Apuntes de Historia de La Globalizacio_ün_2-_parte

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X. Globalización, Estado Nacional y Estado Mundial. Globalización, educación y democracia en América Latina. Heinz Dieterich Steffan en “La sociedad Global. Educación, Mercado y Democracia”. Ed Joaquín Mortiz. Contrapunto, 2003. 197. p. En esta obra Dieterich hace referencia a las actividades que despliegan las empresas trasnacionales que, según el autor, “son el espíritu rector de la economía neoliberal que gobierna el planeta”. Dieterich nos da a conoce algunos datos: En 1960 había 7,000 empresas trasnacionales para 1992 habían ya 37,000 y sus ventas combinadas superaban la totalidad del comercio mundial que en ese año alcanzó la cifra de 5.8 billones de dólares y la mayor parte de esas empresas pertenecían a los Estados Unidos. Las empresas trasnacionales crearon una infraestructura mundial de producción y distribución cuyo valor era superior a los 2.1 billones de dólares, es decir, dos veces mas que el producto interno bruto latinoamericano. En la década de los noventa constituían “un sistema internacional de producción organizado por las corporaciones trasnacionales con un poder en el mundo como nunca antes había existido”. Para muestra un ejemplo: Los ingresos combinados de los 50 gigantes alcanzaron en 1994 la suma de 10,245.3 billones de dólares, es decir: - 50% mayor que el PIB estadounidense; - 10 veces más que el PIB de Brasil, (4140.060 mmd en 1990) - 43 veces mayor que el PIB mexicano, (237.750 mmd en 1990) - 230 veces más que el venezolano (48.270 mmd en 1990) Las ganancias combinadas de las 500 mayores empresas alcanzaron en 1990 los 281.8 mil millones de dólares comparados con los PIB de: Ecuador 10,880 mmd Salvador 5,400 mmd Chile 27,790 mmd Costa Rica 7,700 mmd Las fortunas de esas empresas representan un valor de 30,848.2 billones de dólares y en total emplearon a 34,515,427 personas. La empresa japonesa más grande del mundo, la Mitsubishi, tuvo ingresos de 175,835.6 mmd y trabajaba con 100 mil productos. General Motors ocupaba 692,800 personas y sus ganancias eran de 4,900.6 mmd; Ford 5,308 mmd; Exxon 5,100 mmd; Grupo Royal Duteh/Shell 6,235.6 mmd. De las 10 compañías más grandes del mundo 6 son japonesas; 3 son estadounidenses y 1 británica/holandesa. 1

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Transcript of Apuntes de Historia de La Globalizacio_ün_2-_parte

X. Globalizacin, Estado Nacional y Estado Mundial.Globalizacin, educacin y democracia en Amrica Latina.Heinz Dieterich Steffan en La sociedad Global.Educacin, Mercado y Democracia. Ed JoaqunMortiz. Contrapunto, 2003. 197. p.

En esta obra Dieterich hace referencia a las actividades que despliegan las empresas trasnacionales que, segn el autor, son el espritu rector de la economa neoliberal que gobierna el planeta.

Dieterich nos da a conoce algunos datos: En 1960 haba 7,000 empresas trasnacionales para 1992 haban ya 37,000 y sus ventas combinadas superaban la totalidad del comercio mundial que en ese ao alcanz la cifra de 5.8 billones de dlares y la mayor parte de esas empresas pertenecan a los Estados Unidos.

Las empresas trasnacionales crearon una infraestructura mundial de produccin y distribucin cuyo valor era superior a los 2.1 billones de dlares, es decir, dos veces mas que el producto interno bruto latinoamericano. En la dcada de los noventa constituan un sistema internacional de produccin organizado por las corporaciones trasnacionales con un poder en el mundo como nunca antes haba existido. Para muestra un ejemplo: Los ingresos combinados de los 50 gigantes alcanzaron en 1994 la suma de 10,245.3 billones de dlares, es decir:

50% mayor que el PIB estadounidense; 10 veces ms que el PIB de Brasil, (4140.060 mmd en 1990) 43 veces mayor que el PIB mexicano, (237.750 mmd en 1990) 230 veces ms que el venezolano (48.270 mmd en 1990)

Las ganancias combinadas de las 500 mayores empresas alcanzaron en 1990 los 281.8 mil millones de dlares comparados con los PIB de:

Ecuador10,880 mmdSalvador5,400 mmdChile27,790 mmdCosta Rica7,700 mmd

Las fortunas de esas empresas representan un valor de 30,848.2 billones de dlares y en total emplearon a 34,515,427 personas. La empresa japonesa ms grande del mundo, la Mitsubishi, tuvo ingresos de 175,835.6 mmd y trabajaba con 100 mil productos. General Motors ocupaba 692,800 personas y sus ganancias eran de 4,900.6 mmd; Ford 5,308 mmd; Exxon 5,100 mmd; Grupo Royal Duteh/Shell 6,235.6 mmd. De las 10 compaas ms grandes del mundo 6 son japonesas; 3 son estadounidenses y 1 britnica/holandesa.

La distribucin geogrfica de las corporaciones refleja las habituales estructuras de poder en la sociedad global: De las 500 trasnacionales ms importantes 435, o sea, el 87%- pertenecen a los pases del G-7. De ellas, 151 son estadounidenses, 149 japonesas, 44 alemanas, 40 francesas, 33 britnicas, 11 italianas y 5 canadienses. De Amrica Latina se encuentran 2 brasileas, 2 mexicanas y una venezolana en la lista del mercado mundial; pero es significativo que esas empresas pertenecen, a los sectores primarios y terciarios: tres son petroleras y dos de servicios (banco y telfonos), reflejando, de esta manera, la virtual inexistencia de un potencial industrial latinoamericano en el mercado mundial.

Ahora bien, segn el auto, antes se hacan guerras por territorios, hoy se hacen por mercados: quien puede monopolizar las tecnologas de punta no necesita conquistas coloniales. Se trata de una guerra econmica global por la reparticin de la riqueza planetaria entre los poderosos. Se trata de una guerra que se realiza dentro del tringulo de alta tecnologa: Amrica del Norte, Europa, Japn. En ese contexto, un alto nivel de vida slo es posible para quienes controlan las tecnologas de produccin ms avanzada; es decir, un pas que fbrica mercancas de la segunda revolucin (autos, acero) tiene que contentarse con salarios de Mxico y Corea; hoy los altos salarios son resultado de los productos de la tercera revolucin industrial: la informtica, la biotecnologa, la tecnologa espacial, las nuevas energas y los nuevos materiales. Y lo que es vlido para los salarios lo es tambin para las ganancias: Las naciones de Primer rango gobiernan y explotan; los pueblos de segundo y tercer rango sirven y entregan.

Despus de la Segunda Guerra Mundial el mundo vivi un proceso de crecimiento y expansin econmica que segn algunos analistas lleg a su fin al final de los aos setenta por lo que diversos organismos, entre ellos la OECD, buscaban estrategias para reactivar la economa mundial. Segn Dieterich el cambio ms importante fue la transicin del modelo de consumo, a un modelo econmico en donde prevaleca una reduccin de salarios reales y un crecimiento limitado del estndar de vida. Una tasa de desempleo alta sera uno de los instrumentos principales para lograr tal transicin.

Un factor trascendental para lograr estos cambios fue la revolucin de las fuerzas productivas: El desarrollo de las tecnologas de la comunicacin y de los transportes proporcion a los procesos de produccin una movilidad, nunca antes vista en la historia. Otra variable de inmensa importancia fue la disolucin del bloque socialista que abri al gran capital un potencial de mercado y de fuerza de trabajo que potenci su dinmica de desarrollo.

El autor afirma que estamos frente un cambio que implica que el planeta se subordine a los intereses del capital trasnacional lo que significa que el mundo se integre en un sistema internacional de divisin y apropiacin del trabajo cuyo corolario es la globalizacin de la sociedad global en todas sus facetas. Una sociedad basada en la informacin y la multimedia que ser tan diferente en sus contenidos, formas de vida y estilos, de la sociedad industrial actual como sta de las sociedades agrarias precapitalistas.

En este contexto es necesario comprender la relacin entre los Estados-Nacin; el creciente poder trasnacional y el Estado mundial. En primer lugar se debe considerar que todo sistema clasista se basa en 4 formas de poder: ECONMICO, POLTICO, MILITAR y CULTURAL

De ellos, dos son decisivos, el econmico y el militar; el primero determina el nivel de produccin fsica de la poblacin y, con eso, su lealtad frente a las elites en el poder. El segundo asegura la cohesin en una sociedad de clase, tanto hacia el interior como frente a otros estados.

Dieterich afirma que, pese al creciente poder del capital, el poder poltico sigue siendo el ms importante del sistema y es el centro de la lucha por el poder entre las diferentes clases sociales y entre los estados nacionales.

Para las clases dominantes el control poltico constituye la garanta del control coercitivo de las disidencias y de las mayoras; para las fuerzas que pretenden transformar la sociedad, su conquista sigue siendo la condicin indispensable del cambio. Las formas de lucha por el control del Estado siguen siendo predominantemente nacionales, mientras su contenido se determina cada vez ms por medio de los intereses y estructuras de la sociedad global.

