Areíto sábado 02 de julio, 2016

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Areíto Zona de la Cultura y de las ideas www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Aimée Piccirillo SÁBADO 2.07.2016 JUAN VENTURA Autodidactas en las letras dominicanas Página 2 Pedro José Gris en la milla de los museos “Mi objetivo fundamental es entender lo que uno hace en el mundo. El arte es un mecanismo para tratar de entenderlo. Nunca se llega a entenderlo. Mi pintura, al igual que mi poesía, es mi visión de la vida”. Pá g i n a 8 La representación de la comida en la narrativa dominicana La comida aparece representada en la literatura dominicana, como ya hemos visto anteriormente en la novela "El montero”, de Pedro Francisco Bonó. También en "Baní o Engracia y Antoñita" de Francisco Gregorio Billini. Pá g i n a 5 Edvard Munch diseccionador del alma Edvard Munch es autor de un extenso y complejo trabajo matizado por la muerte, el dolor, la locura y el sufrimiento –ángeles negros que vigilaban su cuna y le acompañaron a lo largo de la vida– según afirmó alguna vez. Pá g i n a 6 M M ú ú s s i i c c a a y y f f i i l l o o s s o o f f í í a a Página 3

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A re í t o Zona de laCultura y de

las ideas

w w w. h oy.co m .d oEditor: BavegadoDiseño: Aimée PiccirilloS Á BA D O 2.0 7.2 016

JUAN VENTURA

Autodidactas en las letras dominicanas Página 2

Pedro José Grisen la milla de los museos“Mi objetivo fundamentale s entender lo que unohace en el mundo. Elarte es un mecanismopara tratar deentenderlo. Nunca sellega a entenderlo. Mipintura, al igual que mipoesía, es mi visión dela vida”. Pá g i n a 8

La representación de lacomida en la narrativado m i n ica naLa comida aparecerepresentada en laliteratura dominicana,como ya hemos vistoanteriormente en la novela"El montero”, de PedroFrancisco Bonó. Tambiénen "Baní o Engracia yAntoñita" de FranciscoGregorio Billini. Pá g i n a 5

Edvard Munchdiseccionador del almaEdvard Munch es autorde un extenso y complejotrabajo matizado por lamuerte, el dolor, lalocura y el sufrimiento–ángeles negros quevigilaban su cuna y leacompañaron a lo largode la vida– según afirmóalguna vez. Pá g i n a 6

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2 Sábado 2 de juliode 2 016H OY A RE Í TO

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William Shakespeare (Dramaturgo inglés)No temáis a la grandeza; algunos nacen grandes,algunos logran grandeza, a algunos la grandeza les esimpuesta y a otros la grandeza les queda grande.

Autodidactas en lasletras dominicanas

Juan Ventura

T enemos a autodidactas que sehan destacado en las letras domi-nicanas, sin haber pisado nuncapor nuestras universidades y

otros que asistieron, pero que no llegarona obtener títulos algunos.

Son muchos los dominicanos que sinhaber obtenido un título universitario,hoy en día tienen un lugar reservado enlas letras dominicanas.

El escritor portuguésJosé Saramago, PremioNobel de Literatura, sos-tuvo: “Yo creo que, a lolargo de la historia de laliteratura, de todos lospaíses y de todos los tiem-pos, son mucho más losescritores que no han idoa la universidad, que losque fueron a la universi-dad. No es una condición.Claro, la universidad te dainformación y conoci-mientos que en la vida tevan a ser útiles, pero la universidad nofabrica escritores. Hay Facultad de Inge-niería, de Economía, pero no hay una Fa-cultad que forme escritores. No la hay, yno la habrá nunca. Uno tiene sus propiostalentos, naturales o los adquiere y de ahíse sale o no se sale como poeta, novelistao ensayista. La universidad es necesariaen todo el mundo, pero podemos vivir sine l l a”. (Eugenio García Cuevas. La palabrasin territorio (hablar en la posguerra fría).Colombia. Panamericana Formas e Im-presos, S. A., 2004, páginas 251—52), edi-tado por Alfaguara.

Estos han descollado en el periodismo,el magisterio, la publicidad, la literatura,la banca, la política, etc.

Cada uno de estos ha tenido el hábitode la lectura y lo han hecho bajo disci-plina.

“Se comienza leyendo—dice RufinoMar tínez—a todo el mundo, sin saberuno distinguir la calidad de lo leído, perocorrido el tiempo y ya madurado el juicioy formada algo así como conciencia crí-tica, se acaba por no leer a todo el mun-d o”.

Los mismos han mantenido un ritmode lecturas constantes y permanentes. Sehan desenvuelto en un entorno de ter-tulias literarias y de contactos permanen-tes con los profesionales e intelectualesde más fuste del país.

El historiador e intelectual puertopla-teño Rufino Martínez nos ha narrado suexperiencia de la manera siguiente: “Lanecesidad de las lecturas origina las bi-bliotecas; pero estas, con respecto a cadaindividuo, se deben formar progresiva-mente, conforme se va ampliando el ho-rizonte mental creado por la lectura mis-ma. La lectura de un libro sugiere o puede

sugerir la adquisición de otros, en razóndel interés sobre determinado tema, o lacuriosidad contagiosa originada por losvariados aspectos de una cuestión”.

En nuestro país, han descollado en lasletras como autodidactas un sin númerode escritores e intelectuales, a saber: JoséGabriel García (historiador, biógrafo y es-critor); Federico García Godoy (periodis-ta, novelista, crítico literario, historiador yprofesor); Salomé Ureña de Henríquez(profesora, poeta y escritora); Rufino

Martínez (profesor, histo-riador, biógrafo y escri-tor); Juan Bosch (político,expresidente de la Repú-blica, cuentista, académi-co, novelista y escritor);Franklin Mieses Burgos(poeta y escritor); RamónMarrero Aristy (periodis-ta, novelista, cuentista,historiador y escritor); To-más Hernández Franco(poeta y escritor); Manueldel Cabral (poeta, novelis-ta, diplomático y escritor);

