CUBIERTA MAYO 2018.qxp Cubierta - passiochristi.org · Uno de mayo, Día del Trabajo, fiesta grande...

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PASIONISTAS - Madrid

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Depósito Legal: SA Nº 1 - 1978Imprime: GRÁFICAS DEHON

PP. Reparadores - Tel. 916 751 536Preimpresión: Francisco Antón

SUMARIO

❚ Desde mi ventana MIGUEL GONZÁLEZ, C.P.

❚ Mirada contemplativa al Señor Crucificado JOSÉ LUIS QUINTERO SÁNCHEZ, C.P.

❚ Los multimillonarios de Dios JUAN CARLOS PRIETO TORRES

❚ 14 y 16 de mayo, Sta. Gema Peregrinando al Santuario MIGUEL GONZÁLEZ, C.P.

❚ Familia y vida JULIA MERODIO A.

❚ El evangelio cada día ANTONIO SAN JUAN

❚ Desde la otra orilla GREGORIO SANTOS ZAYAS

❚ Escuela de S. Pablo de la Cruz SOR CATI DE LA SS. TRINIDAD, C.P.

❚ Plegarias e ideas JUAN IGNACIO VILLAR (VILY)

❚ Páginas de nuestra historia M. GONZÁLEZ, C.P.

❚ Rincón familiar “Santa Gema”

❚ La Palabra del Papa Francisco

❚ Variaciones de por aquí, y de más allá

❚ “Misión Madrid-Pan Bendito”. Las memorias de Don Hilario HILARIO PEÑA ROJO

❚ Encuentros al caminar PEPE FERNÁNDEZ DEL CACHO

❚ El mes de mayo en mi Colegio ANGELINA

❚ Mayo con María Oración del Papa Francisco PAPA FRANCISCO

❚ Dely García, de Mieres, Asturias

SANTA GEMA, UNA VIDA SOLAMENTE PARA DIOSÓLEO DE SOR ISABEL GUERRA (ZARAGOZA)


Uno de mayo, Día delTrabajo, fiesta grande

de los trabajadores. Paranosotros, creyentes, cris-tianos, fiesta también delgran trabajador que fue SanJosé.

El trabajo en sí, y la fiesta,se prestan para múltiplesreflexiones y enfoques. Entreotros: el trabajo como cas-tigo, como cruz. El trabajocomo realización personal,fuente de gozo. El trabajocomo medio de vida, parauno y para otros. El trabajocomo deber, como obliga-ción. El trabajo como pre-visión de cara al mañana.Por lo que a los trabajadoresse refiere, se dan igualmentemúltiples actitudes y situa-ciones. Trabajadores quetrabajan. Trabajadores queno encuentran trabajo. Tra-bajadores que rechazantodo trabajo. Y trabajadoresque, desde una condicióncreyente, descubre y valoranla “mística” del propio trabajo, de todoslos trabajos.

Esta mística, misteriosa y sublime alpropio tiempo, viene a ser como la claveque cada trabajador proyecta sobre supropio trabajo, descubriendo en él valoressublimes, con proyección trascendente.Esos valores los tuvo muy en cuenta PabloApóstol al afirmar que “desde el amor,todo contribuye para un bien superior”. YTeresa de Ávila al puntualizar que “entrelos pucheros también anda el Señor”. YPablo de la Cruz que escribía: “quien obrabien, y con amor creyente, está haciendo24 horas de oración cada día”. Así valorótambién San José, padre adoptivo de

Jesús, su propio trabajo, ve-lando por María y por Jesús,procurando medio de vidaal Dios-Hombre, niño pe-queño, adolescente y joven,en su propia casa.

Estas pinceladas elemen-tales sobre el trabajo y sumística, tampoco impide unallamada de atención haciaaquellos que ostentan res-ponsabilidades sobre unosy otros trabajadores, a finde llegar a conclusiones atener muy en cuenta. Entreotras: todo trabajador, enhogar, en empresas, en ofi-cinas, es hijo de Dios, her-mano de uno, más que su-bordinado. Merecedor derespeto, de “buen trato” yde remuneración suficientepara mantener con dignidaduna familia. Esta es, en sín-tesis, la doctrina social de laIglesia, desde los principiosbásicos del Evangelio y dela práctica de Jesús. Ponerlaen práctica, en primer lugar

por parte de legisladores y gobernantes,evitaría manifestaciones callejeras, reivin-dicaciones violentas y otros conflictos devariado género.

¿Difícil? ¿Utópico? Cierto. pero másde uno y de cien empresarios y particu-lares “pusieron manos a esta obra” conlos mejores resultados.

A menores desigualdades, mayoresbeneficios para unos y otros. El secretono está en acaparar más para vivir mejor,sino en actuar también para que otrosvivan digna y sencillamente, como vivióSan José.

❚ MIGUEL GONZÁLEZ, C.P.

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Desde mi ventana

La mística del TrabajoLa mística del Trabajo

San José y el NiñoTALLA DE XELO DE TREMIÑA

EN BARCO DE VALDEORRAS

(ORENSE)

1 PASIONARIO 147 a 159.qxp 23/04/18 07:30 Página 147

La cruz y el Crucificado se convierten tam-bién para la creación poética en la concen-tración del dolor humano, del desgarro y ladesesperación. Ante su representación se de-sata la angustia que impone el dolor y la vio-lencia, el sin sentido de la historia humanamarcada por la tragedia. Así brota el desa-hogo, la protesta, la queja y la rebeldía. Tam-bién nace el reconocimiento de la generosi-dad y el sentido de la lucha abriéndose entrebrumas algunos rayos de luz.

Esto sucede en algunos poetas españolesdel siglo XX. La guerra y el exilio harán identi-ficar el dolor y la soledad, expresándose consímbolos bíblicos del Antiguo Testamentocomo Job, Jonás, Caín y Cristo Crucificado.Las voces, broncas y poderosas de León Felipe(1884-1968) y Blas de Otero (1916-1979) sedecantan al referirse a lo humano sangrante;otros como Gerardo Diego (1896-1987), LuisRosales (1910-1992), Leopoldo Panero (1948-2014) o José María Pemán (1897-1981) lo ha-rán con otros tonos. Y en su caso tambiénDámaso Alonso con Hijos de la Ira dan fe dela sin fe de muchos en esta circunstanciadonde la religión, firmemente arraigada, la es-

peranza vaciada, la fe de nuevo deseada, daalas a la palabra muda, y voz al silencio herido,porque “con la Pasión de Cristo son las cate-gorías de la pasión humana las que nuestra feilustra, cuando las de la razón se han hechomil pedazos, en sinrazones y sinsentido de unpueblo que se desangra en guerras intestinas,y que quedará finalmente cercenado y silen-ciado” (María Zambrano).

TRES MODOS DE SITUARSE ESTOS POETASANTE LA CRUZ Y EL CRUCIFICADO

No todos los poetas que se acogen a lasombra de la Cruz o que se arrodillan anteella, o que se rebelan contra el silencio y elabandono de Dios son del mismo signo, nidel mismo sentir. En eso justamente está lariqueza de esa poesía, que va desde la con-templación mística, más o menos ingenua odevota hasta la rebelión solidaria y la súplicapor el hombre. El poeta ante la Cruz se ex-presa en niveles poéticos y simbólicos diver-sos que proceden y promueven actitudes dis-tintas. Este aspecto sobresale en los poetasespañoles del siglo XX. El encuentro con Je-sús, y el reconocimiento amoroso y rendidode Cristo Crucificado, se irradia al menos entres direcciones o acentos: uno más narrativo,otro más estético y otro que podríamos cali-ficar como dramático.

Aproximación narrativa a la Pasión

La historia de Jesús como la de tantosotros personajes de la historia acontecida yde la mitología fabulada, es una historia paranarrar. Se trata de una historia que hay queconocer, recordar, interpretar. Esta direcciónes la más universal y la más evidente, es laque se nos da en esas paraliturgias que sonlas devociones imagineras de vía crucis y pro-cesiones, donde se va contando paso a pasoel camino de Jesús hacia la cruz, al tiempoque las imágenes procesionan por la ciudado el pueblo. Esta dimensión es la que muchospoetas recuerdan como el suelo espiritual desu infancia. Y a la que algunos quieren volvera veces en busca de la infancia espiritual,como en esta invocación de Leopoldo Pa-

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Mirada contemplativa al Señor Crucificado

ALGUNOS POETAS ESPAÑOLES DEL SIGLO XXANTE LA CRUZ Y EL CRUCIFICADO (I)



nero: “ ¡Como el último rezo de un niño quese duerme/y con la voz nublada de sueño yde pureza/ se vuelve hacia Ti el silencio, yoquisiera volverme/hacia Ti, y en tus manosdesmayar mi cabeza”.

Los poemas de Gerardo Diego (1896-1987)en su Vía Crucis, son muestra clara de esta

línea narrativa.

Segunda EstaciónJerusalén arde en fiestas.Qué tremenda diversiónver al Justo de Sióncargar con la cruz a cuestas.Sus espaldas curvas, prestasa tan sobrehumano excesoy, olvidándose del pesoque sobre su hombro gravita,con caridad infinitaimprime en la cruz un beso.Tú el suplicio y yo el regalo.Yo la gloria y Tú la afrentaabrazado a la violentacarga de una cruz de palo.Y así, sin un intervalo,sin una pausa siquiera,tal vivo mi vida enteraque por mí te has alistadovoluntario abanderadode esa maciza bandera.

Contemplación estética de la Cruzy el Crucificado

Más allá de la narrativa, otros se adentranen una figura que hay que contemplar y aco-ger, como el amor o el arte, sin explicaciones.No se exige nada, no se pregunta, el poeta sedeja sumergir en la luz y belleza que la figurairradia, o el sobrecogimiento que destella.Leopoldo Panero y Luis Rosales hacen de lacontemplación estética un momento oracio-nal. Por ejemplo, en este poema titulado: AJesucristo Nuestro Señor, muerto en la cruzpara salvarnos de Luis de Rosales:

Casi en las manos sosteniendo el brío,desprendido y yacente del cuerpo santodeshabitado está, ¡no alzad el llanto!Ya tiene luz la rosa y gozo el río.La muerte confirmó su señoríosobre la carne del Señor y, entre tanto,si es sombra sana su mortal quebranto,ya está el tiempo parado, Cristo mío;ya está el tiempo en el mar y está cumplidala noche en la mirada redentoraque vio la luz mirando el firmamento.¡Y volverá el pecado con la vida,y clavada en la cruz está la Auroraya inútil al abrazo y leve al viento!

