Areíto sábado 18 de abril de 2015

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Areíto Zona de la Cultura y de las ideas www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Aimée Piccirillo SÁBADO 18.04.2015 NANCY MOREJÓN El extraño ulular de Chiqui Vicioso Página 2 El 24 de abril de 1965 se produjo la toma del Palacio Nacional por parte de los militares constitucionalistas, lo que desembocó en una intervención militar de los “Marines” de los Estados Unidos, el 28 de abril de 1965 HOY Fuente: Descripción geográfica del profesor Lipe Collado Zona Constitucionalista del 17 de junio al 3 de septiembre P r e s i d e n t e F r a n c i s c o A l b e r t o C a a m a ño ( A n t i g u a A v . d e l P u e r t o ) Av. George Washinton (Malecón) Av. Pasteur Cervantes Hermanos Deligne Av. Bolivar Av. Independencia Rosa Duarte Av. Dr. Delgado Dr. Báiz Uruguay 16 de Agosto Sánchez Av. 30 de Marzo Juan Bautista Vicini Tte. Amado García ( Actual Av. 27 de Febrero) París Padre García Barahona Ravelo Respaldo Ravelo Av. Duarte Altagracia Monte Cristi Av. Mella Av. México Caracas Benito González Las Mercedes Arzobispo Nouel Padre Billini Las Damas Av. España Isabel La Católica Arzobispo Meriño Arzobispo Portes Palo Hincado Vicente Noble Rafael Atoa Calle Pimentel Abreu Parque Eugenio María de Hostos Parque Independencia Cementerio de la Independencia Parque Enriquillo Calle El Conde Catedral Alcazar de Colón SANTA BARBARA Fortaleza Ozama Río Ozama Río Ozama Mar Caribe Punta Torrecillas Edificio Molinos Dominicanos Puente Juan Pablo Duarte Josefa Brea El Edificio Copello en la calle El Conde fue la sede del Gobierno Constitucionalista Palacio Nacional Custodiado por militares El Edificio Copello en la la calle El Conde fue la sede de Las tropas constitucionalistas en su mayoría eran milicianos sin entrenamiento militar Tte. Amado García ( Actual Av. 27 de Febrero) 10 Santo Domingo Mar Caribe 0 km N Puen t Puente P ente ente uente P Las fuerzas ocupantes: sumaron 42,000 soldados, compuestos por un batallón de marines, la 82 División Aerotransportada y el VIII cuerpo de paracaidistas. Estas fuerzas ocuparon la ciudad y establecieron un cerco con rollos de alambres de púas de alrededor de un metro de alto. El coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó lideró las fuerzas del pueblo dominicano, unos 4,000 milicianos Amado García í í c a a a a cía 27 de de e 7 de de 7 de M M M M M c c ci a ala a la a a a a Pa P a Pa P ci c ci ac a ac ala laci Pa Pa cion ci n Na N c c c c c N N N N N N N N ci i n N N C d d s stod s s st t od C Cu us C Cu u us d C Cu u or mil o o mil p p po mil mil p po o r m mil 10 0 km Batalla por el Puente Duarte: Dos grandes camiones de cargar caña de azúcar de los llamados “Catarey”, entre otros vehículos, fueron usados para bloquear el paso de los tanques, AMX-13 franceses, al mando del general Elías Wessin El vencedor de la guerra de 1965 fue el pueblo dominicano” Esa experiencia… es lo que me ha enriquecido, eso yo lo idealizo” …la revolución fue una respuesta… a los que decían que “éramos cobardes porque Trujillo duró 31 años” Hector Aristy Pereyra Tony Isa Conde Fafa Taveras Rosario Después de la Independencia y la Restauración, la acción de mayor trascendencia fue esa guerra” Bonaparte Gautreaux Piñeyro Pedro Gil Iturbides La Hoja no estuvo a favor de la revolución, yo tampoco” Pá g i n a 3 Pá g i n a 4 Pá g i n a 5 Pá g i n a 6 Pá g i n a 7

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A re í t o Zona de laCultura y de

las ideas

w w w. h oy.co m .d oEditor: BavegadoDiseño: Aimée PiccirilloS Á BA D O 18.04 .2 015

NANCY MOREJÓN

El extraño ulular de Chiqui Vicioso Página 2

El 24 de abril de 1965 se produjo la toma del Palacio Nacional por parte de los militares constitucionalistas, lo que desembocó en una intervención militar de los “Marines” de los Estados Unidos, el 28 de abril de 1965

HOYFuente: Descripción geográfica del profesor Lipe Collado

Zona Constitucionalistadel 17 de junio al 3 de septiembre

Presidente Francisco Alberto Caam

año

(Antigua Av. del Puerto)

Av. George

Wash

inton (Male

cón)

Av. Pasteur

Cervantes

Hermanos Deligne

Av. Bolivar

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16 de Agosto

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Juan Bautista Vicini

Tte. Amado García

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Febrero)

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El Edificio Copello en la calle El Conde fue la sede del Gobierno Constitucionalista

Palacio NacionalCustodiadopor militares

El Edificio Copello en la la calle El Conde fue la sedede

Las tropas constitucionalistas en su mayoría eran milicianos sin entrenamiento militar

Tte. Amad

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ebrero)

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SantoDomingo

Mar Caribe0 km N

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Las fuerzas ocupantes: sumaron 42,000 soldados, compuestos por un batallón de marines, la 82 División Aerotransportada y el VIII cuerpo de paracaidistas. Estas fuerzas ocuparon la ciudad y establecieron un cerco con rollos dealambres de púas de alrededor de un metro de alto.

El coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó lideró las fuerzas del pueblo dominicano, unos 4,000 milicianos

Amado Garcíaíícícíc aaaacía

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100 km

Batalla por el Puente Duarte:Dos grandes camiones de cargar cañade azúcar de los llamados “Catarey”, entre otros vehículos, fueron usadospara bloquear el paso de los tanques,AMX-13 franceses, al mando del general Elías Wessin

El vencedor de laguerra de 1965 fue elpueblo dominicano”

Esa experiencia…es lo que me haenriquecido, eso yolo idealizo”

…la revolución fue unaresp u es ta … a los quedecían que “é ra m o scobardes porqueTrujillo duró 31 años”

Hector Aristy Pereyra Tony Isa Conde Fafa Taveras Rosario

Después de laI n d e p e n d e n ci ay la Restauración, la acciónde mayor trascendenciafue esa guerra”

Bonaparte Gautreaux Piñeyro

Pedro Gil Iturbides

La Hoja no estuvoa favor de larevolución, yota m p o co”

Pá g i n a 3 Pá g i n a 4 Pá g i n a 5

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2 Sábado 18 de a b ri lde 2 015H OY A RE Í TO

Zona

Are

itoZo

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reíto

Eduardo Galeano (Periodista y escritor de Uruguay)“Estamos en plena cultura del envase. El contratode matrimonio importa más que el amor, el funeralmás que el muerto, la ropa más que el cuerpo y la misamás que Dios”

El extraño ulular de Chiqui ViciosoNANCY MOREJÓN

(Ponencia para el Congreso de Hispanis-tas del Canada, a celebrarse en Otawa, elcual está dedicado este año a la obra de lapoeta Chiqui Vicioso, quien pasa a formarparte del grupo de homenajeadas que com-ponen Elena Poniatowska y Claribel Ale-gría, entre otras).

A caballo entre Julia de Burgos y sucompatriota Salomé Ureña deHenríquez, dos figuras tutelaresde este Caribe hispano --a cuyo

estudio se ha dedicado con fervor inusual,además de sus poemas o su indagaciónsocial más sostenida y su propia vida--Chiqui Vicioso[1] ha puesto todo su que-hacer al servicio de una fina escritura queha logrado expresar su paso por el mundomediante ese extraño ulular que vuelve fa-bulosas muchas de sus páginas y que ani-ma, desde su catedral sumergida, una mu-jer nombrada Sherezada.

Entre una tradición secular aprendida aldedillo y la búsqueda incesante de su pa-sado se debate su vocación que buscasiempre lo nuevo y lo encuentra, en eseSanto Domingo poblado de rincones mís-ticos y a la vez tan ruidosos a los que hadado voz, Chiqui Vicioso, devota de la ver-dad con su talento consagrado al encuen-tro de la más limpia fuente civil en su tierranatal. Como afirma el narrador y críticoAbel Prieto: «Respira y vive aquí, con no-sotros, y enseguida vuela y se coloca en elpaisaje del mito. Es como ella, como Chi-qui, alta y definitiva»[2].