El autor propone usar el modelo de dominio a nivel nacional para entender el modelo de dominio a nivel mundial. Segn el, las clases dominantes de las naciones del primer mundo han generado una instancia de poder a nivel mundial constituido por: El Consejo de Seguridad de la ONU, el Grupo de los Siete; la OTAN, el GATT, el FMI y el Banco Mundial, ellos son elementos constitutivos del Proto-Estado Mundial Capitalista que ha comenzado a cumplir las funciones normativas y de imposicin represiva de los intereses trasnacionales a nivel planetario mientras no se institucionalice una sociedad poltica definitiva de la burguesa mundial.

En ese contexto el autor seala que nos encontramos frente una relativa perdida de potestad del Estado frente a las empresas trasnacionales lo que da por resultado que la soberana nacional se vea disminuidas por dos tendencias opuestas:

1. La relacin de los Estado del Primer Mundo con las trasnacionales es simbitica y las corporaciones tras-nacionales disponen de una dimensin estratgica en lo creativo que les permite convertirse en los verdaderos actores en el proceso de la globalizacin.

2. En segundo lugar, hay funciones jurdicas y polticas dentro del sistema global que estn reservadas a los Estados nacionales. La imposicin de los intereses econmicos del gran capital en la determinacin de las estructuras dinmicas nacionales requiere, con frecuencia, el poder si no la violencia del Estado; tal como es obvio en los lucrativos negocios de la privatizaciones, los topes salriales, las quiebras de sindicatos, etctera.

As, en la relacin Estado-Trasnacionales, los Estados dominantes del Primer Mundo juegan un papel dinmico en el desarrollo de las estructuras regionales y mundiales de poder estatal, cada Estado trata de mantener una cuota de poder.

Sin embargo, la expansin del capital trasnacional ha debilitado la capacidad de autodeterminacin en los pases del Tercer Mundo ya que constituyen el eslabn ms dbil en la cadena de explotacin planetaria y en la jerarqua de poder internacional. Su gobernabilidad ha sido expropiada sustancialmente y depositada en los centros de poder internacional.

Si analizamos el estado actual del Sistema Mundial y del Estado Global, observamos que todas sus esferas de reproduccin esenciales, estn organizado de manera jerrquica y antidemocrtica. A nivel mundial el poder poltico, econmico, cultural, social y militar se encuentran en manos de una pequea oligarqua internacional.En ese Universo el cerebro y el centro de decisiones es el Grupo de los Siete, a este grupo le corresponde coordinar la poltica econmica de las potencias industriales: EE.UU. Alemania, Japn, Inglaterra, Italia, Francia y Canad. El poder que ha acumulado este organismo a nivel mundial le permite no estar sometido a ningn control democrtico de la sociedad mundial pese a las consecuencias sociales que se derivan de las acciones que realizan.

En todos los rganos de conduccin mundial priva la misma lgica: los procedimientos de participacin y decisin no se rigen por principios de la democracia formal, sino, al igual que el Grupo de los siete, por el poder real:

En la ONU todo lo decide el Consejo de Seguridad: Gran Bretaa, EE.UU. Francia, La Unin Sovitica y China. Otras organizaciones de la ONU que disponen de estructuras formal-democrticas, ven restringido su campo de accin por limitaciones econmicas y polticas impuestas por los estados poderosos del primer mundo. En el sector cultural y en los medios de comunicacin persiste el dominio y la hegemona de las lites econmicas ya sea a nivel nacional o trasnacional. Lo mismo pasa en el cine, la televisin, la moda, la pintura, etctera: las ideas que prevalecen son las que difunden las agencias de propaganda estatal.

El campo de la ciencia tambin reproduce el control hegemnico, en los centros de investigacin y las universidades de lite del primer mundo se desarrollan las tecnologas del futuro y se monopolizan por medio del derecho de patentes y licencias. En 1990 haba 3,600 cientficos e ingenieros por cada milln de personas en los pases industrializados, mientras que en los pases del Tercer Mundo contaban con 200 por milln. Japn y Estados Unidos dedican el 3.1 y el 2.8 por ciento del PIB a la investigacin y el desarrollo el promedio latinoamericano es del 0.5 por ciento.

Otro problema patente de las naciones tercermundistas es la fuga de cerebros, en parte motivado por las diferencias de ingreso y oportunidades de trabajo, en parte estimulado deliberadamente por el primer mundo; ello garantiza la dominacin del mercado mundial en el futuro y el continuo disfrute privilegiado del plus-producto mundial.

Finalmente Dieterich analiza las relaciones militares a nivel mundial y asevera que de la antigua estructura bipolar del sistema mundial (Estados Unidos-Unin Sovitica) ha quedado una sola superpotencia militar: la OTAN, que representa el poder hegem-nico mundial; la Unin Americana y afirma que despus de la implosin del socialismo en la Unin Sovitica, se manifest el carcter ofensivo de la OTAN un ejemplo fue la agresin a Irak lo que permite ver con claridad que la funcin principal de la OTAN es el control de las masas y recursos del Tercer Mundo. Tambin asegura que la estrategia de guerra, desarrollada despus de la disolucin de la URSS, prev que se apunten armas nucleares y no nucleares a todo adversario alrededor del globo. Otro elemento de la doctrina es que el arsenal estadounidense deber ser siempre ms grande que el nmero total de las armas nucleares britnicas, francesas y chinas. Al mismo tiempo se trata de impedir que Japn y Alemania desarrollen sus propias armas nucleares.

Como muestran los datos anteriores, la especie humana est hoy en da organizada en todas sus esferas de reproduccin esenciales y a nivel mundial, en estructuras de poder jerrquicas y oligopolistas. Para finalizar la reflexin sobre la relacin entre empresas transnacionales, Estados nacionales y el proto-Estado mundial, Dieterich presenta, de forma esquemtica las estructuras principales de dicho Estado Mundial.

EL ESTADO GLOBAL

ECONMICOBMFMIOCDEOMC

POLTICOONUCONSEJO GENERAL

SOCIAL / IDEOLGICOONU ASAMBLEA GENERLAUNESCOPNUMAPNUDOIT

MILITAROTAN

GOBIERNO GLOBAL

Grupo G-7Estructura (gabinete)ejecutiva

EUROPA ORIENTAL

ASIA (NEOCOL.)

FRICA

AMRICA LATINA

REGIN

XI. Globalizacin y educacin: La ideologa.

La estructura mundial descrita influye y determina la relacin entre la produccin y la comercializacin lo que a su vez origina el referente ideolgico de los sistemas educativos en el mundo globalizado. Para esclarecer la ideologa de las agencias internacionales sobre la educacin Dieterich analiza las declaraciones del Banco Mundial quien atribuye, a los siguientes obstculos, el exiguo desarrollo de Amrica Latina:

1. Una alta concentracin del ingreso.2. La necesidad de invertir en educacin.3. La urgencia de aumentar las exportaciones.4. Mejorar la recaudacin tributaria.5. Realizar una profunda reforma del sistema docente.6. Persiste una insuficiente formacin de capital humano.

Todo ello explica el dbil desempeo de la economa Latino-americana as como los altos ndices de pobreza, la inequitativa distribucin del ingreso y la falta de democracia. El autor cita a Londoo, director del rea de Recursos Humanos del Banco Mundial, quien seala que la nica forma de revertir el cuadro consiste en fortalecer el capital humano con fuertes inversiones en educacin.

Sin embargo Dieterich afirma que resulta demaggico sostener que la miseria latinoamericana sea el resultado de la deficiente educacin en el subcontinente cuando hay una serie de variables determinantes de igual o mayor importancia como son:

1. La deuda externa. 2. La corrupcin de las lites.3. El proteccionismo del primer mundo. 4. Los trminos de los tratados comerciales.5. La falta de ahorro interno.6. La fuga de capitales.7. La pobreza absoluta y la distribucin extremadamente desigual del ingreso.8. Los gastos militares.9. El impedimento de la burguesa para impulsar cualquier proceso de reforma profunda en pos de los intereses populares.10. El desinters e ineptitud de la clase empresarial criolla para generar la innovacin cientfica y tecnolgica. 11. La dependencia de la clase poltica empresarial criolla ente los centros de poder mundial y su carencia de un proyecto poltico econmico nacional.

El autor afirma que existe una serie de factores objetivos, polticos y econmicos que explican el por qu de la permanente crisis econmica de Amrica Latina, sin tener que inventarse explicaciones monocausales, ideolgicas y simplificadoras como lo hace el Banco Mundial a quin, en realidad, no le interesa financiar una educacin bsica para 200 millones de jvenes latino-americanos que al salir de la escuela entrarn al ejercito de desempleados o desempearn empleos precarios cuyos raquticos ingresos no garantizan la reproduccin de la fuerza de trabajo y en cuyo inframundo, las habilidades educativas formales adquiridas no son instrumentos necesarios para la lucha por la sobrevivencia. Al contrario, dotar a estos condenados de la tierra con las armas intelectuales para entender su situacin podra aumentar significativamente el riesgo poltico para la estabilidad del status quo.

As, la educacin bsica de nueve aos no es necesaria para los 200 millones de jvenes latinoamericanos sino para una minora del 30 o 40 % de la poblacin econmicamente activa.