Fabio Fiallo Cabral (periodista, poeta yescritor); Mercedes Mota (maestra y es-critora); Carmen Natalia Martínez Bonilla(escritora y poeta); Apolinar Henríquez(periodista, académico,historiador y escritor);Domingo Moreno Jime-nes (profesor, poeta y es-critor); Diógenes Valdez(cuentista, novelista y es-critor); Federico Henrí-quez Gratereaux (perio-dista, ensayista, acadé-mico, novelista, y escri-tor); Ramón Antonio Fe-rreras (periodista, histo-riador y escritor); RománFranco Fondeur (perio-dista, historiador y escri-tor); Jacinto GimbernardPellerano (músico, aca-démico, escritor e historiador); Pedro Re-né Contín Aybar (poeta, escritor, críticoliterario y antólogo); J. Agustín Concep-ción (periodista, historiador, genealogis-ta y escritor); Mario Concepción (histo-riador y escritor); Rafael Herrera Cabral(periodista y escritor); Álvaro Arvelo, hijo(periodista y escritor); Pedro Antonio Val-dez (poeta, novelista y escritor); Carlos T.Martínez (locutor, periodista, biógrafo yescritor); Armando Almánzar R. (críticode cine, cuentista, novelista y escritor);René del Risco Bermúdez (poeta, publi-cista, cuentista y escritor); Juan José Ayu-so (poeta, periodista, publicista y escri-tor); Mario Álvarez Dugan (periodista yescritor); Rafael Abreu Mejía (poeta y es-critor); Radhamés Reyes Vásquez (poeta yescritor); Efraim Castillo (novelista, pu-blicista y escritor); Carlos Acevedo (pe-riodista y escritor); Cándido Gerón (poe-

ta, bibliógrafo, académico, crítico de arte,antólogo y escritor); Pedro Pablo Fernán-dez (poeta, publicista y escritor); Fede-rico Jóvine Bermúdez (poeta y escritor);Ramón Emilio Jiménez (poeta, profesor,académico, periodista y escritor); Ubi Ri-vas (periodista y Escritor); Alonso Rodrí-guez Demorizi (periodista, historiador,académico, impresor y escritor); José Ra-món López (periodista, cuentista y escri-tor); Yaqui Núñez del Risco (locutor, pu-blicista y escritor); Carlos Batista Matos(periodista y escritor); Ramón Emilio Co-lombo (periodista y escritor); Freddy Be-ras Goico (locutor, humorista, novelista yescr itor).

También, están: Jaime Colson, doñaMinerva Bernardino, Felipe González Ló-pez, don Rafael Vidal, Eugenio Descham-ps, Andrés Francisco Requena, Juan Sán-chez Lamouth, don Pedro Spignolio Ga-rrido, Ramón Cifre Navarro, Otilio VigilDíaz, Virginia Elena Ortea, Danilo Arze-no, Héctor J. Díaz, Manuel Zacarías Es-pinal, Camilo Carrau, Petronila AngélicaGómez, Juan Freddy Armando, ErnestinaGómez de Read, Octavio Guzmán Carre-tero, Carmen Lara Fernández, ManuelLlanes, Luis Eduardo Lora, Orlando Mar-tínez, Orlando Gil, Ramón Alberto FontBernard, Francisco Álvarez Castellanos,

Santiago Estrella Veloz,Radhamés V. Gómez Pe-pín, Rafael Chaljub Mejía,Carlos Nina Gómez, Fran-cisco Comarazamy, Narci-so Isa Conde, FranciscoAntonio Santos, Ludin Gó-mez, Melba Marrero deMunne, Francisco Nolas-co, Ercilia Pepín, RafaelEmilio Sanabia, MargaritaVallejo de Paredes, RamónJerez Díaz, José GómezCerda, Rafael Taveras Ro-sario, Johanna Goede Ga-lán, Clemente Lockward,Ángel Miolán, Rafael A.

Brugal P., Félix Servio Ducoudray hijo, Fi-delio Despradel, Raúl Pérez Peña, OscarGil Díaz, Ángela Peña, Jaime Lockward,Luis Adolfo Arzeno Rodríguez, Julio Ar-zeno Peralta, Julio Gautreaux, TomásBáez Díaz, Maximiliano Gómez, Juan Du-coudray, y otros tantos...

He hecho mío el juicio siguiente: “Nobasta con leer ávidamente todo lo con-cerniente a determinada disciplina y es-cribir prolíficamente. Al final lo único quecuenta es si esa lectura o esa escritura hantraído como resultado un producto quebeneficie a los demás. La obra del inte-lectual, en otras palabras, se hace dignade aprecio solo cuando deviene en ser-vicio a la sociedad”. (Silvio Torres Saillant.El retorno de las yolas. Ensayos sobrediásporas, democracia y dominicanidad.Santo Domingo, editora Manatí, 1999,páginas 289—290).

‘‘ O t ro sautodidactas son

Jaime Colson, MinervaBernardino, FelipeGonzález López, donRafael Vidal, EugenioDeschamps, AndrésFrancisco Requena yJuan Sánchez Lamouth.

‘‘ “Se comienzal eye n d o —dice Rufino

Martínez—a todo el mundo,sin saber uno distinguir lacalidad de lo leído, perocorrido el tiempo y yamadurado el juicio y formadaalgo así como concienciacrítica, se acaba por no leer atodo el mundo”.

Yaqui Núñez del Risco Ramón Emilio Colombo Cándido Gerón Rafael Herrera Cabral Jacinto Gimbernard

ARCHIVO/FUENTE EXTERNA

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A RE Í TO 3Sábado 2 de juliode 2 016 H OY

Música y filosofíaL a metafísica es la poesía de la filosofía.

Es decir, su música encarna en poesía:es metafísica poética. Los temas tem-porales son de índole metafísicos. Sin

embargo, no se construye un discurso me-tafísico del pasado ni del futuro sino del pre-sente. Por consiguiente, solo existe una me-tafísica del presente porque está condicio-nada por el tiempo, y como señala Borges, eltiempo es el tema central de toda metafísica.Es música en estado espiritual. No existe unametafísica del ser sino una metafísica deltiempo, ya que del ser se ocupa la ontología.En consecuencia, la metafísica no es sino ex-periencia temporal del ser. El tiempo trans-curre como la música; es melodía invisibleque fluye en instantes: duración móvil y fu-gaz que parpadea en el espacio. En efecto, lamúsica es la medida del tiempo: sustancia ymateria de la metafísica filosófica.

