Areíto 16 de abril, 2016

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Areíto Zona de la Cultura y de las ideas www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Aimée Piccirillo SÁBADO 16.04.2016 CARLOS ANDUJAR Identificando la esencia y los matices de nuestros sabores Página 2 ¿Quién atentó contra el senador Pablo Rafael Casimiro Castro? Balaguer estaba muy interesado en conocer la evolución de Pablo Rafael Casimiro Castro, gravemente ingresado en el hospital “Gorgas”, de Panamá, después de haber sido víctima de un atentado en Santo Domingo. Pá g i n a 6 Cinco esquinas nueva novela de Vargas Llosa “Cinco esquinas”, publicada hace unos días por Alfaguara, la más reciente novela de Vargas Llosa, es una entretenida narración sobre la sociedad limeña a finales del decenio fujimorista (1990-2000)... Pá g i n a 3 Mercedes Mota Mujeres dominicanas atormentadas Los historiadores literarios dominicanos tienen por delante la tarea de establecer los datos biográficos exactos de Mercedes Mota y enfrentarse con varios enigmas, incluyendo la identidad de su padre. Pá g i n a 7 Ettore Scola Extraña militancia o la visión popular de la cultura vía el cine Página 8

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A re í t o Zona de laCultura y de

las ideas

w w w. h oy.co m .d oEditor: BavegadoDiseño: Aimée PiccirilloS Á BA D O 1 6.04 .2 016

CARLOS ANDUJAR

Identificando la esencia y los maticesde nuestros sabores Página 2

¿Quién atentó contra elsenador Pablo RafaelCasimiro Castro?Balaguer estaba muyinteresado en conocerla evolución de PabloRafael Casimiro Castro,gravemente ingresadoen el hospital “G o rg a s”,de Panamá, despuésde haber sido víctimade un atentado enSanto Domingo. Pá g i n a 6

Cinco esquinas nuevanovela de Vargas Llosa“Cinco esquinas”,publicada hace unosdías por Alfaguara, lamás reciente novela deVargas Llosa, es unaentretenida narraciónsobre la sociedadlimeña a finales deldecenio fujimorista( 199 0 -2 0 0 0 ) . . . Pá g i n a 3

Mercedes MotaMujeres dominicanasa to r m e n ta da sLos historiadoresliterarios dominicanostienen por delante latarea de establecer losdatos biográficosexactos de MercedesMota y enfrentarse convarios enigmas,incluyendo la identidadde su padre. Pá g i n a 7

Ettore ScolaExtraña militancia o la visión popularde la cultura vía el cine Página 8

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2 Sábado 16 de a b ri lde 2 016H OY A RE Í TO

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André Maurois (Novelista y ensayista francés)El hombre digno de ser llamado tal ama su trabajo sobretodas las cosas, incluso más que a la mujer que ama.Esta es una de las cosas de los hombres que las mujeresno comprenden

Identificando la esencia y losmatices de nuestros saboresCarlos Andújar

L a cocina es una construcción hu-mana, posiblemente relacionada alos grupos que se acercaron al do-minio del fuego hace más de

250,000 años. El fuego, tecnología másrelacionada a la metalurgia y la alfarería,también fue determinante en la transfor-mación de las formas de alimentaciónhumana. La cocina, como expresiónmuy importante de los hechos cultura-les, ha de ser valorada y estudiada. Poreso todo lo que tienda a retomar el temacon interés de importantizar su valor pa-trimonial, siempre será relevante.

Es así como a través de la historia unabuena comida cierra un contrato, sella unmatrimonio, formaliza un tratado de paz,venera deidades, culmina bacanales fes-tivos, reverencia a los difuntos, complacegustos exigentes de forasteros, como partede una celebración familiar, un triunfo,aunque su primera función es fisiológica, ocomo dice la psicología, complace un im-pulso biológico: el hambre. Por todo ello, elForo que sirviera de anfitrión a que des-tacados intelectuales, investigadores,chefs, expertos en gastronomía y catadoresfinos del gusto se reunieran para debatiracerca de la gastronomía dominicana, conuna minuciosa y exhaustiva selección debloques temáticos, es meritorio.

La cocina, hoy valorada por la UNESCOcomo uno de los componentes básicos delpatrimonio inmaterial de los pueblos,mueve a gobiernos, instituciones especia-lizadas, chefs, investigadores y especialis-tas a descubrir su significación para lospueblos que han construido paladares,platos y combinaciones particularmentepropios, formando parte de sus placeresgustativos y agregándole valor identitario.

El Primer Foro Gastronómico Domini-cano 2015 logró articular todos estos in-tereses en la escogencia de los temas pormesas de debates y la puntualidad de lasponencias que hicieron posible este libro:Identificando la esencia y los matices denuestros sabores, que hoy podemos dis-frutar de su lectura.

Estos encuentros contribuyen a valorarla calidad de nuestra cocina, su diversidad,la procedencia de muchos de sus platosactuales, pues la cocina es un capítulo de lahistoria de los pueblos, y muchas veces nospermite ver la relación de esta cocina conla diversidad cultural, como nos hace ver elensayo de José Oviedo: Influencia de la co-cina inmigrante dominicana. Abordajesque intelectuales dieron a las formas dealimentación dominicana, para justificardeterminadas teorías sobre el ser nacional,aparecen en el escrito de José Ramón Ló-pez: La alimentación y la raza de fines delsiglo XIX, y que el ensayo de Gabriel Atiles:La gastronomía en la literatura de la ciudadde Santo Domingo 1875-1916, nos permiteun acercamiento.

Hugo Tolentino Dipp escribe acercadel itinerario histórico de la cocina do-minicana; es esa dimensión, esa otra lec-tura que permite recuperar la cocina co-mo documento histórico, haciendo unamirada acuciosamente investigativa pa-ra relacionarla con hechos y circunstan-cias de la historia que nos permiten vermás allá de su simple degustación. Es en-contrar a través de ella una explicaciónde cómo llegaron y se mezclaron gruposy procesos sociales presentes en la vidadominicana. Historia y paladar es partede esta ponencia.

La africanía, con letanía y dificultadaceptada en la configuración de nuestraidentidad, encuentra un mensajero expe-dito para su configuración, Dagoberto Te-jeda, quien en sus andanzas por la terri-torialidad dominicana, no solo destaca desu presencia en el mundo culinario domi-nicano, sino que termina comprobando sualto componente popular. El mofongo, el

plátano, el ñame es parte integrante de ladieta nacional con procedencia claramen-te africana. En su arquetipo estructural,también se comenta en este ensayo la di-mensión ritual de la comida dominicanapresente en la despedida de muertos, ce-lebraciones de santos, festividades religio-sas y en las peregrinaciones.

El escrito riguroso y detallado del des-tacado intelectual Marcio Veloz Maggiolosobre la comida precolombina y su pro-yección actual, es un exquisito esfuerzopor destacar que la distancia histórica, co-mo tampoco la desaparición temprana deestos grupos aborígenes, fue factor paraque su culinaria no sea hoy parte de nues-tra mesa: el casabe, la yuca, el pan de yuca,y otros componentes frutales, claves en ladieta cotidiana del dominicano, le son fa-miliares al pueblo y viene de estos gruposque en una secuencia de asimilación yadaptabilidad, algunas de sus comidasfueron apropiadas por españoles y africa-nos, y ahí están hoy, en la dieta nuestra.

Es obvio que la presencia hispánica enla comida dominicana es muy gravitantecomo destaca el ensayo de José Guerrero,esta presencia se hace más evidente en elhecho de que una parte importante de lascarnes nuestras vinieron de Europa, todolo cual explica cómo y por qué se criolli-zaron algunos platos.