Ni la montaña ni sus fronteras han lo-grado desvirtuar su camino recto hacia laliberación de un ser cuya identidad ellaconsidera poroso, mestizo, nunca renuen-te a integrarse a las diversas culturas que lavieron nacer.

El tema insular, apoyado en la historiade Quisqueya, se ha ido apropiando de es-ta voz dominicana cuya conciencia am-biental la ha ido acercando a otros poetasde la región como, por ejemplo, Ernest Pe-pin[3], oriundo de la Guadalupe en cuyospresupuestos literarios canta el ropaje des-nudo de las islas, en especial la suya que es,como sabemos, asimismo, un archipiélagoal que ya había cantado Saint-John Perse.

Puedo afirmar que la esencia poética deChiqui Vicioso se alimenta de esa tradicióny en su cantar la verdadera protagonista esesa isla encantada que la historia colocódividida en los mapas de nuestra realidad.

El canto de Chiqui, nace en las canoasde los amerindios, en el látigo de los barcosnegreros, en las herramientas y su humocayendo sobre las chimeneas de las fac-t o r í a s.

Por eso, en plena urbe de Santo Domin-go, Chiqui se desplaza con una naturalidadsolo palpable en los sueños de los poetasrománticos hispanoamericanos, comoella misma; y, por ello, la sombra de loshelechos acodados en los portales cerca-nos a la Catedral la han obligado a per-tenecer a una estirpe infinita, indoblega-ble, que mira al pasado para encontrar sulegítima existencia en un presente de vio-lentas contradicciones, en cuyo centro lateel amor a la verdad histórica y a la defensade la humanidad como un todo que pre-cisamente nos dio vida durante el inter-cambio, por desigual que haya sido, entrelas metrópolis y sus pueblos.

Insisto sobre el hecho de que la islaQuisqueya es su archipiélago indivisible,inalienable, su patria natural, su mito, endonde han florecido dos culturas, dos pue-blos, que han ido conformando la clave desu voz; una voz compartida, más bien mul-tiplicada, bendecida por las aguas y maresque la rodean y la atraviesan sin cesar.

Su vocación insular se yergue en mediode una geografía que la injusticia social hapretendido convertir a la nada, enfrentan-do a dos naciones tutelares de un gestoirreversible: la conciencia americana de lasculturas de los pueblos que habitan el Ca-ribe. Estos versos suyos así lo demuestran:

Furor de los verdes y los azulesguerra entre el agua y el airedonde el cuerpo es lo firmees la víctima(Canto XXII)[4]

Y en ese territorio mítico del que ha-blamos, enarbola la «violenta salvaguarda»de sus ancestros; carga «con su única adar-ga»[5] que bien sabemos es la poesía. Conella en ristre, ha lanzado a los cuatro vien-tos su emblema interplanetario bienaprendido por muchas escritoras. Para Ca-mille Aubaude sus poemas «recuerdan anuestra conciencia la nomadía de su ex-periencia original».

Trotamundos impenitente, Chiqui cla-ma en su voz la exploración de un mundoindivisible que es suyo, a cuya firmeza hacantado con la mirada ilusa, con el empujevital de Walt Whitman y la sabiduría ho-gareña de Salomé Ureña para quien ha es-crito especialmente «Desvelo» uno de lospoemas más significativos y trascendentesde la poesía dominicana actual.

¿Qué ha buscado sin parar en esa no-madía que nos enseña Camille Aubaude?A mi entender, la sustancia más pura deuna identidad asaltada por falsos valoresque son externos y que han conformado, apesar de haber arribado a su Isla como ele-mentos foráneos, de un modo innegablesobre todo su expresión literaria.

No puede sorprenderse el lector de quesus poemas lleven esa adarga que yo quie-ro emparentar con la energía citadina deWhitman pero que están ligados a ese li-rismo, muy femenino, de una Emily Dic-kinson por quien Chiqui profesa una ad-miración comenzada por una lectura en-cantada que termina en devoción entra-ñable. Distintas, nacidas en ámbitos muyalejados uno de otro, Chiqui vence y so-brepasa en su decir esas zonas geográficasopuestas solo mecidas por el aire civiliza-dor de una poesía que las identifica y lasaúna porque, en su brillo, nos dan una lec-ción inusitada de pertenencia total a unacultura no por híbrida menos original ensu cenit, desplegado hasta las corrientesindómitas del Golfo.

No duda nunca Chiqui ni de su origen,ni tampoco de su estirpe, vapuleada poruna experiencia secular cuyo llanto pro-viene de otra experiencia, la de la escla-vitud africana. En su jungla antillana, sedeshacen los imperios que no precisa-mente forjaron los seculares elefantes o laszebras sin nombre.

Y esa experiencia que no es otra que laproveniente de las costas occidentales deÁfrica se asienta también en el ojo de sushijos, lanzados a la vorágine brutal de ur-bes impenetrables como Nueva York, con-cretamente en Harlem; o incluso en el co-

razón lastimado de las poblaciones tras-plantadas a la Luisiana como lo registra laescritura de la martiniqueña Fabienne Ka-nor, en su novela Faire l´aventure[6], Pre-mio Carbet del Caribe 2014.

Fija en medio de esa tradición, su poesíaes isleña, urbana y liberadora. Transcu-rriendo en su paseo inteligente, saltandoentre los portales que manifiestan su fir-meza natural mediante los helechos tupi-dos y húmedos, ajenos a los mares anti-guos pero cercanos a la estampa caribe deesta poeta singular. Su canto bendice lahora en que tuvimos la conciencia de per-tenecer a un universo que forjamos connuestra sangre, con nuestro sudor, connuestra palabra húmeda de los bosques,como previera el camagüeyano amigo Ni-colás Guillén.

La poesía de Chiqui es eso, todo eso, esdecir, un extraño ulular entre la flora y lafauna paradisíacas de su país natal; un es-pejo fosforescente por donde cruzan su yoasí como las aguas del pasado, las del pre-sente y de esas que augura con su hermosapluma de ave ingrávida hacia el porvenir.

La Habana, febrero-marzo, 2015

[1] Sherezada (Chiqui) Vicioso, prestigiosa es-critora nacida en Santo Domingo el 21 de junio de1948. Más conocida por su sobrenombre Chiqui,cursó sus estudios en Estados Unidos y Brasil. Eslicenciada en Sociología e Historia de América La-tina por el Brooklyn College, de Nueva York; realizauna Maestría en Educación por la Universidad deColumbia, de esa ciudad así como un Postgrado enAdministración Cultural por la Fundación GetulioVargas de Brasil. Ha sido reconocida con el galar-dón Anacaona de Oro en Literatura y la Medalla deOro al Mérito a la Mujer en 1992. Su obra incluye,entre otros, los siguientes títulos: Viaje desde el agua(1981); Un extraño ulular traía el viento (1985);Volver a vivir: imágenes de Nicaragua (1986); Juliade Burgos (1987); Algo que decir: ensayos sobre li-teratura femenina (1981-1991) (1991); Interna-miento (1992); Salomé Ureña de Henríquez(1850-1897): A cien años de magisterio (1997).

[2] Ver Nota de contracubierta en Chiqui Vi-cioso: Eva / Sión / Es (poemas) Edición trilingüe.Traducción al inglés de Judith Kerman y FabianAdekunle Badejo. Traducción al francés CamilleAubaude y Daniella Jeffry. St. Martin, ed. House ofNehesi Publishers, 2007, 107 págs.

[3] Ver Ernest Pépin: J´ai fait vœu d´un pays.París, ed. Biennale Internationale des Poetes enVal-de-Marne, 2014, 75 págs. Asimismo, y muyparticularmente en relación con este tema caro aChiqui, su poemario Guadeloupe ouvre ses ailesfroissées (Kyenbé Kyè!), ed. Orphie, 2014. E. Pépinha recibido el Premio Casa de las Américas en 1991y en el año 2000.

[4] Chiqui Vicioso: op. cit., p. 14[5] Chiqui Vicioso: op. cit., p. 17, 16[6] Ver Fabienne Kanor: Faire l´aventure, París,

ed. Jean-Claude Lattès, 2014, 364 págs.

Chiqui Vicioso.

FUENTE EXTERNA

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A RE Í TO 3Sábado 18 de a b ri lde 2 015 H OY

50AÑOS

1965-2015

HECTOR ARISTY PEREYRA

“El vencedor de la guerra de1965 fue el pueblo dominicano”

ÁNG

ELA

PEÑ

A

PABLO MATOS

F ue la figura política más importantedel Gobierno constitucionalista yuno de los amigos más íntimos delPresidente Caamaño, con el que ha-

bía conspirado para derrocar al triunvirato yal que conocía desde que ambos eran ado-l e s c e n t e s.