La música es forma, comola arquitectura y la escultura,pero también es idea. De ahíque no hay música concretasino abstracta, aunqueSchoenberg quiso hacerla, através de la música aleatoria,atonal o dodecafónica, unaespecie de música serial, enla que apenas son percepti-bles los tonos, y donde se es-cuchan las ideas de las me-lodías. Así pues, podemosdecir que la música es un ar-te donde la idea se confundecon la forma, y de ahí su se-mejanza con la metafísica.Es decir, con el misterio y loinefable de lo viviente. En talsentido, Schopenhauer sentenció: “El mun-do es música encarnada tanto como volun-tad encarnada”. Para este filósofo pesimista-precursor de Nietzsche-, en la música “hayalgo de inefable y de íntimo”. Si para Leibniz,la música es aritmética, para Schopenhaueres metafísica. Como se ve, algunos filósofoshan tenido sensibilidad musical, en especialTheodor Adorno (quien incluso tocaba elpiano), y otros que han escrito tratados deestética musical, en cambio, Kant (paradó-jicamente un alemán) la odiaba; tambiénVíctor Hugo, y Napoleón, pero en este gue-rrero conquistador se comprendía. Scho-penhauer, a pesar de ser un poskantiano,amaba la música, y la colocaba por encimade las demás artes. Para este autor de Elmundo como voluntad y representación, lasideas se expresan a través de la música, y noal revés. Es decir, que el arte musical es una

obra de la voluntad, una representación dela contemplación voluntaria. Para DenisHuisman, toda la estética de Schopenhauerestá contenida en su frase: “El artista nospresta sus ojos para ver el mundo”. Para estepensador alemán, el arte -y en especial, lamúsica- es la mejor vía para alcanzar el “co -nocimiento puro del universo”. Si para él, elmundo es doloroso, solo el arte actúa comoantídoto -o elixir- para soportar los avataresy tormentos de la voluntad de vivir, y de ahíque su pensamiento filosófico descansa so-bre una base budista, fundado en la medi-tación y la contemplación del mundo sen-sible. “Si la voluntad es dolorosa y la volun-tad de vivir desgraciada, el arte será el mejorcalmante, el reconfortante más seguro. A lavez tónico y consolador, el arte llegará al en-tusiasmo estético que suprime las atadurasde la vida”, afirmó.

Aunque parezca abstractae invisible, la música es unlenguaje concreto; un artetemporal y no verbal, deter-minado por un instanteacústico. En efecto, la músi-ca es una experiencia esté-tica del sonido y el silencio,donde sus elementos com-positivos representan losinstrumentos que hacen po-sible y real el mundo sensi-ble. Cuando oímos una me-lodía musical, vemos y sen-timos, y al sentir, imagina-mos y simbolizamos expe-riencias sensibles y tempo-rales del sonido. La músicapues nos permite sumergir-

nos en la forma de las cosas del mundo na-tural. Como lenguaje apasionado del senti-miento, es el arte en el que se realiza el mun-do, en sus vibraciones temporales más ín-t i m a s.

La música es la voz de los sentimientos,cuya esencia metafísica de lo real transformaen un saber, y de ahí que se emparente con lafilosofía, en tanto amor a una sabiduría es-pecial. Si la filosofía es “amor a la sabiduría”,la música es amor al sonido. En tal virtud,Wagner dijo: “Lo que la música expresa es loeterno, lo infinito, lo real”. Si Nietzsche, en suobra El origen de la tragedia, dijo que “elmundo sin música sería un error”, tambiénpara este pensador nihilista: “Solo como fe-nómeno artístico está justificada la existen-cia del universo”. Si bien Nietzsche se separade su antiguo amigo Richard Wagner, su ra-zón reside en que para él, Wagner despojó lo

afirmativo de la música, posibilitando quehaya caído en un estado de decadencia.

La potencia que posee la música de ex-presar la intimidad del espíritu le confiereuna dimensión metafísica, que el romanti-cismo musical supo capitalizar. La perfec-ción aritmética de la música fue lo que in-dujo a Arthur Schopenhauer a la convicciónde colocarla en un espacio privilegiado de lasensibilidad humana, por encima de las de-más artes, y a afirmar que: “Lo que la músicanos da es la historia secreta de la voluntad”.Vale decir, que para este pensador, la músicaes la expresión de una fuerza consciente eíntima, pero libre, de la conciencia estéticadel sujeto, y de ahí que viera el mundo comola representación de una voluntad no divinasino humana. La música le prestó sus ojospara ver el mundo a través del sonido, puesal escuchar sus acordes, podemos ver, conel concurso de los sentidos, los ecos y lasreverberaciones, las vibraciones y las reso-nancias de la naturaleza, en su estado tem-poral. Si el hombre hizo música, al oír elsonido de los árboles, el mar, los ríos y lospájaros, el músico transforma ese sonidopuro en materia prima para organizar elcaos del cosmos, en una sinfonía espacialde la temporalidad.

La música se alimenta de aire y de espa-cio, a pesar de ser un arte temporal. Su poé-tica es la razón temporal que hace cantar alpensamiento. Así pues, idea y música se ma-trimonian entre el tiempo de silenciar y so-nar, entre el silencio del espacio y el sonidodel tiempo. Si Vasili Kandinsky vio en el colorazul una sinfonía es porque en la música haycolor. Y lo afirmó un pintor que buscó lo es-piritual en el arte e inventó la pintura abs-tracta (aunque siempre lo negó), a través delos manchados. En efecto, entre la música yla pintura, el sonido y el color operan sines-tesias que permiten la transferencia simul-tánea de lenguajes. Químicamente hablan-do, el color y el sonido se consustancializan,en una especie de cruce de lenguajes expre-sivos, tal y como lo observó Goethe, y otrosteóricos de la física y la psicología del color.La música es un arte aéreo: se transmite en elespacio y el tiempo, en olas centrífugas y gra-vitacionales, y va de oído a oído, en nota-ciones, tonos y timbres, que adormecen yarrullan. Como arte temporal, produce en elauditor un estado trastemporal, en el que semachihembran la naturaleza y los hombres.Ese trance de la delectación acústica tras-ciende las coordenadas temporales del ser yel cosmos, en una introspección psicológicade la mente humana despierta.

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‘‘ La música es lavoz de los

sentimientos, cuyaesencia metafísica de loreal transforma en unsaber, y de ahí que seemparente con lafilosofía, en tanto amora una sabiduría especial.Si la filosofía es “amor ala sabiduría”, la músicaes amor al sonido.

A Jacinto Gimbernard y Julio de Windt, con afectos

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4 Sábado 2 de juliode 2 016H OY A RE Í TO

La crítica ha de ser imparcial… ¿Qué es laimparcialidad? Serenidad, frialdad ante lascosas y ante los hechos. ¿Qué es la crítica? Cla-var en la frente de las cosas y de los hechos unpunzón o un punzón negro; arrastrarlos allado de lo malo o al lado de lo bueno, siempreclavar, siempre arrastrar…

El crítico ha de luchar. La crítica es unalucha. ¿Cómo no se ha de descomponer el ves-tido? ¿Cómo puede flotar la serenidad sobrela lucha?