La comida caribeña no quedó fuera delos temas del Foro y Bernardo Vega se ocu-pó en destacar sus esencias, paladares, in-fluencias, semejanzas y diferencias. Estacomida caribeña tiene la impronta de lasmetrópolis dominantes en cada caso, loque explica la gama gustosamente delei-tada de los postres del Caribe que estuvobajo dominio inglés, las salsas de la comidacaribeña que recibe préstamos de Francia,y en muchas de estas comidas, se hace evi-dente la presencia de otras poblacionesasiáticas que impactaron mucho los platosmás populares que hoy se comen en ellas,como el pollo guisado con curry de Tri-nidad y Tobago o la presencia de elemen-tos arabescos en sus platos. El picante escontradictoriamente un componente en elCaribe de las islas menores, posiblemente

como legado aborigen.De todas maneras, lo que no se cues-

tiona es la manera de preparación de es-tas herencias que, al criollizarse muchasde ellas, perdieron su autoría originaria ylos pueblos del Caribe, y el nuestro enparticular, le impregnaron un sazón pro-pio, dándole rasgo identitario al procesode preparación de los platos, aunque al-gunos componentes esenciales suponenprocedencia indefectible de uno denuestros ancestros.

Los temas y mesas de trabajo de la ter-cera parte del Foro fueron los retos del por-venir de la gastronomía dominicana, sunecesaria innovación y competitividad. Lacocina de un país no se transforma en gas-tronómica por decreto o por aspiración degrupos de ciudadanos y de expertos queasí lo deseen; la gastronomía dominicanaha de trascender la territorialidad nacionaly hacerse demandante por el otro, que laintegra, la reconoce y la valora como bue-na, de calidad, bien elaborada, con tradi-ción, diversidad y representación de unpaladar identitario de una región del mun-do, debemos valorar en estos diálogos, pe-ro la innovación simplemente por adap-tarnos al mercado, a la industria turísticadel país, podría despersonalizarla. La co-mida es un capital agregado en la ofertacultural que hacemos al turismo interna-cional y nacional.

Cuidar su calidad, su presentación, pre-servar sus rasgos propios y particulares yvalorarla como patrimonio de la culturadominicana, es una rigurosa necesidad, yes evidente que este Foro, la calidad de susponencias, la diversidad de sus temas y laestructuración de sus ejes temáticos, pre-sentes en esta publicación ya mencionada,procuraron este detalle, logrando un libroque al mismo tiempo que destaca la his-toria y trayectoria de nuestra culinaria, in-tegra los grupos constitutivos de sus sa-bores, la especificidad de su paladar, su ri-tualidad sociocultural, sus retos, desafíos y,sobre todo, la importancia de la gastrono-mía dominicana como un patrimonio cul-tural a conocer para valorar, a valorar paraproteger, y a proteger para salvaguardar.

Portada oficial Memorias Foro Gastronómico.

FUENTE EXTERNA

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A RE Í TO 3Sábado 16 de a b ri lde 2 016 H OY

Cinco esquinasnueva novela de Vargas Llosa

S er el más famoso escritor en lenguaespañola que vive y colea, ganador detodos los más relevantes premios li-terarios, eleva a una altura casi impo-

sible el baremo para medir la calidad de cadaobra nueva. ¿Qué otra cosa sino más genia-lidad puede esperarse del marqués de VargasLlosa, otrora don Mario o “Va rg u i t a s” de Are-quipa, que lleva embuchados el Nobel (2010),el Cervantes (1994), el Príncipe de Asturias(1986) y otros contundentes galardones?

“Cinco esquinas”, publicada hace unosdías por Alfaguara, la más reciente novela deVargas Llosa, es una entretenida narraciónsobre la sociedad limeña a finales del de-cenio fujimorista (1990-2000), imbricada deerotismo, intriga política y denuncias delamarillismo periodístico y su abuso por go-bernantes corruptos. Escrita por cualquierotro, pudiera decirse que roza la excelencia;de la pluma de Vargas Llosa, luce hecha sinmucho esfuerzo, como para complacer unmercado ávido de inéditas obras. Es como siun gran chef hubiese creado un nuevo platocon viejos ingredientes, sabroso y bien pre-sentado, pero que no añade nada a su pres-tigio, aparte de confirmar la vitalidad de esteoctogenar io.

Cada uno de los planos de “Cinco esqui-n a s” ha sido trabajado antes con mayor fuer-za expresiva y verosimilitud por el propioVargas Llosa en obras anteriores. Lo cual noquita un ápice de eficacia a la nueva novela,que puede leerse de un tirón, tan buena co-mo los thrillers de Agatha Christie o TomClancy, una fórmula manida pero con se-guidores entusiastas.

El argumento es relativamente sencillo.La represión y el toque de queda impuestospor el presidente Fujimori durante la segun-da mitad de los ‘90s en Perú obliga a distintosestamentos de la sociedad limeña a variarsus hábitos. Entre la élite, el sexo incrementasu utilidad como válvula de escape ante laspresiones, al punto de que surge una ines-perada relación lésbica entre dos amigas cu-yos maridos son también protagonistas, unocomo víctima de un chantaje a través de laprensa escandalosa y otro como su abogadoy amigo de infancia. El ejercicio periodísticoy su debilidad ante el poder, representadopor “el doctor” (Vladimiro Montesinos cas-tigado en la novela como innombrable), sondenunciados como si el caso peruano fueseúnico, peor que otros o una primicia. Lossórdidos personajes del mundillo mediáticoy de la alta sociedad limeña quedan invo-lucrados en una trama en cuyo fondo estádifuminado el terrorismo del MRTA, Sende-ro Luminoso y del propio Estado.

La novela alcanza un altísimo punto deexcelencia en un capítulo esdrújulo, o an-tepenúltimo, en que diálogos discontinuostemporal y espacialmente llegan al lector enuna alucinante corriente de voces simultá-neas como algún coro griego con actoresembriagados, pero inmediatamente cae deese cénit a un penoso nadir catedrático so-bre ética periodística: como si la brillantezde unas cuantas páginas memorables hu-biesen dejado al autor exhausto o sin idea decómo descender de esa cumbre en busca deuna solución conclusiva.

Vargas Llosa ha preferido ol-vidar que la esencia original dela prensa, tanto en los EstadosUnidos como en Francia, fue suuso o abuso por facciones po-líticas para desacreditar adver-sarios. Fujimori y Montesinosno inventaron nada, ni siquierarefinaron los métodos delchantaje mediático. Lo que síhicieron ambos, actualmentepurgando condenas penales enPerú, fue vencer al propio Var-gas Llosa en las elecciones de1990, para inmediatamente después robarlesus ideas sobre cómo revertir el desastre eco-nómico y político heredado del populistaAlan García. Las medidas de Fujimori de-tuvieron la hiperinflación, estabilizaron laeconomía, vencieron al terrorismo y legranjearon una popularidad enorme. Perotambién se convirtió en un dictador me-diante un auto-golpe que disolvió al Con-greso y propició horrores políticos. Aúnasí, con apoyo de dos terceras partes delelectorado, en 1995 obtuvo un segundo

período tras vencer ampliamente al can-didato opositor, el exsecretario general dela ONU Javier Pérez de Cuéllar.

A diferencia de su novela brasileña o “LaFiesta del Chivo”, que obligaron a Vargas Llo-

sa a documentarse sobresociedades distintas a lapropia, “Cinco esquinas”luce escrita sin otro fun-damento más que la me-moria del autor, cuya pro-pia experiencia política lebasta. Pese a sus recientespronunciamientos encontra de la vacuidad me-diática en la civilizacióndel espectáculo a que de-dicara un reciente ensayo,curiosamente esta nuevanovela luce escrita preci-

samente para consumo de lectores “l i g h t”,los mismos cuyas preferencias literarias ani-man revistas como “Ho l a”, “Va n i d a d e s” o“Pe o p l e”. Ello así porque pese al tremendopotencial del tema, la época y los detallesque seguramente conoce Vargas Llosa, “Cin -co esquinas” queda como un texto super-ficial, sin profundizar ninguna de sus ver-tientes, ni siquiera la erótica.

