demos cuenta de tamañoerror?

Sabemos que hay especies de animalesprotegidas, y está bien, pero asistimos aque solo los hijos de los hombres carecende protección y con licencia subvenciona-da para matarlos. Ese recinto sagradoque Dios ideó en su amor para que sushijos se formaran en el ambiente más se-guro, es hoy para muchísimos pequeños,un corredor de la muerte y del dolor.

Estoy seguro que esos niños sin amor ysin besos, negados por sus madres en la tie-rra, están recibiendo en el cielo el más amo-roso y tierno abrazo de María,Madre de Dios y Madre nuestra.

✒ Gregorio Santos ZayasBarcelona

una irracional tra-gedia, que las con-ciencias se am-paren en la pros-tituida semánti-ca de la palabra“derecho”. Dere-cho a qué... A laimpunidad de uncrimen? La vidahumana es sa-grada, y ningúnser humano puede atribuirse el derechode destruir la vida de un inocente. En laliteratura de esta nuestra cultura de lamuerte, uno siente rubor cuando se utili-za un lenguaje manipulado y falso, paraocultar la realidad objetiva: así vemoscomo el término “aborto procurado” tien-de a ser sustituido por la expresión “inte-rrupción del embarazo”; y cuando no, setiende a considerarlo un mal menor quehay que aceptar en nombre de la libertady el pluralismo ideológico. ¡Cuánta indi-gencia intelectual! Se destruye la vidahumana, encendida y arrojada a la exis-tencia en el seno de la madre, mediantelas prácticas abortivas. El hombre ha sidocapaz de dictar y legislar la pena demuerte para inocentes “nasciturus”. Afir-mar que el aborto es un derecho, es tancruel como convertir un asesinato en unaconducta plausible.

La dignidad de ser madre

La maternidad es la más bella mani-festacón de la Cultura de la Vida, aunquesuponga e implique generosidad y entre-ga. Dios ha hecho a la mujer y le ha con-cedido el gran honor de ser partícipe im-prescindible en su obra creadora. Recor-demos los bellos versos del poeta hindúRabindranath Tagore: “Cada niño al na-cer nos trae el mensaje de que Dios no haperdido todavía la esperanza en los hom-bres”.

No hace falta recurrir al Magisterio dela Iglesia, aunque también, para encon-trar razones científicas, de honradez inte-lectual y de orden ético, que apuestan por


EL EVANGELIO CADA DÍA

Todos sabemos muy bien que “obrasson amores y no buenas razones”. Peroluego, fácilmente nos contentamos conadmirar las palabras de Jesús, sin preo-cuparnos de llevarlas a la práctica. Noscontentamos muchas veces con acudir re-gularmente a la Misa dominical, con es-cuchar el Evangelio.

Pero la fe y la vida cristiana van máslejos: tienen que convertirse en compro-miso: en manera de pensar, de reaccionar

y de vivir a la manera de Cristo. En esteevangelio, viene a decirnos Jesús que nova a Misa esa manera de ser cristiano quetermina con la celebración de la Misa;que la gracia de la fe está en buscar y ha-cer con El la voluntad del Padre.

No basta con decir¡Señor, Señor!

Sus discípulos no podemos contentar-nos con llamarle “¡Señor, Señor”!. Ni si-quiera basta el mucho hacer, para sentir-nos cristianos comprometidos. Lo que noshace discípulos suyos de verdad es llevara la práctica sus palabras.

Sabiendo que la voluntad del Padre noes ningún peso que tenemos que soportar.Esa voluntad es el compromiso suyo dellevarnos por el camino del bien y la ver-dad. La voluntad del Padre es la fuentede la paz y el amor que no se lleva la co-rriente de los caprichos del hombre. Esofrenda de gracia que espera una res-puesta filial de cada uno de sus hijos.

De la obediencia al amor a Dios surgela auténtica vida cristiana, y el gozo de lafe brota siempre de la voluntad de Dios,no de la mía. La voluntad del Padre es lagran palabra, que no nos resulta tan fácilconocer. Para conocerla bien hay que ha-cer lo mismo que hacemos para conocer lavoluntad de las personas queridas. Con

LoscimientosdetucasaDijoJesúsasusdiscípulos:“Notodoelquemedice¡Señor,Señor!EntraráenelReino

deloscielos,sinoelquehacelavoluntaddemiPadrequeestáenloscielos.Muchosmediránaqueldía: ¡Señor,Señor! ¿Noprofetizamosen tunombreyen tunombrehicimosmuchosmilagros?Peroyolesresponderé:Noosconozcodenada.¡Apartaosdemí,mal-vados!Elqueescuchaestaspalabrasmíasylasponeenpráctica,escomoaquelhombresensatoqueedificósucasasobreroca.Cayólalluvia,vinieronlostorrentes,soplaronlosvientosyseabatieronsobrelacasa,peronosederrumbó,porqueestabacimentadaso-brerota.Sinembargo,elqueescuchaestaspalabrasmíasyno lasponeenpráctica,escomoaquelhombrenecioqueedificósucasasobrearena.Cayólalluvia,vinieronlosto-rrentessobrelacasa,yéstasederrumbó”.(Mt7,21-27)

Orar para practicar la voluntad de Dios.


esta parábola de los constructores. “Elque escucha estas palabras mías y laspone en práctica se parece a aquel hombresensato que edificó su casa sobre roca”. Y“el que las escucha y no las pone en prác-tica, se parece a aquel hombre necio queedificó su casa sobre arena”.

Son dos maneras distintas de escu-char: una sólo escucha, y la otra escucha yvive. La diferencia entre una casa y otrase nota especialmente en los momentosdecisivos de la tempestad. Una se mantie-ne firme, y la otra se derrumba hasta de-saparecer. Con lo que Jesús nos llama allevar una vida cristiana bien cimentada;a vivir la fe como don y compromiso.

El creyente que queremos ser tú y yoedifica su casa sobre la roca firme de Je-sús y su Evangelio; sobre la roca de laoración que lleva al servicio del prójimo,del pobre, del desvalido… Y los momentosde prueba y de tempestad, que nunca fal-tan en la vida, no podrán hun-dir la casa de aquel que edificasu vida sobre la roca firme quees Jesús.

✒ Antonio San Juan

ellas no dejamos de hablar ni de comuni-carnos, de escuchar sus palabras y hacersilencio; de “adivinar” sus gustos y pasarlargos ratos a su lado.

Querer a alguien y confiar en él llevasiempre al compromiso. Sería todo un en-gaño pasarse la vida diciendo “te quiero”,sin pasar de ahí. Así, el querer se quedaen palabras bonitas; pero “obras son amo-res y no buenas razones”. Por eso, viene adecirnos Jesús que la fe en su Padre Diosno puede quedarse en bellas palabras;que la auténtica oración es la que buscaconocer su voluntad para practicarla.

Si yo confieso a Jesús como Señor,quiere decir que me reconozco como ser-vidor suyo, como discípulo que le sigo ytrato de conformar mi vida a la suya.Obrar de otra manera equivaldría a con-vertir mi oración en patente hipocresía.

Edificar la vidasobre roca firme

Es este un peligro que nos acecha a to-dos, y del que quiere librarnos Jesús con

El creyente edifica su casasobre roca firme.

Siguiendo el camino trazado para esteaño y basado en las Bienaventuranzas, heelegido para este mes de febrero “Biena-venturados y felices los que tienen hambrey sed de justicia, –hambre y sed de ser jus-tos–, porque ellos serán saciados”.

Lo he elegido así, porque febrero es unmes, en el que se nos muestra con mástransparencia la injusticia que alberganuestro mundo. Unos se quedan con losbienes que no les corresponden y por lotanto viven bien, a costa de que, a otros, noles llegue lo necesario y no les quede másremedio, que vivir mal.

CON ANSIA DE PAZ Y JUSTICIA

Sin embargo, el ansia de paz y justicia,es un deseo que anida en el corazón hu-mano, aunque no siempre sea capaz de sa-tisfacerlo. Pues ¿cómo ser felices en mediode la infelicidad de tantos? ¿Cómo ser feli-ces en medio de la ignorancia, de la caren-cia de lo necesario, de la violencia consen-tida de mujeres y niños, de los horrores dela guerra… que sufren tantas personas ennuestro mundo?

La felicidad no es un derecho, sino undeber. Dios al crearnos nos soñó felices,más ¿cómo se puede aspirar a la felicidadsin un compromiso firme con los que care-cen de ella?