Para Dieterich, el problema del Banco Mundial consiste en idear instrumentos que permitan institucionalizar sistemas educativos que formen el capital humano indispensable para las necesidades laborales del capital global y que afecte lo menos posible sus ganancias, es decir, que tenga un alto coeficiente de costo-beneficio.

Un ejemplo del discurso demaggico se presenta cuando un funcionario del Banco Mundial afirma que el pago de la deuda externa de los gobiernos de pases tercermundistas, a los bancos extranjeros, es prioritario frente al gasto en ambiente y educacin. Segn el autor, el discurso demaggico sobre la relacin economa educacin se utiliza para ocultar las fuentes reales del desempleo y de la miseria.

En la cuarta reunin del Proyecto Principal de Educacin en Amrica Latina y el caribe de la ONU, en su nuevo modelo de desarrollo educativo demandaba: Una transformacin profunda en la gestin educativa tradicional, que permita articular la educacin con las demandas econmicas, sociales, polticas y culturales. Con el fin de alcanzar una transformacin institucional que convierta a la educacin en uno de los factores claves del progreso y crecimiento de los pases.

Con ese objetivo se estimula la aplicacin de nuevos modelos educativos que en realidad son producto de cuatro cambios en la regin.

El discurso del Banco Mundial seala que los cambios en los modelos econmicos convierten la equidad y la educacin en factores determinantes para alcanzar el xito en la produccin y la competitividad internacional. Esto genera un nuevo nfasis en la necesidad de invertir en conocimientos (educacin, capacitacin, ciencia y tecnologa). Para ello es necesario lograr una gradual estabilizacin de la situacin econmica y la democratizacin poltica en nuestros pases, lo que facilitara realizar transformaciones educativas as como un mayor financiamiento y descentralizacin de la gestin de la educacin.

Asimismo seala que la mayor interaccin internacional que provoca la apertura de mercados, que lleva a diversificar y especializar la produccin, crear empresas en nuevas localidades a fin de competir con ventaja en otros mercados internacionales implica aceptar lo diverso y favorecer la educacin bilinge e intercultural as como los procesos de integracin regional y la internacionalizacin de los sistemas de comunicacin.

Se afirma que en la mayora de los pases sera posible lograr mejores niveles de desarrollo en la medida que se mantenga el pluralismo poltico y se continu la apertura del comercio internacional.

Barber, expresidente del Banco Mundial sostiene que la educacin es un componente vital del desarrollo nacional porque le da a la gente la oportunidad de volverse ms productivo, escapando a la pobreza e improvisar la calidad de sus vidas. Aumenta la capacidad de los ciudadanos para participar en el desarrollo, beneficiarse de los servicios de salud y de la planeacin familiar as como para proteger y mejorar la ecologa. El Banco Mundial reconoce los beneficios econmicos y sociales de la educacin. Considera la inversin en la educacin un beneficio en s mismo y considera que es esencial para el xito de las inversiones en otros sectores de la economa.

Por su parte James D Wolfensohn, presidente del Banco Mundial en 1995 expres que el trabajo... es la clave del progreso econmico y social en todas partes del mundo. El trabajo es ms que un fenmeno econmico, es la piedra angular del desarrollo humano. Se asegura que los trabajadores se beneficiaran por las reformas econmicas a medida que los Estados abandonen la planificacin centralizada y el proteccionismo a favor de un sistema de mercado y de una mayor apertura en sus relaciones comerciales.

Este es el discurso que se ha vuelto hegemnico: la economa mundial est ms estrechamente integrada que nunca, la planificacin y el control estatal estn cediendo rpidamente el paso a las fuerzas del mercado como mecanismo de asignacin de recursos y la concepcin liberal de la poltica social y de la gestin de la economa se aceptan hoy casi unnimemente en los crculos intelectuales.

Es necesario, afirma el autor, analizar esta construccin ideolgica dominante en la cual el desarrollismo econmico y el educativo han entrado en feliz contubernio, a fin de ocultar tanto las fuentes reales del desempleo y de la miseria en los pases neocoloniales como sus intereses verdaderos. Tambin afirma que son tres los paradigmas ideolgicos de mayor importancia en la actualidad:

1.- La teora del capital humano.2.- El concepto de la productividad.3.- La nocin de la rigidez de los mercados laborales.

En el punto uno, la hiptesis de la teora consiste en que la calidad del capital humano tiene un efecto causal positivo sobre variables como: el ingreso, el empleo, el desarrollo econmico y la equidad social. El autor afirma que esto es incorrecto.

Otra teora mediante la cual se pretende justificar la imposicin de la modernidad neoliberal se realiza bajo la bandera de la productividad. El autor seala que el aumento de la productividad y su apropiacin mayoritaria por parte del capitalista es el medio principal para incrementar la ganancia. La productividad tambin justifica la existencia de la poblacin precaria ya que dicha poblacin vive as por que no es competitiva a nivel mundial Sin embargo, para que la ecuacin Productividad Remuneracin y Productividad Empleo se de, debe de haber determinadas condiciones como son:

El hombre dispone de toda la informacin al respecto. La asignacin de gratificacin se rige estrictamente por el rendimiento productivo del sujeto econmico, sin intervencin de variables metaeconmicos como son: extraccin social, cargas fiscales y sociales del Estado, privilegiadas relaciones sociales, servilismo frente al empresario, intereses no econmicos que influyen en el proceso de produccin, etc. La estructura del mercado es atomista. La movilidad de los factores de produccin es limitada. El grado de sindicalizacin de la fuerza de trabajo. La existencia de leyes que garanticen la validez prctica de los derechos de asociacin, huelga, etctera de los trabajadores. El grado de proteccionismo o libre comercio de todos los Estados involucrados en la economa mundial.

Dichas condiciones no existen en la realidad. A decir de Dieterich la pretensin de explicar el problema de las abismales diferencias, a nivel mundial, en las remuneraciones se vuelve ideolgica: No existe una relacin directa entre la productividad individual del trabajador y la remuneracin por el mercado, sino que la retribucin individual depende del grado promedio de desarrollo de la economa nacional.

Dieterich afirma de manera categrica: las limitaciones econmicas de los Latinoamericanos, la imposibilidad de realizarse como seres humanos mediante el binomio Educacin Productividad son el resultado de medio milenio de explotacin mediante la fuerza militar, econmica y el mercado mundial por los pases dominantes, hecho del cual se deriva una responsabilidad histrica y moral de stas potencias para reparar el dao causado a las naciones ms dbiles.

Aqu, Dieterich se cuestiona: Cul es la funcin econmica de la poblacin precaria en la economa mundial que puede explicar su existencia, estructura y dinmica satisfactoriamente? Las funciones de la poblacin precaria son:

Ejercer una presin a la baja sobre los salarios de los que tienen empleo. Fungir como almacn humano ante las oscilaciones coyunturales en la demanda de mano de obra. Finalmente el autor afirma que la esencia polticoideolgica del proyecto econmicoeducativo de la globalizacin es el binomio Desarrollo econmico sostenibleDesarrollo Humano Sostenible con la obvia primaca del primero sobre el segundo, asimismo, que las Naciones Unidas y el Banco Mundial aseguran que para competir en la economa mundial los pases tienen que hacer fuertes inversiones en la educacin, la capacitacin y la formacin tcnica de su poblacin. Esta visin insiste el autor, corresponde con el concepto de equidad de oportunidades que en las economas emergentes son una utopa.

XII. Globalizacin y educacin: La realidad.

Dieterich afirma que desde la lgica del Banco Mundial se debe de impulsar una reforma al sistema de formacin docente. He aqu cuatro imperativos:

1. En la economa global del siglo XXI, la calificacin cientfica y profesional de la fuerza de trabajo constituye el arma competitiva fundamental; lo que repercute en la creciente importancia de los sistemas educativos formales a nivel mundial.

2. La segunda tendencia estructural del Capitalismo mundial tiene un efecto opuesto a la primera: el desempleo y el subempleo es una realidad y, desde el punto de vista del capital, la poblacin precaria es una poblacin superflua, econmicamente inviable cuya educacin no redita beneficios; esta condicin reduce la importancia de los Sistemas Educativos formales generales.

3. La tendencia haca la equilibracin de los precios de los factores de produccin se extiende hacia el factor salario: la igualacin de los precios genera una igualacin de los salarios a nivel global, los diferenciales salariales tienden crecientemente a reflejar los diferenciales de productividad nacionales. En la economa global el trabajador slo puede ofrecer dos cosas: una amplia calificacin formal o la disposicin para trabajar por salarios mnimos. En cuanto al sistema educativo tercermundista esa tendencia econmica requiere que una minora de la P.E.A. sea dotada de calificaciones elementales equivalentes o menores a los enseados en los primeros cuatro aos de la educacin primaria.

4. El ltimo imperativo es resultado de la cambiante estructura de produccin que se deriva de los avances de la tecnologa, la consecuencia educativa de este desarrollo consiste en que a inicios del Siglo XXI el 70% de los puestos de trabajo en E.U. no requerir personal con educacin superior.