Apropiación de la dimensión dramáticade la Pasión

Aquí lo narrativo, se interioriza, y el Cristose encarna en nosotros, y al mismo tiemponos configuramos con El. Esta encarnaciónpuede ser meramente estética en el sentidosuperficial del término, o puede ser más mís-tica, y desde luego decididamente participa-tiva, en la medida que se asume la dimensiónagónica de este tercer modo de aproximación.


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Esta se asume desde el compromiso y la res-puesta-responsabilidad a ese Amor que llama.En esta dirección encontramos ya a Dios y loshombres actuando: choque, encuentro y desencuentro que iluminan o ensombrecenla peripecia humana, y hacen de la fuerza y laimpiedad trágica del destino de la muerte y eldolor, providencia misericordiosa, “en un con-sentimiento y entrega que a la vez transfigurael Gólgota en Tabor, y el lecho de muerte ensembradero de esperanza” (Olegario Gonzálezde Cardedal) . Una crucifixión que es asesinatode hombres y a la vez signo supremo del per-dón de Dios de modo que la Cruz con losbrazos colgados se torna en abrazo abierto.O es grito mudo que nos sume en la perpleji-dad ante la soledad y la muerte, de la que aveces se deduce la muerte de Dios. Es la víade la negación o del perdón, en la que verda-deramente se juega la historia humana comohistoria de salvación. Pero obviamente esadramática pasa en primer lugar por la agoníade la propia existencia, no libre de devocióncasi infantil, como en el poema de León Felipeque nos hace recordar la devoción en Españapor los Belenes, y en muchos pueblos por lasdramatizaciones y representaciones vivas dela Semana Santa, pues el carpintero de la cruzse da de frente con la cuna y el pesebre.

Hazme una cruz sencilla, carpinteroHazme una cruz sencilla, carpintero,sin añadidos ni ornamentos,que se vean desnudos los maderosdesnudos y decididamente rectoslos brazos, en abrazo hacia la tierra;el astil, disparándose a los cielos.Que no haya un solo adornoque distraiga ese gesto,ese equilibrio humanode los dos mandamientos;sencilla, sencillahazme una cruz sencilla, carpintero.

La invocación por la cruz sencilla es a lavez salmo por el hombre en un tiempo trá-gico, y como sucede en Blas de Otero el cru-cificado se humaniza más y más:

Salva al hombre, Señor, en esta horahorrorosa, de trágico destino;no sabe adónde va, de dónde vinotanto dolor, que en sauce roto llora.

Ponlo de pie, Señor, clava tu auroraen su costado y sepa que es divinodespojo, polvo errante en el camino:mas que Tú luz lo inmortaliza y dora.

Mira, Señor, que tanto llanto arriba,en pleamar, oleando a la deriva,amenaza cubrirnos con la Nada.

¡Ponnos, Señor, encima de la muerte!Agiganta, sontén, nuestra miradapara que aprenda, desde ahora a verte!

Las imágenes y actitudes se entremezclanofreciendo un abigarrado contraluz que vadesde la fe que se abisma al grito desgarrado;del amor que se sobrecoge al silencio impo-tente que se retuerce. Es la pasión del hombreante la pasión del Dios hecho hombre. Antecada una de estas aproximaciones el creyentese reconoce urgido a no silenciar ni abando-nar ninguna de las miradas ni el corazón hu-mano que en ellas se expresa. Todoha sido en Él asumido y transfigurado.

❚ JOSÉ LUIS QUINTERO SÁNCHEZ, C.P.

Mirada contemplativa al Señor Crucificado



Los multimillonarios de Dios

65.000 millones de euros, de loscuales ha donado 46.000 mi-llones. Sabe que ni gastando el1% de su dinero mejorarían enél su calidad de vida ni su felici-dad. El húngaro George Sorosde 87 años comenzó en 1979dando becas a estudiantes ne-gros en pleno Apartheid en Su-dáfrica. Desde aquellos gestosprimeros ha seguido con otros,llegando a donar importantescantidades de dinero: unos15.000 millones euros de su for-tuna de 18.000.

Bill Gates, fundador de Mi-crosoft, está agradecido por lasuerte que ha tenido en la vida ysiente, junto con su mujer, la res-ponsabilidad de usar sus recursosde forma adecuada. Ya han do-nado el 41% de su patrimonio,destinándolo a la investigaciónsobre vacunas, aliviar la pobrezay resolver la escasez de alimen-tos en África. Mark Zuckeberg,fundador de Facebook, tras elnacimiento de su hija Max tomóla decisión de donar el 99% desus acciones, lo que equivale a45.000 millones de euros, paracurar enfermedades, fomentar laeducación, crear hospitales y co-nectar a la gente por internet.

Curiosa es la historia deCharles Feeney, el creador delos “duty-free”, millonario dondelos haya que tras jubilarse optópor vivir de alquiler en un pisoen San Francisco, no tiene co-che y lleva un reloj de 16 euros.Existen otros casos como el deRichard Branson que dedica

Los millonarios nosuelen tener buena

aceptación social, nosé si por aquello de te-ner grandes sumas dedinero, por la envidiaque a algunos les des-piertan o por una seriede causas personalesque a cada cual le bro-tan cuando los venasomarse por algúnmedio de comunicación. Sea loque sea, lo cierto es que se lesconsidera gente acaparadora deriqueza que reparten poco ocasi nada de lo mucho que po-seen. En algunos casos, lespuedo decir que nada más lejosde la realidad y además algunosde ellos son ejemplo de gene-rosidad. Pensarán que me hevuelto loco, por aquello de de-fender a los ricos. Nada más le-jos de la realidad, creo que esde justicia hablar de cada cualconforme a lo que hace más alláde los estereotipos sociales.

En 2010, el famoso Bill Ga-tes junto con Warren Buffetcreó la alianza de multimillona-rios The Giving Pedge. Todosaquellos que quieran pertenecera ella se comprometen a donaren vida para causas benéficas el50% de sus riquezas. Aunqueparezca un club exclusivo, hayque reconocer que las aporta-ciones que hacen generan unosbeneficios mayores que lo quepodamos sumar muchos denosotros, así que bienvenidassean este tipo de iniciativas. Araíz de aquello se han conocidoalgunas de las aportaciones quealgunos de sus miembros hanhecho y siguen haciendo.

Les cuento algunas historiascuriosas que he leído sobreellos y que me han sorprendido.Hablar de Warren Buffett, paramuchos, es nombrar a un des-conocido, sin embargo es el se-gundo hombre más rico delmundo. Posee una fortuna de

parte de su fortuna aevitar que el planeta secaliente aún más.

Hay ocasiones enlas que se oyen expre-siones como esta:“quien más tiene quemás dé”. Para mí no esun criterio para po-nerlo como principiode economía justa,más bien parece una

frase hecha que luce mucho,pero lo cierto es que lo que máses apreciado es dar sin esperara ser valorado o admirado, o in-cluso quien lo hace de formacallada y desapercibida.

No es mi intención sacar loscolores a nadie, pero lo ciertoes que cuando leo noticiascomo las anteriores, a mí, al me-nos, me hacen cuestionarme logeneroso que soy, qué tanto porciento doy de lo que poseo ycuánto me reservo. No sé uste-des, pero yo al menos no tengoesa capacidad de dar tanto hastael punto de verme ajustado enmi economía. Sin duda me que-da mucho que aprender y poneren práctica para entrar a formarparte del club de los GivingPredge de Dios que se entreganal 100% en todas sus facetas. Laviuda del evangelio era una deesas multimillonarias que derro-chaban ejemplaridad y, sin que-rerlo, ha pasado a la historiacomo una mujer que viéndose-las apuradas para llegar a finalde mes dio para que otros an-duviesen más holgados.

El principio del derroche sinmedida, sin escatimar, sin reser-varse nada, entrar a formar partede la lista Forbes de evangelioes el reto que se nos proponeuna vez más cuando entramosen el sistema económico deDios.

❚ JUAN CARLOS PRIETO

TORRES

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14 y 16 de mayo, Sta. Gema

Peregrinando al Santuario

Aquí, en Sta. Gema, elteléfono (el 91 563 50

68) suena y vuelve a sonar,todos los días. Por él pasanpreguntas y consultas detodo género:

– ¿A qué hora es ma-ñana la primera misa?

– ¿Se puede rezar lanovena en casa?

– ¿Reciben ahí alimen-tos para los pobres?

– Estoy viviendo esteproblema familiar, ¿qué meaconseja?

Una pregunta tambiénfrecuente: ¿cómo se llegaal santuario de Sta. Gema?

A esta última quierocontestar hoy, desde aquí,para todos.

Cómo se llega al Santuario

A Santa Gema, en el Viso, se llega por to-dos los caminos. Aquí llegan peregrinos delnorte y del sur, del oriente y del ponientede España. Desde todos los ángulos de Ma-drid e incluso de más allá de nuestras fron-teras... No hay, para llegar, indicadorescomo los del camino de Santiago repartidospor doquier. Pero hay gente amiga de SantaGema en todos los lugares, en pueblos yciudades de cualquier trayecto. Hay tam-bién altares e imágenes en su honor hastadonde uno menos se lo pensara.

Quien viene llega siempre peregrinando.Consciente de hacer un camino hacia unameta gozosa; hacia la casa de ese testigoprivilegiado de la bondad y del amor delSeñor, que fue Sta. Gema. Consciente tam-bién de que esa peregrinación de uno, doso tres días, es un poco como la vida entera,

que es camino, sembradode espinas, cansancios,trabajos y algunas alegrías.Camino que hay que ha-cer siempre con entu-siasmo y con fe, sabiendoque al final del camino nosespera siempre Él, el Se-ñor, y sus santos, SantaGema.