EL DINERO NO LO ARREGLATODO

A veces creemos que las cosas que pa-san fuera de nuestro entorno, a las que no

FAMILIA Y VIDA

CON ANSIAS DE JUSTICIAtenemos acceso, no tienen nada que vercon nosotros y nos tranquilizamos diciendoque, poco podemos hacer para remediar-las; de ahí que ante los proyectos que senos presentarán –sobre todo en la campa-ña de Manos Unidas–, ante la precariedadde vida de algunos, nos conformaremoscon dar algo de dinero para que se realiceny así tranquilizar nuestra adormiladaconciencia.

Pero quizá esta realidad este más cercade nosotros de lo que nos parece.

Nosotros, los que vivimos en un mundocon recursos, también tenemos nuestra si-tuación. Nuestra vida se desarrolla en unafamilia y en ella todos tenemos derecho ala felicidad, a la justicia, a la igualdad…pero, posiblemente no siempre somos jus-tos los unos con los otros.

La injusticia la encontramos, a veces, enlas cosas más simples, esas que no quere-mos ver porque no nos interesa. ¿Cuántasveces somos felices a costa de la infelici-dad de los demás?

Podemos empezar por las tareas de lacasa, ¿quién las hace? Si alguien no las hi-ciera estarían sin hacer, pero nos cuestapensar que si nosotros no las hacemos al-guien tiene que hacerlas para que la vidafluya con normalidad.

Por tanto, el primer deber de ser justos,tendremos que desarrollarlo en la familia,estando atentos a todo y a todos.

Vemos a uno triste y ¿qué hacemos?¿Esperar a que se le pase? Notamos quealgún miembro de la familia tiene “ham-bre de ser atendido, escuchado, tenido encuenta… pero tomar conciencia de ello nos


¿Tal vez aguardando la felicidad que no llega?

llevaría a dedicarletiempo, a complicar-nos la vida… y ¿quéhacemos? Ignorarlo,no podemos estar aesas cosas ¡tenemostanto que hacer!

CON LOS OJOSCERRADOS

Ante las situacio-nes adversas que senos van presentandolo más cómodo paranosotros es cerrar losojos para no ver lamiseria de los demás.Nos cuesta demasia-do fijar los ojos en losque sufren, en los humillados, en los mar-ginados… ya sean de nuestra familia o es-tén fuera de ella. Y es que, es duro fijar lamirada y descubrir que nuestro bienestarsupone un malestar insufrible para otrosmuchos.

También nosotros tenemos nuestras ne-cesidades –nos decimos–. Somos incapacesde pensar que siempre se recibe muchomás de lo que se da. Si nos parece que re-cibimos poco, si nos parece que no somosvalorados generosamente, quizá tengamosque buscar la consecuencia dentro de no-sotros antes de reprochar las conductas delos demás.

Cuando nosotros nos damos al resto dela familia, cuando estamos atentos a susdeseos y demandas, cuando nos preocupa-mos de ellos… tenemos que acordarnos deque a ellos también les pertenecen nues-tros bienes. Pues, todos tenemos derechos,todos tenemos obligaciones y hay gentemuy dada a otorgarse privilegios, sin acor-darse de que los demás también los tie-nen.

PORQUE SERÁN SACIADOS

Si hay algo realmente fantástico en lasBienaventuranzas, son las consecuenciasque Jesús apostilla. Y precisamente en laque hoy hemos elegido, la consecuencia esesta: “Bienaventurados los que tienenhambre y sed de justicia Porque ellos se-rán saciados” Si esto nos lo creyésemosde verdad, ¿seríamos tan egoístas a lahora de ser justos con los demás?

Jesús nos invita a ser felices, desde elamor. Un un amor profundamente huma-no, en el proyecto de base de nuestra vida,de nuestro caminar cotidiano. Jesús alpronunciar las Bienaventuranzas, no estápensando en una vida etérea, sino ennuestra propia vida, en la de todos losdías; pero eso sí, no podemos olvidarnos deque, para llegar a conseguirlo, necesitamossu Espíritu de fortaleza, ese Espíritu quenos hará gustar todo lo que hacemos has-ta dejarnos saciados y satisfechos por ha-ber sido capaces de hacerlo.

ANTE NUESTRA REALIDAD

Ahora, hagamos unos momentos de si-lencio para vernos por dentro. Tratemos dedescubrir nuestras necesidades, nuestrascarencias… Miremos también cómo vamosde generosidad y entrega. Pidamos al Se-ñor que no nos deje caer en el error de pa-sarnos la vida buscando que se cumplannuestras expectativas; que nos enseñe avivir creando nuevas condiciones de felici-dad para todos.

Necesitamos creer en un Dios feliz, unDios que cuida a todas sus criaturas conun amor entrañable, ese Dios que nos repi-te cada día: No busquéis la felicidad enla satisfacción de vuestros intereses.Sed felices trabajando demanera fiel y paciente porun mundo mejor para todos.

✒ Julia [email protected]


Jóvenes, firmes en la fe, ávidos de verdad y de justicia.Jóvenes, firmes en la fe, ávidos de verdad y de justicia.


ÍDOLOS SANGRIENTOSLA VERDAD Y LA VIDA

Si uno deja de creer en Dios bueno, creeráen otros dioses no buenos, incluso si se de-clara ateo: Entronizará el poder a cual-quier precio, o el placer a toda costa, o elpropio “yo” por encima de los demás a losque no se duda en pisotear, o al mismotiempo una Naturaleza mitificada que justi-ficará cualquier crimen (“hemos de dejar mo-rir a los hombres para no agredicr a esa Na-turaleza”).

Y ante esos ídolos sacrificará a personasinocentes, a niños a los que no se deja nacer, aancianos a los que se encamina a una muerteprematura, a pueblos enteros a los que se dejamorir de hambre, de enfermedad o de guerra.

Cuando el hombre doble su frente ante es-tos ídolos está cavando su sepultura moral yfísica: La adoración de estos ídolos prostituyela dignidad del hombre o mujer, creados aimagen y semejanza de Dios.

“La verdad os hará libres”: Denunciar lamentira, la sustitución del Dios verdadero pordioses falsos y crueles, es una parte del oxíge-no que precisan hombre y mujer para vivircomo personas, para construir una paz mere-cedora de ese nombre, para preparar un futu-ro humano y digno a nuestros hijos.

Y un criterio que no falla para distinguir sise habla de Dios verdadero o de ídolos es queestos últimos siempre exigen o justifican unaacción malvada, con la maligna coartada deque “el fin justifica los medios”: hay que ma-

tar a los niños por nacer porque talcosa buena se logra-

rá. Hay

que dejar morir dehambre a tal pueblo porque tal con-

secuencia buena sucederá.En cambio el Dios verdadero nunca será

cómplice del mal. Nunca es lícito hacer el malni siquiera para que venga un bien. Nunca eslícito agredir a un inocente por más que can-

tos de sirena digan que así nos libraremosde un mal.

Por desgracia corren por ahí teorías ma-lignas que afirman que una acción es buena,por malvada que aparezca a un hombre sen-cillo, si sus consecuencias son buenas. Y, paramayor desgracia no faltan eclesiásticos que seapuntan a este avieso carro. Ya Juan Pablo IIcondenó con voz firme y clara estas teorías(Veritatis splendor). Estos tales pisotean lasangre de los mártires que arrostraron hastala pérdida de su propia vida antes que hacerel mal.

Y por más que se disfracen con lenguaje decreyente, éstos no adoran al Dios verdadero,sino aun dios ídolo que, al igual como los dio-ses crueles de la Antigüedad exi-gían sacrificios humanos, exige supeaje de acciones malvadas.

✒ Javier Garralda Alonso,Barcelona

La meta: un mundo para Dios,

y como Dios lo quiso.

Ellos son, y serán, el mañana.

Revista Pasionario/51Revista Pasionario/51

ECOS DELA VISITA DEL PAPAMISIONERO EN BENÍNBenín acogió a Benedicto XVI como

sabe hacerlo África, con calor, simpatía ysencillez, sentido religioso y mucho encan-to. El Presidente de la República terminótodos sus discursos pidiendo la bendiciónde Dios sobre el Papa, de la misma mane-ra que el Papa terminaba los suyos implo-rando la bendición de Dios sobre África.Dios es una referencia común para perso-nas de religión diferente y les inspira sen-timientos de bendición semejantes.

Los niños,el tesoro más valioso

Valoro mucho el discurso que una niña,Aïcha, pronunció delante del Santo Pa-dre. La escuchó embelesado, mientrasella le daba las gracias por haber venidoa fortalecer la fe de los niños, dignos he-rederos del don precioso que Dios les diopor medio de los misioneros y misionerasde la Sociedad de Misiones Africanas. Re-cordó la situación dolorosa de los niñossoldados, brujos, explotados, y le dio lasgracias por la fe y por todo lo que la Igle-sia hace en su favor en los terrenos de laeducación y de la salud, y le dijo todo elcariño que los niños de Benín, de África yel mundo le tienen. El Papa le respondiócon una pequeña ca-tequesis entrañable,recordó su propia in-

fancia y explicó a los niños maneras con-cretas de rezar.

