Canales de comercialización de frutas y hortalizas

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Frutas y hortalizas E l canal de comercialización es el con- junto de agentes económicos y sus interrelaciones, que intervienen en el com- plejo proceso que supone el que un pro- ducto agroalimentario, en este caso una fruta o una hortaliza, pase del campo en donde se cultiva, hasta el consumidor final. Así definido, se deduce que estos, como cualquier otro producto, pueden seguir distintos canales, dependiendo de los agentes intermedios y las circunstan- cias concretas que concurran en cada caso: una misma fruta puede seguir lo que se denomina canal corto, en donde interviene un número mínimo de interme- diarios y ésta pasa del productor al deta- llista o incluso directamente al consumi- dor; o bien seguir un llamado canal largo del tipo productor, corredor, mayorista en origen, mayorista en destino, detallista y consumidor. EL MODELO TRADICIONAL DEL CANAL COMERCIAL, EN ENTREDICHO En una descripción esquemática y que responde a lo que ha sido el modelo del canal de comercialización de frutas y hor- talizas hasta hace 15 ó 20 años, se podría decir que el agricultor le vende su cose- cha a un mayorista de su área, denomina- do mayorista en origen; en dicha compra- venta puede ser que medie un corredor o comisionista que recibe un porcentaje del precio convenido (que puede pagar el agricultor, el comprador o ambos); ese mayorista le vende la mercancía a un lla- mado mayorista en destino ubicado en una población urbana y por tanto emi- nentemente consumidora, que a su vez se la venderá a un detallista, a un restaurante o a alguna institución de consumo colecti- vo (colegio, hospital, empresa, etc.); cual- quiera de los tres le harán llegar el produc- to de uno u otro modo al consumidor final. Obviamente se trata de una descrip- ción excesivamente lineal y simplista. Aunque lo descrito sigue siendo uno de los distintos canales posibles que se dan en la realidad para que el producto llegue al consumidor, no refleja toda la compleji- dad del entramado. En principio puede parecer que los agentes económicos que intervienen en la comercialización de las frutas y hortalizas, así como las relaciones que mantienen unos con otros, están bastante definidos y diferenciados. En la mayoría de los cana- les de comercialización del producto que sea, la realidad suele ser justo la contra- ria. En línea con los procesos de integra- ción vertical y horizontal y de diversifica- ción de actividades que se observa hoy en día en multitud de sectores en las eco- nomías occidentales, los canales se multi- plican generando una realidad cada vez más compleja. El caso de las frutas y las hortalizas en España no es una excep- ción. Cada vez se hace más difícil la defi- nición y diferenciación de los distintos agentes económicos intervinientes, sus relaciones y el papel que juegan en el proceso integral de la comercialización. De lo anterior se deduce que cada vez tiene menos sentido el tratar de enca- sillar los agentes de comercialización bajo etiquetas preconcebidas, más o menos derivadas de una determinada tradición o línea de evolución histórica. Todavía menos sentido tiene el asignar a un agen- te del proceso de comercialización una lista rígida y cerrada de funciones que teóricamente cumple dentro del mismo. Por lo tanto, a las peculiaridades pro- pias de los productos agroalimentarios y a las especificidades que pueden mostrar casi cada variedad de fruta y de hortaliza en sus propios y particulares procesos de comercialización, hay que sumarles la indeterminación derivada de esos solapa- mientos entre las funciones que desempe- ñan unos y otros agentes, solapamientos que de manera muy dinámica van evolu- cionando para configurar un mapa de la comercialización que poco tiene ya que ver con el que podríamos haber encontra- do hace poco más de diez años. Hay que advertir que, a pesar de las peculiaridades de cada tipo de fruta y hortaliza, permanentemente nos referimos al conjunto de todas ellas. Para el análisis que hacemos aquí no necesitamos des- cender al máximo detalle; es más, muchos de los agentes económicos que operan con frutas lo hacen también con Canales de comercialización de frutas y hortalizas. Una aproximación MANUEL SEVILLA. Técnico de la Dirección Internacional de MERCASA Nº 47

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Frutas y hortalizas

El canal de comercialización es el con-junto de agentes económicos y sus

interrelaciones, que intervienen en el com-plejo proceso que supone el que un pro-ducto agroalimentario, en este caso unafruta o una hortaliza, pase del campo endonde se cultiva, hasta el consumidorfinal. Así definido, se deduce que estos,como cualquier otro producto, puedenseguir distintos canales, dependiendo delos agentes intermedios y las circunstan-cias concretas que concurran en cadacaso: una misma fruta puede seguir loque se denomina canal corto, en dondeinterviene un número mínimo de interme-diarios y ésta pasa del productor al deta-llista o incluso directamente al consumi-dor; o bien seguir un llamado canal largodel tipo productor, corredor, mayorista enorigen, mayorista en destino, detallista yconsumidor.