Este discurso contrasta con la realidad, un fenmeno actual es la tendencia de trabajos calificados del sector manufacturero de la industria pesada hacia empleos mal remunerados del sector de servicios, esto significa que no habr movilidad social de los trabajadores pobres hacia los estratos ms privilegiados, por el contrario, una mayor pauperizacin de los trabajadores medios y un crecimiento de la clase trabajadora pobre. La mayor productividad no se expresa en mayores ingresos para la mayora de los trabajadores sino en un mayor empobrecimiento. Por tanto, la estructura productiva y la necesidad de que el capital obtenga ganancias determinan:La estructura ocupacional mundial (Divisin Internacional del Trabajo) lo que a su vez condiciona la estructura del sistema de educacin mundial del cual los Sistemas Educativos representan subsistemas dependientes.

Asimismo, al analizar las cifras de desempleo, subempleo y/o empleos precarios es evidente que en Amrica Latina las tasas son altas, de ello Dieterich infiere que los requisitos ocupacionales de las trasnacionales determinan las reformas actuales educativas en Amrica Latina:

1. Para las altas tareas de conduccin de la economa y del Estado se necesitar probablemente entre el 0.1 y el 0.3 de la PEA nacional; adems, muchas posiciones directivas sern ocupadas por personal enviada desde su matriz.

2. Para un estrato medio de conduccin de empresas y del Estado (ingenieros, contadores, economistas, abogados) se requerir posible-mente de un 10 al 30 % de la PEA.

3. El resto, o sea entre el 45 o 70% se reproducir a travs del sector de empleos precarios o quedar simplemente fuera de la economa como desempleado. Un ltimo estrato de este sector lo formara el lupen-proletariado.

Este universo (45% - 70%) constituye la superpoblacin relativa que le ofrece al capital una reserva inagotable de mano de obra barata y, por lo tanto, un constante medio de presin para la baja de los salarios de los trabajadores empleados.

Es obvio que la no utilizacin educativa de este enorme potencial humano implica una grave destruccin de creatividad y talento. Sin embargo, el sistema paga este precio por que la funcin de Amrica Latina dentro de la Divisin Internacional del Trabajo no consiste en proveer innovaciones cientfico-tecnolgicas, convirtindose en un rival potencial en el mercado mundial, no, su papel es la de suministrar mano de obra y materias primas. Los talentos que tienen que protegerse son los de las metrpolis, no los del tercer mundo.

Finalmente el autor afirma que falta analizar la tragedia humana causada por la situacin precaria de las mayoras tal como se refleja de manera cualitativa en el aumento de las tasas de: delincuencia, violencia intra y extra-familiar, suicidios, alcoholismo, destruccin de familias, de relaciones de parejas, etc.

Dentro de estas tendencias inmanentes no se observa ninguna de tipo sistmico que pudiera contrarrestar o modificar sustancialmente el pronstico de pobreza para las grandes mayoras en Latinoamrica. Ante este trasfondo de la lgica econmica global, conviene hacer un breve esbozo de las principales tendencias evolutivas de la educacin latinoamericana.

La brecha educativa entre los pases industrializados y los del tercer mundo se est ampliando. El porcentaje del analfabetismo en algunos pases sigue siendo muy alto. La correlacin entre los aos de escolaridad bsica y el nivel socioeconmico de los alumnos: entre ms pobreza, mayor desercin y mayor reprobacin. El sistema educativo latinoamericano es inequitativo y selectivo. Sigue prevaleciendo la educcin tradicional. El reducido nmero de das de clase y de enseanza efectiva. Las deficiencias curriculares son otra caracterstica generalizada en Amrica Latina: No se da oportunidad para reflexionar sistemticamente; no se usa el conocimiento previo de los alumnos; no se discute en grupos pequeos y tampoco se recupera el saber popular ni la tradicin oral de la comunidad. Apenas se empieza a reconocer la importancia de la enseanza preescolar Persiste la bifurcacin del sistema educativo en pblico y privado. En las ltimas dcadas se ha generado una mayor competitividad y la evaluacin del primer mundo en Amrica Latina. En la homogeneizacin cultural de los pases tercermundistas el Banco Mundial juega un papel fundamental.

La ltima tendencia estructural observable es la disminucin del papel del Estado en la educacin que esta siendo sustituido por el mercado en las reas dnde le conviene a los intereses dominantes.

XIII. Globalizacin, educacin y humanismo

Dieterich afirma que se puede inferir la esencia del proyecto educativo de la sociedad global a partir de tres variables estratgicas:

Las empresas trasnacionales y la lgica sistmica que representan. Los estados nacionales dominantes y, El Proto Estado mundial capitalista.

Estas tres variables impulsan dos tendencias histricas: El triunfo del valor de cambio y, la implementacin del paradigma del hombre como productor y realizador de plusvala. Estas tendencias determinan el comportamiento prctico y fundamental-mente utilitarista del hombre, lo que esta en contra de todo proyecto humanista. Esto define al hombre del siglo XXI: un trabajador productor de ganancias y un ente consumista, con un horizonte fijado en la inmediatez.

Desde la perspectiva del autor el poder global esta en manos de las empresas trasnacionales y sobre todo en aquellas que participan en la creacin de lo electrnico; las que confeccionan la realidad virtual del cyberspace donde la identidad del hombre abstractus es una direccin electrnica y las relaciones sociales que entabla son constituidas y mediatizadas por el poder electrnico. Sin embargo los culpables de esto no son nicamente los arquitectos de la globalizacin: Ellos slo producen lo que las masas piden.

El violador de los tabes de las masas sufre destinos varios: en el primer mundo son excluidos o marginados, en el tercer mundo su destino puede ser temible. Para los arquitectos de la globalizacin, slo gente retrgrada puede oponerse a ellos y su proyecto de progreso.

El neoliberalismo es el rostro de la modernidad occidental que se impone en los inicios del nuevo milenio y si los intereses del gran capital se imponen, este es el panorama que espera a la humanidad.

Pese a todo, hay sujetos sociales de resistencia a las pretensiones del capital global. Dieterich afirma que es imperioso desenmascarar el proyecto de sociedad global y construir un proyecto alterno a nivel latinoamericano y mundial que se niegue a convertir al ser humano en una monada econmica con buzn electrnico. Se requiere de un frente mundial que reanude la lucha contra la ley del valor desde una perspectiva humanista y de una civilizacin del trabajo y de la solidaridad.

LA DEMOCRACIA EN AMRICA LATINA:

Finalmente en su anlisis sobre la relacin entre educacin y Estado Diterich analiza la prctica democrtica en Amrica Latina y afirma que la democracia poltica occidental se constituy sobre dos vertientes:

La democracia directa: lo que significa que la soberana reside en el pueblo. La democracia formal: aqu el poder real operativo del Estado est en manos de la clase dominante con el pueblo jugando un papel aclamatorio y aclamador.

Asimismo, Dieterich seala que el concepto de democracia se asienta en cuatro premisas axiomticas:

1. Una de las columnas de la democracia liberal consista en la nocin de que las leyes nacen de la lucha de opiniones y argumentos, no de intereses.2. Otro elemento es la divisin de poderes que constituye el eje del Estado de derecho burgues.3. Un tercer fenmeno es el poder prerrogativo; que representa al cuarto poder en Amrica Latina y que a la par de elecciones fraudulentas o ilegitimas son de hecho los mecanismos dominantes de las elites en el poder, a las cuales les tiene sin cuidado la democracia.4. Finalmente encontramos que La eticidad de la sociedad poltica. Segn Hegel el Estado debe ser garante del bien pblico.

A la luz de estos cuatro criterios el Estado latinoamericano aparece como encarnacin caricaturesca del ideario original de los clsicos. El poder poltico, lejos de representar el bien comn, se ha convertido en un botn de los intereses oligrquicos que lo usan como Caliban en sus polticas de saqueo.

El carcter oligrquico-plutocrtico de las democracias liberales es tan evidente en el primer como en el tercer mundo, siendo el Gobierno-Estado el botn de las dos fracciones polticas principales en que se manifiesta la burguesa: los conservadores o demcratas-cristianos y los liberales o social demcratas.

Existe una diferencia entre la plutocracia del primer Mundo y la del tercer Mundo: la primera cuenta con el apoyo mayoritario de su poblacin y su clase dominante ostenta el carcter de clase dirigente. Debido al alto nivel de vida de la mayora de la poblacin existe una mayora electoral contenta cuya vida gira en torno a la defensa de su comodidad y satisfaccin inmediata.

La precariedad socio-econmica es la razn fundamental del deplorable estado-democrtico de la Republica latinoamericana y la condicin de su mejoramiento depende de la superacin de la crisis econmica social. Sin embargo las perspectivas de desarrollo de la regin bajo el neoliberalismo no dan pie al optimismo. Los cuatro parmetros fundamentales para medir el progreso econmico son elocuentes al respecto.

1. El PIB es inferior al de 1980.2. La tasa de desempleo es mayor que a mediados de la dcada de los ochenta.3. La distribucin del ingreso es totalmente inequitativa.4. La pobreza se ha incrementado.

En lo social han reaparecido enfermedades decimonnicas y han surgido nuevas enfermedades como el VIH (SIDA) y enfermedades de los pobres.

Dieterich afirma que el cuadro de la democracia realmente existente en Amrica Latina tendra que complementarse con un anlisis sobre: La corrupcin endmica, la impunidad de los aparatos represivos, la concentracin oligrquica del poder de comunicacin en unas cuantas empresas trasnacionales, la destruccin ecolgica, la falta de vivienda, etctera.