Igualmente, hay un interesante muestra-rio de peruanismos que Vargas Llosa empleamagistralmente. Voces como “h u a c h a f i t o s”

(p. 24), “ro c o t o s” (p. 16), “p o t o” (p. 51), “mer -m e l e ro” (p. 79), “c a l a t a s” (p. 80) o “p i c h u l o”(p. 87) y muchas otras, aderezan la novelaigual a como un chef peruano condimen-taría un arroz verde o un tiradito de corvina.Hay pocos abusos como un reiterativo em-pleo de “a l t o s” para significar pilas o amon-tonamiento de libros o papeles; o conjugar elverbo “p e s t a ñ e a r” sin su “e”, diciendo “pes -tañó” como también hacemos malamentelos dominicanos. Algunos diálogos lucenacartonados, como cuando el abogado Lu-ciano dice a su amigo que es un “c a c a s e n o”(p. 47), forma muy literaria de calificar a unhombre despreciable porque así era el nom-bre propio de un personaje del autor italianodel siglo XVI Julio César Croce, y término conque Jaime Gil de Biedma se increpó a sí mis-mo en su famoso poema contra su propioser. Pero, ¿quién diablos habla así?

Estas minucias en nada mellan la notablecalidad de “Cinco esquinas”, una gran noveladestinada a sufrir en su fama porque su autorya antes ha hecho mejor todo lo que buena-mente ha logrado con esta reciente obra. Nadiese lamentará del tiempo invertido en divertirsecon “Cinco esquinas”y antes al contrario podráreconfirmar cuán enorme es el talento literariode Mario Vargas Llosa, quien logra la monu-mental gracia de hacer creer al lector que haescrito con un mínimo esfuerzo, como PedroMartínez “p i t c h a n d o” en una liga doble AA,cuando cualquiera que sea lector agradecidosabe que parir sin dolor es un mito.

Los odiadores de don Mario serán quie-nes más sufrirán con “Cinco esquinas”. El“f u j i m o ra t o” protagoniza solo como telón defondo, Montesinos queda relegado a un te-nebroso anonimato; si hay algún ajuste decuentas quizás solo lo entiendan los perua-nos. En fin, si no en Flandes sus picas caeránen la casa en Puerta de Hierro de la Sra.Preysler, a quien quizás los lectores del mar-qués de Vargas Llosa debamos agradecer latraviesa vitalidad del mayor autor vivo denuestra lengua española.

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Portada de "Cinco esquinas".

Mario Vargas Llosa y José Báez Guerrero, trasparticipar en un coloquio en la Fundación GlobalDemocracia y Desarrollo (FUNGLODE), en SantoDomingo en el año 2012.

FUENTE EXTERNAX

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4 Sábado 16 de a b ri lde 2 016H OY A RE Í TO

La mujer que camina', de Basilio Sánchez."La mujer que camina delante de su sombra.Aquella a quien precede la luz como las avesa las celebraciones del solsticio.La que nada ha guardado para sísalvo su juventudy la piedra engarzada de las lágrimas.Aquella que ha extendido su pelo sobre el árbolque florece en otoño, la que es dócila las insinuaciones de sus hojas.La mujer cuyas manos son las manos de

un niño.La que es visible ahora en el silencio,la que ofrece sus ojosal animal oscuro que mira mansamente.La que ha estado conmigo en el principio,la mujer que ha trazadola forma de las cosas con el agua que oculta

Cuando viví en París en los años80 para estudiar historia, se ini-ciaba el movimiento feminista.Y esta provinciana santiagueratuvo que aprender mucho,romper grandes y profundos

paradigmas, para no decir prejuicios. Al lle-gar al país, me encontré conel discurso novedoso y atre-vido para la época de MagalyPineda. Sus ideas me pare-cían muy extremas. No mesentía, lo confieso, prepara-da para asumir su discursocomo mío.

En los años 90, cuando di-rigía el Proyecto para el Apo-yo a las Iniciativas Democrá-ticas (PID-PUCMM-USAID),Magaly fue a verme para vis-lumbrar la posibilidad depresentar un proyecto en elque se buscaba incentivar laparticipación política de lamujer. Fue aprobado no solouna vez, sino que obtuvo dos nuevos finan-ciamientos por su excelente ejecutoria.

Ahí aprendí una nueva estrategia: la pro-moción de las alianzas entre las mujeres, sinimportar sus ideologías, conel simple objetivo de con-quistar espacios políticos enel cerrado mundo masculinode la política. En esa vorági-ne accedí a defender las cuo-tas de las mujeres en lospuestos electivos a nivel con-gresional como municipal.Defendí la creación de la Se-cretaría, hoy Ministerio, de laMujer. Defendí la ley auspi-ciada por todas las mujeresacerca de la violencia intra-f a m i l i a r.

Hoy, más de dos décadasdespués de esta interesantísima experiencia,quiero hacer algunas reflexiones. Despuésde vivir la decepción de algunas mujeres quehan asumido la primera magistratura mepregunto muchas cosas.

Recuerdo los escándalos de Mireya Mos-coso la expresidenta de Panamá. No puedoolvidar las acusaciones de corrupción, trá-fico y conducta impropia de la gobernadorade la isla de Puerto Rico Sila Calderón, quienhoy vive alejada de la política. El nombre deDilma Rousseff me golpea, la mujer que nosalentó la esperanza, espera inquieta sumuerte política (aunque conociendo Amé-rica Latina, lo más probable es que sea tem-poral). Por su lado, como ya hemos dicho,Michelle Bachelet, después de un Gobiernoque la colocó en la estratósfera del escenariopolítico mundial durante su primer período,ha sido cuestionada por nepotismo.

En este período electoral las mujereshan sido colocadas en la palestra. Tenemosuna mujer candidata a la Presidencia, Mi-nou Tavares Mirabal, con ínfimas oportu-nidades. Margarita Cedeño repite en lacandidatura vicepresidencial del PLD. Ma-ry Cantisano es la acompañante de la bo-leta de Guillermo Moreno. Carolina Mejíaacompaña a Luis Abinader. Y hasta Pele-grín Castillo tiene una mujer como com-pañera, Daysi Sepúlveda.

Desde hace un tiempo se ha estado dis-cutiendo que las mujeres han disminuido enla representación congresional; a pesar delsistema de cuotas, como ya se ha dicho en

otros artículos. A nivel de la representaciónmunicipal la situación es un poco diferente,pero no es una presencia significativa.

Quedemos claros. Soy defensora de losderechos de la mujer y de la participaciónpolítica y social. Sin embargo cuestiono hoymi posición anterior de que las mujeres decualquier litoral político debían aliarse paraganar terreno. No puedo hoy defender esaposición. ¿Por qué debo apoyar a una mujercorrupta solo porque es una forma de ganarmayor cuota política? ¿Debo apoyar a mu-jeres que claramente utilizan sus espaciospara cometer los mismos errores que loshombres políticos que abusan del poder?¿Debo apoyar a la mujer que defiende pro-yectos de leyes que laceran la vida nacional,solo por el hecho de ser mujer?

En las boletas de este año aparecerán mu-jeres en todas las boletas. ¿Votar por quién? Sitodas son mujeres. ¿O primará en esta oca-sión el discurso, la defensa de proyectos es-pecíficos, su capacidad expositiva, sus ideasen torno a la realidad dominicana?

No voy a creer lo que voy a escribir. Nopuedo ya, no puedo, definitivamente nopuedo, defender un proyecto por el simple

hecho de que una mujer loenarbola. Quiero seguir de-fendiendo la voz femenina,pero estoy cansada.