El momentomás entrañable en Benín

El momento más esperado de la Visitade Benedicto XVI a Benín tuvo lugar, elpasado sábado, al ser recibido por un gru-po de niños abandonados, enfermos, mu-chos de ellos con sida, en el Hogar Paz yalegría, de las Hermanas Misioneras dela Caridad, las de la Madre Teresa deCalcuta, junto a la parroquia de SantaRita, en Cotonú. Una pequeña, en unfrancés muy solemne y cantarín, recordóal Papa que en todo su pontificado toda-vía no había vivido un momento como éseen ninguno de sus 21 Viajes precedentes.Cuando ochocientas voces cantaron elAve María, el Santo Padre se conmovió,literalmente.

El Santo Padre les dirigió palabras decariño y les enseñó a rezar. «¿Qué es laoración?», les preguntó, para despuésresponder: «Es un grito de amor dirigidoa Dios nuestro Padre, deseando imitar aJesús, nuestro Hermano. Queridos niños,Jesús os ama. Pedid también a vuestrospadres que recen con vosotros. Algunasveces habrá que insistirles un poco. Nodudéis en hacerlo. Dios es muy impor-tante».

RINCÓN DE ORACIÓN

PedirelEspírituSanto

Nos dice el Catecis-mo (Nº 2623) que es elEspíritu Santo quien“enseña a la Iglesia yle recuerda todo lo queJesús dijo (Jn 14,26)”y es, “también, quienla instruye en la vidade oración”.

El Espíritu Santoes, pues, quien nosguía. Debemos dejar-nos guiar por Él,también en la ora-ción de petición. ¿Porqué? Porque no sa-bemos pedir lo queconviene y, el Señor,en su bondad, nosda el Espíritu San-to para que ayudenuestra pobreza,para que pida en nosotros. Dice S.Pablo: “acude en ayuda de nuestra de-bilidad”... intercede por nosotros congemidos inefables” (Rm 8,26).

Esta realidad del Espíritu que“ORA EN NOSOTROS” nos está invi-tando a pedir, antes que nada, antesque nadie, el Espíritu Santo. INI-CIAR nuestra oración llamándole. Pi-diendo al Padre y a Jesús, su Hijo,que nos concedan el Espíritu Santo.Con el Espíritu Santo podremos “orarpidiendo”.

“Por eso, la Iglesia nos invita a im-plorar todos los días al Espíritu San-to, especialmente al comenzar y al ter-minar cualquier acción importante”(nº 2671-2672).

EldondelHijoEl Don del Padre del cielo es su

Hijo Jesucristo. Nosotros pedimos

OrarpidiendoLa oración de petición todos la conocemos y todos la frecuentamos. A ve-ces, incluso podemos pensar “yo pido demasiado, me estoy pasando”. Poreso, está bien que la Palabra del Señor y de la Iglesia nos ilumine sobrenuestra oración de súplica o petición.


gracias y dones, pero la GRACIA esCristo Jesús. En Jesús lo tenemostodo. “La maravilla de la oración serevela precisamente allí, junto al pozodonde vamos a buscar nuestra agua:allí Cristo, es el primero en buscarnosy el que nos pide de beber. Jesús tienesed, su petición llega desde las pro-fundidades de Dios que nos desea”(Catec. nº 2560).

De ahí que, nuestro orar pidiendoes Jesús. Y si pedi-

mos unidos aÉl, si nues-tras necesida-des las deja-mos en su Co-razón, Él in-tercede por no-sotros al Pa-dre. Vive siem-pre para inter-ceder en nues-tro favor (Cf. Hb7,25). Nuestraoración tendráfuerza, porqueserá la oracióndel Hijo de Dios.Y será “glorifica-do por las peticio-nes que ofrecemosal Padre en suNombre” (Catec.nº 2633).

Cuentan que, laM. Ángeles Sorazu–monja concepcio-nista–, cuando en-tró en el Monaste-

rio y vio un cuadro de la Virgen con elNiño Jesús en brazos, le dijo a Nues-tra Señora: “Dame al Niño”. Y así, díatras día, cuando pasaba delante delcuadro suplicaba que le diese a Jesús.Un buen día, vio que la Virgen hacíaademán de entregarle al Niño y le pe-día que abriese sus brazos para aco-gerlo. Ángeles le dijo: “¿Y por qué nome lo diste el otro día?”.

También nosotros hemos de apren-der a pedir así a Jesús: con perseve-rancia y desearlo más que cualquierotra cosa. Si se retrasa, como diceuna antífona del Adviento, tomadadel profeta Habacuc (2,1): No deje-mos de esperarlo, porque vendrá y notardará.

OrarpidiendoCuando nuestras peticiones más

sencillas y cotidianas sean suplicadascon la ayuda del Espíritu Santo, y encomunión con Cristo, nuestro Señor,sentiremos que se acrecienta nuestraesperanza. Tendremos la profundaconfianza de que Dios nos escucha,aunque el momento de otorgarlo sedemore.

Es necesario, pues, que nuestraoración de petición la vivamos en lacomunión de la Iglesia, porque no so-mos nosotros los que tenemos quecambiar el corazón de Dios para vol-verle a nosotros, sino que es Diosquien desea entrar en nuestro pobrecorazón y volvernos a Él (Cf. Catec. nº2633). Muchas veces hemos de reco-nocer que si Dios no nos otorgó aque-llo que pedíamos tal y como lo pedía-mos, sí nos cambió el corazón para es-cucharle, nos dio fuerza para aceptarsu voluntad y así nos acercó más a suCorazón.

¡Ánimo a todos, con la confianzaque nos da el Espíritu Santo!

Rey celeste, Espíritu consolador,Espíritu de Verdad, ven,

habita en mí.Guía Tú mi oración y dame

la confianza de ser escuchado.

✒ Sor Catide la SS. Trinidad, C.P.

Oviedo



PÁGINA VOCACIONAL

“Yosoyunjovenpasionistafeliz”

Me presento

Soy David, nací hace 26 años enUrretxu, un pueblo precioso de la Gui-púzcoa profunda, en el seno de una fami-lia normal, cristiana pero no practicanteigual que la mayoría de las familias dehoy. Aun con todo, mis padres decidieronque mis estudios los cursase en un cole-gio católico: Los hermanos de las escuelascristianas (Hermanos de la Salle). A ellosy a mis padres les debo mi educación y elhaberme enseñado a ser persona.

Igual que todos los niños de mi gene-ración, fui bautizado, hice los cursos decatequesis y la comunión. Hasta aquítodo normal. Era como un niño más.

“Toc toc toc”, Dios llama

A la edad de 12 años, entro de mona-guillo en la parroquia, más que por mi fe,por las 2.500 pesetas que nos pagaba elcura a fin de mes “por los servicios pres-tados”. Fueron unos años gozosos y feli-ces. Pero es a la edad de 15 años cuandome doy cuenta de que Dios quiere algomás de mí. Comienzo a tener una relaciónmás consciente con Él: Frecuento los sa-cramentos y en misa no me aburro, todolo contrario, me gusta y me siento bien.

El Señor toca mi corazón, pero yo no lehago mucho caso, porque mi futuro loveía claro: casarme y ser un gran músico,ya que desde los 8 años estudiaba violon-chelo con mucho interés.

Va pasando el tiempo, 16, 17 años… mivida gira alrededor de la familia, la músi-ca, los amigos, las chicas y la parroquia. ElSeñor sigue llamando, pero yo hago casoomiso, no quiero escuchar. Incluso algunode los sacerdotes me invita a reflexionarsobre el sacerdocio, pero mi respuesta alcontrario que la de María es “NO”.

A los 16 años me gusta el órgano yademás de violonchelo decido estudiartambién órgano para completar mis estu-dios musicales.

David,esunPasionistajoven.Ensuadolescencia,sintiólainvitacióndelSeñoraserPa-sionista. Como SanGabriel de la Dolorosa. En Corella, Navarra, compartí con él, entre-gándolealgunaspreguntasacercade losorígenes,motivacionesypuestaenprácticadesu vocación religiosa. En estas páginas, está su respuesta, sus apreciaciones cordiales ysinceras,sobrelavocación,larealidadjuvenil,yotrascosas.Todoello,degraninterés.

¡Gracias,David,y...hastapronto! (M.G.)