EL MODELO TRADICIONAL DEL CANAL COMERCIAL, EN ENTREDICHOEn una descripción esquemática y queresponde a lo que ha sido el modelo delcanal de comercialización de frutas y hor-talizas hasta hace 15 ó 20 años, se podríadecir que el agricultor le vende su cose-

cha a un mayorista de su área, denomina-do mayorista en origen; en dicha compra-venta puede ser que medie un corredor ocomisionista que recibe un porcentaje delprecio convenido (que puede pagar elagricultor, el comprador o ambos); esemayorista le vende la mercancía a un lla-mado mayorista en destino ubicado enuna población urbana y por tanto emi-nentemente consumidora, que a su vez sela venderá a un detallista, a un restauranteo a alguna institución de consumo colecti-vo (colegio, hospital, empresa, etc.); cual-quiera de los tres le harán llegar el produc-to de uno u otro modo al consumidor final.

Obviamente se trata de una descrip-ción excesivamente lineal y simplista.Aunque lo descrito sigue siendo uno delos distintos canales posibles que se danen la realidad para que el producto llegueal consumidor, no refleja toda la compleji-dad del entramado.

En principio puede parecer que losagentes económicos que intervienen en lacomercialización de las frutas y hortalizas,así como las relaciones que mantienenunos con otros, están bastante definidos ydiferenciados. En la mayoría de los cana-les de comercialización del producto que

sea, la realidad suele ser justo la contra-ria. En línea con los procesos de integra-ción vertical y horizontal y de diversifica-ción de actividades que se observa hoyen día en multitud de sectores en las eco-nomías occidentales, los canales se multi-plican generando una realidad cada vezmás compleja. El caso de las frutas y lashortalizas en España no es una excep-ción. Cada vez se hace más difícil la defi-nición y diferenciación de los distintosagentes económicos intervinientes, susrelaciones y el papel que juegan en elproceso integral de la comercialización.

De lo anterior se deduce que cadavez tiene menos sentido el tratar de enca-sillar los agentes de comercialización bajoetiquetas preconcebidas, más o menosderivadas de una determinada tradición olínea de evolución histórica. Todavíamenos sentido tiene el asignar a un agen-te del proceso de comercialización unalista rígida y cerrada de funciones queteóricamente cumple dentro del mismo.

Por lo tanto, a las peculiaridades pro-pias de los productos agroalimentarios y alas especificidades que pueden mostrarcasi cada variedad de fruta y de hortalizaen sus propios y particulares procesos decomercialización, hay que sumarles laindeterminación derivada de esos solapa-mientos entre las funciones que desempe-ñan unos y otros agentes, solapamientosque de manera muy dinámica van evolu-cionando para configurar un mapa de lacomercialización que poco tiene ya quever con el que podríamos haber encontra-do hace poco más de diez años.

Hay que advertir que, a pesar de laspeculiaridades de cada tipo de fruta yhortaliza, permanentemente nos referimosal conjunto de todas ellas. Para el análisisque hacemos aquí no necesitamos des-cender al máximo detalle; es más,muchos de los agentes económicos queoperan con frutas lo hacen también con

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hortalizas. De manera que, si bien un aná-lisis riguroso requeriría estudiar los cana-les de comercialización de una determina-da variedad de una fruta o una hortaliza,en una primera aproximación no es des-cabellado seguir la línea tradicional yhablar de un producto genérico querepresenta prácticamente cualquier fruta ocualquier hortaliza.