Voy a defender ideas, pro-yectos, programas, pro-puestas sin importar el gé-nero de quién haga las pro-puestas. Voy a seguir defen-diendo las minorías, los quesocialmente están excluidospor su condición de raza,color de su piel o condiciónsocial. Voy a seguir soñandocon un país nuevo, diferen-te, justo… Voy a seguir im-pulsando la voz de las mu-jeres. Quiero seguir siendo

peligrosa, una mujer, una persona que pien-sa, escribe y expresa sus ideas. Pero no quie-ro ya defender fórmulas manidas, precon-cebidas o de moda. No quiero. Me cansé. No

quiero defender a mujeresque se han sumado al trende la política acríticamente,y asumen los roles impues-tos, solo por el interés per-sonal.

Solo defenderé estaré allado de las mujeres peligro-sas. Al lado de las que pien-san con cabeza propia. Aaquellas que se niegan a se-guir los pasos trillados queimponen los hombres conpoder. Honraré a las mujeresque se sacrificaron por susi d e a l e s.

Finalizo estas palabras con el fragmentode un poeta de mi querida amiga CarmenDu r á n

SocialMUJER NO SOY POETA (fragmento)Mujer no soy poeta para exaltar tu gloria,

soy sencillamenteuna mujer historia, soy ese grito redimido

que redime, soy tu voz, tu aliento, tu espe-ranza, soy el grito de todas las edades, soy tú,eres yo, seremos todas en las inmensas lati-tudes del planeta.

Somos abril y mayo, febrero y junio, no-viembre y marzo, somos todos los días con susnoches y sus cantos, somos todos los años porvenir y por quedarse.

Abril en la peremnidad del tiempo, tiempode mies y de cosechas.

A tí mujer que casi adolescente le pusiste tunombre a la Patria en combate.

A ti mujer de abril florecido por siempre….Para ti obrera de la vida en el barrio, o en el

campo, en el exilio obligado hacia lejanastierras, con tu voz, con tu aliento, con tu fuer-za creadora, se construye la historia…

Historia milenaria sin límite de tiempo.Acoge con mi canto los laureles y junto a

tantas otras cultiva la esperanza.Es mi canto a tu ejemplo de combatiente

que edificas la vida sin violencias ni odios,donde la igualdad sea el norte señalado y laequidad el logro de todo la soñado.

Constructora de ejemplos, de dignidadsentida, cuando fuiste clarín de concienciasdor midas….

Mujer y políticaReflexiones sueltasEn honor a Magaly Pineda

‘‘ Que demosclaros. Soy

defensora de losderechos de la mujer yde la participaciónpolítica y social. Sinembargo cuestiono hoymi posición anterior deque las mujeres decualquier litoral políticodebían aliarse paraganar terreno.

‘‘ Voy a defenderideas, proyectos,

programas, propuestassin importar el génerode quién haga laspropuestas. Voy a seguirdefendiendo lasminorías, los quesocialmente estánexcl u i d o s . . .

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w w w. i d g.o rg.d o

Pa re ntes co si n s o sp ech a do s

(1 de 2)

Edwin Espinal Hernández

A hora que se han revelado los vín-culos que existen entre figurascomo Barack Obama y Brad Pitto Angelina Jolie y Hillary Clinton

cabe reseñar algunos casos de parentes-cos insospechados en República Domi-nicana.

1.- Danilo Medina, Francisco AlbertoCaamaño y Máximo Gómez. El abuelodel presidente de la República era her-mano de la abuela del héroe de abril. Laquinta abuela común de ambos era so-brina del bisabuelo del generalísimo Má-ximo Gómez.

2.- Chilote Llenas, Juan Isidro JimenesGrullón e Hipólito Mejía. El exbeisbolista,el historiador y el expresidente de la Re-pública descienden de tres hermanos. Ma-ría de Jesús Domínguez Gómez de Llenases la ascendiente de Chilote, mientras queMaría de los Santos Domínguez Gómez deJimenes fue la abuela de Jimenes Grullón.José Salustiano Domínguez Gómez fue elbisabuelo del expresidente Mejía.

3.- Marino Vinicio Castillo, GustavoMontalvo y Porfirio Rubirosa. El presiden-te de la FNP, el ministro de la Presidencia yel playboy dominicano tienen como an-cestro común a Manuel María Castillo Al-varez, tío además de Matías Ramón Mella,Padre de la Patria.

4.- Maridalia Hernández y Julia Alvarez.La exmiembro de 4-40 y la autora de “Enel tiempo de las mariposas” se cuentanentre los descendientes de Lorenzo Jus-tiniano Perelló Andújar, banilejo avecin-dado en Santiago.

5.- Poppy Bermúdez y Gianni Vicini.Estos representantes de la oligarquía na-cional tienen como ancestro común al ve-nezolano Erasmo Bermúdez Jiménez, pa-dre de sus abuelos José Armando Bermú-dez Rochet y María Petronila BermúdezRochet de Cabral.

6.- Fabio Fiallo, Oscar de la Renta y JoséMaría Cabral. El poeta romántico, el re-conocido diseñador y el joven cineasta sevinculan a través de Juan Ramón Fiallo,padre del poeta y de la madre del másuniversal de los dominicanos y quintoabuelo del productor de “Jaque mate”.

7.- Tunti Cáceres y Guillo Pérez. El ben-jamín del complot que condujo al ajusti-ciamiento de Trujillo y el maestro de la pin-tura dominicana tienen como ascendientecomún al español Ildefonso Chicón Cortés.Este era el padre de Ana Matilde ChicónWagner de Díaz, bisabuela materna delprimero, y de Francisco Chicón Wagner,abuelo materno del segundo.

8.- Héctor García-Godoy y Harold Prie-go. El presidente provisional de la Repú-blica tras la revolución de 1965 y el creadorde Diógenes y Boquechivo tuvieron comoascendiente por línea materna a FedericoGarcía Godoy, reconocido novelista, críticoliterario, historiador y educador.

9.- Juan Antonio Alix y Alejandro Gru-llón. El poeta criollo y el reconocido ban-quero tienen a Juana de Rojas Valerio co-mo ascendiente común. Esta era madrede María Magdalena Rodríguez Rojas deAlix, madre del primero, y de TomasinaRodríguez Rojas de Julia, quinta abueladel segundo.

10.- Rafael Estrella Ureña y Benigno Fi-lomeno de Rojas. María Dolores Rojas Va-lerio de Solano fue quinta abuela del ex-presidente de la República mientras quesu hermano Carlos de Rojas Valerio fuepadre del prócer civil de la Restauración.

11.- Rafael Tomás Fernández Domín-guez y Poncio Pou Saleta. La abuela ma-terna del gestor del movimiento consti-tucionalista de 1965, Aurora Malagón Pé-rez de Fernández, era sobrina de la bisa-buela del expedicionario de 1959, Gumer-cinda Malagón Pérez.

12.- Sergio Carlo y Amelia Vega. El pre-sentador de televisión y la exreina de be-lleza remontan su parentesco a José Ca-yetano Pichardo Zereceda, personaje delsiglo XVIII.

Instituto Dominicano de Genealogía

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A RE Í TO 5Sábado 16 de a b ri lde 2 016 H OY

A rge l i aEl socialismo de un pueblo

H e aprendido tanto de este lado delMediterráneo. Mis primeros días enArgel fueron intensos. Estuve con lafamilia de Ramdane, propietario de

la brasserie de mi sector en París. Me lle-varon a esos barrios que resistieron aquellabrutal colonización francesa. Pero sobreto-do, pude descubrir el socialismo de un pue-blo. Esa solidaridad, entre ayuda y creaciónde modos de subsistencia sin los cuales estapoblación hubiera desaparecido desde hacet i e m p o”. Estas líneas las escribí hace preci-samente un año en aquel viaje a Argelia quetanto deseaba.