No se llega, con fre-cuencia, en solitario. Seviene en grupo, formandofamilia y comunidad cre-yente. Amando a los com-pañeros de pregrinación alos que uno conocía o haconocido ahora, sirvién-doles en todo lo posible,queriéndolos luego de co-

razón, como se debe querer, ayudar y serviren cualquier lugar a los demás miembrosde la comunidad, de la parroquia, de la igle-sia. A todos y cada uno nos quiere el Señory nos protege y ayuda Sta. Gema.

Qué se encuentra al llegar

Se encuentra, claro está, el Santuario, enla colonia El Viso, aquí en Madrid. Un san-tuario más bien pequeño, sobrio, de línea armónica y moderna. Lo regentamos y ani-mamos nosotros, los pasionistas. Ustedesnos encontrarán atendiendo solícitos el altar,las confesiones. Los pasionistas llegamos aMadrid el año 1924; al Viso, en 1940. Al sercanonizada este mismo año Sta. Gema, a ellase le dedicó la primera amplia capilla en lacalle Leizarán. Por los años 50 se construyóel actual santuario, inaugurado en 1953, obradel gran arquitecto Sr. Núlñez Mera.

A la entrada del templo, a mano izquierda,una impresionante talla de Cristo en la Cruz,


Revista Pasionario | 153Revista Pasionario | 153

con la Virgen Dolorosa a sulado, que atrae tambiénmiradas y devociones. Enla parte más alta de la cú-pula, una serie de mosaicosde gran calidad, reprodu-cen escenas de la vida dela santa titular del santuario.Igualmente los ocho lien-zos, tamaño grande, en loslaterales superiores.

En el costado izquierdo,en urna artística, de TalleresGranda, la reliquia insignedel corazón de Santa Ge-ma, trasladado de Roma aMadrid el año 1985.

Pero en el Santuario,acapara la atención y lasmiradas la gran imagen deSta. Gema, talla de más de dos metros dealta, presidiendo el templo desde la alturacentral. Es talla policromada, obra del granartista Don Mariano Rubio, discípulo deBenlliure... La actitud serena, transfigurada,del rostro, la cruz, sencillísima, en su manoderecha, admiran y cautivan. Y las miradas

se cruzan; las de sus ami-gos y admiradores haciaGema, y las de Gema aquienes la invocan y le re-zan.

Mas, en el santuario, seencuentra, por sobre todo,a hermanos y hermanasllegados de muchos confi-nes, formando una sola fa-milia, participando en lamisma Eucaristía y rezandola misma “Súplica” al Señor,por intercesión de SantaGema.

Qué se lleva,al regresar

No se puede regresar nise regresa a casa con las manos vacías,cuando se llegó al santuario con el corazónabierto. Y nunca se regresa, sin duda.

Mire, me decía una señora: era la primeravez que yo llegaba a Santa Gema, acom-pañando a una amiga. Nada más entrar, mesentí impactada. Miré a Santa Gema, y mepareció que ella también me miraba. Salícon una paz y un gozo enormes en mialma. Jamás olvidaré aquella mi primera visita.

Así, innumerables testimonios... Se re-gresa, en síntesis, con una vivencia, unaemoción, un recuerdo, una promesa y es-peranza de vida renovada. Con el deseo devolver. Con el deseo y la esperanza, sobretodo, de sentirse luego más a gusto y másfeliz con todos, en el propio hogar; y másdispuestos a aportar lo mejor de sí paraconstruir un mundo y una iglesia más soli-daria y más fraterna.

Por eso, la visita al Santuario no fue visitafugaz. Fue una visita que seguirá dando, sinduda, frutos de Gozo, de Paz, de bondad yde reconciliación.

❚ MIGUEL GONZÁLEZ, C.P.

El corazónde Sta. Gema.


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Familia y vida

“Un padre, enamoradodel arte, decidió dejar enherencia a su hijo sumisma ilusión por la be-lleza. De ahí que lo llevabaa ver las mejores obras delos grandes artistas.

Un día llegaron a untemplo construido hacíavarios siglos y el niño sequedó mirando las gran-des vidrieras encuadradasen sus paredes.

Papá, y esas ventanastan grandes que están enlas paredes ¿qué son? Sonlas vidrieras. Están hechascon cristales de muchoscolores formando conellos algún dibujo.

Y, esos señores que están dibujados en ellas¿Quiénes son? Pues algu-nos son personas que Dioseligió para salvar a los hom-bres de sus perseguidores.Otras nos muestran a lossantos. ¿Las personas quesalvan? ¿Los santos? ¿Y esoqué es? Preguntó el niñoextrañado. Pues mira, esaseran personas tan buenasque a través de ellas se po-día ver lo bueno que eraDios. Toda su vida la em-plearon en hacer el bien alos demás.

El niño miraba como sino viese nada espectacular,como si le pareciese impo-sible que eso fuera unaobra de arte. De pronto unrayo de sol se asomó a tra-vés de ellas. El niño quedófascinado. Papá eso que

brillar en ti la Luz, todosqueden admirados”.

UNA PARÁBOLA,UNA LECCIÓN

¡Qué lección tan impor-tante para nuestra vida!También nosotros, como elniño, miramos y miramoslas “vidrieras” de la vida delos demás con la luz apa-gada y solamente vemoscosas vulgares, a veces nisiquiera nos gusta lo quevemos. Imposible contem-plar en ello una obra dearte, de ahí que pasemosde sus vidas sin importar-

Hacer el bienHacer el bienbrilla de tantos colores ¿esoson las vidrieras? Claro, dijoel padre.

Tras unos momentos enlos que el niño quedó pen-sando dijo: ¡Ah! Ya sé. En-tonces nosotros tenemosque ser como las vidrierasque brillan cuando pasa porellas la luz del sol. Nosotrostenemos que brillar dejandoque pase por nosotros la luzde Dios ¿a que sí papá?

El padre quedó sorpren-dido ante la respuesta delniño y le dijo: ahora ya sa-bes lo que tienes que hacerpara poder brillar. Hacertetransparente para que, al



nos lo más mínimo lo quepueda pasarles.

Pero rara vez nos para-mos a observar que nues-tras vidrieras tampoco bri-llan, la luz no llega a ellasy lo más sorprendente esque entre los “personajes”que muestran no somoscapaces de contemplarnuestro rostro en ningunode ellos. ¡Triste realidad lanuestra! Imposible, coneste carácter mortecino ysin luz en el alma, podertransparentar a Dios.

LUZ CLARADE RESURRECCIÓN

Sin embargo, con la Re-surrección, la luz llega a todas nuestras opacas “vi-

drieras”. Porque cuando Je-sús resucita hay una explo-sión tan grande de luz, quetodas las vidrieras de la vidaquedan iluminadas. Con laluz de la resurrección:0 La tiniebla pierde su

rigor.0 El bien triunfa sobre

el mal0 El universo se re-

crea de nuevo.0 Y todo recupera el

resplandor inicial.¡Cómo brilla nuestra

vida y la de los demás,cuando la contemplamos,con ojos resucitados!

CLAROSCUROS, Y,OJOS NUEVOS

Seguro que, alguna vez,nos hemos sentido incó-modos descubriendo nues-tras oscuridades:0 El vernos poca cosa.0 El dolor de no sen-

tirnos valorados.0 El miedo de no po-

der seguir adelantecon nuestras fuerzas.

0 El no sentirnos ama-dos…

Pero en este momento,en el que Jesús ha Resu-citado, eso ya no tienesentido. Nuestras sucias yoscuras vidrieras han sidotraspasadas por la luz deDios y han comenzado aresplandecer.

Los temores que guar-dábamos en aquel rincón,para que nadie los viesevan desapareciendo; aque-llos resentimientos que tra-tábamos de ocultar se vandisipando… Y es que, todo

se ha ido aclarando desdeque Cristo resucitó.

Con Cristo resucitadonuestra mirada se ha lim-piado y hemos comen-zado a contemplar todocon ojos renovados.

Ahora ya somos capa-ces de ir comprendiendo:los ataques, las ofensas, lashumillaciones… de esaspersonas que nos han da-ñado y no sólo eso, ahoraya somos capaces de per-donarlas.

Jesús nos ha traído supaz y no puede haber pazen un corazón resentido eirritado.

No se puede vivir enPascua si nuestros cansan-cios y desánimos no soncapaces de desaparecer.

Por eso os invito, a ha-cer de la pascua una expe-riencia de vida. Dejemosque nuestro corazón co-mience a latir de nuevo.Sintámonos queridos porJesús. Dejemos que su Luzatraviese nuestra existencia.

Dejémonos abrazar porla misericordia de Dios;gocémonos con alegríaresucitada; recibamos conalegría la Luz y, sobre todo,no perdamos la espe-ranza… Pues:

El momento más oscurode la noche,

es el que antecede al alba.

❚ JULIA MERODIO [email protected] / Madrid


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El evangelio cada día

LA PROPIASALVACIÓN

La gente, en tiem-pos de Jesús, era me-nos culta que noso-tros; su vida no teníala calidad que tienela nuestra y resul-taba mucho máscorta. Y como es-taban convenci-dos de que nopodían liberarseellos solos de suspropios males, vi-

Nosotros le damos me-nos importancia hoy a unasunto tan vital y trascen-dente como es el de entraren el Reino de Dios. Sin em-bargo, eso es lo que haceJesús, viviendo entre noso-tros y compartiendo nues-tra vida: abrirnos la puertade su Reino. Nos la abre so-bre todo cargando connuestra muerte y vencién-dola con su Resurrección.

Ya lo hemos visto: ca-mino hacia Jerusalén, undesconocido se encuentracon Jesús y le preguntasobre el número de losque van a salvarse. ¡La sal-vación! Se diría que hoy esun asunto que no está demoda. Esta sociedad nues-tra solo se interesa por elproducto de sus manos.Siendo así que el únicoasunto, que de verdad me-rece la pena es aquel delque depende nuestra feli-cidad para siempre.

La puerta estrecha

Tu palabrame da vida.

Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando.

Uno le preguntó: “Señor, ¿serán pocos los que se salven?’Jesús le dijo: ‘Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar,

y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréisa la puerta diciendo: ‘Señor, ábrenos’, y él os replicará: ‘No sé quiénes sois’. Entonces comenzaréisa decir: ‘Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas’. Pero él osreplicará: ‘No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados’.

Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios y vosotros os veáis echados fuera. Y

vendrán de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur, y se sentarán a la mesa en el Reinode Dios.

Mirad: hay últimos que serán los primeros, y primeros que serán últimos”.(Lucas 13,22-30)



nos espera con la puertade su Reino, siempreabierta para cuantos lebusquemos sincera y ge-nerosamente.

Y LAS FALSASSEGURIDADES

La parábola del amoque no reconoce a quienllama de noche desdefuera, quiere quitarnos lasfalsas ilusiones que pode-mos poner en la bondadde Dios. Los que quedaronfuera cuando el amo cerróla puerta, fueron amigosdel amo, pero no llegarona ser sus huéspedes, pre-cisamente por haber lle-gado tarde.

Dios viene a ser el amoque no reconoce comoamigos a los que, por sudesidia, se quedan fuerade su hogar. Dar por se-gura la amistad que Diosnos regala, sin preocupar-nos por cultivarla en nues-tra vida, es la mejor formade empezar a perderla. Unhogar que podemos per-der, es mejor no abando-narlo nunca.

Jesús no pone fácileslas cosas a sus discípulos.Pues nadie es demasiadobueno como para merecerlo que nadie puede mere-cer. Ni entre los amigos deJesús, nadie es demasiadobueno como para merecerautomáticamente a Dios.Es decir, que no podemoscreer que por ser tanbueno Dios, no vaya a pe-dirnos el serlo también anosotros.

Nos jugaríamos dema-siado pensando que la in-finita bondad de Dios nonos obliga a ser hijos su-yos fieles y responsables.Cada uno de los suyosno podemos ser hijos in-sensatos, y quedarnosfuera de su presencia porno vivir siempre junto aEl. De nosotros dependeque, contándonos entrelos primeros, acabemospor ser los últimos en suReino.

Pues, eso te pedimos,Señor Jesús: hacer de nues-tra vida el sí másgeneroso y valien-te.

❚ ANTONIO SAN JUAN

vían más preocupados deuna salvación definitiva,que solo Dios podía con-cederles.

En aquel tiempo vivíansin tantas cosas como ne-cesitamos nosotros, perono renunciaban al anhelode vivir por siempre conDios.

Para Jesús lo decisivono era saber el número delos que se salvarán. Lo de-cisivo es tener la suerte decontarnos entre ellos tam-bién nosotros. Es como siquisiera despertar la ansie-dad del interlocutor des-conocido, a quien pareceque le importaba más elnúmero de los que iban asalvarse que su propia sal-vación. Cosa que Jesús nole garantiza a él personal-mente.

Si algo nos deja claroeste evangelio, es que lapropia salvación, ademásde ser una realidad in-cierta, no es una cosa fa-cilona. Jesús no dice quela puerta sea estrecha,como reza el título denuestro comentario, sinoque nos invita a esforzar-nos por dar con el accesopara llegar al gozo defini-tivo en el hogar del Padre.

Lo que hay que tenerclaro es que el Señor noengaña nunca a nadie confalsas promesas. Y que, alllegar a la meta, por sugracia, tanto más la goza-remos cuanto más nos ha-yamos esforzado en seguirel camino que nos marcasu Evangelio. Lo más her-moso es saber que Dios

Esforzaospor entrar

por la puertaestrecha

Esforzaospor entrar

por la puertaestrecha


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Desde el punto devista académico e his-tórico, en los relatosde la pasión están con-tenidos los últimosmomentos de la vidade Jesús. Se trata delos sucesos más sor-prendentes y más di-fíciles de asimilar desu historia: la condenaa muerte y la muerteen cruz.

Todos los evange-listas coinciden en to-mar estos hechoscomo centrales en sunarración teológica;cada uno de ellos de-dica una parte impor-tante de su Evangelioa estos relatos, con-cretamente dos capí-tulos cada uno: Mc 14-15; Mt 26-27; Lc 22-23; Jn 18-19. Para elmensaje cristiano es impres-cindible transmitir una re-lectura de este suceso a laluz del misterio pascual, queincluye la pasión, la muertey la resurrección de Jesús.

En nuestro cristianismo,tan acostumbrado a la cruzcomo elemento de culto,de devoción, de oración...ya no le sorprende el temade la pasión y muerte deJesús. Pero este aspecto fueuno de los puntos más difí-ciles para la primera comu-nidad cristiana. La iglesianaciente no tiene ningunaduda al afirmar que estehombre que sufre y muere

relato. La detencióndel Maestro en Get-semaní provoca la de-serción de todos ellosy su desaparición deescena en los últimosmomentos de la vidade Jesús, con las pe-nosas excepciones delas negaciones de Pe-dro y del suicidio deJudas.

Pero, a mi entender,la dificultad mayor latuvo la primera comu-nidad cristiana cuando,impulsada por la fuerzadel Resucitado, debenarrar la verdadera his-toria, incluido el finaltrágico de la cruz, einterpretar, desde unareinterpretación de laTeología, los hechos,para ser convincentesante las dos culturas

predominantes: la judía y lagriega.

Una idea de la dificultaden que se encontraron losprimeros cristianos se puedever en Pablo en 1Co 1,22-25: «Los judíos piden prodi-gios, y los griegos buscansabiduría, pero nosotros pre-dicamos un Mesías crucifi-cado, que es un escándalopara los judíos y, para losgriegos, un absurdo. Peroes poder y sabiduría de Diospara todos los que son lla-mados, tanto judíos comogriegos. Porque lo que pa-rece absurdo en la obra deDios es más sabio que la

Desde la otra orilla

Sobre los relatos evangélicosde la Pasión, muerte y Resurrección de Jesús

en la cruz es el Mesías es-perado por el pueblo de Is-rael.

LA PRIMERA COMUNIDADCRISTIANASUS DIFICULTADES

Cuando la primera co-munidad cristiana se atrevea nombrar a Jesús comoMesías, tiene ante sí unagran dificultad: la pasión yla muerte son una clara pie-dra de tropiezo y un motivode burla y de incredulidad.Los Evangelios no ocultanla dificultad de los propiosdiscípulos de Jesús en este

Cristo exaltado en la CruzIglesia de Santa Catalina, en Belén.

Cristo exaltado en la CruzIglesia de Santa Catalina, en Belén.



sabiduría de los hombres, ylo que parece débil en laobra de Dios es más fuerteque los hombres».

PASIÓN, MUERTEY RESURRECCIÓN

Vemos cómo la pasión ymuerte de Jesús, plantearoninterrogantes a los primeroscreyentes, pero nunca fue-ron sustituidas por la fe enla resurrección, sino quepermanecieron indisoluble-mente unidas. Se desarrollaun proceso unitario de re-flexión que lleva a interpretarla pasión de Jesús a la luzde la voluntad de Dios (conel recurso a los textos bíbli-cos). La primera comunidadcristiana no deja nunca defundamentar el Evangelioen la predicación del kerig-ma, el núcleo del anunciosalvador, que relaciona in-disolublemente muerte (queincluye la pasión) y resu-rrección.

Se recurre a los textosbíblicos para poder justificarlo que podríamos llamar in-justificable según la lógicahumana. Desde el principioexiste un interés por poneren relación el misterio pas-cual con el plan de Dios(todo sucede «como decíanlas Escrituras»). Igualmentetambién se destaca la di-mensión soteriológica de lamuerte de Cristo («por nues-tros pecados»).

Los cristianos toman otraidea mesiánica, bastante im-popular en tiempos de Je-sús, que es la de “Siervo su-friente”, un Mesías humildey pacífico, que poco o nadatenía que ver con las ex-

de modo que Israel volvieraa mostrar lo que Dios queríade él, el pueblo escogido,y poder así vivir en libertadsu identidad religiosa y cul-tural.

Esperaban desde hacíasiglos la llegada de un salvador, que imaginabancomo un nuevo Rey David.Por eso lo designaban conla palabra “Masiaj”, que sig-nifica ungido, ya que los re-yes, los sacerdotes y a vecesalgunos profetas del AntiguoTestamento eran ungidoscon aceite como signo dela misión especial que Diosle daba de conducir al pue-blo escogido (1Sa 9,16). ElMesías debía ser un hombreextraordinario, lleno de po-der de Dios y que cambiaríala situación oprimida de Is-rael y que llevaría a ejecuciónun reino de prosperidad, depaz e incluso de dominiode las potencias extranje-ras.

El estudio de los relatosde la Pasión confirma quelos evangelios no son merascompilaciones de recuerdoshistóricos; cada evangeliotiene su orientación y aportaun mensaje. Marcos insisteen el aspecto desconcer-tante del designio divino;Mateo muestra a Cristo bajola luz de la fe y define laposición de la Iglesia; Lucasconsidera ante todo la relación personal con el Se-ñor Jesús; Juan discierneen todas las circunstanciasla glorificación deJesús.

❚ GREGORIO SANTOS ZAYAS

BARCELONA

pectativas judías de aquelentonces.

JESUCRISTO LIBERTADOR

Especialmente a partirdel siglo II antes de Cristoaparece con fuerza la ideade un libertador que pusierafin a la situación injusta ydesesperada que vive Israel.De ahí la necesidad de unlíder político-religioso quehiciera frente al estado deesclavitud del pueblo. Y gra-cias a un grupo de judíosconvencidos, los “hasidim”(piadosos), se vieron en laobligación de defender lafe judía, ya muy debilitada,y devolverle su identidad.En la época de Jesús estegrupo de los “hasidim” de-semboca en tres manerasde entender la salvación es-perada: se trata de esenios,zelotas y fariseos. Otro grangrupo, los saduceos, se ca-racterizaba más por el ansiade poder que por la espe-ranza mesiánica. Los pri-meros se caracterizaban porla espera de la llegada delMesías, un Mesías que habíade liberar de la esclavitud,


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Escuela de S. Pablo de la Cruz

Un día, cuandotodavía S. Pablode la Cruz no te-nía clara su vo-cación y pensabaen entrar en al-guna Orden reli-giosa, se le apa-reció la VirgenMaría. Vestía denegro con un sig-no de la Pasiónen el pecho y ledijo: “Hijo, ¿vescomo estoy ves-tida de negro? Espor la Pasión demi amado HijoJesús. Así has devestir tú y has defundar una Congrega-ción en que se hará me-moria de la Pasión ymuerte de mi queridoHijo”.