Pero mirando el trasluz la palabra impar-cialidad, quiere decir impersonalidad. Serimpersonal es salirse fuera de sí mismo, haceruna escapada de la vida, sustraerse a la ley dela gravedad sentimental. De tal suerte…sepodrá ser justo…José Ortega y Gasset, De lacrítica personal[1]

Desde hace mucho tiempo hequerido conocer a profundi-dad a José Ortega y Gasset, elespañol universal, quien consus escritos revolucionó elmundo intelectual de inicios

del siglo XX. Ha estado en mi lista de pen-dientes por años. Decidí iniciar, de una vez ypor todas, una serie sobre elpensamiento de este hom-bre que a pesar de habermuerto hace 60 años, siguevigente en el corazón y lamente de aquellos que sepreocupan por el devenir deesta humanidad, que parecese apresura a auto destruir-se, o por lo menos, a autoa n u l a r s e.

José Ortega y Gasset na-ció en Madrid en 1883 en elseno de una acomodada fa-milia madrileña, que por demás tenía unavida intelectual bastante activa. Su abuelomaterno fue el fundador del periótico ElImparcial; que años más tarde fue here-dado por su padre en la dirección del pe-riódico. Tan arraigada era la vocación pe-riodística que su hijo menor fundó el im-portante periódico El País.

La formación de Ortega yGasset era envidiable. Obtu-vo su doctorado en filosofíaen el año 1904. Luego siguiósu formación en Alemania,donde bebió de las obras deKant y se afilió al neokantis-mo. Se casó con Rosa Spot-torno, con quien procreó sustres hijos: Miguel, Soledad yJo s é .

Dos de sus primerasobras y quizás de las que ma-yor difusión tuvieron fueron “España Inver-t e b ra d a” y “La rebelión de las masas”. Activointelectual, crítico mordaz y culto de su he-rencia, Ortega y Gasset no se amilanaba paraexpresar con valentía lo que pensaba. Estabasiempre en algún proyecto intelectual. Es-cribía en el diario El Sol, fue el creador y eldirector de la Revista de Occidente.

Como hombre de las letras comprome-tido se sumó a la posición política que de-fendía la República, en desmedro de lamonarquía en la España convulsionada delos años 30 del siglo XX. Fue incluso ele-gido diputado por la provincia de León.Pero su pensamiento crítico lo hizo tomardistancia, renunciando al año de su elec-ción, pues criticó duramente el curso quetomaba la República. De ahí nació su dis-curso incendiario y conmovedor que tituló“Rectificación de la República”. Como bienafirman los redactores del Diario El SeisDoble:

“En diciembre de 1931, Ortega pronuncióuna conferencia fundamental, esperada portodos y temida por muchos, que ha pasado ala historia como el momento en el que se es-cucharon las primeras voces de alarma de losdesilusionados ante el rumbo equivocadoque tomaba la República. Era una severa ad-vertencia del peligro de disolución de España,a muy pocos meses de la llegada de un ré-

gimen que llegó acompañado de entusiasmogeneralizado y oportunidades de grandezapolítica. El filósofo madrileño se había diri-gido ya a las Cortes cuestionando las malasmaneras, la intimidación del adversario, la có-lera y la torpe identificación de las institucio-nes con los partidos gubernamentales”. El SeisDoble, lunes 8 de diciembre de 2014.

Localicé un fragmento del importantediscurso en el Blog de Tácito en Plasencia.Estos fragmentos son muy ejemplificadoresde sus inquietudes y críticas:

“Nació esta República nuestra en formatan ejemplar, que produjo la respetuosa sor-presa de todo el mundo. Caso insólito y en-vidiable. Acontecía un cambio de régimen,no por manejos ni golpes de manos, ni porsubversiones parciales, sino de la manerainevitable, exuberante y sencilla que brotade la fruta en el frutal. Ese modo, diríamosespontáneo, de nacer la República, nos ga-rantiza que el grave cambio no era una li-gereza, no era un capricho, no era un ataquehistérico, ni era una anécdota, sino que ha-bía sido una necesidad profunda de la na-ción española, que se sentía forzada a sa-cudir de sobre sí el cuerpo extraño de la mo-n a rq u í a .

Lo que no comprende esque habiendo sobrevenidola República con tanta ple-nitud y tan poca discordia,sin apenas herida, ni apenasdolores, hayan bastado sietemeses para que empiece acundir por el país desazón,descontento, desánimo, ensuma, tristeza. ¿Por qué nohan hecho una vida agria ytriste, bajo la joven conste-lación de la República na-ciente?

No voy a acusar a nadie, no solo porquerepugno faena tal, sino porque, además seríainjusto. Conozco a esos hombres que hoydirigen la vida pública española –y me re-fiero, no solo a los Gobiernos, sino a muchosque militan próxima a ellos-, conozco a esoshombres y sé que la política peninsular no

ha encontrado junto tesoromayor de buena fe y deprontitud al sacrificio. Loque pasa es que se han equi-vocado, que han cometidoun amplio error en el modode plantear la vida republi-cana…ese error cometidono le es imputable, sino quemás bien son de él respon-sables las clases represen-tantes del antiguo régimen,que ahora tan enconada-mente combaten a esos

hombres. ¿Pues qué? ¿Se quería que despuésde haberlos mantenido en permanente opo-sición, más aún, en virtual destierro de losnegocios públicos, pudiesen esos hombres,de la noche a la mañana, improvisar la des-treza, la soltura de mano y la óptica del go-bernante? Publicado el 16 de febrero de2012.

Es posible que no podamos entender el dis-curso fuera del contexto de la España convul-sionada porque luchaba por el surgimiento yconsolidación de una república. Existían con-tradicciones entre los grupos políticos republi-canos. Lo importante es rescatar el discurso pa-ra destacar la valentía de Ortega como intelec-tual comprometido con su tiempo.

Los artículos siguientes versarán sobrealgunos de los trabajos escritos por estehombre inmortal. Reitero a mis lectores,que escribiendo estos ensayos leo y apren-do, mucho, mucho. Siempre he dicho quela mejor manera de aprender es obligán-dote a escribir cosas nuevas. En este viajeque emprendo hoy me adentraré en elpensamiento de este hombre que he ad-mirado mucho desde la distancia y la ig-norancia. Hasta la próxima.

[1] José Ortega y Gasset, Obras completas,Tomo I (1902-1916), Madrid, Ediciones Cas-tilla, Séptima edición, 1966, p.14.

José OrtegaG a ss etEL ESPAÑOL VISIONARIO, 1

‘‘ La formación de Ortegay Gasset era envidiable.