Argelia es una sociedad marcada por la co-lonización. No cualquiera. El dominio francéscuenta como uno de los episodios más crue-les de la humanidad. Ciento treinta y dos años(1830-1962) donde el derecho de los francesesde la metrópolis y sus descendientes nacidosen suelo colonial primó sobre el de los ar-gelinos. Fue un sistema destinado a reforzarlas desigualdades entre poblaciones europeasy el resto: “los musulmanes”. Bajo el mandatode la ley se expropiaron tierras, se estableció lasegregación, se discriminó el acceso a los em-pleos públicos en función del servilismo conla administración colonial, se instituyó plenomonopolio de la escolarización y de los re-presentantes en la Asamblea. Todo esto co-ronado con el Senatus Consulte, esa ley del 14de julio del 1865 que otorgó una nacionalidadfrancesa a los argelinos indígenas (nativos),pero les negaba la cualidad de ciudadanosque tenían los europeos. Cuesta pensarlo, pe-ro la puesta en marcha de este sistema se hizocon la idea de civilizar a esta población.

Esta historia tuvo también sus reveses.Ese de algunos Caïd (gobernadores comu-nales) que utilizaban sus poderes en bene-ficio de la población: ya sea haciendo casoomiso a la discriminación de Estado, cons-truyendo más escuelas y viviendas para losmás vulnerables o exigiendo sus derechoslaborales. Por su lado, las poblaciones de Ca-bilia, vasta zona montañosa del este arge-lino, encontraron en las migraciones tem-porales el último medio para sobrevivir. Enun país donde la agricultura condiciona laorganización comunitaria, valía la pena elsacrificio del exilio que desaparecer social-mente. Desde el 1909, jornaleros y obrerospartieron a la metrópolis buscando preser-var sus costumbres pueblerinas y enfrentaruna agricultura en desuso por la progresivallegada del capitalismo.

Estos modos de subsistencia compensa-ban significativamente la miseria social de lacolonización, pero no eran suficientes. Elpueblo argelino precisaba más condicionespara construir otro presente. En 1954 se de-sata la insurrección popular por la indepen-dencia. Francia no tardó en responder a laosadía de una población que cuestionaba suhegemonía. Con la guerra llegó la tortura.¡Cuánta bravía! Al realizar mi investigación yconsultar los archivos militares franceses,comprendí que no hay reparo a la humilla-ción. Los Argelinos estaban decididos a uncambio. Era imposible seguir soportando tan-ta injusticia en una misma nación. Franciaintentó reponer promoviendo nuevas políti-cas sociales y económicas para reequilibrarlas desigualdades. Ya era tarde. Argelia paralos argelinos fue el reclamo y la nueva ruta.

No había tiempo ni acción que perder. Pa-ra romper con este orden se resiste al ene-migo en su escenario, con sus propias armas.Todos aquellos dispositivos utilizados paramantener a la población ajena a su sociedad,fueron utilizados para reinvertir el sistema.La guerra desató un cambio radical de con-cientización política. Una verdadera revolu-ción que reveló un sufrimiento común queya no podía seguir siendo. No era una simpleexigencia de cambio. El punto era rechazar-se como dominados y asumirse al mando desu propio destino.

Con Argelia independiente en 1962, elFrente de Liberación Nacional asumió de in-mediato medidas que buscaron reequilibrardecenios de desigualdad. Se democratiza laescolarización, se redistribuyen las tierras y lasviviendas, se reabre el acceso a los puestospúblicos... El camino a la revolución socialasomaba paso firme. Todo esto sin contar quela independencia no necesariamente implicaemancipación, y que las ambiciones de cam-bio pueden frustrarse al no romper con losesquemas tradicionales. Poco a poco, el temorconstatado por Frantz Fanon de ver una élitereproducir el sistema colonial sin colonia sehacía realidad. El brillante fracaso de un gru-po concentrado más en aupar el poder que endistribuirlo dio paso a la emigración. Esa bús-queda de otra vida que la colonización sem-brara y que el capitalismo mantendría.

Los colonizados de ayer se vieron obliga-dos a buscárselas donde sus antiguos colo-nos. El cotidiano de estos migrantes arge-linos traerá ingratos recuerdos y momentos.Esta población confrontaría un Estado fran-cés que aún no digería que un pueblo ven-ciera su supremacía. Así pasó a arremetercontra este y sus descendientes en su terri-torio. La tierra de la Liberté, Égalité, Frater-nité vio únicamente en estos grupos unafuerza laboral. Por supuesto, todo esto conuna mezcla de condescendencia como soloFrancia sabe hacerlo: dando un poco de li-bertades culturales, pero negando rotunda-mente sus derechos políticos.

Del lado Argelino, la situación no es tam-poco gloriosa. Recorriendo las montañas deAghbala, me encontré una maleta frente auna casa deshabitada. Triste escenario de uncotidiano que marca la desesperación deaquel que no remedia otra cosa que partir.Allí yace la ausencia de estos migrantes. Allíse erige una sociedad marcada paradójica-mente por la deserción de una población sinla cual no se podría seguir subsistiendo.

La exasperación no es para menos. Nohay situación más insoportable para un pue-blo que encontrarse entre fuegos cruzadosde dos Estados. Esos que te valoran en fun-ción de tu costo o beneficio, que no te quie-ren pero te necesitan, que te utilizan y luegote olvidan. Contra tanto viento y marea, nohay remedios: estos migrantes han tenidoque contar con el sentimiento de comuni-

dad. Esa consciencia colectiva de sentirseestar en el mismo desastre y que tanto nues-tras poblaciones caribeñas han experimen-tado alrededor del mundo. La misma quedesata ese socialismo de un pueblo que creadonde se piensa que “no hay” y que bregaotros presentes a como dé lugar: estable-ciendo redes para la búsqueda de trabajos yde viviendas, construyendo organizacionesde apoyo escolar o familiar, así como im-plantando estructuras para consolidar y rei-vindicar los derechos políticos que les co-rresponden cada día.

No hay dudas que esta población ha pa-gado muy alto el sacrificio de su libertad paraque Francia siga saqueándola y humillán-dola, como para que unos tecnócratas en Ar-gelia pasen sus vidas a conmemorar en lugarde hacer la revolución. Esa que hace cada díael pueblo argelino para sobrevivir y creer enotras formas de hacer política.

Urge pasar de etapa. La búsqueda de su-pervivencia tiene que dejar de ser una nor-ma y las exigencias convertirse en accionesde cambio. Solo una conciencia colectiva lle-vará a tomar el mando de nuestro destino.Nadie es ajeno al poder político. Ese que nosdisciplina para que participemos en su jue-go. Y mientras menos nos cuestionemos, ca-da vez más nuestra adhesión será espontá-nea y más se consolidará la desigualdad.

De ahí que el cambio proviene de trascen-der ese cotidiano que nos toca vivir, recha-zando las realidades que nos son inacepta-bles, rompiendo esos gestos, silencios y com-plicidades que más allá de preservar nuestrosconforts sirven para perpetuar que cadaquien siga en su puesto (en las buenas y sobretodo en las malas)… Ese poder político nospertenece y debe precisamente responder alas voluntades y cambios del pueblo. Com-batir la realidad que nos deshumaniza es de-fender la sociedad. Ahí reside la verdaderaemancipación y razón de ser de nuestra vidaen comunidad. En esa revolución social y co-tidiana que encamina hacia una sociedadmás justa. Romper todas las formas de ser-vilismo y hacer la revolución, no es roman-ticismo. Mucho menos utopía. Es simple-mente un combate por la humanidad.

*El autor es doctor en Sociología, egresadode la Escuela Normal Superior – Pa r í s .