Todo lo anterior es el resultado de 200 aos de integracin dependiente de las elites criollas a la Pax americana y a un sistema mundial cuyos mecanismos de expropiacin y transferencia de la riqueza global hacia el primer mundo siguen operando desde el Siglo XVI, abriendo la brecha entre los ricos y pobres cada vez ms. Una estimacin del Banco Mundial llega a la conclusin que en 1870 el ingreso medio per cpita en los pases ricos era once veces superior al de los ms pobres, esa relacin aumento a 38 en 1960 y a 52 en 1985.

La solucin a la problemtica en Amrica Latina no pasa por la salvacin nacional, afirma Dieterich, se debe concebir una dimensin bolivariana que inevitablemente tiene que abarcar la Patria Grande entera.

Finalmente, el autor seala que no deja de ser irnico que el problema de las fuerzas del cambio latinoamericanas sea el mismo que el de la burguesa: No tener una propuesta econmica viable para las mayoras. Adems de que El proyecto de democratizacin regional se enfrenta a cuatro complejos de poder que determinan la arquitectura de la sociedad global:

1. El gran capital trasnacional y el mercado mundial.2. El gran capital nacional asociado al trasnacional.3. Los Estados burgueses nacionales.4. El Proto Estado capitalista mundial.

Frente a estos retos Dieterich propone que, pese a todo se debe seguir intentando formar un perfil democratizador que contemple la realizacin de las siguientes propuestas:

Reforma electoral democrtica. El establecimiento de una divisin formal de poderes. El control de las mayoras sobre la distribucin del plusproducto social y en particular sobre las decisiones de inversin. Renegociacin o cancelacin de la Deuda Externa. Democratizar en lo militar. Democratizar la esfera cultural: escuela, medios de comunicacin, particularmente la TV. Democratizar el sistema mundial: El FMI, el BM, el G-7

A la globalizacin del capital y la universalizacin del Homo o economicus, hay que contraponerle el proyecto histrico de la democracia universal y de la sociedad hermanada, por que ser ignominioso que al atardecer de la evolucin humana, las fuerzas oscurantistas logren su triunfo definitivo sobre el homo sapiens.

El malestar de la modernidadEl pretexto para el cambio

La comprensin del cambio

Las transformaciones sociales a las que estamos asistiendo al final del milenio van mucho ms all del mundo empresarial. Los grandes cambios en la vida econmica y de las organizaciones van acompaados por cambios igualmente profundos, con los que se interrelacionan, en la organizacin y el impacto del saber y de la informacin; en la expansin global del peligro ecolgico, con la creciente conciencia pblica de ese peligro; en la reconstitucin geopoltica del mapa global; en la restitucin de las identidades nacionales y culturales e, incluso en la redefinicin y reestructura-cin de las identidades humanas. Pese a que a lo largo de la historia siempre han existido cambios, la yuxtaposicin de estos cambios generalizados hace que sea ms que un simple cambio de moda social. As, no es demasiado dramtico decir que estos cambios combinados y conectados marcan el declive de un perio-do socio-histrico clave y la llegada de otro. Estos cambios combi-nados marcan el final de la era moderna o, al menos, el principio de ese fin. La era de la modernidad, en general, est en decadencia. El malestar de la modernidad

Algunos tericos ubican el inicio del perodo de la modernidad en torno a la ilustracin, en la era de la razn y sus caractersticas principales se reconocen y aceptan de modo general. En sus races, la modernidad se basa en la creencia de que es posible transformar la naturaleza y lograr el progreso social mediante el desarrollo sistemtico del conocimiento cientfico y tecnolgico, y su aplicacin racional a la vida econmica y social. En compara-cin con las sociedades premodernas, en la condicin de la mo-dernidad, las esferas de la produccin econmica y de la repro-duccin humana se separan. La familia y el lugar de trabajo dejan de ser contiguos. La industrializacin conlleva el desarrollo del sistema fabril que culmina en los sistemas de produccin y consumo en masa en la alta modernidad (mediados o finales del siglo XIX, segn algunos tericos). Con palabras de Max Weber, la vida econmica y la vida de la organizacin llevan consigo la racionalizacin.

Como han dicho Jrgen Habermas y, ms recientemente, David Harvey, el proyecto social e histrico de la modernidad se desa-rrollo, sobre todo, en nombre de la emancipacin social de liberar a la humanidad del particularismo, el paternalismo y la supersticin de los tiempos premodernos. El proyecto de la modernidad:

Supuso un extraordinario esfuerzo intelectual de los pensadores de la ilustracin para desa-rrollar la ciencia objetiva, la moralidad y la ley universales y el arte autnomo, de acuerdo con su lgica interna. La idea consista en utilizar la acumulacin del saber generado por muchos individuos que trabajaban de manera libre y creativa para conseguir la emancipacin huma-na y el enriquecimiento de la vida cotidiana. La dominacin cientfica de la naturaleza prometa la liberacin de la escasez, el capricho y la arbi-trariedad de las calamidades naturales. El de-sarrollo de formas racionales de organizacin social y de modos racionales de pensamiento prometa la liberacin de las irracionalidades del mito, la religin y la supersticin; la libera-cin del uso arbitrario del poder, as como del lado oscuro de nuestra naturaleza humana. Slo a travs de ese proyecto podan ponerse de manifiesto las cualidades universales, ter-nas e inmutables de toda la humanidad.

A continuacin, Harvey seala que la experiencia de guerras y catstrofes militares del siglo XX barrieron ese optimismo de forma dramtica. En este sentido, el significado de la modernidad se ha cargado de ambigedad y tiene, a la vez connotaciones positivas y negativas. Bryan Turner afirma que

La caracterstica esencial de la visin que tiene Weber de la modernidad consiste en su ambi-gedad. La modernidad lleva consigo la erosin del significado, el conflicto sin fin de los valores politestas y la amenaza de la jaula frrea de la burocracia, la racionalizacin hace el mundo or-denado y fiable, pero no puede hacerlo signifi-cativo.

1. Desde el punto de vista econmico, la modernidad pro-mete eficiencia, productividad y prosperidad pero, sobre todo en sus ltimas fases, ha creado tambin lugares de trabajo y procesos laborales que separan la gestin, de los trabajadores; la planificacin, de la ejecucin y la cabeza, de la mano. Se ha dicho que estos procesos laborales escinden las tareas de los trabajadores en componentes mensurables, cada vez ms pequeos, haciendo que el trabajo de las personas pierda cualificacin y sometindolo a niveles cada vez mayores de control tcnico.

2. Desde el punto de vista poltico, la modernidad ha con-templado la consolidacin del estado nacional, como fuerza militar, y la creacin del estado de bienestar, que se presu-me civilizador y dignificador. La aparicin del estado y el pa-pel del mismo en la alta modernidad han sido excepcional-mente importantes. Las estructuras del estado se han he-cho cada vez ms fuertes, centralizadas e intervencionistas.

El estado moderno es el Estado planificado. En nombre de la eficiencia social y tecnolgica y del perfeccionamiento humano planificado el estado moderno protege y, a la vez, vigila a la plebe mediante redes de reglamentacin, control e intervencin en continua expansin. En todo el mundo, una de las reformas estatales ms im-portantes ha sido la educacin de masas. Por una parte, constituye un derecho conquistado por una plebe cada vez ms liberada y organizada polticamente. Esa conquista dio derecho y libertad a los jvenes para acceder a ciertas opor-tunidades sociales y educativas. Por otra parte la educacin de masas prepar tambin a la futura mano de obra y man-tuvo el orden y el control sociales. Con palabras de un crti-co, constituy nada menos que un aparato ideolgico del Estado. En consecuencia, la relacin entre la educacin y el Estado moderno no ha sido siempre benigna.

3. Desde el punto de vista de la organizacin, la poltica y la economa de la modernidad han producido efectos significa-tivos y sistemticos en la vida institucional, incluida la esco-lar.

La crisis actual de la organizacin modernista no slo constituye un problema de impersonalidad o inflexibili-dad. Ni siquiera es un problema de imposibilidad de afrontar los retos econmicos que plantea la competiti-vidad global. Se trata ms bien, del problema que tiene el sistema de organizacin modernista, especializado y balcanizado, ante las nuevas y complejas condiciones de la post-modernidad. Las actuales estructuras gran-des, complejas y burocrticas, se adaptan mal a las necesidades dinmicas y variables del mundo postmo-derno: necesidad de un aprendizaje ms relevante y atrayente, de un desarrollo profesional ms continuado y conectado, y de una forma de decisin ms flexible e inclusiva

4. Desde el punto de vista personal, los efectos de las buro-cracias modernistas se extienden a la formacin y realiza-cin de las identidades individuales. Las burocracias moder-nistas alienan el espritu humano. Vacan de sentido el tra-bajo. Separan a los trabajadores de sus identidades inter-nas.