El dulce lenguaje de Diosme hace cantar la séptima nota

Según voy aprendiendo órgano Diosllama cada vez más fuerte, de manera queen cada nota que pulsaba al órgano, encada sonido, me parecía escuchar la vozde Dios llamándome a seguirle de unamanera radical. Y así, a los 18 años unviernes santo, de rodillas ante Cristo cru-cificado y sintiendo ese amor que se de-rrama en cada gota de sangre, decidí queyo también quería amar como Él, a todos.Y aquel “NO” de los 15, 16, 17 años, seconvirtió en un gran “SÍ”. Era el año 2003.Termine mis estudios de Bachillerato ehice la selectividad, y en septiembre de2003 ingresé como postulante en la con-gregación de la Pasión. Y hasta hoy. Hanpasado ya tres años de postulantado, unode noviciado y cuatro de estudiantado.

Una congregaciónen la que soy feliz

Hoy día me encuentro muy feliz. Enlos pasionistas he encontrado una con-gregación sobre todo acogedora, de gentenormal, con sus virtudes y sus fallos,pero que ante todo y sobre todo busca aDios y busca amar a los demás como amóDios: hasta el extremo, dando su vida por

todos en la cruz. Hombres que, desde lapredicación de la Pasión, ayudan a ali-viar el dolor de aquellos que sufren yasea por las injusticias de la vida o porquehan perdido el sentido de la vida. Perso-nas que habiendo tenido una experienciafuerte con Cristo crucificado no se lapueden callar y anuncian el gozo y la fe-licidad de esa experiencia. Pero no todoes maravilloso y de color de rosa. Porotro lado también es gente que riñe, quese enfada y que tiene muchos fallos ymanías, pero que sabe rectificar y pedirperdón. Al fin y al cabo no hablamos deángeles sino de seres humanos de carney hueso. En definitiva, de personas nor-males que desde aquello que son buscana Dios desde lo más profundo de sus co-razones.

Cuidar la vocación

En la sociedad, como joven que soy, esdifícil nadar a contracorriente, por eso lavocación es algo que hay que cuidar todoslos días y alimentar. Para mí es impor-tante, es vital para mi vida como pasio-nista la comunidad. Esos hermanos a losque no he elegido y con los que vivo lavida, con los que me enfado, con los querío, lloro, abrazo, rezo… es el colchón alque caigo cuando la vida me tira. Para mí

es importante sentir a lacomunidad que ora pormí cuando estoy predi-cando o en exámenes, enmomentos gozosos y enmomentos tristes. Unacomunidad que acoge yque está.

Igual de importantees la oración diaria, tan-to personal como comu-nitaria, en el canto deloficio divino: Participaren esa dinámica de pro-clamar el salmo para loshermanos y escuchar elsalmo proclamado por


los hermanos. Así mismo sentirme comu-nidad de comunidades en la celebraciónde la Eucaristía.

“Galileos, ¿que hacéisahí mirando al cielo?”

Como pasionista es importante man-tener los pies en la tierra, por eso tam-bién me gusta ir de vez en cuando conmis hermanos de comunidad y con losamigos a tomar un café, al cine, a cenarun bocadillo, y también, por qué no defiesta, donde he de reconocer que suelotener conversaciones sobre Dios bien in-teresantes con gente que te pregunta, quebusca, que tiene inquietud, etc. Esto últi-mo creo que quizá es un apostolado quenos falta: “el apostolado nocturno”.

¿jóvenes sin valores?

Muchos piensan que los jóvenes de hoyno tenemos valores y que pasamos detodo, pero puedo asegurar que no es así,por lo menos en la mayoría de los casos.Solo hay que acercarse, hablar y entenderel lenguaje de los jóvenes, saber lo quepensamos, nuestras necesidades, nuestrossueños, nuestros vacíos, etc. A veces no senos comprende porque no se nos escuchay entonces nos “indignamos” y nos volve-mos rebeldes. Los jóvenes somos ollas enebullición que tan solo hay que templarun poco para que salga la maravillosapersona que estamos llamados a ser.

Profetas en el desierto de la vida

En la sociedad actual se nos bombar-dea de todo y por todas partes, estamosrodeados de cosas y de personas, pero enel fondo estamos solos, como en un de-sierto. Es el desierto de la vida, en el quevamos buscando un oasis. Ese oasis paramí es Dios, es la oración con Él. Pero entodo desierto cuando nos perdemos, la ca-beza nos juega malas pasadas y vemosespejismos. Es una manera de huir de larealidad del desierto. Todos huimos algu-

na vez, todos tenemos un espejismo algu-na vez. Pero lo malo es cuando pensamosque ese espejismo es verdadero y nos que-damos ahí parados: Nos refugiamos eninternet, en el sexo banal, el consumismoexagerado, alcohol, droga, etc.

La labor del pasionista hoy en Españaes ayudar a las personas a caminar por eldesierto de la vida. Ser profetas en ese de-sierto señalando al Salvador como hizoJuan Bautista. Guiar a las personas hacialos verdaderos oasis y enseñar a beber deellos. Ayudar al ser humano a encontrar suverdadera vocación, que no es otra que vi-vir feliz desde Dios siendo aquello que es.

Así que, solo os deseo que encontréisvuestra vocación.

✒ David Arranz Bermejo, C.P.Vitoria


PENSAR LA VIDA

Quienfirmaesta“memoriaagradecida”BR.DEPULIDO,haperdidosustreshijos,dediferenteseda-des,víctimasdefibrosisquística,enfermedadcrónicayhereditaria.Blanca,hoyhablaconunodeellos,comosiestuvieran,porqueestán.VivenenDiosyensucorazóndemadre.

En mi “pausa diaria” hago silencio exteriore interior... entro en mi corazón y visualizocomo si de una película se tratara toda tu cor-ta vida, Jose: Aquel bebé alegre y risueño decabello tirando a rojizo, de ojos entre verde yazul, con oyuelos al reírse y pequitas alrede-dor de la nariz...

Miro tus fotos y aún te recuerdo tal y comoeras... Aquel “ahora” ; es lo que siento que nosha unido, nos une en este momento y nos uni-rá para siempre...

Contemplo ya al niño, adolescente, y aladulto que llegaste a ser... pero tu alma seguíasiendo la misma y aún sigue vibrando en otrolugar, de otra forma y a otra “altura”, pero yahace tres ¿largos? ¿cortos? años; no lo podríadecir, porque mis sentimientos y sensacionesse entremezclan de forma tan caprichosa queunos días río y otros lloro y mi ánimo sube ybaja o se estabiliza, pero siempre gira en tor-no a ti y a tu recuerdo; ausencia, nostalgia y aese duelo, dolor o como se quiera llamar quesiento en lo más profundo de mi ser...

Escucho tu voz con un suave “Mon” como aveces me llamabas, y sonaba muy bien porqueera corto, ponías muy bien tu acento inglés ya mí me hacía sentirme la mejor madre delmundo...

Siento todavía lo mucho de mí que te di,con alegría, con amor, con una esperanza yuna fe que Dios ponía en nuestras vidas...

Y siento también lo que tú vida aportaba a lamía; a veces, era sacrificio, pero para una madre

esa palabra no significa nada negativo, es sim-plemente entrega, sin condiciones, cueste lo quecueste... es algo natural entre madre e hijo...

Elevo mi espíritu, reflexiono sobre todo loocurrido... Ya he escrito mucho y muchas ve-ces sobre mi vida, tu vida, nuestros aconteci-mientos felices y tristes, según los días y losmomentos, y siempre llego a la misma conclu-sión: Dios con amor de Padre dejó que nues-tras vidas discurrieran juntas durante treintay un años, más los nueve meses que te llevédentro; así que sumamos muchos días y mu-chas noches de sentirte, amamantarte, cuidar-te y quererte; y tú a mí, lo feliz de tu existen-cia que mereció la pena aunque fuera tan cor-ta... pero fue plena y llena, y eso basta, aun-que hubiera querido más...

Antes de que termine esta primavera, el díadieciséis volveremos a reunirnos por cuartoaño consecutivo y en una Misa ofrecida por ti,nos reencontraremos aquí en Madrid y en Za-ragoza; tu padre, tus abuelos, tíos y primos yesas personas entrañables que estuvieronmuy cerca de ti y formaron de alguna maneraparte de tu vida... Nuestras vidas siguen aquíen la tierra, otros también “partieron”, perotodos seguiremos tu camino... En la naturale-za encuentro muchas veces ese camino, y seríatan fácil seguirlo... pero todavía nuestro viajetiene rectas y curvas, llanos y montes, ríos di-fíciles de cruzar y un mar inmenso que atra-vesar hasta llegar al infinito, donde el mar yel cielo se juntan para toda la eternidad...