Por eso, el 24 de abril Héctor Emigdio AristyPereyra se levantó de su cama pese a estarenfermo, y desde que los revolucionarios asu-mieron el control de Radio Santo Domingohasta que se firmó el acta para el cese de laguerra estuvo con el pueblo y sus líderes.

Caamaño conocía su capacidad organi-zativa y su experiencia política y le nombróMinistro de la Presidencia. Estuvieron juntosen todos los escenarios de la guerra.

José A. Moreno escribe en su libro “El pue-blo en armas”: “Caamaño y Aristy se convir-tieron en un eficiente equipo de trabajo. Elprimero, con antecedentes militares pero sinexperiencia política, representaba a la dere-cha moderada; el segundo, con alguna expe-riencia política y de negocios, representaba ala izquierda moderada. Juntos discutían y lle-gaban a decisiones que fueron aceptables pa-ra los de derecha y los de izquierda dentro delmovimiento rebelde. Juntos se sentaban a lamesa de negociaciones para discutir proble-mas políticos con los líderes rebeldes o conrepresentantes internacionales”.

Entrevistado en su hogar, Héctor Aristyhabla entusiasmado de la revolución. Fueuna etapa representativa en su vida. Aparecea diario al lado del Presidente en armas. Estálúcido y se expresa coherente a pesar de ha-ber padecido un repentino infarto que lesorprendió en Caracas, donde le intervinie-ron quirúrgicamente. Debe ser inyectado to-dos los días, porque es diabético.

Nació en Azua el uno de noviembre de1930, hijo de Laura Pereyra y de Porfirio Aris-ty, agricultor. “Éramos siete hermanos”, de-clara, contando su pasado antitrujillista quese inició en La Normal, pues su padre tras-ladó la familia a la Capital siendo Héctor unniño. Fue miembro de la Juventud Demo-crática, afirma.

Confiesa que pese a ser secretario generaldel Partido Liberal Evolucionista (PLE), queencabezaba Luis Amiama Tio, “estuve cons-pirando con el coronel Fernández Domín-guez, pertenecía a una unidad de militaresque estaba en la trama para derrocar a Do-nald Reid. Luis Amiama no lo sabía, lo sos-p e c h a b a”.

Agrega que conoció a Caamaño siendoeste policía. “Hicimos amistad, nos visitába-m o s”, exclama.

Cuando estalla el movimiento “yo estabaenfermo en mi casa en el kilómetro siete ymedio de la carretera Sánchez. Tenía vari-cela. Pasé por donde Luis Amiama y desdeahí me dirigí hacia el campamento 16 deAgosto, donde se encontraban los militaresconstitucionalistas, me integro al grupo ycomenzamos a planificar qué se iba a hacer,cómo se agrandaba la insurrección”.

Tiene claros en su memoria los diferentes

procesos de la guerra, se exalta, se indigna, seentusiasma según lo relatado y aunque ex-presa con claridad sus sentimientos y expe-riencias, el hablar es pausado, producto desu aquejo. Perfectamente cuidado, caminacada tarde y lleva una rigurosa rutina de vi-sitas y tratamientos médicos.

Pese a sus 85 años conserva la aposturaque en otras épocas le merecieron el cali-ficativo de “p l a y b oy ”, que recoge Tad Szulcen su Diario de la guerra de abril de 1965,agregando que Aristy era visto con frecuen-cia en compañía de bellas mujeres. Hoy si-gue vistiendo con elegancia y buen gusto. Superfume es exquisito. En la revolución se leobservaba tanto de kaki y armado, como tra-jeado o vestido informal, pero impecable.

Autores de Abril, como Tad Szulc y Bona-parte Gautreaux Piñeyro, han criticado actua-ciones suyas en la conflagración. Gautreauxreconoce, sin embargo, “el importante papelque Aristy jugó en la Guerra de Abril”.

En una entrevista al entonces mayor Ma-nuel Ramón García Germán, a la sazón ayu-dante de Juan Lora Fernández, Jefe de EstadoMayor del Ejército Constitucionalista, estedestaca que Aristy “era el hombre de la lo-gística, hizo diligencias para el sostenimientode las tropas, nos consiguió comida, aloja-miento, usó sus conexiones con el empresa-riado y obtuvo suministros importantes”.

“Salió del local incendiado del PLE, vino ala emisora donde asumíamos el control ydesde entonces no se separó de Caamaño”.Añade que su desenvolvimiento en la zonaconstitucionalista fue excelente y que si sucomportamiento hubiese sido incorrecto“yo lo hubiese detectado, porque organicé lainteligencia de la Revolución”.

Aristy, señala, “hizo muchas diligenciasimportantes, traducía, se reunía con empre-sarios porque había muchos problemas enla Aduana”.

García Germán concluye: “Héctor Aristyorganizó con eficiencia los diferentes depar-tamentos del Gobierno de Caamaño”.

Las críticas a su gestión son su-perficiales. Le atribuyen ha-ber querido opacar la figurade Caamaño, a veces ade-lantándose a sus respues-tas o anteponiendo suimagen a la del Presiden-t e.

Lo que ocurría era queAristy fungía de intérpre-te. Habla inglés perfecta-mente, pues vivió ochoaños en Estados Unidos,donde trabajaba y teníauna pequeña industriade joyería. Allá estudiófrancés. Pero declara conhumildad que “Caama -ño también hablaba unpoquito de inglés”.

“DÍAS AGITADOS”Cuenta que tanto él como Caamaño con-

versaban sobre la deplorable situación por laque atravesaba el país, “sobre todo con lacorrupción en la Policía” y se propusieroncombatirla.

Y después, “ya estando en el campamentode la carretera Duarte se planificó que Caa-maño fuera a recibir el Palacio Nacional. No-sotros nos quedamos. Yo tenía una pistola yconseguí una ametralladora Thompson”.

Participó en el reparto de armas al puebloy estuvo en la batalla del puente Duarte“donde opusimos una gran resistencia”.

El exministro de la Presidencia tenía gran-des tareas. “Yo administraba todo, me fueroncayendo responsabilidades una tras otra.Aparte de eso recibía personalidades extran-j e ra s”. Comenta que hizo una gran amistadcon Marcel Niedergang y Tad Szulc. “Fu e ro ndías muy agitados”, significa, revelando quedebía preparar bien las conversaciones yconferencias. Fue también orador. Pronun-ció discursos tanto en el Baluarte como en lallamada Plaza de la Constitución, como sellamó a la fortaleza Ozama.

ASALTO AL PALACIO“Estábamos opuestos al asalto al Palacio

porque ya era muy tarde, ya el Palacio habíasido desocupado y lo que había eran mili-t a re s”, explica Aristy.

Agrega que sintió “una gran pena por esoscompañeros que cayeron. A Juan Miguel Ro-mán lo conocí en el 14 de Junio; a FernándezDomínguez me lo presentó un español ape-llido Azcárate. Perdimos a esos compañe-ro s”. Manifiesta que igualmente sufrió lamuerte de Ilio Capocci.

“En el Palacio fue herido mi sobrinoAmaury, era un jovencito de 17 años, fui averlo a la clínica del doctor Franco, tambiénlo visitó Caamaño. Lo consolé diciéndoleque eso era temporal, que cuando se levan-tara se reintegrara a la lucha”.

La intervención norteamericana le indig-nó. “Fue el más grande atentado a nuestras o b e ra n í a”.

De Caamaño dice que era temperamen-tal, muy valiente, audaz, aprendía rápido.“Cuando hubo enfrentamientos, siempreestuvo presente”.

Significa que abril le representó “un entraren la vida de acuerdo a los principios”.

Tras la contienda fue designado embaja-dor ante la UNESCO y la Comunidad Eco-nómica Europea. En París conoció a la pa-quistaní María Paul, con quien se casó. Es lamadre de su hija Mariloy.

Aristy, quien perdió en la guerra su ne-gocio de transporte organizado, regresó alpaís en 1980. Posteriormente fue diputadopor la provincia de Azua.

“La revolución, en un sentido, fue buena,porque le dio al pueblo la capacidad de saberpor lo que luchaba: su soberanía. El futurodel país se trazó en esa contienda aunque escierto que el pueblo sigue buscando su in-dependencia. El vencedor de la guerra de1965 fue el pueblo dominicano”.

1. Héctor Aristy junto a Caamaño en un mitin constitucionalista. 2. Caamaño y Héctor Aristy en rueda deprensa. De pie, Jottin Cury, Freddy Prestol Castillo, Manolo Bordas, Sucre Félix, entre otros. 3. Aristy yCaamaño durante un viaje. 4. Aristy con un M-16 junto a otro soldado constitucionalista. 5. Aristy y Caamaño.