Desde los comienzos,María se revela a S. Pablode la Cruz en relacióncon el Misterio pascual,partícipe de modo singu-lar de la obra de la salva-ción del género humano.Ella es la Madre del Re-dentor.

COMPASIÓN DE MARÍA

Esta participación sin-gular de María en el sacri-ficio de Cristo se ha llamadoCompasión de María(Compassio Mariae) y noes una simple actitud es-piritual, un sentimiento dedolor, sino que es la cimade la colaboración de laMadre con su Hijo reden-tor en la obra de salvación

del género huma-no. De hecho la“Compassio” hasido elevada a unacategoría teológi-ca, síntesis y com-pendio de esa co-laboración únicade María, que in-cluye el misteriode la maternidaddivina y espiritualde María. Compa-sión consiste enestar asociada yunida a Cristo yofrecerse –tam-bién de un modoúnico y particular–con su Hijo por la

redención de todos. “LaVirgen María, en atencióna los derechos de su ma-ternidad sobre su Hijo par-ticipó en la oblación desu sacrificio en la Cruz yofreció también al Padrecon indecible amor su propio sacrificio espiritual” (E. Llamas, c.d.).

De ahí que nuestro pa-dre S. Pablo de la Cruz nosla proponga como imagenacabada de consagración

María, la Virgen“La relación con Ella no puede reducirse a una piadosa práctica de devoción,

sino que debe alimentarse con un continuo abandono de toda nuestra vida enlos brazos de la siempre Virgen”

(De una carta de la Congreg. p.e. clero)

Juan Pablo II. Encuentrocon Religiosas Pasionistas, en la Santa

Casa de María en Loreto, Italia.


y servicio al misteriode la Redención (Cf.Const. 7). María estambién capaz de al-canzar la plena inte-ligencia del ofreci-miento que Ella hizo,la primera, al Señor(Cf. Const. 11) y elmejor modelo paraensimismarnos en el amora Jesús Crucificado (Cf.Const. 16). En la mente delfundador, la abadesa de losMonasterios de la Pasiónes la Virgen Dolorosa y asílo ha transmitido la tradi-ción (Regla 56). Y aquellaque se elige como supe-riora la representa, no deun modo sacramentalcomo el sacerdote repre-senta a Cristo, pero sí deforma espiritual. SiendoMaría la que preside la vi-vencia del carisma y la uni-dad de la comunidad. Maríaes aquella que “ha cum-plido todo” el Designio deDios con su Hijo (Cf. Jn19,30): “Concibiendo aCristo, engendrándolo, ali-mentándolo, presentán-dolo al Padre en el templo,sufriendo con su Hijo quemoría en la Cruz, colaboróde manera totalmente sin-gular a la obra del Salvadorpor su obediencia, su fe,su esperanza y su amorardiente, para restablecerla vida sobrenatural de loshombres. Por esta razónes nuestra Madre en el or-den de la Gracia” (L.G. 61).

no para el nacimien-to de Cristo, que re-aliza en el hombrela configuración conCristo”.

“Ahí tienes a tumadre / Ahí tienes atu hijo” han sido in-terpretados, por nu-merosos autores,

como dos ejemplos defórmula revelatoria. En es-tas fórmulas, el personajeque habla (en este casoJesús) revela el misteriode la especial misión sal-vífica que habrá de asumiraquel a quien se dirige(María y Juan).

En este sentido, Maríadesempeña con cadaalma una misión salvíficay, reclama para ello serrecibida como alguienpropio y personal (Jn19,27). Ella es Iglesia na-ciente y, a la vez Madrede la Iglesia. El lunes, des-pués de Pentecostés secelebra la memoria litúr-gica de esta advoción ma-riana.

Todo es bello en María.Particularmente bella essu participación en la Cruzde Cristo. Ella es quienda ternura a la Cruz, tam-bién a nuestras astillas decruz diaria.

Mira a la estrella, invocaa María.

❚ SOR CATI

DE LA SS. TRINIDAD, C.P.OVIEDO


MADRE DE LA IGLESIA

“También a nosotrosMaría santísima nos lleva,de nuevo, como hizo consan Juan bajo la cruz desu Hijo y Señor nuestro,a contemplar con Ella elamor infinito de Dios: *habajado hasta aquí nuestraVida, la verdadera Vida;ha cargado con nuestramuerte para matarla conla sobreabundancia desu vida*” (De una cartade la Congreg. p. e. cle-ro).

La donación de la ma-ternidad de María y laacogida de parte del dis-cípulo amado en Jn 19,26-27 significa, como nosha dicho el papa Bene-dicto XVI, una relaciónabsolutamente personalentre ambos “un dejarentrar a María hasta lomás íntimo de la propiavida intelectual y espiri-tual, un entregarse a suexistencia femenina ymaterna, un confiarse re-cíproco que se conviertecontinuamente en cami-


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Plegarias e ideas


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Páginas de nuestra historia

El hermano Natalio, hermano coadjutor Pasionista,caminante de Dios, llegó a su destino.

(RESEÑA APARECIDA EN LA REVISTA, “VOY SEÑOR”, PARA HERMANOS COADJUTORES,DE LOS PADRES JESUITAS. MADRID 1964. NÚMERO 14)

Nuestro querido Hermano Natalio,caminante de Dios, se nos fue al

cielo, el día de San Rafael del año 63.Ni siquiera le vimos en el momento dela partida. Tan dura se le hacía la des-pedida de sus hermanos religiosos, aquien tan sinceramente apreciaba, quese fue sin decirnos adiós.

Murió trágicamente en Sama de Lan-greo (Asturias). Cuando el buen Her-mano cruzaba las vías del ferrocarril,inexplicablemente se le echó encimauna locomotora, ocasionándole talgolpe que fallecía media hora después,en el Sanatorio Adaro, de Sama.

Había nacido en Rebolledo Tras-peña (Burgos) el 1 de diciembre de1890. Pasó la infancia y primera juven-tud en la casa paterna, ayudando a supadre en el oficio de carpintero, en elque llegaría después a sobresalir tam-bién el hijo... A los 20 años de edad,en 1910, ingresa en el noviciado Pa-sionista de Angosto (Álava), dondeemite su profesión religiosa, el 20 dejunio de 1911. Un año después es des-tinado de residencia a Mieres (Asturias)donde pasaría la mayor parte de suvida religiosa. En 1919, le encontramosuna temporada en Peñafiel (Valladolid),ejerciendo su oficio de carpintero. Elaño 1934 sorprende al H. Natalio, enMieres, la famosa «Revolución de As-turias», en la que perdieron la vida dosestudiantes y un Padre de esta Comu-nidad. Todos los religiosos tuvieronque huir del Convento, dispersos, per-seguidos, buscando refugio por dondefuera posible. El H. Natalio, después dealgunas peripecias, fue detenido porlos milicianos y recluido en la prisiónde Pola de Lena. Allí tuvo que soportarpadecimiento de todo género, ame-

nazas de muerte, etc. El mismo Her-mano describió así, en un librito quevio la luz pública, su vida en la cárcel:La impresión que recibí al entrar enaquel local, no es para ser descrita.Aquello parecía un trasunto del averno:palabras soeces y repugnantes, blas-femias impías y acciones impúdicas;todo me hacía pensar que me encon-traba en medio de una caterva de de-monios en carne humana. Yo, sin hacercaso de lo que veía y oía, me tiré en elsuelo para descansar y me entregué aconsideraciones muy diversas».

Un joven indonesio de Flores, entusiasmadopor su ideal de Hermano Misionero,

nos muestra sonriente la revista «Bentara».



«Conversando ciertodía con mi herma-na –muerta en olor desantidad el 24 de juliode 1931– me dijo: «Yono sé por qué se me fi-gura que tú vas a sermartirizado, andandopor esos mundos deDios».

¿Sería esto una pro-fecía? Trazas llevaba deserlo. Por eso, me en-comendé a ella y lepedí fuerzas para sufrirel martirio, si tal era lavoluntad de Dios».

«Mientras yo me en-tregaba a estos pensa-mientos, vinieron dosescopeteros, quienes,después de tomarmedeclaraciones de nuevo,sacaron en limpio queyo era cura o fraile. En-tonces sí que creí quese iban a cumplir laspalabras de mi hermana,pues resonó este gritoen todo el salón: «¡Fu-silarle ahora mismo,cortarle el pescuezo!» Una rociada nau-seabunda de insultos tan groseros yrepugnantes que no me atrevo a es-tamparlos en el papel».

Y así una y muchas veces, hasta que,por fin, brilló para él el sol de la libera-ción.

Por los años 1939-40, reside algúntiempo en Santander, para volver, en-seguida a Mieres, ya hasta su muerte.Desde hace unos años, solía alternarcon Madrid, pasando aquí el invierno yen Mieres los veranos.

El 22 de junio de 1961 celebraba enMieres sus Bodas de Oro de ProfesiónReligiosa. La solemnidad constituyó unauténtico acontecimiento. Y numero-sísimas las amistades del H. Natalio quevinieron desde todos los rincones deAsturias para homenajearle.

En su juventud, prin-cipalmente, le dedica-ron los Superiores atrabajos de ebanistería,oficio en el que llegó aser maestro consu-mado. El pórtico y can-cel de la Iglesia de Mie-res –derruida el pasadoaño– la sacristía y elcoro, entre otras cosas,todo en el más puroestilo gótico, son obra,muy fina, por cierto, delH. Natalio. Cuando exi-gencias urbanísticas dela población hicieronnecesario el derribo delo que para él era unrelicario de recuerdos,donde se hallaban en-cerradas las mejoresilusiones y trabajos desu juventud, las lágri-mas se deslizaron, másde una vez, por susmejillas.