SEPARACIÓN ENTRE PRODUCCIÓN Y CONSUMOSe trata ésta de un a separación emi-nentemente funcional, más que geográfi-ca, ya que, en principio, en las zonas deproducción se consume y en las zonas deconsumo también se produce, a excep-ción de los grandes núcleos urbanos. Enel caso español, esto es más notorio en loque se refiere a las hortalizas, cuya pro-ducción está bastante dispersa por todoel territorio; en cuanto a las frutas, sípuede hablarse en general de una sepa-ración también de tipo geográfico entreuna producción que se concentra bastan-te en el Valle del Ebro y en las costaslevantina y andaluza y un consumo dis-perso por el país, obviamente con las con-centraciones asociadas a los núcleosdemográficos más densos.

Por tanto, como decimos, se trata deuna diferenciación realmente propia delanálisis del canal comercial y sirve para

denominar los dos extremos del mismo.Precisamente en la medida en que no setrata de marcar los dos puntos geográfi-cos en los que se encuentran productor yconsumidor de la fruta y hortaliza, lo quemedia entre ellos no es una mera distan-cia en el espacio. El acercamiento queconsigue un canal comercial llevando unproducto desde la producción hasta elconsumo es un proceso multidimensionalen el que precisamente el recorrido deuna distancia geográfica es con el tiempouno de los componentes relativamentemenos importantes del mismo, en la medi-da en que mejoran los medios de trans-porte; llega en ocasiones a ser absoluta-mente irrelevante. El acercamiento quelleva a cabo el proceso comercial es másbien en términos de condiciones genera-les del producto, entre las que podemos

citar la calidad, cantidad, envasado, eti-quetado, garantía higiénico sanitaria, pre-cio, accesibilidad –aquí se incluiría elacercamiento en términos físicos o geo-gráficos- y facilidad para su consumo,incluido el tiempo máximo de conserva-ción y el grado de manipulación necesariodesde que lo adquiere el consumidor finalhasta que el producto está listo para suconsumo.

ÁREAS FUNCIONALES VERSUS AGENTES DE COMERCIALIZACIÓN En pocas palabras, la idea que tratamosde desarrollar aquí es que no tiene tantosentido hablar por ejemplo de la figura delexportador como de la función de expor-tación, que es realizada por una grandiversidad de agentes económicos, queademás de exportar pueden cultivar suspropias frutas y hortalizas, almacenar,envasar, dotar de marca comercial espe-cífica, etc.

Supongamos que tomamos el conjun-to de agentes económicos que intervienenen el proceso de comercialización de fru-tas y hortalizas y el conjunto de todas lasoperaciones simples que todos ellos reali-zan. Haciendo un ejercicio de agrupaciónsimilar al que de forma rigurosa se lleva acabo mediante el análisis de clusters,podríamos llegar a definir una serie deáreas funcionales que toman la denomina-

Frutas y hortalizas

GRÁFICO Nº 1

ESQUEMA DEL PROCESO COMERCIAL EN FRUTAS Y HORTALIZAS FRESCAS

MAYOREOEN ORIGEN

EXPORTACIÓN

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ACTIVIDAD EN MERCASAG

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ción de la función más característica delconjunto. Siguiendo con el ejemplo, unárea funcional puede ser "exportación",que incluye la realización de otras activi-dades o funciones (desde producir la frutahasta envasarla, pasando por cualquierotra), dependiendo de cada tipo de agen-te concreto, es decir, si es un agricultorindependiente o un agente de exportacióno una plataforma de compras pertene-ciente a una cadena de supermercados.Lo característico, sin embargo, y que leda el nombre al área funcional es quetodos los agentes que participan de ella,en mayor o menor medida, dirigen su pro-ducción o parte de ella hacia mercadosexteriores.

En el fondo no estamos sino realizan-do un pseudoanálisis de grupos estratégi-cos en el universo de agentes econó-micos vinculados al proceso de comercia-lización de frutas y hortalizas. Citando lite-ralmente a Langreo y De Manuel en estesentido, "[…]quedan cada vez más unaserie de tareas que tendrá hueco parahacer y acabará haciendo, quien mejorlas haga."

En el gráfico adjunto hemos tratadode representar las distintas áreas funcio-nales principales y, lo que puede ser másrelevante, las intersecciones que se pro-ducen entre unas y otras. Estas intersec-ciones o solapamientos entre áreas fun-cionales representan aquellos agentesque reúnen las funciones característicasde las áreas que se solapan, indepen-dientemente de que una predomine sobrelas demás. Por ejemplo, una central horto-frutícola que comience a exportar pertene-ce a la intersección entre las áreas funcio-nales que hemos denominado "produc-ción organizada" y "exportación", si bien,por el momento, la función característicapredominante es la de reunir y organizaren su seno la producción de muchos agri-cultores. Vamos a tratar de describir lasdistintas áreas.