FUENTE EXTERNA

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‘‘ Yo administraba todo, me fueron cayendoresponsabilidades una tras otra”

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50AÑOS

1965-2015

TONY ISA CONDE, SOBRE LA GUERRA DE ABRIL

“Esa experiencia…es lo que me haenriquecido, eso yo lo idealizo”

P articipó en uno de los primeros co-mandos civiles que se organizó des-pués del estallido revolucionario, elde la calle Espaillat 55, y desde ahí

tomó parte en las escaramuzas iniciales. El25 de abril estaba en Radio Guarachita desdedonde se anunciaban los pormenores delmovimiento, porque los militares se encon-traban divididos y él fue en compañía deSantiago Guillermo a presionar para que to-dos se unieran a la lucha por el retorno a laconstitucionalidad.

Había salido de la clandestinidad por sermilitante del Partido Socialista Popular (PSP)y la Inteligencia del Triunvirato lo perseguíaconsiderándolo comunista. Con esa acusa-ción surcó después los aires un volante consu nombre y los de muchos otros comba-tientes a quienes los norteamericanos atri-buían haber desatado la revuelta.

Antonio Isa Conde (Tony) actual gerentegeneral de una prestigiosa compañía de ven-ta de vehículos y ejecutivo de otras de unreconocido grupo empresarial, tenía 25 añoscuando al llamado de José Francisco PeñaGómez para que el pueblo se lanzara a lascalles, se colocó su pistola calibre 45. Su par-tido había conseguido en la Armería dosametralladoras Cristóbal con un señor ape-llido Estrada, contactado por Euclides Gu-tiérrez Félix; Manolo González (El Gallego),también del PSP, poseía una escopeta y unaBrowning. “Con eso comenzamos”, confiesael entonces activo jefe militar del PSP en lacontienda que ahora ostenta por primeravez una función pública: ministro sin carteray asesor en Políticas de Desarrollo. Un fusilFal fue después su arma de combate.

El hijo de Aris Isa y Mercedes Conde Pau-sas, nacido en San Francisco de Macorís el14 de marzo de 1940, ya había dado de-mostraciones de liderazgo en la Federaciónde Estudiantes Dominicanos y en el primerConsejo Universitario, “cuando botamos aBa l a g u e r”. Es el único sobreviviente de esaentidad. Fue también de los forjadores delgrupo Fragua y llegó a ser miembro del Co-mité Político, encargado de la ComisiónMilitar y secretario general del Distrito Na-cional del Partido Comunista Dominicano,como se denominó el PSP después de lag u e r ra .

Pero dice que en 1970 hizo una peres-troika y se retiró, pues comprendió que “es -taba luchando más contra mis compañerosque contra mis enemigos”. La izquierda sedividió, explica, y se producían fenómenosque no podía asimilar. “En el propio par-tido ya no me sentía realizado”. Perseguido,fue víctima del primer atentado de la “Ban -da colorá”.

Para abril de 1965 ya estaba casado conMarcia Nadal, madre de sus hijos AntonioEmilio, Aris Alfredo y Marcia Patricia.

CON EUCLIDES MORILLOSu primer combate en abril fue el que li-

bró el 27 para sumar armas a las pocas exis-tentes en su comando. Mientras se producíael ataque a la fortaleza Ozama se lanzó almar con otros revolucionarios dirigidos porEuclides Morillo para desarmar a los guar-dias que escapaban tras la arremetida. “Eu -clides me enseñó a destrancar esas Cristó-b a l”. Obtuvieron las primeras 17. Morillocaería en el asalto al Palacio Nacional, el 19de mayo.

El comando de la Espaillat 55 era la re-sidencia de Buenaventura Johnson, militan-te del PSP. Vivía arriba y cedió a los rebeldesla primera planta donde tenía un negocio deneveras. Cuando desembarcaron las tropasnorteamericanas y los volantes inundabanla ciudad, fue desmantelado.

Tony distribuyó armas por todos los co-mandos, pero “el Estado Mayor del PSP seestableció en San Lázaro. Norberto Roca erael comandante. Altagracia del Orbe y ClaraTejera tenían a su cargo la cocina y la ali-m e n t a c i ó n”. Además, estaban Manolo Gon-zález, Ignacio Pérez Mencía, Carlos Ascua-siati, “el Flaco Ferreiras… ”. Tony y Gonzálezse dedicaban a reforzar sitios desde dondelos llamaban, lo cual era muy frecuente en elcomando San Carlos, a cuya cabeza estabaJesús de la Rosa.

A De la Rosa “se le ocurrió proponerque ocupáramos el edificio de lo queera la Ford, en la 30 de Marzo, enfrontera con el Palacio Nacional,por si los integrantes del CEFAp a s a b a n”. Edmundo García

era encargado de avisar. Pero parece que losoficiales tuvieron la misma idea y tropezaronen la oscuridad. “Se produjo un tiroteo dem a d re”, pero todos salieron ilesos.

LA TRAGEDIA“Cuando los yanquis trataron de avanzar

salimos a reforzar el comando B-3, en la Ja-cinto de la Concha. Estuve tirando todo eldía por un callejoncito de al lado y Manolome ordenó detenerme, yo seguí y dijo queiba a someterme a un consejo de disciplina.En un momento se me acabaron los tiros ydesde Sederías California vino una ráfaga deuna ametralladora 50. No me dio porque mebajé a recargar el arma. Ese día no iba a mo-r ir”, cuenta Tony.

Agrega que a las 5:00 de la tarde entraronal comando a comer Manolo, DiómedesMercedes, Amadeo Conde Sturla y él. “So n óun teléfono, Manolo fue a responder y en esemomento explotó un mortero y los frag-mentos cercenaron las piernas a JacquesViaud y alcanzaron a Pedro Bonilla en otra.La sangre nos cayó a Manolo y a mí. Amadeoy yo llevamos a Jacques Viaud al hospital yfalleció horas después. Pero el que iba a mo-rir era Manolo, salvado por dirigirse a con-testar el teléfono”.

FUE UN DÍA SINIESTROTony presenció cuando un joven que co-

rría delante de él por uno de los patios deVilla Francisca cayó abatido por un ba-lazo en la yugular. “Ahí fue que nos aca-baron de cercar en Ciudad Nueva. Fueel combate fundamental. Ningunode nosotros desmayó, seguimos”.

Se dedicaron a dar entrenamientomilitar. Ellos a su vez lo habían reci-bido de los Hombres Rana y del capitánHéctor Lachapelle.

Cuenta de las bombas caseras queaprendió a fabricar, de las tanquetas ylos jeeps blindados que diseñó yconstruyó Carlos Ascuasiati yque ayudaron a resistir embes-tidas, y de sus experienciascon el coronel Caamaño.“Me tumbó a bombazos devarias tribunas cuando fuidirigente estudiantil y élcasco blanco” pero des-pués, en la calle Espai-llat, anunció a un To-ny estupefacto: “Yoestoy con ustedes”.

El PSP “influyó

en aspectos conceptuales, en la parte polí-tica, artística, cultural… Nuestra participa-ción no fue solo en combate, aunque tam-bién tuvimos un grupo fuerte de choque enla iglesia de la Santomé, nos hicimos muyamigos del padre Moreno; y en San Miguelestaban otros sacerdotes que nos dieronapoyo, como el padre Manolo Ortega”.

Recuerda entre otros combatientes delPSP a José Israel Cuello, Silvano Lora, NarcisoIsa Conde, Asdrúbal Domínguez, Hugo To-lentino, Quírico Valdez, Faustino José del Or-be, Tulio Arvelo, Carlos Dore, Luis GómezP é rez …

Ese acontecimiento “nos marcó. Todo elproceso democrático posterior estuvo de-terminado por él, que demostró lo que escapaz de hacer un pueblo cuando se unealrededor de una causa. Nosotros sobrevi-vimos en la medida en que ese pueblo nosdaba calor, esa revolución resistió porquehubo un pueblo que se quedó, por eso lasprincipales bajas fueron civiles”.

“Tú me ves como empresario, pero si vol-viera a nacer no concibo no volver a vivir esaexperiencia,; eso es lo que me ha enrique-cido, eso yo lo idealizo”.

Refiere que “Asdrúbal y José Cuello con-taban que cuando se juntaban con Caama-ño él les decía que había sido anticomunista“porque creía que ustedes comían niños”.

ÁNG

ELA

PEÑ

A

1. Isa Conde, Jefe Militar del PSP. 2. Militantes del PCD en la revolución. 3. Asdrúbal Domínguez, del PSP,en la guerra. 4. Tony Isa en la guerra con su fusil Fal.