Pero desde hace yamuchos años, su dedi-cación exclusiva fue lapostulación para los

Seminarios Pasionistas de Mieres y Pe-ñafiel. En este ministerio, que ejerciósiempre con auténtica maestría y es-píritu de sacrificio, llegó a formarse unambiente de admiración y cariño porparte de sus bienhechores. El HermanoNatalio era recibido en todas partescomo un amigo sincero; en innume-rables casas, casi como uno más de lafamilia. Era conocidísimo no sólo enMieres, sino en toda Asturias. Sus innumerables amistades de Mieres, Gijón, Oviedo, Sama, La Felguera, ElEntrego, etc., le tributaron un home-naje casi plebiscitario, el año 1961, conmotivo de sus Bodas de Oro de Profe-sión religiosa.

El Señor había dotado a nuestrobuen Hermano con un conjunto decualidades, sobrenaturales y humanas,


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verdaderamente envidiables. Religio-samente intachable, enamoradísimode su vocación religioso-Pasionista...Nunca olvidaré una ocasión en que ha-blando con él acerca de un Hermanojoven que acababa de desfallecer ensu vocación, comentaba él, acompa-ñando su comentario con un gran sen-timiento y una gesticulación muy suya,encantadora: «Es que a mí se me haceimposible creerlo. Porque yo, he te-nido tentaciones como todo el mundo.Pero consentir en una contra la voca-ción, jamás.» Sacrificado y humildehasta el extremo, poseía un tempera-mento alegre, siempre optimista. Unmodo de ser y de actuar en el tratosocial, que cautivaba desde el primermomento.

El Solemnísimo funeral y entierro,constituyó una auténtica manifestación

de duelo, como muy pocas veces sehabía visto en Mieres.

El H. Natalio tuvo otra hermana reli-giosa Pasionista, muerta en Deusto (Bil-bao) en concepto de santa, en 1931.Ella, había dicho un día a su hermanoReligioso: «Yo no sé porqué se me fi-gura que tú vas a ser martirizado, an-dando por esos mundos de Dios». Sino extremamos mucho las cosas, laprofecía se ha cumplido. El H. Nataliomurió lejos de su convento y de sushermanos en religión, a los que tantoquería, y que tanto le apreciaban a él.

Para él, como para ningún otro, eltexto de la Sagrada Escritura: «Fueamado de Dios y de los hombres, y surecuerdo vive en bendición».

¡Descanse en la Paz de Dios!

❚ M. GONZÁLEZ, C.P.

VOCACIONES PASIONISTAS:¿Conoces nuestras Familias Pasionistas?

Están integradas por:– Religiosos: Sacerdotes, Hermanos Cooperadores.

– Religiosas: de clausura, de vida activa, etc.– Laicos comprometidos.

NUESTRA CONGREGACIÓN OFRECE:– Un carisma específico, la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

– Una vida en comunidad familiar (de hermanos, hermanas).– Una posible dedicación al apostolado, multiforme (Parroquias, Colegios, Retiros y Misiones).

– Una vida en clausura (Comunidades femeninas de vida contemplativa).

Llámenos o escríbanos:P. Juanma - Colegio San Gabriel - Teléfono 918 890 650 - 28806 Alcalá de Henares (Madrid)

P. David - Plaza San Felicísimo, 1 - Teléfono 944 754 506 - 48014 Bilbaoo a cualquiera de las Comunidades Pasionistas

Religiosas Pasionistas de Clausura:C/ Arturo Soria, 257 - Teléfono 913 020 618 - 28033 Madrid

C/ Fitoria, 2 - Teléfono 985 281 783 - 33194 OviedoC/ Zabalbide, 112 - Teléfono 944 455 392 - 28007 Bilbao

Religiosas Pasionistas de Vida Activa:C/ Belisana, 26 - Teléfono 913 000 987 - 28043 Madrid

Páginas de nuestra historia



(En memoria del Padre Leandro G. Monge, Pasionista)

DonacionesA.Z., 20 €; Celestina Hevia Álvarez, 20 €.

Esta Beca se destina a la formación de jóvenes aspirantes al sacerdocioy a la vida pasionista, en España y América. Colaboradores y amigos de nuestras Misiones,

¡muchas gracias!

Agradecen y piden favores a Santa GemaCelestina Hevia Álvarez

Cuantos agradecen y piden favores a Santa Gema, si desean salir en esta página,deben dirigirse a REVISTA PASIONARIO, C/ Leizarán, 24. 28002 Madrid,

Teléfono 915 635 407. http://www.libreriaelpasionariomadrid.com

Descansan para siempre en el SeñorMaría Teresa Martín Muñoyerro (Muriel de Zapardiel, Valladolid), León García (Guadalajara), AntoniaRodríguez Álamo (Badajoz), María de los Ángeles Martín García (Madrid), Mariela García (Cali, Co-lombia), Encarnación García Martín (Escarabajosa de la Cabezas, Segovia).

Por su eterno descanso celebramos la Santa Misa en el Santuario el día 14de cada mes a las cuatro de la tarde

PEREGRINOSDE LA MORAÑ� A (ÁVILA)ACOMPAÑ� ADOSDEL P. RAFAEL SÁNCHEZ, C.P.,DÑA. JOSEFA ÁLVAREZ (SU MADRE)Y D. LUIS GRANDE

PEREGRINOSDE LA MORAÑ� A (ÁVILA)ACOMPAÑ� ADOSDEL P. RAFAEL SÁNCHEZ, C.P.,DÑA. JOSEFA ÁLVAREZ (SU MADRE)Y D. LUIS GRANDE

Rincón familiar “Santa Gema”


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La Palabra del Papa Francisco

Sobre la llamada a la Santidaden el mundo actual

El Papa Francisco acaba de regalar a la Iglesia, a cadafiel creyente y a cuantos pudiera afectar e interesar unaExhortación Apostólica de gran valor. Yo diría que setrata de una sorpresa y de un regalo, al tiempo que deuna nueva invitación a la oración y la alegría que laoración y la santidad proporcionan. Es aleccionadorcontemplar al Papa Francisco hablándonos de “lossantos de andar por casa”, los de más acá, “y los de másallá”, los santos de la religiosidad popular”.Esta vez me voy a limitar a transcribir literalmentealgunos párrafos sueltos de este documento pontificio,sin duda aleccionador, nítido y claro y, me atrevo a decir,desde ahora imprescindible.

Los Santos de laPuerta de al lado

No pensemos solo enlos ya beatificados o canonizados. El EspírituSanto derrama santidad portodas partes, en el santopueblo fiel de Dios, porque«fue voluntad de Dios elsantificar y salvar a loshombres, no aisladamente,sin conexión alguna deunos con otros, sino cons-tituyendo un pueblo, quele confesara en verdad yle sirviera santamente». ElSeñor, en la historia de lasalvación, ha salvado a unpueblo. No existe identidadplena sin pertenencia a unpueblo. Por eso nadie sesalva solo, como individuoaislado, sino que Dios nos

atrae tomando en cuentala compleja trama de rela-ciones interpersonales quese establecen en la comu-nidad humana: Dios quisoentrar en una dinámica po-pular, en la dinámica deun pueblo.

Me gusta ver la santi-dad en el pueblo de Diospaciente: a los padres quecrían con tanto amor asus hijos, en esos hombresy mujeres que trabajanpara llevar el pan a sucasa, en los enfermos, enlas religiosas ancianas quesiguen sonriendo. En estaconstancia para seguiradelante día a día, veo lasantidad de la Iglesia mi-litante. Esa es muchas ve-ces la santidad «de lapuerta de al lado», deaquellos que viven cerca



de nosotros y son un re-flejo de la presencia deDios, o, para usar otra ex-presión, «la clase mediade la santidad».

El Señor llama

Todo esto es impor-tante. Sin embargo, lo quequisiera recordar con estaExhortación es sobre todoel llamado a la santidadque el Señor hace a cadauno de nosotros, ese lla-mado que te dirige tam-bién a ti: «Sed santos, por-que yo soy santo» (Lv11,45; cf. 1 P 1,16). El Con-cilio Vaticano II lo destacócon fuerza: «Todos los fie-les, cristianos, de cualquiercondición y estado, forta-lecidos con tantos y tanpoderosos medios de sal-vación, son llamados porel Señor, cada uno por sucamino, a la perfección deaquella santidad con laque es perfecto el mismoPadre».

También para ti

Para ser santos no esnecesario ser obispos, sacerdotes, religiosas o re-ligiosos. Muchas veces te-nemos la tentación depensar que la santidad estáreservada sólo a quienestienen la posibilidad de to-mar distancia de las ocu-paciones ordinarias, paradedicar mucho tiempo ala oración. No es así. Todosestamos llamados a sersantos viviendo con amory ofreciendo el propio tes-timonio en las ocupacionesde cada día, allí donde cadauno se encuentra. ¿Eresconsagrada o consagrado?Sé santo viviendo con ale-

gría tu entrega. ¿Estás ca-sado? Sé santo amando yocupándote de tu maridoo de tu esposa, como Cris-to lo hizo con la Iglesia.¿Eres un trabajador? Sésanto cumpliendo conhonradez y competenciatu trabajo al servicio de loshermanos. ¿Eres padre,abuela o abuelo? Sé santoenseñando con pacienciaa los niños a seguir a Jesús.¿Tienes autoridad? Sé santoluchando por el bien co-mún y renunciando a tusintereses personales.

Deja que la gracia de tuBautismo fructifique en uncamino de santidad. Dejaque todo esté abierto aDios y para ello opta porél, elige a Dios una y otravez. No te desalientes,porque tienes la fuerza delEspíritu Santo para que seaposible, y la santidad, en elfondo, es el fruto del Espí-ritu Santo en tu vida (cf Ga5, 22-23). Cuando sientasla tentación de enredarteen tu debilidad, levanta losojos al Crucificado y dile:«Señor, yo soy un pobre-cillo, pero tú puedes reali-zar el milagro de hacermeun poco mejor». En laIglesia, santa y compuestade pecadores, encontrarástodo lo que necesitas paracrecer hacia la santidad. ElSeñor la ha llenado de do-nes con la Palabra, Los sa-cramentos, los santuarios,la vida d elas comunida-des, el testimonio de sussantos, y una múltiple be-lleza que procede del


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amor del Señor, «co-mo novia que seadorna con susjoyas» (Is 61,10).