PRODUCCIÓN ORGANIZADAEl sector productivo de frutas y hortalizasen España a lo largo de los últimos diezaños ha dado un paso importante en loreferente a la concentración de la oferta,es decir, en cuanto a su articulación yorganización en cooperativas y SAT, figu-

ras que a su vez pueden obtener la califi-cación de organización de productoresque otorga el ministerio de Agricultura yque permite el acceso a las ayudas de laUnión Europea. Hemos superado unasituación que el trabajo sobre comerciali-zación de frutas y hortalizas publicado porel Instituto para la Reforma de las Estruc-turas Comerciales (IRESCO) en 1987 defi-nía como un absoluto predominio del agri-cultor independiente: sólo un 15% de laproducción total nacional de productoshortofrutícolas provenía de alguna organi-zación. De acuerdo con la Confederaciónde Cooperativas Agrarias de España, hoyen día, ese porcentaje se puede cifrar enun 25%, concretamente 35% en el casode las frutas y 15% en el de las hortalizas.De todos modos, en las zonas producto-ras del país por antonomasia esos por-centajes aumentan considerablemente.Habría que añadir por otro lado la concen-tración de oferta alcanzada mediante laconstitución de SAT a lo largo de todo esemismo período. No obstante también hayque apuntar que todavía no nos encontra-mos a los niveles de muchos países euro-peos que cuentan con una agriculturamás integrada.

Recientemente además se está pro-duciendo un proceso de concentración dedichas organizaciones. Cabe interpretartodo este proceso de agrupación de losagentes productivos como una doble res-puesta: primero frente a la relativamenteescasa capacidad de negociación de unpequeño agricultor ante grandes compra-dores; segundo, una forma de tratar decaptar una mayor parte del creciente valorañadido que alcanzan las frutas y las hor-talizas en el punto de venta final, un valorconsiderablemente más alto que el que

puede alcanzar el producto en la primeraventa, nada más ser cosechado. Laestructuración del sector productivo esmás patente en la zona mediterránea y delsur de Andalucía, cuya capacidad paracompetir tanto en el mercado interiorcomo de cara a los mercados interna-cionales de frutas y hortalizas está siendomanifiesta. Las cooperativas de comercia-lización hortofrutícolas ejercen en la mayo-ría de los casos una función de asesora-miento y de apoyo en las tareas propia-mente productivas de sus asociados (porejemplo análisis de terrenos, cuidado decultivos, compra de semillas, fertilizantes yproductos fitosanitarios, etc.).

Su máximo desarrollo y su gran baza,sin embargo, tiene más que ver con elaspecto de la comercialización. De hechose puede afirmar que la práctica totalidadde las cooperativas hortofrutícolas reali-zan tareas comerciales. Estas organiza-ciones que aglutinan la producción, estáncada vez asumiendo más los papeles deque tradicionalmente desarrollaban corre-dores, mayoristas de origen, exportadorese incluso mayoristas en destino.

En la medida en que las organizacio-nes de productores se tecnifican, sehacen más sofisticadas y adquieren máscapacidades en términos de comerciali-zación, van perdiendo relevancia las figu-ras tradicionales como la del corredor queponía en contacto mayoristas con diver-sos agricultores y la del propio mayoristaen origen, un agente que se especializabaen acopiar en zonas productoras pararemitirlo a otros agentes de la cadena decomercialización.

En cuanto al mercado español serefiere, algunas cooperativas tienen suspropios módulos alquilados en una unidadalimentaria de la red MERCASA y operancomo un mayorista de destino más. Res-pecto del exterior, algunas han creadodepartamentos de exportación, queponen de manifiesto el compromiso de unconsiderable nivel de recursos econó-micos y medios humanos dedicados alfomento de sus vínculos con los mercadosinternacionales.