PEDRO SOSA

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‘‘ E s t uv et i ra n d o

todo el día…”

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A RE Í TO 5Sábado 18 de a b ri lde 2 015 H OY

50AÑOS

1965-2015

FAFA TAVERAS ROSARIO

“Después de la Independenciay la Restauración, la acción de mayortrascendencia fue esa guerra”

“ El 14 de Junio fue la primera, mejor ymayor fuerza civil organizada que tu-vo la Guerra de Abril de 1965”.

Lo afirma Rafael Francisco Taveras Rosa-rio (Fafa), jefe militar de esa avanzada en laque contó con el apoyo de Juan Miguel Ro-mán, ambos escogidos por considerarlos losmenos irritantes en momentos en que elpartido se encontraba inmerso en una crí-tica división interna.

Había estado en la clandestinidad, listopara viajar a la Unión Soviética, abandonan-do sus estudios de Derecho.

Ellos, Juan B. Mejía y Jimmy Durán, sereunieron el 25 y salieron a ordenar a su gen-te armarse, distribuirse. El comando estabaen la José Gabriel García. “Ocupamos la casade los Vargas”, expresa Fafa, fogoso orador enel conflicto. Delgado, esbelto, se le observaimpetuoso en improvisadas tribunas.

Estaba en el Palacio Nacional cuando loametrallaron aviones de San Isidro. Luego enel puente Duarte donde un capitán del Ejér-cito montado en un tanque proclamó que seformaría una junta militar. Indignado, de-tuvo una guagüita anunciadora que NorgeBotello le ayudó a abordar para usar el mi-crófono y ordenó a Luis Parrish que se man-tuviera donde él lo viera, con el fusil a dis-tancia. “Si bajo la mano, es para que le dis-p a re s”, exigió.

Ahí surgió la consigna “¡Junta militar no,Constitución sí!”, narra. El oficial y su tropahuyeron abandonando el carro de combateque Fafa llevó al comando. “Fue la primeramanifestación que nos estimuló a una par-ticipación unificada y clara”, expresa.

La imagen de Donald Reid era la de unhombre derrotado que no sabía qué hacer,comunica el entonces joven de 27 años. Na-ció el 21 de noviembre de 1938, en San Joséde Conuco, hijo de Juan Antonio Taveras yAltagracia Elcira Rosario.

Su compañero fue un Fal con el que re-corrió la parte alta incorporando las masas ala guerra.

El 26 “barrimos con todos los pequeñoscuarteles buscando armas, confrontandounidades de San Isidro que penetraban a lac i u d a d”.

Al día siguiente, añade, alguien diligencióun encuentro con el embajador norteame-ricano tratando de mediar y este contestóarrogante que los revolucionarios debíanentregarse porque San Isidro había ganado.“Francis Caamaño, arremangándose la ca-misa dijo: ‘los que quieran morir con honoracompáñenme al puente”. Allí militares delCEFA “tiraron cañonazos, ametrallaron des-de sus aviones y cruzaron como con 13 tan-ques que la gente comenzó a quitarles cuan-do llegaron a la escuela Perú. Cogimos 11. Apesar de la versión de los americanos, losderrotados fueron sus patrocinados”.

Caamaño y él se encontraron en el co-mando de la Pina. El líder comía con la manoun plato de yuca con salchichón que dejópara abrazarlo. “No tuvimos que decirnosnada, de ahí surgió una amistad que veníadel puente”.

Lo había conocido cuando a Andrés Ra-mos Peguero, acusado de matar a un policíale pasaban causa y Fafa se le acercó. Caa-maño se interpuso, empujándolo. Después,en un acto de solidaridad con Cuba, el oficialy sus cascos blancos le arrebataron la bocinapor la que hablaba persiguiéndolo por laazotea del local del 14 de Junio.

SITUACIÓN DE PÁNICOEl júbilo se desvaneció el 28 de abril, “an -

te el desembarco de 500 marines nortea-mericanos. La repercusión fue deserciónen las filas nuestras, tuve que ordenar aGuillén que no dejara salir a nadie de la zo-n a”. La injerencia “estrechó los vínculos en-tre los militares constitucionalistas y noso-t ro s”, significa mencionando a Juan LoraFernández, Manuel Núñez Nogueras, Ma-nuel García Germán, José Noboa Garnes,Héctor Lachapelle.

La toma de la fortaleza Ozama “convocó alos militares y al 14 de Junio, Juan Miguel yyo, al frente de 10 brigadas dirigidas por ca-torcistas, el pueblo nos cercaba”.

Mandó a derribar un francotirador quedisparaba desde la Catedral y desafió el ame-trallamiento desde un avión. Fafa, astillero,entró a un tanque que Amaury Germán y

Homero Hernández escalaron por fuera re-sultando lesionados al primer cartuchazo.Claudio Caamaño participó en esa acome-tida en la que Fafa Taveras logró entrar a lafortaleza, encontrando solo a un oficial quele disparó y él le respondió con un balazo.Preguntó por los asesinos de las Mirabal y leinformó que escaparon en la noche.

“Mandé a ese oficial al hospital Padre Bi-llini, luego fui a visitarlo. Nos mostraron lasarmas y sacamos 23 en un jeep”. Veintisietepolicías habían sido detenidos y llevados alcomando y después al Palacio de Justicia en-comendados a Picky Lora, asistente de Fafa,ordenándole: “¡El que no respete nuestra pa-labra, morirá. La guerra no es para jugar!”.

Del cerco de los invasores que dividió laciudad opina: “Ellos minaron eso, estable-cieron controles de entrada y salida y tropasdel CEFA para una ofensiva que acabó con lazona norte y en la que hubo cientos, tal vezmiles de heridos y muertos”.

Una emisora constitucionalista mantuvola fusión “entre la población y nosotros; esodecidió que no podíamos rendirnos, pasaralo que pasara”.

Planificaron ataques en los pueblos. Elmás desafortunado fue en San Francisco deMacorís, “donde decenas de combatientesnuestros pagaron caro. En Ocoa y Azua seintentó con Jimmy Durán y Arsenio Ortiz,resultando muerto Arsenio”.

Crearon la academia militar quetuvo como instructor a NoboaGarnes y Amín Abel comoa d m i n i s t ra d o r.

A la llegada del coronelRafael Tomás FernándezDomínguez lo visitó conJuan Miguel y Fidelio “y élnos recibió en el edificioCopello, sentado en elsuelo, muy humilde”. “Sepropuso asaltar el Palaciocreyendo que era fácil… ”. “To -l i n g o”, Rodríguez Lozada, Orlan-do Sánchez y Fafa se convencierontras penetrar al “c o rd ó n” de que nohabía condiciones para esa ac-ción.

Juan Miguel y Fer-nández “cayeron unosobre el otro con elfuego cruzado. Losyanquis los mataron.Fue un estremeci-miento, la tristezaera terrible”. Perohabía que levantarel ánimo.

JEFE SOLITARIOEsteban Díaz

Jáquez era elenlace entre Fa-fa y el Presiden-te, quien en me-dio de las hostili-dades pudo disfru-tar de un nutritivo fi-lete y vino que le ofre-ció “Vittor io”, de “El Ce-

s a re”, servidos por él, Amaury Germán yMoisés Blanco Genao.

“Desarrollé la característica de no crearcamarilla; era casi un solitario, tenía una vi-sión contraria al MPD y al PCD. Muerto JuanMiguel, quedé como jefe político y militar dela guerra”.

El partido, asegura, fue responsable deque la zona no se convirtiera en espacio ded e p re d a c i ó n .

Caamaño le encargó eliminar la corrup-ción en la Aduana. Él, Chino Bujosa y “Pití”Howellemont se hicieron cargo. Teresa Es-paillat, Sagrada Bujosa, “Co n c h i t a”, MarianaCruz, colaboraron en esa tarea. Magaly Pi-neda, esposa de Fafa y madre de sus hijosSyra Leonor, Rafael Francisco y Marcel Vic-toria, se encargaba de la comida y la comu-nicación. Lograron acceder a la Compañíade Teléfonos. “Nuestro papel era también deIn t e l i g e n c i a”, expresa.

El 14 de Junio no asistió a las negocia-ciones con la OEA. “Eran una capitulaciónen el sentido de ordenar, diciendo que eranuna ofensiva de paz cuando, en realidad,fueron una imposición”.

Para Fafa, la revolución fue “el procesomás grande por la democracia”, demostróque “la gente es capaz de enfrentarse a cual-quier dominio cuando se identifica con unpropósito. Después de la Independencia y la

Restauración, la acción de mayor trascen-dencia fue esa guerra”.