La crisis de la modernidad

Desde los aos setenta aparecieron progresivamente indi-cios de que la era de la modernidad poda estar llegando a su fin. Las ambigedades han estado siempre presentes en la condicin moderna pero, a finales de los aos sesenta y principios de los se-tenta, la magnitud de las dificultades creadas por las economas, los Estados y las pautas de organizacin modernos iba haciendo-se inmensa. Desde los aos setenta en adelante, estas dificulta-des alcanzaron tales proporciones crticas que empezaron a gene-rar pretextos para el cambio en la vida econmica, poltica y de organizacin; el cambio que hemos denominado como postmo-dernidad.

1. Desde el punto de vista econmico, la alta modernidad estaba agotndose. El consumo y la produccin en masa haban constituido el fundamento de la creacin de riqueza y de la acumulacin de capital. El incremento de la produc-cin estimulaba un consumo creciente. La expansin eco-nmica estaba a la orden del da. Sin embargo, en los aos setenta, Occidente cay en un dramtico colapso econmi-co. En un plano ms inmediato, la crisis mundial del petr-leo de 1973 lo precipit.

La expansin de las economas se haba mantenido abrien-do mercados internacionales y extendiendo sus oportunida-des de beneficios a todo el espacio geogrfico. Pero en los aos setenta, estos mercados estaban ya saturndose y al borde del agotamiento. La expansin y la posibilidad de ob-tener beneficios se haban mantenido tambin a costa de aumentar las deudas y de diferir los costes y las prdidas en el tiempo. Con la aparicin de nuevas naciones industriali-zadas no occidentales, a muchas economas occidentales empez a resultar mucho ms difcil competir con los costes inferiores y la superior iniciativa tecnolgica de sus com-petidores de ultramar. No slo se puso en duda la eficacia de las economas occidentales modernas, sino su misma viabilidad.

2. Desde el punto de vista poltico, la crisis de las economas llev rpidamente a lo que OConnor llam crisis Fiscal del Estado. Las economas occidentales modernas haban se-guido las orientaciones de la economa keynesiana y justifi-caban la intervencin directa del Estado en la produccin in-dustrial y en la vida econmica en general. Con el fin de crear infraestructuras baratas y estables para una produc-cin que rindiera beneficios, se hizo con la propiedad pbli-ca de las comunicaciones, de empresas de servicios y de materias primas e incluso, a veces, se constituy como ac-cionista principal de empresas privadas o garantiz su con-trol, cuando se consideraba que era de inters general eco-nmico y pblico. Ms an, el Estado aument sus inversio-nes en educacin, medicina y bienestar social, para respon-der a las crecientes aspiraciones sociales, eliminando posi-bles protestas, creando y manteniendo una mano de obra educada, desde el punto de vista tcnico, y sana, desde el fsico, y tratando en general, de establecer las condiciones de una armona social suficiente para que prosperase la productividad econmica.

El Estado moderno ha sido el compaero inseparable de la economa moderna. Sin embargo, en el contexto de una economa al borde del colapso, las inversiones estatales en educacin, bienestar social y propiedades pblicas, consi-deradas antes como acertadas, pronto empezaron a con-templarse como lujos caros que los contribuyentes no po-dan permitirse. Ms an, al reducirse los beneficios y au-mentar el paro, comenz a dar la sensacin de que el Es-tado (y con l la escuela) no cumpla su cometido. Adems de caro, el Estado apareca tambin como manifiestamente ineficaz. El Estado benevolente e intervencionista empez a considerarse chapucero e entrometido. Iba perdiendo su legitimidad con rapidez. Desde los ltimos aos setenta en adelante, las crisis de legitimidad de los Estados se convir-tieron en norma. Estas crisis financieras y de legitimidad del Estado dieron lugar a poderosos pretextos para hacerle re-troceder y reformar los sistemas educativo y de bienestar social de las sociedades occidentales.

3. Desde el punto de vista de la organizacin, se acusa cada vez ms a las burocracias de las empresas y a las de los Estados de precipitar y perpetuar la ineficacia y la injusticia econmicas y sociales.

La estrechez de miras, la decisin inflexible, las estructuras poco manejables, la planificacin lineal, la falta de sensibili-dad ante las necesidades del cliente, el sacrificio de la emo-cin humana en beneficio de la eficacia clnica y la prdida de sentidos significativos de comunidad han ido convirtin-dose en las caractersticas cada vez ms evidentes y pero-cupantes de las ltimas fases de la modernidad. Por eso la organizacin de la modernidad, con sus estructuras buro-crticas y formas jerrquicas de liderazgo se ven sometidas a poderosas presiones para su transformacin.

Conclusin

La modernidad ha sobrevivido durante varios siglos y sus formas ms recientes durante dcadas. Sin embargo, an no est claro si nuestra generacin asistir a su definitivo final, al trmino de una poca. Es obvio que muchas facetas de la modernidad estn en claro retroceso o sometidas a revisin estandarizacin, centrali-zacin, produccin en masa y consumo en masa entre otras- Pero las estructuras permanentes y ms profundas de poder y control de la sociedad quiz no puedan eliminarse con tanta facilidad. En cambio es posible que estn modificando su forma: renovndose y restaurndose con fachadas postmodernas de accesibilidad y diversidad. Con independencia de que estos cambios se consideren profun-dos o superficiales, es evidente que los procesos y prcticas de la modernidad en la economa, el Estado y la vida cotidiana de las organizaciones estn sometidos a revisin y reestructuracin signi-ficativas; unas veces a propsito y otras, las ms frecuentes, por absoluta necesidad financiera.

Segn el autor ni la reafirmacin de las prcticas burocrticas de la modernidad, ni la retirada a comunidades ms protegidas que re-cuerdan ms la era postmoderna parecen respuestas adecuadas ni eficaces a los desafos complejos del mundo postmoderno. No es fcil buscar otras soluciones. Pero hay un primer paso esencial que consisten empezar a comprender, en tratar de averiguar con mayor detenimiento la naturaleza de la complejidad, la escala de los desafos y los problemas y posibilidades caractersticos que la postmodernidad plantea a la sociedad actual.

Las Paradojas PostmodernasAndy Hargreaves

En el centro de la de la transicin actual est la globalizacin de la actividad econmica, las relaciones polticas, la informacin, las comunicaciones y la tecnologa. Estas tendencias no son claras ni coherentes; sus componentes y consecuencias resultan a men-do, irnicos, paradjicos, perversos. La globalizacin puede llevar al etnocentrismo, la descentralizacin a una mayor centralizacin, las estructuras uniformes de las organizaciones a un control jerr-quico encubierto. Esto hace de la postmodenidad un fenmeno muy difcil de comprender. Las paradojas ms importantes son:

Economas flexibles La paradoja de la globalizacin El final de las certezas El mosaico mvil Simulacin segura Comprensin del tiempo y el espacio.

1.- Economas flexibles.

Las economas flexibles se caracterizan por aplicar tcnicas de tra-bajo y procesos laborales ms flexibles y por articular y acelerar las interacciones entre productores y consumidores. Tambin tiene que ver con el conocimiento y la informacin; con la ayuda de la tecnologa cosas como la orientacin, el turismo, las conferencias, los espectculos y los acontecimientos culturales pueden producir-se y consumirse con mayor rapidez que los productos manufactu-rados, con los beneficios econmicos que se derivan de ellas.

La aparicin de esta economa basada en el conocimiento ha su-puesto cambios profundos en la ocupacional y social. Por ello Schlechty contempla la necesidad de nuevas destrezas y cualida-des de la sociedad postindustrial y la de modernas estructuras es-colares que las generen. Es evidente que un objetivo importante de los profesores y las escuelas en una sociedad postindustrial es educar a los jvenes en destrezas y cualidades como la adaptabi-lidad, la responsabilidad, la flexibilidad y la capacidad para trabajar con otros. Lo mismo ocurre con el conocimiento de las nuevas tecnologas que caracterizan cada vez ms a muchos ambientes laborales. Todo esto pone de manifiesto la necesidad de ambien-tes escolares que puedan generar el aprendizaje autnomo, indi-vidualizado y significativamente cooperativo. Esencial para el puesto de trabajo postindustrial.

La flexibilidad puede creara ambientes de trabajo y estructuras sociales elitistas y segregadoras, reservando la autonoma, el criterio propio y el trabajo ms significativo para las pequeas elites tcnicas, mientras que la mano de obra restante queda relegada a los trabajos de bajo nivel, de media jornada, tempora-les, sin seguridad social y asignados de forma errtica.

Schlechty habla de respeto pero no de cuidado de personas o del medio ambiente. Tambin estn ausentes la justicia y la equidad. La productividad est por encima de todo.

2.- La paradoja de la globalizacin

La segunda forma de garantizar unas economas flexibles consiste en establecer pautas nuevas de regulacin y control que compriman y conquisten los lmites del espacio geogrfico.

La crisis econmica del Estado y las dudas sobre la intervencin sobre la legitimidad de la intervencin estatal han llevado a la reduccin de la presencia del Estado en los asuntos econmicos. Esto ha determinado que la economa se deje al libre juego de las fuerzas del mercado.

Una paradoja fundamental de la postmodernidad consiste en que el anonimato, la complejidad y la incertidumbre, forjadas por la globalizacin, anuncian la paradjica bsqueda de significado y de certeza en identidades definidas en un plano ms local. As se pueden generar casos de balcanizacin, es decir, pautas de retorno a las identidades tnicas, religiosas y lingsticas ms localistas, que pueden adquirir un carcter competitivo y de reconstruccin de dichas identidades.