Este nivel de integración vertical yesta capacidad de crear y mantener rela-ciones comerciales estables con los mer-cados interior y exterior, sumada a sus

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capacidades técnicas de clasificación,envasado, manipulación y almacenamien-to de productos es lo que determina elsolapamiento con las otras áreas funcio-nales de corretaje, de mayoreo en origen,actividad en las mercas y de exportación.

Todo este proceso de avance de lasfunciones comerciales de las cooperativasha sido progresivo en los últimos 15 años, yespecialmente notable en los últimos 5,hasta el punto de que destaca sobre el pro-ceso que mencionábamos anteriormentede integración y concentración de oferta.

PRODUCCIÓN INDEPENDIENTEEn principio un agricultor no vinculado aorganización alguna se encuentra en des-ventaja en multitud de aspectos en com-paración con otro que sí lo está. Por tanto,esta función la desarrollan cada vez másaquellos agentes que gozan de ciertaentidad y que operan con explotacionesde tamaño considerable. En los productosque tradicionalmente se han exportadodesde España, como cítricos, se puedeencontrar la coincidencia en una mismapersona del productor independiente ydel exportador.

En aquellas MERCAS que están situa-das en zonas eminentemente producto-ras, existen unos recintos divididos enpequeñas áreas que, alquiladas por perío-dos de tiempo limitados, permiten a losagricultores hacer las veces de operadormayorista de destino. En la medida enque la eficiencia económica exige laespecialización, esta práctica tiene hoy endía menor relevancia que antaño.

MAYOREO EN ORIGENTradicionalmente esta función la han ejer-cido individuos que cuentan con instala-ciones de almacenamiento bien dentro deuna infraestructura ad hoc o mercado enorigen donde operan distintos mayoristasque compran a los agricultores que acu-den a vender sus cosechas o bien ubica-das en lugar independiente, incluso distin-to al de reunión con agricultores dispues-tos a negociar la venta de sus productos.

Ya hemos explicado como en la medi-da en que se integra verticalmente el canalcomercial, esta función es desarrolladapor otros agentes cuya actividad o funcióncomercial característica es distinta:

–El corredor que adquiere sus produc-tos a las cooperativas aunque sea porcuenta de un tercero, desarrolla las fun-ciones propias del mayorista de origentradicional, salvo tomar posesión de lamercancía.

–Las cooperativas y demás organiza-ciones de productores, cuando realizan laprimera venta por cuenta del agricultor ocompran al mismo para revender.

–Los mayoristas de las MERCAS,cuando están situadas en zonas de pro-ducción, están haciendo las veces al tiem-po de mayorista en origen y en destino.

–El agricultor independiente que levende a un mayorista de una MERCA oque vende directamente alquilando unespacio en la misma.

–Las centrales de compras, con susalmacenes ubicados en zonas de produc-ción en los que acopian sus adquisicionesa los agricultores de la zona, bien parasurtir sus establecimientos en el mercadoespañol o incluso para exportar y abaste-cer así los de otros países.

CORRETAJEEl corredor o comisionista –normalmenteopera en régimen de comisión- es unafigura comercial que tradicionalmenteser-vía a los mayoristas para localizar sus pro-veedores. Este intermediario a comisiónera más frecuente en la fase de origen.

En este caso la función que cubría erala de mantenerse en contacto con un sec-tor productivo atomizado y disperso y vin-cularlo al mayoreo en origen.

En la medida en que la producción seasocia y mejoran los sistemas de informa-ción y de comunicaciones, su papel pier-de razón de ser.

Una cooperativa que vende mediantesubasta las hortalizas y las frutas de susasociados lo hace a través de unos inter-mediarios que a su vez compran en nom-bre de una serie de clientes que tienen encartera. Este intermediario es una de lasfiguras, dentro del área funcional quehemos denominado corretaje, que hoy endía pueden ser más representativas y másviables a medio o largo plazo.

Su ventaja consiste en trabajar paravarios clientes normalmente situados enfases del canal de comercialización próxi-mas al consumo y ser buen conocedor yestar situado en las zonas donde operanestas cooperativas de productores. Suvalor añadido surge de poder poner dia-riamente en contacto demanda en destinocon oferta en origen.

EXPORTACIÓNDestaca, por motivo del desarrollo queestá experimentando, la actividad expor-tadora de las centrales hortofrutícolas delsur de Andalucía. No hay que olvidar, sinembargo, todo el resto de la exportacióntradicional levantina, del valle del Ebro yde Canarias.