ÁNG

ELA

PEÑ

A

FUENTE EXTERNA 1. Discurso de Fafa enel entierro de GabiCastillo; a la izquierda,Amín Abel, entre otros.2. Fafa en el funeral deOscar Santana. 3.Fafa en un mitin en elParque Independencia.

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‘‘ Pedí a LuisParrish que se

mantuviera con elfusil a distancia”

PEDRO SOSA Y NAPOLEÓN MARTE

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6 Sábado 18 de a b ri lde 2 015H OY A RE Í TO

50AÑOS

1965-2015

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO

“…la revolución fue una respuesta…a los que decían que “éramos cobardesporque Trujillo duró 31 años”

ÁNG

ELA

PEÑ

A

‘‘ Para mí eln u n ci o

Clarizio era uns i nv e rg ü e nza”

1. Gautreaux Piñeyro sobresale de pie, al centro, en la firma de los documentos que pusieron fin a la guerra. 2. “Comando Constitucionalista”, respondeGautreaux. 3. Bonaparte en su escritorio de viceministro. Figuran además el Presidente Caamaño, Euclides Gutiérrez Félix, Jorge Gerardo Marte Hernández y otrapersona sentada.

T anque a puente, objetivo el Palacio,dice Fishburn que bombardeen!”.Esa orden la dio Ramón Emilio Jimé-nez por radio el 26 de abril de 1965 y

la Marina bombardeó la ciudad de SantoDomingo desde el Placer de los Estudios. Uncañonazo dio en el Palacio Nacional, otro fueal Malecón y un tercero a la calle Doctor Del-g a d o”. Fishburn era un agregado militar es-t a d o u n i d e n s e.

Bonaparte Gautreaux Piñeyro no olvidaesa voz que escuchó en el radito de un sar-gento experto en comunicaciones.

Este viceministro del Gobierno de Caa-maño es la cronología viviente de esa con-tienda en la que fue otro líder respetado quesalvó vidas y ordenó disparos necesarios, co-mo los de los yanquis que penetraban a lazona por el antiguo aeropuerto. Acelerado, eloficial Narmo W. Saldaña le hizo el anuncio ysu respuesta fue: “¡Tíreles, coño! ¡Tíreles!”.

“Comando Constitucionalista” f u e ro ndos palabras que repitió incansable desdeun teléfono al que solo él tenía acceso, por elque se recibían llamadas para el gobernantedel cual Bonaparte fue la extrema confian-za.

Revela acontecimientos que lo muestrancomo el más familiarizado con cuanto acon-teció en la guerra, sin alardear, sin mentir, sinafanes de heroísmo. “Lo que sé es lo que mehan contado”, afirma cuando no participóen una acción trascendente.

“Yo estaba en mi comando, la organiza-ción militar dice que tú estás donde tienesque estar o donde te manden”.

Todo lo narra con su peculiar léxico di-recto, llano, natural. Refiere una visita deEmanuelle Clarizio: “Vino el nuncio con unapropuesta de paz, para mí era un sinver-güenza al servicio de San Isidro y de los nor-teamericanos. Cada vez que hacíamos unacuerdo con él, en San Isidro lo transmitíanpor la emisora”.

Con su pintoresco glosario, cuenta expe-riencias con Juan Bosch, como la llamadadel 3 de mayo cuando este llamó, y Bona-parte lo saluda:

-Buenos días, Presidente.-No, Gautreaux, ahora el presidente se lla-

ma Presidente Caamaño. Y él comunica alc o ro n e l :

-¡Coja ese rolling!”. Caamaño no queríaaceptar pero finalmente todos consideraronrazonables los argumentos de Bosch: él es-taba fuera del país y Caamaño en el teatro delos hechos y además se había convertido enel líder de la revolución. “Hasta que al atar-decer se reúne el Congreso y lo eligen Pre-s i d e n t e”.

“Al otro día escribimos un discurso comoentre 100: Luis Armando Asunción, MarioBáez, Euclides Gutiérrez, yo… Fue el quepronunció en el Baluarte aceptando la pre-sidencia. Yo lo mecanografié”.

También sobre Bosch, narra: El coronelRafael Tomás Fernández Domínguez llegópor la Pasteur acompañado de Enrique He-rrera Marín, del ejército español, que Bona-parte no se explica “cómo apareció” y se pro-duce una reunión del alto mando militar dela que todos salieron disgustados pregun-tándose: “¿Cómo viene a proponer eso”?

Y agrega. “Al irresoluto de Juan Bosch se leocurrió que nos rindiéramos y nos metié-ramos en la catedral porque los americanosno iban a destruir ese edificio que erapatrimonio de la humanidad”.Fernández “trajo esa propuesta

a contrapelo de su voluntad”. Una tercera vi-vencia con el ex Presidente la introduce conel propósito del asalto al Palacio revelandoque el 18 de mayo se habían fugado doshombres que escucharon el plan y estabanpresos porque eran del Gobierno de Recons-trucción. “Yo le digo a Caamaño:

-¿Y qué vaina es esa que el nuevo (así lla-maban algunos a Fernández) va a asaltar elPalacio y van a ir Montes Arache, Capocci ygente del 14?

Caamaño le respondió que él (Bonaparte)no era militar, y Gautreaux replicó:

-Creo que no se debe ir, pero si se va ahacer que no vaya Fernández Domínguez,nuestras tropas no lo conocen.

-No hay quien lo convenza, se siente malporque no ha estado presente y quiere pe-l e a r.

Como a las cinco “llega Fernando Pimen-tel, asistente de Caamaño: “¡Mataron al nue-vo, a Capocci y Juan Miguel Román no apa-rece! ¡Ven a verlo!”. Estaba “encima de un es-critorio, ya bañado y vestido, con un balazoen el pie derecho y otro en la cabeza”.

Antes, Capocci había entregado a Caama-ño su reloj porque o tomaba el Palacio o novolvía. “Pasó esa noche luctuosa” y al día si-guiente llamó Bosch para dictarle a Bona-parte “el protocolo de un funeral de Estado”para Fernández Domínguez.

“Yo lo escucho, y cuando termina le digo:voy a transmitir este deseo al , pero le diré queno se haga porque no se va proceder igual conJuan Miguel, Capocci y otros a los que no seles va a hacer un homenaje tan grande”. “Nose hizo ese funeral”.

Lamenta la muerte de Andrés Riviere,asesinado por los gringos de un tiro en lagarganta. Había dos revolucionarios apoda-dos “Pichir ilo” y Gautreaux lo mandó dondeuno para que le preparara un sello pero estefue donde el legendario combatiente quepeleó con Fidel Castro y en la Isabel la Ca-tólica fue alcanzado por el mortal disparo.

PRIMERAS MOLOTOVBonaparte nació el 9 de noviembre de

1937 en Sabana de Chavón, La Romana, hijode Julio Gautreaux y Nieves Piñeyro. Vivióen El Seibo y en Barahona hasta 1956cuando vino a estudiar Derecho, carreraque abandonó porque “la justicia nof u n c i o n a b a”. Comenzó a devorar librosy revistas. Leía 100 páginas diarias dehumanidades. Domina varias ma-terias porque “quería ser perio-dista de verdad”. Es además mú-sico, educador, toca saxofón,fue tambor mayor de la ban-da de música de Baraho-na.

Simpatizó con elPRD y el 14 de Juniopero terminó en el

primero porque “el 14 tenía un lenguaje apo-calíptico y parecía irreal, ilógico lo que plan-t e a b a”.

Está casado con Miriam Martínez, madrede sus hijos Julio Heberto, Nieves Cristina yJuan Gabriel.

Fue “una minúscula parte de la conspi-ra c i ó n” contra el Triunvirato con AquilesLeyba Matos, dirigente sindical. Se unió a lacausa desde el 24 con José Antonio Persia.Evitaron que la multitud incendiara una es-tación de gasolina y junto a Fausto MartínezHernández estableció una red de informa-ción para recibir soldados.

En la Palo Hincado esquina Padre Billini,su comando inicial, fabricó las primeras mo-lotov con Luis Scheker, Daniel Ozuna Her-nández y otros.

Pasó al de la Pina esquina Canela a pe-tición del periodista José González, quien leentregó a Luis Acosta Tejeda y a Luis Arman-do Asunción, quienes leerían las noticiasque él preparara. Tras su llegada al edificioCopello fue la figura invariable al lado deCaamaño al que consideraba “excepcional -mente inteligente. Era un militar represivo yya el 3 de mayo pronunció un discurso comoun líder que perseguía la libertad y la de-mocracia. Tenía don de gente, sabía mane-jarse y dirigir de manera democrática. Poseíagrandes valores morales, con las virtudes ylos defectos de los dominicanos, porque eramuy dominicano”.