✒ Blanca Roncalés Rabinal de Pulido,Madrid

Blanca y Pilar nacierona la luz del día en San Sebastián.

José Manuel Pulido Roncalésmurió el 16 de junio de 2002 a los 31 años.

Memoriasiempeagradecida,desdelafe.TresañosdevidaMemoria siempeagradecida,desdelafe. Tresañosdevida

Madre guardaba todo esto en su corazón. Je-sús crecía en sabiduría, en edad y en gracia,delante de Dios y de los hombres”, Lc. 2, 51-52.

María y José estaban admirados del Niño,por su obediencia y respeto, por su laboriosi-dad y destreza, y por su espíritu de aprendi-zaje y de ayuda a los demás. Trabajaba con supadre y santificaba su trabajo, mirándolocomo un acto de obediencia a Dios, un medionecesario para el sostén de la familia, y parala formación personal, y como una ayuda in-sustituible para los más pobres.

Era conocido como “el Hijo del Carpinte-ro”, Mt. 13,55, y le llamaban también, “elCarpintero”, como nos dice el Evangelista S.Marcos, 6, 3.

José amuebla con gusto exquisito su casa ytrabaja “bueno y barato”, para el pueblo ytambién María trabaja con amor y con fe enlos múltiples quehaceres de la casa y de la co-cina, y confecciona y teje con maestría los ves-tidos y demás ropajes de la familia entera.

La casa de Nazaret es el Santuario donde elHijo de Dios ha fijado su morada y en él, Je-sús, María y José juntan a diario a la oraciónya la contemplación, el trabajo y buscan siem-

MARÍA Y JOSÉ REGRESAN CON ELNIÑO A NAZARET

María y José seguían viviendo con el Niño enEgipto, y cuando Jesús había cumplido sieteaños, el Angel del Señor se le apareció en sue-ños a José y le reveló que habían muerto ya to-dos los que buscaban al Niño para darle lamuerte y que podía regresar a la tierra de Isra-el: José,”levantándose, tomó al Niño y a la Ma-dre, y partió para la casa de Israel”, Mt. 2, 21.

Van adentrándose por tierras de Judea, yMaría y José se enteran que allí reina Arque-lao quien había heredado el Reino de su padreHerodes, y tuvieron miedo, y José, “advertidoen sueños, se retiró a la región de Galilea,yendo a habitar en una ciudad llamada Naza-ret”, Mt. 2,22-23.

No sabemos si la nueva casa de Nazarettuvo algo que ver con la anterior casa de Ma-ría en la que se realizó el gran misterio de laEncarnación, Lc. 1, 26-28, o con la casa deJosé en la que recibió a María para vivir jun-tos, cuando el Angel del Señor disipó sus du-das, revelándole el misterio de su embarazo,por obra del Espíritu Santo. Mt.2, 20.

Sí sabemos que la nueva casa de Nazaret esla que figura como “Casa de la Sagrada Fa-milia”, en la tradición de la Iglesia, convertidacon la presencia de Jesús, en casa de Dios, ima-gen viva y espejo transparente en que debenmirarse todas las familias que creen en Cristo.

Es la casa donde vive el Niño EMMA-NUEL profetizado por Isaías, Is.7,14, 10 quesignifica para el evangelista Mateo, DIOSCON NOSOTROS”, Mt.1, 23

En ella se juntan el cielo y la tierra y esdonde vive el Hijo de Dios como si fuera unhombre de tantos. En ella resplandece la Luzde Dios, y el corazón de todos sus moradores,Jesús, José y María, laten al unísono, con unsolo sentir y un solo pensar. Jesús sabe per-fectamente que obedeciendo a sus padres, obe-dece a su Padre del cielo; porque los dos sonfieles intérpretes y cumplidores de la volun-tad de Dios.

Es la casa de Dios en la tierra, circundadapor los ángeles del cielo que enarbolan sobresu techo el estandarte de la PAZ.

LA CASA DE NAZARET, SANTUARIO DEDIOS CON NOSOTROS

El Evangelista San Lucas resume la VidaPrivada de Jesús diciéndonos de El: “Bajó conellos y vino a Nazaret y les estaba sujeto, y su

LASAGRADAFAMILIADENAZARET


pre y en todo la gloria del Padre del cielo, comocamino a seguir por todos cuanto habíamos decreer en Jesús, como Salvador del mundo.

NAZARET, CAPILLA ARDIENTEY TRAMPOLÍN PARA LA ETERNIDAD

En este ambiente de predestinación y decielo que se vive en la casita de Nazaret, y an-tes de que Jesús se despidiese de sus padrespara dar comienzo a su predicación por lospueblos, le llegó a José la hora de su muerte,en espera de una resurrección feliz, que leasegure volver a estar con Jesús y con Maríaen el Reino de Dios para siempre.

Son Jesús y María quienes asisten a José ensu muerte y en su paso para la eternidad. Ma-ría le reclina con ternura entre sus brazos, yJesús le besa enternecido en su frente y le dasu bendición final. Después le dió a su madre,un abrazo de consuelo y podemos suponer quele dijo al corazón: “Mujer, ¡qué grande esposohas tenido y qué padre tan santo y pruden-te me has dado. Volveremos a estar juntos ypara siempre en la casa del Padre del cielo”.

Días más tarde, salió Jesús de Nazaret,para comenzar su VIDA PUBLICA, y se eli-gió a sus discípulos a los que llamó Apósto-les, y comenzó a vivir con ellos; pero sin que-darse en ningún lugar ni casa determinada.

María, mientras tanto, con la muerte de suquerido esposo José, había quedado viuda, yahora con la marcha de Jesús se queda en sucasita sola, y en su soledad es cuando comien-za a comprender con todo su alcance el conte-nido de las palabras que Jesús les dijo cuando

se había quedado en el templo, sin que lo ad-virtieran sus padres; “¿Por qué me buscabais?No sabéis que es preciso que me ocupe de lascosas de mi Padre?”, Lc. 2, 49.

A María la vemos más tarde con su Hijo, enlas Bodas de Caná de Galilea, forzando encierto modo a Jesús a realizar su primer mi-lagro, convirtiendo el agua en vino, en favorde todos los comensales y logrando que susdiscípulos comenzaran a creer en El: “Este fueel primer milagro que hizo Jesús en Caná deGalilea, y manifestó su gloria y creyeron en Elsus discípulos”, Jn. 2, 11. Y la vemos tambiénen circunstancias contadas, siguiendo a Jesúsen sus correrías apostólicas, acompañada desus parientes: “Tu Madre y tus hermanos es-tán ahí fuera y quieren verte”, Lc. 8, 20; Mt.12, 46; “Ahí fuera están tu Madre y tus her-manos que te buscan”, Mc. 3, 32.

Y así vivió María en soledad sus tres últi-mos años de Nazaret de donde partió para Je-rusalén para estar junto a Jesús en el Calva-rio, que es cuando su Hijo se la entregó a sudiscípulo amado como “Madre”, y Juan se lallevó a su casa: “Luego le dijo aldiscípulo: He ahí a tu madre.

Y desde aquella hora, la recibióen su casa”. Jn. 19, 17.

✒ P. Eutiquio López, C.P.


OTRA JUVENTUD

Así fue la nuestra en mi Colegio SanGabriel de Alcalá de Henares. Con mu-cho tiempo de antelación, todos los

alumnos y muchos profesores nos jun-tamos para crear un ambiente festivode espera que nos ocupó el tiempo en-

tero de Adviento. Cartelescosidos a las paredes de lospabellones de clase: “Jesúsestá cerca. Trae la paz. ¿Lehacemos un hueco?”

Y empezamos a llenar loshuecos de las escaleras, losrincones de los pasillos y delas clases, instalando Naci-mientos llenos de colorido yde arte. Llenos también deesperanza. Porque se nosadvertía que éste de Ad-viento era tiempo, sobretodo, de compartir: “Con tuayuda conseguiremos quetambién la Navidad de losmás pobres sea diferente”.

Una mañana, próximosya a estrenar las vacacionesdel primer trimestre delCurso, nos dio por revivir enla capilla del Colegio, conlos más pequeños, el Miste-rio de Navidad. Asistierontambién los mayores: unosvestidos de San José, de laVirgen María, de posaderosde Belén, de pastores presu-rosos: otros, disfrazados deemperadores romanos o deReyes Magos.

Anteriormente, alumnosde Bachillerato se habíanencargado de llegar de im-proviso a las clases de losdemás invitándoles a todosa mostrarse generosos en latradicional y entrañableOperación Kilo.