Ya hemos mencionado otros agentescomo puede ser el agricultor de cítricosque, además de las centrales hortofrutíco-las, participan en la actividad exportado-ra. Pero también por motivo de su actualexpansión hay que subrayar dos casos: elde las centrales de compras de las gran-des cadenas de la moderna distribucióndetallista, que acopian en origen no sólopara abastecer sus establecimientos enterritorio español sino que desde esas pla-taformas están abasteciendo sus centrosubicados en otros países europeos; y elde algunos mayoristas situados en la redde MERCAS que en un proceso de diver-sificación y apertura de nuevos mercadosestán complementando su canalizaciónhacia el mercado interior con operacionesde venta en otros países.

Es esta una actividad con un granpotencial de expansión, especialmente enlas MERCAS no situadas en zonas tradi-cionales de exportación.

ACTIVIDAD EN LAS MERCASComo responsables del 65% de la comer-cialización total de frutas y hortalizas en

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España, los operadores de estos produc-tos en las MERCAS reflejan lo que sucedeactualmente en su área funcional o sub-sector de operadores mayoristas en desti-no. Dos grandes procesos son los quedefinen su evolución reciente. Uno relacio-nado con la estrategia organizativa y quepuede resumirse como proceso de inte-gración tanto vertical, buscando de uno uotro modo estar más presentes en origen,como horizontal, formando parte de gru-pos incluso multinacionales.

El segundo proceso tiene que ver conla estrategia comercial y se resume enuna ampliación tanto de la gama de pro-ductos como de la de servicios que ofre-cen a sus clientes. En la medida en queun mayorista de una MERCA se vincula deuna u otra forma con los productores, estásolapando su función con la de un típicomayorista en origen o quizá con la de unclásico corredor. También existe el casode grandes operadores mayoristas endestino que han invertido directamente enexplotaciones agrarias, de manera que suárea funcional forma una intersección conel área de producción, independiente uorganizada. Con todo ello, los mayoristasen destino tratan de contrarrestar losavances de la producción, especialmentela producción organizada, en el terrenocomercial, así como las incursiones en suárea funcional que realizan los detallistasa través de sus centrales de compras.

Además de todo lo ya mencionadorespecto de la actividad que tiene lugaren el seno de la Red MERCASA de unida-des alimentarias, hay que hacer referenciaespecial a la cuestión de la importación y,

sobre todo, a la imbricación que se estáconstruyendo entre la actividad mayoristatradicional y la denominada gran distribu-ción, es decir, las grandes cadenas dehipermercados y supermercados.

IMPORTACIÓNTradicionalmente la función importadoraha coincidido con almacenistas y otrosagentes diversos. Hoy en día hay variasáreas funcionales en el canal de comer-cialización que coinciden con la de impor-tación. Destacamos la de las centrales decompras que como decimos en muchasocasiones se abastecen en distintos paí-ses y, por otro lado, hacemos referencia ala expansión de la actividad importadoraentre los operadores mayoristas de lasMERCAS.

Si bien la importación de frutas y hor-talizas sigue siendo menor (1,1 millonesTm frente a 7,1 millones Tm exportadas en1996, la actividad importadora es una fun-ción que está cobrando cada vez másimportancia, hecho que se refleja dentrode las Unidades Alimentarias de MERCA-SA. Se trata de una estrategia de algunasempresas instaladas en las MERCAS quea su vez responde a una demanda delconsumidor de mayor variedad de pro-ductos (frutas y hortalizas exóticas) y auna demanda de estacionalidad mínimade los productos tradicionales, es decir,los consumidores exigen cada vez más elpoder disponer de esos productos fuerade la estación que tradicionalmente mar-caba nuestra latitud.

CENTRALIZACIÓN DE COMPRASLa gerencia de las MERCAS viene tratan-do con éxito de que las grandes cadenasinstalen sus centrales de acopio y reexpe-dición de producto, conocidas como cen-trales o plataformas de compras, dentrodel recinto de las mismas. De este modose produce una simbiosis entre los merca-dos de frutas y hortalizas de las UnidadesAlimentarias y las centrales de compras.Los mayoristas de la MERCA tienen así asu lado un gran cliente potencial, conindependencia de que las centrales decompras traten de abastecerse en granmedida directamente en las zonas de pro-ducción; las centrales, por su lado, cuen-tan con una gran variedad de posibles

abastecedores para aquellas ocasionesen que necesiten complementar sus exis-tencias adquiridas fuera de la MERCA.