Estima que la revolución fue una respues-ta contraria a los que decían que “é ra m o scobardes porque Trujillo duró 31 años”.

Para él no hubo momentos traumáticos,porque “como deportista sabía que unas ve-ces se gana y otras no, aunque no se pierda.La guerra es la guerra. Ganamos el derecho avivir, a la búsqueda de la libertad, al cono-cimiento de la solidaridad humana y el de-ber de servirle a la Patria”.

NAPO

LEÓN

MAR

TE

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A RE Í TO 7Sábado 18 de a b ri lde 2 015 H OY

50AÑOS

1965-2015

PEDRO GIL ITURBIDES

“La Hoja no estuvo a favor dela revolución, yo tampoco”

D e allá abajo, de la zona constitucio-nalista, comenzaron a decir que LaHoja era del Gobierno de Recons-trucción, lo cual no era cierto; sur-

gió para poner a trabajar la imprenta, paraproducir y poder pagar a los empleados queestaban cesantes por la guerra”.

Pedro Gil Iturbides hace la aclaración por-que su periódico era el único que estaba con-tra el conflicto armado. Las otras dos publi-caciones eran La Nación y Patria que estabana favor de la contienda y dirigían ataques a LaHoja, pero algunos redactores de esta eranimplacables en sus diatribas contra comba-tientes y directivos de los dos periódicos.

Sin embargo, Gil Iturbides no tomabaparte en estos debates. Muchos de sus re-dactores, empero, eran virulentos. Algunosmordaces artículos aparecían firmados conlas iniciales M.G. Él dice que no sabe dequién se trataba.

No niega que es de derecha. No andabaarmado porque no tenía miedo y confiesaque su temperamento no fue bélico. “Lo queme impulsó a sacar La Hoja no fue pelearcon la revolución, fue la necesidad de man-tener a esos muchachos”, explica.

Manifiesta que no era un anticomunistara d i c a l .

La Hoja y él no estaban contra el pueblo,afirma. “Todo lo contrario, yo estuve a favordel pueblo dominicano. Los dos millonesque éramos estábamos fuera de la zonac o n s t i t u c i o n a l i s t a”.

Fue difícil lograr con el vicerrector deUTESA la entrevista sobre abril. No obstante,contó su experiencia desde el mismo 24 deabril cuando pospuso un viaje a San Pedrode Macorís porque se encontró con una tur-ba en la Vicente Noble que vociferaba con-signas revolucionarias. Pensó que “aquellono iba a parar en nada bueno”, llamó a supadre, quien le comunicó que acababan deanunciar que se habían levantado los cuar-teles, entre ellos el Campamento 16 de Agos-to. “Es preferible que no vayas”, le aconsejó.

Gil Iturbides, entonces secretario generaldel Distrito Nacional del Partido Revolucio-nario Social Cristiano, de Alfonso MorenoMartínez, había participado en movimien-tos clandestinos contra el Golpe de Estado aJuan Bosch. Otra parte, liderada por Caona-bo Javier Castillo, no estaba de acuerdo conesa lucha, afirma.

Nacido en La Romana el 15 de diciembrede 1942, hijo de Pedro Gil Vives, español, y deGloria María Iturbides Hidalgo, se inicióadolescente en el periodismo. Comenzó concrucigramas y localizando notas para las co-lumnas de Manuel Valdeperes en La Na-ción.

Trabajó en Radio Caribe como productorde programas, luego fue reportero y subdi-rector de prensa. Gregorio García Castro fueuno de sus orientadores.

Inició estudios de Derecho al tiempo quetrabajaba en La Nación (no la de la guerra)como encargado de la sección política, de-signado por Rafael Bonilla Aybar, director.Junto con Virgilio Alcántara y Francisco Ál-varez Castellanos difundía Radio Noticias,por HIN. Produjo espacios independientes ymantenía una pequeña imprenta. Con Fran-cisco Álvarez Castellanos hacía el programa“Mer idiano”, por Radio Quisqueyana.

Está casado con Rosa Deyanira Sánchez.Es el padre de Pedro, María Isabel y María delCarmen Gil Morales; de José Antonio, JuanManuel y María Rosa de los Ángeles Gil Sán-chez y de Juan Antonio Gil Robiou.

En la tiranía fue apresado, interrogado y

sometido a presión psicológica por JohnnyAbbes cuando cuatro primos suyos, Héctor,Fernando, Clara y Fidias Batista Iturbides,desafectos al régimen de Trujillo, se asilaronen la embajada de Brasil. Respondió al SIMcon arrojo y se negó a firmar una carta aTrujillo diciendo que esos familiares eran in-dignos. “Era trujillista pero no hasta el ex-t re m o”, comenta.

DISPAROS Y UN CADÁVERTras posponer la charla se dirigió al local

del PRSC y cuando iba por la Mercedes conPolvorín debió refugiarse en la funerariaBlandino, porque disparaban. Vio caer a unpolicía de tránsito apellido Perdomo.

Le acompañaba Manuel de Jesús Vargas,de los primeros presos de 1963, herido cuan-do repartía documentos de protesta contrael Golpe de Estado, refiere. Este le advirtióque iban a asaltar el partido.

Llegó a la casa de Armando D’A l e s s a n d ro,quien era secretario general del PRSC, entreDoctor Delgado y Galván. No estaba. “Al otrodía nos mudamos a la Bolívar, a la residenciade Eddy Bogaert y su esposa Alba Marra deBogaer t”. Allí llegó un empleado a cobrarle yD’Alessandro le aconsejó escribir a la secre-taría de Trabajo suspendiendo el personalmientras durara la situación política.

Describe el corredor trazado por los yan-quis y agrega que “ya ciertos organismos es-taban previendo que esto iba para largo y ahíme surgió la idea de ponerme a producir”.

Buscó a Tomás Morales Garrido (Papu-cho) y tanto este como D’Alessandro apor-taron el capital para la salida de La Hoja. Alpoco tiempo Mario Read Vittini le dijo quetenía un grupo de empresarios que queríancolaborar. “Mario era el colector, me reunía

mil pesos semanales. Papucho, simpatizan-te de Balaguer, “era fijo”.

LA HOJAPedro Gil Vives y Antonio Gil Iturbides,

hermano de Pedrito, se ocupaban de las no-ticias. Las que no eran locales las captabanpor emisoras de onda corta como Radio Ne-derland, WRUL, de New York; Radio HabanaLibre. “Oían, grababan y elegían informacio-nes vinculadas al asunto dominicano”.

Asegura que llegó a vender 33 mil ejem-plares diarios en todo el país. “Había sitioscomo Barahona donde se colocaban 500ejemplares y en Santiago dos mil y pico”.

No es cierto, afirma, que fuera competen-cia de Patria y La Nación. Aunque se atribuíala dirección de Patria a Ramón Alberto Fe-rreras (Chino), quien aparecía como tal eraTulio Carvajal. El Chino era fuertemente ata-cado por La Hoja, hasta a nivel personal.

Gil Iturbides escribía “En esta esquina”.Luis Langa Mota era el autor de “Ho j e a n d o”.También eran del equipo Tulio Navarrete,Ruddy Grullón y Enrique Piera Puig.

La Hoja elogiaba al Gobierno de Recons-trucción Nacional, denostaba al comandan-te Pichirilo, del que decía que no fue un com-batiente sino un aventurero y desató des-pués una campaña contra el presidenteHéctor García Godoy, al que acusaba de estara favor de los constitucionalistas.

“DE PENSAMIENTO CONSERVADOR”Admite que es “de pensamiento conser-

vador y en ese sentido puedo mostrar todo loque he escrito a lo largo de mi vida”.

Manifiesta que era contrario a la revolu-ción “en la forma en que se expresó: la vio-l e n c i a”, pero que colaboró en la conspiraciónpara derrocar al Triunvirato con FernándezDomínguez y Héctor Lachapelle. “Celebra -mos reuniones en el Ensanche Espaillat y enSan Carlos por el retorno a la constitucio-nalidad. Planteábamos una deposición delTriunvirato sin que hubiera necesidad de unmovimiento armado popular”.

“La Hoja no estuvo a favor de la revolu-ción, yo tampoco”, exclama. Entiende que loque el país “debió armar fue un gran mo-vimiento de opinión pública para presionara unas elecciones libres y democráticas”.

Sobre Caamaño opina: “Manuel de JesúsVargas está cojo, quien le partió la pierna fueCaamaño, que era jefe de los Cascos Blancos.Yo siempre estuve imbuido de la experienciavivida por Manuel y en ese sentido me cues-tioné y me he cuestionado la posición deCaamaño: de Casco Blanco a patriota. Comono soy tan inclinado a caer de una posición aotra contraria, no entiendo esas satisfaccio-

nes por mucho que San Pablo nos hayadicho y nos diga que él las vivió”.