3.- El final de las certezas.

Las incertidumbres nacionales y culturales no son las nicas pro-vocadas por la globalizacin. La confianza en los sistemas de creencias universalizadores y omnicomprensivos est reducindo-se. La ciencia ya no parece capaz de mostrarnos cmo vivir, al menos con cierta certeza o estabilidad. En las sociedades postmo-dernas, la duda est en todas partes, la tradicin se muestra en retirada y las certezas moral y cientfica han perdido credibilidad. El paso de la cultura de la certeza a las culturas de la incertidum-bre se produce por estas razones:

La informacin y las fuentes del conocimiento se estn expandiendo a una escala cada vez ms global.

La comunicacin y la tecnologa estn comprimiendo el espacio y el tiempo, lo que lleva a un ritmo creciente de cambio en el mundo y en nuestras formas de entenderlo, lo que a su vez, amenaza la estabilidad y permanencia de los fundamentos de nuestros conocimientos, hacindolos frgiles y provisionales.

Las migraciones y los viajes internacionales estn provocando un contacto mayor entre sistemas de creencias diferentes.

La comunicacin rpida, la orientacin al conocimiento y su continuo desarrollo y aplicacin estn llevando a una relacin entre investigacin y desarrollo social cada vez ms fuerte e interactiva, en donde el mundo social cambia a medida que lo estudiamos.

El colapso de las ideologas poltica singulares, la disminucin de la credibilidad de los fundamentos tradicionales del saber y la progresiva reduccin de la certeza atribuida a la pericia cientfica tienen ramificaciones de largo alcance en el mundo actual.

4.- El mosaico Mvil.

Qu tipos de organizaciones sobreviven o compiten de forma exitosa en condiciones de complejidad e incertidumbre extremas? Las organizaciones burocrticas no se desenvuelven bien en las inestables condiciones de la postmodernidad.

Las organizaciones que pueden desarrollarse son las caracteriza-das por la flexibilidad, la adaptabilidad, la creatividad el aprovecha-miento de las oportunidades, la colaboracin, el perfeccionamiento continuo, con una orientacin positiva hacia la resolucin de pro-blemas y el compromiso para maximizar su capacidad de aprender sobre su ambiente y sobre ellas mismas.

Este modelo describe a las organizaciones flexibles, adaptables al cambio, con pocos niveles de jerarqua formal y lmites difusos entre funciones y unidades sensibles y con capacidad de respues-ta ante el medio, preocupadas por los participantes de cualquier clase: empleados, comunidades, clientes, proveedores y accionis-tas. Estas organizaciones potencian a las personas para que ac-ten y sean emprendedoras, las recompensan por sus aportacio-nes y les ayudan a incrementar su destreza y su empleabilidad. Son organizaciones globales caracterizadas por sus relaciones internas y externas entre las que se cuentan las uniones tempora-les de empresas, las alianzas, los consorcios y las asociaciones.

Estas pautas postmodernas de organizacin tienen consecuencias para las personas que trabajan en ellas. Antes, ser miembro de una organizacin supona que el sujeto le prestar voluntariamente su lealtad a cambio de la estabilidad personal y la antigedad. Pe-ro, cuando los lmites son permeables, los papeles de difuminan y las tareas cambian constantemente, qu sentido tiene la perti-nencia a una organizacin?

En comparacin con los ambientes de trabajos seguros, estables y, a veces, montonos de sus padres, parece que los hijos de los hombres de la organizacin trabajan en unos tipos de organizacin muy diferentes, de carcter ms reducidos, menos seguros y me-nos estables.

El Mosaico Mvil no es incondicionalmente positivo, pero, en sus formas ms favorables, puede contribuir al aprendizaje de los tra-bajadores en la organizacin, permitiendo que las personas am-plen continuamente sus capacidades para comprender la comple-jidad, aclarar la visin y perfeccionar los modelos mentales com-partidos, participando en distintas tareas, adquiriendo diversos ti-pos de pericia, experimentando y expresando diferentes formas de liderazgo, afrontando verdades incmodas de la organizacin y buscando juntos soluciones compartidas. Aunque ello signifique mayores grados de explotacin.

5. El Yo Ilimitado.

El cambio en la organizacin (empresas) est ayudando a crear nuevos tipos de identidades. A su vez, los cambios psicolgicos y demogrficos estn ayudando a configurar nuevas pautas de orga-nizacin. La postmodernidad no slo nos aporta cambios relativos a lo que experimentamos, en nuestras organizaciones e institucio-nes, sino tambin al cmo experimentamos, en los aspectos, en los aspectos fundamentales de nuestro YO y nuestra identidad.

En las condiciones de la alta modernidad, con todas sus deman-das e imperativos instrumentales, tenda a suprimirse o negarse el YO, atrapado por la frrea jaula de la burocracia, sin embargo en las sociedades postmodernas, se pone en duda la misma naturale-za e integridad del YO. En un mundo postmoderno, descentrado, el cuerpo y el YO ya no son contiguos. Incluso, el YO carece ya de singularidad.

En un mundo tecnificado de la imagen instantnea, lo que en otro tiempo se tuvo como el YO sustancial, se considera cada vez ms como simple constelacin de signos. Con el colapso de las certe-zas morales y cientficas, de un conocimiento fundamental, parece que la nica realidad inteligible es la del lenguaje, el discurso, la imagen, el signo, el texto. Adems, esto elementos tienen mlti-ples significados, infinitas lecturas y estn abiertos a incontables formas de deconstruccin. As, hasta el YO est bajo sospecha. No hay sustancia, centro, ni profundidad.

Las identidades se convierten en textos transitorios que se leern mal, que se podrn construir y reconstruir a voluntad. Las identida-des se convierten en cosas que exhiben e interpretan otras y no cosas que tienen una sustancia interna y duradera por s.

Otra caracterstica de YO postmoderno es la carencia de lmites en la formacin de los nios as como las formas contemporneas de organizacin social. En la socializacin infantil actual se prioriza la expresin y el desarrollo de s mismo, esto da como resultado una personalidad narcisista.

Segn este autor (Lasch) estas pautas de crianza (sobre todo cuando incluyen tambin al padre separado de sus hijos por el tiempo dedicado al trabajo y a los desplazamientos cotidianos), los nios educados en medios narcisistas experimentan, a menudo, la perdida de los lmites del YO: la incapacidad para distinguir entre ellos mismos y sus padres, a causa de los lmites, diferen-cias y disciplina que stos no con siguen imponer.

En consecuencia, el narcisismo trasciende el simple egocentrismo; supone, ms bien, una personalidad cuya estima se plasma en formas de autoindulgencia y a una autoimportancia sin lmites. Esto lleva consigo el desencadenamiento de delirios de omniscien-cia y omnipotencia, cuando el individuo narcisista encuentra pocas frustraciones o lmites en sus intentos de cambiar y controlar el mundo que lo rodea. Algunas expresiones y justificaciones ms preocupantes, desde el punto de vista moral y poltico, de este yo ilimitado, pueden descubrirse en el exceso de los movimientos a favor de la potenciacin personal y del poder humano.En las sociedades postmodernas, se estn debilitando los lazos tradicionales de parentesco y de las obligaciones conyugales de por vida. Al mismo tiempo, se experimenta el mundo como algo inestable e inmerso en una rpida transformacin. Los sistemas de creencias moral, religiosa e ideolgica son diversos, pluralistas y en constante flujo. Es ms, la profusin de imgenes y fragmentos de sonido fugaces hacen, a menudo, que el mundo parezca efme-ro y superficial.

En el mundo postmoderno el frgil yo se convierte en un proyecto reflexivo continuo. Ha de rehacerse y reafirmarse constante y conscientemente. Todo un conjunto de sistemas expertos y de volmenes de literatura popular se ha constituido en fuente y, a la vez, resultado de esta reflexividad del yo. En forma de guas de autoayuda, sistemas de terapia y redes de apoyo. Esta orientacin reforzada hacia el yo y su permanente construccin pueden ser una fuente de creatividad, potenciacin profesional y cambio, pero tambin de incertidumbre, vulnerabilidad y abandono social. En su aspecto negativo la preocupacin por lo personal y el relativo desprecio de lo social y lo poltico constituyen una condicin crnica de la postmodernidad

6.- Simulacin segura.

Los marcos morales y la consciencia de las realidades micropo-ltica del mbito laboral (as como la disposicin a participar en ellas) son esenciales para que el YO de los profesionistas sea un YO verdaderamente potenciado, y no un YO narcisista, autoindul-gente y piadosamente grandioso con respecto a su potencial per-sonal para transformar el mundo. Esta necesidad de marcos mora-les y de consciencia micropoltica es an ms importante en un mundo postmoderno de imgenes revueltas, fugaces y superficia-les, en donde suele darse prioridad al cmo parecen las cosas sobre cmo son en realidad.

La juventud de hoy est rodeada por las imgenes. Las imgenes visuales de alta tecnologa constituyen una caracterstica omnipre-sente en la vida de los jvenes. Aunque esta profusin de imge-nes puede suscitar experiencias que entusiasmen, llamen la aten-cin y entretengan, tambin puede hacer difcil la produccin de un discurso moral serio y sostenido de debates pblicos y del juicio ponderado sobre propsitos y valores. La esttica puede alzarse sobre la tica: la apariencia de las cosas sobre su esencia!