De este modo, la central de comprasejerce, entre otras, una función de mayo-rista en destino. Al mismo tiempo, elmayorista en destino puede invadir unterreno nuevo para él y que era más pro-pio del detallista, como es, por ejemplo, lapreparación del producto tal y como se loexigen las cadenas de supermercados(embandejado, etiquetado, etc.) o puedeser también asumir la responsabilidad dela reposición urgente en un establecimien-to detallista en caso de que se agote undeterminado producto.

ALMACENISTAS FUERA DE LAS MERCASLa función de almacenamiento en lasáreas de consumo desde hace ya tiempotípica de las centrales de compras de lascadenas de la gran distribución y las deri-vadas de los distintos procesos de inte-gración horizontal dentro del comerciodetallista más tradicional. De esta manerala centralización de las compras ha idoganando el terreno del almacenista inde-pendiente tradicional.

Esta función, desarrollada por gran-des almacenistas organizados, tiene cadavez más propensión a la actividad impor-tadora, en la medida en que los procesosde globalización y europeización implicanuna mayor facilidad para la búsqueda deproveedores competitivos situados amayores distancias. Lo mismo puededecirse de la actividad exportadora, comoya dijimos al hablar de esa área funcionalconcreta pero, como es lógico, la exporta-

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ción de las centrales de compras tienemás que ver con su función como mayo-ristas en origen que como almacenistasen destino.

DETALLISTASSe trata quizá, junto con las modernasorganizaciones productoras y comerciali-zadoras, de la función protagonista dentrodel canal de comercialización de frutas yhortalizas. Las profundas transformacio-nes que experimenta el sector detallistade frutas y hortalizas desde hace añosson a su vez motor de cambio en otroselementos del canal de comercialización.Estas transformaciones no son ajenas alos cambios producidos en la distribucióndetallista de productos de alimentación,es decir, fundamentalmente, un desarrollode formas comerciales modernas comohiper y supermercados en detrimento deotras más tradicionales como el ultramari-nos y la tienda especializada tradicional.No obstante, es conocido el hecho de queen el caso de los productos perecederos,el avance de las cuotas de mercado de

las formas comerciales modernas no hasido tan notorio como en el caso de la ali-mentación seca o semiperecedera.

Probablemente una de las grandesbazas de la distribución detallista, empe-zando a invadir el terreno propio de lahostelería, sea el desarrollo de la denomi-nada cuarta gama, es decir, frutas prepa-radas y envasadas, en fresco pero listaspara ser consumidas directamente sinnecesidad de pelar o de cualquier otramanipulación previa.

HOSTELERÍA Y RESTAURACIÓNLo primero que hay que enfatizar en estepunto es el hecho de que hoy en día másdel 25% del volumen total de alimentacióncomprado en España corresponda al sec-tor de hostelería y restauración. En el casoespecífico del consumo en fresco de fru-tas y hortalizas, ese porcentaje baja hastael 19,3% para el caso de las patatas, 13%hortalizas y 6,5% en frutas. Se trata deporcentajes más bajos que en el total dealimentación pero que tienen ya ciertaentidad y en todo caso van en aumento.

Eso nos da una idea de hasta qué puntoeste sector está cobrando una importan-cia creciente como vínculo final con elconsumidor, de algún modo entrando encompetencia con otro sector como es eldetallista con el que en principio no teníaporqué entrar en conflicto. Esta tendenciano parece que se vaya a invertir sino queva a continuar, en la medida en que loscambios sociales conllevan una demandacada vez mayor de productos listos parael consumo o que requieran un procesomínimo de preparación.

Una de las últimas inauguraciones denuevas instalaciones dentro de las MER-CAS es una central de acopio de unacadena hotelera, en donde ésta reúne fru-tas, hortalizas y demás productos perece-deros y fracciona para realizar los envíoscorrespondientes a sus distintos estable-cimientos. En este sentido, la actividad dehostelería y restauración se solapa con lade la centralización de las compras, mástípica de la moderna distribución detallistay, al mismo tiempo, está actuando comomayorista de la MERCA. ●

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