ÁNG

ELA

PEÑ

A

1.Pedro Gil Iturbides más joven. 2. Su columna en La Hoja.

PEDRO SOSA Y NAPOLEÓN MARTE

‘‘ Los dosmillones que

éramos estábamosfuera de la zonaco n s t i t u ci o n a l i s t a”

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8 Sábado 18 de a b ri lde 2 015H OY A RE Í TO

50AÑOS

1965-2015

A l caer la tarde de aquel sábado 24 deabril de 1965, la alegría de los pri-meros momentos se había tornadoen incertidumbre. A las 8:30 del ano-

checer, el triunviro Donald Reid Cabral, ennombre del Gobierno de facto que presidía,anunció a la ciudadanía, a través de una ca-dena de radio y televisión, que el país se en-contraba en calma y que las Fuerzas Arma-das continuaban siendo leales a su régimen.Estas fueron sus palabras: “Cumplo con eldeber de informar al país que hoy, en las pri-meras horas de la tarde, un grupo de oficialesdel Ejército hizo preso al jefe y subjefe delEstado Mayor del Ejército Nacional, generalMarcos Rivera Cuesta y coronel MaximilianoAmérico Ruiz Batista, E.N. respectivamente,así como a un grupo de oficiales también delEjército. Poco después se apersonaron en losestudios de Radio Santo Domingo y se man-tuvieron utilizando sus micrófonos hastaque fueron desalojados y detenidos por tro-pas que cumplían las órdenes que oportu-namente les fueron dadas. Todo el país sehalla en calma bajo el absoluto control delGobierno, a excepción del Campamento 16de Agosto, que se encuentra en el kilómetro25 de la carretera Duarte y las instalacionesen que está alojada la Jefatura de Estado Ma-yor del Ejército. Los dos campamentos quese han insubordinado fueron rodeados portropas y en interés de evitar innecesarios de-rramamientos de sangre, se les ha instado adeponer su actitud. De no acceder a esto amás tardar a las 5:00 de la mañana, efectivosde todas las Fuerzas Armadas cumplirán consu misión que les corresponde de preservarla paz y el orden público en la forma en quelo demanden las circunstancias. El Gobiernoinvita a la población civil que vive en los al-rededores de los citados campamentos paraque abandonen dichos lugares lo más pron-to posible, a fin de que si es necesario tomarmedidas de carácter militar contra los insu-rrectos se encuentren fuera de peligro. Ex-horto a los ciudadanos a permanecer en suscasas en virtud de lo dispuesto en el DecretoNo. 2433 que se dictó hoy y que establece untoque de queda que comenzó a las 6:00 de latarde y que terminará mañana en la mañanatambién a las 6:00. El Gobierno ha dispuestopara garantizar la tranquilidad y los inte-reses de todos que efectivos del Ejército Na-cional, de la Marina de Guerra, de la Avia-ción Dominicana, del Centro de Enseñanzade las Fuerzas Armadas y de la Policía Na-cional hagan servicios de patrulla, a cuyocargo está el orden que no ha sido inte-rrumpido y preservar la propiedad”.

Parecería que el presidente del Gobiernode facto no sabía con qué clase de militaresestaba tratando. Su llamado para que depu-sieran las armas no podía encontrar eco enuniformados como esos dispuestos a jugar-se el todo por el todo.

Cerca de la medianoche de ese sábado 24de abril de 1965, los militares sublevados vol-vieron a la carga. En efecto, tropas del Ejér-cito Nacional asaltaron la Intendencia Ge-neral topándose con una feroz resistencia departe de los defensores de ese recinto. En esaacción, resultaron muertos o heridos variosoficiales y soldados leales al Gobierno de fac-to. No se reportaron bajas en el bando de losconstitucionalistas. Mientras tanto, otroscontingentes de tropas sublevadas ocupa-ban la ciudad de Santo Domingo.

En la primera plana del periódico ListínDiario, en su edición correspondiente al do-mingo 25 de abril, aparecieron unas decla-raciones del líder de los militares subleva-dos, coronel Miguel Hernando Ramírez,afirmando que el levantamiento contabacon el apoyo del Batallón Juan Pablo Duarte,con varios agrupamientos de blindados,con todo el personal de la Jefatura del Ejér-cito Nacional, y que pronto se le sumarían almovimiento constitucionalista otras unida-des de las Fuerzas Armadas, incluyendo elbien entrenado Cuerpo de Hombres Ranasde la Marina de Guerra.

Cerca del amanecer, Donald Reid Cabralrecibió una llamada telefónica del Jefe de Es-tado Mayor de la Fuerza Aérea, general debrigada Juan de los Santos Céspedes, comu-

nicándole que los pilotos bajo su mando noestaban dispuestos a bombardear los cam-pamentos militares bajo el control de los su-blevados. El gobernante de facto ya comen-zaba a sentir la soledad del poder. Ya no po-día contar con el apoyo incondicional de losmilitares golpistas.

Desde la madrugada de ese domingo 25de abril emisoras de radio de todo el paíscomenzaron a transmitir consignas alentan-do a la población civil a lanzarse a las calles ya los militares, que aún permanecían lealesal Gobierno de facto, a sumarse a la rebelión.Los dirigentes de los partidos políticos dederecha comprometidos con el golpe de Es-tado que derrocó al presidente Juan Bosch seencontraban ocultos o refugiados en emba-jadas extranjeras acreditadas en San Domin-go. Los locales de las agrupaciones a las cua-les pertenecían estaban siendo saqueadospor turbas armadas que recorrían las callesde la ciudad de Santo Domingo en busca depersonas simpatizantes o allegadas al Go-bierno de facto. Alrededor de las 10:00 de lamañana de ese domingo 25 de abril, uni-dades blindadas y tropas de infantería co-mandadas por el coronel Francisco AlbertoCaamaño Deñó penetraron en el Palacio Na-cional sin encontrar resistencia. ¡El Gobier-no de facto del Triunvirato había sido de-r ro c a d o ¡

Con la caída del Gobierno de facto se ce-rraba el primer capítulo de la Revolución deAbril de 1965, dando paso a un debate entrelos altos oficiales constitucionalistas en tor-no a la naturaleza del Gobierno que habríade sustituir al derrocado. Algunos se adelan-taron en proponer que una junta militar,presidida por el entonces líder de la revuelta,coronel Miguel Ángel Hernando Ramírez, eintegrada por los coroneles Francisco Alber-to Caamaño Deñó, Pedro Augusto ÁlvarezHolguín y Vinicio Fernández, asumiera elpoder hasta la celebración de elecciones enun plazo no mayor de noventa días; otros, los

más radicales, demandaban la vuelta al po-der sin elecciones del depuesto presidenteJuan Boch, la puesta en vigencia de la Cons-titución de 1963, una amnistía general a lospresos políticos y el regreso de los exiliados.No faltaron otros grupos de altos oficialesquienes, a pesar de haber permanecido lea-les hasta el final del Gobierno de facto, semostraban dispuestos a aceptar la instala-ción de un Gobierno de cualquier naturalezasiempre y cuando el depuesto presidenteJuan Bosch no formara parte del mismo. Esde justicia destacar que algunos de ellos es-tuvieron toda la noche del sábado y la ma-ñana del domingo 25 de abril realizando es-fuerzos para evitar un enfrentamiento arma-do entre militares. Pero sus diligencias en esesentido no prosperaron. Sin esperar que losaltos militares envueltos en esa disputa lle-garan a ponerse de acuerdo, a las 2:00 de latarde del domingo 25 de abril de 1965, eldoctor Rafael Molina Ureña, en su condiciónde presidente de la restituida Cámara de Di-putados, tomó posesión como PresidenteConstitucional de la República, en tanto re-gresara al país el presidente Juan Bosch. ¡Lasuerte estaba echada!

Estamos seguros que algunos de nues-tros lectores se quejarán de que el autor deestas líneas pone demasiado hincapié en elaspecto militar de la contienda de Abril endetrimento de las dimensiones políticas,sociales y económicas del conflicto. Paraesto no disponemos de explicaciones ni dedisculpas. Sabemos que esos factores sonvitales para la comprensión de las razonesque condujeron al conflicto de Abril y quelos mismos, junto al máuser reenviador,dieron pie a lo que sucedió después: unaguerra civil seguida de una intervenciónmilitar norteamericana.

*Jesús de la Rosa es catedrático titular de laUASD y capitán de navío ® de la Armadade República Dominicana

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