Obtuvo su doctorado enfilos ofía en el año 1904. Luegosiguió su formación enAlemania, donde bebió de lasobras de Kant y se afilió alne okantismo.

‘‘ Desde hace muchotiempo he querido

conocer a profundidad a JoséOrtega y Gasset, el españoluniversal, quien con susescritos revolucionó elmundo intelectual deinicios del siglo XX.

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Los Robiouvega n o sMilcíades H. Núñez Núñez

E s sabido que el apellido Robiou es-tá relacionado con la provincia deLa Vega y el Cibao central desdehace generaciones. Pero, ¿cuándo

y quién fue el primero de este patroní-mico en establecerse allí?

Pues se trató de Antonio Joaquín Ro-biou Campillo, quien llegó a La Vega en ladécada de 1850. Antonio Joaquín nació enSanto Domingo el 25 de agosto de 1830.Como muchos dominicanos, fue resulta-do de ancestros de origen variado: Fran-cia, Italia y España. Por la línea de sus an-cestros franceses era hijo del FranciscoRobiou Legrand, panadero, y nieto deFrancois Robiou, también panadero, y deElisa (o Elvira) Legrand, naturales dePuerto Príncipe, Haití. Su madre Francis-ca Campillo Arjona era hija del italianoJosé Campillo Bit y de la criolla de ances-tros españoles Ramona Arjona Ramos.

Para el año 1857 encontramos a JoaquínRobiou en La Vega figurando en un actonotarial en el que se especifica su oficio dealambiquero. Casó en Jarabacoa el 15 denoviembre de 1863, en época de la anexióna España, con una hija de la familia másinfluyente de La Vega y de las más pode-rosas de toda la región: María Trinidad deMoya Portes, hija de don Cristóbal José deMoya Padrón, quien fue abogado del pa-tricio Francisco del Rosario Sánchez, y dedoña Juana Carlota Portes de Moya. MaríaTrinidad de Moya Portes fue tía de su ho-mónima Trina de Moya Pérez, esposa delpresidente Horacio Vásquez Lajara y com-positora del Himno a las Madres.

Joaquín y María Trinidad procrearon a:1.- Arístides Robiou de Moya, discípulo

de Hostos. Casó con Edelmira Valverde yprocrearon a Marina Leocadia RobiouValverde, quien casó con José Natalio (Ba-by) Jiménez Batista (1914-2003); JoaquínArístides Robiou Valverde (1901-1993),quien casó con Carmen Blanca ZapataNúñez; Sebastián Américo Robiou Valver-de (1902-2000), quien casó con GracielaElvira Lamarche (1908-1991) y ManuelAntonio Robiou Valverde (1905-1984),quien casó con Josefa Martínez Alba, her-mana de María Martínez Alba, esposa deRafael Trujillo Molina.

2.-Joaquín Arismendi Robiou de Moya(1866-1964) nació en La Vega. Discípulode Hostos y defensor de su doctrina. Fueagrimensor. Casó en La Vega con EmiliaGuzmán Pérez, tía del expresidente An-tonio Guzmán Fernández. Fueron padresde Trinidad Antonia Anacaona (n.1905),Marién Emilia (n.1909), quien casó conManuel Guzmán Garrido; Silvestre Ba-yoán, nacido en 1915 y quien casó conDora de Moya (de esta unión surge otrageneración con apellidos Robiou de Mo-ya, entre ellos el politólogo y empresarioIván Robiou de Moya, así como el generalJuan Carlos Torres Robiou); José Guario-nex (n.1914) y Rosa América (1916-1975),quien casó con Jaime Font, español de Is-las Baleares.

3.-Angelicario Robiou de Moya nacióen Santiago el 3 de mayo de 1870. ConZunilda Vallejo Mieses procreó a Ana Sil-via Robiou Vallejo (1915).

4.-José Atahualpa Robiou de Moya na-ció el 7 de febrero de 1871. Casó con LidiaCastro. Murió en La Vega en 1920.

5.- Rosa Robiou de Moya nació el 10 deenero de 1874. Murió soltera con 100 añosde edad el 5 de diciembre de 1974.

6.-Alfredo Virgilio Robiou de Moya fuecomerciante. Nació en La Vega el 4 de sep-tiembre de 1875. Casó con Beatriz Sán-chez Morilla en La Vega el 6 de enero de1901. Fueron padres de Ramón VirgilioRobiou Sánchez (n.1901), quien casó conMatilde Viñas Rodríguez; Luis Guaroa(n.1902), quien casó con Leticia GuarinaFondeur en 1925; Ramón Guarionex(n.1906); Leslia Bernarda (n.1909); Ma-nuel Bayoán (n.1911) y Rosa Angélica Ve-necia Robiou Sánchez, quien casó con Pa-blo Aracena.

Instituto Dominicano de Genealogía

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A RE Í TO 5Sábado 2 de juliode 2 016 H OY

“¿Les Gustóel sancocho?”

L a comida aparece representada en laliteratura dominicana, como ya he-mos visto anteriormente en la no-vela "El montero”, de Pedro Francis-

co Bonó. En otra de nuestras principalesobras de largo aliento, "Baní o Engracia yAntoñita" de Francisco Gregorio Billini,publicada en 1882, aparece una interesan-te y pertinente descripción de la comida.En esta ocasión, la obra nos muestra ele-mentos muy regionales, propios del desa-rrollo de la sociedad dominicana. Baní esla ciudad donde se asentó una mayor can-tidad de los “i s l e ñ o s” que llegaron al Ca-ribe entre finales del siglo XVII y principiosdel siglo XVIII. Las emigraciones canariasse encuentran en las grandes Antillas y laRepública Dominicana es distinguida conuna comunidad que recrea sus raíces.

Al reescribir las fiestas, dice el narrador enel capítulo quinto: “Allí un poco más apar-tada del centro de la población, hay una ter-tulia animada que bebe, come pastelillos yriendo en paliques bulliciosos espera el san-cocho. Más allá, en el pueblo, muy muy arri-ba, el tiple, el cuatro o el seis, que a los acor-des de sus cuerdas abre la cantina y esta-blece competencia entre los rústicos bardosn a c i o n a l e s”. Biblioteca de Clásicos Domini-canos, (179).

Pero esta no es la única descripción. El no-velista marca otras huellas de nuestra culina-ria y de los tipos de música e instrumentos. Alseñalar la abundancia de comidas que se dis-ponen para los invitados, lo que podría negarla aleada frugalidad del dominicano, si vemosa los banilejos fuera del grupo cerrado que fuedurante mucho tiempo, dice que las señorasen la casa servían “el pastelón y el buen con-dimentado pavo relleno que son los platos depreferencia, sin que nunca falte el famoso De-sOeufsaulait que a gusto tienen en confec-cionar ellas mismas” (181). Agrega el brindisde licores, sin especificar ninguno.