Tuvieron éxito. Cuandomás tarde aparecieron ennuestro Colegio los organi-zadores de Cáritas Dióce-

Navidadgozosaycompartida


sana para recoger las bolsas de ali-mentos, no podían con ellas. Había-mos logrado reunir 2.500 kilos. ¡Unagozada!

Nada extraño por otra parte si lees,por ejemplo, lo que alumnos de los pri-meros Cursos de Educación Primariaescribían en el último número de la re-vista de su Colegio, que es el nuestro:

Siempre ayudo a mi abuelita. Siem-pre que voy a su casa la ayudo a fregarlos platos y a hacer la comida. ¿Sabéispor qué? Porque me encanta ayudar ala gente y cocinar en mi casa y en casade todo el mundo. Gozo ayudando. AlbaVega.

Una vez mi abuelita me pidió unvaso de agua y se lo di. Ella me dio dosbesos en cada lado de la cara. Despuésme pidió dos clines, y yo le respondí:vale, abuela. Ahora mismo te los doy. Yo

hago lo que sea por mi abue-la. Marina Abajo

Cuando el día 20 de di-ciembre organizábamos enel salón de actos del Colegiola velada navideña en la queparticipaban alumnos de di-ferentes Cursos, también alos profesores nos dio por su-bir al escenario y entonar vi-llancicos.

Lo de menos, en este casonuestro, era la afinación, lacalidad de las voces (acata-rradas algunas de ellas).Buscábamos la fiesta, la ale-gría, la participación enunas fechas tan entrañablescomo son las de Navidad.

Buscamos el contagio.Algo que también se vivióaquí cuando la JMJ. LourdesDíaz, antigua alumna, escri-bió entonces: “Ahora sí quealgo tiene sentido en mivida, que la fe es mi fuerzapara cada piedrecita del ca-mino. Éste es el comienzopara estar más unida a Dios,

para darle ese toque que falta en mí yser de verdad feliz. Son millones los re-cuerdos que guardo y que en sólo sietedías cambiaron mi vida.”

Hemos vuelto a coger el ritmo de lasclases. De momento nos hemos puesto arecoger los adornos que llenaban nues-tro hall de entrada al Colegio en las yafinalizadas Navidades.

Si Dios quiere (seguramente que sí),volveremos a adornar el año que vienela casa con profusión de objetos decora-tivos: con luces, dibujos, estrellas. Y se-guiremos recordando que para disfru-tar de una feliz Navidad no hay nadacomo contribuir a hacer felices a losque menos tienen y más lonecesitan.

✒ Alberto [email protected]


conocida por “La puerta del Dorado”,donde se dice que está escondido elanhelado tesoro de Atahualpa. Bañosde Agua Santa recibe 200.000 turistasal año.

Un balneario andino

En este hermoso “spa” natural, ubi-cado en un valle de eterna primavera,la selva andina se combina con la de laAmazonía, generando una biodiversi-dad inimaginable, y produciendo 165especies nativas de flora y fauna. Estees un lugar propicio para la relajación yla introspección, mientras se disfruta

de las aguas termales y porten-tosas cascadas, no en vano es elsegundo destino turístico de laMitad del Mundo, después delas Islas Galápagos.

La ubicación de la ciudadofrece una combinación tan es-pecial de colores y luz que haninspirado a muchos astistas yse ha convertido en el hogaradoptivo de muchos extranje-ros; entre ellos, viajeros inago-tables quienes han descubier-to en las calles angostas y lasmontañas de Baños, el hogartan anhelado, adoptando a loscálidos habitantes de la ciu-dad como su familia y a Ecua-dor como su patria. Decía elescritor ecuatoriano JuanMontalvo que una hora en es-tos parajes valían más de diezen París.

Sonidos y colores

Una ciudad diferente nos esrevelada. Una ciudad que des-pierta espíritus juguetones que

BAÑOSDEAGUASANTADONDELOSELEMENTOSSECONJUGANCONELESPÍRITU

POR LOS CAMINOS DEL MUNDO

Baños de Agua Santa es una peque-ña ciudad ubicada en la provincia deTungurahua, Sierra Centro, a tres ho-ras de Quito, capital de Ecuador, y a40 kilómetros de la ciudad de Ambato.Fue fundada por los Dominicos en1553 y como cantón el 16 de diciembrede 1946. Está situada a 1.820 metrossobre el nivel del mar, con una pobla-ción de 19.000 habitantes. Tiene 20ºgrados de temperatura como promedioanual. Llamada así por la diversidadde fuentes de aguas termales con pro-piedades medicinales, producto de laacción eruptiva del Volcán Tugu-rahua. La ciudad de Baños también es


se dejan seducir por los sonidos de lamúsica, los colores, los aromas de la no-che. Una ciudad diferente que despier-ta corazones aventureros. La vida noc-turna se desarrolla entre el cine, café,teatros, bares y salas de fiesta, sin de-jar de lado las muestras culturales quereflejan las raíces ancestrales de loshabitantes, donde propios y extrañosdisfrutan del folklore, la artesanía, enbalsa y tagua, en plena naturaleza.

En armonía con la calidez de los ha-bitantes, otra de sus manifestacionesculturales, otra forma de arte, parte dela gastronomía propia del lugar, hábilesartesanos que con sus experimentadasmanos elaboran un manjar, un dulceconocido como melcocha, elaborado abase del azúcar de caña batido hastaconvertirse en una masa que es colgadade un palo y golpeada contra el mismo

hasta que obtiene una consis-tencia suave al paladar másexigente.

La Virgende los Milagros

Recorriendo sus estrechas ca-llejuelas, llegamos a la plaza dela Basílica, núcleo y germen dela ciudad, donde se encuentranimportantes edificaciones histó-ricas como el Santuario de laSantísima Virgen María, Reinadel Rosario de Agua Santa, deestilo gótico, que fue construidocon roca volcánica en 1904 yterminada cuarenta años mástarde por fray Sebastián Acosta.Hay que mencionar la labor delreligioso y artista de Imbaburafray Enrique Mideros. Las pare-des de su interior albergan nu-merosas ilustraciones de los mi-lagros de la Virgen de AguaSanta, la Señora del lugar y pa-trona de la ciudad, cuya fiesta

se celebra en octubre. La Iglesia ha ser-vido de refugio en múltiples erupcionesdel volcán Tungurahua que desde 1999está en plena ebullición.

Zoológico San Martín

Enclavado en las riberas del río Pasta-za cuenta con una misión muy particu-lar: conservar y rehabilitar animales queson rescatados del ilegal comercio devida salvaje. La fundadora del zoológicofue la señora Rosa Luna. Hace años yhoy pueden admirarse más de cien espe-cies en peligro de extinción. La secciónde aves se caracteriza por la belleza mul-ticolor de muchas especies, destacando elcóndor, ave emblemática de Ecuador.

✒ José Fernández del Cacho,Quito, Ecuador



RecordandoaSanValentínLA PALABRA DEL PAPA

Firmes en la fe

Queridos jóvenes: ¡No temáis afrontarestos retos!

No perdáis jamás la esperanza. Tenedvalor, incluso en las dificultades, perma-neciendo firmes en la fe. Tened la seguri-dad de que, en toda circunstancia, soisamados y amparados por el amor de Dios,que es nuestra fuerza. Dios es bueno. Poreso importa que el encuentro con él, sobretodo en la oración personal y comunita-ria, sea constante y fiel, precisamentecomo lo es el camino de vuestro amor:amar a Dios y percibir que él me ama.¡Nada puede separarnos del amor deDios! Tened la seguridad, además, de quela Iglesia está a vuestro lado, os apoya,no deja de contemplaros con gran espe-ranza. ¡Sabe que tenéis sed de valores, devalores verdaderos, sobre los cuales valela pena que construyáis vuestra casa! Elvalor de la fe, de la persona, de la familia,de las relaciones humanas, de la justicia.No os desaniméis ante las carencias queparecen extinguir la alegría en el ban-quete de la vida. En las bodas de Caná,cuando faltó el vino, María invitó a lossirvientes a dirigirse a Jesús y les diouna indicación precisa: «Haced lo que élos diga» (Jn 2,5). Atesorad estas palabras–las últimas de María que figuran en losEvangelios, como una suerte de testa-mento espiritual suyo– y tendréis siem-pre la alegría de la fiesta: ¡Jesús es elvino de la fiesta!