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El autor estuvo en Argeliaimpartiendo conferencias en laUniversidad de Béjaïa yrealizando investigaciones sobrecolonización e inmigración. Estasson sus reflexiones

Un solo héroe. El pueblo. Argelia 1962.

MARC RIBOUD

GISELLE AVILÉS-MALDONADOEl autor (ala derecha)en Aghbala,Ca b i l i a2 015.

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6 Sábado 16 de a b ri lde 2 016H OY A RE Í TO

¿Quién atentó contra el senador

Pablo RafaelCasimiro Castro?B alaguer estaba muy interesado en

conocer la evolución de Pablo RafaelCasimiro Castro, gravemente ingre-sado en el hospital “G orgas”, de Pa-

namá, después de haber sido víctima de unatentado en Santo Domingo. Así lo consignóFernando Amiama Tio, secretario de Rela-ciones Exteriores, en una nota al margen delInforme de Leopoldo Pérez Sánchez, emba-jador en aquella nación, que remitió al can-ciller el reporte del “doctor Hidalgo”, quienatendía al entonces senador por Pedernalesy a su chofer Manuel Matos Ferreras que loacompañaba cuando ocurrió el hecho el 4de mayo de 1967.

Sin embargo, pese a la supuesta preocu-pación del mandatario y a pesar de otrosmemorándums respecto a la salud del po-lítico, no se encontró resultado de alguna in-vestigación en torno al caso.

Lo que aparece es un Informe Confiden-cial del 27 de abril, firmado por LeandroLépido Lozada Grullón, subsecretario deInterior y Policía, dirigido a Balaguer, en elque dice anexarle dos telegramas, uno delinspector de Educación y otro de la gober-nadora civil de Pedernales sobre unas de-claraciones del senador previas al suceso.Los adjuntos no se encuentran en la mi-s i va .

El texto expresa que está “referido para suelevado conocimiento y fines que estime delugar, en relación con el incidente ocurridoen el ayuntamiento de Pedernales, con mo-tivo de los pronunciamientos del senadorPablo Rafael Casimiro Castro, a que se con-traen los telegramas anexos”.

A Juan Esteban Pérez Guillén lo que le in-quietaba, en cambio, era que no se izara labandera en el ayuntamiento del municipiodesde que este resultó herido.

A Pérez y Pérez lo que le llamaba la aten-ción era que jóvenes de ese lugar viajaran a laCapital con el fin de saber el estado del fun-cionario y así se lo transmitió a Balaguer.

Lo único claro en toda la información re-lacionada con Castro es el extenso boletíndel médico panameño.

“El estado de los pacientes es de cui-dado. Todavía están en la lista de enfermosgraves. A pesar de que hablan con norma-lidad cuando se les conversa, a veces dicencosas sin sentido, principalmente el sena-dor Casimiro Castro, que es el más grave delos dos”.

Agrega que salvo que ocurriera algunareacción negativa imprevista, como porejemplo falla en el corazón, “su curación esprobable. Sin embargo, el senador es casi se-guro que pierda uno de sus brazos porquelas quemaduras han sido tan profundas quees difícil que pueda recuperarse. Algo pare-cido sucede al señor Mota (sic), que tieneuna de sus piernas tan quemada que es po-sible que haya que cortársela”.

“Habrá necesidad de injertarles muchostejidos, lo que también les causará muchossufrimientos debiendo ser trasladados conmucho cuidado porque puede afectarle elhígado la inyección de morfina necesariapara mantenerlos anestesiados mientras seles atiende”.

Al vehículo de Casimiro le lanzaron unabomba de fósforo blanco cuando junto a suchofer transitaba por la calle Padre Billini.Posteriormente fue operado en Cuba.

Culpan a la derecha.Aunque el teniente coronel Usino Osval-

do Guzmán Liriano, oficial de inteligencia,atribuía los actos terroristas al PRD, el PCD,el MPD y el 1J4 “para mantener el Gobiernoen zozobra con la finalidad de derrocarlo”,otros altos militares aseguraban al Presiden-te que tras estos estaba la derecha.

En la casa de Luis Manuel Cepeda, directorde Telecomunicaciones, desconocidos hicie-ron estallar una granada de fragmentaciónque lo hirió gravemente junto a Ramón Ro-dríguez y Félix Ramos. Por otro lado, el jefe deEstado Mayor de la Marina de Guerra, como-doro Ramón Emilio Jiménez hijo, envió unmemorándum a Pérez y Pérez comunicán-dole el fallecimiento de Miguel A. Fontana, enel batey Higüeral, del Central Romana, “por

efecto de una explosión” presumiendo que élmismo se había causado la muerte pues “fa -bricaba bombas clandestinas”.

A Enrique Antonio Rodríguez lo atrapa-ron en San Cristóbal por haberlo sorpren-dido colocando una bomba molotov en elliceo “Francisco J. Peynado”, y en la residen-cia de Rafael Valentín Peña, en la calle PadreBillini, estalló otra.

Aliro Paulino, director de Bellas Artes, noresultó lesionado cuando el 21 de abril dis-pararon a su vehículo mientras visitaba elCentro Libanés, frente al parque Indepen-dencia.

En estos expedientes merecieron conti-nuos intercambios de correspondencia entreBalaguer y sus jefes militares, además, el aten-tado a Stewart Sterns, profesor del colegio Ca-rol Morgan; una granada lanzada a RafaelEmilio Arias Mota, juez de La Romana; los dis-paros al capitán Antonio María de Lima Me-riño, todos estando en sus viviendas.

Los más extensos fueron los que inves-tigaban quién autorizó a que fueran fotogra-fiados en La Victoria “los reclusos AugustoCésar Aristy Melo, Jesús María Aristy Melo yPablo de Jesús Arias”, los dos primeros “acu -sados de haberles lanzado una granada” aStearns. Estos fueron entrevistados por re-porteros de Radio Comercial y El Nacional.

Otro es el que informa que Carlos JáquezOlivero, comandante del Quinto Batallón delEjército Nacional con asiento en Santiago,comunicó que una patrulla mixta compues-ta por miembros del ejército, la Fuerza Aéreay la Policía, encabezada por los coronelesLuis Ney Tejeda Álvarez, Bolívar Soto Montásy él, encontraron en la finca de la SucesiónHermanos Castillo, representada por CarlosCastillo, “quien se encuentra prófugo”, fusi-les, carabinas, granadas de mano, cargado-res para carabinas, cápsulas, espoletas, ce-rrojos, folletos y literatura comunistas.

Víctor Hidalgo Justo, secretario de Edu-cación, envió otro a Balaguer proponiendosoluciones a las movilizaciones en los liceossecundarios “a no ser que se decretara el cie-rre de estos planteles docentes”. Los demásson informes militares que coinciden al afir-mar que la derecha era la causante del terrori m p e ra n t e.

El ocho de mayo, Jorge Valderas (sic), jefedel Servicio Secreto escribió que “en opiniónde la facción Fragua, la Unión Cívica Nacio-nal está llevando a cabo el 98 por ciento delos atentados terrorísticos con el fin de crearun clima sumamente grave al Gobierno yobligar a que se produzca un Golpe de Es-tado asumiendo luego el poder una Juntamilitar la que sería absorbida por la UCN queen días recientes comenzó a atacar públi-camente y luego silenció para operar susplanes en secreto”.

Y el otro se lo envió el jefe de la PolicíaNacional, Ramón a Soto Echavarría el día 12para decirle que “elementos de la extremaderecha preparan secuestros contra ele-mentos de la extrema izquierda para crearleproblemas a su gobierno y lograr apoyo deambos bandos ideológicos”.

“El plan está en vigor y se proponen po-nerlo en práctica muy pronto”, dice. Y añade:“El preludio de esto es una reorganización a es-cala nacional que está llevando a cabo la UniónCívica Nacional, agrupación esta que sustentatesis irreconciliable con el actual Gobierno”.