La obra de Billini representa la voz del au-tor civil que le habla a la República. Sus preo-cupaciones están enmarcadas en el ordeninstitucional, asunto que preocupa a los le-trados de su época. El liberalismo del sigloXIX tiene las preocupaciones por las mon-toneras, por las ínsulas interiores. De ahí quelos personajes Solito y Baúl sean la repre-sentación del lado opuesto. En los discursosse nota la lucha entre civilización y barbarie;para el letrado los actores en el drama eranlos bárbaros. En el recibimiento que les danaparece la pregunta: “—¿Les gustó el san-

cocho?” (280) que es una interrogante quenos lleva a pensar en lo ocasional del plato yla extranjeridad de los invitados. Posible-mente el sancocho no era una delicia des-conocida para el Otro, pero sí un plato fa-vorito de los canarios. La novela, romántica,costumbrista, realista, conecta a través desus personajes a Baní con San Carlos, en-clave barrial de los canarios en la capital,Santo Domingo.

En "El origen de la cocina dominicana"(1999), Juan B. Nina escribe sobre la his-toria del sancocho como un plato de ori-gen español, citando al sociólogo Dago-berto Tejada. Distingue los tipos de san-cocho: “el liniero" con fuerte sabor a chivoy orégano" y la variedad del mismo se se-para en San Pedro de Macorís con un caldollamado "tirao" (79).

Más adelante, el autor de varios libros so-bre la gastronomía dominicana, cita a MikeMercedes, quien considera que el sancochoes de origen canario y lo eleva al pedestal deplato nacional. No coincido con el cocinerode fama internacional, la denominación nodistinguiría a muchas naciones que tambiéngozan de un plato similar. Sin lugar a dudas,su afirmación demuestra el lugar que en laspreferencias dominicanas tiene el caldo deverduras, tubérculos y carnes.

Describe de esta manera el ajiaco cubano(o sancocho), en el “Diccionario provincialde voces cubanas” (1836), el criollo, nacidoen Santiago de los Caballeros, Esteban Pi-chardo y Tapia (1779-1879):

" AG I ACO … comida compuesta de carnede vaca o puerco, trozo de plátano, yuca, ca-labaza & con abundancia de caldo cargadode sumo (sic) de limón y agi picante, de don-de toma su nombre. Es el equivalente de laolla española; pero acompañado del casabey nunca de pan. Su uso es casi general mác-sime en lo interior, aunque se escusa en me-sas de alguna etiqueta" (8).

En "Puerto Rico y el Caribe: historia deuna marginalidad", Edgardo Rodríguez Juliádice que "el ajiaco cubano, sancocho domi-nicano y el guiso puertorriqueño, que tam-bién se llama sancocho, surge de esa sucu-lenta olla podrida peninsular que el criollo yel esclavo preparaban según las menuden-cias de viandas y carnes que proveía una so-brevivencia muchas veces paupérri-ma"(151).

El sancocho ha sido elevado a plato na-cional, olvidando, como muchas de nuestrasdelicias culinarias, su pasado y su remoto

origen. La literatura lo marca, lo registra y lodeja como huellas del devenir del gusto y dela cultura material. Es, tal vez, el plato quemás nos hace partícipes de la alimentación yla unidad humana. En el Caribe, esa olla po-drida, el sancocho o el ajiaco, como le llamanlos cubanos, testimonia la unidad dentro dela diversidad de nuestra cultura.

En “Cosas añejas” César Nicolás Pensonlo define como un caldo de cierta variacióntípica. En "Barriga verde" se refiere a DoñaDolores, hija de Felipe Fernández, quien vi-no a Santo Domingo por última vez “a comerel sancocho de su tierra y a ver las cosas dee l l a” (279). Luego, en “Entre dos miedos”,anota el ensayista costumbrista que “El pe-ligro de esta yuca consiste en confundirlacon la dulce y sancocharla con otras raíces yvíveres, para hacer nuestro castizo sanco-cho, por lo que han resultado ya en esta ca-pital casos de envenenamiento” (209)

El poeta Franklin Mieses Burgos, funda-dor de La Poesía sorprendida, lo inmortalizadentro de los discursos que exponen la iden-tidad dominicana. En el poema "Paisaje conun merengue al fondo”, la voz lírica cues-tiona muchos de los lugares comunes de laetnología eurocentrista europea sobre nues-tras gentes, sobre nuestros orígenes. Estosson supuestos que el relato culturalista eidentitario ha recogido en reiteradas estacio-nes de nuestro devenir histórico y cultural.Escribe el poeta:

“—¿Que fuimos y que somos los mismosmarrulleros; / los mismos reticentes del pa-sado y de siempre? / ¿Que dentro de la escalade los seres humanos / hay muchos que su-ponen que nosotros no vamos / más allá delalcance de un plato de sancocho?”

En "Anadel"(1976), Julio Vega Batlle lopresenta como arte de un conglomeradode prácticas culinarias en las que se dis-tinguen las naciones de origen y habla delsancocho como una de las tantas varieda-des del plato: el sancocho nuestro es el co-cido español, el pot-au-feu francés, la mi-nestrone italiana...la cazuela chilena, elhervido de Venezuela, el ajiaco de Cuba,etc. (56) “Y nunca acabaría de contar. Sontodos iguales: un cocimiento de carnes,vegetales y raíces. La diferencia está ape-nas en la clase de los vegetales y de las raí-ces y el condimento". Y agrega: "En estepaís, repito, es una mentira decir que elsancocho es el plato nacional"(Ibid.). Y fi-naliza su personaje: "Nadie ama más queyo mi país, pero detesto el sancocho".

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La representación de la comidaen la narrativa dominicana

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6 Sábado 2 de juliode 2 016H OY A RE Í TO

Edvard Munchdiseccionador del almaE n la cúspide del neoclasicismo pic-

tórico francés de finales del sigloXVIII, Jacques-Louis David –el pintorde la Historia– plasmó los últimos

momentos de la vida de Sócrates en un lien-zo en el que parecería escucharse la voz delfilósofo justificando su condena por co-rromper a los jóvenes atenienses tras estoscuestionar los dioses helénicos ancestrales.La mort de Socrate es una obra imponentedonde la figura de su protagonista solo se veamenazada por la certeza de la cicuta quesostiene un carcelero avergonzado; dondePlatón “e s c o n d i d o” a la izquierda de la es-cena, escucha a Sócrates justificar la inmor-talidad del alma al identificarla con la con-ciencia, la voluntad y la inteligencia, concep-ción que se convierte en punto de inflexióndel desarrollo de la noción del alma en elpensamiento occidental.