Esta santidad ala que el Señor tellama irá creciendocon pequeños ges-tos. Por ejemplo:una señora va almercado a hacer lascompras, encuentra auna vecina y comienzaa hablar, y vienen las críti-cas. Pero esta mujer diceen su interior: «No, no ha-blaré mal de nadie». Estees un paso en la santidad.Luego, en casa, su hijo lepide conversar acerca desus fantasías, y aunqueesté cansada se sienta a sulado y escucha con pa-ciencia y afecto. Esa esotra ofrenda que santifica.Luego vive un momentode angustia, pero recuerdael amor de la Virgen María,toma el rosario y reza confe. Ese es otro camino desantidad. Luego va por lacalle, encuentra a un po-bre y se detiene a conver-sar con él con cariño. Esees otro paso.

Ojalá puedas reconocercuál es esa palabra, esemensaje de Jesús que Diosquiere decir al mundo contu vida. Déjate transformar,déjate renovar por el Espí-ritu, para que eso sea posi-ble, y así tu preciosa misiónno se malogrará. El Señorla cumplirá también enmedio de tus errores y ma-los momentos, con tal queno abandones el camino

del amor yestés siem-pre abierto

a su acción so-brenatural que

purifica e ilumi-na.

No es sanoamar el silencioy rehuir el en-

cuentro con elotro, desear el des-canso y rechazar la

actividad, buscar la oracióny menospreciar el servicio.Todo puede ser aceptadoe integrado como parte dela propia existencia en estemundo, y se incorpora enel camino de santificación.Somos llamados a vivir lacontemplación también enmedio de la acción, y nossantificamos en el ejercicioresponsable y generoso dela propia misión.

Más vivos,más humanos

No tengas miedo de lasantidad. No te quitaráfuerzas, vida o alegría.Todo lo contrario, porquellegarás a ser lo que el Pa-dre pensó cuando te creóy serás fiel a tu propio ser.Depender de él nos liberade las esclavitudes y noslleva a reconocer nuestrapropia dignidad. Esto serefleja en santa JosefinaBakhita, quien fue «se-cuestrada y vendida comoesclava a la tierna edad desiete años, sufrió muchoen manos de amos crue-

les. Pero llegó a compren-der la profunda verdad deque Dios, y no el hombre,es el verdadero Señor detodo ser humano, de todavida humana. Esta expe-riencia se transformo enuna fuente de gran sabi-duría para esta humildehija de África».

Alegría y sentidodel humor

Lo dicho hasta ahorano implica un espíritu apo-cado, tristón, agriado, me-lancólico, o un bajo perfilsin energía. El santo es ca-paz de vivir con alegría ysentido del humor. Sinperder el realismo, iluminaa los demás con un espí-ritu positivo y esperan-zado. Ser cristianos es«gozo en el Espíritu Santo»(Rm 14,17), porque «alamor de caridad le siguenecesariamente el gozo,pues todo amante se gozaen la unión con el amado[...] De ahí que la conse-cuencia de la caridad seael gozo». Hemos recibidola hermosura de su Palabray la abrazamos «en mediode una gran tribulación,con la alegría del EspírituSanto» (1 Ts 1,6). Si deja-mos que el Señor nos sa-que de nuestro caparazóny nos cambie la vida, en-tonces podemos hacer realidad lo que pedía SanPablo: “Alegraos siempreen el Señor; os lo repito,alegraos”.

La Palabra del Papa Francisco



Variacionesde por aquí, y de más allá

Pentecostés (20 de mayo). La gran Fiesta del Espíritu

“Sin el Espíritu Santo, Dios está siempre lejos, Cristo queda en el pasado,

el Evangelio es letra muerta, la Iglesia una simple organización, la autoridad

se convierte en dominio, la misión es propaganda, el culto una evocación, el

actuar cristiano una moral de esclavo. Con el Espíritu Santo, el cosmos es

elevado y gime con dolores de parto propios del Reino, Cristo resucitado se

hace presente, el Evangelio es potencia de vida, la Iglesia significa comunión,

la autoridad es servicio, la misión es una nueva Pentecostés, la liturgia es un

memorial y una anticipación, el obrar humano queda divinizado”. ¡Se

acabaron las “recetas de la abuela”; sólo cabe “el aire inesperado del Espíritu”!

P. Ives Congar, O.P.

La Cruz, lo más importante (Nuevo testimonio del arquitecto Eduardo Chillida)“Yo creo que la cruz es lo más importante delcristianismo, y ahora mismo acabo de hacer una cruzpara que se coloque en el Buen Pastor, en la catedral,mirando hacia Santa María. Se va a llamar, en euskera,La cruz de la paz, porque me encargaron un símbolo dela paz y yo no conozco ninguno otro mejor que la cruz[...]. En una cruz ocurrió lo que ocurrió con Cristo y estremendo. En positivo y en negativo. Es terrible. Es unlugar de encuentro de toda la historia de la humanidad,de todas las cosas que han pasado. Un acontecimientoque supera cualquier otro, en mucho, por latrascendencia que ha tenido y que sigue teniendo.

¿No hay peligro de que interpretemos mal la cruz, que la veamos como el símbolo del chivo

expiatorio, de un Dios que exige castigo?Él no exige castigo, lo que exige es perdón, el perdón a todos en la cruz.

Por eso hablo de La cruz de la paz, porque él da su vida por los demás allí; de modo que de

castigo, nada.¿Y cuando nos dice, “coge tu cruz y sígueme”?Pide que seamos capaces de hacer lo mismo por los demás. Que lo que él ha hecho, lo

hagamos también nosotros si llega el caso.

[Aa. Vv. Conversaciones con Eduardo Chillida

Edición de Susana Chillida. Destino, Barcelona, 2003, pp. 127-129]


172 | Nº 1.037 | Mayo 2018

“Misión Madrid-Pan Bendito”. Las memorias de Don Hilario

Ya dije, al comienzo de estas memorias,que quien pretendía mover los hilos

del Barrio era un grupo minoritario deizquierdas, de extrema izquierda, másbien. Pero la militancia en Pan Benditose repartía entre los Socialistas y el PCE.Con todo, la gran mayoría de sus habi-tantes, la masa de gente, no entendía deadscripciones políticas.

Cuando tuvo lugar el atentado queacabó con la vida de Carrero Blanco,recibí varias llamadas de la Parroquiaanterior, San Antonio de Cuatro Cami-nos, ofreciéndome su casa para prote-germe. Estaban asustados, y pensabanque podría repetirse lo de la quema deiglesias y conventos del año 1936. Lesagradecí su interés por mí. Y traté detranquilizarles. La situación no era lamisma. Y en Pan Bendito estábamos

tranquilos, no pasaba nada, la vida seguíaigual.

Cuando murió el Dictador, el GeneralFranco, muchos en Pan Bendito lo la-mentaron y se fueron al Palacio deOriente para engrosar las colas inter-minables de las gentes que queríanpasar por delante de su cadáver. Otros,naturalmente, pensaron en la libertad.Se abría una nueva era. Yo, más preca-vido, intuía que, tal vez, un día tendríaque lamentar la falta de seguridad pararepetir el paseo de otras veces, desdela Gran Vía al Pan Bendito y a medianoche.

Fue la Comunidad gitana la única queme encargó un Funeral Solemne por eleterno descanso del General Franco. Yesa tarde el templo estaba lleno de gita-nos, como nunca.

Pan bendito también vota

Pan Bendito también vota.



Por fin, el pueblo español estrenabademocracia. Había que ir a votar. LosPartidos que se presentaban a las elec-ciones ya había hecho su propaganda.

A los que vivíamos en la U.V.A. noscorrespondía emitir el voto en el ColegioCervantes, situado en la Colonia Zoime,fuera de nuestro barrio.

Recuerdo aquella tarde. Lucía un solprecioso. Mucha gente en las inmedia-ciones del Colegio. Y gente que esperabapara pasar a votar. Yo me puse en la cola.Detrás de mí se colocó un grupo de PanBendito también. Un hombrecillo ya anciano, pequeño y de rostro curtido yrugoso, les explicaba a sus compañeros:

– Por fin llegó nuestra hora. Esos quenos llevaron a la cárcel después de laguerra se van a enterar. Ahora valennuestros votos.

Después de unos minutos de espera,entramos en el Colegio. Allí estaban lasmesas en la entrada, con toda suerte depapeletas de los distintos Partidos. El

hombrecillo de rostro curtido y arrugado,me preguntó:

–Y ahora, ¿qué hay que hacer?–Tome usted una papeleta de éstas,

la del partido que quiera votar, la metaen el sobre y la entrega en la mesa quele corresponda.

El hombrecillo, rápidamente, cogióuna papeleta que tenía a mano, por elrabillo del ojo ví que era de Alianza Po-pular, y allá se lanzó a depositar su votoen la mesa electoral.

Vaya, por Dios, me dije. Este hombreque creí que era un rojillo, algún milicianodel 36, ahora viene a votar al único quefue ministro en la época de Franco, a D. Manuel Fraga Iribarne.

Con todo, aquellas elecciones fueronganadas por la nueva UCD, el partidofundado por Adolfo Suárez. Y a ese triunfocontribuyeron, sin duda, los votosde mucha gente de Pan Bendito.

❚ HILARIO PEÑA ROJO, MADRID

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Muchas gracias


años después lo ganó JulioIglesias. Alberto es todo unaudaz pionero en Festiva-les.

FESTIVALESDE LA CANCIÓN

Después de ganar el deBenidorm, participó en losmás importantes Festivalescomo el del Mediterráneo,en Barcelona; el HispanoPortugués, de Aranda deDuero (Burgos), el del Miño,

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Encuentros al caminar

Alberto Pestaña Segovia,EL NÚMERO 1

Alberto es jienense y conuna tía camino de los

altares, Josefa Segovia, laprimera directora de la Ins-titución Teresiana. Sus pi-lares son claros, educadoen la fe cristiana y, eso sí,siempre agradecido. Suvida es la música, tiene unavoz portentosa, regalo deDios, como él siempredice... Recuerda con cariñola primera vez que cantóel “Panis Angelicus” (unode los cinco himnos es-critos por Santo Tomás deAquino para la Fiesta deCorpus Christi, con arre-glos, en 1872, de CésarFranck) en la boda de suhermano Mario, en 1961,en el Santuario madrileñode Santa Gema Galgani.No en vano, lleva a SantaGema con mucho cariñoen el corazón.