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Aliro Paulino. Resultó ileso.

Rafael Emilio Arias Mota. Le lanzaron una granada.

Víctor Hidalgo Justo. Escribió a Balaguer sobrelice os.

Carlos Jáquez Olivero. Presente en allanamiento.Leopoldo Pérez Sánchez. Informó sobre salud deCa s i m i ro.

Pablo Rafael Casimiro Castro. Seguían su evoluciónen Panamá.

FUENTE EXTERNA

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A RE Í TO 7Sábado 16 de a b ri lde 2 016 H OY

Mujeres dominicanasa to r m e nta d a sL os historiadores literarios dominica-

nos tienen por delante la tarea de es-tablecer los datos biográficos exactosde Mercedes Mota y enfrentarse con

los siguientes enigmas: su fecha de naci-miento, la identidad de su padre, por quéllevan ella y Antera el apellido Mota, en vezde De la Mota, por qué se fue en 1919 a Nue-va York con sus sobrinos (un varón y doshembras) luego de la muerte de su hermanaAntera en 1916, y cómo obtuvo la visa deresidente y de cuáles medios disponía parael mantenimiento de boca de cuatro perso-nas, ella incluida, y su famoso viaje a Europadel cual habla tan favorablemente en sus “re -m i n i s c e n c i a s”.

Vimos en las entregas anteriores, basadosen afirmaciones de Sergio Riva, hijo de Gre-gorio Riva, de Eugenio Cruz Almánzar, de J.Agustín Concepción, de Orlando Inoa y de lapropia Mercedes Mota, que su padre y el deAntera fue un asiático, un chino culí traídomediante contrato desde Cuba para trabajaren las obras emprendidas por Gregorio Rivaen la cuenca del Yuna, en Moca y La Vega.

Pese a estas afirmaciones, no disponemostodavía de un documento oficial o privadode la entrada al país de José Socorro, el su-puesto padre de las hermanas Mota, comodel resto de los chinos que vinieron juntosdesde Cuba después de la Restauración, noobstante la contundencia con que Cruz Al-mánzar, en su libro “San Francisco de Ma-corís íntimo”, aporta los nombres y descen-dencia familiar de los demás chinos que seaposentaron en aquella provincia y sus de-m a rc a c i o n e s.

Un dato no recogido por los historiadoresfamiliares dominicanos, provinciales puer-toplateños o cibaeños es el de Rufo Reyes,esposo de Antera, quien en los “Documen -tos del gobierno de Carlos F. Morales Lan-guasco. 1903-1906”. (SD: Archivo General dela Nación, 2015) recopilados por A. R. Her-nández Figueroa, figura como general y,miembro activo del círculo íntimo del líderde los horacistas y jimenistas que se unieronpara dar al traste con el gobierno lilisista deWoss y Gil.

El general Reyes fue nom-brado encargado interino delMinisterio de Justicia e Ins-trucción Pública, en esperade la llegada de Enrique Ji-menes, titular de dicha car-t e ra .

El cuñado de MercedesMota fue un personaje de va-ra alta en Puerto Plata, gra-cias a su amistad con el pre-sidente Morales Languasco(1868-1914), pero hasta aho-ra le teníamos únicamentecomo agricultor o propieta-rio, pues con tal profesión fi-gura en las actas de matrimo-nio y defunción de su esposa Antera Mota.Del presidente Morales, su compueblanoRufino Martínez traza un amplio perfil en suDiccionario histórico-biográfico dominica-no (SD: De Colores, 1997).

Esta conexión con personaje tan impor-tante quizá explique el viaje de MercedesMota a París y el resto de los países que visitómientras Morales Languasco ejerció comoEncargado de la Legación dominicana enParís, donde murió en 1914, razón por la quela escritora decidió regresar al país, pues sinlos medios económicos de su protector nopodía mantenerse en una ciudad tan cos-tosa. Quizá esta influencia del general Reyesexplique el visado de Mercedes Mota y sussobrinos a los Estados Unidos. Pero estas su-posiciones necesitan una documentaciónescrita para ser creíbles. Véanse las cartasque el mandatario le dirige al general Reyes yel decreto de Morales designándole en elcargo interino (libro citado, pp. 42-43, 142,296 y 319).

Valedores tampoco le faltaron a MercedesMota mientras vivió. Américo Lugo, porejemplo, en su artículo “Emilio Prud’hom -

m e”: «Persuadí a Don Washington Lithgow aque como presidente del Ilustre Ayunta-miento hiciese nombrar a la señorita AnteraMota y su hermana menor, la señorita Mer-cedes, directora y subdirectora, respectiva-mente, del Colegio de Niñas». En Obras es-

cogidas, t. 2. SD: Corripio,1993, p. 424).

Un puertoplateño queconoció todos los recovecosde su ciudad, Sebastián Ro-dríguez Lora, concluyó enque la vida de la profesorafue un misterio: «MercedesMota es historia y es leyen-da. La historia que recuerdode ella termina cuando unoempieza a contarla. La cu-bre mucho aluvión de tiem-po y de olvido. Parece escri-ta con tinta de niebla». (EnEstampas de mi pueblo. SD:Alfa & Omega, 3ª ed. 1992, p.

349. 1ª ed. 1983, 2ª ed.1988).Más misterio es todavía el nombre del pa-

dre de las Mota: «La leyenda es la de su padre,el chinito Francisco Sam, que no sabemos dedónde vino y cómo se llamaba en verdad, delcual no sabemos nada, salvo que existía sinmirar y trabajaba incansablemente allá porel Callejón del Tapado, en mi pueblo. ¿Quéharía el chinito Sam para ganarse la vida?»(Ibíd., p. 350). El autor no ofrece la fuente dedónde sacó el nombre del supuesto padre delas Mota. Es el mismo nombre que sumi-nistra Bernardo Vega, sin prueba. Cuando seescribe historia, cada afirmación debe tenersu prueba oral o escrita irrefutable o, si no,varias pruebas cruzadas.

Las Mota fueron veneradas y respetadas,pero un historiador de quien no se sospechaprejuicio o resentimiento contra nadie comoRufino Martínez, según su autobiografía, notuvo opinión favorable de Mercedes: «A unaprofesora que se permitía en la selección dealumnas para su escuela, una perjudicialdiscriminación, no atreviéndose padres oguardianes a protestar o a denunciar ese he-cho, en razón de tratarse de una persona po-

derosa, amparada por las superiores auto-ridades provinciales, le hice una censura, sinseñalar su nombre, en un artículo titulado:“Nobleza de mala ley”. La causa fue que ha-biéndole recomendado personalmente unaniña medio emparentada conmigo cuandoella se le presentó, le escudriñó el linaje ytambién tomó en cuenta el color de la piel, yterminó por expresarle: ‘Dígale al señor Mar-tínez que ya se completó la inscripción, y nohay puesto para usted’». (Páginas de mi vida.SD: Cultural Dominicana, 1975, p. 50).

Continúa el autor, cuya firmeza de carác-ter es bien conocida, narrando su caso: «Re-sultó que puse el dedo en la llaga, y el nú-mero incontable de familias perjudicadashalló la oportunidad de revelar y comentarpúblicamente su caso. El poderío de la pro-fesora no dejó de afectarme en forma de san-ción como adscrito al servicio de instrucciónpública. El Inspector de Instrucción Pública,un zorro envejecido en el oficio de abogado,casi tronó como un Júpiter tonante, convocóal Consejo Provincial de Educación, y elcuerpo decidió, sin citarme ni oírme en midefensa, suspenderme por quince días y re-cibir medio sueldo. Se comentó pública-mente esa arbitrariedad o injusticia, y poriniciativa del miembro del Consejo PepitoPuig, se decidió citarme y oírme en sesión.Comparecí y dije todo lo ocurrido, y comodecisión final me comunicaron luego por es-crito, que la pena consistía en una repren-sión. Ya la pena arbitraria había surtido todosu efecto». (Ibíd.).