Es precisamente Sócrates quien en refe-rencia a la estética y en oposición a los pi-tagóricos deja firmemente establecido queel arte no representa únicamente al cuerposino que también plasma el alma; así lo en-tendió Masaccio, Piero della Francesca, Bal-thus y en la modernidad incluso Francis Ba-con, “pintores del alma” que colocaron a lafigura humana hecha sentimiento en el ejede sus preocupaciones formales.

En la pintura decimonónica el sentimien-to, como fuerza sucedánea del alma apareceen su mayor dimensión en el noruego Ed-vard Munch, autor de un extenso y complejotrabajo matizado por la muerte, el dolor, lalocura y el sufrimiento –ángeles negros quevigilaban su cuna y le acompañaron a lo lar-go de la vida– según afirmó alguna vez. Mun-ch fue testigo de la trasformación del pen-samiento moderno catapultada por Darwin,Freud, Kierkegaard y Nietzsche; expresadapor artistas contemporáneos que le influye-ron a través de las letras como el austríacoTrakl –poeta de la angustia de la muerte y dela añoranza de la inocencia– y su paisanoHenryk Ibsen; y a través de la pintura mismacon las influencias de Hans Jaeger, Van Goghy Manet. Tales experiencias transmutan eltrabajo de Munch desde el simbolismo y elrealismo psicológico, hasta la corriente ex-presionista que pautó las ulteriores transfor-maciones de las artes plásticas del siglo XX.

LA VIDA MODERNA DEL ALMAEl entorno de la obra muncheana, y con

esta sus personajes, no puede ser asimiladosin considerar las circunstancias a las que elpintor estuvo sometido desde su infancia: lamuerte de su madre y de dos hermanos; lamiseria que le rodeó durante su juventudtemprana; el dolor plasmado en la cara de losenfermos atendidos por su padre médico; lademencia y la tuberculosis que afectaron a sufamilia y por supuesto, la angustia existencialque el tránsito hacia el siglo XX significó paralos jóvenes artistas que como Munch eran sa-cudidos por el cambio radical de los valoresreligiosos, estéticos y éticos que se avecinaba.En suma, la urdimbre espiritual que pueblasus trabajos no puede ser separada de los tor-mentos, ansiedades y sacudi-das que le afectaban; ella estáexpresada en gran parte de sutrayectoria pictórica sobre to-do en El friso de la vida,el ma-yor proyecto creativo en quetrabajó por tres décadas.

El friso agrupa las temá-ticas más preocupantes pa-ra Munch: trátese de la me-lancolía, la muerte, la an-gustia, la infidelidad, elamor o los celos –acciden -tes de la vida–, todas fueronincluidas en sus lienzos pa-ra de tal forma, según el au-tor, “tratar de explicarme a mí mismo la vi-da y su significado y tratar de ayudar a otrosa aclarar sus vidas”. Casi frenéticamentetrabaja en estos conceptos durante la úl-tima década del siglo XIX destacándose endicho período El grito, Melancolía, El beso ySe p a ra c i ó n , finalmente exhibidos en la ex-posición de la Secesión en el Berlín del 1902agrupados bajo la perspectiva que su autorconsideró ser símbolo de “la vida modernadel alma”.

Desde la muerte de Empédocles de Agri-gento –el suicidio más famoso de la antigüe-dad– quien víctima de la tristeza se lanza al

cráter del Etna y a través de las subsecuentescivilizaciones occidentales, la melancolíaparece haber existido en una suerte de “cír -culo recurrente” donde se le categoriza: “Si elmiedo y la tristeza duran mucho es melan-c o l í a” (Hipócrates); donde se le mitifica, co-

mo lo sucedido con Melan -colía I, la más misteriosa delas pinturas de Durero; ydonde se le admira, como enlas palabras de Roger Bartra:“lo que la vuelve fascinantees su doble condición con-tentiva de la estructura sim-bólica de un mito y de lasconsecuencias trágicas de lasoledad y la incomunicaciónocasionadas por las expe-riencias humanas”.

El lienzo Me l a n c o l í a deMunch es una obra en óleo,lápiz y ceras sobre lienzo que

delata la relación entre las figuras en primerplano y las que aparecen alejadas en el fondo.Son escenas independientes, mas, gracias alconocido lazo amistoso existente entre el ar-tista y los personajes se entiende que dichadistancia no puede representar otra cosa queel estado de ánimo de los protagonistas en-simismados en sus propias soledades. Unodescansa la cabeza sobre la mano derechaocultando su pesar, mientras la pareja queocupa la lejanía absorta en la cristalizaciónsthendeliana parece disfrutar la claridad delhorizonte ajena al dolor patente en el primerplano. Esa melancolía vecina del amor que se

mira con ojos de duda y con recelo, “miste -riosa herida que a pesar del dolor que pro-duce sigue siendo condición deseable”, canoncreado e imaginado según Bartra y que seacerca a la invención de Dulcinea, se contra-pone a la angustia que Munch y sus perso-najes experimentaron en una suerte de leit -motiv que rozaba la neurosis.

EL AMOR, ESA BATALLAEl óleo Separación ilustra el sentimiento

desencadenado por una ruptura amorosa:dos protagonistas, de lenguaje corporal di-símiles, ocupan el primer plano en una es-cena donde un hombre de vestimentas os-curas cual el luto que puebla su espíritu, nosentrega una mirada de pesar en franca con-traposición a la imagen femenina que leacompaña. Este hombre no muestra lágri-mas, su faz capta el estado interior de su al-ma; la desnudez espiritual provocada por lamuerte del corazón que desangrado y ape-nas sugerido entre una mano que cubre to-nos rojos, parecería intentar escapársele delpecho. La mujer elegantemente vestida, ca-mina en dirección opuesta sin fijar miradaen aquel hombre apenas levemente soste-nida a ras de tierra. Ella se ha dejado llevarpor el viento alejándose de la escena quizásagobiada por la incertidumbre o por lasmuertes que encarnan la separación. La delamor roto y la del corazón vacío.

Edvard Munch disecó los rincones del al-ma como ningún artista de su época y así lotestimonia su obra cumbre, el poderoso Fri -so de la vidat.

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La muerte de Sócrates, Jacques-Louis David 1787.