Un maravilloso encuentro

Como novios estáis viviendo una tem-porada única, que os abre a la maravilla

del encuentro y os descubre la belleza deexistir y de ser valioso para alguien; labelleza de poder deciros el uno al otro: túeres importante para mí. Vivid con inten-sidad, gradualidad y verdad este camino.¡No renunciéis a perseguir un ideal ele-vado de amor, reflejo y testimonio delamor de Dios! Pero ¿cómo vivir esta fasede vuestra vida, cómo testimoniar elamor en la comunidad? Quisiera deciros,ante todo, que evitéis encerraros en rela-ciones de carácter intimista, falsamentealentadoras; haced, en cambio, que vues-tra relación se convierta en fermento deuna presencia activa y responsable en lacomunidad. No olvidéis además que, paraser auténtico, también el amor exige uncamino de maduración: partiendo de laatracción inicial y de ese «sentirse bien»con el otro, educaos en «querer bien» alotro, en «querer el bien» del otro. El amorvive de gratuidad, de sacrificio de sí, deperdón y de respeto al otro.

Amor humano, amor divino

Queridos amigos: Todo amor humanoes signo del Amor eterno que nos creó,

El14defebrero,losnoviosrecuerdanasusantopatrono,SanValentín,testigodeunamorfiel.El11deseptiembrepasado,elPapasedirigióalosnovios,enlaPlazadeAncona,

conestasaleccionadoraspalabras.


cuya gracia santifica la elección, por par-te de un hombre y de una mujer, de en-tregarse recíprocamente la vida en el ma-trimonio. Vivid este tiempo del noviazgoen la espera confiada de dicho don, quedebe ser acogido recorriendo un caminode conocimiento, de respeto, de atencio-nes que nunca deberéis perder: sólo conesta condición el lenguaje del amor segui-rá siendo significativo también con elpaso de los años. Educaos, además, desdeahora, en la libertad de la fidelidad, queimpulsa a ampararse recíprocamente,hasta vivir el uno para el otro. Preparaosa escoger con convicción ese «para siem-pre» que connota el amor: la indisolubili-dad, antes que una condición, es un donque ha de desearse, pedirse y vivirse, másallá de toda mudable situación humana.Y no penséis, siguiendo una mentalidadextendida, que la convivencia sea garan-tía de futuro. Quemar etapas acaba «que-mando» el amor, que necesita, en cambio,respetar los tiempos y la gradualidad ensus expresiones; que necesita hacer sitioa Cristo, que puede hacer que un amorhumano sea fiel, feliz e indisoluble. La fi-delidad y la continuidad de vuestro que-reros el uno al otro os darán también lacapacidad de estar abiertos a la vida, deser padres: la estabilidad de vuestraunión en el sacramento del matrimoniopermitirá que los hijos que Dios quieraconcederos crezcan confiados en la bon-dad de la vida. Fidelidad, indisolubilidady transmisión de la vida son los pilaresde toda familia, verdadero bien común,patrimonio preciado para toda la socie-dad. Desde ahora, basad en ellos vuestrocamino hacia el matrimonio y testimo-

niadlo también a vuestros coetáneos: ¡setrata de un servicio muy valioso! Estadagradecidos a cuantos os acompañan enla formación con entrega, competencia ydisponibilidad: son signo de la atención ydel desvelo que la comunidad cristiana osreserva. No estáis solos: sed los primerosen buscar y acoger la compañía de laIglesia.

Un itinerario de fe

Quisiera volver a tratar aún un puntoesencial: la experiencia del amor lleva ensu interior la tensión hacia Dios. ¡El ver-dadero amor promete lo infinito! Haced,pues, de este vuestro tiempo de prepara-ción al matrimonio un itinerario de fe: re-descubrid para vuestra vida de pareja lacentralidad de Jesucristo y del camino dela Iglesia. María nos enseña que el biende cada uno depende de la escucha dócilde la palabra de su Hijo. En quien se fíade él, el agua de la vida diaria se con-vierte en el vino de un amor que hace lavida buena, hermosa y fecunda. Y es queCaná es anuncio y anticipo del don delvino nuevo de la eucaristía, sacrificio ybanquete en el que el Señor nos alcanza,nos renueva y nos transforma. Y no olvi-déis la importancia de ese encuentro: quela asamblea litúrgica dominical os halleplenamente partícipes, pues de la euca-ristía dimanan el sentido cristiano de laexistencia y una nueva forma de vida (cf.Sacramentum caritatis, nn. 72-73). Así notendréis miedo de asumir la grave res-ponsabilidad de la opción conyugal; no te-meréis entrar en ese «gran misterio» enel que dos personas se convierten en unasola carne (cf. Ef 5, 31-32).

Amadísimos jóvenes: Os encomiendo ala protección de San José y de María San-tísima; si seguís la invitación de la VirgenMadre –«Haced lo que él os diga»–, no de-jaréis de saborear la fiesta verdadera ysabréis llevar el «vino» mejor, el que Cris-to da para la Iglesia y para el mundo.Quisiera deciros que yo también estoy avuestro lado y al lado de cuantos, comovosotros, viven tan maravilloso camino deamor. ¡Os bendigo de todo corazón!

Siguiendo caminos de felicidad.


Beca a Santa Gema Galgani(EnmemoriadelPadreLeandroG.Monge,Pasionista)

Agradecen y piden Favores a Santa Gema

Descansan para siempre en el Señor

Ángela Padorno (Madrid) 40 €Una devota (Madrid) 20 €Julián Cerrada Torres (Madrid) 10 €Pedro Antonio Ruiz (Madrid) 25 €Sra. Vda. de Gali (Sant Julia de Loria, Andorra) 37 €María Ángeles Higueras (Segovia) 05 €Dionisia Campoy Fernández (Murcia) 50 €Elisa González García (Badajoz) 15 €Dos devotas (Alcora, Castellón) 07 €Anónimo (Alcora, Castellón) 30 €Una devota (Alameda de Cervera, C. Real) 28 €María de la Concepción Casado (Sevilla) 30 €Rosario Gema Juan Nogueroles (Gandía, Valencia) 14 €Isabel Contreras Cerezo (Granada) 13 €Antonia Peinado Álvarez (Granada) 03 €Unas devotas (Granada) 30 €Amalia Somolinos (Madrid) 30 €Inmaculada Vega Perera (Sta. Cruz de Tenerife, Canarias) 50 €Marta Hernando Díaz del Campo (Madrid) 40 €María Luisa García (Soria) 40 €Flor García (Avilés, Asturias) 20 €Mercedes Salgado Ramos (Cáceres) 20 €Pilar Álvarez (Oviedo) 35 €Adelina García Gómez (Pola de Laviana, Asturias) 05 €Anastasia García (Madrid) 20 €

Esta Beca se destina a la formación de jóvenes aspirantesal sacerdocio y a la vida pasionista, en España y América.

Colaboradores y amigos de nuestras Misiones, ¡muchas gracias!

Dionisia Campoy Fernández (Murcia), Antonia Peinado Álvarez(Granada), Concepción Aguirre Carrasco (Madrid). Gracias Sta. Gema,por tantos favores: el trabajo de mi hija, la enfermedad grave de mi mari-do, las pruebas médicas, etc. Sigue intercediendo por nosotros. R.T.

Cuantos agradecen y piden favores a Santa Gema,si desean salir en esta página deben dirigirse a REVISTA PASIONARIO,

C/ Leizarán, 24. 28002 Madrid.http://www.libreriaelpasionariomadrid.com

Marceli li Marfany (Sant Julia de Loria, Andorra), Vicenta MartínezEspinosa (Benidorm, Alicante), Edelmira Casera (Alameda de Cerve-ra, C. Real), Desideria Año Saiz (Guadasuar, Valencia), Carmen Sais(Guadasuar, Valencia), Llanitos Jubany Carrasco (Albacete), DoloresNaranjo Díaz (Hinojos, Huelva), María Rodríguez (Puerto Castilla,Ávila, Antonio Moral Camacho (Madrid), Pilar Álvarez García(Pola de Laviana, Asturias), Ventura Camitrot González (Pola de La-viana, Asturias), Concepción de la Fuente Acedo (Toledo).

Por su eterno descanso celebramos la Santa Misa en el Santuario eldía 14 de cada mes a las cuatro de la tarde.


A fecha de hoy talvez me esté adelan-tando demasiado,pero es que el temame preocupa. Nopiensen que me qui-ta el sueño quién oquiénes van a ser losnominados o galar-donadas este añopara el Nobel de laPaz. Lo que me preo-cupa es la paz en sí misma, algo muyabstracto planteado de esta manera,pero muy real viendo los derroteros porlos que se encamina el mundo desdehace siglos. Y es que, sigo sin entenderese afán por enfrentarse y crear con-flictos.