A juzgar por el destino de Mercedes Mota,aludida por Rufino sin citar su nombre, elartículo de prensa causó en ella un efectodevastador: «El mal del discrimen en la prin-cipal escuela de hembras desapareció, y laprofesora, en señal de protesta o de sober-bia, pidió su jubilación, se retiró del magis-terio, donde ya tenía ganada una extensa ho-ja de servicio, y luego de vender su buenamorada, se retiró definitivamente del país,jurando odio eterno a mi humanidad. Faltaconsignar que su cuna era humildísima, y suraza clasificada entre las de color». (Ibíd.,p p. 1 5 0 - 1 5 1 ) .

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Mercedes Mota: Correspondenciacon Pedro Henríquez Ureña (4)*

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8 Sábado 16 de a b ri lde 2 016H OY A RE Í TO

Ettore Scola

1 / EXTRAÑO MILITANTE DEL PCI

E ntre los años 80 y 90 del siglo XX, laItalia de la Democracia Cristiana,compacta ofre sus últimos aleteos.Dos paradigmas opuestos en el ejer-

cicio de la política, copan el spectrum me-diático. Giulio Andreotti (que se retita en1991 como senador vitalicio del Senado ita-liano) y Enrico Berlinguer, uno de los últimosjefe del PCI (Partido Comunista Italiano),con un carisma solo comparable al de Pal-miro Togliatti, mentor de Berlinguer.

En aquella Italia, el cine de Ettore Scola nosería un cine militante pero sí era un cineque no rehuía a las visiones políticas críticashacia esa Italia cotidiana, cuyo futuro caospolítico crearía una grave crisis en la izquier-da italiana.

En la visión de paradigmas antagónicos,mientras Ettore Scola hacía en 1984 su fa-moso documental L’addio a Enrico Berlin-guer (el adiós a Enrico Berlinguer), más tar-de, pero mucho más tarde, en el 2008, PaoloTorrentino haría una película titulada Il divo- El Divo - que narra con sorna la vida pú-blica de Giulio Andreotti, un oscuro perso-naje de la política italiana cuya capacidad demaniobras escurridiza le retrataba como elviejo zorro de los grandes entuertos del po-der de la Democracia Cristiana. En esta cintapolémica, en algún momento se insinúan lasequivalencias entre Estado y Mafia, grancontradicción, si algo define a la Maffia, es sulado opuesto al Estado, porque la Maffia es elanti Estado por excelencia.

Mientras pasa el tiempo, Ettore Scola llegaincluso a ser ministro de Cultura alternativode Enrico Berlinguer cuando todavía el Par-tido Comunista Italiano mostraba los últi-mos rasgos de su poder tradicional nacidoen la post guerra y expresado cada día en superiódico L' Unitá.

Los aires de la tesis del eurocomunismo yla tesis del famoso compromiso históricohacen eco en los debates.

(Luego Bernardo Bertolucci con Nove-cento, en 1976, plasmaría estas ideas en lapantalla).

Marcado con una visión renovadora dealgunos toques del post, post neorrealismoitaliano, Etorre Scola elude el panfleto perono deja de reflejar siempre en su cine unconcepto de lo popular que sino está influido por AntonioGramsci, al menos rosa eseuniverso de ideas.

Entonces, no estamosfrente al típico intelectual y ci-neasta de partido afín a lasideas cerradas, al stalinismocultural que maracaba el que-hacer en la cultura de algunospartidos comunistas euro-peos. Scola acude a lo socialcon lucidez y entrega, sabien-do que una dialéctica críticadebe ser la base elegante desus películas y documentales,porque lo tiene muy claro: elcine y su pantalla, su gran es-cenario, no resolverá los grandes problemas,ni de Italia ni la humanidad.

2 / ETTORE SCOLA, DE PERSONAJES Y ES-PACIOS: AMISTAD, HISTORIA Y SOLIDARI-DA D

Para construir guiones y en ellos perso-najes compasivos, se ha de notar que Scolaadora encerrar los personajes en espaciosdonde los los diálogos tienen una fuerte im-portancia, alegaba que era el mejor modo deque el público pudiera codearse con esa at-mósfera intensa y entrar en la piel de su dis-curso fílmico.

Tres películas claves podrán ilustrar elaserto arriba expuesto :

1977 : Una Jornada Particular

1980 : La Terraza1982 : La Noche de VarenneLa sala de baile (Ballando ballando)

(1983)En la primera, hay unos diálogos entre

Marcello Mastroianni y Sophia Loren, confondo de fascismo puro, erael día del gran desfile en elque Hitler era el protago-nista de una nueva marchasobre Roma, dedicada ensu honor.

Personajes atrapados ensus vidas cotidianas, mien-tra en tiempo real, un grandesfile militar con bandasonora de marchas y ban-deras se apodera de la ciu-dad. Mientras la alta polí-tica discurre, dos seres hu-manos se descubren entrela desesperanza y la ternuradescubierta. (Una JornadaParticular ).

En la segunda, un grupo de personajes enplan comedia, de claras pretensiones, arre-glan el mundo político italiano de los años70, entre diálogos y diálogos desfilan las fi-nanzas, la cultura y la religión, el soporte hu-morístico es vital para que la cinta fluyamientras Stefania Sandrelli (actriz fetiche deScola) Vitorrio Gassman, Jean Louis Trintig-nan y Marcello Mastroianni y Carla Gravina,hacen una larga catarsis sobre esa Italia y susavatares. Una vez más están reunidos y elsoporte de la película son diálogos directosen espacio cerrado. (La Terraza)

Finalmente, la noche de Varenne, unacinta sobre la revolución francesa que todolo subvierte. La huida de la realeza francesa.

Para que la constante del espacio cerrado

se cumpla en esta cinta, más obvia no puedeser la alusión abierta a la cinta de J. Ford laDiligencia (1939). En efecto concentrados enla carromato tipo diligencia del westernamericano, los personajes se concentran y eldirector narra con humor esa noche, basán-dose en los textos de Restif de la Bretonne,encarnado por el veterano actor Jean LouisBarrault. Picardía, noción de historia y granhumor con una Hanna Schygulla, en el per-sonaje de Sophie de la Borde, fenomenal enese rol. De nuevo los diálogos concentrados(La Noche de Varenne )...

Para Ettore Scola, el cine era un fresco ple-tórico de argumentaciones y trascenden-cias, un aire fresco para proponer otro puntode vista, una convivialidad humana que noperece, porque es en el cine un largo espejo,la extensa mirada. (CFE)

Nota. Pude haber citado una película de1983 titulada El baile, pero encuentro quesu carácter intimista, en muchas ocasionescorresponde más a la lógica interna de unapelícula que trata sobre parejas y música.

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Extraña militancia o la visiónpopular de la cultura vía el cine“El interés privado, el egoísmo, siguen por encima del rigor y la solidaridad. Así que lasreivindicaciones de los sesenta siguen tan vigentes hoy como entonces." Ettore ScolaIn Memoriam : Oscar Hungría Cuccurulo

Actores de la Noche de Varenne (1982)

Ettore Scola, su Italia solidaria en el rigor social.

Hanna Schygulla

Personaje: Sophie dela Borde

Harvey Keitel

Personaje: ThomasPa i n e

Andréa Ferréol

Personaje: AdélaïdeG agn o n

Marcello Mastroianni

Personaje: Casanova.

FUENTE EXTERNA

‘‘ Para EttoreScola, el cine era

un fresco pletórico deargumentaciones ytrascendencias, un airefresco para proponerotro punto de vista, unaconvivialidad humana,que no perece, porquees en el cine un largoespejo, la extensam i ra d a .