M e l a n co l í a ,Edva rdM u n ch1 892 .

S eparación,Edva rdM u n ch ,1 89 6.

FUENTE EXTERNA

‘‘ El lienzoMe l a n c o l í a de

Munch es una obraen óleo, lápiz y cerassobre lienzo quedelata la relaciónentre las figuras enprimer plano y lasque aparecenalejadas en el fondo.

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A RE Í TO 7Sábado 2 de juliode 2 016 H OY

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8 Sábado 2 de juliode 2 016H OY A RE Í TO

¡Pedro José GrisEn la milla de los museos!

NUEVA YORK, EE.UU.-

T raspasando los “c a rg a d o s” va g o n e sdel Subway, la traslúcida masa arqui-tectónica de Columbus Circle y el po-deroso hedonismo que estalla en Ti-

mes Square, las miríadas de cuerpos y espec-tros en acción, proclaman la vitalidad del ex-tático espectáculo cotidiano newyorkino. Sinembargo, el aluvión antropológico, tambiéndesata los recuerdos de ese pasaje inquietantedel Fedro en que, por boca del rey Tamus,Platón lamenta la aparición de la escritura:“una invención peligrosa porque provocará elolvido en las almas de los hombres", quienes"dejarán de ejercer la memoria porque con-tarán con lo que está escrito"…

Para Platón, la escritura jamás podría pro-veer a los seres humanos de sabiduría, sinode un falso saber que sería el final de la cul-tura. Platón solo se equivocaba en parte, y noúnicamente porque el inicio de la escrituraconduciría a la decadencia de la memoria,sino porque es posible que la verdadera sa-biduría no pueda transmitirse más que deviva voz: en el diálogo inconcluso y el en-cuentro de saberes; en la conversación dearte; en el compartir imágenes y palabras cu-yos signos y significados arden y seguiránardiendo entre dialogantes y espectadores.

Y este es el mismo encuentro que seguiráestallando y renovándose cada vez que losdialogantes y espectadores puedan confron-tar y disfrutar la energética producción pic-tórica reciente de Pedro José Gris. Precisa-mente, la noche del pasado jueves 16 de ju-nio, Reynold Kerr, al presentar su primeraexposición individual en los Estados Unidos,calificaba algunas de sus obras recientes co-mo auténticas “j oy a s”, valorando logros de-finitivos en la composición, los juegos detexturas y el manejo del color… “Y creo quela de Pedro Gris es una pintura fresca y no-ve d o s a”, agregaba con entusiasmo el reco-nocido galerista y experto en arte africano ylatinoamer icano.

La elegante instalación museográfica deReynold Kerr y Geo Ripley en el Salon de Ex-posiciones de la Reynold C. Kerr Collection,espacio privado localizado en el 16 Este de lacalle 82, en el "Distrito Histórico del MuseoMetropolitano" y el “Upper East Side” de laciudad de Nueva York, ha propiciado el granimpacto de las ocho pinturas que integran lamuestra “Partículas que Piensan”, con la cualPedro José Gris no solo accede rápida y sor-presivamente a la denominada “Mu s e u mMi l e” o Milla de los Museos de la 5ta. Ave-nida, sino que también su obra pictórica ha

logrado impactar positivamente a respeta-dos especialistas del arte contemporáneocomo Irvine R. Mac Manus, asesor del Mu-seo Metropolitano de Nueva York; el gale-rista Gerardo Verdugo (New Jersey) y JeannieFreilich, directora de la prestigiosa LissonGallery de Nueva York, entre otros.

Pensamiento, imagen y palabra, fluyen yconfluyen perpetuamente en la obra poéticay en la práctica pictórica de Pedro J. Gris…Así, luego de advertir a los presentes que “lasVo c e s” y La Niña”, constituyen obras funda-mentales de la poesía y la narrativa domi-nicanas contemporáneas, José Acosta, reco-nocido escritor dominicano basado en Nue-va York, cuestionaba al expositor sobre elproceso de transición desde la poesía y lanarrativa hasta la pintura… He aquí la in-mediata respuesta del poeta ante su ines-perada y reveladora emergencia creadora.

“La clave es que es la misma cosa. Yo hetratado de convertir en imagen lo que pienso.Primero, traté-he hecho un gran esfuerzo-deconvertir en palabras mi visión del mundo. Enun momento inexplicable, quise hacer pinturaen el momento en que me sentía en el estadoen que hago poesía. Empecé a pintar, intensa yapasionadamente, compulsivamente y demanera terapéutica…

“Mi objetivo fundamental es entender loque uno hace en el mundo. El arte es unmecanismo para tratar de entenderlo. Nun-ca se llega a entenderlo. Mi pintura, al igualque mi poesía, es mi visión de la vida. Bá-sicamente, tengo una concepción del tiem-po. Pienso, estoy convencido que es una ver-dad científica, que el universo con nosotrosdentro viaja para siempre hacia el futuro y loque viaja para siempre hacia el futuro, viajahacia su destrucción...

En síntesis

Pedro José Gris

Nacido en Santiago de los Caballeros (1958), desdehace más de tres décadas, Pedro José Gris estáreconocido como uno de los principalesrenovadores de la poesía dominicanacontemporánea. En los últimos 15 años, su espaciocreacional se diversifica e intensifica con la mismavitalidad de sus convicciones estético-filosóficas. Sucondición de nuevo vidente y su conexiónexistencial con el “I n fo rm a l i s m o”, le llevan a unproceso creativo automático y eminentementecatártico que nos deja ver sus máximos hallazgospictóricos a través de una lúcida e instintivareactivación de la superficie espiritualizada. En el2014, presenta su exposición individual “Ve n t a n a sde Placer” en la Galería Nacional de Bellas Artes yen la Sala de Exposiciones del Gran Teatro delCibao. En el 2015, presenta su sexta muestraindividual: “Partículas que piensan” en el Museo deArte Moderno.AM

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“He querido pintar lo único quepermanecerá cuando esadestrucción se haga realidad: lapartícula. Polvo eres y al polvovolverás. Partícula eres y a lapartícula volverás. Todo empezócomo una explosión, una lluvia, uncoctel de partículas que por algunarazón formaron todo lo que vemos.Y todo volverá a ser partícula. Poreso yo pienso que las partículasque eran ciegas, a través denosotros, llegaron a pensar y de ahímis partículas que piensan”.Pedro J. Gris, 2016.

Retrato delazar. Mixtasobre tela,2 014 .

FUENTE EXTERNA

Pero J. Gris y Reynold Kerr. Partículas que piensan. Mixta sobre tela, 2016.