El año 2011, el comité Nobel de Parla-mento Noruego concedió el premio Nobelde la Paz a tres mujeres: la presidentade Liberia, Ellen Johnson–Sirleaf, sucompatriota Leymah Gbwee y la activis-ta de la primavera árabe Tawakkul Kar-man. Las tres han obtenido el premiopor su “lucha no violenta por la seguri-dad y el derecho de las mujeres a parti-cipar plenamente en la construcción dela paz”.

Ellen Johnson-Sirleaf, de 72 años, hasido la galardonada por ser la primeramujer africana elegida presidenta demo-cráticamente; por haber puesto fin alconflicto armado en Liberia que duró 14años y, contribuir a la caída del anteriorpresidente, Charles Taylor, al que un tri-bunal internacional juzga por crímenescontra la humanidad. Ha promovido eldesarrollo económico y social, contribu-yendo a que las mujeres tengan su papelen la sociedad.Leymanh Gbowee fue fundadora del mo-vimiento pacífico que contribuyó, me-diante una particular “huelga sexual”, aterminar la segunda guerra civil en2003. Invitó a las mujeres de todas con-fesiones religiosas a negarse a tenersexo con los hombres si continuaban los

Mujeres Divinas

combates. Posibilitó también el acceso ala presidencia de Johnson Sirleaf y laparticipación de las mujeres en las elec-ciones.

Por su parte, Tawakkul Karman, esuna política yemení y activista pro dere-chos humanos que lidera el grupo deMujeres Periodistas Sin Cadenas, creadoen 2005. Ha tenido un papel fundamen-tal en la lucha a favor de los derechos dela mujer, de la democracia y de la paz enYemen.

En 111 años, sólo 12 mujeres han re-cibido el Nobel de la Paz. Entre las másconocidas Rigoberta Menchú, en 1992 ola Madre Teresa de Calcuta en 1979. Sinduda alguna ,muchas son las mujeres alas que se les debería haber nominadopara este premio. Las tres que han sidogalardonadas en 2011 tienen en comúnque son madres, que han soñado un fu-turo mejor para sus hijos y sus países.Cada una ha puesto su corazón, sus ca-pacidades y el coraje, diciendo sí a aque-llo en lo que creían; dejando que se hagaen ellas y a través de ellas el milagro dela transformación. Por ello han sido cri-ticadas y amenazadas debido a las ten-dencias radicales de las sociedades enlas que viven. Para los creyentes, estetipo de personas nos demuestran queDios sigue eligiendo, como hace siglos,mujeres que posibilitenque su Reino no tenga fin.

✒ Juan Carlos Prieto [email protected]


Paraorar,evangelioen

DOMINGO,12DEFEBRERO • 6ºDELTIEMPOORDINARIOEvangelio: Marcos 1,40-45Un enfermo de lepra, ¡terrible enfermedad! De rodi-llas ante Jesús, y le suplica, con lágrimas en los ojos: “siquieres, puedes...” Y con un solo gesto, otra vez, lo sanóJesús... Todos somos enfermos, pecadores, corazones gri-ses, ante Dios. La reconciliación-sacramento, es nuestrogrito ante Él. Él, siempre quiere “sanarnos”, pero, ¿quie-ro yo, de verdad, ser sanado? ¿Verme libre de las atadu-ras del mal, del pecado? ¿Colaborar con Jesús en la granobra de mi propia sanación?Haz la prueba, arrepiéntete, propón un cambio radi-cal en tu vida, confiésate..., y ya no serás capaz de guar-dar para ti solo tanta alegría, el gozo incomparable desentirte, pero de verdad, amigo, hijo, descansando en los brazos de tu Dios y Señor,

de tu Padre, que nunca se cansa de amar, de comprender, de perdonar, de sanar.

DOMINGO,5DEFEBRERO • 5ºDELTIEMPOORDINARIO

Evangelio: Marcos 1,29-39

Jesús, con Santiago y Juan, llega a la casa de Simón

y Andrés. Visita de amigo. La suegra, está enferma, en

cama. Jesús, con un gesto sencillo, con una palabra, la

cura. Así actúa Él siempre. Con gestos, con palabras al

corazón. Hoy, como ayer, a favor tuyo, a favor mío, y a fa-

vor de mil. En este evangelio, aparece Jesús que actúa,

y ora, en la quietud y soledad del campo. Es Dios, mas

pareciera que, sin la oración al Padre, Él no es nadie.

¡Tanto lo necesita! Jesús, es siempre Dios, tú y yo, en

cambio, sin oración, sin relación con Dios, ¡qué poca cosa

somos!...La vida sigue. La gente, lo persigue, y Jesús, sigue ac-

tuando, incansable. Y los suyos, con Él. Tiene conciencia clara de la misión que el Pa-

dre le ha encomendado, y le es fiel.

Hermano, aprovecha tu tiempo. Esta es tu hora. Pregúntate, de vez en cuando: “la

vida, mi vida, ¿para qué? La respuesta, es clara: Para amar y servir, como la del Se-

ñor Jesús.


✒ Miguel G.

nmano, cadadomingo

DOMINGO,19DEFEBRERO • 7ºDELTIEMPOORDINARIOEvangelio: Marcos 2,1-18Relato cautivador, este relato de Marcos. La multitudse agolpa en torno a Jesús, que atrae, cautiva, sana. Losportadores de una camilla, con un paralítico dentro,aprovechan la oportunidad, y no pudiendo acercarse deotra manera, tienen la feliz idea de abrir un boquete, ycolocan al enfermo ante el Señor. El paralítico ha tenidola suerte de tener quien se preocupe de él. Ellos tienenfe, están seguros. Al Maestro le cautiva y le obliga unafe tan grande. Ya está. Jesús, lo cura, pero antes... leotorga el perdón de sus pecados.La salud espiritual, la recuperación psíquica es, con frecuencia, el camino más cor-

to para alcanzar el bienestar corporal, la salud del espíritu, la felicidad plena... To-

dos quedaron atónitos, y rebosando felicidad.Cuando los tuyos, los más cercanos y los otros, te vean a ti “loco de contento”, oja-

lá puedas contestarles: “es que Dios me ha perdonado, me ha dado tanta paz que no

me aguanto”. ¡La gracia del Señor, es un tesoro incomparable!

DOMINGO,26DEFEBRERO • 1.ER DOMINGODECUARE

SMA

Evangelio: Marcos 1,12-15

Jesús, comienza ya su vida pública, una vida diferen-

te, un tanto “extraña”, pero que no es fruto de improvi-

saciones o de caprichos. Él, actúa siempre movido por el

Espíritu. También cuando se retiró al desierto por 40

días. Allí, entre ayunos y vigilias, se dejó tentar por Sa-

tán. Extraño, ¿verdad? También en eso “tan peculiar” de

una triple tentación, quiso parecerse a nosotros. ÉL, no

podía pecar, nosotros, sí, pero Él también podía someter-

se a la tentación. La tentación, importa menos, el supe-

rarla o dejarse superar por ella, sí importa mucho. Los

40 días de privación, en desierto, fueron de preparación

de Jesús para su gran empresa: la de proclamar con la

palabra y la vida, la cercanía del Reino, el amor incomparable de Dios, la conversión.

No nos vendrá mal a nosotros, a nuestros políticos tampoco, prepararnos con mo-

mentos de reflexión, “y de privación”, y de encuentro con el Absoluto, con Dios y con

nosotros mismos, antes de las grandes y las no tan grandes decisiones.

Como vulgarmente se dice, “otro gallo nos cantaría”. ¡Feliz tiempo de cuaresma!,

que este domingo empieza.

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LA VOCACIÓN, SEGÚN DELIBES

A “Piedras Negras” me subió mi tío Remigio, el cura, elque fue compañero de seminario de don Justo delEspíritu Santo, en Valladolid, la vez que vino por elpueblo a casar a mi prima Emérita con el veterinario deMalpartida. Yo le dije entonces a bocajarro: “Tío, ¿qué esla vocación? Y él me respondió: “Una llamada”. Y yo ledije: “¿Cómo siente uno esa llamada?” Y él me dijo: “Esodepende”. Y yo le dije: “Tengo dieciséis años y nada”,¿es cosa de desperar, tío? Y él me dijo: “Nada de eso;confía en la misericordia de Dios”. Mi tío Remigio eraflaco y anguloso, y nada había redondo en su cuerpofuera de la coronilla, y cuando yo le pregunté si se sabíacura desde chico, tardó un rato en contestar y al fin medijo: “Yo oí la voz del Señor cazando perdices conreclamo, para que lo sepas”. Yo me quedé parado...”.

San Gabriel de la Virgen Dolorosa, ideal de juventud...

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