Cuando las persona estn rodeadas de una pltora de imgenes, stas pueden producir espectculos dramticos, pero tambin superficialidad moral y poltica; atractivo esttico, pero tambin vacio tico. Las imgenes contemporneas disfrazan y desvan de modos muy diversos las realidades ms indecorosas. Pero, cuan-do las imgenes generadas por medios tecnolgicos son tan pro-fusas y tan omnipresentes como en la sociedad postmoderna, la relacin entre la imagen y la realidad todava se complica ms.

Baudrillard afirma que en un extremo la imagen ya no pertenece al orden de la apariencia, sino al de la simulacin. En este caso, las imgenes tecnolgicamente complejas, producto de elabora-dos diseos y manipulaciones, han promovido la tendencia cada vez ms presente y popular en museos, acuarios y lugares por el estilo a crear sofisticadas simulaciones o hiperrealidades de pue-blos victorianos, minas de oro de la frontera o ecosistemas com-pletos en donde los delfines, los pjaros o las mariposas parecen estar en su propia casa. Encontramos robots que parecen huma-nos y uno no puede ms que maravillarse ante el triunfo tecnol-gico que esto representa. Resulta extremadamente agradable su-mergirse en el mundo simulado y reafirmante de uno mismo crea-do por esta imaginera artificial.

Las simulaciones postmodernas transmiten, en lo que retratan y en cmo lo hacen, mensajes morales sobre la historia, la naturaleza y las relaciones humanas; mensajes que son implcitos y seducto-res, en vez de explcitos y abiertos al debate. Veremos que esto no slo es cierto para las simulaciones destinadas al entretenimiento, sino para ciertos tipos de conducta simulada en las organizaciones y centros de trabajo. Qu significa simular algo? Segn Baudrillard, disimular es fingir carecer de lo que uno tiene. Simular es fingir tener lo que uno no tiene. Afirma que: la simulacin amenaza la diferencia entre verdadero y falso entre real e imaginario. Las simulacio-nes pueden producir efectos en nuestros sentidos y en la construccin de la realidad.

El autor afirma que los estanques de orcas y delfines son un ejemplo de lo que significa la simulacin. Aqu, la naturaleza aparece visiblemente subyugada, domesticada e incluso puede decirse que mejorada mediante el triunfo de la tecnologa humana. Sin embargo, esta simulacin de la naturaleza, su orden y bondad, slo se consigue disimulando la captura, el control y la contencin de los animales que hacen posible la experiencia y disimula la supresin de las conductas espontaneas, peligrosas, imprevisibles y, posiblemente, nada entretenidas que estos animales realizaran si se les dejara.

Lo peor de todo es que la simulacin segura no slo se construye en los mundos teatrales de los zoolgicos, los museos y los par-ques temticos. No!, el reto mayor es ver si los hombres somos capaces de ser espontneos, imprevisibles en nuestras relaciones interpersonales en los centros de trabajo, en los crculos sociales, con nuestras familias, es decir, ser sinceros o, por el contrario, tambin all se optar por las simulaciones seguras en las relacio-nes sociales, en las relaciones controladas, artificiales y, en ltimo trmino, de carcter superficial.

7.- Comprensin del tiempo y del espacio.

Uno de los factores que ms impulsa a las personas hacia las so-luciones superficiales y al mantenimiento de las simples aparien-cias es la falta de tiempo. Esto lleva al autor a la sptima y ms omnipresente y multiforme dimensin de la postmodernidad: la comprensin del tiempo y del espacio.

Desde los primeros das de la Revolucin Industrial, con la inven-cin del reloj mecnico y su amplia difusin entre la poblacin, el tiempo y la maquinaria de relojera se han convertido en la prensa del diablo para los trabajadores y sus centros de trabajo. En efecto, merced a sus vnculos con la productividad y la renta-bilidad, el tiempo es oro. Ahorra tiempo y tambin ahorrars dinero.

La era de la modernidad produjo avances acumulados, en relacin con los viajes y las comunicaciones, que conquistaron las distan-cias y comprimieron el tiempo. Los ferrocarriles, los automviles, los telfonos y los transportes areos cada vez ms rpido contri-buyeron tecnolgicamente a esta intensificacin de la comprensin del tiempo y el espacio y, en consecuencia, a la velocidad a la que los negocios podran contraerse. La comprensin del tiempo y el espacio no es nada nuevo, Las cosas han ido transcurriendo ms de prisa desde hace bastante tiempo.

Pero la postmodernidad se caracteriza por los saltos tecnolgicos que hacen irrelevante la distancia, y convierten al tiempo en uno de los bienes ms preciados de la tierra. Los aparatos de fax, los mdems, los telfonos mviles y los ordenadores porttiles constituyen los indicios del carcter instantneo de la actividad comercial; la comida rpida, los microondas y la limpieza de ropa en el da son sus homlogos en cuanto al estilo de vida.

Esta comprensin del tiempo y del espacio aporta beneficios reales: se incrementa el volumen de negocios, los viajes y las comunicaciones son ms veloces, las decisiones se toman con mayor rapidez, el servicio tiene mayor capacidad de respuesta y las esperas se reducen. Pero la intensa comprensin de tiempo y de espacio que caracteriza la era postmoderna supone tanto costes como beneficios con respecto al funcionamiento de nuestras organizaciones, a la calidad de nuestra vida personal y laboral y a la esencia moral y la orientacin de lo que hacemos. Es en estos sentidos donde es ms preocupante, la comprensin de tiempo y de espacio.

Puede suscitar unas expectativas de velocidad de cambio y de capacidad de respuesta rpida tan elevadas que las decisiones sean demasiado precipitadas y lleven a errores, a la ineficacia y a la superficialidad. Pueden multiplicar las innovaciones, acelerar el ritmo de cambio y acortar los plazos de implementacin, de manera que las personas experimenten una culpabilidad y una sobrecarga intolerable y la incapacidad para conseguir sus metas. Puede llevar a las personas concentrarse en la propia actuacin o en la apariencia esttica en vez de en la calidad y la sustancia del cambio. Puede exacerbar la incertidumbre a medida que se produzca, divulgue y transforme el saber en proporciones cada vez mayores. Puede reducir las oportunidades de reflexin y de relajacin personales, llevando al incremento del estrs y a la prdida de contacto con los objetivos y propsitos bsicos propios. Puede primar de tal modo la implementacin de nuevas tcnicas y la aquiescencia con nuevas obligaciones que los fines ms com-plejos, menos visibles a largo plazo y menos mesurables, sobre el cuidado de los otros y las relaciones con los dems pierdan importancia o se sacrifiquen.

La comprensin del tiempo y del espacio es, a la vez, causa y consecuencia de otros muchos aspectos de la condicin postmoderna: cambio acelerado, flexibilidad y capacidad de respuesta de las organizaciones, obsesin por las apariencias, prdida de tiempo dedicado al yo, etctera.

Conclusin.

La condicin postmoderna es compleja, paradjica y controvertida: Este anlisis ha puesto de manifiesto e indicado lo siguiente:

La flexibilidad de la organizacin y la complejidad tecnolgica crean la necesidad de la diversidad, pero tambin tendencias hacia la disgregacin. Por ello es importante que las organizaciones hagan que sus alumnos desarrollen destrezas y cualidades relativas a la flexibilidad y creen estructuras de trabajo en donde puedan surgir esas destrezas y cualidades; pero la misma importancia tiene la necesidad de un discurso y de un debate sobre los usos de la tecnologa y sobre las situaciones de desempleo y subempleo a las que, cuando sean adultos tendrn que enfrentarse muchos jvenes en el nuevo orden econmico.

La paradoja de la globalizacin provoca la duda y la insegu-ridad nacionales y lleva consigo el peligro de resucitar y reconstruir los curricula tradicionales de carcter etnocntrico y xenofbico.

La incertidumbre moral y cientfica reduce la confianza en las certezas concretas relativas a lo que se ensea, disminuye la dependencia de los mejores mtodos, cientficamente comprobados, respecto a cmo ensear y hace difcil garantizar el acuerdo moral sobre por qu se ensea lo que se ensea.

Las estructuras de mosaico mvil de la organizacin de trabajo pueden ser flexibles y tener capacidad de respuesta, pero, tambin pueden ser manipuladoras, de manera que las diversas parte de la organizacin queden a merced de maniobras de un ncleo que no rinde cuentas y permanece inaccesible.

La ansiedad personal y la bsqueda de la autenticidad se traducen en una bsqueda psicolgica continua en un mundo que carece de anclajes morales seguros.

La sofisticacin tecnolgica y la complejidad crean un mundo de imgenes instantneas y de apariencias artificiales.

La comprensin del tiempo y el espacio pueden conducir a una flexibilidad mayor, a una mejor capacidad y a una mejor comunicacin pero tambin pueden provocar unas sobrecargas intolerables, un agotamiento prematuro, superficialidad y prdida de objetivos y orientacin.

Los significados de la postmodernidad an estn abiertos y todava no han acabado las luchas contra las fuerzas burocrticas de la modernidad.

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