SUS INICIOS

Alberto Pestaña empezóa cantar a los 9 años en laEscolanía de Covadonga,que hasta allí le mandarondesde su casa, y despuéscomo solista de su colegio,ya en Madrid, el de los Her-manos Maristas de Cham-berí. Después de dejar laTuna del Colegio MayorGuadalupe se hizo can-

tante profesional con elnombre de Alberto.

En la época dorada delos Festivales de la Canción,debutó en 1963, en el Fes-tival de Benidorm, dondeconsiguió, además del Pri-mer Premio de Interpreta-ción, alzarse con el PrimerPremio del Festival con lacanción “La hora”, que des-pués sería promocionadaen la voz de Tito Mora. Elaño anterior lo ganó otrojienense, Raphael. Cinco

Alberto Pestaña y Pepe Fernández del Cacho en su localmadrileño, llamado “Donalberto”, en el barrio de Chamberí,

donde habitualmente canta sus canciones.



en Orense; el Atlántico, enTenerife, y el de Costa aCosta, en Uruguay, obte-niendo importantes pre-mios y galardones en todosellos, lo que le permitiórecorrer gran parte de Eu-ropa y América. Deleitó entodas las salas del BarrioLatino de París, donde tuvoel placer de cantar paraElizabeth Taylor. Albertocon su voz y su guitarrallegó, y sigue llegando hoy,cerca de 80 años, al cora-zón de sus oyentes pasan-do temporadas en variospaíses de Latinoamérica,en especial recuerda el ca-riño y los interminablesaplausos en el popular“Teatro Avenida”, de Bue-nos Aires.

LA SALA FOLKMÁS ANTIGUADE MADRID EN ACTIVO

En 1973, junto a CristinaRiesco, su mujer y ademáspintora, abrió en Madrid lasala folk o piano-bar “Do-nalberto”, y lo mantienepese al paso de años ymodas musicales, en la ca-lle Manuel Silvela, número6, en pleno barrio deChamberí, entre la calleAlonso Martínez y la Glo-rieta de Bilbao, donde ade-más de cantar habitual-mente, promociona y dacabida a otros artistas.

Alberto grabó discos enla compañía Belter, entrelos más conocidos: “Piensoen Ti”, “Canción de la quei-mada” y “Cuando llega el

amor”. Actualmente tieneen Sony, las canciones delprograma “El número 1”.

No ha perdido sus cos-tumbres de juventud y esguitarra y barítono en la“Orquesta de Pulso y Púade la Universidad Complu-tense”, formada por anti-guos tunos pertenecientesa la Asociación de AntiguosTunos de la Universidad deMadrid.

“EL NÚMERO 1”EN ANTENA3

En 2012 fue uno de losconcursantes del programade Talentos musicales deAntena3. Su voz desgarra-dora eclipsó a un grupode jóvenes ávidos de famacon su repertorio de bo-leros, rancheras y tangos,arrebatándoles el favor delpúblico. Sorprendido porla popularidad que le brin-dó la televisión, una sonrisase dibuja en su cara cuandorecuerda al conserje delMuseo Picasso de Barce-lona que le evitó una in-cómoda cola de visitantes

cuando le reconoció. Ven-tajas de una fama siempreefímera de la que, despuésde una vida de aplausos yolvidos, es muy conscien-te.

LA PERSONA

Con la humildad de losgrandes, Alberto, aseguraque su voz y su fe “es lamejor herencia que medejó mi padre”. Una he-rencia aderezada con añosde clases de canto en elConservatorio de Madrid,además de armonía y violín,y de participar de los sa-cramentos de la Iglesia. Sesiente seguidor de Cristoy es feliz cantando al Señor,en bodas, bautizos y hastaen funerales de la cercanaParroquia del Perpetuo So-corro, en su barrio y endonde le llamen.

Gracias, Alberto y Cris-tina, por tantas noches mu-sicales pasadas en “Donal-berto”, tu pequeños cieloen Madrid.

❚ PEPE FERNÁNDEZ DEL CACHO

Alberto Pestaña ganó en 1963 el Festival de Benidormcon la canción “La hora”.


Mes de mayo es, sin dudaalguna, uno de los meses másbonitos del año… Por muchascosas, pero en especial por-que es tu mes, María; el mesde las flores, el de la Virgen.

Siempre he sentido una es-pecial devoción por María, elamor incondicional de unamadre. De niña ya los celebrábamos enel Colegio, y de mayor tengo la in-mensa suerte de seguir celebrándoloallí por mi trabajo. Llevo ya una tempo-radita larga y agradecida trabajando enSan Gabriel de la Dolorosa, el Colegiode los Padres Pasionistas en Alcalá deHenares. Y sin dejar pasar un solo año,allí rezamos y cantamos profesores yalumnos todos los días del mes lle-vando flores a porfía a la Virgen, queMadre nuestra es.

Allí cada año es diferente. La Pastoraldel colegio realiza diversas dinámicaspara este mes, a cual más emotiva ybonita, sin dejar en el olvido toda la di-námica esencial que nos inculcaron depequeñitos. Llevamos a Nuestra Señoraflores una vez por semana y lo hace-mos por Cursos.

Quedamos a veces embelesadosante la imagen de Nuestra Señora, tanalegre y tan tierna. Pero me imaginoque a ella, a María, Reina y Señora, tam-bién se le irán los ojos a la praderadonde ríen cantan y rezan tantos ange-litos de carne y hueso precisamente eneste tiempo, en el mes de Mayo.

Fue, si mal no recuerdo,precisamente el pasado mesde María, cuando yo que les oícantar:

¿Quién será la mujer que atantos inspiró

poemas bellos de amor?Le rinden honor la música y

la luz, el mármol, la palabra y el color.Aquella canción me trajo a la me-

moria otra que me hacía revivir los añosde mi infancia cada vez más lejana:

Cuántas veces siendo niño te recé. Con mis besos te decía que te

amaba.Poco a poco, con el tiempo,olvidándome de ti,por caminos que se alejan me perdí. En otra ocasión brillaba el sol, ha-

bíamos escogido un lugar donde selevantaba una imagen de piedra decolor blanco. Una imagen de NuestraSeñora que parece como si ella mismahubiera escogido aquel lugar al que seacercaban los niños atraídos por elcolor de una alfombra mullida dehierba verde. Hasta la misma Virgen sesentía allí la mar de cómoda. Huboocasiones en que los niños y las niñasde Educación Primaria recitaron poe-sías de memoria. Eso sí, les costabadesprenderse del ramo de flores queapretaban contra el pecho mientrasdeclamaban los versos.

El último día del me ya es la granfiesta. Organizamos una Romería para

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El mes de mayoen mi Colegio



ver a la Virgen del Bosque y comparti-mos todos una rica merienda que dapor finalizado este mes dulce y alegre.También cantamos, claro. Y hasta algúnfotógrafo improvisado aprovecha laocasión para disparar la cámara. Es lahora más a propósito para conseguirfotos de calidad.

Transcurrido el mes de Mayo, yaqueda muy poco para terminar el curso.Ojalá que entre tantos recuerdos comoguardaremos en la memoria tampoco senos olviden las canciones que le canta-mos a la Virgen en el mes las flores. Y elCurso que viene, más.

❚ Angelina (Profe)


178 | Nº 1.037 | Mayo 2018

Virgen y Madre María,tú que, movida por el Espíritu,

acogiste al Verbo de la vidaen la profundidad de tu humilde fe,

totalmente entregada al Eterno,ayúdanos a decir nuestro «sí»

ante la urgencia, más imperiosa que nunca,de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús.

Tú llena de la presencia de Cristo,llevaste la alegría a Juan el Bautista,

haciéndolo exultar en el seno de su madre.

Tú, estremecida de gozo,cantaste las maravillas del Señor.

Tú, que estuviste plantada ante la cruzcon una fe inquebrantable

y recibiste el alegre consuelo de la resurrección,recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu

para que naciera la Iglesia evangelizadora.

Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitadospara llevar a todos el Evangelio de la vida

que vence a la muerte.Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos

para que llegue a todosel don de la belleza que no se apaga.

Tú, Virgen de la escucha y la contemplación,madre del amor, esposa d elas bodas eternas,intercede por la Iglesia, de la cual eres el icono purísimo,para que ella nunca se encierre ni se detengaen su pasión por instaurar el Reino.

Estrella de la nueva evangelización,ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión,del servicio, de la fe ardiente y generosa,de la justicia y el amor a los pobres,para que la alegría del Evangeliollegue hasta los confines de la tierray ninguna periferia se prive de su luz.

Madre del Evangelio viviente,manantial de alegría para los pequeños,ruega por nosotros.Amén. Aleluya.

FRANCISCO


Dely García,de Mieres, Asturias

(Lectora asidua y suscriptora,ella y su familiade nuestra y su Revista)

Adelina García Fernández falleció enMieres (Asturias) a los 100 años de edad.

Deli era miembro de la familia García,familia muy vinculada a la Congre-gación Pasionista; y ella supo mantenervivo ese vínculo durante toda su largavida.

Hacía pocos años que se había fundado el convento en Mieres (año 1907)por eso, ya desde niña pudo participar en diversas actividades parroquiales;colaboración que se prolongará hasta edad bien avanzada.

En su juventud fue testigo de las graves penalidades que la Revolución deAsturias y más tarde la Guerra Civil ocasionaron a los Padres y Estudiantesque, por aquellos años, se encontraban en Mieres. Durante esta dura etapatoda la familia se pone a disposición de la Comunidad para intentarofrecerles cualquier tipo de ayuda que pudieran necesitar.

Años más tarde, tuvo la satisfacción de acompañar, como madrina, avarios sacerdotes pasionistas en la celebración de su Primera Misa.

Cofrade de la Pasión, Cofrade del Carmen, gran devota de Santa Gema yde San Pablo de la Cruz.

Esperemos que, por su intercesión, ya se encuentre disfrutando del Señoren su MORADA; ese lugar reservado, esa estancia en la Casa del Padre queJesús nos prometió para cada uno de nosotros.

Amigos y Testigos


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